148-2008 - Ministerio Público

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148
MINISTERIO PÚBLICO DE COSTA RICA
2008
Tema.
Carácter excepcional de la prueba para mejor resolver: Se restringen a aquellos hechos o circunstancias nuevas que surjan en el curso de la audiencia
Sumario
Carácter excepcional de la prueba para mejor resolver: Se restringen a aquellos hechos o circunstancias nuevas que surjan en el curso de la audiencia: La Sala analiza el carácter de la prueba ofrecida para mejor resolver. Para esto debe tenerse en consideración lo indicado por la resolución número 248-2007 del 20 de marzo de 2007: "…En primer lugar, debemos partir de la premisa que es
en la etapa intermedia del procedimiento donde las partes deben de ofrecer la prueba para el debate. Con ello, nuestro legislador garantizó la imparcialidad del Tribunal al no tener que calificar la
prueba para el debate y a las partes de no verse sorprendidos con ofrecimiento de prueba desconocida, lo anterior en razón de los principios de lealtad procesal y litigio de buena fe (artículo 127 del
Código Procesal penal). Por otra parte, el numeral 304 del Código Procesal Penal, dispone que
tratándose de prueba documental ofrecida para el juicio, ésta puede presentarse con la acusación o
señalarse dónde se encuentra para que luego sea solicitada por el Tribunal. Consecuentemente el
numeral 324 del citado Código le impone a la 'Secretaría del Tribunal' o 'Juez Tramitador' (artículos
125 a 129 de la Ley Orgánica del Poder Judicial Nº 7728) allegar 'los objetos y documentos' que
serán leídos y exhibidos en la audiencia (artículo 354). De lo anterior se colige el carácter excepcional de la prueba para mejor proveer que dispone el artículo 355 restringiéndola a aquellos hechos o
circunstancias nuevas que surjan en el curso de la audiencia. En segundo lugar esta Sala en el Voto
Número 394 de las 9:55 horas del 2006 determinó los criterios a seguir con relación a la interpretación del artículo 355 del Código Procesal Penal, señalando: "Si bien del último antecedente citado
puede deducirse claramente cuál es la interpretación que debe hacerse del artículo 355 del Código
Procesal Penal, lo cierto es que ello, per se, no implica una modificación total del criterio seguido en
la sentencia número 2000-0572. Es necesario, eso sí, dimensionar los alcances de esta resolución
para evitar una interpretación extensiva como la que surgió en la sentencia número 2005-0727. Ese
primer caso tenía la particularidad de que el asunto se resolviera conforme al principio constitucional
del derecho de acceso a la justicia y de tutela judicial efectiva de la víctima, pues de manera inexcusable, el Ministerio Público omitió ofrecer como prueba la declaración del ofendido. Así, esa prueba no podía válidamente ser rechazada bajo el argumento de que no se trata de 'nuevos hechos o
nuevas circunstancias', pues existe una norma de rango supra legal que tutela el derecho de la víctima de ser oída y de obtener una justa reparación de sus daños, que prevalece sobre las normas
que regulan la forma en que debe desarrollarse el procedimiento penal. Sin embargo, no es posible
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pretender -como también se sostuvo en ese momento- que la interpretación del artículo 355 pueda
ser tan flexible como para concluir que cuando ha sido manifiesta la desidia del Ministerio Público al
ofrecer cualquier prueba de cargo, ello pueda -y deba- solventarlo el juez en el contradictorio, bajo
el argumento que debe imperar el principio de búsqueda de la verdad real. El artículo 320 da la
posibilidad al Juez de la etapa intermedia de incorporar prueba de oficio cuando ha existido manifiesta negligencia de cualquiera de las partes, pero esta es una posibilidad que sólo existe en esa
fase del proceso y que no puede ampliarse hasta la etapa del contradictorio, salvo que -de conformidad con los lineamientos expuestos- se trate de: a) prueba pertinente y útil para la defensa, y b)
prueba cuyo rechazo implique una vulneración al derecho de acceso de la víctima al proceso penal,
como a manera de ejemplo puede resultar ser, su declaración como ofendido dentro del proceso
penal. Precisamente la naturaleza marcadamente acusatoria del proceso hace que el juzgador no
pueda comprometer su imparcialidad asumiendo la función investigadora que compete únicamente
al órgano requirente. Por esas razones, conviene modificar lo sostenido por la mayoría de esta Sala
en sentencia número 2005-0727, pues en ese caso no era aplicable lo resuelto mediante resolución
2000-0572, en virtud de en éste último, el problema se refería a la participación de la víctima en el
proceso, y no a la incorporación de oficio, de prueba cuyo ofrecimiento fue omitido por el Ministerio
Público, caso en el cual, era evidente que el momento procesal para ofrecerla, ya había precluido y
que tampoco se encontraba en los supuestos que prevén los artículo 355 y 362 del Código Procesal
Penal".
