Módulo 4 - celulaUACM

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CÉLULA I/Origen y evolución de la célula
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2. ORIGEN Y EVOLUCIÓN DE LA CÉLULA
ORGANIZACIÓN CELULAR
Todos los organismos vivos están compuestos por células. Aunque algunos están constituidos por
una sola célula y otros por billones de ellas, incluso los organismos más complejos se originan de una sola
célula, el huevo fertilizado. En la mayor parte de los organismos multicelulares, incluido el ser humano, una
célula se divide y forma dos y cada una de éstas a su vez se divide una y otra vez, dando lugar finalmente
a los tejidos complejos y a los órganos y sistemas de un organismo desarrollado. Al igual que los ladrillos
de un edificio, las células son los bloques de construcción de un organismo.
La célula es la unidad más pequeña de materia viva capaz de llevar a cabo todas las actividades
necesarias para el mantenimiento de la vida. Tiene todos los componentes físicos y químicos necesarios
para su propio mantenimiento, crecimiento y división. Cuando cuentan con los nutrientes necesarios y un
medio adecuado, algunas células son capaces de seguir vivas en un recipiente de laboratorio por años y
años. Ningún componente celular es capaz de cumplir su función fuera del entorno celular.
TEORIA CELULAR
La idea de que las células son las unidades fundamentales de la vida es parte de la llamada teoría
celular. Dos científicos alemanes, el botánico Matthias Schleiden, en 1838, y el zoólogo Theodor
Schwann, en 1839, fueron los primeros en señalar que las plantas y animales estaban compuestos de
grupos de células y que éstas eran la unidad básica de los organismos vivos. En 1855 Rudolph Virchow
amplió esta teoría, estableciendo que sólo se formaban células nuevas a partir de una célula preexistente,
es decir que las células no se forman por generación espontánea a partir de materia sin vida (idea que se
había originado en los escritos de Aristóteles y que había perdurado a través de los siglos). En 1880 otro
famoso biólogo, August Weismann, añadió un importante corolario a lo establecido por Virchow: todas las
células que existen actualmente tienen sus orígenes en células ancestrales.
La teoría celular de nuestra época incluye las ideas expuestas por los mencionados investigadores:
1. Todos los seres vivos están compuestos de células y productos celulares.
2. Sólo se forman células nuevas a partir de células preexistentes.
3. Todas las células actuales son descendientes de células ancestrales.
Se pueden encontrar evidencias de que las células descienden de células ancestrales al observar
las similitudes entre las complejas moléculas de proteína que se observan en todas las células. Un ejemplo de
ello son los citocromos1 que se encuentran tanto en bacterias como en plantas y animales. Los citocromos de
todas las células no sólo son iguales en estructura, sino que también desempeñan funciones casi idénticas en
células de especies completamente distintas. Otro ejemplo, en este caso limitado a organismos autótrofos,
son las clorofilas, básicamente iguales en bacterias fotosintéticas, cianobacterias, algas, musgos, helechos,
coníferas y plantas con flores. El hecho de que todas las células tengan moléculas similares de tal complejidad
es un indicio de que las células "modernas" se han originado de un pequeño grupo de células ancestrales.
DESDE LAS MOLÉCULAS HASTA LA PRIMERA CÉLULA
En condiciones prebióticas se pueden formar moléculas biológicas simples
Las condiciones que reinaban en la Tierra durante los primeros mil millones de años son aún tema
de discusión. ¿Estaba inicialmente fundida la superficie terrestre? ¿Contenía la atmósfera amoníaco, o
metano? No obstante, parece existir acuerdo en que la Tierra era un lugar violento, con erupciones volcánicas,
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Proteínas ligadas a una estructura (“hemo”) que contiene hierro y que entre otras funciones participan en el transporte de
electrones durante la respiración celular.
Gonzalo Vázquez Palacios
relámpagos y lluvias torrenciales. Prácticamente no existía oxígeno libre, ni tampoco una capa de ozono que
absorbiera la intensa radiación ultravioleta del sol. Es probable que bajo estas condiciones se produjeran
moléculas orgánicas, es decir, moléculas simples que contienen carbono. La prueba más clara de ello procede
de experimentos de laboratorio en los que se calentaron en presencia de agua mezclas de dióxido de carbono
(CO2), metano (CH4), amoníaco (NH3) e hidrógeno mlecular (H2), aplicándoles descargas eléctricas o radiación
ultravioleta. Se pudo observar que los gases reaccionaban formando pequeñas moléculas orgánicas tales
como cianuro de hidrógeno (HCN) y formaldehído (H2CO), los que en solución acuosa generaron las cuatro
clases principales de pequeñas moléculas orgánicas encontradas en las células: aminoácidos, nucleótidos,
azúcares y ácidos grasos.
Aunque estos experimentos no pueden reproducir con total exactitud las condiciones primitivas de la
Tierra, ponen de manifiesto el hecho de que la formación de moléculas orgánicas es sorprendentemente
fácil. Por otra parte, la Tierra en formación tenía inmensas ventajas sobre cualquier experimentador
humano, ya que era muy grande y podía producir una amplia gama de condiciones, pero sobre todo
disponía de mucho más tiempo: cientos de millones de años. En tales circunstancias, parece muy posible
que, en algún lugar y en algún momento determinados, muchas de las moléculas orgánicas simples que
se encuentran en las células actuales se acumularan en concentraciones elevadas y dieran lugar a
biopolímeros tales como las proteínas, los polisacáridos y los ácidos nucleicos.
Cualesquiera que hayan sido los pasos preliminares de la evolución, cuando las moléculas de ARN
llegaron a ser capaces de dirigir la síntesis de proteínas tuvieron a su disposición un enorme taller de
herramientas químicas. Entonces fue posible, en principio, sintetizar enzimas que pudieran catalizar una
amplia gama de reacciones químicas, incluida la síntesis de más proteínas y más moléculas de ARN. La
naturaleza potencialmente explosiva de un proceso autocatalítico de este tipo puede ser observada hoy en
día en el ciclo vital de algunos virus bacterianos: después de penetrar en una bacteria, estos virus dirigen
la síntesis de proteínas que catalizan selectivamente su propia replicación, de modo que en un breve lapso
ocupan toda la célula.
Las membranas definieron la primera célula
La síntesis proteica controlada por los ácidos nucleicos fue indudablemente uno de los
acontecimientos cruciales que condujeron a la formación de la primera célula. Otro de estos
acontecimientos trascendentes fue el desarrollo de una membrana limitante.
Las proteínas sintetizadas bajo el control de un determinado tipo de ARN no facilitaban la
reproducción del mismo, a menos que fueran retenidas en sus proximidades. Del mismo modo, si surgía
una variante de ARN que producía un tipo superior de enzima, esta nueva enzima no podía contribuir
selectivamente a la supervivencia de ese tipo superior de ARN: ello explicaría la aparición de la primera
membrana.
Todas las células actuales están rodeadas por una membrana plasmática compuesta esencialmente
de fosfolípidos y proteínas. Al microscopio electrónico, estas membranas aparecen como láminas de
aproximadamente 7 nanómetros2 de grosor, con un aspecto triestratificado característico, debido al
empaquetamiento cola-con-cola de las moléculas de fosfolípidos.
Se ha sugerido que las moléculas de fosfolípidos del caldo prebiótico se ensamblaron
espontáneamente formando estructuras membranosas, algunas de las cuales incluyeron una mezcla autoreplicante de ARN y moléculas de proteína que dieron lugar a la primera célula.
Las células procarióticas son estructuralmente simples pero bioquímicamente diversas
Si bien no existen datos fósiles que registren los orígenes de la primera célula, los organismos
actuales y los experimentos realizados proporcionan pruebas bastante convincentes de que los rasgos
principales de esta historia evolutiva son correctos. La síntesis prebiótica de pequeñas moléculas, la
autorreplicación de las moléculas de ARN, la traducción de las secuencias de ARN a secuencias de
aminoácidos y el ensamblaje de las moléculas lipídicas para formar compartimientos rodeados de
membrana, todo esto debió ocurrir durante la génesis de la primera célula hace unos 3,5 ó 4 mil millones
de años.
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Un nanómetro (nm) = 10-9 m
CÉLULA I/Origen y evolución de la célula
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Resulta útil comparar esta primera célula hipotética con las células actuales más sencillas, los
micoplasmas. Los micoplasmas son microorganismos parecidos a bacterias, pero carecen de pared
celular y normalmente llevan una vida parasitaria en estrecha asociación con células vegetales y animales.
Algunos tienen un diámetro de aproximadamente 0,3 μm y contienen suficiente ácido nucleico para
codificar la síntesis de unas 750 proteínas diferentes, que puede ser el número mínimo de proteínas que
una célula necesita para sobrevivir.
Microscopías electrónicas de Mycoplasma pneumoniae, causante de neumonías. Las células carecen
de pared celular y están limitadas por una membrana citoplasmática que tiene estructura trilaminar.
