¿LOS LEONES BLANCOS SON EMBAJADORES O ELEFANTES BLANCOS DE LA CONSERVACIÓN? Paul. A. Rees Centre for Enviromental Systems Research, School of Environment and Life Sciences, Peel Building, University of Salford, Greater Manchester, M6 6PU, U.K. Internacional Zoo News Vol.51, No.8 (2004), pp. 484-489 Traducción: Concha Mola. Los zoos legitiman sus actividades ante el público moderno, insistiendo en su papel conservacionista; especialmente su papel en programas de reproducción en colaboración con otros zoos. A menudo justifican el mantenimiento de animales que no se pueden reproducir o que no están en peligro de extinción, clasificándolos de “embajadores”. Pero, ¿cual es el papel de tales embajadores?¿Son embajadores de su especie, o de la conservación en general? ¿Podría ser que algunos “embajadores” estuvieran perjudicando, mas que favoreciendo al movimiento conservacionista? ¿Qué es un “embajador”? Los animales que forman parte de un programa de colaboración para la reproducción tienen un claro papel, ya sea produciendo animales que más adelante serán devueltos a su hábitat natural, o manteniendo una población viable cautiva, para evitar la extinción de la especie. Muchas personas dudan del valor de las poblaciones en los zoos, pero nadie puede prever el futuro y decir con precisión qué especies se verán ayudadas y se evitará su extinción gracias a los zoos. Esos animales tienen una función de conservación bien definida y funcionan como embajadores sólo como función secundaria, ya que los animales individuales representan a su especie (amenazada) y son también un ejemplo concreto del potencial conservador de los zoos. Pero, ¿qué pasa con esos animales que tienen un bajo valor conservacionista? Hay una serie de categorías de animales que se podrían considerar exclusivamente embajadores. Son individuos: de especies comunes que no están amenazadas de especies raras para las que no existen programas de colaboración para la reproducción, quizás porque hay muy pocos individuos en cautiverio (por ejemplo, elefantes del bosque Loxodonta cyclotis) • de especies raras que tienen potencial reproductor, pero no incluidas en programas de colaboración para la reproducción (por ejemplo, un tigre Panthera tigris, cuyos genes están ya demasiado representados en la población de los zoos • que no tienen potencial reproductor, debido a su edad, problemas de comportamiento o enfermedad (por ejemplo, un elefante asiático solitario Elephas maximus en la fase post-reproductora de su vida. Los zoos no pueden existir sin su público. Algunos educadores y directores de zoos alegan que los zoos deben mantener las típicas “especies ABC”, porque el público, especialmente los niños, espera poder verlas. Nadie podrá decir que las jirafas y los pingüinos no atraen al público de un zoo, ni que a este le interese demasiado su estado de conservación. Por otra parte, algunos zoos han logrado reducir considerablemente la cantidad de especies que albergan, concentrando • • su colección en especies amenazadas, y aumentando así la afluencia de público. Pocos zoos están dispuestos a arriesgarse a ver hasta donde pueden llegar a la hora de reducir el número total de especies que alojan antes de que el público pierda interés. En muchos casos, las especies comunes presentes en muchos zoos, probablemente desaparezcan por desgaste natural (por lo menos de los mejores zoos), simplemente porque hay una tendencia general de mantener especies y subespecies raras. Los leones africanos (principalmente Panthera leo massaieus, P. l. krugeri e híbridos) se han visto sustituidos por las subespecies asiáticas (P. l. persica); los jaguares (Panthera onca) han sustituido a los leopardos (Panthera pardus); los onagros (Equus hemonius) pastan donde antes lo hacían las cebras comunes (Equus burchelli). Donde haya individuos de especies raras en los zoos, deberían ser parte de un programa de colaboración para la reproducción, si es que existe. Si no es así, porque son infértiles o por otro motivo, como mínimo deberían servir para recaudar fondos para proyectos de conservación in situ, si los zoos alegan que son embajadores de su especie. Si los zoos dicen que estos animales son embajadores de la conservación en general, deberían demostrarlo, participando en amplios programas de conservación para varias especies. ¿Cuando un embajador no es un embajador? Muchos zoos aun tienen especies comunes que no tienen ningún valor conservacionista, pero otros han intentado atraer al público adquiriendo rarezas genéticas. En abril de 2004, el Safari Park de West Midland (Bewdley, U.K.) importó cuatro leones blancos para el Reino Unido por un precio de 250.000 libras. Según el safari park, estos animales tienen el estatus subespecífico de Panthera leo krugeri, aunque esta es la subespecie reconocida del Transvaal, independientemente del color de su pelaje. Los leones blancos son variedades