Aplicación en el caso concreto: El Ministerio Público reprocha al Tribunal no acceder a recibir el
relato del oficial B.F.G., quien fuera ofrecido como prueba para mejor resolver, testimonio que, luego, el órgano decisorio estimó esencial porque habría podido, posiblemente, someter al contradictorio, a partir del relato de los agentes actuantes, la intervención policial sobre las condiciones y circunstancias en que los imputados son detenidos y en que algunos objetos sustraídos y utilizados
durante el robo fueron hallados. El razonamiento expuesto en el precedente jurisprudencial permite
rechazar los argumentos de la Fiscalía, toda vez que, como lo señala el a quo en su sentencia, la
intervención de dicho agente, en tanto confeccionó el informe policial y el acta de hallazgo, era de
conocimiento del Ministerio Público desde la misma fase de investigación, sin que hubiera mostrado
interés, en la etapa procesal oportuna, para la recepción de su testimonio durante el debate, no
estándose ante los supuestos subsumibles en el artículo 355 del Código Procesal Penal.
VOTO: 2008-0174. SALA TERCERA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. Expediente: Nº
único 05-000434-640-PE. San José, a las dieciséis horas trece minutos del veintiocho de febrero de
dos mil ocho. Intervienen en la decisión del recurso los magistrados José Manuel Arroyo G., Jesús
Alberto Ramírez Q., Alfonso Chaves R., Magda Pereria V., Carlos Chinchilla S. Interno No. 13582/2-06
Trascripción en lo conducente
Considerando: I.- En primer alegato, sostiene
la representante del Ministerio Público que el
fundamento de la sentencia absolutoria es
contradictorio. Explica que, durante el debate,
el Tribunal rechazó el ofrecimiento que, a
modo de prueba para mejor resolver, hizo la
Fiscalía del oficial del Organismo de Investi
gación Judicial, B.F.G., bajo el argumento de
que resultaba suficiente con el acta de
hallazgo por él confeccionada. Sin embargo,
para justificar la absolutoria, el órgano jurisdiccional expuso que no se contó con el testimonio del citado oficial, lo que impidió corroborar lo consignado en los informes poli2
ciales y en el acta de hallazgo por él realizados. El motivo se declara sin lugar, por lo
siguiente. Para resolver los alegatos expuestos por la recurrente, debe tenerse en consideración lo indicado por esta Sala en su resolución número 248, de 20 de marzo de 2007:
"…En primer lugar, debemos partir de la premisa que es en la etapa intermedia del procedimiento donde las partes deben de ofrecer
la prueba para el debate. Con ello, nuestro
legislador garantizó la imparcialidad del Tribunal al no tener que calificar la prueba para
el debate y a las partes de no verse sorprendidos con ofrecimiento de prueba desconocida, lo anterior en razón de los principios de
lealtad procesal y litigio de buena fe (artículo
127 del Código Procesal penal). Por otra
parte, el numeral 304 del Código Procesal
Penal, dispone que tratándose de prueba
documental ofrecida para el juicio, ésta puede
presentarse con la acusación o señalarse
dónde se encuentra para que luego sea solicitada por el Tribunal. Consecuentemente el
numeral 324 del citado Código le impone a la
'Secretaría del Tribunal' o 'Juez Tramitador'
(artículos 125 a 129 de la Ley Orgánica del
Poder Judicial Nº 7728) allegar 'los objetos y
documentos' que serán leídos y exhibidos en
la audiencia (artículo 354). De lo anterior se
colige el carácter excepcional de la prueba
para mejor proveer que dispone el artículo
355 restringiéndola a aquellos hechos o circunstancias nuevas que surjan en el curso de
la audiencia. En segundo lugar esta Sala en
el Voto Número 394 de las 9:55 horas del
2006 determinó los criterios a seguir con relación a la interpretación del artículo 355 del
Código Procesal Penal, señalando: "Si bien
del último antecedente citado puede deducirse claramente cuál es la interpretación que
debe hacerse del artículo 355 del Código
Procesal Penal, lo cierto es que ello, per se,
no implica una modificación total del criterio
seguido en la sentencia número 2000-0572.
