Presentación Presentar una obra homenaje entraña un doble sentimiento. Por una parte el del orgullo de la recepción de la confianza de los compañeros de la Academia en repre­ sentarlos –en mi caso explicada por razones institucionales– para glosar la obra en general y laudar al homenajeado en particular. Por otra parte coexiste con el anterior un sentimiento de melancolía que representa este tipo de trabajo científico, el del testimo­ nio y reconocimiento de la globalidad de una vida científica. En el caso de don Javier Lasarte Álvarez, estas reflexiones adquieren una dimen­ sión propia, sui generis. En primer término porque el ingente volumen de colaboracio­ nes que en esta magna obra se publica acredita la admiración y el cariño –tanto huma­ no como académico– que se profesa a nuestro querido colega. En segundo lugar por cuanto el Profesor Lasarte Álvarez representa una especie poco común en nuestro panorama universitario actual, la del Maestro integral en la docencia, en la investigación y como formador. En efecto, en el ámbito de la docencia hemos disfrutado con él de una insoborna­ ble vocación de años, de decenios, dedicados a la enseñanza del Derecho financiero y tributario en diversas universidades españolas y extranjeras, habiendo ostentado la cua­ lidad de Catedrático de la materia desde 1971, esto es, con tan sólo treinta y un años. En el desarrollo de esa tarea ha venido plasmando una impronta que sólo los grandes son capaces de atesorar: explicar lo complejo de manera sencilla. Quien esto escribe lo puede atestiguar personalmente por cuanto pudo disfrutar de sus clases de Derecho financiero en la Universidad de Sevilla en el curso 1986/1987, en las que aprendió con asombrosa facilidad cómo debían de configurarse la función y la organización finan­ ciera de un Estado, a la sazón el nuestro, que estrenaba Constitución democrática desde hacía poco. En lo que atañe a la faceta investigadora, compendiar la labor de don Javier Lasar­ te Álvarez en unas líneas resulta sencillamente imposible. Acerca de sus amplias y numerosas líneas de investigación me limitaré a destacar dos aspectos. Por un lado, en una demostración continua de su adaptación a los tiempos y de su preocupación por la evolución del Derecho, recientemente inició una serie de estudios a propósito de la armonización y coordinación fiscal en la Unión Europea en colaboración con la Escue­ la de Altos Estudios Tributarios de la Universidad de Bolonia, estudios a los que ha incorporado –como es habitual en él– a un amplio elenco de discípulos que hoy son referente en este ámbito en el panorama europeo. Por otro lado, y retomando una pri­ mitiva vocación iniciada con su monografía Economía y Hacienda en el Antiguo Régimen. Dos estudios (premiada en 1974 por el Instituto de Estudios Fiscales), el homenajeado ha reiniciado en los últimos tiempos la difícil investigación histórica para publicar obras de un valor científico extraordinario cuales son Las Cortes de Cádiz. Soberanía, separación de poderes, Hacienda, 1810-1811 (Marcial Pons, 2009) y La contribución extraordinaria de guerra 31 Estudios sobre el sistema tributario actual y la situación financiera del sector público de la Junta Central y las Cortes de Cádiz (1810-1813). Orígenes de la imposición personal en Espa­ ña (que recibió en 2012 el Premio del Centro de Estudios Constitucionales 1810 en su IX Edición). Si en los ámbitos docente e investigador el currículum de don Javier Lasarte Álva­ rez ofrece un balance excelso, es el aspecto formador el que desearía destacar de modo particular. Y es que cuando de alguien se predica el término Maestro –pocas veces más justificadamente que en el presente– se ha de hacer, a mi entender, sobre todo, en el sentido de la tercera acepción del vocablo en el Diccionario de la Real Academia Espa­ ñola, esto es, como persona que enseña una ciencia, arte u oficio. Don Javier ha for­ mado, es decir, ha enseñado una ciencia (la del Derecho), un arte (el del saber ser y estar) y un oficio (el de profesor universitario) a numerosos jóvenes mediante una téc­ nica insuperable basada en la paciencia, en los pasos medidos, en la iniciación valiente en los temas, en la tutela continua pero no asfixiante, en la promoción pública, en el apoyo en los concursos, en la comprensión y en el respeto (manifestado en el trata­ miento mutuo de usted entre Maestro y discípulos) que se resumen en una idea: una manera clásica –y, por tanto, no mejorable– de hacer las cosas en la universidad. Otras muchas cosas podrían escribirse de don Javier Lasarte Álvarez; quizás llame la atención que no lo haya hecho respecto de otra faceta particularmente universitaria: la gestión pública. Y es que, en una clarividente manifestación de inteligencia, nuestro homenajeado siempre optó por dejar que los demás hicieran y por apoyarlos en esta tarea; quien les escribe es de igual modo testigo agradecido de lo expuesto. Pese a ello, ha sabido desarrollar su capacidad de trabajo, de liderazgo y de organización al frente de diversas responsabilidades públicas, dentro y fuera de la universidad (acaso alguna retribuida), de entre las que se ha de destacar la más reciente: la presidencia de la Real Academia Sevillana de Legislación y Jurisprudencia, de la que es Numerario desde 1993, y que merced a su dedicación está viviendo una etapa de fructífero desarrollo. Pero, y con esto concluyo, el significado transcendente de la existencia y de la obra de don Javier no podría explicarse sin una mirada a su entorno más íntimo: su familia, amparada en una extraordinaria esposa, intelectual y compañera fiel en el camino de la vida, así como en unos hijos orgullosos y felices de tales padres. En el citado camino, ambos han hecho suya una profunda reflexión de valor universal, contenida en el Libro de Job (capítulo 28, versículo 28), donde quedó escrito que «el temor del Señor es sabi­ duría, apartarse del mal inteligencia». Gracias por tanta inteligencia don Javier, gracias por enseñarnos, a tantos, a discernir el bien de lo que no lo es. Sevilla, mayo de 2014 Andrés Rodríguez Benot Catedrático de Derecho internacional privado Decano de la Facultad de Derecho Universidad Pablo de Olavide de Sevilla 32