AÑO 9 - NÚMERO 17 - DICIEMBRE DE 2013 LA CALZADA Ateneo Obrero de la Calzada, 1 Teléfono: 985 18 14 07 EL LLANO Río de Oro, 37 Teléfono: 985 14 30 49 NATAHOYO La Estrella, s/n. Teléfono: 984 49 19 69 GIJÓN - SUR Ramón Areces, 7 Teléfono: 985 18 16 44 ZONA CENTRO Palacio Valdés, 2 (Gota de Leche) Teléfono: 985 18 28 20 COTO Plaza de la República s/n. Teléfono: 985 18 17 40 CONTRUECES Río Narcea, 2 Teléfono: 985 18 15 24 ARENA Canga Argüelles, 16 - 18 Teléfono: 985 18 16 20 PUNTOS DE INFORMACIÓN MONTEANA Centro Cívico de Monteana Teléfono: 985 31 18 77 / Calzada 18 14 07 LA CAMOCHA Charles Chaplin s/n. Teléfono: 985 13 60 11 AÑO 9 - NÚMERO 17 - DICIEMBRE DE 2013 SUMARIO Prímula es un cuaderno cultural en sentido amplio, gestado, confeccionado y distribuido por un conjunto de personas que desarrollan su actividad profesional en el Hospital de Cabueñes (Gijón) y en el que colaboran los usuarios o pacientes (ingresados y ambulatorios) y sus familiares, algunos de cuyos objetivos se detallan a continuación: 4. Editorial -Creación de un vínculo de comunicación que integre a usuarios y personal del centro. 11. Bruce Springsteen Javier Peláez Martínez -Poner en valor la capacidad creativa de la comunidad hospitalaria. 14. Memoria del comercio en Gijón I Pablo Rodríguez Fernández de la Vega y Carmen Alonso Suárez -Ampliar este vínculo de comunicación a la participación de toda la comunidad sanitaria del ÁREA V (usuarios y personal de Atención Especializada y Atención Primaria). 5. El lugar encendido Paché Merayo 7. Acerca del poder moral del arte José Carmona López 18. Entrevista a Julián Ayesta Cuca Alonso -Promover la sensibilidad hacia colectivos en riesgo de exclusión social así como el diálogo intercultural. 21. La celidonia Gonzalo Gil -Fomentar el conocimiento y la sensibilidad hacia nuestro patrimonio natural, artístico y cultural. 22. Rutas botánicas por el Cantábrico Ana Fernández Rodríguez Prímula no se identifica necesariamente con las opiniones vertidas en las diferentes colaboraciones publicadas. 24. Etiopía: Dos países en uno (1) Zona Norte Manuel Sieres Felgueres e Isabel Fernández Quesada Empresas y Entidades colaboradoras de este número: MBA, Fundación Municipal de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Gijón, Fundación Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Gijón. Coordinación editorial: María Aurora Rodríguez Alonso Comité de redacción: Gonzalo Acebal Cortina, Mª Jesús Castañón Solís, Ramón Egido Romo, Ana Fanjul Alonso, Benjamín Fernández Arias, Leonides García Ferrero, Félix Martín Gómez, Miguel Mingotes, José Luis Pérez Fernández, Mª Aurora Rodríguez Alonso, Manuel Sieres Felgueres, Margarita del Valle García. Logotipo: Pablo Maojo Diseño y maquetación: Ariel Michelena Edita: Prímula Asociación Cultural DL: AS 4909-2004 ISSN: 1699-3853 Correo electrónico: [email protected] Página web: http://www.primula.es Diseño y actualización web: Benjamín Fernández Arias Portada de este número: Cuadro que sonríe II. Gouache/papel, 62x55 cm, Pelayo Ortega (POM-1994/007) 27. La bronca de mi padre Santiago Valdés 28. El cliente José Luis Matesanz 30. Detroit Roberto Molero 32. Estampas de Richard Wagner Ramón Avello 34. Moteros: aventura sobre dos ruedas Taller de Reportajes C.T.I. de Montevil 36. Belén asturiano José Manuel de Monteavaro 38. Reloj no marques las horas Agustín Acebes Fuertes 39. 802 Pablo Basagoiti Ejemplar de distribución gratuita. 42. Otoño en el aula Aula Escolar del Hospital y Jardín Botánico 42. Moda primavera-verano Elisa 43. Dibujo Iker 43. Dibujo Pablo 44. A Brigitte Bosc José Manuel Ordaz 45. Memorias del tiempo presente. Epílogo Néstor Villazón 45. Rimando nostalgias Santiago García Villa 46 Mientras tú no estabas Jorge González 46 Una voz de valentía (a ellas) María del Carmen García 47 El retrato. Te fuiste Marisa García 47. Marinero Juan Paloma Muro de Zaro 48 El cerillero señoras... Primitiva Iglesias Zarabozo 48. Almas Isabel Álvarez 49. Oricios Sidrería El Globo 49. Salchichón dulce (un postre para la Navidad) Berta Montes Álvarez 50. Primulín y el aumento de la natalidad Martínez EDITORIAL PASEN Y VEAN Decía Borges que cuando se compraba un libro debían regalar tiempo para leerlo. Aquí, en Prímula, partimos con ventaja. Invertimos el proceso. Usted compra su tiempo, nosotros le regalamos el cuaderno. ¿Suena bien verdad? Este semestre, los médicos y personal sanitario han sufrido el síndrome de la bata blanca. Les ha subido la tensión y han decidido pasar de pastillas. Han pillado el ordenador y le han dado a la tecla, y vaya que lo han hecho bien. Además y para mayor atrevimiento, han escrito de cuestiones ajenas a la medicina. Con galanura nos trasportan a ensoñaciones, a viajes, a utopías… Bien por ellos, bien. Por supuesto, no podemos olvidarnos de los de siempre, de aquellos que suspiran (los poetas), de los finos aspirantes a novelistas (relatos) y de los que aspiran a estar sanos (los pacientes). Todos ellos se sientan, tinta en ristre, y, semestre a semestre, nos envían letras de ilusión. Bien por ellos, bien. P. D.: He leído en algún sitio que el sueño es como un gato, solo viene a ti si lo ignoras. Prímula es el sueño de esta redacción. No es un gato. Si la retienes en tus manos, ya no podrás ignorarla. Es cercana y cálida. Otoñal. Por favor, pasen y vean. 4 CC PRÍMULA CUADERNO CULTURAL PRÍMULA EL LUGAR ENCENDIDO Paché Merayo H ay lugares en los que siempre hay luz, ya estén atravesados por la noche o ataviados de invierno y niebla. Son geografías inyectadas de tan poderosa energía que no hay pulso ante el que se vean apagadas ni decadencia que las pueda en duelo. Son mapas en los que se desdibujan las fronteras, que se desprenden de ligaduras, vestidos y límites, creciendo con tal imperio que la razón se rinde para someterse a su nuevo gobierno. Son playas a las que llegan la paz de otro tiempo, el sol del nuevo día, los crepúsculos pasados, los que se anuncian mañana, el sabor de muchos versos y el color de muchos sabios. Orillas infinitas en las que desemboca como espuma alborotada, ancha, muy ancha y juguetona, la virtud de la sorpresa que no cesa. Así es la pintura de Pelayo Ortega, un lugar, al fin, siempre encendido. Un lugar que ilumina las estancias. Que lo hacía ya Pelayo Ortega. La sonrisa de un niño puede con todo. Collage 50x50 cm. POM-1993/028 desde sus “encarbonadas” pinturas negras, alimentadas de una renuncia filosófica a los viajes ya transitados, Rebosando de ella sus dedos y su mirada observa la vida de una búsqueda constante del punto cero, del espacio inmaculado al otro lado de la ventana, pero también sus interiores, absolude partida. Una renuncia y una búsqueda tan anheladas como tamente significativos porque representan el canto continuo del utópicas, pues el pintor de Mieres que se ha dejado habitar pintor hacia la pintura, en cuya historia se mira, en cuyas entrañas por Gijón sabe desde el comienzo de todo que “depende de la vislumbra sus propios horizontes historia”. Por eso, por la trascendencia del interior en sí mismo, el Siempre ha habido luz en Pelayo Ortega, como siempre ha metafórico y el real, su propio taller es escenografía y alma habido una necesidad de instalar sus lumbres mirando hacia de muchas de sus obras. Es ahí donde se cierran sus círculos delante, de marcar nuevas pautas limpiando el sendero, purificoncéntricos, donde sus manos se vuelven pintura y donde cándolo de huellas superfluas, de nidos extraños. Simplificando, su pintura se vuelve homenaje a la pintura y sus acentos. aunque solo en apariencia, el trazo de sus pinceles, el esfuerzo de Pelayo Ortega ha consolidado ya varios ciclos, aunque de algún sus formas. Volviendo a reinventarse a cada paso. Una y otra vez. modo todas sus puertas están en la que abre cada día ante la tela, El viaje creador del que estas palabras quieren dejar ahora también ante los volúmenes, pues su búsqueda de nuevas constancia se dibuja con el trazo de varias etapas. Etapas que dimensiones se ha transformado en la escultura. Sus comienzos no quedan atrás por estar quemadas. Muy al contrario. Cada ya están lejos. La serie negra, cuyo gesto y también espíritu, que quiebro que Pelayo Ortega ha hecho en su intensa travesía se ha siendo pasado asoma regularmente, la paleta de violencia teatral y producido en momentos de máximo fulgor en su conversación el crepúsculo, mitad atmósfera, mitad sustancia. Se han quedado con el lienzo, abandonando tierras aún habitadas, aún fértiles, en atrás, con ellos, la provincia enlutada y también la idealizada de un gesto de absoluta valentía, de magnífica honestidad consigo azules cobalto, que fue abandonando a la vez que los ochenta mismo, con la conciencia del indagador al que satisface el dejaban la década. camino y no gustan las paradas. Del viador que aspira al último Se va desprendiendo Pelayo Ortega de la materia que le sobra, horizonte. Quizá quedarse quieto, amparado en la bondad del postulando la reducción de las formas a lo puramente elemental, terreno marcado en sus lindes por el triunfo, es para Pelayo al menos es más de Mies van der Rohe, siempre con su propia como pegar los dedos a la llama haciendo desaparecer su calor, su energía y, finalmente, su luz. filosofía mágica, que anida la sorpresa de estos años, la explosión NÚMERO 17 - DICIEMBRE DE 2013 CC PRÍMULA 5 Recapitulaciones VI. Collage/papel 50x50 cm. POM-1995/033 lluvia, tan presente en su paleta que ha llegado a ser motivo único. Una magnífica obra blanca sobre blanco, en la que llueve con agua de primavera, de gota enorme y deseada, pintada en los primeros noventa, ejerce ejemplar evidencia de esa querencia infinita. Hombre y lluvia, tiempo, casa y tierra son marcas, en este y en todos sus ciclos anteriores, de una poética que lleva moldeándose en sus manos más de tres décadas. Síntomas de una comprensión metafísica del arte, que busca hallar la cuestión esencial, que se comporta como espejo de la vida pensada, vivida, saboreada y dolida. Signos a los que se adhieren nuevos elementos, que son ya señas de identidad, iconografía básica de su diálogo con la pintura. Una silla casi siempre desocupada, pero nunca vacía, en la que descansa un sólido discurso de ausencias, presencias y equilibrio pictórico. Una silla que puede ser la única huella figurativa de un taller orientado al mediodía de la abstracción, que tiene, además, algo de asiento del que mira la propia pintura desde dentro del cuadro, y que es, a la vez, una sutil invitación a participar de sus luces. Una escalera que marca el rigor del ascenso, que secciona los puntos cardinales del lienzo, que impide, en algunos casos sin peldaños, pensar al que observa siquiera en aproximarse a la meta más alta, que vuelve, en todo caso, a implicar al espectador en sus entretelas. Y en medio de esos signos, guiños y pensamiento ilustrado, flotando como una nube impenitente, dibujada con humo de pipa (otro de sus iconos) o de chimenea, solidificada en un mapa de estrellas, atrapada entre los rayos de una rueda de bicicleta, en una tarde de verano o de infierno, en un horizonte que quiere incendiar de luz el cielo del cuadro o en un coche que ronronea blues, en medio de todo eso, la música. Una música como alegoría de continentes elevados. Una música naranja, azul y negra, amarilla, desenredada, rotunda y deliciosa, que, Pelayo Ortega. Nemo. Técnica mixta/papel. 50x50 cm. POM-1993/057 Pelayo Ortega. Cuadro que sonríe V. Pelayo Ortega. El cuadro que sonríe X. Gouache/papel. 79x69 cm. POM-1994/008 Pastel/papel. 57x49 cm. POM-1999/054 del color y la gran entrada en escena de la escena misma. Pelayo abandona en cierto modo las calles y encierra con especial devoción su energía en mapas íntimos, en talleres metafísicos, en los que busca, probablemente, el camino a casa. Fueron muchos los renaceres de los noventa, como lo fueron las depuraciones, pero también los símbolos mantenidos. Se quedan en el cuadro su cartografía, plagada ya para entonces de inocencia y sabiduría a partes iguales, y el paseante que cruza sus calles haciendo estrofa con su propia pipa y dibujando, a veces, un heterónimo de Pessoa, a veces, un recuerdo al Piñole que pintaba la revolución del 34 (Pelayo ha reconocido que hay más homenaje a su padre pictórico gijonés y a su querido poeta de Lisboa que autorretrato en el “peatón fugitivo” de sus pinturas). Sobreviven también al maremagno que fue la última década del siglo XX el tiempo en los relojes -arquitectura interior y también proscenio y apoyo epidérmico y reflexión ética- y la además, deja oír el mar, porque suena en esta ciudad marítima y “laberíntica”, como dice el mismo pintor. Es su música, como son sus convulsas emociones las que respiran bajo campos de pintura y enigmas, entre éxtasis, geometrías, orquestas invisibles, tiempo, espacio y un piano de cola casi inadvertido. Es la música de Pelayo, el creador de finisterres, en cuyas orillas vuelve a renacer el mundo al óleo. El pintor que versifica la vida propia y traslada la emoción de un viejo bardo al recuerdo de un amigo o el poema de la historia a sus colores más sinceros. El que puede sintetizar el universo en trazos mínimos y someterlo, luego, con el tiempo, con el siglo, a varios soles intrincados de pintura, bajo los que siembre, siempre, hay luz. 6 CC PRÍMULA CUADERNO CULTURAL PRÍMULA ACERCA DEL PODER MORAL DEL ARTE José Carmona López I. Muy vieja es ya la cuestión que hoy saco acerca de los poderes morales del arte, de la capacidad que la canción, el drama, la danza, etcétera, puedan tener para alterar en un sentido deter‑ minado la situación (el humor) y aun la constitución (el carácter) del que los oye o ve. II. Sin aludir por ello al arte como instrumento de enseñanza o sermón, confío, ciertamente, en el arte que sirve a la predicación o a la ciencia: es el genio dramático de Platón puesto al servicio de la exposición doctrinal; o la potencia poética de Lucrecio, engrandeciendo su apostólica voz; o el sermón artístico de Persio, de Juvenal o de Bossuet; es el genio expositivo de la Agricultura de Herrera, de la Botánica de Laguna; de Buffon o de Poincaré; y aun, saliéndonos de las artes literarias, que son las que casi exclusivamente usaba la didáctica como medio, tenemos las láminas biológicas de Cajal, los mapas de Kiepert. Cabe sí el uso del arte, la utilidad del arte como instrumento, y, por lo que me toca, admiro ese tipo de arte impuro no menos que el puro. Pero no hablo ahora de la utilidad, sino del poder que la obra de arte (poema, friso de edificio, vitral de iglesia, etc.) tenga por sí, por sí misma, no por las cosas que represente o sugiera. III. ¿Se trata pues ‑concluirá alguno acaso en este punto‑ de la influencia moral de la forma artística, no del fondo? Ah, por desgracia hay aquí una inveterada confusión en algunas ideas elementales de la estética, y es vano tratar de hablar con alguna claridad del poder del arte sin haber hecho por aclarar esas cuestiones. Y, como al fin de lo que se trata es de hablar de arte, vamos a ello. IV. Reina entre nosotros (como en todas las llamadas épocas de decadencia artística) el error de que el arte debe reproducir las realidades: así vemos la pintura que se valora por el parecido con el modelo, la música descriptiva, parte de la que llaman novela realista, el arte en fin de interpretación dramática que pretende NÚMERO 17 - DICIEMBRE DE 2013 (especialmente en el cine) la máxima naturalidad como toda aspiración. V. Claro está que puede tal arte reproductor de la realidad conseguir efectos morales sobre el oyente, con tal de que la realidad reproducida tenga en sí esos efectos. Por ejemplo: una mujer que llora en la calle sobre el cadáver de un hijo perdido en la guerra es algo que mueve a conmiseración y llanto: si un fotógrafo sorprende y filma esta escena, es evidente que los metros de película resultantes guardarán los mismos efectos; o bien, si el chirrido de un carro produce melancolía y un virtuoso del violín lo reproduce exactamente, el efecto será también melancólico. Pero el arte no habrá intervenido para nada en ninguno de los dos casos. VI. Conviene pues que nos fijemos en esto: la obra de arte no es una reproducción de la realidad, sino que es una realidad: una nueva cosa, un objeto de creación, un objeto artificial precisamente por oposición al objeto natural. Artista, poeta, etcétera, quiere decir, por encima de la sensibilidad, la fuerza expresiva y otras sutilezas, creador, inventor, trovador o encontrador de lo no vigente, no actual, no aparente antes, ni siquiera sospechado ni buscado por él. Acaso se pensaría que a esto se opone la traída y llevada definición del arte por Aristóteles como una imitación de la naturaleza. Conviene que nos detengamos un poco en ella. VII. El artista, en efecto, realiza, según la expresión de Aristóteles, una mimesis de la naturaleza. Pero no ciertamente en el sentido de que reproduce, repite, los objetos naturales, sino en el sentido de que se pone a rivalizar con la naturaleza, a crear como ella crea, a imitar sus procedimientos, sus métodos de producción, pero no sus producciones. Hacer una mesa es imitar a la naturaleza, aunque esta no nos ofrezca mesas: es rivalizar con ella, prolongar su capacidad de creación, de invención de nuevas CC PRÍMULA 7 criaturas. Pero fabricar una roca natural, más que una imitación, es una insufrible pedantería. VIII. No es que el arte no pueda tomar como materia elementos de la realidad actual, cuando por el contrario actúa las más de las veces el arte por abstracción de datos naturales brutos; muy bien imita también en esto a la naturaleza, la cual fabrica bueyes a partir de yerba y yerba a partir de bueyes. Incluso puede una pintura abstracta ser menos artística y creativa, más natural (semejante por ejemplo a las alas de un insecto o a un trozo de tejido pulmonar al microscopio) que no una novela que estiliza la