Es necesario, eso sí, dimensionar los alcances de esta resolución para evitar una interpretación extensiva como la que surgió en la
sentencia número 2005-0727. Ese primer
caso tenía la particularidad de que el asunto
se resolviera conforme al principio constitucional del derecho de acceso a la justicia y de
tutela judicial efectiva de la víctima, pues de
manera inexcusable, el Ministerio Público
omitió ofrecer como prueba la declaración del
ofendido. Así, esa prueba no podía válidamente ser rechazada bajo el argumento de
que no se trata de 'nuevos hechos o nuevas
circunstancias', pues existe una norma de
rango supra legal que tutela el derecho de la
víctima de ser oída y de obtener una justa
reparación de sus daños, que prevalece sobre las normas que regulan la forma en que
debe desarrollarse el procedimiento penal.
Sin embargo, no es posible pretender -como
también se sostuvo en ese momento- que la
interpretación del artículo 355 pueda ser tan
flexible como para concluir que cuando ha
sido manifiesta la desidia del Ministerio Público al ofrecer cualquier prueba de cargo, ello
pueda -y deba- solventarlo el juez en el contradictorio, bajo el argumento que debe imperar el principio de búsqueda de la verdad real.
El artículo 320 da la posibilidad al Juez de la
etapa intermedia de incorporar prueba de
oficio cuando ha existido manifiesta negligencia de cualquiera de las partes, pero esta es
una posibilidad que sólo existe en esa fase
del proceso y que no puede ampliarse hasta
la etapa del contradictorio, salvo que -de conformidad con los lineamientos expuestos- se
trate de: a) prueba pertinente y útil para la
defensa, y b) prueba cuyo rechazo implique
una vulneración al derecho de acceso de la
víctima al proceso penal, como a manera de
ejemplo puede resultar ser, su declaración
como ofendido dentro del proceso penal.
Precisamente la naturaleza marcadamente
acusatoria del proceso hace que el juzgador
no pueda comprometer su imparcialidad
asumiendo la función investigadora que compete únicamente al órgano requirente. Por
esas razones, conviene modificar lo sostenido por la mayoría de esta Sala en sentencia
número 2005-0727, pues en ese caso no era
aplicable lo resuelto mediante resolución
2000-0572, en virtud de en éste último, el
problema se refería a la participación de la
víctima en el proceso, y no a la incorporación
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de oficio, de prueba cuyo ofrecimiento fue
omitido por el Ministerio Público, caso en el
cual, era evidente que el momento procesal
para ofrecerla, ya había precluido y que tampoco se encontraba en los supuestos que
prevén los artículo 355 y 362 del Código Procesal Penal"…". En el caso objeto de la impugnación, en realidad, el Ministerio Público
reprocha al Tribunal no acceder a recibir el
relato del oficial B.F.G., quien fuera ofrecido
como prueba para mejor resolver, testimonio
que, luego, el órgano decisorio estimó esencial porque habría podido, posiblemente,
someter al contradictorio, a partir del relato de
los agentes actuantes, la intervención policial
sobre las condiciones y circunstancias en que
los imputados son detenidos y en que algunos objetos sustraídos y utilizados durante el
robo fueron hallados. El razonamiento expuesto en el precedente jurisprudencial permite rechazar los argumentos de la Fiscalía,
toda vez que, como lo señala el a quo en su
sentencia (folios 217 a 218), la intervención
de dicho agente, en tanto confeccionó el informe policial y el acta de hallazgo, era de
conocimiento del Ministerio Público desde la
misma fase de investigación, sin que hubiera
mostrado interés, en la etapa procesal oportuna, para la recepción de su testimonio durante el debate, no estándose ante los supuestos subsumibles en el artículo 355 del
Código Procesal Penal. II.- Asimismo, reclama el Ministerio Público que la prueba no fue
valorada en su conjunto, pues los tres imputados fueron detenidos, cuando huían, cerca
del lugar donde fue hallada la motocicleta
sustraída a R.M.C., localizándose junto a
ellos su bolso con dinero, armas de fuego, y
una botella con la impresión digital del encartado A.A.M., siendo que durante los reconocimientos físicos los testigos observaron características físicas similares de los imputados respecto de los asaltantes. Además, señala la recurrente que el Tribunal consideró
indispensable el testimonio del oficial del
Organismo de Investigación Judicial que confeccionó el informe, sin señalar las razones
para ello y sin que hubiera prueba alguna que
contradijera o cuestionara dicho documento.
