La Virgem del Prado - Centro de Estudios de Castilla

Anuncio
AMOR
MARIANO
La V irgem del
P rado
A TRAVES DE LA EIISTORIA
pop José Dalcózar g Solariegos
Director del Irwtituto, Cronicrto de lo provincia
y 6. de la Real Academia de la M¿citoria
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
BALCAZAR
La V irgen
del
Prado
a t r a v é s de la h i s t o r i a
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
AMOR
MARIAMO
L a V irgem del
P rado
A TRAVES DE LA EilSTORIA
por José Dalcázap y SaLariegos
Director del Instituto, Cronkfta de lo provincia
y. G. de lo Real Academia de la
Núctoria
eon un prólogo de
Cecilio López Pastor
Delegado provincial de Prenda g propaganda
de F. E. T. y de lacf J. O. N. S. de Ciudad Real.
h
irK
*'"
r
C
I
U
D
A
D
R E A L
E s c u e l a s G r á f ic a s J e la D i p u t a c i ó n P r o v i n c i a l
1 9
4
0
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
E sta obra es propiedad de su
autor, reservando lo s dere­
chos que la Ley le concede.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
Cf3. fa m em o ria cíe mi Guea pacíre
et
lE x c m o . $ r . V -
1 osé
Ojja&rieC 1 3 a l c á z a r
y I R o d tíg a e z ,
(f^a&aííero 0[j c a n ^ c u x de faCf 5 e a [ y distíngaLeía o rd en a m e r ic a ­
n a cíe Tísa&eC ía ^ a l ó t í c a , por se rv icio s p restad o s a [a C£ ) a ír t a .
n a d ie m ejo r q u e a tí, p a d re q u e rid o , q u e c o n
m ad re
m e e n s e ñ a s te is d e s d e pequ eño a re z a r y a q u erer a [a ¿¡¡tan­
tís im a 1 ¿ )ír g e n d et C¡ 3 ra d o , de&o d e d ic a r e s te Ci&ro, n a c id o
aC c a to r d e a q u e fta s c r is tia n a s e n s e ñ a n z a s y d e a q u e lla fer­
v o r o s a d ev o ció n .
ue Ca ( f e t e s tiaC cjjteñ ora o s te n g a en Ca (| j[o ria y que
a n o s o tro s n o s s ig a c o b ija n d o R ajo su m a n to divino.
I ^ u e s t r o Rijo
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
TESTIMONIO DE GRATITUD
Q uiero ofrend ar en público mi reco n o cim ien to a la
E x cm a . D iputación de C iudad R e a l, que gen erosam en te, ha
im preso esta o b ra en los T a lle res de ap ren d izaje tip ográfico
de su H ogar P ro vin cial, obra de utilidad h istórica y religiosa
que pensada h a ce m ucho tiem po com enzó a ed itarse en los
prim eros días d e la liberación , y que gracias a esas fa cilid a ­
des ha podido ver la luz.
M is derechos de C ronista no son ó b ice p a ra que ex p re­
se mi gratitud por un acuerdo que ben efician d o a la prov in ­
cia contribu ye al ejercicio de un d eber.
Y com o esta obra es en sum a un h o m en aje a la S a n tí­
sima V irgen del P rad o, el im porte de los ejem p lares que se
vendan, descontad os los gastos hechos, será destinado ín te­
gram ente para las aten cion es del culto a la V irg en .
T am b ién quiero significar mi p rofund a gratitud al res­
p e tab le y culto Sr. Cura P árro co de S a n ta M aría del P rad o,
D on Ildefonso R om ero , por las facilid ad es que tuve p ara in­
vestigar su copioso archivo, y al insigne artista de la fo to g ra ­
fía D on Luis M orales y Sán ch ez C a n ta le jo , por su Utilísima
co o p eració n .
A sí mismo encontré tod a clase de aten cio n es en el n o '
ta b le pintor y veterano fotó grafo , D on V ic e n te R u b io.
E l A u tor
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
A MODO DE PROLOCO
Mi querido am igo y m aestro D an Jo sé B alcázar, ha te ­
nido la gentileza de pedirm e unas cuartillas que prologuen
su o b ra, « L a V irgen del P rad o a través de la H istoria», fiel
exp on en te de la devoción y el entusiasm o del ilustre escritor
m anchego h acia nuestra am adísim a P atron a.
Siem pre resulta interesante una obra de ca rá cte r n a rra ­
tivo y (recordatorio, pero en el caso presente su interés sube
de punto por tratarse de hechos y tradiciones sobre la His­
toria de nuestra C apital y de su V irgen del P rad o. No es
nuevo en el antiguo periodista, y siem pre buen escritor, a u ­
to r de esta obra, su afán p or las eosas an ecd ó ticas y de in­
terés hum ano, m ezcladas con retazos de la m ás pura H isto­
ria local sobre los últimos años del siglo X I X y prim eros del
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
X X , am én de episodios y hechos de siglos m ás rem otos. En
«M em orias de un Estudiante de S alam an ca», cuya prim era
parte publicó p oco antes de la guerra el «Pueblo M an ch ego»,
el señor B alcázar se nos m ostró com o fácil n arrad o r de los
hechos e incidencias de su vida estudiantil, logrando intere­
sar al lector con su estilo sencillo y natural, y no obstante,
el lógico desenvolvim iento del asunto en un m arco reducido.
A h o ra se nos m uestra el ilustre escritor ciudarealeño n u e. •
vam ente con esa su sensillez habitual de escribir—difícil dentro
de su facilidad— una nueva obra en la que ha puesto tod o
su am or y devoción p or la ven erad a P a tro n a de Ciudad R eal.
A través de las páginas de este libro el lector irá en co n tran ­
do datos interesantísimos, muchos de ellos desconocidos p a ­
ra la generalidad de nuestros paisanos, sobre la H istoria de la
V irgen del P rad o , que tod o buen ciudarealeño debe co n o ­
cer, siquiera sea en sus episodios m ás im portantes. P ero es
que, adem ás, el Sr. B alcázar ha recogido en el presenté li­
bro datos interesantísimos, algunos adquiridos p ór él en per­
sona, sobre la veneración que se tiene a la V irgen del P ra do en otros lugares de Esp aña, y que contradicen las opi­
niones sustentadas a este respecto p or otros ilustres histo­
riadores de nuestra V irgen. C onociendo la gran cantidad de
cosas interesantes que mi m aestro, en estudios y en perio-
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
dísmo, Sr. B alcázar, posee en su archivo particular, bien r e ­
p leto de periódicos ,y revistas de ha bastantes añ os, así com o
ese otro viejo com pañero en la profesión que se llam a Ponciano M ontero, y que con u n o.u otro pseudónimo ha venido
apuntando día tras día, las necesidades, los vicios y las virtu­
des de nuestro pueblo, m e perm ito em plazarlos aquí, en estas
prim eras páginas abiertas a todos los ojos, p a ra que ya que las
circunstancias nos han impuesto un forzado silencio,, a cuantos
escribíam os en Ciudad R e a l, ap rovechen este descanso p a­
ra quitar el p olvo de sus papeles y saquen a la luz cuanto de
interesante, y al mismo tiem po de olvidado o d escon ocid o,
tengan de la historia de nuestra Capital.
L e c to r : dentro de muy p ocos días la nueva Im agen de
la Santísim a V irgen del P rad o , realizada p ara sustituir a
aquella otra, cu ya historia se n arra en este libro, y que una
m anada de
sacrilegos iconoclastas
hizo d esap arecer
para
siem pre, prevalidos de su m ajeza m aton esca y auxiliados por
nuestra propia cob ard ía, cruzará las calles de su Ciudad R eal,
después de entrar triunfalm ente b ajo 'los a rco s de la P u erta
de T oledo, en privilegio único a su cualidad de prim er caído.
Que cuando su Im agen desfile ante nosotros hagam os
un firme propósito de defenderla, no de nuevos bárb aros,
porque ello no será necesario, p ero sí de la indiferencia y el
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
desam or de sus hijos. Y que p or su intercesión logrem os co ­
locar a la M ancha y a España arriba, tan arrib a com o lo so­
ñaron en su sacrificio nuestros caídos y corno quiere nuestro
Caudillo.
C EC ILIO L O P E Z P A S T O R
En las vísperas de la en trad a de la V irgen del P rad o en
Ciudad R eal, año X L .
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
E l I 9 cen ten ario de la venida
Feliz coincidencia. — El
am or mariano en la Literaíura. - Mt deseo.
a E sp aña e,n carn e m ortal de
,1a San tísim a V irgen , ha co in ci­
dido con la ¡restauración die la
venerada
Im agen de Nuestra
Señ ora d el P rad o, Patrona, d e C iudad ¡Real, destruida en b á r­
b ara vesania por la horda ro ja. Y aquella visita y esta restau ­
ración form an hechos d e ta l natu raleza que no¡ pueden pasar
desapercibidois para ¡los que co m o yo han tenido siem pre c o ­
m o el m ás grande de sus am o res el am or m ariano.
'D esde muy ¡pequeño mis padres me enseñaron a ¡rezar
a la V irgen d el P rad o y ¡a¡ pedirle am p aro y p rotección y la
V irgen Santísim a en to d o m om ento me la con ced ió com o
ya tenigOí d em ostrado en ms libro, «M em orias d e un estudiante
de Salam anca)) y am pliaré en éste co n m ilagros m ás recien ­
tem ente logrados.
E s un d ato irreb atib le el histórico del am or m ariano.
Su intensidad a b a rc a tod as la s ép ocas de nuestra historia,.
Aún hom bres de poca fe y eit ocasiones b lasfem os, aparecen
siem pre en sus p alabras y en sus obras respetuosos y muy
devotos dé la San tísim a V irgen . Y es que la V irg en S a n tísi­
ma es bálsam o de nuestros dolores, esperanza de nuestros
anhelos, insp iración de nuestras obras, m edicina de muestro,s
m ales. Pensando, ein ella se en g rand ecen nuestras id eas; se
d ulcifican nuestros sentim ientos y se dirigen m ás ¡al bien
nuestras voliciones. Y a ¡lo d ijo G o n zalo de B e rc e o en su p o e ­
m a L o s M ilagros de Nuestra S e ñ o ra :
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
La veneradísima Im agen de Ntra. Sra. del Prado, Patraña de Ciudad
Real, en su carroza.
(Foto Rubio.)
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
3
To d o orne: d el m undo fará grand cortesía,
que ficiere servicio á la V irgo M aría:
m ientre que fuere vivo, verá p lacentería,
e salvará el alm a al postrem ero' día.
A lfonso X , el insigne fundador de Ciudad R ea l, fue
tam bién un ferv ien te devoto de Ha Santísim a V irgen . Su obra
L as Cantigas de Santa M aría está im pregnada 'toda ella de
esa m ística ad o ració n. Líos lo o res a Nuestra Señ ora son p ro ­
pios de aquel elevado espíritu que p o seía el h ijo ’ de San
F ern and o y ocupan las prim eras 4 0 Cantigas. L a s leyendas
piadosas que form an el asunto de il'as dem ás p roced en de
diferentes co leccio n es de m ilagros de la V irgen , coleccion es
latinas, fran cesas y provenzales, de G ualterio de C oiney, V i­
cen te de Beaud'ais, Pathou, Ju an G o bio , Ju a n Gil de Z a m o ­
ra, grande am igo y proteg id o del R ey S a b io , H erm án de
Laom, Hugo Fairsitus y otros, así como: de tradiciones lo ca les
de los m onasterios y santuarios de la V irgen en C hatres, en
R ocanrad or, en O ña, V illasirga, Salas, i erena, O ria, M onserrat, &. Hay tam bién en ellas p ru ebas del ascen d ien te e in­
flu jo de la Santísim a V irg en hasta sobre m oros y judíos,
m uestras de su m isericordia,
indulgencia, justicia, favor y
am paro a devotos, y de su auxilio, recom pensa y perdón a
los arrepentid os; curas y resurrecciones m ilagrosas; leccion es
de fe, m oral, to leran cia, generosidad y cord ura; y con v ersio­
nes de infieles y d escreídos. L o s o jos am orosos dé la V irgen
se vuelven en todo: m om ento hacia, la torpe, crim inal o loca
hum anidad1 y la m iran con in com p arable dulzura.
E l príncipe de los poetas castellanos de la Ed ad M edia,
Ju an Ruiz, A rcip reste de H ita, de vida b astan te d esord ena­
da, dice en una m agnífica estrofa de h ep tasílabos y tetrasí­
labos m ezclados:
M ad re de Dios gloriosa
V irgen santa m arya,
fija e leal esposa
del tu fijo mexin,
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
4
tu señora
d am e agora
la tu gracia
to d a hora
que te sirva
toda vía.
Y pocos
versos después la siguiente red o n d illa ;
San ta V irg en escogida
de D ios m ad re muy ainada
en lo s cielo s ensalmada
d el mundo saluo e v id a ...
O tro gran poeta de los tiem pos antiguos A lfo n so A lvarez de Villasandiino, hom bre d e m ala vida, lleno de extravíos
y locuras, pecad or im penitente, tenía, sin em bargo, una fe r­
vorosa devoción a la Santísim a V irg en y com puso u na n o ta ­
bilísim a canción a N uestra Señ ora, que em pieza a s í:
G enerosa, muy fe riñosa,
syn m ansilla V irgen
santa,
virtuosa, poderosa,
de quién L u cifer se esp a n ta :
tanta
fué la tu gran om ildat,
que toda la trenidat
en ty se encierra, se can ta.
A M iguel de C ervantes le d ebem os el siguiente soneto
en e l que se reveía com o un. gran poeta y su fe en la Sa n tísi­
ma V irg en :
P or tí, V irgen herm osa, esp arce ufano,
contra el rigor con. que am enaza e l cielo,
entre los surcos d'el labrado, suelo,
el p obre lab rad or el rico grano.
P or tí, surca las aguas del m ar can o
el m ercad er en débil leñ o a vuelo;
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
5
y en el rigor del sol, co m o del hielo
pisa (alegre el soldado el risco y llano.
P or ¡tí, infinitáis veces, ya perdida
la fuerza del que busca y del que ruega,
se c o b ra y se prom ete l'a victoria.
P or tí, báculo fuerte de la vida,
tal vez se aspira a lo im posible y llega
el deseo a las puertas de la gloria.
jO h , esperanza notoria,
am iga de alentar los desm ayados,
aunque estén en m iserias sepultados!
L o p e d'e V eg a en L a encom ienda bien guardada o L a
buena guarda nos narra la leyenda de la monja- que huye del
co n v en to y se ab an d o n a a l!a liviandad y disipación m unda­
nas, pero con serva la devoción a la V irg en , quien la sustitu­
ye años y años en su puesto- hasta que la p ecad o ra arrep en ti­
da vuelve al convento. Asunto .parecido trata Z o rrilla en su
M argarita la torn era y el cu entista francés C harles Nodier en
su Soeur B eatrice.
Tam poico d ebem os olvidar al poeta francés Paull V erlaine, devotísim o de la V irgen y que tiene iguales ca ra cterísti­
cas que nuestro A lvarez de V illasand ino.
P etrarca, el fam oso poeta de .Arrezzo, tien e -una m agn ífi­
ca plegaría a la Virgen M aría. Es una can ción ad m irable que
e m p ie z a :
V erg in e bella, que de sol' v e s tita ...
- Intentaron im itarla Fray Luis de L eó n y otros poetas
españoles pero no llegaron ni con mucho a-1 original.
O tros m uchos ejem p lo s pudiera citar dentro y fuera de
la L iteratu ra pero no es necesario. B aste decir que en todo el
mundo los fervorosos devotos del am or maria-no son in­
co n tables.
¡V irg en -mía- que en la hora de la m uerte sea tu santo
nom bre la últim a palabra que pronuncie!
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
II
E s interesan te en grado sumo
Mofas históricas de la tra­
dición ,-Lo que dicen es­
critores aníiguos.-Lo que
niegan eseritores modernos.-Un m anchego ilustre
el historial d:e la V irgen del
Prado ( I ) que relatan en sus
obras
escritores
antiguos
de
distintas épocas.
Según ellos en 1013 p ateand o
el cab allo 1 de M esen R am ón
F lo raz en las afueras de V elilla de X ilo c a (A ra g ó n ) y junto
a una fuente situada en herm oso prado d ejó al descubierto
una gran concavid ad en el subsuelo. Gustó el ginete de c o ­
nocerla y vló en ella una V irgen m orena que él tituló del
Prado y que en realidad era la llamada, de los Torneos, que
había sido soterrada en d'icho lugar tres siglos antes por
devotos cristianos paira librarla así de la invasión agarena.
(1)
H istoria de ia Im agen Sacratísim a de Nuestra Señora del Prad o de la Ciu­
dad de Ziudad Reai, por Fr. D iego de Jesús y María, prior del C onvenio de C arm e­
litas D esca lzos de Guadalajara. Impresa en Madrid, en la imprenta Real de Teresa
Junti. A ñ o de 1650, en 4.° Fr. D iego nació en C. Real, fue bautizado el 17 de febrero
de 1592, era hijo del doctor Juan D elgado y de D.11María, su mujer. Tom ó el hábito
en el C onvento de Pastrana y fue Prior de las casas de Guadalajara y Ciudad Real,
m uriendo a m ediados del siglo XVII.
S in gu la r idea del S abio Rey: don A lo n s o dibujada en la fundación de Ciudad Rl.
A u to r e l M ." .Josepb D ía z Jurado, cura p ro p io de la P1 de San P e d ro de dicha ciudap
y na tural de ella. Esta obra se conserva en el archivo de la M erced con el n.° 686 y
parece que fue escrita en 1680.
R e la ció n verdadera c H istoria de e l A p a re c im ie n to de N u estra Señora Santa
M aría d el Prad o en esta Ciudad de Ciudad Ri. En folio, 22 hojas. Lleva en el archi­
vo de la Parroquia de Santa María del Prado (iglesia de la M erced ), el n." 541.
M ila g ro s que D io s N u e s tro S e ñ o r ha obrad o p o r in/crcesión de su SSmn. M adre
N tra . Sra. Sta. M aría d el Prad o la M a y o r Desta M u i N o b le y M u i L e a l Ciudad de
Ciudad Rl. Su fundadora, P atrona y P ro te c to ra y Restauradora de las dos Castillas,
los que ay que aum entar en e l lib ro de la H istoria y apa recim ien to D esta M ila g r o ­
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
8
L a envolvió en un paño y la llevó a Pam plona entregándola
M osco R am ón al R ey de N avarra S a n d io el M ayar, quien la
d epositó en su Palacio-, hacién d ola o b jeto de ferv orosa d ev o ­
ción, A la m uerte de don Sancho hereda la Santísim a Imagen
su hijo don F e m a n d o I de C astilla, quien la lleva a su C orte y
tien e en -ella la m ism a fe de su -padre. M ucho d ebe este Mo
narca a -la protección de la V irgen del P rado.
En, 10 6 5 -pasa don Fernand o a m ejo r vida. L e sucede su
hijo Sancho II que-solo reina- siete- años. A l ocupar el trono de
C astilla Alfonso- V I, después de la fam osa Ju ra de Sa n ta G adea, realiza, de triunfo -en triunfo, varias em presas guerreras
sísima y D e b otís im a ym agen para que tocios den gra cias a D io s y a esta S oberana
Reina. En folio. T ien e en el archivo el n.° 777. Em piezan los m ilagros en 8 de a g o s ­
to de 1677 y acaban en 18 de agosto de 1739.
R esum en de la H isto ria de la m ilagrosísim a im agen de N u estra S eñora d e l P r a ­
do, restauradora de las dos Castillas y p ro te c to ra de la ciudad de Ciudad R eal, por
el licenciado José Escudero Poblete, M adrid 1700.
D e m o s tra ció n histórica d el orig en hallazgo y a pa rición de la im agen de N u estra
S eñora d e lP ra d o ,M a d rid r 8 de agosto de 1857 por Benito F eró, escritor aragonés.
C om pen d io de la historia de Ciudad R e a l y de s u p a tro n a la V irgen d e l P ra d o
Ciudad Real, 1800, por Agustín Salido y Estrada.
R ela ción verdadera e H istoria d el apa recim ien to m ila gro s o de N tra . Señora
Santa M aría d el Prad o. M s. en 4.° fechado en 14 de M ayo de 1801 por Julián S o­
brino. escritor de Ciudad Real.
H istoria de N u estra S eñora del Prad o de Ciudad R eal, M s. en 8.° por e l Ldo. Jo­
sé de Torres y Lasso, natural de Sevilla y C orregidor de Ciudad Real.
H istoria de la im a gen de N u estra Señora d el Prad o fundadora y p atrona de
Ciudad R eal, en la que se resum en, c o m o p e rten e cie n te s a ella,*sucesos m uy n o ta ­
bles de la g e n e ra l de España, y p a rticu la rm e n te de la dicha C a pita l y su P ro v in cia
por el R. P. Fr. Joaquín de la Jara, de Santa Teresa , A gu stino recoleto. Con licencia
de la autoridad Eclesiástica. Ciudad Real,§1880. Establecim iento tipográfico y lib r e ­
ría de Ram ón C. Rubisco, Calatrava n.° 10.
H istoria de todas las im á genes7de ¡a Virgen aparecidas en A ra g ó n por Fr. R o ­
que A lb erto de Faci.
H istoria d e l P e rú por Fr. Antonio de Calancha.
N u estra S eñora d el P ra d o, Pa tron a de Ciudad R eal. Tradición religiosa en dos
actos y en verso, por don Antonio M endoza, Ciudad Real, 1884.
C om pend io de ¡a H istoria de Ciudad R e a l por don Sebastián A lm enara.
H istoria docum entada de Ciudad R e a l por don Luis D elgado M erchan, A rc ip r e s ­
te de la S. I. P. Ciudad Real, 1907. Establecim iento tipográfico de Enrique Pérez
C aballeros, 4.
A l d e rre d o r de la Virgen d e l P ra d o, P atrona de Ciudad R e a l por R. R a m ire z 'd e
A rellan o. Ciudad Real 1914. Im prenta del H ospicio Provincial.
D ic c io n a rio h is tó ric o g e o g rá fico , b io g rá fico y b ib lio g rá fico de la p ro v in cia de
Ciudad R e a l por don Inocente H ervás y Buendía. Cura párroco de San Pedro. Ciu­
dad R eal, 1914. (incom pleto).
L ib ro de grandezas y cosas m em ora bles de España, por don Pedro M edina, dili­
gen te m acsto de Sevilla, 1540.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
9
contra los infieles y siem pre vá acom pañado- de la Santísim a
Imagen de Nuestra Señora del P rado. Con ella y tras o b sti­
nado asedio entra en T o led o el 25 de m ayo de 1 0 8 5 , día de
San U rbano, ( 2 ) señalada victoria que le valió al M onarca
el títu lo de C onquis­
tador, y un fervoroso
h o m en aje a la e x c e l­
sa Virgen. dle;l P rad o,
que
fué
por
todos
procl'amad'a
{(restaura­
dora de las dos C asti­
llas». Se casa don A l­
fonso con la herm osa
hija del rey m o ro de
Sevilla y al poco tie m ­
po,
para
vengar
un
u ltraje de su suegro,
organiza una e x p e d i­
ción guerrera, y m ar­
cha so bre
A nd alu cía
p ero al llegar a Z alaca su fre espantosa de­
rrota el ejército cris­
tiano y el mismo rey
estuvo a punto d e caer
prisionero. A lguien le
ad v ierte
en ton ces
la
ausencia de la Im agen
Virgen del Prado en sil camarín. (Foto
venerad a. T ien es rahecha en agosto de 1935 por G. Plaza.)
zón — le contesta don
A lfo n so — su presencia nos anim a, n o s co n fo rta , nos da
seguridades en el triunfo porque alien ta
el v a l o r
indivi-
(2)
Por acuerdo de 28 de junio de 17(33 el Ayuntam iento de Ciudad Real c e le ­
bra todos los años el 25 de m ayo, día de San Urbano, función religiosa en hom enaje
de Nuestra Señora del Prado su patrona excelsa, fundadora de la Ciudad y re s ­
tauradora de las dos Castillas.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
10
dual y colectivo com o han reconocido en m ás de una ocasión
hasta los condes de Borgoña y de I olosa y otros pro ceres e x ­
tran jeros que figuran en nuestras filas. Q ue vayan presto a
T o le d o y nos traigan a muestra gran P ro tecto ra.
P oco s días después sale de lia ciudad del T ajo el ca p e ­
llán Mfeurcelo C olino, llevando en una c a ja acon d icion ad a a la
Im agen Santísim a cam inando
con
ella en brioso cab allo
hlacia- A nd alucía, pero al llegar al P ozu elo Seco se d etiene a
descansar unas horas y muestra a los sencillos ald eanos, p ri­
m eros pobladores de Ciudad ¡Real, la sagrada Im agen, y todos
ellos exteriorizan su am or maria-no y hacen alab anza y rin­
den pleitesía a la R eina de los C ielos, suplicando que se qu e­
de en el Jugar. E n to n ces ocurre un hecho raro. Según unos,
al reanudar la m archa el gímete con tan preciad a com p añía,
el cab allo se niega a proseguir, no sirviendo ele nada n i la®
espuelas del cab allero , ni la fusta que m an eja con la diestra.
A n lc el tem or de que con el castigo se en cab rite el n oble
bruto y ocasione algún m al a la valiosa d a ja , M arcelo la
entrega, de nuevo a los aldeanos y en aquel m om ento el c a ­
ballo se m uestra dócil y solo con el m ando de las brid as si­
gue la dirección que le m arca el gímete. C am ina así una m e­
dia' legua y convencido- M arcelo de que -nada anorm al le pasa
a su corcel vuelve a recoger la Santísim a V irgen y apen as lo
hace, se repite el caso anterior. C om prende entonces C olino
que en todo esto actúa la Pro-videncia, y d eja definitivam ente
Ja' excelsa lina-gen a l vecindario del Pozuelo- Seco- y sigue su
viaje para com unicar lo ocurrido a su señor, quedando de
este modo y para siem pre en estas llanuras la tan venerad a
V irgen del Prado.
Según otros este hecho no ocurrió así, sino que al em ­
prender la m archa el Capellán M arcelo notó a su llegada a
Caracu-el que la ca ja estaba- vacía y que la idolatrada- Im agen
se había quedado en Pozuelo Seco . R egresa a este lugar p a­
ra recogerla viendo al llegar que el' vecindario estab a de fies­
ta, y que al verle exclam an todos los aldeanos llenos de jú ­
b ilo : ¡M ilag ro ! ¡M ilag ro! ¡L a V irgen del Prado quiere que-
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
11
ciarse con nosotros! R esp etó 'M arcelo tan piadoso deseo y
fue enseguida al cam pam ento cristiano para ponerlo en co
inocim iento d el R ey , su señor.
D icen tam bién algunos historiadores que la bellísim a
Im agen de la V irgen no se llam ó del P rad o hasta que en
I 0 8 8 se quedó en P ozu elo S e co , que al principio su título era
d e los T o rn e o s y desde .que M osen R am ón la entregó a S a n ­
cho el M ayor fue de los R eyes.
R elatan después el intenso1 fervor religioso de los a l­
d eanos d e P ozu elo S e co , su entusiasm o por la V irgen del
P rad o, la sencilla erm ita que la erigieron y los seguros que
se creían con su p ro tecció n , no obstan te estar tan c.erc.a de
los m usulm anes que dom inaban en B en av en te, A larnos y
C alatrava.
A lfon so V il el E m perad or apenas ciñe la C orona de
sus m ayores se apod era de estas fortalezas ced iendo la de
C alatrava a R aim undo, ( 3 ) A rzobispo de 1 oledo, y en paseo
triunfal lleiga a Pozuelo1 S e co 1, donde se d etiene a orar an te la
ce le stial Señ ora.
C o rren los añ o s y en tiem pos de A lfo n so VIH se so b re­
saltan y con razón lo s hum ildes aldeanos de P ozu elo Seco
an te la proximidad' de los alm ohades que en 1193 av an za­
ban h acia A larco s, ten ien d o'ya algunos (Contingentes en la C e­
lada y esco n d ieron á la V irg en para que nada le pasara. F u e ­
ron m ás p revisores que nosotros hem os sido' en los tiem pos
de ahora.
L a fech a negra de 1 19 5 que tan triste fué para' los cris­
tianos co n la d errota que su frieron en A larco s, se b orró diez y
siete años después en 1 2 1 2 con la gran victoria que alcanzó
el mism o A lfo n so VIH en las N avas de T o lo sa, donde el triun­
fo' d'e la S a n ta Cruz fué term inante. Un rico honre de P ozu e­
lo S e co , D on G il, se llenó tam bién de gloria en 'este hecho
d e arm as a l fren te de un comtinig.em.te de cruzados, re ci­
biendo entre otras m erced es del M onarca la posesión de P o(3)
Q ue más tarde fué e l fundador de la O rden de Calatrava.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
12
zu elo Seco que desde entonces se llam ó Pozuelo de don G il.
E n tiempo® de F ern an d o 111 el San to, la V irgen del P ra ­
do recibe regio1 h o m en aje. Según L afu en te en I 2 4 4 estuvie­
ron en el P ozu elo de don G il don F ern an d o 111 y su esposa
doña Ju an a, y la m adre del prim ero doña Berenguela duran­
te cu arenta y cinco días. L afu en te relata este v iaje del sisiguiente m od o: «La reina doña Berenguela hízole anunciar
a su hijo su deseo y aún su resolución, de pasar a visitarle,
y don Fernan d o viendo a su m adre tan determ inada a hacer
un viaje que en lo avanzado de su edad no podía d eja r de
serle m olesto, quiso correspond er a su cariño saliend o a en ­
co n trarla a la m ayor distancia posible. 'Partió, pues, don F e r ­
nando de C órdoba y halló ya a su venerable m adre en un
pueblo nom brado entonces el Pozuelo, que después se lla ­
mó V illa-R e al y hoy es Ciudad R e a l» . E l pad re M ariana di­
ce que la estancia en el Pozuelo de la reina doña' Berenguela
y sus lujos los R ey es de C astilla don F ern an d o 111 y doña
Ju an a duró cuarenta y cinco, días y se celeb ró en 1 2 4 3 .
E ste viaje dice mucho en pró d el fervor religioso que
inspiraba a todos nuestra gran Señora la V irgen d el P rad o.
M ás com od id ad es que en el Pozuelo^ de don G il había en to n ­
ces en las aldeas In m ed iatas de B enaven te, V a lv erd e, P ob lete e H igueruela, y sin em bargo, lo s regios huéspedes p re firie­
ron el Pozuelo para estar junto. a la V irgen del P rad o.
A seguran que d oña B erengu ela entregó para E lla dis
tintos ornam entos sagrados y don Fernand o un m anto de
mucho valor. D e las donaciones que ha tenido la V irg en en
distintas épocas, hablarem os en oítro capítulo.
D esde la estancia de los R ey es en Pozuelo fué aum en­
tando el vecindario d e esta aldea. M uchos h abitan tes de A lareos se trasladaron a ella' por ser terren o m ás sano que el de
las orillas del G uadiana.
Y pocos años después un hecho trascend ental la elevan
de categ o ría: la fundación de V illa R ea l por A lfon so X el
S ab io . D e com o se hizo esta fundación dice la Crónica, de
A lfon so X en el capítulo X I lo siguiente: «En el décim o año
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
13
del reinado de este rey don A lfonso, que fué en la era de mil
e trescien to s años, and aba el ,año de la n ascen cia de J . C. en
mili é d oscientos é sesenta y dos años, estando1 el rey en Segovi-a llegáronle las nuevas de co m o el rey de G ranad a le
había qu ebrantad o las treguas que con él avia, é otrosi que
en e l regno de M urcia se le avía alzad o A iboa-guez...
é
otrosi que lo s m oros de X e re z que le avían tom ado el A lc á ­
zar. .. E en v ió el llam ar por sus carta® los infainteis é los ricos
bornes é tod os los co n se jo s de su regno- que se fuesen luego
para el a la frontera. E partió de Segovia, é fue a- T o le d o é
-dende a la frontera i pasando por un lugar que dicen el P o ­
zuelo d e don G il, que lera ein térm ino d!e A larco s, en tretan to
que llegaban los com p añas por que avia enviado, m andó
venir genittes de su co m arca, é ondenó en cual m anera so
p o b lase allí una villai é m andó que la -dijesen V illa -R e a l é or­
d en ó luego- las calles é señaló los lugares por dó fuese la ce r­
ca . E fizo facer luego- una puerta laibradai de piedra-, é esta es
la que está en el cam ino que viene d e T o led o é m andó a los
del lugar com o ficiesen. la cerca. E paritió dende, lue-se para
Córdova-, é dende para Sev illa, é m andó facer 1-a guerra co n ­
tra los m oro s, &. L a Cart-ai-Puebla es tam bién muy cu rio ­
sa y se conserva en. el archivo m unicipal, aunque sin -el sello
reall de plom o que tenía, porqu e a principios del siglo- X X un
Alcallld-e lo regaló a u-n ilustre escritor parien te del caciq u e
que le diió la vara. D icha C arta-P u ebla que es muy in tere­
sante d ice aisí:
«Con o se ida. |Cosa sea. á to-do-s -los orn-mes que esta vieren,
cuerno yo- Don- Alllphonso por la gracia de Diois rey d’e Castiella-, de T o le d o , d e L eó n , de G allizia, de S ev illa, dle C órdo­
va, de M urcia y de Ja-hen. D espués que fuy rey, fuy en A lé l­
eos, é vi el C atiello, é la- V illa, é oviera voluntat de p oblarlo,
é fa cer hy grand villa é boira, e pr-ové de facerlo por todas
guisas, e non pud1, é fallé que as-sí -lo provaron los otros reyes,
que fueron ante de mi, é non pudieron, ca era logar muy d o­
liente, é por ningún algo, nin por franqueza que les diessen,
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
14
nin que les fiziessen, non querien hy fincar, ca non hy podien
vevir, ca. se perdien de m uerte. E t por en d e tove por bien,
pues que a.quell' lugar .se crin a b a , que la tierra n on se er m ase,
é quis que oviese hy una grand villa é bona á que corriesen
todos por fuero, é que fuese cabesza, de toda aquella tierra.
E mándela, poblar en aquel lugar, que decflen el Pozuelo d e
Don G il, é pusle nom bre R eal. E yo sobre dicho rey Don
A lphonso dotes é ctorgotes para siem pre jam ás, é á tod os los
m oradores, que fueren en esta V illa -R e a l la. sobredicha, é en
todo su térm ino que ayan el fuero de Cuenca en tod as cosas.
El do de rneioría á los cab allero s fijos-d algo, que hy m ora­
ren, que .ayan aquellas franquicias en todas cosas, que han
los cab allero s de T o led o , é quitóles é franqueóles á todos
coinunalm iente que non den Portadgo en nengunas de las
partes de míos regnos, sacado, ende Sevilla é 1 oledo. é M'urcia, en que quiero que lo den. E d a á esta villa sobredicha,
que aya por ald eas et por térm ino Zuheruela, é V illa r del
Pozo, é la Figueruela, et P o b let, é A lv alat, co n todos sus
términos' yerm os é poblados, é con todos sus d erechos, con
m ontes, con fuentes, con rios, con pastos, con to d as sus en ­
tradas, é con todas sus salidas, é con tod as sus pertenencias,
assi com o las han estos lugares .sobredichos, é las devien aver.
Et m ando é defiendo, firm em iente que nenguno, non sea osa­
do yr contra este privilegio de este mió donadlo., nin de que­
bran tad o, nin de .menguado, .en ninguna.posa. E t cualquier que
lo. ficiesse avri.e mi ira, é p echarm e en co to diez mil m otavedis é á ellos todo1e l daño, d oblad o. E t porque este privilegio
sea firm e é estable, m andólo, .scellar com uno scello de plom o.
F ech a la carta en Burgos por m andado diell rey X X días an­
dados del m es de F eb rero en E ra de mili é d ocientos é novaenta é tres anmos. E n el anno que D on E d oart fijo, perm ero
é heredero, del .rey E n rich de A ngla-ti erra recibió ca b allería en
Burgos del rey D on Allphomso el sobre dicho.. E l1yo sobre di­
cho rey Don A lphonso regmante ¡en uno con la reyma D oña
Violan.t mi mugier e con mis fijas la infanta doña Berenguela, é infanta D oña B eatriz en C astiella, en T o led o , en L eó n ,
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
en G allizia, en Sevilla, en C órdova, en M urcia, en Ja h e n , en
B aeza, en Bada-Hoz é en A lg arv e'o to rg o este privilegio é co n ­
firm ó la.— D on A lfonso de M olina la co n firm a.— Don Fed erich la co n firm a.— Don E n rich la co n firm a.— D on M anuel la
co n firm a.— Don Fern and o la co n firm a.— Don F elip e electo
de Sevilla la co n firm a.— Don Sancho electo de Toledo 6
C hanciller del regno co n firm a.—D on Ju an arzobispo de S a n ­
tiago la confirm a.— Don A b o -A b d ille Abena-zar rey de G ra ­
nada vasallo del rey confirm a.— Don M ahom et A b en M ahom at Aben-hnit rey de M urcia vasallo del' rey la- co n firm a.—
Don A ben M ulelh vasallo del rey la con firm a.— D. A paricio
obispo de B u rg o s... (Prosiguen la-s firman de obispos, m aes­
tres de las O rd enes M ilitares y m agnates de Castilla- hasta -el
núm ero de setenta y dos, y term ina el docum ento
de esta
m a n e ra :) Jo-han Perez ele Cuenca lo escribió el año tercero
que iel rey Don A lfo ii'So regnó».
E sta C arta-P u ebla está fechada en Burgos <¡XX días
andados del mes de febrero, E ra de mili é doscjenLos é no­
venta é tres annos» ( 1 2 5 5 ) .
D on A lfonso X otorgó a los m orad ores de Villa- R ea l
extraord inarios privilegios y m ercedes, lo que d eterm inó en
poco tiempo- un aumento- co n sid erable de p o b lació n , llegand'o d-e to¡d'as pa-rteis, en especial del N orte de España, mu-chas
gentes, para instalarse en la nueva villa del R ey Sabio-, pri­
vilegios y m ercedes que no d etallam os porque no es nuestro
o b jeto el hacer un estudio de la H istoria de Ciudad R eal en
todos sus a-spectos, sino en el que se refiere tan solo al h is­
torial de nues-tra v enerable y a-mantísima Patr-o-na la V irgen
del P rad o, o que pueda servir para robu stecer nuestras a r­
gum entaciones con trarias a ciertos juicios de algunos histo­
riadores. B aste decir, por a-hora,, que Don Alfonso- otorgó
dichos privilegios porque quiso que su grande e bona villa
fuese un firm e baluarte contra el po-derío- d e la soberbia O r­
den de C alatrava.
E s lógico pen-sar que oo-n la fundación de V illa R e a l a u ­
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
16
m entasen las necesidades d el culto, y com o la única iglesia
que en to n ces había era la dle Sa n ta M aría dlel Braido', que
esta asum iría la¡s funciones parroquiales, dando origen a su
prim era transform ación, ensanchándose.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
17
D on Inocen te H ervás, cu lto y n o ta b le escritor, pero
que no o lv id aba sti con d ición dle C ura Parraco- de Sa n Ped-ro
en e l p leito de la antigüedad de las parroquias, y a que tiene
que confensar que la iglesia de San P ed ro es un ed ificio que
d ebió construirse a fines d el sig lo X I V o principios del X V ,
dice muy ufano que, según el Sr. R am írez de A rellfino, el
tem plo m ás antiguo de Ciudad R ea l es el de Santiagos al
que considera con tem p oráneo de la creació n de V illa R eal
por Don A lfonso el Sabio , con lo cu a l p arece dudar el señor
H ervás de que el de San ta M aría del P rad o existiera en di­
cha ép oca. Pero el Sr. R am írez de A rellan o ial describir el
tem plo de Santiago- dice tam bién, entre otras cosas, que d es­
de su p rim itiva fundación tenía tres n av es con sus ábsides,
term inando en bóvedas radiadlas, apoyánd ose los n erv io s de
lo-s rincones en m edias colum nas que partían del pavim ento y
los interm edios en m edias colum nas que arran cab an del muro
en m énsulas muy curiosas, representand o mediáis figuras hu­
m anas; todo hoy casi borrad o a fuerza de las cap as de cal
y pintura que se han ido acum ulando sobre las lab ores. De
la construcción ambigua- no quedan sino- los ábsides y el
presbiterio-. Su to rre, tam bién en -sus orígenes del siglo- X III,
ha sufrido grandes transform aciones. En el interior se co n ­
serva tam b ién el rico artesonad o, aunque cubierto por el cie ­
lo ra-so, unas esculturas de San Ju a n E van gelista y San ta Ana
en el retablo- mayo-r ( 4 ) y cuatro pinturas e;n m árm ol en la
cap illa m ayor, que son digna-s de aprecio. Y en el siglo X V I
— -continúa el Sr. R am írez de A rellan o — a pesar de ser una
ép oca -de cultura artística, se tapió las ventanas de lo-s ábsides,
que eran unos ajim eces de form a lan-c-etal y p ro b ab lem en te
c-on celosías de piedra. Se rom pió los ce n tro s de lo-s ábsides
para hacer puertas y levan tar a lo-s lados del central y d e­
trás d.e los laterales, d-os cap illas oo-n bóv ed as d'e crucerías
que no o frece n de notable- otra cosa, que a l haber descom ­
puesto la artística arm onía de la igl'e-sia.
(4)
En esta iglesia los rojos destruyeron todas las im ágenes y todos los retablos.
2
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
18
Y- ahora décimo® no so tro s: ¿ s i la iglesia d e Santiago
sufrió tan tas tran sform aciones y p erju icio s aún en el siglo
X V I , siglo de tan ta cultura artística, cu án tas no habrá su fri­
do la iglesia de San ta M aría del P rad o, prim ero sencilla
Torre e Iglesia de Santiago construida en el
siglo XIII.
(Foto Rubio,)
erm ita, luego única iglesia p arroquial y m ás tarde San ta Igle­
sia P rioral ? Eli mism o Sr. R am írez de Arellanio, ilustre a r ­
queólogo, nos lo aclara cuando dice en su obra Ciudad R eal
artística. «Lo. más antiguo- que hay en Ciudad R ea l de arqu i­
tectura religiosa es la puerta p rin cip al de San ta M aría del
P rad o, co lo cad a d etrás del1 co ro y en fren te del retab lo m a­
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
19
yor, (es decir 1& que d á a la calle de los R e y e s ) . E sta p o r­
tada, últim o resto de la prim itiva iglesia, es de las p ostrim e­
rías del siglo X I 11 o cuando -más d el principio del X I V , pero
que .también p od ía se r d e m ed iad os d e l siglo X III, por la ;s ca ­
racterísticas d'e sus d ovelas».
T ien e un arco apuntado, otros dos resaltad o s y co n li­
geras rem iniscencias d el arte bizantino, a quien se a d ela n ta ­
ba ya en el progreso artístico1, pero de quien d escien d e por
línea recta e inm ediata. E sta portad a es muy probable que
haya cam biado de sitio, porque en e lla se ve cliariamentte,
que ha sido desguazada y vuelta a m ontar y tal vez no lo
fuera en el mismo lugar que antes estuvo. Y después de d es­
cribir la puerta y una
cla ra b o y a
d'e ro se to ­
nes lobu lad os análoga
a la de A larco s, con
otros d etalles dé que
n o s ocu pam os en
él
capítulo, d ed icad o a la
Saint a Iglesia P rio ra!,
supone el Sr. Ramíriez
de A vellano que en el
lugar del1 tem p lo a c ­
tual hubo tres: uno
primitivo., al que c o ­
rresponde 1 a puerta
d el P erd ón en su p ri­
m er estad o, un segun­
do tem plo, al qu e p er­
Santa Iglesia PrioraL La puerta del P er­
dón, lo más antiguo en arquitectura re­
ligiosa que hay en Ciudad Real.
(Foto Morales.)
ten eciero n 1 a puerta
d esm ontada y vuelta
a m ontar y el ¡rosetón,
y un tercero^ el actu al.
Y ai en .nuestros días el tercero, el actual tem plo, lia S a n ­
ta Iglesia P riora! ha sufrido varios arreglos y tra n sfo rm a cio ­
nes, lo mismo, pudó tenerlas, la s tendría .seguramente, la pri­
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
20
m itiva iglesia cuando pasó de sencilla erm ita de hum ildes a l­
d eanos a iglesia de una V illa «grande e boma». D e tod os mo>dos el valioso juicio del1 Sr. R am írez de A rellan o robu stece
nuestra opinión respecto a la antigüedad de les prim eros
tem plos de San ta M aría del Prados y entendem os que al su­
poner dicho señor que el tem plo de Santiago es el m as a n ­
tiguo dé esta ciudad, quisoi decir que el b o ce to , las lineas
directrices d e su construcción prim itiva están más claras, m ás
esp ecíficas que en el de la iglesia de Santa M aría, donde des­
aparecieron por co m p leto .
Don A lfonso, m ientras construían su A lcázar vino una
vez a V illa R eal y es d e presumir que se alo ja ría donde lo
hizo su padre y que según la tradición fué en un edificio si­
tuado muy cerca del tem plo d e la Santísim a V irgen, después
cuando term inaron su P alacio volvió o tra vez ocupando ya
el A lcázar, donde el 25 de julio de 1275 murió su prim ogé­
nito el infante Don F ernand o, que recibió sepultura en el
M onasterio de las Huelgas de Burgos. A provech an d o este
hecho Don Sanch o, segundo hijo de Don A lfon so, vino a
m archas forzadas .a V illa R eal y ganando' o Don L o p e D íaz
de H aro
y dem ás ricos hom bres y cab allero s,
qu'e aún
se encontraban aquí, se hizo proclam ar H ered ero del R ein o.
De genio' turbulento y am bicioso se puso al lado de la O rd en
de C alatrava, para ganar adeptos de¡ valía, y en contránd ose
en C órdoba a 7 de agosto de I 2 8 0 , expidió el docum ento si­
guiente: «Sepan cuantos esta carta vieren, corno yo infante
Don S a n c h o ... por facer bien, e m erced a vos Don Ju a n G onzálvez. M aestre de la O rden de C alatrava, e a la O rd en desse
mismo lugar, dovos la villa de V illa Real', con todos quantos derechos Nos e habernos, con entradas e con salid as:
salve ende m oneda forera, el que la hayades vos, e la O rden
daquí ad elan te p ara siem pre jam ás, e que fagades co m o de
lo vuestro, para vender, para em pennar, e para facer della
loda vuestra voluntad». T an despreciativa cesión no p rospe­
ró por la en érgica actitud del1 C on cejo de V illa R ea l y de sus
procuradores. O tra m ala pasada quiso h acerle A lfon so X I
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
21
pero pudo conju rarse y al fin el M onarca siguió el ejem p lo de
Fernan d o IV favoreciend o a V illa R ea l en su eterno p leito
con la O rden de C alatrava. A lfon so X I nos visitó varias v e ­
ces, u na-d e ellas viniendo desde. Sevilla en la cuaresma, de
1335 y pasó en este pueblo desde el ju ev es santo hasta el lu ­
nes de P ascua asistiendo- a los oficios religiosos ele la Iglesia
m ayor (la de Nuestra Señora, del P ra d o )
(capítulo C X X X 1 V
de su C r ó n ic a ). También co n vocó C ortes en V illa R eal el 21
de d iciem bre de I 3 4 6 , hecho que revela su interés por esta
villa.
I ampo-co prosperaron los p royectos de D on Juia.n 1,
Don E nrique 111, Don Ju an 11 y Don Enrique IV de. ced er V i­
lla R e a l a •determinadas personas de su pred ilección . La
((■grande e bona villar de A lfonso el Sab io hizo valer y re s­
petar sus fueros y privilegios. Don Juan 11 -no solo acced ió a
revocar su donación sino, que confirm ó las m ercedes de que
había sido o b jeto pot sus antepasados.
Y ,al citar a Ju an 1 y E nrique 111 no puedo, ¡por m enos de
recordar a un hijo de V illa R ea l, al m ás ilustre de sus hijos
que tanto hizo/por ella y ¡quiejsolo- e.n un jpaís idon.de am ia'm uy
retrasad a la co n cien cia del d eber puede o lvid ársele. M e re­
fiero a A lv ar M artínez de V illa R eal jurisconsulto n o tab ilísi­
mo, doctor en leyes que d ejó grabado su talento en el histo­
rial de la gloriosa U niversidad de Salam an ca, procurador en
C ortes y que en am bos reinados era. siem pre llam ado a co n ­
sulta en los más graves problem as de la C orona. Fue oidor de
Ju an 1 y uno de los d octores que dictaron sentencia, en el rui­
doso- pleito de los abad es y abad esas de la orden m onástica
de San B en ito . En el segundo tom o que tengo, en p rep ara­
ción de Claros varones de la M ancha, dledico varios capítulos
a A lvar M artínez de V illa R eal y publico íntegro el m agn ífi­
co discurso- que pronunció ante el Duque de L an caster, yerno
de D on P ed ro el Cruel, y su C on sejo ico.mo enviado de Ju an 1
piara p robar el derecho que éste ten ía a Ja coron a de C astilla
y la co n testación <qu-e Je dió a l O bispo d.e A quís, D on Ju a n de
C astro, defensor de las aspiraciones del Duque. E stos discur­
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
22
sos los inserta L ó p ez de A lay a en la C rón ica de
D on
Ju an I.
M ás tarde fué uno de los que firm aron en B ayona las
cap itu lacio n es m atrim oniales entre D oña C atalin a, h ija del
Duque de L an caster y Don Enrique, hijo de D on Ju an I. La
La Santa Iglesia Prioral vista desde la calle de Reyes.
(Cuadro de Carlos Vázquez,)
inesperada m uerte dle éste <e¡n A lca lá de H enares y m enor
edad1 de su sucesor Enrique 111, su scitaron en el reino gra­
ves disturbios, estando todo el país revuelto y asolado por
excesos de todas clases. P ara ver el m odo de poner fin a este
enorm e d esconcierto se con vocaron C ortes en Burgos en
1391 a las que acudió comoi represen tan te de V illa R e a l A l­
var M artínez. P erm an ecía aún sin resolver lia cu estión que a
to d cs traía divididos y seriam ente agitados a ce rca de si el
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
23
testam en to que el rey D on Ju a n 1 hizo en C ellorico h a b ía de
ser o no valed ero, porque «non valía niin erai p ro vech o so ».
P ara poner, fin a aquel in term inable caos, d ejaro n la decisión
de tan intrincad o asunto a dos árbitros, siendo elegidos Don
Gonzalo) G onzálvez, O bispo d'e Segovia y A lvar M artínez, de
V illa R ea l, a quien L ó p ez de A y ala califica de hom bre re c­
to, peritísim o en d erecho y de los m ás d octos de su tiem po.
A lv ar M artín ez nació en V illa R e a l en 13 30 . S e ignora la
fech a de su m uerte. S á b e se solo que com o los M artín ez de
V illa R ea l y los M artínez de P o b lete eran de la m ism a fa m i­
lia acaso' fuerai uno de los antepasad os de H ernán P érez del
Pulgar, el de las H azañ as, ipor su abu ela p atern a. A lv ar M artí­
nez debió ser muy devoto' d e la V irg en del P rad o 1, porque
la evo ca en algunos de sus discursos.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
III
L a am bición usuraria d e los ju ­
Alborotos, intranquilida­
des,— Lucilas sangrien­
tas en las calles de Villa
Real. — Saqueos, incen­
dios, muertes violentas.
Ealatrauos g realengos,
Judaizantes y moriscos-
díos, la b o rrascosa m inoridad
de A lfon so X I, la guerra sin
cuartel de los C alatravos, el
enojo cruel del M aestre Don
G arci L ó p ez de P ad illa, que
sólo preten día la ruina de V i­
lla R eal, son m otivos, más que
suficientes, para crear en este
pueblo, durante un largo período del siglo X I V , una situa­
ció n insostenible, y hacer que no pocos de sus vecinos se
.fueran a oteas villas en. busca de. la tranquillid&d que aquí no
tenían, y aún para soslayar e l peligro- que co rrieran sus vidas
y haciendas.
En vano reclam ó el Concejo- y en vano tam bién p reten ­
dió am p ararles el M onarca castellano, ya con las riendas del
m ando. Más que el restablecim ien to de la co n cord ia fué una
tregua en la lucha. H artos ya los de V illa R ea l, -acometieron
bravam en te a lo s d el M aestre D on G arci L óp ez ele P ad illa, y
tras una batalla muy dura, en la que hubo- m uchos m uertos
por am bas -partes, quedó vencido el M aestre y Migu-eltut ra
sufrió las coinsecuemcias, con laimíemitables desmames y sa­
queos de que la hicieron o b jeto los-de V illa Re-ail «que no res­
petaron ni la iglesia».
Callmado-s un poco los ánim os, Don P ed ro el Cruel los
exacerba de nuevo, con la decidida p ro tecció n que presta a
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
26
lo® judío® de V illa R eal, protección d'e ta i índole, que le ­
vanta en valiente rebelión a tocio el vecindario cristiano co n ­
tra el m onarca, que después fué m uerto, violen tam en te, en
M ontiel, por su herm ano bastardo D on E n rique. E ste al1 ocu ­
par el trono de C astilla acoge bien a lo® de V illa R e a l y les
fav orece bastante, pero su h ijo , y luego su nieto, oiüvidhn
pronto lo hecho por D on Enrique 11 y gracias, sin duida, al
prestigioso A lvar M artínez no favorecieron en m ayor cu an­
tía a
los d e : C alatrava en sus litigio® con los de Villa: R ea l.
En los últim os años del siglo X I V viene a desasosegar
más y m ás la vida en este pueblo la m atanza gen eral d e l u ­
dios en España, que alcan za tam bién con ca ra cteres muy gra­
ves, a los que Residían en V illa R ea l, dond'e hubo incendio®,
saqueos y persecuciones sangrientas, siendo impotente® en
los primero® días el C o n cejo y lo® homeg buenos p a ra c o n te ­
ner el furor de las turbas.
E ntra el siglo X V con otra m inoridad, no eken ta de
d esórd enes: la de Don Ju an 11 que sube al trono de sus m a­
yores en 1406, cuando solb con taba veintidós ¡meses de edad,
b ajo la tutela de su m adre D oña C atalin a y de su tío él in fan ­
te Don F em an d o , quienes rigieron. dll E stad o con m ano fuer­
te. En I 4 0 7 estuvo en esta villa unos días el in fan te D on F e r ­
nando a -esperar lia llegad a de sus tropas, con las que iba a
em prender la guerra contra el E m ir de G ran ad a. ¿ S e a d ela n ­
taría para im petrar de la Santísim a V irg en del P rad o su protecció'n ? Presum ible es, dado, el fervor religioso, y la intensa
devoción que aquel1 gran infante sentía por ¡lai .Reina, de los
Cielos.
En
14 19 las C ortes reunidas en ¡Madrid, cap acitan ya
D on Ju an II para, reinar. E ngañad o por sus primo®, lo s in ­
fantes de A ragón, Don Ju an y Don Enrique, le h a cen éstos
cau tivo i en T a la vera. Con la ayuda d e D on A lv aro de Luna
se escapa del cautiverio1 y en m archas forzad'as, cam in a al
castillo do M o n talb án, pero las trop as del in fa n te D on E n ri­
que le siguen y viéndose perdido otra vez, d estaca em isarios
para pedir auxilio a¡ su® adeptos y enitre los que acuden a
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
27
prestárselo® está la m esnada de cu ad rilleros de la H erm an ­
d ad v ieja de V illa R eal. Salivada la situación d el M on arca és­
te pregunta a los valien tes m anchegos si desean algo de la
C orona, «e los de V illa R eal suplicaron al R ey que la hicie­
se cibdad, e al R ey plugo dello, e m andó que dende en ad e­
lánte se llam ase Cibdad-real ( I ) . Y adem ás, 'conced ió a la
antigua villa de A lfo n so el Sabio , otros hon ores y privilegios,
O currió esto en 1420.
C uéntanos tam bién la crónica d e Ju an II, en su Capítulo
XIII, el terrem oto que se¡ ¡sintió en Ciudad R ea l en 1431, con
el¡ ep ígrafe. «D é cóm o estand o el R ey en C ibdad R e a l hizo
un terrem oto azar, grande, en que cay eron algunas alm enas
Ciudad Real.—Iglesia de San Pedro.
del A lcá z a r» , lo describe de este m o d o : «¡Estando el R ey en
su A lcázar ein M artes a veinte y quatro días del mies de abril
d el dicho año¡ ( 1 4 3 1 ) quanto ahora de vísperas hizo un t e ­
rrem oto1 en que cayeron, algunas alm enas del1 A lcázar, e mu­
chas tejas, e abrióse una p ared en é l m on asterio de San F ra n ­
cisco desa cibdad, e cay eron dos p ied ras de la bóved a de la
cap illa de la iglesia de San P edro. E l R ey estaba dorm iendo,
(1)
Crónica de Juan II, capítulo 43, página 103.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
28
e co-ino sintió el terrem oto, salió a muy gran prisa al patio-del
A lcázar, e dende al cam p o ». O cap ítu lo siguiente nos refie­
re que los R ey es estuvieron quince días en C iudad R e a l1, m ar­
chando después a C órdoba a donde llegaron en el m es de
m ayo.
A m ediados del siglo X V , en 1449, se inicia en Ci'udad
R ea l o tra ép oca ele 'terror, de luchas intestinas, de sangrien­
tos choques en tre realengos, caíatravos y conversos, que con
fuerza casi nivelada, se disputaban los cargos de m ando en
la ciudad, choques h orribles en ios que interviene
todo
el
vecindario, según
los intereséis
o
sim p atías de
cada bando y que no se sabe cortar a tiem po por la falta de
autoridades. En el archivo- m unicipal encontram os un d o cu ­
m ento muy curioso que aunque bastante d eteriorad o dá clara
idea del suceso y del perdón otorgado después por eí Motn-a-rr.a. Y corno-juzgam os interesante isu -coino-cimienito lo tran scri­
bim os íntegro-. En la portad-a. se lee el siguiente ep íg rafe:
«Bandos entre C alatrava y los vecinos de Ciudad R eal, de
que vbo .muchos incedios, 2 2 m uertos, muchos heridos y
fuerza, y el perdón que alcanzaron del R ey nro. Señor Don
Juan II en Valladolid a 8 de noviem bre de 1 4 4 9 años.
El d ocu m ento, que tiene m uchas palabras ilegibles, que van
en blanco, dice así:
«D.
Ju-a-n por la gracia
de Dios R ey
de C astilla,
de
L eón, de G alicia, de Sevilla, d e C órdoba, de M urcia, d e Ja é n ,
del A igarve, d-e Alígccira, é Señor de V izcaya é de Mollina,
al Co-n-cexo-, A lcald es A lguaciles, R egid ores, C ab alleros, E s ­
cuderos, O ficiales, é honres buenos de la Ciudad R e a l: S a - .
lúd é gracia = Sepad es que vi una petición que por vosotros
me fué em biada su; te-no-r de la cual es este que se sigue —
Muy A lto é muy poderoso -príncipe R ey é Señor, el1 Conc-exo. A lcaldes, A lguaciles, Ríegido-res, C aballeros, Escudero®,
oficiales é ho-mes buenos de la vra. Ciudad Re-a-l besam os
vuestras m anos e nos encom endam os
á vuestra Señ oría
é
m erced la qual bien sabe -como por otras nuestr-as p eticion e*
ovimo-s notificado é a.gor-a- notificam os el grande despobla-
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
29
m iento de esta vuestra Ciudad é m u ertes de hom es fuerzas
robos é otros m aleficios folios é com etid os así en esta vues­
tra Ciudad com o en la orden de C alatrav a por Pedro Barva vuestro1C orregidor que fué en esta dcha. Ciudad con Consexo' é Inducim iento é favor é ayuda que le fué dada a sí por
Ju an G onzález d e Ciudad- R e a l vuestro recab d ad o r estando
en la vuestra C orte con los favores que en ella1 ten ía com o
por otros susparientes del d'cho1. Ju an G onzález en esta dcha.
Ciudad, esp ecialm . por ferrand o de Ciudls. é San ch o
de
Ciuds. sus herm anos é parientes del B a ch iller R od rigo su
sobrino é por el B ach iller A rias D íaz é ju a n G arcía Essno- sus
cuñados é Fern and o G onzález de C astro su tio é por -otros
parientes suyos en lo qual por causa de los favores é manie­
ra s que eldicho Juan, G onzález de Ciuds. en vuestra co rte te­
nia nunca vuestra' A lteza proveyó cosa, alguna é así los tales
m aleficios tales
é tan
grandes
quedaron sin pagar de
las
quales m uertes é fuerzas é robos nacieron enem istades c a ­
pitales entre algunos C aballero s é vasallos de la deba. orden
con, los sobred chos é otros sus p arien tes é vecinos desta
d'chai, Ciudd. que fav orecía é ¡ayudavia en sus m alos fchos.
d!e>spues de lo qual ju eves en la noche que paso que' se c o n ­
taron diez é ocho del m es d e Junio' d e este p resen te año1 los
herm anos é .parientes del d th o . Ju an G onzález é otrois del
lin aje de1 conversos derram ando fam a é diciendo que sabian
que en este tiem p o h abían de ser robados estando todo el
pueblo de esta vuestra ciudad con mucha, p az é sosiego la
d cha gente se arm aron de m uchas é diversas arm as en núm e­
ro d e mas d!e trescientos hom bres e anduvieron la m ayor
p arte d>e la1, noche por esta dicha ciudad' asi arm ados é aso ­
ciad os diciendo que antes que los robasen que avian d'e la n ­
zar fuego de alquitrán en m uchas ¡partesd'e esta: dcha. C ibdad
para la quem ar estanido toda la g en ie de: Chriisptianos v iejo s
é aun otros d e lin aje d e conversos en sus casas é sosegados
que de esto non sabian é la m ás de la gente durm iendo a llen ­
de de lo cual el lunes luego siguiente qu e pasó que se co n ­
taron siete días del m es de Ju lio el d'cho. B ach iller R odrigo
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
30
co n poderío d el oficio d e alcald ía q u e tenía, en esta cibd ad
por la m añana salió arm ado á la p laza de1esta dcha. C ibdad
con. mucha gen te é tenía puesta o tra m ucha gen te
arm ada
en rededor de la, plaza en ta l m an era que esta d ch a. C ibdad
fué escan d alizad a é alb o ro tad a dicieddo qu e que co sa pod'ría
ser esta que e l dcho. B ach iller Rodrigo, é sus p arien tes andavan así asociad os é soliviantando la C ibdad dé lo qual é d'el
dcho. fuego de alquitrán festavan loe C hrisptianos viexos muy
tem erosos sobre lo qual la justicia é regidores de esta. dcha.
C ibdad entraron en |Ca,bildo é fué al dicho. B a ch iller que diese
causa é raigón del dcho, m ovim iento que así fa c ía el qual ¿res­
pondió que el habíai de prender un hom bre estrangero é que
toda la ciudad' avria de ello p lacer é non quiso m as d eclarar
nin dar á entend er su intención salvo que corno alca ld e d a­
ría cuenta de lo que ficiese é vistas su p a la b ra s le fué dcho.
e n d l dicho, ayunitamt.0 que m irase bien lo que fa c ía é lo¡ que
cum plía á vro. servicio é al bien público de esta vra. C ibdad
y pacifico estado de ella que non cu rase de lo escandalizar
después dé' lo quall el debo,. día, lunes p areció por esperiencia com o el dcho,. B ach iller con la d ch a. enem istad que ten ía
á F rey gonzalo manueito com end ador de la villa de alm agro
freile p ro feso 1 de la ,,orden de C alatrava lo quería prender el
qual el dcho. dia vino á esta ciudad sollo co n un com p añero
la qual prisión que asi quería. facer vino á noticia del dcho.
C om end ador por los acto s que el dcho. B ach iller alcald'e fi­
zo é publicó sobre lo qual el dclho. com end ador fizo m ucho
sentim iento e se partió luego d esta dicha. Cibdad el dcho.
día por m andam iento que le fizo allvar garcía de V illaqu iran
vro. alcald e después/dé lo qu al en, lia tar die el dcho. B ach iller
salió á ‘la, p laza de esta dcha. C ibdad arm ad o co n m u cha gem
te arm ada á p ie que andava p or la d ch a. C ibd ad por su m an ­
dado é otros ornes á cab allo arm ados y estando en lai dcha.
plaza el dcho. al'var G arcia requirió al dcho. B ach iller R o ­
drigo, em biase la dcha. gente que 'tenia, arm ada á sus casas
por que cesase el bollicio, y escándalo que av ia puesto en la
dcha. C ibdad al qual no lo quiso facer antes con favor su-
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
31
yo algunos de los dichos, hornea que traía consigo arm ados
de p alabra injuriaron ¡al d ch o. a'lbar garcía a lcald e é otros
h echaron mano' á las arm as p a ra m atar algunos C hrisptianos
v iejo s qu'e co n eil dcho. albarr g arcía eiSta.van sobre lo qual en
lia dcha. plaza ovo cuestión é roydo: di cu al ¡roydo é cuestión
se cau so por culpa é causa dal idcho. B a ch iller é de fem an d o
su herm ano que fue el prim ero que puso m ano á las arm as
dando grande eisoandolo á esta dcha. C ibdhd é se arm ó p e­
lea entre el1d cho. B ach iller e sus parien tes y gente que c o n ­
cu rría
....................................................................................................
é co n ellos algunos de los vecinos de esta dcha. Cibdad
........................................... m al1quería la qua'l pelea m edíante la
g racia de nro. Señor D ios fue quitada é d esvaratada por el
m ucho peligro é vergüenza á que se pusieron alvar garcía
de villaquiran é aniton m artinez á lanzad as é saetad as p o ­
niendo paz é otrosi aten taro n ferir é m atar á los R egid ores
é bornes buenos que dispartian el dcho. roydo diciendo'!es
m uchas é d eshonestas razones é p alabras llam ándolos putos
cornu d os é esta vez m oros que vos quem arem os con fuego
d e alquitrán después de lo qu al el m artes siguiente el dcho.