Una importante diferencia entre la célula primitiva tal como la hemos descrito y un micoplasma (o, de
hecho, cualquier otra célula actual) estriba en que la información hereditaria está almacenada en el ADN y
no en el ARN. Se cree que todos los organismos que viven actualmente sobre la Tierra derivan de una
única célula primitiva nacida hace varios miles de millones de años. Un hito importante a lo largo de este
camino evolutivo se produjo hace 1.500 millones de años, cuando ocurrió la transición desde las células
pequeñas con una estructura interna relativamente sencilla –los denominados procariotas, que incluyen
además de los micoplasmas a los diversos tipos de bacterias– hasta las células eucarióticas, mayores y
radicalmente más complejas, tal como las que encontramos en los animales y plantas superiores.
Las bacterias son también organismos
muy sencillos. Se trata de células habitualmente
esféricas o alargadas, por lo general con un
diámetro de varios μm. A menudo poseen una
envoltura protectora resistente, denominada
pared celular, por debajo de la cual una
membrana plasmática rodea a un único
compartimiento citoplasmático que tiene ADN,
ARN, proteínas y pequeñas moléculas. Al
microscopio electrónico, este interior celular
aparece como una matriz más o menos
uniforme. Las bacterias son pequeñas y se
pueden multiplicar rápidamente, dividiéndose
simplemente en dos. En condiciones óptimas,
una misma célula procariótica se puede dividir cada 20 minutos, y por lo tanto dar lugar a más de 4 mil
millones de células (un número cercano al de la población humana mundial actual) en menos de 11 horas.
La capacidad de dividirse con rapidez permite que las poblaciones de bacterias se adapten rápidamente a
los cambios de su ambiente.
En la Naturaleza, las bacterias viven en una gran variedad de nichos ecológicos. Se pueden
Gonzalo Vázquez Palacios
reconocer dos grupos distintos: las eubacterias, que son las formas más habituales y viven en el suelo, el
agua y los organismos vivos, y las arquebacterías, que se encuentran en ambientes tan incómodos como
ciénagas, profundidades marinas, aguas salobres y aguas termales de variado grado de temperatura y de
acidez. Existen especies de bacterias que pueden utilizar prácticamente cualquier tipo de molécula
orgánica como alimento, incluidos azúcares, aminoácidos, grasas, hidratos de carbono, polipéptidos y
polisacáridos. Algunas son capaces incluso de obtener del aire tanto los átomos de carbono (del dióxido
de carbono atmosférico) como los átomos de nitrógeno molecular (N2). A pesar de su simplicidad relativa,
las bacterias han sobrevivido durante más tiempo que cualquier otro organismo y todavía constituyen el
tipo de células más abundante de la Tierra.
Entre los protistas se encuentran las células más complejas conocidas
La complejidad que puede alcanzar una célula eucariótica se pone de manifiesto sobre todo en el
Reino Protistas. Los protistas son eucariotas unicelulares de vida libre, que muestran una asombrosa
variedad de formas y comportamientos distintos: pueden ser fotosintetizadores o carnívoros, móviles o
sedentarios. A menudo su anatomía es compleja e incluye estructuras tales como cerdas sensoriales,
fotorreceptores, flagelos, apéndices a modo de patas, partes bucales, flechas urticantes y haces
contráctiles parecidos a músculos. Aunque son células aisladas, pueden ser tan complicadas y versátiles
como muchos organismos pluricelulares.
Pero naturalmente los protistas representan el primer paso de la evolución eucariótica. Se alcanzaron
niveles superiores y no mediante la concentración en una sola célula de todo tipo de complejidades, sino
por medio de la distribución del trabajo entre diferentes tipos de células. Aparecieron los organismos
pluricelulares, en los que células estrechamente emparentadas pasaron a diferenciarse unas de otras,
desarrollando características distintivas, formando así las piezas especializadas de una gran empresa
cooperativa.
Diversos tipos celulares especializados de un mismo animal o planta superior, a menudo aparecen
radicalmente distintos. Esto puede parecer paradójico, ya que todas las células de un organismo
pluricelular están estrechamente relacionadas al haberse formado a partir de una misma célula precursora
(cigota), resultante de la fusión de las gametas femenina y masculina. Un origen común implica poseer una
información genética similar. ¿Cómo aparecen, entonces, las diferencias? En algunos casos, la
especialización celular implica la pérdida de material genético: un ejemplo extremo lo constituyen los
eritrocitos de los mamíferos, que en el transcurso de la diferenciación pierden por completo el núcleo. Pero
la inmensa mayoría de las células de la mayor parte de especies animales y vegetales conservan toda la
información genética contenida en la cigota. La especialización no depende de la pérdida o adquisición de
genes, sino de variaciones en la expresión génica, es decir del hecho de que algunos genes se expresen
en algunas células y otros en otras.
Incluso las bacterias no producen simultáneamente todos sus tipos de proteínas, sino que son
capaces de ajustar el nivel de síntesis a las condiciones externas. Las proteínas específicamente
necesarias para el metabolismo de la lactosa, por ejemplo, son producidas por algunas especies de
bacterias sólo cuando pueden disponer de este azúcar. Otras bacterias detienen la mayor parte de los
procesos metabólicos normales cuando las condiciones son desfavorables, y forman esporas, que
presentan una pared externa resistente, impermeable, y un citoplasma de composición alterada.
Las células eucarióticas han desarrollado mecanismos mucho más complejos para controlar la
expresión génica. Los grupos de genes son activados o inhibidos en respuesta a señales tanto externas
como internas. Tanto la composición de las membranas como el citoesqueleto, los productos secretados e
incluso el metabolismo deben variar de manera coordinada cuando las células se diferencian.
Comparemos, por ejemplo, una célula de músculo esquelético, especializada en la contracción, con un
osteoblasto, que segrega la matriz dura del hueso del mismo animal. Tales transformaciones radicales del
carácter celular reflejan cambios estables de la expresión génica. Los controles que hacen posible estos
cambios han evolucionado en los eucariotas hasta un grado no alcanzado por los procariotas.
CÉLULAS EUCARIÓTICAS Y PROCARIÓTICAS
Los organismos pueden clasificarse en dos grupos fundamentalmente diferentes, según la estructura
y complejidad de sus células. Los organismos eucariotes son aquellos que contienen una estructura
CÉLULA I/Origen y evolución de la célula
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llamada núcleo que se encuentra limitado por una membrana específica (la “envoltura nuclear”). El núcleo
sirve para mantener el material genético, el ADN, separado del resto de los componentes celulares. Las
células de procariotes (que significa "antes del núcleo") carecen de núcleo y generalmente son más
pequeñas que las eucarióticas. El ADN de las células procarióticas está confinado a una o más regiones
nucleares, que a veces se denominan nucleoides, pero los nucleoides no están limitados por una
membrana independiente. En algunas células procarióticas la membrana plasmática puede plegarse hacia
adentro y forma un complejo de membranas internas en donde se llevarían a cabo las reacciones de
transformación de energía. Algunas células procarióticas también tienen una pared celular o membrana
externa, que es una estructura que encierra a toda la célula, incluida la membrana plasmática.
El término eucariote significa “núcleo verdadero” y se refiere a que el material genético, el ADN, está
incluido en un estructura especializada (el “núcleo”), que está limitada por la envoltura nuclear. Estas
células también presentan varios organelos limitados por membranas que dividen el citoplasma celular en
compartimientos adicionales. En el cuadro se resumen los distintos tipos de organelos que suelen
encontrarse en las células eucarióticas. Algunos organelos sólo se presentan en ciertas variedades
celulares específicas. Por ejemplo, los cloroplastos, que atrapan la luz solar para conversión de energía,
se hallan en las protistas células que realizan fotosíntesis (plantas o algas).
Estructura
Núcleo celular
Núcleo
Nucleolo
Cromosomas
Descripción
Función
Gran estructura rodeada por una doble membrana;
contiene al nucleolo y los cromosomas
Zona de diferentes características de tinción,
carece de membrana limitante.
Compuestos de un complejo de ADN y proteínas,
llamado cromatina; se observan en forma de
estructuras en cilindro durante la división celular
Control de la célula
Sistema de membranas de la célula
Membrana limitante de la célula viva
Membrana celular
(membrana
plasmática)
Red de membranas internas que se extienden a
Retículo
través del citoplasma
endoplásmico (RE)
Liso (REL)
Rugoso (RER)
Carece de ribosomas en su superficie externa
Los ribosomas tapizan su superficie externa
Ribosomas
Aparato de Golgi
gránulos compuestos de RNA y proteínas; algunos
unidos al ER, otros libres en el citoplasma
Compuesto de saculaciones membranosas planas
Lisosomas
Sacos membranosos (en animales)
Vacuolas
Sacos membranosos (sobre todo en plantas,
hongos y algas)
Sacos membranosos que contienen una gran
diversidad de enzimas
Microcuerpos (p.ej.
peroxisomas)
Organelos transductores de energía
Sacos que constan de dos membranas: la
Mitocondrias
Lugar de síntesis ribosómica; ensamble de subunidades
ribosómicas
Contiene genes (unidades de información hereditaria que
gobiernan la estructura y la actividad celular)
Contiene al citoplasma; regula el paso de materiales hacia
dentro y fuera de la célula; ayuda a mantener la forma
celular; comunica a la célula con otras
Sitio de síntesis de lípidos y de proteínas de membrana;
origen de vesículas intracelulares de transporte, que
acarrean proteínas en proceso de secreción.
