1 “Hombres Ilustres de la Minería Colonial - Siglos XVI y XVII” Indice del Fascículo VI Foto Carátula: Emper ad or Carlos VV.. (Museo del Prado, Madrid) Emperad ador G G G G G Introducción Conquistadores y luego mineros Los Cronistas Testimoniales Indios de los descubrimientos Empresarios de la riqueza Pág. 3 4 7 9 10 G G G De la Alquimia a la Tecnología El compromiso de los gobernantes Etica, fe y derecho en la vida minera Pág. 14 19 21 Nuestro próximo Fascículo VII: “ MINERÍA COLONIAL - SIGLO XVIII” AUTORES CITADOS S.A.R. Susana Aldana Rivera J.M.B. Joseph M. Barnadas M.B.G. Mariano Baptista Gumucio M.B. Modesto Bargallò J.B.D. José A. Del Busto Duthurburu P.C.D. Paulino Castañeda Delgado C.G.P. Carlos Gálvez Peña L.G.P. Luis Guzmán Palomino T.H.M. Teodoro Hampe Martínez G.L.V. Guillermo Lohmann Villena M. y G. José de Mesa y Teresa Gisbert C.P.A. César Pérez Arauco C.P.B. Ciriaco Pérez Bustamante J.P.B. José de la Puente Brunke F.Q.C. Francisco Quiroz Chueca R.R.S. Raúl Rivera Serna V.R.P. Virgilio Roel Pineda M.S.O. Miriam Salas Olivari M.S.B. Mario Samamé Boggio L.A.S. Luis Alberto Sánchez F.S.S. Fernando Silva Santisteban E.T. Efraín Trelles Publicación bimestral del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú CONSEJO EDIT ORIAL EDITORIAL Ing. Raúl Benavides Ganoza Ing. Felipe de Lucio Pezet Ing. Marco Fernández Concha Ing. Carlos Soldi INVESTI GACI ON INVESTIG CIO Y RED A CCI ON REDA CCIO Ana María Rey de Castro L. DISEÑO GRAFICO Nelli Escudero Portapaz con el Ecce Homo (Colección Barbosa Stein, Lima) PRE-PRENS A PRE-PRENSA Y EDI C IION ON DI GIT AL EDIC DIGIT GITA L & L Editores S.R.L. IMPRESION QUEBECOR PERU S.A. L & L EDITORES SRL Chinchón 830, Of. 503, San Isidro Telefax 422-3077 - 422-2715 N OVIEMBRE 2000 2 Introducción E l presente fascículo, sexto de la Colección “El Hombre y los Metales del Perú”, está dedicado a las vidas de los protagonistas del universo minero, aquellos hombres de los siglos XVI y XVII que, desde muy distintas circunstancias y ocupaciones, contribuyeron a hacer de la minería colonial peruana la fuente de la riqueza que movió al mundo de entonces. En esta galería de retratos el lector encontrará personajes que volcaron lo mejor de sus conocimientos, preocupaciones y esfuerzos en el quehacer minero, imprimiendo un sentido de trascendencia a sus propios actos e influenciando la evolución de la principalísima actividad productiva. En el proceso de escoger, entre personalidades muy diversas y originales, a quienes debían figurar en esta galería, el optar por unas ha significado no poder considerar a otras, que contaban con singulares méritos. Por ello, el relato de este fascículo no puede ser exhaustivo y se referirá a aquellos hombres que, en la justa perspectiva del tiempo, han sido reconocidos como los representantes más ilustres de su época. Gracias a los datos biográficos, más asequibles en unos casos que en otros, mostraremos el lado humano, los rasgos, los valores y las vivencias de conquistadores, gobernantes, mineros, científicos, cronistas, juristas y religiosos, cuyos nombres han quedado para siempre vinculados a la historia de la minería del Perú virreinal. Mayordomos mineros transportando vino, según ilustración de Guamán Poma de Ayala 3 Conquistadores y luego mineros E n el Perú, como en México, los conquistadores estuvieron guiados tanto por el interés de reunir el mayor volumen posible de tesoros como por la necesidad de llegar a los yacimientos o fuentes de los metales preciosos. Lo que hoy día llamamos “espíritu emprendedor” fue sin duda una de las características de Hernán Cortés, de Francisco Pizarro y de algunos otros hombres que tuvieron la habilidad de desarrollar la “empresa productiva” a la par que la “empresa bélica”. G F RANCI SCO, HERNANDO RANCISCO GONZALO PIZARRO Y Francisco (1476-1541), Hernando (1477-1567) y Gonzalo Pizarro (1512-1548), tres de los cinco hermanos extremeños, constituyen el ejemplo temprano del conquistador minero. A partir de 1533, y gracias a las revelaciones de los lugareños, su nombre se encuentra vinculado a la propiedad y la actividad mineras. “... Al lado de sus hermanos, Pizarro fue dueño de las ricas minas de oro de Chuquiabo y de las de plata de Porco. Para poder explotarlas, les entregó los más ricos repartimientos de esa región, Puna y Chaqui, respectivamente. Para ellos, la mina de Porco, de la que se decía que la plata salía ‘limpia de las vetas’, se convirtió, por los beneficios que les otorgaba, en una de sus principales preocupaciones económicas ...” (M.S.O.) No siempre los hermanos Pizarro tendrían el tiempo para conjugar sus faenas guerreras y colonizadoras con el quehacer minero. En 1535, el mismo año en que fundaba la Ciudad de los Reyes, “... Francisco Pizarro contrató los servicios de Hernando Sánchez de Pineda para atender la producción de estas minas, que además de la famosa plata limpia, producían plomo ...” (C.G.P.) Su preocupación por la minería fue más allá de los intereses familiares en este rubro y se materializó en la elaboración de normas. “... Las primeras ordenanzas mineras vigentes en el Perú fueron dictadas por el Cabildo del Cuzco, presidido por el Marqués Fran- 4 Francisco Pizarro (Museo de América, Madrid) cisco Pizarro. El acto tuvo lugar el 25 de octubre de 1538 ante el escribano público del Ayuntamiento, pregonándose las ordenanzas dos días después ...” (M.S.B.) Los resultados económicos de los Pizarro en Porco y Chuquiabo, inspiraron la llegada de nuevos pobladores y de encomenderos y cateadores a la región. “... Por su importancia, ambas minas dieron origen a sendas ciudades españolas. Porco facilitó el desarrollo de la villa de Chuquisaca, más tarde conocida como La Plata, fundada por Hernando y Gonzalo Pizarro en 1539; mientras que Chuquiabo permitió el surgimiento de la ciudad de La Paz que sería fundada por La Gasca en 1548 ...” (M.S.O.) Cuando la confrontación con los almagristas cobró la vida de Francisco Pizarro en 1541, “... tocó a Hernando hacerse cargo de la administración de Porco, cuya beneficiaria era su sobrina y mujer, Dª Francisca Pizarro Huaylas. Esta concentración lo convirtió en el primer gran minero del Perú colonial temprano, pues añadió los bienes de su difunto hermano y suegro a los suyos propios. Fue la de Hernando una muy reputada ambición pero esta característica no niega que fuera también de los pocos hombres de esa época, que tuviera la capacidad y los conocimientos para hacerse cargo exitosamente de un emporio minero. Importó los mayores contingentes de mano de obra negra destinados a Porco a lo largo del período de la conquista, con lo que aseguró la rentabilidad del sitio ...” (C.G.P.) Cuando los conflictos políticos determinan la intervención del pacificador Pedro de la Gasca, Gonzalo es condenado a la decapitación y Hernando, a larga prisión en España. “... Alejados ya los Pizarro del primer gran sitio minero virreinal, toda la región fue adjudicada oficialmente – población nativa y recursos minerales incluidos – a la Corona en calidad de encomienda, y años más tarde, encargada su administración a la orden jesuita, acaso con el propósito de contener ambiciones que de todas maneras se precipitaron con el auge potosino ...” (C.G.P.) G el éxito de su campaña en una tierra que luego se supo era pobrísima ...” (M.S.O.) Su historia se vincula a la del sitio de Carabaya, uno de los más famosos yacimientos de oro durante la temprana conquista. “... Parece que Santa Ana de Carabaya comenzó a reconocerse y explotarse hacia 1538 cuando arribó allí el conquistador, informado sobre su existencia y producción por los nativos, pues era conocido en época prehispánica...” (C.G.P.) Aunque el trabajo más intensivo en los lavaderos a orillas del río Carabaya se diera unos años después, en los tiempos de Pedro de Candia ya se extraían pepas de oro “de extraordinaria magnitud, de más de cuatro arrobas de peso”. Así lo refieren las crónicas y esto era conocido por