el tunel ordovcico del fabar

Anuncio
EL TUNEL ORDOVÍCICO DEL FABAR
HISTORIA DEL HALLAZGO DE UN TESORO
PALEONTOLÓGICO
Autor: Nando Musmarra
Ilustracioes de Loana Riboli
Traducido por José Ramón Pastor Aliaga
Elaboración gráfica – Nando Musmarra
Asturias, 2002. El mecánico apoya con fuerza las palmas de las manos sobre el
paragolpes trasero del vehículo de Juan Carlos Gutiérrez Marco, después salta sobre el
paragolpes delantero haciendo rebotar el automóvil. Ante el semblante preocupado e
interrogativo del paleontólogo, el mecánico mueve la cabeza y dice: “Profesor, ya se lo
había dicho…….no debería sobrecargar demasiado el vehículo, los muelles ya no tienen
tensión, así que no queda otra solución que sustituir los amortiguadores…..”.
El paleontólogo Gutiérrez Marco da una ojeada al robusto presupuesto y resignado da el
consentimiento para realizar el trabajo…….por supuesto, de todos modos aunque no
fuera estrictamente necesario…..si volviera a encontrarse en la misma situación, haría
otra vez lo mismo, cargando hasta los topes su vehículo con los maravillosos ejemplares
fósiles. Si, los maravillosos fósiles del Ordovícico medio encontrados durante la
excavación del Túnel del Fabar merecían realizar los viajes necesarios de casi 500 Km.
que separan la costa de Asturias del Museo Geominero de Madrid, cruzando las grandes
pendientes de la cordillera Cantábrica.
Ectillaneus giganteus (Burmister, 1843) reconstruido por Loana Riboli © 2009
Los montes Cántabros junto con Asturias y gran parte de la península ibérica, hace unos
400 millones de años formaban parte de las costas y la plataforma marina del norte del
continente Gondwana, que en la latitud del actual Polo Sur reunía en una única masa
continental las actuales Sudamérica, África, India, Antártida y Australia. Unos 140
millones de años más tarde, Gondwana se fracturó al colisionar con Laurasia, formada
por el protocontimente norteamericano y la región Anglo-Báltica, las grandes fuerzas
laterales desatadas debido a la colisión de las dos masas continentales produjo el
nacimiento de grandes cadenas montañosas (Orogenesis varísica o hercínica) entre ellas
los Apalaches en Norteamérica y los Urales, así como la cordillera cantábrica en
Europa.
Lámina descriptiva, cortesía del Museo del Carmen
En el caso español, los sedimentos paleozoicos, que hasta aquel momento se
acumulaban ordenadamente unos sobre otros por más de 225 millones de años, rotaron
90 grados, colocándose casi verticalmente al formar la cadena montañosa de los montes
cántabros, siguiendo una línea horizontal paralela a la costa del mar cantábrico, que se
extiende por casi 500 Km.
En literatura, no existe una gran tradición de estudios paleontológicos sobre los
sedimentos ordovícicos de Asturias, ya sea por los hallazgos incompletos e
intermitentes o por su deformidad debida a las poderosas fuerzas generadas en los
choques de las masas continentales de las que hemos hablado.
Para encontrar la primera noticia sobre el ordovícico de Asturias debemos remontarnos
hasta el año 1916 cuando fue publicada la obra póstuma del Ingeniero Luis de Adaro y
Magro (completada por su alumno Gumersindo Jonquera), con un interesante informe
sobre los restos “silúricos” de trilobites y braquiópodos encontrados en las minas de
hierro de Caravia, hoy completamente agotadas y cerradas. En el año 1942 el Ingeniero
Primitivo Hernández Sampelayo volvió a analizar estos restos y los retrodató,
atribuyéndolos al ordovícico. En el año 1967 el geólogo Jesús Pello con su trabajo sobre
los graptolitos del Ordovícico medio de los montes cántabros generó un renovado
interés a sus colegas de la Universidad de Oviedo relacionando geológicamente la sierra
del Sueve y el valle del río Nalón a la sierra del Fito, después la búsqueda de
testimonios del Ordovícico en Asturias se interrumpió por otros 20 años.