de colores y no representan per se ninguna especie en particular según la taxonomía. Padecen una condición genética recesiva llamada leucismo, que provoca la pérdida de pigmentación normal en la piel y pelaje, pero no en los ojos, labios, ni en las almohadillas de las patas. Otras variaciones de color ya se han observado anteriormente en los leones. Haltenorth y Diller (1980) dicen que las variaciones blanquecinas y negras son muy raras y describen una variación geográfica de la melena del león que va del amarillo pálido al negro. Reconocen un total de nueve subespecies (siete en África) incluyendo el león del Atlas o de Berbería (P. l. leo) y el león del Cabo (P.l. melanochaita), ambos ya extinguidos, tenían una gran melena muy oscura. Macdonald (1984) describe siete subespecies (tabla 1), pero Nowak (1999) habla sólo de dos (P.l. leo y P.l. persica). Dorst y Dandelot (1970) describen la melena cuyos colores van del rubio plateado, pasando por el ocre, al negro; y el color del cuerpo del gris plateado con ocre, al ocre oscuro con toques marrones. En algunas zonas los leones macho no tienen melena (Burton, 1970). Apps (1996) dice que los leones “blancos” no son blancos en absoluto, sino de color beige muy claro. Rara vez se ha visto algún león blanco silvestre. Guggisberg (1975) habla de dos cachorros de león albinos del Parque Nacional de Kruger en 1060, pero no da más detalles. Es posible que no se tratara de albinos, sino de animales con leucismo. En 1975, se encontraron dos cachorros blancos en una camada de tres en una zona que ahora pertenece al Parque Nacional de Kruger. Los dos cachorros blancos tenían leucismo, y el tercero (normal) era heterocigótico de esta condición. Se observó un tercer cachorro blanco en una manada vecina en 1976, pero no sobrevivió (McBride, 1983). La camada de tres descubierta en 1975 fue capturada y llevada al zoo de Pretoria. Los leones blancos son biológicamente interesantes y tienen una historia documentada, pero ¿tienen algún interés conservacionista? A los conservacionistas les interesan los leones. Las enfermedades en los leones africanos silvestres se han convertido en una amenaza considerable, y el león asiático ha sido parte de programas de reproducción en cautiverio durante muchos años. Sin embargo, los leones blancos no son más que una rareza genética. La reproducción de estos animales en los zoos no tiene ningún interés conservacionista y no se puede comparar de ningún modo con los intentos de reestablecer el genotipo del león de Berbería norteafricano (Yamaguchi y Haddane, 2002). Se ha dicho que los leones blancos silvestres perecen en manos de las hienas o de otros leones. También los persiguen los cazadores furtivos. Los leons blancos silvestres son raros porque el gen del leucismo es raro. Si la selección natural ha producido una baja frecuencia de este gen, la condición debe de reducir la condición física en la vida silvestre. De lo contrario, el gen se extendería. ¿Cual es la razón conservacionista para aumentar la frecuencia del gen del leucismo reproduciendo los leones blancos en los zoos? El Safari Park de West Midland espera que sus leones blancos sean toda una atracción para atraer al público (Mouland, 2004). Si se repite la experiencia de otros zoos, deberían recuperar su inversión. Se dice que los leones blancos del zoo de Philadelphia han proporcionado unos ingresos de un millón de dólares en un solo año (Croke, 1997). Los zoos saben que los animales raros aumentan el número de visitantes. Tres meses después de la adquisición de dos pandas gigantes, el zoo Chiang Mai de Tailandia, ya tenía más de 400.000 visitantes, y en 2004 se esperaba duplicar las visitas de 600.000 a 1,2 millones (Anon, 2004). Los pandas, según el zoo, eran “embajadores de la amistad con los animales” del gobierno chino. ¿Alguna vez está justificado reproducir rarezas genéticas? Los zoos responsables evitan subespecies genéticamente delicadas en la medida de lo posible. Las dos subespecies originales de orangután (Pongo p. pygmaeus y P.p. abelii) han sido reclasificadas recientemente como especies completas (Pongo. pygmaeus y P. abelii). Los dos taxones parecen similares, pero los análisis de ADN, han determinado que son distintos y se han podido identificar híbridos producidos antes de que se desarrollaran las técnicas de ADN. Los estudios genéticos a nivel de las subespecies han mostrado ser más importantes de lo esperado, dado el posterior reconocimiento de las dos especies completas. Sin embargo, no siempre es posible que los zoos protejan a las subespecies, especialmente cuando el acervo genético en cautiverio es muy pequeño, como vemos en el caso del elefante asiático. Pero, ¿deberían todos los zoos mantener y reproducir rarezas genéticas por debajo del nivel de subespecie? A veces una rareza genética se encuentra confinada en una zona geográfica específica y allí aparece