Fray gonzalo m anuento com endador por la m añana vino á
esta dcha. C ibd ad co n pieza de gente de lat orden d e C a la ­
trava arm ad a de apie é de á ca b a llo ése apod eró /de una puer­
ta de lai Cibd'ad1 non sabiendo- esta cibdad de esta venida é
entrad a cosa alguna é luego como: enitró se travo una brava
pelea e n tre el dcho. com end ador é la gente que asi traxo é
el dicho. B ach iller é sus parientes en la qual a ca e cie ro n m uer­
te s de algunos hom bres en esp ecial del dcho. F rey G onzalo
m anu ento com end ador que fue m uerto de una saetada
que le¡ fue dada por la boca, co n una saeta: de que luego
m urió de la qual m uerte fue fcho m ucho sentim iento por
la gente que el dicho, com end ador traxo é por otros del dcho.
c la v e ro é de: la dcha. orden é luego fue llam ada por otros
co m en d ad o res m ucha gente de la dicha, orden de los luga­
res co m arcan o s de esta dcha. C ibd ad para fav orecer á lá
dcha. gen/te co n tra e l dicho. B ach iller é sus parientes' la qual
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
32
p elea continu ada duró el dcho. d ia m artes ta n to de dia
com o de; noche y el m iércoles siguiente lai qual gente que asi
entró é así mismo con ellos m ucha gente de l,o;s vecin os é
m orad ores de esta ciudad1 que la d'oha. enem istad é odio te ­
nían con dcho. B ach iller R od rigo alcald e é con sus p a rien ­
tes é los otros sobre dch.os. por la dichas, m uertes é m ales é
daños que de ellos avian recibid o así en tiem p o del dcho. P e ­
dro B arba com o después aoa é antes com en zaron á en trar é
qu ebrantar é robar las casas de algunos parientes del dcho.
B ach iller é de los otros co n v ecin os d¡e!l varrio n uevo que avian
dado é da van ayuda é fa-vor en la dicha, p elea a l dicho. B a ­
chiller é aun de lo s otros que le nondavao el dcho. favor en
tal m anera que tom aron é robaron los bien es m uebles que
pudieron traer en los tales conversos de varrio nuevo al qual
robo é fuerza esta dcha. ciudad é ju sticia é o ficiales de ella
non fueron pod erosos de resistir é duró el dcho. robo> desde
el dcho. día lunes en la noche é m artes fa sta >en ju ev es en
to d o el dia que lo sd e h o s. A lcald es é com ún de esta ciudad el
d'cho. dia ju e v es aforcaro n dos ornes uno desta ciudad é otro
de los que entraron con el dcho. com en d ad or asi por cau ­
sa de la d ch a. fuerza é robo com etid o com o por virtud de
ciertas pesquisas é inquisiciones que; con tra ellos avia com o
otro si por p acificar é sosegar e sta dloba. cib d ad é porque ce ­
sase el grande escándalo' é bollicio que en ella h a b ia é asi
mismo las dchas. fuerzas é ro bo s por lo qual é de otro® m u­
chos acto s fhos. por la nuestra justicia é regidores de esta
dcha. ciudad é por otros m uchos vesinos de ella, á quien es­
to d isplacía se com enzó algún tanto á soseguir di grandísim o
escándalo é b o l l i c i o ....................................................................... aunque
m uchas personas asi de lois vecinos de esta C ibdad como- de
lo s que h abian p elead o é sido perseguidos, corrid os é ro b a ­
dos é m uertos algunos de sus parientes é am igos e;n tiem po
del dcho. P ed ro B arb a buscaron por esta Cibdad á los sobre
de líos, p od erosam en te é coin fuerza de arn-rais tan que e.l
dom ingo siguiente ovieron de fallar á los dehos. B ach iller
Rodrigo alcald e é á fem and o su herm ano é los m ataron á
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
33
lanzadas é á cu chilladas é después de m uertos los arrastra­
ren por algunas calles de eista diha. ciudad hasta los levar a
la p ico ta 'd'e la plaza detesta, diha. iciudad1en la qual lo s .aforea­
ron por la piernas é por sem ejan te é después de esto, luego
o tro-si aforearon en la plaza de Ja dha. ciudad al dho. B a ch i­
ller arias diaz é á gonzalo alfon de ¡siles a los quales sacaron
de la cárcel p ú blica desta diha. ciudad' porque se dessia que
avian muerto, al dho,. C om end ador con la dha. saeta allende
de lo qual desde dho. día lunes fasta veinte dia-s del dho. mes
aea.esieron asi ein la dha. cibd'ad com o fuera de ella muertes
de otros ornes conviene á saver del dho. juan garcía E.ssno.
que fue m erto á lanzad as en el cam ino que va de la dha. ciu ­
dad á C a m ó n é-asi'm ism o- fue merto- á lanzadas arias h erm a­
no del dho,. B ach iller entre la dha. cibdad1 y M iguelturra é
otrosí fueron m uertos en la dha. ciudad á lanzadas é cu ch i­
lladas pedro díaz trapero é diego di;ne é m artin el calvo é
la mug.er de fem an d o mc-xitc é fem and o colm en ero é juan
lópez cerero é gonzalo fixo de terdo. garcía d'e1 la m ata é
o tro si fue puesto fuego é las casas que fueron del doctor
diego R odríguez de santa Cruz é otras de alfonso gotizález
■trapero que se quem aron en, las quales é en cada una de ellas
fueron quem ados m uchos vienes m uebles ropas jo y as libros
é otras m uchas cosas que sería largo, de con tar é otrosí al
tiem po de las d'has. fuersas é robos fueron tom adas é rasga­
das é quem adas m uchas escrituras de casa de diho. juan gar­
d a E scb n o é de gonzalo .sánchez é de los otros conversos
Essnos. que ansí fueron robad os é otrosí fueron q u eb ran ta­
das treguas puestas por los alcaldes de la dha. cibdad de una
parte a otra é de otra á otra é después fue m uerto alfonso de
cespedes de una, saetada que le fue dada en ,el dho. R oy d o el
dhol día lunes é otrosí fueron qu ebrantad as algunas o rd en an ­
zas penales de las fhas. por esta dha. ciudad1 para sosiego é
p acificación de ella m uchas de las quales cosas fueron fhas.
seb re fabla. e co n sejo para ellas ávido é aun para las facer
e co m eter ovo ay-untamtO'. d'e gen te arm ada en, m uchas é di­
versas m aneras por causa de las quales m uertes fuerzas é ro-
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
34
boa é quebrantam iento® 'de treguas .casas cá rcel e quintas é
insultos é m aleficio s é ayunitarnto. de gente así fhos. e c o m e ­
tidos en esta dhai. ciudad vuestra é d e las otras cosas á ellas
an exas é d epend ientes que asi pasaron, en los dhes. dias mu­
chos de lo® vecinos é m orad ores della se han llevad o e lle­
van m uchos de lo® b ien es m uebles que .por los vecin o s de
esta ciudad fueron tom ad o s é robado» é se espera en vreve
com um m te. ,ser ¡despoblada po.r quaoto. en la s cosas así a c a e ­
cidas en la. m ayor .parte de los vecinos é m orad oras d e esta
ciudad así varones .como m u g e r a s .....................en los ta les fhos.
pasad os de lo qual allend e de lo sobre dho. se: esperan aun
otros m ayores deservicios á vuestra m erced 1é d'años d e vues­
tra c iu d a d .............................................................. que acatan d o com o
los que así erraro n é todos (nuestros a n teceso res smipre. abian
prestado a vtra. Señ oría servicio é ¡por ella asi en ¡tiempo' de su
tierna edad co.mo después padescim os é otrosi acatan d o co­
mo ¡vra:. eluda di siem p re fue (leal1á vuestro servicio é p eleó por
ser de vuestra Corona. R ea l antes que otra co n tra el1 Infante
d'on Enrique é Don alfonso cerca, del R e y de N avarra tenien­
do esta com arca por contrario é non dio. lugar á que el diho.
In fan te nin eld.ho'. D. juan nin. mosem lope de vega que co n ­
tra nos vino, se ap od eran se d ella .por causa de. ¡lo: qual é por
vuestro servicio, m uchos daños é m ales tenem os recibid os é
del todo, alguno® de ,n uestros vecinos fueron robad os é p e r­
didos é pues que los dichos, nuestros vecinos co n o ce n sus
culpas é errores é (desean como, sm pre d esearon servir á vues­
tra A lteza é guardar á vra. Señoría la. lealtad que fasta aqui
sm pre
guardaron co m o V .
A . bien, save según que .en los
tiem p os p asad os guardaron .ellos é nosotros é su a n teceso res
é ntros. esperan que usando de vuestra acostum brada c le ­
m encia e piedad por exenip 1o de como. izo. con. lo s p eca d o res
el nuestro P ad re C elestial C riador e R ed en tor cuyo lugar tie­
ne vuestra A lteza en la tierra que non, quiere la, m uerte del
p ecad o r m as qu.e se con vierta e viva e ,según d que, en sus
tiem p os lo acostum braron facer e ficieron los R ey es vtros.
prog enitores en los sem ejan tes casos esp ecialm en te en e l pre-
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
35
gente que albo algunas cau sas que pro ced iero n de loa m uertos
é daidníficados é co m o á R ey e soberanoi señor por la San ta
pasión de nuestro M aestro' é R ed em p to r Jesu p to . por todos
los p ecad o res rcscívio m uerte e paision por quien vuestra se ­
ñoría en la tierra tiene pod er é regna perd on ara é perd on e á
los nuestros vecinos las dhas. m u ertes fuerzas quem as robos
m aleficio s qu ebrantam ientos d e treguas é c á r c e l e ordenanzas
é cau sas é quem am ientos de casas é insultos culpas yerros
por ellois fehos. é perp retad os é cometi.d'os en lols
dhos. d’iae en la form a susodicha que paso é acaesció en
culpáis yerros por ellos fehos. é p erp retad o s é com etid os en
los dhos. dias en la forma! susodicha que paso é acaesció en
esta dha. cibd ad é penas civiles é crim inales en que por ello
incurrieron restitu yénd olos iin initegrun en sus honras buenas
é o ficio s é dignidades en el estado en que estavan al tiem po
é antes que lcsld h o s. furtos se com enzaron en lo cual allend e
d e vuestra Señ oría servirán u estm S eñ or é R ed em p to r V . A.
fara á esta ciudad vstra. en com ún é á tod os lo s vecinos é
m orad ores de ella é otras p erson as singulares b en eficio s é
m ercedes é nos avrá á todos m ás obligad os é prestos á vfo.
servicio é por aq u el recivir m uerte cuando' ,el caso lo requie. re sobre lo qual á V stra. Señ oría m as larg am en te fablarán
juan fem an d ez de t revi ño. vro. co n tad o r é el D octo r fr.ey andres é juan. gonzález de C ibdíjd R l. vro. R eg id o r á los qual es
por la p resen te d am o s todo, nuestro p o d er com.pli.do. pa. p re­
sentar á V . A . esta nuestra su m isió n é im petración de la. c a r­
ta d e p erd ón por nos dem and ad a é todo otra qualesquier
. provm. que á vuestra Señoría pluguiere facer á los vecinos
nuestros é dem as que convenga so bre lo en esta, suplicación
conten ido—Muy P od ero so Señ or
Dios acrecien te
vuestra vida
R eg n o s é
s e ñ o r ío s é victorias (contra sus co n trario s— En V tra . cibd ad d'e
C ibdad R ea l a quince dias de sep tiem bre de mil é quatrocien to s é qu aren ta é mueve .años— E desto. em biam os á vra.
A lteza esta nuestra suplicación sellada con nuestro sello é
firm ad a de fernamd'o alfomso de co ca Essno. de V . A. é
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
36
E ssno. ppco. del ayun tam iento de la dha'. C ibdad == la fice
escribir por m andado d el dho. eonieexo alicalde alguacil R e ­
g id ores ca b a lle ro s escuderos o ficiales é ornes buenos d'e la
dha. C ibdad R e a l reunidos á ca m p a n a repicad a segund su
Santuario de Ntra. Sra. de Alarcos.
costum bre que va escrita en tres fo ja s de paipel escrip ias de
am as partes con esta en. que va m i 'nom bre é el sello de la
dha. C iudad = P or ende Y o acatand o la, lealtad que siem pre
esta d h a. cibdad m e guardo e los m uchos é le a le s servicios
que m e ha fho. en. los tiem pos pasados sieguind1 por vo,s es
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
37
can tad o por la presente usando con los vecinos é m o rad o *es
é naturales de la dha, Cibidad que en lo susod'ho. é en cada
una cosa, de ello se bailaron dfe clem en cia é piedad1 siendo
inform ado é certificad o del fho-. é fliós. así a caecid os en esta,
dha. C ibdad desde siete diias del dho. mes d'e julio fasta vein­
te dias diell .dho. m es de mi cierta ciencia é p o d erío R e a l1 de
que quiera usar é uso d ejand o en esta p arte el rigor de la
justicia Y o 'p erd o n o general é ospeciaJtntie. las dha.s. m uertes
fuerzas 'robos é quem as qu ebran tam ien tos de treguas é cab sas
é cá rce l é m aleficio s aisí com etid os ©o, la dcha. cibdad é por
vos declaradlos é que así acaecieron, é pasaron desde ©1 dho.
día siete días de julio fasta los d!hos. v einte días del dho.
mes inclbsive é quiero é m ando que por co¡sa alguna diell o
Jos vatro®, vecinos é m orad ores 110111 sean penado® civil nin
crim inalm en te agora nin de aquí ad elan te en algún tiem po
nin por alguna razón que. sea nin que sean acusados nin d e ­
nunciados nin presos nin d etenidos nin embargcidos nin en
otra maniera castigad os por quaiesquier pionas asi civiles c o ­
m o crim in ales en que por ¡lo susodho. hayan incurrido ó por
qualquier cosa dello ni.n sea por ellois injuriado en ninguna
nin alguna m anera sobre é por razan de lo que dho. es é de
la á ello- ó dello anexo é p erten ecien te agora nin en algún
tiem po antes que les sea guardado' cum plidam ente oste mi
perdón que le s yo asi fago é R estituyo im iintcgrum é repon ­
go á lo s tailes vuestros vecinos en. el 'estado honras digni'dJaidlcs
fam as é prerrogativas é prehem in encías e oficios que habían
é tenian antes que lo susodího. fue é paso, é (p or esta mi carta
é por su traslado signado é autorizado, manido, a l principe
D. E n rifiu e mi muy caro é muy am ado fiijo prim ogénito’ h e­
redero é á los duques cond es m arqueses é ricos ham os m aes­
tres die la,s ordenes priores com end adores é subcoim,en,dado­
res d e mi co n sejo é oidores de la m i'A b d a . é al mi justicia
m ayor é á los mis ad elan tad os é m inistros é alca ld es é algu a­
cile s é o tras ju sticias qualesquiier alsil 'da la m i casa, é co rte é
ch ancilleria é de to d as las cibd,adíes villas é lugares d'e los
mis regmos é señoríos é á los alcald es de l!o¡s castillos d e casa®
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
38
fuerte® é otros cíe qua.lesquier estado ó co¡nirlieioin ó prehiemi11 encía
ó dignidad que sea ó qualquier ó qualesquier de a q u e­
llos que agora som ó serán, d'e aquí ad elan te que co n esta mi
c a rta ó con e l dho. su traslado, fueren requeridos que .guarden
é fagan guardar esta merced, é perdón qu¡e yo fago á los v e ­
cinos é m oradores de la dha. cibdad R e a l é su term ino1 é que
los non vayan ni pasen ni consientan ir ni pasar contra, el
por gello qu ebrantar agora ni en algún tiem po .nin por algu­
na m anera á las quales dlra-s: justicias é ministro® execu to res
é á los mis procuradores frescales é p rom otores de la mi ju s­
ticia man.do é defiendo d.e que non se en trem etan co n tra ¡el
teñ or é form a d e lo. susodicho. de conocer ni conozcan de c o ­
sa alguna que á lo susodicho, 'ataña ó atañer pueda porquanto
los Y o tube y he por ynibidos del co n o cim ien to de ello é de
la ex ecu ció n de ello é que lo asi fagan é cumplían non em ­
b argan te l!as leyes que .el R ey D. Ju an mi abuelo fizo é or­
deno e.n las co rtes de B riv iesca en que .se co n tien e que ja s c a r­
tas perdón de ncn vala.n si no. fuere scripta's d'e mano, d'e mi
escrivano de camara. é señalada® en las espaldas de dos del
mi
consexo, ó de Iletrados nin asi mismo .envergante
otras
qualesquier fueros é ordenam ientos que en conitrario de lo
eusodchc. son ó ser putedlan con la s quedes é con cad a una
de ellas d'e1 mi propio, m otu é cierta, ciencia é poderlo. R ea l
de qu e quiero, usar é uso en ¡esta disposición- c o n ello é con
cada co sa é p arte de ello se lo abrogo1 é de'roigo en quanto
atañ e é atañ er puede, é si por ventura .acaeciere que por cau ­
sa é rasen com o■ dehó. es Y o haya dado, ó m andase d'.a'r a l­
guna. mis cartas que en. contrario de lo susodiho. sean ó ser
puedan quiero é m ando que, aquellas non vallan nin hayan
fuerza n.m vigor .alguno é e.n caso- que par.eaca.n .putero que
sean o bed ecid as é non cum plidas non em bargante e.n ella ó
en alguna clellas faser m ención espresa ó .especialm ente de
esta mi carta é de lo en ella conten ido é los u,no.s nin los
otros non fagades enidle a.l1 por alguna maniera, so pena de la
mi m erced e de privación de lo.s oficios e de con fiscación de
los vienes de los que lo contrario, füciar.en para. Ja mi cam ara
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
39
é deina® por cualquier ó quatesquier por quien fin care d e lo
asi fa ce r é cum plir m ando al' orne que les esta mi carta m os­
trare que los em place qu'e parezcan a n te mi en la mi corte
do quier que Y o sea diel di'a. que los em p lazare fasta quince
días prim aros siguientes so la d'ha. pena á cada uno so la
qual m ando á cualquier Essno. pu blico que p ara esto fuere
llam ado de en d e alf que 1W m ostrare testim onio signad o con
su signo porque Y o sepa com o cum plen m i m andado = D ada
ein la noble; villa de vallad olid á o ch o diais ele n ov iem b re año
dél nasciimientO' de nuestro Salvad or Jesu p to . de mil' é quatre cientos é qu arenta é nueve años — Y o el R ey = E Y o A l­
fonso D íaz Ruíz su secretario la fice escrivir por su m an d a­
do = R eg istra d a .» ( I ).
En e ste h echo, de los más horroroso* que registra la
H istoria de Ciudad1 R eal, parece que p alearon ju n tos los cris­
tianos viejo s d'e la ciudad y los calatrav os, contra los en so ­
berbecidos converso®.
E sta ayuda de los calatravos fué una hábil m aniobra
para atraerse a su partido; num erosos realengos, de lo. más
distinguido; de la ciudad1, e ir preparando así la realización
de su sueño dorado; de apod erarse de Ciudáid R ea l, com o in­
tentaron hacerlo pocos año® después. D e otra parte, la p ro ­
tecció n que dispensó a los jud íos converso® el desdichado
Don E nrique IV , favorecíale® tam bién.
U n parén tesis en estas lu ch as y am bicion es qu iero d esta­
car. L a reina D oña Ju an a, esposa de Enrique IV , recib e a
Ciuidad R e a l en. dote d'e su m arido a l casarse co n él en I 45-5,
y tom ó ta l afición a su señorío; particular, que lo visita v a­
rias vece®, y en 1 47 3 com pra unas ca sa s que hay cercan as al
A lcázar para levan tar una; to rre y hace, o tra s mejora® en la
ciudad, c A lcanzaron éstas al tem plo p arroq u ial de Nuestra
Señora del P ra d o ?
¿ S e dio com ienzo a las obiras y no se
(1) E sios documentos antiguos y sobre lodo los referen tes a fundaciones y pri­
vile g io s concedidos por los R ey es debieran enviarse al A rch ivo H istórico N acional,
toda v e í que en los Ayuntam ientos, por regla general, carecen de organización m o­
derna sus archivos.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
Ruinas de Cala­
trava la Vieja
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
f
41
t-e'rminjafoxi por los tristísim os suceso® que se desarrollai-oin
a la m uerte íüeil M onarca ( 1 4 7 5 ) cuando irrum pió en Ciudad
Real! al frente de sus huestes el iracundo M aestre de C a la tra ­
va D on R odrigo T'éllez de G irón, y oicasiomó tanto® y tantos
día® luctuosos a lo® infortunados realengos ? O portunam ente
direm os muestra opinión.
L a nota Sangrienta de las luchas intestinas seguía m at­
eán d ose en Ciudiad Real! co n caracteres, al parecer im b orra­
bles, per el1 desenfreno, e inco-ntmoncia en sus pasiones ab
sor v einte s ,d!e los M aestres de C alatrava y por el1 odio de re­
ligión iy ap etitos usurarios de: lo¡s judíos co n v e rso s.
Lai lucha con. D on R od rigo 1 éll-ez de G irón fue aún más
dura y de más dañe, para los realengos porque se desarrolló
en las calles d e la. ciudad y ,en.-las propias casas, m uriendo m i­
llares de personas. U¡no d e los que cay eren cerca de su d om i­
cilio y 'a. p o co s paso® d e la iglesia de Nuestra Señora- del P ra ­
do-, f-ué el- valer-oso cap itán de las tropas reales D on R odrigo
P érez del1 Pulgar y P ó b le te , padre do H ernán P érez del Pul
ga-r el de las hazañas.
Y a -antes (d'e iniciarse la aco-metidla del M aestre, un gru­
p a de 'leal,e-s a la C oron a, el C om endador Salead o. Ma-rt-iva
ñez Alf-om y Antonio- de la Serna, escribieron a la- reina D o ­
ña lea-bel la C ató lica, exponién d ole -la ju stificació n dé sus te ­
m ores, y en 24 de j-uli-o d el mis-mo año ( 1 4 7 5 ) les -contestó
Dc-ña Isabel, desde Vallado-lid, lo- siguiente: «V¡i vuestras le­
tra® por las cu ales m e facia-d-es saber como- R od rigo ’l éllez
Xiróin
vob
ha- requerido y acom etid o, estando algu nos de vos­
otros o- cualquiera de vos tenga maniera de corno entre en
ot-ro-s -o cualquiera de vos tein-ga m an era ele oom-o entré en
esa C ibd ad y se ap odere d'e ella para la ten-eir revelada 'con­
tra -el servicio dé Dio-s e m ió ... po-r el mi adVer-sa-río- de P o r­
tugal, no- acatad a la. lealtad1 y fid elid ad que m e d eb e y es
obligado com o a su reina y s e ñ o r a ... lo cu al me h acéis saber
p orqu e vo-so-tros m e -ten.iades jurado- de guardar mió- serv i­
cio . •• e- -déinidle la viasad'es llegar desviarlo o faciendo lo cj-ue
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
42
d ebiad es m e lo n otificaba des para que yo proveyese en ello
com o cum plía al servicio, de D ios e m ió ...»
A purada la situación, lo¡s leales acudieron de nuevo a
la R ein a y ésta, sin pérdida de m om ento, les envió a D on
D iego F ernán d ez de C órd oba, C onde de Cabra, y a. Do.n R o ­
drigo M anrique, M aestre de San tiago, con m ucha gente d;e
guerra que entraron en Ciudad R e a l1en e l '¡mes de agosto d ón­
de sostuvieron dura batalla con. los secuaces de Téllez de G i­
rón, venciéndoles, al fin, y obligánd oles a salir dé la ciudad.
Con Don Rodéigo M anrique ve.nía su. hijo el fam oso poeta
Jo rg e M anrique.
Cuéntase de T éllez de G irón que era tan duro con el
enem igo que po¡r el m ás ligero m o tivo hacía sufrir la últim a
pena a los realengos que hacía prisionero®, y -se aña.d.e. que
si no llegan a tiem po las tropas libe.rado.ras, hubiera a c a b a ­
do con la ciudad’ entera.
P erdonó la Reina. Isabel, pero coordinando, lia ju sticia con
la tem planza, dispuso la incorporación de los M aestrazgos de
las O rd enes .Militares a la C orona, para a ca b a r de una vez con
aq u ello s desafueros y aquella® escenas violéntae teñidas en
san g re.
E l «-glorioso reinad o de los R eyes Católico® fué un fulgi­
do d espertar en el vivir de los ciuidarealengo.s.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
L a in corporación a la C orona
Los R e y e s Católicos y
Ciudad R e a l— Confirm a'
ción de priullegios = Do­
nación del A lc á z a r,-E s ­
tancia entre nosotros de
la egregia Sra, D,a Isa­
bel I de Castilla,— M ejo­
ras locales por iniciativa
r e g ia ,-L a figura de Her­
nán Pérez de! Pulgar.
d el M aestrazgo de las O rdenes
M ilitares y la creación del S a n ­
to O ficio, parece que se habían
im plantado
para fav orecer
a
Ciudad R ea l. T a l era la tran ­
quilidad sentida en los hogares
de los fieles realengos, que du­
rante
tanto
que luchar
tiem po
con
tuvieron
calatrav os y
conversos.
El 28 de abril de
147 5, los
R eyes C ató lico s escribieron desde Valla,doliid al C o n cejo de
Ciudad1 R e a l con firm ánd ole todos los privilegio® con ced id os
a ¡este pueblo por sus p red ecesores. D icha carta, que es muy
in teresan te, y se con serva en eil archivo m unicipal, d ice así:
«No¡s Doin Fernan d o y D oña Isabel pr. la gracia de Dio®
reyes de castilla; de león d'e toled o d'e sicilia de galicia de
sevilla, de cord ova de m urcia de jaén del1algarve de algecira
de gribral'tar principes de aragón señores de vizcaya y de
moilina.
P or cuanto vos el comcexo justicia regidores cab a llero s
escudaros oficiales e honres buenos de cibid'ad'-Real nos e m ­
ir ia-st es
facer relación que bosotros tened es privilegio®
de
los (reyes de gloriosa m em oria nuestros P ro gen ito res y dé la
reyna D oña Ju an a muger que fué d e señor D on Enrique
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
44
nuestro her-rn.0 q .e santa gloriai haya que. pr. servicio® que e s ­
ta ciudad
les fizo vo¡s co n ced iero n y otorgaron
d'e cierta®
franquezas é 'libertadles é ansí mism o p,a que esa C ib d ad Üe
los muros ad en tro sea fran ca d e pedido é m oneda é m artini-ega é que b ay a en ella un mercado- franco p.a el día dfel
m artes de cad a sem ana corno- mas largam ente en la s dicho,
privilegio-s é cartas é pro-visionje-s q.e de ello ten ed es se con­
tien e é no-s suplica-sí es que pr. vo-s facer m erced no-s plu­
guiese ele vos m andar confirman -lo-s dcho®. -privilegio®. que
de lo suso debo, tene-des é vroi®. buemois uso-s y oa-s-tumbres
e-n que estades = L o q-ual po-r nos vistos por vois facer biem
é m erced acatand o los dehos. servicios que á lo-s dhos. R e ­
yes nue-str-os p rogenitores fecie-tes é á n o so tras a veis fho. é
fa-cies
en
alguna
enm ienda
é
rem uneración
dellos
toivi-
mo-slo pr. bien é pr. la p resen te vo-s can.firrna.mo-s to-do-s Iqís
dho-s. vros. privilegio® é cartas é provisiones que de Ib- suso
dho. ten ed es é vuestros bu enos v-sos y costu-mb-re-s en que
estad es é querem os é m andam os que- de a-qui ad lan te p ,n
siem pre jama® en todo vos valan é sean gua-rdiadois segunld
y en la form a é manera- que e-n tiem po de lo-s dhos. R ey es
nuestr-os progenitores fasta- a-qui vos valieron y ansido vsaclos é guardados é pr. esta nuestra carta é por -su traslado- sig­
nado d-e Essno. pp.co m andam os a la princesa Doña- Isabel
nuestra muy cara é muy am ada fixa y á los ynfanites duques
cond es y m arqueses ma-e-stres de lais ordenes prevoste-s c o ­
m endadores é á los deil nro. coin sexo é coy do-res de- las nras.
audiencias alcald es é notarios y otras ju-sti'ci-a's cualiesquier
de la nuestra casa- y co rte é cha.n-oillle-rias é á lo-s suibcomendadores alcay-die-s de los castillos é oa'sas fuertes y llanas é
á todos los consexos alcald es aOlguaciil'es merin-o® regidores
cavallero-s escuderos oficiales é h-o-mes bueno® d-e to d as las
ci-bdlades villas e lugares de los nuestros reg.nos é sen orlos é
á todos é qualesqui-er personas nuestros v a sa llo s. subditos
y n atu rales de qualesqui-er. estad o é con d ición preem inencia
ó dignidad que -sean é acad a uno de -los q.,e agoira s-on é ae­
ran de aquí ad elante que v-o-s guarden é fagan guardar esta
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
45
mrd1. é confirm ación que d'e los dhois. privilegio® que de lo
suso dho. ten ed es é d'e bu-estros bueíno® usos y costum bres
en qu e esta,des vos facernos en. tod o é por todo, segund que
en esta nra. carta se co n tien e é vos non vayain ni pasen pi
consientan ir ni pasar con tra ello® de aquí a d ela n te e¡n .tiem­
po. alguno n i por alguna m anera é los u nos ,nin los otros non
faga,des m/ii fagan ende a l por alguna m anera so p eñ a ,de la
n u estra mrd. é de privación de los o ficio s é de confiscación
d e lo s b ien es de lo s que lo co n trario ficiered es para, lai nues­
tra cam ara = E dem ás mandiamo® al borne que vos esta c a r­
ta m ostrare vos em place que p arezcad es a n te nos doquier
que nos seam os desde el diia q.e vos emplía.sare á quince
dras prim eros siguientes so. la. ¡dlba. pena so la qual m anda­
m os á qualquier escriivaino- pp.co q .e para, esto fuere llam ado
qu e den al que vos la m ostrare testim onio signado, con su
signo,p r. que ¡nos/sepamos e<n com o se cum ple niro. m andado.
Dada, en la v.'1 de vialladoliíd.' en veinte y ocho días del mes
de ab ril año del nascim iento de .nuestro salvador Jesu p t." de
mil é q u atro cien to s é setenta y cinco, añ cs = Yo, el R ey =
Y o la Reynia = Y o antonio gonzález ¡secretario d el R ey de la
R ey na uros, señ o res la fice
escrivir pr. su mandó do.»
En el mismo, año de 1475, lols R ey es C ató lico s hicieron
d onación de su A lcázar a D on Fernand o Ce,r vera, ilustre hi­
jo de esta capital.
E n octu bre d'e I 4 8 4 vino a Ciudad' Real' la gran señora
D oña Isab e l I de Castilla., que estuvo varios días entre estos
sus fieles vasallos. V isitóla, enseguida el C on cejo para testem oniarle su gratitud por la con firm ación de antiguos privile­
gios. L a Reina. Católica, estuvo muy expresiva con, sus visi­
tantes, y según sus historiad ores, les co n ced ió cuanto- la pi­
dieron. L es cedió la casa y tienda- confiscadlas al jud aizan te
A lvar D íaz, sitas en la plaza y calle de C orreh ería (la casa
donde hoy está instalada la farm acia de Don Fern an d o Cala-tay-ud), para que edificaran en- ella la, Casa C onsistorial,
ya que desde I 3 9 6 estaban sin ella por h aberla destruidlo un
incendio, A tend ió a la refo rm a de la S a n ta H erm and ad , con
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
46
arreglo a las necesid ad es de la ép oca, e hizo, adem ás, otros
b en eficio s. Alcanzaron- éstos a la iglesia parroquial de San ta
M aría del Praido ? i Dio algún donativo para que continua­
sen la s obras del tem plo ? D esde luego (puede asegurarse que
sí. Su ejern p laiid ad de R ein a C ató lica y su deseo de atend er
las p eticio n es que en tal -sentido se le hicieron, son razone®
que robustecen tal afirm ación, aunque acaso, la can tid ad d o­
nada n c fuera tan im portante com o ella hubiera deseado,
porque quien luego dió sus jo y as para que C olón efectu ara
su v iaje allend e los m ares, e s de suponer que tuviera lim ita­
dos sus m edios económ icos. O tro d etalle curioso relacio n ad o
con este v iaje de la, R ein a Isabel, es saber donde se h o sp e­
dó en Ciudad R ea l. En el A lcázar no pudo ser porque ce d i­
do .aquel edificio nueve años antes a Don F ern an d o C ervera,
perdió su h abitabilid ad regia, por la transform ación que en él
se llevó -a cab o en 1 479. E n cam bio, hay un dato que hace
creer que la casa donde se hospedó aquella, gran señora fué
Ja solariega dé les M artínez de P o b lete, o sea donde- había
nacido H ernán P érez del Pulgar. L a fam ilia de este insigne
guerrero es de las que contaban con la .efectiva p red ilección
cíe les R ey es C atólicos. Su lealtad' a estos soberan os y los
grandes serv icies que les prestaban en todo momíemto, eran
muy dignos de ten erse en cu enta. Don R odrigo dé-1 Pulgar,
pad re cleiH ernando, m urió en 1475 .pele and o. en Ciudad' R eal
por m andato de los R ey es, contra las huestes de D en R o d ri­
go i éllez de G irón. E l mismo H ernando se había ya signi­
ficado por s-us proezas en las .guerras de Granada-, y un año
antes de' venir ,a Ciudad R eal D oña Isabel fué tal la hazaña
que realizó el ilustre m anchego en A lham a, que los R ey es le
felicitaron p ú blicam ente, dándole valiosa recom pensa. Pues
bien, si adem ás de esto tenem os el detalle dé que un mes
antes de llegar a Ciudad R eal Is-abel la C atólica escribió H e r­
nando a sus herm anas, que se en con traban en O cañ a, dicién d o les: «que regresasen enseguida a la casa de sus m ay o ­
res para recibir dignam ente a la egregia So b eran a» no, c a re ­
ce de fundam ento la creen cia dé que en dicha casa se hospe-
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
■ ■ ■ ■ ■
47
dó Doria Isabel I de C astilla los 'días que estuvo entre nos­
otros.
Y al! hablar dell esclarecid o hijo- de C iudad R e a l H ernán
P érez del Pulgar el de las hazañas, quiero record ar ahora el
juicio sintético que de él hice en 1898, en la prim era edición
de mi obra que lleva por título; su nom bre, para que se vea
cuan en lo- cierto, estaba en mis ap reciacion es al juzgar la si­
tuación nacional1. D ecía aisí:
« . . . Y H ernán P é re z era un carácter que por sí solo for­
ma ép oca en, los anales de la historia,, poirque con ocien d o
suis em presas guerreras, sus virtudes cívicas y su fervor re li­
gioso-, se co n o ce 10 bastante para que al m om ento surja, la, E s­
paña antigua, aquélla España, del siglo X V I, llena de in fini­
tas grandezas, señora del1 mundo, a quiien respetaban todas
las naciones. C onociend o la, vida de Pulgar tenem os forzosa­
m ente que vanagloriarnos y entristecernos,
vanagloriarnos
por el .recuerdo de aquéllos tiem pos, y entristecernos al co n ­
tem plar la® miseria® m odernas, los m ales que nos agobian,
el indiferentism o que nos envilece y la gangrena que nos
co rroe, m erced a esa mal llam ada libertad de nuestros go­
bernantes. A llí lo grande, aquí lo pequeño-, allí lo sublim e,
las bellas accio n es de los hom bres honrados que todo, lo sa­
crificab an por su D ios y por su patria, aquí lo innoble, la
hediondez de la, inmoralidad' y el sacrificio constante- de to ­
do lo, b u e n o ... »
E sto d ecía en 18 9 8 . Y en 1931, en la segunda edición
de dicha o bra, aún dij-e m ás;
«Saben «en el A yuntam iento lo que nos debem os a lo-s
p erso n ajes de la antigüedad que honraro-n a la patria, y que
H ernán P érez dell1 Pulllgar fué uno de ellos, un-o de los que
d em ostraron en las actividades hum anas su extraord inario
valimiento, y uno de los que contribuyeron pod erosam en te a
la unidad nacional; y no está dem ás el recuerdo, ahora que
«asom an la o reja» elem entos disolventes que quisieran venia
d e s h e c h a ...»
¡Y tari deshecha com o la hubieran visto, si providen-
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
48
H ernán Pérez del Pulgar, el de las Hazañas.
(Cuadro que se. conserva en su Capilla de la Catedral de Granada.)
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
49
ciailmemíte no surge eil insigne Caudillo', que rige los destinos
dle E spañ a, con al d o n o s o M ovim iento que llevó a feliz re ­
m ate, para bien de la P a tria !
C uenta en 1 6 4 0 Doin M artín Angulo- y Pulgar, bióg rafo
y descen dien te de H ernando, que este valien te guerrero era
muy devoto' de la San tísim a V irg en d'eil P rad o, a la que in vo­
caba. siem pre al entrar en a-cción. 1 am bién d ed icab a sus fervoireis religiosos a Santa A na y San L ázaro , y en lo® últim os
años de su vida ail S a n to Cristo deil P añ o, abogad o con tra
eil tracom a. A sí mismo d ich a biógrafo nos dá algunas n o ti­
cias de la parroquia de Santa M aría del Prado' «donde, m ás
que en las otras de la ciudad, es fam a, ha producido, h ijos
de raro valor y singular fortaleza)). Y ail h ablar de .esta iglesia
dice «por de una sola suntuosa y b ella nave adm irable)).
A unque la figura, ele H ernán
P érez
del Pulgar por
sus épicas hazañas ein. la conquista del reino d'e G ranad a
es inm ensa, en estos tiem pos se agiganta m ás y m ás ail re­
cord ar eil papel principalísim o que desem peñó a las ó rd e­
nes de los R e y es C ató lico s para que E sp añ a fuera entonce®
urna, grande y libre, ideales que al resucitarlos ahora nues­
tro' glorioso C audillo1, adquieran ©1 re liev e que m erecen
por su incom p arable p atriotism o.
Die- aquí que
no' tenga
explicación
que la
foto
de
H ernán P érez del P ulgar, hijo preclaro d’e Ciudad R eal,
siga oscu recid a
en
el
despacho
del Secretario
del
A yuntam iento, sin pasar al salón dé sesiones a ocupar el
puesto p reem inente quei le p erten ece. '
Los tiem pos han cam biad o y ya no- estam os en aqu e­
llos otros en que el propio'.H ernán P érez del Pulgar, (que en
foto tengo siem pre frente a, mi m esa de d esp ach o ) p arece
que me decía con su señorial m irada y su con tin ente de digna
a ltiv e z :
«No se m oleste mi biógrafo, señor B alcá z a r, en pedir
de nuevo que entren mi retrato en eil salón principal de
la casa solariega del pueblo en que n ací. No se m oleste,
que nada conseguirá, porque lois encargados de h acerlo,
4
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
50
a juzgar co m o m e tratain, d eb en ser de la extrem a izquier­
d a o m oros disfrazados, de los que no pu ed en ver con
bu enos o jo s m i hazaña d el A v e M aría; o acaso d escen ­
dientes de lo® o n ce A lcaid es, a quienes hice m order el
polvo en la acció n de! Z e n ete, o por lo m enos sucesores
de aqu ellos ca la tra v o s a qu ienes mi buen padre com batió
siem pre por ser enem igos de la antigua, villa, de A lfo n so
ell Sabio,. No, se m oleste mi b ióg rafo que nada, conseguirá.
S i tu ve m érito o presté buenos 'servicios a mi patria, ya
m e lo recom pesarom con largu eza mis Augustos Señ ores
lo s R ey es C atólicos, orden,andio que s,e m,e calzara la, d o ra­
da espuela en el mismo, cam po, de b atalla y an te to d b el
E jército,, y que e n su día- mis restos recib iesen sepultura en
la m isma C ated ral donde y acen los suyos,.
¿ Q ué dirían
mi n o b le ab u ela p atern a la, m ancheguísim a S e ñ era D oña
Ju an a M artínez d e P ó b le te que ta n to en alteció a sus co ­
terrán eos y mi buen pad re Don R odrigo del Pulgar que
enco n tró la m uerte peleando a favor d'e los h abitan tes de
Ciudad R eal, si vieran que mi retrato que se guarda, com o
reliquia en la cap illa de los gloriosos m onarcas que dieron
a la H istoria dei E spaña lias tres páginas m ás gloriosas que
se co n o ce n : la unidad nacion al, la unidad religiosa y ,el
descubrim iento del Nuevo, M undo, no, tiene acceso, a l salón
d e sesiones de ,1a C asa solariega del1 pueblo, en que n a cí 1
Acaso, dijeran, com o yo, par'a frasean d'o a C erv an tes: en un
lugar de la M an cha».
L o s tiem p os han, cam biado, y el actual A yuntam iento
p en sará como, y o : que quién, honra, all que en a lte ció e(n grado
sumo, a su pa,is natal 1 se honra m ás (a¡ ,sí mismo.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
V
L a estancia, en Ciudad R e a l de
La etiaHcilIería.— Muerte
de Isabel la Católica.—
Solemnes funerales en
Ciudad Real. — Carlos 1
prodiga también protec­
ciones a este pueblo.—
Santo Tom ás de Villan ueua.-O bras en la Igle­
sia parroquial de Santa
M aría del Prado.
aquella gran S o b era n a afianzó
m ás y m ás la firm e fidelidad
y entusiasm o de este pueblo
por sus R e y es y el crecien te
interés
de
D on
Fernando' y
D oña Isabel e n favor de la a n ­
tigua villa de A lfo n so e l S ab io .
Unos, m eses desp ués de m ar­
charse Isabel la C ató lica varios
vecinos de Ciudad R e a l in icia­
ren la idea, secundáda por todois, de construir un edificio
digno de tales M onarcas y ofrecérselo an prueba deca.riño.
L a s o b ra s se hicieron a expensáis d el pueblo., aunque con
cierta lentitud, ya que en 1 49 3 estaban to d av ía sin. term i­
nar. D e aq u í que a l año. siguiente, e n
149 4, aíl co n ced er­
se a Ciudad Reall l!at segunda Cbamcillería 01 A u d ien cia del
Reino, (lia prim era h abíase creado, en V a lla d o lid ), estim an ­
do en, lo 1 que valía dicha m ejo ra, se aligerasen las obras
para
que la Chanicillería
tuviese un buen lo ca l donde
ser
instalada. Dicho, edificio, propiedad 1 en los tiem p o s m o d er­
n o s dell M arqués d e T:reviño¡,
por la E scu ela de C om ercio .
está ocupado
aatuaílmeinte
L a Reall Cédullla d e concesión d ice a sí:
«Don. fe m a n d o y d o ñ a yisaibel p or lía.gra. dé D io s R ey
e Reyma de castilla de le ó n de aragoin, d e siciiliia de granadb
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
52
d e toled o de v alen cia de galicia de m ay o rea de se villa de
ceirdeña d e cordova, de coircega de m urcia de jah en
de los
al'garves de alg ecira d e gibiralfcar e la s y slas d e ca n a ria co n d e
y cond esa d e b a rc e lo n a señ o res de vizcaya e de molina, du­
ques de athemas e d e neopatria, con d es de ruysellon e de
siardainia m arqu eses d é oriistan. e d e gociano a, vos e l co n ­
ce jo corregid or regido,ré,s e cab allero s escuderos oficiales e
« m e s bu enos d e la cibdlad de cibd ad 1 R e a l salud 1 e gra. sepades que nos entendiendo' ser cum plidero a nuestro' servicio
e a ejecu ció n de nuestra ju sticia e a l bien e p ro com ún de
nuestros Rey-nos e p o rqu e los vecinos e m orad ores de los
que viven en las cibdiades e villas e lugares de amdalusia. e
d el Reynoi d¡e granada e otros lu g ares allende, ta jo pon te n ­
gan ta n to trabajo, e n venir con sus p leito s e ¡cabsas á la n u es­
tra C o rte e Chancille,ría <que -está e reside 1 en, la v illa de valladbilid nos havem os ordenado, e m andado que h aya e es­
té otra n u estra ab d ien cia e C h an cilleria en esa< dha cibd ad
ein la, qu al resid an un, P resid en te e lote oidores e los alca ld es
e o ficiales que nos p ara ello, mam,daremos n o m b rar e depu­
tar e ¿porque para s:e ju n tar á oír e h acer ab d ien cia lois dhos.
oid ores e lo© alcald es e, otrete oficiales que hain d'e estar e
residir en la dicha nuestra abdiemciia es m enester unai ca sa
princip al en lugar com beinible 1 a, qual m andam os al dcho.
nuestro presid en te que vea e se ñ a le fué acordado, que d e­
bíam o s m andar dar esta n uestra Carta para vos en 1'a dicha
razoin e nos, tobímosllb por bien, p arq u e vos m andam os que
luego que con e lla fuere,des requeridos vos el dho. co rreg i­
dor e dos regid o res vos ju n téis con e l dho,. nuestro' presid en­
te 'e tom éis e fagais que se señale e tom e una casa ó mas, si
m enester fu ere para doinde s e ju n ten lo s dhos. nuestro, p re­
sidente e oid ores e alcaldes, e oficiales e otro, si ap o sen téis e
fagais ap osen tar por tiempo, d'e un año, al dho,. nuestro presi­
dente e oidores de la dha. nuestra abdiencia. e á los alcald es
e fisoale que a ella fueren e a lo s oitros, o ficiales e á lois que
tuvieren el sello e eil registro, e lia cá rcel e si la dha. cá rcel e
sello, le registro n o p u d ieren e sta r en la ca sa donde se ju n taren
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
53
a la diha„ abd iencia dand o á lo s susodhos e á cada uno de
ello s buenas posad as qu e no sean m eson es donde posan sin
dinero e m andarnos á lo s dueños de las poisáidas que b o s los
d'hos presidente. <0 ‘ co rreg id o r .e dois regid ores ¡señaláredes p a­
ra cad a uno de ellols los susodicho® que los a c o ja n en ellas
libre p acificam en te segumd e coimo e por el tiempo* e so las
penas que pos vos les fuere mandado*je lois unos nin loe otros
non fagades ende al’ por alguna m anera sopeña de la nuestra
m ereer *e d e diez mi: m aravedís para* ila nuestra cám ara e d e­
m ás m andam os ail honre .que vos esta, n uestra ca rta m ostrare
que vos em p lace que pareísciades ante nos en la nuestra co rte
doquier que nos seam os d el día que vos em plazare fasta
quince dias p rim eros siguientes so la dha. penai so la qual
m aridam os á cualquier Esisno*. .ppco. que p ara esto* fuere lla ­
m ado que de ende a l que se la m ostrare testim onio, signado
coin su, signo por que nos sep am os en com o se cum ple nuestro
m andado. D ada en villa de madrid* X X X dias del m es de O c ­
tu bre año del nascim iento de nuestro señor Jesch risto de mil
e quatro'cientos e noventa e quatro años. —Y o el rey. = Y o ¡a
R em a. = Yo¡ Fh elip e clem en te prothonotario* y secretario del
R ey e d e la ¡Reyna (nuestros iseñores (la fiz escribir por su m an­
dado» .
D ice algún h istoriad or que esta distinción otorgad a a
C'iudlad R e a l por lo s R e y es C atólicos, fué como, prem io ¡al
valor dem ostrado por los m an ch egos que fueron a lai co n ­
quista d e M álaga en, 148 7. Y e s te n o puede 1 ser el m otivo
porque la conquista d e la b ella ciudad' ¡andaluza se" hizo
sin derram am ientois d e sangre, f*ué una rendición consegu i­
da por la V ía diplom ática en Ta que intervino como* ¡envia­
do d e ¡lo® R ey es Católico© H ern án P érez dell Pulgar.
E n 150 4 murió en M ed ina dell Campo¡ la R ein a Isabel
la C atólica, y según refiere un historiador, en Ciudad R ea l
huboi suntuosos funerales por su ¡alma en la iglesia p arro ­
quial dé S an ta M aría d el Prado*, a. lo s que asistió con gran
fervo r religioso numerosiisísimo público.
No es p o sib le ¡encontrar en* la H istoria quién, co m o
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
54
Isabel la C ató lica, reuniera en sí todas lais virtudes reales
y cuantas pueden en grand ecer a, la m adre y a la esposa.
In fatigable en lai guerra, pronta en el consejo', g en erosa en
e l p erd ón , de in co m p arable alteza de p en sam ien tos, fué
u na gran R ein a,
u na m ad re cariñosísim a y unta
esp osa
ejem p lar. Con ella perdió E sp añ a la gran artífice de su
grandeza, y Ciudad 1 R e a l su m ejor p ro tecto ra. ( I )
En 1 50 5 la C hancillería, que durante on ce años fun­
cionó en Ciudad 1 R ea l, fué traslad ad a a G ran ad a. Y com o
un mal nunca viene solio, tres taños después, en 1 5 0 8 o c u ­
rrió en esta cap ital unta, verd ad era catástrofe en quet se
hundieron varios centemares de casas. L a n o ticia de este
hecho nos la da el diligente maestro' de Sev illa D on P ed ro
Meditn®' ( 1 5 4 9 ) en su «Libro d e grandezas y costas m em o­
rables de España» y d ice así: «Ciudad R e a l... asen tad a etn
lugar batxo', tetn taíl m anera que las lluvias qu e en ella caen
se consum an en la. Ciudiad, por que n o tienen co rrien te por
donde salgan f u e r a ... E n eista ciudad, en el añ o detl S e ­
ñor mili y qu inien tos y ocho, gran p arte della fué anegada
co n aguat que vino por deb axo de tierra desde el ríot G u a­
d i a n a . . . en que se hundieron más de trescien tas casas, que
son a un la d o d'e la ciudad entrando por la puerta de
Alaircots ».
P asa La regencia de Cisne ros y en 1 5 1 7 ocupa el" tro­
no C arlos I, hijo de Doñai Ju an a y F elip e el herm oso y n ie­
to, por tanto., de los R ey es C atólicos, quien desde los p ri­
m eros m em en to s dispensa tam bién su p rotección
a Ciu­
dad R ea l. P arte pariai A lem an ia a coron arse E m p erad or,
y a su regreso 'elogia, en expresivo m ensaje', el valor de
los m anchegos d'e esta cap ital 1 que habían peleado entre
sus tropas en la guerra de las C om unidades. E sta guerra
tuvo su repercusión dentro de Ciudad 1 Retal coin un fuerte
tumulto, que, afortu n ad am en te, s'e dom inó a tiem p o. L o s
(1)
7 sin em bargo nada se ha hecho para testim oniar el recuerdo de esta gran
reina. R ecientem ente, hace sólo m eses, por fe liz iniciativa de su dignísim a directo­
ra D.B Pilar Serrano, lleva la Escuela N orm al el nom bre de Isabel la Católica.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
55
Em perador Carlos V (I de. España)
(Cuadro de Tizziano)
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
56
grem ios d'e card ad ores, te jed o res y b a ta n a ra s, que e,ra¡n
los m ás num erosos, dando su adhesión a los com uneros
d e C astilla, p rom ovieron uinia fuerte algarad a en lia. plaza
m'ayoir. A sustado e l C orregidor huye de la d u d a d . Un ca-
Emperatriz Isabel, esposa de Carlos 7.
(Cuadro de Tizziano.)
b allero, llamado' Sanchoi de M ora, quiere h acer fren te a
la reb elió n gritando ¡ viviai D ios y ell em perad or nuestro
S e ñ o r! y gracias a que sei refugia a tiempo, en la iglesia
puede salvar la vida. Intentan en to n ces lo s alb oro tad ores
incendiar su casa, peroi xeaicioinain lo s fijosdlalgo' y otras
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
57
mucha® personas y logran im pedirlo y sofocar lia rebelión .
E l glorioso' E m p erad or C arlos V , en quien aleínitaba eil espíritu d'e su ab u ela, favoreció n o s tam bién o rd e­
nando al C orregid or que n o adm itiese en tre Los R egid ores
a ningún C ab allero de C alatrava, A lcá n ta ra y San Ju an ,
para evitar ciertas p repond erancias <en nuestro p erjuicio.
A sí mismo', sabien d o que por falta® d e fond os en el
C o n cejo seguía sin construirse la Cdsa C onsistorial en la
Casa Consistorial de Ciudad Real en 1527.
de A lv ar D íaz, que con dicho fin había cedido Isabel la
C ató lica, y que los vecinos se habían hecho so rd o s a las
llam adas del C o n cejo , contestand o «que ya gastaron b a s­
tan te en e l edificio de la Chancilleria)) íes otorgó licen cia
para ech ar repartos por sisa con que atender estas o b ra s y
para co m b atir la langosta que 'am enazaba destruir todas
las
plantaciones.
E n 1525 dicta en
lo ledo un privilegio paira que los
hidalgos de Ciuidiad R e a l puedan llevar espiada y daga-, y
un año después, pide a H ernán P érez del Pulgar que es­
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
58
criba la «V id a y hazañas del G ran C apitán G onzalo de
Córdoba,» «para co n o cer su autorizado ju icio » . Y n o p a ­
ran aquí la® aten cio n es con los h ijo s de esta tierra. En
i 5 3 9 al m orir e,n T o le d o su bellísim a esposa la Em perar
triz Isabel, dispone el m ism o E m p erad or que ae le dé sun­
tuosa sepultura en lia, C ated ral d'e G ran ad a, que se e n c a r­
gue de organizar ,el c o rte jo fú nebre di M arqués d e L o m b ay
y del discurso! necrológico! que; se diga; en, lo s funerales Ju an
de A vila,
«el m ejo r orador segrado dé en to n ces»,
ín clito
h ijo de A lm od óvar del Cam po.
A q u el 'triste cortejo, pasó (por Has inm ediación,es de
Ciudad R eal, siendo recib id o por e l C oncejo' y el 1 pueblo
en m asa. A l día, 'siguiente hubo honras fún ebres en Ha. ig le ­
sia de San ta María, del Pirado.
P erten e ce all1 siglo, X V I , aunque ¡nía,ció e¡n el a n terio r, el
insigne m anehego S a n to T o m ás d'e Villainueva, y hora es
y,a de que, se conozca por todos su vid» ejem p lar, sus gratn
des talen tos y su inm ensa cultura. Y o quise divulgarlo a n ­
tes de ahora p ero d esconociendo su efigie y la incoim paria ble
biog rafía que de él escribió doin Fran cisco de Queviedo', h i­
c e un aplazam iento, en mis propósitos. R ecien tem en te, en
mi, ú ltim o v iaje a, Sevilla adm iré los tres cu ad ros h ech os del
Sa,nit0, por Múríillo y a l p u blicar ahora este lib ro voy ai decir
algo de lo m ucho que m erece nuestro esclarecido, paisano,
em pezando por pedir a la, Exorna. D iputación, t'am, g en ero ­
sa siem pre para cuanto es h o m en aje a los que honrirairoin a lia, p atria chica, que antes de quie pueda pelrd(ers,e
la verdadera, efigie de Santo
Tomás se le haga, unía, cop ia
para, que figure e,n puesto, preem inente, ein la galería d e hijos
ilustres. P iensen lía D iputación y loe A yun tam ien tos que con
estas o b ras se hace patria, y m ás .en Ciudad' R e a l donde
la in d olen cia, la inactividad 1 y la, inercia son características
del país de Doin Q u ijo te que, propenden aíl olvido, y al (agra­
vio involuntario de seres que nos 'enaltecieron y que por
desconocim iento, UO1 pueden 'servir de m odelos, de estímulo
ni de a cicate a las generaciones venideras.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
59
S a n to T o m á s efe Villamueva, llam ado' de este pueblo
imparoplamente por quie' nació en 'Fuen llama en 14 8 8 , estudió
en A lca lá y en la U niversidad com plutense fué lecto r de ar-
Santo Tomás de Villanueva
(De un cuadro de Murilio que se conserva en Sevilla).
tes y teología». Ein 1 5 1 6 tom ó 'di Ihábito' d e Sa n Agustín y
muy joven, fué (prioí del co n v en to de Salam an ca y una figura
destacada, en aqu ella gloriosa U niversidad. Como' p red icad or
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
60
adquirió ta i fam a que G arios V quiso 1 oiirlo varias veces y
siem pre quedó admirado'. E l E m perad or n o m b ró le A rzo b is­
po die Granadla, y F ray T o m á s ino quiso. a ce p ta r por entender,
con unía sencillez encantad ora, que'ino servía paira tan e le ­
vado cargioi. T ransigió C arlos V pero en 1 5 4 4 a l quedar v a­
can te la Sed e de V a le n c ia 's e la ofreció eíl E m p erad or y c o ­
m o de nuevo se resistiese el insigne agustino le llam ó a P a ­
lacio p ara d ecirle que le obligaba a ello1, a lo que con testo
en to n ces que «acep taba p o r santa o b ed ien cia » . Y fué un
arzobispo ejempllarísimoi: d o rm ía en un sencillo jerg ó n y no
tenía n a d a : todo se lo daba a los pobres.
Y si en e l ejercicio' d e la carid ad n o hay nadie que le
iguale, en la génesis de. sus obras s e adivina su gran, cultura
y su extraord in ario talen to. M enéndez P ela y o lo co lo c a a
la cab eza de los más insignes escrito res agustinos d e l siglo
X V I , cuyo Serm ón del am or de Dios califica, díe bellísim o y
lo. considera como, un'ai dle las ,más ra ra s m uestras d e 'la e lo ­
cu encia sagrada en a q u el tiem po, e n su form a d irecta.
Por su parte lOtro cated rático d'e illa U niversidad C entral,
el Sr. H urtado, hablando, de San to T o m á s d e Villam ueva,
dice que son ad m irables to d o s sus sermonles, y so b re todo
sus Opúsculos Castellanos e n tre lo s que se d esta ca el Solilo­
quio que entre Dios y el alm a conviente 'hacerse después de
la S agrada Comunión, «unió- dle. los m ás subliméis y elo cu en ­
tes 'trozos que ten em o s e-n nu-e^ttai lengu a».
L a ascética y ¡la místicai no pcdíain temer m ejor in icia­
dor. H e aquí en síntesis lo que fué en vida el San to m anchego que síe venera en lo s altares.
Murió 'ein. V alencia, el 8 de setiem b re d e 1555. G arlos ,V
que lo temía en gran .estima, .dispuso1 qu e .se le rindieran los
m áxim os honores. H oy es el Patrón, de esta d iócesis, y en. la
S. I. P. hay una. cap illa que lleva, su n o m b ré.
L as obras que venían h aciénd ose .en e ste te m p lo re ­
cibieron gran im pulso quei co n trastab a con la lentitud 1 de
los añ o s 'anteriores, teniendo so lo term inada u na b ó v ed a
de las cuatro proyectada®.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
VI
Cuemlta un historiador que al
Felípe II.— Transform a­
ción de la imagen de
Níra. 5ra. del Prado.—
Poniendo las cosas en su
p u n to .— Las tallas de
Antonio de Pobleíe.— Un
viaje a Higuera de la 5ierra.--Term inación de im­
portantes obras en la
iglesia p a r r o q u i a l de
5anta M aría.— Las fies­
tas de agosto en 1589.—
Cantidad que autorizó el
M onarca para que fue­
ran solemnísimas.
n a ce r F elip e II, en 2 I de M ayo
de 1 5 27 , tom óle en brazos su
padre el (emperador y díjoíle
eista» p a la b ra s : Dios, nuestro
Señor, te haga buen cristian o:
a
Dios nuestro Señor ruego
te dé su g ra cia : plegue a
Dios, nuestro Señor, te quie­
ra
alum brar
p ara
que
se­
pas gobernar los reinos que
has de heredar.
Y es indudable que este tri­
ple deseo
fué am pliam ente
atendido por la¡ P rovid encia,
pues desdle, que tuvo' uso de
razón, pensó D on F elip e en
saturar el espíritu nacional en el espíritu ca tó lico , quei había
dle seir líal más firme: colum na de su poder, convirtiénd ose él
m ism o, cuando ocupó el trono, en. el birazo' derecho de Ja
Iglesia y d e helad or de la h erejía.
F u é un gran, R ey an toda la extensión de la. p alab ra, p e ­
ro. aten to s n o so tro s a.1 .objeto de este libro., tenem os que d e­
d icarle m ucho m enos espacio d el que quisiéram os.
D icen los historiad ores m odernos que la: bellísim a im a­
gen de Nuestra S e ñ o ra del Priado, destruida por él savajis-
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
62
mo m arxista, e r a una im agen d el siglo, X I V (p a ra mi era del 1
X V , como,fuñidlamentaré en otro 1 cap ítulo ) , y que, all talla rla
se la hizo sentada en su troino con el Niño e n el br:azo, izquier­
do. Y (añaden que en, el 1 ,siglo X V I fué mutilada, dicha im agen
para que ap a re ciese parada,, censurando duram ente dicha
mutilación,, pero sin
d ecir que con otras
cien esculturas de V ír ­
genes antiquísim as—
com o indica, D. V . de
L a fu en te en su libro
L a Iconografía M aria­
na de E spaña en la
Ed ad M edia,— se hi­
zo, lo propio,. Ni si­
quiera tratan de in­
vestigar cuál fué la
&
razón de tal reform a.
C onsignan el hecho
dando ciertos d etalles
com o si fueran ico ­
nóm acos sus autores.
La Virgen del Prado
(Imagen que se conserva en Lima.)
N osotros loi vem os de
otra
m anera. Una
im agen p ared a luce
m ejo r sus m an to s, jo ­
y a s y co ro n as y hasta
parece que en su divino
rostro
deslumbra,
m ás la belleza y la
em otivid ad que causa en lo s devotos, y con, esa intención,
sin duda, la transform aron aqu ellos innovadores. O tra idea
no ca b e en un siglo- tan fervientem en te religioso y con, un
R e y tan cató lico comoi F elip e 11. D arle a la reform a otro c a ­
rácter sí que es verdad eram en te censurable.
Y pruebia, lo que nosotros decim os, co n cretán d o n o s al
caso de nuestra veneradísim a P,airona l'a V irg en d el Prado,,
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
63
es que d e fa s fragm entos qu e se co rtaro n ia ¡la im agen se h icie­
ron .enseguida otras imagenciitia® co n Illa m ism a advocación: del
P rad o, siendo, u na de ellas lia construida por Antonio, de P ob léte co n el fragm en to m ayor .y q u e él' mismo, llevó al Perú y
se venara, en la ig le sia de R e co le ta s A gustinas de Lima., d on ­
de cu en ta co n num erosos devoto®. O tra imagen, tallad a en
iguales co n d icio n es, es la. Patrona. de TaTavera. .de la R ein a,
y, acaso, sea. una tercera la V irg en cita d el Prado, que se ve­
nera. como. P atro n a .en Higuera, de la Sierra (H u e lv a ).
La Virgen del Prado, Patrona de Talavera de la Reina.
D e la prim era p ed í yo. n oticias y foto s él .año 34 a l C ón ­
sul de España, ‘en L im a y al! C onven to en. que se ¡exhibe al cu l­
to y con liáis q.ue recibí co m p rob an tes de su historial, pu bli­
qué un artículo, en E l Pueblo M anchego, dando, cuenta dte
tod o y dle lia. fe quie. ein, E lla tien en lois lim eños.
L a V irg en d él Prado, que Se venera en T a la v era de la
R ein a, es una .imagen muy pequeñita, y tam b ién fué tallad a
p.oir A ntonio d e Poble-te. Inspira gran .devoción -en. aq u el pue­
blo y por la, prontitud con que T a la v e ra fué liberad o por el
glorioso e jé rc ito naciomal n.o le pasó nada.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
64
La Virgen del Prado, Patrona de H iguera de la Sierra
(Huelva.)
Y d e llái tercera, lia que 1 se v en era en H iguera de la S ie ­
rra ( H u elv a) , me puso en an teced en tes un fam iliar, y ail s a ­
ber que l a p atrona d e aqu él p u eblo se llam aba tam bién V ír-
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
65
gen, d el Priado, ex c itó m i deseo, de co n o ce rla , y laptovechanr
dbi Hais v acacio n es dle
N avidad
del!
39,
m arch e
a! S e ­
v illa p ara inquirid d eta lles. Eli delegado dell Tu rism o, dio,n
Pedro, M ontes Sierra, m e puso, al! b ah ía co n di' Jefe, de in fo r­
m ació n d e l A yun tam ien to, y éste len con tacto' c o n el lamiimemtiei derm atólogo, don Rafaell L a n ch a Faíl, h ijo dle H iguera de
l a Sierra.
1
Cuando: llegué a, la A venida dle B o rb o lla , núm ero 6 ,
donde e stá n situado® la C línica y el Labora,toirioi qu e dirige
el ,Dir. Lancha, y m e an u n cié a, este señor fui recibid o en el a c­
to . E s e l D r. Lancha, un hombre, simpatiquísimo,, de gran cu l­
tura, y d e ch arla am ena y ipor d e contado, entusiasta, y fervo,roso devoto, de la V irg en d el P rad o. C onocid o el objeto, de
mil visita facilitóm e, enseguida foto s de la V irgen y d etalles
in teresan tísim o s de ,s,u historiad!. Y ipor si eran p ocos, usó del
teléfono, para h ablar con otro, paisano, suyo' y re ca b a r m ás
datos. Y o all ver a q u el entusiasm o lile dije :
— P o r do visto tien en u sted es m ucha d ev o ció n á su P a ­
to orna.
— M'uoha, míe co n testó — en H iguera, todo®, to d o s te ­
n em o s in m en sa fe e n la V irg en d e l Pirado. ¡E s tan. buena
con n o so tro s! ¿Q uiere, usted co n o cer lia?
— D esde 'luego m e gustaría verla y oirar amite Ella,— le
repliqué, pero está el tiem po tan m allo... tan, llu v io so ...