vida de todos los días. IX. Lo que es en cambio condenable es que el poeta, el pintor, el actor, quien sea, se dedique a ponernos delante de los ojos las privadas pejigueras de su propia psique, las particulares anécdotas de su vida: ni los vacilantes borrones de pintura de un niño sobre sus cartones o los gatos que borda amorosamente en sus almohadones la solterona nos interesan más que, a lo sumo, como curiosidad, ni encontramos emoción en los caprichosos desacordes de la flauta de un demente, ni podemos sacar ninguna salvadora remoción de escuchar al poeta hablarnos de las deliciosas aventuras que vivió con su novia aquella tarde o de lo mucho que quería a su madre que se murió hace poco. X. Lo cual tampoco es excluir la novia o la madre ni ninguna otra cosa del mundo como materia de arte: lo que importa es trocar, como Dante o Antonio Machado, «el amor en teología». Quiero decir: que lo que importa es que el modo de tratar sus temas el artista, aun cuando estos sean íntimos (y lo mismo da, por supuesto, que las experiencias amorosas o de otro orden que se empleen sean o bien reales o bien inventadas: al fin todo se inventa), que la elaboración artística pues los haya convertido en universales, en populares, de modo que en toda alma vulgar y corriente despierte ecos aquella canción, aquel baile, aquel drama. XI. Pero ¿cómo podremos asegurarnos de que el tema sea popular, universal, que despierte tales ecos? Hay aquí una cuestión más de confianza que de sabiduría: pero no dejaremos por ello de atacarla. Hay que partir de que la mayoría son buenos, sanos, alegres, en el sentido de que quieren ser buenos, tener salud, tener alegría. Y entonces la condición del creador que hace arte para su gente, para los más, para «nosotros», es solo esta: que a su vez sea un hombre corriente y moliente, es decir: sano, alegre, bueno; solo diferente de los demás en poseer esa larga paciencia que se llama genio. XII. ¿A qué, pues, andar fijando desde fuera limitaciones temáticas? Mejor digamos al artista: sé bueno, y entonces pinta de lo que quieras (si quieres pintar de algo), canta de lo que quieras; porque lo que llame tu atención, llamará la nuestra, la de «todo el mundo»; y al fin el tema no importa más que la composición química de tus colores o la marca de tu piano: lo que importa es que lo hagas bien. XIII. Aquí estamos pues con el arte ‑espero‑ un poco más desnudo, un poco más claro: un arte que es imitador de la naturaleza, en cuanto crea como ella, pero no lo que ella; que no sufre separaciones entre ‘fondo’ y ‘forma’, pues todo su espíritu es cuerpo sensible; que en fin no exige de su materia, sino que, en caso de ser algo previamente real o vital, sea común al espíritu de todos nosotros. Es del poder moral de este arte en sí y por sí de lo que hablamos ahora. XIV. Pero ¿qué entendemos bajo esta influencia moral de la criatura de arte? Porque todo objeto de la realidad (así los artís- 8 CC PRÍMULA ticos como los naturales) no puede menos de influir en nosotros: influye en toda alma con la que tropieza por el solo hecho de vivir, de estar en contra, de ser ob‑jetos. Pero los objetos naturales influyen en nosotros de una manera desordenada, indiscriminada, azarosa, para bien y para mal, para arriba y para abajo. ¿Puede ser que el arte ejerza, como decíamos, una influencia ordenada en determinado sentido? XV. En el sentido del bien, por ejemplo: es decir, si tiene el arte capacidad de hacernos mejores. ¿Puede asegurarse que una canción, oída o cantada por un hombre corriente, en circunstancias normales de tristeza o de buen humor, por el hecho de ser una obra de arte lograda, ha de mejorar el humor y por tanto el carácter de ese hombre? Y si el arte tiene ese poder, ¿cómo lo tiene? ¿De qué modo se ejerce? XVI. Podríamos ya dudar si ha de tratarse de un influjo positivo o negativo: si negativo, como arte liberador, como fuerza mágica que nos arranca del taedium uitae, de la tristeza de vivir; o si positivo, como derecho empuje hacia el bien. Puede sin embargo que tal distinción sea algo vana, en cuanto pensemos que, suprimida la tristeza de vivir, surge sin más un empuje hacia el bien en todo hombre medianamente sano; o que, al revés, una fuerte excitación hacia la acción buena incluye en sí una liberación de la pena de vivir. XVII. Veamos sin embargo en qué consiste esa pena de vivir. Pero Lucrecio lo dijo de una vez para siempre, cura metusque, la preocupación y el miedo. Esto, y otra cosa por debajo de esto: la constante atracción de los seres hacia la nada: esa agobiadora fuerza de la inercia, que con nombre demasiado divertido llamamos pereza. Pero ella se mezcla estrechamente con la preocupación y el miedo de lo porvenir: son estos en efecto miedo a la nada, preocupación de morir, de no ser, de no hacer, de no tener, aunque cotidianamente se manifiesten como terror a la pobreza, al deshonor, como egoísta acecho tras el dinero, como lucha y trabajo narcotizador del hombre de empresa (o de presa), igual que como desilusión definitiva de borracho, como ahorro, como ambición, como todos los demonios que nos hacen tristes en la vida de todos los días, los demonios que maldijo Jesucristo en el sermón de la montaña. XVIII. Mas ¿qué poder tiene el arte contra ellos? Puede que la respuesta no sea muy difícil: todo arte tiene un poder liberador de la inercia, en cuanto lleno de un ritmo creador que se contagia al que lo ve o lo oye; y es además liberador de la preocupación y el miedo por ser actividad gratuita y sin finalidad.1 XIX. Actividad y gratuita: esto quiere decir ‘juego’. A nadie se le oculta la relación íntima que hay entre el retozo y el acto artístico; y ya se sabe que en varias lenguas un mismo verbo designa el jugar y el representar por ejemplo una obra de arte teatral. XX. Ahora bien: lo único que vale de la vida humana es en verdad el juego. Porque todo acto con finalidad, todo acto que pretende algo, que busca algo que está fuera de él, fuera de sí está, carece de propio valor, y es por ello mismo esencialmente infeliz; quiere ser útil para alcanzar algo; por eso mismo no vale nada. XXI. Así es el trabajo, la actividad no gratuita, una desgracia (no en vano usado como maldición por Jehová y menospreciado 1«Todo esto el mundo sabe, y nadie sabe modos / de huir de un cielo que a este infierno arroja a todos». «Habido, habiendo y en haber poniendo empeño; / gloria dada a probar; probada perdición; / antes, gozo entrevisto, y después, un sueño.» William Shakespeare. CUADERNO CULTURAL PRÍMULA de Jesucristo),2 en cuanto es procura de la subsistencia (o peor aún: de un supuesto medio para la subsistencia, el dinero); y en afanosa pretensión de conseguir por el trabajo (con su odioso gemelo, el ahorro) el disfrute de algún tiempo que nos quede libre, unas horas al fin de la jornada, unos años al final de la vida, vamos vendiendo nuestro tiempo de cada momento, la tercera parte, la mitad de nuestra vida: por eso es completamente congruente que se diga: no tenemos tiempo para la vida porque estamos llenos de futuro. XXII. Y si nos fijamos, lo que el trabajo o el dinero pretenden no es más que conquistarnos eso, que en el fondo sentimos que es lo único que vale: el ocio, el domingo sin preocupación, la vejez sin miedo. XXIII. Cierto que llega el domingo, llega (si llega) la vejez, y el hombre no sabe qué hacer con su ocio: se aburre; abre la boca, descubriendo por el agujero la nada de su ser; acude al fútbol, va a matar lo que le queda de día o de vida en las películas que menos 2 Jesucristo menosprecia el trabajo en el sermón de la montaña, al alabar a los pájaros, que non serunt neque metunt neque congregant in horrea (Mat. VI 26) y a los lirios, que non laborant neque nent (ib. 28); en cierto modo, en la parábola de los viñadores (Mat. XX), y con más claridad en Luc. X 38 ss.: María optimam partem elegit. Lo cual no está en contradicción con la tradición extraevangélica de que él mismo trabajara en los treinta primeros años antes del tiempo de dedicarse por entero a la mejor actividad; en lo cual nos daría ejemplo. Pues es lo mejor la actividad gratuita, la actividad en virtud de la gracia, pero el ocio inerte no es mejor que el trabajo. Los pájaros y lirios alaban al sumo bien, y María vive sus palabras. Mat. VI 25 33: «Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan ni juntan en alfolíes; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois vosotros mucho mejores que ellas? Más, ¿quién de vosotros podrá afanándose, añadir a su estatura un codo? Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen; no trabajan ni hilan; mas os digo que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos. Y si la hierba del campo, que hoy es y mañana es echada al horno, Dios la viste así ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos o con qué nos cubriremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas, pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas». Luc. X 38 42: «Y aconteció que, prosiguiendo ellos su camino, Jesús entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa. Y esta tenía una hermana que se llamaba María, la que, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra. Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres; y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. Pero respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero solo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada». NÚMERO 17 - DICIEMBRE DE 2013 le hagan pensar. Proponedle ir al bosque a dar volteretas en la yerba o que se pase la tarde cantando o recitando versos: «¡Para vosotros ‑os dirá‑: menudo tostón!» No pues: él ya no quiere vivir; quiere que le vivan, y lo más deprisa posible, ese tiempo, que le sobra. Y ¿para esto se sudó? Y ¿en el anhelo de esto se soportaron las fatigas de todos los días de toda la vida? XXIV. Pero sin embargo nada prueba esto contra el valor supremo del ocio y el juego, sino sólo contra los efectos del trabajo y los demás demonios citados. Es evidente que la única porción de vida que merece vivirse es aquélla en que el hombre, libre de preocupación por su porvenir, de la egoísta busca y afán de barrer para dentro,3 del negocio, libre de todo miedo a la nada (la cual, por estar siempre presente como substancia de su vida, no le parece ya escalofriante amenaza), no se abandona sin embargo al ocio pasivo, modorra de siesta dominguera, sino que en exaltación de todas sus facultades se lanza al retozo, al juego, a la actividad gratuita: a nadar, a cantar, a danzar, a charlar interminablemente de todo lo divino y humano. XXV. Son estos ratos todo lo que vale. Lo demás es solo oscura ganga de la vida, «andante sombra», como dice Macbeth, modorra ahíta de pesadillas. Pero aquellos breves momentos parecen cualitativamente distintos: es como si despertáramos, a vivirnos de veras, a ser de veras.4 XXVI. Pero habrá también quien disfrute en su trabajo ‑se me dirá. Dichoso él: su estado es el más perfecto en los momentos que tal suceda, y en verdad, más que trabajar, está jugando, está haciendo una obra de arte. Yo mismo, entre las muchas jornadas, 3 «No os preocupéis del día de mañana, el día de mañana se preocupará de sí mismo. A cada día le basta con su mal.» 4 Cada vez que me vuelve su imagen que siempre se me abre, como las madrugadas de aquel tiempo, con la visión de una innumerable levantada de flamencos blanco y rosa en el cielo azul pálido del amanecer , cada vez que, como ahora, una vez más se me enciende su figura, las lágrimas acuden a mis ojos, excediéndose el uno a la otra, en su creciente desmesura, la nostalgia y el agradecimiento. Es cierto que la nostalgia es algún modo de rencor, el rencor por lo irrecuperable, y parecería por tanto lo contrario del agradecimiento, pero ¿qué de extraño tiene que ante la imagen de aquel tiempo sienta, precisamente, uno y otra a la vez: el agradecimiento inmenso por lo que me fue dado y el inmenso rencor por lo que me fue quitado?; El testimonio de Yarfoz, Rafael Sánchez Ferlosio. CC PRÍMULA 9 fracasadas, forzadas, llenas de gritos, equivocaciones, bostezos, ¿cómo voy a negar mi intensidad de gozo en esas pocas que uno de vez en cuando consigue, en que el cruce de preguntas entre unos y otros y yo resulta justo, ligero, en que el desentrañamiento de un mismo asunto centra firmemente la atención de todos nosotros? Pero entonces, sí: esa jornada ha sido, para la gente y para mí, un juego: ha sido una humilde obra de arte. XXVII. Prevengo, al llegar aquí otra objeción que se me viene a las mientes: ¿no es algo enormemente egoísta hacer un ideal de vida de ese disfrute pleno de la propia vida de cada uno en tales momentos de actividad gratuita? ¡Qué lejos, en verdad, de lo cierto, amigos!: pues el egoísmo está en la preocupación y el miedo. Es justamente en los ratos de actividad gratuita cuando el hombre se encuentra en disposición de hacer algún verdadero bien y ser más bueno verdaderamente. Y esto es ya lo primero: que el ser más bueno es el mejor bien que a los otros puede hacerse. XXVIII. Compárese en cambio la falsedad (aunque pueda ser útil) del bien que se hace con algún fin: el que echa carnaza como cebo a la gente por temor de que se desmande, u organiza para ella colectas para lucir como flor de la caridad, o proclama que viene a redimirla, para sentirse jefe de partido político, o para cualquier otro ‘para’, hace algo que acaso será útil para algo en algún momento; pero no espere de ello mejora ni alegría para sí ni para otro. Ese favor, como dijo Jesucristo, «ya ha recibido su paga».5 XXIX. ‘Su paga’ ‑esto es lo importante‑: el bien dotado de finalidad se paga. El verdadero bien es tan gratuito como carente de fin: es el bien ‑fijémonos en esto‑ que solo puede hacerse jugando. XXX. El mejor bien para los otros es hacerse uno mejor ‑esto hemos dicho-: pero téngase ahora en cuenta que el hombre en trance de juego es el hombre por excelencia volcado hacia fuera: es el que se sale de sí mismo,6 que deja de girar en torno al hediondo pozo de su YO ‑de su ego‑, para salir disparado, como el sol en línea recta hacia los otros.7 Y esto es bien para los otros: pues para los otros lo mejor es lo contrario del egoísmo: y esa expansión del que juega quiere decir que él, que vive más intensamente, más intensamente se trasmuta en otro, se hace otro, se da. XXXI. Y el principal efecto de su actividad gratuita es contagiar de ella a los demás, asimilarlos a él, al asimilarse él a ellos, en la canción, en la danza, en la charla, etcétera. Al contrario de la felicidad, que es esencialmente egoísta, los vislumbres de alegría que el juego da, no son cuestión del yo, sino del nosotros. El que es solo, como decía el Eclesiastés, es triste; y todo jugador, todo artista, supone necesariamente el colaborador: público, oyente, espectador. XXXII. Pues bien: todo arte, por el solo hecho de ser juego, de no pretender a nada, tiene este poder de bien sobre los otros, 5 El bien que tiende a un fin determinado, en conseguir este fin recibe su paga; el verdadero, el gratuito, es el que no pretende paga ninguna, el que se hace por amor de lo bueno mismo, lo cual no quiere decir que no reciba la paga: pues muy por el contrario la recibe máxima en el goce de lo bueno. 6 Entonces dijo Jesús a sus discípulos: “El que quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo y tome su cruz y sígame. Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la hallará. Y ¿qué aprovecha al hombre ganar todo el mundo si pierde el alma? ¿O que podrá dar el hombre a cambio de su alma?”. hacer entrar también todo su espíritu (y su cuerpo: todo es uno) en una actividad gratuita. Un bailarín, un músico, aunque realizan su obra entusiasmados de su juego, sumidos en esa actividad que los embriaga y llena de gracia, por ello mismo, por moverse libres de toda inercia y ansiedad práctica, se siente invadido quien los ve, quien los oye, de una corriente de participación.8 XXXIII. Su corazón entonces, cuando no sus pies mismos, siguen el gesto y la melodía y se contagian de la alegría misma en que estos nacen, de un modo semejante a como las vibraciones de una voz, conmoviendo la laminilla de un aparato emisor, se contagian en vibraciones del receptor, y en él de nuevo se transforman en voz con su tono, timbre y sentimiento. XXXIV. Porque conviene anotar lo que la experiencia tantas veces nos confirma: que la relación entre sentimiento y gesto, entre espíritu y cuerpo (aquí la medicina psicosomática) es reversible: si la tristeza inclina a agachar la cabeza, o si la energía se manifiesta con paso seguro y bien marcado, así el estar largo rato cabizbajo puede engendrar tristeza y energía el andar con paso firme y rítmico. XXXV. Un hombre sumido en sus más íntimos pesares no tendrá probablemente gana alguna de oír una canción,9 de recitar de su memoria unos claros versos: para hacerlo, tendrá que forzarse bárbaramente: forzar su inercia, su naturaleza. Si lo hace, si se fuerza, puede que la música o los versos a la fuerza trastruequen el estado de su espíritu. XXXVI. Porque nuestra constitución tiende ansiosamente a la armonía, a reducir la desproporción: a un espíritu tétrico le gustan las habitaciones oscuras, los trajes severos, la compañía de hombres taciturnos: es lo que le cae bien, naturalmente, lo que armoniza con él. Romped decididamente la desdichada armonía: ponedle, contra su tendencia, en una compañía de buena intención y buen humor; hacedle bailar y cantar una y otra vez, hacedle andar por la orilla de risueños arroyos. Si insistís en esto (lo difícil es insistir, ir contra naturaleza), la armonía tenderá ya a recobrarse espontáneamente a costa de la primitiva melancolía. 