La formación de psicoanalistas debe estar fuera de toda institución: Jean Laplanche* Jean Laplanche, conocido en nuestro medio por ser autor, junto con Pontalis, del Vocabulario de psicoanálisis, y por sus trabajos originales (Vida y muerte en psicoanálisis, Interpretar (con) Freud, y La sexualidad etcétera), es director del Centro de Investigaciones en Psicoanálisis y Psicopatología, de la Sorbona, profesor de la misma universidad y director de la revista francesa Psicoanálisis en la universidad. Laplanche ha desarrollado toda una línea de pensamiento crítico con respecto a la relación del psicoanálisis y la institución, sean los hospitales, la universidad o cualquier otro tipo de estructura institucional. Con lucidez, Jean Laplanche comenta al respecto: "Para resumir, pienso que el psicoanálisis debe estar presente como ciencia en la universidad, como una parte esencial del conocimiento humano, pero que al mismo tiempo no debe manifestarse bajo la forma de un ciclo de formación para sicólogos o siquiatras, o un ciclo de formación en psicoanálisis. Para retomar de inmediato este segundo punto, pienso que la formación psicoanalítica debe ser totalmente fuera de toda institución. La práctica misma del psicoanálisis debe estar fuera de toda institución y ninguna institución puede fijar al psicoanálisis sus objetivos. Sus fines son absolutamente autónomos y no pueden entonces ser sometidos a finalidades externas. Eso no quiere decir sin embargo que el psicoanálisis * Entrevista de Juan Manuel García-Junco Machado y Patricia Casanova Cardiel a Jean Laplanche, publicada, en tres partes, en unomásuno, miércoles 5 de marzo de [986, México. 143 no pueda intervenir en la formación del sicólogo, sin embargo no debe construirse en la línea fundamental de esta formación. Por el contrario, la presencia del psicoanálisis como saber e investigación es absolutamente esencial. Es evidente que, preservando su autonomía, puede recibir ayuda de instituciones para sus investigaciones, sus publicaciones, etcétera. Para dar el ejemplo de la universidad en la cual enseño, el psicoanálisis se expresa sustancialmente bajo la forma de un centro de investigaciones y psicopatología, con equipo de investigación, de conferencias, y también a nivel de estudio de doctorado y de tesis, pero estas tesis que otorgan el título de doctor no dan el título que permita practicar el psicoanálisis; son un título de investigación y de enseñanza. Para hacer un esquema general, el psicoanálisis debe estar siempre presente en las universidades, en forma excentrada con relación a los cursos principales; puede jugar un rol instigador, un rol motor, pero precisamente no puede jugarlo sino desde esta posición excentrada, o si ustedes quieren marginal." GARcíA-JuNCO/CASANOVA Además de los posibles progresos terapéuticos, el psicoanálisis ha tenido durante su historia, comenzando con el propio Freud, una cierta aplicación o intervención en las investigaciones de la cultura. ¿Qué opina usted a este respecto? LAPLANCHE Esta pregunta plantea el problema de lo que generalmente se ha llamado psicoanálisis aplicado. No me gusta esa palabra, aplicado, porque significaría precisamente que hay un saber y que ese saber puede permitir aplicaciones técnicas, un poco como el ingeniero aplica a la construcción de un puente los principios de la física. De hecho, el psicoanálisis, cuando se enfrenta a los fenómenos culturales, debe adaptar su método pero sin perder lo esencial. El psicoanálisis sigue siendo un proceso de conocimiento, y hay que señalar que parte importante de los descubrimientos psicoanalíticos se han producido por el conocimiento de los fenómenos culturales, fuera de la cura. 144 GARCÍA-JUNCO/CASANOVA Desde diversas posiciones teóricas se han hecho, en años recientes, la crítica a la institucionalización del psicoanálisis. ¿Cuál es su opinión al respecto? LAI'LANC HE Mi posición es que la práctica, y también la formación psicoanalítica, deben set autónomas con respecto a la institución. Por institución no me refiero sólo a aquéllas que son estáticas, sino también a otras instituciones como serían, por ejemplo, los seguros de salud, incluso si éstos son autónomos. Puedo incluso decir que la institución psicoanalítica es ciertamente necesaria, pero al mismo tiempo puede constituir un peligro para la práctica psicoanalítica. Hay entonces un problema de equilibrio con el movimiento psicoanalítico, entre aquello que tiende a devenir un caparazón institucional y, sin embargo, hay también la necesidad de un mínimo de organización. En lo que concierne a la formación en particular, el centro de formación es el psicoanálisis personal, y siempre he luchado, tanto en mi sociedad psicoanalítica —aquí Laplanche se refiere a la Asociación Psicoanalítica de Francia, de la cual fue presidente—, como en la Asociación Psicoanalítica Internacional, para que el psicoanálisis personal esté absolutamente libre de roda injerencia institucional, tanto en los fines de la cura como en su desarrollo. Esta posición ha sido al menos parcialmente adoptada por nuestra asociación, de suerte que el psicoanálisis de formación es un asunto puramente individual, y que la asociación no plantea ninguna indicación ni acerca del psicoanálisis ni acerca de con quién debe, deba desarrollarse. Del mismo modo, el desarrollo del psicoanálisis no implica ninguna relación con la asociación. La asociación va a conocer al candidato al final del análisis, y sólo importa la capacidad de éste para funcionar libremente con relación a su propio inconsciente. La idea misma de un psicoanálisis didáctico o de psicoanalistas didactas debería ser suprimida. 