REVISTA] SEMANAlJ DIRECTOR: A. VALERO DE BERNABÉ Año ll.-Núm. 47.-Maclrid, 4 de Agosto de 1935 Y detíiraos nosotros, y a que el cine español paece, a fuerzade tanteos, iren busca de su camino, y aun los mes pesimistas, ateniéndonos al presente, confiamos en él mirapdo hacia el }>orvenir, ¿por qué no se intenta el film de dibujos en España? T o d o lo que para lograr esto se ha hecho ha.sta ahora ha sido puramente intuitivo, queriendo salvar las enormes dificultades técnica» con inspiraí'iones del momento, admirables algunas, sí; pen) ineficaces. Es necesario que los nuevos Estudios hagan algo en este sentido, d o t a ndo.se de elementos técnicos que permitan a nuestros dibujantes crear en España el dibujo jmimiulo. H a y quien cree—a juzgar por los ensayos de Xaudaró y de K. Hito—-que los dibujantes españoles no tienen condiciones para brillar en este género. Es im error completo tal pensamiento. Quienes no tienen (H)ndiciones son precisamente los que tantearon esta modalidad cinematográfica. El dibujo de Xaudaró era v i e j o , sin movilidad, sin calidades, como aprendido por oficio, marcando el último punto en la línea decadente de los antiguos dibujantes. Y el lápiz travieso y (Kjurrente de K. Hito, que con tanta fortuna cultiva la hist(3rieta y la nota cómica, resulta en la pantalla duro, falto de flexibilidad, de gracejo, de elegancia gráfica. Así, pues, los dibujantes que pueden conseguir algo interesante cuando se decidan a estudiar la técnica cinematográfica del dibujo, no han hecho aún un solo ensayo que permita juzgar su disposición para esta nueva faceta artística. Entre ellos nosotros nos atreveríamos a señalar a Tono, ;t Mihura, a Bagaría, a Del A r c o y a Bluff. Su estilo es v i v a z , dinámico, enérgico y expresivo. A poco que se lo propusieran, cualquiera de ellos Viia !.<•> MI. <-ii I-I i'fiitru; Luohi Soto y Raquel Kndrie». a la izrn un momento de la nueva produrción nnrinnal «Madrr Alefria». adaptarión óe la rrntrnaria r e media de Sepúlveda v Sevilla D titra |teli('iil» eK|iaíiola: •Ví, Paraíso rerobradoK, que ge ; rueda en Barrelona bajo la j direrrión de .Xavier (>ürll. j He aqui a n.\lady> en j| una eticena de esta pelicuU l u ^ o , en el cinema español se ha intentado t<>do: la comedia, el drama, la H i s toria, el dtK'umental, las marionetas y los dibujos; |>ero, por de.-<gra(ia nuestra, no hemos acertado m ^ que a rato» y en nn par tle génen)^ estiasamente. L a Historia en la pantalla ha sidc tratada con tanta osadía como desconocimiento; el tíocumentaJ no ha ctmseguido producirse con regularidad, a pesar de los é.xitos conseguidtts |)or casi todos los presentados; IñU marionetas no han pastido de un ensayt», por cierto interesantísimo, y los dibuj(»s animatlos intentados por X a u d a r ó , K-Hito y algi'in otro han sido t m i c a m e a t A ? pruebas con mejor intonción <iue acierto. KSDK Ha preocupado potxi a nutístros cinematografistas la produc<,'ión de pelítnilas cortas en cualquiera de sus aspectos. T n i c a mente aliora partH^e advertirse alguna inquietud pttr realizar algo interesante en este género. 1.4» Cifesa dio el primer paso y ahora se animcian films cortos de la flamante produetora E. C. E. y de la C. E . A . , que ha encado un departamento tís|>ecñtü para estas películas, recogiepdo sin duda una sugerencia que Qoeotnis le brindamos h a c « tiempo <leatle estas páginas. iiit) tlihujantes, son tan buenos o mejores que el creador de Mickey, y como liuinorista.s lo sujienin en mucho. Walt Disney sabe dar a sus asuntos y a sus muñecos una ternura, un encanto y una exquisitez admirables; pero el humor español, sin perder ninguna de estas cualidades que caracterizan al autor de as «Sinfonía.s tontas», es más hondo, más intencionado, de más enjundia, en fin. W a l t Disney sabe vestir las fábulas, objeto principal de sus films, con im ropaje deslumbrador, y el movimiento y las figuras responden siempre al tono superficial, de color de rosa, que brilla en sus creaciones. Por esto, esos mismos asuntos por él tratados tendrían, al ser intei-pretados por nuestros dibujantes, mayor valor de concejición, m a y o r acierto y mas'or profundidad. El dibujo de W a l t Disney es maravilloso por su suavidad, su delicadeza y su buen gusto. E l dibujo español sería admirado por más irónico, por más desenfadado, por más gracioso, en fin. Si nuestros productores se decidieran, tal v e z España alcanzaría en el mundo un puesto de honor con sus películas de dibujos animados. Dibnjimtes hay tan buenos como pueda haberlos en el mundo. Ingenio es la característica principal de nuestra raza. Falta lo más fácil de obtener. IA) que a muchos les sobra y de lo (jue nosotros carecemos: maquinaria, elementos técnicos, f lombres para manejarlos tiuubién se formarían rápidamente. ¿Qué es necesario para triunfar? Buena voluntad en los |)roductores; poniue entusiasmo en los artistas.()or hacer este nuevo género, lo hay. Y mucho. F. l I E R N A N D E Z - r j I R B A L Lilia ^r^roH, la brlla «-Hlrrlla r^paiKila, |trolagonista <ir « t i ítcfr*-!» lie .\iia María , rn un ninmnilo «Ir fxla rínla, ouy» roilajr entá fiíializanil» «hora Srlrrrioni-it Capilolitt movería los muñecos sobre la pantalla con soltura, con gracia, con aíñerto indudable, dejando también a su cargo, claro es, la concepción y desamillo de los a^iuntos, fiuasto que todos estos artistas .son tan agiidos de ingenio como de lápiz. En un principio, y hasta asimilarse por entero la mecánica y los procedim;< ntos de esta especialidarl, tal v e z no dieran sino atisbos de lo mucho que pueden realizar; pero es que hal)ian de someterse [)roviaraente a un prix!t»iO de aprendizaje, a ima nueva disciplina que estudiar con afición y entusiasmo. 1^)S primeros dibujos animados de W a l t Disney, figura señera de esto arte que tanto encanta a grandes y a chicos, eran francamente malos. D e las aventuras de la muñeca Alicia y sus animales de papel que tuvieron resonante fracaso, hasta Mickey (rullirer o leyenda de ¡'ancua, existe una distancia infinita en punto a calid ;d de dibujo, prwedimientos, inventiva, gra<^ia, soltura ritmo. So parecen trazadtw por ia misma mano y pnjducto del mismo cerebro. Aquéllos eran la obra ingenua y jiueril del aficionado, y éstos, la obra madura y tjella del ittaestro. Nuestros dibujantes testamos segurtw de «jue Itigrarán crear films magníficos por mía razón: Kn los l'jiturfiuti r<>i>añoini «tr trabaja f r b n l nirnlr prt-|Mirand» la nimva produrción. Mr ai]uí M .Mfon^u M u ñ o / ) Mfayatr r a un r»>.a>o «Ir -Don <,>iiinlin. rl amarsan^ «rrsión rinrmaliterálira drl popular Miinetr dr Arnirhr» Xnloñíla t;i>loinr y Antonio V ico rn u n pasajt- dr la linla «El malvado Carabrl». adaptación lovcla áf. Kernúudez Flórez, realizada p » r Ldgar .Nc»¡lle i riiirmatogrú Sráiiru de la i siiivcrvo vn^vorvo de i a iiaiihilla . La bonita historia fiel ortopédico \ fiíeníinn y el abrigo de pivlvs <h' .hthn A m o r t'oa pullo I con bengalas de nostalgia los bellos dííis de un cine todo amor. P a r a cualquier mortal, el idilio era flor exótica, prendida en las solapas del hombre con pelo rizado. Con el más l e v e suspiro, deslizado en la plataforma de un tranvía, raptaba la mujer a muchos hombres Barios. Miles y miles de corazones latían con v i o lencia y se quemaban en la divina llama de R o dolfo Valentino, de Charles Farrell, de John Gilbert... LUMINEMOS U n a v e z colmadas las ansias del corazón, el hombre del pelo rizado atendía a las exigencias de su estómago. Entre un / love vou y un Küs tiie here, abría l a b(x;a, husmeaba por los rincones de una cocina y hallaba el par de pollos con tomate. Gracias a l a s buenas artes culinarias He eüa, el idilio adquiría vuelos inusitados. Fjilazados por el talle, los «amantes de la pantalla» iniciaban la sinfonía de besos y silbaban fra.sc.s cabalísticas y arrulladoras, qiíe encendían llamaradas y arreboles en la dulce mejilla de irnos espectadores íngenut»s. L a nueva religión del amor con iwllo conquistó la devoción de todos los enamorados. Muchas veoes olmos este grito, disparado como una flecha sobre las pantallas: « D i m e , galán; ¿dónde encontráis esas gangas?» itodolfo Valentino A v a n z a la procesión de los días, y la figura de llodolfo Valentino adquiere perfil de medalla romana. Su v i d a y su muerte levantaron remolinos de pasión; himdieron en la noche eterna tres mil cuatrocientas veintidós mujeres de diferentes edades, estados, profesiones y latitudes. Rodolfo fué el primer hombre que se peinó con gomina. Sus dientes blanquísimos, su caljello de azabache, sus andares de triunfador y sus trajes de corte irreprochable tenían la virtud de inflamar corazones otofiales. H o l l y w o o d era ima gran romería d e maridos en desgracia. Las amplias a \ e nidas aparecían pobladas por seres extraños, que lloraban su amor perdido y se consumían en el fuego d e celos infernales. Matronas de 115 kilos, con ocho hijos v e teranos de la guerra del 70, se prendían en el embiujo de Valentino y les decían a sus tiernos esposos sin ventura: «¡Ese hombre es para mí! ¡Adiós, Pepe!...» Después, lo de siempre. Murió Valentino, y la Prensa del mtmdo hizo , maiigas y capirotes d e aquel principio y fin de todas las cosas. Apenas embarcado en la nav e de Caronte, deudos y amigos de Rodolfo se repartieron BUS corbatas y vendieron la ropa interior al tropel de mujeres inconsolables. Se habló d e su muerte, debida a un brebaje indio a base de tolvos de diamante, que peroraban los intestinos. U n ortopédico d e L o s A n geles fué el único corazón q u e se m a n t u v o fiel a Valentino. E n los escaparates do J su bazar hiui figurado durante muchos aiios tres reliquias del mago, orladas con estas tres leyendas: •Pierna de palo santo llevada por V a l e n t í n » durante quince años.» «Dentadura irrompible e irresistible usada por Valentino p a n morder en la nuca.» | «Ojo de cristal y miradas espesixs, secreto d e l o s ' éxitos del gran Rodolfo.» Pasados unos años, hemos logrado saber q u e no es verdad lo del brebaje indio. Valentino murió de una indigestión de spaglietiji. ¡Grandeza y servidumbre del cine! John Gilbert Da gusto 11 epopeya de amor vividü por John Gilbert. El galán de cabello ensortijado ponía en marcha con extraordinaria fortuna las aletas de su amplia nariz. Sin que podamos explicarnos la raüón, las salas de proyección se inundaban de su.spiros. Ante la «rendición d e G r e t a » se escandalizaban los matrimonios «<;omo Dios m a n d a » , y entonabiui su gran plegaria de amor las jóvenes de quince abriles. ¡Se habían dicho tantas cosas de Greta!... U n hombre capaa; de arrancar notas aJ bello violín sueco debía ser catalogado entre los más célebres amantes. John Gilbert poseía o t r i s virtudes q n o extruoremos de la penumbra. N a d i e como ól para amar rtuí al/iigu do i>i<.lf>. Como por arte de m<ig¡a, todos sus sentidos iniciaban la gran melopea de pasión bajo el signo puro de las nieves. Greta y John entraban en un refugio do N a v i d a d , se frotaban las manos, lanzaban humos de aliento, decían «¡Qué frío!», y ¡hala!, se fundían en tm beso interminable, agotador, intenso y extenso, como las lliuiuras siberianas. Cuando el director lanzaba su cable d e stop. Greta y John ensayaban algimas escenas más por su cuenta. ^ T o d o esto es bello y amable. Pero, ¡ay!, los sue-^ ños, sueños son, ¡sí! Llegó el cine parlante y des- j truyó el castillo de naipes. John Gilbert habla i con v o z de Júpiter. Alguien ha puesto en circu-l lación el bulo de su tartamudez. Se ha dicho, además, que un célebre doctor yanqui ha reunido algunos millones mercetl al animcio de un producto «que hizo brotar ocho polns en la i^alva del amante de G r e t a » . Pecaríamos de inform des si nos atrcvuseinos a i)roclamar la exactitud de estas propagandas malintencionadas. Ahora bien: estamos en condiciones de afirmar que ante un termómetro bajo cero, John no mira a las mujeres, ni hace así con las aletas de .su nariz. Sabemos, además, que Greta le repudia y no acepta sus g.danteos fuera del set. Si alguien se a t r e v e a t;v(»car la noticia de su posible matrimonio ct»n John. Greta silabea en el inglés más puro: «F>s un pelmazo.» Cuando Greta lo dice \ i lleva, ;av!... üdü, los ladrones rel u i u u n l o s diez mil dólares. El d¡sgu.sto ha sido tal, que Greta ha tenido que irse a su país para reponerse de una fuerte depresión nerviosa. U n a depresión d e diez m i l dólares. •1 He at|ii<' a Douglas Fairbanks en el primer plano de. ia actualidad amorosa. En efecto, por ttMio el mundo corre ia noticia de una posible próxima boda del in(|iiielo y veterano actor. Se asegura que Douglas va a contraer matrimonio eon una dama in- Por fin. 1.a llamada et^perada. Sí. >a .«ir hn ido... .\quí !<• i-tpiru... .No. no me he vestido.., Date prisa.» K¡ vendrá. Luego vendrá el marido y se armará la gorda. Ya es sabido que los maridos ijue s e van por tres días, siempre pierden el tren ror. UNIVEKSAI Jeni León, estrella en «epiH. explicando el modo cdmo entra en caM cuando llega después de las trea cisamente en uno de estos a u tocares. La Sociedad ha publieadti ahora sus cuentas del año pasado. El número de pasajeros es el sesenta y tres por ciento del total. La alianza del arte y la in- rOT. MBTIO-O^LDVYII-llAyU Emil Jannigs os la úllima víctima del einemalógrafo n a /.L En lo sucesivo tendrá que trabajar fuera de Alemania, l»or estar dudosos sus orígenes arios. Dentro de poco el ine alemán será sólo un re— i'uerdo más o menos bello. Vienes mal que por ahora tt>lavia les queda a Brigitte llelm. La encantadora K a y F'rancis recibió el otro día el ofrecimiento de un club nudista, que quería nombrarla socia de honor. Kay Francis — t o d o lo amablemente que pudo, claro está—declinó a invitación. —Yo tengo en mucho El detective particular d e íreta Garbo acaba de tener m é x i t o que no lo mejt>ra li Sherlock Holmes. Figtiense ustedes que la genial •strella sueca habia sido conAhí va la españolada. Pero esta vez hecha en broma y en casa. Kl iiinada por los gangsters a «toreador», además del esloque, lleva pistola, por sí acaso. Ea que se ntregar diez mil dólares batrata de un «toreador* de vanguardia. No hay más que verle los za• pena de muerte. G r e t a ) patos. Que, además, le vienen estrechos son acciones cotizables en Bolsa, los duelos dejan de ser duelos. Y'A El amor esta en decadencia. Apenas hay divorcios que reseñar esta semana. N i siquiera el de Gloria Swanson. iliós. m u y b u e n a s . Qm- u s t e d e s se d i v i e r t a n y t e n g a n u n feliz v i a j f . o t r a v e z n o se o l v i d e n d e c e r r a r el g r i f o d e la b a ñ e r a roT. UNIVESSAI iarbo, aconsejada por su lámante detective privado, a v i ó por correo la suma peida, al mismo tiempo que visaba a la Policía. L a estad a de correos adonde iba vpedido el dinero fué estrehamente vigilada y el proi o d e t e c t i v e particular lontó allí ima guardia permanente. Pues bien, a pe- glcsa. Nada menos que lady Ashiey, de la más rancia nt>bleza británica, como se dice siempre en estos casos. La pt>bre Mary ve alejarse con esto una reconciliación que los chismosos de Hollywood presagiaban como inminente. Bueno, que le .sirvan de consuelo sus acciones de United Artists. Los duelos con pan son meaos, y si C B vez de pan, La Florida Motor Lines es una compañía especializada en el transporte de viajeros en "autocar" cutre Mianii y Xueva York. En 1933 la proporción de mujeres trans tortadas en los autocares de a -Sociedad fué de un cuarenta y tres por ciento. Pero en 1031 apareció el film "Su»;edió una noche" ("New-York-.Miami"), en el que Clark Gable viajaba pre- .Magde K.vans dispuesta a suicidarse. Aparece tan sonriente porque ella sabe que las ingenuas no pueden morir, aunque se tiren por un precipicio de cincuenta metros FOT. HETRO-aOLDWYN-HAYEI aprecio el honor que m e ha sido hecho al designarme como la mujer mejor vestida de América, y no tengo el menor interés en cambiar este titulo por el d e la mujer más desnuda d e América. Pero para éxito el «le los c e n sores norteamericanos. Ellos acaban tie encontrar un nuevo motivo para prohibir films. "El lesiamento tlel tloetor Mabuse" y "María, l « ^ yenda húnyara", han sido irohibidos por antiartístic«>s. Siada más que eso. Descubrimiento sensacional: G a r y Cooper prefiere calcetines de color amarillo. Ya eslá I-ilíán Harvey en; Berlín. Esperemos que n<^ (arden mucho en averígtiarM sus orígenes. Mientras cl moH menlo de abandonar su pa—: (ria llega, Lilián traluija em A u n q u e parezca mentira, Charhe Chaplin ha terminado y a la Pnjdttcción número cinco. Después de todo, apenas ha tardado más de un año. %9¡ Clara Kinibali. heroína de (antas películas mudas, ne Kl prola^oni<<ta de m i bombre», Valeriana León, euida !<u cabeza. Aqui le vemoü hariéndo!