capítulo i - Universidad Francisco Gavidia

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UNIVERSIDAD FRANCISCO GAVIDIA
FACULTAD DE JURISPRUDENCIA Y CIENCIAS SOCIALES
ESCUELA DE CIENCIAS JURÌDICAS
MONOGRAFÌA
TEMA:
“LA PRUEBA EN EL PROCESO PENAL DE MENORES”
TRABAJO MONOGRÀFICO PRESENTADO POR:
RODRÌGO ERNESTO CAMPOS CAMPOS.
PARA OPTAR AL GRADO DE :
LICENCIADO EN CIENCIAS JURÌDICAS.
ASESOR:
RENÈ MENDIZAVAL.
SAN SALVADOR JULIO DE 2003
CAPÍTULO I
LA PRUEBA EN EL PROCESO PENAL DE MENORES
1.1 ANTECEDENTES
En El Salvador como en otros países de Latinoamérica, al sistema de
protección de menores no se le da importancia como se debería, esto viene a
desembocar en problemas de gran envergadura para las generaciones futuras, la
cual por razones voluntarias ò ajenas a su voluntad entran en conflicto con la ley, de
esta manera se hace necesario hacer una exposición y señalar el surgimiento y
evolución de los sistemas de justicia penal juvenil, que se han desarrollado en el
transcurso del tiempo en lo que a justicia de menores se refiere.
Con la aprobación de la Ley del menor infractor en el año de 1994, comienza
en El Salvador un nuevo sistema de protección para la niñez y la adolescencia,
aunque este sistema esta disfrazado por el hecho que en la realidad cuando el
menor comete delitos que la ley tipifica como graves, el sistema de prueba que hay
que utilizar es el mismo de los adultos por el hecho que no hay una diferenciación en
pruebas por edades en el derecho penal, siendo esta la razón por la que se le
adapta a los menores las mismas pruebas y de la misma manera, por el hecho que
no se puede hacer diferencia alguna.
La ley del menor infractor fue creada con el propósito, de fundamentar la
protección a los menores que se encuentran en conflicto con la ley penal; para ello
en la normativa se encuentran
desarrollados los imperativos constitucionales
salvadoreños, la normativa internacional vigente y las tendencias modernas del
derecho de menores y los principios modernos de protección para la niñez, de esta
forma la ley del menor infractor se convierte en un nuevo sistema de justicia penal
juvenil, todo esto en el contexto entendido como un sistema de garantías de
protección a los derechos del menor en conflicto con la ley Penal.
1.2. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
El proceso penal de menores es un procedimiento de carácter especial y esto
se visualiza por la delicadeza con que es tratado el proceso antes y durante se
desarrolla. En el tema a tratar, se puede notar que esto no se cumple, ya que deja
algunos vacíos específicamente en cuanto a la prueba para mejor proveer, regulada
en el Art.91 de la Ley del Menor Infractor, la cual literalmente menciona lo siguiente:
“El Juez podrá ordenar, aun de oficio, la recepción de cualquier prueba, si en
el curso de la audiencia surgen nuevos hechos que requieran su esclarecimiento.”
Este articulo se refiere exclusivamente al momento en que se esta realizando
la audiencia. Es aquí donde el juez se refiere a la prueba para mejor proveer, la cual
tiene por fin darle mas argumentos al juez para esclarecer los hechos que se están
investigando, y de esta forma le ayudan a dictar una sentencia sobre el caso que se
esta ventilando; aquí es de hacer notar que hay una violación al principio, el cual es
el INDUBIO PROREO. El cual establece que en caso de duda se aplicara lo mas
favorable al reo.
Visto el problema la pregunta que surge es la siguiente:
¿Por qué el Juez si en el desarrollo de la sentencia observa que no tiene clara la
vinculación ò la posible participación del menor en el hecho que se le imputa no
resuelve a favor del imputado?. Atendiendo al principio del INDUBIO PRO REO, ya
que esta duda se puede aplicar si es favorable al reo, para aclarar el hecho y de esta
forma no atender a lo dispuesto en el articulo noventa y uno de la Ley del menor
Infractor, observando que este es un procedimiento especial en el caso del menor.
1.3. JUSTIFICACIÓN DE LA INVESTIGACION
El caso que nos ocupa es de suma importancia, por tratarse de menores que
por una mala o equivocada sentencia Judicial puede transformarle la vida. Ya que
para todos no es un secreto la mala organización de la cual adolece la mayoría de
centros de readaptación para menores en nuestro país, en los cuales la vivencia real
nos enseña que más que un centro de readaptación son verdaderas escuelas para
educarse en delincuencia.
Por esto según lo dispuesto en la ley del menor Infractor, en cuanto al proceso
de aplicación de las penas y las formas de cómo se entiende la norma debe de
tratarse con mucho cuidado, porque es la vida de un menor la que se esta tratando y
es la que llega al sistema penal; y de esto solo se puede dar dos consecuencias, la
libertad ò la privación de libertad de un menor, el cual al ser privado de su libertad, la
posibilidad de que se rehabilite es muy incierta.
Según lo que se puede ver en todas las doctrinas del derecho las cuales se
refieren al espíritu de la ley, que todas hablan de la forma de cómo el legislador
siempre trata de ayudar al reo, basándose en el siguiente adagio que dice, “Que es
mejor dejar un culpable libre, que un inocente en la cárcel”.
1.4. INTERES DEL ESTUDIO
1.4.1. LA PRUEBA PARA MEJOR PROVEER
Aclarar en el marco de la Ley del Menor Infractor, la necesidad de establecer ò
de conocer un procedimiento especial con relación a la vinculación ò participación del
menor en un hecho en donde no se confirme con precisión la vinculación de éste.
1.5. IMPORTANCIA DEL ESTUDIO
El estudio es importante porque revisara el problema, y el vació que este
presente específicamente del articulo 91 de la Ley del Menor Infractor.
1.6. UTILIDAD DE LA INVESTIGACIÓN
La utilidad de estudio consistirá en razonar la eliminación de la prueba para
mejor proveer. Establecida en el articulo 91 Ley Menor Infractor, esta eliminación
será explicada en el marco del proceso, en el cual el Juez tendría que limitarse a las
pruebas presentadas por el fiscal.
1.7. OBJETIVO DE LA INVESTIGACIÓN
1.7.1. OBJETIVO GENERAL
1.7.1.1.
A.- Presentar un razonamiento de la eliminación de la prueba para
mejor proveer, establecida en él articulo 91 del la Ley del Menor Infractor.
1.7.2. OBJETIVOS ESPECIFICOS
1.7.2.1.
A) Proponer y explicar las bases Jurídicas de la Ley del Menor
Infractor
1.7.2.2. B) Analizar desde el punto de vista técnico Jurídico, él articulo 91 Ley
del Menor Infractor
1.7.2.3.- C) Definir un razonamiento, técnico y socio jurídico, de la eliminación
de la prueba para mejor proveer en el proceso de menores.
1.8. ESTRATEGIA METODOLOGICA
Comprenderá las etapas, los métodos y las técnicas de investigación, que se
utilizaran en el estudio.
1.9. ETAPAS DE LA INVESTIGACIÓN
1.9.1. PRIMERA ETAPA
Recolección de la información, esta consistirá
en la recolección de la
información bibliografía, documental y de carácter consultiva relacionada con el
tema.
1.9.2. SEGUNDA ETAPA
1.9.2.1. ANALISIS DE LA INFORMACIÓN
Consistirá en el orden y análisis de la información, vinculada directamente a la
problemática.
1.9.3. TERCERA ETAPA
1.9.3.1.
REDACCIÓN DEL INFORME FINAL
Consistirá en la redacción del informe monográfico de acuerdo con el proyecto
capitular.
1.9.3.2.
METODOS
Para realizar la investigación se hará uso de los métodos siguientes, científico,
deductivo, inductivo y lógico.
1.9.3.3.
TÉCNICA DE INVESTIGACIÓN
Las técnicas que serán utilizadas son síntesis bibliografías, análisis del
contenido, consulta especializada, análisis de casos y análisis jurídicos.
2. CAPITULO II
2.1. BASE JURÍDICAS DE LA LEY DEL MENOR INFRACTOR
Las principales bases de la legislación de menores, y en especial de la Ley del
Menor Infractor, encuentran su asidero legal en la normativa constitucional e
internacional, cuando se dice de la normativa internacional hay que hacer un
referencia especifica a la Convención Internacional de Derecho del Niño, para
comprender este fundamento, de la Ley del Menor Infractor la cual esta orientada a
la política criminal de menores hacia una posición garantista y dejar a un lado la
posición tutelar la cual se supera paulatinamente.