A mitad de los años 80 se daba todavía por descontado un mapa estratigráfico del
ordovícico que en algunos puntos llegaba a 80 millones de años y se consideraba que
los sedimentos pertenecían a periodos geológicamente más jóvenes, como el Silúrico y
el Devónico, apoyados directamente sobre los estratos de cuarcita del final del
Cámbrico y del principio del Ordovícico (Barrios Formation) si excluimos los estratos
Ordovícicos de la “Laviana Nappe” que aparecen en la costa a lo largo del litoral
entorno a Avilés.
La primera parte del Ordovícico está constituida por cuarcita, poco fosilífera, de la
Barrios Formation.
Con la trasgresión marina del Ordovícico medio, se depositan las arcillas oscuras
fosilíferas de la Sueve Formation.
Lámina descriptiva, cortesía del Museo del Carmen
¿Qué final habían tenido los 80 millones de los sedimentos Ordovícicos? ¿Es posible
que durante aquel periodo Asturias estuvo emergida y no se conservaron los sedimentos
marinos o habían sido completamente erosionados? ¿O bien, como más probable, había
sido la concomitancia de los dos factores? Para subsanar esta laguna estratigráfica fue
encargado un nuevo estudio a un equipo multidisciplinario internacional compuesto por
especialistas de varias universidades españolas, francesas e italianas (Universidad de
Pisa). Formaban parte de este grupo de profesionales el paleontólogo Juan Carlos
Gutiérrez Marco del Museo Geominero de Madrid (que todavía no sabía que debería de
cambiar los amortiguadores de su vehículo!) y José Carlos García Ramos profesor de
estratigrafia de la Universidad de Oviedo, hoy director del MUJA (El Museo Jurásico
de Asturias, del cual FOSSILI VERACHI ya se ha ocupado en otras ocasiones). Los
estudios se prolongaron por más de 10 años en los cuales se revisaron los datos
estratigráficos Ordovícicos examinando una decena de localidades tipo bajo las bases
de la International Stratigraphic Guide y formalizando la Sueve Formation del
Ordovícico medio. Los resultados obtenidos (tras los cuales fue muy importante la
identificación de una cincuentena de macrofósiles, algunos de los cuales encontrados
por primera vez en España) fueron ampliamente discutidos en los congresos sobre el
Ordovícico de Las Vegas en el 1995 y de Praga en el 1999. La dificultad encontrada por
los paleontólogos, por el carácter intermitente y fuertemente deformado de los restos
Ordovícicos relativos a la formación del Sueve, que, recordemos, representa los
sedimentos ribereños de la plataforma marina del norte del continente de Gondwana,
dejándonos abiertas muchas interrogantes.
Justamente mientras la comunidad de científicos se preguntaba cómo saber más acerca
del Ordovícico asturiano, durante los trabajos de construcción de la Autopista A8, la
cual corre paralela a la cordillera Cántabra y a la costa septentrional de la península
Ibérica, ocurrió un imprevisto derrumbe durante la perforación del túnel de Fabar, una
galería a media colina de poco más de 1380 metros de larga, que une la ciudad costera
de Ribadesella con las ciudades de Santander y Oviedo, obliga a la concesión a
interrumpir las excavaciones.
El área afectada por el derrumbe fue limpiada de escombros y llevados a la luz (es un
decir, ya que hablamos de una galería) una serie de estratos sedimentarios en posición
casi vertical. Los paleontólogos no tardaron en identificar estos sedimentos como
pertenecientes a la formación Ordovícica del Sueve…… se presentaba para los
estudiosos una irrepetible oportunidad ya que el trazado de la excavación del Túnel del
Fabar había atravesado en sentido horizontal el casi desconocido estrato de la
Formación Sueve, ofreciendo la ocasión de poder finalmente deshojar, página a página
el libro del periodo Ordovícico, íntegramente guardado en la galería del Fabar.
La construcción del túnel del Fabar (se trata en realidad, de dos galerías distintas y
paralelas cada una de 10 metros de ancha y 6 metros de alta, conectados entre si por
unos corredores de emergencia). Debido a la gran resonancia mediática, los periódicos
se apresuraron a renombrarlo “Túnel Ordovícico del Fabar” resaltando más si cabe los
tesoros paleontológicos que conservaba que la construcción realizada.
Fue el túnel de la primera vez: Por primera vez las firmas concesionarias aceptaban que
extranjeros trabajasen en las labores peligrosas y por primera vez llegaba a España la
nueva técnica de excavación de galerías, La nueva técnica austriaca.
