Terrazas Salgado Rodolfo La residencia como requisito de elegibilidad en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos Tribunal Federal Electoral. 1995. p. 13 México Disponible en: http://rimel.te.gob.mx/WebApplicationTrife/busquedas/DocumentoTrife.jsp?file=15602&type=ArchivoDocumento&view= pdf&docu=15436 ¿Cómo citar? TRIBUNAL FEDERAL ELECTORAL LA RESIDENCIA COMO REQUISITO DE ELEGIBILIDAD EN LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS (Lie Rodolfo Terrazas Salgado) MÉXICO 1995 "LA RESIDENCIA COMO REQUISITO DE ELEGIBILIDAD EN LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS" Lic. Rodolfo Terrazas Salgado Sumario: I. Nota Introductoria; II. Diferencia Conceptual entre "Residencia" y "Residencia Efectiva";III. Diferencia Conceptual entre "Residencia" y "Vecindad"; IV. Comentario Final. I. Nota Introductoria El presente opúsculo tiene como propósito desentrañar el concepto jurídico de "residencia" a fin de precisar su sentido, alcances y acreditamiento como requisito constitucional para acceder a cargos de elección popular. Para tal efecto, se hará una breve referencia a diversas opiniones y puntos de vista de distintos autores que se han ocupado de esta interesante cuestión, así como a ciertos antecedentes históricos que se consideran importantes. Asimismo, tomando en cuenta los elementos de juicio que se tengan a disposición, se irán vertiendo algunas conclusiones específicas sobre el tópico central de este breve ensayo. II. Diferencia Conceptual entre "Residencia" y "Residencia Efectiva" El requerimiento de residir en un lugar, es una exigencia constante en diversos artículos de nuestra Constitución, que se refieren en forma específica a los requisitos que deben cumplirse para ocupar un determinado cargo de elección popular. Así, podemos citar entre otros preceptos, los siguientes: "Artículo 55.- Para ser diputado se requieren los siguientes requisitos: 1... II... III. Ser originario del Estado en que se haga la elección o vecino de él con residencia efectiva de más de seis meses anteriores a la fecha de ella. Para poder figurar en las listas de las circunscripciones electorales plurinominales como candidato a diputado, se requiere ser originario de alguna de las entidades federativas que comprenda la circunscripción en la que se realice la elección, o vecino de ella, con residencia efectiva de más de seis meses anteriores a la fecha en que la misma se celebre. La vecindad no se pierde por ausencia en el desempeño de cargos públicos de elección popular; ..." " Artículo 82.- Para ser Presidente se requiere: III. Haber residido en el país durante todo el año anterior al día de la elección. La ausencia del país hasta por treinta días, no interrumpe la residencia; ..." "Artículo 116.- ... Los poderes de los Estados se organizarán conforme a la Constitución de cada uno de ellos, con sujeción a las siguientes normas: ••• Sólo podrá ser gobernador constitucional de un Estado un ciudadano mexicano por nacimiento y nativo de él, o con residencia efectiva no menor de cinco años inmediatamente anteriores al día de la elección. ..." Como se puede observar, los artículos antes relacionados hacen referencia al concepto de "residencia", agregando en algunos casos, el vocablo "efectiva" a fin de enfatizar la connotación específica de dicho concepto. 2 En efecto según el Diccionario de la Lengua Española,' "residencia" significa entre otras cosas, "acción y efecto de residir" o "lugar en que se reside", y la palabra "residir", tiene entre otras acepciones, la de "estar de asiento en un lugar" Asimismo, el "Diccionario de Uso del Español",2 señala que la palabra residere"(permanecer, de " "residir" que viene del latín " sedere" , estar sentado), quiere decir "vivir habitualmente en un sitio". Así pues, partiendo de la connotación gramatical y legal del concepto, el Dr. Ignacio Burgoa, opina que "... por residencia debe entenderse el lugar donde se establece la persona o donde tiene el propósito de radicar, pues tal es la definición de domicilio que proporciona el artículo 29 del Código Civil. En otras palabras, residencia es el mismo domicilio, ...". Por su parte, el Dr. Javier Patiño, discrepa de ese punto de vista, al afirmar lo siguiente: ... se puede decir que los expertos en derecho civil distinguen la residencia del domicilio; estiman que la residencia alude a una relación material con un lugar determinado, en tanto que el domicilio determina una relación legal. En el primer caso se toma en cuenta la realidad objetiva de la relación, en el segundo un elemento legal que pueda crear la ficción de considerar domiciliada a la persona en un lugar donde de hecho no reside y atribuir efectos jurídicos a tal relación. 