También en el ámbito nacional se puede decir que las base jurídicas de la Ley
del Menor Infractor, están desarrolladas bajo el mandato constitucional, en el cual se
enmarca en un régimen jurídico especial, es aquí donde surge el ante proyecto de la
ley en mención; de esta forma al menor que se impute un hecho delictivo (una
infracción penal.) Lo que se trata de presentar en el proyecto de la Ley del Menor
Infractor, son los principios modernos de la normativa internacional relativa a la
estructura del Derechos Penal para menores y que se adecuaran a los postulados de
la Convención Internacional sobre los Derechos
del Niño, haciendo una reseña
histórica, nuestra constitución, hace referencia a la situación de la infancia y la familia
y la comienza a regular a partir del año 1950; pero se hace mas énfasis en la
Constitución de 1983, la que mejora las disposiciones, incorporando cambios en lo
referente a la familia; en tal sentido expresa que se deberá crear la legislación
necesaria y es aquí donde lo plasma en el articulo 32 de la Constitución y hace una
concordancia con lo dispuesto en los artículos 34 y 35 de la misma constitución, los
cuales establecen que: Todo menor tiene derecho a vivir en condiciones familiares y
ambientales que le permitan su desarrollo integral, para lo cual tendrá la protección
del Estado y que la conducta antisocial de los menores que constituya delito ò falta,
estará sujeta a un régimen jurídico especial; siendo esto el punto de partida para el
surgimiento de la Ley del Menor Infractor.
La Ley del Menor Infractor, contiene otros principios constitucionales que
anteriormente solo eran ejercidos por los adultos, específicamente los derechos
individuales, el derecho al honor, a la intimidad personal, a la igualdad ante la Ley, a
la garantía de audiencia, al debido proceso, a la presunción de inocencia, etc. A
pesar de ello en el articulo 3 de la Constitución regula el principio de igualdad de las
personas ante la ley, en este principio esta sustentado la tesis constitucional de que
no se debe aplicar a los menores, la normativa prevista para los mayores, siendo
estos los que se encuentran en una situación jurídica social distinta respecto de los
segundos.
Con esto se puede señalar que la Ley del Menor Infractor pretende dar
cumplimiento a postulados constitucionales, considerando siempre que todo joven
entra en conflicto con la ley penal no debe ser objeto de tutela, sino por el contrario
debe responder penalmente pero de manera atenuada, tomando en cuenta que “no
puede nunca quedar en peores condiciones frente al poder coactivo del estado, que
un mayor de edad, con relación a situaciones delictivas análogas”.
En la Convención de Derechos del Niño1, se puede ver que la Constitución es
la principal motivación del nacimiento de la Ley del Menor Infractor, pero quizás solo
la constitución no hubiera sido suficiente, por que la Ley Menor Infractor recoge todos
los principios contenidos en
instrumento de carácter internacional que ha sido
aceptado por casi todos los países del mundo que forman las Naciones Unidas.
La Convención de Derechos del Niño2, la cual cambia radicalmente el sistema
jurídico de los menores, otorgándoles garantías sustantivas y procésales que no se
les reconocían antes y se basa en tres grandes principios:
1.
El interés superior del niño regulado en él articulo. 3 de la Convención de
Derechos del niño.
2.
El Principio de igualdad ó no-discriminación, articulo 2 de la Convención
de Derechos del niño.
1
Convención Internacional sobre los Derechos del niño. 20 de noviembre de 1989, El Salvador la firmo el 26 de enero de 1990,
y l Asamblea Legislativa la ratifico el 27 de abril de 1990, como ley de la Republica.
2
Convención Internacional sobre los Derechos del niño. 20 de noviembre de 1989, El Salvador la firmo el 26 de enero de 1990,
y l Asamblea Legislativa la ratifico el 27 de abril de 1990, como ley de la Republica.
3.
El principio de universalidad, en el cual todos lo niños y niñas del mundo
poseen los mismos derechos.
Estos principios se amplían en el articulo 40 de la Convención, para los
menores que entran en conflicto con la ley penal. Con relación a los principios
internacionales en los que se fundamenta la Ley del Menor Infractor, se observa
claramente que es la convención sobre los Derechos del Niño la que ha prevalecido
en su creación.
La Ley del Menor Infractor, trata de adoptar los ideales de justicia minoril
nunca antes reconocidos; con su aprobación se da cumplimiento a preceptos
constitucionales básicos en caminados a dar protección especial a los jóvenes,
tomando en cuenta además la importancia de contar con un Derechos penal
especializado, indispensable para garantizar la seguridad jurídica y bien común a la
sociedad. Por otra parte con esta ley se da cumplimiento a compromisos adquiridos
ante la comunidad Intencional de adecuar la legislación interna a los preceptos de la
Convención.
No obstante, a esto se debe tener claro que no todo esta hecho, pues
simplemente se ha dado un pequeño paso en materia de protección de la infancia,
mediante el aseguramiento de garantías sustantivas y procésales, al mismo tiempo
se ha dejado de verse a los jóvenes infractores como necesitados de tutela.
Los objetivos de la ley del Menor Infractor se encuentran en le articulo 1 de la
Ley del Menor Infractor, y menciona los siguientes: los derechos del menor a quien
se le atribuyere la comisión de una conducta delictiva, establece principios rectores
que determinan las medidas que deben aplicarse y establece los procedimientos
que garanticen los derechos de todo menor sujeto a la ley; esto objetivos se debe
entender que llevan como finalidad primordial, educar al menor en responsabilidad,
en tal sentido la ley cumple una fusión educadora y una función responsabilizadora,
estas funciones adquieren relevancia, debido a que los niños y jóvenes adolescentes
son seres humanos en constante evolución y por ello requiere de protección
educativa, a continuación se mencionan estas funciones.
La función educadora:3
Como se menciona anteriormente es el fin
primordial de la Ley del Menor Infractor, educar a los jóvenes en responsabilidad. Y
esto es tomado de la convención de Derechos del Niño, pero no puede adquirir este
carácter, si esta no se aplica en forma concreta ciertos principios relacionados con la
actividad jurisdiccional y procesal; lo que se quiere decir es que el proceso de
menores debe ir siempre encaminado a garantizar el desarrollo del menor en el
ámbito personal, familiar y social, que le permita desarrollarse con todo el potencial
humano que lo convierta en un adulto responsable de sus acciones, esto no puede
ser posible si únicamente se pretende sancionar a un joven por un hecho punible
cometido sin que esa sanción lleve alguna finalidad.
Función responsabilizadora.4 La responsabilidad penal
debe entenderse
como el sentimiento de una persona que ha cometido una infracción penal, a las
consecuencias jurídicas por el hecho punible cometido.
De acuerdo con los tratados y con la Ley del Menor Infractor, cuando un joven
de entre los doce a los dieciocho años de edad, comete una infracción penal, una
vez establecida su participación mediante el proceso, el Juez de menores podrá
aplicarle cualquiera de las medidas establecidas en la misma y estas medidas debe
de tener siempre el carácter educativo.
En cuanto a la responsabilidad del menor algunos autores como Alessandro
Baratta,5 sostiene lo siguiente “ el menor responde penalmente en forma atenuada;
esto es la capacidad de ser sujetos de querellas medidas que a menudo, en la
legislación de menores, se llaman socio-educacativas estas medias comprenden
una restricción de determinados derechos y teniendo como titulo jurídico la
realización culpable de una figura delictiva, son sanciones negativas, aunque su
finalidad sea la de reeducar”.
En conclusión, se demuestra que los menores responden penalmente por sus
conductas punibles cometidas; esa responsabilidad es atenuada respecto de los
adultos, que deben responder por sus acciones delictivas de acuerdo a lo dispuesto
3
Lovato Santos, José Luciano, Justicia para todos pag.158, FESPAD. edición 1997
Lovato Santos, José Luciano, Justicia para todos pag.158 y 159, FESPAD. edición 1997
5
Director de Investigación, acción sobre derechos del niño, en su libro Elementos de un nuevo derecho para la infancia, este
tema fue incorporado al libro, La niñez y la adolescencia en conflicto con la Ley Penal, editado por el PNUD y la Unión
Europea.