La NATN (New Austrian Tunnelling Method) difería de forma sustancial la técnica
tradicional usada hasta el momento en España. Con la excavación convencional
(avanzando con explosivos) la consolidación de la cavidad obtenida después de los
explosivos se hacía mediante la construcción in situ de bóvedas de sostenimiento con
hormigón armado, el uso de la técnica NATN (que se basa en la capacidad del conjunto
de rocas de autosostenerse) menos peligroso, pero sobre todo menos invasivo y
destructivo, consiste en repetidos ciclos de avance, en general de pocos metros cada día,
adaptando la excavación primaria efectuada con grandes máquinas perforadoras o
fresadoras, adaptándose a las condiciones del lugar, cada día la excavación atraviesa dos
ciclos de avance, cada uno de los cuales se divide en las siguientes fases:
1.- Para la creación de la cavidad se realiza mediante grandes máquinas perforadoras y
fresadoras, dejando a la roca pocos minutos para “respirar” y asentarse.
2.- Se efectúa el desescombro de la parte superior de los escombros para crear el espacio
suficiente para que las máquinas especiales de perfil bajo puedan entrar en la galería
recien excavada.
3.- Se procede a la consolidación de las paredes y del techo mediante hormigón armado.
4.- Se retiran todos los escombros.
5.- Se refuerzan las paredes con redes electrosoldadas, centinelas metálicos, bulones y
clavos radiales.
6.- Se procede a la proyección final de una segunda capa de hormigón más consistente
que el primero.
Reproducción gráfica de Nando Musmarra de una lámina publicada en: “Un
tesoro geológico en la Autovía del Cantábrico”
El uso de la técnica NATN, de una parte mantiene los costes bajos y la velocidad de
ejecución de la obra, y de otra obliga a los paleontólogos a una verdadera carrera contra
el tiempo, ya que los trabajos de los paleontólogos y el estudio de los estratos puede
efectuarse solamente durante pocos minutos durante el intervalo de tiempo que va de la
fase 2 a la fase 3 o bien durante el desescombro de los detritus.
Las excavaciones de las dos galerías del Fabar se realizaron simultáneamente,
ejecutadas por cuatro cuadrillas, partiendo de los lados apuestos de la colina, para
encontrarse a mitad del trazado. Para los paleontólogos fue imposible seguir a los cuatro
grupos de operarios, por lo que para no perder ninguno de los importantes datos
estratigráficos se dedicaron con meticulosidad y rigor científico a seguir al equipo que
trabajaba en la galería sur partiendo del frente occidental de las excavaciones.
Cuando las labores lo permitían, los estudiosos se afanaban a efectuar el relieve
estratigráfico de las paredes. Durante la fase de proyección del hormigón a un lado de la
galería, los paleontólogos, protegidos solo por un casco de seguridad, en condiciones de
poca iluminación y en medio de un ruido ensordecedor, se dirigían al lado opuesto, que
todavía no había sido cubierto por el cemento, para recoger la mayor cantidad posible
de muestras.
Los trabajos avanzaban entre 6 y 10 metros cada día, la mayor dificultad encontrada por
los paleontólogos era la de sincronizarse con los ciclos laborales, tratando de aprovechar
por lo menos veces al día los cerca de 30 minutos que tenían para revisar el relieve de
los estratos de las paredes. Si desgraciadamente ocurría cualquier imprevisto, siempre
quedaba la posibilidad de recuperar algo ya que el túnel paralelo era un poco oblicuo
respecto a la estructura geológica, y la galería norte llegaba a atravesar los extensos
estratos con un retardo de un par de días respecto a la galería sur, lo cual también se
hacía cuando el relieve de los estratos era particularmente interesante, dando así una
segunda oportunidad simplemente cambiando de galería.
Terminado el relevo, los paleontólogos seguían al camión que llevaba el escombro para
depositarlo fuera de la galería, procediendo a una recolección somera de ejemplares,
anotando meticulosamente la posición del cúmulo de los escombros para poder volver a
rebuscar con más calma.