la monarquía y por los mineros locales, lo que fue contribuyendo a la reputación del asiento. P EDRO D E CANDIA Conocido como “el Griego” debido a que nació en Creta en 1494. Desde muy joven se ejercita en el manejo de armas y en 1508 pasa a servir en la armada española, en calidad de arcabucero. En 1526 es uno de los trece conquistadores que parten de la Isla del Gallo hacia el Perú. “... Entró por los Andes en su afán de hallar el metal dorado. Fue el primer alcalde ordinario del Cuzco y encomendero de los indios de Cotarma. En 1536 se internó con 300 hombres en las selvas cuzqueñas, a buscar el país de Ambaya, como tierra de origen de unos ídolos, plantas y animales trabajados en oro que le obsequiaba su amante india. Pero la espesura de los bosques, la presencia de indios antropófagos y la dureza de los ríos impidieron El arcabucero Pedro de Candia, según grabado del siglo XIX 5 de la posición de encomendero minero, habilidad que llega a convertirlo en “... uno de los hombres principales del Perú de entonces ...” (E.T.). “... Compraba y vendía tanto mercaderías nativas como europeas y propulsó todo tipo de empresas, incluidos molinos y barcos. Dispuso de indios encomendados, yanaconas y esclavos. Para él también trabajaban los españoles, desde letrados, bachilleres y presbíteros hasta simples mozos de espuela y pajes, soldados y hombres de mar ...” (M.S.O.) G Dos Reales de Escudo acuñados en Lima (Colección Eduardo Dargent Chamot) Pedro de Candia proseguiría la agitada vida militar del conquistador hasta su muerte, en setiembre de 1542, en la batalla de Chupas. G L UCAS MARTÍNEZ VE GGAZO AZO Después de haber hecho, junto a Diego de Almagro, la expedición de conquista a Chile y “... pasados los años de la lucha por el territorio, poseía una amplia encomienda que incluía Arica, Tarapacá, Ilo, Carumas. Su situación era inmejorable. Tenía casas y sirvientes en Arequipa, Cuzco y Lima. Era vecino principal del cabildo de la ciudad de Arequipa, cuyo escudo de armas había sido transportado de España al Perú, a su costa. Disponía de grandes sumas de dinero gracias a sus minas de plata ...” (M.S.O.) Tuvo la fortuna de que las minas de su encomienda de Tarapacá produjeran aquella “plata fina” que se extraía con la forma y el peso de gruesos adobes. La vida de este conquistador nos ilustra sobre la creatividad empresarial y comercial desarrollada a partir 6 L ORENZO D E AL DDANA ANA Extremeño como los Pizarro, este soldado de la conquista está vinculado al descubrimiento y desarrollo de otro importante yacimiento de plata en el altiplano; el de Oruro. Nació en Cáceres en 1508 y una vez en América, anduvo por Guatemala y Colombia; se le considera fundador de la villa de Pasto. Llega al Perú en 1535 y en los primeros tiempos combate al lado de Francisco Pizarro. Cambia su lealtad y adhiere al Rey y a La Gasca, cuando éste desembarcaba en Panamá. “... Ello hizo que fuera uno de los más destacados al recibir las recompensas. Recibió una rica encomienda en la zona de Charcas, abarcando las provincias de Paria, Toledo, Tapacarí y Capinota, que por aquella época valía la suma de 60,000 pesos (US$ 2‘659,875 a valores actuales). La fortuna del encomendero fue varia y confesándose ‘pobre’ en 1552, se le tenía por uno de los más ricos del país cinco años después ...” (M. y G.) Es alrededor de 1557 en que empieza a explotar lugares mineros en los cerros de la región de Paria, que ya habían sido trabajados por los incas. “... La riqueza que estas minas de plata constituían proporcionó al viejo encomendero nueva base de gran fortuna ...” (M. y G.) El uso que haría de ella dice mucho de sus valores de humanidad y generosidad, que por cierto no debió ser el único en tener en aquella época. “... Muchos son los abusos que se han cometido por parte de los encomenderos en los territorios del virreinato del Perú y que han formado la base para ‘la leyenda ne- gra’ de la colonización española, pero es justo colocar la contrapartida al lado de ellos, como el caso de Lorenzo de Aldana ...” (M. y G.) Al sufrir los achaques de la edad, se trasladó al más benigno clima de Arequipa. “... De acuerdo a las leyes de la encomienda no pudo llevar a la zona de su nueva residencia ninguno de los indios que le fueron encomendados, y a quienes a su muerte, en un gesto de magnanimidad legó extensas tierras que constituían los fundos: Santo Tomás, Caricari, Burgillos, Guancarama y Querejani que contaban 50,000 cabezas de ganado lanar. Antes de fallecer en 1573, había dejado la dotación necesaria para sostener el convento de frailes agustinos de Paria, con sede en Challacollo, los que debían encargarse de misionar en la zona. Se creó además, a cargo de estos mismos religiosos, un hospital de indios en Tapacarí ...” (M. y G.) Los Cronistas Testimoniales “. . Los cronistas fueron como los grandes reporteros de nuestros tiempos. Las crónicas, teóricamente de un subgénero auxiliar de la historia, tienen un importante carácter histórico. Son testimonios con las implicancias de género tan difícil y tan subjetivo. Hay en ellos picardía, minuciosidad, misticismo, objetivismo y a ratos, poesía. Figuran en el capítulo de la literatura virreinal, no sólo por el mérito de su estilo, sino porque la crónica fue para los lectores de los siglos XVI y XVII lo que la novela para nuestros contemporáneos ...” (L.A.S.) G P EDRO CIEZA D E LEÓN “... Se le considera ‘El Príncipe de los Cronistas’ por la amplitud de sus informaciones, la serenidad de sus juicios y el casticismo de su estilo ...” (C.P.A.) Nació en 1522 en Llerena, Badajoz. Se sabe que sirvió como soldado en Panamá, Cartagena y Popayán y que llega al Perú con el pacificador La Gasca. Estuvo en la batalla de Jaquijahuana. A Cieza de León se deben detalladas descripciones de lo que fue la explotación prehispánica de las minas en la región de los Yaros, Cerro de Pasco. Pasó luego a la región del Charcas. En cuanto a Porco y Potosí, en 1549 estuvo no menos de tres veces en estos asientos, cuyas vetas de mineral se esmeró en diferenciar. Después se asentó en Lima Edición italiana de la Crónica de Pedro Cieza de León 7 donde dio término a su obra “La Crónica del Perú”. “... La primera parte es una descripción general del país. La segunda trata sobre ‘El Señorío de los Incas’. La tercera, sobre el descubrimiento y la conquista. La cuarta sobre las guerras civiles y las campañas de Salinas, Chupas, Quito, Huarina y Jaquijahuana ...” (C.P.A.) “... Cieza de León traza en las ‘Crónicas del Perú’ y en ‘El Señorío de los Incas’, un cuadro minucioso y plástico del Perú incaico y del territorio tal como él lo vio, recorriéndolo a pie y a caballo antes de 1550. El estilo de Cieza es directo, pero no exento de elegancia en su sequedad ...” (L.A.S.) En 1550 Pedro Cieza de León regresó a la Metrópoli y presentó el manuscrito de su obra al monarca. Esta se publicó en 1553. El cronista se afincó en Sevilla, ciudad en la que murió en 1554. G L UIS D E CAPOCHE Es probablemente el cronista más fidedigno y mejor documentado de cuantos escribieron sobre las minas del Perú en el siglo XVI, lo que contrasta con lo poco que se sabe de su vida antes de su llegada. “... Se supone que nació en Sevilla en 1547. Quizás también sirvió en los tercios españoles en Flandes. De venida pudo pasar por México y posiblemente recorrió otras ciudades del virreinato. En Potosí apareció de dueño de minas y de dos ingenios. No hay constancia de que desempeñara cargos públicos ni se viera envuelto en las pendencias entre naciones de españoles salvo alguna que otra querella con otros mineros ...” (M.B.G.) Fueron varios los motivos que lo llevaron a escribir su “Relación General del Asiento y Villa Imperial de Potosí”, dirigida al entonces virrey Fernando de Torres y Portugal, conde de Villardompardo (1585-1588). Este documento no se refiere sólo al Cerro y a la ciudad de Potosí, sino también a Porco, los Lípez, Berenguela y otros asientos mineros del distrito