4
en el Código Penal, la pregunta que habría que hacerse es la siguiente ¿ Porque
esa responsabilidad es atenuada?. La respuesta es que para ello existen varias
razones, entre las cuales se mencionan:
Que el menor no ha alcanzado un desarrollo Psicológico y mental pleno. En este
sentido, la ley distingue dos franjas para imponer medidas.
La primera, comprende a los menores entre doce y dieciséis años.
La segunda, comprende las edades, de entre dieciséis y dieciocho años.
La idea de hacer esta diferenciación es porque se toma en cuenta el grado de
desarrollo Psicológico y mental alcanzado en esas etapas por el menor.
Las innovaciones de la Ley del Menor Infractor son:
Con la vigencia del régimen jurídico especial de menores es el punto de
partida a la búsqueda de soluciones al problema de la delincuencia juvenil, en un
balance real con el respeto a las garantías plenas que como seres humanos les
corresponde realmente, en este sentido la ley trata de dar salidas colaterales las
cuales eviten la estigmatización del menor ó en defecto de ello, procura imponer
sanciones que no vulneren su dignidad de manera que este pueda continuar sus
desarrollo sin que la responsabilidad penal le imponga trabas en tal desarrollo.
Para garantizar lo antes dicho, la ley recoge instituciones jurídicas que nunca otras
leyes han tenido, a continuación se explicaran algunas de ellas.
Desjudicialización. El articulo 40, literal”b”, de la Convención de los Derechos
del Niño6, aprobada el 20 de noviembre del año 1989, por la Asamblea General de
Las Naciones Unidas, regula que siempre que sea apropiado y deseable, la adopción
de medidas para tratar a esos niños sin recurrir a procedimientos judiciales en el
entendimiento de que se respetaran plenamente los Derechos Humanos y las
garantías legales. Este principio es tomado en la Ley del Menor Infractor, en el
artículo 59 y siguientes, el cual regula la figura de la conciliación, esta figura tiene
como finalidad principal evitar el tramite judicial para no estigmatizar al menor ó en su
6
Convención Internacional sobre los Derechos del niño. 20 de noviembre de 1989, El Salvador la firmo el 26 de enero de 1990,
y l Asamblea Legislativa la ratifico el 27 de abril de 1990, como ley de la Republica.
caso, evitarle ser declarado responsables y
en consecuencia, la imposición de
alguna medida.
Sobre la conciliación, existen muchas opiniones encontradas, esto se debe
principalmente a que la población no ha tenido la oportunidad de comprender las
ventajas que tanto para victimas u ofendidos como para el menor infractor, propone
este modelo de justicia.
La conciliación no debe de entenderse como una forma de librar de
responsabilidad al menor, sino al contrario este se vuelve, sujeto protagónico al
reconocer su acción negativa y responder ante la victima u ofendido, reparando el
daño causado ó indemnizando, según el caso, se entiende además que el interés
superior del menor debe prevalecer en todo caso, de lo contrario, esta Institución no
cumplirá uno de sus fines como es el de educar en responsabilidad.
La victima u ofendido adquiere igualmente un papel protagónico, pues se le
permite voluntariamente reclamar su derechos infringidos, ya que no se le puede
presionar, bajo ninguna circunstancia para alcanzar el acuerdo conciliatorio.
La conciliación tiene como característica principal la voluntariedad de ambas
7
partes ; de ahí las razones por las que no se permite la conciliación en los delitos
que afectan intereses difusos de la sociedad.
Según lo que se plantea en el proyecto de la Ley del Menor Infractor, es valido
mencionar la voluntad política de parte de Gubernamental, la cual
se involucro
efectivamente en la búsqueda de soluciones reales para ese problema, al cual sé
tenía que afrontar este problema no se tiene que limitar a la promulgación de leyes
modernas y garantista de los derechos de menor, si no que lo que se pretende es
reforzar toda la infraestructura institucional que tengan como objeto la formación de
ciudadanos capaces de autodeterminarse. Y es aquí donde el estado a través de sus
instituciones que tienen que ver con esta función toman plena conciencia de la
importancia de tomar nuevas políticas de protección y ayudar a construir una
sociedad sana.
7
Libro Justicia para todos, Martínez Jaime y Lovato Santos, Luciano CEPES, primera edición 1997, FESPAD
Desde este punto de vista se crea el proyecto de la Ley del Menor Infractor,8 el
cual esta enmarcado bajo un régimen de carácter especial, y tendrá como finalidad
regular la conducta antisocial de los menores siempre y cuando está constituye delito
ò falta, y se basa en los criterios de aplicación siguientes:
a) Regulación especial de una materia
b) Aplicación por tribunales especiales
c) Aplicación a un sector de la población
a.- Regulación especial de una materia
Esto se cumple en forma integral, en razón que la especialidad para el
tratamiento de los menores infractores respecto de la legislación penal común, se
plantea desde los aspectos sustanciales y de la ejecución de la medida.
b.- Aplicación por tribunales especiales
Los encargados de hacer cumplir de forma exclusiva y excluyentes la justicia
en los tribunales de carácter especial, en lo referente a la aplicación de Ley del
Menor Infractor; son los Jueces de menores quienes disponen de forma exclusiva y
excluyente, la aplicación de esta normativa.
c.- Aplicación a un sector de la población
Esta ley reúne con estas características, las cuales están bien determinadas
en el ante proyecto y es clara en mencionar a quienes de la población se le aplicara
esta ley en su contenido.
Es de hacer mención que la inspiración
del ante proyecto se baso en la
doctrina de las Naciones Unidas en la cual se hacen referencias a la protección del
menor, como sujeto de derechos propios y originarios en la cual se plantea los
principios del positivismo la cual supera la ya desfasada teoría de la situación
8
Dra. Pacheco García, Gladis Inés. Doctora en derecho, fungió como asesora del Ministerio de Justicia, de El Salvador, libro La
Niñez y la Adolescencia en conflicto con la ley pag.134
irregular, que considera al menor como objeto del derecho, situación que genero una
total desprotección de derechos para el menor.
El criterio de inimputabilidad del menor se ha planteado, la luz del positivismo,
en el cual el menor es inimputable porque no tiene capacidad de conocer la norma,
ni puede adecuar su comportamiento a ese conocimiento.
Es por esta razón, que no se le puede aplicar una sanción propia del derecho
penal, por esto se considera al derecho penal irresponsable al aplicar drásticamente
las medidas tutelares con fundamento en la asimilación del menor infractor a un
enfermo necesitado del tratamiento para ser curado, basándose en este argumento
es que se le negó el derecho a las garantías sustantivas, procésales y de ejecución
que el derecho penal liberal les ha reconocido a los delincuentes adultos9.
Según la doctrina irregular al considerárseles enfermo era peligroso para si
mismo y para la sociedad. Este criterio fue superado hoy en día por la Doctrina de la
protección Integral que propugna la estructuración del derecho penal de menores.
Y en lo referente al criterio de responsabilidad, hay algunos juristas como
Juan Busto Ramírez,
expresa que “El concepto de inimputablidad como la
incapacidad de conocer la ilicitud y de actuar conforme a ese conocimiento, llevando
en si la tendencia de desconocer el carácter de persona, lo transforma en un ser
independiente é incapaz.
Este pensamiento es objetable desde dos perspectivas.
a) En primer lugar porque se basa en la existencia del libre albedrillo, lo cual
es indemostrable y es un cuestión de fe o de creencia y por o tanto, no puede servir
de fundamento jurídico.
b) Este planteamiento va en contra del principio constitucional de la dignidad
de la persona, conforme la cual todo persona tiene derechos y obligaciones, toda
persona es autónoma, por lo tanto, es inherente a ella ser un sujeto responsable,
capaz de dar repuesta a determinadas exigencias.”
9
Dra. Pacheco García, Gladis Inés. Doctora en derecho, fungió como asesora del Ministerio de Justicia, de El Salvador, libro
La Niñez y la Adolescencia en conflicto con la ley pag.135
La consideración del menor como objeto del derecho, permite la vulneración
de los derechos y garantías del menor infractor. Por un comportamiento delictivo
similar al de un adulto puede ser sancionado con mayor dureza y para evitar que
esta situación se siga presentando el proyecto desarrolla los criterios ideológicos que
estructuran el derecho penal de menores. Es aquí donde en esta ley se le reconocen
todas las garantías sustantivas y procésales establecidas en la legislación penal de
mayores, incorporadas las características especiales del proceso penal de menores.