Biosíntesis de lípidos; desintoxicación de medicamentos
Fabricación de muchas proteínas destinadas a secreción
o incorporación en membranas
Síntesis de polipéptidos
Modifica, empaca (para secreción) y distribuye proteínas
a vacuolas y a otros organelos
Contiene enzimas que degradan material ingerido, las
secreciones y desperdicios celulares
Transporta y almacena material ingerido, desperdicios y
agua
Sitio de muchas reacciones metabólicas del organismo
Lugar de la mayor parte de las reacciones de la
respiración celular; transformación en ATP de la energía
proveniente de glucosa o lípidos
Sistemas de tres membranas; contienen clorofila en La clorofila captura energía luminosa; se producen ATP y
las membranas tilacoideas internas
otros compuestos energéticos que después se utilizan en
la conversión de CO2 en glucosa
membrana interna está plegada en crestas
Cloroplastos
Citoesqueleto
Microtúbulos
Microfilamentos
Tubos huecos formados por subunidades de
tubulina
Proporcionan soporte estructural; intervienen en el
movimiento y división celulares; forman parte de los cilios,
flagelos y centríolos
Estructuras sólidas, cilíndricas, formados por actina Proporcionan soporte estructural; participan en el
movimiento de las células y organelos, así como en la
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división celular
Durante la división celular en animales se forma un huso
mitótico entre ambos centríolos; en animales puede iniciar
y organizar la formación de microtúbulos; no existen en
las plantas superiores
Locomoción de algunos organismos unicelulares;
desplazamiento de materiales en la superficie celular de
algunos tejidos
Centríolos
Par de cilindros huecos cerca del centro de la
célula; cada centríolo consta de nueve grupos de
tres microtúbulos (estructura 9 x 3)
Cilios
Proyecciones más o menos cortas que se
extienden de la superficie celular, cubiertos por la
membrana plasmática; compuestos de dos
microtúbulos centrales y nueve pares periféricos
(estructura 9 + 2)
Proyecciones largas formadas por dos microtúbulos Locomoción de las células espermáticas y de algunos
centrales y nueve periféricos (estructura9 + 2); se
organismos unicelulares
extienden desde la superficie celular; recubiertos
por membrana plasmática
Flagelos
El origen de los eucariotes3
Las células eucarióticas seguramente evolucionaron a partir de sus ancestros procarióticos, ¿pero
cómo lo hicieron? Esta pregunta ha sido difícil de responder, ya que las formas intermedias de esa
transición no han sobrevivido ni dejado restos fósiles que aporten pistas directas. Uno sólo puede ver el
producto eucariótico final, que es considerablemente diferente a una célula procariótica. Las células
eucarióticas son mucho más grandes que las procarióticas (alrededor de 10.000 veces en volumen) y su
depósito de material genético es mucho más organizado. En los procariotes el archivo genético total
consiste de un simple cromosoma hecho de una cuerda de ADN circular que está en estrecho contacto
con el resto de la célula. En cambio, en los eucariotes la mayor parte del ADN está contenido en
cromosomas de mayor grado de estructuración, que están agrupados dentro de una cavidad central bien
definida, el núcleo celular. La región que circunda al núcleo (el citoplasma) está particionado por
membranas en una elaborada red de compartimientos (organoides) que cumplen una multitud de
funciones.
Los biólogos sospechaban desde hace mucho tiempo que las mitocondrias y los cloroplastos
descendían de bacterias que habían sido adoptadas como endosimbiontes (del griego: “vivir juntos
adentro”) por algunas células huésped ancestrales. La evidencia más convincente es la presencia en
dichos organelos de un sistema genético vestigial, pero aún funcional. Este sistema incluye genes
basados en ADN, los medios para replicar este ADN y todas las herramientas moleculares para construir
las moléculas proteicas codificadas en dicho ADN.
Estos endosimbiontes habrían sido originalmente ingeridos por una célula huésped inusualmente
grande (un fagocito precursor de los eucariotes). Se sabe que muchas células eucarióticas, como los
glóbulos blancos, atrapan procariotes. Por lo general, los procariotes así atrapados son muertos y
digeridos. Algunas veces escapan de la destrucción y mutilan o matan a sus captores. En raras ocasiones
tanto el captor como la víctima sobreviven en un estado de mutua tolerancia que puede dar lugar a una
mutua asistencia y, eventualmente, a una mutua dependencia. Las mitocondrias y los cloroplastos podrían
así haber llegado a ser huéspedes permanentes de la célula hospedante.
Si esta última conjetura es real, la adopción de endosimbiontes debe haber sido posterior a que un
ancestro procariótico de los eucariotes evolucionara hasta convertirse en un fagocito primitivo (del griego,
“célula devoradora”), es decir una célula capaz de engullir cuerpos voluminosos, tales como bacterias. Y si
este arcaico antepasado era similar a los modernos fagocitos, debió haber sido mucho más grande que su
presa y estar limitado por una membrana flexible que le permitiera englobar objetos extracelulares
grandes.
Es interesante señalar que la génesis del núcleo también podría ser explicado, al menos
esquemáticamente, como el resultado de la internalización de una parte de la membrana externa. En los
procariotes el cromosoma circular que contiene al ADN está unido a la membrana celular. El plegamiento
interno de una parte de la membrana celular podría haber creado un saco intracelular llevando el
cromosoma en su superficie. Esta estructura pudo haber sido la semilla del núcleo eucariótico, que está
circundado por una doble membrana formada por partes achatadas del sistema de membranas
3
De Duve, C. “The borning of complex cells”.Scientific American, 274 (4): 38-45, April 1996
CÉLULA I/Origen y evolución de la célula
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intracelular que se fusionan para dar una envoltura esférica
Características diferenciales de las células vegetales
Aunque las plantas y los animales son eucariotes, las células vegetales difieren de las células
animales en varios aspectos:
Aunque todas las células están delimitadas por membranas plasmáticas, las células vegetales están
rodeadas además de una pared rígida que contiene celulosa y otros polisacáridos, además de otros
componentes. Esta pared permite mantener altas concentraciones de solutos si que se produzca la
ruptura de las células.
Las células vegetales contienen plástidos, estructuras delimitadas por una doble membrana, que
producen y almacenan nutrientes o pigmentos. Los más comunes y abundantes son los cloroplastos.
Casi todas las células vegetales tienen un compartimiento grande o varios pequeños, Ilamados
vacuolas, que se utilizan en el transporte y almacenamiento de nutrientes, agua y productos de
desecho.
Las células de plantas complejas carecen de ciertos organelos, como los centríolos y los lisosomas.
LOS VIRUS: UNIDADES DE INFORMACIÓN GENÉTICA
Los virus son complejos supramacromoleculares que pueden autorreplicarse en las células huésped
adecuadas. Consisten en una molécula de ácido nucleico (ADN o ARN) rodeada por una envoltura
protectora o cápside, formada por proteínas y, en algunos casos, por otra envoltura membranosa. Fuera
de las células huésped donde se multiplican, los virus son simples partículas denominadas viriones, de
forma y composición regulares y que pueden ser cristalizadas. Aparentemente, todos los tipos de células,
tanto procarióticas como eucarióticas, son susceptibles de infección por virus específicos.
Una vez que un virus o su ácido nucleico penetra en una célula huésped específica se convierte en
un parásito intracelular. El ácido nucleico del virus es el mensaje genético que específica la estructura del
virión, utilizando las enzimas y los ribosomas del huésped para producir muchas partículas víricas hijas.
Como resultado de ello, se pueden generan cientos de partículas de virus a partir de un único virión
infectante de la célula huésped. En algunos sistemas huésped-virus, los virus de la progenie escapan a
través de la membrana plasmática del huésped. Otros virus provocan la lisis celular (ruptura de la
membrana y muerte de la célula huésped) para ser liberados.
La estrategia que utilizan los virus para multiplicarse varía de acuerdo al tipo de virus, lo que
determina, a su vez, el lugar dentro de la célula en que se replica y transcribe su genoma. En los virus con
genoma de ADN, el ADN del virus se replica y también se transcribe a ARN mensajero (ARNm). El ARNm
codifica enzimas virales, proteínas de la cubierta viral y, en algunos casos, proteínas reguladoras que
controlan la expresión del genoma de la célula hospedadora. El virus realiza sus actividades biosintéticas
con el equipamiento de la célula hospedadora.
En la mayoría de los virus de ARN, el ARN viral se replica y actúa directamente como ARNm. Otros,
en cambio, llevan en la partícula viral una enzima propia que les permite sintetizar los ARNm, usando
como molde el ARN viral, ya que éste no puede funcionar como mensajero. En otro tipo de virus de ARN,
el ARN viral se transcribe a ADN, a partir del cual se transcribe luego el ARNm. Este fenómeno de
transcripción inversa es característico de los retrovirus, tanto de los que causan cáncer como del virus
HIV, responsable del SIDA (Síndrome de InmunoDeficiencia Adquirida).
Se conocen centenares de virus diferentes, cada
uno de ellos más o menos específico para una célula
huésped, que puede ser animal, vegetal o bacteriana.