— E n co ch e cerrado, se va hasta Illa, puerta d e la iglesia
y no' nos m ojam os. N ada, ruada, m ucho tengo que hacel­
abora, p ero toatándos'e d é fa ta n tís im a V irg en dell Prado, to ­
do, lio, dejo, a. u n lad o. M añana a las nueve, iré a, re,coger lio, al
H o tel y p asarem os e l 1 d ía e n H iguera. Segu ram en te vendrá
m i m u je r ta m b ién y co m erem o s ten casa l'o, que, haya,, aunque
solo, sea m igas y ch acin a. V o y a te le fo n e a r all Allcailldle para
que n o s esp ere, con que yai lo sabe, aguarde e n el H o tel.
— A sí lo, haré y en can tad o co n el via,j,e y muy 'agrade­
cido por su atención,.
Y all día, siguiente, a las n u eve en, punto, estaba ya, don R a ­
fa e l co n su a u to en Ha puerta déll H otel. Mé presentó a su
5
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
66
señora, doña M aría R osa P ach e co , y juñito® em p ren d im os la
m archa. C ruzam os 'el barrio. d e Trían®, d eten ién d o n os a n te
l'a Iglesia d on de se venera, é í Sainlto Clriisto de la E x p i­
ración, .notabilísim a escultura,, vulgarm ente conoicidai por él
Cristo, d e l Cachorro., que Recuerda, teil) típico fan.dlanguillo:
En, di P atro cin io está
el orgullo de T rian ® :
C risto q u e exp iran te va,
escultura, filigrana
.retrato c?e Dios verdá.
co m o aqu el otro dedicado a la M acaren a deil' b a rrio :
T.oilto. é r mundo ha co n fesa o
que e re s tu la m ás bonita,
ila. d e l coló bromáeao,
gitana pura y ben d ita
por too.s lo® cuatro, costa,0 9 .
Segu im os un poco, m ás ad elán te y 'h a c e m o s' lia. p rim e­
ra parada, en, lias V e n ta s de la P añ o leta . Htay qde s'eguir Ja
co stu m bre — m e dice,— y tom am os u nos ch atos de rico vino 1
de, pasas, y, 7/a .en plena, .carretera dje Arla cen a, el v ia je les
encantad or, y eil día, por un. m ilagro d e la, V irgen, .soberbio,
p rim averal, con u.n ¡sol espléndido, y sin unla n u b e 'en e l hori:
zo.n.te. Y sierra arriba, ¿sierra arriba, ,el panoram a, es cad a
vez m ás delicioso. Páisiamo.s por del,anlte de la encina del frai­
le, donde s>egún. :1 a tradición, fué ahorcad o 1 u.n ..religioso, y
desde en to n ces lia ram a en /que. .se lie 'coligó está am arillen ta, d e
color distinto a la s otras.. A ocho kilóm etros de H iguera, en
u.n, alko'Zano del cam ino h ay un m osaico, cíe la V irg en dél
E rad o para testim oniar eli milagro, que hizo salivando la vida
de unos d evotos .suyo® qu.e iban, en un vehículo, y dieron, u;n
vuelco muy peligroso, tan trem end o, que e.1 co ch e quedó
to talm en te deshecho.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
67
Nos acercam o s ai H iguera. E l auto ha salivado ya lo s 8 0
kilóm etros que la separa,n, d e S ev illa. V a m o s dlirecta,mente
al idomicilliio d'elll D r. L a n ch a , situad o e n e l núm ero 1 7 d e la
ca lle ,de la V irg en del Prado'. E s uin pueblo d e calles a n ch a s y
lim pias, p ero con m uchas cu estas. E n la caisa de L a n ch a , que
es típ icam en te amdialuza, co n bello® ja rd in e s y agua a b u n ­
dante, tien e en la facbadlai exterior, entre do® b alco n es, una
Vista de H iguera
efigie de la V irg en d el Pirado .en azu lejo s tri,añeros y una
artísticlai lám para granadina qu e le idlá con stan te llbz.
M ientras p rep aran ¡la com ida, el! Dr. L a n ch a , el Allcaldle dle, Higuera,, don Rafael! G irón, que e,s un, señor m uy afa¡ble y prestigioso que tuvo, el mismo, cargo cuando Ia d icta­
dura de P rim o d e R iv era, y y o , su bim os em pinada, cuesta
pairiai d irigirnos ia la Iglesia doinide se venera, la Imiagem de
Nuestra Señora del Prado-. P o r ,el cam ino, m,e fueron dando
d etalles de co m o fué salivada lia milagrosa, Im agen d e la furila irojiai. D esd e la® e le c c io n e s d e l ! 6 d’e fe b re ro la llevab an
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
por la ,n o ch e a casas p articu lares y cuiando se supo* el asesi­
nato del Sr. C a lv e Sotelo, y se veía claram en te inm ediatos
sucesos trágico s, se convino* por todos, de acuerdo* coin <el
señor Cuira P árro co , esconderla definitiva-meinte* y poner a
buen recaudó* los m antos, coronáis y jo y a s de* la V irg en .
Po*r el mi*smo* procedim iento* salvaron ta m b iéli al San to C ris­
to del R osario , d'e m ucha devoción en H iguera y alguna
otra Im agen. IVleidiida acertad ísim a, porque* horas después
eran destruidlas to tal mentei por lois ,m ineros dfe Río* Tinto* el
Sagrad o C orazón de Jesú s, e l Señor amariradoi a, la® co lu m ­
nas, el Cristo y acen te d e l Santo* Enitietro, Sa n Ju d as, San
C ristóbal, lia* Virgen, d'e los R em ed io s, San Seb astián , la V ir ­
gen d'e la A scensión y los A p óstoles y evan gelistas d el m ag­
nífico* retablo* que había so b re el altar ma.yoir. D e este re ta ­
blo*, de in calcu lab le valor, solo* se salvó jell cuerpo inferior,
por que quedó cubierto* con lo s escom bros.
L legam o s a la iglesia, pero estab a cerrad a. E n tram o s en
la casa d el Sr. Cura, que está inmediata*, y co n pesar, jnos
en teram o s que este virtuoso sacerd o te, D on Inocencio* F e r ­
nánd ez Pruaño*, paisa el día en* S ev illa, pero su a n cia n a m a­
dre nos en señ a una® p reciosas m ddallitas esm altad as de la
V irg en , que nos regalía -el A lcaid e, y nos facilita la llave d e l
tem plo. A brim os éste. E m o ción . Nois dirigim os amlte la- V ir ­
gen d el Prado* y los tres oiríamos con gran, d evoción, y yoi r e ­
cé y lloré pensando* en, (la. m ía, e*n mi Paitroma en la. excelsa
y señorial Im agen de Nuestra* Señoría, d el Prado*, que h abía
■en* C iudad R ea l y que 1 n-o* tuvo a (nadie qu*e la, salvara no* o b s­
tan te estar sin, m ilicianos ro jo s Ha Samtla Iglesia Pr,io,ra!l hasta
el 25 dle ju lio 1 por lai n o ch e en qiie se* hiceroin cargo* de las
llaves.
Salimos* del templo* emoicloinadísimos y eíl A lca ld e nos
invitó a. uin aperitivo* jantes d e co m er, pero e l aperitivo' *en
H iguera no* es verm out, isino* un excelen tísim o *anis de lia S e ­
rrana, (elaboradlo* poir el p ropio A lca ld e, que* tien e iuntai an ti­
gua* y acred itad a fab rica de* estos lile oír*es.
Nos -dirigimos a casa d é! D r. L a n ch a , L a comida* n o s
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
Iglesia de H iguera, donde se venera la Virgen del Prado.
espera y en ella Hizo los honores la re sp e ta b le esposa, del
D octo r, con gran .delicadeza y a ten cio n es in olv id ables. C o ­
m im os <a estilo, d el p aís: huevos fritois c o n to m ate, m igas con
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
70
sard inas y ch acin a y naranja® y después b eb im o s una ta z a
d'e' arom ático' café.
D urante la com ida y después, dé sobrem esa, m e refi'rieron díe'tblles de la 'lib e ració n d'e H igdera p o r la s trop as
'nacionales. D icha liberación' se' líevó a efecto pl 1 -1 5 de ag os­
t o de I 9 3 6 por el 1 décimo. tab o r dfe 'A lhucem as. Fu é ulna a c ­
ció n muy dura, porque lo s miniaros d'e R io Tinto', b ien p er­
trech a d o s, resistieron al princip io fu ertem en te, pero: al fin,
'fueron arrollad os poir los m arroquíes .españolé®. L o s o ficia ­
les 'del tab o r 'com ieron en ¡estia m ism a imesa y junio' )d'e 'ellos ( mi
sobiriin'o el entornees ten ien te D on Anltomioi Bálcázair y Rubio.)
'extrañado del ¡rótulo- cíb esta c a lle , ex cla m ó : a sí se llam a Ib.
P a tro n a de mi tierra. Y la. de aquí — lé rep licam o s n o s­
o tro s— y ai m om ento fué a lai iglesia y an te ‘E lla , que 1 a c a ­
b ab a dé, ser depositad a en su tem plo, oró con gran fer­
vor, que siem pre se lia dicho': «que l'os m ás v alero so s sulelen s e r l o s .más crey en íes» .
Y ,a la V irg en d el 1 Pirado-1— añad í y o— le debe: m i so b ri­
n o 1 la. vida'. M é e x p lica ré y testim on iaré ell p a te n te m ilagro
qué en esta ocasión se logró por l a in tercesión de la Sa n tísi­
m a V irg en . L a tom a de H iguera fué el prim er hecho* dé a r­
m as en que ániterviene e'li décim o' Taboir dle Aillhuioeimas pero,
después,./como fuerza -dle p.hoque .actuó eln lo m ás duiroi^de la
guerria d e lib e r a c ió n (en Brúñete, F ren te dle Maldlrild, A ragón,
N orte, L érid a, el! E b ro, resto- de C ataluña, Valénic-ia, e tc .,) y
■aunque mi sobrino' hoy cap itán , fué herido- cu a tro v e c e s no
perdió lia vida, hhist'a p í punto' que da todos los Je fe s y Ofi­
ciales que aalilpron d e Melilla con dicho T a b o r, fu é el único
que quedó con vida y pudo regiiesar con dicha unidiad a su
Residencia de M arruecos. Y conste que esta notó m e la hia
p ro p o rcio n ad o él digno y valeroso 1 J e f e de la® M ilicias fd'e
F . E . T . y de las J . O. ,N. S. de Ciudad 1 R ea l, Sr. V iñ e ta ,
quie fué com and an te suyo 1 estando ya luchando en E sp añ a
el anted icho 1 décimo. T a b o r d e A lh u cem as.
Y ahon'a, si quieren, quie' ise rían lo© incrédulos, l'os que
carecen de fe ¡p e o r para, e llo s! y que:-nunca sabrán. ap reciar
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
71
lo que vale e’l fa v o r d ivin e, lo g rad o p o r la intercesión, de la
Santísim a V irgen, que 1 y o seguiré venenando' con toda devo­
•ÍS
ción la mí am adísim a Patroraa Nuestra Señor'a del P rad o,
constante bienhechora, de mi! fam ilia.
Después de la com ida fui c o n el D o cto r L a n ch a a ,casa
de un com p añero sutyoi, D on f Jo sé M aría A lv arez R in có n , ,
quien, com o su distin­
guida señora, m e fa ­
cilitó otras fotos y
n o tas referentes a la
V irgen.
Luego adm iram os
en la p laceta de la
Iglesia el m osaico 1 de
azulejos, que han de­
d icad o a la V irg en de
los R ey es para co n m e­
m orar el hecho de que
a la m ism a hora que
esta venerad a im agen
andaluza disc u r r í a
(procesionalm ente por
las calles de Sevilla
se liberó a H iguera.
Y por últim o, re­
gresam os al dom ici­
lio del D octo r L ancha
para recibir la visita
de lia prim itiva ima-
Retablo de la Iglesia de H iguera
gen d e N u e s t r a
Señ o ra dfel P rad o, la que se veneró p rim ero en. H iguera y
que, según lia trad ició n , fué emiconltrada por un pastor ce rca
de su d a b a ñ a a último® d'eil' sigilo X V I . E s muy pequeñütiai, de
ro stro (dluil!ce y agraciado 1 y guardadla era una urna d'e: cristal,
la em plean en visita® dom iciliarias, ten ien d o 1 e n ella m ucha
fe todo el vecindario'. D urante mucho tiem po fué la titular .die
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
72
la *iglesia, pero* por Jais n ecesid ad es del cu lto se acord o le'scullpir o tra im agen dle N uestra S e ñ o ra del Priado, d'e mayoir
tam año, pana que lols enferm os n o ©e privasen del consuelo
de Recibir lia visita d é la prim itiva, ya que ello s no podían
ir a o rar lainte E lla. Y esa im agencita e s la que yo oreo que
podría
ser
tam bién
h echura dé A n ton io
de P o b lete y co m p a ­
ñera, por tanto, de las
que se veneran en L i­
ma y en T a la v era . L a
foto que publicam os
es de la im agen que
se venera en el S a n ­
tuario y en la iglesia.
R eg resam os a S e ­
v illa tan felizm en te
com o hicim os el via­
je de ida. Y yo* satis­
fechísim o y lleno* de
gratitud p ed í a la
V irg en sus b en d icio ­
nes para el Dr. L a n ­
cha y su espora, hijos
y n ietos que co n stitu ­
yen el en can to de su
hogar.
i H iguera de la S i e n a — Casa núm. 17 de la
calle de la Virgen del Prado,
Y
torn an d o
d e
nuevo a Ciudad R ea l
in o s
rem ontarem os
al año 1 5 8 9 paira ver lo que 1 pasó e n aqu el año. H a b ía n le
term inado las o b ras de íla Iglesia p arro q u ial d é S a n ta M aría
del P rad o , quedando ce rra d a s isus co lo sa les bó v ed as, co n ­
cluida la sacristía vlejia, y reformadla la p u erta que daifa al
P rad o y que, en sum a, era una p o rta d a d e estilloi o jiv a l deOadlunite, form ada poir un arco ladimltelaido1 en cerrad o (en otro
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
73
rédemelo, y éste en un co n cp io que rem ata co n grandes
h o ja s dle card o. Y en ell' tím pano urna im agen en piedra de
la V irg en y a lo® lado® sen d as -macetas dle¡ azucenas, qu¡e
son las arm as de lia parroquia. E l arreglo' de la portadla iu é
d etestab le, porque parece! eineajonada e n tre un con trafu erte
que r o d e a e l primitivo'. E n cam bio el coro construido en el
Restos de Calatrava la Nueva.
fondo de lia, iglesia, tapando 1 illa- puerta del P erd ón , por el es­
cu ltor Anitoini'o Fern ánd ez, -era m agnífico. D e yesería y estillo
p lateresco, c o n muchos relieves representando santos, bien
d ibu jad os y metido® ein recuadros. E l le g a jo 3 I 6 del archivo
de la M erced, se ocupa deill co n trato dle esta obra, 'autorizada
por jeil cura A lo n so M anzano y el mayoirdbmo G regorio' de
Lermia, <en 5 de n o v iem b re d el 1 5 8 I , (y ‘term inada un año d es­
pués, o ste n ta u n apu nte 'a plum a de la p lan ta dlell co ro , con
2 7 sillas y otros d etalles del proy ecto1, qu e dan una. idea dé
su im portancia. Ein, 1 5 8 9 la herm osa ina-ve- d e l tem plo' p re­
sen tab a so b e rb io aspecto. E l r e ta b lo angulllar d el altar m a­
y o r había siido re to cad o y el C o n cejo , de acuerdó' con el
Cura P árro co , ein d'uda, para ce le b ra r m ás este aco n tecimienito' se preparó en 1 5 8 9 (a, dar solem n id ad a la® fiestas
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
74
dle 'agosto en honor ¡dle Ha V irg en del P rad o. A l! efecto 1, Soli­
citó y obtuvo' de F elip e II, una R'eail C éd ula paira h acer con
dicho fin un reipairto de impuesto® por valor dle 6 4 . 0 0 0 m a­
ravedises. Se o omitirataro n d'ois com p arsas de dlainzantets p ara
que actuasen en l a p ro cesió n d e la V irg en , la urna dirigida
por Pedro' P érez, v ecin o de A n tequ era, quien con nuie¡ve
co m p añero s danzarían disfrazados, al son de guitarra® y /vi­
huelas, y la otra, form ad a por cinico v ecin os de Almfeigrc.
Ademáis la V irg en dleil Prado' 'luciría el; valioso 1 m anto, que,
después de su transform ación, se le hizo con el rico¡ vestidlo
d e Oo'rte que le regaló /el E m p erad o r ¡después d¡e. m uerta su
esposa !a¡ E m p eratriz Isabel.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
VII
H ay
Una costum bre del siglo
XVI. — El chocolate de
los concentos.— lina dis­
cusión uiolenía en un re­
fecto rio .— El serm ón del
Padre E u gen io— ha deuoción a la Virgen de!
P rado.— Visitando a ías
Dominicas en el quinto
centenario de su funda­
ción.— Un año después.
— De connenio a checa.
Detalles tristísim os.
testim onios
irrecu sab les
d'e que en. el 1 siglo' X V I había
ein Ciudad' Reiaí la. costum bre
entre fam ilias nobles de casa
solariega y rico® hacendados,
de visitar, ein ciertos días die
la semana, y m edia d'a lia tarde,
a las .com unidades religiosas,
don gran satisflacción por p ar­
te de éstas, qule tenían en mu­
cho, al recibirlas y a g a sa ja r­
las.
V ario s conventos y casas dé
hemeiíicenicia
había
entonces
en Ciudad' Retel, p ero loe m ás
visitados eran el de las D om inicas, dfond’e eran fam osos su®
bizcocho® de soJetilla, e¡l dle¡ lias Franoiisc'a's, e l d e los F ra n ­
ciscanos, hoy H ogar P ro v in cial y el d e Santo. Domingo., que
se alzaba 'en ‘lia calle d e Odlréría, entre lias d'e ía Mta'ta y Baririonuevo, donde antes .estuvo' 'la Sinagoga M ayor.
Y corno 1 lia O rden dei P red icad o res tuvo siem pre el pri­
vilegio d'e cooflair entre sus amistadles la s ciaseis d e m ás e le ­
vada alcurnia por deconltado que era el favorito'.
E n la Com unidad d e P ad res Dominico® h ab ía verdladfer'os prestigios e n illa oratoria, sagrada, sobre todo el Padir'e
Eugenio. Velllázqnez, que en m uchos de sus serm ones hacía
recoirdiair llai figura de Fir. Luis de Grianada, al1 que; se asem e­
ja b a en cultura y expresión.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
76
E l a cto d'e j urament o realizado, en dicha, casa co n v e n ­
tual por ¡di M aestre D on R od rigo T é lle s ¡d'e G irón y la-s pin­
gües rentas de que disponían d áb an les, a lo m enos por e n ­
tonces, cierta superioridad 1 sobre 1 ¡las otras. Com unidades.
C on o ced o res los D om inicos d e las costum bres quie te ­
nían sus visitantes d'e m erendar unía ta z a d e ch o c o la te con
to rtas O' bizcochos, costum bre ¡típica española., (qu e a u n no
había llegado lia hora de extranjerizarla, con el té inglés o el
vcirmo'ult fra n c é s ), ni que decir tien e ell gusto co n que los
atend ían, para, que ninguno d ejase de realizar a q u ella c o s­
tum bre, o frecién d o les un ch o co late ¡riquísimo, ela b o ra d o a
brazo en su casa de Salam an ca, y ¡parla 'Saborearlo' m e jo r
Sais exquisitas b izco telas d e San E s te b a n : alargadlos b izco ­
chos lügeir'ois cu biertos de un baño blanco d e azúcar, que eran
una cosa selecta.
En 1 5 8 9 , días después ele celeb rarse la solem nísim a fe s­
tividad 'religiosa d el I 5 de agosito, en. hoinoir de llai V irg en
del P rad o, coincidieron e n .el convento de San to 1 D om ingo
D on R o d rig o de P o b lé te y ¡su esposa D oña M aría T e resa V illaquirán y el m atrim onio form ado por D on F é lix M anuel
de L o ay sa y D oña M'encia de C árcam o, p erten ecien tes lo®
cuatro ¡a muy distinguidas fam ilias dle C iudad Reiall. R e c ib ió ­
los el Padlre P rior, quien dirigiéndose a los prim eros les dlió
sus qu ejas por eil mucho' tie'mpc» que h acía que no le s visita­
ban. T ie n e usted razón —le co n testaro n — pero, au sen cias
y quebraintamieinlto’S dé salud lo han im ped id o y hoy v eni­
m os, abandoiniando' qu ehaceres perentorios, para que no pasle un día m ás sin felicitar a ustedes, y so b re to'dta, all P ad re
Eugenio' por su m agnífico serm ón del día de nuestra San ta
Patroniai. ¡Q u é m aravilla de 'discurso! ¡qu é co n cep to s! ¡qué
elo cu en cia! ¡Y qué herm osísim a plegaría: lia que 'dirigió a la
V irgen Santísim a dell P.radé I A m í m e hizo llorar — exclam ó
D oña M aría Teresa,— pero llorar dé; entusiasmo', que 1 to'd»
se ¡lo m erece nuestra M orena, la idolatrad a Im agen, que lo
llena l edo con, su ex celsa y señ o rial presencial!
M ientras h a b la b a Doña. M aría T e resa , el m atrim onio
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
77
L o ay sa guard aba silencio, pero en e l ceño que ponían, y
con 'especia-lidiad' D oña .Mencía, daban a entender que n o
tes a g ra d a b a 'loe .ditirambos de 1/a m ujer de D on Rodrigo.,
Raiste que, por fin-, la esp osa de. L oaysa, n o pudiendo conte'•'erse, e x c la m ó :
— M ás, mucho m ás m erece la V irg en de la Bllancfe, que
p o r su historial' y por su abolengo-, d ebía ser la. P a tro n a di.
Ciudad Re.alL..
L a picadura. de una víbofta no hubiera hecho, tiamto. da­
ño a D oña M aría T e re sa de. Villaquiirán., .devotísima, dé la
del P rad o, paro, reprim iéndose, sollia co n testó:
— S e rá p o r ser C a la tr a v a ...
Eli oairiz de ta discute ión hizc intervenir al P rior, y el
mismo Padlrei Eugeniio, que lleg aba en aquellos m om entos,
les dirigió p alabras de diuillce rep ro ch e, entregándoles estam ­
pas de lia V irg en del, .Rosario., p ara que ollividhiran, sus discu­
siones ya que la V irgen Nuestra Señora es m adre am antísim a
de todos.
Saliero n amigos, y com o la visita se había prolongada
m ás qu e de costumbre:, al dbblar la esquina de la ca lle d e
Barrioiniuevo sorprendió a lo s dos m atrim onios .el toque. dell
A ngelus, y d escubriénd ose los h om bres y santiguándose las
m ujeres, rezaron los cu atro, con el fervor de siem pre, la. o ra ­
ción de la (tard e...
Medio: siglo después, con la. hermandad' d e N uestra S e ­
ñora de la. Pedrera, y lias religiosas D om inicas, se funidá >ein
Ciiudlad R e a l la «Esclavitud 1 de la M.adlre de D ios de. la V ir­
gen d el’ Priado».
C onsérvase aún. el documento' testifica l en el A rchivo
d e la. M erced. U n tom o en folio, .encuadernado, en p erga­
mino. y len perfecto, estado, de coin.servación. A l folio. I 8 co ­
m ienzan lais listas d'e E sclavos y C ofrades, que. por tales, se
reciben coin antigüedad 1 dé 8 d e octubre del1 año 1 die 1633,
dónide figuran, .entre otras, las siguientes m on jas D om inicas,
Doña- Consitanzia. Berm údez D om ingo, su h erm ana D oña
F ran cisca, Doñai Isabel Loiaysa, D oña M aría de V ie ra , D o ­
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
78
ña C atalina S. B ernard o, D oña M aría M anuel, D oña C atalin a
Shnta A na y Doña, M aría de¡ C r is t o ...
Y ya que hablo d e religiosas Dominica® voy a relatar,
comoi n o ta para lia H istoria d'e C iudad R e a l, lia visita, que
hice a su Convento, de la, calle de Alta,gracia eil 1 8 d’e sep ­
tiem b re de. 1 9 35 , coinimemorando e l quinto 1 cen ten ario dle
su fundaiciióm. C onoced or de tal! fech a fui all1 P alacio E p isco ­
pal a solicitar el oportuno 1 perm iso, y M onseñor E sten ága,
que D.ics ten ga en d escan so, con aquella bondlad 1 que er""
su p rincipal característica, recib ió m e ten el actos y ,en e l a cto
me dió un permiso, escrito, para que «por una vez;) se le ­
van tara la cSausurra en dicho, convento, p a ra que yo*, y lo®
juie m e acom p añaran , pudiiésiemo® pasar dentro, con e(í Fin
A í h acer un tra b a jo periodístico, para. E l Pueblo M anchego.
Estuve una media, h o ra conversando con, S. I., a quien agra­
decí los elogios que h abía tribu tad o ja, mis M em orias. A r e ­
querim ientos suyo® le b ab le de oltrois libros ,e(n p reparación
y ál tratar d e l tem a cervan tino escuché sabias in d icaciones
que serán inolvidabilies, porque M onseñor Esiténaga, era, cu l­
tísim o y de u¡n talen to ejem p lar. Creo, que fué la úl'titna vez
que bable co n él. A n tes d e l añ o , eil 2 2 jde agosto del 1 3 6 , caía
asesinado por la horda, ro ja , ¡lo mismo, que su p a je D o n Ju lio
M elgar, a quiien dieron, lib e rta d los ro jo s y prefirió m orir
con su P relad o . A m bo s ofrenda,ron su vida poir D ios y por
E spaña.
D e lo que escribí a ce rca d'e la visita al co n v en to cop io
el siguiente p árrafo ,:
«...AHI[celebrarse ahora, eil1 quinto .centenario die su fun d a­
ció n hem os pasado, u¡na® horas ,d entro d el C on ven to d¡e las
D om inicas, boira® dte ¡emoción,. H ay 2 4 .m onjas p ro fesas y una
novicia. E,s p riora Hai Rda.. Máidlre, S o r Julia, dle, Jesú s, quie
en e l m undo se llam o S o fía Sán ch ez ‘C orté®, e® dle esm e­
radísim a edudaeion y d e 1 ilustre familia, de, Cáceres,. S u p a ­
dre fué P resid en te de lia, A u d iencia de S e v illa y tien e un so ­
brino Abogado, d'al E stad o 1 ein, B arce lo n a . L a (com unidad no
e je rce ya la enseñanza, d ed icán d ose p o r com p leto a, Ha p e ­
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
79
niten cia y consagrándose de por vida el am or de D ios,
einitre
privaciones
y
carencia
dle
c orno d id'a des,
pero,
muy satisfecha®, no 'obstante, de su atscetico ideal'. P or
el hermoso, p atio , orlado, con árboles, m acetas y em brio­
nes dte ja rd ín y pasos id'e baldosín filno, vaga lia so m b ra au­
gusta de San ta C atalina de Sen a. M ás dentro hay una gran
huerta, que recu erd a a «La F le c h a » ... E s lástim a que no se
h aya podido ccntiniuiair el entold ad o de p arra que inició lia
filan trop ía diel hermano, de una religiosa, ya difunta. Pasam os al 1 refecto rio de la com unidad. E s muy hum ilde. P resi­
den! o. uinia cop ia b ien hecha, e n J a pared dell antiquísimo' cu a ­
dro, de la V irg en dell P rad o que regaló la fundadora y que
se conserva en otra, dle las salas.
El
m isticism o'
m ás
puro
se
respira
en,
to d a
,1'a
casa, donde unas santas m ujeres dedicadlas a la oración,
son
dignas
de
lo a
y
respeto.
Cuando
lía.
Priorai
y
dois m o n jas más, con sus sayales blancos y e l velo negro
ech ad o a lia cara, y tintine anido a cadai (momento' nuestros pa­
sos,, nos aco m p añan en la visita, se avivaba, nuestra: fe y
p en sábam o s qu e los bulemos creyentes -no d ebían olvidarse
d'e ellas porque, si como, d ijo e,l sabio' dominico, F r. Justo
Cuervo : «donde está ell esp íritu dlell' Señor, está la libertad'»
to d o s 'debem os a ca ta r liai ejempUaridad ajeina y contribuir
a l .sostenimiento, dte' las que han, renunciado' a las vanidades
del munido, por un santo: am o r que todo, lo esp iritu a liz a ...
A cord ém o n o s d e las m omjitas dle* Santo' D om ingo y d e
que su casa co n ven tu al n ecesita d'e urgentes re p a ra cio n e s...»
Y m e despedí de, illas moinjitas, y conmigo, Luis, M orales
y Césair M artín , y sailiimos llenos dle optimismo, para un fu­
turo1, en fav o r de ellais, y no® equivocam os, porque a, los
diez m eses los sicarios, d’e Satan ás ¡lias echaron de eu casa,,
profanando, el1 santo, recin to 1, abriendo 1 puertas y vent-amas a
Ja calle del Ja c in to , y destrozando im ágenes, saqueando li­
bros, inutilizando' el p o b re ajuar ,de las moin,j,ita;s e instalan­
do u n a checa que ,sirviese de prisión para los que 1 ibiain a ser
asesinadlos, y allí pasaron su últim a noche el C onde de la
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
80
C añad a y su herm ano F ern an d a, e¡l m arqu és de 1 T rev iñ o i
C elestino y Pancho. B a rre d a , D em etrio, y Ricardo. Ayafla. y
el hiijo. de- éste, 'los Sán ch ez Izquierdo1, los Peco, y otro® y
en aquella ch eca, .antes casa de reposo, y recogim iento m ístico,
sólo turbados por eill bibeaeo d e íla\ oración,, tvolvió a ser in­
vadida poir el ceilleistiail' aro m a d e llía fe, pues, -con santo
arroibiamiento., aqu ellos grandes am igos m íos que dieron, su
vida, por D ios y por E sp añ a, re zaro n eil rosario, y en co m en ­
d aron su ailkna d i Altísim o, antes de ser llevad os al horrendo
p araje de 'Carraón__
♦
♦
♦
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
VIII
V en ía de tierras andaluzas de
Ejem plaridad de un pre­
claro m anctiego.-dudad
Real en el reinado de
Felipe 111.— Extraordina­
ria deuoción por Nuestra
Excelsa P a t r o n a .-P r o ­
cesiones solem nísim as.
— El retablo m ayor de la
Iglesia de Sla. M aría.
visitar a la im agen de Nuestra
S e ñ o ra del P rad o que se ve­
nera en H iguera de la Sierra
(H u elv a ) y m e detuve dos
días en C órd o b a. Un mi am i­
go m e dió a co n o cer un M a­
nuscrito que se conserva en la
b ib lio teca del Sr. A lv e a r y que
por co n ten er algo de interés
p ara esta región pud iera ser­
m e útil. Y lo fué, porque ese algo eran d etalles muy curiopos de la vida ejem plarísim a del B eato Ju a n de A v ila y de
alguna conversión por él lograda. T ratán d o se del insigne
hijo de A lm od óvar del C am po, m e apresuré a tom ar n o ta
de ellos, llevado de mi afán de recoger cuanto en altece a
los h ijo s esclarecid os dq la M ancha y está inédito o e s p oco
conocid o de los coterráneos.
«Claro varón de virtudes singulares — dice el M anus­
crito— fué el V e n e ra b le P. M aestro Ju a n de A v ila, nacido
en A lm od óvar del C am po en el año 1 5 00 . G o b ern an d o la
E sp añ a cató lica el E m p erad or C arlos V y O bispo de C ór­
doba D on L eo p o ld o de A ustria fué llam ado por éste para
que eje rciese la pred icación, en la que h ab ía adquirido ya
fam a extraord inaria. A p en as llegó a C órd oba el V e n e ra b le
y d ejó oir su voz en varias iglesias, y p rin cipalm en te en la
G
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
82
C ated ral, em pezó a h acer prosélitos entre los sacerd o tes y
los seglares. Sus virtud,e(s, su cien cia sin igual, la galana dic-
Ju a n de Avila en 1568
(De un cuadro que hay en el V aticano)
cion de sus escritos, su asom brosa p alab ra y a rreb a ta d o ra
elocu encia en el pulpito, le g ran jearo n , desde luego, la ven e ra c ió n y el cariño de los co rd o beses, cariño rayano en ad o ­
ración fervorosa.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
83
» A 1 p o co 'tiempo pudo verse el fruto de tal p red ica­
ción ein las co n fesio n es de los cord obeses, siendo innum era­
bles los que; h icieron confesión general, en las re co n cilia cio ­
nes de enem istades, olvido de odios y de resentim ientos,
piadosas p rácticas d e oración, y co n versio n es de h om bres y
m ujeres, que1, hasta (entonces, habían llevado, vida disipada
y licen ciosa, siendo m uchos los que entraron en los co n v en ­
tos, trocand o por el sayal las galas, y por la p en iten cia el li­
b ertin aje.
mA l V en e rab le se deben varias fundaciones B en éficas.
Fué la prim era la creación del H ospital de San B arto lo m é.
H abián le consultado les tejed o res de paños un proyecto
de herm andad, que ap ro b ó , pero aco n sejá n d o les que fun­
daran un hospital, pues en aquella época había p o co s en
C órdoba y eran m uchos los enferm os que ca recía n de asis­
tencia para su curación,. Siguieron los te jed o res su co n sejo
y acord aron dar p ara el sostenim iento del hospital un real
por cad a pieza de paño qu e tejieran , llegando a reunir una
gran cantidad, con la cual com praron terreno en la callfc
que hoy se llam a de A lco le a , y ed ificaron el hospital y la
iglesia, en la que se dijo, la prim era m isa en 1 5 57 . L a segun­
da fundación fué el b eaterío de M aría E gip ciaca y la tercera
un C olegio donde estudiaran jó v en es pobres que quisieran
seguir la carrera eclesiástica. E ste fué costead o con dinero
djel Dr. P ed ro L óp ez de A lb a , m édico de C arlos V y gran
am igo de Ju an de A vila, encargándose de la, fundación los
pad res de la C om pañía dei Jesú s F ran cisco G óm ez y P ed ro
de B u je d a ...
«N um erosas fueron las conversion es que logró el in­
signe p red icad or m anchego, siendo dos las p rin cip ales: un
hom bre y una m ujer, él jugad or im penitente y ella lib id i­
nosa en extrem o y am bos allegad os muy próxim os del fun­
dador de la, U niversidad de A lm agro, que, co m o es sabido,
era hijo de los C ond es de C a b r a ...»
Satisfech o con iej hallazgo, y después de rezar una sa l­
va ,a la V irg en de los F aro les que, com o ex celsa vigilante,
tien e su trono en plena calle, en los m ism os m uros de la
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
84
m agn ífica cated ral, em prendí \e¡l v iaje de regreso para c o n ­
tinuar escribiend o el historial de nuestra am antísim a Patrona...
E n F elip e 111 se inicia una, lam en tab le d ecad en cia en
el glorioso reinado qu e heredó de sus m ayores, d ecad en cia
que am enaza tam bién a Ciudad R e a l con la d esp oblación
que sufre por la progresiva em igración a A m érica y la to ­
tal expulsión de los m oriscos en 1610.
E n cam bio la devoción que inspira la im agen sa cra tísi­
m a del P rado es cad a vez m ás intensa para tod os los ciudadrealengos, que la consideran com o única R ein a y Se ñ o ra de
estas llanuras, y es que con la desap arición del p od erío de
los calatrav os menguó tam bién m uchísim o, hasta casi extin ­
guirse; el culto a la V irg en de la, B lan ca.
D esde F elip e II la proclam ación de los R ey es en Ciu­
dad R e a l se hacía de un m odo solem nísim o en la Iglesia
m ayor de San ta María, del P ra d o , y, así m ism o, eran muy
solem nes, tam bién todas las procesion es de la V irg en v e­
neranda, y con esp ecialid ad , las p atro n ales de las fiestas de
agosto. En la del C orpus iba tam bién nuestra am antísim a
P atro n a.
Son curiosos, en extrem o, los d etalles que se conservan
do dichas procesiones. Se co m en zab a p o r co n tra ta r el p er­
son al que h ab ía de intervenir en las danzas. E sta s eran, por
regla general, dos o tres y reunian ca ra cterística s dignas de
m ención. E.n el archivo de p ro to co lo s, len uno de lo s le g a ­
jo s del escribano D. Ju an A rias, se m encion an las que to ­
m aron p arte en las p rocesiones agosteñas de 1 6 1 4 . D on J e ­
rónim o Berm údez, hum anista n o tab le, era dicho año prioste
de la C ofrad ía de Nuestra, Señ ora del P rad o y p ara d ejar
un grato Recuerdo de su actuación co n trató tres danzas o
com p arsas de danzantes. L a prim era con H ernán L ó p ez, Ju a n
G uarindo y Ju an R o sad o , v.e¡cinos de A lm agro, para que és­
tos, con uno que to case la c a ja y diez co m p añ ero s m ás, vi­
nieran a Ciudad R e a l el 1 4 de agosto y con danzas de disfraz
acom p añasen al prioste h asta la iglesia y al día siguiente
asistieran a la procesión vestidos de indios, cié, m odo que
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
'
'• J i i l i T l i r i l T | -jin n i*r*iT t—
• -—
» ■ ■ ■
M I—
w—
mil i i i iw - W M B M M w a M M
i
' "Bn$ ME)PRaRu> tfrb W tofa l K
Vfrl
;j' I ~■> . C ' ; réc
iokaT!
' ' fe
fe-II
,-tr
Portada de la ejecutoria de la Virgen del Prado. E s un interesante
dibujo del siglo X V I en el que se ve la iglesia de Sta. M aría, las torres
de la población, la Puerta de Toledo con sus almenas y murallas y el
escudo de la ciudad
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
86
form asen cuatro p a re ja s de danzantes y cuatro m úsicos, es­
tipulando el p recio del co n trato en treinta ducados en dinero,
carn e de carn ero por valor de vein te reales y una fanega de
pan cocid o.
L a segunda com parsa form áb an la
ocho m alagoneros
que actuarían disfrazados y una reina que bailaría tam bién ,
acom p añad os p o r una guitarra y un tam bor, para in terp re­
tar la danza llam ad a la «C onquista de Je ru sa lé n » . E sta co m ­
parsa co staba lo mism o que la prim era.
Con el granadino Ju a n Delgado' se co n trató la tercera
com p arsa, para qu«. hiciera, con otros siete com p añeros, la
danza de las N aciones «luciendo lib reas de b ro cad ete, da­
m asco y raso », acom p añánd ose con m úsica de guitarras y
vihuelas, por cincu enta ducados en dinero, v einte reales p a ­
ra carne, una fan eg a de pan cocid o y dos a rro b as de vino.
E n la p ro cesión del día 1 5 fueron las tres parroquias
con cruz alzada y tod os los sacerd otes adscritos a ellas, c o ­
m unidades de religiosos, el C o n cejo en pleno, autoridades,
cofrad ías, num erosísim os devotos con hachas /encendidas y
la herm andad de la V irg en que ya era muy selecta . D etrás
de la excelsa im agen iba el alférez D on P ed ro de H azas con
el pendón real dando escolta m edia centuriai de soldados.
Presidió la p rocesión el V ica rio , que llev ab a a su d erecha
al C orregidor y a su izquierda al prioste. D urante el trayecto
a rro jaro n so bre la Im agen gran cantid ad de flores y al regitetso se encend ieron bo n itas lum inarias, atron án d o se el esp a­
cio con los vivas a la V ig en del P rad o y el v o ltear de las
cam panas dei tod as las torres que en ton ces h a b ía en Ciudad
R ea l. Y ya dentro del tem plo se can tó solem n e salv e que to ­
dos los fieles escucharon de rod illas y co n gran fervor.
E n el año 1 6 1 5 fué prioste de la herm andad de la V ir ­
gen D on A n ton io de B ed m ar, señor de P icón , y en 161 7,
don M anuel G ad lén, los cu ales co n tra ta ro n tam bién vistosas
com p arsas de danzantes y suponem os, porque no lo dice
el docum ento de d o n d e tom am os estos detalles, que las p ro ­
cesion es serían tam bién muy lucidas.
P o r esta ép o ca se recibían ya valiosos regalos de los
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
87
m anchegos enriquecidos en A m érica, para la señ orial P atron a ; regalos de los cuales h ablarem os en capítulo ap arte, c i­
tando sólo en éste el ofrendado por Ju a n de V illa se ca , h i­
jo de Ciudad Reall y Secretario del V irrey de M éjico Don
Luis de V elasco , M arqués de Salinas. R esu ltab a que en la
Nuestra Virgen del Prado
(De un libro parroquial del siglo XVI)
n av e tan suntuosa de la Iglesia del P rad o desdecía el raquí­
tico retablo angular del (altar m ayor, que sólo cubría la m i­
tad' de la pared , y algún fam iliar debió decírselo, a V illa se ­
ca, p o r cuanto que este m anchego, devotísim o de la id o la­
trada Im agen, escrib ió : «la falta se subsanará y la V irgen
venerand a ten d rá el retab lo que m erece».
Y donó diez mil ducados con dicho fin «pero e s mi
voluntal — añadió— que el retablo se haga solo con los diez
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
88
mil ducados m íos, y que nadie ayude a la costa, porque no
se pueda decir en tiem po alguno qiíei se hizo co n d in ero mi
socorros de ;o'tras personas, ni que otro que yo puso en La, fá ­
brica de dicho re ta b lo cosa ninguna.»
D io p o d eres al abogad o y vecino de Ciudad R e a l A lo n ­
so de R o ja s de L eó n para que, en unión de los dos regidores
designados por el C o n cejo , form asen la Ju n ta que h ab ía de
llevar a cabo la realización del pensam iento de V illa se ca . L o s
regidores nom brad os por el C abildo m unicipal fueron C ristó­
b al B erm úd ez y A lonso de U reña y los tres reunidos co n c e r­
taron la obra, en escritura p ú blica, ante el notario Ju a n P é ­
rez de M eléndez, en 4 de enero de 1 6 12 , con G iraldo, de M er­
lo, escultor y su cuñado Ju an dle A stén, pintor, vecin o s de
T o le d o , con varias claúsulas y d iferen tes con d icion es. E sta s
fueron las siguientes:
«C ondiciones con que hacen el retab lo de N uestra S e ­
ñora del P rad o, que m andó hacer Ju a n de V illa se ca , G u a l­
do de M erlo y Ju a n A stén, escultor y pintor, ad em ás de Jas
insertas en reí pod er del dicho Ju an de V illa seca .
»1
Pr i mer ament e, que dicho retab lo se tien e de h a ­
cer por la traza que envió de indias firm adas p or A n d rés de la
C oncha, con las con d icion es que (en algunas de las co n d icio ­
n es de a b a jo se d eclaran y co n fo rm e a la dicha traza y su pitipien ha de ten er setenta pies de alto y cin cu en ta de ancho
y ocupar entieram ente los tres ochav os de la cap illa m ayor
de la nd ieha iglesia, llegando en su altura a la bóved a y todo
lo que m ás pudiere y de ancho a las p ilastras de afu era de
los dichos tres ochavos, distribuyendo todo ello co n fo rm e a
bu ena archititura y no ap artánd ose de la d icha traza, cosa
si solo en lo que fuere alterad o por estas co n d icio n es y si
conviniere no llegar con un pie p o co m ás o m enos a las di­
chas pilastras, no llegue.
»2.°
Q ue el dicho retab lo con form e a la dicha traza
ha de liemer cuatro cuerpos, el prim ero de orden dórica, el
segundo jó n ica, el tercero corintia y el cuarto, com p ósita, y
que en cad a uno de los tres cuerpos b a jo s ha de llevar ocho
colunas redond as y sus tres pilares con sus basas y so tab a-
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
89
sas y cap iteles y en los intercolunios cu atro figuras red o n ­
das en cad a cuerpo sobre sus repisas y tres tab leros p rin ci­
p ales y su co rn ijam ien to y frisos y arch itrav es convinientes á las dichas ordenes co m o en la dicha traza está puiesto, y en el cuarto cuerpo ha de haber cuatro colum nas con sus
santos redo n d o s y en m edio un tablero grande co n un Cristo
crucificado de bulto redondo com o en la dicha traza «e d e­
clara y está puesto.
3.° Q ue la dicha traz,a en el prim er cuerpo y o r­
den, se tiene añadir un banco resaltado co n fo rm e al c o r­
nisam iento y en él s<ei tienen de hacer seis historias de m e­
dio relieve co n mucho prim or, las que fueren señaladas por
los tres com isarios y se ha de adornar todo el dicho ban co
co n la® m olduras y figuras que hubiere m enester para que
esté en to d a p erfecció n y agrad able á la vista lo cual ha de
ser con ven iente á la dicha orden.
»4.°
Q ue tejn el friso de la dicha prim era orden d ó­
rica se quiten los triglifos y m eto p as que tiene la traza y
en su lugar se labre de talla á lo rom ano obra co rresp o n ­
d iente á la dicha orden y que sea curiosa y p arezca bien.
»5. °
Q ue la custodia que está en la traza no se ha de
hacer, sí, trazar otra m as levan tad a, que co n ten te á los di­
chos tres com isarios y sino se hiciere traza á su con ten to,
que ellos puedan buscar otra traza y se haya de hacer c o n ­
form e se la dieren y que la c a ja en que ha de estar el S a ­
grario £>ej tiene de lab rar y adornar muy curiosam ente co n ­
form e la traza del Sagrario lo pidiere.
» 6 .“ Q ue tod as las repisas y nichos de los ín tercolu ­
nios de todas las dichas ordenes se hayan de b a ja r y hacer
m as curiosos, y encim a hayan de llevar cad a uno su recu a­
dro con úna figura de mas de m edio relieve la que señalare.
»7.° Que tod as las colunas de la dicha traza, aun­
que en ella lesten revestidos los tercios b a jo s, no se revistan,
^ p o r ser obra que no se usa ya, y sean muy bien histriadas
de histrias derecha, excep to la s de la orden, com pósita que
se tieinen de hacer entorchadas.
» 8 .° Q ue la ca ja en que ha de estar Nuestra S e ñ o ­
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
90
r,a del P rad o, que tiene que ser en la sigunda orden, en la
ca lle de enm edio, se tiene de en riq u ecer y h acer con gran­
de ornato mas del que tiene la traza y un tron o muy rico
y que dé m u cho agrado á la vista, con ángeles de todo Re­
lieve y m uchos m as de los que m uestra la traza.
»9. °
Q ue la c a ja de enm edio de la tercera orden quie
es corintia, se haya de hacer de m as de m edio re liev e la
historia de la Transfiguración de Nuestro Señ or ó resurrecion lo que se señalare por dichos tres com isarios.
» 1 0.
Q ue en la cuarta orden que es com p ósita, la
traza que hace al frontispicio sea m ayor de lo que está y
esté en hiesta y no atravesada para quie dé mas lugar á la
figura de D ios padre que ha de estar en ella y encim a de
unas cartelas que ha de tener por adorno, en lo alto esté
la figura d e la C aridad y que á esta ta rja se le haga su p e ­
destal com o las de los lados y si fuere convenSente,) por
de;tras de la dicha figura de la Caridad se le ponga una pi­
rám ide u otro rem ate que suba m as hasta tocar en la b ó ­
veda de suerte que parezca bien y haga buena obra.
a I I . Q ue si los arcos de la cap illa m ayor no dieren
lugar á quie, se hagan las cuatro colunas com p ósitas y dos
nichos que están en la cu arta orden en la dicha traza, que
se quiten dos colunas de afuera y las dos figuras d e los nt
chos, que son San Ju an E vangelista y Nuestra Señ ora, se
m etan en la c a ja del Cristo á los lados de la cruz bien a c o ­
m odados en sus repisas y, arrim ados á las colun as que han
de quedar, se haga un ornato muy curioso acom od ad o de
sitio y que parezca bien y se p ongan dos figuras redondas
que correspondan á las que han de estar fuera..
» I 2.
Q ue los santos que han de estar en los n ich os
á los lados de la custodia en la prim era orden, han d e ser
San P ed ro y S.an P ab lo y los qu e han de. estar á los lad os
de la im agen de Nuestra Señora del P rad o, han de ser San
Jo sep h y San' Ju an B autista y los dem ás santos que faltan
para enchir los nichos, sean los apóstoles, ca d a uno en |el
lugar que se señalare por los dichos diputados, y lo s cuatro
san tos redondos que han de estar en lo alto fuera d e nichos,
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
91
serán de los m ism os apóstolejs y San B ern a b é que lo es del
Espíritu S an to , p ara que esten tod os los ap óstoles en este
retab lo y en lugar de dos figuras desnudas que están
en los frontisp icios de los lados, se Kan de poner dos figu­
ras redondas de ap ó sto les que correspond an á las que se ha
dicho> han de ir en la calle de enm edio.
N uestra Virgen del Prado
(De un lienzo del siglo XVII, propiedad del
autor de este libro)
» 13 .
Q ue las tarjas que están en las calles de los
lad os por rem ate, se alcen com o están en la traza y de bu e­
na escultura de relieve las V irtu d es qu e están so b re ellos
y lo m esm o las otras dos V irtudes que están sobre el fro n ­
tispicio de la calle de enm edio á los lad o s d e la Caridad
m as bajas.
«14.
Q ue por la p arte de afuera de los lados del di­
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
92
cho restablo en tod as cu atro ordenes, digo tres, se resalten
los trasp ilares hasta que ;arrim en a la pared con sus m oldu­
ras y basas com o estuvieren detras de las colunas.
» I 5,
Q ue las figuras redond as y colun as han de ser
guecas cada co sa en su m odo porqu e no hiendan, y á las
colu nas les ha de quedar el grueso n ecesario para la fo rta ­
leza que han m enester.
» 1 6 . Q u e la architictura de tod as las cu atro ord en es
asi en las co rn ijas com o en los frisos y arch itraves, b lan co s y
pedestales, basas y cap iteles y lo dem as, se haga co n toda
p erfecció n y con el ad orno y ornato co n v en ien te c o n fo r­
m e á buena arch itectura y á que la o b ra quede herm osa y
bien ad ornada y con m edidas, concurrien te to d o á ca d a o r­
den y com o se m uestra en la traza, excep to en lo que va
alterado por estas cond icion es.
»1 7.
lten que toda la dicha arch itectu ra ha de ser
élegid a y no ha de llevar cosa en todo él que sea ap lacad a
porque no es tan buena obra ni de ta n ta duración.
»18.
Iten que las historias de los ta b lero s p rin cip a­
les de las calles
d e los lad os y las del altar y las que están
encim a de ellos han
de ser de m as de m edio reliev o , que
se (entiende de dos tercio s de relievo, y que lo s b razo s y
otros m iem bros que convinieren ir volad os parja la
ción de las figuras lo vayan y estas historias sean deseñalen los dichos diputados y han de ir con tod a
ción y sus guarnido líes p o r de fuera que ad orn en
p e rfe c­
las que
p e rfe c­
y en ri­
quezcan la obra.
» I 9.
Q ue todo .el dicho retablo se ha de ir reparando
y enlazar y p lastecer y p o n er bisagras en tod as las partes
que tuviere necesidad de ello com o enju tas y hendeduras
y otras p artes que se tem a que p o d rá saltar, co m o son nu­
dos y teas, que todo ello se tien e de reparar y fortificar de
suerííq que en ningún tiem po puedan ab rir las ju n tas ni h en ­
deduras ni saltar nudos, ni el oro y co lo re s que so b re ello
se pusiere y que si dentro de diez años de com o se acen tarlq abriese alguna junta ú hendedura ó saltare algún oro,
la obra que causare fealdad, han de ser o b ligad o s á su eos-
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
93
t» á lo ad erezar y reparar d e suerte que no se pueda ver e l
d icho vicio y ce sa ad elante.
»20.
Q u e todo e l oro que ae gastare en el dicho re ta ­
b lo tien e que ser oro fino de m artillo sin que ninguna p ar­
te del, aunque sea d eb a jo de lo estufado, se pu ed a ech ar
oro partid o n i p la ta , sino oro fino, y que ansí m ism o las c o ­
lo res q u e se gastare sean finas y de las m ejo res que se pu­
dieren ech ar y bien m ezclad as y preparadas de suerte que
no puedan e n ningún tiem p o saltar ni perder el color ni p e r­
der/el punto en que quedaren cuando ste ponga el retab lo .
)) 2 1.
Q ue se ha de dorar de oro fino com o va dicho todo
el dicho re ta b lo asi la architectu ra y en sam b laje co m o la
talla historial sin que de partfe del que se descubra ni p u e­
da descubrir por cualquier parte que no esté dorado y lo
m ism o las ca ja s del Sagrario y Ntra. Sra. y de las dem as
historias.
»22.
Q u e las co rn ijas y alquitraves y colunas y otras
m olduras han de ir doradas todas y bruñidas -muy bien sin
llevar co lo res, ex cep to en la escultura de los frisos que han
de ir co lo rid o s en las partes que para herm osura y ornato
y p ro p ied ad de la obra lo hubieren m enester y que las fi­
guras redond as y 'las de relievo y las historias y respaldos
y dem as partes deste retablo que para su perfecció n y or­
n ato y herm osura ha de ir de buena obra lo requisiere, ha
y an de ir sobnej el oro estofad os y bro cad o s y telas, follages
y g rabad os que convengan á punta de pincel y con toda p er­
fecció n y propiedad, teniendo atención á que lo estofad o
del b an co y prim era orden sean lab ores m as m enudas y
m ientras m as en alto estuvieren sean m ayores para que se
vean y descubran y sean con la propiedad quie cad a figura
ú historia ú p arte requiere.
»23.
Q ue ipara m eter el oro se tienen de h acer to ­
dos los pueparam entos que convenga y sean n ecesario s así
de co las co m o de y eso s y de b o l y de las dem as cosas que
hiubiere m enester p ara su perpetuidad y que no salte otro
dia y lim piarse muy biten co rn ijas y otros instrum entos Jas
p artes que convengan y lo tengan necesidad antes que se
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
94
asien te el oro, porqu e después se silente bien no se rom pa
y se b ru ñ a ' bien que qu ed e co n m ucho lustre y resplandor
y con toda p erfecció n y no se d escubra el bol ni lo que es­
tuviere d eb a jo del oro.
»24 .
Q ue los rostros y partes desnudas se tienen de
encarnar á pulim ento y con m ucha p erfecció n y a rte ,de
suerte qd s á cada figura se le dé el punto que requiere para
que quede con m ucha propiedad con form e á lo que re p re­
sentare.
«25 .
Q ue el dicho retablo le tienen d e dar acab ad o
en toda p erfecció n all i, de buena obra, ansi en la a rch itectura y ensambl aj e y talla com o en el dorado y estufado, y
asentado en la iglesia, en su lugar y á nivel y bien fortifi­
cado y trabado por detras con las trab azon es y m ech in ales
que hubiere m enester, dentro de cuatro años que co rre del
dia que se ficjere la escritura, y á vista de ved ores que c a ­
da parte nom bre el suyo, los cuales, antes de asen tarse el
retablo, le vean pieza por pieza y con ju ram en to declamen
si está bien hecha: y dorada y con la perfecció n que d ebe te ­
ner á la buena obra, asi para su duración com o para su hfermosura y propiedad y si está el retab lo co n fo rm e á la tra ­
za y de estas cond iciones y si d eclararen no ser tal, la tienen
de enm endar y hact?r de nuevo, hasta que sea cual d ebe y
que si después de sentado el retab lo p areciere ten er algún
d efecto de esta r to rcid a alguna pieza ó figura ú m al en ca­
ja d a ú hendida ú qu ebrad a ó con otro d efecto , sean o b li­
gados á lo quitar y ad erezar y h acer de nuevo si fuere n e­
cesario la tal pieza ó piezas.
»26 .
Q ue para asentar el retab lo susodicho han de
hacer los m aestros á su co sta la b asa y asiento' ó b a n co b a ­
jo , sobre que ha de asentar, sacánd ole desde lo firm e dte la
tierra de cal y canto ó con tres arcos fuertes que esten d eb a ­
jo de la m esa de las gradas y que dende ellos suba lo que
se descubriere sobre la dicha m esa de piedra, alzad a con
sus resaltos, com o la obra del retab lo requiere y para, ello
tiene die desbaratar las gradas y m esa y altar y v olv ello á
hacer de nuevo, porque com o hoy están no puede pon erse
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
95
el retablo y les tiene de dar el altura y ancho, y gradas qiie
fuere necesarias y las gradas han de ser d'e p ied ra lab rad a
E l retablo del altar mayor de la Iglesia de Sta. María del
Prado, tal y como lo hicieron Giralda de Merlo y Ju a n Asteu
del V iso que reciba pulimiento y la m esa se tiene de en la­
drillar de los azu lejos que hoy están en las gradas, y á los la ­
dos de las gradas se tienen de poner sus pasam anos y v er­
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
96
ja s de m ad era y p ilastras con sus tern os y pirámickes y dende las dichas gradas co rrer dos an tep ech os co n sus v erja s
y p ilastras hasta las p ilastras del muro de la iglesia y
han de quedar d eb a jo tres bóved as, dos p ara en tierro s á
los lados y una cap illa enm edio co n d o s p u ertas á los la ­
dos y d eb ajo de las gradas han de quedar otros dos hue­
co s del tam año que están los que hoy hay d eb a jo d e las
gradas que son entierros, para que le quede á sus dueños
y todo estOi ha de ir co n fo rm e está d ib u jad o en una p lan ta
que hay de por si.
» 2 7.
Q ue detras del retablo dlende la ca p illa que ha
de quedar d eb a jo de la m esa del altar y gradas ha de subir
una escalera de yeso hasta la c a ja de N tra. Sra. del P rad o
para poder subir a v.estilla y desnudalla y la dicha c a ja ha
de ten er puertas que se puedan abrir p o r d etras y e l tro ­
no en que estuviere la im agen ha de p o d er dar vufelta en
redondo co m o torno para que se p u ed a vestir sin en trar en
la c a ja .
»28 .
Q ue por la h echura del dicho retab lo b a n co
de piedad y gradas lo> dem as d eclarad o en estas co n d icio ­
nes se le tiene de dar diez mil y qu inientos d ucados p ag a­
dos en lesta form a, en viente y tres m il rs. -que tien e de co s­
ta la m ad era que trujo para este retablo' qu e se le ha e n ­
tregado y la piedra de ja sp e y pilastras y v erja s que está la­
brado para la dicha obra y sobre esto se: le tien e de dar,
luego que se traiga de Sivilla el dinero que está p ara esta o b ra
en la casa de co n tratació n , cum plim iento á tres mil y tres­
cien to s ducados y d entro de un año' otros m il ducados y
ralla que se entienda que e stá a cab ad a de lab rar la m ad era u
dentro de otro otros m il ducado y en estando la obra p ara doque falte p o ca y que esté b ien seca y en ju ta p a ra que no haga
vicio, se lie tienen de dar para oro- otros m il d ucados y o tro s
mil ducados com o se valla dorando y p a ra asen ta llo y la
resta que son tres mil ducados se le tien e n de pagar en seis
añ o s á quinientos ducados cad a año.
«29 .
Q ue si por no h acerse á lo s plazos que va dicho
las pagas no pudieren cum plir los dichos m aestros, qu e por el
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
97
tiem po que cesaren
cuatro años.
las pagas ño co rra el térm ino de los
»30.
Q ue los dichos G irald os de M erlo y Ju a n de
de A stén no tienen de traspasar la dicha o b ra á otros m aes­
tros antes la tienen de hacer por sus personas y de sus o fi­
ciales asistiendo siem pre con ellos por sus m anos el dicho
N uestra Virgen del Prado
(De una estam pa del siglo XVIII)
G irald o de M erlo la escultura, y figuras redond as y de relievo y historias sin lo pod er dom eter á otro y han de asistir
en esta ciudad y h acer el dicho retablo' sin p o d erlo s sacar
fuera á hacer.
)>3 I.. Q u e al tiem po que los ved ores que las partes
han dle nom brar com o se co n tien e en la co n d ició n 2 5 va­
yan viendo las figuras y piezas deste retab lo, las vayan ta7
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
98
eando d eb ajo de ju ram en to en su justo valor, y si la tasación
que ansi ficieren del retab lo no llegare a d o ce m il d uca­
dos, que todo lo q u e fa lta re se le quite otro tan to a l dicho
G irald o de M erlo de los diez m il y qu inientos d ucados en
que está co n certad o y de tod o lo que se tasare m as de los
dichos diez m il o de lo s d o ce mil ducados, h a ce g racia a la
iglesia porqu e so lam en te h a de llevar el dicho p recio en
que está co n certad o aunque se tase en m ucho m as.
«32
Q ue si, lo que D ios no p erm ita, faltaren an tes de
a cab arse la dicha obra el dicho G irald o de Merlo, y Ju a n de
A stén por m uerte ú otro caso co n tin g en te que no, la pu­
diese aca b a r el que de ellos q u ed ab a y sus h ered eros y fia­
dores d esta o bra, han de ser obligados a b u scar o ficia les ¡a
co n ten to de los dichos tres diputados y de cu alquiera dellos
qu e sean vivos y sino del m ayordom o y cura que fueren de
la dicha iglesia, que acab en la dicha obra, co n fo rm e a la
traza y con d icion es, y por el mism o p recio, y que si no lo
h icieren, pd a puedan eje cu ta llo s por lo que tuvieren re cib i­
do y bu scar o ficiales a su co n ten to que a cab en y hagan Ja
dicha obra y p o r lo, que m as co stare los puedan tam bién
ejecu tar con solo su ju ram en to en que desde luego sin o tra
citació n qu ed a d iferid o .— D on C ristób al B erm ú d ez.— A lo n ­
so de U reña C arrillo .— E l L icen cia d o R o ja s de L e ó n .— G i­
raldo de M e rlo .— Ju a n de A stén.
«Siguen las cond iciones gen erales de tod a esta cla se de
co n trato s.— Testigo®, Dr. Ju an F ern án d ez D elg ad o .— A n to ­
nio de F o n seca, clérigo presbítero, y A nd rés G óm ez, vecino
d e Ciudad R e a l.—-Siguen las firm as.— E l E scrib a n o , Ju a n P é ­
rez IM eléndez».
L a s m ad eras para el retab lo se tra je ro n d e la siferra de
R eillo (C u en ca) p o r el carpintero Ju a n G a rcía R o m e ro . D e
la obra de los m árm oles se encargó F ran cisco P érez, can tero
d el V iso . E l asien to de las gradas y p ed estal, así com o el la ­
brad o de la s bó v ed as d eb ajo del p resbisterio, corrió a cargo
del alb añil de Ciudad R e a l Ju an D íaz. L a pintura y d eco ra ­
do lo ejecu tó el propio Ju an A stén , ayud ánd ole, al fin al de
la o bra, C ristóbal y Pedro, R uiz D elv ira, h erm anos pintorfes
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
99
que residían en D aim iel. E l 15 de julio de 1 6 1 6 #e term inó
el retab lo y com enzó su asentam iento'.
V illa se ca murió antes dle ver realizado su prop ósito,
N uestra Virgen del Prado
(De una foto del siglo X IX .)
pero la obra, con ciertas o b jecio n es, fué pagada por sus h e­
rederos, dándose la últim a-cantidad ;el 2 0 de m arzo de 161 7.
S atisfech o debió quedar M erlo de su obra, quie es de
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
100
una gran m agn ificencia. F o rm án la un b an co e n que, en seis
b a jo s relieves, se rep resentan escfenas de la pasión de Je su ­
cristo. S o b re el ban co se .alza el p rim er cu erpo, d órico, con
dos grandes recu adros representan d o la A n u n ciación , ob ra
in com p arable, la m ejo r del retab lo , y la visita de la V irg en a
S a n ta Isabel, y entre las colum nas cuatro estátuas de ap ós­
toles. E n , e l centro (el tabern ácu lo , de una sencillez en ca n ta ­
dora. E l segundo cuerpo es jó n ico y ostenta otras cu atro e s­
tátuas, el cam arín con la V irg en del P rad o y las a d o ra cio n es
de p a sto res y reyes, y el terdero es corintio, y a d em á s de
otras cuatro estátuas tiene en el cen tro la co ro n ació n de la
V irgen, cuya com p osición es igual a la pin tad a por V elá z quez, y la circuncisición y la im posición de la casulla a S . Il­
defonso, asunto que no se puso allí por ser Alonso' de R o ­
ja s el ejecu to r de la voluntad del donante y querer qu e su
santo figurase en t,al obra, com o dioe uno de lo s h isto riad o ­
res, si no por ser la prop ia V irg en la que im puso la casulla,
según la trad ición. R em a ta el retab lo con un Crucifijo., a d ­
m irable escultura de so b eran a inspiración, con la V irg en y
San Ju an a los lados y las estátuas de los \evangelistas, a d e ­
m ás de dos cartelo n es con arcán geles. E n cim a de todo está
el P ad re E te rn o , y las virtudes teo lo g ales. E n cad a cuerpo
figuran tam bién cuatro recu adros pequeños con m edias fi­
guras de relieve de santos fund ad ores y sibilas y otras m u­
ch as p ro lijas lab ores de d ecoración .
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
IX
En tiempos de Felipe IV.
— Las «id eicas» del Con­
de-Duque de 01i»ares.—
Obras en la iglesia de
Santa M aria. — Sucesos
curiosos que se relatan
en el libro «Los esclauos
de la M adre de Dios del
Prado de Ciudad Real».
— Como se instituyó la
5alue de los 5ábados.—
Hecho m ilagroso al co­
menzar las obras del eam arfn.— Ingreso de Car­
los II en la Cofradía de
la Virgen del Prado.