En consecuencia se contemplan como garantías sustantivas los principios de:
legalidad, de responsabilidad y de la dignidad humana, a demás el de necesidad y
como garantías procésales los principios de jurisdiccionalidad, del contradictorio, de
la inmediación de la inviolabilidad de la defensa, de la presunción de inocencia, de la
impugnación, de la legalidad del procedimiento, de publicidad del proceso al
procedimiento por parte de los sujetos procésales.
Durante la ejecución de las medidas se le garantiza el respeto a su derechos
civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, y el derecho de petición y de
queja, el debido proceso para la aplicación de las sanciones disciplinarias y el
principios de humanidad.
En lo referente al proyecto de ley del menor infractor, esta no contempla la
ayuda ni la protección del menor. Y le deja esta actividad al Instituto Salvadoreño de
La niñez y Adolescencia (ISNA), al estructurar el derecho penal de menores se hace
un mecanismo controlador de sociedad para regular las medidas aplicables como
sanciones propiamente dichas, lo cual abandona la premisa de la medida como
mecanismo de protección ó de curación porque el menor infractor no es un enfermo.
Para lograr una adecuada incorporación del menor a la sociedad, el sistema
de justicia necesita el apoyo de todo el sistema de protección social. Siendo esta la
razón por la cual la política criminal determina la edad de doce años, como mínima
para que la conducta antisocial del menor constituya delito ó falta; esto implica, que
por debajo de esa edad, la conducta antisocial de los menores no se puede analizar
ningún hecho, bajo la luz de la ley penal por que se le considera al menor como
incapaces de infringir de forma consiente los actos que se le puedan atribuir. Y esta
disposición no es solo en el derecho penal de menores de El Salvador, sino que es
de forma Internacional ya que es tomada conforme a la Convención Internacional
sobre los Derechos del Niño de noviembre de 198910, en lo que se refiere
al
parámetro del “ establecimiento de la edad mínima antes de la cual se presumirá
que los niños no tienen capacidades para infringir las leyes penales” y por ende no
se les puede exigir la responsabilidad sobre sus actos.
2.2. ANÁLISIS DEL ARTICULO 91 DE LA LEY DEL MENOR INFRACTOR
Para iniciar el análisis de este articulo, es necesario transcribir literalmente el
contexto del referido del mismo, que dice literalmente dice: “El Juez podrá ordenar,
aun de oficio, la recepción de cualquier prueba, si en el curso de la audiencia surgen
nuevos hechos que requieran su esclarecimiento.”
Siguiendo con la investigación, la cual nos proponemos escudriñar y hallarle el
verdadero sentido y correcta aplicación de la normativa penal para menores, podemos
apreciar que si bien es cierto que la Ley del Menor Infractor es una garantía para los
jóvenes delincuentes, el articulo que nos ocupa mas que beneficiar a los menores, les
retrasa el proceso y les perjudica.
Se ha tratado, en épocas recientes, de hacer una diferenciación entre las
penas para personas adultas y para menores. Es de mencionar que siglos atrás
tanto menores como cualquier persona, que se les imputaba un delito, era tratado
con suma dureza. Con respecto a este tema el penalista LABATUT GLENA nos da
una idea del derecho penal que se aplicaba en Europa en los siglos XVI y XVII; de lo
cual hace una referencia:
1. Crueldad excesiva de las Penas: En la aplicación de la pena de muerte
por medios bárbaros: Empalamiento, ahogamiento, azotes, etc. además la
mutilación, la jaula de hierro, la hoguera, la decapitación, el trabajo forzado,
el descuartizamiento.
10
Firmada por el Gobierno de El Salvador, el 26 de enero de 1990 y aprobada en la Asamblea Legislativa el 27 de abril de
1990, funge como Ley de la Republica, según la Cn en el art.144
2. Falta de Personalidad de las Penas: La pena no se aplicaba
exclusivamente al culpable, sino trascendía a sus parientes y, en ciertos
casos, se juzgaba a los cadáveres, condenándoseles y aplicándose penas.
3. Desigualdad ante la Ley: El castigo no se aplica a todos por igual, Los
nobles y los poderosos quedaban fuera de sanción. y la desigualdad era lo
primordial, a grado tal que se establecían penas menos severas
reservadas, en el peor de los casos, a los nobles.
4. Falta de Garantías Procésales: Esta era secreta y por ende, el procesado
carecía de garantías.
5. La Arbitrariedad Judicial: No había garantías, la actuación de los jueces
tornábase arbitraria, tanto para aplicar delitos no previstos por las leyes,
como para ejecutar penas.
6. Influencia Religiosa: Se castigaban como delitos, actos que ofendían la
religión: blasfemia, apostasía, sacrilegio, etc., y la separación de pecado y
delito, no eran separados sino hasta las épocas del renacimiento y de la
revolución francesa.
Aunque ya se menciono, deseo recalcar que las penas ya descritas eran
aplicadas por igual a toda persona que se consideraba imputable (aun los menores).
Afortunadamente para el ser humano las sociedades han evolucionado, y la
corriente revolucionaria en la filosofía, que data del renacimiento y mas aun, de la
revolución Francesa, ofrece al mundo la celebre Declaración de los Derechos del
Hombre y del Ciudadano (1739).
En la Declaración antes citada, se establecen garantías penales. En el Art. 8 la
ley dice: “La ley no debe establecer mas penas que las estrictas y evidentemente
necesarias, y nadie puede ser penado sino en virtud de una ley establecida y
promulgada con anterioridad al delito, y legalmente aplicada”.
Este principio retoma el dogma “Nullum Crimen, Nulla Poena Sine Previa
Lege”, el cual constituye la base del Principio de Legalidad o Reserva Legal.
Para el caso que nos ocupa, también hay ver el Articulo 9 de la Declaración,
que literalmente dice: “Todo hombre se presume inocente hasta que ha sido
declarado culpable, y si resulta indispensable arrestarlo, todo rigor que no sea
necesario para asegurar su persona debe ser severamente reprimido por la ley”.
Los dos artículos literalmente transcritos, establecen aun en nuestros días
garantías fundamentales para todas las personas. También el Principio de Legalidad
esta plasmado en la Constitución de la República de El Salvador, en el Art. 15 dice:
“Nadie puede ser juzgado sino conforme a las leyes promulgadas con anterioridad al
hecho de que se trate, y por los tribunales que previamente haya establecido la ley”.
Así también El Código Penal de Nuestro país en su 1er. Artículo establece: “Nadie
podrá ser sancionado por una acción u omisión que la ley penal no haya descrito en
forma precisa e inequívoca como delito o falta, ni podrá ser sometido a penas o
medidas de seguridad que la ley no haya establecido con anterioridad.
No podrá configurarse delito o falta, ni imponerse pena o medida de
seguridad, por aplicación analógica de la ley penal”.
Podríamos extendernos aun más sobre el tema del principio de legalidad, pero
más importante para el tema en desarrollo es el Principio de Inocencia, base de
muchas ganarías constitucionales y a la vez principio que el artículo 91 de la Ley del
Menor Infractor, a nuestro parecer los violenta.
2.3. PRINCIPIO DE PRESUNCIÓN DE INOCENCIA 11
El principio de inocencia es un derecho fundamental para la adecuada práctica
del derecho penal y su ejecución; es decir, en el derecho procesal penal. Sería
ocioso tratar de hacer un análisis doctrinario de su procedencia, no obstante el
objetivo de este análisis es el de determinar cuan importante puede resultar en su
adecuada aplicación.
En su aplicación la presunción de inocencia como una figura procesal y aun,
un poco mas importante es decir, constitución, configura la libertad del sujeto (los
11
Binder Alberto, Introducción al estudio del Derecho
Editorial Ruben Villela año,1993, Argentina.
cuales son derechos fundamentales consagrados en toda constitución) que le
permite ser libre en actitudes comprobadas y no merezca perder su libertad, como
ocurre cuando una persona recibe algún tipo de sanción penal a consecuencia de
una conducta adecuada a la tipificación, además de haber sido comprobada según el
procedimiento vigente para el juicio. La calidad de “ser inocente” es una figura que
sólo le interesa al derecho en su aplicación.