Los virus específicos de bacterias se denominan
bacteriófagos o simplemente fagos. Algunos virus sólo
contienen un tipo de proteína en su cápside, como por
ejemplo el virus del mosaico del tabaco, un virus simple
de plantas que fue el primero en ser cristalizado. Otros
virus contienen docenas o centenares de clases
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diferentes de proteínas. Se han cristalizado incluso algunos de estos virus grandes y complejos y se
conocen por tanto sus estructuras moleculares en detalle. Los virus difieren mucho en tamaño. El
bacteriófago X174, uno de los más pequeños, tiene un diámetro de 18 nm. El virus de la viruela es uno
de los más grandes; sus viriones son casi tan grandes como las bacterias más pequeñas. Los virus se
diferencian también en su forma y en la complejidad de su estructura.
Para realizar estudios comparativos, sólo disponemos de virus aislados hace no más de 80 años. Por
lo tanto, para elaborar una hipótesis sobre el origen de los virus, solo podemos hacer extrapolaciones
hacia atrás, basándonos en el estudio detallado de las características de los virus actuales. Existen tres
teorías principales que explicarían el origen de los virus. Una de ellas, la teoría regresiva, propone a los
virus como formas degeneradas de parásitos intracelulares. Otra teoría postula que los virus se habrían
originado a partir de componentes celulares normales (ADN o ARN) que habrían adquirido la capacidad
de replicarse en forma autónoma y de evolucionar independientemente. La tercera teoría se relaciona con
la hipótesis de un mundo prebiótico basado en ARN.
METODOLOGÍA PARA EL ESTUDIO DE LAS CÉLULAS
¿Por qué son tan pequeñas las células?
La mayor parte de las células son microscópicas, pero su tamaño varía en un rango muy amplio.
Algunas células bacterianas pueden apreciarse en un buen microscopio óptico, en tanto que ciertas
células animales tienen un tamaño que permite apreciarlas a simple vista. Por ejemplo, las células del
huevo humano tienen el tamaño del punto final de esta oración. Las células más grandes corresponden a
células de los huevos de las aves, pero su tamaño es atípico porque casi toda su masa está ocupada por
nutrientes que forman la yema, que no es una parte funcional de la célula.
El tamaño y la forma de una célula se relaciona con las funciones que ésta realiza. Algunas células
como las amebas y los leucocitos pueden variar su forma a medida que se trasladan, los espermatozoides
tienen una cola larga en forma de látigo que ayuda en la locomoción y las células nerviosas poseen
extremos delgados y largos que les permiten transmitir mensajes a través de grandes distancias a los
sitios más alejados del organismo. Otras células, como las epiteliales, son casi rectangulares y se unen a
otras como si fueran ladrillos de una construcción, hasta formar estructuras laminares.
Si se considera lo que una célula tiene que hacer para mantenerse y crecer podrán entenderse las
razones por las que una célula es tan pequeña. En principio, debe incorporar nutrientes y otros materiales
a través de la membrana plasmática; una vez incorporadas, estas sustancias deben transportarse al sitio
donde serán utilizadas. Por otra parte, los productos orgánicos de desecho originados en diversas
reacciones metabólicas deben trasladarse fuera de la célula antes de que se acumulen en
concentraciones tóxicas. En los organismos multicelulares, algunas células deben además exportar
sustancias que utilizarán otras células.
Debido a que las células son pequeñas, son relativamente cortas las distancias que las moléculas
deben recorrer dentro de ellas, lo cual permite acelerar diversas reacciones químicas. Además, debido a
que las moléculas esenciales y los productos de desecho deben pasar a través de la membrana celular,
cuanto más superficie tenga una célula más rápido pasará a través de ella una cantidad determinada de
moléculas. Esto significa que la relación
entre el área superficial de una célula y su
volumen es un factor crítico en la
determinación de su tamaño.
Si se considera una célula de forma
cúbica se comprueba fácilmente que al
aumentar de tamaño el volumen crece más
rápidamente que la superficie. El cubo de 4
cm de lado, los 8 cubos de 2 cm de lado y
los 64 cubos de 1 cm de lado tienen el
mismo volumen total. Sin embargo, a
medida que el cubo se divide en unidades
más pequeñas, la cantidad total de
superficie se incrementa, al igual que la
CÉLULA I/Origen y evolución de la célula
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relación superficie a volumen. Por ejemplo, la superficie total de los sesenta y cuatro cubos de 1 cm de
lado es 4 veces mayor que la superficie del cubo de 4 cm de lado y la relación superficie a volumen en
cada cubo de 1 cm de lado es 4 veces mayor que la del cubo de 4 centímetros de lado.
El hecho de que el volumen de una célula aumente más rápidamente que el área superficial cuando
esta célula crece, es una limitante del crecimiento celular. Por encima del tamaño celular límite, las
moléculas requeridas para mantener una célula no pueden transportarse dentro de ésta con la rapidez
suficiente como para satisfacer sus requerimientos. De modo similar, las células más pequeñas tienen una
mayor relación de superficie a volumen que las células más grandes. Esto significa no sólo más superficie
de membrana a través de la cual los materiales pueden entrar en la célula o salir de ella, sino también
menos materia viva para atender y distancias más cortas a recorrer por los materiales en el interior de la
célula.
Microscopía
Una de las principales herramientas para el estudio de las células es el microscopio. De hecho,
la célula fue descrita por vez primera por Robert Hooke en 1665, cuando examinaba una pieza de corcho
en un microscopio elaborado por él mismo. A pesar de creerlo, Hooke no contempló células vivas en el
corcho, sino que observó las paredes celulares de las células sin vida del corcho.
Versiones refinadas del microscopio óptico, que utiliza luz visible como fuente de iluminación,
junto con el desarrollo de determinadas sustancias químicas orgánicas que tiñen de forma específica
diferentes estructuras celulares, permitieron a los biólogos descubrir, a principios de siglo, que las células
contienen un grupo de estructuras internas llamadas organelos 4 (que literalmente significa órganos
pequeños). En la actualidad sabemos que cada organelo desarrolla funciones específicas importantes
para la existencia de la célula. El desarrollo de colorantes vitales fue esencial para estos descubrimientos,
ya que el interior de la célula es transparente cuando se observa con un microscopio óptico. Sin embargo,
la mayor parte de los procedimientos para preparar y teñir las células también provocaban la muerte de
ésta.
La posibilidad de que algunos de los componentes celulares pudieran perderse o distorsionarse
durante la preparación de los especimenes a observar siempre preocupó a los microscopistas. El único
camino para evitar el problema es examinar a las células mientras están vivas, sin fijación ni
congelamiento. Para este propósito los microscopios ópticos con sistemas especiales son sumamente
útiles.
OBSERVACIÓN DE MATERIALES BIOLÓGICOS
La observación directa de los materiales biológicos, está limitada por la capacidad del ojo humano
para percibir pequeños detalles. El máximo poder de resolución del ojo humano está dado por la capacidad de
diferenciar dos puntos que se hallan separados por 0,1 mm y colocados a 25 cm de distancia del ojo, que es
la distancia óptima de visión distinta (menor distancia que no produce fatiga visual).
En general las células son muy pequeñas para ser observadas a simple vista, lo que obliga diseñar
instrumentos ópticos capaces de proporcionar imágenes considerablemente agrandadas de los objetos.
Considerando el tamaño de las estructuras que componen la materia viva y su dependencia con
los instrumentos ópticos, aquéllas se diferencian en: a) macroscópicas, b) microscópicas y c)
submicroscópicas.
Visibles a simple vista
DIMENSIONES DE LAS
ESTRUCTURAS
No visibles a simple vista
4
Estructuras macroscópicas
(mm)
Poco aumento: lupa simple (hasta 20 X)
Mayor aumento: lupa binocular (30-50 X)
Estructuras microscópicas
( m)
Gran aumento: microscopio común: (hasta 1500-2000
X)
Estructuras submicroscópicas
(nm)
Ultraestructura: microscopio electrónico de transmisión
(hasta 100.000 X)
Son bastante frecuentes en la literatura biológica los sinónimos organelas, orgánulos u organoides
Gonzalo Vázquez Palacios
MICROSCOPIOS
Se denomina así a todo aparato óptico o lente o sistema de lentes que interpuesto entre un objeto
próximo al ojo y éste, permite observar al objeto de un tamaño mayor y percibir detalles no visibles a
simple vista. Se considera lente a todo sistema óptico transparente limitado por dos o más superficies
curvas, o una curva y otra plana que tienen un eje común. En el caso de los microscopios interesan las
lentes convexas, que dan imágenes agrandadas. Pueden distinguirse dos tipos de imágenes: reales y
virtuales. Las imágenes reales son las que se forman sobre una pantalla. Las imágenes virtuales son las que
percibe directamente el ojo humano. Existen dos tipos de microscopios: simples y compuestos
MICROSCOPIO SIMPLE
Lupa Simple
Está formada por una lente biconvexa o planoconvexa o por varias lentes adosadas que actúan como
una sola. El objeto debe hallarse entre el foco y la lente, formándose una imagen virtual, derecha y mayor. El
material en observación puede ser aumentado hasta 20 veces (máximo aumento = 20 X). Son generalmente
de uso manual.
Lupa Binocular
Está constituida por dos sistemas de lentes con prismas que están montados en una estructura fija.
Sus cualidades son relieve, claridad y profundidad del campo. Máximo aumento = 30-50 X.
MICROSCOPIO COMPUESTO
Llamado así porque posee dos
sistemas de lentes, situados sobre el mismo
eje: una lente que produce una imagen
(objetivo) y un par de lentes que amplían esa
imagen (oculares).
