Nuevo Plan General Contable: inmovilizado material e intangibles

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Economistes nº 353. 1ª Quincena junio 2008
Nuevo Plan General Contable:
inmovilizado material e intangibles
A lo largo de los últimos meses, el COEV ha realizado una serie de
seminarios con motivo de la publicación del Nuevo Plan General de
Contabilidad, y en este artículo se recogen algunas de las principales
novedades. Los seminarios han tenido como ponentes a Vicente Serra
Salvador, Araceli Mora Enguídanos y Mª Antonia García Benau,
catedráticos de Economía Financiera y Contabilidad de la Facultat
d’Economia de la Universitat de València, Joaquín Añó Montalvá,
profesor titular de Escuela Universitaria de Contabilidad, de la
Universitat de València y Antonio Vico Martínez, profesor titular de
Economía Financiera y Contabilidad y decano de la Facultad de Ciencias
Jurídicas y Económicas de la Universitat Jaume I de Castellón.
En el artículo que se transcribe a continuación, se resume uno de los
puntos tratados en el seminario y que fue el inmovilizado material e
intangibles. En el mismo, pudimos ver que entre los principales
cambios y novedades con respecto al PGC 1990, podíamos destacar los
siguientes puntos: El inmovilizado inmaterial sufre un cambio en su
denominación y
pasa a llamarse intangible, las Provisiones por
depreciación a deterioro del Valor del Inmovilizado. Como novedad,
podemos
destacar
que
aparece
un
nuevo
grupo,
“Inversiones
inmobiliarias”, que engloba todos los inmuebles que se adquieren para
obtener rentas o plusvalías.
Con
respecto a los gastos
de
establecimiento, no son activos (bienes, derechos y otros recursos
controlados económicamente por las empresas, resultantes de sucesos
pasados -ya finalizado- de los que es probable que la empresa obtenga
beneficios económicos en un futuro) y no admitida su capitalización
por las NIIF, ahora se contabilizan como gasto en el ejercicio que se
producen. Otra modificación con respecto al Plan del 90 es que han
desaparecido los gastos a distribuir en varios ejercicios, por tanto
quedan fuera del NPGC las siguientes cuentas: Gastos de constitución,
Gastos de primer establecimiento, Gastos de ampliación de capital,
Gastos de formalización de deudas, Gastos por intereses diferidos de
valores negociables y Gastos por intereses diferidos.
Con respecto a la valoración del inmovilizado material, inversiones
inmobiliarias ya sean para arrendar o vender, inmovilizado intangible
y activos no corrientes para la venta, se siguen valorando por el
valor de adquisición o coste de producción, con la novedad que se
obliga, antes en el Plan de 1990 era opcional, a la inclusión de los
gastos financieros antes de la entrada en funcionamiento para
elementos que precisen de más de un año para su puesta en condiciones
de funcionamiento, y hasta el límite del valor razonable.
Otra novedad es que formará parte del valor del inmovilizado material,
la estimación inicial del valor actual de las obligaciones asumidas
derivadas del desmantelamiento o retiro y costes de rehabilitación o
reparación medioambiental del lugar.
Si existe modificación en el tratamiento de la valoración de las
permutas, tendremos que distinguir entre la permutas con y sin
carácter comercial. Son de carácter comercial cuando los flujos de
caja esperados del bien recibido son significativamente distintos a
los que se esperaba obtener con el bien entregado, y esa diferencia es
significativa con respecto al valor razonable de los bienes. En caso
contrario la permuta es sin carácter comercial. En las permutas puras
de carácter comercial (no existe contraprestación económica, sino que
en la misma entrego un bien y recibo otro y no hay diferencia
sustancial entre los valores razonables de ambos), en éstas el valor
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inicial del bien recibido es el valor razonable del bien entregado,
con el límite de este último. Con referencia a la permuta sin carácter
comercial, el valor inicial del bien recibido es el valor contable del
bien entregado más la contraprestación entregada, en su caso; no se
reconocen beneficios, aunque sí puede reconocerse un deterioro, si
existe.
Si ha habido modificación en el tratamiento del arrendamiento
financiero, el cual se entiende que existe cuando se den alguna de las
siguientes condiciones: Que el periodo de alquiler sea igual a la vida
económica del bien o cuando el valor actual de los pagos es igual al
valor razonable del activo (por tanto, termino pagando lo que vale) o
cuando su utilidad quede restringida al arrendatario, sólo lo utiliza
el arrendatario y nadie más, o cuando exista poder de cancelación,
posibilidad de prórroga con pagos simbólicos...: El leasing ya no se
contabiliza como activo inmaterial, sino que el arrendamiento
financiero se define prevaleciendo la sustancia sobre la forma, esto
es, independiente de la denominación que se de en el contrato.
Asimismo la deuda se refleja por el valor actual que será el valor
razonable del bien (no por el valor de reembolso) o el valor actual de
los pagos mínimos si es menor, y los intereses se registrarán en la
cuenta de resultados cuando se devengen, van a cuenta de resultados
(no hay por tanto gastos financieros diferidos en el activo del
balance).
Siguiendo con el tema de la valoración inicial en referencia a las
aportaciones de capital no dinerarias, para el que las recibe, su
valoración es el valor razonable, y para el que la aporta, es igual a
una permuta.
Para los intangibles tenemos las mismas novedades que para el
inmovilizado material. Las inversiones realizadas en local arrendado
se amortizan en función del menor de la vida útil o duración del
contrato.
Como casos particulares tenemos: I+D y Fondo de Comercio, los I+D
cuando se cumplan una serie de requisitos se pueden capitalizar los de
investigación (diferencia con las NIC) y los de desarrollo se deben
capitalizar. La amortización se realiza en vida útil con un máximo de
cinco años, salvo prueba en contrario. En el Fondo de Comercio, si la
diferencia entre el precio menos el valor razonable de activos y
pasivos es positiva, es un bien intangible de vida indefinida,
entonces no se amortiza y se aplica el test del deterioro; y si es
negativa es ingreso del ejercicio. Es fiscalmente deducible un 5%
sobre el precio de adquisición, siempre que se haya adquirido de forma
onerosa, fuera de situaciones de grupo y se dote una reserva
indisponible por el importe deducido, se trata de una pérdida fiscal,
no contable, que dará lugar al oportuno ajuste en el impuesto.
Con respecto a la valoración posterior, tenemos como características
destacables que se mantiene el modelo de coste obligatoriamente, ya
que no se permite la opción del modelo de revalorización, diferencia
con las NIIF. Se establece la necesidad del test del deterioro del
valor: se produce si el valor contable supera el importe del
recuperable, siendo el mismo el mayor entre su valor razonable menos
los costes de venta y su valor en uso (valor actual de los flujos
futuros de efectivo esperados actualizados a un tipo de descuento
adecuado).
Cuando un inmovilizado se pretende vender antes de un año se
reclasifica en una cuenta del grupo 5 y se deja de amortizar hasta el
momento de la venta (esto último no se hace en el PGC de pymes). La
baja del inmovilizado se produce en el momento de su enajenación o
disposición por otra vía, cuando no se espere obtener rendimientos
futuros. Los resultados procedentes del mismo se imputan a PyG, ya no
son extraordinarios sino de la explotación.
Mª Jesús Martínez Aparicio. Colegiada nº 5.412
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