D iez y seis años ten ía F elip e
IV cuando entró a rieinar, y
com o era un niño, se adueñó
de su voluntad el prim er m i­
nistro C onde-D uque de O liv a ­
res, m ás presuntuoso- que ra ­
zon able. Uno de los co n sejo s
que le dió fué que com o una
recom pensa a ciertas lealtad es
donara Ciudad R ea l al perso­
n a je portugués Sr. D uque de
A veiro, pero a n te la indigna­
ción de este v ecind ario una
com isión de n obles m anchegos, form ada por D on Ju a n
Velard-e T rev iñ o, D on Ju a n de
A guilera L ad rón de G uevara,
D O’ n M artín Berm úd ez de
M artiváñez, D on A lvaro M uñoz de L o aisa y D on F ra n cis­
co Rerm údez de A vila, lograron que les recib iera el M o n ar­
ca, al que conven cieron de la sin razón de tal propósito.' E s
más, el R ey estuvo sum am ente afectuoso con los co m isio n a­
dos, dánd oles a entender que no h abía sido suya la in iciati­
va. L o s ma-nchegos regresaron entusiasm ados de la bondad
del M o n arca. E n cambio-, el C onde-D uque n o los recibió. Y
es que este agrio ministro- era así, dígalo si n o la persecución
de que hizo o b je to al gran escritor D on F ran cisco de Q ue-
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
102
vedo, a quien tuvo preso durante cuatro años en el C on v en ­
to de S a n M arco s de L eón, en un piso b a jo , tan lleno de
hum edad, que <al salir .a la calle, ya libre, el autor de « L o s
Sueños» apenas tuvo alientos p ara llegar a su Señ orío de la
T o rre de Ju a n A b ad , m uriendo en In fan tes a lo® dos años,
el 8 de sep tiem bre de 1 6 45 , y no 1 6 5 4 com o se d ice en su
lo sa sepulcral.
D esd e principios del siglo X V II se invirtieron grandes
sum as en el tem plo p arroquial de S a n ta M aría del P rad o,
construyéndose el C am arín de la V irg en (1 ) a exp en sas de
D on F elip e M uñiz, C ontad or de la H acien d a R e a l; se le­
vantan poten tes co n trafu ertes para dar seguridades a los
alto s m uros; y se term ina una espaciosa sacristía ( 1 6 4 3 ) ,
convertid a en los tiem p os m odernos en capilla' del Shgrado
C orazón de Jesú s.
E n 1 6 5 8 se hizo tel retab lo del S a n to C risto de la P ie ­
dad,
con
los
mil
quinientos reales
que
d ejó
en
su testam ento, con dicho fin, el cord on ero de C iudad R ea l
B arto lo m é de M oro, quien tam bién d ejó dinero p a ra adqui­
rir la lám para de p lata que había de ard er perpétuam en te
an te dicha im agen.
A n tes de esto, en 1 6 1 9 , se hab ía dado rem ate al conv/ento de religiosas carm elitas y a l de frailes m erced arios
d escalzos ( 2 ) (en lo que hoy es In stitu to ). E sta últim a fun­
dación se debe al m anchego D on A ndrés L o zan o, cap itán
en las colonias de A m é rica ; y en 1 6 4 0 , dos altos fu n cion a­
rios del San to O ficio en la villa im perial del P o to s í en el
(1) En el libro de actas de la cofradía se da cuenta del siguiente m ilagro:
«E n 5 de Julio de 1698 años se trujo al cim en terio desta Iglesia la prim era g a le ­
rada de piedra para hacer la escalera del camarín de Ntra. Sra. del Prado. A las cua­
tro de la tarde se levan tó una tem pestad de truenos y aire y cayó una centella que
dio en el abuja del chapitel de la torre de N uestra Señora y no hizo m ás daño que
derribar la pizarra y entró en la ig les ia , que estaba con mucha gen te, y sin hacer
a gravio fe n ec ió en la entrada de la torre. Fué tan grande el trueno que tem bló todo
el tem plo, cayendo a un tiem po muchos pedazos de hieso del enlucido de la iglesia.
D iose á Dios las gracias y á su Santísima M adre .»
(F olio 47 vu elto) del libro «Los escla vos de ,1a M adre de D ios del Prado de C iu ­
dad R eal.»
(2) En 1680 se levan tó la iglesia de la M erced , a expensas de D. A lv a ro M u ñoz
de F igueroa, C aballero de la O rden de Santiago, y de su m ujer D.a M aría da T o rre s .
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
103
P erú, tam bién nacid os en Ciudad R ea l, D on D iego L óp ez
T u fiñ o y D on A ntonio de T o rre s T rev iñ o , crearon aquí el
conven to de religiosos H ospitalarios, y unida a esta fund a­
ción un gran centro de cultura con clases de divulgación
cien tífica y b ecas para estudiantes pobres, destinando a e s ­
tos fines 2 7 .8 0 0 ducados anuales. E m peño n o b le de estos
ciud arealengos que trop ezand o al principio con serios in ­
co n v en ientes no desistieron de su idea hasta que, por fin, F e ­
lipe IV después de oir a. su C onsejo en p le n o y en vista del
in form e del C orregidor de Ciudad R ea l D on G ab riel de G a lle ­
gos acaedió a lo solicitad o y co nced ió (el perm iso por C édu­
la R ea l, dada en Z arago za a 18 de no v iem b re de 164 3.
E s ¡por dem ás curioso e interesan te el libro m anuscrito
L os esclavos de la M adre de Dios del P rad o de Ciudad R eal,
que se con serva en el archivo de la M erced, libro de actas
de dicha co frad ía desde su prim era reunión en 1 3 de m arzo
de 1 6 3 3 hasta el 2 de julio de 1 7 28 . D e pasada hem os ya
citado este libro al hablar del quinto cen ten ario de la fun­
dación del C on ven to d e R elig io sas D om inicas. C úm plenos
hoy h acer un exam en m ás detenido de cuanto en él se c o n ­
tiene. E n la prim er acta se d ice:
«El día I 3 de m arzo de 1 6 3 3 se juntan en el C oro de la
Iglesia de San ta M aría del P rad o, de Ciudad R ea l la® siguien­
tes personáis, que d ijeron ser co fad res y co fad ría de Nuestra
Señ o ra de la P ed rera que se ce le b ra b a el día de la A su n ­
ción en la P arroqu ia de S a n ta M aría del P r a d o :
«M arco A ntonio de A rév alo , en nom bre de D on Ju an
F ern ánd ez T reviñ o V elard e.
A lonso de E sco b a r N aranjo, presbítero.
P ed ro M artínez B erm ejo .
E ste b an G arcía d e P o b lete.
Ju a n E steb an .
A ntonio F ern án d ez de U reña.
A lonso de R o ja s R om ero .
Ju an de O rantes.
A lonso M ejía.
Miguel de A rribas.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
104
Ju an D íaz de C orcha, con C ristób al de L eó n . Y tom an
el siguente a c u e rd o :
«Q ue puesto que la iglesia del H ospital y H o sp itali­
dad de Nuestra Señ ora de la P ed re ra es muy antigua y v ie­
ja y está p arte de ella arruinada y fuera del co m ercio de es­
ta ciudad y entre huertos, eriales y casas caíd as e in h a b ita ­
b les donde de ordinario se aco g e gente facinerosa, y d esho­
nesta, acord aron d esam p ararla y vend erla, si hubiese quién
la co m p rara, y si n o el d esp ojo del edificio solar, y con lo
que ren tase y con lo dem ás que tenía la dicha co fa d ría , que
sería hasta 3 0 ducados p ara cum plir sus m em orias antiguas
y otras que de nuevo añ ad ían en la Iglesia P arro q u ial de
N uestra Señ ora San ta M aría del Pr.ado de dicha ciudad, en
cuyo distrito estaba el dicho H osp ital y donde se h abían
cum plido las dichas m em orias y traslad ar la co fad ría a dicha
Iglesia de dicha P arro qu ia, con cargo da que en la dicha
Iglesia d e Nuestra Señora del P rad o se can te perpetuam en­
te una Salve y letanía de Nuestra S e ñ o ra ;co n solem nidad
y devoción, tod os los sábados del año por lá, ta rd e, dos h o ­
ras antes de la oración, tañendo la can jp añ a para que se
ju n ten y lleguen los fieles cristianos y co fad res d e la dicha
co fad ría, que se han de nom brar E sclav o s de la M adre de
D ios, que en esa Salv e han de aco m p añ ar los co fa d res con
12 h achas de cera al P re ste desde la sacristía al altar m ayor,
para cuy¡o o b jeto cada un0 de los cofad res ha de dar en
tributo dos m aravedís de lim osna en cada sábado » .
Y .para que dicha letan ía y S a lv e y asisten cia del cura
y ben eficiad o s, cap ellan es y m úsicos de la dicha iglesia con
el pertiguero se haga con puntualidad, «ord en aron y d ecreta ­
ron que Id que sobrare de la renta que tien e la dicha co fadría después de cum plir las cargas de reparto, en p artes igua­
les, los que asistieren con sobrep ellices, co n obligación , tam ­
bién, de asistir a la misa, principal prioral de la fiesta de dicha
co fad ría ( i 5 ag osto ) y al que faltare se le m ulte en un real».
No era mucho..
E l alm a de esta cofrad ría (co fad ría dicen elfos) aunque
tod avía no ha sido nom brad o era D on A n ton io Sarm ien to,
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
105
ben eficiad o de dicha iglesia parroquial. P a ra darle gran im ­
pulso a esta piadosa organización hizo un v iaje a R om a y
otro a T o led o . Y de sus afortu nad as gestiones baste decir
que en 10 de junio de 1633 el P apa U rbano V III con ced e
a la C ofradía de los E sclav o s de Nuestra Señ ora del Prado
varias indulgencias y ju b ileo s; y el 26 de agosto del mismo
año el C ardenal Infante, A rzobispo de T o led o , autoriza la
venta solicitada. L o que qu edaba del antiguo- hospital de la
P ed re ra valía solo unos cien ducados.
E n el cabild o que celebró la cofrad ía en 2 1 de sep tiem ­
b re de 1 6 33 , festividad de San M ateo, se acuerdhi «que .el
sábad o 8 de octubre próxim o sea cantad a lía prim era Salve»
y que los encargados de llevar las doce hachas de cera sean
elegidos entre los asistentes por los dos diputados de la cofadría (uno sacerd ote y otro segl ar), y que los designados tie ­
nen la obligación de llevarlas sin poner excusa y sin que haya
discordia ninguna. E n ese mismo cabild o se nom bran los
dos diputados para dicho año, cargos que recaen en D on A n ­
tonio Sarm ien to , com o sacerd ote y D on A n ton io Serrb.no,
co m o seglar. A m bos están presentes y aceptan,
Y la co frad ía que em pezó con veinte cofrad es an ti­
guos de Nuestra Señora de la P ed reto se aum enta ensegui­
da con una larga serie de sacerd otes y religiosos y luegto
con cen ten ares de cab allero s y personas particulares.
H ay esclavos de Ciudad R eal y de España: entera, hasta de
las Indias, lo cual dem uestra el fervor religioso que inspira­
ba a to d a la cristiandad Nuestra celestial Señ ora la V irgen
d el P rad o.
U no de los co frad es era el C apitán A lonso de Pad illa
y A rcin ieg a, alguacil m ayor de iP: Curia de M ariquita del
nuevo reino de G ranad a de las Indias (F o lio 2 8 , vuelto) .
C ofrad es .eran tam bién la Condesa de P into y el C onde
de A ren ales, co.n sus respectivas fam ilias.
Y viene después un hecho, revelador de la gran d e v o ­
ción que nuestra am antísim a Patrona seguía teniendo en el
P alacio de los R ey es. Carlos II, que varia.s v eces hizo osten ­
sible esa devoción, encontrándose ya muy grave, en los úl-
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
106
tornos días dé su vida, «quiso m orir en el seno de la co fra d ía
de la V irgen del P rad o de Ciudad R e a l» y miando un em isa ­
rio para que se le hiciera la inscripción corresp on d ien te. H e
aquí com o se da cu enta en el libro de dicho real d ese o : «El
R ey Nuestro Señor C arlos II (q. D . g .) se recib ió por h er­
m ano d e la C ofrad ía de N uestra Se ñ o ra d el Prado' de esta
ciudad R e a l en vein te y ocho de octu bre de este año del mili
e setecien to s, a las och o y m edia de la m añ an a, siendo Cam arinero de dicha S a n ta Im agen L icen cia d o M anuel M uñoz
D oria» (F o lio 6 4 ) .
A los cuatro días entregó su alm a a D ios el in fortu n a­
do M onarca term inando con él la dinastía de la C asa de
A ustria y ¿el siiglo X V II .
E n la iglesia p arro q u ial de S a n ta M aría del Pilado se
celeb raro n honras fú nebres p o r su alm a y una solem ne m i­
sa de difuntos/organizada por la C o frad ía «a la qu e asistie­
ron tod os los co fad res que había en C iudad R e a l, vistiendo
de luto y con la tristeza qu e les em b arg ab a en el sem blan te.»
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
X
Felipe^V.— Guerra de su­
cesión.— N o b les’ de Ciu­
dad Real que cambian de
residencia.— La Princesa
de eersines cofrade ? Ca­
m arera m ayor de ia Vir­
gen. — Rogativas. — La
procesión del C orpus.—
lYIanchegos ilustres hoy
desconocidos .— Fernan­
do VI.— Alm agro, capital
de la provincia.— Carlos
III.— Traslado provisio­
nal de Nuestra 5enora
del Prado a otras igle­
s ia s — Real Gasa de Ca­
ridad.
En los últim os tiem pos de C ar­
los 11 se suscitó en P a la cio una
lucha intestina con la form a­
ción de dos bandos cada
uno con su cand id ato para
la sucesión en el trono, y
triunfó el que p atro cin ab a a
F elip e de A n jóu, nieto de Luis
X I V , al que d ejó por h ered e­
ro
C arlos
II,
en
testam ento
otorgado ocho días antes de
su m uerte. Y com o los p a rti­
darios del A rchiduque C arlos
no se con form aron, vino la
llam ada guerra de sucesión,
en la, que quedó al fin v icto ­
rioso el fran cés que ciñó la
corona de E sp añ a con el nom ­
bre de F elip e V .
Y com o algunos nobles de Ciudad R ea l se habían d e­
clarad o en fav o r del A rchidúque, al que m andaron h o m ­
bres y dinero, no quisieron soportar la d errota y se produjo
una nueva desband ad a en este vecindario y aquellos nobles,
so b re todo-, cam biaro n de residencia. U no de ellos, G óm ez
T e llo , tem iendo u na co n fiscació n de bien es, m al vendió las
valiosas fin cas que p o seía en el valle de oro (V a ld o r o ), y
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
108
unos años m ás tard e, cuando vió que eran infundados sus te ­
m ores, estableció una im portante colonia agrícola en la p ro ­
vincia de Salam anca, no lejos de la capital, que hoy es una ri­
ca población con estación férrea y se llam a G om ecello.
El panoram a que entonces presentaba Ciudad R e a l era
realm ente desconsolador. Casas medio hundidas y ab an d o ­
nadas en m uchas calles, pertinaz sequía y plagas en ell ca m ­
po, epidemias en la población, pobreza en las arcas muni­
cipales y urbanización negativa. E l siglo X V III entraba con
tintes muy sombríos. L a decadencia nacional se agudizaba.
Y aunque Felipe V intentó desde' los prim eros m om entos
congraciarse con los españoles y creó la A cad em ia de la len­
gua. y la de la Historia y la Biblioteca N acional y era' p ia­
doso y se interesaba por la reedificación de tem plos y por el
respeto a la tradición del culto1, no olvidó nunca en otros
muchos actos de su largo reinado su origen francés, su afi­
ción a los jardines versallescos, el uso de la casaCai y de la
peluca, y ciertas influencias del neoclasicismto m ientras su­
primía los autos sacram entales, de tan ta enjundia española.
A todo esto Ciudad Real hizo' la p roclam ación de F e ­
lipe V con más solemnidad que otras veces sin duda p ara
desvanecer la actitud de los nobles que se fueron, y por su
p arte el M onarca envió p ara tal fiesta un pendón re a l «co s­
teado de su propio peculio», y más tarde, en 1 7 0 7 , autorizó,
con su regía esposa, que la Princesa de Cersinos se inscri­
biera com o co frad e-en la herm andad de la V irgen del P r a ­
do y aceptaría' el cargo de C am arera m ayor de e6tia m ila­
grosa Imagen.
E sta inscripción se relata ¡en el libro de la C ofradía de
laVirgen del P rad o del siguiente m od o:
«Los Señores R eyes de España, el R e y Nuestro' Señor y
la R eina N uestra Señora; y al m argen, 7 de septiem bre de
1707.
«En dicho' día se sentó por herm ana de dicha herm an­
dad N uestra Señora la Princesa de Cersinos, C am arera M a­
yor» (Folio 6 4 ) .
P or estei época se hicieron frecuentes rogativas a núes-
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
109
tra venerada P atron a, y se la sacó en procesión, pidiéndola
que cesasen las epidemias de la ciudad y las plagas del ca m ­
po, y com o siempre, ]¡a, celestial Señora fué bálsamo de espe­
ranza y consuelo p ara todos.
Una mal disimulada envidia, de un párroco de San
P ed ro determ inó que el mismo día en que la iglesia de San­
ia M aría del Prad o hacía su procesión, del Corpus, saliera
otra de su tem plo, con gran escándalo dé la grey católica
que veía en todo esto, no un legítimo deseo de rendir fer­
voroso hom enaje al Divino, R edentor, sino una com petencia
de poderes. Ni consejos, ni am onestaciones sirvieron para
nada, hasta que el 2 0 de ma,yo de 1 7 3 8 Don Bernardo Froilán de Saaved ra, Arzobispo de Uarista informó al cardenal
Guadagui de lo que pasaba y se acordó prohibir la de San
P ed ro con penas y censuras para su párroco,. Y ya en 1 73 9
salió solo la que organizaba la iglesia de Santa M aría del
P rad o, y años más tarde, se dispuso, también que en la pro­
cesión del Corpus no fuera ninguna otra imagen.
E l docum ento 63 I del archivo de la M erced nos da a
co n o cer que en 1 7 1 9 la calle de la Azucena, de esta capital,
se llam aba de Alonso de Céspedes, bravísimo Capitán que
nació en la casa, que había en el' sitio que hoy ocupa la que
tiene el número 14 de dicha calle. ¡Sencillo suceso, y que, sin
em bargo, tiene carácter providencial, tod'a, vez que al ocu­
rrir se da, el hecho coincidente de que en las dos casas fron­
teras al templo de la Virgen del Prado nacieran dos p recla­
ros m anchegos de igual clase y co n d ició n : Hernán Pérez del
Pullgar y Alonso de Céspedes, fervorosos devotos de la V ir­
gen e insignes guerreros que llevaron a cabo proezas de he­
roísmo singular!
Asi mismo se sabe que en la parroquia de Santa María,
(en to n ces al barrio se llam aba parroquia o colación ) nació
otro capitán también muy fam oso: R odrigo de M artiváñez
Villaquirán.
Y esto explica que Don Martín Angulo y Pulgar al
hacer en 1 6 4 9 la biografía de H ernán Pérez del Pulgar dije­
r a « ...A q u í, pues, nació nuestro H éroe cerca de la puerta
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
110
y en la P arroq uia de Santa M aría, donde (más que en las
otras de la ciudad) es fama ha producido hijos de raro Valor
y singular fortaleza».
D e Alonso de Céspedes se sabe que murió a principios
del siglo X V II en la guerra co n tra los m oriscos, donde hizo
verd aderas proezas, y que el final de su vida fué una gran p á ­
gina de gloria: ipeleando él solo co n tra diez, logró dar m uer­
te a nueve y, aunque cubierto de heridas, intentó h acer )o
mismo con el décim o, el tropiezo con una piedra O1 la debi­
lidad d e su cuerpo sangrante le hizo caer al suelo y enton ces
se le abalanzó su enemigo y acab ó con él. ■
Y consigno estos hechos porque el capitán Alonso de
C éspedes es otro de los hijos ilustres de Ciudad R eal, total­
m ente desconocido para la. m ay oría de las gentes y olvida­
do, por com pleto, de los que alguna vez hayan leído su n om ­
bre en los libros de la historia. Com o lo está tam bién su h o­
mónimo y familiar, otro Alonso de C éspedes, nacido en
H o rcajo de los M ontes, verdadero sabio y, por tanto, escla­
recido hijo de la provincia, que llegó a ser R e cto r de la Uni­
versidad de A lcalá, cuando la Universidad com plutense es­
taba en to d o su apogeo.
T oda la fam ilia del capitán Don A lon so de Céspedes tu ­
vo siem pre especial devoción p or nuestra idolatrada P atron a.
Sus hijos Alonso y F ern and o, R egidor perpetuo de esta ciu­
dad y Caballero del H ábito de Santiago, respectivam ente,
en cuanto se creó la C ofradía de la Virgen del P rad o , en
1 6 33 , ingresaron en ella y lo mismo hicieron la, esposa del
prim ero D oña C atalina de G uevara, y el hijo del segundo
llam ado, también, A lonso, dando p or persona «arrob a de
cera y fanega de trigo».
M uere Felipe V en I 7 4 6 y le sucede su hijo Fern and o
V I, que aunque lo alaba la historia con nosotros se portó
b astante mal, p or consentir que su ministro Señor C onde de
Valparaíso,, quitara a Ciudad R eal la capitalidad para, lle­
varla a A lm agro, donde estuvo1 desde I 7 5 0 h asta que murió
el M onarca.
Sucede a Fernando VI su herm ano C arlos III, quien
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
111
inaugura su reinado otorgando m uchas m ercedes y com p ran ­
do grandes cantidades de granos que rep arte en las Castillas,
A ndalucía y M urcia, afligidas p or sequías y escaseces, y al
mismo tiempo condona a los pueblos las sumas que ad eu d a­
ban al T esoro'pub lico. Ciudad R eal fué uno de los partícipes
de estos beneficios y com o ¡algunos los reciben desde los pri­
m eros m om entos an tes de regresar a E sp añ a el nuevo Rey
«echa la casa por la ventana» para que lia proclam ación del
M onarca, el 2 de octubre de 1 7 5 9 , fuera m ás solem ne que
nunca. Y con gran lujo de detalles y no m enos ostentación,
sale el Cabildo' de las Casas Consistoriales, precedido por tim ­
bales y clarines y fuerzas del E jército y los m aceros con uni­
form es de dam asco carm esí. P reside el A lférez m ayor que lle­
va el estandarte real y va a la derecha del C orregidor, detras
daban escolta un piquete de reales guardija.s españoles y fuer­
zas dé caballería de la R eina. En la puerta de la iglesia del
P rad o esperábanlos las tres parroquias con la cruz de la de
Santa Miaría y el V icario Don M anuel R ecañ o, vestido de c a ­
pa pluvial, acom pañado de Don T om ás de M arcos Molina,
fiscal eclesiástico', y Don Juan A ntonio L óp ez, cura de la
parroquia, con cetros.
«C olocado el A lférez m ayor a la> diestra del V icario,
y con el som brero puesto, hace una reverencia de co rtesía; se
form a el clero y entra en la iglesia entonando la antífona
que com ienza Deus térra y el psalm o 7 1, que dice Deus juditiumtum. En la última grada: del altar m ayor se arrodilla
el A lférez m ayor sobre una alm ohada de terciopelo carm e­
sí, h ace entrega del estandarte al cura de la parroquia y se
quita el som brero. E n ton a el clero las oraciones de la bendi­
ción y después de h acer y decir p reces por el R ey, y p o r su
feliz viaje desde N ápoles a España, se devuelve el estan d ar­
te al A lférez y con su venia, el p ortero del A yuntam iento
dirigiéndose a la m uchedum bre que llenaba el templo, exdlam a: Silencio, silencio, silencio:. Oid, oid, oid y acto se­
guido el A lférez trem olando el estandarte repite tres veces
en alta voz ¡C astilla! y tres ¡Ciudad R e a l! añadiendo a la
tercera «y su provincia por nuestro católico m onarca el
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
La Virgen del Prado, de Lima
(Foto últimamente recibida de la imagen que se venera en la c a ­
pital del Perú.)
señor D on C arlos T e rce ro que D ios guarde y prospere» a lo
que todos co n testa n : «am én, am én, am én, viva, viva, viva»
y enseguida se entona el T e Deum laudam us. A l term inar
el clero' form ado pro cesion alm en te aco m p añ a al A lfé rez y
C abildo m unicipal hasta la puerta del tem p lo».
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
113
Después se hizo la p roclam ación p or las calles y *al día
siguiente el A lférez y los regidores con el mismo cerem o­
nial volvieron a la iglesia parroquial de Nuestra Señora, dondonde oyeron misa .y acto seguido el A lférez entregó el es­
tand arte real al cura p árroco p ara que qued ara en el te m ­
plo con los de las otras p roclam acion es, com o hom enaje de
pleitesía a la Virgen del P rad o.
Después durante tres días hubo fiestas populares y estas
fueron «tayeda de fuegos luminosos, cucañas y una co rri­
da, de toros a cargo de P ed ro Romero, (d e ¡Fronda) y . . . » .
El docum ento de donde copio estos d atos no dice lo que
falta (e l nom bre del otro, torero sin duda) p or estar incom ­
pleta la hoja.
L o s ciudarealengos eran entonces muy aficionados a
las corridas de toros. E stas se celebraban en la plaza m ayor
y tenem os el detalle curioso de que los ricos poseían todos
casa en dicha plaza, para que sus familiares disfrutasen de
palco en aquella fiesta popular.
E n 1 7 8 0 , fué trasladada, la imagen de N uestra Señora
del Prado, desde su tem plo a otras iglesias, (1 ) por am ena­
zar ruina la torre y tem er que se desplom ase sobre la p arro ­
quia. E l 1 4 de septiem bre de dicho año se llevó la imagen ja
la erm ita de los R em edios donde estuvo hasta el 2 9 , en que
por disposición del Arzobispo de Toledo se trasladó a la
iglesia de Santiago, donde perm aneció p oco más de un pño,
el tiempo que se tardó en derribar 1a, parte alta de la ruino­
sa torre y desaparecido por tanto el peligro de aplastam iento.
E l regreso a su Casa del P rad o fué em ocionante. V erificóse
el 14 de octubre de 1 781 . Se la trajo en procesión y carro
triunfal, con él Santísimo en (andas, acom pañándoles el V i­
cario y cabildo eclesiástico, A yuntam iento en pleno, cap ella­
nes de las tres parroquias, com unidades religiosas y todas
las herm andades de la ciudad, m ás numerosísimo público,
todos los vecinos de Santa María que no cesaban de vitorear
(1)
Este traslado lo silencian jcom o nol H ervás y D elgado M erchón, antes
que decir que en Santiago com o en todas partes la Santísima V irg e n del Prado,
ocupó e l puesto preem inen te que le correspondía,
8
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
114
a su V irgen, ¡a la Virgen del P rad o, a la celestial m orena,
que al habitar de nuevo en el barrio le s daba som bra y p ro­
tección. L a s mujeres lloraban de alegría, y todo era una p a­
tente m uestra del fervor religioso que inspiraba, que por al­
go se decía y a en to n ces:
San P ed ro, tacilla;
Santiago, perchel;
la V irgen, la roaa
y el Niño, el clavel.
E n 1 7 8 5 com enzaron las obras de la R eal C asa de C a­
ridad (hoy Cuartel de A rtillería), fundación, llevada a c a ­
bo por el C ardenal L oren zan a con e l cuantioso legado que
le dejó p ara obras benéficas el vecino del C orral, Don Luis
T am ay o . Fué autor de los planos el arquitecto D on Eugenio
L óp ez Duran, invirtiéndose en la construcción del edificio
muy cerca de cinco millones de reales. Se instalaron gran­
des talleres, donde los asilados recibían enseñanzas com p le­
tas de artes y oficios. C arlos III concedió tam bién p a ra esta
fundación im portantes cantidades.
El reinado de Carlos III tiene una n ota negra que lo- en­
tenebrece con el notario, e injustificado atropelloi que se c o ­
metió en 1 7 6 7 al expulsar de E sp añ a a la C om pañía de J e ­
sús, que tantos y tan excelentes servicios había prestado a la
causa de Dios, al E stad o y a. la ciencia, m edida que se llevó
a cab o con extraño rigor. E l d ecreto de expulsión firm ado
por C arlos III debió ser desde aquel m om en to una tenaza
m artilleante en la conciencia del M o n arca. E ste murió el 14
de diciem bre de 1 7 88 .
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
XI
Cuando Carlos. IV sucedió a
earlos IV.— Un incidente
con motivo de su procla­
mación en Ciudad Real.
— HI alborear el siglo
XIX.— Terrible epidemia
óe fiebre am arilla.— Días
a z a ro s o s . — Hbdicación
d e l R ep.— Im p o r t a n t e
confirmación general.
su padre en el trono de E sp a ­
ña tenía y a cuarenta años, y
los presagios de un feliz re i­
nado' que tod os le auguraban
quedaron bien pronto desva­
necidos, p or efecto, sin duda,
de los aires perniciosos que
venían de Fran cia.
Su proclam ación en Ciudad
R eal tuvo, también, un mal
com ienzo. Señalada p ara el I 5 de febrero de I 7 8 9 , no> pudo
verificarse hasta el 8 de m arzo por un incidente d esagrada­
ble del que fué protagonista Don V icente R am ón Maldonado y O rm aza, primogénito del M arqués de Castellanos, tí­
tulo de Salam anca, relativam ente m oderno, pero de rancia
nobleza cristiana su titular. P arece ser que los M aldonados
de la ciudad del T orm es se habían carteado' varias veces con
los M aldonados de Ciudad R eal y con los de G ranada, tra ­
tándose com o parientes y que en uno de los viajes que Don
V icente hizo a esta capital p ara visitar a sus familiares, co ­
noció a una rica hem bra m an chega: D oña A n a M aría Bermúdez M aribáñez Messía de la C erda Villena y Tello, S e­
ñora del sitio- y jurisdicción de Santa M aría del G uadiana y
dueña por tanto del predio olivarero de M ajam adre y de
inmensas tierras y ricas vegas. Y aquel conocim iento acab ó
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
116
en boda y con este en lace Don V icen te no sólo consiguió
una esposa m odelo de virtudes y con envidiable dote, sino
tam bién el derecho a ser regidor de preem inencia co n pri­
m er asiento y voto en este A yuntam iento, y p o r ende, los
honores de A lguacil m ayor y A lférez m ayor de Giudad R eal,
aunque habitara en o tra localidad.
Y ¡ claro f nuestro A yuntam iento indicóle la fecha de
la proclam ación, el 15 de febrero, p ara que Mal donado
com o A lférez m ayor llevara el estandarte real. Con, toda
puntualidad llegó Don V icente, pero com o erai «muy e co n ó ­
m ico», a pesar de su brillante posición, no había sacad o m ás
título que el de Alguacil m ayor y no el de A lférez, y al| e n ­
terarse el Ayuntam iento' se opuso a que lo ejerciera. Se ap la­
zó la proclam ación y acudieron unos y otros al M onarca y
éste m enoscabando la razón que tenía el C oncejo1, acord ó
que: «Don V icen te iMaldonado, vecino de Salam anca, a la
m ayor brevedad , levante el pendón en mi R eal nom bre,
com o A lférez m ayor de Ciudad R eal, regalía p ropia de su
casa, y m ando a la Ciudad le guarde y cum pla to d as sus re ­
galías y preem inencias co m o a tal A lférez m ayor, y com o sí
hubiere pasado el título p or mi| R eal cá m ara, y sin perjuicio
de otras regalías que goza y tocar pueda. Y anulo tados los
estatutos, usos y costum bres que se opongan a esta mi R eal
voluntad, prohibiendo cualquiera recurso de súplica u en
otra vía, pues es mi R eal ánimo tenga efecto en tod as sus
p artes lo aquí d e cre ta d o .»
A catan d o la voluntad regia se fijó la fecha de la p ro ­
clam ación para los días 8, 9 y 1 0 de m arzo y se pregonó con
acompañamientoi de música y tam bores, ordenando a los
vecinos que adornasen sus balcones e iluminasen durante las
-tres noches. Y el día 8, a las nueve de la m añana, p asaron
aviso al A lférez m ayor y con lucido1acom p añ am iento se p re­
sentó en las Casas Consistoriales, donde fué recibido con los
honores anejos a su cargo, entregándole el C orregidor lai en ­
seña real y sacándola el balcón central se hizo1 la proclam ar
ción y se suspendió el a cto eclesiástico hasta las tres de la
tarde. A dicha hora el C oncejo en pleno, con tra je de gala
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
117
y en caballos lujosamente enjaezados fueron al domicilio del
A lférez y desde allí y en su com pañía tornaron a1las Casas
Consistoriales para recibir el pendón y m archar a la iglesia
de Santai M aría del Prado, donde les esperaban las tres p a ­
rroquias y el V icario eclesiástico, entrando' form ados en el
interior del 'templo, procediéndose con el cerem onial de co s­
tum bre a lai bendición de la enseña real y después de h acer­
lo y dar los gritos de ritual, recorrió la com itiva varias calles,
repitiéndose la proclam ación y regresando a la casa del
C oncejo, donde el pendón quedó depositado en el balcón
del centro, entre los retratos de sus M agestades. T erm in a­
do este acto , a las seis de la tarde, la com itiva municipal
acom pañó al A lférez hasta su casa, y éste les hizo subir don­
de había preparado «un espléndido y costoso refresco» del
que disfrutaron no solo los regidores, sino también tod a la
nobleza, el tribunal eclesiástico, los superiores de los co n ­
ventos, los oficiales de la brigada de C arabineros y el R e ­
gimiento de milicias y de otros regimientos que habían acu ­
dido de otras poblaciones por invitación de M aldonado’. Díjose que este convite lo había' organizado y dispuesto' la ilus­
tre esposa del A lférez, nuestra bella paisana, a lo m enos ella
fué la que hizo los honores de la casa con una delicadeza
adm irable.
P ero el A yuntam iento sin saberse p or qué había
p arad o otro refresco que se consumió después, cosa
causó general extrañ eza, y m olestó al A lférez m ayor
difirió a ella p or evitar desazones» pero sin echarla en
p re­
que
«que
saco
roto, com o verem os después.
A l día siguiente y siguiendo la costum bre de otras p ro ­
clam aciones se fué a recoger al A lférez a1su casa, yendo con
él procesionalm ente desde las Casas Consistoriales hasta la
iglesia del 'Prado donde después de oir misa' y can tar un
Tedeum el A lférez m ayor hizo entrega del pendón real al
cura de la parroquia p ara que se guardase en el tem plo.
E n el libro manuscrito 1 0 1 8 del archivo de la iglesia
parroquial la m ayor de Santa M aría del P ra d o , folios 1 8 y
siguientes se relata con extensos detalles esta p roclam ación;
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
118
aunque nada dice del incidente dado a con ocer por un do­
cum ento municipal, y com o muchos de esos detalles son
muy curiosos y de interés los transcribim os seguidam ente.
Dicen así:
«Luego que recibió la Ciudad la Rl. orden que la p ie­
dad de S. M . se sirvió com unicarla pra. qe. se levantase en
ella el Pendón en s u R l. nom bre: C onvocado el A yú ntm to. la
v ió: ob ed eció: y acord ó su cuimplimto. y a efecto de qe. pe
solemnizase este acto tan plausible y glorioso con el a p a ­
rato, pom pa y lucimto. correspondiente a los deseos qe. in­
fluye en sus corazones el am or, lealtad y obediencia qe. siem ­
pre ha tenido y qual es debido a la Rl. Soberanía, nom bró
pr. D iputados pra. qe. entendiesen en las disposics. n e ce ­
sarias, a el desem peño de tan grave, quan distinguida co n ­
fianza ai los Caballeros Don P e d r o R afael T oledo y Don
Manuel Ruiz Bravo, A bogados de los R s. Consejos, y regido­
res perpetuos de esta Ciudad; y el Señor C orrgr. el Lie0. Don
Martín de Aguirre y A rzubia, m anifestó en el mismo C abil­
do iqe. pr. su parte no omitiría medio ni perdonaría fatiga
para que todo resultase con el m ayor esplendor.»
Se dice a continuación que se avisa al A lférez m ayor
Don V icente R am ón Maldonado', explicando porqué este
Señor tiene ese cargo, cosa ya sabida p or m i relato , a ñ a­
diendo:
«Siguiendo la costum bre antigua, se señaló la hora de
las tres d e tarde pra. la bendición del Rl. Pendón en la
Parroql. de N.a S. S. M .a del P rad o y continuar el acto- de la
proclam ación por la carrera señalada. P rep arad as las calles
de la m ism a con herm oso adorno de tapicería, d am ascos y
otras colgaduras a conseqa. del bando qe, se publicó con
tal arte y disposición qe. ofrecía una vista: muy agradable
y gustosa, hecha señal con general repique de cam panas, en
las tres parroquias y conventos, concurrieron a caballo rica
y preciosam te. enjaezados con aderezos de oro y plata a las
C asas Consistoriales los C aballeros R egidores, Ju rados, Sín­
dicos y Diputados, quienes form ados en cuerpo con los m aceros, vestidos de terciopelo carm esí, con guarnición de oro,
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
119
se dirigieron a las casas del caballero A lférez m ayor, y en­
contrándolo ya vestido de gala y a caballo, con ricos y co s­
tosos facres» del m ejor gusto» por su delicada idea, se incor­
poró con la Ciudad en el lugar qe. le corresponde, y llevan­
do con no m enos prim orosos enjaezados otros dos caballos
de respeto, conducidos por dos lacayos, se constituyó en
las del S. Corregidor, quien también ya estaba prevenido a
cab allo, con otro de mano guiado por un lacayo. Form ad os
con el debido respetuoso orden, dando vuelta a la plaza,
se dirigieron a la Parroqa). de N. S. del P rad o, P atron a y
Tutelar de esta Ciudad, y habiendo llegado a ella se recibió
en las puertas, con la Cruz fuera de sus um brales por el cle­
ro de las tres parroquiales, y el Señor Don Miguel de Casan ova y A nchicelo, V icario y visitador general de esta Ciu­
dad y su partido, con cap a pluvial, haciendo de Preste, asis­
tido de otras dos qe. tenían el D. D. Sebastián de A lm enara,
Cura propio de lñ de Santiago», y D. T h om ás G .a M ontesinos
qe. lo es de la del Sor. S. P ed ro ; y end o,el C aballero Alférez
m ayor a la dha. del Preste, con el som brero puesto», batien­
do el Rl». P en d ón a la» Santa Cruz, y entonando las Antífonas
y Salm os qe. usa la Iglesia, procesiooalm.te», en la form a dha.,
se llegó á la última grada del Presbiterio, y puesto» de rodillas
en ella dho. Caballero» A lférez m ayor, sobre una almo»hada
de terciopelo carm esí, entregó al D . D . M anuel Luis M artí­
nez, Cura propio de la misma iglesia, el R eal Pendón, qui­
tándose inm ediatam te. el sornbrero, y, puesto sobre el altar
m ayor, se bendijo por dho». Sor. V icario, y practicado» este
acto se volvió a entregar al citado Caballero A lférez m ayor,
y p rocedió ha hacer la Rl. P ro clam acn ., pidiendo pr. el p o r­
tero atención al grande concurso qe. había en la Iglesia di­
cien d o: Silencio: Silencio: Silencio: Oid, oíd, oid; y el C a ­
ballero A lférez m ayor trem olando el R l. Pen d ón dijo: C as­
tilla: Castilla: C astilla: Ciudad R l.: Ciudad Rl. : y su P rova.
de la Mancha», por nuestro C. M’. el S. D. C arlos IV. de es­
te nom bre, qe. Dios gue. y prospere m uchos añ os; a ,qe. la
Ciud. y Concurso respondió con alegría, viva = v i v a = v iva:
A m en, Am en, A m en, y entonándose incontinente el Tedéum
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
120
Laudam us, y form ada la procesión eh el m ismo m odo qe.
a la entrada, salió el clero hasta la puerta del Perdón de
dha. Parroquial, en donde despidió a la Ciudad, y tom ando
los caballos, se principió el p aseo, pr. la calle llamada; de
C árdenas ( I ) , hasta la plazuela del C onvto. de Religiosas
C arm elitas D escalzas, en donde se hizo la R l. P ro clam ació n ;
y desde ella bajó p or la calle de Caballeros, a la de la. F e ria y
T oledo, esquinas del Olivo, a la plazuela de D om inicas, en
donde se repitió la Rl. P ro clam ación ; siguiendo la ca rre ra
pr. la calle C alatrav a a la plazuela de las F ran ciscas, calle
de L oaisa, C om pás de Sto. Domingo, a la de la M ata, y
desde ésta a la del C oh om bro ( 2 ) en la que se hallaba la
casa del C aballero A lférez m ayor, en donde se hizo la Rl.
P rocalm ación , y concluida por las ventanas se arrojó m o­
nedas de plata y dulces; continúa por la misma calle, b a­
jando a. la de C alatrava y esquinas de R ejas, y desde éstas
pr. la calle de L ed esm a ( 3 ) , a la de San P ed ro, y por la de
la Cuchillería a la P laza y Casas de A yuntam iento, en don­
de se hallaban el resto de los clarines qe. recibieron a la Ciu­
dad tocando varios con ciertos; y dejando los caballos, su­
bió form ada a la Sala Capitular y balcón, en donde p or dho.
C aballero A lférez m ayor, se volvió a co lo car en el sitial
bajo del dosel, y en medio de los retratos de sus M agesta­
des el R eal Pendón, arrojándose al pueblo, pr. disposición
(T ) La calle de la A zu cen a se llamaba en toces de D. Francisco Cárdenas. Era
este señor ilustre m ercedario descalzo nacido en ella. La ca lle de Loaisa es hoy la
del Lirio.
(2) La casa de la calle del Cohom bro que habitaba el caballero a lfére z m ayor
era sin duda alguna la espaciosa casa de labor que había donde hoy está e l co n ven ­
to o residencia de los P. P. del C orazón de M aría, y que a m ediados del sig lo X¡X ha­
bitaba e l notable m éd ico y agricultor D. A ntonio G arcía, propietario en 1860 de to ­
das las veg as y predios oliv a reros del 'S eñ orío de Sarita M aría del Guadiana, que
debió adquirirlos por compra él o su padre. Dicho m éd ico era bisabuelo d e D.° M e r ­
ced es García, esposa de D. Juan Martín, de Piedrabuena.
(3) El Sr. Ram írez de A re lla n o supone que la calle de L edesm a era la que hoy
es de la Palom a, y antes fué de C astelar, y en mi en tender está confundido porque
si la com itiva de la proclam ación fué desd e la calle del Cohom bro «bajando a la de
Calatrava y esquinas de Rejas (no Rojas), y de éstas por la calle de Ledesm a a la de
San Pedro, (que hoy eslá de la Lanza)» tenia que ser dicha calle de L edesm a la
de la Tercia hoy Cardenal M u nescillo pues .por la de C astelar no se salía a la calle
de San Pedro para ir después a la de Cuchillería.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
121
del S. C orregr. y la Ciudad, bastante porción de m onedas de
plata, y acab an d o este acto , siendo com o las seis de la ta r­
de, pasó el A yuntam to. a las casas del C ab allero Alférez
m ayor, por quien se le dió un espléndido y costoso refresco;
y tam bién la nobleza, de uno» y otro sexo;; Tribunal E cc o .,
Prelados de Religiones, y oficiales de Rs. C arabineros, Mi­
licias y de otros regimientos, que habían concurrido con
el m otivo explicado, ;pra. lo qe. precedió general convite
del mismo C aballero A lférez m ayor.
«Al siguiente día concurrió la Ciudad a las Casas C on­
sistoriales, y estando form ada, siendo com o las nueve y
rttedia de la m añana, pasaron dos R egidores asistidos del
Escribano, de C abildo y portero, a las casas del C aballero
A lférez m ayor, pra, acom p añ arlo hasta el Ayuntam to. a
efecto de trasladar el Rl. Pendón a la referida Iglesia p arro ­
quial de. Santa M aría: depositarlo en ella» según la antigua
costum bre y celebrar la misa solemne de gracias por la exal­
tación al trono del R ey Ntro. Sor. y el acierto en el go­
bierno de sus dominios; y luego qe. llegó con dho. acom pañam to. se recibió por la Ciudad con la cerem onia de estilo,
e incorporado en su lugar salió en dos bandas com o estaba
form ada al balcón por las dos puertas de él, y el citado C a ­
ballero A lférez m ayor acom pañado del S. Corregr. tom ó
el R l. Pendón del sitio en qe. la tard e anterior había queda­
do co lo cad o , quedando la» guardia y centinelas haciéndola
a los retratos de Sus M ajestades; y guardando la Ciudad el
orden de la misma form ación se "dirigió a la dha. Parroqa,.
de N. Sra. del Prado con la música del Regimto». de Milicias,
vanguardia y retaguardia;, qe. la hacían al Rl. Pendón, y
habiendo llegado a ella se recibió pr. el Sor. V icario, clero
de las tres parroquiales, y la Cruz de aquélla, en la propia
form a que en la tarde anterior, precediendo repique gral.
de cam panas; y tomando» la dha. del Preste el Caballero A l­
férez m ayor, »procesionalmte. entró en la citad a iglesia, y
llegando hasta la última g rad a del presbiterio (quedando la
Ciudad1 form ada en un estrad o ) ocupó el lado del E v a n g e ­
lio dho. C aballero A lférez m ayor en pie con el Rl. Pendón,
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
122
sobre una alm ohada de terciopelo carm esí, calado* el som ­
brero, en cuya form a y con guardia de los mismos g ran a­
deros, estuvo durante la misa qe. celebró el mismo Sor. V i­
cario, oficiando de diácono con el D. D. Sebastián de A lm e­
nara y de subdiácono D. T om ás G .a (Montesinos, batiendo el
Rl. Pendón y quitándose el som brero a la elevación de la
Sagrada hostia y cáliz solam ente, y cantó la capilla los c a ­
torce músicos qe. la com ponían de 1a. Rl. Brigada de C a ra ­
bineros, con variedad de instrumentos y los tim bales. C on ­
cluida la misa se entonó por la misma el T edeum , estando
en pie el Caballero A lférez m ayor con el R l. Pendón a el
lado dho. del P reste, en la última grada del presbiterio, y
finalizado, subiendo a él el D. D. Manuel Luis M artínez,
Cura de la Parroquia con todo el Clero, Le hizo form al en ­
trega del R ey P en d ón , pa. qe. quedase depositado en ella,
según costum bre, p or ser antiquísimo .archivo y custodia, de
todos Los Pendones R l. qe. se han levan tado en esta ¡Ciudad
p or nuestros C atólicos R ey es: y quitado el som brero, bajó
al estrado, y tom ó el¡ asiento qe. le corresp on d ía: a cuya,
función asistieron también las seis com unidades de religio­
sos qe. hay en esta Ciudad, y concluida se retiró a las Casas
de A yu ntam to., llevando delante la. música referida del re­
gimiento de milicias etc., cuya relación se halla autorizada
pr. Manuel D ávila y M uñoz, Escribano M ayor del lite. A yun­
tam to,, quien Ja. firma con el Sor. L ico . D., M artín de Aguirre y A rzubia, su'C orregidor en ella, a 1 5 de m arzo de 1 7 8 9 . »
Y acab ad a esta proclam ación M aldoñado y su esposa
m archaron a Salámanca-, pero a últimos de julio* volvieron a
esta Ciudad. Años antes se había estatuido la fiesta de la
Pan d orga que corría* a cargo del A lférez m ayor, fiesta; en
que, adem ás de la típica serenata de bandurrias y guitarras,
actuaba* también un cuadro de bailes regionales, pero por lo
visto el primogénito del M arqués de Castellanos, que com o
buen salmantino, guardaba sus fervores religiosos p ara la
Vigen de la V ega, y le tenía sin cuidado los que inspiraba
nuestra amantisima P atron a, puso un p re te x to y deslució la
fiestas de agosto de aquel año, suspendiendo la P andorga.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
123
Causó la m edida enorm e impresión y, ai m om ento, no una,
sino varias orquestas callejeras salieron por la. noche e n to ­
nando coplas alusivas, de las cuales, acaso fuera una de ellas
la que ha llegado hasta nosotros y dice así:
Este año no hay P an d orga,
Virgen del Prad o,
por las cicaterias
de M aldonado.
N ada ¡más ocurre en él siglo X V III con relación a Ciu­
dad R eal. Se v a un siglo y viene otro sin que resulten ven­
turosas realidades las esperanzas que hizo concebir la m uer­
te de una centuria tan desdichada. En I 8 0 0 se desarrolla en
E spaña una espantosa¡ epidemia de fiebre amarilla que o ca ­
siona millares de víctim as. E n 1801 dim os a F ran cia la Luisiana y diez navios. En 1 8 0 2 ¡perdimos la isla de la Trini­
dad, E n 18 0 4 sin previa declaración de guerra, a la altu­
ra dél cabo Finisterre, los ingleses se apoderan de cuatro
fragatas españolas, que, procedentes de A m érica, conducían
¡ udíAes; hecho inaudito qu» determ inó el m em orable co m ­
bate de T rafalgar, en el ¡que fuimos abandonados por los fran­
ceses. C arlos IV iba de desastre en desastre y es que reina­
ba al dictado de su favorito1, de G odoy, y tanto irritó esto al
pueblo que surgió el m otín de A ranjuez; y mal lo¡ hubiera
pasado el príncipe de la P az, si C arlos IV con el fin de sal­
varlo no abdica en su hijo Fernando el 19 de m arzo de
1808.
Uno de los actos religiosos m ás im portantes verifica­
dos en Ciudad R eal durante el reinado' de Carlos IV fué la
confirm ación general que en 2 8 de ¡mayo de 1 8 0 3 recibie­
ron en la¡ iglesia parroquial m ayor de San ta ¡María del P ra ­
do 8 8 6 niños p ertenecientes ¡a. las tres parroquias de Ciudad
R eal, y a las de Miguelturra¡, ¡Poblete, Picón, Argam asilla de
C alatrava y Alm adén.
Adm inistró la confirm ación Don Alfonso Aguado y
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
124
Jarava., O bispo titular de A ngustopolis, del C on sejo de S. M.
C anónigo de la S an ta Iglesia P rim ad a de las E sp añ as, y au
xiliar de este arzobispo por el E m m o. Sr. D. L u is de B or
bón, C ardenal de la S an ta Iglesia y A rzobispo de T o led o .
C IU D A D R E A L .— Una Ivisía \del\Paseo del [ P r a d o ú l t i m o
del siglo X IX .
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
XII
Fem ando VIL— Entusias­
mo de las gentes.— Be­
tos religiosos en la pa­
rroquia de Santa M aría
del Prado. — La Batalla
de Bailén.p-Recibimiento
a los soldados de Ciu­
dad Real que tomaron
parte en ella.
■La subida al trono de sus m a­
yores de Fernando VII causó
enorm e entusiasmo en todas
partes. Ciudad R eal participó
también de esa alegría. En el
libro m anuscrito 1 0 1 8 del a r­
chivo de
la parroquia
de
Nuestra Señora del P rad o, folioj 23 y vuelto encontram os
una curiosa nota, que dice así:
«El clero, de esta iglesia p a­
rroquial m ay or de Nuestra Señora Santa María del Prado,
por sí, y a sus espensas, hizo una muy solemne función en
acción de gracias al Dios de los ejércitos, autorizada por su
Rl. Presencia, en memoria, de lo acaecido en el Rl. Sitio, de
A ranjuez, día del P atriarca Sor. S. José, año de 1 8 0 8 en
qiue fué elevado al trono N. C. M1. bl. S. D. Fernando 7.°
cuya felicidad y acierto- en el m anejo de la Monarquía supli­
caba, al Sor. en este religioso, magnífico, y devoto acto, de­
m ostrando en él, él alto celo, am or santo y afecto en traña­
ble qe. tenía a su S oberano; y con m otivo de hallarse co rri­
dos los velos de su A ltar m ayor fué m anifestado su prim o­
roso tabernáculo, sobre el qual se form ó un vistoso p ab e­
llón de dam asco carm esí, y coronación de blanco bordado
de oro, plata y sedas, cuyos rem ates caían hasta el pavim to.
del presbiterio y eran sostenidos por dos ángeles, qe. m ani­
festaban una vista en todo agradable, p or su m ucha altura- y
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
126
respetuosa perspectiva, en el cual, y el resto de la gradería,
con el pasam anos de su escalera, se co locaron gran porción
de luces, qe. por su mucho núm ero, y graciosa colocación
aum entaba
el efecto
y devocn. de los fieles;
y p ara
m a­
yor pom pa y qe. n o faltase requisito alguno, a tan plausible
acto , c o n v i d ó
dho. clero
a el d e
las parroqas.
Tribunal E cc o . y Ciudad, con las dem ás corporaciones, los
cuales, se prestaron, desde luego, dando m uestras de su gra­
titud p or el convite, m ediante term inaba en culto de N. Dios,
f
..
Sma. M adre, bajo la ad vo cació n del P rad o, y obse­
quio de N. Soberano Fern and o 7.° y finada la m isa solem ­
ne se cantó el Tedeum Laudam us, con notable m oción del
num eroso concurso de fieles qe. asistió a tan reverente culto
y sumo consuelo de este clero, pr. las felices resultas qe. es­
peraba, de un R ey tan justificado».
E n el folio 2 4 y vuelto del mismo, m anuscrito se habla de
la función religiosa que estando- cau tivo en F ra n cia F ern an ­
do V il dispuso-el A yuntam iento p ara im petrar el «feliz arri­
bo a su trono )); de la grande y solem ne que con S. M:. P a ­
tente determ inó al m om ento qe. recibió la plausible noticia
de hallarse ya N. Soberano en los dom inios de E sp añ a, a
la que antecedió un solem ne Tedeum co n asistencia d e las
autoridades y corp oracion es, con repique gral, de ca m p a ­
nas de las tres parroquias y conventos de esta ciudad, por
m andato del D. D. Jo sé O rtega y C asado, V icario y V isitador
Ju ez E c c o . ordinario de ella y su partido, en cuyo día y los
dos que le siguieron ( 1 9 de m ay o) p arecía haber llega­
do al estrem o m ayor de júbilo, satisfacción y contento a to­
dos los vecinos de este pueblo, los que, m ovid os del am or
y cariño a su desead o R ey, se dirigieron a esta parroquia
m ayor de N uestra S eñ ora Santísim a M aría del P rad o , su
am ante P atron a, sacando, de ella su Rl. retrato, conservado
co n la m ayor reserva y ca u te la ... conduciéndole a las C a ­
sas Consistoriales, saltando de contento y alegría; le co lo ­
caron en el balcón de su plaza m a y o r ... form ando al m o­
mento la guardia de estos sus fieles vasallos, en dem ostración
de gozo y consuelo qe. tenían al verse ya con su llorado
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
127
R ey , y queriendo elevar sus obsequios ordenaron hiciesen
la guardia a S. M . en la tarde del 19 de m ayo de 1 8 1 4 las
Sras. de prim er orden de la ciudad, turnando con las demás
doncellas de esclarecidas familias, adornadas todas con sus
m ejores ropas y costosas galas, llevando el cab ello suelto, y
p restad a bajo la dirección de los Sres. del Ilustre A yuntam to., que asistieron a este afectuoso a cto , siendo el que las
dirigía p ra. su relevo, uno de los diputados, concurriendo los
vecinos todos a dha. P laza m ayor con variación de diversio­
nes sencillas e in o ce n te s...»
«Al siguiente, día 2 0 , de dho. m es de m ayo, inventaron
carro zas adornada® de d am asco con coron as y palm as de
laurel y otros atributos de Rl. M agestad, colocando en ellas
su R l. retrato, el qe. condujeron a la P laza M ayor y calles
m ás pública®, tirando de esta vistosa invención los mismos
m oradores d e esta ciudad, quienes form aron arcos triunfa­
les en las calles de su tránsito., repitiendo en ellas vivas y
p roclam as en alaban za de N. C. M .: otros determ inaron b a ­
jar a la Iglesia m ayor de N. S. S. M .a del P rad o y sacando, de
ella la silla de m anos que sirve a Su M agestad cuando sale
en procesión, co lo caro n en la misma al C om andante de la
R l. Brigada de C arabineros D. Antonio L ad rón de G ueva­
ra, y a n om bre del R ey, lo pasearon por citad a plaza y c a ­
lles, desde cuyas puertas y ventanas le arrojaban porción de
dulces, frutas y flores, excediéndose ca d a uno, por su
p arte, en el aplauso y celebridad de la soberanía, sostenido
en toda la población con igual uniform idad».
E l R l. cu erp o de C arabineros «a la vista de la m oción
y júbilo del pueblo» determ inó h acer también en la iglesia
de N.“ Sra. del P ra d o una solemnísima función de acción
de gracia® por la libertad del R ey a jesú s Sacram entado y
a la Santísima Virgen del P rad o y en otros días los em plea­
dos y Je fe s de oficinas y el vecindario, particularm ente,
reiteraron su entusiasmo y lealtad a la coron a co n iguales
funciones religiosas en la m ism a iglesia.
»E n testimonio claro y manifiesto — dice el autor del
manuscrito que venimos utilizando— de la d evoción gran­
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
128
de que los vecinos todos de esta Ciudad han tenido y tie­
nen a su P atron a Máríai Santísima del P ra d o , basta referir
lo que en los m ism os se ha notado, en tod a la ép oca de tri­
bulación de la dom inación fran cesa : y es el qe. estando e:n
observación del gobierno, apenas éste tenía algún aviso fa­
vorable, quando al m om ento corrían tod os por las calles
dando v oces ¡a la V irgen! ¡a la V irg en !, y postrados la -d a ­
ban gracias por la felicidad, y si era noticia adversa lloraban
an te su trono seguros del rem edio, cuya particularidad era
gral. y nunca, por una vez, se dirigieron a las dem ás p arro ­
quias, sucediendo algunas veces, qe. conducidos por su n a ­
tural afecto repicaban las cam pan as, sin dar lugar al permiso
del p árro co , al que después le hacían ver, poñ to d a sinceri­
dad, el celo que los había anim ado y llevado1a su iglesia.
«E sta ciudad que siempre ha co n fiad o 'en lia protección
y patrocinio de M aría Santísim a del P rad o , su P atron a, ha
quien ha recurrido en todas sus tribulaciones, segura de h a ­
llar el rem edio en su notoria piedad, clara y m anifiesta pa.
con todos sus hijos, especialm ente los elegidos p or la misma
S eñora, en el momtO'. feliz de su milagroso ap arecim to. en
nuestro patrio su e lo : hallándose su lite. A yuntam iento con
la noticiai y preparativos de batalla por el enemigo francés
en los cam pos de iBailén, en los que se hallaban nuestros
aguerridos y valientes provinciales, pra. qe. ésta se decidiese
en favor de la nación y se consiguiese la victoria, dispuso
b ajar de su sacro Cam arín a MV S. Sm a., com o P atro n a de
dho. R egim to. Provi. y qe. se la hiciesen públicas rogativas,
lo que tuvo efecto con n otable concurrencia y unción del
pueblo, autoridades y corp oracion es q e. las asistieron y son
de inm emorial costum bre, pero tam bién lo tuvo la suplica­
da victoria, pues en el mismo novenario se recibió la plau­
sible n oticia de ella, cantándose en el m om ento el Tedéum ,
en esta iglesia, regando con lágrim as de am or y gozo su p a ­
vimento por todos los fieles en vísta d e tan claro prodigio,
m anifestado en el vencim iento y derrota del enem igo, cu ­
yas tropas eran las m ás brillantes, instruidas y aguerridas de
la arm ada francesa, su n.° el de 1 8 . 0 0 0 infantes y 4 .0 0 0 ca-
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
129
CIU DAD R E A L .— Casa de la calle de Reyes núm. 15, donde nació
H ernán Pérez del Pulgar, el de las hazañas.
9
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
A
130
ballos, guarnecida* con el tren co m p etente de artillería uno
y otro cap az de terror y esp an to; la® mism as qe. vencieron
y ganaron las d ecan tad as batallas de A usterliz, M arengo y
Jen a, convirtiendo los cam p o s en ríos de sangre y fuego,
bajo el m ando de su general en Je fe Dupont y su 2.° Bedel,
después de una sangrienta b atalla dada en los 16, 1 8 y 19
de julio de 1 8 0 8 obligando a este soberbio' ejército prisio­
n ero y vencido por la fuerza y bizarría de un trop a bisoña,
p oco aguerrida, bajo las sabias disposiciones de su general
en Je fe D. F ran cisco Jav ie r C astaños, y del S. D. T h eod oro
Reding que lo era de la División en que se hallaban nues­
tros Provinciales, bajo el m ando de su C oronel D, Angel P e ­
drero, y de1! M ayor D. Miguel de G erona, a unas vergonzo­
sas capitulaciones, atendiendo a nuestras co rta s fuerzas qe.
llegaban a 1 2 . 0 0 0 hom bres de to d a s arm as, en cu y a acción
se distinguió dho. Provincial, indudablem ente, p o r que b a ­
tallaba bajo la tutela y protección de su P a tro n a , la m ism a
que los dirigía p ara llenarlos de honor co n la co ro n a y palm a
de la victoria, y en reconocim iento, la hicieron una magnífica
función, en acción de gracias, en esta su iglesia m ayor, co n ­
fesando en ellai que el Dios de los ejércitos 'había deci­
dido la batalla por 'los m éritos de su S. Srna. M adre y
P atro n a nuestra, cu yas glorias predicó e l Cura V icario D. E s ­
teban R am ón , de la p arroqa. de Santiago, a la que asistieron
las autoridades, co rp o races. y la m ayor p arte d e la Ciudad,
en unión de esto s victoriosos m ilitares que con fuerza irre­
sistible supieron humillar la arrogancia y soberbia de los co n ­
trarios a su R e y , P atria y Fam ilias, llevando adelante el te ­
rror y espanto' q e. siem pre, y en todo, clim a, h a causado el
nom bre español.
)) A l siguiente día se celebró aniversario p or lo s difuntos
en esta acción, p a. cuyo acto se form ó un espacioso túmulo
qe. m ovía a devoción y tern ura p or su m ucha elevación lú­
gubre, ap arato y gran porción de velas y hachas qe. en él
ardían, adornándole con trofeos m ilitares, co ro n as y palm as
de laurel, form ándose a su frente la co m p eten te guardia de
los mismos vencedores qe. dirigían estos sufragios a sus di­
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
131
funtos herm anos de arm as, la que unida con lo m isterioso
de la iglesia, imponía el m ayor respeto: y em oción en todos
los fieles a 1a. vista de la M'agestad1, pom pa y ap arato con qe.
todo se celebraba.
«En gratitud de esta brillante acción y victoria tuvo
a bien el com ún de esta Ciudad vestir a lo® individuos de
tan esclarecid o Regim to. P rev i. a proporción de las facul­
tades de cad a uno de sus vecinos y qe. pra. su en trad a en
la población se form ase un arco- triunfal, lo que tuvo e fe c­
to constituyéndole en la calle de Toledo, esquinas de la pla­
zuela de la M erced, el qe. se vistió d e dam asco carm esí con
la -misma circunstancia de coronas y palm as de laurel, tro­
feos militares y epitafios indicantes a al am-o-r con qe. la patria
los recibía y honor que les tributaba por su d ecantada vic­
torias, en cuya calle se hallaba congregada gran p ar­
te de la Ciudad, ie igualmte. qe. en lo-s cam inos y puerta de
T oledo, deseando todos la vista de sus ca ro s herm anos p a ­
ra co rre r a sus brazos en recom pensa de su sangre vertida
p o r su R ey, Patria, Religión y Fam ilias, dirigiéndoles afec­
tuosam ente vivas y otras aclam aciones de júbilo y alegría,
según lo m erecían su servicios y esfuerzo m ilitar».
P ara no quitarles su sabor natural e histórico a estos
testimonios de intensa devoción por todos guardada a nues­
tra am antísim a Virgen del P rad o he copiado casi literalm en­
te los preciados docum entos que an teced en , pasando por al­
to sus innumerables faltas gram aticales y pésima red ac­
ción porque a través de ellos se ve el entusiasmo general que
despertaba! F em an d o VII y la- vivísima fe que inspiraba en
todo m om ento la Celestial Sra. P atron a de Ciudad R eal.
T od o este manuscrito, n.° 1 . 0 18 del archivo parroquial
tantas veces citado>, tiene gran interés por todos conceptos.
En él se dem uestra, term inantem ente, la< -antigüedad de la
iglesia parroquial m ayor de N .a Sra. del Prado-, p rerrogati­
va® y privilegios que le fueron concedidos por P ap as y R e ­
yes, e interesantes noticias de funciones religiosas celeb ra­
d as en dicho templo donde tiene su trono la R eina y Sra. de
estas llanuras, la M adre am antísim a de todos, la Virgen del
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
132
P rad o, P atro n a única y verdadera, antes, a h o ra y después
de C iudad R eal. E l detalle de los funerales celeb rad os en
sufragio del alm a de C arlos 111, que fueron muy solem nes,
es muy minucioso, siendo copia del a c ta levan tada por el
S ecretario de este A yuntam iento D on Manuel D ávila y Mu­
ñoz y autorizada p or el C orregidor Don M artín de Aguirre
y Arzubia en 12 de en ero de 1 789 .
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
XIII
Otras noticias de la guer r a . — Entrada de los
f r a n c e s e s en C iu d a d
R e al.-P á n io o indescrip­
tible.— Desbandada ge­
neral . — Retorno de los
íugitiuos.— Feruor por la
Virgen del P ra d o .-P a rto
en plena iglesia.— Auda­
c ia s de un fa c in e ­
roso.
.. .Cuando se supo en este
pueblo que las tro p as fran ce­
sas se aproxim aban a Ciudad
R eal el pánico m ás espantosso se apoderó de todo el ve­
cindario» huyendo en su casi
totalidad con dirección a Piedrabuena,
A rrob a,
Fontana-
rejo, Porzuna y algunos que
siguieron hasta Anchuras. De
los prim eros en huir fué la lla­
m ada Junta de defensa, el
Ayuntam iento, el Intendente,
el Corregidor y muchos em pleados. Fué tan grande y gene­
ral la dispersión y despoblación que las casas principales, los
edificios públicos el com ercio y hasta las iglesias, todo» quedó
cerrado y calles enteras sin vecinos. Uno de los que
se fueron a Piedra-buena fué mi noble bisabuelo, el abogado
Don E u seb ia Sabariegos y su esposa, quién por esta circuns­
tancia vino allí al mundo su hijo V icente, que luego fué in­
signe general carlista. E n cam bio, mi otro bisabuelo y tam ­
bién abogado Don Raimundo» Quirós es, de los que ee que­
daron y pasada la prim era hora de estupor, uno» de los que
co n stitu y eron la Ju n ta interina encargada de salvaguardar
el1 orden y los intereses locales.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
134
H ay un detalle muy curioso1 que revela cuán cierta fué
aquella gran desbandada. En el libro de bautism os de la
iglesia parroquial m ayor de Santa M aría del P rad o se inte­
rrum pen las partidas desde el 25 de m arzo hasta el 5 de
abril y el bautizado en este día había nacido el 2 7 de m arzo,
siendo así que entonces se acostum braba a bautizarles en el
mismo día en que venían al m undo, o- cuando más, al día si­
guiente. Y hay que tener en cuenta que el cura párroco de
Santa María del P rad o es de los prim eros que 6e reintegra­
ron a su puesto.