8 “Libre te quiero, / como arroyo que brinca / de peña en peña. / Pero no mía. / / Grande te quiero, / como monte preñado / de primavera. / Pero no mía. / / Buena te quiero, / como pan que no sabe / su masa buena. / Pero no mía. / / Alta te quiero, / como chopo que al cielo / se despereza. / Pero no mía. / / Blanca te quiero, / como flor de azahares / sobre la tierra. / Pero no mía. / / Pero no mía / ni de Dios ni de nadie / ni tuya siquiera.” Agustín García Calvo; cantada e interpretada por Amancio Prada. 9 “Amarga y seca la soledad, en tanto al menos / que se siente como falta y no ha aprendido uno / a irse alimentando de ella y saborearla / como mosto del lagar sacado en la merienda / de los compadres o como el jugoso trébol / que mascas junto al cuello y a los hombros blancos / de aquella que contigo se perdió en el bosque / y sollozaba bajo tu cuerpo. Y sin embargo / era soledad seguramente el verdadero / alimento de tu corazón. Pero tal parece / la ley: que solo de este amor que cría ausencia / sea del que uno tenga sed y no sepamos / beber de la copa de la ardiente sombra, en donde / la madre estaba acaso del amor. Con todo, / quiero recibirla solo en mi guarida sola / esta primavera inútil que las Hilanderas / de la rueca de las nubes estirando enroscan / en el huso bullicioso de la ciudad. Ahora / que la femenina cobardía se ha llevado / de casa a mis hermanas blancas, a venderlas / al habitual mercado, y diecisiete quintas / de amigos bravos, ojos dulces a mis ojos, / naufragan en la polvareda de la tarde, / retirarme quiero un poco de las cuevecillas / que horadaron en el monte manos de mi gente, / de los nidos que han trenzado ingeniosamente / en lo alto de los postes, donde hacer su cría / de pelones monos blancos; y alejarme de ellos: / que me limpie de aborrecimiento y desde lejos / con algo de sosiego y amoroso estudio / pueda contemplarlos. Ea, ¿qué?: después de todo, / ¿es por ventura culpa de los seres mismos / ser lo que son? ¿Acaso ahora saben ellos / lo que hacen? ¿O lo sabes tú, que todavía / enarcas el entrecejo y alzas vanamente / el iracundo puño?”. Sermón de ser y no ser, Agustín García calvo. 7 Moral de perfección y moral de identidad. Conforme a la moral de perfección, el movimiento de la bondad cambia al sujeto en cada una de sus obras, le hace ser otro, nuevo, mejor y diferente cada vez. Ser bueno aparejará, entonces, dejar de parecerse a sí mismo, al menos un poquito cada día. En consecuencia, ya el mero seguir siendo idéntico a sí mismo es ser peor que uno mismo. Y complacerse en ello es abyección. Vendrán más años malos…; Rafael Sánchez Ferlosio. 10 CC PRÍMULA CUADERNO CULTURAL PRÍMULA BRUCE SPRINGSTEEN Javier Peláez Martínez Como nuestra gira Wrecking Ball toca a su fin, la E Street Band y yo queremos dar las gracias a nuestros amigos y fans por el amor y apoyo que hemos recibido en el último año y medio. A todos los vagabundos y viajeros que se expusieron noche tras noche a largos vuelos, largos viajes, largas colas, lluvia o falta de sueño, con el fin de inspirar y alimentarnos, se lo agradecemos. A los altamente creativos diseñadores de carteles, a las familias que vinieron con todas las generaciones representadas, a nuestros fans jóvenes, los nuevos miembros de nuestro clan E Street que nos dan vida, su vitalidad, su energía fresca y que se sumergieron en 40 años de música, se lo agradecemos y les damos la bienvenida. Vosotros sois nuestro futuro. A nuestros fans de siempre, cuya pasión y dedicación nos han mantenido durante tantos años, habéis llenado una vez más, esta vez con una continuidad y un sentimiento profundo que recordaremos y llevamos con nosotros. Para aquellos de vosotros que nos acompañan en el escenario bailando, cantando o tocando la guitarra, gracias por ser momentáneamente miembros de honor en lo que sigo pensando que es la banda más grande en la tierra. Nos habéis dejado sonrisas y os habéis comportado con gracia y buen humor. Por último, a todos los que estaban allí en el camino, enviamos nuestros más poderosos y más sinceros agradecimientos. Habéis vuelto a encender en nosotros una gran pasión por lo que hacemos. Haremos nuestro mejor esfuerzo para cumplir con ella. Por tanto, hasta que nos encontremos de nuevo, manteneros duros... y nos vemos en la carretera. Con estas palabras, se despedía Springsteen en su web de los fans que le han acompañado en esta última gira que, ya por tercera vez, volvía a recalar en Gijón. La primera fue en mayo del 93. Recuerdo que entré al estadio con la energía que te da la adolescencia y, tras más de 3 horas de concierto, salí del Molinón mitad eufórico, mitad agotado, preguntándome como un “dinosaurio” de 44 años aguantaba un ritmo que un chaval de 15, apenas podía seguir. Aquella noche sentí la magia. Quizá la misma que le llevó a Bruce a pedirle una guitarra a su madre tras ver a Elvis en la televisión con 7 años o a saltar, dos décadas después, la valla de Graceland a las 3 de la mañana para intentar conocerle. NÚMERO 17 - DICIEMBRE DE 2013 Me daba igual que viniese sin su banda de siempre o que fuese la gira de uno de sus discos más flojos. Yo salí del campo con los ojos como platos. No importaba todo lo que hubiese leído de sus directos, porque todo se quedaba corto. Había sido mi bautismo en esta secta, de la que una vez dentro, es difícil escapar. Los siguientes años fueron un redescubrir su música. Buscando, no precisamente a golpe de clic, discos piratas con canciones inéditas o grabaciones de conciertos normalmente de muy baja calidad, haciendo colas para conseguir entradas en sus giras por teatros o sufriendo interminables viajes en autobús para verlo en Madrid o Barcelona. CC PRÍMULA 11 Las giras que acompañaron a sus dos siguientes trabajos no trajeron a Springsteen de vuelta a Gijón. Pero supusieron una mejora importante respecto a sus últimos discos. The Ghost of Tom Joad era una colección de canciones inspiradas en Las uvas de la ira. Un trabajo íntimo, descarnado, que intentaba dar voz a los excluidos sociales y que recordaba, salvando las distancias, al Nebraska que publico en el 82. Tracks por su parte era una caja de 4 CD que recogía cronológicamente canciones que, por una razón u otra, nunca habían sido publicadas. La búsqueda de estos descartes y la remasterización de tanto material inédito hizo saltar la chispa de la nostalgia y nos trajo la noticia que los fans habíamos estado esperando durante más de una década. La vuelta de la E Street Band. Es, hasta cierto punto lógico, que Springsteen, quisiese en un momento de su carrera, probar con otros músicos, pero en el fondo todos sentíamos esa separación como una traición a su banda de siempre. La banda con la que había empezado tocando en los garitos de New Jersey y junto a la que había alcanzado la fama. Ningún músico, por virtuoso que fuese, podía sustituir el carisma de Steve van Zandt o de Clarence Clemons en el escenario, y se echaba en falta esa complicidad que tienen todos sus miembros en directo. Si Tracks supuso un acercamiento, la reunificación definitiva se produjo con The Rising, un disco marcado por el 11S, que volvía a meter al grupo en un estudio de grabación tras el Born in the USA del 84. Un disco además, cuya gira, supuso la vuelta de Springsteen a la villa de Jovellanos, 10 años después de su primera visita. Por aquel entonces yo ya había terminado la carrera, acababa de empezar a trabajar y de independizarme e invite a mi padre con mi primer sueldo para que viese un poco de espectáculo en el Molinón, ya que el Sporting no nos daba más que disgustos. Y, esta vez desde la grada, pude contemplar como 40.000 almas coreaban cada una de sus canciones en uno de los mejores conciertos de la gira. 12 CC PRÍMULA Era el verano de 2003. Solo unos meses antes, Estados Unidos había invadido Irak con el pretexto de los atentados a las torres gemelas y las armas de destrucción masiva. Springsteen no dijo nada en aquel momento, ni durante el resto de la gira europea. Pero en cuanto piso suelo estadounidense, el 24 de julio en el estadio de los Giants, pronunció estas palabras como preludio a la canción Land of Hopes and Dreams: Supongo que todos os dais cuenta de la manipulación de la verdad en tiempos de guerra. En este país ha sido una práctica común tanto de las administraciones democráticas como de las republicanas, y siempre es algo que está mal sobre todo cuando hay tantas vidas en juego. Creo que la pregunta de si fuimos engañados para entrar en al guerra de Irak no es un asunto ni de liberales ni de conservadores. Salvaguardar nuestra democracia, en nombre de la cual les pedimos a nuestros hijos e hijas que mueran, es nuestro deber sagrado como ciudadanos. Y exigirles explicaciones a nues‑ tros gobernantes es nuestro trabajo. Hoy cantaré esta can‑ ción con la esperanza de que la verdad salga a la luz y para que sirva de plegaria para nuestras tropas en Irak y por la paz del pueblo iraquí. Tal declaración fue recibida con división de opiniones entre el publico asistente (de hecho, muchos de los asistentes le silbaron), pero fue un paso adelante, de los muchos que daría en los años siguientes Su ideología podía intuirse atendiendo a su música. Canciones como Dead Man Walking sobre la pena muerte o la polémica American Skin (41 shots), sobre un inmigrante africano tiroteado por la policía de NY cuando solo trataba de identificarse, no son propias de un republicano. Pero si solo mirabas la forma y no fondo, mucha gente asociaba su imagen a barras y estrellas. De hecho un conocido columnista conservador, el ganador del Pullicer George F. Will, publicó un articulo a mediados de los 80 afirmando únicamente que «en sus conciertos ondean banderas y ante tiempos difíciles surge una afirmación especial y feliz: Born in the USA». Obviamente no había entendido (o no había querido entender) la letra de la canción, que dista mucho de ser patriótica o feliz. CUADERNO CULTURAL PRÍMULA Pero en la misma línea se pronunció Reagan, que dando un discurso en Jersey por la reelección dijo: El futuro de Esta‑ dos Unidos reside en el mensaje de esperanza que transmiten las canciones que tantos jóvenes estadounidenses admiran: las canciones de Bruce Springsteen. Y mi trabajo consiste en ayudaros a que esos sueños se hagan realidad. Fue el propio Springteen el que marcó las distancias dedicándole días más tarde Johnny 99, una canción sobre un hombre llevado al limite al perder su empleo, o afirmando: No sé lo que pensaréis vosotros sobre lo que pasó ayer por la noche, pero yo creo que da bastante miedo al día siguiente de que Reagan arrasase en las elecciones. Sin embargo, al margen de esos incidentes en los 80, nunca se había pronunciado políticamente, lo que para algunos, era sinónimo de ambigüedad. Esa ambigüedad, si alguna vez existió, se rompió definitivamente en 2004 cuando tomó parte en la gira Vote for a Change, que junto a otros artistas de la talla de REM, John Fogerty o Pearl Jam, pretendían evitar la reelección de Bush. Preguntado por este aspecto en la revista Backstreets, afirmó: Yo siempre he creído que para el artista era bueno mantenerse alejado de los centros de poder y conservar la in‑ dependencia de su música, y así es cómo he querido enfocar mi carrera. Sin embargo, lo que está en juego en estas elec‑ ciones es demasiado importante. Y pensé que, dado lo que he escrito en mis canciones y los valores que he querido que mi banda defendiera a lo largo de los años, ésta era una batalla demasiado crucial para mantenerme al margen. La batalla se perdió y Bush ganó las elecciones frente a John Kerry. Sin embargo, esto no supuso la salida de Springsteen del ruedo político, sino que participó en la campaña a favor de Obama de 2008 y, aunque menos activamente, en la que supuso su reelección el pasado año. Esta etapa de mayor implicación política ha coincidido con la más prolífica del artista si atendemos al número de trabajos publicados (con 6 discos en 7 años), lo que han hecho que prácticamente encadene una gira con la siguiente. Su ultimo trabajo, Wrecking ball lo trajo de vuelta a orillas del Cantábrico, gracias entre otras cosas, a las gestiones realizadas durante la participación de su hija en el hípico el verano anterior y a la carta que le escribió la alcaldesa (suponemos que, afortunadamente, haciendo caso omiso a las recomendaciones del concejal de festejos que apenas un año antes autoexcluía a la ciudad del circuito de grandes conciertos a los que catalogaba como «pasados de moda»). Se cumplían 20 años de su primer concierto en la ciudad. Yo acudí nuevamente raudo a la cita, tras haber peregrinado con mi mujer a Asbury Park el verano anterior y haberlo visto en Madrid, dentro de la misma gira, en un espectacular concierto de 3 horas y 49 minutos. Disfruté este concierto rodeado de amigos: De los amigos de siempre, que ya estamos a tiro de piedra de tener la edad que tenía Sprinsteen cuando pisó tierras asturianas por primera vez. Amigos que en algunos casos traían a sus hijos NÚMERO 17 - DICIEMBRE DE 2013 adolescentes. Me gustó ver a nuevas generaciones de chavales de 15 años quedar con los ojos como platos viendo como un sexagenario daba una lección de rock. Sin bailarines a su alrededor. Sin fuegos artificiales. Sin muñecos hinchables. El espectáculo del concierto son ellos. Mientras otros artistas se comportan como divos, el lleva la fama de la forma más normal posible. Es accesible, se para a firmar autógrafos y no es raro encontrártelo en las funciones escolares de sus hijos o tomando una cerveza en un bar de Jersey, donde sigue viviendo Mientras otros músicos barajan un repertorio de unas 20 o 25 canciones por gira, con conciertos prácticamente idénticos, la E Street Band se mueve en torno a las 150-200 canciones, lo que hace que no haya dos noches iguales, siempre maratonianas, en las que derrochan entrega y energía. Springsteen además cuida a su publico, habilitando la zona más cercana al escenario de forma separada para que a ella accedan de forma cómoda y sin empujones los que estén dispuestos a hacer cola, donando dinero a causas benéficas en las ciudades que visita o haciendo guiños, como arrancarse a cantar en español el Across the Borderline cuando pisó el Molinon en el 93, en lo que era un tema inédito en nuestro idioma hasta que hace unos meses se atrevió con Solo le pido a Dios como homenaje a su visita a Argentina y con Manifies‑ to de Víctor Jara, en Chile, tras una emotiva dedicatoria a los desaparecidos durante la dictadura de Pinochet. Por cosas así, hacemos cola. Por eso, en época de crisis, se agotan 30.000 entradas en apenas 4 horas. Por eso, esperamos como agua de mayo la noticia de un nuevo disco, que según los mentideros puede caer para final de año. Porque aunque su calidad ya no llegue a la del Born to Run o el Darkness, sigue siendo un oasis en el panorama musical actual y porque significa que vuelven a salir a la carretera en una nueva gira. Springsteen se despidió de Gijón con un Hasta luego. Bien podría haberse despedido con aquella frase apócrifa de Evita que decía: Volveré. Y seré Millones. Esperemos que no tarde. CC PRÍMULA 13 “La ciudad no es una entidad espacial con consecuencias sociológicas, sino una entidad sociológica que se forma espacialmente” Georg Simmel MEMORIA DEL COMERCIO EN GIJÓN I Pablo Rodríguez Fernández de la Vega (Agart) Carmen Alonso Suárez (Hábitos culturales) D esde finales del siglo XIX, la ciudad se enfrenta a relevantes acontecimientos que influyen tanto en su desarrollo urbano como comercial y, por lo tanto también económico y social. En ese momento, cuando la población de Gijón superaba los 10.000 habitantes, las actividades comerciales ya eran importantes para su economía, ofreciendo especialización, gran variedad y combinando el comercio al por menor con actividades a mayor escala. Su puerto se convierte en el punto de embarque del carbón trasladado desde las cuencas mineras, primero a través de la carretera Carbonera (1842) y después a través de la línea del ferrocarril de Langreo (1852); y a partir de los años 80 del siglo XIX se establecen importantes negocios comerciales en torno a la actividad portuaria. Se importaban sobre todo géneros coloniales, maquinaria, petróleo crudo, cereales, hierro, tabaco, maderas, aceites, cacao... y se enviaban Muelle de Oriente y calle de la Trinidad. O. Bellmunt. Archivo Municipal de Gijón 14 CC PRÍMULA CUADERNO CULTURAL PRÍMULA al exterior algunos frutos de la tierra como manzanas y avellanas, carbón, hierros elaborados y artículos de las principales fábricas gijonesas como manteca, vidrios, loza, conservas... El constante crecimiento de población exigía una mayor demanda de alimentos, que era satisfecha en puestos ambulantes y mercados de abastos como la antigua Pescadería Municipal, de 1860; el mercado cubierto de San Lorenzo o mercado del Adobo inaugurado en 1899 y demolido en los años veinte con motivo de la construcción de la nueva Pescadería Municipal; el mercado de Jovellanos, situado en la actual plaza del Instituto, inaugurado en 1876 y derruido a comienzos de la Guerra Civil, dentro del Plan de Reformas del Frente Popular; y el Mercado del Sur, ejemplo de arquitectura del hierro decimonónica que fue promovido por inversores privados e inaugurado en 1899. Mercado de San Lorenzo. O. Bellmunt. Archivo Municipal de Gijón La Dulce Alianza. Confitería de Joaquín Rato. Álbum anunciador 1893: Asturias, Biblioteca Virtual del Principado de Asturias Aunque diseminada por la ciudad, la actividad comercial de Gijón se asentaba especialmente en torno al boulevard de la calle Corrida, el Paseo de Alfonso XII (Begoña), las calles de Jovellanos, San Bernardo, Cabrales, Pi y Margall (Moros), etc. sobre todo pequeñas tiendas, instaladas en portales o locales de reducidas dimensiones, donde solían trabajar varios familiares, ocasionalmente acompañados de algún dependiente. Por sectores destaca la importante presencia del comercio de alimentación y bebidas, con importantes almacenistas o mayoristas, así como el tiendas de tejidos y géneros de novedad, farmacias