de Charcas. “... Como él mismo dice, no lo movió a escribir el afán de ‘relatar curiosidades’ ni tampoco la vanidad literaria sino el deseo de informar puntualmente al virrey sobre los asuntos de Potosí. Está convencido que 8 Portada de la ²Relación² de Capoche el bienestar del Perú depende del ‘Cerro Rico’ y que éste es ‘el mayor depósito de riqueza que el mundo ha conocido nunca’ ...” (M.B.G.) Su experiencia de minero le daba la autoridad técnica para tratar los aspectos críticos de una explotación y también para hacer recomendaciones. “... La información que ofrece es siempre precisa y la más completa, como la referida a los propietarios, número y extensión de los socavones, convencido como está de que el buen mantenimiento de éstos, para extraer el metal a la superficie y desaguar las minas inundadas, es la clave para la prosperidad potosina. Enumera 577 concesionarios para 94 vetas. La ‘Relación’ contiene abundantes noticias sobre el trabajo de los indios y la mita. No obstante ser dueño de minas y de ingenios, es loable su independencia de juicio y objetividad cuando juzga el duro trato que recibe la población indígena. Algunas de sus recomendaciones fueron adoptadas con el tiempo ...” (M.B.G.) Capoche dispuso que a su muerte, una vez saldada la parte de sus deudas, sus bienes fueran donados al Arzobispado de La Plata y al colegio y la iglesia de la Compañía de Jesús. Indios de los descubrimientos L os relatos del hallazgo de las minas más importantes suelen ser versiones adornadas de elementos de leyenda o de fábula y tanto más exageradas cuanto más rico haya sido el yacimiento en su explotación. Resulta pues difícil recuperar la huella biográfica de quienes fueran protagonistas clave de estos descubrimientos: los indios, que revelan al mundo hispánico las fuentes de la máxima riqueza. Poco sabemos de Juan Ayavire Cuisara, cacique de los Charcas, por quien los Pizarro saben de la ubicación del yacimiento de Porco; o del indio del pueblo de Acoria, Gonzalo Ñahuincopa, dependiente de la encomienda de Amador de Cabrera, que le indica a éste donde se encuentran las ricas vetas del cinabrio de Huancavelica; o de Huari Capcha, que en 1630 descubre la plata de Yauricocha en Santa Rosa; o de Domingo Quilina Cacamata, que en 1680 descubre nuevas y ricas vetas de plata en el cerro Huantajaya de Tarapacá. Entre dos o tres versiones existentes ha sido posible precisar más información sobre la vida de Diego Guallpa, el indio yanacona que descubriera para los españoles la riqueza argentífera de Potosí: lo que había de ser “el nervio del tesoro español” y principal población del Perú en su época de esplendor. G pañoles al territorio de los Incas, Guallpa se encontraba al servicio de Huáscar, con el encargo de guardar las plumas con las que el soberano se adornaba. Se hallaba en el Cuzco cuando la toma de Cajamarca y seguía allí cuando ocurre el saqueo de la capital imperial. Bien pronto se entendió con los españoles y entró al servicio de un soldado de nacionalidad portuguesa, Cardoso, con quien pasó a Porco cuando se conoció de su riqueza argentífera. Estaba encarga- D IEGO GUALLP A ALLPA Era natural del pueblo de Yanqui, en Chumbivilcas, donde su padre, de nombre Alcaxuca, era indio principal del ayllu de Anansayu. En el momento de la llegada de los es- Indio peruano negociando con un comerciante venido de Cochabamba 9 do de varias comisiones y Cardoso le tenía gran estimación. Cuando éste partió a Lima, lo dejó encomendado a un soldado Marín. El indio yanacona, convertido a la fe cristiana, pasó a ser Don Diego Guallpa. Su aproximación al mineral de Potosí no fue casual ya que poco antes “... se hallaba buscando minas con cuatro españoles (Marcos Jaramonte, Alvaro de Olmedo, Gaspar Montesinos y Juan Camargo). Fue enviado a la cima de un cerro-huaca a recoger las ofrendas ...” (F.Q.C.) Irónicamente no encuentra objetos de valor pero al regreso le ocurre hacer el hallazgo del mineral. Vuelve varias veces hasta el cerro con españoles que no prestan crédito a sus palabras. Quien si lo hace es el amo de su amigo Challco, Juan de Villarroel, resultando beneficiado con el suceso, pues verificó el hallazgo teniendo por testigos a Gonzalo Bernal y Juan del Castillo e inmediatamente registró la veta “por la voluntad de Dios”. Guallpa continuó relatando a unos y otros lo que había encontrado y se dice que entregó gran cantidad de metal a Antonio Quixada, para que éste lo enviara al rey. A su vez Quixada dijo haberlo trasladado al Presidente Pedro de la Gasca, quien lo llevó a España. De la suerte de Guallpa no se han encontrado noticias posteriores. Empresarios de la riqueza “. . En una sociedad como la colonial, presidida por el dinero, y en la que las actividades principales son las del comercio, la minería y los obrajes, quienes estuvieran dedicados a ellas ocupaban necesariamente un lugar prominente. En todas la provincias en que hubo minas u obrajes, sus propietarios, junto con los mercaderes y los hacendados, ocupaban la cumbre social ...” (V.R.P.) G S ANCHO TOFIÑO Le tocó ser partícipe de uno de los momentos de gloria de la minería colonial, aunque vivió un tiempo relativamente corto en el Perú. Hombre versado y versátil, alerta a las oportunidades que brindaba el entorno, “... Tofiño representa muy bien al pequeño minero peruano de la primera época: aventurero y provisto de conocimientos técnicos obtenidos después de cambiar de oficio en México ...” (C.G.P.) Llega al Perú en 1538, justamente el año en que Pedro de Candia descubre el rico yacimiento de oro de Carabaya y se instala en el Cuzco. “... Sus ocupaciones cubrían desde la enseñanza de las prácticas mineras a españoles, indios y negros, hasta el ensayo 10 de plata y, naturalmente, la búsqueda de vetas minerales, para los encomenderos, a cambio de la participación correspondiente a la futura producción ...” (C.G.P.) A partir de 1542 interviene directamente en la explotación de Santa Ana de Carabaya, con resultados tan espectaculares que alrededor de este yacimiento se origina una “fiebre minera” cuyo momento culminante se da en 1545 y que ocurre de manera simultánea a la “fiebre” de las minas de oro de Quito. Tofiño permaneció en el Perú hasta 1547. G J UA N D E VILLARROEL El Capitán de Villarroel fue el principal beneficiario del hallazgo de la plata potosina hecho por Diego Guallpa. La veta “Descubridora” que registró, fue de su propiedad y emprendió los primeros trabajos de minería en el Cerro Rico con sus socios Diego de Centeno y Pedro Cotamito. Aunque fueron llegando muchos más mineros a Potosí, Juan de Villarroel se vio doblemente favorecido: por la plata abundante y fácil de los diez primeros años, el llamado “período legendario”, de 1545 a del mundo, está acompañada de querellas judiciales movidas por la codicia y así también sucedió con la ‘Descubridora’, disputada a Villarroel por su antiguo socio Centeno. La Corona falló a favor del primero convirtiéndolo en uno de los hombres más ricos de Potosí ...” (M.B.G.) G Grabado de época ilustrando la importancia de Potosí 1555; y por la notable riqueza de su propia veta. “... En menos de medio siglo, de 1545 a 1590, la ‘Descubridora’ produjo un chorro de plata equivalente a 62 millones de pesos. En 1551, los mitayos de Villarroel hallaron una enorme muestra de plata blanca, en forma de pino, con estrías de rosicler, cual si los gnomos de la montaña hubiesen modelado en milenios de trabajo subterráneo, la imagen de ese árbol característico de los bosques europeos. Villarroel envió de obsequio la notable muestra al Emperador ...” (M.B.G.) “... Carlos V, a pedido de Juan de Villarroel y por una donación de 12,000 pesos que éste le hizo (US$ 531,920 a valores actuales), le otorgó a la ciudad un escudo de armas. A partir del 28 de enero de 1545, por real cédula, se llamaría Villa Imperial de Potosí. El donante recibió de la Corona el hábito de Santiago, el título de descubridor del Cerro Rico de Potosí