«e ondular el pelo. Kl peluquero ha enrontrado ese pelo, que es r o m o la palmera del desierta, y M- dispone a hacer r u n él un artístico caracolillo. Enhorabuena por el haliazfío ror. R O f ' f . ' j .M»el (ianee prepara " L u ereeía Uoryia*'. l n film histórico más. que, eomo los buenos films historíeos no ajustará para nada a la H i s toria. POT. UNIVSUAL De vacaciones, Be1)é Dw niels y Ben L y ó n , felices y sonrientes. Ellos llevan varios años (tasados y nadie habla de su divortrio. P^te es iin fenómeno que no tenemos más reme<lio qtie registrar aquí para a.sombro de los lect<ircs. 5 Cíneo y ríiiro, diez. A | N T r a e«»rda. ]u4*|ro bonito y entretrni<lo. Premio al «lur ront>ípa nirler la bolita por el agujero. Pruel>en i>u fiurrte. w i i o r e » FOT. OAUUONI íaiIlSR eneuentra ahora trabajo en los Estudios de Hollywood sino como "e.vra". A ella le pasa, pnrs, io eontrario ijue a muchos ase» y cílrella» del eineiiia. El colmo de la extravagan ' ' dcanzado por la < I .upe V é ez. L a cual acaba de asegurar su ukelele en setenta y cinco mil pesetas aproximadamente. E l caso es llamar la atención. t jirl Ijiemmle. con la lH»ra C O I I I H para equivocarse de buzón, nopresenta a la escritora Kiry I . Mucho rusto en conoeerln ahora, miller l.aeninile. Hétela a casa de un buen modisto. |H>rque romo la prcüenle asi en otro sitio se arma el escándalo iün eambiti, Katharine Hepburn se ha divoreiado después de siele años de mairímonio. Í4is leyes fáciles de Viiealán han permilido que en el breve espacio de tres semanas la protagonisla de Véase hasta qué punto son económicas las rsirrilas. Kvelyn Venable se coiiu nía con aspirar el perfume tie la» flores artifíriale-> --e alunibru ron bvjíaii 1.a luz eléctrica 601» ln i-iiricnilf ruando linv\isitns rOT. rAlAHOUHT "^KJK^ eua(ro hermani(as" haya obtenido su divorcio y su liceiieia iiiairimonial. KJla se ha casado tH»n su "menager". l n modo de ahfirrarse la líoniisitíu. K. M . ( ; . ^^^^^ m BLLLQZA ^ "7*" i) ^^^^^^^^^^^^^^ i N o só hasta qué punto podrá ser interesante para nuestras lectoras este articulo—decíanos días pasados nuestro director, al hacerse cargo de las cuartillas publicadas en el número anterior de C I N K O R A M A S , acerca del camping—. Por mi parte—añadif')—-celebraría que su iniciativa tuviera la buena accgida que merece. De todos modos, publicaremos el articulo, y a ver qué pasa. ( oníiest) que al salir del despacho y o también sentía un poco el Wj escepticismo del director, y estuve a punto de rogarle que rae dej volviera las cuartillas. N o lo hice, sin embargo, y preferí correr el riesgo de la aventura, aunque sin grandes esperanzas de que mi pobre trabajo hallase entre las lectoras el eco propicio a mi iniciativa. Imaginad, [mes, mi sorpresa y mi satisfacción—pueril y minúscula, si queréis, pero satisfacción indudable—al oír al otro extremo del hilo teletónitx) la v o z del director de C I N E O R A M A S , que me decía: — N o olvide usted que su próximo artículo debe seguir tratando del camping. l í a n llegado, y están llegando, numerosas cartas de lectoras solici- tándolo, y hay que complacerlas. Enhorabuena. Y aquí está el artículo. L a buena acogida lograda por el anterior nos satisface doble" , ' , , . , , . , ^ ^ ^ ^ Ann Oarling. con este atumdo, ••';'P"'»;- • dedicarse a las delicias del •camping* mente por haber acertado a elegir im tema grato aJ público, y por lo que nuestra iniciat i v a sirva para estimular este sano deporte, enttisiastamente implantado y a en muchos países. Cómo se desarrolh una jomada de ''camping" Con un «raddy» romo rsla deliriosa rhiquilla de la W a r n e r Bros, ,iquifn no se rarolarta en una de esas raravanas que en España r o mieuzan a practicar el. «camping»!' L a vida del perfecto «acampador» se inicia cuando los primeros rayos del sol comienzan a lucir. L a mañana se dedica, generalmente, al cuidado y limpieza de la parcela de campo elegida para acampar, y al aprovisionaniento de agua y v í veres. Seguidamente, después de la toilette matinal, se procederá a la preparación del desayimo, ligero y reconfortante: té, huevt)s y fruta. Después del frugal almuerzo, y en el caso de que no se haya presentado la víspera el cambio de residencia para buscar nuevos paisajes, .se emp eará parte de la mañana en pa.sear, practicar algún ejercicio y , tlespués, en la preparación de la comida del mediodía: huevos, jamón, legumbres, tpu?so, frutas y café o té. Después de comer, una hora de reptiso facilitará la digestión. Más tarde, el cnm¡)ing cobrará su máxima actividad con la práctica de algi'in deporte sano: f>elota, tenis, tiro al arco, etc., etc. Transcurrido el tiempo ne<<?sario para que la di.sgestión haya terminado, un baño en el río más próximo resultará en extremo toniíicttdor. y después de él, mientras los más intrépidos se tlediran a hacer algima excursión por los alretledortis, los más cómodos pueden emplear el tiempo en la lectura o en algi'in jtiego, confortablemente instalados en una de esas sillas plegables t^ue tan cómodas resultan. A la caída de la tartle, cuando el sol ha |)erdido su fuerza, prcK'ede acudir al pueblo más próximo en basca de víveres y de pan fresco, lo que constituirá tm grato paseo que estimulará el apetito y tonificará los músculos. Al regreso ha de prepararse la cena: sopa de legiirabres, pescado fresco, legumbres, queso y algún entremés. Después de la cena, los de ambos sexos s cam^eurs 4 reunirán ante la tienda del que figure como jefe d e la caravana, y alli, ante la luz de la lámpara campestre, comentarán las incidencias del dia, charlarán de mil cosas diversas, forjarán proyectos para los sucesivos dias de vacación y planearán algtma excursión por los alrededores. P o c o después, el cansancio del día, unido al hábito—prontamente adquirido—de acostarse pronto, irán dispersando a los campeurs... H a terminado el día. El campeur, en su rudimentario lecho, hace im examen de la j o m a d a , a n t ^ de entregarse al sueilo, y descubre que el dia ha transcurrido rápido, feliz y alegre, y que su espíritu y su organismo respiran euforia y bienestar... Y desde el fondo de su al ma entona tm canto d e gratitud a este sano y bello deporte del camping... Gótligo y leyes tlel "eainping'< A decir verdad, el camping no tiene ni uno ni otras. L a s formalidades indispensables que rigen sus normas son las mismas que habitualmente sirven para desenvolverse entre personas correctas y educadas. H a y , claro es, determinadas reglas que es indispensable respetar. P o r ejemplo: salvo por imposibilidad absoluta o caso de fuerza mayor, jamás debe acamparse en tm terreno sin haber solicitado previamente de su propietario o de a autoridad competente el oporttmo Max Fartaír, con Jack pemiiso. En ciertos casos, los guarDawn, son los dos más das jurados suelen oponer algunas r e p u t a d o s profesores dificultades; pero ello sólo acontece de belleza femenina de H o l l y w o o d . He aquí cuando los pennisos exhibidos no son al p r i m e r o probando suficientemente expresivos y amplios, en el lindo rostro de y se [(restan a la duda. P o r ello es conJune Kinfcbt un nuevo veniente, antes de emprender las j i maquillaje ras, proveerse de los permisos que van a ser necesarios o de las indicaciones precisas para hallar fácilmente, y a en ruta, quien pueda proporcionarlos. E n realidad, y sólo a título de ampliación de nuestros breves datos relacionados con el camping, podría denominarse «Código d e l correcto campeur» a estas sucintas reglas: «Respetar estrictamente la propiedad ajena.» «Presentarse a los propietarios o colonos de cada terreno y solicitar de ellos el coirespondiente permiso antes de acampar.» «Dejar los campos utilizados, al parI ir, en el m á x i m o estado de limpieza.» «Quemar o destruir los detritus.» «Abstenerse do hacer fuego con leña, y en t o d o caso, si es totalmente imposible prescindir de él, emplearle con la máxima prudencia, extinguiéndole escrupulosamente después de haberle utilizado y borrando en lo posil'le sus huellas.» El ''eampíny" y sus ramificaciones Cada cual debe elegir para su práctica aquella clase de camping que mej o r se compadezca con sus aficiones y su organismo entre las cinco ramificaciones que el camping se clasifica, a saber: Camping-pedestre, Ciclo-comptngf, Canoe-camping, Auto-camping y Rouhtte-camping. L o fundamental en este deporte, especialmente en el pedrestre, es combinar los itinerarios previamente, con toda minuciosidad, precisando con gran exactitud las distancias a recorrer. Cualquier error en la ruta, en el horario de trenes o autobuses (si han do ser utilizados para trasladarse de un sitio a o t r o ) , en el lugar de aprovisionamiento de víveres e incluso en el peso del equipaje que cada uno ha de portar sobre las espaldas, puede dar al traste con el feliz resultado de tma excursión. En nuestro p r ó x i m o artículo consignaremos, para terminar nuestra información, algunos detalles complementarios e indispensables para la práctica racional, prudente y adecuada de este deporte, cuya aclimatación en España v a rea- lizándo.se tan lentamente. M. Sally Kilers. de la Radio. e« una nueva y bellísima actriz d e l «ecran> que a m a el campo., las flores, los pájaros y las itoilettes > sencillas, como puede verse 5 PALACIO DE LA MÚSICA Duro y a la cabeza" del film?; Simpatía.] ¿Realización?^ ."^impatía. (.Inteiyire- \ tación? Simpatía. Y toda esta cantidad de aglutinante necesario para apresar al público y mantenerlo en el cine, a cargo de James Cagney. el pugilist'i más original, gracioso y c(mtundente C[uc he mos visto nunca. Eri este film ha inventado un m o d o de boxeo infalible y nimca bastante p<mderado, que unido al natural despaqiajo, a la picardía y a la gracia de este pequeño gran actor que todos reconocemos en Cagney, hacen de la interjíretación el principal mérito de una película, bien realizada, por otra parte, \ con un argumenta» cómico, a ratos; intrigante, a veces, y siempre entretenido. s(NTO \ Duro y a la cabeza es un film desbordante de gracia, que estrenado en plena temporada .se hubiera mantenido varias semanas en el cartel. \ ahora creo de justicia aplaudir el sistema instaurado este verano |)or las Emj)resas, que en contra de la costumbre de considerar, por o que al arle se refiere, terminada la temporada con los primen)s calores, estrenan en la canícula films dignos de todo encomio y adquiridos para el próximo invierno. Se acabó la época de los saldos, comprendida entre Junio y Septiembre. sobre todo, por las dificultades que este excelente realizador ha sabido vencer. Téngase en cuenta que el drama original es casi -un monólogo. El protagtmista, fugitivo y extraviado en la selva, después de una tremenda (• inútil caminata, en que, como un maleficio, vuelve sobre sus mismos pasos, hambriento y lleno de pavor por el recuerdo de sus crímenes, que le persigue con espantosas alucinaciones, se convierte en un jwbre ser tembloroso y enloquecido por el ritmo obsesionante y acelerado del tam-tam con que le atraen sus perseguidores. L a congoja mortal de la v í c t i m a y el isócrono martilleo del tam-tam son los únicos elementos drtunáticos de que podía valerse el director. N o era mucho, ciertamente, para un film, sabiendo que el mayor pecado artístico de la pantalla es la monotonía. Sin embargo, Dudley Murphy acertó en la gradación de efectos, y en aquel simple y único escenario de lo que pudiéramos llamar segimda parte, y la mejor y decisiva del film, logra con admirable ingenio pasar sucesivamente del brío y la esperanza de una fuga afortunada, al cansancio, al desaliento, a la desorientación, a la duda, al recelo, a la inquietud disimulada, al franco temor, al pánico, al miedo irrut-i '11 I! A al^iríd". a la sugestión v a la muerte. CAPÍTOL "El poderoso B a r num" ¿ P o d r á fracasar una película interpretada por Wallaee Beery? Y o suponía que no, y ahora lo n i e g o rotundamente, después de ver este film, biografía profusa y difusa - l o s personajes han comido lengua—de Phineas T . B a m u m , empresario de circo eu N u e v a Y o r k , allá por lt>s añ<i.-i MADIUD-PAHIS "El emperador Jigües" El asunto de la pelicula no es de los que aspiran a abrir nuevos horizontes al cinema. Es histórico, se asegura, y y o lo creo a pies juntillas, porque de veras cuanto allí ocurre y cuanto de ello puede deducirse pasó a la historia hace tiempo. Sin embargo, carente de interés y ejemplaridatl, el asunto en si no es peor ni mejor que el noventa por ciento de las vulgaridades que se llevan al celuloide, con la ventaja de tener una relativa amenidad y tma limpieza de intención q u e se echan de menos en otros atentados artísticos. L o asombroso de esta película es que no tiene director, o si lo tiene, actuó con tal disimulo que no se advierte su presencia. N i hace falta, después d e todo, dirán los protiuctores. Con Wallaee Beery nos sobra para distraer al público y darle la sensación de que asiste a un espectáculo de arte. Y por si fuera poco, reforzaremos el trabajo d e Beery con la avuda de A d o l f o Menjou. Y así ha sido. I/>s dos actores se las ingenian para salir adelante con aquello. Eso sí, acaban roncos, y el público, si no entusia.«!mado, sale satisfecho. L a magnífica ingenuidad, la simpatía y (no hay medio de decirlo sin una paradoja) la ruda delicadeza de Wallaee Beerj', realzadas en feliz contraste por la exquisita y decadente urbanidad d e Menjou, dan ocasión a escenas en las que, sin nadie proponérselo, hay la apariencia de un estudio psicológico y hasta los brillantes chispazos de un torneo humorístico entre dos caract< oyiuestos y bien observados. Casualidad de arte, debida exclusivamente al temperamento de los intérpretes, y que no por ser casualidad deja d e ser arte. The eviperor •Janes, drama en ítcho escenas, d e Engen i o O ' X e í I . Una obra poética y sinirular d e l escritor «más interesante que E.-tados ( n i d o s produjeron desde la muerte it Walt W h i t m a n » . segi'iu el c r í t i w y dramaturgo inglés St. John P>vim'. W drama individual del protagonista se nne con insuperable maestría el drama de la raza negra, y sin abandonar un momento el realismo, ahonda el autor en la snbconsi'iencia del héroe, en la que viv'en donnidas todas h»s .supersticiones d(> su raza, y las invoca para ipio se levanten, al fin, arnilladoras e i n r frenables. Simbolismo y tragedia c o l w t i v a , que vienen a ser como la atmósfera del drama individual, neto, sencillo y clam: un caso de conciencia, o mejor, un desfallecimiento de la v o Itintad. Se necesita ima fuerza i)oéti«ía y una intuición dranuUica de primer onlen para ctmseguir sin aparente esfuerzo ni confusión este dualismo en que lo real y lo fantá.stico, la vida y la magia se alian y complementan, l'or algo se ha dicli' que en las obras de los dramaturgos geniales hax siempre dos dramas paralelos: el qtie sirve di anécdota y el que trasciende de ella para aspirar a símbolo. Esta obra maestra, que so estrenó hace quince años en N u e v a Y o r k , y en la que los críticos n gistraron, además de sus grandes valores psicu lógicos y jíoéticos, «verdaderos hallazgos técti' eos sin ])recedentes en la escena», ha i ^ o r v i d n Dudley Murphy para realizar tm film q n Dificilísima ascensión dramática, delicada filigrana psicológica, en la que, justo es reconocerlo, Murphy y todos los directores del mundo hubieran fracasado sin un intérprete como Paul Robesón, actor negro de una sensibilidad asombrosa, veraz y magnífico de gesto, y con ima v o z que posee los sonoros, profundos, trémulos y conmovedores registros de un órgano. Y o no he conocido al otro negro. Charles S. (íilpin, «que se consagró como uno de los más grandes comediantes de la época», en 1920, cuando el estreno de The emperor Jones en el Neighborhood Playhouse, de N u e v a Y o r k . Pero este hermano suyo de raza. Paúl Robesón, que ahora interpreta en la pantalla el afortunado drama de O ' N e i l , ha realizado una creación personalisima que le consagra también como uno de los más grandes actores dramáticos de la pantalla. En resumen: asunto, dirección y protagonista —los demás intérpretes no cuentan al lado de este coloso—'vienen a ser en El emperador Jones como los tres vértices del triángulo de arte que se requiere para una película perfecta. _^ Kobcrl I Iftrp) Irubajaiuio oh los éxieriores de U pe-' liruU f La vestida de rojo» AN En ueva i con' película Je BENITO para 4 Í Í I F E S A n V A L E R I A N O LEOl A R Y DEL CARMEN ¡CARDO i>n. rl Kran ae-1 lor <| 11 r animó | •obrr las tablas ¡ ia fi|cura drl protagonista de «Fs mi hombre», ea también en la pantalla el i n trrprrtr del adro i r a b I e tipo errado por A r •iciies iary drl Carmen, la joven e « trrlla drscubirrta por IVrojo, ran Valrriano I>róii.rn uno de los momentos más rmorionantrs de esla farsa grolesea lirvada ahora a la pantalla... Mary del Carmen y Ricardo N ú ñe« rn un dúo de esta nueva I película, dirigida por el grait^ I BeBito Perojo ¿1 l>o« admira- —*• birs aciertos dr expresión toda el alma de esta f a r s a grotesca que c r e ó Arniches — de Mary del Carmen y Valeriano León t-n la nurva película drCil<tizada rn ludios Uopt- .mi.. tí. de^ ana eart-nm rn qaw ée ve, en «M^I a Vlary 4ei Carmea y . lUfÍM-ia Hmáritfm i II i ' • j o , director consagrac i i M ' de la crítica y riel público, y, al mismo tiempo, lleno ^ tle noble inquietud renovadora y de entusiastas afanes juveniles, ha realizado en cEs mi h o m b r e » una labor q u e evidencia, una vez más, su gran capacidad para esta clase de trabajo cinematográfico. E n la nueva película de Cifesa, Benito Perojo se ha superado a sí mismo en entusiasmo y en esfuerzo. Y ha acertado a d a r a la obra de A m i c h e s toda su valoracitSn plástica, todo lo q u e de vibracitín profundamente h u m a n a se esconde tras su disfraz grotesco. L l e v a r una de estas obras populares al cine no es, lógicamente, trasplantar jcpn m a y o r o menor fidelidad las escenas de