y droguerías, mueblerías de lujo, tiendas de pianos, platerías, zapaterías, sombrererías para caballeros, señoras y niños, establecimientos de géneros coloniales y de ultramarinos al por mayor y al por menor, papelerías y librerías, confiterías y pastelerías… que junto con comercios de ferretería, maderas y materiales de construcción y almacenes de importaciones y exportaciones dan buena medida de la diversidad de establecimientos comerciales de Gijón a finales del siglo XIX. A principios del siglo XX Gijón contaba con pequeños y medianos establecimientos especializados en la venta de géneros, sastrería, mercería, paquetería, etc. como los de moda para señoras de Teodora Soto, la camisería Al Buen Gusto, la sedería de Benigno Leal y Ruiz y la sastrería Al Pasaje que traía novedades de París y Londres en lanas, pañería y pasamanería y que contaba con dos maestros cortadores. Las sombrererías, camiserías y sastrerías se mantienen NÚMERO 17 - DICIEMBRE DE 2013 CC PRÍMULA 15 como comercios referentes de aquellos complementos y prendas de vestir fundamentales de la época y que marcaban la categoría social de quien los llevaba. En la mayoría de los establecimientos, a excepción de los de alimentación, el precio se cerraba todavía mediante el regateo y la mercancía se guardaba en baúles debajo de los mostradores, pues por ejemplo entre los comerciantes de tejidos estaba extendida la idea de que el buen paño en el arca se vende. Se consideraba que un artículo, expuesto al público, terminaba por deteriorarse o ser sustraído, por lo que preferían guardarlo bajo llave. En la primera década del siglo XX llega la época dorada de los bazares, que cubren las necesidades de la creciente burguesía local, ofreciendo las últimas novedades en mercancías y objetos de lujo provenientes de medio mundo. Salón exposición del Bazar de Benigno Piquero. Archivo Municipal de Gijón Anuncio publicitario de Casa Masaveu. Archivo Municipal de Gijón 16 CC PRÍMULA Bazar de Benigno Piquero. Archivo Municipal de Gijón Anuncio publicitario de la Sastrería Casa Rollán. Archivo Municipal de Gijón CUADERNO CULTURAL PRÍMULA Entre las múltiples ventajas que ofrecían estos comercios estaban las facilidades de entrega que incluían el servicio a domicilio, un amplio surtido de artículos extranjeros provenientes de las principales capitales europeas que marcaban la moda del momento, la disponibilidad de crédito y la publicidad. Se procuraba que la mercancía luciera y cobrara relieve, pues era la protagonista, por ello, los artículos se exponían en vitrinas, de manera atractiva con el objeto de estimular el deseo de compra, ya que no sólo se compraban cosas necesarias, sino también artículos deseables. El consumo se convierte en estos años en sello de pertenencia a una clase, definiendo no solamente un estilo de vida, sino la misma esencia de la clase burguesa en un mundo donde la idea de ser empieza a ser sustituida por la de tener. Interior del comercio Casa Masaveu. Archivo Municipal de Gijón La cuidada atención al cliente, la posibilidad de disponer de servicios complementarios como salas de descanso, de té, de reunión y de exposiciones, atrajeron también a las mujeres a los bazares, suponiendo su entrada en el ámbito urbano y consumista, incorporándose así al círculo de gasto de la sociedad. La mujer que se pasea mirando escaparates y curioseando por los comercios es una imagen de modernidad cada vez más frecuente en las calles de la ciudad. La ciudad se convierte en un bazar abierto a todos, gijoneses y forasteros. El más famoso de los bazares gijoneses fue el de Benigno Piquero, situado en los Cuatro Cantones ya en 1891, que contaba con un salón-exposición en el que se encontraban toda clase de objetos de arte, cámaras y películas marca Kodak, placas Lumière y otras novedades para la fotografía, objetos para regalos con recuerdo de Gijón, muebles fantasía, aparatos para gas y luz eléctrica, juguetería fina, completo surtido en óptica, bisutería, perfumería nacional y extranjera, abanicos, sombrillas y paraguas, cinematógrafos y fonógrafos, triciclos y coches para conducir niños, artículos del Japón… NÚMERO 17 - DICIEMBRE DE 2013 CC PRÍMULA 17 ENTREVISTA A JULIÁN AYESTA Cuca Alonso Julián Ayesta Recuerdo, de la entrevista que le hice a Julián Ayesta, la sensación de que ambos estábamos viviendo un momento muy agradable. Era una mañana espléndida, en pleno verano, y mientras charlábamos íbamos paseando por el jardín de su venerable casa de Somió. Casi no hacía falta hacer preguntas porque la personalidad de Julián era tan rica que de su conversación se desprendían todos los interrogantes con absoluta naturalidad. No tuvo reparo en hablar de todo lo concerniente a su pasado, y de su futuro, tampoco. Pensaba retomar el camino de la Literatura con mayúsculas, ya que solo contaba 67 años y se sentía joven para volver a escribir. No lo hizo, aunque de los pocos trabajos que salieron de su maravillosa prosa fue un artículo que le pedí para la Revista de Somió, que entonces estaba dirigida por una servidora. Ya entonces, su salud andaba algo resentida, y, tras pasar por varias crisis, falleció en Gijón diez años después de nuestro encuentro, a la edad de 77 años. Él se fue, pero ha quedado para la posteridad su libro, Helena o el mar del verano, convertido en un delicioso clásico de la literatura española del siglo XX. JULIÁN AYESTA Exdiplomático y escritor (El Comercio, 31/8/86) C harlar con Julián Ayesta —me habían advertido— resulta delicioso, pero, lejos de lo que cabe suponer, el interés de sus palabras no emana del tesoro de conocimientos, de experiencia, que indudablemente posee. No. Esas virtudes las tienen las enciclopedias y nunca dejarán de ser áridas. Julián es ameno porque todas las ideas que expone son suyas y, por lo tanto, nuevas y sorprendentes. Ha olfateado como un perdiguero por los aires más variados de este mundo —“¡Qué evocadores son los perfumes!”, me ha dicho—, y el rastro, a veces, le ha confundido, llevándole hasta un error que a él mismo le produce regocijo. No obstante, merced a ese afán de búsqueda, es millonario en sensaciones, en conjeturas, en pensamientos que comunica con prodigalidad. Lástima que el pragmatismo le haya recortado el vuelo, porque lo mejor, dicen, siempre ha de hallarse más arriba. Julián Ayesta acaba de concluir una larga carrera diplomática, y, devuelto a su Somió de siempre, reanudará los trabajos literarios que nunca dejó del todo. Ha pasado mucho tiempo desde aquel entrañable Helena o el mar del verano, y está inquieto, nervioso, por repescar el hilo del último párrafo: “[…] y al otro lado estaba nuestro mundo, y nuestro tiempo, y nuestro sol, y nuestra luz, y nuestra noche, y estrellas, y montes, y pájaros, y siempre...”. —¿Quién era Helena, Julián? —No lo sé exactamente. Había una chica, Elena Valdés-Hevia, que la recuerdo de unos años más acá. Pero en realidad creo que Helena fue un conjunto de vivencias de la época de los grandes 18 CC PRÍMULA amores. Los grandes amores duran hasta los catorce o los quince años… Son muy precoces, los amores que te llenan. —De todos modos, ese libro parece que está marcado por una pasión inmensa por tu tierra. —Sí, por Somió y por mi infancia. Al término de la guerra civil quise reanudar la adolescencia que aquella había cortado, y, claro, fue imposible. Entonces ordené los recuerdos y me puse a escribir. —Dicen que como escritor eres muy vago. —Sí, lo reconozco. Lo paso muy bien disfrutando de la luz, de los árboles, de las cosas de la vida. Si puedo, vivo con placer, pero la transmisión urbi et orbi de mis sensaciones no la considero imprescindible. Están las librerías llenas de gente que lo hace. Ahora es diferente, estoy jubilado y, después de organizar la casa, el jardín, reuniré un montón de cosas... Puedo hacer una obra entera, porque, como el autor soy yo, todo posee unidad. Tengo alguna propuesta. —Siempre las tuviste. Me contaron cómo Max Olivé, desde la revista Destino, te invitó a que colaboraras con ellos, después de leer los cuentos que publicaste en Garcilaso, que era la revista literaria de moda. —Sí, e incluso José Luis Cano y Pepe García Nieto le llevaron a Vicente Aleixandre algunas obras mías que le gustaron mucho, pero, mira, durante la época de diplomático decidí no publicar, porque creo que son tareas incompatibles. Un diplomático escritor es algo contra natura. Cuando escribes, estás un poco en CUADERNO CULTURAL PRÍMULA “Uno de los tormentos de los diplomáticos es que te digan, al llegar a un sitio, que te van a convidar a un plato típico. Ponte en lo peor: que puedes morirte”. trance, y ese trance dura horas, o todo el día, y eso es fatal para la diplomacia. Hombre, si se escribe historia o un poema de vez en cuando... Alexis Leger era diplomático y poeta; le dieron el Premio Nobel. Graham Greene y otros eran gente del servicio auxiliar o del Intelligence Service, no de carrera. Ahora sí publicaré y me apetece escribir. —¿Te pesa la jubilación? ¿Sientes abandonar la vida anterior? —No, no, estoy encantado de no estar en activo, pero no me autoengaño con esas ideas de que ahora he de emprender una vida nueva. Continuaré la que tengo, y pienso vivirla muy bien. Además, ¿sabes una cosa? Si volviera a nacer, no sería diplomático. Me hice diplomático porque en aquellos tiempos era la única forma de salir de España, pagado, claro está. Quería ver mundo. No estaba en contra del franquismo, aunque me molestara la falta de libertad. Yo era un hombre que había hecho la guerra en el bando vencedor, que fui alférez provisional… Pero, en fin, a mí me gusta mucho la política, y un diplomático es un político a mitad de camino. Tú trabajas, y viene un señor, el ministro o el subsecretario, que se apunta el tanto. Lo malo es que, si hay un error, lo pagas tú, que eres el que se queda. —Desde la calle, parece que un diplomático es un ciudadano que vive una extraordinaria aventura, colmada de prebendas, y que se mueve entre una elite que nunca deja de festejarle. —¡Qué va! Vives dentro de la provisionalidad, y no puedes dedicarte a nada, ni a hacer amigos, porque acabas perdiéndolos. Cada cual sigue su rumbo, y lo peor es que, cuando llegas a España, también estás desvinculado de todos. Y, luego, lo más siniestro son las invitaciones. Una cosa son las cenas con amistades, pero las recepciones... He estado miles de veces de pie, con un vaso en la mano, diciendo siempre lo mismo. —¿En cuántos países has trabajado? —En Hispanoamérica, Colombia y Santo Domingo. En África, en Egipto y en Sudán. Estaba en el Líbano cuando los marines americanos invadieron por primera vez. Era el año 58. En Europa he trabajado en Austria, en Francia y en Holanda. El último destino que tuve fue de embajador en Belgrado. —Eres políglota, claro. —Hablo inglés, francés y bastante alemán. También sé un poco de árabe. Julián tiene un loro precioso, que con su vistoso colorido constituye la única nota exótica de un ambiente rigurosamente burgués. Solo habla en castellano, y, como dato contrario a la costumbre, no le oí ni una palabra altisonante. Vive en libertad y demostró una impertinente inquietud ante las cámaras del fotógrafo. cónsul general en Ámsterdam, que es la ciudad más bonita de Holanda. Conserva todo el encanto de los siglos XVII y XVIII y, sin embargo, por dentro, tiene una estructura modernísima. Lo pasé muy bien allí. —¿No añorabas el sol? —Sí, por eso me compré una casita en Almería. Cuando se vive en Holanda, es una necesidad venir a tomar el sol. Esas hordas de turistas que empiezan a llegar en primavera, creo que lo hacen obedeciendo a un impulso biológico. Es más, pienso que la invasión de los bárbaros sobre el Imperio romano tuvo esta misma razón, solearse. Provenían de las selvas de Germania y buscaban desesperadamente el sol. —Y aquí se detenían. Rara vez les tientan, o les tentaron, las costas africanas. —Es que la infraestructura social del mundo islámico es poco grata para los europeos. Los árabes, a pesar de los esfuerzos de Hassan II, por ejemplo, tienen muy poco porvenir turístico, porque es todo muy triste, muy incómodo. Empiezas por las comidas. Un error enorme que cometemos los españoles es el de pensar que nuestra cocina encanta a todos los visitantes, y no es cierto. He asistido a muchas conversaciones en Europa, y suelen decir que es preciosa España, su clima, su música, todo, pero que ¡lástima de comida! Ya ves cómo, ahora, por todas las costas, están poniendo restaurantes indígenas, porque a cada uno le encanta lo suyo. Lo que más nos gusta y nos marca es lo que nos ha gustado de niños. Uno de los tormentos de los diplomáticos es que te digan, al llegar a un sitio, que te van a convidar a un plato típico. Ponte en lo peor: que puedes morirte. Solo encontré un plato típico que me gustó mucho: es uno que hacen en el Líbano, de cordero y sémola, que se llama cuscús. Por cierto, ¿sabías que el turrón es árabe? En Egipto hay muchísimo guirlache. Aunque me parece que tampoco lo inventaron ellos, porque los árabes no inventaron nada. Copiaron la cultura bizantina, que provenía de la griega y la romana. Hasta el célebre arco árabe está inspirado en el bizantino. Me río, porque se nota a cien leguas que los países islámicos no son su debilidad. A su lado merodea un perro cocker, un tanto decrépito, por el que muestra compasión. Julián se define a sí mismo como una persona pacífica, comodona y tolerante. Tiene conciencia de asturiano, a la vez que de español y de europeo: tres círculos concéntricos en cuya médula está esta casa antigua, rodeada de robles, en la que nació. —Es que la infancia te marca. Es un deseo de desnacer, de reintegrarte a lo anterior. Yo he tenido la suerte de conseguir volver para siempre. —Julián, de tantos países como has conocido, ¿cuál se acerca más a tu idea de la felicidad? —¿Qué te han parecido las condiciones de la integración de España en la CEE? —Sin ninguna duda, Holanda. A pesar del clima. Es un país maravillosamente organizado, de grandes virtudes. Estuve de —No creo que sean las ideales, pero tampoco me parece que sea posible lograr mejores condiciones. Nosotros estábamos NÚMERO 17 - DICIEMBRE DE 2013 CC PRÍMULA 19 chantajeados. Nos decían: “¿Lo toma usted o lo deja?”. Que nos integráramos o no, a ellos les tenía sin cuidado, de modo que, si se negociaba desde esa base… Cuando Inglaterra negoció, a los miembros de la CEE les interesaba muchísimo, porque iban a comprarles gran cantidad de productos agrícolas. Recuerdo que De Gaulle intentó ponerse chulo y al final impusieron los ingleses sus condiciones. Pero nosotros y los portugueses..., ¡probinos! Todo eso del caballero español, noble y tal... Para los europeos somos unos señores que expropiamos criadas y obreros sin cualificar. No digo que nos miren como a los negros del Congo, pero como nosotros vemos a los moros, sí. Ahora ya han cambiado algo, sobre todo en Francia, que es donde mejor nos consideran. —¿Y la nueva política de emigración? —Me parece estupenda. Antes, en el Instituto Español de Emigración estaban locos por mantener la españolidad de los hijos de los emigrantes, y eso creó un resentimiento muy grande entre ellos, que no se cuenta. Lo sé, porque cuando estaba de cónsul en Lyon había una colonia de cien mil españoles. Fíjate, en realidad yo tenía más súbditos que el gobernador civil de Soria, por ejemplo. Era corriente oírles comentar: “No tengo nada que agradecerle a mi país, porque allí mi padre era un pobre hombre, sin cultura, que tuvo que marcharse, y yo soy catedrático. Si hubiéramos continuado en nuestra tierra, lo más seguro es que anduviera detrás de una mula, así que no me interesa para nada mi país”. Nosotros, los diplomáticos, aconsejamos que les permitieran adquirir la nacionalidad del país que les albergaba, puesto que su formación ya correspondía con él. Nada, venga a meterles coros y danzas... No se puede ir contra la historia. Es un disparate. Ahora, en fin, ya van a poder nacionalizarse con plenos derechos. —Del panorama político español, ¿con qué partido te sientes más afín? Al hacerle a Julián la pregunta, estaba convencida de que recurriría a sus argucias profesionales: “Hombre, pues no sé... Todos tienen un poquito de razón... Las ideologías van cambiando...”