Tomando en cuenta que la aplicación del derecho sólo le atañe al Estado es
este quien va a determinar si una persona sigue siendo inocente o no, ya que, sería
una aberración decir que alguien es culpable sin que un juez lo determine, y la previa
aclaración surge por la necesidad de explicar que muchas veces la sociedad comete
errores aberrantes y denigrantes en contra de imputados, quienes son considerados
como culpables solamente por la opinión de la conciencia popular, la cual en la
mayoría de los casos es sembrada por los medios de comunicación social, los cuales
al hacer comentarios acerca de asuntos jurídicos cometen el error de indicar que una
persona es culpable, por que es, el parecer que ellos tienen, y según sus
conclusiones, las cuales no tienen
ningún valor jurídico, pero si social en este
entendido, deducimos el imputado estará sujeto a una condena social sin haber sido
condenado jurídicamente; por lo tanto, la persona pese a mantener el Status jurídico
de inocente sufrirá de la condena popular.
En el pacto de San José de Costa Rica dispone en su artículo 8 inciso 2 “toda
persona inculpada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras
no se pruebe su culpabilidad “.
A su vez la Declaración Universal de Derechos Humanos señala en su artículo
11 que “toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su
inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad”, y la Declaración Americana de
Derechos y Deberes del Hombre establece, en su artículo XXVI que ”se presume que
todo acusado es inocente mientras no se demuestre lo contrario”.
Después de todo lo expuesto, es necesario exponer que el derecho como un
instrumento de cambio social,
sus prioridades debería ser, buscar educar a las
personas que reciben y que actúan en el marco del derecho, es en la conciencia
popular donde es necesario tratar de cimentar el principio de inocencia como status
jurídico y social que todos detentamos a menos de que nuestra conducta sea
declarada como peligrosa para el equilibrio y la paz social,
quienes la ley ha
conferido la facultad y responsabilidad de juzgar.
Es importante darle una concepto al principio jurídico que dice: “Nadie es culpable
si una sentencia no lo declara así” a palabras de Alberto Binder conceptualizaremos
este principio:
a) Que solo la sentencia tiene esa virtualidad.
b) Que el momento de la sentencia sólo existen dos posibilidades: o culpable, o
inocente. Y no existe una tercera posibilidad.
c) Que la “culpabilidad” debe ser jurídicamente construida.
d) Que esa construcción implica la adquisición de un grado de certeza.
e) Que el imputado no tiene que construir su inocencia.
f) Que el imputado no puede ser tratado como un culpable.
g) Que no pueden existir ficciones de culpabilidad, es decir, que no necesitan ser
probadas.
Al entender el significado y alcance del Principio de Inocencia, nos damos cuenta
que el artículo 91 de la Ley Menor Infractor. se contradice; o más bien aun violenta
este principio. Toda persona debe ser considerada inocente hasta que exista un fallo
dictado por tribunal encargado, y si el juez no encuentra pruebas fehacientes que
incriminen
al menor a quien se le imputa el hecho, no debería solicitar pruebas,
para no convertirse en parte del proceso, olvidando que el Juez es únicamente
aplicador de justicia y no impulsador del proceso.
Debemos de considerar también, que en muchos de los casos nuestra legislación
va años atrás de la realidad social y muchas disposiciones antes tan útiles, son hoy
verdaderos anacronismos que no están de acuerdo con la realidad que vivimos.
3. CAPITULO III
3.1. RAZONAMIENTO TÉCNICO JURÍDICO SOBRE LA ELIMINACIÓN
DE LA PRUEBA PARA MEJOR PROVEER
3.2. CONSIDERACIÓN GENERAL
Para hacer un razonamiento técnico jurídico, hay que partir desde la base
constitucional de que nadie puede ser considerado culpable sin sentencia previa y
siendo parte del diseño constitucional de juicio es cual es declarado como tal. Por
imperio constitucional se puede decir que toda persona es inocente y así debe de ser
tratada mientras no se declare en sentencia su culpabilidad.
El juicio previo y el principio de inocencia, son dos caras de la misma moneda
y por tal razón se destacan como garantías básicas de todo proceso penal. Es este
es el punto de partida para construir el escudo protector frente al poder arbitrario que
se comete contra todas las garantías en el proceso penal.
Para algunos autores el principio implica un estatus de inocencia o una
presunción de inocencia, o un derecho a ser tratado como inocente, pero estas
posturas en la practica no difieren en sus efectos.
En la declaraciones de Derechos humanos, específicamente en la Declaración
de los Derechos del Hombre y del Ciudadano proclamadas en Francia en 1948,
literalmente expresa “Que debe presumirse inocente a todo hombre hasta que haya
sido declarado culpable” y el Art. 9 de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, expresa: “ Toda persona acusada de un delito tiene derecho a que se
presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la Ley y al
juicio publico en el que se haya asegurado todas las garantías necesarias para su
defensa”.
Finalmente el pacto de San José de Costa Rica (convención americana sobre
los derechos humanos en el año de 1969) expresa: ”toda persona inculpada de
delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se establezca
legalmente su culpabilidad art.8.
Se puede decir en consecuencia, que este principio, nace como una reacción
ante los abusos de la Inquisición (como modelo del proceso penal arbitrario), y esto
es lo que forma parte de la conciencia universal acerca del valor de la persona,
aunque ello, de ninguna manera quiere que tenga una efectiva vigencia en nuestro
país. Con estos principios las preguntas que surgen son:
1.- ¿Cuál es el significado del principio concreto de la inocencia? Y
2.- ¿Cuales son sus consecuencias?.
Al contrario de lo que ocurre, en la formulación positiva del principio de
inocencia, ha generado mayores dificultades en su interpretación; especialmente al
referirnos
a la existencia de una presunción de inocencia, a esta afirmación se
encuentran varios críticos; sin embargo si se afirma que “ninguna persona puede ser
culpable hasta que una sentencia declare su culpabilidad”
Partimos del presupuesto, que la inocencia es un concepto referencial, que
solo toma sentido cuando existe una posibilidad de que la persona puede ser
culpable y que se pierde la situación normal de los ciudadanos (en este caso de los
menores) es la “libertad.” Pero cuando una persona ingresa al ámbito concreto de
actuación de las normas procésales, es aquí donde se le ve el sentido concreto de lo
que es la inocencia, y es aquí donde se denota que hasta el momento de la
sentencia condenatoria, no se podrá aplicar consecuencias penales a los menores,
es decir que cuando un menor ingresa al foco de atención de las normas procésales
penales, conserva su situación básica de libertad, con algunas restricciones.
En el caso que analizamos, es conveniente hablar de algunos presupuestos
que se deben de tomar en cuenta:
a) Que la culpabilidad debe ser jurídicamente construida
b) La construcción implica un grado de certeza.
c) El imputado no tiene que ser tratado como un culpable.
d) No pueden existir ficciones de culpabilidad es decir partes de la culpabilidad
que no necesitan ser probadas.
Analizaremos estos presupuestos, detalladamente uno por uno.
a) Cuando se dice que la culpabilidad debe de ser jurídicamente construida,
nos estamos refiriendo a la labor que deben de desarrollar las partes que están
interviniendo en el proceso, en nuestro sistema penal este presupuesto esta
delimitando a las funciones de la Fiscalía General de la Republica y de la defensa
ejercida por la Procuraduría, pues son ellos los que deben de construir bien y
presentar las pruebas que utilizaran en el proceso en el cual el Juez, será el arbitro o
moderador para quien observara lo presentado por las partes y esto le servirá para
tomar decisiones.
b) La construcción implica un grado de certeza; quizás es la parte principal en
la valoración que el juez tiene que hacer para dictar sentencia, porque la
construcción de la prueba les corresponde a la parte acusadora y las pruebas de
descargo por lo general a defensa y no al Juez ni siquiera para tener una mayor
certeza de los hechos.
c) El imputado no tiene que ser tratado como un culpable, en esta parte del
proceso el menor no tiene que ser visto como culpable, ni tratado como tal, durante
no haya una sentencia que lo declare como tal, y no puede prolongarse mas tiempo
su situación. Si ya esta en sentencia debe de ser tomada su proceso como tal y no
hacer retardar mas la justicia, por ninguna causa.
d) No pueden existir ficciones de culpabilidad, es decir partes de la
culpabilidad que no necesitan ser probadas, la ficción de culpabilidad si es el caso
que el proceso se tarda mas de lo planeado como es el caso de la prueba para mejor
proveer se estaría ante la ficción por parte del Juzgador, así como también estaría
directamente vinculándose en parte interesada en el proceso y no como moderador y
resolutor del caso.