y el de fundador de la villa, todo ello a expensas de sus socios ...” (M.S.O.) “... La historia de la minería, en cualquier parte A N TTONI ONI O ONIO DE OR É Sin duda fue uno de los más importantes emprendedores de Huamanga, donde era regidor, por la riqueza minera que supo explotar y acumular en breve tiempo y por la interesante diversificación que imprimió a todas sus actividades. “... Como hombre de cabildo, obtuvo de esta institución muchas mercedes de tierra que le permitieron fundar empresas económicas de todo orden, minas, obrajes, haciendas, estancias, molinos ...” (M.S.O.) En 1563 Antonio de Oré descubre la rica mina de plata de Chumbilla y para su explotación el gobierno virreinal le concede la encomienda y un repartimiento de indios “hanan chillques”, que eran pobladores de zona cercana a la mina. También tuvo intereses en la mina de Huancavelica, a partir de 1565. “... Al cabo de cinco años, las vetas superficiales de Chumbilla se agotaron y la mina se abandonó pues la tecnología existente no permitía trabajarla a niveles más profundos. Chumbilla dejó de producir pero a Oré le quedó una invalorable riqueza: los indios ...” (M.S.O.) Entonces llevó a cabo un proceso que hoy llamaríamos de “reconversión” de sus trabajadores. “... Hizo que atendiesen sus obrajes de Canaria y de Chincheros, su molino de Conchopata, sus cocales y trigales en Macachacra y que en Yucay le cultivasen viñedos y frutales y le cuidasen un bosque y una estancia de ganado lanar, mientras que en Chupis los obligó a cuidar una estancia de caballos. Por su sola orden, los “hanan chillques”, de campesinos, pastores y mineros, debían devenir en constructores de su mansión citadina, de su casa de campo, de los conventos e iglesias que fundó y de los oficios de sus obrajes, para luego pasar a 11 trabajar en ellos como hilanderos, cardadores, tejedores, bataneros ...” (M.S.O.) Parte de la riqueza creada a partir de su mina de Chumbilla fue destinada a erigir monumentos religiosos en Huamanga. “... Junto a su esposa Luisa Díaz de Rojas, logró edificar e inaugurar en 1568 el Monasterio de Santa Clara, lo que les representó una inversión de 20,000 pesos (US$ 886,534 a valores actuales). Participaron en la construcción del convento de San Francisco y fundaron una capellanía en la iglesia parroquial. Deseaban ver culminada su obra con el ingreso de sus numerosos hijos a esos claustros ...” (R.R.S.) G A MADOR D E CABRERA Personaje absolutamente crucial de la minería colonial ya que en su rápida capacidad de iniciativa recae la primera explotación del yacimiento de azogue de Huancavelica que resultaría providencial para las minas de plata de Potosí. Españoles de Castilla, según Guamán Poma de Ayala 12 “... Nació en Cuenca, como hijo legítimo de Alonso de Cabrera y Ovalle y de Juana de Espinosa. Pasó al Perú en 1555, entre los criados del virrey Marqués de Cañete; en 1549 era regidor del cabildo de Huamanga. Contrajo matrimonio con la hija del Conquistador Hernando de Villalobos, Doña Inés, y el virrey promulgó en su favor y con aumento de indios, la encomienda de Mallomarca y Angaraes de la que ella venía disfrutando ...” (G.L.V.) De este matrimonio nacerían un hijo varón y cinco hijas. El 1º de enero de 1564 inscribe a su nombre la más rica mina de azogue de Huancavelica. Después también registra bajo su propiedad las minas Santa Inés, Santa Isabel y el socavón La Santísima Trinidad. Gozó de las minas en absoluta propiedad y durante ocho años se dedicó a la extracción y beneficio del azogue. En 1570, el virrey Francisco de Toledo incauta su mina “Descubridora”. A partir de allí, y en defensa de sus propiedades, Cabrera sostiene continuos enfrentamientos legales con la Corona. Siendo inevitable la progresiva confiscación que hacía la Corona de las 43 minas de mercurio, socavones y lavaderos del yacimiento, “... en octubre de 1572, Amador de Cabrera renuncia a sus derechos sobre las minas mediante un convenio firmado en el Cuzco. Recibió como resarcimiento la suma de 250,000 ducados, de lo que se arrepintió después, por considerar que valían más de 500,000 ducados. Entabló nuevo litigio que fue fallado en su contra aunque se le reconoció un derecho de usufructo ...” (L.G.P.) En estas querellas legales, se fue gran parte de su fortuna. “... El virrey Toledo halló que no era ‘hombre de muchas inteligencias’. La mejor demostración de ello era su pobreza y el gran número de acreedores que lo acosaban, al paso que muchos de sus compañeros se hallaban con gruesas fortunas. Continuó siempre avecindado en Huamanga, donde en 1586 fue Alcalde ordinario. La riqueza de Huancavelica se le escapó de las manos a Cabrera, de un lado porque el Estado le cercenó sus facultades de explotar la mina, y de otro porque no supo administrar la ingente riqueza que la Providencia había puesto a su alcance. Su fallecimiento debió ocurrir antes de 1598 ...” (G.L.V.) G D IEGO, FRANCI SCO RANCISCO JUA N D E MEDRAN O EDRANO PARIA Y CA MI NO A ellos se atribuye la segunda y más próspera etapa del desarrollo minero colonial de Oruro, cuya actividad se había estancado después de la explotación de Lorenzo de Aldana y durante los años en que todas las miradas estaban puestas en Potosí y que todas las prioridades administrativas beneficiaban a ese yacimiento. Habiendo realizado labores de intensiva exploración partiendo de Corquemarca, Diego ORURO SEPULTURAS y Francisco de Medrano redescubren en 1595 unas antiguas minas abandonadas quince años antes en la localidad conocida como Uru-Uru. “... Se dieron cuenta que constituían riquísimos filones muy fáciles de explotar, verdaderamente prodigiosos por su ley y no ofrecían peligro de ‘dar en agua’ como había sucedido en otros lugares ...” (M. y G.) Con la rapidez que otros mineros tuvieron en Potosí, los Medrano empezaron el laboreo del asiento que llegaría a comprender las minas de los cerros San Miguel, San Cristóbal, San Mateo y San Agustín. Algunas de sus vetas, como la “Descubridora” y la “Salteada”, daban un rendimiento de plata SORA-SORA de 6 a 8 pesos por quintal, lo que comparativamente hacía su riqueza muy superior a la de Porco, Salinas y Berenguela. Oruro y sus cercanías con los satélites: Paria, Sepulturas, Sora Sora. “... Ellos y otros mineros que llegaron se (Plano Mesa-Gisbert) pusieron a explotar esta gran riqueza del lugar con los escasos medios de que dispouna estrategia agresiva en el aspecto remunerativo. nían por la falta de trabajadores especializados en el “... Los trabajadores fueron pagados con el jornal dialugar. Se les unieron Juan de Medrano y su socio, el rio de un peso, sumamente elevado para la época, lo acomodado caballero Alonso Alvarez de Nava que atrajo hacia el nuevo asiento cantidad de indios Revolledo, trayendo trabajadores desde la provincia que vinieron desde Berenguela, Sicasica y Salinas de de los Pacajes ...” (M. y G.) Garcí Mendoza. Con esta afluencia el asiento subió Los mineros decidieron ubicar los ingenios a cierrápidamente en población y en 1605 Diego de Medrano ta distancia del asiento: al pie del arroyo de Sepultuelevó el Memorial al Presidente de la Audiencia de Charras, a legua y media; y en Paria, a tres leguas, por cas solicitando se asignara un repartimiento de indios donde pasaba un río. Para resolver el problema de la de mita para trabajar las minas ...” (M. y G.) mano de obra, los Medrano no dudaron en adoptar NO MI CA NO MI CA 13 G J OSÉ Y GASP A R SALCEDO ASPA Estos exitosos empresarios, a quienes tocó protagonizar los dramáticos sucesos de Laicacota, se inician en la zona de Cerro de Pasco, explotando las minas de Yanacancha y Pariarjirca, en Lauricocha. Posteriormente se trasladan al altiplano, atraídos por la fama del asiento de San Antonio de Esquilache y exploran cada uno por su cuenta y con distinta suerte. “... Gaspar, en la provincia de Paucarcolla, tras la huella argentífera en Las Lagunitas, Santa Lucía, Cerrillo, Bruno, Huarumpampa, y otros lugares de