. No, no. Definitivamente, he tenido que modificar la idea de que los diplomáticos son todos unos magníficos zorros plateados. —El único partido al que estuve afiliado fue a la Falange, y, potencialmente, lo que representaba la Falange en los años cuarenta es lo que hoy presenta el PSOE. Así que lo he votado. Cuando te haces viejo, te das cuenta de que en política las posibilidades son muy pocas. Gobierne quien gobierne, no le queda otro remedio que hacer eso poco. —¿Eres monárquico? —Sí, completamente. La monarquía me parece mucho más estética que la república, y es maravilloso que los partidos republicanos sean legales, porque así se terminan. ARDE, por ejemplo, saca 1500 votos en toda España. ¿No ves lo que pasó con el PC? Eran un partido muy fuerte cuando estaban en la clandestinidad. Lo legalizaron y, en unos pocos años, Gerardín, Carrillo y compañía consiguieron lo que no pudo Franco en toda su vida: acabar con él. interesa más ser españoles que marroquíes. Ahí está el ejemplo de Tánger, que era tan próspera y, en cuanto la integraron en Marruecos, se acabó. Si Hassan II se pone pesado y a nosotros nos interesa quedar..., el referéndum. —Oye, ¿tus ideas no chocan con las personas de tu entorno? —No, porque, como no piensan como yo, no se habla de política. De todos modos, para esas cosas soy bastante británico: me gusta escuchar a los demás, y muchas veces estoy íntimamente de acuerdo con mi opositor. No soy nada radical, es decir, que, como yo he votado esto, todo lo que hacen está bien. No, no. Eso es muy corriente, porque la gente vota por bandos. Cuando un partido gana unas elecciones, tiene mucha ventaja, porque la gente que le votó le considera un equipo, lo haga bien o mal. Hay tendencia a la fidelidad tribal. —¿No echarás de menos la vida de las grandes ciudades? —No, estoy feliz aquí. Somió tiene una naturaleza tan civilizada que esto es como Normandía o Bretaña. Toda la cornisa cantábrica tiene eso: una semejanza mayor con Europa que con el resto de España. Es muy interesante, porque hay una conciencia larvada de cierta superioridad. El norte es un lugar verde, rico, abierto al mar y con comunicaciones directas con las costas europeas. Sin llegar a los extremos de los vascos, aquí habrás notado que se habla de los castellanos, los cazurros, con cierto desdén. Parece que pesa el hecho de arrastrar una España africana... Vivir aquí es como vivir en Biarritz, incluso el temperamento es más tolerante, tiene mejor sentido, no es nada fanático. Así están Campomanes, Jovellanos... Julián no cree en los extraterrestres. Era de esperar. —¿Te queda algo por hacer, Julián? —Sí, escribir un resumen nada amargo de mi vida, porque soy persona optimista, de buen humor. —¿Es que acaso no has sufrido? —He sufrido mucho, pero es que me parece que la exhibición del dolor es la muestra más alta de la mala educación. Creo que solo he llorado una vez en la vida: cuando murió mi madre... —¿Cuál es tu número de carné de identidad? —El 586.847. Con esa cifra firmaba los artículos políticos en el desaparecido Diario SP de Madrid. Ya no le interesa ese tipo de publicaciones, porque, según él, ahora que hay libertad de expresión, sobre política escribe mucha gente muy bien. Nos despedimos. Hacía calor, y el sol, a fuerza de insistencia, lograba reunir el tiempo en un solo verano. Allí seguían los robles, y el campo de croquet de hace cuarenta años, y un hombre buscando desesperadamente las sendas de la niñez que colmó su felicidad... En una pared de la sala, una preciosa carnavalada de Evaristo Valle parecía reírse del intento. Todo era una contradicción, pero bella y memorable. La singularidad suele traer estas cosas. Julián Ayesta es, sin duda, una acogedora excepción. —¿Y qué te parecen los agasajos de Marivent? —Perfectos. Que hayan venido los príncipes de Gales es un signo de que estamos a su altura, y les da dignidad a los españoles que viven en Gibraltar. Por cierto, la crisis de Melilla se resolvería haciendo lo que los ingleses hicieron en Gibraltar: someter a referéndum la soberanía. A los musulmanes de Melilla les 20 CC PRÍMULA Cuca Alonso, del libro Así me lo contaron, Zahorí Ediciones. CUADERNO CULTURAL PRÍMULA LA CELIDONIA Gonzalo Gil. Biólogo y naturalista C onocida en Asturias como cirigüeña, cirigüella o cirigoña, la celidonia (Chelidonium majus), también llamada popularmente hierba verruguera, es una de las plantas medicinales más extendidas y conocidas del campo. Cirigüeña. Foto: Bernardo Busto La celidonia es una planta única en su género. Emparentada con las amapolas, contiene como estas un buen número de alcaloides tóxicos, por lo que no es aconsejable su empleo en ingestión a pesar de ser considerada planta medicinal (como reza un popular dichu asturiano: “la cirigüeña, de todos los males es dueña”). Tradicionalmente se empleaba para las limpiezas oculares. Resulta muy utilizada a nivel popular como remedio contra los callos y las durezas: cuando se cortan los tallos o las hojas, que rompen fácilmente, la planta exuda un látex anaranjado con el que se untan las durezas y verrugas. Parece ser que este jugo tiene propiedades similares a las del nitrógeno líquido, aunque actúa más lentamente. Se recomienda aplicar el líquido una o dos veces al día y emplear los tallos y hojas de la planta antes de que esta esté en floración. El jugo anaranjado que rezuma de las heridas de la planta es uno de los mejores remedios para cauterizar las verrugas; el ácido celidónico y algunos alcaloides que contiene en el látex parecen tener también propiedades antivirales capaces de combatir el virus que causa las verrugas en la piel, así como propiedades antimitóticas (frenan la mitosis, multiplicación celular), evitando la propagación de las verrugas. Se utiliza el látex de la planta fresca, untando la verruga durante nueve días. La cirigoña ya era conocida en la Edad Antigua por los curanderos, que le atribuían poderes para la sanación de los ojos enfermos. En la Edad Media creían que tenía poderes celestiales, de ahí su nombre latino Chelidonium (coeli donum), aunque en otros textos aseguran que el nombre procede del griego chelidon, “golondrina”, y por eso la llaman también hierba golondrina, por que florece cuando llegan las golondrinas y se marchita cuando estas se van. Dicen que las hojas de la cirigoña se emplean contra la bronquitis, los catarros y el asma, recogidas frescas en primavera. Tiene también propiedades analgésicas e incluso se le atribuyen propiedades en el tratamiento del cáncer. La chelidonina, un alcaloide tóxico de la especie con características similares a la papaverina de las amapolas, es antiespasmódica y con efectos sedantes en los conductos biliares y los bronquios. Otro de los componentes de la cirigoña restablece el ritmo cardiaco. Ligera acción sedante. Produce relajación del espasmo muscular bronquial. Estímulo de la actividad y rendimientos cardiacos. Aumento de la presión sanguínea. Relajación de la musculatura del intestino delgado. Hipoglucemiante en la sangre. A pesar de las virtudes medicinales que se atribuyen a la especie, no debemos olvidar que la celidonia es una planta tóxica, por lo que debe evitarse su uso interno o, en todo caso, que este sea controlado por un especialista. Debe recordarse que toda la planta es TÓXICA, por lo que está incluida en la lista de especies cuya venta al público está prohibida o restringida por razón de su toxicidad. La cirigoña es una planta fácil de reconocer. Es vivaz, es decir, cuando llega el otoño sus hojas y tallos se marchitan, dando la sensación de que la planta está muerta; sin embargo, sus raíces permanecen vivas, rebrotando a finales del invierno. Tiene las hojas lobuladas de color verde azulado claro y más blanquecinas por el envés (los griegos la llamaban chelidonion kyaneon, la celidonia azul, por el verde azulado de sus hojas). Los tallos son frágiles, cubiertos de fina pelusilla, y las flores, de un amarillo brillante con cuatro pétalos abiertos en cruz. Florece de marzo a septiembre. Sus frutos tienen forma de vaina delgada. La celidonia o celidonia mayor es común en toda Asturias. Prefiere los lugares ligeramente sombreados y secos. Es una planta común en la España septentrional o atlántica, y se hace más escasa en la España meridional. Crece en los muros de caminos, viviendas abandonadas, en zonas incultas, cerca de las habitaciones del ganado y escombreras, también en la periferia de las ciudades. Es por tanto una planta considerada ruderal (del latín ruderis, “escombro”), por vivir en hábitats alterados por la acción del ser humano y los animales domésticos. Dentro de las curiosidades que he encontrado sobre la cirigoña, hay muchos mitos antiguos que hacen referencia al poder curativo de la planta sobre la visón y las golondrinas. Algunos cuentan cómo las golondrinas llevan hojas en el pico a sus nidos cuando nacen los pollos para dotarles de visión, ya que estas, como todas las aves pequeñas, nacen ciegas. Pero me hizo especialmente gracia el uso de la raíz sobre la cabeza de una persona enferma con fiebres altas: dice que, si el paciente canta, es que se va a morir; si llora amargamente, vivirá. Ya en 1937, el célebre laboratorio farmacéutico Merck se fijó en ella y realizó un informe en el que se recogían las siguientes propiedades del extracto de raíz seca: NÚMERO 17 - DICIEMBRE DE 2013 CC PRÍMULA 21 RUTAS BOTÁNICAS POR EL CANTÁBRICO Ana Fernández. (Monitor-guía de las Rutas botánicas por el Cantábrico). Equipo científico del Jardín Botánico Atlántico de Gijón En esta ocasión, la Asociación de Amigos del Jardín Botánico de Gijón ha invitado a Ana Fernández Rodríguez, del Equipo Científico del JBA, a contarnos una de las últimas actividades divulgativas puesta en marcha por dicho equipo y que está siendo todo un éxito de participación y de satisfacción por la facilidad con la que Ana interpreta, cuenta y relata el relieve y la flora y vegetación de Asturias. Ana es una buena profesional y una guía con magia que sabe atraer la atención del grupo. Nuestra mayor enhorabuena al Jardín Botánico Atlántico por crear este tipo de actividades, y nuestro ánimo y apoyo para continuar preservando y divulgando un patrimonio natural que es de todos. Hayedos en otoño en el Parque Nacional Picos de Europa La centaura de Somiedo, endemismo conservado en el JBA Panorámica de la playa de Barayo 22 CC PRÍMULA L a situación geográfica entre el océano Atlántico y los territorios mediterráneos al sur de la cordillera, la variabilidad de sus rocas y la complejidad de su orografía, que va desde el nivel del mar hasta las altas cumbres de los Picos de Europa -algunas de ellas situadas por encima de los 2600 m de altitud-, hacen del territorio cantábrico una fuente de gran biodiversidad, tanto de su fauna como de las plantas que lo pueblan, su flora. Afirmaciones de este tipo hemos tenido posibilidad de leerlas o escucharlas de boca de diversos científicos de afamado prestigio, con lo que somos conocedores de este hecho, pero ¿cómo ser conscientes de ello desde un punto de vista no especializado, partiendo de cualquier persona sin grandes conocimientos de botánica, pero que aprecia la belleza de una espectacular playa, de un encinar colgado de un acantilado, de un lago en un circo glaciar de alta montaña o de un hayedo en otoño, es decir, de un amante de la naturaleza y de nuestros paisajes? Desde su concepción, una de las principales misiones del Jardín Botánico Atlántico ha sido la de servir de escaparate de toda esa diversidad vegetal cantábrica, estudiando, mostrando -te recomiendo nuestro programa de visitas guiadas, incluidas en el precio de la entrada-, conservando sus principales elementos y representando los ecosistemas cantábricos de la manera más fiel posible al modo en el que se encuentran de forma natural. Como gran novedad, este año hemos organizado una nueva actividad: las Rutas botánicas por el Cantábrico. Como su propio nombre indica, se trata de realizar excursiones guiadas por puntos estratégicos de los territorios cantábricos, desde su costa hasta la alta montaña, para ofrecer la oportunidad de ver, conocer e interpretar in situ cuáles son esos valores naturales tan preciados que posee nuestra tierra, puestos que entendemos que, a través del conocimiento y de su divulgación, podremos valorar y proteger esta parte tan valiosa de nuestro patrimonio. En un principio, no sabíamos con qué grado de aceptación iba a contar nuestra iniciativa, pero ya en la primera CUADERNO CULTURAL PRÍMULA excursión hubo varias personas que se quedaron sin plaza. Por este motivo, decidimos repetir cada una de ellas y así dar la oportunidad de participar a todos aquellos que estuvieran interesados. Tomando como base la documentación que se reparte al inicio de cada ruta, realizamos unos recorridos a pie que nos permiten ver cuáles son los principales problemas a los que se enfrentan nuestras dunas (sistemas dunares), el funcionamiento y las principales amenazas a las que están expuestas las escasas marismas y turberas que aún conservamos, la rarísima flora de nuestros acantilados y alta montaña, las plantas que nos cuentan cosas –los bioindicadores- y poder interpretar juntos lo que nos cuentan, sus usos, cuáles son los ancestros silvestres de los que provienen las plantas cultivadas que utilizamos cada día, las graves consecuencias que puede acarrear introducir en nuestros jardines la flora que llamamos invasora, algunas de las plantas endémicas, raras o amenazadas…y ¡mucho más! Hemos paseado por los diferentes ecosistemas de la playa de Barayo, recorrido los encinares y acebuchales admirando los olivos silvestres de San Emeterio (sí, ¡en el Cantábrico tenemos olivos silvestres!), visitado playas y marismas interiores, realizado una pequeña ruta alternativa en torno a los lagos de Covadonga, traspasado a pie el límite del bosque en el puerto de Leitariegos y Somiedo, conocido la flora y vegetación de la alta montaña en los alrededores de la laguna de Arbás y los lagos de Saliencia, o cruzado la cordillera para comparar la vegetación de los territorios leoneses y asturianos, tan próximos, pero tan diferentes… Cada ruta se convierte en una experiencia única, en la que participamos todos de forma activa con nuestras vivencias y conocimientos…, con el añadido de tener la oportunidad de aprender a reconocer nuestros árboles y arbustos más importantes y alguna bonita flor. ¿Qué más se puede pedir? En resumen, gracias a todos los amantes de la naturaleza y de nuestros paisajes que habéis compartido con nosotros esta nueva iniciativa. A aquellos que todavía desconocéis las Rutas botánicas y os gustaría acompañarnos, en nuestra página web (http://botanico.gijon.es/), podéis consultar toda la programación de actividades del Jardín Botánico Atlántico de Gijón, entre ellas las Rutas botánicas. Pero, en el Cantábrico, queda mucho por ver. ¿Te lo vas a perder? Asociación de Amigos del Jardín Botánico de Gijón: www.amigosdelbotanicodegijon.com NÚMERO 17 - DICIEMBRE DE 2013 La genciana, planta medicinal y aromática utilizada desde antiguo Sabinar en Mirantes de Luna, uno de los bosques más antiguos de la península ibérica Panorámica de los acantilados de la costa oriental de Asturias, con los bufones de Santiuste al fondo CC PRÍMULA 23 ETIOPÍA: DOS PAÍSES EN UNO (1) ZONA NORTE Manuel Sieres Felgueres e Isabel Fernández Quesada Caras etíopes L a imagen de este país en occidente es la de la hambruna de los años 60 tras varios años de sequía. Sin embargo si hay un color que define buena parte de su paisaje es el verde, tanto en el norte como en el sur, siendo una de las tierras más fértiles del este de África, si bien, con gran variedad climática, Muchos ríos atraviesan sus pueblos y ciudades, alguno tan extenso e importante como el Nilo Azul. También son muchos los lagos volcánicos o no, y la gran variedad de fauna y parajes montañosos que superan los 4000 metros de altitud. Existe igualmente una zona desértica en la zona noreste. La República Federal de Etiopía es muy extensa con unos 84 millones de habitantes y una esperanza de vida de 53 años en varones y 59 en las mujeres. De 0-14 años hay un 46% y de 15-64 un 51% de la población siendo por tanto un país muy jóven. Limita al norte con Eritrea, al este con Yibuti y Somalia, al sur con Kenia y al oeste con Sudán. Resulta un país muy singular, para empezar se rige por el calendario etíope que va 7 años y 8 meses por detrás del nuestro, esto se debe a que cuando el mundo cristiano cambió el calendario juliano por el gregoriano en 1582, Abisinia ( como se conocía antiguamente a Etiopía) no lo hizo. Aunque está rodeado por países musulmanes, los etíopes son mayoritariamente cristiano-ortodoxos y la religión tiene una gran incidencia social. Hacen 2 ayunos a la semana de carne y derivados de los animales como la leche y dos ayunos de 15 días, uno en cuaresma y otro en la ascensión. Cuando finalizan, hombres y mujeres vestidos de blanco van a las iglesias conformando un escenario muy colorista que merece la pena ver. Creen firmemente que el Arca de la Alianza fue transportado a Axum en el primer milenio antes de Cristo y que aún sigue allí. Todos los emperadores que gobernaron Etiopía se declararon herederos de la dinastía Salomónica, algo que no confirman los historiadores. 