con una cierta frecuencia. Los tigres blancos son blancos porque tienen dos alelos recesivos (genes) de esa condición. El 25 de mayo de 2004 nacieron dos cachorros de tigre blanco en el Safari Park de West Midlands, elevando su número de tigres blancos a seis (el mayor del Reino Unido). ¿Hay más razones para reproducir tigres blancos que leones blancos? Aunque los tigres blancos son una rareza genética, hay evidencias de que pueden sobrevivir en estado salvaje. Entre 1907 y 1933, diecisiete tigres blancos silvestres fueron abatidos por los cazadores (Croke, 1997), y hubo un tiempo en el que los tigres blancos no se consideraban raros en el norte y centro-este de la India (Macdonald, 1984). Todos los tigres blancos han sido subespecie del de tigre de Bengala (Panthera t. tigris). Algunos tigres blancos tienen los ojos de color rosa y son completamente blancos, mientras que otros tienen los ojos azules y rayas negras o marrones sobre un fondo de color de cáscara de huevo o crema. Estos últimos tigres son bien conocidos en el antiguo estado indio de Rewa, zona que ahora forma parte del Parque Nacional de Bandhavgarh. Un tigre blanco fue capturado en este distrito en 1915 y descrito en el Journal of the Bombay Natural History Society. En 1951 el Maharajá de Rewa comenzó a reproducir tigres blancos cautivos para luego venderlos a los zoos. Durante los años 60 algunos individuos fueron comprados por zoos de Bristol (U.K.) y Washington D.C. (Guggisberg, 1975). Los últimos datos de que se disponen de un tigre blanco abatido en la India son de 1958 cerca de Hazaribagh en Bihar. No se han visto tigres blancos salvajes desde los años 50. La Convención de Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica, 1992 (Artículo 2), incluye la “diversidad dentro de las especies” como un elemento importante de biodiversidad que debería conservarse. Los zoos claramente deberían conservar subespecies de tigres y leones. Si los tigres blancos son una variante de color regional, esto ya de por si debería proporcionarles un importante estatus de conservación a estos animales, además de una obligación legal internacional concomitante de tomar medidas para su conservación. Sin embargo, parece poco probable que el Artículo 2 de la Convención se escribiera pensando en incluir cualquier posible variante de color de una especie. Los tigres y leones blancos sólo se pueden producir como resultado de una gran cantidad de endogamia, porque su acervo genético en cautiverio es muy pequeño. Además, los esfuerzos para mantener estas formas en cautiverio probablemente se encontrarán con problemas genéticos. No obstante, aunque se pudiera tener en cautiverio a poblaciones genéticamente viables, es difícil imaginar futuros proyectos de conservación específicamente dirigidos a la reintroducción de tigres o leones blancos. Del arca moderna a la colección de animales salvajes victoriana Probablemente el destino de los leones blancos y los tigres blancos en los zoos sea es el de ser embajadores de su especie. Pero ¿qué mensaje reciben los visitantes al verlos? Debería ser algo así como “queremos que nos den dinero para ayudarnos en nuestros esfuerzos conservacionistas”, pero más bien viene a ser “queremos que paguen para ver estos animales poco frecuentes”. ¿Cómo pueden los zoos transmitir un mensaje consistente, convincente sobre sus motivos para tener animales, si los motivos varían según la especie? Los zoos se encuentran entre la espada y la pared. Sin nuevas atracciones, no podrán aumentar (ni siquiera mantener) su afluencia de público. Además, es aceptable, incluso deseable, que los zoos sean espacios de recreo y entretenimiento, siempre y cuando los animales se exhiban de manera que fomente el respeto. La gente no visitará un zoo poco atractivo, aburrido, que no pueda competir con los parques de atracciones de alta tecnología del siglo XXI. Pero la tenencia de rarezas zoológicas en los zoos es una reminiscencia de las prácticas de las colecciones de animales salvajes que otorgó a los zoos su mala reputación en el pasado, y que sin duda hará que la existencia de los zoos sea más difícil de justificar en el futuro. Una vuelta a la viaja tradición de tener animales simplemente como curiosidad corre el riesgo de convertir el arca moderna de nuevo en la colección de animales salvajes victoriana. Tabla 1. Subespecies de león (Panthera leo) (Macdonald, 1984) Nombre común león del Atlas o de Berbería león de Katanga Nombre científico Panthera leo leo Panthera leo bleyenberghi león Massai león Senegalés león Sudafricano o de Transvaal león del Cabo león Asiático * extinto Panthera leo massaieus Panthera leo senegalensis Panthera leo krugeri Panthera leo melanochaiata* Panthera leo persica Distribución geográfica Norte de África Zimbabue, Angola, Zaire (Congo) África oriental África occidental Transvaal del Cabo a Natal Bosque Gir, India noroccidental