Más tarde vieron algunos cúmulos de sedimentos de una estructura concoide que al
estar a la intemperie habían perdido la humedad, al secarse se abrieron cayéndose los
fósiles. Puede ser que algún operario los había llevado en alguna descarga o puede que
fueran restos apilados de otra obra apartados o bien eran restos de material utilizados
como relleno para la autopista y recubiertos de asfalto, en cualquier caso se había
perdido un verdadero tesoro, aunque los paleontólogos tuvieron éxito, al menos en
parte, al recuperar parte de ese material, consiguiendo algunas muestras de ejemplares
en una ventana abierta a propósito en el hormigón proyectado en un corredor de servicio
de la galería.
Esta fatal experiencia obliga a los paleontólogos a modificar su método de búsqueda y a
dedicarse personalmente al transporte del material más interesante hasta el edificio que
la concesión había puesto a su disposición, el cual en poco tiempo estaba totalmente
lleno de muestras, después se pasó a llenar el garaje, después el jardín……
Las diversas fases sedimentarias entre el Cámbrico y el Ordovícico
Lámina descriptiva, cortesía del Museo del Carmen
El espacio tanto en el interior como en el exterior del edificio se agotó en poco tiempo.
Los fondos a disposición no eran muchos, así que los paleontólogos iniciaron con sus
propios medios una larga serie de viajes para trasferir el material recopilado a la sede
definitiva del Museo Geominero de Madrid, a unos 500 Km. de distancia, cargando
cada vez con sus automóviles una media de 300 Kg. de material, incluso llegaron a
solicitar ayuda a familiares y amigos aprovechando sus viajes a las playas del norte
desde la capital. Evidentemente muchos acudieron a la llamada de ayuda ya que en
breve tiempo llenaron de material fosilífero un piso entero y la buhardilla del Museo
Geominero. Poco a poco los colaboradores del museo fueron reduciendo las muestras a
dimensiones más consonantes para el examen geopaleontológico del laboratorio.
El trabajo desarrollado por los estudiosos fue tenido en alta consideración por la
comunidad científica internacional, en cuanto que los datos elaborados se referían a una
de las más completas sucesiones del Cámbrico/Ordovícico de Europa, esencial para
establecer con precisión la posición de Europa occidental en el peri-Gondwana.
Terminados los estudios, gracias a los fondos proporcionados por el Ministerio de
Transportes, los fósiles encontrados en el túnel fueron expuestos en el aula didáctica del
Museo del Carmen en Ribadesella donde debería de transcurrir el resto de su larga vida,
como consecuencia de la enorme resonancia mediática nacional, esta exposición
provocó una gran afluencia de público, y así todos los españoles pueden admirar los
fósiles más famosos del yacimiento Ordovícico.
En el 2005, la fiebre del Túnel del Fabar también me contagió y llegado al Museo del
Carmen descubrí con decepción que los fósiles se habían desplazado a otra parte. Una
vez allí, inicialmente a regañadientes, me dediqué a visitar la parte superior del museo
donde se enseñaba todo sobre los “Indianos”, trabajadores asturianos emigrados al
Nuevo Mundo, sobre todo a Cuba, durante el siglo XVIII. Los “Indianos” que
regresaban a Asturias construían residencias suntuosas, plantaban palmeras en sus
jardines, pero sobre todo se dedicaban en cuerpo y alma a eliminar el analfabetismo en
Asturias. Pensad que en una Europa que a duras penas sabía leer o escribir, Asturias
tenía ya en el siglo XIX el record del 100% de alfabetización.
En el 2008 regresamos a el Carmen y esta vez, finalmente, encontramos todos los
fósiles, con el tiempo regresaron a su lugar, y a la directora Teresa del Campo que me
hizo de cicerón introduciéndome en el fantástico mundo del paleozoico asturiano.
Teresa del Campo y el Museo del Carmen
Teresa me enseñó la fauna encontrada estrato tras estrato, empezando por los depósitos
de la Barrios Formation, que con sus casi 800 metros de potencia, incluye la parte más
reciente del Cámbrico medio hasta el inicio del Ordovícico medio.
Esta formación que está compuesta por unos sedimentos que nos conducen a un
ambiente prevalentemente de ribera marina, presenta trazos fósiles de organismos que
vivían sobre el fondo y niveles más profundos con trilobites (olenidios) y graptolites.
En los estratos del nivel más próximo, La Matosa Member (El Fabar beds con
abundantes phyllocaridios y palynomorphios) que posados directamente en la arena
glauconítica de la Oville Formation del Cámbrico medio, han sido encontrados los
trilobites más antiguos del túnel del Fabar, los Parabolina sp.
