Fuero: ¿impunidad o anti-política?

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OPINIÓN
Del 30 de Julio al 5 de Agosto de 2016
Fuero: ¿impunidad o anti-política?
* Por Bulmaro Pacheco
¿E
stá de moda exigir que se quite el
llamado fuero?
Los que así lo demandan presentan la
exigencia de piso parejo para todos
los ciudadanos a la hora de aplicar
el estado de Derecho en materia de
responsabilidades, y que no existan
privilegios ni excepciones para nadie
a la hora de ser investigados por la
presunta comisión de delitos. Que
el desempeño de un cargo público
sea por designación o de elección
popular no sea el pretexto para que
quien delinque no sea enjuiciado
–de inmediato– como sucede con los
ciudadanos comunes.
¿Existe en realidad el fuero como tal?
La Constitución federal lo menciona
en al artículo 61: “Los diputados y
senadores son inviolables por las
opiniones que manifiesten en el
desempeño de sus cargos, y jamás
podrán ser reconvenidos por ellas. El
presidente de cada Cámara velará por
el respeto al FUERO constitucional
de los miembros de la misma y por
la inviolabilidad del recinto donde se
reúnan a sesionar”. También en el 13:
“Nadie puede ser juzgado por leyes
privativas ni por tribunales especiales.
Ninguna persona o corporación puede
tener fuero, ni gozar más emolumentos
que los que sean compensación de
servicios públicos y estén fijados por
la ley... subsiste el fuero de guerra para
los delitos y faltas contra la disciplina
militar”.
¿Se ha fundamentado la figura
jurídica?
Sí. El jurista Juventino Castro afirma:
“Con el propósito de proteger la
función constitucional desempeñada
por ciertos servidores públicos de
alta jerarquía, respecto de posibles
obstrucciones o agresiones con
fines políticos de las demás ramas
de Gobierno o de represalias y
acusaciones temerarias, el artículo
111 en vigor conserva y amplía
la institución de la inmunidad
procesal de ellas en materia penal
–antiguamente llamada en forma
equívoca “fuero constitucional” – y que
después de haber sido severamente
criticada, ahora se denomina
eufemísticamente, “declaración de
procedencia”, pero cuyo significado
y alcances jurídicos siguen siendo
exactamente los mismos”... Es decir el
equivalente a “Desafuero”.
Jacinto Pallares abunda: “La necesidad
de que los funcionarios a quien están
encomendados los altos negocios
del Estado no estén expuestos a las
pérfidas asechanzas de sus enemigos
gratuitos, el evitar que una falsa
acusación sirva de pretexto para
eliminar a algún alto funcionario de los
negocios que le están encomendados
y el impedir las repentinas acefalias
de los puestos importantes de la
administración pública, son los
motivos que han determinado el
establecimiento del fuero que se
llama constitucional consignado en el
Código Fundamental” (artículos 108 a
114)
Hay quienes argumentan que ya
no son las mismas circunstancias
históricas y políticas que lo generaron,
y que por eso hay que quitarlo.
Es un argumento débil que debe
ser debatido. Si bien la figura del
llamado fuero se ha desgastado
por la abundancia de denuncias de
corrupción de parte de servidores
públicos en ejercicio que no han
avanzado, también es cierto que las
tensiones enfrentadas por el poder
público y sus representantes ahora son
más intensas y frecuentes que antes.
Ejemplos y actores abundan: El hampa
organizada, los poderes fácticos, etc.
El poder público en el nivel que sea,
siempre estará al acecho de quienes
por todos los medios buscan debilitarlo
para sacar provecho, complicar
la aplicación de la Ley y frenar la
moderación de abusos de quienes
tienen por imperativo servirse del
poder para fines privados.
También hay excepciones. Los hay
quienes con fuero y todo burlaron la
Ley, se apropiaron de bienes públicos,
y defraudaron la confianza, y ahora
que ya no tienen esa protección,
tampoco les pasa nada, porque las
complicidades y las redes de intereses
que establecieron durante su mandato
los ha librado por ahora de la aplicación
de la Ley.
Por eso el debate no debe quedarse
nada más en lo relativo Fuero. ¿Fuero o
impunidad? ¿Que pesa más en México?
¿Quitar el fuero, combatir la impunidad,
o exigir que se atiendan con eficacia
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el 90% de las denuncias que nunca se
investigan?
¿Por ejemplo?
El caso del ex gobernador de Sonora
Guillermo Padrés, que durante su
gestión se burlaba de la aplicación de
las leyes contra sus colaboradores con
actos de corrupción argumentando
siempre que se trataba de venganzas
políticas por pertenecer a un partido
distinto.
¿Qué podrá alegar ahora que son tan
del dominio público las irregularidades
detectadas en su gobierno? Los
expedientes integrados por la
autoridad competente demuestran su
culpabilidad.
Antes, no se le tocó por la protección
que le daba el cargo de gobernador
(fuero). ¿Y ahora que ya no lo tiene?
¿Cuál es el freno?, su red de protección
la conforman las complicidades y los
intereses creados durante su gobierno.
Para el debate: ¿Quitar el fuero así
nada más, o entender que en casos
como el mencionado pueden más las
complicidades y los intereses creados
que la justicia pronta y expedita?
¿Por qué el coraje contra los servidores
públicos?
¿Antipolítica?
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