Puno; en San Antonio de Esquilache halló vetas muy ricas, que exploró en tres socavones. Su hermano, con poco éxito, trabajaba las minas del Cerro San José ...” (M.S.B.) Pero el destino de ambos cambia cuando en 1657 “... José Salcedo atacó el crestón del vecino cerro de Laicacota, descubriendo una veta valiosa, y lo mismo hizo en la laguna cercana que mandó barrenar, encontrando una rica mina de plata blanca. Se asegura que, en una sola noche, José sacó 93 bolsas de mineral, por el valor de más cien mil pesos ...” (M.S.B.) (US$ 4‘432,943 a valores actuales). Con un mineral rico, de fácil extracción y presente también en los vecinos cerros de Cancharani, el del Azogue y otros, la producción de estas minas llegó a superar los cinco millones de pesos anuales. En siete u ocho años, el rico asiento propició el surgimiento de la contigua localidad de San Luis de Alva y los Salcedo lograron acumular una gran fortuna. No sólo se les reconocía por su riqueza. “... Su fama de generosos con los humildes y hasta con los oidores, perduró largos años ...” (M.B.) La importancia que los Salcedo adquirieron, en el Virreinato del Perú y en toda América, les granjeó la animadversión de otros empresarios y de las autoridades, generándose los conflictos que duraron de 1665 a 1668 en Laicacota. No poca debió ser la envidia que suscitaban, a juzgar por el ensañamiento con que el virrey Conde de Lemos los trató en 1668, perjudicando todo cuanto tuviera que ver con ellos. Sus minas, irreparablemente inundadas; sus hombres, enviados a la muerte o al presidio; sus bienes, incautados o destruidos. Como para borrar toda huella de la fama de los Salcedo, el virrey llegó hasta el detalle de cambiar el nombre a la población de San Luis de Alva y rebautizarla como San Carlos (que después daría origen a la ciudad de Puno). “... José Salcedo fue condenado a la horca, aplicándosele primero garrote, luego se le colgó de un palo en la plaza y su cabeza se colocó en la picota. Gaspar fue condenado a muerte ‘en rebeldía’. Se encontraba preso en Lima, lo que le salvó la vida y fue después condenado a seis años de destierro, al pago de las costas procesales y además 12,000 pesos. Posteriormente, los representantes de los Salcedo siguieron en Madrid un juicio de reivindicación, denunciando la crueldad de Lemos. Por real disposición ejecutoriada se mandó devolver a Gaspar Salcedo todos los bienes embargados. En 1703, el Rey Felipe V, concedió el título de Marqués de Villarrica de Salcedo a un hijo de José Salcedo, del mismo nombre de éste ...” (M.S.B.) De la Alquimia a la Tecnología P or una buena parte de su desarrollo, la minería colonial es tributaria de los hombres que aquí se encuentran retratados. Pese a lo significativo de los trabajos que ellos hicieron, muchas veces los coetáneos de estos investigadores, científicos y divulgadores, no supieron valorar y reconocer su gran aporte al avance y engrandecimiento de la actividad productiva. 14 G B ART OLOMÉ D E MEDINA ARTOLOMÉ Si bien su biografía está más ligada a México que a cualquier otra tierra y siendo probable que nunca haya pisado suelo peruano, en esta secuencia no podemos dejar de mencionar a quien ha sido reconocido como el inventor del método de la amalgamación de la plata por el azogue. “... Aunque la idea de extraer la plata sin fundición se consideraba y estudiaba por ¥ Chihuahua (1703) ¥ Parral (1631) ¥ Santa B‡rbara (1567) ¥ Sombrerete (1558) ¥ Rosario (1650) ¥ Zacatecas (1546) ¥ Bola–os (1740) ¥ Guadalajara (1543) ¥ Guanajuato (1550) OCEANO PACIFICO GOLFO de MEXICO ¥ Tialpujahua (1534) ¥ CIUDAD DE MEXICO ¥ Colina (1530) ¥ Taxco (1534) MAR CARIBE ¥ Tehuantepec (1530) ¥ Tegucigalpa (1530) 0 500 1000 Km. A–o de la primera explotaci—n Minas de Hispanoamérica, Nueva España. Período Colonial aquel entonces en Europa, está probado que la manera de hacerlo fue creación de Medina ...” (M.S.B.) Llegó a México hacia 1553 o 1554 y se dedicó a la investigación metalúrgica. “... Realizó sus ensayos en la mina Purísima Grande, de Pachuca, logrando perfeccionar su método tras alrededor de dos años de esfuerzos persistentes. La fecha de su invento se fija, para unos, a fines de 1555 y para otros, en 1557. Hacia este último año tenía concertados convenios de utilización de su proceso con mineros de Pachuca, Taxco, Sultepec, Zacualpán, Tlalpujahua, Guanajuato, Temascaltepec y México ...” (M.S.B.) G E NRIQUE GARCÉS En este personaje se conjugan la sensibilidad del hombre de letras con la fibra aventurera del descubridor de minas y el espíritu científico del perito metalurgista. Su nombre está asociado a momentos relevantes de la minería colonial peruana. Se presume que nació en Oporto, en 1525. Llegó al Perú con el objetivo de buscar minas. Residió primero en Lima, entre 1547 y 1556, desempeñándose como librero. Contribuyó a difundir la literatura renacentista. En 1558 viaja a México para estudiar el procedimiento de amalgamación de la plata por el azogue, que Bartolomé de Medina había puesto a punto en Pachuca. Retornó al año siguiente y se le empieza a conocer como “perito en azogues” y “ensayador” además de atribuírsele el mérito de haber traído el innovador método al Perú. Lo aplicó en las minas de Paras que había descubierto. En 1560, descubre las minas de azogue de Tomaca, también en la región de Huamanga. Cuando ocurre el hallazgo del yacimiento de azogue de Huancavelica, “... por encargo de Amador de Cabrera, fue el portugués Enrique Garcés el que se encargó de certificar la calidad del asiento y lo consideró muy rico ...” (M.S.O.) Fue Factor de la Caja Real de Huancavelica de 1572 a 1573. Como las autoridades españolas no accedían a concederle las facilidades que reclamaba para desarrollar sus empresas, en 1589 se trasladó a la Metrópoli a fin de hacer gestiones ante la Corte. A partir de 1591 empieza a publicar las traducciones que hizo 15 Lavado del mineral en la industria metalúrgica de los Sonetos y Canciones de Petrarca y de las Luisíadas de Camoens, además de un tratado político de Patrizzi. Se cree que murió en Madrid en 1595. G P EDRO FERNÁNDEZ D E VELASCO Personaje que está crucialmente ligado a la historia de la amalgamación, al ser el impulsor del método en Potosí. “... Había figurado como criado en la servidumbre de los Marqueses del Valle de Oaxaca, y en 1565 consta que solicitaba en Madrid se le hiciera merced de un cargo de Alguacil Mayor en México. Probablemente allí debió de aprender el procedimiento de la amalgamación y ejerció el oficio de fundidor ...” (G.L.V.) Llega al Perú en 1571 y por lo que parece, no logró impresionar favorablemente a Francisco de Toledo en el Cuzco. Según el propio virrey, “... era tan paupérrimo de bienes materiales como escaso de entendimiento, pues apenas le alcanzaban sus luces más que para desenvolverse estrictamente en su ocupación y aún esto necesitaba explicarlo mediante un compañero, Jerónimo Piña de Zúñiga, de ingenio algo más despierto ...” Se dedica a estudiar porqué la amalgamación que había sido introducida doce años antes por Garcés, no resultaba eficiente para tratar los minerales argentíferos de Potosí “... cuya índole por lo visto era disímil de la de los mexicanos. Hizo experiencias per- 16 sonales para acomodar el método a la naturaleza propia de los minerales potosinos. En 1574 logró hacer patente ante el virrey el método adecuadamente modificado y la manera de entablarlo en Potosí. Debe ser considerado pues, como reformador de los procedimientos conocidos hasta entonces y de la técnica de los mismos, que se difundieron en cuanto se apreció su excelencia...(G.L.V.) El aporte de Fernández de Velasco fue muy relevante para el yacimiento de Potosí ya que, en palabras de magistrados de La Plata, “... le ha verdaderamente resucitado ...”