L a avanzadilla de los franceses, una* patrulla de H úsa­
res de H olanda, entró en Ciudad R eal, sin oposición ninguna,
a las dos de la tarde del 2 7 de m arzo de 1 8 0 9 , que era
lunes santo. L os soldados se dirigieron a las C asas Consisto­
riales donde solo- había dos m odestos em pleados y cuatro o
cinco curiosos que estaban con ellos, pero co m o los fran ce­
ses no sabían español, ni francés los del municipio, no lo­
graron entenderse. E n to n ces record ó el em pleado m ás vie­
jo que acaso pudiera sacarlos del apuro Mohíno. Sí, sí — re ­
pitió otra vez— ¡Mohíno nos es necesario. Id a buscarle. Su­
ponía el oficinista municipal que Mohíno- un pobre viejo, por
el hecho de haber viajado m ucho por E sp añ a y A m érica co ­
nocería la lengua del país vecino. Se le en con tró enseguida
y enterado del m otivo porque era llam ado se atusó su blan­
quecino bigotazo y haciendo un gesto- de com prensión, e x ­
clam ó : Claro-, hom bre, claro, habéis pensado bien, yo me
entenderé con ellos. Y erguido y muy tieso, aunque ray a­
ba ya en los 7 0 , se fué con su acom pañante a la Casa del
C oncejo. Abrió-sele paso y con cierta arrogancia preguntó a
los soldados: ¿M onsiere8, quería pa, quería vi o quería to c i?
Y repitió la pregunta. A l principio -los franceses hicieron un
gesto de estrañ eza como- d iciend o : no lo entendem os, pero
al ver ciertas sonrisa® m aliciosas en lo-s dem ás cuando- se les
insinuó de nuevo ¿quería pa, quería vi o quería to c i?
en sus rostros una con tracción de irritabilidad y m al
biera pasado Mohino si no escurre el bulto a tiem po.
hecho que no deja de tener gracia y es rigurosam ente
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
hubql
lo hu­
E s un
cierto.
135
Tranquilizados los ánimos, nom bróse una Junta popu­
lar en la que figuraban Don Alfonso' Pastor, los Curas de las
tres parroquias, el prior de Santo Domingo', los abogados
Don Raim undo Quirós y Don Antonio Buró y los señores
Don Manuel G arcía y Don Angel Enriquez; quedaron de­
signados alguaciles m ayores Don V entura Carrión y Don A n ­
gel Enriquez, y fiel de fechos Don V icente Salcedo. Después
se aumentó el número' de vocales con los presbíteros Don
Juan Sobrino, Don Juan Palacios y Don Jo sé Sabariegos, y
•e hizo P rocu rador del común a Don Juan de Plaza.
P oco ’ a p oco fueron regresando los fugitivos y los re­
gidores se reintegraron a sus cargos, y los franceses se atrin­
cheraron en la R eal Casa de Caridad, sin exigir m ás tributos
que los de ordinario en un país conquistado'. E s más, ellos
mismos encargaron funciones religiosas y respetaron los tem ­
plos y hasta «custodiaron en su fortaleza, construida en la
Rl. C asa de Caridad la plata del carro de M.a SSm a. y
Custodia m ayor de su iglesia que entregó después de algu­
nos días su- C om andte. francés sin el m enor perjuicio, a ca e ­
ciendo1 esta entrega la víspera de S. U rbano del 180 9. »
Luego en 1 8 1 0 ocurrió algo extraordinario. No quie­
ro relatarlo'. Nos lo va a contar un testigo presencial en el si­
guiente docum ento que trascribo del fam oso manuscrito, fo­
lios 2 8 , 2 9 , 3 0 y 31 :
«P ara que en la posteridad y en toda ép o ca tengan los
hijos de esta Ciudad la veneración y culto qe, es debido a su
S’S ma. Patron a ¡María del P rad o Señora Nuestra, y no ol­
viden el prodigio milagroso, claro y manifiesto qe. obró en
favor de todos los m oradores de este pueblo, sus casas y h a­
ciendas; se relaciona com o el día 2 2 del mes de mayo' de
181 0, hallándose con guarnición francesa en su fuerte cons­
truido en la Rl. Casa de Caridad con tod a solidez según
el arte de la guerra e invención del enemigo pra. custodia
suya, inexpugnable ¡a no ser p or un grueso ejército y ca ñ o ­
nes de batir según sus torreones, fosos, rastrillos de frisa,
con estacadas, tribunas de observación, troneras y antepe­
chos qe. en su grande extensión tenían, -aún en lo interior
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
136
de la casa principal y tahonas, corte en la calle de Toledo,
plazuela de S. A ntón, calle de P ed rera, con inclusión de las
huertas inm ediatas y algunas casas de los vecinos qe. de­
m olieron por su dom inación; apareció la partida de guerri­
lleros (co n el título de Brigans por el enem igo) al m ando
de Don V entura X im en ez, un mísero' arriero sin som bra de
milicia, hasta el número de 3 0 0 hom bres de cab allo, éstos
dispersos del ejército y reunidos uno de ca d a pueblo, sin
uniformidad en arm as, ni vestidos, hizo mansión en este
pueblo y al segundo día pasa un parte al C om andante fran­
cés intimándole la rindición, quién lo desatendió con m ofa
y desprecio; repite otro que al no entregarse p asará a cu­
chillo toda la guarnición del que se rie teniendo a m enos la
contestación y al efecto no la dió, pero si se indignó co n tra
el vecindario a el verle m ezclado con los individuos de p a r­
tida , con arm as en las m anos, y aún insultándole con a ccio ­
nes indecentes qe. el mismo o b servaba desde sus viseras y
fortaleza: ocurría tam bién el qe. diariam te. había de dar
esta noticia una o dos veces a la guarnición que había en
A lm agro, cuya com unicación se le interceptó tom ando' los c a ­
m inos dhos. partidarios los qe. tam bién im pidieron la en tre­
ga de sus diarias raciones, y noticia qe. en cad a hora se le
d aba a citado C om andte. de lo ocurrido en el pueblo; todo
lo qual encendió co n m ayor actividad el fuego y furor co n ­
tra sus vecinos. 'El dia segundo. de estos altercad os visto por
el Don V entura el ningún efecto de sus p arlam en tos deter­
mina construir un p arapeto de .m adera, y ¡que dirigido1 este
por el paisanaje, conducido con cuatro ruedas llegue hasta
el foso de su fortaleza resuelto a dem oler el prim er parapeto
de m anipostería cuya em presa hubiera costado m uchas vi­
das, y .en efecto se hizo la m aniobra de m ad era por direc­
ción de uno de sus oficiales y p ara el intento Se colocó en
la plazuela de Don Diego Muñoz, pero estando el director
de ella observando la fortaleza para em prender la acción
le dirige la centinela un tiro del que le quita la vida, q u e­
dando m uerto en la esquina de la calle qe. llaman de D el­
gado, siendo esto com o las cinco de la tarde, pero hablen-
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
137
do llegado a noticia del referido Don. V entura esta casuali­
dad, viene a el pueblo com o a las siete d'e la noche qe. pra.
m ayor confusión era oscura y fría, hace llamar a el prego­
nero y qe. a voz de este se publique un bando por tod a la
ciudad qe. en aquel momento' se hubiesen de reunir todos
sus vecinos sin distinción de personas en la plaza pública y
cam pam ento que tenia en la e ra del Cerrillo, llevando ca d a
uno tod a d a s e de arm as, p icos y azadones pues se iba a dar
el asalto a la fortaleza y degollar la guarnición, y en efecto
se ejecuta el bando al son de caja y acom pañam to. de p arti­
darios y en su observancia d a principio la reunión de todas
gentes p or lo terrible del pregón qe. am enazaba de muertte
a el ¡que no- le obedeciese, siguiéndose a este primer m ovim to.
un general llanto en tod as las familias y casas de la pobla­
ción, unas llorando a sus padres, otras a sus m aridos, hijos
y herm anos y todas lam entándose com o quien mira p róxi­
ma y cercan a su m uerte, corriendo en la m ayor am argura p
el tem plo de Sta. ;MLa del P rad o, en quién colocaban sus c o ­
razones seguras del consuelo y remedio en tan claro conflic­
to, y a la verdad esperaban con justa razón en su P atrona,
la que viendo tantas lágrim as vertidas en su Santa Casa m o­
vió el ánimo de las personas del primer orden pra. qe.
hicieran ver a el Don V entura la sangre que iba a d erram ar­
se y sin ningún fruto atendiendo ia la confusión de la noche,
su oscuridad y a ,1a ninguna dirección qe. podría darse a las
gentes, p or la. algazara y bullicio con qe. se conducían qe.
suspendiéndolo hasta el día p odría conseguirse el intento
con .menor sacrificio, cuyas razones tocáronle al corazón y
así lo concedió..
» A m aneció el día tercero del cerco, qe. lo fué el mismo
en que nuestra SSma. P atron a quedó en este patrio suelo pra.
ser lia espiación de toda adversidad y cuando la naturaleza se
despierta a su aspecto humillante penetrando la prodigiosa
fuerza de su fuego celestial, la densa oscuridad de las tinie­
blas, vivificando y reanimando' millares de avecillas qe. se
anidan entre las hojas de los bosques, qe. después s'e arro ­
jan acá y allá con la gracia y donaire propio suyo, que con
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
138
can to alegre y sonoro saluda al nuevo día, resuenan p or las
calles y plazas de esta ciudad las desordenadas v oces de los
partidarios convocando al pueblo pra. la reunión e intento
p ro yectad o , sin atender ni reflexionar la fiereza del enem i­
go y sus continuos artificios pra. ap ropiarse los bienes de la
p obre viuda sin apoyo, del huérfano desam parado, com o
bestia feroz y carnicera en figura hum ana, y en efecto , este
pueblo obediente cual otro Isaac al sacrificio que se le p re­
p araba, alarm ase, y se dirige a la era del Cerrillo donde se
hallaba la fuerza de la P artid a a la qual fué conducido el
anciano respetuoso, el m ancebo desenvuelto y p oco tímido,
el m arido am ante de su esposa y el obediente hijo de fam i­
lia, todos a la fuerza y .exhalando suspiros con la. m em a, de
dejar dentro de la muralla los dignos objetos de sus aten ­
ciones expuestos a los insultos y desacatos del enemigo y así
es que por dentro y fuera de La ciudad no se oía otra cosa
que lam entos y exclam acion es dolorosas, sem ejante a el qe.
en sana salud ve próxim a y cercan a funesta y desgraciada,
7
pero ¡oh , im ponderablem ente felices y dichosos los hijos
*
de Ciudad Rl. aquellos pra. quienes jam ás se ausentará el
Divino Sol de María SSma. del P rad o , su Patrona., y qe.
pronto cesarán vuestras lágrim as y d esaparecerán los tem o ­
res! ,A la verdad, así sucedió.
»Viendo, pues, el Capitán general francés establecido
en A lm agro el retraso de sus diarios partes y sumo silencio
qe. se observaba sobre el estado de la guarnición qe. pues­
ta tenía en esta ciu d ad : com an d a una gruesa partida de c a ­
ballería e infantería con dos cañones volantes y un obús y
orden exp resa de incendiar el pueblo, y p asar a cuchillo sus
habitantes, cuyo mandato, cruel e inhumano sabido por Don
A ntonio Porras, A bogado de los R eales Consejos, natural y
vecino de esta C iudad, pasado al enem igo, p or las indiscre­
ciones de partidario® con quienes tenía exp u esta continuam te. su vida, y presentado al Capitán general le dice:
Señor, esa ciudad contra- quién se impone tan sanguinario
m andato es mi patria y a la qe. debo- el ser con mi descen­
dencia, y no puedo m enos de esclam ar por su favor, y si
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
139
m erece el castigo del degüello, aqui estoy postrado pra. re­
cibirlo, y no m e separaré basta alarg ar mi cuello al sable o
conseguir el perdón, ¡tanto de mis parientes com o d'e todos
mis convecinos, y en efecto así se lo concedió, cuya gracia
com unica al m om ento al com andante de partida, y a se­
guida vuelve a instar ante dlho. Sor. C apitán general, omi­
tiese el incendio y saqueo, siendo tan enérgicas sus e x p re ­
siones qe. de un lobo feroz supo trasform arle en manso c o r­
dero, contentándose solo con im poner a la Ciudad cierta su­
ma de m aravedises; y siguiendo la partida francesa su di­
rección encuentra con la avanzada de partidarios a quienes
avanzan con U n continuado fuego de sus arm as y cañones;
llegan a las m urallas de la Ciudad los unos en precipitada
fuga y los otros en su seguimiento lo qe. observado por el
vecindario p erm anente en la era del Cerrillo' d esaparece y
lo mismo la citada partida, y al funesto estruendo del c a ­
ñón sale de la fortaleza la guarnición enemiga, a quién se
había insultado' por espacio de tres días, cuyo Com andante
(cual mastín irritado y rabioso a quien un veneno roedor y
m ortal le despedaza el corazón cad a vez qe. respira qe. c o ­
rriendo sin tino a una y otra parte todo lo embiste y derriba,
todo lo m uerde y despedaza, qe. con la boca abierta, los
dientes agudos y la lengua colgando y palpitante ya se p re­
cipita en los valles, y a ap arece en los cerros, ya atraviesa los
montes, siendo al mismo tiem po el terror de las ovejas qe.
antes guardaba y de los lobos sus enemigos, q e. no con oce
pastor, m ayoral ni zagal, y que exh ala y esparce por todas
partes el mismo contagio qe. le d evo ra) m anda h acer fuego
a todos sus soldados form ándose con el de sus auxiliares un
vivo infierno por dentro y fuera de la ciudad, cuyos vecinos
corren com o fuera de si y en la m ayor am argura a el templo
de Sta. M aría del ¡Prado, recordándola envueltos en lágrimas
qe. en aquel día había quedado m ilagrosam te. por su am p a­
ro) y P atro n a, y así qe. todos confiaban en su® piadosas en­
trañas; otros m ás tímidos se ocultaban sobre las bóvedas y
bajo los altares, esperando la victoria cual .otros vetulianos
dé su valerosa Ju dit; ocurriendo en esta recopilación de
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
140
am argura la casualidad (a nuestro entender) de haber d a­
do a luz Jo se fa de V era (1 ) una herm osa niña junto a la pi­
la bautismal donde se hallaba refugiada, a la que p ra. m e­
m oria se bautizó sin salir de la iglesia, poniéndola el nom bre
de María del P rad o U rbana, com o consta de su p artid a al fo­
lio 2 9 vuelto 2 .a del libro principiado año de 1 8 0 9 , en cuyo
p arto no tuvo la m enor novedad esta interesadá, ni niña.
L os sacerd otes seculares y regulares se prestaban la absolu­
ción los unos a los otros, tanto en sus casas com o en las c a ­
lles y plazas, com o preparándose a el último fin, y lo mismo
los dem ás vecinos que tenían sensualidad y preveían los des­
astres de la guerra y sus terribles leyes. P or último' sale el Gobierno al frente de am bas partidas francesas acom pañado
de las personas m ás con d ecorad as de l a ciudad y qe. en
aquella am arga tribulación pudieron reunirse y con sus e x ­
clam aciones sabias tem plan la furia de los dos Com andtes. y
quedan satisfechos con solo la suma de m aravedises p rom e­
tida, en cuyo interm edio los vecinos refugiados en este tem ­
plo dirigían sus corazones, sus lágrim as y peticiones a el tro ­
no de la m isericordia por las m anos de su SSma. P atron a,
y en efecto, clam ando a Miaría Santísima llama celerad am te.
a las puertas uno de sus buenos vecinos diciendo: ¡P a z !
¡ paz! sirviendo este anuncio de m ayor aum ento a las lágri­
m as de todos, pero las derram aban y a de gozo afectuoso a
su Virgen del P rad o, porque tan claram ente los libraba de
la furia de sus enemigos, en gratitud de lo qual publicará Ciu­
dad Rl. hastia la posteridad ser el día grande, magnífico y de
eterna m em oria el del Señor San U rbano de 1 8 10 , especial-
{ ! ) El Sr. Ram írez de A re lla n o dice que Josefa de V era dio a luz el día 22 de
de m ayo, y fué el 25, día de San Urbano. Yo he lograd o una copia de la partida de
bautismo que dice así:
«En Ciudad Real en 25 de m ayo de 1810 yo D. L oren zo A lm ansa, ten ien te de
cura de la iglesia parroquial de Nuestra Sra. Sta. M aría del Prado bauticé una niña
que nació dicho día y junto la pila de bautismo de esta misma ig les ia , hija legítim a de
Juan García y de Josefa de V era , vecin os y naturales de esta ciudad y parroquianos
de S. Pedro, pósela por nom bre M .n del Prado Urbana, abuelos paternos V ice n te y
Manuela Pozuelos, m aternos Bartolom é y Francisca Ureña. Esta fué su madrina,
a dvertila el parentesco espiritual y dem ás obligaciones y lo firm é, L oren zo Antonio
Gilí A lm ansa «Lib ro 20, fo lio 29 vu elto».
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
Valioso manto de tisú de plata bordado en oro que se regaló a la Santí­
sima Virgen del Prado, p o r disposición testamentaria del M. /. Sr. D. Ma­
nuel Acedo-Rico y Jarava.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
142
m ente los que con un co razó n puro' conserven una sólida de­
voción a su am ante P atron a, la m ás digna del verdadero
• m o r.»
«N ota. P o r este beneficio fué la fiesta p ara que pidió
permiso el Sr. D on Joaquín G óm ez, y en la que predicó el
P ad re C árdenas.»
E n e'1 m anuscrito 1 . 0 6 7 del archivo' parroquial de San­
ta María del P rad o , folio 8 0 de la n o ta 6 .a dice que «un fa­
cineroso llam ado G iraldo, en una noch e de abril de 1 811,
entró a caballo en la iglesia del P rad o y se llevó tod as las
lám paras que hiabía en el altar m ayor, entre ellas una gran­
dísima que tenía ca to rce o quince luces, una porción de her­
m osas perlas, el cetro' del Niño y varios cálices y p aten as».
Seguida la pista fué alcan zad o ce rca de B ad ajoz, p or donde
sin duda, intentaba p asar la frontera, y fusilado por orden de
C astañ os.»
L o que no- dice el m anuscrito es si se recuperaron los
objeto* robados.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
XIV
Siguiendo1 la búsqueda de no­
M ás notas interesantes.
— Prim era colación de
Ordenes sagrad as y cons a g r a c i ó n de S a n t o s
Oleos que se celebran en
Ciudad Real. — La torre
de la iglesia parroquial
de 5ta. M aría del Prado.
— 5 u s modificaciones.
— Honras fúnebres por
la Reina Isabel, segunda
esposa de Fernando VII.
tas útiles en el y a tantas v e ­
ces espigado archivo de la p a ­
rroquial m ayor de Santa M a­
ría del iPrado (iglesia d e la
M erced) encuentro en el libro
2 6 de bautismos, folio 137 y
siguientes, algo' nuevo y muy
interesante de la guerra de la
Independencia que tiene rela­
ción con nuestra capital, y en
el mismo docum ento el de­
talle de la prim era colación
de O rdenes sagradas y consa­
gración de Santos Oleos celebradas en Ciudad R eal por el
Obispo de Caristo ante la Virgen del P rad o, cuya im portan­
cia no es necesaria señalar.
D ice así:
«H allándose la m ayor parte de la España poseída por
los enemigos franceses, sus fortalezas tom adas, nuestros c a ­
tólicos reyes desposeídos d e su trono, y llevados a la F ra n ­
cia p o r la astucia y maldad de Napoleón, con todas las p er­
sonas reales, afligiendo a los españoles con los desastres de
una injusta guerra por espacio de seis años, coronando a la
fuerza a su herm ano José, obligando’ a esta leal N ación la
aclam asen su rey, lo que se hizo con dem ostraciones pura-
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
144
mente exteriores y haciendo disimular con crecid as guarni­
ciones de sus pérfidos soldados, acan ton ad os en los pueblos
y ciudades (com o se verificó en esta desde el 2 7 de m arzo
de 8 0 9 en que el ejército enemigo (penetró el puente N olaya,
después de sufrir un vivo fuego de artillería el día veinte y
seis domingo de R am os este año, en el1 que m anifestó el pai­
sanaje el am or a la P atria y su R ey p or el crecid o núm ero que
se congregó alarm ado co n la trop a y en su en trad a se siguió
una casi dispersión de sus vecinos abandonando sus casas e
intereses, juntam ente que los Sacerd otes y Religiosas de
sus C onventos quedando la Giudad en una extrem a am ar­
gura y soledad, co n sus Iglesias y tem plos cerrados, en lo
que recibián m ayor desconsuelo el corto núm ero de personas
que quedaron carecien do de los Divinos oficios en tod a la
Sem ana Santa h asta ‘que regresado' a e sta Ciudad e' Iglesia su
Cura P árro co con uno de sus beneficiados Don Ju an de M ata
G óm ez, llevados del am or a sus feligreses, de su ardiente
celo, e intrepidez por la L ey sainta de Dios, dió principio a
la celebración ppa. cantando la Salve en el sábado santo a
M aría Santísim a nuestra P atron a, a cuyo repique de ca m ­
p anas se congregaron en su templo' llorosos vecinos de tan
afligida ciudad, que con el pálido sem blante m anifestaban
la tristeza de su corazón, a í m ism o tiem po que rebosaban en
gozo, y ya nada tem ían al verse p ostrados delante de su fa ­
voreced ora y com pasiva M ad re) el afecto y verdadero1am or
que los nobles españoles tenían y con servab an a su llorado
y prisionero1 R ey Fern and o VII. E n esta ép o ca tan lam en-,
table y digna de eterna, m em oria: Estando' la ciudad de T o ­
ledo y co rte de M adrid por estos inhum anos ejecu tores de
la m aldad, y viéndose em igrado, fugitivo y ausente de su
centro el M'. limo'. Sor. Don A tanasio Puyal, Obispo de Caristo, Auxiliar de M adrid, G obernador d el A rzobispado,
por el EmmO'. Cardenal de Scala, Don Luis de Borbón. Arzobispo d'e T oled o, em igrado en la ciudad
de C ádiz, única fortaleza que con la isla de L eón , C artag e­
na y A licante, fué libre de la tiranía de tan d ilatad o ejérci­
to que pasaba de 5 0 0 , 0 0 0 soldados d e tod as arm as, regresó
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
145
a esta muy noble y leal ciudad de Ciudad R eal en la tard e
del 3 de abril de 8 1 3 y celebró las O rdenes m enores y m a­
yores en esta Iglesia parroquial de N.a Sra. Santa M aría del
P rad o la M ayor, habiéndose recibido a S. I. con repique de
cam panas, saliendo' formado' todo el clero ia la puerta de la
iglesia con sobrepelliz, cap a y cruz procesional de color
blanco, llevando el hisopo el Sr. Don P ed ro Sánchez del
Pulgar, com o teniente beneficiado m ás antiguo, el que dió
a S. 1., quien bendijo a el clero y pueblo num eroso que se
hallaba congregado; después pasó a las gradas del altar
m ayor donde hizo oración secreta a S. M. sobre una al­
m ohada de d am asco puesta a este fin y concluida pasó a las
m enores O rdenes sentado (en el mismo sitio) en Una silla
de brazos asistiendo los señores Don Luis V alverde y Saravia para la obtención del báculo y p ara la de la m itra Don
Ju an de M ata G óm ez, am bos de sobrepelliz, y tenientes b e­
neficiados de la misma, y concluidas que fueron se despidió
a S. I. en la propia form a que se recibió. L a s O rdenes m a ­
y ores fueron celebradas en la m añana del día 4 , a las que
asistieron los señores que quedan relacionados; y a su final hi­
cieron los que las recibieron procesión por fuera de la igle­
sia llevando la cruz y ciriales, saliendo' p or la puerta de la
um bría y entrando por la del Sol, no llevando cap a en ella,
y p a ra que todo con ste lo sigñO’ y firmo yo Jo sé A ntequera,
juntam ente que el Sr. C ura como' N otario propio ordinario
de diligencias del tribunal eclesiástico' de esta ciudad y su
partido, en ella a 4 de abril de 1 8 13 . E s testimonio' de ver­
dad. Un signo notarial Dr. Alfonso L óp ez N oajas, (rubrica­
d o) Jo sé A ntequera (ru b ricad o .)»
«En la muy noble y leal ciudad de Ciudad R eal en
15 días del mes de abril de 1 8 1 3 . P or las m ism as circuns­
tancias que quedan relacionadas en 1a. anterior noticia, di­
ch o Sr. Ilustrísimo siguiendo los pasos que en todas épocas
han dado nuestros antepasados de celebrar y h acer en esta
iglesia parroquial de N.a Sra. Santa M aría del P rad o la m a ­
y or todas las funciones de preferencia, desde que se verificó
la fundación de esta ciudad por el milagroso aparicim iento
to
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
146
de María. Santísim a, com o bien claram ente se evidencia por
p or la m em oria que de unos en otros ha ido descendiendo
hasta nuestros días, y de los m uchos testimonios que lo pu­
blican conservados en las C asas Consistoriales y archivo de
su iglesia y sobre abundantem ente pone a nuestra vista los
R eales estandartes, pendientes en la bóved a de su magnífi­
co y suntuoso- tm-plo, de los .Reyes coronados en las E sp añas verificó en ella la consagración de los Santos Oleos co n ­
form e lo ha de costum bre en la San ta Iglesia C ated ral de
T oledo, para cuyo fin se dispuso una espaciosa m esa junto
las gradas del A lta r m ayor con cinco varas de longitud y dos
de latitud cubierta de blanco, adornadla; en la form a más
agradable que presentaba una g reca de galón m orad o y ho­
jas de laurel, sobre la qual se pusieron quatro floreros de
m anos en esta fo rm a: en medio de ellos un Crucifijo de p la­
ta, con seis candeleros y velas encendidas, y las celebró su
lima, de Pontifical, asistiéndole com o M aestro del Pontifical
con cap a blanca el Sr. -Don Jo sef O rtega y C añedo, V i­
cario V isitador Ju ez E c c o . ordinario de esta Ciudad y su
p artido con dalm áticas el Sr. C ura propio de dha. P a rro ­
quia y -el Dr. Don Bartolom é M artín de la de San P ed ro ;
de Ministros de A lta r tam bién con dalm áticas Don E steban
R am ón Sánchez de -León Cura Vicario- de la de Santiago, y
Don P edro Sánchez del Pulgar, Teniente beneficiado- de
esta de Sta. M aría, asistentes del báculo Don Serafín Pinto,
Cura -propio de Ballesteros, éste con Sobre-pelliz y para
la mitra Don Juan de M ata G óm ez, tam bién teniente bene­
ficiado de esta iglesia, sirviendo de M aestro de cerem onias
el de la Santa. Iglesia, de- T oledo, vistiéndose de prebíteros
los Sres. Don L oren zo A lm ansa, teniente de cura,, Don Jo sé
Sabariegos, Don Jacin to Cruz, Don A ntonio A larcón , Don
A ntonio M olina, Don Benito Salcedo, caps, de dha. P a rro ­
quia, con Don Fran cisco Mohíno, Teniente beneficiado, Don
Antonio- L eón , Don Juan P alacios, Don R am ón V elard e,
Don Manuel R ivas y Don Antonio San-darrubias, los tres. T e ­
nientes beneficiados de San P ed ro, y los dos capellanes de
Santiago, de donde es teniente beneficiado el Sr. V elard e, y
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
147
de diáconos Don Dionisio Ruiz del V alle, Don Juan Toral,
Don Santos Encina, Don Jo sé T oral, Don Francisco C ár­
denas, Don Jo sé Carrillo y Don Manuel Calderón de la
B arca, Capellanes y asistentes del coro de la parroquia ci­
tada de Sta. M aría siendo los vestidos de subdiáconos Don
Jo sé Cortés, Don Jo sé Orozco-, Don Francisco D elgado, Don
Antonio A ceved o , Don Pedro Monja, Don Jo sé M orales, y
Don Jo sé María O rm aza, asistente al mismo coro, y los an te­
riores a los de S, Pedro y Santiago para todos los cuales
se colocaron en las dos bandas de la m esa veinte y seis si­
tiales de dam asco, dejando lugar suficiente p ara el servicio
de ella, y en su cab ecera, mirando al altar m ayor un recli­
natorio p ara Su lima, éste de tisú y junto, de él la silla de
brazos con alm ohadón a los pies, sobre la cual pendía de la
b óved a un dosel bordado de todos m etales: y a sus lados
o tras cinco sillas, tam bién sin brazos, éstas p ara los minis­
tros del Pontifical y a lta r: quedando otro dispuesto en la
sacristía con frontal blanco, en el que se colocaron las cris­
m eras o am poyas hasta tanto que las sacaban en procesión
form ada con ellas y los subdióconos hasta la m esa de la con ­
sagración en la iglesia, a la que asistía la cruz procesional
con acólitos; y concluida la cerem onia de la consagración
se despedía a su lima, com o ya queda exp resad o; quién,
igualmente tuvo a bien de asistir a las tinieblas de Sem ana
Santa, p ara cuyo fin sele colocó la silla con alm ohadón y re­
clinatorio con dos palm atorias en él en la m ediación del
coro, teniendo a los Sres. asistentes a la derecha e izquier­
da com o asiento- de preferencia, debiéndose advertir que las
am poyas de la consagración fueron sacadas de Toledo cuan­
do esta ciudad se hallaba con guarnición francesa, todo lo
cual se estam pa para que conste signado y firmado por mí
Jo sef A nteq uera, con el Sr. Cura com o notario propio or­
dinario de diligencias del Tribunal E cc o . de esta ciudad y
su partido en ella a 1 6 de abril de 1813. E s testimonio de
v erdad; hay un signo notarial Dr. Alfonso L óp ez Noajas
(ru bricado) Jo sef A ntequera (ru b ricad o ).»
Y a hemos visto que en 1 7 8 0 hubo que derribar la to ­
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
148
rre de la iglesia de Sta. M aría del P ra d o porqu e am enazab a
ruina -por h aber sido alargad a por el cab ild o eclesiástico.
E n 2 0 d e sep tiem bre de 1 8 1 7 com enzóse su reed ificació n .
E s muy interesante el a cta que se enterró con la prim ra pie-
D . Tomás Barrera
Insigne músico manchego.
dra de la obra. Figura en el libro 2 7 de bautism os, folio 100
vuelto y siguientes, y dice así:
«Copia de lo conten ido a la letra en el pergam ino co lo ­
cado en una c a ja de plom o y está en la primeria- piedra de
elecció n de la torre de la Iglesia parroquial miayor de Nuestra
Señ ora San ta María- del P rad o ; en cuya c a ja se pusieron igual­
m ente dos guías de forasteros, una del E stad o eclesiástico,
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
149
secular y regular, y la otra del político y militar, am bas de
este año d e mil ochocientos y diez y siete con m ás las m one­
das siguientes: un duro fabricado en dicho año, una pieza
d e dos cuartos del mismo, un real de plata de la p ro clam a­
ción de nuestro m onarca Don Fernando VII y un realito de
Ocho cuartos y medio de dicha aclam ación.
«Principióse esta torre sábado día 2 0 del mes de sep­
tiem bre de año de 1 8 1 7 reinando en. las Españas el Señor
Don Fernando VII, gobernando la Silla, de San Pedro
nuestro Santo P adre P a p a Pío VII, siendo arzobispo de T o ­
ledo el EmmO‘. Sr. Cardenal de Scala, Don Luis de Borbón, y V icario eclesiástico1 de esta ciudad de Ciudad Real y
iu partido el Sr. Dr. Don Manuel Antonio del Campillo y
C astaños: cura párroco de esta Iglesia, M ayor de N.11 Sra.
Sta. M .a del P rad o el Dr. Don Alfonso Lóp ez N oajas; M a­
yordom o de fábrica Don Pedro Sánchez del Pulgar, pres­
b ítero: Intendente de esta provincia1, capital de la Mancha,
Don Pedro Nolasco V élez; Corregidor Don Ferm ín Diez;
la planteó y construyó el arquitecto académ ico de mérito
de la R . A cad . de S. Fernando, Don Jo sé Joaquín de Troconiz; su ap arejador Don Joaquín R om ero, natural y veci­
no de esta ciudad — Beneficiado de dicha Iglesia m ayor el
dicho Don Pedro Sánchez del Pulgar, Don Lorenzo Antonio
Gil de A lm ansa, Don Juan de M ata G óm ez y Don Luis Valverde y Saravia— Capellanes Don José Sabariegos, Don
Fernando Muñoz, Don Benito Salcedo, Don Dionisio Ruiz
del V alle, Don Jo sé María O rm aza, Don Antonio G arcía
A larcón , Don A ntonio Molina, Don Santos Encin a, presbí­
teros, Don L eón T oral, diácono, Don Agustín A lcázar, idem,
Don Joaquín Maldonadoi, Don José G arcía ■
— Sochantre T o ­
m ás G arcía, Organista F r. Juan del Santísimo, Sacristán P e ­
dro Cazallas, Pertiguero Esteban González, C am panero1Juan
Ruiz del V alle— Individuos del ilustre Ayuntam iento, regi­
dores Don Diego Muñoz, Don V icente C urruchaga, Don t élix M artínez, Don R am ón G arcía, Don Manuel Mena, Don
A lvaro M aldonado, Don Miguel R ecio, síndico — Personero
Don Pedro Patiño— Diputados Don Juan P laza, Don Juan
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
150
Salced o , D on Jo s é Sand arru bia, D on Jo s é M arín — E sc ri­
bano D on M anuel D ávila, Portero- Jo s é G a rcía , A lca ld e b a ­
rrio-, Ju an Velázquezr^- C ertifico yo e l N otario M ayor del
tribunal eclesiástico de -esta -Ciudad R ea l, y del exped iente
de la o b ra ser efectivo cuanto- se expresa, y en fe de ello lo
firmo P ed ro A b ad L eó n y P atin o . — L o escribió Jo s é A n te ­
quera sacristán de dicha iglesia M ayor en año de I 8 1 7— .
Obras'en la torre de la Sta. Iglesia Prioral
E n 1 89 5 , co m o verem os m ás ad elan te se hizo o tra re­
form a en la torre, tal y com o a p a re ce en nuestro foto grab ad o .
E n el folio 3 2 y siguientes del libro m anuscrito núm e­
ro 1. 018, tan tas veces citad o, en con tram os la reseña del so­
lem ne funeral que se hizo en el tem plo de la V irg en del P ra ­
do por el almai de la Reina- Isabel segunda esposa de F e rn a n ­
do V II, funeral que fué organizado por los regidores D on V i­
cen te Curruchaga y D on M anuel M essia de la C erda, en unión
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
151
del arquitecto Don Joaquín Romero- y con el permiso- del Dr.
Don Jo sé -Francisco G óm ez -Freire, Cura propio de dicha
iglesia parroquial. E ste funeral se celebró -el 1 6 de enero de
18 1 9, y la descripción que -se hace del mismo, es com o sigue:
«El túmulo- levantado en el centro de la iglesia estaba
form ado de «un zócalo poligonal de tres lados iguales imi­
tando á m arm ol negro de S. Pablo, estrellado y floreado de
blanco todo el fondo y partes donde prom etía la m ejor vis­
ta-, dándole de diám etro todo el ancho de la iglesia (c o rta ­
da p or un extrem o) que contiene sesenta pies de latitud y
seis de alto, dejando el retablo correspondiente, siguiendo
lina espaciosa gradería con siete pies de altura, hasta su pi­
so cuadrado de treinta pies de diám etro, sobre el cual se
form ó una hermosísima capilla de treinta y seis pies de
elevación hasta él arranque de la bóveda de un so-lo frontón
ó fachada, que después se adornó con una cenefa- de am a­
rillo, estrellas y enram ados de blanco, colocando uno y otro
con tod a delicadeza y gusto, cubriendo los otros tres co s­
tados un pabellón que nace de la coron a de la bóveda,
con stan te de noventa pies de altura, en cuyos dos costados
daba principio un -soberbio em pilastrado con su correspon­
diente cornisa de orden dórico, pílastria-s color imitado al
m arm ol oscuro de Benajar, basas y capiteles al- amarillo d-e
Cuenca, y la cornisa del alquitra-va al ceniciento de U rda,
indicando el buen orden y colocación- de estos colores el
real y doloroso m otivo par-a que se construía, habiéndose
cubierto de negro to d a la bóveda y capilla por sus tres co s­
tados con la misma circunstancia del adorno ya citado, y en
su medio se elevaron tres cuerpos cuadrados, infundiendo
respeto la -extensión y primor oo-n que tod os fueron vestidos
y adornados, siendo el primero de doce pies de diám etro y
diez de alto, color de m arm ol oscuro-, estrellado de blanco,
en cuyo frente se hallaba escrita la r-otulata siguiente:
Pálida m uerte cruel
que con rigor sin igual
Ni desprecias el sayal
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
152
Ni respetas el laurel.
No te presum as infiel
Que á tus m ortales arpones
No liay hum anas execepciones,
Pu es aunque á Isabel heriste,
Con ellos no la venciste
Pues vive en los corazones.
»E1 segundo cuerpo constaba de ocho> pies de diám e­
tro y siete de elevación, se hallaba guarnecido de esquele­
tos form ados de sedas b lancas y am arillas, sobrepuestas en
terciopelo negro, y en los ángulos varios atributos reales, y
en el tercer cuerpo, que solo constaba de cuatro pies, re­
presentando la urna sepulcral' donde se guardan las cenizas
de la R eina Nuestra. Señora, colocánd ose sobre el cúspide
de la fachad a principal de la urna un rico alm ohadón de
terciopelo negro con galón de oro que sirvió de base á la
R eal coron a y cetro, que al intento, se construyó p ara la
m ayor dem ostración de la triste y dolo rosa escena que re ­
presentaba y á su frente se hallaba la inscripción siguiente:
O ccedit Sol in m eridie
C. A m os. Prof. Cap. 6.
»L a fachad a principal y sus costad os la guarnece y
herm osea un barandilla]e im itando m arm ol color amarillo.,
y sobre los ángulos del frente se form aron dos pirám ides
sobre que se colocaron á el lado derecho las arm as reales y
al siniestro, las de la Ciudad, delicadam ente ad ornad as, ele­
vándose desde el centro, del barandillaje, que m anifestaba
un dilatado balcón, un Crucifijo, de prim orosa escultura, con
1 6 pies de alto, hasta el extrem o de la cruz, rem atando, to­
da la mole cerca del nacim iento del pabellón que la cubre,
pendiente de la piedra clave que cierra la herm osa b óved a
de este adm irable tem plo, y p ara que no quedase p arte al­
guna sin .el requisito del ad orno term inante á la m ayor so­
lemnidad, pom pa y ap arato correspondiente á la R eal so-
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
153
b eran a, y aunque la Ciudad quería m an ifestar los sentim ien­
tos de d olor y co n g o ja que le había causado la pérdida de una
reina tan grande, caritativa y piadosa, fueron p o b lad o s to ­
do los ángulos del zócalo, gradería, cuerpo® y dem as esp a ­
cios que lo perm itían, con gran porción de can d elab ro s im i­
tad os á bro n ce, y entre estos otros m as pequeños de plata,
co lo cad o s sim étricam ente, sobre los que ardian cirios a m a ­
rillos y otros de d iferen tes form as con ach etas y antorchas,
d istribuyéndose multitud de can d eleras de b ro n ce y varia-
Valiosa arqueta-relicario de marfil, del siglo XIII, que
habla en la Parroquia de Madre de Dios, de Almagro,
y que f u é destruida p o r la horda roja.
ción de gustos, hasta el pavim ento de la iglesia, el que m i­
rado b a jo un punto con la co ronación del crucifijo*, m ani­
festaba un solo grupo de lu ce s en form a piram idal, de m o­
do que unido* lo' m isterioso de cuanto con ten ía, con la gran
de arquitectura adorno con que se hallaba vestido, m arav illo­
sam ente ilum inado por m as de setecien tas luces, se veia un
esp ectácu lo, el m as triste, al mismo tiem po que adm iraba
lo m agnifico del arte y prim oroso gusto del arquitecto*.
»E n un zócalo fueron puestas las dos inscripciones si­
guientes :
Estrem um gaudii luctus
O cupat.
iProv. 14.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
154
Pelida m ora équo pulsat p ede
Pauperum C avernas Regum que
turres, (s ic )
O rac. od. 4 .° m (s ic )
Celebró la misa, ipor enferm edad del cura, el benefi­
ciado Don L uis V alverde y Saravia, com isionado del Santo
oficio de la Inquisición, y predicó el muy R . P . F r. Jo sé F e r­
nández T oral, guardián del convento de franciscanos, y
asistió todo el vecindario con todas las autoridades. T erm in a­
do el funeral el A yuntam iento recibió allí el pésam e de los
asistentes, siendo después despedido en las puertas de la
iglesia por el clero dé la parroquia. E sta s honras fúnebres tain
solem nes dejaron im perecedero recuerdo'.
E l 7 y el 14 de febrero de 1 8 1 9 hubo tam bién fune­
rales p or Carlos IV y su esposa M'.a Luisa de B orbón, padres
del M onarca.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
XV
P a n o r a m a som brío —
Manctiegos del siglo XIX
— El cólera en 1855.—
Horrible m ortan dad.-U n
alcaide m odelo.-Isabel ii
y su hijo el Príncipe de
Asturias uisitan a nues­
tra ínclita P a tro n a .-R o ­
mance de D. Agustín 5aIid o .-L as lagunas de los
Terreros.— Bautizo sun­
tuoso por una tormenta.
— El Cardenal M onesci11o, siendo Obispo de
Hae'n, uiene en 1870 a
predicar un Triduo ante
la Virgen del Prado.
E l panoram a que ofrecía Ciu­
dad R eal, y a muy entrado el
siglo X I X no podía ser más
som brío. 'Los desaciertos de
«arriba» y las desconfianzas de
«abajo» unidos a la típica
Idiosincrasia manchegai, siem­
pre preñada de negligencia y
pesimismo, dieron origen a
una cierta inquietud y cons­
tante m alestar. L os errores de
la exclaustración, la venta de
los bienes de la iglesia de una
parte, y de otra, el no tener
presente los sabios consejos
de Doña Oliva Sabuco de
Nantes, respecto a las plagas
de langosta ni a las medidas
p ara com batir y atajar las epi­
demias del cólera y viruela que cuatro siglos antes Labia ya
puesto en p ráctica en Baeza, con el m ayor éxito el notabilí­
simo m édico navarro H uarte de San Juan, aum entaron el
colorido calam itoso del panoram a.
Un hijo ilustre de Ciudad R eal, de noble y linajuda es­
tirpe m anchega, «por los cuatro costad os», es decir, por
* apellidos, y figura de gran relieve en la prim era
m itad del siglo X I X , Don Diego M edrano y Treviño, escri­
bió una obra intitulada Consideraciones sobre el estado eco ­
n óm ico, m oíal y político de la provincia de Ciudad R eal.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
156
(M adrid 1 8 4 3 ) que es un precioso' an teced en te ipara la H is­
toria m oderna de esta región. Fué ministro y V icepresiden­
te del Estam en to de P roceres.
Cuando la ola revolucionaría de F ran cia estaba más
encrespada, en 2 7 de octubre de 1 7 9 3 , nació en G ranátula
el general Don B ald om cro E sp artero . ( 1 ) De humildísima
familia, su padre era carretero, subió paso a paso todos los
escalones de la milicia, llegando a ser R egente del reino.
N osotros le debem os la fundación del Instituto de 2 .a ense­
ñanza en 1841 y con tal m otivo el A yuntam iento que p re ­
sidía Don V icen te Serrano, díó su nom bre a 1a. calle de T o ­
ledo, por donde entonces se pasabai a dicho cenltro docente,
rotulado que ha durado un siglo.
Se casó en L ogroño, donde vivió g r a n e a r te de su vida,
y murió el 8 d e enero de 1 879.
U na de las veces que vino al pueblo natal entregó su
bastón de mando a la Virgen de Zuqueca.
E l 9 de abril de 1 8 1 0 nació en iPiedrabuena el gene­
ral del ejército de la tradición Don V icen te Sabariegos y
Sánchez. No es la p rim era vez que hablo de este insigne
m anchego. En noviem bre del 2 8 record é en un artículo
biográfico sus m éritos y servicios, artículo del que m e dijo en
cariñosa ca rta Jaim e C h icharro:
— «Tiene usted razón, la noble figura de Sabariegos
bien m erece un recuerdo. P o co s com o él pueden presen tar­
se com o p rototip os de esta hidalga raza española, sobre la
que ya pasa tam bién la corriente m aterialista que invade el
mundo. P o r eso al levan tar sobre el' pavés su nom bre hace
usted patria y con ello rem om ora virtudes de esta gloriosa
E sp a ñ a ...»
(1)
Cuando nuestro g lorioso Caudillo, e l G en eralísim o F ranco, vin o re c ie n te ­
m ente a Ciudad Real, visita que relatam os en otro capítulo, e l Presiden te de la D i­
putación D. M annel de A ranaa al entrar al salón principal m ostróle la g a lería de
hijos ilustres y al reparar el C audillo en Espartero, dijo: —N o sabía que era de aquí.
—Señor, sí —contestó A randa— nació en Granátula.
Entonces record óse por algunos e l incidente desarrollado años antes en el
Ayuntam iento con m otivo de la visita que en tiem pos de la Dictadura hizo a este
pueblo el G en eral Prim o de Rivera. En dicha visita am igos «o ficio s o s» de D. M ig u el
sabiendo aue estaba distanciado del G en eral A gu ilera , retiraron e l retrato de éste
del salón de sesion es, y al en terarse Prim o de R ivera, exclam ó:
—Han hecho m al, yo nunca puedo v e r con m alos ojos que las provincias en sal­
cen a sus hijos ilustres.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
157
Sabarieg o s llegó a M ariscal de cam po en el ejé rcito de
D on C arlos y au nque varias veces quisieron reco n o cerle sus
grados en el ejército contrario, él se negó siem pre, p refirien ­
do vivir pobrem ente en la em igración a traicion ar sus id ea­
les. E ra un gran pintor de figura y gracias a sus p inceles pu­
do sostenerse en L o n d res y Portugal, d on d e habitó m ientras
no había guerra.
Murió al frente de sus fuerzas cer­
ca de D eleitosa (E x trem ad u ra) el 6 de
noviem bre de 1873.
D ice uno de sus historiadores que
era tal la condición de Sabariegos que
por donde pasaba «sem brábase le a l­
tad, honradez y patriotism o.»
En el palacio de L o redan se esti­
m aba mucho la noble figura de este
manchegO' insigne, que si ahora vivie­
ra sería uno de los entusiastas de núes- [) y¡cen{e Sabariegos.
tro' glorioso caudillo, ya que eran tam ­
bién postulados sacrosantos de su bandera Dios y Patria.
Bien m erece, por tanto, Sabarieg o s que se perpetúe su
nom bre. Q ue antes no se hiciera tiene en nuestro pueblo
exp licación, pero ahora no, y m enos aquí, donde parece
tenerse en tanto aprecio a los p rofesionales de la pintura,
que obtienen com o nadie el privilegio de la inm ortalidad
pueblerina.
F orm a parte de la lista de santos sabios y héroes que
tien e entre sus hijos esta provincia el C ardenal D on A ntolín
M onescillo y V iso, nacido en C orral de C alatrava el 2 de
sep tiem bre de 1811. V icario en E step a, canónigo en G ra ­
nad a y M aestreescuela en T o le d o , fué en 1861 O bispo de
C alahorra, de donde pasó en 1 86 5 a la diócesis de Ja é n . En
1 8 6 9 fué diputado a cortes, siendo notabilísim o su discurso
sobre la unidad religiosa. N om brado en 1 87 7 A rzobispo
de V alen cia, donde hizo su entrada el 5 de octubre, realizó
una vida de sacrificio y caridad que aún se recuerda con
aplauso. En una ép oca de escasez horrible que asolabai aque-
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
158
lia región llegó a vender su co ch e y h asta dió su paga p ara
los necesitados. E n 18 8 4 recibió el capelo cardenalicio y en
1 8 9 2 L eón X III lo llevó a la Silla prim ada de T oledo. P o ­
seía una gran, cultura y era un excelen te o rad or. Sus p astora­
les son m odelos en su género y otro tanto se puede decir de
sus Serm ones y panegíricos, reunidos en seis tom os. Dejó
varias obras teológico-filosóficas y últim am ente escribió una
Salve a la que puso música el m aestro M'ancinelli y fué can ta­
da por p rim era vez en la iglesia de San Fran cisco 1el G rande,
de Madrid, el 8 de diciembre de 1 892.
E l insigne C ardenal murió en T oled o el 1 1 de agosto
de 189 7.
/Mediado el siglo X I X , en el verano de 1 8 55 , hubo en
Ciudad R eal una horrosa epidem ia colérica qué ocasionó
millares de m uertes. Fué tan grave y de efecto s tan fulmi­
nantes que daba inmensa pena ver sus estragos. Hubo casa
en que murieron todos los vecinos y m uchos enferm os caían
en las calles com o heridos por un rayo,. L o s m édicos se mul­
tiplicaban en vano. L o s cam illeros no daban sosiego, a su
profesión. E l terror invadió al vecindario y no tuvo peores
consecuencias porque entonces había un alcald e m odelo,
ejemplarísimo1 que debe record ársele siem pre con ad m ira­
ción y cariño. E ra el alcald e Don Jo sé Sotero, un co m ercian ­
te de tejidos, de no gran fortuna pero dueño de un enorm e
corazón puesto al servicio de la caridad. Prim ero impuso, su
autoridad para que no faltase el suministro diario d e la pla­
za, ni los elem entos a la sanidad pública. Se hacían hogue­
ras desinfectantes con b rea y azufre en las esquinas de las
calles y en las habitaciones que. ocurría alguna defunción,
se fumigaban enseguida con ácid o nítrico, y cob re. De su
bolsillo particular se costeab an diariam ente unos doscien­
tos cocidos p ara los necesitados, y él mismo visitaba a los
enfermos, consolaba a las familias y hasta enterraba a los
muertos. N ació y vivió Don Jo sé Sotero en la casa que había,
donde hoy se levan ta la de Don Joaquín R ico, en la calle
de M aría Cristina, frente a la de la Cruz. Y en aquella casa,
que yo he conocido, vivió más tarde D on M arcos Rubio.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
159
P o co o n ada he dé decir de los reyes que siguieron a
Fernando V il. Isabel II y su hijo el Príncipe de Asturias,
que luego fué Alfonso X II vinieron a Ciudad R eal el día 9
de diciembre de 186 6. L es acom pañaba el P ad re Claret.
V isitaron a la Virgen del Prado cantándose un solemnísimo
Tedéum . E r a G obernador civil el ilustre m anchego Don
Agustín Salido y E strad a, que les hizo un com pendio de la
H istoria de Ciudad R eal y de nuestra ínclita P atron a en
bien escrito rom ance del que entresacam os lo siguiente:
De la entrada en Pam plona de la imagen de Nuestra
S eñora del P rad o , llevaba por Musen R am ón Floraz para
presentarla al M o n arca navarro Sancho el M ayor.
«Entró en Pam p lon a la Imagen
en hom bros del alto clero,
y precedida de músicas,
y de nobles, y de pueblo,
y de cruces parroquiales,
y de tropa y de con cejos,
cerrando, la com itiva
Don Sancho, empuñando el cetro .
Llegó a Palacio la Virgen,
y el R ey dando fin al rezo,
prosternado an te la Imagen
hízole asi acatam ien to :
«Señora, la de mi casa
«seréis desde este m om en to;
«V os dirigiréis, mis pasos;
«V os m e prestaréis con sejo;
«V os daréis fuerza ia mi trono
«y fuerza a mis m andam ientos,
«y V os, en fin, a mi espíritu
«os lo llevaréis al1 Cielo.,
«No saldréis m ás d e mi casa.,
«os lo jura el caballero,
«y lo. ofrecido, lo mando
«a mis hijos y a mis nietos.»
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
160
Y .es histórico, mi ¡Príncipe,
que aquella M ad re del V erb o,
en Palacio- y entre R eyes
estuvo por mucho tiempo,
com o A b ogad a y P atro n a
d e la R e a l familia y ¡Reino.
Lleváron la en regias tiendas
lo-s R eyes con santo celo,
a conquistas y batallas
co n tra el infiel sarraceno,
teniéndola an te los muros
de la ciudad de Toledo,
los seis años que- durara
aquel m em orable cerco ,
hasta que entraron triunfantes
precedido de sus tercios
en la ciudad imperial,
la Virgen, y Alfonso- S exto ».
Del fervor que sentían p or la Virgen del P rad o los
M onarcas españoles.
¡(Aquí estuvieron, Señor,
en nuestra Virgen del P rad o,
Reyes, P ríncipes e Infantes
divina gracia im plorando:
y consta tam bién, Señor,
que a l Príncipe -Don Fern and o
y a ¡su m ujer D oña Juana,
desde Sevilla los trajoD oña Berenguela, a- fin
de a la Virgen presentarlos,
en noven as solemnísimas
que seis sem anas duraron.
Hizo la R eina presentes,
a esta Imagen, que guardados
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
con el esm ero debido
con el esmero debido
están en su relicario;
y este traje que hoy ostenta
de piedras y -d e brocado',
y esas lám paras que alum bran,
y esos cálices sagrados,
y esa cam pana que atruena
con sus ecos los espacios,
regalo son de aquel Niño,
al que acogió com o, ahijado,
y al que de R ey de la tierra
lo tornó en el cielo un Santo.
D ícenos tam bién la historia,
que aunque mal voy extractan d o,
que vuestro Abuelo Felipe,
a quien Segundo llam aron,
de una grave enferm edad,
vióse súbito atacad o ,
en sus últimos m om entos
a esta Imagen invocaron
en su nom bre, los d evotos
de nuestra Virgen del P rad o,
sintiéndose el mismo día
el R ey tan bien y tan sano,
que R ey y C orte tuvieron
el suceso por milagro.
Y así fué: ganando horas
partió a Madrid a caballo
de la santa cofradía
el m ás diligente herma r
con la credencial auténtica
de m ayor, y de que orando
quedaba la Cofradía
por la salud del hermano,
desde aquella misma hora
en que el R ey sintióse sano,
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
162
y consta en la misma Crónica
que acep tó Felip e el cargo,
y que hubo grandes festejos
por festejar el m ilagro,
que obró en bien de vuestro* Abuelo
la Santa Imagen del P rad o.
Y el tiempo* siguió su curso
y Ciudad R e a l'p ro sp e ra n d o
en im portancia y riqueza,
y en d on es de Soberanos,
hasta que siglo tras siglo
su valer fué am inorando,
y hoy no íes m ás que u n a C iudad
com o pudo serlo A larcos,
antes que los sarracen os
la entrasen a fuego y saco.»
P or lo dem ás de la visita de Isabel II tenem os e.1 triste
recuerdo de los m uertos que ocasionó en la estación de Daimiel la máquina exp lorad ora que iba delante del tren real.
Fausta m ejora se ejecuta en C iudad R eal en el 6 8 con
la desecación de las pestilentes lagunas de los T erreros, que
llevó a feliz térm ino Don Agustín Salido, G obernador civil
y A lcald e C orregidor. E n mi libro M em orias de un estudian­
te de S alam anca inserto am plios detalles de esta feliz refor­
m a y el retrato del insigne Salido a quien tanto debe esta
capital.
E n m ayo de 1 8 7 0 ocurre un hecho que tiene tod as las
características de un verdadero m ilagro de la Santísim a V ir­
gen. V éase có m o :
E n mísera co cin a, medio hundida, de una ca sa de ca m ­
po que ha tiempo se derrum bó, no lejos de Peralvillo, habi­
taba en m ayo de 1 8 7 0 un m odesto matrimonio' sin m ás m e­
dios de vida que los p ocos que obtenían con la venta de a re ­
na en la capital. P ob re era todo en aquel albergue, pero en
una de las paredes no faltaba la estam p a d'e Nuestra Señora
del Prad o.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
163
E l 16 de m ayo de dicho añ o el com an d an te, dos c a ­
p itanes y dos su balternos del batalló n de Sa n Q uintín que
guarnecía a Ciudad R e a l, y sus resp ectiv as fam ilias, m ás el
guarda m ay or de m ontes S r. A leg re, fueron de cam po a un
c o to de la a ld e a de P eralv illo y cuando llegó la h ora del re­
greso ante la torm enta que se d esencad en ó tuvieron que re ­
fugiarse en la casa, de la ald ea donde d ecid ieron pasar la
n oche. E n to n ce s se en teraron que a u n o s trescien to s pasos,
en aqu ella m ísera co cin a, estab a de p arto u na infeliz m u­
je r. «El Sr. A leg re y uno de los cap itan es, el Sr. Sales, — añ a­
de el periódico' L a A ta la y a de donde tom am os la n o ticia
— sin h acer caso del agua que caía a torren tes, fueron inm e­
d iatam en te a en terarse del suceso, regresando com pletan
m ente m o jad o s, con la noticia de que efectiv a m en te una
p o b re m u jer a c a b a b a de dar a luz un hermoso' niño, y que
p or lo visto h ab ía muy pocos recu rsos en aqu ella casa. T o ­
da la rom ería al oír esto se dirigió a ella, to d o s a p o rfía, p e ­
ro las señoras, p articularm ente, com o e s n atu ral, se esfo r­
zaron en dar ánim o y consuelo a aqu ellas sen cillas gentes.
Con las provisiones que estos señores h abían llevado, se
arreglaron en un m om ento cald os de g allin a y carn e, dándo­
les adem ás recursos su ficientes para aten d er a las prim eras
n ecesid ad es: y visto el cuadro de p obreza de aqu ella casa,
en l a que resaltaba, sin em bargo, una lim pieza suma, dán­
dola m ayor realce los cien rosales que la rod ean, y que pro­
ducen un aspecto encantad or, se hizo la proposición de a p a ­
drinar aqu ella criatura. L o s pad res gustosísim os acced iero n
a tal dem anda y con lágrim as -en los o jos dieron las gracias
p or tal favor. Q uedóse, pues, convenido en que tan luego
la recién parida estuviese en co n v alecen cia se trasladasen a
esta p o b lació n para celebrar el bautizo. ( 2 ) S e solicitó, pues,
(2) H e aquí la partida correspondiente:
«En Ciudad R eal en 26 de M ayo de 1870, yo D. H erm en egildo N aranjo, teniente
de cura de la ig les ia parroquial de Ntra. Sra. Sta. María del Prado la m ayor, bauticé
solem nem ente un niño que nació día 16 de dicho m es en Peralvillo, hijo legítim o de
Ciríaco C eb allos y de M aría Rodríguez, naturales de Navalpino, al cual puse por
nom bre Pascual, Juan, Pedro, Dom ingo, Eustaquio; abuelos paternos M anuel y M ar­
cela García y m aternos M arcos y Juana Rodríguez, todos naturales de N avalpino.
Fueron sus-padrinos D. Pascual Zapater teniente coronel comandante d el regim ien ­
to infantería de San Quintín y D.n M .u Consolación Ruiz y Lag'asca, a quienes adver­
tí el parentesco y obligación y lo firm é. H erm en egildo N aranjo (rubricado).»
(Libro 34 folio 163).
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
J
164
el co m p eten te perm iso del Sr. C ura d e M iguelturra, a cuya
ju d isdicción p erten ece la citad a casita, y por co n d u cto del
S r. V ica rio de esta p o b lació n , cuyos señores han estad o d e­
fere n tes en este asunto basta n o m ás, supieron no h ab ía in­
co n v en ien te en llev ar a cabo su prop ósito. E l ju e v es 2 6 se
presentó en esta ciudad la jo v en m adre, con su esposo y n i­
ño, y al m om ento se ce le b ró el jacto. T o d a la p o b la ció n h a
tenid o o ca sió n de observar co m o éste se e fe c tu ó : la ch aranza del b atalló n acom p añó al recién n acid o desde la casai de
los padrinos a la iglesia p arroquial m ayor de Sa n ta M aría del
P rad o ; se le pusieron, a aquél lo s nom bres d e P ascu al, Ju a n ,
P ed ro , D om ingo y E u staqu io , que son los del J e f e y o ficia ­
les que lo apad rinaban. T erm in ad a la cerem on ia, a l com p ás
de la m úsica, regresaron a la casa de salid a, lanzando c o h e ­
tes a lo s aires y echand o dinero por las calles. E n casa de los
padrinos h abía y a preparad o un refresco co n el fin de o b se­
quiar a las señoras que habían asistido y a la o ficia lid a d del
b atalló n que, gustosa, había acom p añad o a l b au tism o; y la
alegría m ás cordial reinó en él, dando una pru eba m ás de
la unión y buena arm onía que rein a entre ellos. Para, term i­
n ar la fiesta, estaba resu elto dar un b aile ca m p estre en las
in m ed iaciones del cu artel, en cuyo punto se im provisó un
sencillo p abellón de flo res y ra m a je ; se h abían convid ado ya
a las au torid ad es civiles y m ilitares, así co m o a varias fam i­
lias de la p o b lació n , m ás por la tarde co m en zó a llov er en
tales térm inos, qu e se tuvo que renunciar a esa diversión con
harto sentim iento de p arte de sus au tores. No term in arem os
esta reseña sin d ecir que, tanto. Ja m ad rina del niño, S ra D o ­
ña Consuelo R uiz y L ág asca de Z ap ater, como, D oña A n ton ia
G arulla de Sales, D oña P ila r S o te lo de C ubas y D oña M ano­
lita G arcía de R ip o ll, (esposas del co m an d an te y o ficia les
m encionad os, se afan aro n tod as en dar al recien n acid o
cuantas ropas tuvo necesid ad, con las cuales ten d rá para, m u­
ch o tiem p o; y entre los je fe s y o ficiales del b a ta lló n se hace
una suscripción a fin de que la h o n rad a fam ilia que han p ro ­
tegido tenga siem pre una grata m em oria del b a ta lló n de San
Q uintín.»
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
165
|Q ué clara se ve en este hecho la p ro tecció n de la S a n ­
tísim a V irg en d el P ra d o !
E l com an d ante Sr. Z ap ater murió e l 1 6 de ju lio, pero
los o ficia le s siguieron p rotegiend o a su apadrinado.
E n 1 8 7 0 predicó en la fiesta de A la rco s el canónigo
lectora] de Ja é n D on M anuel M uñoz y G am m a y en la so­
lem ne función que el 2 2 de agosto hizo a nuestra venerada
P atro n a ®u ilustre herm andad ocupó la cáted ra sagrada el
dom inico exclau strado F ray ¡Ruperto U rra.
L o s días 2 8 , 2 9 y 3 0 de d iciem bre de 1 87 0 hubo en
la parroquia de Nuestra Señ ora del P rad o un solem nísim o
triduo p a ra pedir a D ios por la s necesid ades de la Iglesia,
pred icando los tres días nuestro insigne paisano el e x c e le n ­
tísim o e lim o1. Sr. D . A n tolín M onescillo, O bispo de Ja é n .
E n la invitación que se ;hizo al vecind ario se d ecía : « V e ­
nid cató lico s de Ciudad R e a l, hon rad os y piadosos m anchego®, venid tod os a la iglesia. V en id , h om bres y m u jeres, ancino® y niños. V en id , p obres y ricos, nobles y p lebeyos, que
an te D ios, y an te su S an ta M adre, no hay distinción de p er­
sonas. V en id , p artid arios de cuantas opiniones, exclu siv a­
m ente políticas, dividen y enem istan hoy ai los h ijo s de un
mism o p u e b lo : allí tod os .estarem os unidos por el lazo c o ­
mún de la f e : allí todos som os herm anos.»
L o s d ías prim ero' y segundo; a las diez de la m añana,
se celeb ró una m isa de rogativa y a las cu atro de la tarde, se
rezó el San to R o sa rio , entonando después el M iserere a c a n ­
to llano, siguiéndose a continu ación la lectu ra espiritual y
m editación sobre lo s novísim os, por espacio de m edia hora,
finalizando con el S a n to D ios en la form a de costum bre.
E n el tercer día, después de la m isa, a las ocho y m edia,
se dió la Com unión general, recibién d o la m á s de dos mil p e r­
sonas. A la® diez fué la función prin cip al, oficiand o el V ic a ­
ria E clesiástico , con exposición de Su D ivina M agestad, y por
la tarde rosario y letan ías.
H e d ejad o para lo últim o los serm ones notabilísim os
que pronunció nuestro ilustre p aisano. E l prim ero, en el ex o r­
dio hizo una in vocación a la D ivinidad en que fué una m a ­
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
166
ravilla y a l dirigirse a la M adre de Dios, la V irg en del P r a ­
do «soberana S eñora de estas llanuras, que reina y perdura
con fe inextinguible en el corazón de tod os los bu en os m anchegos» tuvo un inspiradísimo período que hizo llorar a la
concurrencia numerosísima que llenaba el templo. «Más de
tres mil personas — dice el periódico de donde tom o estas n o ­
ticias— han oído al esclarecido P relado, en cad a uno de los
días del expresado Triduo, y si n o hubo m ás fué porque
más no cabían en el T e m p lo , donde tiene su trono la, V irgen
del Prado.»
B aste decir que los tres serm ones de Monescillo, como
suyos, pueden servir de m od elos en su género.