Después de ver los presupuestos anteriores, se puede decir que hoy en día,
no se puede afirmar en el proceso penal, que exista una sospecha o presunción de
culpabilidad presumible departe del Juez, al momento de dictar sentencia, pues su
labor se limita a resolver sobre lo presentado y lo hecho en el transcurso del proceso
y en el juicio. Se dice que la mayoría de Juzgadores desconocen que lo que esta en
juego en un proceso penal es una garantía política que protege al ciudadano, que
ingresa al ámbito de actuación de las normas procésales penales.
Ciertamente, en el proceso penal existe una progresiva adquisición de
conocimientos, cuyo resultado puede ser un aumento de sospecha que existe
respecto a una persona. Esto se puede ver por ejemplo cuando se dicta un auto de
prisión se requiere un grado de sospecha y este es aun más fuerte, cuando se dicta
un auto de apertura a juicio. Pero no es necesario que exista una presunción de
culpabilidad ò que este acto signifique un grado mayor de sospecha.
Cuando se construye con certeza la culpabilidad esto significa destruir sin lugar a
dudas la situación básica de libertad. Es aquí donde caemos en el principio del
FAVOR REI, comúnmente conocido como INDUBIO PRO REO, en el cual se
menciona que la situación básica de la libertad debe ser destruida mediante una
certeza y de no ser así tiene que permanecer el status básico de la libertad.
Es el caso del Art. .91 de la Ley del Menor Infractor. En el cual el Juez de
oficio puede ordenar, la recopilación de cualquier prueba. Para algunos juristas, esto
es posible, de acuerdo a la facultad que tiene el juez la cual la puede ejercer a
petición de parte todo con el objetivo de ”buscar la verdad real” la cual acompaña al
juzgador en materia penal, para descartar el hecho.
Pero si vemos el principio del In Dubio Pro Reo, en el cual se basa a que la
libertad solo puede ser destruida mediante una certeza y en caso contrario
permanece la libertad del imputado, y siendo que la presunción de culpabilidad exige
precisión, expresada en certeza y sino se tienen ambas el imputado debe estar libre
de toda sospecha y debe por derecho ser puesto en libertad.
De acuerdo al principio analizado y en concordancia con el Art. 91 Ley del
Menor Infractor. Se nota que aquí hay una contraposición con lo mandado a hacer
por el articulo y el principio tratado, aparte de ello se puede ver como el artículo en
mención, le da facultades al Juez, de las cuales en la normativa penal vigente no
tendría lugar, por la posición que ocupa el Juez, el cual no interviene en el proceso
para no contaminarse y no ser Juez y parte.
3.3. RAZONAMIENTO TÉCNICO JURIDICO
Nuestro sistema penal de menores, esta creado con una visión de libertad y
responsabilidad; la cual va enfocada a los actos que el menor comete, cuando por
cualquier acto que este comete entrar en conflicto con la ley penal. Es aquí donde
surge la necesidad de crear un derecho penal, para menores en el cual se vea el
conjunto de normas jurídicas aplicables al menor que entra en conflicto con la ley
penal, y la definición de la edad limite, debajo de la cual no debería intervenir nunca
la justicia penal, aun cuando se trate de delitos graves.
Esta postura se puede ver desde el punto de partida de la Convención de los
Derechos del niño de 198912, en la cual la mayoría de edad se alcanza a los 18 años
y le da la libertad a los estados adoptantes para que ellos establezcan un limite
inferior de edad siempre y cuando este vaya en ventaja del niño y nunca en materia
penal.
En el contenido de nuestra Ley del Menor Infractor, se establece la edad de
los menores que estarán sujetos a ellas refiriéndose a los menores de 12 años y
menores de 18, a quienes se les atribuyere o comprobare responsabilidad en la
comisión de una infracción a la ley penal y que los menores de 12 años no estarán
sometidos a procedimientos judiciales13.
Aquí se puede notar la coherencia interna del sistema de justicia penal en el
ámbito de menores en nuestro país. El cual esta delimitado por el desarrollo de los
elementos que constituyen la doctrina normativa de justificación. Aquí intentaremos
reunir en cuatro grupos, que orientan el sistema de la justicia juvenil los cuales son:
a)
Principios protectores de la libertad.
b)
Principios de responsabilidad.
c)
Principios relativos a la finalidad del proceso y a la
finalidad de las medidas y
d)
12
Principio de especialidad.
Firmada por el Gobierno de El Salvador, el 26 de enero de 1990 y aprobada en la Asamblea Legislativa el 27 de abril de
1990.
Ley del Menor infractor, de El Salvador
13
A).- Los principios protectores de la libertad14: Son principios que están
orientados a reconocer y garantizar la libertad del menor, en todas las etapas del
proceso, y ha fortalecer su posición legal
evitando la imposición de penas
informales. Entre estos principios se pueden mencionar los siguientes:
•
El principio de legalidad.
•
El principio de supremacía de la ley penal sustancial.
•
El principio de jurisdiccionalidad.
•
El principio de presunción de inocencia.
•
El principio de la excepcionalidad de la detención.
•
El principio de la inviolabilidad de la defensa.
B).- Los principios relativos a la responsabilidad: están orientados a lograr la
responsabilidad del menor y la de su ambiente de vida y relación. En este sentido
las tareas que impone la nueva ley del menor infractor, deben orientarse a la
construcción e individualización de instrumentos que hagan eficaz el deber de
realizar la protección social por un lado, y rescatar la función pedagógica del principio
de responsabilidad del menor.
El adoptar el principio de responsabilidad significa reconocer que el sistema de la
justicia penal es solo una parte de un sistema mas amplio de protección de los
menores y que como tal, la administración de justicia debe colocarse al interior de
una amplia política social, en este sentido la ley de menores facilita que este
sistema, establezca relaciones operativas con el sistema de protección social, a
continuación mencionare los principios de responsabilidad son los siguientes:
14
•
Principio de responsabilidad por el hecho.
•
Principio de oportunidad.
•
Principio de adecuación de la respuesta a la responsabilidad de menor.
•
Principio a la participación de la victima.
Sneider Rivera, en un apartado de libro la niñez y adolescencia en conflicto con la ley penal paginas.182 y 183.
C).- Principios relativos a la finalidad del proceso y a la finalidad de las
medidas: Estos están relacionados a la naturaleza del proceso penal de menores y
de sus medidas las cuales permiten realizar su control y seguimiento continuo. Un
control sobre calidad y eficacia de los resultados de las medidas y del proceso
mismo, y entre estos se puede mencionar los siguientes:
•
Principio de la adecuación de la medida.
•
Principió de la función educativa del proceso.
•
Principio educativo de la responsabilidad.
•
Principio de mínima ofensividad
•
Principio de la no estigmatización
D).- Principio de especialidad: Se refiere a que la justicia para menores
debe ser ejercida por magistrados especializados, el juez los fiscales, procuradores y
operadores
judiciales deben de ser especializados. Es aquí donde se debe
establecer una adecuada formación profesional tanto en ciencias jurídica otras
disciplinas como la psico.social.
Esta garantía de la especialización de la justicia de menores, el incremento de la
competencia y capacidades profesionales constituye uno delos elementos centrales
del nuevo sistema de justicia de menores. El desarrollo practico de este principio, a
demás de construir uno de los instrumentos de una nueva cultura de derecho en el
ámbito de menores.
Por ultimo podemos decir que cuando se habla de que hay riesgo con la definición
de un sistema de justicia de menores para jóvenes en conflicto con la ley penal, el
cual se basa en la libertada y la responsabilidad, no solo se esta haciendo un nuevo
sistema de justicia de menores sino también se sientan las bases para una nueva
sociedad en construcción.
3.4. ANÁLISIS DE LOS ASPECTOS SOCIO JURÍDICO
El control social sobre los adolescentes que entran en conflicto con la ley
penal, parte de la premisa que jóvenes adolescentes, son sujetos del derechos
penal, correspondiéndoles por tanto la protección de las garantías propias de este
derecho a demás de las que les corresponden, por su condición de menores de
edad, es aquí donde se plantea el control social penal, en la Convención Americana
sobre
Derechos Humanos, aunque no se refiere especialmente al tema de
adolescentes pero ampliamente a la protección de los derechos de toda persona, los
incluye dentro de ese concepto.
También a esto hay un aporte valioso de varios instrumentos entre los cuales
se pueden mencionar: Las Reglas Mínimas de la Naciones Unidas para la
Administración de Justicia de Menores Conocidas como (Reglas de Beijing), las
reglar Mínimas de las Naciones Unidas, para la Protección de los Menores Privados
de su Libertad, y Las Directrices de las naciones Unidas para la prevención de la
delincuencia juvenil conocida como ( Las Directrices de RAID).