145 Cada ser humano puede inventar su propia salud mental' El psicoanálisis sólo puede entrar en los marcos de la política sanitaria, cualquiera que ésta sea, si conserva su especificidad, asegura Jean Laplanche, reconocido internacionalmente por sus trabajos y planteamientos originales tanto al interior de la teoría socioanalítica con sus desarrollos acerca de la "teoría de la seducción generalizada", como por sus críticas a la institucionalización de esta ciencia. Jean Laplanche asistió, en su reciente estancia en México, al cierre del curso de formación de terapeutas de niños y asistencia a población damnificada auspiciado por UNICEF y con la participación del grupo que se reúne en torno a la revista Trabajos de Psicoanálisis y la coordinación de la doctora Silvia Bleichmar. Al respecto comenta: "El psicoanálisis no puede intervenir en política en general. Sin embargo, un proyecto como el del trabajo de los damnificados por el sismo, demuestra que el psicoanálisis puede intervenir en políticas de la salud mental, a condición de que mantenga su especificidad psicoanalítica con precisión. La especificidad del psicoanálisis es ocuparse particularmente de lo sexual, y considerar los problemas desde el punto de vista de la investigación de lo sexual. A pesar de lo que dice el marxismo, el psicoanálisis nos enseña que el ser humano se mantiene en la vida por el amor y el odio. y que sólo éstos intereses vitales son capaces de mantenerlo \ I VO". GARCÍA-JUNCO/CASANOVA Según su punto de vista, ¿qué experiencia valiosa aporta este trabajo para el psicoanálisis y su relación con la política sanitaria en salud mental? LAPLANCHE No pienso en especial en los efectos colectivos, pienso en los efectos sobre cada individuo. Lo que hubo de interesante en esta experiencia es, primero, del lado de las personas que intervinieron, ya que éstas no eran todas psicoanalistas, pero todas habían vivido la situación traumatizante, de manera que pasó algo similar a una situación psíquica temporal. Por el lado de los niños y las personas Segunda parte de la en urev isua 146 que vivieron directamente esta situación traumática, se vio que todo traumatismo, aun si parece masivo, aun si parece que está en una relación de fuerzas desproporcionada con el que la vivió, no puede verdaderamente ejercer su acción traumática si no resuena con traumatismos del pasado, que son traumatismos sexuales. GARCÍA-JUNCO/CASANOVA En los últimos años se produjo un gran debate con relación al concepto de salud mental, que va desde definiciones más o menos maniqueas, hasta la contextualización histórica y cultural de dicho concepto para revisarlo. ¿Cuál es su opinión? LAPLANCHL El único concepto de salud mental posible es cuando el sujeto humano vuelve a poner en movimiento lo que se encuentra fijado dentro de su existencia. Lo mismo la neurosis que la psicosis son modos de existencia, pero en los cuales el movimiento está detenido. Pienso que el ser humano es un ser autosimbolizante, autoteorizan te y amointerpretante. El psicoanálisis no tiene otra función sino volver a poner en movimiento esta esencia del ser humano cuando está detenida. La salud mental no es un ideal fijo o una norma que pudiera ser diseñada, cada ser humano ha de inventar su propia salud mental. GARGA-JuNco/CAsANovA ¿Y qué hay con lo social y sus nexos con el psicoanálisis? LAPLANCH E Esta es una pregunta específicamente latinoamericana, como si lo social sólo existiera verdaderamente ahí. Sería muy interesante estudiar la lucha de clases desde el punto de vista de la seducción entre clases sociales —comenta con cierto humor, haciendo referencia a su "teoría de la seducción generalizada", y continúa— les deseo mucha suerte en sus investigaciones en esta dirección, y por cierto, para concluir, es una dirección como la de Wilhelm Reich, sobre todo en Psicología de masas del fascismo. GARCÍA-J UNCO/CASANOVA La forma en que excentra usted el psicoanálisis con relación a lo institucional, ¿puede aplicarse también a una visión en cuanto a política sanitaria en salud mental? 