24 CC PRÍMULA Castillo de Gondar Llegamos a Addis ya de noche tras un largo viaje con escala en Estambul. La primera impresión en una visita rápida de la capital etíope fue de fealdad a pesar de albergar las oficinas de la Unión Africana (algo similar a la Bruselas europea). Visitamos el Museo Nacional, con dependencias muy humildes a pesar de albergar a Lucy con un esqueleto bien conservado del homínido mas antiguo del mundo y que cuando se descubrió en 1974 en el este del país se demostró que nuestros antepasados ya andaban 2.5 millones de años antes de lo que se suponía entonces. Como anécdota decir que el nombre se debe a que los arqueólogos estaban escuchando Lucy in the sky with diamonds de los Beatles en el momento del hallazgo. Se dice que el mercado de Addis es el más grande de África ; en él se puede encontrar de todo, pero sobremanera se aprecia el valor del reciclado, ya que ellos nada tiran y todo lo aprovechan, enderezando hierros, trabajando maderas o plásticos, telas, comida etc. Fue aquí donde nos encontramos por primera vez con miles de chabolas en el medio de la ciudad, sin saneamiento y condiciones de vida muy penosas en personas de edad avanzada que vendían cualquier chuchería protegidos por plásticos de la lluvia. La diversidad, sin embargo, es muy plástica, mezclándose colores y olores de verduras, especies y colorantes. El parque natural de Entoto que rodea la ciudad con altitudes de hasta 3200 metros, por tanto con un clima fresco fue el primer asentamiento en Addis que es una ciudad moderna ya que fue fundada por el emperador Menelik II en 1887. El monte está poblado de eucaliptos traídos de Australia por su rápido crecimiento y es que los nativos como iremos comprobando a lo largo del viaje, consumen mucha madera, para hacer sus casas, para calentarse, cocinar etc. Por todo el país se ven mujeres transportando pesados fardos de leña a sus espaldas y van ligeras subiendo por las laderas de Entoto. Nos dirigimos al Norte de Etiopía donde tenemos diseñado un circuito de índole histórica, ya que es el único país del África subsaharia- CUADERNO CULTURAL PRÍMULA na con restos históricos que se remontan a las antiguas civilizaciones mediterráneas. Además sus tres capitales históricas están en el norte ( Axum, Gondar y Lalibela). Nuestro primer destino es Bahar Dar una ciudad agradable y moderna construida a orillas del Lago Tana, el tercero más grande de África tras el Victoria y el Tanganika. El hotel donde nos alojamos era confortable y estaba situado a pie de lago. Desayunamos bajo las copas de los árboles repletas de pájaros amarillos que acuden solícitos a comer en la mano el pan que se les ofrece. La zona del Tana es el hogar tradicional de los Amhara, un pueblo cristiano que fue foco político y espiritual del Imperio en el siglo XIII. De este lago nace el Nilo Azul por su parte sur y fue el jesuita español Pedro Páez el primer europeo que alcanzó a ver las fuentes del Nilo. A 30 kilómetros abajo de su nacimiento el río se precipita por una pared de 45 metros de altura formando una violenta esa zona céntrica los vivacs de los sin techo en un clima muy fresco en la noche y tapándose de la lluvia con unos simples plásticos. También vimos a una mujer con su hijo pequeño guarecerse de la lluvia bajo un marco de una puerta exterior, No sabemos como todas estas personas pasaron de vivir una vida limitada pero sin faltar la alimentación básica a una situación de exclusión social tan sorprendente. La atracción turística de Gondar es el Recinto Real, un conjunto amurallado compuesto de varios castillos del siglo XVII, el más impresionante es el original construido por Fasilides hacia 1640 y recientemente reconstruido parcialmente con financiación de la ONU. Son de piedra, mezcla de estilos portugués, axumita e influencias indias. Tienen varios pisos con torres de vigilancia, plataforma en el tercer piso con vistas en todas las direcciones. Los hijos de Fasilides fueron construyendo otros castillos parecidos, conformando un com- Mujeres en el mercado de Addis Catarata del Nilo Azul catarata conocida como Tis Abay (Humo del Nilo), muy espectacular si se ve lloviendo como fue nuestro caso. No siempre tiene esa espectacularidad, porque algunos días desvían el 90% del agua a una central hidroeléctrica que parece dejará de funcionar cuando terminen una gran central que están haciendo cerca de la frontera sudanesa. Hay que resaltar que es un país muy deficitario energéticamente a pesar del agua de que dispone ya que los ingleses que dominaron Sudán y Egipto impidieron el aprovechamiento del Nilo a los etíopes, afortunadamente los políticos actuales están en vías de solucionar esta injusticia. Hay más de 20 monasterios en las penínsulas e islas del lago Tana. Navegamos hasta la península de Zegue para ver el Ura Kidane Mi‑ hret, que es un monasterio de forma redondeada al estilo clásico etíope. Sus paredes están cubiertas de pinturas de arriba abajo con escenas del Antiguo y Nuevo Testamento y versando sobre temas religiosos etíopes. Los sacerdotes y estudiantes tocaban y cantaban salmos religiosos durante horas celebrando el final de un gran ayuno. Todos estos monasterios tienen su tesoro al que solo tienen acceso sacerdotes y cuidadores y otros tesoros visibles para el público como cruces de oro, libros antiguos etc. Al regreso vemos las primeras barcas de papiro muy parecidas a las del antiguo Egipto con las que pescan y transportan todo tipo de materiales. The ceremony coffe (café adornado con flores y verde) muy característico en este país, tomando el sol a orillas del lago fue un buen broche final a esta visita. Hay que reconocer que el café es excelente y se precian mucho de ser los creadores del café, que se llama así porque fue en el entorno de Kofe donde se descubrió el valor del café. 60 kilómetros al norte se encuentra otra ciudad emblemática: Gondar a 2120 metros sobre el nivel del mar en las estribaciones de las montañas de Simien. Fundada por el emperador Fasilidas en 1635 fue capital imperial durante 250 años. Es una ciudad agradable para pasear con una céntrica plaza y calles adyacentes con hoteles agradables para pernoctar o tomar un refrigerio. Nos llamó la atención ver en plejo de 6 castillos conectados por túneles y pasos elevados. De la misma época y estilo son los baños de Fasilides a 2 kilómetros del Recinto Real, lugar de ocio de la realeza. De las muchas iglesias de Gondar, la única que quedó intacta de los ataques de los derviches de Sudán fue Debre Birhan Selassie, gracias a la intervención de un enjambre de abejas. Fundada por Iyesu I, fue la iglesia más importante y donde se celebraban los funerales reales. Originalmente era circular y tras un incendio por un rayo la hicieron rectangular, el muro que rodea el recinto tiene 12 torres equidistantes que representan a los doce apóstoles, el portalón representa a Cristo ( casi todas las construcciones importantes etíopes tienen un significado). Ya camino de Simien pasamos por Wolleka, un pueblo falasha es decir, judío con su sinagoga, sus casas con la estrella de David. La mayor parte de sus habitantes se trasladaron a Israel para evitar la represión del régimen de Mengistu. Llegamos a Debark, puerta de entrada a las montañas Simien, la cadena montañosa más alta y escabrosa de Etiopía, siendo el Ras Dashen su montaña más alta (4620 m). Fue declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1978. El traslado en coche nos permite ver de cerca la vida del etíope medio, mercados tradicionales, niños en el campo pastoreando sus rebaños, mujeres cargando leña o el ir y venir incesante de gente y rebaños por las carreteras. En Simien hicimos un trekking corto acompañados de guía y ranger con su Kalasnikof, algo obligatorio y común en Etiopía. No acompañó el tiempo y la excursión se desarrolló entre abundante niebla que nos privó de bonitas vistas en un paraje singular . Si que disfrutamos de la presencia de babuinos gelada muy abundantes en el parque con unos 7000 ejemplares y de la charla a través de intérprete con niños y campesinos de la zona, que viven en altura con una adversa climatología en cabañas bastante precarias. Otro avión nos deja en Lalibela, visita ciertamente obligada en NÚMERO 17 - DICIEMBRE DE 2013 CC PRÍMULA 25 este país. Fue capital durante la dinastía Zagwe entre los siglos X-XIII y debe su nombre al rey Lalibela nacido en el siglo XII. El viaje desde el aeropuerto a la ciudad de 25 kilómetros es muy agradable entre valles de un verde intenso con parada incluida en un mirador para hacer alguna foto, donde no pueden faltar los vendedores locales. Tuvimos suerte de llegar un sábado , que es día de mercado. Este se celebra en una gran explanada donde se venden vacas, ovejas, gallos, miel natural etc. Es muy colorista y todo capta nuestra atención: las caras tan singulares de niños y niñas ( que aún estaban de vacaciones), o las mujeres, algunas con peinados muy elaborados hechos a base de trenzas; algunas caras son risueñas y otras tristes o ausentes; hombres negociando el precio de los artículos, vendedores de zapatos usados etc. En todo caso el mercado es un reflejo de la vida social y de relación de las personas y gracias a la vivencia desde dentro nos hace bela. Visitamos el Monasterio de Nakuta La’ab que fue el sucesor del rey Lalibela. Está construido en una cueva natural, que se asemeja a la de San Juan de la Peña en Jaca, en la cueva hay varios estanques sagrados alimentados por aguas naturales. El prior muy amable nos enseñó los tesoros, que incluían cuadros, cruces de oro o plata, libros antiguos, pinturas etc., algunas de ellas al parecer pertenecieron al propio rey. De regreso a Lalibela, un grupo de niños intercepta nuestra furgoneta bailando con mucho desparpajo y gracia sus bailes tradicionales, esperando una modesta propina que les ilumina la sonrisa. De Lalibela otro avión nos devuelve hasta Addis, donde un conductor y guía nos esperan para iniciar la segunda parte del viaje : el circuito hacia el sur. Nada tiene que ver con el norte y será objeto de otra entrega. Niñas en el mercado de Addis Iglesia de San Jorge en Lalibela percibir mejor su forma de vida. Pero Lalibela es famosa por sus iglesias excavadas en la roca. Cuentan que Lalibela, en un sueño antes de ser rey, tuvo la visión de esas iglesias y un ángel le ordenó construirlas y cuando fue coronado rey captó a los mejores artesanos del mundo para construir las 13 iglesias actuales. Son grandes, de piedra sólida, de más de 10 metros de altura excavadas por debajo del terreno aprovechando la roca natural y comunicadas por zanjas y túneles. Es un centro religioso cristiano de primer orden y tuvimos la suerte de ver a los fieles vestidos de blanco acudir a estas bellas iglesias y estar presentes el único día que se saca al público la Cruz de Lalibela para que la besen y la toquen, que es de oro macizo y de 7 kilogramos de peso. Fue propiedad del rey Lalibela y es considerado el objeto más sagrado de la iglesia etíope. Durante 2 años estuvo desaparecida por robo y la encontraron en Bruselas, siendo devuelta a su lugar en 1999. Lo que hace tan especial a esta ciudad medieval no es solo la arquitectura única de sus iglesias excavadas, sino también la identificación de sus moradores y su vivencia diaria con dichas iglesias. En el grupo noroeste hay 7 iglesias y una de ellas es la iglesia monolítica excavada en roca más grande del mundo, con 11.5 metros de altura y un área de 800 metros cuadrados. En el grupo suroeste hay 5 iglesias, con una mezcla de diseños y algunas de siglos anteriores la reinado de Lalibela. Finalmente la iglesia de San Jorge Bet Giyorgis está separada y es la más bella de todas, Está tallada en forma de torre cruciforme simétrica. Resulta majestuosa con sus casi 15 metros de altura. Como se apuntó anteriormente todas ellas tienen su tesoro y quedan vigiladas por la noche por un vigilante que duerme en una cabaña anexa al recinto. Existen varias iglesias y monasterios en los alrededores de Lali- 26 CC PRÍMULA Mono Gelada CUADERNO CULTURAL PRÍMULA LA BRONCA DE MI PADRE Santiago Valdés H ace unos días recibí una bronca por parte de mi padre, me acuerdo por lo reciente, el resto, no muchas, quizá cinco, quizá seis, una cada diez años, no ocupan espacio en mi memoria. Digo bronca porque le viene mejor al título, podría llamarla queja o llamada de atención. El caso es que estamos arreglando el salón de una casa de campo familiar, cuyo techo lo pusimos de placas de pladur. A la hora de pintarlo, la pintura no cubrió uniformemente su superficie y en las uniones entre placas aparecieron pequeñas grietas. “Ya lo dije yo -comenzó diciendo mi padre-, hay que ranurar las uniones entre placas y emplastecer con el plaste que uso yo, para que las pegue y las una, y hay que darle una imprimación al pladur antes de pintarlo, para que al pintar no absorba la pintura y quede toda la superficie uniforme.” Aguanté la reprimenda en silencio, hice lo que me indicó, y el resultado ahí está para ver, quedó de cine. Uno, con la edad, va aprendiendo, por lo que cada vez, aunque a veces no lo consigo, trato de ser menos terco, menos tozudo, menos obcecado, escucho más y le hago caso a la voz de la experiencia. Ni mi padre ni yo somos pintores, mi padre trabajó en La Cristalería Bohemia Española, primero sociedad limitada, luego sociedad anónima laboral y finalmente tristemente desaparecida. Estaba ubicada más o menos donde hoy se encuentra el nuevo Palacio de Justicia de Gijón. Dentro de la empresa desarrolló distintas funciones, el mayor intervalo de su vida laboral transcurrió como tallador de cristalerías, aunque también fue representante sindical de los trabajadores, trabajó en el almacén, fue el primer presidente de la SAL, cuando los trabajadores se hicieron cargo de la empresa y se jubiló finalmente a los 65 años, antes de que la empresa desapareciese. Me cuenta mi padre que cuando nació mi hermano mayor (al final fuimos cinco hermanos), en el año 55 del siglo pasado, costaba más un bote de leche materna que lo que ganaba él en un día, y al tragoncete le duraba el bote tres días. Había que velar, así denominaban el hacer horas extras, se trabajaba los sábados y siempre había un segundo trabajo dentro de la economía sumergida, se trabajaba para comer y poco más, era la época de la bicicleta y la boina, y de la fiambrera. Todavía quedaban lejos las vacaciones y el coche, aunque ahora, mirando hacia atrás, te das cuenta de que la vida pasa en un suspiro. Cuando en la época de los computadores comencé a oír que los había maestros, esclavos, multifunción, multitarea, pensé que estaban hablando de mi padre. Mi padre fue un maestro en su profesión, un esclavo de las circunstancias y la época que le tocó vivir, todos los trabajos de remodelación de la casa los hacía él: electricidad, fontanería, carpintería, albañilería, pintura y empapelado, etcétera. Siempre fue un amante de la lectura y recuerdo una época en que también hizo las alfombras de casa. Me ayudaba, bueno, me hacía los trabajos manuales que nos pedían en la escuela y me ayudaba a resolver y a entender los problemas de aritmética; usando el sentido común y una inteligencia innata, manejaba las funciones algebraicas sin que nadie le hubiese enseñado las reglas matemáticas para operar. ¡Ay!, los belenes que montaba mi padre, no éramos una familia religiosa, pero me acuerdo del portal, el castillo de Herodes, el molino, el puente de la lavandera, construidos de madera y corcho por las manos de mi padre, de los regalos el día de los Reyes Magos, el traje de romano, la primera bicicleta. Me acuerdo de la playa de San Lorenzo y de los merenderos del Piles, donde pasábamos los domingos del verano, de ir a pescar a Estaño, sarrianos, chopas, agujas, botonas, mirlotos, mi madre era la reina del mirloto. Son un montón de recuerdos interminables, y recordando me viene a la memoria otra bronca, que es de lo que va esto. Calculo que tendría ocho o nueve años y mi hermano mayor, el tragoncete, uno más. No había televisión ni videoconsolas, los domingos íbamos al cine Pumarín, a la sesión de las tres de la tarde, que era la más barata, y luego los chavales del barrio nos quedábamos a jugar en la calle el resto de la tarde. Ya al oscurecer, nos retirábamos para casa, a cenar y para la cama. Nosotros vivíamos en un cuarto piso, era el último, por supuesto tampoco había ascensor, y, como dije antes, era época de bicicleta, en todos los descansillos de la escalera dejaban los vecinos sus bicicletas, que utilizaban básicamente para ir a trabajar. A mi hermano y a mí se nos ocurrió, aquel día, deshinchar todas las ruedas de las bicicletas según íbamos ascendiendo por la escalera, todas menos la de mi padre, claro. A la mañana siguiente, cuando mi padre baja las escaleras, bicicleta al hombro, se va encontrando con todos los vecinos hinchando las ruedas de sus bicicletas. Esa tarde, cuando mi padre regresó a casa del trabajo, no me acuerdo de los términos de la bronca, pero debió de ser monumental, acompañada del correspondiente castigo de no salir a jugar a la calle durante unos cuantos días y atemorizados de lo que nos podrían hacer los vecinos cuando coincidiésemos con ellos. Dando un buen salto en el tiempo, pues si no esto se iba a alargar mucho, hace casi tres años fallece mi madre, un enorme golpe para mi padre y para toda la familia, gozaba de buena calidad de vida, pero un infarto de miocardio acabó con ella de forma fulminante. Mi padre, trabajador y luchador incansable, se encarga hoy en día de todas las labores de la casa, menos de cocinar, aunque alguna vez también lo hace, limpia la casa, lava y plancha la ropa, hace la compra y vigila que su cuñada, una mujer de 94 años, esté bien atendida por la señora de servicio doméstico que vive con ella; mi padre le controla la tensión arterial, el nivel de azúcar en sangre, informa al médico de familia de su estado de salud, recoge en la farmacia los medicamentos que tiene que tomar… Ahora os dejo para que reflexionéis sobre las broncas que recibisteis de vuestros padres; yo estoy abriendo una botella de vino, saco dos copas talladas por mi padre y vamos a brindar juntos, espero que viva durante otros 85 años y que pronto terminemos la obra de remodelación del salón para iniciar otra, y ¡ojalá! me tenga que echar otra bronca, para disfrutarla tanto como esta. No soy pintor ni escritor, soy hijo y padre. Por ti, papa (Santiago Valdés es ingeniero técnico industrial, y trabaja en Siemens, S. A., en la división healthcare (cuidado de la salud), dedicado a la instalación, puesta en marcha y mantenimiento de los equipos de radiodiagnóstico por imagen en los hospitales de Asturias y otras zonas de España. Ganó el concurso de microrrelatos de la Asociación Empresarial Eólica del 2012.) NÚMERO 17 - DICIEMBRE DE 2013 CC PRÍMULA 27 EL CLIENTE (Capítulo extraído de la novela inédita Tuenti 86 de José Luis Matesanz.) E n Tuenti 86 se refleja con sutil ironía una inquietante sociedad del futuro, víctima del colapso demográfico y de la corrupción institucional. Corrado Miesgo, el despreocupado protagonista, trabaja para Dcesos Supportive, una gestoría de suicidios, y piensa en su retiro ya próximo para dedicarse a jugar al golf. Todo va bien hasta que su extraña conducta facilita la pista de que padece una dolencia cerebral. “Soy de los que piensan que un cliente es siempre lo primero, y a estas alturas de la vida no voy a cambiar mi forma de pensar”. 