. Aún con estos méritos el metalurgista no perdió su natural humildad. “... Su inocencia puede apreciarse por la cuantía de la recompensa: 575 pesos ensayados por declarar secreto de tal monta (según Provisión del virrey Toledo, librada el 14 de mayo de 1580) ...” (G.L.V.) G R ODRI G O TORRES D E NAVARRA ODRIG Existen pocos registros biográficos de este inteligente hidalgo español. Al incorporar el ichu como combustible en el proceso de beneficio del azogue, hizo una contribución que en su momento fue considerada providencial para la economía minera de Huancavelica. “... Nació en Carmona en 1533 y pasó al Perú a la edad de 25 años. Acompañante de Gil Rámirez Dávalos en la conquista de las Comarcas de los Quijos, Sumaco y la Canela, estuvo entre los fundadores de Baeza de la Nueva Andalucía (1559), donde se avecindó, ejerciendo primero el cargo de Regidor y en 1560 el de Alcalde Ordinario. En 1563 hallóse en la fundación de Avila (Sumaco) y Alcalá del Río, en aquella fue Capitán y Teniente de Gobernador varios años; posteriormente estuvo a sus expensas en el descubrimiento de las provincias de Tapaca y Quiques. Cansado de esta vida sin provecho material y acabada la pacificación de dichos territorios, se dirigió a Huancavelica, donde se estableció hacia 1569 ...” (G.L.V.) Torres de Navarra se orientó a la búsqueda de soluciones que pudieran paliar la escasez de combustibles tradicionales como la madera y la leña. Observó las costumbres locales y el uso doméstico que se hacía del abundante ichu de la región; realizó muchas pruebas “... hasta que acertó con el procedimiento más adecuado, a principios de 1570. La aplicación de este combustible fue justamente encomiada y recibida con el alborozo que se deja entender. Gracias al hallazgo del Capitán Torres de Navarra pudo aumentarse la producción de azogue a cantidades insospechadas, al tiempo que en proporción inversa descendía el costo de ésta ...” (G.L.V.) G L OPE D E SA AAVEDRA VEDRA BARB A ARBA La minería colonial le debe a este inventor, médico de profesión, una de las innovaciones tecnológicas generadas en el Nuevo Mundo como fue el sistema de obtención de azogue por destilación, que se encuentra descrito en detalle en el Fascículo V de esta colección. Saavedra Barba nació en Siruela, Badajoz y se presume que pueda haber llegado a Huancavelica alrededor de 1617 para ejercer su profesión. Dotado de gran curiosidad científica, volcó su espíritu inquisidor en cuanta actividad minera y yacimiento podía haber en la región, es decir, pasó a ser lo que se denominaba un “buscón”. En 1629 logra poner a punto un aparato que permite la condensación del azogue fuera de la cámara en que se alojan las vasijas de cocimiento. Como suele ocurrir, el inventor tuvo que enfrentar la reticencia de los asentistas y no pocas maniobras de desprestigio. A lo largo de nueve años, Saavedra Barba realizó muchas pruebas, demostraciones y gestiones administrativas para acreditar su invento. “... En abril de 1638 presentó estas probanzas en la Audiencia de Lima, ponderando las ventajas de su invención que permitiría producir un promedio de ocho quintales de mercurio al año por peón. Pidió que se le adjudicara un premio correspondiente a la importancia de su hallazgo; en tanto se precisaba la cuantía de éste, nadie usaría de sus hornos; y en fin, demandó que le entregara un séptimo de la cantidad de exceso que sobre la producción normal se obtuviera mediante su sistema. Al fin, en Provisión del 14 de agosto de 1641 se señaló a Saavedra Barba durante toda su vida y por otra siguiente, el valor del 2 % libre de todo el azogue que de cualquier manera se beneficiara en Huancavelica, debiendo abrirse una cuenta en la Caja Real en donde se satisfaría al beneficiario el equivalente en metálico de dicha renta, calculada a precio de tasa ...” (G.L.V.) Muy poco tiempo gozaría del reconocimiento al aporte que hizo a la minería. Falleció el 24 de marzo de 1645. Su tiempo, su salud y sus recursos se habían consumido en la larga batalla de patentar el invento. Los empresarios del azogue querían utilizarlo sin costear los correspondientes derechos. Sus cuatro hijos sufrieron muchas vicisitudes al tratar de cobrar sus regalías de la Hacienda Pública y de los mineros. Otra gran ingratitud histórica hacia este inventor ocurre un año después de su muerte cuando “... un desaprensivo sujeto, llamado Juan Alonso de Bustamante, enterado del procedimiento de condensación, lo introdujo en Almadén en 1646, dándolo por suyo, y siendo colmado de premios y galardones ...” (G.L.V.) G A LVARO ALONSO BARB A ARBA “... En su momento y en su esfera, Alonso Barba puso a Charcas en la vanguardia universal del saber y del hacer. Acaso su verdadera y definitiva significación histórica resida en haber sido, hasta hoy, la única figura de 17 y una influencia duradera en los siglos XVII y XVIII. Fue traducido al inglés en 1670, al alemán en 1676 y al francés en 1730 y alcanzó muchas ediciones en los países europeos. Se sabe que a su retorno a España produjo otros escritos de carácter científico y político. Hizo propuestas para las minas peninsulares y “... dio a conocer sus ideas en defensa de la profesión del minero. Para América sugirió la eliminación de la política monopolista de la Corona, a favor de las concesiones y arrendamientos de los yacimientos a los particulares ...” (M.B.G.) G Georgius Agrícola (1494-1555). Fundador de la minería y de la metalurgia científicas relieve auténticamente mundial que ha dado la sociedad charqueña y hoy boliviana ...” (J.M.B.) Alvaro Alonso Barba nació en la villa de Lepe, Andalucía. Por vocación se formó dentro del sacerdocio pero estudió también minería y metalurgia. Pasó la mitad de su vida en el territorio de la Audiencia de Charcas ejerciendo como religioso en las localidades cercanas a los yacimientos mineros como los Lípez, Porco, Tarabuco, Pacajes, Oruro, Chocoya y Potosí. “... Era un personaje singular por su genio científico, su independencia intelectual y su pasión por los metales. Combinaba el trato con los libros, con los paseos a los cerros en busca de minerales, o las visitas a los ingenios, en procura de mejorar sus métodos de refinamiento. Su mayor contribución habría sido el beneficio de los minerales mediante el método de amalgamación en caliente o cocción ...” (M.B.G.) “El Arte de los Metales”, la obra que lo hace mundialmente conocido se publica en Madrid en 1640. Se ha dicho que este tratado es un puente entre la alquimia medieval y el método científico moderno, complementado con las valiosas observaciones hechas por Alonso Barba en el terreno. El hecho es que tuvo un gran impacto en la ciencia mineralógica de entonces 18 C ONST ANTIN O ONSTANTIN ANTINO DE VASCONCELLOS El innovador del método extractivo de las “rozas” aplicado en Huancavelica, nació en Braga, Portugal, en el seno de una familia de hidalgos de la casa real. Era miembro de la Orden Lusitana de Santiago de la Espada. Aunque se decía que había estudiado minería en Almadén, la fama de “teórico” que tuvo en Huancavelica pudo haber sido generada por él mismo ya que afirmaba haber estudiado también: Lógica, Filosofía, Teología, Jurisprudencia, Matemáticas, Cosmografía, Geometría, Aritmética, Arquitectura, Dibujo lineal y Música. Vasconcellos llegó al Perú en 1629 con el séquito del Arzobispo electo del Cuzco, Hernando de Vera y Zúñiga. “... Batió una medalla de oro con las armas del Prelado Vera. El 9 de febrero de 1632 fue elegido Mayordomo del Ayuntamiento de la ciudad del Cuzco. En 1633 trabajaba en Oruro perforando socavones con gran eficacia y después pasó a ejercer la minería en Potosí. Enterado de que las minas de Huancavelica estaban muy maltratadas, se presentó al Marqués de Mancera, ofreciendo repararlas valiéndose de sus métodos especiales, que tenían además la virtud de aupar la producción. Después de algunas conferencias con él, el virrey pudo aquilatar su inteligencia y entereza, así como el desinterés que le guiaba al formular su proposición ...” (G.L.V.) No sólo era de rigor el acercamiento a la autoridad política para hacer aprobar una propuesta técnica, sino que además en este