147 1APLANCHE Repito que el psicoanálisis no puede entrar en el marco de una política sanitaria cualquiera, de izquierda, de derecha o del diablo, como una técnica al servicio de tal política. Es normal que los políticos se fijen metas y que los organizadores de la salud mental también se las fijen, pero la práctica psicoanalítica implica, precisamente, el cuestionamiento de todo fin preestablecido. Si un niño es enviado a psicoanálisis para hacerlo conforme a cierta idea normativa, cualquiera que sea, debido a esto el tratamiento psicoanalítico sería imposible o el psicoanalista deberá hacer estallar en pedazos estas exigencias puramente externas. GARCIA-JUNCO/CASANOVA En su trabajo sobre La sexualidad usted habla de "la ley de la castración como liberadora", este es un concepto que ha sido criticado desde diversas perspectivas, tanto psicoanalíticas como políticas. ¿Cuál es su punto de vista? LAPLANCHE No estoy seguro de que hablé de la ley de la castración como liberadora. Creo que son los lacanianos los que así piensan. He desarrollado esto en el volumen sobre la castración simbolización de las Problemáticas —Laplanche se refiere aquí a su tetralogía, de próxima aparición en español—, para decir que el miedo de la castración es por cierto una manera de poner fin a ciertas angustias y al mismo tiempo de abrirlas hacia una cierta racionalidad. Pero esta cierta racionalidad lleva consigo la marca de límites de lo que yo llamo la lógica binaria. Es cierto que esta lógica binaria, que la lógica de la contradicción encuentra su fuente en la teoría de la castración, pero esto no impide que esta teoría sea una teoría fantasmática que se forja el niño, en la sociedad Occidental en particular. Por lo tanto la cuestión de la "liberación" encuentra su eco en la pregunra siguiente: ¿No sería en todo caso el extraordinario desarrollo de la ciencia en Occidente, al mismo tiempo que una liberación aparente, una cierta servidumbre o limitación de las potencialidades del ser humano? 148 No soy ni crítico ni disidente: Laplanche2 El texto freudiano no debe ser sacralizado, debe ser puesto en movimiento, debe ser puesto a trabajar; esta es la única forma de refundar la teoría psicoanalítica, asegura Jean Laplanche, de quien próximamente se publicará en español su tetralogía Problemáticas (traducidas bajo la coordinación de Silvia Bleichmar), que incluye los libros La angustia, castración, simbolización, La sublimación y El inconsciente y el ello. "No pienso que el texto freudiano sea sagrado, lo que pasa es que la experiencia y el texto freudiano deben de ser puestos a trabajar explica Jean Laplanche. Hablo de texto y experiencia porque, permitiendo un espacio teórico, también son experiencias dentro de la misma práctica y teoría de Freud. Hay un gesto fundador —y aquí aclara Laplanche que se refiere al ademán: como cuando Rómulo, al fundar Roma engloba con un movimiento el espacio donde estará la ciudad y con este gesto Freud funda el recinto de la experiencia psicoanalítica. Pero todo gesto fundador debe ser constantemente renovado, si no se renueva cae en la simple repetición, en la que ya no vive el gesto original. E inversamente: renovar el gesto es hacer uno nuevo, es decir, volver a fundar." GARCÍA-JUNCO/CASANOVA Es notable que el movimiento psicoanalítico, casi desde su fundación, haya generado tantas disidencias (con y sin subversión) y tantas herejías (en el sentido de libre elección) ¿Usted qué opina de esta situación? LA PLANCH El pensamiento psicoanalítico, como todos los pensamientos científicos, no progresa verdaderamente por simple adición o por disidencia. El psicoanálisis progresa por medio del movimiento de su dialéctica interna. Tomo como modelo de lo que quiero decir el pasar, en física, de la teoría de la relatividad restringida a la teoría Tercera parte ele la enurevista. 149 de la relatividad generalizada. Tal pasaje no es sólo una nueva conquista, porque por el hecho mismo de representar una nueva visión, cambia, el modo de comprender desde la teoría restringida. GARCÍA-JUNCO/CASANOVA Esto se parece a sus planteamientos en cuanto a la teoría de la seducción, tanto en su aspecto restringido como generalizado. ¿Nos podría hablar un poco de ella? LAPLAN CHE La teoría de la seducción, dentro de su aspecto restringido, es el hecho descubierto por Freud de que el niño pequeño está confrontado con la sexualidad adulta, que hace intrusión y contra la cual tenía que encontrar cómo defenderse. Pero Freud pensaba que ésta era sólo una situación contingente, que algunos niños tenían padres perversos y el psicoanálisis debía desbaratar las defensas patológicas que se generaban ante esta situación. La idea de la seducción generalizada, es que la situación adulto-niño, y no sólo la situación padre-niño, es ineludible y lo que Freud consideraba como perversión de algunos padres, en realidad es lo propio del ser humano, en tanto que está dirigido por lo inconsciente. Lo que llamamos seducción generalizada u originaria es que de todos modos el niño que viene al mundo recibe junto con los cuidados de los padres, infiltrándose como ecos de los adultos. Todos sus gestos que incluyen necesariamente la intencionalidad sexual, desconocida o no reconocida por los propios adultos, que son capaces de lo que Freud llama actos fallidos. Sabemos que los actos fallidos tienen el sentido consciente y el sentido desconocido por el mismo sujeto, es decir el significado inconsciente. El niño pequeño es un ser humano que quiere entender, que busca interpretar lo que a él le pasa; busca por tanto interpretar estos mensajes que tienen como un doble fondo, doble fondo que el propio adulto que los emite ignora. Siempre queda un resto de estos mensajes que no puede ser totalmente simbolizado y, este resto lo reprime al inconsciente. La situación psicoanalítica, por sus reglas, es un retomar esta situación infantil, es decir, una manera de volverla a poner en movimiento. 150