la comedia pantalla. Es i ¡a. i v vA a t - i . mentó teatral - sioaiple esqueleto de I, nueva t a r e a - , o t r a creación, una obra en realitlad. Y Benito Perojo, en « E s mi h o m b r e » , ha sabido hacer esto y lograr una verdadera y gran película, con la q u el cinema español c o n f i m i a la certera orientación de sus nuevos r u m b o s . El inolvidable creador de « E s un h o m b r e » en la escena, Valeriano Ix-ón lab<»r del ierta p o r en nuestra , -«ll mejor irrati triunfo excelt'ui. el pn>pio |»ant garantía D o s e s t r e l l a s refulgentee en la constelación dei éxi­ to: Mirian Hopicins y H e l é n Caliagan. Sus n o m b r e s lle­ gan, en los programas de la próxima temporada, uni­ dos a películas de tipo e x ­ cepcional. Mirian Hoplcin», como protagonista de «L.a feria de la vanidad>, y H e ­ lén Caiiagan e n c a m a la fi­ gura central d e « L a diosa del f u e g o » , producciones q u e marcan u n n u e v o avance en la técnica cine­ matográfica ANITA CAMPILLO, a gentil estrella h i s p a n a d e W a r n e r Bros. & First N a t i o n a l , luce en esa foto el fesoro d e sus cabellos a b u n d a n t e s , s a n o s , llenos d e vida, p e i n a d o s quizás en varios sentidos c a d a día, antes d e darles la posición definitiva, y cuidados según la higiene e x i g e . P o n g a U d . los medios d e s d e hoy,- confíe en el Petróleo G a l , y también tendrá cabellos dignos d e una estrella. ESPLÉNDIDA CABELLERA Ese s u e n o d e m u c h a s l o c o n v i e r t e e n r e a l i d a d el P e t r ó l e o G a l . Úselo. E m p i e z a p o r e x t i r p a r la c a s p a . Fortalece la raíz del pelo. L e d a n u e v o v i g o r y l o z a n í a . Le h a c e s e d o ­ s o , f l e x i b l e y dócil; l o e n r i q u e c e . C o n s e r v a h o y el p e l o d e m a f í a n a . F R A S C O , 2,50 . TIMBRE APARTE PETRÓLEO os V ( / no que dirigía Gómez H i d a l g o , y en la ASI todos nuestros galanes del cine que figuraba como primera actriz María mudo surgieron, brillaron y se apaBan([uer. Luego fué lo de mi viaje a garon en ICspaña. Eran hombres Hollywood. caseros, reposados, enemigos de moverse —¿Quiere contarme detalles de esto? demasiado. Les bastaba con hacer dos —Estando y o haciendo comedias por o tres peliculas al año, v e r su retrato cn esos pueblos de Dios, cosa que, en verlas páginas de la revistas, tomar cafó todad, no m e gustaba mucho, llegó a .Madas las tardes en la terraza de la Maisón drid el directivo de la F o x , míster Stone, Dorée para que al pasar las modistillas con objeto de contratar artistas para las cuchichearan, señalándoles con el dedo, y versiones españolas. Y o , tan p n m t o tx)al comprobar que en L a Coruña, Valenmo me enteré, abandoné la Compañía y cia, Sevilla y Bilbao su nombre sonaba. m e presenté aquí. Enctmtré el mundillt) eran felices. N o tenían la curiosidad de cinematográfico revuelto. F^uí a v e r a asomarse al mundo, de observar cómo se aquel sefior como cientos y cienttjs de hacía cine en los demás países. Esto para José Nirlo es uno He los poros artistas del «éiTan» que aun perten«-riendo ilusionados; me obser\'ó atentamente, y a la época heroica del cine español ha tenido inquietudes, ha viajado, ha ellos era lo de menos. Ix) interesante estahecho peliculas en los F.sludios franreses y alemanes-. VM, en suma, el úniquedé seleícionado para una pnieba, que ba en que el opulento Carrasco, el dináco | ( a l á B de oueslro ciae mudo que h a pisado Hollywood resultó satisfactoria. mico Buchs, el cascarrabias Alonso o el • — Y v i n o tras ella el consabido conpintoresco N o r i e g a hicieran pronto una t r i t o , ¿no es cierto? película en la q u e tuvieran el m a y o r lucimiento —Sí, señor; ése fué mi primer film, y en él A S Í fué. Y o estaba loco de contento. Figúposible. actué al lado de Carmen Viance. L u ^ o intervine rese lo que aquello significaba para mi. en otros, como Gigantes y cabezudos, también José N i e t o , ann perteneciendo a aquella épo— I J O que para todos. Castillos de quimera lecon la Viance; La bejarana, con Celia Escudero; ca heroica del cine español, no es de ésos. ITa tevtmtados al conjurt) de H o l l y w o o d , humos de La mcücasada, con María Banquer; L o condesa nido inquietudes, ha viajado, ha hecho pelícugloria que se tleshicieron al fin, por<iue allí nadie Maria, con Rosario Pino, y algunas más. Halas en los Eístudios franceses y alemanes, y es el triunfó; todf)s salien)n derrotados. Y no por culciendo un paréntesis en mi labor cinematográúnico galán de nuestro cine mudo que pisó H o pa d e los actores j)recisamente. El primer frafica, actué en ima Compañía de teatro americal l y w o o d , pues ni Juan de Orduña, ni Manuel San casado fué el idioma. ¿Usted (¡ree que lo que se Germán, ni Javier R i v e r a , ni Manuel Soriano, hablaba en atiuellas películas era español? José .\ieto, Félix Pomés. Rafael Calvo, Jordán de Urries. ni P e d r o I^arrañaga, galanes en boga entonces, míster Slone y (^rnien Ciniénez. cu Fehrero de 1931, a -Claro que no. Era una jerigonza que no enhabían l i b a d o — c o n exclusión de los dos pribordo del «lie de France», que les condujo a Hollywood tendía nadie. N i nosotn)s. meros—a Estudios extranjeros. ¿Ctm quitm fué usted a H o l l y w o o d ? A l regresar de su s ^ u n d o viaje a Norteaméri-iNfire; aquí, en esta fotografía, están: ctm ca hemos encontrado a José N i e t o en la Gran míster Stone, Carmen GiV í a . El intérprete de La ménez, Rafael Calvo, F6condesa Maria trae un aij. lix de Pomés y Jordán de re cosmopolita en las ma^ Urries. ñeras y un gesto como d e —¿Cuál fué su primer turista curioso en la mira^ ^ ^ ^ trabajo? da. Juntos nos hemos sen^^^^M —Pruebas. Durante tado en la terraza de un bastantes dias no hice café. otra cosa. Querían cata—¿Otra v e z en Madrid? logarme como el George —le preguntamos. O'Brien español. Además, —Otra v e z . Y con mume pasaron en la pantalla cho gusto. Cnanto más lelas versiones inglesas de jos estamos de él, con los fílms que habría de más fuerza nos atrae. hacer en español. —¿En plan de descanso? —¿Ttirdó mucho en ac—Descansar, nunca. A tuar? mí m e gusta trabajar. N o —^No. M i primera peconcibo la indolencia. lícula fué una titulada En — ¿ Q u i e r e nsted q u e cuerpo y aliña, que incharlemos un poco p a r a terpretaron conmigo A n a el periódico? María ( ^ t o d i o , Enrique—Cnanto guste. Puede ta Soler, José Alcántara preguntar. y Rafael Calvo. —^Bien. V a m o s a v e r : —^¿Y después? Usted debutó en la pan—l.'ua teraporadita de talla h a c e y a algunos descanso, y Eran trece, en años. E r a nna pelicula d e la que hice un papel que Florián R e y , q u e se Uamno se adaptaba a mis conAiStJíiíiossraio de Tormes, diciones artísticas. —¿E^a fué su labor solamente? •—En la primera etapa que pudiéramos llamar, si, señor. —^¿Y usted qtié hacia en Hollywood durante tan largos descansos? —^Pues una vida espléndida, que ttxlavia re cuerdo con agrado. En el P>tudio, algunas ¡pruebas, y el resto del tiemjx) lo distribuía entre ir a la playa, bañarme, tostarme al sol, ser\-ir de intérprete en muchas ot-asiones a mis compañeros, comer y dormir. ¿Qué le partsce? —^Una vida magnífica. —^¡Ah! Y cobrar todos los .sábados mi C I U M I U I en la caja de la F o x . — Y en la segunda eta[»a. ¿cuáles fueron ^u^ trabajos? —-Esta segunda etapa comenzó después de la 8US]>ensión de la producción española en todos los Estudios. Hulto entonces tma desbandada casi general. Entre los po<<)s fjue se (quedaron, y o fui uno de ellos. Y al pasar Martínez Sierra de la Metro a la F o x , (^ompañía ésta <(ue ccmti- nuó produciendo, aunciue espaciadaraente, tomé parte en Mama, la |)eUcula con que Catalina Barcena hizo su debut en la pantalla. Luego interj^treté im petiueño papel en MarUh 1/ mujer, versión española de tm film de Franz Borzage, que hicieron Conchita Montenegro y George l ^ w i s para la Fox. Por cierto que éste es el trabajo que mejor he t.-obrado. Por dos escenas me dieron quince mil pesetas. —Si cuenta usted eso a Itjs contertulios de la Maisón Dorée .se desmayan. Casi todos sospeíhan que esa cifra existe en el mundo; pero ningtmo la ha visto. Ríe con ganas Pej>e Nieto, y y o continiio: -¿Di^pués de eso volvió usted a España? -Sí. Estuve inactivo poco tiempo. L a Paramount me contratf» [lara ol doblaje, y en Paris estuve dos años cobrando trescientos cincuenta francos diarios. lluego, y a sal)e usted, me casé con la bailarina lioiita Benavente, y acompañándola en su íiltima tournée, volví de nuevo a Estados l^nidos. Allí hice un papel con el pobre Carlos Gardel en Tango Bar, y no pude, por tener que viajar con m i esposa, hacer el prots^Onista de una |:)elícula que dirigió Contreras T o rres, titulada Mi hermana es un gángster. Creo que lo interpreta por fin R a m ó n Pereda. —Unas tJtltimas preguntas, amigo Nieto: ¿ A qué atribuye el fracaso de la producción española en H o l l y w o o d ? — A que estaba organizada en completo des-acuerdo con los gustos de nuestro ptiblico. T o das las versiones españolas se hacían de las malas peliculas americanas, porque las buenas tenían, por sus propios méritos, fácil salida en nuestro mercado presentadas en su idioma original. Además, en las películas que allí hicimos se aprovechaba todo el deshecho—directores, fotógrtifos, etc.—de las producciones americanas. —¿Qué impresión guarda de Hollywood? - H o l l y W(KK1 es maravilloso; pero no es para\< espaftoles. Allí hay que j)ensaxy v i v i r en yanqui. —Bien. Refiriéndoní»8 ahora exclusivamente a nosotros, ¿confía en la industria española? — P o r entero. El cine español no se puede hacer sino en España. H e tenido ocasión de ver algunas de las últimas pelíinilas y señalan vm avance admirable. Además, Madrid cu nta y a con Estudios magníficos qne no tienen nada que en\ idi r a muchos del Extranjero. Sólo falta orientar la industria hacia una comercialidad que no excluya la dignidad artística. Diga que y o confío en los destinos del cine español, y aun más en los jóvenes que a él van llegando. —Ese es también mi pensamiento. —Pues celebro que coincidamos. ^^^B • — Y ahora, aquí. /.<iiic Tir<>\(wfo(» le animan? ^ ^ ^ ^ ^^^1 ^^^1 ^^^1 —^Proyectos, muciios. L<> (¿ue hace falta es qne se conviertan en realidades. Y a le contaré más adelante, porque espero que nos veamos con frecuencia. —Cuando usted gtiste. —Es que a mí me agrada mucho hablar de cine, cambiar opiniones, contrastar juicios; pero sinceros, sin s^asicmamiento. —^Trabajo tan agradable como inútil, querido amigo. Se lo dice tm experimentado. Clamar aquí por el buen cine español es gritar en el desierto. —¿Usted cree? —Creo que como al mundillo cinematográfico no le remueva ima íonmtxiión juvenil, está |>erdido. —^Así, rotundamente. —Rotundamente, «unigo N i e t o . F. H.-G. Jo«¿ .Nielo, durante • a etitanria rn Mad r i d , ronvrruando r on nuestro rompa•ero lirrnándrz Cirbal arrrra dr loa lemait tratadoM rn rl prcscntr rrportajr fon. VI OSA 'Z'^fí y memo ] E sorprendimos cn un puebk J cito vecino de Valencia, on el moro refugio veraniego de Burjasot. Luego de correr el mundo con el é x i t o de sus pinceles, Luis F e lipe de Usabal, cansado del deleite triunfal, se ha recogido monacalmente en su residencia—construida por él misino—, y como sólita rio arrepentido, v i v e como un cartujo, rodeado tan sólo de sus cuadros, de los recuerdos de sus viajes, de su colección de cosas arqueológicas. Su taller tiene un sello levantino; pero perfumado a la v e z por todas las brisas de los países que ha visitado. A l l í , las costosas estatuas y vasos griegos, los recuerdos napoleónicos, cerámicas chinas de gran valor, nmebles de normas clásicas Dolorrft lirl Río adereza su figura ron un Iraji-rillo giloiio lleno de faralaes, para un relrato que pinta Luis l-elipe de Lsabul americanas, armas persas y el gran caudal de trofeos españoles: espadas de afiligranadas cazoletas, arcabuces de rueda, capacetes que p e r t e n e c i e r o n a los legendarios conquistadores españoles de las Indias..., adquiridos en N u e v a Y o r k , donde, según el propio Usabal, hay más antigüedades españolas a la v e n t a que en nuestro Museo Arqueológico de Madrid. Un estoque de matar toros..., comprado en la Babel de la América d(d Norte. Porque Usabal, luego de recorrer Europa entera y gozar en A l e mania de tma celebridad halagadora como pintor de hermosas—las mujeres de Usabal tuvieron fama en Berlín y se hicieron populares en edición de postales, contadas )or numerosos miles—, se largó a os Estados Unidos el año l O á ) , y allí, durante más de seis años, siguió pintando mujeres, retratos Víctor Mr [jiglen, ron su peruliar optimismo reflejado en el rostro, contratados a muy buenos preconversa animadamente con Usabal, mientras éste pinta cios. El fascino de H o l l y w o o d prendió en el pintor valenciano, y allí, llamado por una se comentaron con elogios las condiciones del v a de las estrellas de la pantalla, pintó sin cesar lenciano Luis Felipe de Usabal para pintar muretratos y más retratos. " jeres hermosas. Tres años permaneció este artista trotanuinPudiéramos decir que todas las celebridades dos en la ciudad del cine. Conoció a lo más desdel cine de entonces: V í c t o r Me Laglen, Madge tacado del mimdo femenino; t u v o trato de amisBellamy, O l i v e Barden, Dolores del R i o , Chartad con famosas estrellas de la ])antalla; frecuenles Farrell, Janet Gainor, T o m M i x , J. P'arrell tó los Estudios, teniendo su piopio taller en un Macdonald, Barry N o r t o n , George O'Brien, Edpabellón del centro mismo de elhis; trabajó en mimd L o w e Alma Rubens, fueron modelos del algtmas películas; hizo dibujtjs para el celuloiartista. de, como en Kl precio de la gloria, y salió filmado Hasta treinta de estas figuras notorias del cien dos producciones de H o l l y w o o d , pintando a nema fueron m o t i v o de una famosa Elxposición l a a m á « Jatflusas_ator£dejiquella época, algunas 4~ 'T' ""-^^^^^tw^ Janet l,aynor, lu célebre ^ «star-, en un desean^^^^^^^^^ so de <p»se> ante Usabal. \ la !-azón. Janet menta diez ) ^^^^^1 seis años e iniria su rarrern riiicnintográfira ron «l'J séptimo rielo» y ».\niane«Tr ... ^^^^^^^^^H de las cuales aún mantienen su prestigio en [ mera línea. Sin embargo, en nuestra visita nada hemos podido averiguar de sus aventuras amal (trias, de los pequeños o grandes secretos del corazón que de su estancia en la ciudad misteriosa guarda l.uis Felipe de Usabal. .Vuestra conversación ha sido propicia lu, el resbaladero de las ctmfidcncias: le hemos jjreguntado mil cosas sobre su permanencia en aquel halagador v i v i r de H o l l y w o o d y a todo nos ha contestado. N o s ha referido la desconfianza de T o m M i x y aquella frase del célebre caballista, cuando, viéndole pintar i m o de los retratos, exclamó en i m a admiración sincera un poco primitiva: «¿Es un pintor o i m hombre de A-eras?» Y el mismo personaje le refería a Usabal sus condiciones de toreador y sus deseos de conocer Europa, donde él quería aprender lo cpie en América era imposible; « A q u í no saben lo que es etiqueta», exclamaba T o m M i x en un gesto lleno de suficiencia. Y de V í c t o r Me Laglen, de quien desconocía su condición de capitán del Ejército inglés en la Mesopotamia, que le llevó a cometer una de las mayores planchas de su vida, al hablar mal de Inglaterra, que Me Laglen, con una gran corrección, supo atajar. Usabal nos habla de todo; pero al llevarle al terreno de las mujeres, huye, retrocede, esquiva las preguntas. Y en esa negación vemos una atray e n t e curiosidad plena de misterio. Su complexión robusta de tipo vasco, como su apellido, encuadra perfectamente con su silencio, su reserva de hombre y caballero. Nosotros observamos su mirada, en cuyo fondo, a fuerza de analizar, adivinamos un burloncillo sonreír zumbón de sileno. El pintor de Janet Gainor, cuando apenas salida de la escuela, y contando diez y seis años, triimfa en El séptimo cielo y Amanecer; el artista ante el cu d lia posado Dolores del R í o en [dena belleza de mujer morena de bellos ojos hisj)anos, con toda su leyenda de hembra fascinante, es muy raro que n,' tenga, en un hombre fuerte español y aventurero, sil anécdota galante, sentí mental o amorosa. ¡Pero es tan callado este pintor levantino, viajero y tenaz, de Luis Felipe de Usabal...! J O S É LITIS ALMUNIA P'estnto el pretender modiflcor lo ulueto ajustándose ex: gerodomenie lo fojo o el corset. Todos los señeros soben lo iittposible qoe es logror un resultodocon esle proce p í j " " * " ' * » . P«ie»t3 que los presione» forzodjs sólo consiguen un desploumiento de la graso y su concentración en diversos lugares, especialmente en los bordes dtt la (ojc f •4"'^ neumáticos»), que producen no s ó o efectos ingratos o lo viifo, si.:o que ponen mós e>i evidencio un defecto que todos desean ocultar. tJno faja bien cjustcdo es muy eory^íniente, pero sus efectos sólo son peifectos sobre un cuerpo del que se ho eliminado de antemano la graso superfl uo. Pora logror e.te fin existen varios proceoimientos c e dudoso resultoco: régimen alimenticio, ejeicicio. med.comenlos nocivos, etc.; pt,ro úoicomente existe un mé.c »ono y eficaz: GELÉE MITZA. . . . «xcesivomente desarrolladas y devolvienoo al cuerpo sus proporciones normóles. GELÉE MITZA octúa mediante fricciones sobre las portes que se desoon odelgoror, sin donar la piel ni molestar lo mós mínimo. GELÉE MITZA se preparo en un laboratorio solvente por químicos especiolizados, y es lo único que llevo unido la eficacia con lo salud. Pido hoy mismo .1 folleto .xplicotivo de Estético Mitzo. q u . enviomos g. .tuitamente. en .1 cuai halloró usted, entre otro, detalles curiosos, l a , proporcione, que corre.po, <l*n o su estatura. f l CÉS Precio: 18.75. Contra envío de 19.55 por giro postal se remite por correo certificado. 