Consta de tres partes principales: base,
platina y tubo. La base es pesada y sirve de
soporte a todo el microscopio. Se articula con el
brazo, del cual puede asirse el microscopio. Su
misión es sostener el tubo que contiene la parte
óptica. En la parte inferior del brazo se
encuentra la platina o plataforma donde se ubican las preparaciones y posee un orificio por donde pasan los
rayos luminosos. El preparado puede desplazarse sobre la platina en dos sentidos perpendiculares entre sí,
mediante el carro o charriot, accionado por dos tornillos colocados lateralmente.
Para desplazar el tubo en sentido vertical existen dos tornillos: el macrométrico produce
desplazamientos rápidos dando un enfoque aproximado y el micrométrico, de movimientos lentos, permite el
enfoque de precisión. El revólver es una pieza colocada en la parte inferior del tubo que lleva enroscados los
objetivos y permite cambiarlos rápidamente.
Como se ha mencionado, el microscopio compuesto posee dos sistemas de lentes centradas sobre
un mismo eje óptico. La lente próxima al objeto se llama objetivo y posee una distancia focal muy corta y da
una imagen real, mayor e invertida. La lente próxima al ojo es el ocular, cuya función es agrandar la imagen
proporcionada por el objetivo y transformarla en imagen virtual. Por lo tanto, la imagen final obtenida con el
microscopio es virtual, mayor e invertida respecto al objeto.
El ocular es un sistema sencillo constituido por dos lentes convexas (que actúan como una sola)
sujetas por una montura metálica, que se introduce en la parte superior del tubo. Permite aumentos pequeños:
6X, 10X, 16X. El objetivo está formado por varias lentes (hasta diez) que actúan como una sola, centradas
por sus ejes ópticos.
Un aspecto destacable de un objetivo es la luminosidad: cuanto mayor sea el aumento utilizado más
oscura se ve la imagen. Para un mismo aumento, cuanto mayor sea la apertura numérica mayor es el número
de rayos que entran al objetivo y más luminosa es la imagen obtenida.
CÉLULA I/Origen y evolución de la célula
11
La distancia frontal es la distancia que separa la lente frontal del
objetivo de la preparación, cuando la imagen está enfocada. Si es mayor se
facilita el enfoque.
El poder de resolución es la capacidad de dar imágenes bien
definidas de puntos adyacentes, mostrándolos como diferentes y separados.
Depende de la apertura numérica y de la longitud de onda de la luz empleada.
Es importante tener en cuenta que la función principal del microscopio no es
dar imágenes de mayor tamaño, sino permitir la observación de detalles finos
de estructura. Ejemplo: dos puntos A y B al aumento X1 dan las imágenes A1 y
B1; al aumento mayor X2 existe mayor distancia entre las imágenes A2 y B2,
pero las imágenes se superponen y el ojo las ve como una sola.
Existen objetivos a seco y de inmersión. Difieren en la naturaleza del medio interpuesto entre la
lente frontal del objetivo y la preparación. En los objetivos a seco, el medio es aire (n = 1), en tanto que en los
de inmersión se interpone un medio con n próximo al del vidrio, aceite de inmersión (n = 1,5 ó 1,6). La
inmersión impide la desviación de los rayos más oblicuos, pudiendo así penetrar en el objetivo, siendo posible
obtener conos luminosos más extensos, con lo que aumenta el ángulo de apertura y se mejora el poder de
resolución.
Al emplear objetivos de gran aumento es necesario obtener grandes conos luminosos y por lo tanto
es necesario recurrir al empleo de condensadores, formados por una o varias lentes. Producen un
agrandamiento de la sección del cono de luz, dando así mayor claridad a la imagen. El más común es el de
Abbé.
Dentro de los accesorios de iluminación debemos mencionar al espejo, que capta los rayos
luminosos dirigiéndolos a través del condensador hacia el objeto. Tiene una cara plana (para objetivos de
poco aumento) y una cara cóncava (proporciona fuerte iluminación para objetivos de gran aumento). El
diafragma se encuentra colocado por encima del espejo y por debajo del condensador. Consta de un
conjunto de pequeñas láminas de acero que pueden acercarse o alejarse entre ellas, limitando un orificio de
diámetro variable y modificando en consecuencia las dimensiones del cono luminoso.
La fuente de iluminación puede ser directamente la luz de día o natural, pero es muy poco usada en
microscopía, ya que no sirve para aumentos grandes. Las fuentes luminosas artificiales deben enviar un cono
luminoso homogéneo y ser capaces de cubrir todo el ángulo de apertura del condensador. Algunos
microscopios están iluminados con una lámpara independiente y un espejo. Actualmente se ha reemplazado
por bombitas incluidas en el pie del microscopio. En algunos microscopios la iluminación está dada por
lámparas que proporcionan luz de composición espectral determinada.
EXAMEN CITOLOGICO
La morfología celular puede estudiarse utilizando dos métodos: examen inmediato y examen
mediato.
Examen Inmediato
Este tipo de examen consiste en la observación del material (célula o tejido) aislado, al estado
viviente. El examen inmediato puede realizarse al estado fresco, por tratamiento previo con líquidos
adicionales o con colorantes vitales.
Observación al estado fresco. Es el método más simple, de fácil uso, que permite apreciar exactamente la
morfología y los movimientos. Su aplicación está restringida, ya que se deben usar materiales delgados y
transparentes, no permite realizar observaciones muy prolongadas y muestra pocos detalles de estructura.
Algunas veces se debe emplear líquidos fisiológicos (solución Ringer - líquido de Tyrode) para mantener vivas
a las células. Si la observación debe ser prolongada, conviene recurrir a la cámara húmeda, que consiste en
un porta grueso con una excavación en el centro sobre la que se invierte un cubre con una gota de líquido
fisiológico, en el que se suspendió el material a examinar. En este tipo de examen se puede usar el
microscopio compuesto o algunas de sus adaptaciones.
Gonzalo Vázquez Palacios
Observación con tratamiento previo con líquidos adicionales. Se puede considerar una técnica
intermedia entre el examen mediato y el inmediato, ya que consiste en el uso de líquidos que modifican las
propiedades ópticas de las células. Por ejemplo una mezcla de alcohol-agua-glicerina, ácido acético, etc.
Observación con colorantes vitales. Se hace uso de estos colorantes con el objeto de estudiar las
estructuras sin producir la muerte ni generar artificios de tinción (falsas estructuras generadas por el agregado
del colorante). Un colorante vital se fija sobre los elementos celulares de un ser vivo sin ejercer acción nociva
sobre él ni sobre sus células o tejidos; se diferencia de otros colorantes en que no reacciona químicamente
con los componentes celulares, sino que se acumula en ciertas porciones de los mismos. Un colorante vital
debe reunir las siguientes condiciones: debe ser poco o nada tóxico, debe utilizarse en soluciones muy
diluidas y debe ser soluble en agua. Ejemplos: rojo neutro, azul de metileno, azul Nilo, azul de cresilo, violeta
de cresilo, violeta de metilo y verde jano.
Examen Mediato
La observación al estado vivo resulta insuficiente para lograr el conocimiento de la célula, dado que
sus partes constituyentes poseen más o menos el mismo índice de refracción. Para subsanar este
inconveniente, hay que colorear la célula, a fin de suplir las escasas diferencias de contraste. Para poder
colorear una célula es necesario efectuar previamente una fijación, de acuerdo al colorante que se vaya a
utilizar y seguir una serie de pasos diferentes según se trate de un tejido blando o de un material lo
suficientemente rígido como para ser cortado directamente. Puede implicar diversas etapas: fijación, inclusión,
corte, desparafinización e hidratación y coloración.
Fijación
La fijación es una operación destinada a conservar la estructura celular tanto como sea posible. La
mayor parte de los procedimientos para preparar y teñir las células también provocan la muerte de ésta.
Los fijadores establecen entrecruzamientos entre sus macromoléculas, de modo que queden en su
posición original, y también hacen a las células permeables a los colorantes. El objeto de la fijación es,
entonces, producir una precipitación o coagulación completa de las proteínas celulares, conservando el
aspecto original. Es fácil concluir que la fijación es teóricamente imperfecta.
Hay fijadores físicos y químicos: entre los primeros se encuentran el frío y el calor. El frío endurece,
pero no fija en el verdadero sentido, sólo suspende las alteraciones debidas a la necrosis. El calor seco se
aplica solamente a frotis, con buenos resultados. Para realizar un frotis se coloca la muestra en un
portaobjetos y con el borde de otro portaobjetos colocado en forma oblicua se extiende la muestra hasta casi
el final, como se muestra en la figura.
Entre los fijadores químicos pueden citarse los ácidos minerales (ácido crómico, ácido ósmico, etc.),
los ácidos orgánicos (ácido acético, ácido pícrico, etc. ), las sales metálicas de metales pesados: (bicromatos,
cloruro mercúrico, etc.) y los reductores orgánicos (alcohol etílico, metanol, formol, acetona, etc.).