El alegato no es de recibo, por lo que se dirá.
Para resolver el reclamo, debe partirse de
que esta Sala ha apuntado que en el vigente
proceso penal, de corte marcadamente acusatorio, rige el principio de oralidad -como
regla-, máxime durante la fase de juicio, en
atención a lo dispuesto en el artículo 326 del
Código Procesal Penal, el cual se excepciona
en los supuestos contenidos en el artículo
334 de la citada ley; de modo que la incorporación por medio de su lectura de los documentos señalados en el inciso b), tenga como
finalidad constatar lo dicho por los testigos o
peritos en juicio, sin que aquellos sustituyan a
éstos (véase, en especial, resoluciones número 1256, de 7 de noviembre de 2005;
1155, de 19 de diciembre de 2003; y 1072, de
25 de octubre de 2002). Asimismo, ha de
tenerse en cuenta lo apuntado por este despacho en cuanto a las evidencias materiales:
"...Finalmente, sobre la incorporación de la
prueba material en juicio, la situación debe
ser analizada cuidadosamente, teniendo en
cuenta que nuestro sistema es predominantemente de corte acusatorio, y por tal 'adversarial' entendiendo que los elementos probatorios deben ser valorados y confrontados a
la luz del principio de inmediatez que establece la etapa del juicio oral, para brindar una
mayor transparencia al proceso de apreciación y valoración de pruebas, salvaguardando
los derechos y garantías de las partes. Siguiendo esta tesis la prueba material, no
cumple una función pasiva en un estante del
depósito de objetos o en cualquier archivero
del ente jurisdiccional, sino que la misma está
destinada para surtir sus efectos dentro del
contradictorio…" (resolución número 1231, de
1 de diciembre de 2006 [la cursiva no pertenece al original]). Ahora bien, en el caso concreto, son razonables los motivos que tuvo el
Tribunal para absolver ante la ausencia de
prueba idónea y suficiente que permitiera
tener la certeza sobre la participación de
W.A.H., H.A.H. y A.A.M. en el delito de robo
agravado. Como se indicó en el considerando
previo, el Ministerio Público nunca se interesó
por los testimonios de los oficiales de policía
durante la etapa procesal en que debió ofre4
cerlos para sustentar su acusación. No sólo
se aprecia que la fiscal licenciada T.G.C.