1Real Academia Española. Diccionario de la Lengua Española. Ed. Espasa-Calpe, S.A., Madrid, 1980, p. 1138. 2 MOLINER, María. Diccionario de Uso del Español. Tomo II (H-Z). Editorial Gredos, S.A., Madrid, 1988, p. 1014. 3 BURGOA, Ignacio. Derecho Constitucional Mexicano. Ed. Porrúa, S.A., México, 1991, p. 764. 3 " Dicho en otros términos, la residencia se refiere al hecho material de la presencia física de la persona en un lugar; el domicilio es un hecho jurídico que subsiste aun cuando la persona no habite realmente en el lugar."4 A nuestro juicio, ambos puntos de vista resultan conciliables si atendemos a una importante precisión que ninguno de los autores tomó en cuenta. En efecto, el criterio del Dr. Javier Patiño, en el sentido de considerar que la residencia se refiere más que a una relación de tipo legal a un hecho concreto y material de presencia física de la persona en un lugar, es válido si se atribuye al concepto de "residencia efectiva" a que se refieren expresamente los artículos 55, fracción III y 116, fracción I, párrafo séptimo constitucionales, antes citados, que establecen respectivamente los requisitos que se deben cumplir para ser electo diputado federal o gobernador en una entidad federativa. Lo anterior, encuentra un claro respaldo en la acepción gramatical del vocablo "efectivo", que significa entre otras cosas, "lo real y verdadero, en oposición a lo quimérico, dudoso o nominal" En este contexto, la intención del Constituyente al agregar al concepto "residencia" el término "efectiva" en determinados casos específicos, pudo obedecer al propósito de evitar que el ciudadano pretendiera dar cumplimiento al requisito de residencia tan solo argumentando estar jurídicamente domiciliado en un lugar en el que de hecho o materialmente no estuviera residiendo. Consideraciones éstas que, por el contrario, parece ser que no se tuvieron en cuenta al establecer el requisito de residencia que de manera lisa y llana, es decir, sin el calificativo de "efectiva", exige nuestra Constitución para poder ocupar el cargo de Presidente de la República. 4PATIÑO CAMARENA, Javier. Derecho Electoral Mexicano. Instituto de Investigaciones Jurídicas, U.N.A.M., México, 1994, p. 106. 5Diccionario de la Lengua Española, ob. cit., p. 504. 4 En este sentido y sólo por lo que respecta al caso que nos ocupa, se coincidiría con el criterio ya referido del Dr. Ignacio Burgoa, cuando afirma que en los términos de la legislación civil, "... residencia es el mismo domicilio, por lo que el plazo de un año a que se refiere la disposición constitucional que comentamos no se interrumpe con el solo hecho de viajar fuera del territorio nacional por cualquier motivo, ya que el fenómeno interruptor únicamente se registra si la persona de que se trate abriga el propósito de establecer su domicilio o de radicar allende la República mexicana, lo que acontece, verbigracia, con los diplomáticos y cónsules acreditados en el extranjero."6 Al respecto, es pertinente precisar que el requisito en cuestión, como lo apunta Daniel Moreno, "... tiene una explicación histórica, porque en muchos casos se mandaba traer del extranjero a personajes que habían sido expulsados del país. Pero la razón fundamental es la de obligar a quienes aspiran al cargo de Presidente a estar en contacto con los más delicados problemas del país, para que, de ocupar la primera magistratura, puedan conocer y resolver mejor. ... "7 A mayor abundamiento, cabe hacer notar que el interés del Constituyente originario en 1824 y 1856-1857, según se desprende de los debates previos a la redacción del precepto equivalente al artículo 82, fracción III de la Constitución de 1917, obedecía al temor de que una persona que residiera en otro país al momento de la elección o muy cerca de esa fecha, fuera susceptible de influencias extranjeras contrarias a los intereses nacionales, y también a la práctica de invitar como Presidentes de la República a mexicanos que habían sido expulsados del país. Esa fue la razón de que el precepto subsistiera en la Constitución de 1917, y fue motivo de polémica cuando, como lo recuerda el Dr. Jorge Carpizo,8 se designó como candidato a la presidencia de la República a Don Pascual Ortiz Rubio, que se desempeñaba como embajador de México en Brasil, pues se 6 BURGOA, Ignacio, ob. cit., p. 764. 