Isabelinia glabrata
En la parte central de la Barrios Formation se encuentra el Ligüeria Member, con el
último testimonio del ichnofosil cruciana semiplicata, con el cual termina el
Tremadociano, el periodo más antiguo del Ordovícico. La parte más reciente de la
Barrios Formation (Tanes Member) muestra muchos horizontes de ichnofósiles
(Skolithos) que fueron muy útiles para las correlaciones regionales, y con trazas fósiles
producidas, bien por predadores y saprofagos (rusophyciform bathtub burrows) o bien
las clásicas trazas continuas producidas por la comunidad de habitantes del fondo
marino en aquel tiempo. En el Tanes Member están presentes principalmente lechos con
lingulidos, restos de trilobites, bivalvos y conodontes (protopanderudus, Drepanodus,
Drepanoistodus), y ostrácodos con alguna taxa problemática (Hanadirella). Son
abundantes los Graptolitos Azygograptus undulatus (el encuentro por primera vez de
esta especie asiática en el túnel indica la presencia de corrientes peri-Gondwanicas que
favorecieron la llegada de estos emigrantes asiáticos) y Eremochitina brevis (éste último
identificado en España por primera vez) sugiere una correlación con el Arenigiano
medio del Cámbrico.
Importantísimo fue el descubrimiento inesperado de un estrato K-bentonítico
(relacionado al Pedroso beds de la Asturias central) que permite a los estudiosos
extender hasta la Asturias oriental la superficie de los depósitos volcánicos de una gran
erupción avenida durante el Cámbrico. De los datos revelados en la excavación del
Fabar se ha establecido que esta erupción volcánica fue la más potente en todo el
territorio ibérico, con una magnitud 10 veces más grande que la erupción del volcán
filipino Pinatubo del 1991.
Lámina descriptiva, cortesía Museo del Carmen
Los estudios de los sedimentos del Fabar también han puesto al descubierto el petróleo
más antiguo de España, encontrado en los estratos de transición entre la Barrios
Formation (Cámbrico/Ordovícico) y la del Sueve (Ordovícico).
Al principio los estudiosos sospechaban que el petróleo provenía de intrusiones
desde las rocas jurásicas, pero los estudios sobre los restos plctónicos han
confirmado que este petróleo paleozoico es el más antiguo de todo el sureste
europeo.
Lámina descriptiva, cortesía Museo del Carmen
Teresa me acompañó a las estancias que contienen los fósiles por los cuales el túnel es
famoso. Esta fauna proviene del Ordovícico y cuya sucesión estratigráfica ha sido
plasmada en una carta a escala 1:100 generando una representación gráfica de más de 6
metros dividida en 6 tramos dispuestas en 54 secuencias. Muchas especies de
invertebrados, algunas de las cuales desconocidas, otras citadas por primera vez en en
España y Europa, han sido identificadas en la Sueve Formation, la parte más reciente
del Ordovícico encontrado en el Fabar.
Visitando el museo del Carmen, enseguida salta a la vista que de todos los fósiles
provenientes del Fabar, los trilobites son el grupo mejor representado, tanto por la
diversidad como por la cantidad, con cuatro ordenes (Pachopida, Corynexochida,
Lichida, Asaphida) más un quinto orden, el de los Ptychopariida, con excelentes
ejemplares de Parabolina sp. encontrados en los estratos Cámbricos (El Fabar Beds):
Eccoptochile almadenensis
El orden Pachopida está bien representado por los trilobites de la familia Calymenoidea,
caracterizado por una glabella fusiforme y un pigidio redondeado, con cuatro especies:
Neseuretus tristani (Brongniart & Desmarest, 1822), Colpocorype rouaulti (Henry,
1970), Salterocoryphe salteri (Rouault, 1851), Prionocheilus mendax (Vanek, 1965). La
familia Dalmanitoidea es común en el túnel del Fabar con ejemplares de Phacopidina
micheli (Tromelin, 1877), Crozonaspis morenensis (Hammann, 1972), Morgatia cf.
Primitiva (Hammann, 1972). También hay que reseñar el hallazgo excepcional de un
ejemplar de Zeliszkella toledana (Hammann, 1972) el dalmantoide más raro del Fabar.
El hallazgo de Cheiruroidea con la mortalidad en masa de los placoparia (Coplacoparia)
tournemini (Rouault, 1847) demuestran el comportamiento gregario de estos trilobites.