D e Ciudad R e a l fué el Sr. O bispo de J a é n al pueblo
donde n a c i ó : Corral de C alatrava. Y aunque nad a dijo del
m om ento de la marcha, la m añana del 3 1, la noticia se e x ­
tiende de unos a otro® com o la chispa eléctrica, con la v e ­
locidad del rayo,, y todos se disponen a hacerle una, cariñ o ­
sísima y respetuosa despedida. «Muchos cientos de personas
se habían preparado — añad e L a A ta la y a — para acom pañar
y despedir al Sr. Obispo, los unos a caballo, otros en carrua­
je s y no p o co s a pie. Pues bien, cuando, ya todos se habían
puesto en movim iento para realizar sus deseos llegó la fatal'
nueva de que el E x c m o . Sr. Presidente del Consejo de Mi­
nistros, D on J u a n Prim, había sucumbido la n o ch e anterior,
víctima de un horrible asesinato. L o sabe el Sr. Obispo, se
aflige, lo recom ienda enseguida a Dios, y a su eje m p lo lo h a ­
cem o s tam bién todos los circunstantes. Un m o m ento des­
pués se vuelve hacia nosotros y n os dice, y ruega que nad a
de aco m p añam iento , que nos disolvamos y se retire cad a
cual a su ca.sa. Y los caballos con sus caballeros, los carru a­
je s y los centen ares de personas que se agitaban bulliciosos
y alegres alrededor de la casa m o ra d a del Sr. Obispo,, al oir
o tener conocimiento de lo que desea el Prelado', se disipan
co m o el humo, y se retiran silenciosos a sus respectivos d o ­
micilios, hasta los que se hallaban y a a media lengua de dis­
tancia, camino de Corral de C alatrava. Y el Sr. O bispo de
J a é n se marchó acom p añad o únicam ente de su Capellán y
algunos de sus parientes.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
XVI
Buscando- dates y testimonios
Oíros eníepasedos g lo ­
riosos. — Fr. Hernando
de Ciudad Real.— El ca­
pitán Pedro Hntonio Cas­
tellanos.— Un dato v una
seguidilla.— Creación del
Priorato de las Cuatro
Ordenes Militares. — El
prim er Obispo - P r i o r ,
Dr. G uisasola. — Consti­
tución del Cabildo de la
Iglesia P rio ra l. — Inci­
dentes curiosos.— Tras­
lado de seruicíos parro ­
quiales de Santa M aría
del Prado a la Iglesia de
la Merced.
del historial de nuestra a m a n ­
tísima Patron a, descubro la in­
signe figura de un sabio monje,
hijo de Ciudad R eal, de gran
relieve e n el siglo X V I . A l c o ­
menzar el último tercio de di­
cho siglo hubo- una solemne
función religiosa en la iglesia
parroquial m ayor de Santa M a ­
ría del P rad o, en la que predi­
có Fr. Hernando de Ciudad
R eal. T enía ya impreso el c a ­
pítulo correspondiente a dicho
período cuando entré en co n o ­
cimiento de dicha noticia y
pensaba prescindir de ella, p e ­
ro, co m o si la P rovid encia qui________________________________ siera lo contrario, día® des­
pués le yendo el juicio que m erecía a M enéndez P elayo otro
paisano nuestro, veo, unas páginas más adelante, que habla
con gran elogio de F ray Hernando, de Ciudad R ea l, al que
considera como ((mejor com entarista de las obras de S a n ­
to T o m á s de A qu in o». E ste dato aviva mi deseo de co no cer
m ás y más al m o n je manchego. Y en efecto, lo consigo. Fray
Hernando, de Ciudad R ea l, nació en el año 1 5 3 0 , desde muy
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
168
jo v e n se reveló co m o un gran conocedor de las Bellas Artes,
escribiendo n o tab les trab ajo s de música e inspiradas poesías.
E x ce le n te helenista; tradujo a Eutimio y profundo filósofo es­
cribió su magnífico libro T ab las p a ra el estudio de las O bras
de Santo T om ás d e Aquino. F e lip e II le tenía en m ucha es­
tima. E n 1571 era F ra y Hernando Prior del C onvento de
los Je ró n im o s del E sco rial y estando en el c o ro rezando vís­
peras con la comunidad y asistencia del R ey , que ,estaba a
su lado, recibió F elipe II la noticia de la victoria de L epanto
y al termimar los rezos com unicólo a1F ray H ernando, d e Ciu­
dad R ea l, ordenándole que enseguida, y en acción de gra­
cias, se cantase el T edeum .
E n aquel convento de Jerónim os, antes que Fr. H ernan­
do, hubo otro m anchego, Fr. M artín, de Alcázar, y después
Fr. F ernand o, de P o b lete, que en 1 5 8 6 ejerció el cargo. de
Prior, y fué censor d e libros.
O tro hijo de Ciudad R e a l que m erece con ocerse es el
capitán P ed ro A ntonio Castellanos, nacido en 1 4 8 0 y muer­
to ien 1 5 5 6 , que tanta gloria. alcanzó en la conquista de M é ­
jico. Fué su padre D on Antonio Castellanos, estim able p o e ­
ta. y M aestro de p ag es del R ey . Ingresado muy jo v en en el
ejército y ya Capitán de infantes o peones, formó p arte de
las fuerzas militares que a principios del siglo. X V I ( 1 5 1 5 )
em b a rcó en veleros para el Nuevo Mundo. A l llegar a la
H a b a n a quedó Pedro. A n ton io a las órdenes del G o b e r n a ­
dor Diego Velázquez. D e arrogante figura, con don de gen­
tes y muy bravo se hizo calle bien pronto en la capital de
Cuba. Una rivalidad am orosa le acarreó , sin em bargo, grave
enemistad1 con H ernán Cortés, hidalgo extrem eño, que, a la
sazón, residía tam bién en la H abana.
A todo esto las expediciones de Francisco Hernández
de C órd oba y Ju a n G rija lb a habían descubierto y conquista­
do im portantes pueblos en la costa m ejican a, y pidiendo
nuevos refuerzos p a ra proseguir su av an ce por el interior.
Diego V elázquez organizó unía nueva armada, cuyo mando
dió a Hernán Cortés. Redro. Antonio, que con el m ayor e n ­
tusiasmo se había alistado para formar parte de ella, al sa ­
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
ber que iría a las órdenes de Cortés, desistió de su n o ble e m ­
presa.
Cortés y los suyos siguieron e l rumbo de las anteriores e x ­
pediciones, y e l Ju e v e s S a n to de 1 5 1 9 , llegaron a San Ju an de
Ulúa, realizando los primeros hechos heroicos, pero como
algunos d e los que le aco m p añ ab an al ver loi po blado que
e s t a b a aquello indicaron la conveniencia d'e regresar a Cuba,
Cortés temiendo una sublevación y deseoso de llegar hasta
el fin m andó quem ar sus naves, y resuelto a todo se adentró
en e l territorio m ejicano, llevando, a cab o las portentosas
proezas que co no cem o s por lai Historia,.
A tod o e s to V elázquez com o n o recibía noticias de C or­
tés y por otro conducto se enteró de ciertos h echo s sos­
pechosos creyó ver u na rebelión en contra de la patria y
juntando diez y ocho naves em barcó en ellas 8 0 0 infantes,
8 0 cab allo s y diez ói doce piezas d e artillería, que puso a las
órdenes de Pánfilo de Niaiváez, para que fuera, a castigarla.
D e esta expedición formó parte nuestro paisano Pedro A n ­
tonio Castellanos. Tornaron tierra en San Ju an de Ulúa y
entraron com batiendo a las fuerzas de Cortés. Avisado éste
llegó hasta Z em p o ala, d o n d e se a lo jab a Narváez, a quien
derrota y aprisiona, lo mismo que a los principales caudillos,
que ib an en su com pañía, entre los que estaba Pedro Antonio,
que fué condenado a muerte y salvado por la enorm e pre­
sión que en su favor hicieron todos los soldados. E stos c o n ­
ta ron to d a la verdad iai Castellanos. A llí no había ninguna
rebelión, pero cada día era más difícil la estancia de los
españoles, poPíjue M octezum a y los suyos te nían dos caras
com o J a n o y todo eran traiciones. E n to nces se yergue el
m anchego y pide pelear en vanguardia y concedido e m p ie ­
zan sus heroicas y asom brosas em presas guerreras, primero
contra la muchedumbre de indios que a cada, m om ento a ta ­
cab an a las fuerza® españolas. Muerto M octezuma, le suce­
de en el im perio Iztapalapa, quien rehaciendo sus tropas se
encuentra con los españoles en los llanos de O tum ba y alli
P ed ro A ntonio Castellanos se distinguió notablem en te lu­
chando contra todo el poder de M éjico, de Tezcuco, de Sal-
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
í 70
tocán y de otros pueblos, obteniendo los españoles señ a ­
ladísima victoria. M ás aún enalteció su nom bre P ed ro A n ­
tonio en el encuentro que tuvo, cuerpo a cuerpo, con Guatimozín, yerno del E m p erad or y mozo de veinticinco años
y de grandes arrestos.
T e rm in a d a la em presa de M éjico P ed ro Antonio' regre­
só a la H a b a n a y desde allí vino a la península sin haberí he­
cho las p aces con H ernán Cortés. Enterad o de ello Diego V e láquez, que conservaba vivo: el renco r que le prod ujera e l h i­
dalgo extrem eño, le dijo a nuestro paisano que en la causa
que a su instancia se seguía en E s p a ñ a ia Cortés figuraba c o ­
mo testigo de cargo y que actuara com o tal, pero nuestro
bravo paisano llegó a E sp añ a y recordando que e r a del país
de la hidalguía en vez de declarar contra Cortés fué su d efen ­
sor, y a su vez supo después que H ern án C ortés a pesar de
la enemistad existente entre los dos había escrito tam bién
desde T ezcu co diciendo que «Pedro A ntonio Castellanos
fué su principal colaborad or en la conquista de M éjic o ».
E sto s hechos de recíproca caballerosidad, determinaron una
franca reconciliación entre ¡lois dos bravos guerreros, bo rrán ­
dose para siempre el agrio recuerdo de sus a ñ ejas diferencias.
Y co m o vérá el lector van siendo tantos y tantos lo s
hijos ilustres de Ciudad R e a l que y a cen en el m á s b o c h o r­
noso de lo s olvidos, 'acaso, piadosam en te pensando', porque
los encargados de evitarlo’ desconocen' nuestra historia, que
urge cam biar d e conducta, si hem os de inspirarnos en el
ideal patriótico y no qu erem os hacer b u ena la contraposición
que apunta una seguidilla que aprendí h ace años y que dice
así :
A l censo d’e m i pueblo
vino un extraño,
fingiéndose sumiso',
y se hizo el am o ;
que muchas gentes
son D on Nadie en su tierra,
¡y aquí s o n .. . reyes 1
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
171
To d o , todo menos cubrir con el manto del menosprecio
la rica cantera de santos, sabios y héroes que constituyen
el m ejo r blasón de la Historia de Ciudad R eal, máxim e cu an ­
do esos santos, sabios y héroes fueron, no pequeñas lumina­
rias locales, sino fulgentes luceros de la patria grande.
E n 18 de noviem bre de 1 8 7 5 , como final de unas n e ­
gociaciones entre el R e y de E sp aña y la Santai Sede, Píoi I X
en su B ula A d A postolicam erige en Priorato de las cuatro
O rd enes Militares todo el territorio de la provincia de Ciu­
dad R e a l en ejecu ción del C oncordato de 1 8 5 1 , pero h a ­
ciendo caso omiso del artículo 5.° y uniendo perpetuamente
dicho P riorato a l a Iglesia Episcopal de Dora inpartibus infidelium. E ncarg ó se de la ejecución de esta Bula el Carde-,
nal M oreno, Arzobispo' de T o led o , quedando terminada en
15 de m ay o de 1 8 7 6 . E n el decreto de ejecución se deter­
mina «que tod o él indicado territorio erigido en Priorato
sea perpetuam ente en lo futuro para todos los efectos de de­
recho' vere 1 et propie nullis Diócesis, e inm ediatamente su­
je t o a Su S a n t id a d ...»
L a Bula referida y el decreto ejecutorial se trajeron a
esta capital en la formai que describe la siguiente a c t a :
«En la ciudad d e Ciudad R eal, a cuatro de junio de
mil ochocientos setenta y seis, domingo de Pentecostés. El
E m m o . Sr. Don Ju a n Ignacio, por la misericordia Divina,
del título de Santa María de la Paz de la S. R . Iglesia, P res­
bítero Cardenal M oreno, Arzobispo de T o led o , Prim ado de
las Españas, Canciller m ayor de Castilla, Capellán mayor
de la R e a l Iglesia de San Isidro dé la villa de Madrid, C a­
ballero gran Cruz de la R e a l y distinguida orden española
de Carlos III y de la americana de Isabel la Católica, C om i­
sario general de la S a n ta Cruzada, aco m p añad o
del
Clero, del limo. Sr. G obernador civil de la provincia, del
E x cm o . Sr. C om andante general y demás autoridades civi­
les y judiciales, de los señores Diputados provinciales, C on ­
cejales, J e f e s y O ficiales de la Guarnición, funcionarios pú­
blicos, del Sr. Director del Claustro del Instituto' provincial,
de otras personas distinguidas y un numeroso pueblo, se tras-
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
172
lad'ó prooesionalm ente d e l .Palacio de la V ic a ria a la iglesia
parroquial de Santa María del P rad o, conduciendo so lem ­
n em en te las letras A postólicas que comienzan A d Apostolicam , expedidas por nuestro Santo P ad re en R o m a a diez y
o c h o de n o viem b re de mil ochocientos setenta y oinco, por
cuyo medio se erige ¡la provincia de Ciudad R e a l en P riorato
de las O rdenes militares de Santiago, A lcán tara, C alatrav a y
M ontesa, así com o en la Iglesia P rio ra ! la m encionad a Pa- rroquia, las cuales L e tra s llevabai sobre una b a n d e ja de p la­
ta el señor V icario eclesiástico; y ¡habiendo ordenado Su
E m m a . que se co lo caran sobre el altar al lado del E v a n g e ­
lio, dio principio la Misai pontifical celebrad a por el mismo
Em m o . Señor, en ¡la que después de cantado el Evangelio,
predicó al pueblo sobre la festividad del día y la augusta s o ­
lemnidad de la erección. Concluida la Misa ordenó ail infras­
crito, su secretario de Cám ara, que revestido de cap a plu­
vial, subiera al púlpito y leyera y publicara las referidas L e ­
tras Apostólicas, y el D ecreto que co m o Ju e z ejecutor de
las mismas h abía dictado, para que quedasen erigidos el
P riorato e Iglesia Prioral, según se previene en dichas Letras
y desea el augusto G ran M a e stro de las referidas Ordenes,
S. M. el R e y C atólico Sr. Don Alfonso X I I . Verificado' lo cual,
con júbilo de la inmensa concurrencia, se cantó un solem ne
Tedeum en acció n de gracias, por quedar com p letam en te e j e ­
cutada®, en lo que correspondía a Su E m m a . R m a ., las m e n ­
cionadas L e tra s A postólicas, dando la bendición solemne,
y disponiendo que las mismas L etra s co n su trasunto', el D e ­
creto ejecutorial y ¡la presente A c ta, se custodiaran originales
en el A rchivo del Cabildo' de la Iglesia P rio ra l o en el lugar
que tuviere a bien señalar el augusto G ran Maestre, después
que se expidan lo s testim onios o copias autorizadas de que
se h a b la en ¡dicho D ecreto ejecutorial y dem ás que fuese n e ­
cesario expedir, y que, entre tanto, se conserven en 1a, S e ­
cretaría de la Administración Apostólica, que desde este ins­
tante comienza a ejercer Su Em inentísim a R m a. en puntual
cumplimiento, de lo dispuesto en la citada Bula o Letras
Apostólicas. Y p ara que conste, Su E m m a . R m . m andó e x ­
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
173
tender la presente A c ta , qu e firma y sella el mismo- día de la
fecha, siendo- testigos el L icenciad o D on C lem en te L eó n y
R ivas, V icario eclesiástico; e l limo. Sr. D on Fran cisco Saú ­
co , G obern ad or de la provincia; el Excmo-. Sr. G obernad or
militar de la misma, Do-n Pedro A rb e lac h e; el Señor Don
Santiago Sán ch ez-Ram os, V icepresid ente de la E x cm a . D i­
putación provincial; el Sr. Do-n F ed erico G arcía, ( 1 ) A lc a l­
de primero y Presidente -del Ilustre Ayuntamiento de esta
ciudad; el Sr. D on L u cas Po-v-eda, Ju e z de primera instancia
de esta capital!; y el J e f e de leu A dministración -económica
D o n Francisco Morelló y Segura, los -cuales firman co n Su
E m inentísim a R m a. de to-do lo cual da fe el infrascrito S e ­
cretario.— Ju an Ignacio, C ardenal M oreno, A rzobispo de T o ­
ledo.— Clem ente L eón y R ivas.— F ran cisco S aúco.— P ed ro
A rb elech e.— Santiago
Sánchez-R am os.— Federico G arcía.—
Lu cas P o v ed a.— Fran cisco M orelló y Segura.— A n te mí,
Dr. D on Santiago P asto r Just, Canónigo-Secretario.»
Y para que conste, y poder remitir las copias auténtiticas que se previenen en la L etras A postólicas y D ecreto
ejecu torial, m andam os expedir el presente testimonio, fir­
mado de nuestra mano, sellado co n nuestro sello y refren­
dado -por nuestra Secretaría de Cám ara y Gobierno- en Ciu­
dad R e a l a siete de junio de mil ochocientos setenta- y seis.—
Ju a n Ignacio-, Cardenal M oreno, Arzobispo de T oledo.— Por
m an d ad o -de Su E m inencia R m a. él Cardenal Arzobispo mi
Señor, D octor D on Santiago Pastor Just, C anónigo-Secre­
tario.»
S e asignaba al R e y , como G ran Maestre de las O rd e­
nes Militares la facultad de nombrar Obispo-Prior, si bien
d ebía comunicarlo a la S an ta Sed e para que fuese consagra­
do co m o Obispo- de D ora, in partibus infid-eliun. E n 2 9 de
septiem bre -de 1 8 7 6 fué designado primer O bispo-Prior el
E x cm o . é limo. Sr. Dr. D on V ictoriano Guisasola Rodríguez,
(1)
Este señor andando e l tiem po vino a m enos, por rev e s e s de fortuna, y sien­
do de fam ilia ciudad-realeña muy distinguida, un gran caballero y abogado muy
com petente, al vacar la Secretaría del Ayuntam iento la solicitó y, en eiecto, lo
C órporacióu municipal votó... a uno de A lb a c e te que tenía m enos m éritos. Un caso
que se repite, con Harta frecu encia, en este pueblo. Ciudad-realism o puro.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
174
que era O bispo de Teruel. Saibio varón y de grandes virtu­
des; había nacido en O viedo el 1 8 2 1 . D esem peñó antes el
R ecto rad o del Seminario' de su país natal, después fué C a ­
nónigo dignidad de Sevilla y Consultor pontificio en el C on­
cilio E u co n óm ico V atican o . E n 1 8 8 2 fué trasladado al O bis­
pado de O rihuela y en 1 8 8 6 prom ovido al A rzobispado de
Santiago de C ompostela, donde murió el 2 0 de enero de
1 888 .
D r. D. Victoriano Guisasola y Rodríguez,
Prim er Obispo-Prior
E l Dr. Guisasola vivió m od estam ente en Ciudad R e a l
en la casa número 1 3 de la calle de la Azucena.
E l primer Cabildo de la Iglesia P rio ra! quedó constitui­
do del siguiente m o d o :
Deán, Dr. Don Joa q u ín Martín Lunas y G o nzález; C han­
tre, Licenciado, D on C lem ente L eó n y R iv as; M aestreescuela,
D octor D on F ernand o de H erm osa de Santiag o; Canónigos,
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
175
D o c to r D on Casimiro P in era y Naredo; ( 2 ) Licdo. D on E n ­
rique C lem en te y Guerra; L icd o., D on Ju a n P o n s y Villalonga; L icd o ., D on A ntonio Martínez R o m e ra ; D octor D on
R a m ó n M ajolero y Camaicho-, Dr. Don Francisco B aztán y
Urniza; ( 3 ) Penitenciario, Dr. Don Manuel Trullenque y
Grafulla; Magistral, Dr. D on Higinío M aserico y G iménez;
L ecto ral, Dr. Don F élix Cadavieco y R ozada y Doctoral,
Dr. D o n V ictoriano Guisaisola y Menéndez. ( 4 )
E l Tribunal M etropolitano y C onsejo de la» Ordenes
Militares concedieron a los Canónigos el uso de la cruz de
Santiago, A lcán tara, Calatrava o M ontesa en la capa coral
y hábitos talares mientras perteneciesen al Cabildo de la
S anta Iglesia Prioral. E l Cabildo quedó constituido el 2 6 de
mayo de 1 8 7 7 , indicándole el Cardenal Moreno que c o ­
m o hábito co ral usasen los señores Capitulares y B en e ficia­
dos el que se usa en la Catedral de Ja é n , E sta indicación les
molestó bastante, por entender ellos, que la adopción del
traje era potestad del Cabildo.
E n 2 5 de abril de 1 8 7 8 dirijieron una exposición a
S. M. el R ey com o Administrador Apostólico de los Maeztrazgos de las Cuatro Ordenes Militares, solicitando que
por el mero h ech o de pertenecer al Cabildo de la Iglesia P rio ­
ral -se les concediese el ingreso en dichas Ordenes Militares
sin necesidad de nuevas pruebas, ni gastos. P or R eal Orden
de 1.° de marzo de 1 8 7 9 se desestimó tal petición, pero le ­
jo s de desistir de tal em peño los Capitulares del Priorato
acudieron al Consejo- de Estado patrocinados por el A b o ­
gado D on Luis Sillvela, aunque nada consiguieron, a no ser
ciertos informes nad a favorable® de las Comisiones perm a­
nentes de las Ordenes -Militares, especialm ente de la de C a ­
latrava.
Como consecuencia de haber sido hecha Prioral la igle­
sia de S a n ta María del Prado hubo que trasladar varios ser­
vicios parroquiales a lai iglesia de la M erced , pero conser(2)
(3)
(4)
A n o s más tarde fué O bispo-Prior.
M urió de O bispo de O vied o.
Era sobrino d e l prim er O bispo-P rior y lle g ó a se r Cardenal.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
176
van do. e n aquélla cierta® preeminencia® el clero parroquial:
la de decir, misa rezad a o cantada y salves en el Camarín
de la V irg en del P ra d o ; ejercitar e l sacram ento del M atri­
monio y desde luego, todos los bautizos. A l párroco d e S a n ­
ta M aría del P rad o se le concedió, además, el d erecho a
ocupar asiento en coro.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
XVII
Fué segundo
Cascajares, segundo
Obíspo-Prior.-De artillero
a sacerdote.—Pontificado
del Obispo Ranees.— Pri­
mer Sínodo Diocesano.
Terrible plaga de langos­
ta.— Epidemia colérica.
El Casino.— Sus rasgos
benéficos.— D. Casimiro
P in e ra ,-M o sa lsig lo X IX .
Prim eros años del XX, El
Gran M aestre de las Or­
denes M iliíaresen Ciudad
Real.— Visita a la Virgen
del Prado. — Recepción
en la Diputación.— El A r­
zobispo 6andásegui.--5u
pontificado en esta dió­
cesis.— Obras en la Igle­
sia Prioral.— Falsa alar­
ma.—La Casa Popular de
Nira. 5ra. del Prado-.—
Fiestas agosteñas.-M uerte ejem plar del 5r. Gandásegui.
Obispo-Prior el
E x c m o . Sr. D on A ntonio M a­
ría C ascajares y Azara, n aci­
do en Calanda (T e ru e l) el 2
de marzo de 1834 y muerto
en Cala-horra el 2 7 de julio de
1 9 0 1 . -Descendiente, por su
padre,,
de
los
barones
de
B b a rca b o , y por su m adre de
los marqueses de Niviano, en­
tró de. cad ete en la A cad em ia
de ártillería en 1 8 4 6 . Al ser
promovido a Teniente fué des­
tinado al 5.° regimiento m o n ­
tado. Sus
inclinaciones, sin
em bargo, le llevaron a la c a ­
rrera eclesiástica, pidiendo la
absoluta que le fué concedida
en 1 8 57. Hizo ejercicios espi­
rituales, durante un mes, en
el Seminario de Zaragoza, in­
gresando después en él, donde
permaneció interno hasta que
le ordenó de presbítero el 2 3 de febrero de 1861 el A rzo b is­
po de Zaragoza, P. G arcía Gil, obteniendo en el mismo
año un beneficio real en el Pilar. Fué después Dean de Bur12
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
178
gos; T e n ien te
V icario castrense de aquella
archidiócesis;
A rced ian o de la Prim ada de T o le d o y O bispo-Prior en junio
de 1 8 8 2 , pasando al de C alahorra en diciembre del 8 3 y al
A rzobispado de V allad olid en 1 8 9 1 . E n 1895 obtuvo el c a ­
pelo cardenalicio, luciendo' en su imposición un riquísimo
D r. D. Antonio M.a Cascajares y Azara.
Segundo O bispo-Prior
a Zaragoza publicó un trabajo sobre «El estado de España y
sus remedios», que fué muy com entad o. Nosotros le debemos
el impulso que dió a las obras del Sem inarlo conciliar, e n ­
tonces en construcción.
Su ced e a C ascajares en el O bispado-Priorato el ex c e ­
lentísimo señor Don J o s é María R a n cés y Villanueva, n a ­
cido en Cádiz, C aballero de Santiago, hermano del ilustre di­
plom ático Sr. M arqués de Casa la Iglesia, que falleció en és­
ta capital en uno de los viajes que vino a verle. E l excelen-
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
179
tísimo señor R an cés fué preconizado el 7 de junio de 1 8 8 6 ,
entrando en esta diócesis el 1 6 de noviembre. De carácter
bondadoso y servicial, dejó aqui gratos recuerdos. Iniciativa
suya fué la fundación del Colegio de San J o sé , que, con tan­
to celo y aprovechamiento, vienen rigiendo las H erm anas de
San V ic en te de Paúl; puso la primera piedra en el Asilo de las
D r. D. Jo sé María Rancés y Villanueva.
Tercer Obispo-Prior.
H ermanitas de los pobres y contribuyó con su consejo a que
una piadosa señora, hija de los M arqueses de Corvera, co s­
tease la instalación de la Casa de los P. P. del Corazón de
María; inauguró el edificio del Seminario Conciliar co n la
apertura del curso el 1 ,° de octubre del 8 7 . E l Sr. R a n cés h a­
bitó ya el nuevo Palacio episcopal de la calle de Caballeros.
En el año I 8 9 2 presidió el primer Sínodo D iocesano c e le ­
brado en Ciudad R eal. Hubo sesiones los días 2 9 , 3 0 y 3 1
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
180
de mayo, acordándose, con toda solemnidad, las constitu­
ciones que habían de regir en este Obispado-Priorato.
E.1 Sr. R an ees fué trasladado al O bispado de Cádiz. Por
entonces fué hecho Canónigo de la S. 1. P. el profesor del S e ­
minario Don A m brosio Núñez y A m ad o r, que vivió largos
años entre nosotros. Con el Sr. R an cés marcharon también
destinados a la catedral de su diócesis el Chantre D on M a ­
nuel A ñ efo y el Doctoral D on Manuel Flores.
La plaga de langosta hizo muchos estragos en la M an­
cha en el año de 1 8 8 4 , sobre todo en A lm agro y Bolaños.
A nuestra amadísima Patrona la V irgen del Prado, se le hi­
cieron rogativas para que cesase aquélla y se la sacó procesicn alm ente por los campos.
E n el verano de 1 8 8 5 padecim os en Ciudad R ea l una
epidemia colérica, que, aunque no fué tan intensa como la
del 5 5 , ocasionó también muchas defunciones. A su termina­
ción se cantó en la S. L P. un solemnísimo i edéum,, llenán­
dose el templo de fieles devotos de la Santísima V irg en del
Prado, que acudieron a testimoniarle su gratitud fervorosa.
EL 7 de junio de 1 8 8 7 , día del Corpus, se inauguró el
nuevo local del antiguo Casino, llamado de los señores, le­
vantado en la casa de Don J o s é del F orcalio , frente al Paseo
del Prado.-.Fué construido por el maestro de obras D on Jo s é
Joaq u ín G arcía. El local de hermoso conjunto co n taba con
amplia y hermosa terraza y un gran patio que, años después,
se le puso montera de cristales. El día de la inauguración
era Presidente el ilustre A b o g a d o Don J o s é Ibáñez, y se dió
un gran baile de sociedad en sus aristocráticos salones, pero
antes se repartieron numerosas cartillas benéficas a los p o ­
bres. E sta sociedad He recreo estuvo instalada : primero en
la casa número 9 de la calle de Caballeros, propiedad de Don
Diego Sanz, y cuando en 1 8 7 5 quedó terminado el Palacio
de B arrenengca (donde ahora está el G obierno c i v i l ) , ' s e
trasladaron, al piso principal la. Diputación, y a la planta b a ­
ja el Casino, de donde pasó al local ahora inaugurado. L a
historia de este Casino, que tantos recuerdos evoca a los vie­
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
181
jo s y que tanto respeto merece, tuvo siempre características
especiales, y como decía un poeta allá por el 83 : '
. . . « q u e aquí el único goce
es vivir noche y día en el Casino.»
por que, en aquella casa de B arrenengoa, sobre todo, con
su reglamento conciso y de privilegio para los fundadores, el
Casino era consuelo de ios pobres, recreo de los ricos, vivero
Casino de Ciudad Real.
de amistades verdaderas y centro de cultura. Sus rasgos b e ­
n éficos incontables. A él se debe que se imprimiera la Tradi­
ción religiosa en dos actos y en verso, escrita por D on A n to ­
nio M endoza, que lleva por título «Nuestra Señora del P r a ­
do, P atro na de Ciudad R e a l» , y cierta suntuosidad de las
fiestas agosteñas. Su historial es muy curioso. L a m od ifica­
ción del viejo reglamento inició su decadencia.
Fué cuarto Obispo-Prior el E x cm o . e limo. Sr. Don Casi­
miro P inera y Naredo. Nació en Coro ( O v i e d o ) , el 2 4 de
julio de 1 8 3 7 . De gran cultura y bondad inagotable; en Ciu­
dad R ea l le considerábamos corno «nuestro». V in o con el
Sr. Guisasola, fué su Secretario de Cám ara y G obierno, R e c ­
tor del Seminario, Arcipreste de la S. 1. P ., Provisor y V i c a ­
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
182
rio de esta Diócesis. E l 2 4 de mayo de 1 8 9 6 fué consagra­
do O bispo de Anchialo, con el cargo de regir la diócesis de
Barbastro. E,1 acto se verificó ante la V irgen del Prado, ofi­
ciando de P rela d o consagrante el Nuncio de Su Santidad,
Monseñor Cretoni, y de P relad os asistentes los reverendísi­
m os señores R a n cés y Guisasola. Después hubo un gran ban-
D r. D. Casimiro Piñera y N aredo.
Cuarto Obispo-Prior.
quete en el Seminario Conciliar, al que tuve la honra de asis­
tir. V a c a n te esta diócesis, por traslado del Sr. R ancés, fué
destinado a ella el Sr. Piñera, haciendo su solemne entrada
en esta capital el 1 9 de marzo de 1 8 9 9 . Su pontificado se
distinguió por un tacto y celo exquisito. F o m e n tó la, en se ­
ñanza cristiana y en su tiempo se establecieron en la provin­
cia varias comunidades religiosas, y en la capital la residen­
cia de P ad res de la Compañía de je sú s y la Comunidad de
las Siervas de María. R e c a b ó del G obiern o cien mil peeetas
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
183
para obras en la S. I. P. D icha cantidad se dió en cinco e je r ­
cicios económ icos, construyéndose en su pontificado el es­
belto chapitel de la torre, se refundió una cam pana y se hi­
zo otra nueva, se reparó con m adera y teja toda la techum ­
bre de la iglesia y sus dependencias, decorándose los venta­
nales con hermosas vidrieras artísticas, para las que una pia­
dosa señora hizo un donativo de cuatro mil pesetas, vidrie­
ras de mucho gusto, aunque no merecieran el agrado del se­
ñor R am írez de Arellano. No se tuvo el mismo acierto con
las obras, que después, se hicieron en las puertas del templo,
que fueron verdaderos «pegadizos», sobre todo, en la lla­
mada puerta d el sol, siendo lástima, también, que se m odi­
ficara la puerta de la umbría, de gran valor histórico, y que
se quitara del centro del arco que la cubre la antiquísima
imagen de la V irgen de los Desamparados, que se alu m bra­
ba con faroles de aceite, alumbrado sostenido, com o un gran
honor, por los vecinos de la barriada.
E l Sr. Piñera ( I ) poseía la G ran Cruz de Isabel la C a ­
tólica; estuvo muy enfermo tres años, muriendo el 2 8 de
agosto de 1 9 0 4 . Sus restos reposan en la Capilla por él fun­
dada.
E l 2 7 de abril de 19 05 D on A lfonso X I II hizo una vi­
sita a la Santísima V irgen del Prado. E l acto revistió gran
solemnidad. Con el R e y venían unos sesenta Caballeros de
las Cuatro O rdenes Militares, luciendo vistosos uniformes.
A las ocho y media de la mañana formaron estos señores en
dos filas en el paseo de la Virgen. A poco llegó Don A lfo n ­
so X III, descendió del carruaje y por entre ellas y a la c a ­
beza se dirigió al templo, en cuyo vestíbulo fué recibido por
(1) El Ayuntam iento, que con anterioridad le hizo hijo adoptivo, dió a la calle de
la Rosa el nom bre de «O b ispo Piñera», acuerdo rectificado hoy no sé por qué.
Por lo visto vu elven a estar de moda en nuestras calles los nom bres de flo res.
En el nuevo rotulado han sido repuestos los de la Rosa, e l C lavel, el Jacinto y no
se si la de la A zu cena, que es el «em b lem a » de la parroquia de Santa María del Prado.
Es un acierto que ya se borrara para siem pre la nom enclatura zoológica que ha­
bía en Ciudad Real con las calles del C aballo, la C ierva, el Perro, e l Gato y las B es­
tias, pero no tiene explicación que se dé el pom poso nom bre de «A ve n id a del Im ­
p e rio », que tantos recuerdos de grandeza nos trae y tantas esperanzas nos su giere,
al antiguo ca llejón del M atadero, que aun conserva sus características de callejón.
Dar ése título a una calle ancha y bien urbanizada m e hubiera parecido de perlas.
V a haciendo falta historiar las «hornadas» de los rotulados callejeros.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
184
el Cabildo en pleno, presidido por el V icario general (S. V . )
Don Santiago M agdalena. Allí le ayudaron a poner el M an ­
to de G ran Maestre los Sres. Duque de T a m a m e s y M arqu e­
ses de Ayerve, Casa Pizarro y de la R o m an a y b ajo palio, que
llevaban el Conde de las Almenas, cab allero de Santiago;
D en Santiago U daeta, de C alatrava; Marqués dé Casa Pizarro, de A lcán tara; M arques de Casa Saltillo, de M on tesa, y
dos Capitulares, hizo su entrada en la S. 1. P. ocupando el
Tro no , que, al lado del Evangelio, se le tenía preparado,
frente a los bancos destinados para los Capitulares y autori­
dades de la provincia, desde el cual oyó el T ed éu m que a
te d a orquesta cantó la Capilla.
d erminada la cerem onia religiosa subió el Rey, con sus
acom pañantes, al Camarín de la Santísima V irg en del P r a ­
do, ante la qus oró breves momentos, pasando a la h abita­
ción inmediata donde le enseñaron la C orona buena de la
Virgen y el magnífico Porta-paz, de los que hizo Don A lfo n ­
so grandes elogios.
1 arnbién le fué entregado en el mismo
sitio y por Don Santiago M agdalena, un respetuoso m ensa­
je del Cabildo, rogándole que su G o biern o atendiese a las
necesidades de la S. I. P. A cto seguido salió del templo Don
Alfonso, siendo despedido en el atrio con el mismo ce rem o ­
nial y honores que a la entrada.
Después hubo recepción en el Palacio de la Diputación
y enseguida el Rey, los Caballeros y Autoridades fueron en
tren a A lm agro, antigua capital del Maeztrazgo de C alatra­
va, efectuándose el regreso a Madrid dos horas más tarde.
Fué quinto Obispo-Prior el E x cm o . e limo. Sr. D on R e ­
migio Gandásegui y G orrochátegui. Nació en G ald ácano
(V iz c a y a ) el 4 de enero de 1 8 7 1 . D e familia ilustre, hizo
sus estudios en el Seminario de V itoria y después en el c e n ­
tral de Salam anca, donde se doctoró en Teología. Profesor
de aquel seminario, ganó, por oposición, la Canongía L ectoral de la S. 1. M. de Zaragoza, donde bien pronto se dió a
conocer como predicador elocuentísimo. Preconizado O b is­
po-Prior de las Ordenes Militares, fué consagrado*, co n toda
solemnidad, en e 1 Templo del Pilar, el 16 de julio de 1905
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
J
185
oficiando co m o
como asistentes
presentantes del
tínez, Canónigo
diano.
consagrante el Sr. Arzobispo de Zaragoza y
los P relados de Pam plona y J a c a . Como re­
Cabildo P rioral asistieron Don Mariano M ar­
Doctoral y Don Estanislao de Miguel, A r c e ­
El Sr. Gandásegui hizo su entrada en esta Capital de su
Dr. D. Remigio G andásegui y Gorrochátegui.
Quinto O bispo-Prior
diócesis el 3 de septiembre y fué muy solemne y entusiásti­
ca por parte del vecindario.
Hubo T edéum , recep ción en el P alacio E piscopal y en el
Ayuntamiento, concierto por la b and a del Municipio, b a l­
cones engalanados, iluminaciones y fuegos artificiales. El
nuevo O b isp c -P ricr tuvo dos iniciativas muy felices, que le
valieron unánimes elogios. Al indicarle el Cabildo la cos­
tumbre que había de que el nuevo Obispo celebrase en el a l­
tar m ayor su primera misa pontifical, él c o n t e s t ó :"
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
186
—No, no, ya lo traía pensado. Quiero estar más cerca
■de la V irgen del Prado, quiero ser su más ferviente devoto.
Y dijo su primera misa en el Camarín de nuestra excelaa Patrona, ante la que oró largo rato.
Y ese deseo del Prelado ilustre era verdadero, pues su
devoción hacia la V irgen del Prado la conservó toda la vida,
com o veremos después,
Torre moderna de la Santa Iglesia Prioral.
O tra feliz iniciativa del Sr. Gandásegui, y tam bién in­
dicio de una de sus principales características, fué solemni­
zar su entrada repartiendo a sus expensas mil panes entre
los pobres. E l Sr. Gandásegui, de alm a n o ble y generosa
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
187
7 carácter llano y comunicativo, alcanzó desde los primeros
m om entos una gran popularidad.
Su pontificado fué admirable. Fué su preocupación
constante el fomentar, por todos los medios, la instrucción
y la educación del obrero. Idea personalísima suya el hacer
la C asa popular de N uestra Señora del Pqado, que tod os c o ­
nocéis. E n los inviernos excitaba el celo de las demás auto­
ridades para que funcionasen cocinas económ icas, de la» que
era el principal cooperador. Dió facilidades para el ornato
de la ciudad en la plaza del Hospicio; alentó la construcción
de grupos escolares, la fundación de E l Pueblo M anchego, el
aumento de salarios a los obreros, la re b aja de tarifas de
transportes de los productos manchegos, etc., etcétera*.
R ean u d ó las obras en la S. 1. P., que hubieron de sus­
penderse a consecuencia de un arco ruinoso que am enazaba
co n el ¡hundimiento de las bó ved as que no estaba en el pre­
supuesto y donó a dicha iglesia un magnífico órgano para
qu e tuviera todo realce el culto catedralicio1.
E l traslado del coro al presbiterio, donde se instaló la
Silla prioral de Uclés, para lo cual hubo que quitar el tab e r­
náculo del retablo, fué muy discutido. Publicó una foto de c o ­
mo quedó la obra de M erlo después de la reforma.
P o r cierto, que com o hubo que cerrar la iglesia y sus­
pender el culto mientras duraban las obras, alguien corrió
la especie de que se iban a llevar a San Pedro nuestra ven e­
rada P a tro n a la Virgen del Prado y com o por resorte rodea­
ron la* I. P . multitud de personas de las calles b a ja s de la b a ­
rriada, arm adas con toda clase de armas punzantes y co rta n ­
tes para impedirlo.
— ¡Qué no salga la Virgen¡ ¡qué la dejen en su T r o n o !—
repetían los amotinados. Hasta que se avistó con ellos el p ro ­
propio Prelado para hacerles ver que era infundada y falsa
la noticia. Y entonces prorrumpieron todos;
Bien, bien, la Virgen es nuestra ¡V iv a la Virgen del
P ra d o ! ¡V iv a ! ¡V iv a ! ¡V iv a el Sr. O bispo!
Quién presenciara aquel hermoso testimonio del fer­
vor y cariño que inspiraba nuestra amantísima Patrona no
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
189
hubiera creído nunca que, treinta años después, los hijos de
muchos de los que allí estaban iban a perder el sello tr a d i­
cional de manchegos creyentes para, convertirse e n . . . sal­
vajes.
E l día 2 6 de marzo de 1 9 14 el Sr. Gandásegui fué p re­
sentado para la Sede Episcopal de Segovia, pero el ilustre
P relad o no quiso ausentarse hasta que pasaran las fiestas
agosteñas de la Virgen del Prado, para asistir a ellas.
D ichas fiestas fueron muy brillantes. E l día i 5 el señor
Gandásegui celebró de pontifical entonando- la Capilla la se­
gunda misa del maestro Perossi, y después ocupó la- cátedra
sagrada, pronunciando un sentido y elocuentísimo discurso
en alabanza de la Virgen. El templo estaba totalm ente o cu ­
pado por autoridades e inmensa muchedumbre. El Sr. G a n ­
dásegui estuvo inspiradísimo al hablar de la devoción a la
V irgen del Prado, de lo que representa dicha fe, haciendo
a continuación una ternísima despedida que fué muy elogia­
da. Por la tarde presidió la procesión.
E n dicho año tuve yo el alto honor de ser el Cofrade
M ayor de j a ilustre hermandad de la Virgen del Prado, y p a ­
ra celebrarlo los nueve balcones de- mi casa estuvieron enga­
lanados y con espléndida iluminación eléctrica exponiendo
en el balcón central el viejo estandarte de la cofradía, y des­
pués com o organizador de las fiestas de la octava-, dispuse
que la Capilla entonase, con toda solemnidad, la primera
misa del Perossi y encargué del sermón al ¡Magistral de la
Iglesia Primada, Don Jo s é Rodríguez, un jo ven de elocuencia
arrebatad o ra, y de brillantísim o historial; que t o d o
se lo m erece la celestial Señora, protectora nuestra. Y cu an ­
do por la tarde se celebró la procesión, con el cerem onial de
costumbre, y -al regreso de la idolatrada imagen, ya de noche,
entre luminarias y frenéticas a cla m a cio n e s y el' incesante vol­
tear de las campanas, llegarnos a su paseo y se dió la vuelta
a la carroza como era costumbre para que entrara de espal­
das en su templo, y aumentó el griterío ensordecedor de e n ­
tusiasmo y centenares de chicuelos encaram ados en las ver­
ja s -de la iglesia no cesaban de dar vivas, y sonaron los a c o r­
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
190
des de la m archa real y la V irgen parecía sonreír a su d evo ­
tísimo pueblo, yo fijo en el señorial y divino rostro de la
Imagen sacrosanta invadióme una em oción indescriptible y
repetí co m o todos ¡viva, viva la V irg en del P r a d o ! Agosto
d'e 191 4, fecha inolvidable.
E n mayo de 1 9 2 0 el Sr. Gandásegui fué preconizado
Arzobispo de V allad olid , donde murió el 16 de mayo de
1 9 3 7 , día de Pentecostés. E ra Caballero de C alatrava y es­
taba en posesión de las Grandes Cruces de B en eficen cia, M é­
rito Militar y M érito Agrícola.
El ilustre Canónigo de la S a n ta Iglesia M etro p o litana
de V a lla d o lid , Dr. D on V a le ro Caudevilla, mi antiguo y buen
amigo, que fué familiar del Sr. Gandásegui me dió detalles de
su muerte y de su testamento. A quella fué ejem plarísim a
siendo sus últimas palabras: «Por España, por España» dan­
do a entender que ofrecía su vida a Dios Nuestro Se ñ or por
la salvación de España. Y respecto del testam ente me dice
que hay dos clausulas que interesan a esta diócesis: una que
deja una pequeña cantidad (lo único que tenía) para que
sea distribuida en M isas entre los sacerdotes pobres, y otra
que dice: «A la V irg en d el P rad o, P a tro n a de Ciudad R ea l,
se le entregará un bastón de mando y un Anillo Pastoral,
co m o recuerdo de ser aquella la primera S e d e que regí».
V
-j
y ..- '
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
XVIII
Ofra imagen de la Virgen
del Prado.— 5u Santua­
rio en Viver de la 5ierra
(Z arago za). — Escultura
del siglo X ll.-D u d as que
quedan desvanecidas.—
Confirmación de nuestra
creencia.— ¿Qué dirían
ahora Hervás y Delgado
ÍYIerchán?— Nuestra pri­
m era imagen de la Virgen
del Prado era del tiempo
de los godos.— M ás da­
tos.— Una caria del cura
de Veliila.— La imagen
construida p o r Garlos
Vázquez y Vicente Nauarro será ia tercera con
la advocación del Prado
que habrá en Ciudad Real
P ro v id en c ia lm en te me enteré
de la existencia de una im a­
gen de la V irgen del Prado
que se venera en Higuera de
la Sierra ( H u e lv a ) , y provi­
dencialm ente, tam bién, vengo
en co no cim ien to de que hay
otra im agen aragonesa con tal
ad vocación en V iver de la
Sierra (Z a ra g o z a ) y que ésta
es una escultura del siglo X l l .
No hay duda, nuestra ínclita
P a tro n a |ha querido ponerme
en el camino de la verdad p a ­
ra que ésta triunfe y queden
totalm ente borrad os ciertos
juicios de los Sres. Hervás y
D elgado M erchán, a c e rc a de
este asunto.
H arem o s historia. Al hablarse por radio de la nueva
imagen del P rado destinada a Ciudad R ea l, un cura párroco
de A ragón , hijo d e V iv e r de la Sierra, escribió a.1 de S a n ta
Miaría d e esta capital, D o n Ildefonso R o m e ro , y este buen
amigo m e puso al habla con aquél. M ediaron unas cartas y
al co n o ce r y o la antigüedad de la imagen aragonesa co m ­
prendí su im portancia y decidí hacer investigaciones per­
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
192
sonales
p ara
ver
si
podía
robustecer
a ñ e ja
opi­
nión mía .contraria a las sustentad as por H ervás y D elgado
M erchán, que clara m e n te d ecían que hasta el siglo X I V no
hubo V irg en del P ra d o en Ciudad R e a l, ni co n 'ese nombríe
se co n o ció ninguna otra en la antigüedad.
L a fiesta de V iv e r se c e le b ra el 25 de marzo. T o m é en
M adrid el rápido de Zaragoza, y al llegar a C alatayud espe­
ré el autovía que me- d ejó en Morés, a las cuatro y cuarenta
y cinco, de latarde,/y desde allí and and o unos dos kilóm etros
hasta Sestrica,
donde pasé la noche. A la m añ an a siguien­
te, 8 y 30, en com pañía del sacerd o te
Don Arsenio
L ó pez, hijo de
V iver,
m archam os a este pueblo cruzando,
primero, frondosos olivares y después,
por un cam ino de herradura y b o r ­
deando la m ontaña, ganam os altura,
llegando enseguida a su país natal.
P o c o antes divisamos el grandioso
santuario de l'a V irgen. D escansam os
en V iv e r unos minutos ipara saludar al
D. Arsenio López, Cu­
ra párroco de Castejón
de Alarba.
A lcald e don V ic to ria n o P erales M a­
nes, y enseguida, tras del repique de
cam p an a s y con la casi totalidad de
los vecinos, nos encam inam os al Santuario, que está a unos
cuatrocientos metros, por buen cam ino. Con nosotros sube,
tam bién, la música de Aninón. para amenizar las fiestas. Un
batutrico de los que se .quedan, participa del regocijo, g e n e ­
ral cantand o jotas. U na de ellas dice así:
A n d a y rézale a la V irg en
y dila que no entro a verla:
me da vergüenza icirle
que te quiero más que a ella.
C ontem plam os a V iv e r. Es un pueblecito pequeño pero
de simpático aspecto. L le g am o s al Santuario que es m agní­
fico. Muchas velas lucen en el portentoso altar donde tiene
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
193
su trono la V irgen del' P rad o. R e z a m o s ante la sagrada im a­
gen. Esta es, en efecto, una escultura d el siglo X l l y aún de
más antigüedad. L a V irg en está sentada en una sillita-trono
de m adera, de la que tam bién está form ada la im agen, que
tien e poco más de un palmo en alto. Al Niño Jes.ús lo pre­
senta sentado en la falda delante del pecho y en Ja actitud
de abrazarle.
A las on ce y media c o ­
m ienza Ja misa de terno que
dice el Sr. 'Cura 'Regente, Don
V ic en te
Sánchez,
ayudado
por los señores Curas del M o ­
ré? y Sestrica, .actuando de
Maestro de cerem on ias el se­
ñor iCura-organista de Sabiñán. Son las doce en punto
suando sube al pulpito el en­
cargado del sermón, Don Arsenio López, Cura párroco de
C astejón e hijo de V iver. 1 oma por textos aquellas p a l a ­
bras d eb p salm o 147 «non fecit taliter omni nationi», y
d esarrolla
su
proposición:
L a V irg en del P rad o , gloría
inco m parable d'e V iv e r de la
Sierra que demuestra con elo ­
cuentes palabras, haciendo un
La Virgen del Prado, que se venera
en Viver de la Sierra (Zaragoza).
rcorrido por la historia del templo desde su fundación hasta
nuestros días, consignando, además, co m o V ive r ha corres­
pondido al favor de Nuestra Señora. L a oración sagrada del
Sr. L ópez dura una media hora y es muy elocu ente y e x p re ­
siva al1 dirigir fervorosas ala b a n z a s a la V irgen del P rad o.
Sus paisanos le felicitan calurosam ente después de la fiesta.
A g rad ezco las a ten cio n es que se me guardan y regreso
lo antes posible a Calatayud. T ra to de ir a V elilla de Jilo c a ,
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
194
que no está lejos, pero por h ab er perd id o el autobús de línea
tenía que qu ed arm e un día más y m e es imposible.
C oncretém o n o s, pues, a la V irg e n del P ra d o que se v e ­
n e r a en V iv e r de la S ierra ( Z a r a g o z a ) . E l historiador D on
V ic e n t e de la F u en te en su «V id a de la V irg en M aría con la
Historia de su Culto en E s p a ñ a » (capítulo 2.°, página 10)
hablando de Las im ágenes del siglo X I I , dice: « .. .H ay noticias
t a m b i é n , , de seis efigies ap arecid as en A rag ó n por aquél
tiem p o a varias p ia d o sa s pastorcitas. Una de estas efi­
gies es la dél P rado, en V iv e r de la Sierra, cerca de C a ­
la tayud.»
U ztárroz, p o r su parte, a f ir m a que co n sta p o r ¡escrituras
antiguas que la ép oca de la fundación de aquel templo robustede ló a n te rio rm e n te dicho.
E n V iv e r s e co n serva la siguiente tradición respecto
a
la aparición de la V irg e n :
«H allábase apacen ta n d o su ganado de cabras u n a hu­
m ilde y sencilla pastorcita en una verde prad era ro d ead a de
frondosos olm os a unos 4 0 0 metros de V iv e r de la Sierra.
D e repente vuelve la c ab ez a y a p a re ce a su vista una escena
■extraña. E n el tronco de uno de los olm os ve una co sa p ara
ella nunca vista. Se a c e rc a y queda g ratam e n te sorprend id a
el divisar una Im agen d e (María. V isib le m en te em o c io n ad a Se
arrodilla, a d o r a a la Imagen y La d ic e : ¿q u é queréis de mí,
S e ñ o r a ? E n to n c e s M a r ía le d a ¡el ¡siguiente e n c a rg o : «Es mi
voluntad que los del pueblo me edifiquen un tem plo en este
mismo lugar». Y p ara que fuese c r e íd a la pastorcita, la dio
esta señal: «que nadie podría sep arar la m ano de la pastorcita d e junto al oído m ientras no resolviesen dar cumpli­
miento a la so b eran a dignación». L a p asto rcita se levanta y
co rr e jubilosa a l pueblo y ¡en llegand o a éstle c u e n ta a todos
s e m e ja n te prod igio. S e form an corros en torno de ,1a
p astorcita, quién p ru eba lo que dice co nvid ando a todos a
que intenten separar su m ano de junto al oído. P ru e b a uno,
p ru eb an dos, pru eban los más robustos y esforzados y n o
consiguen ,su intento'. C on ven cido s todos, se aprestan a ir al
lugar de la aparición a fin de ofrecer sus respetos a M aría y
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
195
esbozar los proyectos para cumplir la voluntad de la V irgen.»
R eprod uciend o esta aparición hay una e stam p a anti­
quísima y ,al pie se dice/iN." Sra. del P rad o que se venera
en V iver de la Sierra.» E l Em m o . Sr. C ard enal B o r ja c o n c e ­
dió 10 0 días de indulgencias rezando una Salve ante esta
Imagen.
E l C ardenal Don G aspar B o rja y V e la s c o , era hijo de
S an F ran cisco de B o rja . Fué arzobispo de ¡Milán, Sevilla y
C IU D A D R E A L —Plaza del Pilar en 1921, cuando recibió el
nombre de Cervantes p o r acuerdo del Ayuntamiento y a pro­
puesta del autor de este libro.
T o le d o . Ocupó altos cargos, entre ellos la P residencia del
C on sejo R eal Supremo de Aragón.
Con lo dicho b a sta para decir que puede asegurarse
que antes de la Imagen d e Nuestra Señ ora del P rad o, P a ­
trona de Ciudad R e a l, y que hem os conocido y venerad o,
tuvimos otra con igual ad vocación, que era verídico cuanto
a firm a ro n los historiadores antiguos, sobre todo Don Juan
Mendoza de Porras, cab allero so historiador de Ciudad R ea l
y el Sab io Carm elita, tam bién paisano nuestro, Fr. Diego de
Jesús y María, ¡Prior del co n ven to de G u ad alajara y que que­
dan rectificad as las te ndenciosas afirmaciones de Hervás y
Delgado M erchán. Si hubieran dicho — com o R am írez d e
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
196
A rellan o — que la Imagen ahora destruida era una escultura
del siglo X I V , o del X V co m o y o creo, sin analizar lo a n te ­
rior, nada tendría que o b jeta r, pero querer confirm ar su te­
sis co n cretan d o que h asta esa ép oca no hubo ninguna V i r ­
gen del P rad o, cuando los hecho s demuestran lo contrario,
es una ligereza im perd onable.
No m e explico com o Hervás, que tantas veces cita a
D on V ic e n t e de la F uen te, haya silenciado lo de la V irgen
del P rad o de V iv e r, ni com o D elgado M erchán que ta n en
cu e n ta tiene la .Historia de Fr. Diego de j e s ú s y María, para
escribir su libro, a ce p te t o d o m enos lo que se refiere a la
V irg en del Prado.
E l que la Imagen de Nuestra S e ñ o ra del P rad o que a c a ­
bam o s de perder fuera del siglo X I V o X V no es obstáculo
para que antes hubiese o tra im agen con igual ad vocación .
Supongam os, por un m om ento, que dentro de cien años con
la escasez de letra impresa de estos tiem pos se pierde lo p o ­
co que se escriba y los investigadores de en to n ces quieren
buscar el historial de la V irg en del P rad o y ven lo de la f e ­
cha de su ap a rició n en V elilla, o lo. del siglo X I V y no ven
otros datos históricos, y tengo la seguridad que se limitarían
a decir que la Imagen construida por Carlos V á zqu ez y V i ­
ce n te Navarro /era una escultura de más o m enos mérito del
siglo X X , y /nada máis, porque para e n to n ces la (discreción
estará más adelantada, y si el investigador vistiese el hábito
talar no diría ja m á s que los milagros o p ro teccio n e s de la
V irgen «no resisten la crítica m oderna».
P a ra mi no hay duda, por la lectura y en c a d e n a m ie n ­
to de los h ech os que van relatados, de que existió una pri­
mera im agen de la V irg en del P rad o en el -siglo oct/avo, del
tiem po de los godos, y que esa virgen era pequeñita, senta­
da, con el -Niño en un brazo, a la m an era de la im agen que
se venera en V iv e r, y que estuvo soterrada tres siglos en las
inm ediaciones de V elilla de J ilo c a y que fué descubierta, en
el 1 0 1 3 , y que peregrineó por E sp añ a llevada por los R e ­
yes h asta que, d efinitivam ente se quedó en Pozuelo Seco ,
V illa R e a l y Ciudad R e a l. ¿D e s a p a re c ió en alguna ex p ed i­
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
197
ción guerrera? ¿ O en algún acto de violencia de aquéllas lu­
chas sangrientas que en la antigüedad hubo en este p u eblo?
¿ F u é sustituida c o m e hicieron, con la de Fliguera ? ¿Q u isie ­
ren m odernizar la imagen, com o luego ¡aconteció con la si­
guiente, con la .que yo llamo n uestra? E s el dato que se des­
co n o ce , p e io que aún, d esco n ociénd o lo , no niega su exis­
tencia.
La Virgen del Prado, que se venera en Vetilla
de Jilo ca (Zaragoza).
E s indudable que la sencilla ermita de los aldeanos
de Pozuelo S e co , es el a n te c e d e n te de la iglesia Prioral, lo
testifica su Puerta del Perdón, lo re co n o ce R am írez de Arellano, que, con datos irrebatibles, ¡explica las distintas transfo im a c io n c s del templo. E s lógico ¡suponer que al fundarse
V illa R ea l, con ¡el ensanche de ¡población, tendría necesidad
de una iglesia parroquial y que ésta ,no fué otra. — pese a los
opuestos deseos de algunos p árro c o s de San P ed ro —- que
la de S an ta María del P rad o y si ésta ¡existió por lo m enos
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
198
desde el siglo X III ¿q u é V irg en del P rad o figuraba en e lla ?
L a construida -a últimos del siglo X I V o principios del X V
no podía ser, p o rq u e su antigüedad está Ibien definida. ,¿Cúal
era e n to n c e s ? ¿N o existe la V irg en del P r a d o de
es una escultura de los primeros años del siglo X I I
otra im agen más antigua todavía en V e lilla de
d o n d e p ro c e d ía nuestra primera im ag e n? ¿ P or
V iv e r, que
? ¿ No hay
J ilo c a , de
qué, pues,
no había de existir la de Ciudad R e a l en dicha ép o ca
co­
mo afirm an los juiciosos y sesudos varones que asientan los
prim eros ja lo n e s de la..Historia de Ciudad R e a l ? L a co sa es­
tá clara. L a imagen de la Virgen del Prado construida por
_
~
C a rlo s ¡V ázquez y V ic e n t e Navarro
J será la te rce ra q u e h a b r á en Ciudad
t
áfr\
i Real-
C onclu yo este capítulo transcri­
biendo de l,a ca rta que envía e l señor
Cura p á rro c o de V e l il la de J ilo c a ,
Don Basil/io G o to r, lo siguiente:
«Aquí sólo existe la im agen de
la V irgen del P rad o, antiquísima, y la
que se venera, y en u n lienzo que hay
en la p a rro q u ia hay otra, no existe
D . Basilio Gotor, Pá­
rroco de Velilla de J i ­
loca.
otra cosa. El sitio donde se ap areció
tamlbién se s a b e por tradición que en
él había, un pilar iy que hoy está des­
truido y d e sa p a re c id o » .
¡ Y decían H ervás y D elgado M erchán que h asta ,1o
de V elilla jera u na f a n t a s í a !
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
XIX
Su ced e al Sr. G an d áseg ui en
Sexío Obispo-Prior, don
Jauier Irastorza y Loinaz.— 5u pontificado.—
Labor fecunda.—El Obis­
po mártir, D. Narciso de
Estenaga y Echevarría.
— Sus obras históricas.
- 5 u s d is c u rs o s.-N o ta s
de su pontificado.— El
Sr. Estenaga y su fam iliar
bárbaram ente inm olados
p o r los nefarios ro jo s.—
Otras notas.— Galería de
hijos ilustres de la prouiRoia en la Diputación.
— Exposición de fotos de
algunos a lc a ld e s— Dos
coronaciones.
el1P riorato de las O rd e n e s M i­
litares y O bispado de D o r a el
limo. y .R d m o . Sr. Dr. D o n J a ­
vier Irastorza y Loinaz, digni­
dad de A rcipreste de esta
I. P . de .acrisoladas virtudes y
de vasta cultura eclesiástica y
p ro fa n a y de trato exquisito,
que c o n ta b a con todo el res­
peto y simpatía de los mancbegos. Nació en San S e b a s ­
tián el 2 7 de febrero de 1875.
D e brillantísimo historial a c a ­
démico que no detallo por es­
casez de papel, fué Canónigo
Pen iten ciario de la I. P. y d es­
pués Arcipreste, ocu p a n d o
otros elev ad o s cargos de h o ­
nor y co n fian za. Preconizad o
O bispo-Prior fué consagrado so lem nem ente en la Iglesia de
Santa M aría, de S a n Sebastián, el 2 2 de noviembre de 191 4.
O fició de consagrante <el Nuncio A postólico M onseñor R agonesi y com o asistentes los O bispos de V itoria y Segovia,
Sres. M eló y G andásegui. E l 23 de enero de 1 91 5 fué cru­
zado C aballero de M o n te sa en la Iglesia d e S an Francisco el
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
200
G ra n d e , de Madrid, ce rem on ia que presidió el R ey , y ,el 3 1
del mismo mes y ,año, hizo su solem ne entrada e n esta c a p i­
tal. ¡Describirla sería im posible en b re ves líneas; au to rid a ­
des, co rp oracio n es, pueblo, todos, se disputaron el honor de
esperarle y reverenciarle. H ubo T edéu m , recep ciones, c o n ­
cierto popular, ilum inaciones y fuegos artificiales. C on el
D r. D . Ja v ier Irastorza y Loinaz.
Sexto Obispo-Prior
Sr. Irastorzía venían, acom pañándole, catorce Caballeros de
las O rd en es Militares, con sus vistosos uniformes, honor que
hasta e n to n c e s no se había tributado a ningún Obispo.
Su pontificado fué feliz y fecundo.
Utilizando un le gado de 4 0 0 . 0 0 0 pesetas que la ilus­
tre dama m an ch e g a doña M aría C on cep ció n M edran o Maldonado hizo en favor del señor O bispo-Prior, fundó el se­
ñor Irastorza el «Instituto Pop ular de la C oncep ció n» para
la en señan za cristiana de h ijo s de obreros, institución ad'mi-
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
201
ra b lem e n te planead a qué com enzó a funcionar en 1 91 6 y
que ha p ro p o rcio n ad o inmenso beneficio a la po blación de
Ciudad R ea l. En ella se han form ado, gratuitamente milla­
res de niños pobres, muchos d e los cuales ocupan h cy c o ­
diciado® puestos len el Magisterio, la Banca, el Comercio,
etc., puestos a que jam á s hub ician llegado de no haber r e ­
cibido una educación ta n esm erada e integral com o la que
se da en el referido Instituto, ¡a cargo, en lo escolar, de los
H e rm an o s Marianistas.
Mu:y al tanto de las cuestiones rnás palpitanl.es de su
tiem po, corno lo demuestran su luminosa Pastoral «El P o n ­
tificado y la Iglesia .ante la presente crisis .social)) y los m ag ­
níficos discursos que pronunciara en ocasiones diversas, y
m ovido por un ardiente y sincero .amor a los humildes, d e s­
d e el primer m om ento se propuso llevar a la práctica la
sindicación profesional, tan recom end ad a por L eó n X III y
sus sucesores.
A tal 'objeto, creó en ,el Sem inario Conciliar las cátedras
de E c en o mía S o cia l y de Instituciones Sociales, organizó
com isiones d iocesanas de propaganda y dispuso la c e le b ra ­
ción de un Curso breve de Sociología, así como co n fe re n ­
cias sociales en la S. I. P rio ral y otras .en la Casa Popular
de N. S. del P rad o .a cargo de com petentes Ingenieros A g ró ­
n om os e ilustrados publicistas.
Y a en 1 915, fundó la F e d e ra c ió n de Sindicatos A grí­
colas C atólicos de la M ancha, que, por su órgano «El S e m ­
brad or» y .sus asociaciones filiales, ha contribuido po d ero ­
sam e n te a la extirpación de la usura ,en m uchos pueblos, p
la elevación cultural de los la b rad ores y aun,a la solución de
la Cuestión social, siquiera haya sido- parcialmente por el
refinado individualismo ,e inconsciencia de los diversos f a c ­
tores de la producción agraria.
C o m o dato único — no tenem os espacio para más— d;ie n :c s que la C a ja Rural del Sindicato de Ciudad R ea l, en
Ies 2 4 año® que lleva de existencia, ha .hecho préstamos a
sus socios — casi todos pequeños propietarios— por un valor
de cerca de ocho millones de pesetas, ascendiendo el total de
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
202
im posiciones e n aq u élla a m ás de o n ce m illones, y tuvo el
acierto de que co o p e rara a esta obra fund am en tal D o n J e ­
sús Andrés, que tanto se había destiinguido en la R io ja.