caso, Vasconcellos haría modificaciones al método de las “rozas” observado en Almadén. Cambiarían las herramientas a usarse, la manera de explotar las vetas, el trazado de las galerías, los tiempos y las cuotas de trabajo. Y no sería fácil que los asentistas del azogue de Huancavelica aceptasen tantos cambios que por otro lado, perjudicaban el ya establecido equilibrio de sus intereses económicos. Entonces, a pesar de que el método se adoptó en 1643, fue muy discutido durante varios años y no perduró más allá de 1652. Entre 1643 y 1645 se encarga a Vasconcellos el diseño de las fortificaciones del puerto de Valdivia, en Chile, y también levanta la planta de las defensas militares del Callao. “... Después de muchos trajines e idas y venidas a Huancavelica, en 1657 Constantino de Vasconcellos se avecindó definitivamente en Lima, donde trazó los planos de su obra maestra conocida: la iglesia de San Francisco, que no alcanzó a ver terminada. A ella dedicó todos sus desvelos, hasta que le sobrevino una ‘muerte acelerada’. Se le inhumó en el cementerio del mismo templo, en entierro mayor, el 22 de agosto de 1668 ...” (G.L.V.) Facsímil de la carátula de la primera edición en 1640 El compromiso de los gobernantes C iertamente, la buena marcha de la actividad minera fue preocupación común a todos los virreyes. Los gobiernos de Francisco de Toledo en el siglo XVI y del Marqués de Montesclaros en el XVII, son probablemente los mejores ejemplos de una administración articulada sobre una “visión integral” del universo minero. G F RANCISCO DE TOLEDO Sin lugar a dudas, el personaje político que dejó más profunda huella en la historia de la minería colonial y de mayor influencia en muchos otros campos de la administración del virreinato. Nació en la villa de Oropeza en 1514. Estaba emparentado con Carlos V y con su hijo y sucesor Felipe II, a quienes sirvió como miembro de la Orden y caballería de Alcántara, en varios frentes del Imperio. Toda su vida vestiría el hábito de la Orden y profesó los votos de obediencia, pobreza y castidad. En 1569, a los 54 años de edad, llega al Perú para iniciar un mandato virreinal de once años y medio, el gobierno más largo del siglo XVI. (Se dice que llegó acompañado por 72 sirvientes, varios de ellos familiares, y 20 esclavos). “... Fue enviado a Lima por sus dotes ejecutivas, pues aunque tenía el celo y la obstinación de un conquistador, concluida la conquista y serenados 19 ciencia, hombres de leyes, religiosos, gobernantes locales, entre los que se encontraban Pedro Sarmiento de Gamboa, Pedro Fernández de Velasco, Juan de Matienzo, el padre Joseph de Acosta, Polo de Ondegardo ...” (M.B.G.) Fuertemente identificado con la minería, Toledo tiene la indiscutible paternidad del ordenamiento de todas las actividades del sector, de la matemática reorganización de la mita. Fue además el impulsor del “matrimonio” entre la plata de Potosí y el azogue de Huancavelica y el promotor de la construcción de ingenios y de sistemas de represas. Y todo ello, en permanente y leal servicio a sus dos monarcas. Como lo expresa él mismo en una carta al Cardenal de Sigüenza: “... No creo que habrá muchos que a ellos y a la Orden hayan servido con más peligro, antigüedad y trabajo, en la mar y en la tierra, en estos Reynos y fuera de ellos ...” G J UA N D E Virrey Francisco de Toledo, según Guamán Poma de Ayala los ánimos de las guerras civiles, hacía falta más bien un gran administrador. El monarca no pudo haber escogido mejor. Francisco de Toledo combinaba en grado supremo las virtudes del estadista y del legislador. Tenía meticulosidad y amor por el detalle. Se dedicó con devoción a su tarea de gobernante y de jurista, dando al exánime organismo del imperio una nueva transfusión de sangre gracias al conjunto de medidas adoptadas en las explotaciones mineras ...” (M.B.G.) Los cinco primeros años de su mandato fueron dedicados a viajar y conocer muy de cerca las distintas realidades del virreinato, a la vez que eludía los conflictos con la Audiencia de Lima. Este período le permitió conceptualizar y madurar lo que sería su gran contribución legislativa de 1574, las “Ordenanzas”. “... Residió por un tiempo en la Villa Imperial, adonde llegó, auspiciosamente, junto con la noticia de la victoria de Lepanto, en 1573. Reorganizó política y administrativamente la Audiencia de Charcas; fundó las villas de Tomina, Cotagaita, Tarija y Cochabamba; mejoró urbanísticamente la ciudad de Potosí. Supo rodearse de un selecto grupo de asesores. En su comitiva de cincuenta personas figuraban cronistas, hombres de 20 MENDO Z A Y LUNA, ENDOZ MARQUÉS D E MONTESCLAROS En el siglo XVII, destaca con muchos méritos la figura de este virrey que se comprometió muy decididamente en la solución de los problemas mineros del territorio. “... Hizo su entrada solemne en Lima el 21 de diciembre de 1607. Al año siguiente estableció el Tribunal del Consulado y el Arzobispado de Charcas. En 1609 instauró la Real Audiencia de Chile y los obispados de Arequipa, Huamanga y La Paz. Fue su obra la primera Alameda de los Descalzos concluida en 1611. En 1614 hizo levantar el censo de Lima que arrojó la cifra de 24,454 habitantes. En 1615, el hecho que el filibustero holandés Spielberg no llegara a atacar el Callao, mientras el virrey inspeccionaba las defensas y daba las órdenes para rechazarlo, se interpretó como un milagro de Santa Rosa ...” (F.S.S.) Fue el primer virrey que inspeccionó las minas de Huancavelica, en 1608, en un famoso viaje del que muchos trataron de disuadirlo: algunos porque no se expusiese al peligro de accidentes en la mina y otros, por mantener ocultas las corruptelas imperantes en dicho asiento. A lo largo de cuarenta jornadas y acompañado de un séquito bastante numeroso, “... practicó F OTO 17 nutridas indagaciones, tanto públicas como reservadas, ya verbalmente, ya por escrito, sobre numerosos aspectos de la explotación de las minas. El primer día que pasó en el subsuelo, consumió más de seis horas recorriendo todo detenidamente. Adrede permanecía un tiempo mayor en aquellos sectores en que conocidamente se registraba peligro, sin dejar boca, hueco ni lugar que no viese ni pormenor que no inquiriese. En cada sitio ordenaba tomar testimonio de lo que se había examinado ...” (G.L.V.) Verificó la adecuación de la mano de obra a los distintos tipos de faenas. Dispuso que el hospital de la villa contara con un facultativo especializado para atender a los trabajadores mineros. Impartió instrucciones y una serie de medidas técnicas para que se refaccionaran las galerías de las minas y los sistemas de ventilación. Fijó el coeficiente máximo de producción exigible a los operarios, sin afectar su salud. Asistió a pruebas para mejorar los métodos de beneficio del azogue. Aplicó una suerte de “re-ingeniería financiera” a la engorrosa deuda que tenían los mineros con el Estado. Estableció condiciones más favorables para la celebración de los futuros asientos entre los mineros y la Corona. Fue sin duda una fecunda misión la que el virrey cumplió en su visita. “...Un testigo afirmaba que con ella Montesclaros había hecho el milagro de ‘dar vida a un muerto’, ya que el haber logrado que la producción de azogue en Huancavelica volviera a la normalidad, significaba restablecer ‘el nervio de toda la economía peruana’ ...” (J.P.B.) Virrey Marqués de Montesclaros. Museo Nacional de Antropología, Arqueología e Historia, Lima Etica, fe y derecho en la vida minera E n los siglos XVI y XVII, el desarrollo de la actividad minera no sólo planteó desafíos de carácter económico, productivo y técnico. También inspiró amplios debates entre pensadores, esencialmente juristas y religiosos, que argüían diferentes posiciones éticas sobre la manera en que el poder español se aplicaba en América a la naturaleza de las cosas y a la vida de sus pueblos. La defensa de la condición humana de los habitantes de la Colonia tiene en el conocido y estudiado Bartolomé de