1 ABOHATORIO DEL DR. VILADOT, Sección C. 5, Consejo de Ciento, 303, BARCELONA DE VENTA EN LOS PRINCIPALES CENTROS DE ESPECÍFICOS Y PERFUMERUS DE ESPAÑA Joe E. Brovi-n es para muchos, simplemente, el hombre de la boea enorme, que tiene en esta deformidad la ra­ zón de su éxito. Una apreciación formula­ da asi es inexacta. Porque en ese caso po­ drían ser actores có­ micos—actores de éxi­ to, además...—todos los hombres que tuvie­ ran en su rostro una deformidad equ iva lente. I , naturalmen­ te, esto no es asi. Si Joe E. Brown es un formi­ dable actor cómico, no lo es por su rostro, sino por poseer un verda­ dero temperamento de artista de ese género; al servicio de ese gran temperamento está su rostro. Mas sin su "bocaza* clásica, Joe E. Brown—el intér­ prete admirable de * Campeón ciclista »— hubiera sido, también un gran actor de lu pantalla N TI G E TO (JOSÉ) Nació en Vurcia el 3 de Mayo de 1903. Al poco tiempo trasladóse a Madrid con su e hizo en esta capital sus estudios primarios. En el Instituto de Vaempezó el Bachillerato, que por reveses de fortuna hubo de abandonar en el cuarto curso. A Madrid volvió la familia en busca de nuevas para rsh'cer su economía, y ^ s é obtuvo un en una oficina con la asignación mensual de setente y cinco pesetas. Quiso ser torero, y actuó en tres novilladas consecuencia de etto fué el despido de la oficina. Pero tamp9ro seguir en su andariega projerión la razón sencilWsima de qi)e, puesto iWve al toro, sentí* « n mi«do invencible. ErHanto, sus inaugurado en Madrid un que marchaba próspero, y 4Í|i sus nistrativos se refugióU fu. pantalla. Según él & s m o ¿sta por no encont jur re^en otra clase de ^ ^ ^ ^ t u e n t a r las tertulias cinematogi^^^^^pué lanzado comd actor por Floriái^^^r Einplena tioga, V g ó el cine:$onoro y W n él la paralizaciéj^n los Estu^^K españoles. Trabajó en Jk teatro en <as iWnpafiias de Eugenia í ^ f o l i y Marfa B a d H | r ^ Y en 1930 marcha a Hollywood, coB-atado por la Casa íox. Ha hecho en cinco films. Ha dado dos veces ISvuelta al mundo. El 29 de Diciembre 1933 matrimonio en Mad'id con la gran bailarina española Loiita Benavente, a la que conociera en París. familia, lencia ijni^iiiiiil iili empleo pudo soñada^or padr^habfan (raba- /iBérica St contrajo Estatura, 1,83 metros. Ojos y negros. B A Estatura, bello e: En España: El lazarillo de Tormes, Florián Rey. La bejarana, Eusebio Fernández Ardavín. Gigantes y cabezudos, Florián Rey. La malcasada, Francisco Gómez Hidalgo. Los hijos del trabajo, Agustín G. Carrasco. La sirena del Cantábrico. Agustín G. Carrasco.—En Francia: La condesa María, Benito Perojo.—En Alemania: Raza de hidalgos. Tony D'Algy.—En Hollywood: Mamá, Benito Perojo. Lran trece. David Howard. Ln cuerpo y alma, David Howard. Hombre y mujer, Rudolph Sieber. Tango-Bar, John Reinhard. Nombre verdadero, Laura Gainer. Nació en Filadelfia el 6 de Octubre de 1906. A consecuencia del divorcio de sus padres, se trasladó a San Francisco de California. Obligada a ganarse la vida, trabajó durante algún tiempo como dependienta en 'ina zapatería, y más tarde como acomodadora de un teatro. Su mayor entusiasmo era el cine, y ahorraba cuanto su modesto sueldo le permitía para consagrar sus días de descanso a ver films. En 1925 convenció a sus familiues para que le permitiesen probar fortuna en Hollywood, y allá marchó con muchas ilusiones y muy pocos dólares. Peregrinó varios meses de Estudio en Estudie, y sólo consiguió trabajar como «extra»; más de una vez hubo de rechazMoesa htlinilde fuaci'^n por carecer ^.ejBidos en buen uso con los que La represa de la muerte (The Johnsla cimara. Un modesto toum Flooi\. Irving Cummings. El, hico le proporciona veinticinco beso ie medianoche (Midnigkt Kiss ) , Re ganancia, qtie empleó íntegro» Irviitg Cummings. El águila ailü (The (idad. El anuocio de la futura esBlutEagle ) , John Ford. / Madre mía I bajo la jwii iils del director (Moáitr Machree), John Ford. El immings efecto íulmiséptimo cielo (Seventk Heaven), ^Ci'mmings íllir.6 a la muchacha, Frank Borzage. A manecer ( Sunrise ) , >rtuna priteba de ftttooeni.'t y le F. W Murnau. El ángel de la calle papel destacado en «La represa (Sireet .ingel), F. Borzage. ^.gs cuaEl éxitj de ese primer t.a. tro diablos ( Four Devils), F.m Murírtante fué rotundo, poco desñau. Un plato a la americana Jfiunny"séptimo cielo» confirmó a Jaside Vp), David Butler. jfarianita net en «Impuesto de estrella- Está casada, (Merelv Ann), Henry King. desde e^ii de Septiembre de I929, con ei (Dchcidis). Djyid Bu abo^^aáé <le Sdn Francisco de California Padáy. lo mejor a falUt^^un chico Lydell #eck. Es la actris que m4s rendithe N^jíBest TT^), Harry |conóm-.CD ha valido a los producLachiBan. C « w l É L j j l e n r y King. EIM ericanos. primeé amor ('ClSSp > ' Hearti)M John íi Blystone La doncella de Est|3|ra, 1,50 me'ros. Ojos pardos. Caíin (Servant's KntranetJ. FrankW bello dStaño Lloyd ' 1 Película» que ha in prestattgWante y9brti6 rjtt». Mari' Dehtiosa pot^k Claro. ^ U R ERGNER B (EUSABETHJ (HARinO o mi'tros. Ojos azules. Caceniciento. (JANET) Peliculat que ha interpretadot abellos Nació in París el 12 de Abril de 1883. Terminados sus estudios de bachiller en el colegio de Saint-Nazaire, se trasladó con su familia a Marsella, y t:\ esta ciudad asistió a los cursos de Hidrografía. Quiso str marino, y aplicóse a preparar su ingreso en la Arma<1.i. El testro le seducía también, y con un g.-upo de amigos, adolescentes como él, oiganizó varias representaciones de aficionados, en las que logró notorios triunfos, singularmente por su mígnifira interpretación del drama «Le? Dc-ux Avcugles». En Tista de ello, venció la atracción escénica j abandonó de buen grado la sofl«4> ceti^isUi del mdr para inscribirse como alumno de Declamación en el Conservatorio de llafse11a. A los diez y nuer* años salió delConservatorio, marchó «jfarís e ingresójají la Compañía del Gran4'>Guignol; him- su afortunado debut con «l^drama de de Lorde «Le System* ytti Professeur me et du Docteur G«Mron», basado en un cuento céletre de |E(l?ar Poe. El gran actor Firmin Gémier-^ fallecido en 1934 — advirtió el magoiffco temperamento d^ Baur y le proporcionó un contrato de c » . tegorla para el Teatro Antoine; el éxito defi.iitivo no se Liro esperar. Muy aficio. nado a Ir s deportes, que cultiva desde la infancia, Baur fué campeón militar de natación durante su servicio en filas. Después de la guerr» intervino en varias peliculas mudas: pero hasli el advenimiento del cine sonoro no alcanzó el puesto eminente que disfruta en el séptimo arte. Es un gran lectM y un bibliófilo refinado. Está casado s^iene un hijo. AYNOR Nació en Viena el aa de Agosto de 1900. Pertenece a la tmtpMlta israelita. Turo como preceptor a un estudiante de Medicina, jud'o de origen español, que moldeó su carácter, de suyo bondadoso, en candor y generosidad. Estudió después en un Liceo 7 conquistó la admiración de sus condiscípulos por su exquisito arte para recitar. Cuando acababa de cumplir los quince años, a r r e g l a r ^ «as pá~ ella un matrimonioJMHVoso, .ou zó, consiguiendo^griOTBrtWtbpen sar en el Co: mediocre de sí mi deVienm significdj^F'ffsica fu< p.ara Stt^^^era. Por íin, ^acias a : nacida^Ktuvo un contrato con un ; resartne Iniv>brü¿|;r ciento ^ ^ t e eos ptV cuat^kneses de act]|i¡ti6a. Hiill despuás variiNknporadas efl Zurich, Munich Viena, y en esta úuájaa fué descubierta.;; contratada l^r VláUP"^ nowsky, r del I I illUlll más impoi de Berlín. En tomo iesu personalii ápidamente consagrada en singular igio, formóse una falsa leyenda de ujer fatal, que sirvió de base Jakob assermann |wra una novela. ConsidfeCda ya como lá mejor actriz de Alemada, debutó en el cine en 1924, a las óráKíes de Paúl Czianer, que ha dirigido twas sus películas y que es su esposo en lajTida real. Por su naturaleza judía fué ^ipulsada del territorio alemán a raíz del Mvenimiento del racismo al Poder. /'./(.<; iiM que ha interpretado!gf^ré Dmñd Golder, Julii'n Duvivier. Cinco caballeros malditos (Les cinq gentlemen nuiudils), Julién Duvivier. Los miserables (Les miserables), Raymond Bernard. La cibeza de un hombre (La tete d'un hommej, Julién Duvivkr. Trágica atracción (Cette veilte canain*). Anatol Litwak. Pelirrojo (Poil i t carotte), Julién Duvivier. Noches moscovitas (Les nuits moscovites I, Alexis Granowsky. Rolhschild .Marco dejíastync. Cn hombre de o'O (l.'n hoimu en or), Jeán Dréville, Giilgoia Mjolgolhu), Julién Duvivier. 1 y tíaM tH^KJU ' Estatura, 1,57 metros. Ojos pardos. Cabello castaño obscuro. I'elícula* que ha in (Quiin tuvo la culpa? (Nju). Doña ina (Donna Juanna). La violinis-' dt Florencia (Der Geiger von Flonz). Amor (Liebe). Ariane, la joti rusa (Ariane). Catalina de Rusia atherine tke Greai). Dirigidas todas por Paúl Czinner. vimiento—eon, al moverse, al caminar, al bailar, ella misma, eon toda su inocemcia y toda su aiogña, infantil. El mundo—y en gran parte por el cinema—se ha llenado de mujer. Del maleficio de la mujer, de sn alegría, de su tentación. P o r la pantalla, como en nn reflejo d e la vida, han desfilado mujeres innumerables. El recuerdo está lleno de sns mira das, de sus actitudes. El lai^o desfile ha llegado a convertirse en una obsesión. P o r ello es un descanso para el ánimo esta pansa que ofrece el arte—^aunténticamente infantil, todo ternura y claridad—de esta Shirley T e m p l e encantadora, en quien el mundo ha enc*ontrado m «amiga pública número u n o » . . J. M . A . B A S T A de gestos extenuantes y artificiales, de expresiones cuidadosamen- te estudiadas, de sonrisas muertas en cuanto la cámara deja de rodar; basta de manos que persiguen obstinadamente actitudes falsas, y de piernas que ensayan ima y otra v e z posturas voluptuosas... Calle, por irnos instantes, t o d o este inmenso artificio del cinema — admirable, en otro sentido — y abra paso a totla la encantadora espontaneidad de esta adorable Shirley T e m ple, pequeña n o v i a del mundo y «amiga pública número uno»... P o r q u e precisamente el gran encanto de Shirley Temple es esa espontan idad, esa gracia fresca y jugosa de toda ella. Dan a veces los niños en el cinema una sensación penosa, de esfuerzo, de infancia malograda y como encarcelada por ese trabajo ante la cámara. Mas Shirley Temple, no. ICs auténtica su alegría, y su infancia tiene toda la ternura y toda la desenvoltura de una niñez feliz, sin sombras, sin bastidores dolorosos. Basta, por ello, de esas manos de hombres y mujeres, de esas manos maduras que se buscan apasionadamente en las peliculas de amor. N o la numo que se crispa, o que oprime, o que acaricia. Sino estas otras manos—suaves, ligeras—de Shirley T e m p l e . Manos-juego, manos-vuelo... N o es una novedad de*»cabrir la profunda expresión que a veces cabe en una mano. Estas manos infantiles de la peíjueña actriz son tanto como su .sonrisa, tanto como esos bucles qne se ensortijan en .su cabeza. Están llenas de personalidad, de emoción alegre y niña. N o se comprende a Shirley sin esa gracia juguetona de sus manos, y estas mismas muchas veces son toda ella, son como im símbolo de toda su travesura y toda su espontaneidad. L a pequeña Shirley, llena de matiz y de detalle, compleja y múltiple dentro de .su simplicidad dencantadora, refleja íntegramente esa personalidad deliciosa en sus manos. Estas juegan y parecen sonreír, y enfadarse... Se unen y se separan, se buscan, diría.se que se alegran... Suaves, finas, las breves manos de la diminuta actriz van tejiendo un poema de ternuras e inocencias. Palpita en ellas ima pn)funda emoción pueril, y muchas veces parece que son— como el espíritu mismo de la chiquilla, como sn lenguaje — un balbuceo. Fijaos en Shirley Temple y comprobareis cómo su sonrisa niña v a rubricada siempre por un ademán de sus manos, que al enlazarse, que al apoyarse una sobre otra, tienen ia misma placidez, I* misma gracia candida y luminosa del pequeño rostro sonriente. F n a v e z más se confinna con ello qne en ocasiones la expresión no necesita de ima mirada o de un gesto para ser, efectivamente, expresión... Esas manos de Shirley T e m p l e , vistas sin el resto de la figura, desvinculadas de ésta, continúan expresando, siendo candor y alegría, v i d a transparente y diáfana. Y como sus manos, sus piemecillas. ( ^ n o c i d o es aquello de «Dime cómo andas y te diré qnién eres». Hasta ha habido quien ha pretendido fundar toda una teoría del carácter sobre el m o d o de andar. Las piemecillas de Shirley T e m p l e — a im lado piernas de las vampiresas o de las girls, piemas aisladas, en rebuscada at^titud vitluptuosa, o piemas en coro, unánimes eu el mismo mo- Shirlry T r n i | > i r . la artririta maratilio»a. «amigo público número uno», en una artilud y una rxprcttión moy »uvas r* ?MAC\0 déla. MÚSICA a . r n n J A N T t fROOOCClON DIRECTOR ^ . a c t c ¿ WALSH BROWN 2aMINAF/INTASrO ficrr LA SUAV DE UN ROSTRO NACARADO, EL UNA MUJER, PUEDE USTED CONSEG Pr: duelo c nal, superi VISNU Nacio- Tonos blancD, rachel, rosado, moreno, bronceado y ocre. lujiito T o v a r , la eii<-aiilaiiora estrella mejicana, Norprendida, diininle su ei>lanT« *-n Barcelona, con el p e r r o d e Kusiel, gerente d e H i s p a n o American Films 'Joxepna el cu inemm r'tnr ha conquistado (a • ¿V>uién no «entirá la llama r r r a d o r a del rharler>t«>n tra f r a n c T A e s , y HU próxima p<>l n « g r a * . Jotiefina B a k r r - n o un magnifico » c n i ¡ d o d r i «lii «HC^nica, 7 esto p o e d e d a r a lia una gracia personal, a n t que pu<Mle estar la clave iMÜarina Josefina Baker. ia. gran sirena? IA iitn t'n l o » EMtudioti llamará « L a Veno»! la «tecírlo- p o s e e d f la animación , ante la pantaivo y alegre, en el la popuiarísima del ccríe cinemahJB^ f l L celuloide, aunque suene a anomalía, tie_J ne la virtud de modelar. A golpes de bu­ ril crearon los escultores clásicos sus obras inmortales. Trazando pinceladas sublimes, los maestros del Renacimiento d i e r o n al mundo rostros que han quedado como modelos instauradores de la belleza. H o y , en plena era de modernismo, nos halla­ mos frente a un arte, mímica de la retina, de la imagen. Y en el fondo de ese arte—el que, segi'm dicen, ocupa el séptimo lugar—vemos reprodu­ cir las soberbias esculturas humanas que han creado los grandes modeladores del lente. Justo es consignar la labor ímproba que constituye para el director de un film crear personalidades, crear una mujer. Mujer que no puede realizarse ni a pinceladas, ni a golpes de cincel, sino me­ diante gestos, enfocándola en un primer plano de acción, ángulo, yuxtaposición, fondo, que retma las condiciones ne­ cesarias para que aparez­ ca bella, atrayente: actriz. Dos casos hay en el ci­ nema americano que cons­ tituyen las v e r d a d e r a s creaciones de los moder­ nos clásicos del cinema. Estos son Marléue Die­ trich, v o n Sternberg, Syl­ v i a Sidney, Marión Gering. Von Sternberg, el hom­ bre del rostro fiero, des­ cubridor de Marlene, pue­ de vanagloriarse de ser su verdadero creador. L a adi­ vinó, la «sintió» cuando ésta era aún una artista sin i m p o r t a n c i a en' las pantallas silentes de Ber­ lín. F i s i o n ó su mirada profmida de genio pensa­ dor en esa vampiresa in­ quietante y peligrosa que hoy admiramos, rival pe­ ligrosísima de la sublime sueca. H i z o su rostro, el \ on Sirrnbcrg, rl honihrr dri rostro fiero, d r s r i i b r i d o r dr Marlene, purde vanagloriarse dr ser su c reador, su rsrultor estético, espiritual y psirolóf;iro, el que antes que nadie lo­ gró poner en tensión, some­ tiéndola a su albedrío, la sen­ sibilidad exquisita de la actriz eminente. Sin Sternberg, Mar­ lene, de seguro, no habría exis­ tido para el arte~. nuevo ángulo de su cara triangular, y su i m e v a personalidad inconfimdible. Creó una sintetizada y estilizada estatua moderna, de rostro enigmá­ tico, de ojos febriles, de labios contraídos en un rictus de firmeza, de manos contraídas y de frente curvada bajo unas sienes de oro. Marlene es la sirena torturadora, no esfinge nórdica, sino estatua de carne, que v o n Sternberg ha vestido con el atavío abigarrado de la prostituta en un puerto sucio, perdido en la polvorienta <•<^«\l^ ;ifri- cana. Marlene sabo sublimizarse en lo.