(ahora recurrente) no los incluyó en su pieza
acusatoria, sino que la fiscal que intervino
durante la audiencia preliminar, licenciada
M.J.Z.C., tampoco se preocupó en ofrecerlos
en sustento de los hechos atribuidos, máxime
siendo prueba esencial sobre las circunstancias en que fueron detenidos los encartados y
hallados objetos relacionados con el ilícito
que les hacía sospechosos. Véase que en los
informes policiales, elaborados por el investigador B.F.G., del Organismo de Investigación
Judicial, se indica que, momentos después
de cometido el delito, oficiales de la Fuerza
Pública ubican la motocicleta sustraída a
R.M.C. en una zona breñosa de la finca perteneciente a D.C.C. y, siguiendo un rastro
dejado en la maleza, encuentran, a un kilómetro de distancia, a los tres imputados escondidos y tendidos en el suelo con la cara
hacia abajo, con evidentes signos de estar
emprendiendo una huida. Además, a unos
cinco metros de distancia del lugar exacto de
la detención, se logra encontrar, tapado con
broza, el bolso con novecientos mil colones,
aproximadamente, que había sido también
sustraído al ofendido, así como dos revólveres, dos anteojos para sol y una botella plástica que tenía impresa una huella digital perteneciente al imputado A.A.M., según resultados de la pericia. T.R.M.C. como S.L.U.C.,
relataron que hallándose en el exterior de la
vivienda de ésta, fueron abordados por tres
sujetos, utilizando revólveres y anteojos oscuros, en su rostro para, de alguna forma, ocultarlo, quienes mediante actos violentos y
amenazas los obligaron a entrar a la casa, los
Organismo de Investigación Judicial, para
vincular a los encausados con el ilícito,
máxime que los ofendidos, durante la diligencia de reconocimiento físico, sólo encontraron
un parecido de las características de los asaltantes con las de los encartados W.y H., ambos A.H.. A la anterior negligencia de la Fiscalía por ofrecer la prueba idónea para sustentar la acusación en la etapa de juicio, en
detrimento del resguardo de los derechos de
las víctimas y del interés estatal en la Administración de Justicia, debe sumarse que el
Juzgado Penal, en la persona de la jueza
licenciada E.U.S., tampoco procedió conforme se lo exigía el artículo 320 del Código
Procesal Penal: "…El tribunal del procedimiento intermedio admitirá la prueba pertinente para la correcta solución del caso, y
ordenará de oficio la que resulte esencial…
De oficio podrá ordenar que se reciba prueba
en el debate, sólo cuando sea manifiesta la
negligencia de alguna de las partes y su fuente resida en actuaciones ya realizadas…",
facultad ésta establecida en la ley a modo de
excepción al principio acusatorio, en materia
de recepción de prueba (véase, por ejemplo,
la resolución de esta Salsa número 1506, de
22 de noviembre de 2005). Por otro lado,
deriva del expediente que aún cuando se
ofreció en el escrito de acusación la evidencia
material consistente en un bolso y dos revólveres, omitiéndose los anteojos, la misma
nunca fue remitida por el Ministerio Público al
Juzgado Penal ni, por consiguiente, al Tribunal, de forma que nunca se incorporó mediante su exhibición, conforme al artículo 354
del Código Procesal Penal, como expone el a
quo a folios 228 a 229. Se extrae del sello de
recibido visible a folio 13 que los agentes
entregaron a la Fiscalía la evidencia material,
sin que, con posterioridad, halla sido pasada
a los órganos jurisdiccionales de las sucesivas etapas procesales, según los sellos de
folios 95 vuelto y 134. Ante esta situación, en
realidad, el Tribunal no tenía otra posibilidad,
en apego estricto a la legalidad propio de un
Estado de Derecho, que absolver, pues los
relatos de los ofendidos R.G.M.C. y S.L.U.C.,
al no poder identificar con certeza a los en-
amarraron y procedieron a sustraer el bolso
de M.C. con dinero y su motocicleta, siendo
que durante esa acción, uno de los asaltantes
golpeó con la cacha del arma a U.C., quebrándole una pieza dentaria, lesión que ameritó tratamiento médico y que la incapacitó
durante cinco días, según se dictaminó en la
respectiva pericia. Por ello, resultaba de suma relevancia los relatos de cualquiera de los
oficiales de la Fuerza Pública (R.M.R.,
D.E.M.R. y E.C.F.) y de B.F.G., agente del
5
cartados, así como de otros testigos de referencia, E.M.M.G. y M.E.V.E., que tampoco
aportan elementos suficientes para reconocer
a los imputados como los asaltantes, resultaban insuficientes para fundamentar una condena. Lo anterior no significa que se le reste
todo valor probatorio a los informes policiales
y actas de hallazgo o, en general, a la prueba
documental, por las razones ya indicadas
sobre la primacía de la oralidad en la recepción de la prueba durante el debate. Por Tanto: Se declara sin lugar el recurso de casación interpuesto por el Ministerio Público.
Sírvase la Fiscalía tomar atenta nota sobre lo
resuelto en este pronunciamiento acerca de
sus obligaciones, para no incurrir, en lo sucesivo, en el mismo error. NOTIFÍQUESE.
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