La problemática en el control social de adolescentes en conflicto con la ley
penal es muy amplia y para abordarla se requiere de un enfoque integrado el cual
permite abarcar la familia en núcleos y de forma extensa, y en relación a los niños
que carecen de ella, refiriéndome a los niños de la calle y sus grupos de socialización
en el cual se desarrollan aunado a eso el ámbito del sector social en que estos viven,
refiriéndonos a (educación, recreación, salud y vivienda).
Los sistemas de justicia penal juvenil de Latinoamérica, corresponden a la
llamada corrección tutelar en virtud de la cual procuran proteger a los menores de
edad, con el juez que actúa como buen padre de familia, lo hacen tomándolo como
objeto de protección, y desconociéndolos como verdaderos sujetos de derechos.
Esto ha llevado a que no se le reconozcan las garantías penales, procésales y
de ejecución, de las medidas que deberían ampararles.
Y esto con la introducción de la Doctrina Irregular, en virtud de la cual se
equipara en su naturaleza y en las medias adoptadas en consecuencias situaciones
totalmente difíciles en las cuales un menor de edad se encuentre en estado de
abandono o peligro y que carezca de la atención suficiente para la satisfacción de
sus necesidad básicas, que su patrimonio se encuentre amenazado por quienes se
lo administren, que haya sido autor o participe de una infracción, que carezca de
representante legal, que presente deficiencia física, sensorial ò mental, que sea
adicto a sustancia que produzcan dependencia o se encuentren expuestos a caer en
adicción, que sea trabajador en condiciones no autorizadas por la ley, que se
encuentre en una situación especial que atente contra sus derechos o su integridad.
Las medidas con que el derecho tutelar responde a estas difíciles situaciones
suelen no distinguirse materialmente. Esto es claro en el caso del internamiento. Un
niño o niña puede estar internado en las mismas condiciones tanto por haber
cometido un delito, como por vender periódico, o por haber sido victima de un abuso,
siendo esta la realidad que afrontan los adolescentes ante el sistema penal, al que se
ven confrontados también los Jueces y Funcionarios que luchan esforzadamente
para sacar cada caso a pesar de la legislación arbitraria, se ha podido comprobar en
muchas legislaciones, como por ejemplo, casos de jueces que se la ingenian de
institucionalización muy bajos y de la misma manera, esta situación legal se presta
para arbitrariedades y deben de ser corregidas.
Corregir esta situación es posible, con el reciente sanción de la Convención de
la Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño por parte de la asambleas
legislativas de los países partes, transforman a la convención en ley interna, la cual
colisiona con las leyes vigentes en materia de minoridad, la cual obliga a dictar nueva
legislación.
A esta debilidades del actual derecho, se agrega que en materia de menores
de edad, como en materia de adulto en materia penal el derecho penal diferencia, a
un sector social bien definido.
De acuerdo a estudios ya realizados en torno a menores, que residen en
zonas marginales (en miseria), o los que viven en viviendas de clase baja,
pertenecientes a sectores marginales. Estos procuran la obtención de dinero por
medio de actividades ilícitas, lo cual ayuda al sostenimiento de su familia; las cuales
en su mayoría las familias son incompletas o desintegradas.
Es evidente que este perfil exhibe una clara correlación entre las pociones de
clase baja y marginal y la delincuencia o conducta infractora oficialmente registrada.
Se castiga penalmente sin respeto a las garantías básicas que deben recibir al
derecho penal, a un sector de adolescentes bien definidos, pero esto no indica que
no exista delincuencia en otros sectores sociales ni mucho menos que exista un
vinculó causal que determine entre la posición de clase, y el delito este perfil solo
exhibe un fenómeno sociológico que se manifiesta en los sistemas de justicia, que
hay que corregir para evitar continuar dando soluciones penales a problemas
sociales y también por un imperativo de derechos humanos y que será importante
tener en cuenta al proyectar legislaciones nuevas en la materia.
Es muy importante preveer en medida de lo posible, la evolución futura de las
infracciones a la ley penal por parte de los jóvenes, como también la evolución de la
reacción social formal e informal frente a ella, es de considerar que es de un futuro
difícil, que hay que mirar con mucha objetividad, para hacerlo mas realista y objetivo.
Esto se desprende de los siguientes puntos que se relacionan entre si:
a) La información de los países han señalado un aumento de las infracciones
de la ley penal por parte de los jóvenes, primordialmente se trata de delitos, contra la
propiedad, aunque en los últimos tiempos se registran otras incidencias en otras
figuras delictivas y una preocupante utilización de menores de edad por parte de
adultos para cometer delitos graves, tales como Homicidio por encargo y trafico de
drogas ( esto merece un estudio por separado). También hay un aumento de casos
que las leyes de menores denominan de situación irregular, de riesgo de peligro
social.
Los funcionarios de justicia penal y los expertos en la materia han relacionado, este
aumento con el grave deterioró socioeconómico y el descenso de los niveles de
calidad de vida de la población.
b) Correlativamente se a creado una alarma social y temor al delito,
transferida en algunas figuras que no aumentan con frecuencia pero que la llamada
opinión, publica, con su distorsión de manejo del tema hacen los medios de
comunicaciones sociales, los presentan como si se elevaran con frecuencias. Como
resultado de esto es que se aumentan las pena y como consecuencia se da una
mayor institucionalización ( uso de la prisión para menores), así como también la
reducción de edades para la imputabilidad.
c).- Esto agrava la capacidad de los institutos para adolescentes, así como la
de los sistemas penitenciarios es limitada.
d).- Esto para adolescentes, no es la solución recomendable el internar al
menor, porque tiene desventajas y efectos negativos (tales como el de
pricionalizacion de adolescentes), los institutos de internamiento no son la solución
posible, para los países en vías de desarrollo.
e).-
A esto se agrega el fenómeno negativo de la redistribución
presupuestaria, al interior del sistema de justicia penal, en materia de adulto y en
menores de edad, La cual va en detrimento del sistema judicial en materia de
reclusión, esto promueve la existencia de sociedades con un alto nivel de violencia.
f).- Un problema grave en materia de menores, es su falta de distinción entre
los casos de infracción a la ley penal y los casos llamados de riesgo social, en este
caos las legislaciones reemplazan el principio del hecho, por el principio del autor lo
cual equipara el estado de abandono, a la comisión de un delito con lo que multiplica
la penalalizacion de situaciones sociales que deberían ser de atención comunitaria y
principalmente del Estado, a través de los sectores de bienestar social y no del
sector justicia.
Después de ver algunos aspecto socio jurídicos, se puede notar que hay un
panorama crudo que exhibe condiciones, para que si no se lleva a acabo una acción,
en la cual haya una concertación de las organizaciones no gubernamentales que
trabajan en la materia y no existen, por parte del Gobierno y de los que pueden
contribuir a definir las políticas en caminadas a una claridad de objetivos y esfuerzos
con decisión se produzca un retroceso aun mayor, el cual puede contribuir a un
mayor numero de adolescentes en prisión.
Es aquí donde a través de este trabajo se plantea la importancia de cambiar la
actual legislación especialmente el articulo 91, de LA Ley del Menor Infractor para
cambiar y adoptarla al actual proceso penal vigente en nuestro país.
En materia penal esta labor implica un riesgo que se quiere señalar el cual es:
restituir las garantías penales, procésales y de ejecución a los menores de edad,
acercarlos a los aspectos de beneficios al proceso penal de adulto.
4. CAPITULO IV
4.1. CONCLUSIÓN Y RECOMENDACIÓN
4.1.1. CONCLUSIÓN
Con el desarrollo del tiempo los ordenamiento jurídicos, han desarrollado
distintas formar de tratar a los menores que entran en conflicto con la ley penal, pero
en mi opinión el mas acertado es por hoy el actual, refiriéndome al modelo educativo
responsabilizador, el cual esta fundamentado en “ la educación y la responsabilidad,
personal del menor en el orden a seguir un desarrollo
maduro y equilibrado,
atendiendo a los principios del estado de derecho”
Para el escritor español15, hace referencia en el estudio de la realidad biológica y
Psicosocial en la evolución del menor; en el estudio de la marginalización social de
los niños y sus consecuencias en la relación directas con la comisión de hechos
delictivos, manifiesta que con este modelo se supera la in efectividad del modelo
tutelar caracterizado por la ausencia de garantías Jurídicas y se evita someter al
menor aun proceso incriminador estigmatizador.