las Casas al indiscutible “Apóstol de las Indias”. Para este acápite hemos escogido referirnos a tres pensadores que vieron de cerca la realidad minera peruana y en ella inspiraron muchas de sus propuestas. G J UA N D E MATIENZO “... El autor de ‘El Gobierno del Perú’ y de una vasta obra de carácter científico y político, ha sido elogiado 21 formando parte del grupo de consejeros que acompañó a este último en su viaje de inspección por el distrito de La Plata ...” (M.B.G.) Siete años antes de la promulgación de las “Ordenanzas”, Matienzo había concluido su libro “El Gobierno del Perú”, en el que dedicó a la economía minera potosina seis de los treinta y dos capítulos. La obra no sólo contenía prolija información sino planteaba recomendaciones para la mejor administración virreinal. Fue enviada a España a fines de 1567. Aunque el inquieto escritor no lograra en ese momento la acogida esperada, la historia le ha reconocido un rol importante en la concepción y elaboración del cuerpo de normas legales que en 1574 dictó el virrey Toledo para la minería. G J UA N D E SOLÓRZAN O PEREIRA OLÓRZANO “... Es imposible tratar un tema históricojurídico sobre América sin acudir a Solórzano. Es sin duda, el de más valor de cuantos autores estudiaron problemas jurídicos indianos y el que más influjo tuvo en gobernantes y escritores ...” (P.C.D.) Nació en Madrid en 1575 e hizo sus estuPortada de la ²Política Indiana² de Juan Solórzano Pereira, 1647 dios de Derecho en la Universidad de Salacon justicia como el más notable escritor jurista de las manca. Llegó a Lima con el encargo de hacer una Indias en siglo XVI ...” (M.B.G.) obra sobre legislación y gobierno. “De indiarum iure” Matienzo nació en Valladolid en 1520. Se graduó fue su primer volumen publicado, con el que se dice como Licenciado en Derecho y trabajó durante 17 años ganó fama y simpatía. El segundo volumen apareció en la cancillería de su ciudad natal. Era muy reconoen 1639. Doce años después, en 1647, se publica su “Política Indiana”. cido como jurisconsulto y por su versación en el latín. La amistad que lo unió a Cristóbal Vaca de Castro Solórzano se pregunta sobre el tema de la legitimiy a Pedro de la Gasca, debió inspirar su curiosidad dad del trabajo minero obligatorio en estos términos: por lo que ocurría en las colonias. Obtuvo el nombra“... Si es justo y lícito dar indios y mita para labrar miento de Oidor de Charcas, con cuatro mil pesos oro minas y beneficiar los metales que de ellas se sacan y de salario y dejó España en noviembre de 1559, acomobligarles a este servicio, aunque ellos no quieran ...” pañado de algunos familiares y esclavos negros. “... Observa que el problema de la licitud o ilicitud “... Desde su llegada a Lima envió informes al Rey; del repartimiento de mita sólo puede plantearse desfue un infatigable escritor. Su pasión por conocer la verpués de hacer las siguientes precisiones: ‘que los indad y revelarla le ganó muchos enemigos. Tampoco lo dios se muden y truequen por un tiempo determinahizo popular su sugerencia de que se suprimiese el cargo do; que el trabajo sea sólo para obras necesarias o de virrey para ser reemplazado por un tribunal de seis de bien común y que no sea excesivo; que estos inoidores. Sin embargo gozó de la confianza del virrey Toledo, dios mitayos sean fuertes y sanos, es decir que no 22 sean enfermos o viejos o demasiado jóvenes; que se les pague competentes salarios y jornales en propia mano y sin tardanza; que los indios así repartidos tengan a precios acomodados todo lo necesario para su vida y sustento; y finalmente, que sean repartidos sólo en la séptima parte’ ...” (P.C.D.) A lo largo de su vida, Solórzano supo sostener un rico intercambio de conceptos y de criterios con otros pensadores de la época. Murió en 1654. G F R AAYY BUENA VENTURA UENAVENTURA D E SALINAS Y CÓRDOB A ÓRDOBA “... Este fraile franciscano fue uno de los más fervorosos defensores del pueblo indio durante la Colonia. Luis E. Valcárcel dijo de él: ‘No es superado por nadie en el Perú y sólo igualado por Bartolomé de las Casas en América’ ...” (C.P.A.) Nace en Lima en 1592, en el seno de una familia perteneciente a la nobleza de aquella época, y desde muy joven tiene contacto con los protagonistas de la vida política del país, pues se sabe que a la par de sus estudios en el Colegio Real de San Martín, sirvió de paje a los virreyes Conde de Salinas, Conde de Monterrey y Marqués de Montesclaros. Estudia en la Universidad de San Marcos y parecía efectivamente destinado a ejercer en la política, ya que a la edad de 23 años ocupa el cargo de Secretario Mayor del Gobierno del Perú. Sin embargo, en 1616, la vocación religiosa lo lleva a renunciar al puesto y a ingresar a la orden y al convento franciscanos de Lima. En los siguientes catorce años, Fray Buenaventura vivirá muchas circunstancias y en distintos lugares del Perú, en los que sentirá ser “... el testigo indignado del terrible contraste que existió entre las leyes indianas y la realidad y el testigo presencial y consciente de la desdicha de los oprimidos. Ello lo convertiría en acusador de encomenderos, curas y doctrineros, caciques, alcaldes de minas, funcionarios oficiales, en fin, de todo el régimen colonial culpable de la inicua explotación de los indios ...” (C.P.A.) Su testimonio, en tono de dramática protesta y en términos muy crudos, está recogido en uno de los tres discursos que componen el “Memorial de las Historias del Nuevo Mundo Pirú”, obra que se imprimió en Lima en 1630. “... Esta valiente acusación sobre el régimen colonial, ratificada en sus sermones y prédicas, sería causa para que el franciscano fuera considerado sujeto peligrosísimo para la seguridad del Estado. Sus opositores insistieron en que se le desterrara, consiguiéndolo en 1631, año en que abandonó la patria para no volver más. Moriría en el convento de Cuernavaca, el 15 de noviembre de 1635 ...” (C.P.A.) La reflexión final de nuestro fascículo está dedicada al hombre mitayo. Aquel esforzado trabajador de las minas, de los ingenios y de los talleres, que construye la minería colonial muchas veces enfrentando las más adversas condiciones; aquel héroe anónimo que a diferencia del hombre ilustre, no podrá ser recordado por su nombre, pero a quien la perspectiva del tiempo y de la historia han reconocido su verdadera dimensión. Sin su contribución poco habrían podido conseguir el ímpetu conquistador, las racionales normas o los revolucionarios inventos. Cura y Corregidor castigando indios (Según Guamán Poma de Ayala) 23 Bibliografía de consulta: N BIBLIOGRAFÍA N LAS MINAS DE HUANCAVELICA EN LOS DICCIONARIO HISTORICO Y BIOGRAFICO DEL PERU Ed. Carlos Milla Batres S.A. Lima, 1986 N HISTORIA DE LA MINERIA EN EL PERU José Antonio del Busto/Susana Aldana Carlos Gálvez/Francisco Quiroz José de la Puente/Miriam Salas Cía. Minera Milpo, Lima, 1999 N EL PERU MINERO Mario Samamé Boggio Instituto Científico y Tecnológico Minero Lima, 1979 SIGLOS XVI Y XVII Guillermo Lohmann Villena Pontificia Universidad Católica Fondo Editorial, 2ª edición, Lima, 1999 N HISTORIA DEL PERU – Tomo III Fernando Silva Santisteban Ed. Búho, 3ª edición, Lima 1983 N CERRO DE Pasco César Pérez Arauco INC, Pasco, 1996 N HISTORIA DEL PERU – Tomos IV y V Luis Alberto Sánchez Editorial Juan Mejía Baca Barcelona, 1981 N LA MINERIA HISPANA E IBEROAMERICANA N POTOSI, PATRIMONIO CULTURAL DE LA HUMANIDAD Mariano Baptista Gumucio Cía. Minera del Sur S.A., Bolivia N HISTORIA SOCIAL Y ECONÓMICA DE LA COLONIA Virgilio Roel Pineda G. Herrera Editores, 4ª edición, Lima, 1999 Primer Coloquio Internacional Sobre Historia de la Minería José de Mesa/Teresa Gisbert/Paulino Castañeda Cátedra de San Isidoro León, España, 1970 Las ilustraciones del presente fascículo provienen de estas fuentes bibliográficas Orfebres europeos del siglo XVI trabajando los metales preciosos que llegan de América La realización de este fascículo ha sido posible gracias al auspicio de: 24