^ momentos donde la mujer caida llega al borde del abismo. Y esa estatua, hecha de nervio artístico, tiene una v o z profmida, g r a v e ; v o z que r e v e l a noches pasadas entre risas falsas, c h a m p á n y tóxicos. I <>s nombres Ae S>l»ia Sidney y Marión l.erii.g irán eternanienle unidos en la historia d e l ríneniatógrafo. IJI Sidney lialló en Cering el director que mejor supo modelar su espíritu, y Cering encontró cn Silvia la actriz que mejor interpretaba sus concepciones... Esa fué Marlene en Marruecos: una legionaria del amor, enamorada de Gary Cooper, el eterno militar o gángster del lente americano; eso fué Marlene por obreí de los golpes de buril l o g r a d o s entro gritos de megáfono, logrados por las v o ces imperativas do Sternberg, y fov^'O.s d e s l u m b r a d o r e s do luz. Después y a la estatua cobró v i d a propia,y en Shangha i Express sus cejas so orientalizaron, para adquirir mayor exotismo, y la hembra perdida en el interior del Continente amarillo fué la misma idéntica mujer de Marruecos, cincel de v o n Sternberg, modelando otro ropaje sobre el busto breve, sobre la figura de celuloide quo había creado. La misma en La Venus rubia, siempre igual, eterna sirena de fuego y hielo, personalidad falsa ciertamente, un veneno para la pobrecita espectadora que no sabe comprender ni analizar el trabajo de un artista que ha creado su modelo incopiable y absurdo en la vida real. Marión Gering-Sylvia Sidney es otro caso do creación personaUsima Aquí no &, la figura do mármol o de bronce, hieratica en el rostro, tentadora en la carne. L a labor de Gering es la do un miniaturista oriental, de un realizador quo ha hecho de una ingenua vma mujer excepcionalmente interesante. L a Sidney tiene en los labios, cn los ojos, en la sonrisa, im encanto quo de tan ingenuo llega casi a pecaminoso, o de tan pecaminoso a ingenuo. Geisha, ataviada con trajes europeos, cosmopolitas, mejor. Dulce, delicada, con su gesto felino de gatita joven, replegado, tímido, aquel gesto de las danzas ni[)ona.s, una mirada verde azul, una labor de contrastes, detallista, como la delicada composición de una porcelana china. Marión Gering es el orientalista del celuloide que creó vma madame Butterfly imposible de superar en la pantalla y en la escena. Y la dulce japonesita engañada ha quedad(j para siempre en el lienzo, aunque no vista los kimonos salpicados por imnensas flores de loto, ni la monumental cabellera laqueada. S y i v i a Sidney sigue con el diseño de su sonrisa dulce, de su mirada húmeda como sierva enamorada. Sola con su amor fué un nuevo dibujo cuyo autor fué Gering, el pintor que sabe de la paleta gris arrancar esa mujer d e ojos oblicuí)s, inspiración de su mentalidad exquisita. Gary Cooper, en fel centro, queda también como expositor de la Sidney; con fué revelada en Calles de la ciudad, así como Marlene lo fué en Marruecos. Ellas. Esculturas de carne, humanizadas por su creador, serán las obras clásii del cinema moderno, que unen a su propio arte el valor de quien supo crearlas, do •n supo seleccionarlas entre esa masa mujer hecha en serie como muñecas de .ir. Ellas simbolizan el arte, el matiz occidental y oriental. Gerin-Sidney, Sternberg-Dietrich. CECILIA A . MANTUA h'Mmn ruairo b<-IU-zait «-xhibrn aiftiiiiu» de lox mwq u « h a n de l u r i r r a un próximo film. Sería difícil prrciiMir cuál d e e l l a « b a l e a las restantes e a a d ü e » y •riciajtlidad B ECKY Sharp, el film en colores realizado por Roubén Mamoulián, y que nos será dado a conocer con el título español de F « r t a de vanidades, es el primer exponente de esta nueva modalidad del séptimo arte, que permite a la cámara tomavistas la captación dire«;ta de todas las gamas del color. ¿Significa ello, en realidad, tm nuevo y positiv o avance de la cinematografía? Por lo pronto, esta flamante fatuta del taJkie ha suscitado y a , apenas nacida, las más dispares controversias. Mientras hay quien afirma que éste es el verdadero camino de perfección del cinematógrafo, no faltan los q u e aseguran q n e si —como ellos temen—la captación del color no {Qcanza el grado de fidelidad indispensable, el cinematógrafo sufrirá un rudo gol|ie, y el público, que ahora lo considera como su espectáculo predilecto, le volverá, decepcionado, la espalda. VMU)H apasionados t«mentarios que aliora suscita el advenimiento del cine e n «iolor nos hacen recordar los que determinó la aparición del cine parlante, ciiya hegemonía nadie discute Cail Patríek, 'al moMrarno« rMr traje pirno de « e ya, lo cual no obsta para que sigan prodigándole su desdén iioríal distinción, reafirma aquellos calialleros que cuando hizo su aparición preconizahuti prestigios de mujer ron—ya se ha visto ÍMU qué acierto—su (»casa vida. bella y elegante A l g o semejante sucede ahora con el cine en color, y es FOT. rxiAHOUNT seguro que sns actuales detractores, tomando ejemplo de los que lo fueron del talkie, pn>seguirán inexorables su negativa campaña, pese al triimfo que para la nueva modalidad {)resentimos y auguramos. En cualquier caso, y prescindiendo de aspectos cuyo análisis nos está vedado en esta trivial sección, es indudable que la llegada del cine en color ha detenninado, técnicamente, una verdadera convulsión en todos los aspectos. P o r l o que a la tendencia más o menos afortunada de un sombrero y el acierto o desacierto de los mil detalles complementarios de las toilettes de las estrellas, pero les estaba vedada, o sólo podían hacerla >ür deducción, la percepción de las diversas tonalidades de color que integraban el atavío, v a armonía o la discordancia de los matices empleados. El cine en color viene a resolver de plano ese arduo problema transcendental. Aliora las i pectadoras que gustan de seguir las orientaciones que en punto a elegancia» marca el cinematógrafo, podrán admirar, con idéntica comodidad y precisión que lo harían en una sala de modas presenciando un desfile de maniquíes, el chic de tm traje de noche, la seducción de un tailleur y el encantíi de un sombrero original. Y todo ello con sus auténticas tonalidades y sus exactos matices de color. Otra cosa bien distinta significa para los artistas del ecran el advenimiento del cine en color. Antes, una simple indicación del director acerca del atavío adecuado para cada escena bastaba. Cada artista, libremente, elegía los colores de su predilección, dentro, claro es, de las < onocidas normas f u e la lente exige. Con el cine en color, sus iniciativas personales en tal sentido quedan restringic as a tal extremo, que llegan a la anulación absoluta. L a actriz puede, sí, como antes, elegir el modelo o los modelos que ha de exhibir, previa aprobación del director; pero otra cosa muy distinta sucede con la selección de las tonalidades, que está sometida a una serie de interminables consultas, en las que intervienen el bocetista de modelos, el técnico del color, el director del film, los operadores y hasta el jefe del laboratorio. Cuando el criteriti de todos ellos ha coincidido—1Q cual no acontece sino después de largas y profusas discusiones—, la toilette en litigio puede realizarse. Claro es que, por lo comiin, en total desacuerdo con el criterio de la artista que ha do huirla. Vosotras, lectoras, mejor que nadie advertiréis qué horrible tortura significa para tma mujer esta ingerencia de tantas opiniones en la elección de un vestido. T a n t o , que y a se ammcian importantes deserciones en los elencos femeninos de H o l l y w o o d , y se han registrado rotundas negativas de muchas estrellas a actuar en el cine en color si persiste el criterio de privarles d é l a libre elección del tono de sus vestidos. L a noticia nos parece prematura y exagerada. Espercnn que entre todos lleguen a tm acuerdo. , Irene W « r l . \larv W a l l a r c j Sall> l . i l e r » iifrtT.-n a q u í a n i i f s Iras i r r l o r n ü a l g u n o s elesanieii a l a v í o » , <|ii<- p r o n t o p o i l r e i n o » a d m i r a r n i p r ó x i m o s lilins < nosotros se refiere, hemos de señ:dar tan sólo su relación con el espíritu intranscendente de nuestra página de eleg mcias, anotando algunas consideracitmes tpie nos sugiere este nuevo aspecto de la cinem.iti grafía, en cuyo esforzado paladín .se ha erigido el célebre director de Calles de la dudad, y el cual afirma que será tím arrollador el éxito de la producción en colores, que en im plazo de dos años habni invadido todas las salas de proyección del miiiido. Pero volvamos a lo nuestro. Desde el punto de vi.sta do las espectadoras, y prescindiendo de toda otra valoración artística o psicológica de cada tihu, es decir, tomando de este nuevo aspecto del cine lo meramente externo y objetivo, el cimematógrafo en colores viene a resolverles un problema que la pantalla gris hacía insoluble: el de las elegancias. Les era dado, sí, admirar ID línea más o menos feliz de un traje. „ . .... . MÍQSQXX¿__... 6£ Joejvfi WaííverBros.íirjtííatloiuil ÍÜiny. fiE CA c 3 M E A belleza es la moral del desn«ido. ( \ i a « t o m á » desnuda se mueatra la I elleza, más para es s i mo.al. Resulta comprensible q' e si el estado de naturaleza en el arte no fuese perfet^tamente moral, no existirían los denudos en mármol que pueblan el Vaticano, ni muchas estatuas (jue son ornamento de parques, jardines y plazas públiciis en todas las ciudades del mundo, y habrían desaparecido de catedrales, (tolegiatas y ermitius las imágenes de San Cristóbal y San Sebastián en la f<»mi.i en que es costmnbre exhibir estas dos figuras del retablo bíbli(;o. IÁ) único que exige el desnudo i)ara ser casto y no sugerir pensamientos lascivíjs, sensacione.N genésicas, es estar sujeto a las normas clásicas de la plasticidad, y que el individuo se enfrente a él limpio de intejiciones turbias y de deseos tor})es. (Mando le f;iit ii al desnudo o a su ct)ntenq)lador ese ^^^R. estricto sentido artístico, cae en la porJ^^^m nografía. El desnudo ha saltado del barro y de la tela pictórica al lienzo cinematográfico. Por ser el cinema, en imo de sus múltiples a.spectos, plástica dinámica —^no estática, como la escultura y la pintura—. requiere un t^tcto espe<'i'd en la presentación de sus imá genes desnudas, para no exponerse a resbalar por la pendiente pornográfica al menor descuido del realizador o del modelo. Baroja no cree que haya un valor estético, como un valor matemático. Tiene razón el áspero y bronco novelista vasco. FJ\ arte no tiene la exactitud, ni se rige por fórmulas concretas, (;omo la ciencia. Cabe interpretarlo de modos muy distintos. Influye en el lu-te, además del modo, la moda. En Matemáticas, dos y dos son cuatro, para el docto igual que para el profano, mientras que en arte el mismo desnudo puede producir una extensa gama de sensaciones e ideas según el grado de cultura, el temperamento y la sensibilidad artística del que lo contempla. Las tres Gracias, de Rubéns; La maja desnvda, de Gu LJ va; iva nieta de la Trini, de Romero de Torres, con»o no .son .Matemáticas, se presentan de m i ñeras diversas ante ojos humanos diferentes. Pero, de t(Mlas formas, si el arte no obedece a leyes fijas, tiene una técnica, una exprcvsión. L a línea estidica que ha de seguir el desnudo en el plano escenario está trazada por la moral de su época y por el ambiente y las circimstimcias en que el desnudo se produce. En Éxtasis, por ejemplo, el desnudo responde plenamente a un concepto sutilísimt) de la ética. Es, en sí mi.smo, ética pura porque es belleza íntegra. Las flores, las plantas, los insectos, los ani males, se fecundan y reproducen en torno a una doncella rei;ién des])osada con un hombre agotado e inapetente de deseo. L a virgen siente arder su carne y su alma en medio de la cálida sintonía de amor que estremece la Naturaleza toda. Sus dedos ágiles y febriles golpean c<m furia el teilado de mi piano, cuyas notjus se fimden al acorde viril de la Naturaleza en plena actividad creadora. Siente tm anhelo tremendo por ser elemento integrante del bárbaro y sublime concierto (pie llena la noche. Ivs inútil su esfuerzo. Fjit(mces, en súbito impulso, deja resbalar por el cuenco estremecido las tela.s qne lo <ubren, queda desnuda, atraviesa corriendo la campiña y se sumei-ge en el río, rpie acaricia su canie y la abraza C(m sus aguas transparentes y rumorosas. VM este pasaje del film el desnudo se muestra en tm ambiente propicio, en circunstancias que no están en ])ugna con la moral. Es bello, por(|ue la modelo es perfecta de líneas. Etica y estética se confunden en mi solo concepto artístico. N o siempre ocurre así, y es entonces cuando el desnudo rebasa la línea moral y entra en la zona obscura de la pom(jgrafía. La misma muchacha, sin la sinfimía de la Naturaleza en su función fecimdante y creadora, sin el ambiente de la campiña c(m la clara linfa del rio, sin la circunstancia de la hnpotencia del esposo, en camisa y c()n medias dentro de la alcoba, habría resultado una imagen turbia y ( bsccníí. El cinema yanqui, entre otras cosas, ha aportado a la pantalla la sex-appeal: la mujer que posee atracción sexual, capaz de pnxlucir con su imagen sensaciones físicas, genésicas. El talento del realizador y el arte de la actriz, cuando e* ])(mderado, evita muchas ve<;es la caída d e la imagen cinematográfica-—que se exhibe en ima semidesnudez incitante—en la pomogiafía. A(;túa la vampiresa, la sex-appeal, en un terreno resbaladizo, l'n detalle mímico, aparentemente insignificante; ima pose un timto erpiívoca, puede comprometer su de(>oro artístico, (^aiece la sex-appeal de cualidades físicas determinadas. Tiene tantas variaciones como tipos femeninos existen. Puede tener la línea recta de Greta Garbo y la (jpulenta de Mae West; la figura angulosa de Marlene Dietrich y la silueta maciza de Clara Bow; las piernas ágiles y finas de .Joan t>awford y la belleza exótica de M y m a liOy; el jiecho liso de Jeán Harlow y el seno opulento de Anna Sten; la nariz aguileña de N o n n a Shearer y la naricilla insultante y respingona de -Miriam Hopkins. Rubias platino, trigueñas, castañas, de pelo negro como el azabache, de silueta estilizada hasta lo inverosímil—apuros huesos, estjueleto i'asi mondo de came—, de formas ebúrneas; al- Marlrnr Diririrh anir KB escultura, qur Mpmrrre, romo H* rcrordará, rn aquella gran rreaciúu suya de 'VA ranlar de los raolarea» , bajas, guapas y tea las pueden poseer se fteal. I'ero no todas ejercen • .a atracción sexual. Es una c u a l i d a d temperamental, artística, psicológica, incluso moral, mucho más que física. El d e s n u d o completo de muchas de estas imágenes del celuloide resultaría imnoral por carecer de la perfección estética que exige la belleza cuando se muestra desnuda de sedas y sin afeites. De ahi que la sex-appeai no enseñe su cuerpo completamente desnudo; lo insinúa bajo las telas sutiles que lo ciñen. De mostrarse ea el estado edénico, fracasarían sus encantos. A muy contadas v a m j.iresas habría deificado Grecia como deificó a Lais, la amante de Apeles, que fué diosa en Efeso, y a Friné, la amiga de Praxiteles, cuya estatua adornó el templo de Delfos. N o se olvide, sin embargo, que así como Grecia eligió sus diosas entre las heteras más bellas de Atenas, Corinto, T a nagra y .Megara, el cineUn «orprrndrnle efecto de belleza con»rguido 4'n una de C6as modernas comedías cinematoj^ráfícas arrcvístadas, a cuya suntuosidad y a cuya ma crea sus bellezas, auaudacia no se podrán acercar nunca las revistas teatrales xiliado por la cirugía estética, el maquillaje y los «trucos» de cámara, L a belleza de la imagen en el lienzo, auténtica villosa conjunción de la estética y la ética en el y luego las deifica, temporalmente, en la pano artificial, desnuda o insinuante a través de arte. talla. telas sutiles, forma por sí sola ima moral: maraMATEO SANTOS EL PRIMEK CONGRESO DE LA RADIO FIL.MS EN ESPAÑA _ „ _ „ Cnn motivo d e celebrar en ICspaña su p r i m e r C o i i s n - . o Cii alográliiMi ln Radio l-ilms, esta importante entidad riiiematofcrática obsequió rerienti-mente en Barcelona con un bantfuete a los empresarios y las representaciones periodísticas de la citada ciudad?líe «quí un momento del bai"¡|u."e"%ue fiJTI^s"dídl^r ilustre director-gerente Je U Radio film» cn España, don Roberto Trillo, que fué, coa moüvo de c*te primer Congreso muy felicitado por los r » Jensates de U fiesta , o i . T . . E N , «^^^ \ lu <ab<-/ii lii-l ¡{rail reparlo <N<)1>I< / u bnliirrn» nr^iiiiipnlo de D i r e i i l a \ d i r e c c i ó n de KIorián R e y - - f í g u r a n la jEentiliúnia Iuiimtíu Argentina y e l grnn Miguel L i g e r o , q u e e n esta cinta c o n f i r n i a n . n n a vez más, s u s e x c e p c i o n a l e s méritos de artistas d e c i n e m a I \ ^ NA de las condiciones bajo las que necesariamente ha de desenvolverse el nuevo cinema español es la de saber ser fiel al espíritu, a la emoción y a los valores de nuestro propio país. E.ste será, precisamente, nuestro triunfo, ctmio ha sido el triunfo de todos, los cinemas que tenían una^personalidad y que. j)recisamente por esto, han sabido imponerse. El cinema espafiol ha de ser, de un m o d o fimdamental, y aimque ello parezca a primera v i s t a una redundancia, espafiol. Es decir: ha de mantener tfidas las gracias y todas las emociones que integran nuestra personalidad. Claro es que lo español no quiere decir la españolada, el chafarrinón que tantas veces, lamentablemente, ha asomado a nuestras producciones. Saber caj)tar y expresar lo justo y bellamente esiiañol será el acierto y el triunfo en nuestro cinema, orientado y a hoy por rumbos de seguridad. Nobleza baturra acierta a recoger este acento y esta emoción. Es una película neta y limpiamente española, sobria, alegre, sin cho' irrerías, y emocitmante sin sensiblería.s ni efw:tismos. Muy española, no asoman a ella, sin embargo, los colorines de lo lalsamente español. Sus fondos son los fondos, tan nuestros, de la campiña aragonesa. Y esa misma emoción, recta, noble y franca, del alma de Aragón es la que palpita a lo largo de las escenas de eáfilm, en el que Florián R e y ha jmesto sus mejores entusiasmo'oda su maestría de gran tlirector. i^orián R e y , prestigio