28 CC PRÍMULA Mientras sobrevolaba la ciudad a bordo del dirigible urbano, después de los minutos de euforia que había supuesto el inicio de la charla telefónica con Nora, volví a sentirme cansado. Me podía dar igual, pues aún quedaba tarea. Al tiempo que buscaba su número de teléfono, concentré mi pensamiento en la parroquiana, una elder a punto de cumplir los noventa, y también, ¡cómo no!, me acordé de los tocacoleus. Abundan en cualquier empresa. —¿Señora? Buenas noches. Le habla Corrado Miesgo, el agente de Dcesos Sup‑ portive… —¿Cómo dice?, no le entiendo —me pareció que respondía. —¡Señora! La compañía es una de las grandes, y pionera en el nuevo tipo de servicio, —alcé la voz e intenté adoptar un tono de circunstancias—. Me han comunicado desde la central que tiene alguna que otra duda y que me ponga a su entera disposición para aclararlas. ¿Necesita que le explique alguno de los términos del contrato? Se oía mucho ruido de fondo, por lo que insistí: —¿Quiere conocer los detalles sobre cómo se llevará a efecto su… tránsito? ¿Ha cambiado de opinión y ya no quiere suicidarse? Sabe que tanto la muerte asistida como la posibilidad de dar marcha atrás, incluso unos minutos antes de ser llevada a efecto, son derechos ciudadanos consolidados. Y mi obligación recordárselo, por esto me pagan. A pesar de la hora, esos capullos me han sugerido, ellos nunca ordenan, que hable con la clienta. Soy yo el primer interesado en hacerlo, no me gusta perder una comisión, pero me subleva que se dé por sentado que los comerciales tengamos que estar disponibles a cualquier hora del día. Si se trata de firmar el propio finiquito, ¿qué más da hacerlo por la noche que a primera hora de la mañana? ¡Manda coleus, qué día! —Señora…, ¿me oye? —elevé la voz más aún—. También debo informar que los gastos administrativos derivados de la renuncia al suicidio, si esta se produjera, correrían a cargo de la compañía. Continuaba sin buen sonido de retorno. Pensé: “¡Dichosa vetula!, ¿a que se me vuelve atrás?”. Me fastidiaba reconocer que me sentía contrariado. ¿Estaré perdiendo facultades? En aquellos instantes solo llegaban hasta mí sonidos embarullados, interferencias electrónicas, seguro. Volábamos sobre los rascacielos del corazón financiero y de comunicaciones de la ciudad. Así que opté por cortar la llamada. Lo intentaría de nuevo un poquito más tarde. Me considero un buen profesional a pesar de algunos adláteres. Soy de los que piensan que un cliente es siempre lo primero, y a estas alturas de la vida no voy a cambiar mi forma de pensar. Poco antes, en el apeadero, cuando me puse en pie para acercarme al dirigible, hacía un frío exagerado para aquellas fechas. “Sí; adiós al calentamiento global”, me dije. Llegué a pensar con cierto pesimismo que acabaría por resultar cierto lo de la hibernación solar. En los últimos tiempos parece que no hay otro tema en las tertulias. Me dan pánico los resfriados, así que alcé el cuello de la chupa. Una vez dentro de la nave me fui directo a la primera fila, junto a la cristalera frontal, como casi siempre, y dejé mi nueva tablet sobre las rodillas. Tenía ganas de probarla, era el último modelo flexible, una auténtica Soft-tb, y me había costado un riñón. CUADERNO CULTURAL PRÍMULA Llevaba la cabeza ocupada en los asuntos del día y apenas pude prestar atención a las imponentes vistas de la ciudad que podían disfrutarse desde mi asiento. Sobrevolábamos los edificios con una suavidad que adormecía. Viajaba a gusto, chapoteando en la modorra cuando la vibración de alerta del móvil tuvo el mismo efecto que si me zarandearan por los hombros. Llevaba el aparato en el bolso interior de la chupa en el modo conectado latente, así que solo podía tratarse de una priority call de Nora. A partir de aquel instante ella ocupó mi pensamiento, y me olvidé del frío, y se esfumó el cansancio. Lo dejé zumbar un ratito. Cuando intuyo que es Nora quien me llama, me gusta sentir el cosquilleo intermitente que producen las vibraciones del teléfono sobre la tetilla izquierda, tan cerquita del corazón. Todavía es mejor la sensación cuando me envía una larga serie de mensajes de texto que ella escribe casi a la velocidad de la luz. Resultan una mezcla excitante las cosquillas y la aplazada recompensa de escuchar su voz o leer sus mensajes en la pantalla. Por fin, di entrada a la llamada y, enseguida, como si me hubieran inyectado estimulina, explotó la necesidad de hablar. Me aliviaba en momentos como aquel, incluso me ayudaba a distraer el hambre: —¿Qué quiere mi comunity manager preferida? No lo vas a creer, Nora, pero justo en estos momentos pensaba en ti.—Admito que hablaba como si no lo hubiera hecho en meses. —No he tenido un buen día, y te echo de menos, y también el con‑ ditum de tu establecimiento, hoy no paso sin él. Al carajo la prohibición de beber. Necesito charlar. ¡Ah!; y me muero por contemplar tu pechuga de cerca, y solo por decirlo, noto que me cambia el ánimo. —Atiende, pendejo, que cada día te pareces más a un viejo verde. También eso tendrías que hacértelo mirar. Me entraron dudas si entre las risas que parecía escuchar, podría esconderse cierta preocupación. Ni siquiera esperó a mi respuesta para volver a la carga. —Me dices que has tenido un mal día y ya piensas en darlo por terminado. Yo no me quejo tanto y eso que aún tengo que hacer el arqueo y, para cuando llegue a casa, a saber la que tendrá organizada mi madre. —¡Bah!, seguro que tu madre está bien, demasiado te preocupas por ella. Dejemos el trabajo, la familia y vayamos a lo nuestro. ¿Cómo las llaman en la tierra de tus abuelos, pituchas? Allí, el helado con forma de teta, ¿no es charamusca? —y me dio por reír—. Algún día, ¿me obsequiarás con ellas de postre? ¿Podré achucharlas?... —¿Seguro que no has bebido? —dijo Nora con voz de látigo, y me cortó el discurso—. No estarás en otra de tus famosas celebraciones comerciales. La verdad es que no recuerdo en todos sus detalles la conversación telefónica con Nora. Ya por entonces me había parecido observar que se mostraba incómoda con mis piropos o cuando intentaba acercarme a ella con frases subiditas de tono. Quizás algo intuía cuando me llamó viejo verde, pero se quedó corta en el juicio. He llegado a convertirme en alguien… mucho peor. Aquel día, creo que estuve tentado de preguntar si lo nuestro iba bien, pero debía de tener prisa porque no me dio ocasión. —Ahora al grano, que el tiempo apremia —le salió la frase como una orden—.Y si te dejaran, no acabarías nunca de hacer… chimbadas. Parece ser que una clienta ha intentado ponerse en contacto contigo para aclarar algunos términos de no sé qué contrato y, como no ha sido posible, ha llamado directamente a Argos. “¡Joer!, Corrado —dije para mí—. Tienes que prestar atención, cada día andas más despistado. Había dado a la posible clienta de Dcesos Supportive el teléfono de mi otro trabajo en la Correduría de Seguros. Lo cierto es que no vivía mis mejores momentos, y eso que aún desconocía que una especie de monstruo habitaba en mi cabeza. Llegué a imaginarlo como un duendecillo de aspecto viscoso, con raíces en lugar de pies que se infiltraban por los recovecos de mi cerebro. A veces sentía sus movimientos o que me hablaba. Por el sobresalto, abría los ojos o los cerraba…, pero salvo el dolor de cabeza todo seguía igual a mi alrededor. “Habrá sido un sueño”, solía pensar. NÚMERO 17 - DICIEMBRE DE 2013 “Me gusta sentir el cosquilleo intermitente que producen las vibraciones del teléfono sobre la tetilla izquierda, tan cerquita del corazón”. CC PRÍMULA 29 DETROIT Roberto Molero R egresé a Detroit con la idea de llevarme una buena cantidad de imágenes a casa. Tengo familia viviendo cerca de allí y, cada vez que vamos, Detroit es una visita obligada. Como un cazador furtivo, voy robando fotografías, imaginando cómo discurren los días de las personas que cruzan las calles de la ciudad. Me invade la sensación de haberme convertido en director de cine por un día. Los escenarios se van sucediendo ante mí con una intensidad desconcertante, las historias de sus protagonistas van cobrando vida en mi cabeza, a veces me susurran al oído y otras veces gritan por encima del umbral que pensaba soportable, escucho la banda sonora en todo su esplendor dentro de mi cabeza, me muevo con rapidez, actúo con la seguridad de aquel que sabe lo que está buscando. Parece como si el mundo entero me fuera dejando un espacio libre o, tal vez, una vía de escape. Hay un tren que va a ninguna parte, es un juguete que rodea el centro para ver el mundo desde arriba, sobre un raíl a varios metros del suelo. Veo reflejado nuestro paso fugaz por un lugar imposible. Viajamos en el tiempo, en los cristales puedo ver cosas que ya pasaron y algunas que van a suceder muy pronto... Muchos tesoros me llevé de allí y muchos tuve que dejar a cambio: ese es el trato, el intercambio necesario para mantener el equilibrio. Al regresar a España escucho el ruido de los medios de comunicación: “Detroit se quiebra”; alguien ha dado la alarma veinte años tarde. A través de un lazo inexplicable me siento atado a los espacios vacíos, a las caras sin nombre, a los edificios abandonados y a las pinturas interminables que pueblan la ciudad fantasma. No puedo separar el tiempo del espacio y por eso nunca he podido regresar a ese lugar donde aprendí a crecer, pero esta vez tengo la certeza de que volveré, es como una especie de promesa o una convicción irracional, he paseado por el ojo de un ser en continuo movimiento y declaro mi intención de volver a visitarlo. 30 CC PRÍMULA CUADERNO CULTURAL PRÍMULA NÚMERO 17 - DICIEMBRE DE 2013 CC PRÍMULA 31 Estampas de Richard Wagner Ramón Avello Wagneriano Si una persona dice “Soy mozartiano”, entendemos que le gusta la música de Mozart. Si esa persona se declara “beethoveniano”, pensamos que disfruta con la música de Beethoven e incluso ese “beethovenianismo” se puede asociar, especialmente en Europa, con la idea de fraternidad, de libertad, y con el triunfo de la voluntad sobre el destino. Pero si esa persona afirma “Yo soy wagneriano”, el campo de posibilidades se amplía. “¿Eres wagneriano? Tú me escamas”, podría decir uno mientras recuerda la frase que dice Woody Allen en la película Un asesinato en Manhattan: “Cada vez que escucho la música de Wagner durante más de media hora, me entran ganas de invadir Polonia”. “Soy wagneriano: ¡Viva la anarquía!”, podría exclamar un miembro de un orfeón obrero de principios del XX mientras preparaba el coro de los peregrinos de Tanhäuser. “Padre Wagner que estás en el Olimpo, sea tu nombre armonizado…”, diría un wagneriano de viejo cuño para quien San Richard es el profeta del arte del porvenir, en la Tetralogía está la historia del mundo y Parsifal no es una ópera, sino el quinto evangelio. En la historia del arte, ningún creador tuvo su obra tan entremezclada de ideologías, muchas veces contradictorias, como Wagner. Y es que, además de componer, Wagner fue un escritor torrencial que dio rienda suelta a páginas y páginas impregnadas de ideologías utópicas, libertarias, eclécticas, pangermanistas o nacionalistas. Un campo abierto para interpretaciones desvariadas La herencia de fuego ¿Cómo se puede hacer de un compositor que muere en 1883 un ideólogo político y estético de un movimiento político alemán, el nazismo, que afloró cincuenta años más tarde y que conducirá a Europa a una de las grandes 32 CC PRÍMULA Richard Wagner tragedias históricas, invasión de Polonia incluida? Friedelind Wagner, la nieta díscola y la oveja blanca de la familia Wagner, denunció en La herencia de fuego, un libro de recuerdos también titulado Noche sobre Bayreuth, la apropiación nazi del arte de su abuelo Wagner, con el consentimiento y el aliento de la propia familia del compositor. Wagner, como la mayor parte de la sociedad europea del XIX, era racista. Incluso ese racismo se decanta en un desafortunado panfleto, El judaísmo y la música, hacia una vertiente antisemita por la que Mendelssohn y Meyerbeer son compositores de segunda aupados por el poder de la banca. Por otra parte, en la admirable ópera Los maestros cantores de Núremberg, se ensalza una apasionada apología del arte alemán y de una futura nación, en ese tiempo aún por nacer. Por supuesto que eso no le convierte ni en el inspirador del holocausto judío ni en precursor del nacionalsocialismo Y, sin embargo, está fuera de toda duda la participación de los herederos de Wagner en Bayreuth a favor de esa identificación entre Wagner y el III Reich por CUADERNO CULTURAL PRÍMULA la que Hitler se convertía en una encarnación histórica de Rienzi o de Sigfrido. Personajes que terminan en una pira, como el cadáver del propio Hitler. Friedelind Wagner denuncia este proceso de “nazificación” de Wagner y la colaboración de la familia del compositor. La distorsión de la obra y el pensamiento de Wagner nos hace olvidar que entre los admiradores del autor de La tetralogía están personas tan opuestas al nacionalsocialismo y a al fascismo como Toscanini o Thomas Mann. Mann, autor de un interesante trabajo sobre el músico alemán, se muestra asqueado ante una lectura en la que “el repugnante fantoche de Hitler se compara, en un tono entrañable y sentimental, con Wagner”. Un hombre de teatro Para comprender a Wagner no debemos olvidar algo esencial. Wagner fue fundamentalmente un hombre de teatro. Tanto por ambiente familiar –su madre, sus hermanas y su primera mujer fueron actrices o cantantes– como por vocación, se sintió profundamente atraído por el teatro. Incluso su vida es como una inmensa representación en la que él es sumo protagonista. Una de las diferencias entre Wagner y Verdi es que mientras el primero llega a la ópera desde una vocación teatral, el segundo llega al teatro desde una formación eminentemente musical. Wagner llega a la música desde el teatro. Martin Gregor-Dellin, autor de la biografía más completa de Richard Wagner publicada en español, nos cuenta que con quince años Wagner escribió una obra de teatro, un confuso drama llamado Leobaldo y Adelaida. Cuando escribía la obra, se dio cuenta de que le faltaba música, que el drama sería estéril sin el apoyo de una melodía. Y eso fue lo que le llevó, al principio de una forma caótica, luego con el análisis sistemático de Beethoven y la ejercitación en el contrapunto, al estudio de la música y a formarse como compositor. Es probable que sin esa vocación teatral, Wagner no hubiese sido músico, sino un diletante, un activista o un dramaturgo. Esa primera vocación teatral hizo que sea autor de sus libretos. Todas sus óperas parten de una raíz literaria, en la que los personajes, las acciones, los sentimientos, se reflejan en breves motivos melódicos. Las ideas de Wagner sobre la ópera las sintetiza en el libro Ópera y drama, publicado en 1850, y en el que expone su teoría del “drama musical” como la “obra de arte total”. Esa totalidad que define el drama musical es la NÚMERO 17 - DICIEMBRE DE 2013 unión de varios elementos artísticos. El primero es el tema literario, relacionado y entresacado de mitos y leyendas como proyecciones de una colectividad. El segundo, el texto concreto, es decir, la poesía del drama que se canta. El tercero, la música, especialmente la orquesta, heredera de Beethoven e incrementada en los vientos metales que teje con sus leitmotivs, motivos melódicos que representan un personaje, un objeto o una acción, la estructura de la ópera. En expresión de Wagner, la orquesta “fecunda y dramatiza” el texto. El cuarto es la voz humana, subsumida en la orquesta, cuya melodía abandona la escritura belcantista en aras de un sentido declamatorio del texto y que requiere voces de gran potencia y resistencia. El quinto elemento para Wagner es la escena, conjunto de decorados, iluminación y dirección de actores y cantantes. Finalmente, el último elemento del drama musical es para Wagner el público, entendido no como mero espectador, sino como una especie de comunidad de creyentes. Este elemento es el que Wagner intentó plasmar a partir de 1876 en Bayreuth. Pero sobre todo músico Estas ideas sobre “Drama y música” al principio intuidas en Rienzi, El Holandés errante, Tannhäuser y Lohen‑ grin, más adelante plasmadas en Tristán e Isolda, El ani‑ llo de los Nibelungos, Los maestros cantores y Parsifal, hubiesen quedado en el vació sin la genialidad musical de Wagner. Pese a sus estudios caóticos musicales, Wagner escribió que durante toda su juventud “se acostaba con las sonatas de Beethoven y se levantaba con las sinfonías”. El romanticismo exacerbado de Wagner tiene una sólida raíz beethoveniana. Esa musicalidad innata le llevó a un enriquecimiento de la orquesta, a una exaltación de la emoción sonora y a los límites de la armonía tonal, que anuncia el siglo XX. La música contemporánea es, en ese sentido, heredera de Wagner. Y no solo en la generación posromántica de Mahler o Richard Strauss, sino también en aquellos compositores como Debussy, vital y estéticamente muy diferentes, pero que nunca se liberaron completamente de su gran influencia. Doscientos años después de su nacimiento, Wagner sigue estando vivo. CC PRÍMULA 33 ENTREVISTA MOTEROS: AVENTURA SOBRE DOS RUEDAS Taller de Reportajes C.T.I. de Montevil Aurora, en la Biblioteca, nos propuso la idea de entrevistar a un motero. No lo pensamos dos veces y nos atrevimos a quedar con todo un grupo. La cita fue a la puerta del Jardín Botánico de Gijón. Allí acudieron puntualmente Carbayón, La Mak, Lobo Estepario, Txux, Pechuno, Noina, Cristina, Bárbaro y Ovi Guan Quenovi. Todos ellos miembros de la Asociación Custom Intruders (ACI). Desde el lugar de la cita, nos trasladamos a un popular merendero de Deva y, allí, entre risas y un estupendo ambiente respondieron a las preguntas que les fuimos planteando. Aquí dejamos constancia de sus respuestas en grupo. Agradecemos que compartieran con nosotros esa agradable y soleada tarde de viernes. -¿Te gusta más viajar en solitario o en grupo? Ambas formas no son excluyentes. Es muy agradable y vistoso rodar en grupo cuando se trata de rutas organizadas; pero hay gente que de lo que realmente disfruta es de rodar en solitario. -¿Ser motero se hace o se nace? Algunos, ya desde muy pequeños viajaban con sus padres en el depósito de la gasolina, otros, sin embargo, aprendieron a disfrutar de las motos más adelante a lo largo de su vida. -¿Consideras la moto una actividad peligrosa? Peligrosa no, pero respetuosa sí. Se debe tener más respeto que