7 MORENO, Daniel. Derecho Constitucional Mexicano. Ed. Porrúa, S.A., México, 1990, p. 402. 8Ve'ase: CARPIZO, Jorge. El Presidencialismo Mexicano. Ed. Siglo XXI Editores, S.A. de C.V., México, 1989, p. 52. 5 estimó que la ficción de la extraterritorialidad no salvaba el cumplimiento del requisito. Ahora bien, es importante destacar que para efectos de la elección presidencial, el requisito de residencia no implica necesariamente el deber de permanencia en un lugar determinado, de tal manera que el candidato respectivo cumpliría cabalmente con dicha exigencia constitucional, con el simple hecho de acreditar que durante "todo el año anterior al día de la elección", tuvo como centro principal de sus actividades profesionales y personales a la República Mexicana, sin que ello signifique que en ese lapso no pueda abandonar el país en forma temporal, pues al hacerlo, no pierde la residencia, sino exclusivamente la permanencia, que, repetimos, no está implicada en el requisito de residencia a que se refiere específicamente el artículo 82, fracción III constitucional. Por otra parte, debe tenerse en cuenta que en la época de promulgación del precepto que nos ocupa, esto es, a principios de siglo, las comunicaciones e intercambios entre los países y los gobiernos requerían de semanas a incluso de meses. Hoy, sin embargo, esos intercambios se realizan casi instantáneamente por las vías modernas de la comunicación. Esta situación entraña que la actividad política entre los gobiernos en el mundo de la globalización y de los mercados internacionales deba obedecer a otra lógica. Sería absurdo y contrario a los intereses del Estado mexicano, impedir algún intercambio o negociación política importante aduciendo la imposibilidad de que los funcionarios aspirantes a la Presidencia de la República viajen temporalmente al extranjero para iniciar o cerrar intercambios políticos, sociales o económicos que persigan el beneficio nacional. Al margen de las consideraciones anteriores, es importante agregar que" dadas las posiciones encontradas sobre la materia, en julio de 1993 un grupo de diputados del PRI, PARM, PPS y PFCRN promovieron una adición constitucional con el objeto de evitar cualquier confusión al respecto y al efecto propusieron que se precisara en el artículo 82 fracción III que 'la ausencia del país hasta por treinta días no interrumpe la residencia', propuesta que fue aprobada por el poder revisor de la 6 Constitución y publicada en el Diario Oficial de la Federación del 20 de agosto de 1993." 9 La modificación en comento resulta muy importante, pues ahora cabe interpretar que, aun y cuando el ciudadano aspirante a candidato presidencial demostrara que durante todo el año anterior al día de la elección tuvo en la República Mexicana el principal asiento de sus actividades personales y profesionales, la ausencia comprobada del país por más de treinta días, haría presumir que dicho ciudadano no tenía el propósito de establecerse y radicar en México y que, en consecuencia, no cumple con el requisito de residencia previsto por el artículo 82, fracción III de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. III. Diferencia Conceptual entre "Residencia" y "Vecindad" El problema a dilucidar surge del contenido del artículo 55, fracción III constitucional, que a la letra establece lo siguiente: "Artículo 55.- Para ser diputado se requieren los siguientes requisitos: III. Ser originario del Estado en que se haga la elección o vecino de él con residencia efectiva de más de seis meses anteriores a la fecha de ella. Para poder figurar en las listas de las circunscripciones electorales plurinominales como candidato a diputado, se requiere ser originario de alguna de las entidades federativas que comprenda la circunscripción en la que se realice la elección, o vecino de ella, con residencia efectiva de más de seis meses anteriores a la fecha en que la misma se celebre. La vecindad no se pierde por ausencia en el desempeño de cargos públicos de elección popular; ..." 9PATIÑO CAMARENA, Javier. Derecho Electoral Mexicano, ob. cit., p. 106. 