La Ley del Menor Infractor, en sus principios rectores enuncia el
modelo
Educativo Responsabilizador, el cual se debe de cumplir en todas las etapas del
procedimiento, pero este modelo se debe implementar en la fase de la imposición y
ejecución de la medida. Si realmente se quiere educar al menor para que
gradualmente logre sus responsabilidades y logre su objetivo primordial que es su
reinserción social.
Después de haber razonado un poco se plantea que la prueba para mejor
proveer, a la que se refiere el Art. 91LMI, en los proceso de menores no opere por
las razones siguientes:
15
Rios Marin. Autor Espeñol
•
Porque contradice al principio de INDUBIO PRO REO. Este principio esta
basado en que la duda que tenga el juzgador es de provecho para el acusado,
es aquí donde no se puede pedir la prueba para mejor proveer.
•
Porque de acuerdo a la normativa penal vigente el Juez no puede intervenir
en el proceso, para no contaminarse, ni ser Juez y parte. Al parecer en esta
forma de cómo proceder que establece el Art. 91 Ley Menor Infractor. Quedo
desfasado con la normativa penal vigente.
•
Porque de acuerdo al objetivo de las medidas que se le impondrán al menor
contempladas en el Art. 8 LMI. Estas tienen que
cumplir con la doctrina
integral, la cual tiene como filosofía el Modelo Educativo Responsabilizador. y
en nuestros centros de resguardos no cumplen con esta función y es por eso
que en algunos caso los jueces han optado por, dar penas de arresto
domiciliarios a los menores, aunque esto se ha visto solo en casos especiales
y de acuerdo con la condición del infractor.
•
Porque la prueba para mejor proveer va en contra de los principios rectores de
la misma Ley, los cuales ya se han explicado anteriormente.
4.1.2.- RECOMENDACIONES
Desde los tiempos del derecho romano hasta la época Alemana del siglo XIX
se ha postulado que no hay derecho sin acción ni acción sin derecho'. En esa línea
evolutiva, la acción -entendida hoy como proceso- ha sido un grado tal de autonomía
que en vez de ser un instrumento del derecho, éste se ha convertido más bien en un
instrumento del proceso. Esta concepción positivista del derecho y del proceso ha
llevado a desnaturalizar la vigencia de los derechos fundamentales, en la medida que
su validez y eficacia ha quedado a condición de la aplicación de normas procésales
autónomas, neutrales y científicas; que han vaciado a los derechos fundamentales
de los valores democráticos y constitucionales que le dieron origen en los albores del
constitucionalismo democrático.
En esa medida, después de la segunda guerra mundial, el derecho
constitucional contemporáneo se planteó la relación entre Constitución y proceso,
procurando la reintegración del derecho y el proceso, así como superando el
positivismo jurídico procesal basado en la ley, en base a reconocer un rol tutelar al
juez constitucional disciplina judicial de las formas. Así, se parte de concebir a los
propios derechos fundamentales como garantías procésales; es decir, otorgándoles
implícitamente a los derechos humanos un contenido procesal de aplicación y
protección concreta.
En efecto, los derechos fundamentales son valiosos en la medida que cuentan
con garantías procésales, que permiten accionarlos no sólo ante los tribunales, sino
también ante la administración e incluso entre los particulares y las cámaras
parlamentarias.
La tutela de los derechos fundamentales a través de procesos,
conduce necesariamente a dos cosas: primero, que se garantice el derecho al debido
proceso material y formal de los ciudadanos y, segundo, que el Estado asegure la
tutela jurisdiccional.
De esa manera, la tutela judicial y el debido proceso se incorporan al
contenido esencial de los derechos fundamentales, como elementos del núcleo duro
de los mismos. Permitiendo de esta manera que, a un derecho corresponda siempre
un proceso y que un proceso suponga siempre un derecho; pero, en cualquiera de
ambos supuestos su validez y eficacia la defina su respeto a los derechos
fundamentales. En consecuencia, «las garantías de los derechos fundamentales dan
la oportunidad material de ejercer el derecho contra el Legislativo, Ejecutivo y
Judicial, no sólo en un sentido formal. En tal entendido, los derechos fundamentales
como garantías procésales están vinculados con una amplia concepción del
proceso».
En efecto, plantearse los derechos fundamentales como garantías procésales
materiales o sustantivas, supone actualizar las garantías del proceso de cara a
proteger los propios derechos fundamentales. Sin embargo, esto no supone crear
una estructura organizacional determinada, en tanto que ya existe el Tribunal
Constitucional, los tribunales ordinarios, los tribunales administrativos y militares; sino
traspasar adecuadamente principios, institutos y elementos de la teoría general del
proceso al derecho constitucional procesal en formación, adecuándose a los
principios y derechos fundamentales que consagra la Constitución. En ese sentido,
los derechos fundamentales como garantías procésales, se convierten tanto en
derechos subjetivos como en derechos objetivos Fundamentales.
Al hacer una síntesis de los derechos plasmados en la Constitución de la
República y como estos se enfocan en el procedimiento, llegamos a la conclusión de
que muchas garantías son violentadas por los órganos encargados de administrar
justicia.
En el caso del Art. 91 Ley del Menor Infractor. consideramos que se violentan
por encima de otros los principios de inocencia y el principio IN DUBIO PRO-REO.
Razón por la cual consideramos hacer las siguientes recomendaciones:
1. Aplicar a todo imputado las garantías constitucionales plasmadas en la
Constitución, ya que por ser ley primaria esta por sobre todo el ordenamiento
jurídico del país, y a la ves de carácter obligatorio su cumplimiento. Deseo
recalcar una vez mas que si la constitución declara a una persona inocente
mientras no se demuestre su culpabilidad, cuanto mas si se trata de un menor, el
cual en muchas ocasiones es condenado antes de que se inicie el debido
proceso.
2. Hacer una revisión de la Ley del Menor Infractor, si no en su totalidad al menos
en los artículos que violenten o se contrapongan a lo que le favorezca más al
menor. (Ej. Art. 91 Ley del Menor Infractor.)
3. Crear un verdadero Código de Procedimientos para menores, en el cual se de
una diferenciación entre el proceso para adultos (imputables) y otro para
menores.
4. Establecer nuevos centros de readaptación de menores en los cuales en realidad
se les enseñe y oriente, a fin de que se de una verdadera readaptación del menor
en la sociedad.
Como ya se ha establecido con anterioridad no es nuestro trabajo una crítica
contra toda la Ley del Menor Infractor, ya que mucho de su articulado en realidad son
garantías para los menores infractores. Pero consideramos que como suele ocurrir
muchas veces en nuestro país, las leyes no están de acorde con la realidad social
que se vive en determinado momento; razón por la cual todas las leyes debieran ser
revisadas y reformadas (en los casos necesarios), para una mejor adaptación del
Espíritu de la ley a la sociedad.
Pensemos un momento en todas las reformas que los Código Penal y
Procesal Penal de nuestro país ha experimentado en los últimos cinco años, y más
aun en las reformas que se están planteando hacerles. Esto se debe a que el
legislador y las diferentes fuerzas sociales del país consideran oportuno no permitir
que la delincuencia avance más en nuestro país, fortaleciendo la normativa penal.
De igual manera se debe fortalecer toda la normativa del país y no solo la que
creamos conveniente. Recordemos que los jóvenes de hoy día serán los ciudadanos
del mañana.
Si se adecua a la realidad la Ley del Menor Infractor, indudablemente que se
estará dando un paso grande en la aplicación de una verdadera y pronta justicia,
parte importantísima de la democracia.
5. BIBLIOGRAFÍA
1. Código Penal y procesal
2. Ley del Menor Infractor
3. Reglas Mínimas de las Naciones Unidas, para la administración de justicia de
menores.
4. Reglas de “Beijing”
5. Reglas de las Naciones Unidas para la protección de los menores privados de
libertad.
6. Directrices de las Naciones Unidas para la prevención de la delincuencia
juvenil (Directrices de RAID)
7. Libro Justicia Penal de menores
8. Teoría de la prueba con relación al derecho del menor Infractor
(Álvaro Henry Campos Solórzano)
9. El nuevo derecho penal juvenil un derecho para la libertad y la
responsabilidad. ( Publicación realizada por el Ministerio de Justicia de El Salvador y el PNUD)
10. Convención Internacional de los Derechos del Niño.
11. Introducción al Estudio del Derecho
(Alberto Binder) Editorial Ruben Villela año,1993, Argentina.
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