legítimo de nuestn) cinema, ha acertado a hacer en Nobleza baturra un film emimintemente e.spai"iol, marcando así la nita que nuestra producción debe seguir. Esta cinta, ]M>r'^11 « i I • icdiiil II ri(|ueza e x j m s i v a , [Mir la maestría que re- onstituirá para Florián un gran triunfo. P o r q u e en ella Florián ha sabido ser, plenamente, un gran director, un director complet o ; no el hombre que busca exclusivamente su lucimiento, sino el que se preocupa, sobre tod o , de hacer una buena película, de atender a los menores detalles, de hacer que todos los elementos se fundan y se compenetren en una superior armonía. Y así, la protagonista es I m p e r i o Argentina, figura primerísima de nuestra pantalla, artista toda ternura y feminidad. Ella da al personaje de Pilar t o d a su gracia sensible y toda su b r a v a pasión. Ella es el alma de esta película, la f ^ r a de mujer que desde que aparece en el lienzo prende en el corazón de los espectadores. J i m t o al profundo encanto femenino de I m p e r i o Argentina pasan por la pantalla la gracia espontánea y jugosa del gran .Miguel Ligero—baturro insuperable—, y el ímpetu juvenil del galán Juan de Orduña, y el arte sobrio de Domínguez L i m a , y la belleza de Carmen Luciano, y el zumbón acento de Juan Espantale<m... Un grao reparto, en el que para cada personajo se ha ido buscando su posible intérprete mejor, el que de un m o d o más justo y más fiel pudiese encamar la figura y el espíritu de cada tipo imaginado. N o es sólo Florián R e y ; no es sólo ese reparto excelentísimo; es, además, un operador de la maestría y d e la seguridad de Gaertner. Su l a b o r e n Nobleza baturra es verdaderamente admirable. Dentro de la buena calidad fotográfica de toda la cinta, hay momentos y cuadros de positivo rango internacional, de un v a l o r que se acerca al de las grandes creaciones extranjeras. Nobleza baturra... S o b r e el argumento creado por Joaquín D ¡ c e n t a ( h i j o ) , Florián Imperio AraenlinH ) Juan de ("trdtiña e n u n o de los más i n i e r e R e y ha bordado mía sniilrs momentos de la n u e v a p r o d u r c i ó n de Cifesu Nobleza b a turra», clirisida p o r el gran F l o r i á n K e y gran peücula. Ftmdos t í p i c a m e n t e aragoneses: labores de trilla en los c a m p o s soleados, una a l d e a t r a n q u i l a , alegría de rondalla y clamor de jota. P i l a r es una bella muchacha del p u e b l o : sencilla, leal, noble, alma v i v a de la tierra. Los mozos la v e n pasar con admiración cuando v a a misa, cuando pasea con su prima, cuando marcha al campo... H i j a del acomodado t í o Eusebio, el corazón tle la muchacha no v a , Vu la caluuiniíi está h a c i e n d o su o b r a . I'or el a l m a noble, f r a n c a sin embargo, hacia niny leal de l'iinr - magiMTieamente e n c a r n a d a p o r lni|>erio .argentigím m o z o de su mi.sma na pasan lu-. s o m b r a s de io que e n el pueblo se dice c o n t r a la biuina posición. Pilar muchacha... Kste momento de «Nobleza baturra» refleja toda la vivacidad y toda la animación (jue Florián Rey ba acertado a imprimir a las escenas del nueva film español (¡8, sin que el pueblo lo sepa, sin que sus mismos familiares lo sepan, novia de Sebastián, tm muchacho que trabaja en la casona de la mujer. ¿Qué importa la desigualdad económica, la diferencia de c l a s e social? Ellos dos se quieren, y ésta es la única verdad para Pilar. Otro mozo la corteja: Marco, acomodado, que la conoció desde niño y que es visto con buenos ojos por el padre d e la muchacha. Un día—^hay baile y copla en la casa—Marco logra apartar a P i lar de la gente, y a solas, en un cuarto con ella, la expone v i i ' su amor... Ella le rechaza; luchan los dos, y como respondiendo a las llamadas del corazón de la mujer, en el marco de la puerta se perfila la figura de ^^^^^^^^JH^ Magnífira ^^^^^^^^l^^^^^^l de la siega. ,¡Murnau? ¿King > idor? ^^^^^^^ Senrillauírnte Florián Rey, y para la pelírula «.Nobleza baturra», filmada para Cifesa r n los Rstudios de la taudad l.iiieul l.a maestría de Florián como director ciiieniatográfici» se revela en esta bellísima esrena dr la cinta; (Carmen Luciano entre trigales, c<> mo en un himno a la Naturaleza, en un paisaje soberbiamrntr r a p t§¿g oor la rámara de (iaerlner Sebastián. Se acometen los dos hombres, y bajan, rodando, lutíhando, por fa escalera que da al sitio en que se mezclan guitarreo y jota. .Momentos de confusión y de temor, a los que pone término la actitud conciliadora del cura del pueblo. Poco después las guitarras siguen, y el clamor vibrante de la jota apasiona los corazones. Pero en eí espíritu de Marco ha quedado un sedimento de rencor contra la much.i cha. L a obsesión de la venganza le domina. Y su venganza es sin sangre, sin violencia y sin gritos. En combinación con tm amigo suyo, que (ÍS como un lebrel, logra una noche introducirse en la casa de Pilar, entrar en su cuarto y descender por el balcón a la cMe. Una ronda de mozos—a la que previamente se ha atraído allí—-ve cómo un hombre desciende, entre las sombras, del cuarto de Pilar. L a honra de ésta está y a en la calle, por aquella venganza de un hombre despechado. El pueblo lo sabe inmediatamente: en la taberna, en las tertulias, junto a la fuente, no se habla de otra cosa sino de que un hombre baja del cuarto de Pilar por las noches. L a calumiña prende rápidamente, y llega hasta el propio novio de la muchacha, que duda también, que v e por el sudd sn- siuñus v sus ideale.s. Sebastián y Pilar .se encuentran un día en la iglesia. Se (pucuu \ , s m c m U a i g u , la obra de la calunmia mi.serable les sei)ara. Cuando el muchacho sale, destrozada el alma, en el otrio de la iglesia está el cura del lugar. «Piensa, hombre, piensa—le dice al mozo V verás ctjmo das con el término de tus malos...» Y Sebastián, pensando, pensando, da con lo que puede ser la felicidad. L a nobleza baturra, eterna en el alma aragonesa, asoma en él y tma noche es él mismo el que se desliza por el balcón de Pilar. De este modo, para todos será él el qn(> bajaba por el balcón de la muchacha De este modo, él se casará, ne<esariam(mte, con Pilar. Sobre este bello ])oema de Dit^enta, Florián K e y , con la colaboración entusiasta d tiaertner y de todos \o8 intérpretes, ha tejido una pelí<!ula <le profunda emocitm humana de neto acento tíspañol. Nobleza baturra ha <\o significar para núesn-o cinenn uii.i uu v a V letntima victoria mñs mc/ommc/mfím¿¿ señora Prentiss quiere casar a su hija con un millonario que reside en el mismo hotel: Mosley T h o r p e , que tiene la manía de escribir cuartillas y cuartillas sobre el rapé. U n millonario es siempre im buen partido; mas un millonario v i e j o , maniático e impuesto, pierde, f>or estas condiciones, toda la seducción de sus dólares. .Ami, naturalmente, se rebela ante el amor que su madre le propone. Y sólo cesa en esta actitud de rebeldía cuando la madre ofrece a la muchacha un mes de vacaciones, durante el que Ann podrá hacer cuanto quiera, siempre que al comenzar el otoño se ' a - e e<,n Mosley Thorpe. el millonario. Tiene la costumbn^ la .-eüma Prenti.ss tle organizar todos los años un ft\stiv,d teatral benéfico. P a r a el de este afio ha conseguido la ayuda de un gran animador escénico. Xicoleff, y de un excelente decorador de teatros, Schultz. L a señora Prentiss se obsesiona con ensayos y figurines, con músicas y tiecorados, mientras todos los personajes del hotel siguen con su afán: el j o v e n Dick, .\nn. la inuchaihita encantadora; ^h)sley Thorpe, el millonario... Dick se ha enamorado de .\nn, y A n n se ha enamorado de Dick. Pasean juntos, recorren tiendas. Dick seria completamente feliz si no fuese por una gran sombra (jue le enturbia «?sta felicidad: el dolor de tener que confesar algún día este amor a su novia primera. Esto le tiene in^— I.a fina belleza de f nieto, desasosegado. Un G l o r i a Sluart, ¡irolagoc ia, añilándose de ioáo nistu d e «Vampiresas su valor, se decide a deI<>.'t6>. donde la j o v e n a r l r i z realiza nna labor círselo. Comienza a hallena de n i a t i r r s y de blar, b a l b u c e a n t e , nerfeminidad vioso... Y cuando esj>eralia en la muchacha gritos Dick P o w e l l y f^loria y lágrimas, ella se echa a Stuart e n u n o de l o s reír. más bellos momentos -¡Qué tonto eres! T e de la cinta « V a m p i r e nías miedo de decírmesas 1936., e n la que los dos exrelentes artistas lo. Es que y o tampoco te d e s a r r o l l a n una labor , quiero ya, ¿sabes? El que de lim» r o m i r i d a d \ ahora me gusta es Humbolt, el hennano d e tu nueva novia. Thorpe. e l millonariti, «ontinúa obsesionado por sus estudios y sus investigaciones sobre el rapé. Buena parte del día la pasa dictando a B e t t y , la mecanógrafa del hotel, nuevas páginas sobre ese gran tema que le des- piresas no dramáticas las de este film; por el contrario, su maleficio sobre el espectador es sonriente y bienliumorado. Ambiente frivolo de u n hotel de lujo. Viajeras í decantes, músicas perezosas, equipajes con eti- j quetas de todos los hoteles del mundo. Es una i'esideiicia para los felices de la tierra. En ella trabaja Dick Curtiss, un muchacho que con lo Hue ahora, cn verano, gana y consigue ahorrar «estudiará en el i n v i e n i ) . N o es para él el verano estación de reposo; al n \ t'á, es siembra para los •luros días invernales. ( laro que no todo para el l>uen Dick es trabajo; el amor ha prendido en él. y eutre el muchacho y una dependienta del hotel ' tejiéndose el lazo eterno. •Nuevos viajeros: la señora Prentiss, •'ll hija Ann, su hijo H m n b o l t . Humbolt se ha casado y a cuatro veces, siempre, ¡ay!, ^^n mujeres que sólo "Mscaban su fli- '"íro. La ( V a i n p i r e M s I934> et* u n a ritila pra'xliea «n «-srenas ór a l e g r í a , e n cuadros (an a n i m a d o s c o m o é s i r , r n que u n a s cuantas «girls» s o n r í e n a l a c á m a r a cinematográfica vela. V AMi>TRR8A8 1936» ofroce en su reparto el interés de ver jimtos a dos actores de la calidad <le Adolfo Menjou y Dick P o w e l l . Dos galanes: el galán juvenil, alegre, efusivo, ingenuo, (spontáneo, y el galán maduro, experto, ^^^It—i^B'W'^^ reflexivo, que f>one siempre una intención en sus palabras y que v a al amor como a un juego de experiencia e inteligencia. Dick Powell y A d o l fo Menjou son dos actores de magnífica personalidad, de indiscutible acento propio. ¿ A quién se parece Adolfo Menjou? ¿ \ quién se parece Dick Powell? N o es posible hallar una respuesta leal y justa a estas palabras. Cada uno tiene un valor auténtico, sin posible .semejanza con nadie, distante de toda influencia y sin proyección de ajenas personalidades. Los dos actores son los intérpretes masculinos principales de Vampireeag 1936. En cuanto a ellas, estos tres nombres, sobre t o d o : Gloria Stuart., Alice Brady, Glenda Farrell. Ix>s nombres de los actores y de las actrices son y a el mejor cartel de lo <iue es esta cinta: una sucesión de escenas divertidas, de cuadros brillantes, de tnomentos animados por la sana alegría de v i v i r . Quiere el mundo olvidar toda su tremeitda preociijiai loo de hoy, toda la angustia actual de v i v i r . Olvidar, olvidar a toda costa... A esto responde la moda creciente de este tipo de películas risueñas y dinánticas, que no añaden preocupación al pensamiento ni nuevas sombras al corazón. Rostros que sonríen, cabriolas, desfiles de mujeres bonitas... T o d o un cimcepto ligero y optimista de la v i d a y del mundo. Vampiresax 1936 tiene esa misma alegría: .'^eguir sus escenas es sentir sobre el ánimo una ducha feliz, una oleada de sensaciones gratas. Busby Beskely, el director de la cinta, ha sabido dar a ésta una encantadora vivacidad un ritmo fresco y jugoso. Nada tan pen((so como el contraste frecuente entre el afán di ttacer una película amable y el resultado, después, de esta película, qne resulta fría, inerte. En cambio, m e n ^ a la gran labor de animador desarrollada en esta cinta por Busby Berkely, tíwlo en Vampiresas 1936 tiene tma gnu-ia juvenil, lograda plenamente. Son unas vam- I no de ^ los bellos ruadrws de revista de esta n u e v a película, l'n momento de esta n u e v a película, en ruyo r e p a r t o figuran varios ilustres nombres del c i nema. E n esta escena se v e , al fondo, e n pie, a ia i z q u i e r d a , al gran A d o l f o Menjou O c h o «girls»,—* o c h o sonrisas... «Vampiresas 1936> está llena de escenas a n i m a d a s por la g r a c i a optimista de la m u j e r t.' Á Está escribiendo u n a voluminosa h i s t o r i a del rapé, y p a r a el buen ombre, fuera de e s t a lisesión, a p e n a s existe nada. Fstas c o n d i c i o n e s de escritor llegan a conocimiento de la señora Pren^ j ^ ^ y nti Vacila ésta en pedir al amigo millonario su cohiboracióu para el » i i ^ llamada a ser e n las pantallas de todo el g n m festival que esta preparando. —Quisiera q u e me escribiese unos versos, para rpie fuesen recitados en mi mundo u n o de los fiesta. grand,-»^éxjt^«w^de la eiiipora a B e t t y , la mecanógrafa, idea una travesura: e.>iu.. el buen millonario es totalmente tlistraído—-esa historia del rapé...—, le pone a la firma, en v e z de los versos que él la ilictt). otn)s de apasionado amor, dtxlicados a ella misma. Thorpe los firma, como hubiera firmado su propia sentencia de muerte, sin enterarse. El millonario sólo tiene atención para esa magnífica historia del ra{>é que está escribiendo. L a pobre señora Prentiss, al conocer lt>s versos, se deshace en lamentaciones. ¿Quién hubiera podido pensar esto del viejo miUooario? ¿Y^ éste era el hombre en quien ella pensaba para marido de su hija? falta tiemix) a la mujer ¡lara deshacer el compromiso entre Mosley T h o r p e y A n n . .\ este disgusto sigue para la señora Prentiss el de unas cuentas hiperW)licas que le presentan sus colaboradores en el festival escénico. Tras esto, I l u m b o l t , su hijo, llega anunciándole su compromiso matrimonial con la dependienta del hotel. Después, su hija A n n le dice que quiere casarse con Dick Curtiss. Son muchas emociones seguidas para el corazón de la pobre señora Prentiss. Y la buena mujer se desmaya, incapaz de resistir tanto y tan continuado golpe. Alarma en tt)dos. P e r o allí está Diek, (pie trabaja y ahorra en vemno para p<i<ler seiznir en invierno sus estudios de Medicina. ^íerced a sus cuidailos d e <»tudiante que conoce y a las dolciuui.- y .--u.s remcdius, la laaihc de .\jm \ uelve en sí. Y vencida por el amor y las sonrisas de todos, no tiene más remedio que aceptar aquello.s idilios y disponerse a ser suegra por partida doble. piedisciro ÜG arte — ¡Pero si no es eso, señor ministro! Al cineinn e^qmñol no le tira la buróerada. —Pues es una pena. No será una profesión muy retribuida, pero es d e » Se ponen de aeuerdo — ya sé que esto es muy difíeil — varios distribuidores eansada. Con saber leer el periódico y lomar café en el Negociado... y produetores. Se visten de tiros largos y se van al Uinisterio de Hacienda. Los señores de la Comisión sacan de su error al señor ministro: — ¡Tan, laní —.\lieuda Su Excelencia. El cine español no es un joveu de la clase media —¿Quién es? al que han sorprendido los veinte afios sin oficio ni Itcneficio; no es siquiera una —Nosotros, señor ministro. persona de carne y hueso. El cine español es esto, y esto, y esto; y quiere esto, y —jHola, señores mios! ¡Tanto bueno por aquf! Siéntense. ¿Hay sillas para lo otro, y lo de más allá. todos? ¡A ver, ese ordenanza aue está durmiendo! ¡Xo, no, el otro: el t^ue ronea —-¡Ah! —^cl ministro empieza a comprender: luego, se a.sonibra -.¿Pero más fuerte! Despiértenlo y háganle comprender que necesito unas sillas para es posible? ¿Cómo no han hablado ustedes antes? ¿Para qué estoy yo aqui, sino estos señores. ¡Ajajá! Ahora, siéntense sin cuntplidos. Bueno, pues ustedes me dirán en qué puedo servirles. i para evitar injusticias? ¿De modo que Tres y Pico les hace la vida imposible? —-Nosotros, señor ministro, representamos al einema espafiol. 1 ¡Ese arrapiezo...! — toca un timbre —. ¡Que venga Tres y Pico! Los señores de la Comisión se miran y se guifian un ojo, como diciendo: —¡Huen muchacho! Ya he oído hablar de él. El caso es que ahora no hay plazas de temporero. Sin embargo — el ministro se rasca la cabeza, pensativo — , " ¡ L a que se va a armar!" (Continuará en el próximo número.) A . G. hablaré eon el jefe de personal, y... MEDIO SEdiUUO E I N F A L I B L E P A R A A C A B A R CON 'TRES Y PICO" I )©8de un punto de vista rigurosaIlíente comercial, no cabe la menor duda que el cinema español está y a en marcha Desde el artístico, tenemos derecho a ser optimistas. El cinema español es muy joven, y en España son muchos los que, tan jóvenes como él, están dispuestos a abordarle. El cinema nacional, por *.anto, nace ahora sobre una base de indudable interés: el é x i t o econ óm ico. H o y , cualquier film realizado en nuestros Estudios, pese a «us defectos \ equivocaciones, llena los cines más fácil- mt^ ' mi) , , aducciones nortísamericanas. ¿Por qué? Porque el público pai-ece haberse erigido en pnjtector de nuestra producción, anticipándose - certeramente , por cierto — al & t a d o , que era el llamado a desempeñar desde hace años esa función. ¿.Se han dado cuenta de esto los Gobiernos españoles? Hasta ahora, no. Bien está, pues, que hagamos un frente único en esta encuesta todos los que nos acercamos al cinema con un desinterés artístico para recordárselo. Y o , por mi parte, creo (pie el mejor modo de hacerlo es el siguiente: «Señores gobernantes de España: ¡protección al cinema nacional! Protección definitiva y directa. Reduciendo los impr I los films rodados en nue.