7 Aunque resulta incuestionable que el requisito de elegibilidad consistente en residir en determinado lugar, tiene el propósito de garantizar, como lo apunta el Dr. Javier Patiño, "... una estrecha vinculación del candidato con México y en particular, con la región en la que se efectúa la elección, ... "; 10 es de advertir que hay quienes encuentran inconveniente dicho requisito, al argumentar, según lo explica el Maestro Tena Ramírez, que en nuestro país "... los diputados y senadores no representan los intereses particulares de cada región ni en las cámaras federales se deben tratar asuntos locales, sino exclusivamente nacionales. "" Al respecto, cabría plantear entonces qué sentido tiene el requisito de residencia a que se refiere la fracción III del artículo 55, en vista de que el artículo 51 constitucional establece efectivamente que los diputados representan a la nación entera. Sobre el particular, consideramos muy convincente la explicación dada por el propio Maestro Tena Ramírez, cuando advierte que "... no con el carácter estrictamente de locales, puedan ventilarse en las Cámaras cuestiones que atañen directamente a regiones determinadas del país; querellas de límites, problemas relativos a la constitucionalidad de los Poderes de un Estado, son claros ejemplos de lo dicho y para cuya atinada resolución sería conveniente que los representantes elegidos por la región afectada estuvieran especialmente preparados, por su nacimiento o por su vecindad en el Estado. "Pero la razón fundamental por lo que estimamos que la fracción impugnada debe subsistir, consiste en que es la población electora la que debe conocer al candidato. Aunque el diputado o senador representa a todo el país, la elección de cada uno de ellos no se hace por el país entero, sino por distritos electorales o por Estados. Lo menos que puede pedirse es que la población del Estado esté en posibilidad de conocer a la persona que va a designar como representante de la nación; esa posibilidad se alcanza con el requisito de nacimiento o el de vecindad del candidato." 12 10ibíd., p. 117. 11 TENA RAMÍREZ, Felipe. Derecho Constitucional Mexicano. Ed. Porrúa, S.A., México, 1990, p. 276. 12Ibíd., p. 277. 8 Ahora bien, no obstante que hay ciertos autores que opinan que para efectos de la fracción III del artículo 55 constitucional en comento, los términos "residencia" y "vencidad" deben entenderse como equivalentes y referidos en consecuencia a un solo requisito de elegibilidad; a nuestro juicio, tal Punto de vista no es correcto, toda vez que dicha cuestión fue ampliamente discutida y dilucidada por el Constituyente de 1856-1857, al momento de aprobar el artículo correlativo de aquella Ley Fundamental. En efecto, el artículo 60 del proyecto de Constitución Política de la República Mexicana de 1856, propuso el texto siguiente: "Para ser diputado de requiere: ser ciudadano mexicano en ejercicio de sus derechos, ser residente en el estado que hace la elección, tener veinticinco años cumplidos el día de la apertura de las sesiones y no pertenecer al estado eclesiástico. La residencia no se pierde por ausencia ocasionada por desempeño de cargo público de elección popular." Sin embargo, después de un amplio debate que se llevó a cabo en el seno del Congreso Constituyente y en el que destacaron las intervenciones de los señores diputados García Granados, Moreno y Mata, la Asamblea decidió cambiar el concepto "residencia" por el de "vecindad", para quedar el texto aprobado en los términos siguientes: " Artículo 56. Para ser diputado se requiere: ser ciudadano mexicano en ejercicio de sus derechos; tener veinticinco años cumplidos el día de la apertura de las sesiones; ser vecino del estado o territorio que hace la elección; y no pertenecer al estado eclesiástico. La vecindad no se pierde por ausencia en desempeño de cargo público de elección popular." Indudablemente, los señores diputados al cambiar de concepto tuvieron presente el significado gramatical de las palabras "vecindad" y "vecino", las cuales según el Diccionario de la Lengua Española," sirven para denotar, entre otras, las cuestiones siguientes: "la calidad de vecino"; "el conjunto de personas que viven en una población o en parte de ella"; "el que habita con otros en un mismo pueblo, barrio o casa, en habitación independiente"; "el que tiene casa y hogar en un pueblo y contribuye a las 13 Véase: Derechos del Pueblo Mexicano. México a Través de sus Constituciones. Antecedentes, Origen y Evolución del Articulado Constitucional. LII Legislatura de la Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión. Ed. Miguel Ángel Por úa, Librero Editor, México, 1985, p . 5 -1 a 5 -38. 14 Real Academia Española, ob. cit., p. 1325. 