EN EL CENTENARIO DE JEAN GENET (1910-1986) Oh ven mi bello sol, o ven mi noche de España, alcanza mis ojos que mañana habrán muerto. Alcanza, abre mi puerta, entrégame tu mano, llévame lejos de aquí hasta alcanzar nuestro campo. Jean Genet LA VOZ DEL TEATRO EN EL TEATRO Jean Genet, conocido en toda Europa, a excepción de algunos países en los que la censura ha obligado a ignorar su obra, es autor de importantísimos dramas como Las criadas y Estricta vigilancia. De niñez traumática, pasó varios años en reformatorios y prisiones acusado de robo y prostitución masculina. El sórdido y “podrido” mundo que le rodeó fue la fuerza motriz de su obra, en la que retrata, con ironía y acidez, la realidad cotidiana con el fin último de desacralizarla. Su óptica es la de un rebelde, la del individuo al margen de todo tipo de norma social o moral. Por sus novelas desfila el mundo de los proscritos (ladrones, prostitutas, pervertidos sexuales, etc.), seres que rechazan el mundo real y el orden social. Donde mejor consigue el autor su propósito provocador de oponer la delincuencia al orden establecido, invirtiendo la realidad mediante el triunfo del “mal”, es en su teatro. Jean Genet nace en París el 19 de diciembre de 1910 y muere en la misma ciudad el 15 de abril de 1986. Hijo de una prostituta, que lo entrega a la asistencia pública que le mantuvo hasta los ocho años. A los diez es sorprendido robando, y a los quince es internado en la colonia penitenciaria agrícola de Mettray. A los dieciocho se enrola en la Legión Extranjera pero en 1936 deserta y vagabundea un año por Europa, con papeles falsos, robando y prostituyéndose. En 1943 es condenado a cadena perpetua y a partir de entonces empieza a escribir. Jean Cocteau, Pablo Picasso y Jean Paul Sartre encontraron su obra tan interesante que pidieron el indulto y su condena fue finalmente revocada en 1948. Jean Paul Sartre escribió una biografía sobre Jean Genet, un escritor “maldito” en cuyo descubrimiento intervino activamente. La tituló: Saint-Genet, comedien et mártir, levantando ampollas entre los moralistas más exacerbados, que lo acusaron de blasfemo. De 1954 a 1956 Genet fue nuevamente condenado a varios meses de prisión por atentado contra el pudor y la pornografía. Su compromiso político le llevó a apoyar a las Panteras Negras (organización política afroamericana) y a la OLP (Organización para la Liberación de Palestina). Jean Genet fue uno de los primeros europeos en entrar en el campo de refugiados palestinos de Chatila, donde tan sólo horas antes los falangistas libaneses, apoyados por el ejército israelí, acababan de asesinar a la mayoría de sus indefensos habitantes. En 1984 la Academia Francesa le concedió el Premio Nacional de Literatura. Jean Genet murió casi olvidado, y está enterrado en el antiguo cementerio español de Larache, Marruecos. Mezcla de autobiografía escandalosa y de delirio colectivo son los relatos Nuestra Señora de las Flores (1944), El milagro de la rosa (1946), La querella de Brest (1947), así como su Diario de un ladrón (1948). Igualmente destacan las colecciones de poesías El condenado a muerte (1942) y Canciones secretas (1947). En sus obras de teatro, los personajes, a través de un mundo extraño de máscaras y espejos, buscan su propia identidad cambiando los papeles que la realidad les había asignado, con lo que parte de sus dramas se convierten en “teatro en el teatro”. En Las criadas (1947), una de las sirvientas interpreta el papel de la otra y ésta el de la señora de la casa. Procedimiento similar se repite en el resto de sus dramas: Estricta vigilancia (1949), El balcón (1956), Los negros (1958) y Los biombos (1966). Y como nos dijo un día Genet: “La dificultad es la cortesía del autor con el lector”. Francisco Arias Solís / Paz y Libertad. Portal de Internautas por la Paz y la Libertad y de Foro Libre. URL: http://www.internautasporlapaz.org