-. i odios y a los cinemas que los proyectan. Es necesario consolidar rápidamente nuestra pr(ídu(!ción, y éste es, sin duda, el gran momento. Necesitamos un cinema e s p a ñ o l económicamente fuerte, para poderle exigir, sin reparos sentinjentales y financieros, una calidad artística de primer orden. ¡ P n m t o , señores gobernantes de España, prote(;ción al cinema nacional!» Luis Fernández SeoUla, vocal de la Sociedad de Autores Cinematográficos. N o necesitábamos más protección que el abaratamiento de las materias primas, de la cinta, de todo lo que es necesario importar para la realización de peUculas. Y , por supuesto, es necesario que a una industria naciente, que tiene que competir con una calidad formidable de comjietidores de fuera, se levanten todos los impuestos. . El mercado español tiene un límite, que indica hasta qué cifra se puede llegar en la producción de una película. Esa cifra es inferior a la necesaria para lograr la calidad debida. Y resulta que la mayor parte del presupuesto d e un film espa ñol se queda en las Aduanas y en otros impuestos más o menos directos. Allí va a parar el dinero que debiera poderse emplear en repetir escenas, en tener más y mejores decorados, en asegurarse bajo contrato todo el año a los artistas, única manera de lograi esp(\ialistas y gente de primera clase. El Estatlo está repitiendo la fábula de la gallina ihuevos de oro. Venga en hora buena la cuuqietencia extranjera: no se le pongan trabas, pues ello es estímulo y escuela. Pero... que nos dejen desenv o l v e m o s con alguna holgura. ¡Fuera impuestos directos, fuera .\duanas para el material de trabajo! Maestro José Serrano L a reducíMÓn del 7,50 por 100 al 3,75, como primer paso, es, desde luego, un éxito, y no significa poco, en el orden ec"onómico, para la industria cinematográfica nacional. l'ero no debemos (jonformamos con ese éxito, porque el naciente cine español (naciente en todos sus aspectos) requiere para su existencia y fomento la exención absoluta d e gravámenes. Lo menos q u e tenemos derecho a exigir de los poderes públicos cuantos del cine vivimos o a él nos dedicamos es que ya q u e en nuestro pais ta cinematografía carece de protección oficial, y ni los gobiernos ni los Parlamentos se acuerdan de nuestro cinema a la hora de ayudarle a v i vir, tampoco lo recuerden a la hora de asfixiarld con impuestos tan ominosos e inconcebibles como el que me ocupa. Si cuímdo se quiere, verbigracia, que la edificación florezca en tal o cual punto de la ciudad, se exime de tributos durante veinte años al a d q u i r ^ t e de un teneno, ¿por <iué no adoptar similares medi(las respecto del cinematógrafo? , Luis Fernández Ardav':n, vocal de la Sociedad de A utores Cinenmlogrñficos Me pre<x;upa extraordinariamente el pi-oblema d e l cinema español. Y a lo he demostrado en l(js frecuentes } ' extensos trabajos que le llevo dedicarlos. Por eso c(jn.-ideni todavía muy optimista mi posición ante su aparente renacimiento. Tntemamen te me siento mucho más jireocupado, mucho más pesimista que en mis manifestaciones públicas. E x i g i r categoría y personalidad al cinema español parece (jue ha querido s i g n i f i c a r hasta ahora im ataque dirigido con fines exclusiva y mal in t ene i( )nadamen t e domo led o res. Y aun cuando y o me he inspirado en todo lo contrario, es decir, en un constante deseo con o mu- chos profesionales cinematográficos me han tratado de detractor y de enemigo. A n t e esta señal de incomprensión y o he aminorado mi pesimismo, he concedido más margen a la realidad; pero esto no quiere decir que y o haya dejado de exigir al (ñnema hispano el nivel que debe, que no tiene más remedio que adquirir con respecto al Extranjero. N a d a de eso. P o r lo tanto, y o no niego mi v o t o a esta campaña que se está llevando a cabo en C I N K O R A M A S para que (jue se le exima de todo impuesto. Todas las garantías son pocas, si es que de ellas ha de dejiender su porvenir. Pero esto no obsta para que al mismo tiemiK> y o niegue su calidad artística, su orientación cinematográfica, su ausencia de c(mtenido 8(X'ial y psicológico, su envergadura... Debemos hacerlo todos l o s escritores cinematográficos Mientras más dura es la crítica, es más apasionada y más humana. Jiuin escritor Piqueras, cinemtdográfico. L a exención de impuestos al nema español es necesaria en tos momentos en que, rodeado de dificultades, desconfianzas, inexperiencias y un rival poderoso como la cinematografía extranjera, el cinema español inicia sus primeros pasos. C o m o no se trata meramente de una industria, sino también de un arte, el E s t a d o está obligado a pn>curar su desarrollo, en v e z de dificultarlo con impuestos excesivos e incomprensibles. Y si hasta ahora no ha hecho nada en su f a v o r , . sencillamente, porque no se ha dado cuenta de la imjiortancia de est a industria-arte, que en todos los pal.ses goza un trato merecido de favor. ¿Cabe atribuir a otra causa este desvío del Estado? José Busch. di redor. LA J/Di IMIMA DE H e r m a n o s según H a r p o y llhú-o Marx, ante la m i r a d a atenta de / e p p o , su h e r m a n o pequeño, y la m i r a d a b u r l o n a de C r o u r h o , s u h e r m a n o m a y o r , se d e d i r a n al deporte de asustar a un r a b a l l e r o q u e . j u n t o a tipos tan extravagantes, se e s tremece en teiuores. l'or lo m e n o s , la integridad de su frac c o r r e grave peligro A Elsie Codd, secretaria de Charlie Cíhaplín durante rauclios años, debemos revelaciones preciosísimas acerca de la intimidad del genial mimo, de sus gustos y de sus métodos de trabajo. Ahora es Rachel Linden, secretaria de los hermanos Marx, quien enriquece el archivo cinematográfico con sugestivas confidencias de la v i d a privada de los célebres cómicos. I l a y que reconocer una v e z más comq justa la frase atribuida a Napoleón: « N o hay grande hombre para su ayuda de cámara.» Y el secretario, sea varón o hembra, resulta algo así como el ayuda de cántara espiritual, el que recibe confesiones y adivina estados de ánimo. L a misión de un buen secretario consiste en algo más que en despachar la conespondencia y llevar al día los asuntos de toda índole; ha de ser, además, depositario de problemas íntimos, amparador de momentos graves, pozo sin fondo para guardar seceretos, campo fértil para siembra de iniciativas, espejo que refleja silencioso los ademanes y los impulsos. Rachel Linden, a lo que parece, sobre todo si se tienen cn cuenta sus propias declaraciones, es un mtjdelü de secretarias. H a c e tres años que trabaja a las órdenes de los hermanos M a r x , y trabajar a las órdenes de estos pintorescos personajes es, muchas veces, cumplir exactamente lo contrario de cuanto ellos ordenan. « ¡ N o soy una secretaria, sino una mártir!», exclama doiorosamente miss Linden. Y algo así, salvados los riesgos de la exageración, debe ser en realidad, puesto que sus jefes forman una tle las familias más incongruentes de que en el mundo hay ejemplo. Hombres distraídos, arbitrarios e inconsecuentes, v i v e n sólo por y para su arte originalisimo. Cuanto no sea urdir trucos nuevos de hilaridad irresistible, no cuenta entre sus preocupaciones. Y claro exponente de ello es que al cabo de tres años de relación constante con su secretaria, ni una sola v e z le llaman por su nombre o apellido verdadero. H e aquí los que con más frecuencia le atribuyen: miss Montmorency, miss Tartempión, miss Teagardén, miss K i n k a jou, miss Machinchouette, miss Doudlesack o naiss H e p p e l w h i t e . Cualquiera de estos apellidos. desde luego, es mucho más difícil de pronunciar y de retener que el auténtico de miss Linden. (do dos películas de los hermanos M a r x , si la uuinoria no sufre e x t r a v í o , se han proyectado en Madrid: El conflicto de los Marx y Pistoleros de agua dulce. Muy pocas, es cierto; pero las suficientes para que los aficionados saludasen con alborozo la magnifica revelación. Chico M a r x , Groucho M a r x y H a r p o Marx —del <;uarto hermano, Zeppo .Marx, hablaremos luego—son, ante todo, los portai^lores de una v i sión personalisima de la gracia. Si, como sostiene Bergson, la risa brota ante el contraste imprevisto y desproporcionado, pocos ejemplos tan rotundos de esta verdad como los que a cada metro de celuloide acunudan los célebres actores. Groucho es el soñador trasnochado que viste chaquet, fmua un eterno cigarro puro que no se consume nimca y luce un precioso bigote recortado de tela; I l a r p o , el que no habla nunca, y tiene en la v i v a c i d a d de sus ojos la mejor elocuencia, es el del guardapolvo, la camisa sin corbata, la peluca insolente y el sombrero de copa, y es, además, el perseguidor implacable de cuantas mujeres rubias aparecen en su camino; Cliico, el tercero de los tres grandes hermanos, tiene cierto aire de ctuupesiuo calabrés, disimula sus mangancias con su apariencia de buen muchacho y hace diabluras como pianista experto. Zeppo Marx era la excepción. Desentonaba su apariencia de j o v e n correcto y servicial j m i t o a la ráfaga pennanente de locura que inflama a sus hermanos. P o r eso fué un acierto su separación artística, ocurrida hace ahora un año. Zeppo dejó il(^ ser actor para convertirse en agente de teatros ines. En v e z de pagar un diez por ciento de su .-lUcldo a éste o el otro manager, ha instalado tma oficina, en cuya caja ingresa .semanahnente el d iez por ciento de muchos sueldos de otros tantos antiguos compañeros del escenario y del estudio. «Pava mí-—dice miss Linden^—no existe el reposo. Cuando entré a su servicio. Chico me antmció que podría hacer semana inglesa. P e r o como LOS M A P X , su secretarui H a r p o sabe que Chico y Groucho pasan la tarde del sábado con sus esposas, aprovecha ese día para dictarme su conespondencia. Si decido no trabajar el sábado, Harj)o me despide; auntpte enseguida Chico me ratifica en m i puesto. Si trabajo el sábado y t o m o mi descanso cualquier otra tarde de la semana, stm Chico y Groucho los (jue me plantan en la calle, para que no pasen muchos minutos sin que H a r p o se agarre al ' léfono para llamarme.» E l teléfono es i m o de los tormentos de miss Linden. E n vísperas de empezar ima nueva película, los tres hermanos se aplican con fruición a exprimir sus molleras en busca de trucos, de chistes o simplemente de títulos. Y cada v e z que una idea acude a sus cerebros, se apresuran a comunicársela por teléfono a su secretaria, sin qne les impt)rte un bledo que sean las tres de la tarde o las cinco de la mañana. Junto al teléfono de su alcoba, miss Linden tiene siempre preparado un bltxk para notas y un lápiz. Y apenas vibra el timbre anunciando la presencia al otro extremo del hilo de imo cualquiera de los M a r x , la secretaria se dispone a cubrir cuart illas y cuartillas con sus apretados signos taquigráficos, para que ni un solo detalle de cuanto a sus jefes se les ha ocurrido quede expuesto a perderse en cualquier rincón de la memoria. . \ l día siguiente, reunidos en la oficina, miss Linden da lectura a la traducción de las notas; mientras lo hace, los tres hermanos contemjilan atentamente el rostro de su secretaria, para que ni un gesto jiueda escapárseles. Si un truco en el que tenían puestas vanidosas esperanzas deja indiferente a ' Rachel, lo eliminan sin vacilar; pero cuando la risa de la muchacha subraya una frase o ima situación, entonces pronmnpen en gritos de júbilo y , sin más consultas, incluyen el feliz hallazgo en el guión ' - • licula. Groucho y Chico suelen fumar cigarros pui Harpo, en cambio, sólo consume cigarrill Y esto origina otra de las ocupaciones de la cretaria. P o i q u e ocurre que los cigarros favoritos de Groucho son de distinta marca que los jMedilectos de Chico, y H a r p o aprovecha toda n j i o i tunidad para mezclar unos y otros. Y a miss Linden, claro está, corresponde el trabajo de restablecer el orden. . \ los tres hermanos les entusiasma hacer ! cosas al revés o practicar las costumbres más • travagantes. En la oficina hay un aipa y un pi.i no: H a r p o , que tomó su nombre artístico de sti maestría en el manejo del arpa, desdeña en la intimidad este instrumento y gusta de pasar muchos ratos aporreando el piano, mientras (jiic Chico prescinde de su personaUdad de pianista para arrancar extraños sonidos a las cuerdas del arpa. L a obsesión de H a r p o son las rubias, lo misiim en el cine que en la vida privada. Obsesión tan fuerte, tan irrefrenable, que miss Linden arrojó de su cabeza como un mal pensamiento la idea de teñirse de rubio, propósito que había aearii la do con alegría. E n cambio, la obsesión de Groucho son loteléfonos. En su mesa de despacho tiene seis; pero apenas se sienta para trabajar, los descuelga todos, a fin de que nadie pueda molestarlo. Cuando no tiene nada que hacer, se sirve del teléfono para poner en práctica alguna ocurrencia absurda: por ejemplo, llamar a N u e v a Y o r k para preguntar la hora oficial o para dirigirse a sí mismo un parte en camelo. CARLOS DE M A D R I D rOT. PABAUOUNT L E C T O R A DE tClNEGRA,M.\>. (Lísftoa;.—Escriba a José Mojica a S t u d i o s l-ox. 1401 K. Western , I loUywmxl i California . NARANJAS Y LIMONES un preso los artistas Díaz y Ricardo Núñez. •SOLICITAN PONDENCIA (Va- lencia ).—No, no; todavía fal ta muchísimo. H a y ba.stantis películas con verdaderos detalles de cinema; pero, desgraciadamente, h a y muchísimas que no tienen ni uno. Claro está que h a y una fe y entusiasmos grandes, y no le quepa la menor duda que pronto se llegará a la perfección. El reparto de la película Barrio chino es el siguiente; Jenny: Ruth Chatterton; D a n Reynolds: Donald Cook; D a n Me .\llister : James Murray; Steve Dulton; Louis Calhern; Willie Gleason: Hallam Cooley; OHoolihan: P a t O'Mallet; Kelly: Robert Warwich; W e a ver: Harold Hubert; Amah: Helén J eróme E d d y ; G o o d Book Charhe: Frank Me Glynn; Harris: Carroll Naish; Rose: Noel Francis; Sandoval; Robert Emmett O'Connor ; Kilmer; Sam Godfrey. üreta Garbo; Tlrich von Eltz: Lars Hansón; Conde von R a den: Marc Me Dermott; L a madre de Leo: Eugenie Besserer. Vuelva a escribir cuando guste. .AGUSTÍN IRENE VALLEJO (Barcelona). (.Madrid). U.VA AOMIRAOORA D!-: « C I . V E - (Barcelona).—.Agradecemos muchísimo sus elogios. Tome nota de todas las direcciones que le interesan. Warren William, Paúl Muni, Joan Blondell y Patricia Ellis, a W a m e r First National Studios, Culver Citv (California); Otto Kruger. GRAMAS» Escriba a W a r r e n William a Warners First National Studios, Culver City (California). Con mucho gusto le doy los datos que la interesan. César Romero nació en N u e v a Vork el 15 de Febrero de 1907. Tiene seis pies y dos pulgadas de estatura, y pesa 170 libras. Tiene el cabello castaño obscuro y los ojos negros. Gene R a y m o n d nació el 13 de .\gosto de 1908, en Nueva York. Tiene cinco pies y cuatro pulgadas de estatura, y pesa 171 libras. Tiene los ojos azules y el cabello rubio. E s m u y aficionado a todos los deportes, menos al de casarse, que no lo ha hecho nunca. Ginger Rogers se llama verdaderamente Virgina Katherine Me Math, y nació el 16 de Julio de 1911. en Independence (Missouri). Tiene cuatro pies y dos pulgadas de estatura, y pesa 108 libras. Tiene el cabello rojizo y los ojos verdes. No es cierto q u e esté casada con Fred .Astaire, sino con Lew Aj-res, también artista cinematográfico. OLIVAR F'ícriba a Ricardo Núñez a A., Barquillo, 10, Madrid. I'hring: Charles Farrell; .Mack -Me Gowan: James Dunn; Madge Rountre: Ginger Rogers; H a rriet Hawkins: Beryl Mercer; Dr. Kurtzman: Gustav von Seytertitz; Greta Hailstrom: Irene F r a n k 1 i n ; H o w a r d JacksoYi; Kenneth Thomson; Gerald .MíKkby: rhefxlor von Kltz; la señora de .M(x:kby: Drue Leyton; Fneda MtKkby: Nella WaJker; Shirley: .Shirley Temple; Phillis Carmichael: Bárbara Barondess; T . P. Mac Gowan: l'"iskc O'Hará; la señora Mac G o wan: Jane Darwell; la señora Rountre: Mary C-arr. Los otros repartos no los ten- D E P O S I T A R I O : L a F l o r i d a . S. A . . P a . a i e de l a M e r ced, núm. 5 . — B A R C E L O N A . Franchot Tone, Lewis Stone, Clark Gable y Mary CarlLsle, a Metro-Goldwyn-Mayer Studios, Culver City (Cahfornia). Pueden escribirles en el idioma que deseen, pues en los Estudios tienen secretarios que traducen fácilmente las cartas. J. C. K. fFa/e«Cía;.—Segu- ramente se estrenará en Madrid, en Diciembre o Enero próximos. Escriba a ese artista a Estudios Ballesteros Tona 1-ilm, Miguel de Vargas, i, Madrid. E l reparto de Gente alegre es el siguiente: R a á l Roland: Roberto Rey; Magda Martín: Rosita Moreno; Federico del Val; Ramón Pereda; Titón; Delia Magaña; T i lín: Mario "Alvarez; Señora M o rel: Carmen Rodríguez; M a x : Vicente Padula; Felicia: María Calvo; Serafín: Chero Pirrin. Muchas gracias por todo, y muy gustoso si vuelve a escribir. go, y agradecido por el envío de las canciones. S O L D O R A O O . —La canción A lu ventana que solicitaba es comí) sigue: Los pajaritos a tu ventana—por la mañana quieren cantar,—y hasta tu boca los inocentes—llegan alegres parí besai,—y hasta tu boca los inocentes—llegan alegres para besar.