9 cargas o repartimientos, aunque actualmente no viva en él"; y "el que ha ganado los derechos propios de la vecindad en un pueblo por haber habitado en él durante el tiempo determinado por la ley". Así pues, para el Constituyente de aquella época, el requisito de mera residencia resultaba demasiado flexible, razón por la cual optó por exigir el requisito de "vecindad" a fin de garantizar un auténtico arraigo con relación al lugar en el cual se tuviera que ser electo. Años después, al presentarse en el Constituyente de Querétaro de 1916 - 1917, el dictamen relativo al artículo 55 del proyecto de Constitución de Don Venustiano Carranza, se argumentó lo siguiente: "Ciudadanos diputados: "La fracción III del artículo 55 del proyecto, contiene una novedad respecto al párrafo correspondiente del artículo 16 de la Constitución. Consiste ésta en añadir al requisito de vecindad el derecho de poder ser electo diputado por ser originario del Estado o territorio, en que se haga la elección. Siendo más liberal esto último, la comisión ha estimado que debe aprobarse, y en tal concepto, se permite proponer a vuestra soberanía lo haga así, respecto de la fracción III que dice: "III. Ser originario del estado o territorio en que se haga la elección o vecino de él, con residencia efectiva de más de seis meses anteriores a la fecha de ella. La vecindad no se pierde por ausencia en el desempeño de cargos públicos de elección popular. "Sala de comisiones. Querétaro de Arteaga, 29 de diciembre de 1916. Paulo Machorro Narváez. Heriberto Jara, Arturo Méndez. Agustín Garza González. Hilario Medina".15 Como se puede observar, a fin de hacer más "liberal" el cumplimiento del requisito de elegibilidad correspondiente, la comisión dictaminadora propuso que en primer término se exigiera ser originario del Estado o territorio en el que se tuviera que realizar la elección, agregando así un elemento nuevo que el Constituyente de 1856-1857 no previó y que sí había sido exigido en Leyes Fundamentales anteriores como la Constitución Federal de 1824 (artículo 19, fracción II) o la Tercera de las Siete Leyes Constitucionales de 1836 (artículo 6o., fracción II). 15 Derechos del Pueblo Mexicano. México a Través de sus Constituciones, ob. cit., p. 55-40. 10 Asimismo, el dictamen agregó como otro elemento novedoso, el carácter alternativo del requisito de "vecindad" aunado al imperativo de "residencia efectiva de más de seis meses anteriores" a la fecha de la elección. Esta última cuestión fue impugnada por algunos diputados, fundamentalmente por el C. García Galindo, quien opinó que el requisito de "vecindad" tenía que conservarse de manera lisa y llana como lo había previsto el Constituyente de 1856-1857. Al respecto, dicho personaje argumentó que: "La residencia es temporal, accidental, de unos cuantos días o meses, en tanto que la vecindad requiere un tiempo mucho mayor, mucho más largo; que la vecindad es fija, es permanente y la residencia es variable; hay, , pues, una notable diferencia entre residencia y vecindad. La primera, es decir, la residencia, se pierde cuando se sale de un lugar, y la segunda, la vecindad, se conserva aun pasado algún tiempo. De manera que ya se ve que el tiempo de la residencia y el de la vecindad son cosas enteramente distintas. ... .16 Finalmente, el texto relativo a la fracción III del artículo 55 en los términos propuestos por la comisión dictaminadora fue aprobado por 110 votos a favor y 61 en contra. Sin embargo, no consideramos que el hecho de que el Constituyente de Querétaro no haya decidido conservar la referencia exclusiva al requisito de "vecindad" como lo hizo la Constitución de 1857, deba conducir necesariamente a la conclusión de que dicho requisito fue sustituido por el de "residencia efectiva por más de seis meses", ya que como ha sido demostrado, se trata en realidad de conceptos y requisitos distintos, aunque guardan por su naturaleza una relación muy estrecha. En tal virtud, resulta válido afirmar que respecto a los requisitos de elegibilidad para ser candidato a diputado federal (y por remisión constitucional a senador y a representante a la Asamblea del Distrito Federal), nuestra Ley Suprema es más estricta, pues el requisito relativo a haber nacido o ser originario del Estado o Distrito Federal en que tenga que realizarse la elección, no puede ser suplido sólo con el acreditamiento de haber residido de hecho o materialmente en la demarcación respectiva durante los seis meses que exige la disposición constitucional, sino que, de 16Ibíd., p. 55-82. 