S e propuso .asimismo ,el Sr. Irastorza im plantar la sin­
d icación en otras industrias y profesiones co n fo rm e a los
principios del catolicism o so cia l; pero sus no b les esfuerzos
vinieron a estrellarse co n tra 'la in explicable resistencia pasi­
va de los que hubieran resultado favorecidos, p rin cip a lm e n ­
te del lado del elem en to patronal.
S iete años rigió e sta diócesis, y trasladado a la de Orihuela dejó un gratísimo recuerdo e innúmeras amistades que
en com ian, en tod o m o m ento , su valer y activid ad .
Y tó c a m e hablar ah o ra del sép tim o y último ObispoPrior, d e l O bispo mártir, D on Narciso de E sté n a g a y E c h e ­
varría. Nació en L o gro ñ o el 2 9 de .octubre de I 8 3 2 . D e m o ­
destísima fam ilia; hizo su carpera c o n .gran brillantez. Y su­
ce siv a m en te fué P ro feso r del Sem inario central de T o le d o ,
B e n e fic ia d o , A rc ed ia n o y D ea n de ,1a S. I. Prim ad a, donde
por suigran cultura y dominar las lenguas vivas, -era el intér­
prete obligado cuando visitaban la ciudad im perial las p e r­
sonalidades europeas. Fué p re c o n iz a d o para este O bispadoP rio rato el 14 de d iciem bre de 1 9 2 2 y consagrado en M a ­
drid por ¡el E m m o . Sr. C ard en al R e ig y .C a s a n o v a el 2 2 de
julio de 1 9 2 3 ; tomó posesión de la diócesis el 9 de agosto
siguiente, entrando s o le m n e m e n te en esta cap ital el I 2 del
mismo mes. Con él vinieron varios C aballero s de las O r d e ­
n es Militares. E l lo era de la ¡orden de San tiag o. S e le hizo
un g ra n recibim ien to, verificán dose el ce rem on ial con. la ¡bri­
llantez que se hizo a sus antecesores.
Su p o n tifica d o fué muy fecundo. O rganizó l a acció n
católica. V isitó dos veces todos los pu eblos de su diócesisE le v ó bastante el núm ero de b e c a s en el Sem inario y d e­
mostró, en todo m o m ento , sus a lta s dotes de e x c e le n te P r e ­
lado. Su conversación e n ca n tab a. T e n ía el Sr. Esteraaga dos
características ¡especiales que preciso d esta car; que escribís
co m o h ab lab a, muy bien. Es ¡notabilísima su co pio sa m o n o ­
grafía e n dos tom os del C ard enal A rag ó n y cuando le so r­
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
203
prendió la tragedia restaba escribiendo Ja Historia de la C a ­
tedral de T o le d o con más de doce mil fichas. ¿ D ó n d e h a­
brán ido a parar esas cu artillas?
Y co m o orador iera una ;cosa seria, (formidable d e fon ­
do y form a. E n (octubre del 25 ocupó la sagrada cátedra en
T o le d o con motivo del Congreso eucarístico nacion al y p ro ­
I\Dr. D. Narciso de Estenaga y Echevarría.
ISéptimo Obispo-Prior.
nunció un gran discurso ique entusiasmó a sus oyentes. Y en
junio del 2 6 hizo otro en G ran ad a durante el Congreso c a ­
tequístico nacional que fué una maravilla; y en mayo del
3 0 hizo dos: uno en la Basílica de la ¡Milagrosa, de M'adrid,
y la oración fúnebre que por los descubridores de A m érica
pronunció en el Congreso Mariano de Sevilla, de suprema
e lo cu e n c ia , que im presionó vivam ente a los O bispos de
A m érica que la escucharon. iMás reciente está el panegírico
que hizo die la V irg en del P ra d o , en la fiesta patronal del
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
Solemne entrada en Ciudad Real del Obispo-Prior Sr. Estenaga, el 12 de agosto de 1923.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 ■
- La Virgen del Prado
a través
de isu historia
i.
.
-
-~ L
................................
205
15 de agosto del 33, discurso éste hecho ,en con diciones e s ­
peciales. H abían p ro h ib id o los m andarines ro jo s que salie­
ra la procesión de nuestra amadísima P atron a. Pusieron
guardia ro ja m o n tad a en las puertas d e l templo que estaba
lleno de .fieles. L os m om entos eran críticos, la indignación
enorm e, y ¡entonces el ilustre Prelad o, sin previo an uncio,
subió al pulpito, y con serenidad d e .apóstol dirigió a la C e ­
lestial S e ñ o ra las el.ab.anzas más sen tid as y sublimes, en e l o ­
cuentísim o discurso qu;e será inolvidable para cuantos tuvi­
m os la dicha de escucharle.
,
¡El año 34 hizo e n Santiago de Com postela la ofrenda
al A pó sto l, en n o m b re de las O rd en es Militares, o fren d a
m agnífica saturada con acerbos incisos para los incrédulos,
que puede consid erarse com o m odelo en su género.
E l 10 de m ayo del 35 presidió la peregrinación de es­
ta provincia que fué a Mcntilla. .a visitar la tumba de Ju an
de A vila, e l ínclito m an ch ego, y allí pronunció o tro bellí­
simo discurso que m ereció unánimes elogios.
T i e n e otras actividades oratorias que no
recuerdo
ahora.
Su último1 discurso fué la oración fúnebre que dedicó a
L a p e d e V e g a en la iglesia de las Trinitarias de Madrid,
con m otivo del te rce r c e n te n ario de su .muerte, oraciótr fú­
n eb re que hizo por encargo de la R eal .A cad em ia Española,
y en la quie demostró u n a vez más su inmensa cultura, £U
exquisito gusto literario
y sus preclaras co n d icio n es
de
orador.
Así era el Obispo mártir, Monseñor Esténaga. T u v e el
honor de aco m p añ arle a/Calatrava la Nueva /en la excursión
que hicim os 'con G arcía Sanchiz, y por un incidente que
ocurrió en Calzada, vióse la proxim id ad de algo anorm al,
peligroso. Pudo salvarse el P relado, .pero (atento a su e v an ­
gélica misión quiso correr las contingencias quedándose en
su p u e s t o ...
Y llegó la tragedia. L o s nefarios le visitaron enseguida,
d án d ole seguridades de que nad a le pasaría. T o d o en ,vano.
L o s ¡nefarios son siempre nefarios. E l 25 de julio se a p o d e­
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
206
raron de las ll a v e s 'd e la S. 1. P .; el 14 de agosto ro baro n
las a lh ajas de la V irgen, p o co s días antes, el 8, h abían lle­
vad o ¡al O bispo mártir a casa de D on Saturnino S ánchez iz­
quierdo, tratan do de ¡engieñarle, una vez más, con m entidas
garantías, y el día 2 2 , a las once de su mañana, lo asesina­
ron vilm ente e n tre Peralvillo y el Piélago.
Y su lealísimo fam iliar, Don Julio M elg ar Salgad o,
que, rechazand o la libertad que le ofrecían, quiso quedarse
a.1 lad o de su señor, lo asesinaron tam bién.
De este modo dieron su vida por Dios y por E sp aña el
ilustre P re la d o D on Narciso de E sten aga y E ch e v a rría y áu
fiel familiar.
D ícen m e quie ,el próxim o día 1 0 de m a y o traslad arán
los restos del O bispo mártir a la. S an ta Iglesia P rioral, re ­
cibiend o sepultura en el centro de J a iglesia, entre las papi­
llas dje 1 Sag rad o C orazón y S a n t o T o m á s de V illanu eva, y
que en dicho día en los solem nes fun erales ce le b ra rá de
pontifical el Sr. Obispo de Coria y tendrá la oración fúne­
bre e l Pnelado d e S e g o v ia . S e r á un día de luto para tod os
y co m o anticipo e s t e relato p o rq u e p ara entonces, (Dios m e ­
diante, e s t a r á impreso e ste libro, supongo que con Jos re s­
tos del Sr. E stenaga vendrán, tam bién, los de Julio Melgar.
A m b o s o frend aro n su vida por D ios y por E sp a ñ a y co m o
ju n tos vivieron y juntos murieron, ju n tos d e b e n rep o sar sus
restos.
H a b r á o b s e r v a d o e l (lector que ,de la p a rte p ro fa n a en
lo que va de ¡siglo ap en as digo nada. E s tan reciente todo,
que casi J o hem os vivido, y no creo p ru d en te formular, por
ahora, juicio ¡histórico de muchos asuntos. C on vien e, ein
em bargo, apunt,ar la ¡elevación ¡a los C o n se jo s de la C o r o n a
r^el hijo de Ciudad 'R eal, G e n e ra l A g uilera, el h o m e n a je
que se le tributó en este pu eblo, el cuadro ¡al óleo que le
hizo Carlos V ázquez, cuadro que su autor donó al A y u n ta­
m iento co n ¡la c o n d ic ió n de que h abía de figurar siem pre ,en
el salón de sesionéis y que si algu na vez lo- s a c a b a n fuera
q u e d a b a ínula la d o n a c i ó n ; recu erd o y recu erd o grato m e re ­
ce tam bién la ép o c a de la D ictadura, la labor ad m irab le de
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
207
aquella D iputación y la visita del gen eral P rim o de R ivera
a Ciudad R ea l. Paiso por jalto," c u b rié n d o la co n el negro
manto d e la repulsa, el bochornoso período antiespañol que
com ienza el año 3 1, reco rd and o sólo aquellos mítines del
3 6 c e le b r a d o s en T o m e llo so y V ald e p eñ as, con motivo de
Tiaa e le c cio n e s y en lo s que> intervino, pon su mágica y elo ­
cuente p alab ra, D on J o s é María P em án , actu al D irector de
la R e a l A c a d e m ia E sp año la. Suyo er,a e l f.andaguillo,
V o tenía una band era,
h echa de sangre y ¡de isol;
m e dicen quie no la 'quiera,
yó, ya n o soy español,
soy de una tierra cualquiera,
fan dan g uillo que ino entendió el .policía ro jo y que fué freñéticiam¡ente aplaudido. P resen tes esteban tambián, y (usa­
ron de la p alab ra, L uis Ruiz ,de V a ld e p e ñ a s, J o s é María
M a te o , el duque de San Fernan d o y D a n iel M ondéjar, que
en el m ism o ¡pño ¡dieron su vida por Dios y por España.
E n é l año 1 9 0 8 s e establece en la Diputación, con
ap lau so gen eral, la galería de hijos ilustres de la M ancha,
que aún .subsiste y e s gala y ornato de la C asa Provincial.
iPoco después u n A lc a ld e , con vistas a la inmortalidad
pu eblerina, dió su nom bre a una calle, y ,por si pon el tiem ­
po fa lla b a ( ¡te n ía ¡pupila!) creó la galería de A lca ld e s,
que le ofrecía más garantía de estabilidad, acaso porque
pe n sase en las d ebilid ades h u m anas, y para que no e e d i j e ­
r a que él inauguraba la galería buscó y rebuscó entre, sus
am ista d e s f o t c s de an te ce so re s ..suyos, d e la segunda ¡mitad
del siglo X I X , y encontró unas pocas sin lazos de sucesión y
co m o ya estaban muertos y no podían estampar su fir­
ma
en la
foto no vaciló en
recortarlas
de
do­
cu m en to s del archivo municipal p.ara dar vida a su p ro y ec­
to. 'Huboi algún e x A lca ld e , icomo ¡Don M a n u el [Cuevas, que
vivía aú n e n ¡aquél tiempo y que se negó a dar su retrato,
resultando, e o n ello, que la. ¡galería era incom pleta al prin­
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
208
cipio, en medro y 'al fin, de aquí que yo en vez de darle ese
n om bre la llamé sencillamente «Exposición de fotos de al­
gunos Aloaldes».
Y ya que h ab lo de co s a s del M'unicipio debo haoer
c o n s ta r que en el desp ach o del digno S e cre ta rio D o n J o s é
A lcáz ar, se co n se rv an , .ta m b ié n ,'lo s re tr a t o s de H e rn á n P é ­
rez del Pulgar, D o n Agustín Salid o ,y G e n e ra l Aguilera, y
en un valioso arm ario situado frente a su mesa, preciosos
d ocum entos del C on cejo , d e gran utilidad para la Historia,
y que, seguram ente, g racias a su interés y ca riñ o por este
su pueblo ¡natal, d em o strad o ten tod o m o m en to , se salvaron
de ser destruidos e n el n efasto período.
E n e l año 1 9 2 9 fueron c o r o n a d a s ca n ó n ica m e n te dos
V írg e n e s p a tro n a le s de e s t a provincia. E n marzo Nuestra
Señ ora de la E ncarnación , de Carrión de Calatrava, que lo
fué por e l E.mmo. Q ard en al Segura, regalando la co ro n a y
haciend o tod os los gastos la distinguida Sra. D .“ E lisa S á n ­
chez R am os, viuda de Carrillo de Albornoz, recientem ente
fallecid a. Da otra V irg en c o ro n a d a fué la de las Nieves, P a ­
tro n a de A lm agro . E l a c t o ae verificó el 2 0 de o ctu bre y fué
m u y s o le m n e y asistieron a e lla el Infante D on J a im e , el
Nuncio 'de Su San tid a d , M o n se ñ o r T e d e sch in i, el Ministro
de Justicia, el O bispo Prior y Cabildo de la S. 1. P. D el 1 3
al 2 0 hubo gran des fiestas. E l 1 7 p r e d ic ó D on R o g elio Chilli.da, C anónigo Magistral de la S. 1. M . de V a le n c i a y el 2 0 ,
día de la C oro n ació n , ce le b ró misa de p o n tifica l, el Nuncio
de Su Santidad y ocupó la sagrada cátedra el Obispo-Prior
Dr. Estenaga., de Im b o rrab le recuerdo.
Dlespuéis huibo un b an q u ete oficial en el histórico C o n ­
vento de C alatrava, de P. P . D om inicos, to c a n d o s e le c ta s
piezas musicales la b a n d a provincial.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
1
XX
La tragedia en la Cate­
dral. -Antecedentes. - Se­
mana cataléptica.—Nociré
del 25 de Dulio de 1936.
La Santísima Virgen del
Prado en poder de los
icon óm acos. — Incauta­
ción del tesoro de la Virgen.-¿hIeuaron las alha­
jas a Alicante ? — ¿ Fué
pignorado el porta-paz
en 3aén? — Ultimos días
del O bispo-Prior 5r. Es­
tenaga.— ¿Qué se hizo de
nuestra uenerada Patro­
na ? - ¿ Fué destruida ?
Valor inmenso del tesoro
de la Virgen del Prado.
— eomo se guardaba y
como se perdió.
Desde que ocupó e l poder el
llamado izquierdismo presa­
gió mucha gente la proxim i­
dad de días luctuosos, d e saña
cruel. H e c h o s inmediatos die­
ron vida a tal creencia, y
cuando se perpetró el vil ase­
sinato de Calvo Sótelo ya n a ­
die lo puso en duda. En H i­
guera d e la S ierra las más dis­
tinguidas personalidades de la
población, de acuerdo con el
Sr. Cura párroco, escondieron
a la Virgen del Prado, que allí
se venera y lo mismo hicieron
con sus m antos y joyas, sin te­
mer a las represalias que pu­
dieran hacerse y que no se hi­
cieron. Un barbero de Murcia
por sí solo fué al Santuario de
Nuestra Sra. de la Fuensanta,
P atro na de la ciudad, y la puso
a buen recaudo. Igual suerte tuvieron en Madrid las im áge­
nes de la P alo m a y de la Almudena. Y sin ir más lejos, en
el mismo Infantes, se hizo lo: propio con la V irgen de la A n ­
tigua. Só lo en Ciudad R e a l hubo quietud asom brante, com o
u
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
210
«i nad a pasara, y eso que hasta el 25 de julio, a las diez
de la noche, no se entregó a los rojo® las llaves del templo.
E s decir que transcurrió una semana, sem ana cataléptica, que
nada se hizo, cuando tanto ipudo h a c e r s e ...
¡N oche del 25 de julio! L a noche de Santiago, siempre
clara, serena, espléndida, de brillo singular, con sus estrellas
Carlos Vázquez.
Hermano mayor de la Cofradía de la Virgen
del Prado al ocurrir la tragedia, y autor de
la nueva Imagen.
rutilantes y su vía láctea, que fué, en años no lejanos, noch e
de algazara y alegría, m arc o áureo d e dulces sentires y de
fervor religioso, se convierte, el 1 9 3 6 , en noche maldita,
preñada de temores, brumosa para el deber, y, en suma, de
duelo infinito, porque en esa noche que la historia señalará
tristemente, la Santísima V irg en del Prado, nuestra Celes-
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
211
ti al Señora, la que tanto protegió a este pueblo y tanto ha­
bíam os reverenciado y enaltecido, quedaba, sin am paro de
nadie en poder de los iconóm acos, de los sicarios de B a rra ­
b á s . . . que habían de quitarla para siempre de nuestra v is ta ...
Y pasa l a n o ch e . L o s sacrilegos /custodian el tem plo. A
nadie se permite la entrada. E n P a la c io se h a c e o b jeto de v e ­
já m e n e s inauditos al ilustre P relado. E l 8 de agosto se le
obliga a mudar de domicilio, sin poder llevarse otra cosa que
precisas ropas personales. Otro tanto le ocurre a D on Julio
Melgar. R efugiánse
Sánchez Izquierdo
Sr. O bispo respira
D ice misa a diario.
en familia tom an el
en la casa del banquero' Don Saturnino
donde son ad m irablem ente recibidos. El
por fin, tranquilidad. Nadie le molesta.
E scrib e, reza y p o r las noches mientras
fresco en el anchuroso patio oye con ine­
f a b le alegría las em isiones de radio P o r t u g a l .. . E l I 3, te rm i­
nado, sin duda, el saqueo de P alacio , surgen de nuevo las
visitas molestas. E l poncio ro jo aprem ia tam bién, «son
órdenes del G o bierno — dice— y hay que entregar ensegui­
da cuanto h a y a de valor en la s iglesias». Y a los requeri­
mientos se unen las amenazas, y es tal el agobio que sufre
el P relad o q u e al fin ordena la entrega. P a ra co no cer d e ta ­
lles visito al entonces Sacristán M ayor, D on Mauricio P a d i­
lla, y he aquí lo que me d i c e :
«El día 1 4 p o r la m añ an a m e visitaron Don Saturnino
y D on R a m iro S á n c h ez Izquierdo para decirm e, en no m bre
del Sr. Obispo, que atendiese la orden de entrega que lleva­
rían unos policías. P o c o después se me presentaron éstos
con un m andam ás (1 ) a la c ab eza y convinim os en que a las
cuatro de la tarde se verificaría aquélla. E l arcón donde es­
taban las jo y a s de la. V irg en tenía tres llaves que estaban
en p o d e r de lo s canónigos Sres. To rq u em ad a, L o re n te y G i­
m énez M anzanares. L a s recogí al momento. A las cuatro en
punto vinieron por mí. Fuimos a la iglesia. E n tre la puerta
del sol y la verja exterior había ya un cam ión para la carga.
— Primero las joyas, oyes, primero las jo y a s— repitieron to(T)
V iriato M olina. ¿No se le puede sacar nada del paradero d e las joyas?
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
212
dos. Y subimos por an go sta escalera de caraco l que hay en­
tre la sacristía vieja y la pu erta de entrada, y llegamos a l c a ­
marón o descansillo de una torre vieja, donde estaba el T e ­
soro de la V irgen. A brim o s el arcó n y allí estaba el portapaz, dos coronas y esparcidos por el suelo estuches co n v a ­
liosas alhajas. C o m o fieras se tiraron a ellas, pero cuando
llegaron al paroxism o fué cuando abrí una c a ja g rande de
carne mem brillo que e s t a b a llena de perlas, esm eraldas y
d iam antes rosa, e n to n ces metieron todos las m an o s y a pu­
ñados sé las guardaban en los bolsillos y estaban tan ex c ita­
dos que al descender por la escalera, una vez que quedó lim ­
pia la habitación, se les caían lasipiedras preciosas y aun las
pisaban, tanto qu e no m e pude contener y les d ije:
— « Y a que se las llevan, cuiden de ellas que valen un
tesoro.
« Y por toda co ntestación me replicaron:
— «Y a V d. que le im po rta».
i Y se llevaron m ucho ? — interrogué a D on M auricio— .
M uch o — me contestó— aunque ahora no puedo p re­
cisarlo, po rqu e las dos relaciones o inventarios qu e de ellas
tenía las entregué tam bién. E l día 23 se hizo una segunda en­
trega, entre otras de cinco copones de plata, diez y ocho c á ­
lices, un copón de oro de kilo y medio d e peso, y que usaba el
Sr. O bispo; una cruz parroquial y dos ciriales de estilo biza n ­
tino de plata sobre d orada, regalo de las O rd en es Militares,
una piel de gamuza con imperdibles y sortijas y alfileres de
oro. Collares d e perlas, etc., tres án foras de plata que pe sa­
ban una a rro b a , otras tres más pequeñas del mismo metal,
una custodia con piedras preciosas, regalp de D oñ a Criptana y otra valiosísima m aterialm en te cu ajad a de iguales p ie­
dras, p ro ced en te de Uclés. A d e m ás cargaron co n las cap as
corales, tres po ntificales com pletos, un ce n ten ar de albas, e t ­
cétera, etc.»
— Y el 23 cuando fué V d . a hacer la segunda entrega
¿vió V d . a la V irg en del ¡Prado y si tenía su rostrillo co ro ­
na y m a n to ? — pregunto, a Don Mauricio y éste m e co n testa :
Si, la vi en su trono y me p arece que no le faltab a n a ­
da, aunque vista desde la iglesia no puede afirmarse en seco.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
213
Y esta inseguridad aumenta mis dudas, tanto p o r la
voracidad de los ocupantes del T e m p o cuanto porque p u e­
de ser otro* dato que no recuerde Don M auricio, quien tam ­
bién me dijo que el I 4 estaba aún en P alacio el Sr. O bispo
y llevaba ya seis días viviendo en el domicilio de Sán ch ez Iz­
quierdo.
L a m ayor parte del tesoro de la V irg en d eL P rad o fué,
en efecto, al G o biern o civil. Allí estaba el Sr. F ran cé s para
tasarlo y según me dice este señor e n tre las alhajas presentes
no vió las grandiosas perlas, d e incalculable valor, ni las es­
meraldas, ni los diam antes rosa. ¿ E s que las guardaron los
que fueron por ellas? ¿ E sta rá n ocultas en este p u eb lo ?
S á b e s e también que de todo lo robado en la po blació n ,
iglesias, conventos y casas particulares cargaron cuatro* c a ­
miones a la puetra del G obierno y marcharon, según unos,
a Murcia, según otros y de fuente oficial, para Alicante.
A segú ranm e tam bién, que entre lo enviado no figuraban ni
las piedras preciosas, ni el porta-paz y que esta magnífica
jo y a , valuada en un millón de pesetas, la llevó el P oncio
personalm ente a J a é n , donde quedó pignorada. ¿ E s cierto ?
Y hasta ahora seguimos sin encontrar nada. ¿Q u é m al­
dición pesará sobre nosotros, que m ientras se recupera la
V irgen de C ovadonga, y la valiosa corona de la del S a g r a ­
rio de T o le d o y la S a n ta Faz, de J a é n , y el relicario de S an ta
C ecilia y otras jo yas de B arce lo n a y de V a le n cia , no se sa­
be nada de las de Ciudad R e a l ? ¿ Qué comisiones se han des­
tacado para b u scarlas? ¿Sigue aún la 'semana c a ta lé p tic a ?
¡V irge n mía, porque no nos iluminas y haces que por una
vez, tan siquiera, cese nuestra desidia tradicional y nuestra
perniciosa idiosincrasia! E s verdad que las jo y a s de la V ir ­
gen d el Prado las conocían contadísimas personas, y, por lo
mismo, ellas son las obligadas a ponerse en movimiento. Del
porta- paz y de la C o ro n a buena publico fotografías para f a ­
cilitar las gestiones que se hagan.
H ab lo otra, vez d el Obispo-mártir. P arecía natural que
después de lo ocurrido hubiese quedado en paz, que por n a ­
die volviera a ser m olestado. Nada más lejos de la verdad.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
214
les
E r a táctica de aquellos monstruos.
daba
dinero y había
posibilidad
M ientras se
de
obtener
más olvidaban el asesinato, pero cuando se convencían de
que eran inútiles sus intentos de atraco, los quitaban de en­
medio. Un refinam iento de nefarísimo. E l día 2 2 , octava, de
la V irgen, lo pasó el Sr. Estenaga muy preocupado. P or la
noche rogó a la niña María del P rad o Sánchez-Izquierdo
que pidiera p o r él «que lo veía todo muy negro». (1 ) M a ­
drugó más qu e de1 ordinario. D ijo misa, y sus corazonad as
se cumplieron. A las diez y m edia dos cocihes co n milicia­
nos ocuparon las p u ertas de la casa. E l que se detuvo en la
de la calle de la A zucena llevaba, d inam ita para volar la c a ­
sa si no se entregaba el P relad o1. L o s que entraron por la
calle del Cam arín reclam aron su presencia.
L a familia de Sán ch ez Izquierdo hizo lo im posible para
evitarlo. F o r c e je a ro n todos durante treinta y cinco minutos y
cuando ya iban a volar el1 edificio atinó a, pasar por la calle
uno de los je f e s marxistas y enterado del propósito e x c la m ó :
— Quietos. T o d o m enos eso; ¿ n o com prend éis que esta
casa, es una fortaleza y nos puede ser muy útil? Y logró que
desistieran de sus diabólicas intenciones.
A todo esto aumentó el escándolo de los milicianos que
h abía dentro, daban en las puertas con la culatas de sus pis­
tolas, proferían denuestos y blasfem ias, hasta que por fin,
salió d,e su h abitación el Sr. E stenaga, diciendo:
(1) T o dos estos datos y fechas me los ha proporcionado mi distinguida cam ara­
da M aría T eresa Sánchez Izqu ierdo, delegada de la sección fem enina de F. E. T.
y de las J. O . N . S. e hija de D. Saturnino Sánchez Izqu ierdo, que p resen ció e l m a r­
tirio sufrido por el Sr. Estenaga hasta que salió de su casa en la mañana del día 23,
en que fué asesinado.
O tra señora que v iv e tam bién en la calle del Camarín asegura por su parte que
fué el 22 por la mañana cuando se llevaron de la casa del Sr. Sánchez Izquierdo
al Sr. O bispo. Lo m ism o m e dice Sor Inés, del C oleg io de San José. Es cuestión
de una fecha la equ ivocación, pero lo cierto es que e l ilustre Prelado perdió la vida
e l 22 o e l 23.
Parece s e r que después de quitarles la vida, al Sr. O bispo y a su fam iliar in ten ­
taron arrojarlos al río. El día 24 un pa storcillo cuyo nom bre no he podido averigu ar
descubrió lo s cadáveres y enterado un ciclista dió aviso, y en un cam ión com o
«fard o s» fueron llevad os al cem enterio. Enterada Sor Juliana, Superiora del H ospital
dispuso, sin dar su nom bre, que una funeraria proporcionara ataúdes para en terrar­
lo s . Este acto se ve rificó en las prim eras horas de la noche del citado 24.
El 10 de m ayo del 40 al se r exhumados los preciados restos del obispo m ártir
para conducirlos a la S. I. P. se vió que no era cierto que al Sr. Estenaga le hubiesen
cortado las manos com o se había dicho, conservando todavía en uno de lo s dedos
el anillo pastoral, creyendo los m éd icos que todos los disparos que le ocasionaron
la m uerte debió de recibirlos en el rostro. Tam poco es verdad que se cebasen en
él las alimañas.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
215
— S e a lo que Dios quiera. V a m o s donde queráis, y b e n ­
diciendo a la fam ilia de Sán ch ez Izquierdo que llorosa le des­
pedía, montó en el co che con su buen familiar.
Y lo que p asó después relatado queda en el anterior
Porta-paz procedente'de Uclés que había en la
S. /. P., valuado en 'u n millón de pesetas, ro­
bado p o r los rojos.
capítulo. L a b a rbarie ro ja au m en ta b a el número de sus víc­
timas con dos nuevos ases in a to s...
Y entra ahora el tem a principal de este libro :
L a desaparición de la veneradísim a imagen de Nuestra
Señora del Prado. ¿ F u é destruida por la horda marxista ?
¿ F u é salvada y escondida después
por alguien que aun.
siendo rojo tuviera conciencia del d e b e r? E n cuanto a lo
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
216
prim ero está en lo posible, ninguna o tra imagen se salvó y
todos los hechos acusan un refinamiento de impiedad, un
extrem ad o sacrilegio, una crueldad sin límites, pero tan e x ­
tremistas, tan malvados o más que los de este pueblo fueron
los de Asturias, tam bién allí acab aron con todas las imáge-
Corona de oro y pedrería, de la Virgen del
Prado, obra del platero cordobés Tomé de
Acosta (siglo X V II)'j¡u e también f u é robada.
mes, más al llegar el turno a la Santina, a ,1a V irg en de
C ovadonga, no lo hicieron y se co ntentaron con hacerla des­
aparecer, y h asta se da el caso de que un comunista fué el
que dijo donde estaba. R elata el Sr. Padilla que el día 23 vió
a la V irgen desde la iglesia y que no notó nada anorm al en
ella, .es decir que tenía corona, rostrillo y m an to . T r a b a jo
me cuesta el creerlo y hasta pienso si será una alucinación
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
217
de la fe y devoción de tan virtuoso sacerdote. Y digo esto
porque dudo de que todos aquellos milicianos acallasen su
codicia, hasta el punto de no sustraer enseguida la corona,
cuya valía estaba al alcan ce de todas las inteligencias. E n
gentes incultas, dentro del respeto, ca b e la codicia. Y ro-
Magnifica custodia de la Iglesia parroquial
de Piedrabuena que se llevó la horda.
busteoe esta opinión el hecho d e que por entonces, ila m i­
sión principal de los rojos, sin duda por consigna recibida de
Madrid, era el de apropiarse de cuantos o b jeto s tenían algún
valor o pudieran ser útiles a los gobernantes.
Aseguran algunos — por referencias— que la id olatra­
da Imagen fué destruida en noviem bre, que la tiraron desde
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
218
su T ro n o al T e m p lo , que quedó enganchada en los cand eleros, que volvieron a em pujarla y que se deshizo al dar en el
suelo, que e l Niño Jesús quedó intacto y que al intentar ap ar­
tarlo un testigo del vil sacrilegio se indignó uno de los h ere­
jes y lo destrozó ly q u e luego quem aron los sagrados restos fcn
el g ara je de Solís. Y o he tratado de averiguar lo que hubiere
de cierto en este relato y solo consigo lo m ism o: referencias.
E s m ás: no falta quien lo niegue, toda vez que en las dili­
gencias sumariales no consta nada, ni hay ningún inculpado
por este asunto.
Y en cuanto al segundo interrogante de que pudo ser
salvada, es lógica la o b jeció n que se me h a c e : si la V irgen
hubiera sido escondida ya estaría en su trono, si el autor era
de d erechas por natural deseo, y si de izquierdas para h a­
cer valer su servicio.
D e todo esto hay solo un hecho verídico, irrefutable:
la desaparición d e tan bellísima imagen de nuestra ama.ntísima P atro n a y el sacrilego robo de su Camarín y de su tesoro.
( A cuánto ascendía el tesoro de la V ir g e n ? E n juiciar
a ce rca de la riqueza que poseía Nuestra S eñ ora del P rad o es
co m o navegar por alta m ar en un ba rco sin brújula,, ni direc­
ción. E l misterio más absoluto la envolvió siempre. E n tiem ­
pos antiguos se h a b la b a de sus olivares, de sus m ajuelos y
aun de sus pred ios urbanos, fincas legadas por sus más d e­
votos hijos, pero se h ab lab a con cierto recato com o si fuera
pecam inoso el profundizar en dicha cuestión. Un canónigo
de la S. I. P ., D on Miguel S e rra b o n a , quiso b u cear en el
asunto y fué trasladado a otra diócesis. Y el misterio de los
inmuebles alcanzó tam bién en otro orden de cosas a las a l­
hajas y joyas. E l secreto más absolu to se guardaba respecto
a ellas. V a r ia s veces se pidió la organización del jo ye ro de
la V irgen, co m o lo tiene la del Pilar, la de los R ey es, o la
del Sagrario y calificóse de insensatez tal proposición. Só lo
al O bispo mártir le pareció d e perlas y lo hubiera realizado
al cesar el torbellino rojo.
A l escribir este libro quise h a c e rm e con una relación
de dichas alhajas, que estando ya perdidas no hay pa,ra qué
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
219
ocultarlas y visité a la re sp e ta b le Sra. D .a T e r e s a R osales,
viuda de Don Jo s é M ed ran o , última C a m a re ra de la Virgen,
quien con su proverbial am abilidad me recibió en el acto,
diciéndome lo siguiente:
«Cuando el año I 8 me nom braron C am arera de Nuestra
P atro n a, acepté con la condición de que las alhajas y joyas
de la V irg en que antes habían estado en poder de mi suegra
Im agen de Ntro. Stmo. Padre Jesú s Nazare­
no que se veneraba en San Pedro, escultura
atribuida a Montañés, destruida en los días
trágicos.
y después de ;mi cuñada, que fueron tam bién C am areras
de la V irgen, pasasen al Cabildo Catedral. L o s tiempos no
eran los mismos y ya se salía más de casa y yo no quería
pechar con responsabilidades. A c ep tad a la condición por el
O bispo Sr. Irastorza se avisó al Sr. F ran cé s p ara qu e las ta ­
sara y enumerara y se hicieron tres copias del inventario,
una para el P relad o, otra para el Cabildo y la tercera para
mí. El Sr. Francés, pues, las conocía muy bien. E n mi casa
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
220
solo quedaron cuatro m a n to s de la Celestial S e ñ o r a : el de
San F ern and o , el que le regaló mi suegra en 18 7 2 , cuando la
hicieron C am arera, el de M ac C rom y el de A c ed o R ico ,
m antos que me robaron los rojos, lo mismo que todo el
ajuar de mi casa, pues nosotros com o uted sabe estábam os
en M adrid; por cierto, que, según m e han dicho, el de M a c
Crom lo salvó la cocin era del G o biern o A lfo n sa V e la sc o .
—E s cierto-— la contesté. Y co m o a d e m á s— añ ad ió la n o ­
ble d am a— m e quitaron así m ism o todos los p ap e le s, y algu­
nos de gran im portancia familiar, creo que iría entre ellos el
inventario, p e ro si así no fuera y lo encuentro se lo m a n d a ­
ré. D e todos ¡modos F r a n c é s reco rd ará m e jo r que yo, si los
inventarios del Sr. O bispo y del Cabildo se hubiesen e x tra ­
viado tam bién. .Agradecile su atención y cortesía y m e avis­
té con el tasador D on M an uel Francés, y a que presumía que
los otros dos inventarios eran los que entregó el Sr. Padilla.
E l Sr. F ra n cé s ( 1 ) hizo su p rim era tasación dicho año I 8,
estando presentes Don J o s é M ed ra n o , su esposa D oña T e ­
resa R o s a l e s y el canónigo de la S. I. P. Don E lo y F e rn á n ­
dez A lcázar. H e aquí lo que re co rd a b a :
«Un P o r ta -p a z del m á s puro renacim iento español1, que
tiene en el centro un relieve de serpentinas representando la
prisión de Cristo, y a los lados y en el coron am iento figuras
e historias esm altadas de bellísimo gusto. E stá m a rcad o con
los punzones de A lonso B ecerril. E s una magnífica jo y a de
oro de ley, que pesa unos cuatro kilos y medio, que p ro ced e
del C onvento de Uclés y está valuada en un millón de p e ­
setas.
»Seis ramos grandes de p la ta repujada, de igual p ro ­
cedencia, con algunos toques de cincel, cuyo valor era de
tres mil pesetas.
«■Cuatro cetros de p lata de ley, de igual procedencia,
p ara llevar en actos d estacados los Sres. C anónigos y cuyo
valor era de cinco mil pesetas.
(1)
Las joy a s procedentes de U clés las tasó en la S. I. P.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
221
»Un cáliz de oro d e ley, estilo barroco, de dos kilos de
peso, que usaba el Sr. O bispo en la Capilla de P ala c io , ta­
sado en veinte mil pesetas.
«U na custodia grande del siglo X V I , de plata so bre­
dorada, cuyo valor aproximado era de veinticinco mil p e s e ­
tas, por la época, el cincelado y por su co n fección , que, se­
gún los datos que tengo y la calidad del trabajo , era obra
de Benvienuto Cheline.
«U na co ro n a de la V irgen, de oro y plata sobredorada,
cincelada con piedras grandes, de gran valor.
«U n restrillo de oro de ley, cincelad o con perlas todo
alrededor, cu y o valor e r a d e más de cuarenta mil pesetas.
O tro rostrillo d e m eno s valor y cuyo coste sería dje unas cin ­
co mil pesetas.
«Un p e n d an tif c o n u n a p e rla fina, form a pera, peso de
unos cinco gramos, de piel finísima y buen oriente, m ontada
sobre un cerco de oro co n orla dediamantes rosa muy finos
y blancos, tasado en setenta y cinco mil pesetas.
«U na esm eralda grande de un color verde oscuro, muy
bien lapidada, de un peso de sesenta kilates, y valor a p ro ­
xim ad o de cien mil pesetas.
«V a rio s collares de perlas de más de un m e tro de lar­
go, muy finas, de distintos tamaños, con un oriente muy b o ­
nito y valor aproxim ado de doscientas treinta mil pesetas.
«O tra cantidad grande de perlas, sin engarzar, ni ta ­
ladrar, de igual calidad y valor aproxim ado de unas ciento
setenta y cinco mil pesetas.
«O chen ta o noventa cálices, unos de plata y otros de
plata so bredorada, de distintas épocas, entre los cuales h a ­
bía algunos del siglo X III, y cuyo valor aproxim ado era, en
conjunto, de unas setenta y cinco mil pesetas.
«'Cuarenta o cincuenta Copones, unos d e plata y otros
de plata sobredorada, de distintos 'tamaños y ivalor, en c o n ­
junto, de veinticinco mil pesetas.
«Cincuenta o sesenta pares de pendientes, la mayoría
m o n tad o s sobre plata, de diamantes rosa finos, de d iferen­
tes tamaños, cuyo valor sería de unas treinta y cinco mil
pesetas.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
222
«N o ven ta o cien sortijas de oro de l ey ,y de plata, algunas
con brillantes y la m ayor parte, con diam antes rosa y perlas
y cuyo valor aproxim ado sería de unas setenta mil pesetas.
« A d em ás -—añade el Sr. F ran cés— había cad enas de
oro de cab alle ro y señora, imperdibles, pulseras, medallas,
collares, relo jes de oro y un sin número de o b je to s que tam ­
poco recuerdo». ¡U na fortuna! (I )
Filigrana del magnifico sillón de Uclés que
había en la Catedral y que la barbarie roja
convirtió en astillas.
S a b e m o s tam bién, por docum entos guardados en el
archivo de la parroquia de S an ta María del P rad o que Ju an
de V illaseca, el donante del magnífico retablo, regaló así
mismo a nuestra ínclita P atro n a una C orona «que pesa diez
marcos de oro, d e hechura imperial y con m u ch a pedrería
de diferentes colores engastados por toda ella», que costó
mil ducados, y que debe ser la que cita Francés..
(1) A d em á s de las descritas anteriorm ente tenía la V irg e n del Prado otras 125
alhajas de m enos valor.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
223
Otro donativo de A m érica, y tam bién del siglo X V I I ,
es un rosario de corales gruesos con extrem os de oro y una
cruz de oro y una borla de perlas y granates, con un peso en
conjunto d e siete onzas y tres adarmes, que dejó en su testa­
mento a la V irgen del P rad o, D oñ a María de V illalobos, n a ­
tural de Ciudad R ea l, que murió en los R ey es ( P e r ú ) , y que
trajo D on A nd rés ¡Morón.
D e M é jic o vino, traída por Don Ju a n V elard e, C a b a ­
llero de C alatrava, la lám para grande de plata que se colgó
en el presbiterio en 1 6 52.
O tro hijo de Ciudad R e a l que vivía en A m érica y que
ya co n o ce n mis lectores, D on Diego L ó pez T o fiñ o , donó a
la Santísima V irgen del Prado una sarta de perlas de valor
de mil pesos, ya descrita, y otros mil pesos en dinero.
Y otro ciudadrealeño insigne, D on G aspar de M ena y
L oaisa, Capitán general de la Ciudad de Mariquita y su pro­
vincia, en las Indias, m andó quinientos pesos de a ocho rs. de
plata doble para que se hiciese un trono de plata a la Ima­
gen de Nuestra Señora del P rad o p ara sus festividades. Por
cierto, que co m o el artífice a quien se le encargó le pareció
po co , dada la traza y dibujo, se le dió tam bién unos relicarios
de p la ta y oro viejos. Y este trono ¡magnífico que duró dos
siglos largos en la iglesia de S an ta María, por un mal acu er­
do del Cabildo catedral se cam bió, dando d'inero encima,
por unas andas feísim as de plata Meneses.
, E n esto de cam b alac h e s nunca estuvieron tam poco ler­
dos en la antigüedad, pero siempre perdiendo, pues en 1 793
se dieron de este m odo varios efectos de plata de la Virgen,
y en 1 8 2 0 el párroco de S an ta María, D on E ste b a n Sánchez
de L eó n , que durante su m and ato en la de Santiago envió
a B a d a jo z las lám paras de plata de la, parroquia, lám paras
que por allí se quedaron, se deshizo ahora de «algunas cosas
de plata sin uso particular, del tesoro de la V ir g in » para
ciertas obras que él co nsid eraba precisas. S e le autorizó y
sepa Dios lo que vendiera el párroco.
E l Niño tenía dos pares de zapatos de mucho gusto y
v alor: unos de plata, teniendo en las suelas las armas de dos
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
224
familias ilustres, una en ca d a zapato, y por d e b a jo de los
escudos dice en u no : Ju an R ivera, y en el o tro : C. R eal año
1 7 3 0 . 'Los ta c o n es form an unas Conchitas. Y el otro par es
el que le regaló la familia de M edrano.
E l último regalo de valor que se hizo a la V irg en del
Prado fué el 25 de julio de 1 9 23 y consistía en una C oro n a
de oro de veinte kilates, con aureola, de p lata y piedras de
color de 0 , 9 1 6 milésimas, donada por Don Santiago Maídonado y su esposa D oña Isabel L ad ró n de G uevara, en m e­
moria de sus tíos Don Santiago M'aldonado y M ald on ad o
y D oñ a Pilar del F orcallo y M orales.
Esto es lo que se sabe del tesoro en jo yas y alhajas de
la V irg en del P r a d o , tesoro misterioso que cimentó la pie­
dad y la devoción, pero no p a ra que pe rm an ecie ra d esco ­
nocido, y en la penumbra, ni para que se perd iera co m o se
p e r d ió ...
Curiosa foto del paseo del Prado, obtenida en julio del 33
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
XXI
Mantos p estandartes de
la Virgen.-Otros objetos.
— Seguidilla de antaño.
— Ola nefárica.— Profa­
nación de Vírgenes pa­
tronales.-- Post tenebras
spero lucera.
Nuestra V irgen del P rad o te­
nía tam bién muchos mantos,
algunos muy buenos. D e los
más antiguos era el que le re­
galó F ern an d o III el San to.
O tro sin h a ce r que le envió el
E m p e ra d o r C arlo s V cuando
murió la E m p eratriz Isabel.
E l día de la Purísima C o n c ep ­
ción le ponían uno azul pálido con estrellas de plata, de
mucho gusto. E n las fiestas agosteñas del 72 estrenó uno
muy valioso de tisú doble, regalo de D on J o s é Medra.no y de
su esposa D o ñ a T e r e s a R osales y M edrano, que aquel año
entró de C am arera de la V irg en . E n agosto de 1 9 1 7 Don
M anuel y D on Luis M a c-C ro ó n y sus respectivas esposas de
apellido Ja rav a, regalaron a la V irgen del Prado un sober­
bio m anto blanco co n valiosos bord ad os de oro. Y a últimos
del año 2 1 se cumplió el encargo que hizo a su familia en la
hora de la muerte, ocurrida el 20 de octubre, el m alogrado
jo v en don Manuel A c e d o R ic o 1y Ja r a v a , hijo de los C ondes
de la C aña d a , de regalarle a la Celestial S e ñ o r a un manto
v erdad eram ente regio con larga cola, de tisú de plata b o r d a ­
do en oro, q u e costó veinticinco mil pesetas, y que el le c ­
tor puede ver en este libro. Fué el último m a n to que se en­
vió a la V irgen del P rado.
15
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
226
D e otros m antos disponía tam bién nuestra P atro n a e x ­
celsa p e r o desconozco el n o m b re de los donantes.
E l historial de uno d e los e stan d a rte s de la V irg en del
Prado es muy curioso. Nos lo dice el documento, 8 4 8 del
archivo de su parroquia. E ra un estandarte bord ad o en B a r ­
celo n a en 1 7 5 0 por D on Francisco Llunell y ¡encargo del
vecino de A lm agro D on Ju an de. Gontr.eras, p ara las fun cio ­
n es que hiciera la C ofrad ía de la V irg en del P rad o, en el
que se rjeproducía una co pia de la Imagen. .Llunell hizo la
co m bin ació n .c¡|e sedas para el b o rd a d o y al term inarlo o b ­
servó que en el rostro soberano sobresalía una como m an ­
cha en la seda, e n una m ejilla. R ehizo su o b ra por tr.es v e ­
ces y aunque las sedas em pleadas las p asó y repasó sin que
n o ta ra c a m b io s de co lo r, al final siempre salía la m ancha.
D esesp erad o trajo su obra y la entregó en A lm agro y al p/erlo la m ujer de D on J o s é G a rcía X im én e z, que era muy d e­
vota de la V irgen del P rad o , por h a b er vivido en Ciudad
R ea l, e x c l a m ó :
-—A d m irab le , .admirable y lo .mejor que tiene e s esa
m ancha en la m ejilla— . Creyó el artista catalán que se burla­
b an d e él y en to n ces aquella señora ex p lic ó que la Sag rad a
Im agen tenía ¡en el imismo rostro un ¡cardenal s e m e ja n te ¡al
que se descubría e n el' dibujo, por lo (que el mismo artista
vió clara m e n te |que se tra ta b a de un m ilagro.
U n a señora d e Z a rag o za llam ad a D o ñ a Inocencia (no
sé .el apellido) regaló a la V irg en dos ¡estandartes de sed a:
uno bla n c o y otro ro jo y cuatro grandes faro les con los e s ­
cudos de las O rd en es Militares.
L o s C ond es de la C a ñ a d a enviaron tam bién otro v a ­
lioso e stan d arte .
Y e l año 1 7 D on Carréelo C oello la hizo d o n a ció n de
una toca d e lam a d¡e plata y tul b o rd a d o en oro; la señora
viuda de Ibáñez, de dos p e d e stales magníficos p ara los c a n ­
delabro s d e p lata que con an te rio rid ad había m and ad o a
la V irg e n ; y la Sra. D oñ a Z e n o n a A rroy o , de P o b le t e , en-
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
227
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
228
vió dos fa ro les de mucho gusto. P o r cierto q u e aún recuerdo
la fervorosa seguidilla que e n t o n c e s se ca n tó a la I m a g e n :
E l co razó n m an ch ego ,
V irg e n María,
estand o en tu p resen cia
siente alegría.
No nos olvides,
y que esos bello s o jo s
siempre nos miren.
Desdie o c t u b r e a d ic ie m b re del ,36, se desató el furor
ico n ocla sta; el afán de destruir fué un deporte. H ubo e s c e ­
nas de un salvajism o in creíble, co m o si o b e d e cie se tod o a
una consigna de B a rra b á s. No quedó una im agen en pie ni
la muy bella V irg en del C arm en, del C o n v e n to de m o n ja s
carm elitas, ni las D o lo rostas*, ni la V irg en de la Guía, ni la
de la B la n c a , ni eil Je s ú s N azareno, d e San P.edro, ni el
Cristo de la Piedad , y por lo que se ve, ni la im agen sa c ra ­
tísima de Nuestra S eñora del P rad o. A c a b a r o n c o n todo,
destruyeron altares, destrozaron retablos. E n la Catedral so­
lo q u e d a ro n in tactos el altar y (retablo del Sagrad o Corazón,
y los de la Dolorosa. E n el retablo del .altar mayor faltan
o c h o apóstoles y el1 m agnífico crucifijo del último cuerpo
co n las im ágenes d e la V irg en y San Juan.
Y esa ola nefárica, (1 ) siniestra y maldita pasó por todos
los pu eblos y no respetó ni a las V írg e n es p a tro n a le s, que
siempre .habían inspirado ferv o ro sa y gen eral devoción.
E m p iezo por
p ara sus crímenes,
na de la ciudad,
diciembre del 3 6 ,
.Valdepeñas, lugar p re d ile c to de la horda
y desafueros. V e n é r a s e allí .como P a t r o ­
a la Virgen de Consolación, y allá por
manos vesánicas la arrancan de su tro-
(I) Im preso ya el capítulo en que se habla de los últimos días d el O bispo mártir
recibo una carta de mi ilustre am igo D. Pedro Fernández de S evilla , Deán de la
S. I. P., en la que m e dice que la viuda de Sánchez Izqu ierdo ha confirmado, e l dato
que ya tenía la V icaría de que el Sr. O bispo fué asesinado el 22 de agosto, y no el
23 com o m e había dicho su hija M aría Teresa . A g ra d e zc o esta inform ación y deseo
con toda el alma que la simpática M aría T eresa cure pronto y bien la am nesia que
padece.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
230
no y la llevan a una corraliza,, la d esp o ja n de sus vestiduras
y a lh ajas, y un monstruo le d a un hach az o en el ho m bro ,
le co rta la nariz y la desfigura un ojo, d ejánd o la ab a n d o n a ­
da. Alguien ,1a recojo, y, en una bo d eg a p ró xim a, la esc o n ­
de e n el jaráiz. E n té ra se el bu en escritor E u se b io V a s c o y
lo g ra llevarla a su, casa. V i e n e la an siada lib eración , y la
envía a V a le n c ia para /que sea reconstruida. T o r n a a V a l d e ­
peñas. L a fam ilia de V a s c o la re cib e co n gran fervor. Im­
provísase un altar, se dicen misas, acude todo el pueblo a
orar an te la Imagen, y D on E u se b io que está muy enferm o
hace un esfuerzo, se pone de rodillas y con em ocionante d ic­
ción e x c la m a :
— S e ñ o r a .rriía, n o m e aban d o n es, no salgas de esta c a ­
sa o llévame contigo.
Y dos horas an tes de trasladar la Im agen a su tem plo
pasa a m e jo r ,vida el n o ta b le publicista.
¡V ir g e n de la s C ruces! ¿Q u ié n ino ¡conoce a la V irg en
de la s Cru'ces, la veneradísim a P a tro n a de D aim iel ? H asta
los de iídeas av an zad as cr e ía n en e lla . ¡Pruébalo que uno de
ellos al co m ien zo de la traged ia la saca del tem plo ¡y la es­
co n d e en su domicilio ¡para, evitar la convulsión espasm ódic,a de las m asas— P ero llega un día,y no le vale su cargo d,e
T e n ie n t e A lca ld e . L a autoridad lo c a l había recibido la f a ­
tídica consigna y ordena terminantemente que se entregue la
Imagen a los esbirros de Luciber, y éstos ebrios con satánica
locura, al regreso de un viaje a T o rralb a intentan someterla a
la acción del fuego, pero com o era de piedra jaspe, nada
consiguen y entonces la tiran contra el suelo destrozándola
a golpes y tiros, y cu én tam e un amigo’ ¡que en los días suce­
sivos, al divulgarse el hecho, re co g iero n lo¡s h ijo s de D a i­
miel tod os lo s ped'acitos de la Im agen para, guard arlos c o ­
m o reliquia, y una m ujer lla m ad a M aría ¡Garzás tuvo la gran
su erte de en c en trar d e b a jo de un ipajito la, c a b e z a de la
Imagen, que estaba in tacta aunque enn egrecid a por el hu­
mo, del f u e g o . ..
Una pro fan ación p are cid a sufrió la V irg en de la Mina,,
P atro na de A lm adén.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
231
VIR G EN D E ZU Q UECA
Patrona de Granátula.
VIR G EN D E LA E N C A R N A CIO N
Patrona de Carrión 1
VIR G EN D E
GRACIA
Patrona de Puertollano.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
232
E n cam bio se ensan ch a el co razó n ¡de gozo y alegría a n ­
te el caso de la V irg en de la Antigua, P a tro n a de Infantes.
Prim ero se tuvo la previsión d¡e esconderla, hech o de por sí
digno de aplauso, p e ro ese aplauso' se con vierte en ovación
cu and o luego se h a sabido que fué re spetad a por tod os y
n ad ie intentó u ltrajarla.
Otro enorme sacrilegio fué el cometido con la Virgen
de las Nieves, P a tr o n a ¡de A lm agro. Cuando la ciud ad de
los e n c a je s ardía en desafueros y .persecuciones, un guarda
de c a m p o se ap o d era de la bella Imagen y después de qui­
tarle cuanto llevaba d e valor se lía e c h a d eb ajo del brazo,
y dirigiéndose a una ta b e rn a v o cifera ¡desde la p u erta:
— ¡Chica., chica saca dos vasos de b la n c o pa «esta» y
pa mí.
L a tabe rn era que estaba ¡en el interior salió al co n tad o
con lo que se le pedía pero a l ver de lo que se tr atab a .em­
pegó a temblar, tanto que el monstruo, riendo sin tino, la dijo:
— No tiembles, que si «esta» n o b e b e no im porta, los
dos serán p a mí. A cto continuo y siempre con su preciosa
carga m archa h a cia el cam po donde con un refinam iento de
b a rbarie destruye por co m p leto a. la sagrada Imagen. A l día
siguiente el energúm eno se sintió enferm o y una sem ana des­
pués m oría esta fiera entre esp antosos dolores y oyendo los
más duros dicterios, ¡hasta de su propia mujer.
D e lo ocurrido en M igueíturra co n su P a t r o n a la V i r ­
gen de ¡la. E stre lla lo vais a saber por la declaració n que con
la m ayor sangre fría hizo ante el Juzg ad o ¡uno de los que a c ­
tuaron en tan repugnante hecho. D ice así:
« B a ja m o s de sus respectivos altares a la V irg en de la
Estrella y demás santos que había en el ¡Convento de las m o n ­
jas. Cuando se iba a b ajar a la Virgen de la Estrella, ¡el «R ojo
de la Camila» nos dijo riendo «arrodillaros muchachos que va
a b a ja r la V irgen y no sea. que se e n fa d e » y echand o una so ­
ga al cuello de la Im agen tiram os de ella y cay ó a tierra y
enseguida otros procedieron a sacarle los ojos y mutilarlos.
A c to continuo la subimos en una cam io n eta, en ¡unión de
otras imágenes, y por la carretera de P ozu elo de C alatrava
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
233
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
234
las llevam o s a la puerta de P ed ro D íaz y h aciend o un m o n ­
tón con ellas las prendim os fuego».
¿ C a b e m ayor salvajism o ? P a r a qué comentarlo. S e
com enta por sí solo, pero conviene darlo a conocer, porque
co m o dice e l m aestro M enéndez P e la y o en su H isto ria de
los heterodoxos españoles: «Ante el deplorable estad o de
fuerza a que fatalm ente llegan los pu eblos cuando pervier­
ten efl recto cam ino, y presa de m alvados y de sofistas, a h o ­
gan en sangre y sacrilegios el clam o r de la justicia, hay que
a p ro v e ch ar la le c c ió n no p ara silenciarla y que pueda resur­
gir, sino ipara d eshacerla re accio n an d o el sentim iento c a t ó ­
lico, brutalmente escarnecido»).
Y llegamos a Carrión el tristem ente c é le b re pueblo del
pozo, donde tantos y tantos m anchegos murieron vilmente
asesinados, y donde fué una víctima, más su h erm osa P a t r o ­
na la V irg en de la E n c a r n a c ió n ...
P a s a todo lo contrario e n G ran átu la, pueblo que m e ­
rece todos los honores, todas las distinciones, todos los elo­
gios. Allí no se m ató a nadie, ni se destruyó la bellísima
im agen de la V irg en de Z u qu eca, su P atro n a, n i-siq u ie ra
hubo necesid ad de escond erla. ¡C o n qué satisfacción escri­
bo estos renglones! y ¡c o n qué orgullo los leerán aquellos
m an ch ego s! B astó que lo® n obles h ijo s de Granátulia r e c o r ­
darán que eran descendientes de la fam osa Orfeto, el país
civilizado de ,1a antigüedad, para' que se evitase to d o des­
afuero. ¡B ie n por G ran á tu la! ¿ P a r a cuándo ¡se guardan los
h o m e n a je s ? t
Ninguna otra im agen tuvo el infortunio que la de la
V irg en de G racia, P a tr o n a de P u e r t o l la n o : ser destruida
por sus propios salvadores. U n caso de m ied o insuperable.
E l 1 9 de julio dell 3 6 incendiaron lo s ro jo s la erm ita donde
se veneraba. U n a fam ilia valero sa la salvó entre las llamas
y la tuvo escond id a d u rante unos meses, pero tem ien d o que
la descubrieran por los re p etid o s registros que h acían, y
llena de un pánico esp anto so la destruyeron, conservan d o,
sin embargo al ¡Niño y las manos de la Imagen, que han
servido de ba se ¡para su reconstrucción.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
235
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
236
E n P ozu elo de
vimiento Nacional,
ermita y después el
de sus vestiduras y
C a la tr a v a al iniciarse .el G lo rioso M o ­
los marxistas clausuraron primero la
i 5 de agosto, la asaltaron, despojando
a lh a ja s a la V irg en de lo s Santos, P a ­
trona de la villa e incendiándola después en el mismo S a n ­
tuario. L o s autores fueron detenidos y condenados.
L a V irg en de Peña.rroya., P a tro n a de A rg am asilla de
A lb a y de L a Solana fué destruida por los rusos. V e a m o s c o ­
mo. E sta v enerad a im agen estaba cuatro .meses en c a d a uno
de esos pueblos y otros cuatro en el Castillo. Al' com enzar
la guerra la tenían en A rgam asilla, y m anos .piadosas hi­
cieron lo posible p o r salvarla, p e rm a n ec ie n d o oculta mu­
cho tiempo, pero llegaron al aeród ro m o inmediato los rusos
y al enterarse que estaba escondida, h icie ro n por en co n tra r­
la y la destrozaron, salvándose m ilagrosam ente Jas m anos
de la Imagen. U na hazaña m oscovita digna de aquellos b o l­
cheviques.
D e las d estru ccio n es de la V irg en d e los B añ os, P a ­
trona de F u en caliente y de la V irg en de la Paz, P a tro n a de
Corral de Calatrava, no tengo detalles.
Y de la sufrida por la bellísima V irg en del So co rro ,
P atro n a de Argamasilla de Calatrava, se saca una d ed u c­
ción : que se llevó a cab o solo por hacer d añ o o por cumplir
una consigna recibid a, por que los autores del sacrilego
atentad o no se a p ro vecharo n
h asta las varas de las andas
plata.. L as a lh a ja s de la V irgen
tab lec erse después en ésta un
de nada, vendiendo por léña
que tenían incrustaciones de
q u ed aro n en la ermita, y-a l.es­
.polvorín, se a p o d e ró d e ellas
la guardia roja.
H a sta principios del 3 7 no fué destruida la. muy bella
V irgen de Jas M ercedes, P a tro n a de Herencia., U n o s cuantos
salvajes subieron a su cam arín y la a rro ja ro n v iolen tam en ­
te. Después le co rtaro n la cabeza, y otros m iem bros y h a ­
ciendo una gran hoguera qu em aron en ella los restos. Por
un verdadero milagro se salivó el Niño que Ja Imagen llev a ­
ba en sus brazos. A n te la enorm e brutalidad de estos sa cri­
legos resulta, «suave» la antigua copla:
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
237
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
238
V irgen de las M erceés
tener p a c en cia ,
que sernos muy borricos
estos de H erencia.
D e la destrucción de la im agen de Nuestra S e ñ o r a de
la Sierra, P atrona de Villarrubia de los O jos, me dan los si­
guientes detalles:
«La im agen fué echad a por la escalera d'e su Santuario
y como no se rompiera, uno de los jefes rojos ex c lam ó : ¿ «P e­
ro es que no se rompe ? ya veréis como ahora no se resiste» y
la em prendió a tiros con nuestra milagrosa m orenita. Segu i­
d am en te la. prendieron fuego entre las risas de los p ro fa n a ­
dores y demás corifeos sin D ios y sin respeto para su m a ­
dre, que tal era para todos los vecinos de Villarrubia, la V ir ­
gen de la Sierra. ¡El Niño que llevaba en los brazos lo salvó
a tiem po el santero».
Y otra de las V írgen es patro nales que fué destrozada
sin com p asión <por los sicarios del infierno es la V irg en de
la Carrasca, P a tro n a de Villahermosa., im agen antiquísima
y de un historial inolvidable. T a l la d a en m ad era tenía ta m ­
bién mucho mérito artístico. A p o se n ta d a en su ermita, si­
tuada én plena ruta de Don Q uijote, co n ta b a con la v e n e ra ­
ción de todos. Y o tuve la dicha de ad m irarla y orar a n te
ella en una excursión que hice con mis alumnos por aquellos
lugares. E ra la V irgen que inspirara tanta d evoción >a Basilio
y Quiteria, Virgen cervantina, que unía su divino timbre de
R e in a de los C ielos a una de las glorias d e la M a n c h a . .. A
fines del año 36 el dirigente ro jo de V illah e rm o sa, Andrés
L a b ra n d e ra , l a destrozó con una h ach a, quem and o después
sus restos en una estufa. E sta bella, im agen tenía a lh ajas muy
buenas, entre ellas, una C orona, un medallón, de oro y b ri­
llantes de gran valor y m agníficas ropas y m an tos y según
declaró el m iserable autor del sacrilegio fueron entregadas
a las autoridades marxistas de la capital. L a nueva Imagen
-—dice el cam arada que me envía estos datos— tiene tal pare­
cido con la antigua que da la sensación de ser la misma.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
VIR G EN D E LA P A Z
V IR G E N D EL CARM EN
Patrona del Corral
(que se veneraba en el Convento de
Monjas Carmelitas de esta Capital.)
VIR G EN D E LA GUIA
Im agen mejicana del siglo X V I en
taita policrom ada con silla de plata,
que se veneraba en la Iglesia de San
Pedro de esta capital, y que f u é des­
truida p o r los rojos.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
240
L a histórica V irgen de A larcos, fué destruida por 'su
propio santero, y así fueron cay end o tantas y tantas im áge­
nes y se com etían crímenes inauditos y se arrasaron p ro ­
p ie d a d e s y se con vertía en esco m bro s la riqueza m o ral y
m aterial de la P atria
V iv íam o s en perpetuas t i n ie b la s ...
P ost ten ebras spero' l u c e m . ..
Y después de las tinieblas vino la luz, luz esp le n d o ro sa
de la victoria conseguida por el genio militar del Caudillo y
por la valentía de su ejército, luz esplendorosa que, con el
soplo divino, vivificará tam bién en la b a ta lla de la paz, para
que E sp a ñ a , nuestra España, vuelva a ser una, grande y li­
b re ...
Y o que pasé en M adrid to d o el período rojo, donde
«viví-muriendo», vine a Ciudad R e a l al día siguiente de ser
liberada. ¡ Y cóm o encontré a Ciudad R e a l! ¡ Y cóm o esta­
ba y o ...!
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
XXII
E l hecho culm inante ocurrido
Visita a ia Mancha de
5. E. el Jefe del Estado
¥ Generalísim o D. Fran­
cisco Franco. — eomida
en el Pantano Gasset. —
Estancia en Puertollano.
— Llegada a eiudad Real.
— Grandioso recibim ien­
to .-E n tu siasm o clamo­
ro so .-R e c ep ció n y uino
de honor en ia Diputa­
ción.— 5u discurso.— Sa­
lida para M adrid .— M i­
siones en la Catedral.—
Labor adm irable de la
Compañía de J e sú s.—
Triste recuerdo.
en Ciudad R eal desde su li­
beración fué la visita del C au­
dillo, del insigne J e f e del E s ­
tado, que, atento a las necesi­
dades nacionales, quiso estu­
diar sobre el terreno y por sí
mismo el importante proble­
ma de las pizarras bitumino­
sas de Puertollano'. E s la pri­
mera vez que un J e f e de E s ­
tado ha visitado este centro
minero.
A las diez y media de la
mañana del I 5 de febrero últi­
mo hizo su entrada en la
provincia de Ciudad R ea l S. E.
el J e f e del E stad o .V en ía a c o m ­
pañado del J e f e de la Casa
Civil señor Muñoz Aguilar,
del J e f e de las fuerzas de S. E . coronel Franco y de sus ayu­
dantes, así com o de los ministros de Industria y
Comercio y
O bras Públicas señores A larcó n de la Lastra y P eñ a y el c a ­
pitán General de Madrid Sr. Saliquet. Esperaban a S. E. en
el límite de la provincia el G obernad or civil y J e f e P rovin­
cial
del Movimiento Don
Jo s é Antonio
E lola-O laso y
16
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
el
S. E. el J e fe del Estado y Generalísimo Franco. (Cuadro hecho para
la Diputación Provincial p o r Carlos Vázquez).
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
243
G obernador Militar. Directamente se dirigieron al Pantano
de Gasset, enclavado en término de Fern ancab allero . Por
todos los pueblos del recorrido saludaron a S. E . el vecinda­
rio en su totalidad. Comió al aire libre en el Pantano de Gasset acom pañado de su séquito y de los ingenieros de la D i­
visión Hidráulica del Guadiana. E l generalísimo visitó las
instalaciones del Pantano que es una obra realizada hace 34
años y de la que no se ha obtenido hasta ahora apro vecha­
miento alguno por él abandono en que estuvo.
