Velocidad Límite Fecha Lugar 110 km/h 70 km/h. 07-10-00 M-305 km.4 Velocidad Límite Fecha Lugar 249 km/h. 120 km/h. 07-10-00 N-II km. 80 LAS CONSECUENCIAS DE TRES CASOS DE EXCESO DE VELOCIDAD, MÁS ALLÁ DE LA MULTA Velocidad Límite Fecha Localidad 239 km/h 120 km/h. 07-10-00 N-V km. 20 burradas en kilómetros por hora JOSÉ IGNACIO RODRÍGUEZ. INFOGRAFÍA: DLIRIOS Tres infracciones de exceso de velocidad, captadas por radar, dan idea de lo que se juega un conductor que se lanza a tumba abierta a 249 km/h. La multa o la retirada del permiso sería lo menos ‘doloroso’: la acusación, en caso de producirse muertes en un accidente, podría ser de homicidio; y además de quedar patente lo difícil que es mantener el control, ‘pegársela’ a esa marcha contra un muro sería lo mismo que caerse desde el piso 81 de un rascacielos. Y sin paracaídas. na moto, un deportivo y un pequeño camión, sorprendidos por el radar de la Guardia Civil de Tráfico cuando circulaban a velocidades muy superiores a las permitidas son el punto de partida para analizar otras posibles con- U TRÁFICO. Enero-febrero 2001 secuencias, además de las pecuniarias, de rodar con ciertos excesos (se han ocultado o modificado algunos datos para preservar la confidencialidad de los protagonistas). Los dos primeros circulaban por autovía a 249 y 239 km/h., respectivamente, mientras que el ca- 25 mión, aunque sólo rodaba a 110 km/h., lo hacía por una carretera limitada a 70. 100.000 ptas. y retirada Un exceso de velocidad superior a 50 km/h. –como el de la motocicleta, que lo supera en 129 km/h. y el del turismo, que lo hace en 119 km/h.– se sanciona con 50.000 pesetas de multa y tres meses de suspensión del permiso de conducir. Si concurrieran circunstancias agravantes (el propio exceso, por ejemplo), se considera infracción muy grave y la cuantía se eleva a 100.000 pesetas. El camión, a110 km/h. en carretera limitada a 70, le corresponde una sanción de 50.000 pesetas, aunque por 6 km/h. más correspondería la suspensión del permiso durante un mes. Según el Código Penal (artículos 381 y 383), “los conductores en los que se aprecie temeridad manifiesta o pusieran en peligro la vida o la integridad de las personas o cuando originen un grave riesgo para la circulación, pueden ser condenados: a pena de prisión de 6 meses a 2 años y privación del derecho a conducir vehículos de motor y ciclomotores por 26 tiempo de 1 a 6 años; o a pena de prisión de 6 meses a 2 años, cuando se refiere al último de los supuestos contemplados”. Si además hay lesiones, los jueces “apreciarán la infracción más gravemente penada”. Es decir, si hay muertos, podría llegar a considerarse homicidio. Por otra parte, cuando se han producido daños materiales y personales debidos a la influencia de alcohol o las drogas, o bien por una conducta “dolosa”, es decir, cuando hay intención y propósito de cometerlos, el asegurador puede “repetir” (reclamar), una vez efectuado el pago de Cuando se origine un grave riesgo para la circulación y se produzcan lesiones mortales, los jueces apreciarán la infracción más grave: homicidio TRÁFICO. Enero-febrero 2001 la indemnización, contra el conductor, el propietario del vehículo causante y el seguro, según el Reglamento de Seguro Obligatorio y la Ley de Contrato de Seguro. Se multiplica el riesgo Dejando a un lado las posibles sanciones, penas y responsabilidades, lo que realmente está en juego es la vida de los protagonistas. Y la de quienes se crucen en su camino. Y esto es así por simple imperativo de las leyes físicas, que dejan poco margen para corregir errores o solucionar problemas cuando se circula a velocidades tan elevadas. En el gráfico superior pueden observarse las distancias que se recorren mientras el conductor reacciona ante el peligro y lo que le cuesta frenar: en algún caso, ¡casi el equivalente a cuatro campos de fútbol! Y esto en el mejor de los casos. Pongamos que el suelo está mojado o que, por ejemplo, un neumático tuviera una rueda un poco desinflada, simplemente, un 10 por 100 respecto a las demás: si tuviera que franar a gran velocidad (ver gráfico) se perdería el control del coche que ter- minaría cruzado en el carril contrario, según que el desequilibrio afecte a una u otra rueda. Por otra parte la moto, a 249 km/h., se desplaza a 69 metros por segundo, así que cuando su conductor frena, sólo dispone de 31 metros para detenerse antes de llegar a la altura de un imaginario peatón que ha irrumpido en la calzada 100 metros más adelante. Lo arrollaría a 235 km/h. Con el turismo ocurre algo parecido, mientras que el camión, al circular a una velocidad más baja, tiene suficiente margen de seguridad y se detiene 10 metros antes. Atropello a un peatón Resulta complicado precisar qué heridas y qué gravedad supondría el atropello. Sin embargo, para Antonio Hernando, especialista en Medicina Intensiva, a 249 km/h. no cabe duda de que las heridas para el peatón son necesariamente mortales. En cuanto a los ocupantes del automóvil, aunque parte de la energía que se genera se absorbe parcialmente por el propio vehículo en la deformación, a esas velocidades el resultado final del accidente es impredecible: depende de si hay vuelco o colisiones posteriores, del uso de elementos de seguridad (cinturón, airbag, etc...), aunque lo más probable es que las heridas sean graves. En cambio, en el caso del peatón y del motorista, prácticamente toda la energía cinética generada en el movimiento se convierte en energía potencialmente lesiva durante la fase de impacto. Por eso tiene mucha importancia el tiempo de detención, ya que si, por ejemplo, el motorista se desliza por el suelo sin encontrar ningún obstáculo rígido, sufrirá lesiones de arrastre, sobre todo en piel y múscu- La muerte del peatón está prácticamente asegurada en un atropello a 249 km/h. A 140 km/h. se han registrado decapitaciones a la altura del tronco TRÁFICO. Enero-febrero 2001 los, pero se evitarían lesiones potencialmente más graves. En este sentido, señala el doctor Hernando, el uso del casco reduce también la tasa puntual de energía que podría centrarse en órganos críticos, como el encéfalo, reduciéndose la posibilidad de muerte a la mitad y la posibilidad de sufrir lesiones graves entre 2 y 3 veces que si no lo usara. Además, señala, “incluso, aunque la cabeza de motorista esté protegida y sin que exista contacto de la misma con un objeto rígido, una aceleración angular elevada de la cabeza (sacudida fuerte) podría producir lesiones muy graves, del tipo lesión axonal difusa), con coma profundo”. ◆ AGRADECIMIENTOS Nuestra gratitud a las personas y entidades que se citan por su asesoramiento y colaboración: - Centro Zaragoza. - Antonio E. Hernando Lorenzo, especialista en Medicina Intensiva. - Ventura Hernando Barberán, subdirector general de Normativa y Recursos de la DGT. - Oficina Periférica de Comunicación de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil. 27