11 acuerdo con una sana interpretación del precepto, el ciudadano interesado tendría que acreditar además el haber estado "avecinando" o ser "vecino" del lugar, en los términos en que ha sido definido el concepto de "vecindad" y que fueron expuestos al inicio del presente apartado. De no ser así, no se cumpliría con el espíritu de arraigo que motivó al Constituyente de 1856-1857 para establecer tal requisito, mismo que en nuestra opinión, también fue admitido en forma tácita por el Congreso Constituyente de Querétaro, al no sustituir del texto constitucional la expresión "vecindad" por la de "residencia efectiva", y al decidir por tanto conservar ambos conceptos. Cabe agregar, que la interpretación que ha dado la Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión sobre el sentido y los alcances del artículo 55, fracción III constitucional, coincide en términos generales con las consideraciones y conclusiones que nos hemos permitido formular anteriormente, al señalar que: "El origen o vecindad requeridos para quien pretenda ser electo diputado, son justificados porque aunque tales funcionarios representan a la nación, debe existir un vínculo natural y constitucional entre ellos y la entidad federativa que tratan de representar. El propósito de la Constitución es que la población de cada estado o territorio sean representados por hombres que hayan nacido en ellos o que se encuentren de tal manera vinculados a los mismos por la residencia, que puedan tener un cabal conocimiento de las necesidades reales de las ideas y de los sentimientos de los vecinos de la localidad de que se trate para que el Congreso sea en verdad la expresión auténtica de la sociedad mexicana; además, es indispensable que los electores estén en posibilidad de conocer a la persona que van a designar como su representante, cuenta habida que la elección de cada diputado se realiza, de acuerdo con la Ley Federal Electoral, por distritos también electorales y nunca por todo el país." 17 IV. Comentario Final Sólo con el fin de rubricar el presente opúsculo, nos permitiríamos transcribir las palabras expresadas valientemente en el "Teatro Iturbide" de la Ciudad de Querétaro, por el C. diputado Figueroa, quien al defender 171bid., p. 55-4. 12 vehementemente el requisito de ser nativo u originario del Estado en que deba realizarse la elección respectiva, sostuvo con gran elocuencia lo siguiente: "He visto en mi estado todos los abusos que esos hombres impuestos han cometido y casi podría asegurar que no he conocido a un solo funcionario impuesto que no haya sido una calamidad para el estado, y yo veo, señores diputados, una injusticia verdadera en que se iguale en méritos a los hijos del estado con los avecindados en él durante seis meses. Los nativos del estado, el ciudadano hijo del estado ha nacido allí, allí vio la luz por vez primera, allí vio deslizarse los primeros años de su infancia, allí se abrieron como botones de rosas las primeras ilusiones de amor de esa bellísima edad que se llama juventud, allí ese ciudadano ha formado un hogar, y en ese hogar ha formado también una familia, esa pequeña República, señores diputados, de la que ese ciudadano es digno jefe. Allí, señores diputados, ese ciudadano a que me refiero, ha adquirido un patriotismo con su honrado trabajo, porque ha labrado las tierras y sacado partido de los bosques, de las montañas, de los arroyos, de todo lo que lo rodea, porque él está perfectamente identificado con su medio, porque él conoce a los hombres de su pueblo, porque ha sabido trabajar y captarse las simpatías de todos ellos, y que por eso lo distinguen y lo llevan a los altos puestos públicos, porque es un ciudadano virtuoso, digno hijo del estado a quien inspira toda la confianza necesaria. ¿Cómo es posible que un advenedizo avecindado durante seis meses, pueda adquirir los mismos medios, los mismos derechos? Yo creo que es una injusticia, y si no lo fuera bastaría la sola sospecha de que pueda dejarse con ello una puerta abierta al abuso a que antes me he referido, pues no es justo que lo que pueda corresponder a los dignos hijos del estado, lo vaya a aprovechar un ciudadano inútil que ha venido con una recomendación de un diputado H, de un ministro o de algún general residente en la capital de la República, no es justo que ese hombre que ha venido a avecindarse artificiosamente sólo con la esperanza de adquirir un empleo para vivir después descansadamente en la capital de la República, venga a arrebatarles a los hijos de un estado, un derecho que les corresponde, n 18 18Ibíd., p. 55-90. 13