—-Yo bien quisiera ser pajarito—para besar/e con ilusián.— y muy bajito poder decirte— cuánto te quiere mi corazón,—r muy bajito poder decirte—cuánto te quiere mi corazón.—Niñu preciosa, flor en la estaticia,—f tu fragancia rosa de Abril;—si tu ternura fuera constante.—yo moriría de amor po' ti.—Si tu ternura fuera constante,—yo m'^ riría de amor por ti. TRÍO FANTÁSTICO (Bilbao). I a canción que solicitaban de la película La Dolorosa es como sigue: N I C A S I A : Ya veris cuanDIANA (San Sebastián).—• do me ponga —los penitentes y Comprendo la gran impacienmis guantes, tan cia que tienen ustedes por ver el collar,—y elegantes,—y mi mantilla con el cuanto antes contestadas sus los chicos del preguntas, Pero, créalo, hay un *a!ar».—-Todos KosTKA (.Madrid).—FA repueblo—tendrán envidia de ti,— exceso enorme de corresponparto de Cnsíina de Suecia es porque le dan una moza—que ni dencia en esta sección, y las Christina: Greta Garbo; .Antoen Zaragoza la pintan así.—Vacartas tengo que contestarlas nio: John Gilbert; Magnus: Tan por turno riguroso. ya negocio bonito—si te casan Keitk: Oxenstierna: Lewis Stocon mí... P E R I C O : YO también ne; E b b a : E l z a b e t h Y o u n g ; quitaré el hipo—cim rápita de BLACK A N OBLOND (ValenAage: C. .\ubrey Smith; Charcia ).—Los repartos que les in- usiñor*—y loi les: Reginald Ówen; E m b a j a puro de medio teresan son los siguientes: .4lma dor francés; Georges Renavent; duro—y aqui de bailarina: Director, R()l)ert Arzobispo: David Torrence; Geen la oreja—»»ji Z. Leonard. Janie: Joan Crawneral: Gustavo von Seyfertitz; buena flor.— ford; Patch Gallegher: Clark G a Inn Keeper; Ferdinand M u Todas las chible; Ted Newton: Franchot Tonier. Dirigida por Roubén M a u cas solterasne; .Mrs. Newton: May Rohson; moulián. tienen ya celos Ros-sette: Winnie Lightner; I-Ved de ti,—porque Anna Christie tiene el siguienAstaire: Fred .A.staire; W a r d te dan un *tote reparto: .\nna: Greta Garbo; King: Robert Benchiey; Stev< rrerot—lo más Matt; Charles Bickford; Chrus Ted Healy; Vivian W'arncr chalun^ itero— George: V. Marión; Johnny: Gloria Foy; .Art: -Art Jarreti que se cría James T . Mack; Marthy: Marie Bradley Jr.: Maynard Holmeaquí.—B ie n Dressler; Larry: L e e Phelps. Nelson E d d y : Nelson Ed<l\ tmirau», es el Dirigida por Clarence Brown. Stooges: .Vloe Howartl. negocio — más La mujer ligera tiene el si.Amanecer de amor: Director, pa ti que pa guiente reparto: Diana: Greta E. Masón Hopper. I^IIy: Norma mí.—Mi cuerGarbo; Neville: John Gilbert; Shearer; Jack: Robert Montgopo se sabe moHugh: Lewis Stone; David: mery; Harriet: Belle Bennett; ver—como pueJohn .Mack Brown; Geoffrey: Harlett: Lewis Stone; Beth: H e des ver...—A mi Douglas Fairbanks Jr.; Sir Monlene .Millard; T í a Carolina: Ceeso, mujer,— tagne: Hobart Bosworth; Conscil Cunningan; Tfo Nate: Henme va a dar tance: Dorothy Sebastian. Diry HcTbert; Zuzanne: Mary D o que hacer...— rigida por Clarence Brown. ran; Mildred: June Nash Nicasia, NiLl demonio y la carne tiene el El primer amor: Director, casia, Nicasiguiente reparto: I ^ > von- John G . Blystone. Catherine sia...,—no sé Harden: John Gilbert; l'elicitas; Puriu!s.s: Janet Gaynor; Chris lo que tiene —haciendo tg mu%*—que mt entran wat nenes* ^hfuí.. .—Pertco, Perico .Perico...,— si tienes angojas — avisa al tined :o», —pero no te cojas—-a ini.—Es que de vete—yo pierdo el cmipds.—Los dedicas te doy— nada más...—De gusto se me abre la piel—pensando en la luna de miel... CAMUIAR Rosita CORRES- CINKMATOÍÍRÁFICA: D. A . Pons Gómez, calle .Muza, númem 20, Benifayó (Valencia); don B . C. C , calle Dím Faustino Blanco, núm. 18. Alcire (Valencia). V E N U S V . M A R T E (Madrid I. F^ieden solicitar toílo cuanto deseen, pues yo con mucho gusto les contestaré. Lupe Vélez nació el 18 de Julio de 190Q, en Potosí (.Mé jico). Se llama verdaderamente María Villalobos. Tiene el pelo negro y los ojos pardos obscuros. S O L D O R A D O . — L a otra can H a sido bailarina y fué elegida ción que solicitaba de la p>elícu- estrella Ijebé en 1928. Su pri la Buenos dias, enviada por mera película fué El gaucho, Trío fantástico, de Bilbao, es con Douglas I'airbanks. Casada como sigue: Dulce amor, ilusión con Johnny Weismuller. Pue(l( de mi vuia ;—dulce amor que mi escribirla a Metro-Goldwyn alma soñó,—de cariño mi pecho Mayer, Culver City (California; suspira,—adorándote siempre viGeorge Raft nació el 27 di vií.—CudnU) te amo;quiéreme.— Septiembre de 1903, en Nueva Cútanlo sufro; óyeme.—Y a tus York. Tiene el cabelU) negro \ pies, Sl túquietes amarme,—como los ojos castaño obscuro. H esclavo por ti vivtré.—En mt impresionado gran cantidad il .lima ardiente y ansiosa—un películas; entre ellas: Scarfai • amor también floreció,—una arNoche tras noche, St yo luvter diente primavera—mts almenun millt'n Bolero, Mi vida ev dros, mi dulce ilusión.—Dulce tera. Bailando a ciegns. Pescada amor, ilusión de mt vida:—dulce en ta calle. El club de medianoam:rr que mi alma soñó,—de cache. Rumba, Unidos en la venriño mi pecho suspira;—culoganza. Suena el clarín. Un loco rándolc siempre vivió.—Cuánto de verano, etc., etc. Puede cte amo; quiéreme, -cuánto sufro; cribirle a Paramount Studioóveme,—y a lus ptes, si tú quieHollywood (Cahfornia). res aniaime, -como esclavo por Frederic .March nació en Ra tt viviré,—Dulce amor, ilusión;— cine ( W i s . ) , el 31 de Agosto d dulce amor, dulce amor. 1898. Tiene el cabello obscui y los ojos pardos. ^ llama verdaderamenti S e A o r i í a s , S e ñ o r í a : | U n bacn conicio que agradcccréi«l N o pretendáis embctlcctros sólo con productos de Frederic M e Intyre tocador; debáis también reconstituir rnestro organismo; Bickel. Casado con para ello precisa toméis EUPARTOL, Tlgoriíador único para el sexo femenino. Coa el EUPARFlorence EIdridge. TOL dcsaparecerin manchas, ro|eces, Puede escribirle a 2oth espinillas, arrugas prematnras; obtenCentury Studios, 1041 dréis un cutis limpio. EUPARTOL endurecerá Tocstros senos, desaparecienN . Formosa .Ave., H o l do la flacidci y caimiento de éstos. lywood (California). ÍEUPARTOL, s e a e t o de vuestra bellctal EUPARTOL cura molestias T desarreglos mensuales, devclTiéndoos s a lud Y hermosura. M a d r e s , no abandonéis la edad critica..., la pubertad de TuesUashiiitas; a f u d a d l c s con EUPARTOL. Futuras madres, debéis tomar EUPARTOL desde cl quinto mes; tendréis an rápido y felii parto, hitos sanos y robustos ;me|orar¿i$ la raza). Muchas ya conocéis innumerables serricios prestados por este gran preparado; si lo ignoráis, probadlo y os convciKercIs. Kt'Ki D E T R I A N A (Sevilla).— Desconozco los datos q u e le interesan. Puede escribir pidiendo esas noticias a H a l Roach Studios, Culver City (California). HiGiNio L C B R E R O (.i^nalcóllar).—SolicitA de algún lector amable el fox q u e cantan a dúo en la película Se ha fugado MANUEL VEL.\SCO ( Barcelona ) . — M u y agradecidos p o r sus elogios. El reparto de El expreso de Shanghai es el siguiente; Shanghai Lily: Marlene Dietrich: Capitán Donald Harvey: Clive Brook; H u i Fei: Anna May W o n g ; Henry Chang: W a r ner Oland; S a m Salt: Eugene Pallaette; Mrs. Haggerty: Louise Closser Hale; Kev. Carmichael: Lawrence Grant; Coronel Lenard: Emil Chautard; Eric Baum: Gustav \ d i i Sev1tertitz. „ n PE R A• i 4 . . . x i i í i a í i . . . . 47 Envíenos pronto su retrato, porque en breve se terminará el plazo de admisión ingredientes i diferentes 1 entran en la \ composición ^ de La gran afluencia de concursantes nos obligará a cerrar en breve el período de admisión de fotografías. Por lo tanto, le aconsejamos que se apresure usted a enviarnos la suya, si es que desea que se publique y si tiene interés ^ en optar a los valiosos premios ofrecidos, que son los siguientes: 500 500 500 500 500 500 A M A M I NO ES »DLO UN >HIIINP"v) TTRATAMIENTO COMPLETO tiv hi^icm y BELLEZA PARA EL CABDLO. L o LIMPIA, LO PERÍUMA. AI URA COLOF. le TU RCFLEIOS LULURALET ENEANLAÜORCS > lu CONSERVA SANO Y BERMOW AMAMI U»E AMAMI PARA OBTENER EL COLOR NATURAL RLARU QTIR TANTO (AVORCHC OR>POML4IRÍM: 7ftb BEL. S A y PARA EVITAR QUE EL CABELLO SE Parh, sai Banriima EMPA/IE Y OBSUTREZID AIN.IINT ES M>L V ««ALUD PARA EL CAHETUÍ pesetas pesetas pesetas pesetas pesetas pesetas para para para para para para DAMA J O V E N ACTPIZ DE CARÁCTER GALÁN JOVEN ACTOR DE CARÁCTER A C T R I Z INFANTIL A C T O R INFANTIL 1.000 pesetas, PREMIO ESPECIAL para un GALÁN JOVEN, establecido por Estudios Ballesteros Tona Film. OTROS PREMIOS Entre las personas que no alcancen los premios anteriores se distribuirán numerosos regalos (de los que se publicará una lista oportunamente), donados por las principales firmas cinematográficas. i 41 LOCION DE A B E D U L NUtVAS F O T O G R A B A S Deben remitir nuevas fotografías (procurando que sean de medio cuer-' del doctor po, tamaño postal, por lo menos, y sin recortar), las siguientes persoDRALLE,HAMBUR60 nas, cuyos retratos resultan imperfectos para para la reproducción: (BIR K EJ^ H A A W A R S S E R ) LABORADA C O N lA SAVIA DEL ARBOl A B E D U L ntECtO: P t S t T A S 4,70 T A A A A Ñ O DOBIE. 6,30 I Evito caspa, picazón, estimulo el cr«c«tniento del cobello. I Se vende en todos los perfumerías, farmacias y droguerías. PIDA USTED U N A % F R I C C I Ó N tu S U PEIUOUERIA Salvador Pérez Valieiüe, Maiia Olmedo Tirado, Jesús Esteban Roldan, Florentina To, Fernanda Fernández (tAlegría»), Magdalena Echebarría, Rosita García Cruz, Carmen Amelia Tamayo, Adolfo Delgado Enrique, Mercedes Cobarsi (tDellyi), Manuel Barteró, Constante Rodríguez, Ramón Bidegain, Armando Bruset, tt. M . S.i, Femando Morales, José Antonio Reyes Vidal, José María Mar- eos, Setntiago González, Paulino Nielo Martín, Juem A . Sanias, Nieves Pulido, Candad Sanz (La Dama de las Camelias), José Hernández, José María Millas, Teolindo Parolo, David Benchetril, Ramón Reynaldo, t Pancho Villa», Antonio Parrella Cruz, Francisco Miró M., Rafael Suosa Gómez, Antonio Gaidueño, Alvaro Melero G., Conchita García, María Jestís Cabrero, lAida», Manuel Beraíet N . CUPONES SOLOS Se han recibido cupones sin fotografía de los concursantes siguientes, quienes deben enviarnos su retrato: Angelila Rogel, David Miguélez, Manuel Peláez Salcedo, «Chita» y Joaquín Jimeno. ím mi a la immi FALTAN L A ASreOLOGlA le ofrect U B I Q U E 2 A . indique la techa de stt nacimiento y recibirá G R A T I S .EL S E C R E T O D E L A F O R T U N A - , que le indicará los mímeros de su soerte p a ra G A N A R A LA LOTERÍA V o í r o s i U E G O S r Irinn/ar en AMORES, N E G O C I O S y demás empresas de la vida. Miles de agradecimientos prueban mis p a l a b r a s . Remita 0,% céntimos : sellos de correo de su p a U , a l tt. nnuii iiH. «t Kl 2»i. B O S A R I U i S . Pc) Rep. Argentina HUFEIIZ EM AÑORES? CUPONES Deben enviar un cupón más por cada fotografía remitida, los concursantes siguientes, de quienes sólo recibimos un cupón, debiendo ser varios: ¡ Cristóbal Velasco Cobos, Francisco Sanz Fernández. Maruja Ramos, Antonio Crespo, José Viñas, Francisco Rivera Gelaberí, José Rodríguez Cárcamo, Antonio Cabanas Alcarrández, Charles Amáiz, Marta Verdti Mendoza, Rosa Rubín, Leonor Muñoz C , Anita Sanz (Aimy), José Sánchez B., fUna Invisible», Antonio Duxans, Manuel Gallego, Gerardo Sanz Mompó, Enrique Sanchis, Elisa Escriba C. ENVÍOS ANÓNIMOS Hemos recibido de Lanzahita siete fotografías, pero (altan lot siete cupones, y on ellos ha de poner usted I.KIOIRN CURUK-ímirnlo^ que puciJrn proporcionarle lo que- la b v l l e u . U lutcntud > el dinero no loaran j cc>n<,r)¡uír Si le inlrreva sal>rr . C d f i M ta tus datos {personales y nondsre y direccióiv. Si no desea que publi(|uemos su nombre, ponga, además, dmitrlar un»eseudónimo cualquiera. También ha llegado una fotografía de Madrid, la cual venía ccm ctibierta de mpatiin amonta-La atracción matnHicadtlot papel /¿f^Mxot-Omaa del dnettcanlo -Cómo conquútar a y atada con un biamonle^ «in cupón ni nombre. i M b e enviarlo*. i jAvaienitotítiMa f retener a quien amamot-Cómo jtytl llegar at corazón del hombre-Cómo inspirar amor a la mairr-Cámo conocer las horas propicias de NADA OE GRUPOS NI PAREJAS c o d o dia-Cómo desarrollar mirada magnUica \ f CdnfO interailicar los atribaloM de la ¡m-eruud,Como ele en este Concurso no se = CUPÓN = hoy núsmo por intomtacMn g r a t i u U a: P . U T I L l U A O . Apar publican grup>os ni parejas, .VlCi>.EH>«to deben enviar nuevas fotografías, p o r separado (con sus respeíctivos cupones), los concursantes siguierües: pe»atcs, sucrtpiara j « toda* aquellas ptrtoaai M dlrtlaa a aoMtro* ftn —at— iilminimattTe». « atatM U éirccctia ca d Mkn «a ta ügUratr lonu.- Nermeladas V V V V Prensa Sráfica Apartado 571 MADRID TREVIJANO Talleres de Preasa G r á f i » , S. A., HernosilU. 73, Madrid iMadc ia S ^ l Elsa Y Libertad, Conchita Moreno, Rcxiolfo Moreno, Ana María Cantal, Marina Moraló, Soledad Vázuéz Díaz, Conchite Cantero, José ello y Martin. Conctirso de Fotogenia de CINEGRAMAS NOMBRE SEUDÓNIMO (St poM «sud saMatmo, eattadercaos qw no desea qmt pafeUqwmoa n CAILE nombre) N.° POBLAaÓN ? ESTATURA OMISIÓN DE NOMBRES ESPECIALIDAD: (dita mrrrr ea « K dcaee dastficarM y tache tas demá*| En el líltinio niimeio de C I N E G R A M A S publicamos dos retratos cniyos nombres quedaron borrados en elgunos ejemplares, por accidente ocurrido en la impresión. Dichos concursantes toiu Fotografío 143, t C U B A N I T O » , Galán joven, Fotogiafia 144, fMARl-FELlX», Dama joven. PELO. CXDLOR PESO OJOS: CX5LOR D A M A JOVEN ACTRIZ DE CARÁCTER GALÁN JOVEN ACTOR DE CARÁCTER ACTRIZ lííFANTIL ACTOR INFANTIL ESMALTE HACARADO DE ROSAS Durante CARPE L U Z C A U N C U T I S DE A C U E R D O C O N EL C O LOR DE S U V E S T I D O O C O N EL AMBIENTE Q U E LE R O D E A el día, dé a su piel un h e r m o s o tono bronceado y p o r l a noche, l u z c a un elegante cutis nacarado ¿Se imagina usted la delicada seducción de esta doble personalidad? Entre las muchas virtudes que posee el Esmalte Nacarado de Rosas "Carpe", una de las más destacadas es la de dar a la piel el tono de color que más la favorece, desde el blanco nacarado hasta el moreno bronceado tan de moda, sin que ¡amas reseque ni perjudique el cutis más delicado. Si a usted le gusta tomar baños de sol, y su piel está demasiado tostada para presentarse con traje de noche en una reunión elegante, el Esmalte Nacarado de Rosas "Carpe" le permitirá dar a su piel el tono claro de invierno, volviendo a adquirir su habitual co'or tostado a la mañana siguiente. Por el contrario, si prefiere no exponerse a las quemaduras del sol, pero le agrada lucir un cutis bronceado natural, lo puede conseguir fácilmente usando el Esmalte Nacarado de Rosas "Carpe", color bronceado. El Esmalte Nacarado de Rosas "Carpe", aparte de estas ventajas que lo distinguen de todos los demás productos de nombre o aspecto parecido, tiene 1.a rara propiedad de hacer desaparecer en el acto las pecas, manchas, barrillos, granitos, pequeñas arrugas y poros dilatados, dejando una piel suave y mate preciosa. Pida el Esmalte Nacarado de Rosas "Carpe" en cualquiera de los 8 colores siguientes: Blanco, Crema, Rachel, Moreno, Natural, Rosado, Salmón y Bronceado, en todas las perfumerías y droguerías de España, a Ptas. 7,50, el frasco grande, y Ptas. 4,25, el pequeño (timbre aparte). MAS DE UN MILLÓN DE SEÑORAS ACLAMAN EL TRIO VERANIEGO "PRO-BEL" En las playas de moda, en los grandes bstudios cinematográficos, en los palacios de la nobleza, en los «camerinos> de la mayoría de teatros, en fin, en donde quiera que haya mujeres que se preocupan de su aspecto personal, el famoso Trío Veraniego «PRO-BEL» presta los mayores servicios a la higiene, la moda y la belleza. Este simpático Trío, cuya fama ha recorrido los 5 Continentes, se compone de los tres productos siguientes, imprescindibles en el tocador de toda dama elegante: LOCION DEPILATORIA «PRO-BEU».-Verdadera loción higiénica, perfumada y de un lindo color rosado, que al minuto de aplicarse borra como por encanto todo el pelo y vello supérfluo y deja la piel tersa y lisa como el cutis de un niño. A pesar de ser un producto único en su clase, el frasco de Loción Depilatoria «PRO-BEL» es ó veces mayor que los frascos de las aguas depilatorias corrientes que se venden al mismo precio. Frasco, 5 Ptas. LOCION DESUDORANTE «PRO-BEL». - Suprime'el sudor y el olor de los sobacos, sin si menor peligro para la salud. Coda frasco ahorra un vestido, pues ya sabe usted que no hay nada que pase tanto la ropa como el sudor. Además, le evitará ofender o nadie con el olor a sudor, que tan desagradable resulta. No escuece, irrita, ni mancha. Frasco. 5 Ptas. LOCION BRONCEADORA «PRO-BEL». - Da a la piel en el acto el mismo tono bronceado de moda producido por el sol y el aire de mar. No contiene yodo ni drogas, por el cont ario, resulta beneficiosa para el cutis, porque afina la piel y cierra los poros. Úsela para dar a su piel un precioso color bronceado, sin exponerse al sol. Frasco, 5 ptas. IMPORTANTE: Los nuevos frascos de Loción Depilatoria y Loción Desudorante "PRO-BEL" llevan un nuevo aplicador muy práctico, el cual permite usar el producto sin desperdiciar una gota ni ensuciarse las manos. Si no encuentra estos productos en su localidad, envíe su importe, más 50 céntimos paro fronqueo, a PRO-BEL, S. A., Paria,-^"3, Barcelona, y los recibirá a vuelto de correo. I