Inclusión
Por lo general el material fijado debe ser cortado a fin de darle espesor adecuado (unos pocos
micrones) que permita su observación al microscopio. Con excepción de algunos materiales de origen vegetal,
que por sí ya presentan una consistencia adecuada, el resto deberá ser endurecido transitoriamente para que
resista la manipulación del corte sin alteraciones. Por consiguiente, la inclusión tiene por finalidad encerrar el
objeto en una masa plástica, que lo penetre íntimamente hasta la profundidad de los elementos celulares más
delicados. Para la microscopía óptica en general se emplea la parafina (mezcla de hidrocarburos saturados y
no saturados, de punto de fusión entre 35 y 65 ºC). Como la parafina es insoluble en agua y alcohol, para
CÉLULA I/Origen y evolución de la célula
13
realizar la impregnación de una pieza es necesario deshidratarla con alcohol y penetrarla luego con una
sustancia que actúe como intermediaria entre ésta y la parafina, de acuerdo a los siguientes pasos:
Deshidratación: con alcohol de graduación creciente (hasta 100º)
Impregnación por un disolvente de la parafina: tolueno o xilol
Impregnación por parafina
Inclusión definitiva. El material se retira del último baño de parafina y se traslada a un molde lleno con
parafina fundida, que se deja enfriar. Si es necesario se orienta la pieza con una aguja, sosteniéndola
hasta que la parafina se endurezca. Queda un bloque de parafina encerrando al tejido y se suele
pegar a un taco de madera para sostenerlo.
Corte
Para efectuar cortes histológicos, se utiliza un micrótomo. Existen distintos tipos de micrótomos: el
micrótomo de mano consiste en un pequeño aparato que permite sostener el material en un cilindro prensor,
en cuya parte superior existe una platina sobre la cual se hace deslizar la navaja. Se emplea en histología
vegetal. En el micrótomo automático (micrótomo de Minot) se realizan cortes del bloque o taco de parafina
que contiene el tejido y se adhieren a la superficie de portaobjetos limpios.
Desparafinización e hidratación
En los casos en que se han realizado tacos de parafina para incluir el material, para poder colorearlo
es necesario quitarle la parafina y rehidratarlo. Para ello se sigue el camino inverso a la deshidratación: se van
sumergiendo los portas con cortes en líquidos intermedios que disolverán la parafina y luego en alcoholes de
graduación decreciente, comenzando con el alcohol absoluto, hasta sumergirlo finalmente en agua.
Coloración
Como último paso del examen se procede a colorear el material, eligiendo el colorante o la
combinación de colorantes que sean adecuados para los componentes celulares que se desee observar y
teniendo en cuenta el fijador que fue usado en el primer paso. La coloración es la propiedad que poseen
ciertas sustancias de ejercer una absorción selectiva sobre la luz. Dicho de otra manera, un cuerpo se ve
coloreado porque transmite, por transparencia o difusión, las radiaciones complementarias de aquellas que
absorben. La constitución química determina la naturaleza de la absorción.
Los colorantes pueden ser clasificados tanto desde un punto de vista químico como histológico. En el
primer caso se agrupan de acuerdo a su constitución; en el segundo se los clasifica en: colorantes naturales,
extraídos de animales y vegetales (tales como carmín, hematoxilina y orceína) y colorantes artificiales.
Desde el punto de vista químico se conocen dos tipos de colorantes según su afinidad por las
distintas partes celulares o por los grupos moleculares particulares que ellas contienen: colorantes
nucleares o básicos, en los que el componente coloreado activo es una base coloreada, y colorantes
citoplasmáticos o ácidos, caracterizados por un ácido coloreado. Es muy raro que se utilicen los ácidos
o las bases libres, porque son muy poco solubles. De allí que, en general, los colorantes básicos son sales
de bases coloreadas y un ácido incoloro (por ejemplo azul de metileno). En los colorantes ácidos ocurre lo
contrario: así, en la eosina el colorante es el ácido eosínico. Otros autores distinguen además los colorantes
neutros, en los cuales el ácido y la base están coloreados; tal es el caso del eosinato de azul de metileno que
es muy usado en hematología.
Microscopio de Fondo Oscuro
Es una modificación del microscopio óptico compuesto, que se basa en la reflexión total de la luz.
Se logra de manera sencilla observar algunas de las características de células no teñidas, utilizando la luz
dispersada por sus diversos componentes. El microscopio de fondo oscuro tiene un condensador diferente al
convencional, de forma que la luz se refleja totalmente, quedando el campo totalmente oscuro. Un objeto, tal
como una célula, colocado en ese campo dispersa la luz en todas direcciones; parte de esa luz dispersada es
captada por el objetivo, que tiene un diafragma especial. Por lo tanto, la célula aparece como un objeto
luminoso sobre un fondo negro.
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Microscopio de Contraste de Fases y de Contraste de Interferencia Diferencial de Nomarski
Recientemente se diseñaron modelos más complejos de microscopios ópticos en los que se
usan ondas de luz interferentes para resaltar las estructuras celulares internas. Con el microscopio de
contraste de fases y el microscopio de contraste de interferencia diferencial de Nomarski es posible
observar algunas de las estructuras celulares internas sin tinción. Uno de los hechos más sorprendentes
que pueden evidenciarse con estos instrumentos es que las células vivas contienen numerosas
estructuras internas que se mueven y cambian de forma y localización constantemente.
Cuando la luz pasa a través de una célula viva, la fase de la onda luminosa cambia en función
del índice de refracción de la estructura celular: la luz que pasa a través de una parte relativamente gruesa
o densa, como el núcleo, es retardada, por lo que su fase estará desviada con respecto a la de otra onda
que pase a través de una sección más delgada de citoplasma. El microscopio de contraste de fases y el
microscopio de contraste de interferencia diferencial de Nomarski explotan los efectos de interferencia
producidos cuando las dos ondas emergen del preparado, generando así una imagen de la estructura
celular dada por zonas más brillantes (cuando dos ondas están en fase el resultado es una onda de mayor
amplitud y en consecuencia más brillante) y otras más opacas (cuando dos ondas están desfasadas, lo
que trae como consecuencia que la zona se vea más opaca).
Capacidad de ampliación y poder de resolución de los instrumentos ópticos
Hay dos características que determinan la claridad con que puede ser visto un objeto pequeño.
Una de ellas es la capacidad de ampliación del instrumento, que es la relación del tamaño de la imagen
vista con el microscopio y el tamaño real del objeto. Los mejores microscopios ópticos permiten una
ampliación no mayor de 1.000 veces, mientras que un microscopio electrónico puede elevarla hasta
250.000 veces o más. La otra característica, todavía más importante, es el poder de resolución o
posibilidad de observar detalles finos. Se define como la mínima distancia a la cual dos puntos pueden
distinguirse como tales y no como un punto borroso. El poder de resolución depende de las lentes y de la
longitud de onda de la fuente de iluminación: cuanto más corta sea la longitud de onda mayor será el
poder de resolución. La luz visible utilizada por los microscopios ópticos tiene una longitud de onda que va
de 400 a 700 nanómetros (nm); esto limita la resolución del microscopio óptico a detalles no menores al
diámetro de una pequeña célula bacteriana.
Microscopio electrónico de transmisión
Las células y sus componentes son tan pequeños que los microscopios ópticos comunes sólo
pueden distinguir los detalles gruesos de las estructuras celulares. En la mayor parte de los casos todo lo
que puede observarse es el contorno de las estructuras y su capacidad de teñirse por alguna sustancia y
no por otra. No fue sino hasta que se desarrolló el microscopio electrónico, cuyo empleo se difundió más
CÉLULA I/Origen y evolución de la célula
15
ampliamente en los años „50, que los investigadores estuvieron en condiciones de estudiar los detalles
finos o ultraestructura de las células.
Mientras que el mejor microscopio óptico tiene un poder de resolución 500 veces mayor al del
ojo humano, el del microscopio electrónico es 10.000 veces mayor. Esto se debe a que los electrones
tienen una longitud de onda del orden de 0,1 a 0,2 nm. Aunque esto implica que el límite de resolución del
microscopio electrónico se acerca al diámetro de una molécula de agua, es difícil alcanzar tal resolución
con material biológico. Sin embargo, sí puede alcanzarse tal resolución cuando se examinan moléculas
aisladas, como proteínas o ADN.
La imagen formada por el microscopio electrónico no puede observarse directamente. El haz de
electrones consta de electrones con carga, desviados por un campo magnético, de manera similar a la
forma en que la luz es refractada por los lentes de un microscopio óptico.
Para llevar a cabo estudios de microscopía de transmisión electrónica (TEM, transmission
electron microscopy), dado que el espécimen está expuesto a muy alto vacío, los tejidos son usualmente
fijados primero con glutaraldehído, que provoca el entrecruzamiento entre moléculas de proteínas vecinas
y luego con tetróxido de osmio (OsO4), que estabiliza las bicapas lipídicas y las proteínas. Dado que los
electrones tienen muy bajo poder penetrante se deben preparar secciones extraordinariamente finas (50 a
100 nm de espesor, alrededor de 1/200 del espesor de una célula normal). Esto se logra deshidratando el
espécimen e impregnándolo con una resina polimérica que forma un block de plástico. Este block es
cortado luego con una cuchilla ultrafina de vidrio o diamante. Se hacen secciones seriadas y se montan en
una rejilla metálica circular para ser vistas en el microscopio. El haz electrónico se hace pasar luego a
través de la muestra y se dirige a una placa fotográfica o a una pantalla. Las fotografías de microscopía
electrónica representan sólo un delgado corte transversal de la célula; para reconstruir de algún modo la
imagen tridimensional del interior de la célula es necesario estudiar muchas imágenes de cortes
consecutivos (llamados cortes seriados) a través de la misma.