S. E. con vurios de sus acompañantes y el Gobernador civil, Sr. Elola.
Desde Fernancaballero se dirigió a Puertollano, sin d e ­
tenerse en Ciudad R e a l, para visitar las destilerías de piza­
rras bituminosas de la Compañía Minera (Metalúrgica de Peñarroya. Frente a las destilerías esperaban a S. E . el Presi­
dente de la Diputación Sr. Aranda, el Comandante J e f e P ro ­
vincial de Milicias Sr. V iñeta y otras autoridades provincia­
les, así como las de Puertollano y las Jerarquías del M ovi­
miento. Así mismo era esperado por el Director de la
S. M . y M. de P. Don Jo s é Agudo, el Delegado de la Dirección
G eneral de París Mr. R ob e rt Mérlin, Don Matías Iglesias y
Don Carlos Sobrino de las Comisiones de combustibles lí­
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
244
quidos y sólidos y otros Ingenieros y técnicos de la C om p a­
ñía. A las dos y media de la tarde llegó a las destilerías el
Caudillo, que lo hizo en coche descubierto. Inmediatamente
pasó a la dependencia donde están expuestos los distintos
productos que se obtienen de la pizarra. E l Ingeniero químb
co de lá C ompañía Sr. Mora, explicó a S. E . el procedim ien­
to para obtener los distintos productos que el Caudillo escu­
chó con vivísimo interés. A más de la gasolina y del aceite,
del gas sobrante puede fabricarse alcohol metílico, acetona,
E l Caudillo en su excursión a Puertollano visitando las industrias
carboníferas.
los licores que sustituyen a las glicerinas para la fabricación
de explosivos. A ctualm ente se producen unos 18 litros de
gasolina por tonelada de pizarra, pero puede llegarse a mu­
cho más. E l Caudillo preguntó: ¿cuánto puede tardarse en
la instalación de una retorta para destilación ?, con testándo­
le que unos dos años. Al hablar del total que puede obten er­
se, el generalísimo dijo que habría de ser el 100 por 100 del
consumo nacional. «Habiendo reservas de pizarras y ligni­
tos — agregó— y habiendo brazos, no hay razón para poner
l í m i t e a la producción». Otro de los productos que se o b­
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
245
tiene de la destilación es el alquitrán, produciéndose unas 3 0
a 35 toneladas de alquitrán al mes. A continuación visitó los
hornos de destilación que se encontraban en plena actividad.
Actualm ente trabajan 43 hornos -o retortas de tipo escocés.
Siguió su visita al extractor y torres de recuperación de gaso­
lina, que se extrae del gas, m ezclándolo con aceite. Seguida­
mente pasó a la dependencia donde se fija el sulfato a m ó n i­
co y después al taller de desenciación del aceite, donde la
gasolina se desprende del aceite y queda solo la gasolina
bruta. Continuó la visita al taller de parafina, y al alm acén
donde había depositado el asfalto que se produce. E l Cau­
dillo conversó ampliamente con los técnicos de la Compañía,
Ingenieros franceses y españoles, interesándose por los jo rn a ­
les que cobran los obreros.
Antes de despedirse el Generalísimo preguntó cuánto
se tardaría en poner en m archa una instalación diez veces
m ayor que la actual.
A las cuatro en punto de la tarde S. E . abandonó las
destilerías de Puertollano. T o d o el trayecto estaba cubierto
por las Organizaciones de la Falange, O. J ., Sección F e m e ­
nina y 'Milicias de 2 .a F ín e a y el público en general, que vi­
toreaba incesantemente a Franco, dando vivas y arribas a E s ­
paña. T o d as las casas estaban engalanadas con colgaduras
y colchas, especialm ente los barrios obreros próximos a
la mina.
Seguidamente el Generalísimo salió con dirección a
Ciudad R eal, a donde llegó a las cinco y cuarto de la tarde.
P o r todos los pueblos del trayecto fué ovacionadísimo, es­
pecialm ente a su paso por Argamasilla de Calatrava.
A Ciudad R eal llegó a las cinco y cuarto de la tarde. L a
entrada la hizo por el Parque, donde le esperaban las auto­
ridades y Jerarquías y el Ayuntamiento de Ciudad R e a l en
pleno. E l Caudillo vestía uniforme de J e f e Nacional de F. E.
T . y de las J . O. N. S. y llevaba sobre su pecho la Gran Cruz
Laureada de San Fernando, y venía en coche descubierto
Desde por la mañana, a pesar de ¡haberse guardado gran
reserva, aparecieron engalanados todos los balcones de la
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
246
capital; en las calles se levantaron arcos de triunfo y gallar­
detes con las Banderas Nacional y del M ovim iento.
E l Caudillo pasó por la Avenida de los Mártires, Plaza
de Cervantes, calle del General Aguilera, Plaza del G e n e ra ­
lísimo y calle de Toled o, hasta el Palacio de la Diputación
Provincial, donde le esp eraba el Presidente de la misma y
varios J e f e s Militares. T o d o el trayecto estaba cubierto por
enorme cantidad de público que desbordó, en ocasiones, a
E l Caudillo correspondiendo al saludo del Teniente Coronel de la
Guardia civil Sr. Vega. En el grupo están también el Comandante
de Milicias Sr. Viñeta y el Sr. Arando.
las fuerzas en su entusiasmo para aclam ar al Generalísimo.
En la Plaza de J o s é Antonio, frente a la Diputación, estaban
formadas la Sección Femenina, de Falange, Organizaciones
Juveniles de am bos sexos, Milicias de F. E . T . y de las
J . O. N. S. y 3. E., U. y fuerzas de orden público cubrían la
carrera. Al llegar a la Diputación el entusiasmo fué indes­
criptible. Miles de voces gritaban el nom bre de Franco. A n ­
te las continuas aclamaciones salió al balcón principal del
edificio, donde estaba instalado un micrófono pronuncian­
do las siguientes palabras:
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
247
Españoles: Unas palabras para agradeceros esta mues­
tra de entusiasmo- popular que es el nervio de la nación y
que nos marca nuestro camino. H abéis permanecido la m a­
yoría de vosotros, manchegos, tres años b ajo el dominio ro ­
jo y habéis sido testigos de todos los horrores y todas las tra­
gedias. P a r a liberaros nos costó sangre, nos costó oro, nos
costó ruinas, nos costó lo más caro de las tierras de España.
Pero ahora estamos aquí para unir a todos los españoles, p a ­
ra no soslayar los problemas, para enfrentarnos con la injus­
ticia y con la pobreza, para hacer una Españ a grande, una
España unida, una España fuerte. (G ran o v a c ió n ). Más p a­
ra lograrlo, no nos basta con el Estado anterior, necesitamos
hacer una España nueva, y para eso tenemos la unidad de
esas camisas azules y boinas rojas, tenemos que desechar to­
da ruindad. Para eso exijo disciplina, os exijo fe, lo mismo
que a los soldados se les exigía en la guerra. Os pido fe para
ganar estas batallas, tras de las cuales resplandecerá el sol
de España.
¡A rriba E sp añ a!
U na indescriptible ovación acogió las últimas palabras
de S. E . A continuación fué obsequiado con un vino de
honor.
E l Caudillo emprendió el regresó a Madrid a las seis y
cuarto de la tarde. L a multitud lo despidió con delirantes
ovaciones y vivas, que duraron largo rato, a pesar de h a ­
berse ausentado ya S. E.
No se ha conocido en este pueblo recibimiento, ni des­
pedida sem ejante. Ningún otro J e f e de Estado los tuvo igual.
Ciudad R ea l demostró con ello la sincera y entusiástica ad ­
hesión que le une al insigne Caudillo, y como en todos los
pueblos que cruzó de esta provincia ocurrió lo mismo, pue­
de repetirse lo dicho por un cronista: «que la Mancha en te­
ra agradecía al Caudillo la paz que devolvió a sus tierras
extensas, a sus viñas y a sus pueblos, regados con sangre de
asesinatos y de crím enes», y .que con su hidalgo abolengo se
alzaba en un solo grito de gratitud y confianza hacia el c o n ­
ductor de los destinos de España.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
248
Otro hecho de notoria importancia, verdadero aco n te­
cim iento religioso, ¡han sido las Misiones dadas en la San ta
Iglesia Prioral del 3 al 1 0 de marzo último por los R . R . P. P.
Arturo R o m e ro y Eduardo Rodríguez, S, J .
D esde el primer día se vió muy concurrido el templo de
S anta M aría del Prado, pero en los siguientes llegó a ocupar­
se totalmente la amplia nave de la Catedral. L a palabra apo s­
tólica de los R everend o s Padres de la ínclita C om p añ ía de J e ­
sús, fué semilla fecundante desde los primeros m o m en to s ¡y
todo el mundo m ostraba su avidez por escucharla, siendo
enorme y copioso el fruto recogido. Hombres, mujeres y ni­
ños correspondieron con entusiasmo a la santa labor misio­
nal, lo mismo en la Iglesia que en las calles y plazas, en los
distintos actos celebrados. Al Rosario de la Aurora, Repetido
durante cuatro días, asistieron miles de personas de ambos
sexos y lo mismo sucedió en el V ía Crucis, formado solo
por Caballeros y en la procesión del último día. En ésta h a ­
bló el P ad re Rodríguez, primero en la Plaza del G eneralísi­
mo, para exaltar los sentimientos patrióticos y después en el
Prado, ante una imagen de Nuestra excelsa Patrona, muy
bien dibujada por un preso, para estimular el am or a la Igle­
sia, con motivo del Día del Papa, y en am bas partes fué es­
cuchada su elocuente palabra con gran fervor y entusiasmo.
P ru eba del fruto de estas misiones ha sido el hecho de ,que
en tales días se administrasen en la Catedral muy cercá de
I 7 . 0 0 0 comuniones, cifra no alcanzada en lo que va de siglo.
T am b ién en A lm odóvar, Puertollano y Alm adén hubo
santas misiones, en el primer pueblo a cargo de los R . R .
P. P. Luis G onzag a Navarro y V ícto r Martín, S. J . y de su
benem érita labor baste decir el entusiasmo y fervor religioso
que despertaron en todo el vecindario, siendo seis mil las
personas que recibieron el pan de los Angeles; y en P u e r­
tollano y Alm adén, pueblos mineros, lograron así mismo un
gran éxito en su labor misional los R . R . P. P. Diego Quiroga y Luis Gonzaga ¡Navarro, S. J ., llegando a comulgar en el
primero 6 . 6 6 9 personas, de ellas 8 1 0 h o m b res y ce le b rá n ­
dose una procesión Eucarística con más de cuatro mil fieles.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
249
Y en Alm adén el fuego sagrado, la palabra apostólica, pren­
dió en muchos corazones que de tiempo atrás estaban apar­
tados de la Iglesia, siendo impresionante el fervor y recogi­
miento con que estas alm as recibieron la Sagrada Forma.
Y este despertar de las conciencias cristianas, este re ­
surgir de nuestras tradiciones religiosas se debe a esa labor
continuada y fecundante, a esa actuación persuasiva de unos
santos varones que forman en las Milicias de la Compañía de
Jesús, «ad m ajo rem Dei glorian».
R. R. P. P. Jo sé Oliva y Manuel González, S. J.,
vilmente asesinados p o r la horda roja.
Y dichos frutos corroboran cuanto dije en una croni
quilla radiada en los primeros meses de la liberación: que era
necesario que subsistiera en Ciudad R eal la labor educadora,
en sus dos aspectos cristiano y social, de los esclarecidos hi­
jo s de Sa n Ignacio de Loyola, labor ya comenzada por los
Santos Mártires de la Compañía de Jesús R . R. P. P. José
Oliva y Manuel González, vilmente inmolados en esta capi­
tal, en unión de los Herm anos Antonio Sanchiz y Domingo
Ibarlucea, S. J . , por la horda roja, Santos Padres, de inolvida­
ble recuerdo y que desde el Cielo velarán por nosotros.
Dios querrá que muy pronto las reliquias de estos S a n ­
tos reposen en un lugar más digno de ellos.
Según mis informes antes de concluirse el año
1940,
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
los restos gloriosos de los R . R . P. P. Jo s é Oliva y- Manuel
G onzález S. J . y los de los H erm anos A ntonio Sanchiz y D o ­
mingo Ibarlucea, S. J . serán trasladados con toda solemnidad
a la Iglesia de la R esidencia de la Com pañía de Jesús, en la
P laza de Cervantes.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
XXIII
E l 2 8 y el 2 9 de marzo se c e ­
Fiestas de la liberación.
— Diuersos a c to s— Ciu­
dad Real se trasform a.
— Las parroquias y la
Catedral.— ,Estado lasti­
m oso de e'5ta.-E l nueuo
Presidente de la Dipu­
tación.— La gestora munioipal.—Ilustre Herman­
dad de Nuestra Señora
del P ra d o .— La nueua
Im agen.— Obligado final
del libro.— Resíriociones
por escasez de papel.
lebraron
grandes fiestas en
Ciudad R e a l para co n m em o ­
rar el primer aniversario de su
gloriosa liberación. E n las pri­
meras ¡horas de la mañana la
banda municipal, la de la A c a ­
demia de Artillería y la b a n ­
da de cornetas y tam bores de
la O. J . , recorrieron las calles
entonando a l e g r e s pasodobles. Hubo disparos de co h e ­
tes, tracas, colgaduras en los
balcones y bonitas iluminacio­
nes nocturnas. T od o el pueblo
se lanzó a la calle y hubo re­
gocijo general. E l entonces P residente de la Diputación,
Don ¡Manuel de Aranda, colocó la primera piedra de la b a ­
rriada de Viviendas protegidas y a las once y media se dijo
una solemne misa de cam p añ a en el Parque de Gasset, a la
que asistieron el general S ánchez Gutiérrez, Com andante J e ­
fe de Artillería del Cuerpo d e E jército del G uadarram a y las
Autoridades locales y Jerarquías del Movimiento.
A n tes de la misa tuvo lugar la bendición y entrega del
estandarte que Ciudad R eal regalaba al Regimiento de A r ­
tillería número 6 4 , que guarnece esta plaza. B end ijo el es-
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
252
tandarte el M. I. Sr. Dean de la S. 1. P. Don Pedro Fernández
Sevilla. Después la distinguida dama Doña J . Em erenciana
de la Barreda, espesa del Sr. A rand a, ataviada con la típica
mantilla española, que era la madrina, leyó admirablem ente
la siguiente alocución:
«Excm o. Sr. Coronel. Sres. Je f e s y Oficiales. Clases y
Soldados del R eg im ien to de Artillería, número 64.
En representación jubilosa de un pueblo, que vibra de
entusiasmo al conm em orar la fecha triunfal de su liberación,
E l G eneral Sánchez Gutiérrez y el Coronel Sr. Vera Santos.
os hago entrega Sr. Coronel, de la bendita enseña de la Patria.
Vuestra victoria en Balaguer y el Segre, en el E b ro y
G andesá, ha renovado la flama cuya luz se llama deber, y
cuyo calor se llama amor.
Que su luz vuelva a guiar vuestro paso tremante a tra­
vés de todas las Cruzadas.
L a fe en una Españá Santa, V ictoriosa y M aternal es el
rayo divino que enciende esta flama.
T o d a vuestra fuerza moral unida a ella con aliento in­
definido.
Y con ella es hago ofrenda, Sr. Coronel, y deposito en
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
253
la diestra de la potencia serena de la belleza que significa
vuestra V ictoria en Dios y por España, siempre en marcha
hacia su destino Imperial. ¡P o r Dios y por E ra n co ! ¡A rriba
E s p a ñ a ! ¡ V i v a España!»
A continuación el Coronel del Regimiento Sr. V e ra
Santos, empuñando el estandarte, contestó con em ocionadas
y patrióticas palabras de gratitud. H abló también el general
Entrega del estandarte al Coronel del regimiento de
artillería Sr. Vera Santos.
y el acto resultó imuy lucido. Se hicieron las salvas de orde­
nanza y después de la misa desfiló el regimiento en columna
de honor y lo mismo hicieron mil quinientos cadetes y fle­
chas de la provincia y las Milicias locales de F. E . T . y de las
J . O. N. S.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
A mediodía se repartieron a los pobres mil quinientas
bolsas de comida, y en la Diputación se celebró un banqu e­
te de cuatrocientos cubiertos en honor del general Sánchez
Gutiérrez y con asistencia de todas las autoridades civiles y
militares y Jerarquías del Movimiento.
E l G obernad or civil Don J o s é A ntonio Elola-O laso que
estaba enfermo en su país natal, envió un expresivo telegra­
ma de adhesión al júbilo de Ciudad Real.
A las siete d e la tarde hubo un acto público en la plaza
Brillante desfile del regimiento de artillería número 64.
del Generalísimo, de exaltación del Movimiento y ho m en a­
je al E jército. Desde el micrófono, instalado en el balcón
central del Ayuntamiento, hablaron el Delegado de Prensa
y Propaganda Cecilio L ópez Pastor, el Sr. ¡Martínez, el A l­
calde, el Coronel Sr. V e r a y el Secretario Provincial de
F. E . T . y de las J. O. N. S. Carlos Calatayud. T o d o s los ora­
dores fueron muy aplaudidos. Calatayud pronunció un dis­
curso elocuentísimo del que transcribim os el siguiente p e ­
ríodo:
« ¿ D e qué hablaréis que no surja el ejemplo y el estímu­
lo de la Cruz ?
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
255
¿P o d réis dar un paso en el mundo sin que os sorpren­
da la lección de la Cruz, beso o encuentro de las dos direc­
ciones que gobiernan al hom bre sobre la tierra, el meridiano
único que les recuerda su origen, D ios; y el paralelo exclusi­
vo que los iguala, la muerte ?
«Seguidme con vuestra imaginación.
«Si miráis al cielo en los días y horas que os sorprenda
un vuelo de aviones, veréis que la silueta acerada de esos p á ­
jaro s artificiales que navegan por el éter es una cruz que for­
man las alas y el cuerpo de la m áquina: y nos dicen que la
Cruz es progreso.
«Si esta observación la hacéis de noche, entre otras
constelaciones veréis en el fondo azul del firmamento un gru­
po de 2 9 estrellas que forman la Cruz del Sur, que se dibu­
ja en aquella inmensidad espacial diciendo que ya los anti­
guos ncmlbraban la Cruz para ponerla com o guía de marinos
y pastores que suelen m archar mirando a la bóved a celeste:
así que la Cruz es norte y orientación.
«Si vuestra mirada se extiende hacia el horizonte y o b ­
serváis a un labriego que ara con su yunta, veréis que le es
imposible uncir las bestias y gobernar el arado si no forma
una cruz con el ubio o yugo y la lanza del rústico aparato de
la b o r: y esto dice que la Cruz es trabajo.
«Cuando en los mares sorprendáis una em barcación que
rápida traspone los continentes, y la veáis alzarse y hundirse
entre las olas, antes que su casco, descubriréis los mástiles y
palos formando cruces que flotan en ansia de arribada feliz:
y p ara el caso de una zozobra en el costado de proa hoy una
án co ra que no es sino Cruz de brazos hacia arriba, que lanza­
da al fondo arenoso da seguridad y firm e z a : es porque la
Cruz es ansia y estabilidad para el peregrino navegante.
«Si os acercáis a un soldado, presto adivinaréis que la
integridad de su persona, en el co m bate cruento del cuerpo
a cuerpo, la fía únicamente a la espada o m achete que se le
entregará, y que ha de empuñar precisamente por la Cruz;
porque la Cruz es defensa.
« Y nad a os digo de la actitud de las madres cuando
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
256
oran o abrazan, pues que sólo en cruz imploran gracias divi­
nas y reciben a los hijos de sus entrañas en indesligable abra­
z o : pues la Cruz es zozobra y amor.
«Esto es así: Nada, ni nadie p u ed e deshacer esa je r a r ­
quía divina. L o s cam pos están cruzados de caminos, las p e r­
sonas se cruzan en la vida, a nuestras penas las llamamos
Cruz, una cruz hacem o s con los dedos y la b esam o s cuando
prom etem os con solemnidad o juramos con entereza: ella
nos habla de padecimientos, pero tam bién de redención.
» Y es q u e com o dijo un poeta del siglo X I X : está la
Cruz:
cerrando augusta con el pié el profundo,
con la excelsa cabeza abriendo el cielo
y con los brazos abarcando el mundo».
Carlos Calatayud fué ovacionado por el numeroso pú­
blico que llenaba la plaza del Generalísimo, ovación que se
reproduce cuando al finalizar el acto dió un j viva a la V ir ­
gen del P rad o!
Por la noche hubo una gran C abalgata y desfile de c a ­
rrozas, alegóricas que ocupaban muy bellas señoritas.
A l día siguiente se dijo en la S. 1. P. una misa rezada y
un solemne 1 edéum en acción de gracias por la V ictoria. A
mediodía comida extraordinaria a las tropas y per la tarde
la reposición del Sagrado Corazón de Jesús en la sala cap i­
tular del C oncejo, imagen que se trajo en procesión solem­
nísima desde la R esid en cia de los P. P. Jesuítas. Y a conti­
nuación distinguidas señoritas de F. E. T . y de las J . O. N. S.
de Ciudad R eal, Tom elloso, Campo de Criptana, M anzana­
res y Daimiel actuaron en la plaza del Generalísimo con b a i­
les y cantos regionales, cerrándose los festejos con fuegos ar­
tificiales en el Parque. L a banda de música de la A cad em ia
de Artillería y la muicipal dieron varios conciertos. L o s ce n ­
tros oficiales y muchas casas particulares engalanaron sus
balcones y fachadas. L a Diputación y el Ayuntamiento lu ­
cían espléndidas iluminaciones y hasta el viejo Instituto de
Enseñanza Media adornó su fachada con band eras y colgadu­
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
4
257
ras, arcos de bombillas y letreros luminosos de los colores n a ­
cionales que decían: ¡A rrib a E sp a ñ a !, ¡V iv a F ra n c o !, ¡V iv a
el E jército !
Los organizadores de las fiestas fueron muy elogiados,
especialm ente la Diputación que contribuyó a ellas con gran
esplendidez y el brillante regimiento de Artillería número
6 4 , que desde el caballeroso coronel, Sr. V era, hasta el últi­
mo soldado, se sumaron jubilosos al entusiasmo y regocijo
m a n c h e g o ...
D. Ildefonso Romero
Cura párroco de Santa María del Prado.
Ciudad R eal ha recobrado su vida normal, pero se no­
ta en el pueblo una honda, transformación. El palacio de los
Condes de la Cañada se ha convertido en Cuartel de la G u a r­
dia Civil, y el de la calle de la Sangre, de la misma familia,
en Convento de A doratrices; en el palacio del Marqués de
Treviño se ha instalado la Escuela de Comercio y en la casa
17
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
258
de Don Fernando A ced o R ico , la Escuela Normal; la casapalacio de Don Ju an M ed ran o es habitada por F. E . T . y de
las J . O . N. S. y en el local de la Asociación de la Prensa,
Parroquia de Santa María del Prado (Iglesia de
la Merced).
está el S. E. U., el Casino’ de los señores es el Hogar de Jo s é
A ntonio y el Casino Artístico, com edor de Auxilio Social,
sigue desocupada la casa-palacio de D on Demetrio A yala, y, ,
según mis informes en una casa-palacio de la calle R e a l
se instalará muy pronto un Convento de Carmelitas calzados.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
259
D e las iglesias parroquiales la primera que ha sido res­
taurada es la de S an ta María del P ra d o (iglesia de la M er­
c e d ) , donde han trabajad o con exquisito celo el Sr. G erm ay
y el Sr. Mendía. E s ta iglesia ha conservado tam bién casi toda
su documentación y archivo. E ste fué salvado por el biblibtecario de la Provincia Sr. A rau jo y el portero de dicha de­
pendencia oficial. Hasta que no estuvo terminada la restau­
ración se dió el culto en la capilla instala­
da en el Paraninfo del Instituto. El p árro ­
co Don Ildefonso R om e ro ha sido muy
felicitado.
L a de San Pedro conserva parte de
los retablos, pero perdió todas las im áge­
nes y libros parroquiales, y en la de S a n ­
tiago no quedó ni un misal. L a barbarie
se cebó en ella.
Y la que dá verdadera pena es la S a n ­
ta Iglesia Prioral. T o d o se hace muy lento.
D. Santiago Maldonado¡
nadie ayuda, y eso que la C ofradía con
que e l año 2 5 d onó una plausible celo está reconstruyendo todo
co ro n a de o r o a nuestra i
•
,
i /-'>
✓
i
i
x r*
excelsa P a t r o n a y qu e lo concerniente al Cam arín de la Virgen.
después d e l a tragedia, . \r
i
i
/
•
✓
*
r
i
r\ i
c o m o h e rm a n o m ás a n ti- O > o habra ningún p rocer d'e las Ordenes
g u o q u e e r a e n to n ce s, tv/r•i -,
,
•✓
p re s id ió la p rim e ra sesión íVlilitares ¡que aporte su cooperación p a­
gue c e le b ró la cofra día
i
i
de N tra . Sra. d e l Prad o. ra
*a obra reconstructora que se ne-
cesita en la Iglesia P rio ral? D e nada
sirven los buenos deseos del digno Sr. V icario Don Mariano
Martínez, si carece de fondos para realizarlos.
E l 2 9 de junio del 3 9 se reunió por primera vez la ilus­
tre Cofradía de Nuestra Señora del Prado, en una aula del
Instituto. Presidió D on Santiago M aldonado, como hermano
más antiguo, y en esta reunión que puede calificarse de his­
tórica y a la que asistieron la inmensa mayoría de los C o fra­
des, se acordó, entre otras cosas, aceptar el ofrecimiento
hecho por Carlos V ázquez de hacer una nueva Imagen,
abriendo una suscripción ( 1 ) pública para atender a los gas(1) . Esta fué iniciada e l 16 de m ayo por la Jefatura provincial de F . E. T. y de
las J. O . N. S. de Ciudad R eal con 500 pesetas, iniciativa muy fe liz que aplaudieron
todos.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
260
tos, y de celebrar las fiestas agosteñas, con toda brillantez,
utilizando alguna de las Imágenes de Nuestra Señora del P ra ­
do, que hay en casas particulares. •
La Virgencita del Prado que durante un año ha sustituido
d la Im agen destruida en la S. I. P.
También se acordó testimoniar el pésam e a las familias
de los cofrades caídos por Dios y por E spaña. Son estos: R a ­
fael A ced o -R ico , Fernando A c ed o -R ic o , Manuel Aguirre,
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
261
Fernando Vázquez, Clemente Velázquez, R icard o A yala L ó ­
pez, M anu el Messia, Ju an Treviño, Saturnino y R am iro S á n ­
chez Izquierdo, Ignacio y Luis López, Ju a n A ntonio y M a ­
nuel Contreras, Zoilo y Miguel P eco, Manuel Espadas, C é­
sar Diez, Manuel y Luis Juan, G abriel Núñez, F élix García,
J o s é María E sco b a r y Aurelio Ruiz; y h acer lo mismo con
las familias de Don 'F ed erico Fernández, Don J o s é María
R u ed a y Don Eduardo Gallego, que murieron a co n se cu en ­
cia de los sufrimientos a que fueron sometidos por la horda
roja.
L as fiestas agosteñas fueron muy brillantes. L os directi­
vos de la C ofrad ía no omitieron detalle para conseguirlo. Se
utilizó la Virgencita del Prado que estuvo mucho tiempo en
una de las salas del Hospital y que hoy es propiedad de las
señoritas de Marín. Se presentó tan bien a la Imagen con sus
andas, dosel y manto de M ac-Croon, único que se salvó de la
tragedia, y un derroche de flores y luces, que daba la sensa­
ción de ser una Imagen en miniatura de la antigua. Las dos
procesiones salieron por las calles y se desbordó el entusias­
mo de las gentes, avivado por el recuerdo de la destruida y
el fervor que siempre inspiró la V irgen del Prado.
E l día I 5 predicó Jim én ez M anzanares y lo hizo con
su habitual elocuencia, y el 2 2 fué el tercer día del triduo que
tuvo a su cargo el Sr.Magistral Don Juan Mugueta, y más elo­
cuente que nunca, y eso que lo está siempre.
Satisfechos pueden estar los directivos de la Cofradía de
su brillantísima organización y yo me com plazco en tribu­
tarles mi más cálidos elogios.
Carlos Calatayud y Gil ha sido llevado a la Presidencia
de la Diputación Provincial, y su designación no puede ser
más acertada, Carlos Calatayud tiene méritos sobrados y do­
tes singularísimas para ocuparla. Hijo de un ilustre C ated rá ­
tico del Instituto de V ale n cia y huérfano, muy joven , pasó
grandes apuros para hacer sus estudios de Filosofía y Letras
y Derecho, y con tanta brillantez, como apuros, logró termi­
nadlos. H ijo del trabajo , a él d e b e lo que es. A fa b le inteli­
gente, servicial, fué abriéndose paso en los difíciles
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
262
senderos de la vida, y hoy cuenta con íin envidiable bufete y
con una cátedra donde le adoran sus alumnos y sus co m p a ­
ñeros. Casado en Ciudad R eal con una distinguida señorita es
desde entonces ferviente manchego del lado izquierdo, del
corazón. C aballero cristiano a la m an era tradicional destila
hidalguía y honradez en todos sus actos. Prestó meritísimos
Carlos Calatayud y Gil.
Nuevo Presidente de la D iputa­
ción Provincial.
servicios en la Secretaría Provincial del Movimiento y los
prestará, seguramente, en su nuevo cargo.
Y o que fui su maestro, soy tam bién su admirador p o r­
que conozco lo que vale su talento y de lo que es capaz su vo­
luntad, sobre todo, cuando se trata de servir a Dios y a la P a ­
tria.
E ntró también nueva gestora municipal integrada por .
cam aradas de Falange que inspiran la más viva simpatía;. El
A lcalde Don J osé D onado y A d án es jo ven inteligente y de
arrestos para abordar el problem a de la educación callejera
que tanto se necesita. H ay que imponer el respeto de todos a
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
263
la Casa de Dios y que en ella reposen tranquilamente las in o­
centes palomas o los humanitarios vencejos y que no sigan
siendo mingitorio público los botareles del te m p lo ... Hay
que exaltar los valores manchegos de la antigüedad, aquellos
que la Historia señala como verdaderamente ilustres. E n la
Carlos Vázquez cromatizando la nueva ima­
gen de N uestra Señora del Prado.
M ancha, en todas las acciones se ofrecen dos trayectorias: la
de Don Q uijote y la de Sancho. Sigamos 1a. primera y que
no se repita el ejem plo de agraviar el recuerdo de ilustres an­
tepasados dignos del m ayor respeto, y a veces por el c a ­
pricho pueril de un extraño o por una lam entable confusión
de valores. Y lo más triste es que sean hijos de Ciudad R e a l
los que aparecen como actores de ese menosprecio. No me
extraña: cuando Don Q uijote dió suelta a los galeotes, se re­
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
264
volvió co n tra él apedreándole, y pagando así su generosa
acción Ginés de Parapilla o P a s a m e n t e . .. el único m anchego
que iba entre ellos. Y el hecho se repite por desgracia.
L o s cofrades que forman la ilustre hermandad de Nues­
tra S e ñ o ra del Prado, son por orden de antigüedad los si­
guientes :
1, V ic en te Capilla Buiza; 2, Jo s é B alcázar Sabariegos;
3, Bernardo Peñuela; 4, Enrique G arcía del M o ra l; 5, Jo s é
A lcázar Oliver; 6, A m brosio L ó p e z Salazar A rco s; 7, V i ­
cente C alahorra; 8, Fed erico Alcázar; 9, Carlos V ázquez;
I 0, Miguel E spad as C ejuela; 1 1, R a fa e l Cárdenas C hacón;
12, Jo s é V ícto r Cantos'; 13, Lorenzo Montero Buiza; 14,
Domingo L ó p ez Salazar A lm agro; 15, iManuel Balcázar S a ­
bariegos; 16, Juan M edrano Rosalea; 17, R a fa e l Martín L.
Salazar; 18, Manuel B a ren c a G arcía; 19, Emilio Bernebeu
N ovalbos; 2 0 , Eduardo Martín L. Salazar; 2 1 , V ic en te A l­
magro C arballedo; 22, Manuel Sabariegos Orue; 2 3 , Felipe
A révalo Salto ; 2 4 , Jo s é Navarro Carrillo; 2 5 , Ju a n de la
Cruz ¡Espadas Berm údez; 2 6 , Elias G ó m ez; 2 7 , A lfredo Ballester L ó p ez; 2 8 , R a m ó n F on tes B arnuevo; 2 9 , Francisco
Herencia M o hinc; 3 0 , Antonio Calahorra; 31, Isaías R old án
Martín de Lucía; 3 2 , Carlos M orales A ntequ era; 3 3 , Angel
R o ja s M oreno; 34, Enrique ¡Morales M alagón; 3 5 , Julio M o ­
rales M alagón; 36, Jo s é María L o ren te; 3 7, B. Luis F e rn á n ­
dez; 3 8 , R a fa e l A ced o R ico Sánchez O caña; 3 9 , Cristóbal
C aballero; 4 0 , Miguel del R ío Nieva; 4 1 , Bernardo Villazán
A lcaide; 4 2 , Joaq uín R ic o ; 4 3 , Leovigildo A lcázar; 4 4 , V i ­
cente E sco b a r; 4 5 , Jesús Sánchez Izquierdo Morales; 4 6 ,
Joaq uín Sánchez Izquierdo M orales; 4 7 , Luis Sá n c h ez Iz­
quierdo Morales; 4 8 , Francisco Zariquiegui; 4 9 , Dám aso
Pérez A y ala; 5 0 , Ju a n Bautista Gil Hidalgo; 5 I , Eduardo Gil
Benito; 5 2, A ntonio Prado C ejuela; 5 3 , Evaristo Martín
F raire; 54, Ju a n Antonio Gil -Calvo; 55, Jo s é Ruis Sánchez;
56 , Jo s é Prado C ejuela; 5 7 , Basilio G ó m ez M oreno; 5 8 , R a ­
fael Mateo Rodríguez; 5 9 , Bernardo P ozo ; 6 0 , M áxim o C as­
tillo ; 6 I , Manuel R a m o s Feliú; 6 2 , L eo n ard o F ern án d ez; 63,
Joaq uín Ruiz G arcía; 6 4 , Enrique B aren ca M orales; 6 5 , Ju-
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
265
liári Fernández Fernández; 6 6 , Carlos Sánchez Izquierdo F lo ­
res; 6 7 , Cecilio L ópez P astor; 68, W ig berto Mora R óspide;
6 9 , Alfredo Ballester Esco bar; 70 Fernando Barenca. M o ra­
les; 71, J o s é Jim én ez Manzanares; 72, Jo s é Pérez A y ala;
73, Joa q u ín L a m a n o ; 74, Anastasio Bellón G arcía; 75, Jo sé
P érez Fernánd ez; 76, Francisco Sánchez C antalejo; 77, J o ­
sé Sobrino Rodríguez; 78, R am ón Prado Astilleros; 7 9, Lo-
Otro momento en la obra de Vázquez.
renzo Sánchez de L eó n ; 80, Hermenegildo G óm ez Moreno;
8 I , Lorenzo G óm ez M oreno; 8 2 , Jo s é Navarro V illod re; 8 3 ,
Miguel C alahorra; 8 4 , Federico L ópez L ó pez; 8 5 , Manuel
A ced o R i c o Semprún; 8 6 , Fernand o A ced o R ico Semprún;
8 7 , Facundo G arcía Rodríguez; 8 8 , Jo s é Luis Fuentes S a n ­
tos; 8 9 , Manuel Ju a n ; 9 0 , iRamón G allego; 9 I , Manuel Aranda del F orca llo ; 92, Inocencio Mora M oreno; 93, Eladio S a ­
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
266
las Cuellar; 9 4 , Luis Ju an G a rcía ; 9 5 , E ste b an Núñez de
A re n as; 9 6 , Daniel G a rcía Santiago; 9 7 , T o m á s R u e d a ; 98,
Eduardo Hernán P ra d o ; 9 9 , Fernand o Sán ch ez Izquierdo;
100, Sandalio L eó n Ruiz; 101, Francisco L eó n Ruiz; 102,
U rbano R ecu ero M o n e d e ro ; 103, A lfredo B ad ía F o x ; 104,
Enrique Frías Piqueras; 105, J o s é Luis L ó p ez Salazar; 106,
A lb erto L ó p ez Salazar A lm agro ; 107, Ignacio L ó p ez ; 108,
E loy San ch o Gutiérrez;
109, F élix Díaz R ico ;
1 10, Angel
H eren cia M o h in o ; , 111, Agustín Celis Capuz; 1 12, Manuel
Sán ch ez G ijó n ; I 13, T o m á s de la Fuen te R o m e ralo ; 1 14,
Alfredo Muñoz Núñez; 1 15, Jo s é D onado A d án ; 1 16, A n ­
tonio L ó p ez; 1 1 7, (Rafael A y a la ; I 18, D em etrio A y ala B o ­
llo; I 19, T eo d o ro Santos Castillo; 120, R a fa e l Núñez; 121,
Jesús A y ala Cuevas; 122, F élix G arcía A y ala; 123, Pedro
Contreras,
Uno de los últimos donativos que se han recibido para
la nueva Imagen de Nuestra S eñ ora del P r a d o — según d ije­
ron por radio— es el de quinientas pesetas d e la ex artista
del género «frívolo» Consuelo Pórtela, más conocida por la
«Chelito», y lo celebram os más por aquello de que nunca
es tarde si la dicha es buena, toda vez que cuando Consuelo
estaba en todo -su apogeo, y tenía -el dinero «a espuertas» y
las alhajas «a porrillo», nunca -se acordó de nuestra excelsa
Patrona para nada, ni siquiera para orar ante Ella., pero en
fin a lo hecho pecho y bien venido sea ese donativo y que
sea sincera «esa devoción)). T a m p o c o está mal el que se le dé
b o m bo y platillo por radio, pero que se diga aquí, ante las
señoras de Ciudad R ea l, que la Chelito sirva de ejem plo, e s
una im perdonable ligereza, por no decir otra cosa.
D e desear es que surjan, que surjan múltiples devotos
de la nueva Imagen, y qu e por lo m enos sientan el mismo
fervor -que los viejos sentíamos por la antigua, que su fe se
exteriorice en todos los actos y en todas las situaciones, y
que no haya nunca ni uno siquiera q u e caiga en el refrán p
tentación de poner una vela a S an Miguel y otra al diablo,
o por m ejo r decir, que encienda una vela a Dios Nuestro S e ­
ñor o su S a n ta M adre, para que cegando co n sus resplando-
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
268
res nadie vea si antes h abía encendido otra en servicio del
d e m o n io ...
Y a viene San ta María, ya se a ce rca la nueva Imagen de
la V irgen del Prado y por lo que veo en las fotos, y me
dicen de B arcelo n a, es una genial creación de Carlos V á z ­
quez, una bellísima Imagen. C on el alma siento te ner que
cerrar este libro antes de su llegada, ipero la escasez de p a ­
pel me obliga a ello. T e n g o material, datos y clichés para
tres pliegos más, que haré en su día, cuando las circunstan­
cias lo permitan. Grandes fiestas se preparan. Ilustres perso­
nalidades nos honrarán con su asistencia. Y vendrán, entre
otros, el Nuncio de S u Santidad, el Presidente de la Ju n ta p o ­
lítica y ministro de la. G obern ación, D on R a m ó n Serrano Sú.
ñer, el ministro sin ca rtera Sr. G am ero del Castillo, la d ele­
gada nacional de falange femenina, Pilar P rim o d e Rivera,
el subsecretario de P e n sa y propaganda, Sr. A lfaro, Sancho
Dávila, los generales Alvarez A renas y Sagard ía y p ro b a b le ­
mente el general Orgaz y el Sr. L o ren te. Y se concentrarán
en este pueblo cuarenta mil falangistas de la provincia y
d ejará oir su elocuente palabra el ilustre Presidente de la
Ju n ta política, quien tendrá ocasión de apreciar lo que vale
esta com arca, blanco de todas las tiranías rojas, y que hoy,
perfectam ente atendida y organizada por el digno G obernardor y J e f e provincial del M ovim iento D on J o s é A ntonio
Elola, cifra todos sus anhelos y entusiasmos en la obra p a ­
triótica del Caudillo y su gobierno. L a hidalguía fué siem­
pre preciado blasón de la Mancha.
Se inaugurará el Hogar de J o s é Antonio y los ilustres
visitantes alab arán la obra realizada.
A d e m ás vendrá a esta capital el gran barítono M arcos
R ed o n d o , ferviente devoto de la V irg en del P rad o, desde
hace muchos años, y vendrá ¡a cantarle una salve y a en to ­
narle unas seguidillas; F ed erico R o m e ro , el autor de «La
R osa del Azafrán» estrenará en el T e a tro Cervantes su obra
«Y a viene S a n ta María» que dedica <a nuestra Patrona, y a l­
go harán L ó p ez de H aro y T o ls a d a y Guizarro el tenor
manchego, y acaso venga V ic e n te Navarro, el cé le bre es­
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
269
cultor que ha hecho la nueva Imagen; oiremos música de
D on Salo m ón Buitrago, y se cantarán coplas regionales y se
bailarán manchegas, y Manuel de M ozos, el gran recitador,
nos hará saborear las excelencias de su a r t e . .. y la V irgen
del P rad o tendrá un recibim iento apoteósico y todo el pu e­
blo le tributará el h o m en aje de sus fervores, y habrá entu­
siasmo general y conciertos, cohetes, iluminaciones y se
echarán las cam panas a vuelo, co m o antes se hacía,y la torre
y el interior de la S. 1. P., por iniciativa del Sr. Lequerica,
serán una ascua de o r o . . . y en la noche del 3 1 que la Imagen
la pasará en su Capillita, a extramuros de la puerta de T o ­
ledo, le darán la primera guardia los caídos por Dios y por
España, que, allí cerquita, ¡en la Casa de todos, se alzarán de
sus tumbas para rendirle pleitesía y rezarle la primera o ra ­
ción-. .. y desde las regiones de los luceros, miles y miles de
manchegos harán ver la luz radiante y el fuego intenso de su
amor m a r i a n o ... Y al entrar la Virgen en Ciudad R eal le h a ­
rá paso la simbólica Cruz de los caídos y al llegar a la C a te ­
dral el O bispo mártir estará presente en el T e d é u m y la di­
rigirá sentidas alabanzas al verla aposentada en su Trono.
Y hasta la Imagen vieja que está sobre los luceros son­
reirá gozosa, /perdonando agravios, a l ver que éste, su pu e­
blo querido, alienta /nuevamente la fe de otros tiem p o s...
¡ Y a viene Santa M aría! ¡S e ace rca la P a tro n a! R e c ib á ­
mosla con cariño y devoción y .gritemos fervorosos con toda
la fuerza de nuestros pulm ones:
¡V iv a la Virgen del P rad o!
Monstra te esse m a tre m ;— Sumat. per te preces,— Qui
pro nobis natus— Tulit esse tuus.
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
í n
C ap .
Ca p.
C ap .
C ap .
C ap .
C ap .
C ap .
C ap .
,
C ap .
d
i c
e
:
Páginas
I.—Feliz coincidencia.—El amor mariano en la Litera­
tu ra .—Mi deseo
II.—:N otas históricas de la tradición.—Lo que dicen escri­
tores antiguos.—Lo que niegan escritores modernos.
—Un manchego ilustre
...
III.—Alborotos, intranquilidades.—Luchas sangrientas en
las calles de Villa Real.—Saqueos, incendios, m uer­
tes violentas. -C alatrav o s y realengos.—Judaizantes
y m oriscos.......................................................................................
IV.—L o s Reyes Católicos y Ciudad Real.—Confirmación
de privilegios.—Donación del Alcázar.—E stancia en­
tre nosotros de la egregia señora D.a Isabel I de Cas­
tilla.—M ejoras locales por iniciativa regia.—La figura
de Hernán Pérez del P u l g a r . .....................................
V.—La Chancilleria.—M uerte de Isabel la C atólica.—So­
lemnes funerales en Ciudad Real.—Carlos I prodiga
también protección a este pueblo. Santo Tomás de
Villanueva.—Obras en la iglesia parroquial de Santa
María del Prado............................................................................
V I.—Felipe II.—Transformación de la imagen de Nuestra
Señora del P rado.—Poniendo las cosas en su punto.
—Las tallas de Antonio de Poblete.—Un viaje a Hi­
guera de la Sierra. — Terminación de importantes
obras en la iglesia parroquial de Santa M aría.—Las
fiestas de Agosto en 1589.—Cantidad que autorizó
el M onarca para que fueran solem nísim as......................
VIL—U na costum bre del siglo XVI.—El chocolate de los
conventos.—Una discusión violenta en un refectorio.
—El sermón del Padre E ugenio.—La devoción a la
Virgen del Prado.—Visitando a las Dominicas en el
quinto centenario de su fundación.—Uu año después.
—De convento a checa.—Detalles tristísim o s
VIII.—Ejemplaridad de un preclaro manchego. — Ciudad
Real en el reinado de Felipe III.—Extraordinaria de­
voción por N uestra Señora del Prado.—El retablo mayor de la iglesia de Santa M aría...........................................
IX—En tiem pos de Felipe IV.—Las «ideicas»del CondeDuque de O livares.—Obras en la iglesia de Santa
M aría.—Sucesos curiosos que se relatan en el libro
«Los esclavos de la Madre de Dios del Prado de Ciu­
dad Real».—Como se instituyó la Salve de los sába­
dos.—Hecho milagroso al comenzar las obras del Ca­
marín.—Ingreso de Carlos II en la Cofradía de la Vir­
gen del P rad o ................................................. ...............................
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
1
7
25
43
51
61
75
81
101
272
C ap .
X .—Felipe V.—Guerra de sucesión.—Nobles de Ciudad
Real que cambian la residencia.—La Princesa de Cersinos cofrade y Camarera mayor de la Virgen.—Ro­
gativas.—La procesión del Corpus.—Manchegos ilus­
tres hoy desconocidos.— Fernando VI. — Almagro,
capital de la provincia.—Carlos III.—Traslado provi­
sional de Nuestra Señora del Prado a otras iglesias.
—Real Casa de Caridad...............................
C ap . XI—Carlos IV.—Un incidente con motivo de su proclama­
ción en Ciudad Real.—Al alborear el siglo XIX.—Terri­
ble epidemia de fiebre am arilla.—Días azarosos.—Ab­
dicación del Rey.—Im portante confirmación general..
C ap . XII.—Fernando VII.—Entusiasm o de las gentes.—Actos re­
ligiosos en la parroquia de Santa María del P rado.—
La Batalla de Bailén.—Recibimiento a los soldados
de Ciudad Real que tomaron parte en ella.....................
C ap . XIII.—Otras noticias de la guerra.—Entrada de los france­
ses en Ciudad Real.—Pánico indescriptible.—Des­
bandada general.—Retorno de los fugitivos.—Fervor
por la Virgen del P rado.—Parto en plena iglesia.—
Audacias de un facineroso.......................................................
C ap . XIV.—M ás notas interesantes.—Prim era colación de Or­
denes sagradas y consagración de Santos Oleos que
se celebran en Ciudad Real.—La torre de la iglesia
parroquial de Santa María del Prado.—Sus modifica­
ciones.—Honras fúnebres por la Reina Isabel, segun­
da esposa de Fernando V II.....................................................
C ap . XV.—Panorama sombrío.—Manchegos del siglo XIX.—El
cólera en 1855.—Horrible m ortandad.— Un alcalde
modelo. -Isa b e l il y su hijo el Príncipe de Asturias
visitan a nuestra ínclita P atrona.—Romance de den
Agustín Salido.—Las lagunas de les Terreros.— Bau­
tizo suntuoso por una torm enta.—El Cardenal Monescíllo, siendo Obispo de Jaén, viene en 1870 a pre­
dicar un Triduo ante la Virgen del Prado.......................
C ap . XVI.—Otros antepasados gloriosos.—Fr. Hernando de Ciu­
dad Real.—Ei capitán Pedro Antonio Castellanos.—
Un dato y una seguidilla.—Creación del Priorato de
las Cuatro Ordenes M ilitares.—El primer ObispoPrior, Dr. G uisasola.—Constitución del Cabildo de la
Iglesia Prioral.—Incidentes curiosos.— Traslado de
servicios parroquiales de Santa M aría del Prado a la
Iglesia de la M erced .................................................................
C ap .X VIL—Cascajares, segundo O bispo-Prior.—De artillero a
sacerdote.—Pontificado del Obispo Rancés.—Primer
Sínodo Diocesano.—Terrible plaga de langosta.—Epi­
demia colérica.—El Casino.—Sus rasgos benéficos.—
Don Casimiro Piñera.—Adiós al siglo XIX.—Prim eros
años del XX.—El Gran M aestre de las Ordenes Mili­
tares en Ciudad Real.—V isita a la Virgen del Prado.—
Recepción en la D iputación.—El Arzobispo G andá­
segui.—Su pontificado en esta D iócesis.—Obras en la
Iglesia Prioral.— Falsa alarm a.—La Casa Popular de
N uestra Señora del Prado. — Fiestas agosteñas.—
M uerte ejemplar del Sr. G andásegui..................................
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
107
115
125
133
143
155
167
177
271
C ap . XVI11.—Otra imagen de la Virgen del P rado.—Su Santuario
en Viver de la Sierra (Z aragoza).—Excultura del siglo
XII.—Dudas que quedan desvanecidas.—Confirm a­
ción de nuestra creencia.—¿Qué dirían ahora Hervás
y Delgado M erchán?—Nuestra primera imagen de la
Virgen del Prado era del tiempo de los godos. -Más
d atos.—Una carta del Cura de Velilla.—La imagen
construida por Carlos Vázquez y Vicente Navarro,
será la tercera con la advocación del Prado que habrá
en Ciudad R eal..............................................................................
C ap . XIX.—Sexto Obispo-Prior, D. Javier Irastorza y Loinaz.—
Su pontificado.—Labor fecunda.—El O bispo mártir,
D. Narciso de E stenaga y E chevarría.—Sus obras h is­
tó ric as.—Sus discursos.—Notas de su pontificado.—
El Sr. Estenaga y su familiar bárbaram ente inmola­
dos por los nefarios rojos.—Otras n o ta s.—Galería de
hijos ilustres de la provincia en la D iputación.—Ex­
posición de fotos de algunos-alcaldes.—Dos corona­
ciones.................................................................................................
C ap . XX.—La tragedia en la C atedral.—A ntecedentes.—Semana
cataléptica.—Noche del 25 de Julio de 1936.—La San­
tísim a Virgen del Prado en poder de los iconómacos.
—Incautación del tesoro, de la Virgen.—¿L1 evaron las
alhajas a Alicante?—¿Fué pignorado el Porta-paz en
Jaén?—Ultimos días del O bispo-Prior Sr. E stenaga.—
. ’ ' ¿Qué se hizo de nuestra venerada P atro n a?—¿Fué
destruida?—Valor inmenso del tesoro de la Virgen
del P rado.—Como se guardaba y como se p erd ió .. . .
C ap . XXL—M antos y estandartes de la Virgen.—Otros objetos.—
Seguidilla de antaño.—Ola nefárica.—Profanación de
Vírgenes patronales.—P ost tenebras spero lu c e m .. .
C ap . XXII.—Visita a la Mancha de S. E. el Jefe del Estado y G e­
neralísimo D. Francisco Franco.—Comida en el Pan­
tano G asset.—Estancia en Puertollano.—Llegada a
Ciudad Real.—Grandioso recibimiento.—Entusiasm o
clam oroso.—Recepción y vino de honor en la D iputa­
ción.—Su discurso.—Salida para M adrid.—Misiones
en la C atedral.—Labor admirable de la Compañía de
Jesús.—T riste recuerdo............................................................
C ap . XXIII.—Fiestas de la liberación.—Diversos actos.—Ciudad
Real se transform a.—Las parroquias y la C atedral.—
Estado lastim oso de ésta.—El nuevo Presidente de la
Diputación.—La gestora municipal.—Ilustre Herman­
dad de N uestra Señora del P rado.—La nueva Imagen.
—Obligado final del libro.—Restricciones por escasez
de p ap el............................................................................................
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
191
199
209
2 25
241
251
T E R M I N O S E D E IM P R I M I R E S T A O B R A EN
LO S T A L L E R E S DE A P R E N D IZ A JE T IP O ­
G R A FIC O
C IA L
DEL
DE
HOGAR
C IU D A D
P R O V IN ­
REAL
A
X X V D E M A Y O D E .M C M X L ,
D IA D E S A N U R B A N O .
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
OTRAS OBRAS DEL AUTOR DE ESTE LIBRO
Juicios emitidos acerca de ellas
Historia general de la Literatura,
(lecciones elementales para los
alumnos de 2.a enseñanza). Ciudad R eal. — Librería de José
Mendoza, Calatrava, 10, 1910.
Informe de la Real Academia Española:
«La nueva observación de que esta Historia general de la Litera­
tu ra es un libro en 4.° menor, de 208 páginas, del tipo nueve, nos per­
mite apreciar cuál ha sido el propósito del autor, y nos sugiere las con­
sideraciones que debemos tener en cuenta al examinar su trabajo.
»E1 título a primera vista, podrá tildarse de inadecuado.
»Todos sabemos que hoy no se escriben historias generales; casi
nadie se atreve a emplear denominación tan ambigua, que tanto abarca
y a tanto compromete, ni en buena crítica se transige con ella, sitio
cuando se justifica con obra de excepcional importancia o cuando es
imposición a que el autor no se puede sustraer, por ejemplo, si tiene
que supeditarse a prescripciones superiores a su voluntad, como son las
que determinan la organización de la enseñanza oficial.
»Este último es el caso del señor Balcázar, quien al escribir unas lec­
ciones elementales para los alumnos de 2.a enseñanza, las ha titulado
«Historia general de la Literatura» porque así se llama la asignatura a
cuyo estudio se ha propuesto contribuir.
>:-Por consiguiente, para juzgar el libro del señor Balcázar es preciso
considerar, de una parte, la magnitud de la materia que en él ha tratado,
y de otra las especiales condiciones de aquellos a quienes lo destina.
»Su intento ha consistido en trazar a grandes rasgos el cuadro de
cuanto ha producido la Literatura universal y, principalmente la espa­
ñola, presentándolo con la claridad y sobriedad indispensables en un
compendio, para que los muchachos de doce a diez y seis años, ya que
no aprecien las bellezas literarias en toda su importancia, sientan, por
lo menos, su influjo, se preparen a saborearlas más tarde, sepan lo que
han consolado a la humanidad y aprendan que no todo ha sido en el
mundo derramamientos de sangre y lucha por la posesión de la tierra.
^M ediante la fácil combinación del método ctonológico con la divi­
sión por géneros, el señor Balcázar menciona los nombres de los grandes
escritores de cada época, consigna algunos datos de su vida, dice cuá­
les son sus obras principales, poniendo de relieve sus aciertos, y al lie-
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
gar a las producciones que el tiempo ha consagrado por mejores y más
excelsas, cuenta, en pocas palabras, su asnnto; procura, finalmente, que
para la imaginación juvenil la Historia no sea enumeración fatigosa de
nombres, títulos y lechas, sino antes al contrario, fuentes de esas varias
divinas sensaciones que despiertan el deseo de saber, avivan el interés,
anuncian al entendim iento los primeros vislumbres de la belleza artísti­
ca, y hasta revelan la idea de que hay gloria en cultivarla, sembrando en
algunos pechos privilegiados el ansia de merecerla y alcanzarla.
»No puede exigirse más a un compendio de esta índole, sobre todo
si se tiene en cuenta que quien asi lo concibe, dá h asta prueba de saber
suplir con las explicaciones de Cátedra lo que en su texto falta y de
ampliar lo que en él está som eram ente indicado.
»Varios errores y omisiones se notan en el trabajo del señor Balcázar^
pero, indudablem ente, pesa en él más lo bueno que lo defectuoso/
»La mayoría de los alumnos de segunda enseñanza a quienes está
destinado, hallarán en sus páginas compensación a la aridez de otros es­
tudios; y algunos, los que en toda Escuela forman esa minoría capaz de
sobresalir y valer, sentirán vehem ente deseo de com pletar y aprender
mejor todo aquello que el compendio contiene.
»Por lo que esto significa y por haber comprendido su autor que la
enseñanza de lo artístico solo se facilita haciéndolo fácil y agradable,
ésta Corporación opina que el libro del señor Balcázar, puede y debe
servirle de mérito en su carrera».
Por su parte el Consejo de Instrucción Pública, añade que el método
de exposición de dicho libro es en general bastante didáctico y llena las
condiciones más convenientes para el objeto a que está destinado, por
todo lo cual hace suyo el inlorme de la Española y propone y así se
acuerda por Real Orden de 10 de Junio de 1916, que se premie la obra
del señor Balcázar declarándola de mérito relevante:
eiaros Varones de la Mancha . —
Primer tomo: Hernán Pérez del Pul"
gar, el de las Hazañas. Segunda edición corregida y aum entada,
con profusión de fotograbados. Ciudad Real. Talleres tipográficos
del Hospicio provincial, 1931.
«Bien escasa es, desgraciadam ente, la producción bibliográfica que,
con referencia a nuestra provincia, en sus aspectos histórico, literario y
artístico, podemos contar. Y no es admisible, de ningún modo, achacar
esta falta a la carencia de personalidad regional en los tres órdenes ci­
tados anteriormente, porque Ciudad Real la tiene de modo harto expre­
sivo y por demás sobrado. Cúlpese tan sólo—y en ello hay motivo más
que suficiente para causarnos el mayor sonrojo—a esa nuestra idiosin­
crasia tan «sui generis» que si no nos permite edificar el presente ¿cómo
nos va a acuciar para ser reconstructores del pasado glorioso y legen­
dario?
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
»A llenar éstas lagunas, respondiendo así a una imperiosa necesidad
de cultura y patriotism o, obedece la em presa iniciada por el culto C ate­
drático de este Instituto, D. José Balcázar y Sabariegos, en su obra,
«Claros Varones de la Mancha», cuyo primer tomo está dedicado al es­
tudio de la acusada personalidad de Hernán Pérez del Pulgar y que
acaba de ver la luz recientem ente en una segunda edición muy pulcra y
cuidada.
«Trata el autor de llevar a cabo en su obra, como bien expresiva' mente indica ya el título, la historia de aquellos hijos de esta provin­
cia, que de una manera destacada acusaron con firmes rasgos su signi­
ficación y valía en los distintos aspectos de la humana actividad. Y por
nuestra parte nos cumple decir, una vez que conocemos este Hernán
Pérez del Pulgar, del señor Balcázar, que si los restantes y anunciados
tom os responden en paridad de matices estéticos y lexicológicos, como
en el de probidad histórica al publicado, bien puede estar orgulloso su
autor de haber dado cima a una obra seria, documental y bella, de la
que el público culto de nuestra provincia, con fundada razón, deberá
estarle agradecido.
»La lectura del libro del señor Balcázar, nos ha producido excelente
y linsojera impresión. En él se hace un estudio acabado y docum entado
de la vida de Hernán Pérez del Pulgar, el de las Hazañas, que por ser
tantas y de tal naturaleza las que hizo este caballero, casi han llegado a
extravasar la categoría de heroísmo legendario, para convertirse en la
del mito. El autor nos dem uestra, con buen acopio de datos, su verosi­
militud histórica; tiene, además, el acierto de la evocación reconstruc­
tiva, de la época en que marca la figura del glorioso caballero manchego; refuta a biógrafos indocumentados o desaprensivos que no habían
aclarado ciertos extrem os de su vida, o enjuiciado ligeramente acerca
de otros, y, en fin, lleva a cabo su estudio con una com petencia y un
acopio de datos tales, que bien puede ser considerado como definitivo.
Y definitivo también, en lo que a nuestro criterio respecta, porque estan ­
do el peligro en esta clase de obras tanto en el exclusivo empleo de la
seca y farragosa erudición, como el hacer tan solo historia novelada, el
autor sortea uno y otro escollo y acierta con el preciso y justo medio,
dando vida real a la historia, merced su subjetiva exposición, pero
cuidando siempre que el elemento palcográfico sea compañero indis­
pensable del relato, a fin de que sirva de coufirmación y autenticidad
de garantía histórica del bosquejo retrospectivo.
»Libro este que nos ocupa de verdadera consulta, de esparcim iento
además, y, sobre todo, de enseñanzas. De enseñanzas nobles, cim eras
y ejem plares,.. En su lectura han de hallar grata complacencia por
igual, el erudito como el no iniciado en estas materias. Y, finalmente,
por la solvencia de su aportación literaria, bello e im portante sillar para
el edificio de nuestra regional cultura. —Manuel de Gracia .—(«El Pueblo
Manchego» 21 de Julio 1931).
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
M em orias de un Estudiante de Salam anca . — Prim era
parte con 145
fotograbados y un Prólogo de D. Miguel de Unamuno. Librería
de Enrique Prieto. Preciados, 48, 1935, M adrid.
«Con el título de Memorias de un Estudiante de Salam anca, el vete­
rano periodista y docto C atedrático D. José Balcázar y Sabariegos, ha
publicado la primera parte de las Memorias de su vida. Tienen siempre
esta clase de trabajos un intenso interés por lo que aportan a la histo­
ria de un determinado momento, y un gustoso encanto si se realizan
con la ingenuidad viva que lo lia logrado hacer el hábil periodista, por
la fuerza evocadora que entonces tiene el relato.
«Alguien, no recordam os ahora qué ilustre escritor, se lam entaba no
hace mucho tiempo, en estas columnas de A B C, si no nos es infiel la
memoria, de lo poco que en E spaña se cultiva este género de trabajos.
Es verdad; son muy pocos en España los que se ocupan de escribir sus
Memorias. No nos atrevem os a formular ninguna hipótesis explicativa
de esta escasa predilección de los españoles por estas recopilaciones
de los recuerdos que conserven de sus andanzas. En cambio se advier­
te gran afición a su lectura. ¿Por interés de buscar en los repliegues
espirituales del escritor, del político, del personaje? Acaso 110. Todos
más o menos conscientem ente, estam os enterados de que no es el ve­
hículo de las Memorias, de las autobiografías el instrum ento más idó­
neo para este fin. Fuera de casos dé autoanálisis, como el de Santa Te­
resa, el de San A gustín, en que la santidad del propósito unge de heroism» la em presa, en las demás ocasiones no se pasa, no se puede
pasar, discretam ente de una evocación nostálgica de los panoram as su­
cesivos por donde ha discurrido, en el andar de los años, la vida del
escritor. Todos tenem os más de uu «yo». Por lo m enos, tres. Uno el que
realm ente somos. Pocas veces lo conocemos bien. Otro el que nos figu­
ramos ser. Y otro el que quisiéramos ser. ¿Cuál de estos dos preferi­
remos para estos menesteres, en la dificultad de alcanzar el primero,
por falta de datos? Se prefiere, por lo general, vencer el peligro del des­
acierto en la elección, adaptando el procedimiento que hemos indicadoEs el más modesto, el más discreto y ... ¿por qué no decirlo?, en la m a­
yoría de los casos, el más interesante y acaso el más idóneo para ofre­
cer m iraderos por donde el lector se asome al «yo» auténtico del escri­
tor, sin que él se dé cuenta.
»E1 libro que nos ocupa es una obra admirable en este sentido. Con
mano m aestra va poniendo ante la vista del lector todos los diversos
panoramas por donde ha discurrido su vida. Con noble sinceridad ex­
pone su visión, su emoción de cada momento, de la atm ósfera espiri­
tual en que respira y de cómo él reacciona en relación con el medio en
que se encuentra. Sin asomo alguno de afectación expresiva, sin el más
leve brote de am enaramiento sentim ental, ni de artificio, va dejando en
estas bellas páginas, la emoción sincera que hoy le producen las evoca­
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
ciones de su pasado, y el lector lo sigue prendido en el encanto de su
sinceridad.
»Su vida escolar de Salamanca, está descrita con tal viveza de color,
con tan palpitante y nostálgica plasticidad, que no sólo los que alcan­
zaron aquellos mismos días en la gloriosa escuela y en la noble ciu d ad ,
sino cuantos hayan respirado, por algún tiempo aquel am biente, se sen­
tirán trasladados a él, compartiendo sus emociones.
»En la descripción posterior de su vida periodística hay una nota
,,emotiva que la perfuma toda de la más noble fragancia. E sta nota es la
de su fervoroso entusiasmo, su amorosa gratitud y admiración por el
inolvidable maestro de periodistas que se llamó D. José Ortega y Muni­
da. Está delineada con admirable m aestría la vida de redacción de aquel
gran periódico que capitaneaba tan gentilmente la prensa española del
llamado fin de siglo, y está acusado, con sobriedad de trazos, pero con
una emoción profunda el declinar de aquél poderoso órgano de opinión
en sus últimos tiempos.
»Las grandes figuras del periodismo, de la literatura, de la política,
desfilan ante la vista del lector, diseñadas todas con discreta ju steza;
iluminadas al tenor de la distancia o intimidad con que él escritor las
trató, y con tan fino acierto, para quedar limpio el juicio de toda sombra
de apasionamiento que sin una sola aspereza de la expresión, sin el más
leve asomo de adulatorio encomio, el lector se da cuenta de la altura
de los personajes y de las dimensiones que no alcanzaron.
»A medida que se va acortando la distancia de la perspectiva, la
serenidad dulce de la nostalgia va acibarándose gradualm ente aunque
sin perder nunca el tono de ecuánime continencia que domina en todo
el discurso de la obra: y termina con la admirable descripción del viaje
que realizó en compañía de su m aestro, a las costas africanas.
»Promete proseguir su labor a partir de esa fecha. ¿Será acertado el
propósito? No olvide el admirado escritor que solo la rueda del tiempoi
pasando y repasando sobre las aristas del presente, tiene virtud para
darle bruñidos y dulces contornos de nostalgia serena y em otiva.—/ . Ló­
p ez Prudencio»
(A B C de Madrid, de ?1 de Agosto de 1935).
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
Precio: Ocho pesetas
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros, 1940 - La Virgen del Prado a través de su historia
Descargar