Loa Eccoptochile almadenensis (Romano, 1980) completan el elenco de trilobites
pertenecientes al orden Pachopida en el túnel del Fabar.
Ectillaenus giganteus
El orden de los Corynexochida esta presente con los Ectillaneus giganteus (Burmeister,
1843), facilmente identificables porque el pigidio tiende a asumir la misma forma y el
mismo tamaño qu el cefalón. Los Ectillaneus son los trilobites más agradables
estéticamente del túnel del Fabar.
También el orden de los Lichida está bien representado por los fantásticos trilobites
espinosos Selenopeltis macrophtalma (Kloucek, 1916) y los Selenopeltis aff. Kamila
(Snajdr, 1984). Cabe mencionar también el hallazgo de una parte del trilobite gigante de
la familia de los Lichoidea, el Uralichas cf. Hispanicus (Verneuil & Barrande, 1856)
que hizo cruzar los dedos a los paleontólogos esperando un hallazgo excepcional (que
por cierto no ocurrió) hasta el final de las excavaciones.
Los trilobites del Fabar pertenecientes al orden de los Asaphida, se distinguen por tener
una talla medio grande: Nobiliasaphus nobilis (Barrande, 1846), Isabelinia glabrata
(Salter, 1853). La presencia de trilobites que habitan en el mar abierto, como el
Parabbarrandia cf. Crassa (Barrande, 1872), el Dionide mereki (Henry & Romano,
1978) y el Raphiophoridae sp. Ha demostrado que en algunos puntos de periGondwana el mar alcanzaba una profundidad muy elevada.
Isabelinia Glabrata
Es inevitable destacar los sedimentos Ordovícicos del Fabar, respecto a los trilobites,
los otros invertebrados son menos abundantes y menos diversificados que en otros
yacimientos europeos. Los fósiles que han atraído mayormente mi atención son las
asociaciones de ostrácodos, relativamente diversos (con nuevas especies y algunas muy
antiguas como Paleocopes y Binodicoipes), conodontos (Drepanoistodus suberectus,
Panderodus, Semiacontiodus), posibles Icthyliths (que se confirman testimonialmente
como los vertebrados más antiguos de Europa) y otros fósiles menos comunes como
Machaeridians y Conularids. Muy importante también es la presencia de Graptolitos y
de Chitinozoans, que pueden señalizar con certeza la Sueve Formation en el Oretaniano
inferior y el Dobrotiviano inferior. Me ha llamado la atención de forma particular la
taxa problemática, organismo en espera de una identificación y catalogación definitiva.
Como los enigmáticos macaeridios (Gusanos acorazados) y los hyolitos, los cuales
sabíamos donde y cuando encontrarlos, pero todavía queda por descubrir muchos de
estos animales y de su papel desarrollado en un ecosistema dominado por los trilobites,
señores indiscutibles de los mares paleozoicos.
Placoparia (Coplacoparia) tournemini
Terminada la visita al Museo del Carmen, me dispongo a regresar a casa con mi
vehículo, que en cuanto a peso trasportado no es caso de broma, está totalmente volcado
sobre las ruedas traseras, lleno hasta los topes, pero no de trilobites sino de más de 250
Kg. de pesadísima Pirita cúbica encontrada en una afortunada expedición a una cantera
de la provincia de Logroño…..pienso que tendré que ser muy prudente en mi regreso a
Italia y apenas llegue a casa tendré que visitar al mecánico para que también revise mis
amortiguadores!!
Bibliografía consultada:
Guidi Cestelli C., Geotecnica e tecnica delle fondazioni vol. 1, 1987, Hoepli
Gutiérrez- Marco J.C., Bernández E., Un tesoro geológico en la Autovía del
Cantábrico, 2003, Ministerio de Fomento
Gutiérrez-Marco J.C., Bernández E., Rábano I., Sarmiento G.N., Sendino M.C.,
Albani R., Bagnoli G., Ordovician on the move: geology and paleontology of the
“Túnel Ordovícico del Fabar” (Cantabrian free highway A-8, N Spain), 2003,
INSUEGO, Serie Correlation Geologica
Gracias a Teresa del Campo del Museo del Carmen en Ribadesella, por la ayuda
prestada.
Nando Musmarra © 1999-2009
Descargar