Existen técnicas de microscopía
electrónica que proporcionan información de
otros aspectos de la ultraestructura celular. La
criofractura permite visualizar el interior de las
membranas, congelando las células con N2
líquido en presencia de un anticongelante para
evitar la distorsión por los cristales de hielo y
luego se corta según un plano que atraviese la
bicapa lipídica. Las caras de fractura se
metalizan con platino y al microscopio
electrónico se visualizan las proteínas
transmembrana
como
pequeñas
protuberancias.
El grabado por congelación
implica la congelación, fractura y luego
descongelamiento de la superficie por
sublimación del agua en el vacío y luego las
zonas de la célula expuestas son sombreadas con un metal. Permite revelar la organización tridimensional de
las estructuras del interior celular. También por microscopía electrónica se puede visualizar la forma de las
macromoléculas aisladas si previamente se las sombrea con un metal pesado que da una imagen con
apariencia tridimensional; para el caso de muestras gruesas se puede eliminar el material orgánico y queda la
réplica metálica de la superficie de la muestra.
Microscopio electrónico de barrido
En otra variedad de microscopía electrónica, llamada microscopía electrónica de barrido (SEM,
scanning electron microscopy) el haz de electrones no pasa a través de la muestra, sino que la misma se
recubre con una película delgada de oro. Cuando el haz choca contra varios puntos en la superficie de la
muestra, se emiten electrones secundarios cuya intensidad de emisión varía con el contorno de la
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superficie. Los patrones de emisión de los electrones secundarios se registran y dan lugar a una imagen
tridimensional de la superficie de la muestra. Este tipo especial de micrografía proporciona información
respecto a la forma y a las características externas de la muestra, que no pueden obtenerse mediante
microscopía de transmisión electrónica.
Microscopio de fluorescencia
Las moléculas fluorescentes absorben luz a una longitud de onda menor y emiten luz en una
longitud de onda mayor (de menor energía); a veces absorben en el ultravioleta o violeta lejano y emiten en
el visible. En Biología se usan colorantes fluorescentes como la fluoresceína que es excitada por la luz azul y
emite luz amarillo-verdosa, o la rodamina que es excitada por luz verde-amarilla y emite fluorescencia roja y el
DAPI5 que se excita con luz ultravioleta y emite en el azul. Estos colorantes se pueden unir covalentemente a
una proteína, un ácido nucleico, u otras moléculas, que por lo tanto pueden ser detectadas en las células.
Para la visualización de las moléculas fluorescentes se utiliza el microscopio de fluorescencia,
que es un microscopio óptico dotado de una luz muy potente y de un filtro (de excitación) que permite
seleccionar la longitud de onda que excita a los
reactivos fluorescentes y de otro filtro (de barrera) que
deja pasar solamente luz de longitud de onda que
corresponde a la fluorescencia producida por las
sustancias a las que se unieron los colorantes
fluorescentes 6.
Ahora se ha desarrollado un microscopio más
avanzado, el microscopio de barrido confocal de
fluorescencia. Utiliza un rayo láser y métodos
electrónicos de procesamiento de la imagen que
permiten enfocar un determinado plano de una
muestra, eliminando la luz que proviene de otros
planos, fuera de foco, superiores o inferiores a ése. Se
obtiene una imagen nítida de cada plano y luego una
computadora integra todos los planos, dando una
imagen tridimensional. Este microscopio proporciona
imágenes detalladas de secciones del interior de una
estructura intacta, objetos tridimensionales complejos
Esquema del camino que sigue la luz (camino óptico) de un
como las redes de fibras del citoesqueleto o la microscopio de fluorescencia convencional. Se aprecia la
ubicación de los filtros de excitación y de barrera.
disposición de los cromosomas en el núcleo.
FRACCIONAMIENTO CELULAR
Si bien mediante la microscopía se puede determinar la disposición de los organelos y de los grandes
agregados macromoleculares en las células y tejidos, muchos estudios bioquímicos requieren la obtención
aislada de aquellas estructuras. Es así como surge el fraccionamiento celular, procedimiento que permite la
separación de organelos y macromoléculas por ultracentrifugación. Para ello las células de una población
purificada debe disgregarse en forma cuidadosa y controlada, ya sea por shock osmótico controlado,
ultrasonido, haciéndolas pasar a través de un pequeño orificio o moliéndolas. Estos tratamientos rompen las
membranas plasmáticas y otras membranas, pero dejan intactos los núcleos y la mayoría de los
organelos.
Luego la mezcla del homogenado se somete a centrifugación por rotación en una
ultracentrífuga. Cuanto mayor sea el número de revoluciones por minuto, mayor será la fuerza centrífuga
ejercida. Esto permite separar los diversos componentes celulares mediante centrifugación diferencial;
de acuerdo a sus tamaños y densidades sedimentarán a diferentes velocidades. En un primer paso, a una
El 4'-6-diamidino-2-fenilindol (DAPI) forma complejos fluorescentes con el ADN, con gran especificidad para los pares de
bases AT y AU, incrementando notablemente la fluorescencia del ADN.
6
En la dirección de internet http://www.cienciahoy.org/hoy64/tridimensional.htm puede consultarse un interesante artículo sobre
microscopía de fluorescencia (Ciencia Hoy, Vol. 11, Nº 64, agosto-septiembre de 2001)
5
CÉLULA I/Origen y evolución de la célula
17
velocidad relativamente baja, sedimentarán células enteras, núcleos, restos de membranas y los
componentes del citoesqueleto. Sometiendo a mayor velocidad al sobrenadante, se obtiene un “pellet”
(sedimento) con la fracción que contiene mitocondrias, lisosomas y, peroxisomas. A una velocidad alta y
con mayor tiempo de centrifugación se separa la fracción que contiene las vesículas membranosas del
retículo endoplásmico, llamadas microsomas, y otras vesículas pequeñas. Finalmente a muy alta velocidad
y después de largo tiempo de centrifugación se obtienen ribosomas y grandes macromoléculas; quedando
un sobrenadante que contiene otras biomoléculas, como por ej. proteínas solubles.
La obtención de estas estructuras aisladas tiene fundamentalmente por objeto estudios bioquímicos
relacionados con ellas, como por ejemplo estudiar la respiración celular, alguna vía metabólica que ocurra en
la fracción microsomal, etc. La centrifugación diferencial permite obtener un fraccionamiento inicial del
contenido celular, que luego puede purificarse con más precisión mediante una centrifugación isopícnica
o en gradiente de densidad. En este método se coloca en un tubo de ultracentrífuga una sustancia, tal
como sacarosa o cloruro de cesio, en un gradiente de densidad, preparado con un aparato especial de
mezclado (un formador de gradientes), de forma que la densidad aumenta desde la superficie hasta el
fondo. Cuando se coloca una mezcla de componentes celulares sobre este gradiente de densidad y se
centrifuga a alta velocidad, los distintos tipos de componente se separan en distintas bandas en las
regiones del gradiente con igual densidad. Las fracciones celulares purificadas se recuperan con sólo
punzar la base del tubo para recolectar las muestras. La velocidad a la que sedimenta cada uno de los
componentes depende fundamentalmente de su tamaño y de su forma, y suele expresarse como
coeficiente de sedimentación S. Actualmente las ultracentrífugas pueden alcanzar velocidades
superiores a 80.000 rpm y producir fuerzas de más de 500.000 veces la de la gravedad; así se pueden
separar entre sí en función de su tamaño incluso las macromoléculas pequeñas como los ARNt y las
enzimas sencillas.
USO DE RADIOISÓTOPOS Y AUTORRADIOGRAFÍA
Los radioisótopos se utilizan para marcar moléculas en las células y los organismos y de este
modo seguir el curso de casi todos los procesos celulares. Un experimento típico consiste en añadir a las
células un precursor marcado con un radioisótopo. Las moléculas radiactivas se mezclarán con las
moléculas preexistentes no marcadas y ambos tipos de moléculas serán tratados de forma idéntica por la
célula, ya que sólo se diferencian en el peso de su núcleo atómico. Algunos de los radioisótopos más
usados en Biología son 3H (tritio), 14C, 32P, 35S y 125I. Los cambios de la localización o de la forma química
de las moléculas radiactivas se podrán seguir en función del tiempo transcurrido desde la incorporación del
isótopo radioactivo al material, al tejido o al organismo.
Una de las aplicaciones más importantes de la radiactividad a la Biología celular consiste en la
localización por autorradiografía de compuestos radiactivos en secciones de células enteras o de tejidos.
En este procedimiento las células vivas son expuestas brevemente a un pulso de un compuesto radiactivo
determinado y se incuban durante un período variable de tiempo, para permitir que el compuesto se
incorpore, antes de fijarlas y tratarlas para microscopía óptica o electrónica. Cada preparación es
recubierta posteriormente con una fina película de una emulsión fotográfica y se coloca en la oscuridad
varios días, durante los cuales parte del radioisótopo se desintegra e impresiona la emulsión. Entonces la
emulsión se revela y se determina la posición de la radiactividad en cada célula mediante la posición de
los granos de plata generados. Así por ej., la incubación de células con un precursor radiactivo del ADN,
timidina 3H, muestra que el ADN se sintetiza en el núcleo y permanece allí. En cambio, el marcaje de las
células con uridina 3H, un precursor radiactivo del ARN, revela que el ARN se sintetiza inicialmente en el
núcleo pero que luego se desplaza rápidamente hacia el citoplasma.
Las moléculas marcadas con radioisótopos también pueden ser detectadas por autorradiografía
después de haber sido separadas de otras moléculas mediante electroforesis en gel; de esta manera se
detecta habitualmente la posición tanto de las proteínas como de los ácidos nucleicos. Además, cuando se
utilizan moléculas de ácidos nucleicos marcadas radiactivamente como sondas para buscar moléculas de
ácidos nucleicos complementarias a ellas, se usa la autorradiografía para detectar la posición y la cantidad
de estas moléculas que se hibridan con la sonda, tanto sobre un gel como sobre la sección de un tejido.
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AISLAMIENTO Y CRECIMIENTO DE CÉLULAS EN CULTIVO
A pesar de que al microscopio pueden observarse las estructuras de los organelos y de las
macromoléculas de la célula, la comprensión molecular de la célula requiere un análisis bioquímico
detallado. Desgraciadamente los procedimientos bioquímicos requieren gran cantidad de células y siempre
empiezan rompiéndolas. Si la muestra es un trozo de tejido, se mezclarán entre sí fragmentos de todas
sus células y si, como ocurre en la mayoría de los casos, el tejido tenía células de varios tipos diferentes,
se originará una gran confusión. Con el objeto de preservar toda la información que sea posible sobre
cada uno de los tipos celulares, los biólogos celulares han desarrollado técnicas de disociación de células
a partir de los tejidos y de separación de los distintos tipos celulares. Como resultado de estas técnicas,
pueden analizarse poblaciones relativamente homogéneas de células, ya sea directamente o después de
que su número se haya incrementado notablemente permitiendo que las células proliferen en cultivo.
Las células de un tejido pueden ser aisladas y separadas en diversos tipos celulares
El primer paso del aislamiento de células a partir de un tejido de origen animal que contiene una
mezcla de tipos celulares consiste en romper la matriz extracelular y las uniones intercelulares que
mantienen unidas entre sí las células. Normalmente las mejores recuperaciones de células disociadas
viables son las obtenidas de tejidos fetales o neonatales, típicamente tratándolos con enzimas proteolitícas
(como la tripsina y la colagenasa) y con agentes que se unen (quelan) al Ca2+ del que depende la
adhesión célula-célula. Entonces, los tejidos pueden ser disociados en células individuales y viables,
mediante agitación suave. En células vegetales el procedimiento debe tener en cuenta por una parte que
en las plantas la división celular está prácticamente restringida a determinadas zonas (meristemas) y por
otra parte que las células vegetales están unidas entre sí por una sustancia cementante de naturaleza
polisacarídica (la lámina media o péctica) que tiene que degradarse previamente con enzimas específicas
(pectinasas).
Para separar los diferentes tipos celulares a partir de una suspensión celular mixta se utilizan
diversos métodos. Uno de ellos consiste en aprovechar las diferentes propiedades físicas de las células.
Por ejemplo, las células grandes pueden separarse de las pequeñas y las células más densas de las
menos densas mediante centrifugación. Otra aproximación se basa en la tendencia de algunos tipos
celulares a adherirse fuertemente al cristal o al plástico, lo cual permite separarlas de células que se
adhieran menos fuertemente. La técnica más sofisticada de separación celular se basa en el marcaje
específico de las células con anticuerpos acoplados a un colorante fluorescente y posterior separación de
las células marcadas de las no marcadas mediante un clasificador celular activado por fluorescencia. En
este aparato las células pasan en "fila india" a través de un haz láser, determinándose la fluorescencia de
cada célula.
Cuando, mediante alguno de los métodos mencionados, se ha obtenido una población uniforme
de células, esta población puede utilizarse directamente para análisis bioquímicos. Alternativamente, esta
población celular constituye un material de partida adecuado para el cultivo celular, permitiendo estudiar el
complejo comportamiento de las células bajo las condiciones estrictamente definidas de una placa de
cultivo.
Las células pueden cultivarse en una placa de cultivo
La mayoría de tipos celulares tanto vegetales como animales sobreviven, se multiplican e incluso
expresan propiedades diferenciales en una placa de cultivo en condiciones adecuadas. Las células
pueden visualizarse al microscopio o analizarse bioquímicamente y también se pueden estudiar los efectos
de la adición o eliminación de moléculas determinadas, tales como hormonas o factores de crecimiento.
Además, en cultivos mixtos pueden estudiarse las interacciones entre un tipo celular y otro. A menudo se
dice que los experimentos con células cultivadas han sido realizados in vitro (literalmente "en vidrio") para
diferenciarlos de los experimentos realizados en organismos intactos, que se dice que han sido realizados
in vivo (literalmente "en el organismo vivo").
Los experimentos originales implicaban el cultivo de pequeños fragmentos de tejido, denominados
explantes o explantos. Si bien está técnica sigue siendo utilizada, especialmente en cultivos de tejidos
vegetales, en la actualidad los cultivos se preparan habitualmente a partir de suspensiones de células
obtenidas por disociación de tejidos, como se ha descrito más arriba. A diferencia de las bacterias y de
CÉLULA I/Origen y evolución de la célula
19
muchas células vegetales, la mayor parte de las células animales no están adaptadas a crecer en
suspensión, de forma que necesitan una superficie sólida sobre la que poder crecer y dividirse.
Actualmente este soporte lo constituye una superficie de plástico de una placa de cultivo. Sin embargo los
distintos tipos celulares tienen requerimientos diferentes, de forma que algunos de ellos no crecen o no se
diferencian a menos que la placa de cultivo esté recubierta de componentes de matriz extracelular, como
el colágeno.
Los cultivos preparados directamente a partir de los tejidos de un organismo, con o sin
fraccionamiento previo, reciben el nombre de cultivos primarios. En la mayoría de los casos, las células de
los cultivos primarios pueden recuperarse de la placa de cultivo y utilizarse para formar un gran número de
cultivos secundarios. De esta forma las células pueden ser subcultivadas repetidamente durante semanas
o meses. A menudo estas células muestran in vitro las propiedades que las caracterizan in vivo: los
fibroblastos continúan segregando colágeno, las células derivadas del músculo esquelético embrionario se
fusionan formando fibras musculares gigantes que se contraen espontáneamente en la placa de cultivo,
las células nerviosas emiten axones que son excitables eléctricamente y que establecen sinapsis con otras
células nerviosas y las células epiteliales forman extensas láminas con muchas de las propiedades de un
epitelio intacto. Puesto que estos fenómenos se producen en los cultivos, resultan accesibles al estudio a
través de sistemas y técnicas que no se pueden aplicar en los tejidos intactos.
Las líneas celulares eucariotas constituyen una fuente ampliamente utilizada para la obtención de
células homogéneas
La mayoría de las células de los vertebrados mueren tras un número finito de divisiones en cultivo:
por ejemplo, las células cutáneas humanas en cultivo sobreviven durante algunos meses, dividiéndose
únicamente entre 50 y 100 veces antes de morir. Se sugirió que esta vida limitada estaba relacionada con
la vida limitada del animal del que derivan las células. Sin embargo, en cultivo ocasionalmente surgen
algunas células que han sufrido algún cambio genético que las hace realmente inmortales. Estas células
proliferan indefinidamente y pueden propagarse como una línea celular.
Las líneas celulares preparadas a partir de células cancerosas difieren de las preparadas a partir
de células normales en varios aspectos; por ejemplo, a menudo las líneas de células cancerosas crecen
sin fijarse a ninguna superficie y proliferan en una placa de cultivo hasta una densidad mucho mayor que
la de las células normales.
A pesar de que todas las células de una línea celular son muy similares entre sí, a menudo no son
idénticas. La uniformidad genética de una línea celular puede mejorarse con el clonaje celular, mediante el
cual se aísla una única célula y se le permite proliferar hasta formar una gran colonia. Un clon es cualquier
población de células derivadas de una única célula ancestral. Una de las aplicaciones más importantes del
clonaje celular ha sido el aislamiento de líneas celulares mutantes con defectos en determinados genes. A
menudo el estudio de las células que son defectuosas en una proteína determinada revela muchos datos
sobre la función que tiene esta proteína en las células normales.
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Editorial Médica Panamericana (traducido de la 6ª edición inglesa, 2001).
Gonzalo Vázquez Palacios
CUESTIONARIO TEÓRICO
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
¿Cuáles son los postulados centrales de la teoría celular?
¿Cuál fue la importancia de la aparición de una membrana limitante al comienzo de la vida?
¿Por qué razón una célula pequeña es más eficiente que una célula mucho más grande?
¿Cuáles son las diferencias esenciales entre los procariotas y los eucariotas?
¿Y entre plantas y animales? Realice un esquema resumiendo las diferencias.
Describa las principales estructuras que existen en una célula eucariótica e indique las funciones
atribuidas a cada una de ellas.
Explique la teoría sobre la formación de las primeras moléculas sobre la tierra.
Que son los micoplasmas?
Como es la estructura de una bacteria?
Defina las características de los virus y su mecanismo de reproducción.
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