miedo. En todo caso, depende de la prudencia del piloto y otros factores impredecibles que puedan darse en la carretera. -¿Qué es el espíritu motero? Se cruzan dos coches y no se saludan. Se cruzan dos motos y se saludan. Entras en un lugar donde haya otros moteros y estos se saludan, aunque sea en otro idioma. Ves un motero parado, o que haya tenido algún problema y, siempre, otro motero pregunta si puede ayudar... Es un espíritu especial, de compañerismo y complicidad, aunque se ruede en solitario. -¿Qué se siente al ir en moto? Frío, frío.... pero mucho placer. Una forma especial de sentirse feliz y en libertad. Un modo de relajarse, de desconectar con el trajín del día a día y, a veces, de soñar despierto. -¿Creéis vosotros que el divorcio con una moto es el final de la relación de pareja con esa moto? Depende de la moto, porque no todas las motos te producen las mismas sensaciones; puedes tener una moto, venderla al año y te da igual; pero, cuando encuentras la moto que realmente te gusta, el día que te deshagas de ella te va a dar mucha pena. -¿Se siente uno más motero cuándo llevas una moto con más caballos? Si tienes la moto que te gusta, no tiene porque tener más o menos caballos. La sensación de subirte a tu moto se siente igual en 800 que en 125 centímetros cúbicos. El tener más potencia en la moto no 34 CC PRÍMULA te da más libertad. Incluso hay gente que siente el espíritu motero y no tiene moto. Aunque algún motero, si pudiera, tendría una moto de cada tipo y de cada cilindrada. -¿Habéis tenido alguna vez un accidente? ¿Cómo lo habéis vivido? Yo me caí en un semáforo a la semana de tener la moto y me sentí totalmente ridículo porque me puse a levantarla solo y no podía con ella…Es habitual en el mundo de las motos comentar que hay dos tipos de moteros: los que se han caído y los que se van a caer. -¿Cuál es el viaje más penoso que has hecho en tu vida de motero? -Lo más penoso ha sido en relación con el frío. Regresando de Valencia, a la altura de Requena, tuvimos que poner guantes de plástico, de los de gasolinera, debajo de los guantes que llevábamos y forrar el cuerpo con papeles de periódico; además había niebla y al llegar a Madrid nos achicharramos de calor. Al salir del túnel de Guadarrama, por la carretera de la Coruña, nos encontramos con un viento impresionante. Llegamos a León lloviendo y pasamos el Huerna nevando. Al llegar a Pola de Lena granizaba. Todo junto en el mismo viaje. -Estar de marcha la noche anterior y al mediodía comer un cocido complica muchísimo bajar el Puerto Pajares, sobre todo si eres incapaz de mantener los ojos abiertos. Se pasa fatal. -También fue penoso y estresante rodar en un grupo de cincuenta motos por el centro de Madrid con todo el tráfico que hay. -Aunque para penoso uno en que llegamos a ir sin luz y de noche detrás de un coche para poder ver la carretera. Fue una emergencia… -¿Y el más satisfactorio? (Aquí es difícil ponerse de acuerdo, porque las experiencias que relatan de momentos inolvidables vividos durante sus viajes son muy numerosas. No obstante, de las múltiples respuestas que esta cuestión suscitó, hemos rescatado esta muestra). -Cuando te reúnes en una quedada internacional, como la que CUADERNO CULTURAL PRÍMULA “La vista de todas las motos en la carretera (a veces, más de un centenar) y el sonido que producen es una sensación indescriptible”. hicimos el año pasado en Haro, con un montón de moteros llegados de distintos países de Europa y ponerse a rodar todos juntos: La vista de todas las motos en la carretera (a veces, más de un centenar) y el sonido que producen es una sensación indescriptible. -El mejor viaje que hice fue regresar completamente solo desde Alemania y sin saber idiomas. Fue un viaje inolvidable a pesar de la peripecia que pasé para abrir la puerta de un hotel de carretera cuando me sorprendió un señor francés, de rodillas, intentando abrir la puerta con la tarjeta de crédito. -Los primeros viajes eran como ir a las Indias: Salíamos a las 14 horas de Piedras Blancas y hacíamos noche en Ribadeo para estar a las 10 de la mañana en Lugo. -El viaje más maravilloso que recuerdo fue cuando compré mi primera moto de 125 centímetros cúbicos. Al recogerla del concesionario para llevarla a casa, tuve una sensación que nunca podré olvidar. desahogo y quien considera que la moto en su vida es todo. -¿Es muy difícil compaginar la vida familiar con la vida de motero? Cuando la afición por la moto es compartida por los miembros de la familia las discusiones se centran en: ¿quién conduce, ¿quién va de paquete…?, ¿quién lleva el coche…? Y, esto último es lo que nadie quiere. Todo el mundo prefiere la moto. El problema comienza realmente cuando hay diferencias y posiciones contrarias. Algún compañero tiene experiencia en convivir con miembros de la Asociación Antimotera De Mi Kasa (AADMK), como cariñosamente llamamos a quienes no les gustan las motos, y ahí las negociaciones suelen ser duras, aunque siempre llegan a buen término. El buen rollo y la tolerancia hacen milagros… -¿Es la moto para vosotros una filosofía de vida? La forma de entender y sentirse motero tiene muchas variantes, hay quien lo entiende como un hobby, como un estilo de vida o como un NÚMERO 17 - DICIEMBRE DE 2013 CC PRÍMULA 35 BELÉN ASTURIANO José Manuel de Monteavaro La razón de la realización de este dibujo es consecuencia de la convocatoria de la II Bienal de Pintura Navideña, a cargo de la Asociación Belenista de Gijón. Se me ocurrió solicitar las bases para la participación en el certamen y, al ver que podía participar, comencé a preparar apuntes para luego pasar a limpio mi idea. Con la intención de no adulterar la historia diré que mi intención fue hacer un belén de tema asturiano, y este es el resultado: el niño acostado en una carretilla con paja, el buey ha sido cambiado por una vaca, la madre ordeñándola, la mula ha sido sustituida por un caballón (asturcón), los reyes van montados sobre caballos asturcones y el castillo de Herodes es la Universidad Laboral. Todos los personajes están calzados con madreñas. 36 CC PRÍMULA CUADERNO CULTURAL PRÍMULA “RELOJ NO MARQUES LAS HORAS…” Agustín Acebes Fuertes C arlos fue minero. De la cuenca del Caudal y en los tiempos duros. Un barreno le pulverizó el tímpano y desde entonces apenas duerme. En el silencio de la noche se le viene una y otra vez el estruendo y le impide descasar. Aun así, conserva unos setenta años envidiables. Es un hombre pausado, inteligente y práctico. Un auténtico licenciado de la universidad de la vida. Hace ya muchos años que María Luisa se le cruzó en el camino. Su complemento perfecto. El nido que construyeron juntos ya se ha vaciado hace años y solo revolotean ellos dos juntos. -Cada vez se le olvidan más las cosas. Hacía unos guisos para chuparse los dedos y ahora ya no le salen tan bien..., hay veces que pone la blusa del revés y hasta confunde a sus hijos. Pero lo que más me apena es que se le está olvidando bailar -con casi una lágrima asomando en sus ojos, me relata Carlos el motivo de consulta… María Luisa, mirada vivaracha y sonrisa de oreja a oreja, le mira embelesada. Han sido siempre la sombra uno del otro. -Bueno, María Luisa, tendré que mirar eso que dice su marido. ¿Qué le parece? Le haré algunas preguntas y pruebas a ver cómo anda esa memoria. A ver si puedo conseguir que sigáis bailando, tanto como os gusta. Asintió encantada. Como niño el primer día de clase, cogió lápiz y papel, expectante. El Minimental Test forma parte de la rutina de estudio de todo paciente con deterioro cognitivo. Estudia diferentes aspectos del estado mental: orientación, memoria, etcétera, y, una vez concluido, nos otorga una puntuación que da una orientación sobre si el deterioro es más o menos grave. Una especie de radiografía rápida del estado mental de una persona. Hace ya años que se completa la valoración psicométrica con el llamado test del reloj: hacer que dibuje el paciente una esfera que incluya los números/horas en su correspondiente lugar y finalizar indicándole que ponga una determinada hora pintando ambas manecillas. Así de sencillo, pero con una capacidad de detección de problemas muy rápida y sensible. De la realización de esta prueba del reloj surgen anécdotas múltiples, algunas muy sabrosas. Les sorprende que un señor tan serio (el médico) les mande hacer esas cosas raras en una consulta. -“A ver, María Luisa, le voy a mandar que pinte un reloj redondo, que le ponga las horas dentro y, cuando acabe, le diré que pinte las agujas marcando una hora. ¿Vale? ¿Lo ha entendido? Ya verá que sencillo… Gafas bien caladas, sonrisa como siempre amplia, y a la faena. De refilón mira su reloj de pulsera. Un signo claro de astucia. -No, no, eso está prohibido, no puede copiar, tiene que ser de memoria, María Luisa. Circunferencia algo excéntrica, trazo cuidadoso y mucha calma. Pensándoselo a conciencia, fueron saliendo: I, II, III, IV…, números romanos de trazo tembloroso. -No, no, de esos no, de los otros, los “normales” (nunca supe por qué no se admiten los números romanos), la voy a ayudar yo un poquito. -Y le puse allí arriba un número 12 bien grandote y siguió ella. Doce números, con cierto orden, pero anárquicos en situación y caligrafía disculpable. 38 CC PRÍMULA -“Perfecto, pues ahora, vamos a terminar poniendo las agujas. Pinte usted las dos agujas, que marquen una hora, por ejemplo las diez y media. María Luisa, cual alumna pizpireta, escribe un rotundo 10:30 (formato digital incuestionable) en mitad de la circunferencia. Apariencia que en muchos relojes actuales (el mío por ejemplo) es absolutamente normal. Tampoco sé muy bien por qué esta opción digital no se valora como correcta y hay que dibujar las clásicas manecillas, la larga y la corta. Y a trancas y barrancas consiguió ejecutar con corrección la indicación horaria. Conservaba María Luisa más soltura frente a mí que la que me había trasmitido su marido en la introducción. Y con la satisfacción del deber cumplido, dejó los instrumentos de trabajo, lápiz y papel, bajo la mirada dulce de su marido. -No sabe usted cuánto me quiere -me dice- y cuantos besos me da, sin escapársele por un momento el brillo de sus ojos. Todos los días en casa me pone deberes y, desde que usted nos los dijo, hacemos varias veces la figura del reloj. Carlos, la mira con orgullo, con la sensación de la misión cumplida, del deber cumplido. Hace tiempo que les conozco y les admiro. En cada visita, Carlos, me sorprende con alguna nueva estrategia que él ha inventado para estimular las neuronas de su esposa. Unos días son unos palotes, otros, sopas de letras por él inventadas y así uno tras otro. -En el barrio me han hablado de que hay unos talleres de memoria o algo así, pero yo prefiero hacerlo en casa. A nuestro aire, cada día hacemos cosas, y a María Luisa parece que le vale, está menos atrofiada. ¿No se qué le parece a usted? -¿Qué que me parece? Pues que eres el mejor estimulador cognitivo que conozco. Pues no solo haces cosas, sino que vuelcas todo el cariño del mundo, y eso es difícil encontrarlo por ahí. La última visita fue hace unos días. Las cosas iban aceptables dentro de la evolución de un proceso degenerativo, tipo enfermedad de Alzheimer, como el que yo pienso que tiene María Luisa. Volvimos a realizar el test del reloj, esta vez con rapidez y soltura. Sin embargo, me parecía que estaban algo inquietos y como con prisa. Carlos, me descubrió el misterio: -Mire, doctor, es que hoy es jueves y es el día en que vamos al baile y no nos gustaría llegar tarde, pues ya sabe que a ella le encanta y a mí me hace feliz…, y es que igual perdemos el autobús. No había ningún minuto que perder, aquella pareja, ella con una enfermedad de Alzheimer, tenían una cita semanal ineludible: la sesión de baile. Aquellos ritmos y pasos que venían marcando desde hacía ya muchos años, y que ahora les costaba más coordinar, pero suplían con infinita ternura. Una sola objeción final: ojalá pudiera yo en la próxima visita hacer que “el reloj no marcase las horas, detuviese su camino, para que nunca amaneciera… y mi querida pareja pudiese seguir bailando juntos, años y años, en su noche perpetua”. CUADERNO CULTURAL PRÍMULA Fotografías y texto: Pablo Basagoiti Brown A los médicos, enfermeras, celadores… a mi ángel de la guarda, que con gran profesionalidad, entusiasmo, cariño, mucho amor y una gran sonrisa, están ahí cuando los necesitas. A quel día Teresa me llamaba, a pesar de que habíamos quedado a la mañana siguiente, para darme los resultados de una radiografía. Algo no iba bien y aunque su voz era suave y serena, un temblor la delataba: “tienes que ir corriendo a Cabueñes, tienes un neumotórax. Ve por urgencias y di que vas por indicación mía”. Mi primera reacción fue de nerviosismo, no sabía que hacer ni donde meterme... Al fin, logré serenarme (dentro de lo sereno que puede estar uno cuando te llama el médico y te dice algo así) y me fui (me llevaron) a Cabueñes sin una idea clara de lo que tenía o de lo que podía ocurrir. Por mi cabeza pasaba el estar allí unas horas, que acabaron siendo unos días. Al principio todo iba muy rápido, desde el teléfono de Teresa a la recepción de urgencias, de la recepción a una mesa donde te cogen los datos y donde la sola mención de la palabra neumotórax parece cambiar el semblante de los interlocutores, de allí a una camilla, de la camilla a rayos, de rayos de vuelta a urgencias, siempre bajo el estricto control de médicos, enfermeras, celadores… que hacían lo imposible en un servicio de urgencias no solo repleto, sino desbordado. Pasada la crisis inicial y estando ya bajo control, todo se calmaba un poco y se ralentizaba. Ahora tocaba esperar a que los trámites se vayan cumpliendo para subir a mi nuevo destino: la 802. Ya en planta, todo iba más despacio y sobraba tiempo para hacerse a la rutinas del hospital: desayuno, comida, merienda, cena… intercaladas con el aseo matutino, las pruebas de turno, las visitas del médico, de familiares y amigos, los pinchazos de la tarde, etc., hasta el punto que cuando alguno de ellos se demoraba dos minutos sobre la hora prevista enseguida saltaban las alarmas ¡dónde está la merienda!, aunque finalmente siempre llegaba fiel a su cita. De todas las rutinas, os hablaré de dos para no aburriros: en primer lugar la de la enfermera de la tarde, ¡la 40 CC PRÍMULA del pinchazo!, a la que por supuesto no invité a gominolas, pues venía a enturbiar mi paz con su aguja. A pesar de ello está más que perdonada pues cumplía con su cometido y lo hacía bien. La segunda de las rutinas es la de media mañana, la de la visita del médico, que ansiosos esperábamos con buenas nuevas, con avances en los tratamientos y ya en los últimos días incluso con el alta hospitalaria. Habría mucho más que contar, pero prefiero dejaros estas fotos de mi paso por el Hospital de Cabueñes que podréis ver también en la web www.basagoitiyyo.com y que forman parte del libro 802. CUADERNO CULTURAL PRÍMULA NÚMERO 17 - DICIEMBRE DE 2013 CC PRÍMULA 41 INFANTIL OTOÑO EN EL AULA. Aula Escolar del Hospital y Jardín Botánico Este año dimos la bienvenida a la primavera con nuestras amigas Pilar y Ana Gracias chicas y hasta pronto 42 CC PRÍMULA Nos lo pasamos fenomenal e hicimos unas mariposas preciosas Moda primavera-verano. Elisa CUADERNO CULTURAL PRÍMULA Iker. 8 años Pablo. 6 años NÚMERO 17 - DICIEMBRE DE 2013 CC PRÍMULA 43 POESÍA A Brigitte Bosc Taza de café que dibujaste sobre sus ojeras aceras barridas por la lluvia y sombras de luz en sus ojos falta por desvelar el humeante vapor que se interpuso entre el llanto y las primeras luces. José Manuel Ordaz 44 CC PRÍMULA CUADERNO CULTURAL PRÍMULA MEMORIAS DEL TIEMPO PRESENTE Cuento mis días por los libros que no he escrito, las mañanas de derrota, los paraísos siempre artificiales. Voy calmando mi sed de plenitud acrecentando mi sed de vanidad, vivir un día más para tener un cigarrillo menos. Vamos. Date prisa. Te espero para subirnos a la monotonía. EPÍLOGO No creo que haya nada más triste que mirarte a los ojos y no verte en ellos. Néstor Villazón (Incluidos en el libro Otra maldita tarde de domingo, ediciones Vitrubio, 2012) BREVE CURRÍCULUM Licenciado en filología hispánica por la Universidad de Oviedo, Néstor Villazón (Gijón, 1982) es autor de las obras teatrales Democracia (Premio Internacional de Textos Teatrales Lázaro Carreter, Asociación de Directores de Escena, 2009), Your dementia (finalista IV Certamen La jarra azul, de próxima aparición en el 2013) y Algunas consideraciones previas para co‑ locarse un sombrero mientras se observa la mayor obra de arte de todos los tiempos (Antología Núa de teatro contemporáneo, Dramaturgias desde la frontera, 2013), además de los poemarios Melville en la aduana (finalista I Certamen LVR Ediciones, 2011) y Otra maldita tarde de domingo (Vitrubio ediciones, 2012). Autor de diversos textos teatrales, destaca su inclusión entre los treinta jóvenes dramaturgos más influyentes del siglo XXI (Eduardo Pérez Rasilla, revista Acotaciones, 2012) y la lectura de su obra Uto‑ pía, al fin durante el 2011, escogida para el Día Mundial del Teatro en la sala El Huerto de Gijón. Forma parte del consejo de redacción de la revista teatral La Ratonera y es reseñista en Clarín, Revista de nueva literatura, habiendo colaborado con anterioridad en el programa de televisión Con tres sentidos y coordinado la sección de Literatura para la revista Páramo. Ha aparecido en la antologías Fábula de Fuentes (Llibros del Pexe, 2006), Mi‑ tología asturiana (Ediciones Pata Negra, 2009), El triunfo de la muer‑ te (Ediciones Pata Negra, 2011) y en el V Premio de fotografía Inmigración y diversidad cultural (UGT Asturias, 2008), además de colaborar con las revistas digitales Groenlandia, Alba y Magenta. Forma parte de la Asociación de Autores de Teatro. Trabaja como librero en los tiempos que corren. NÚMERO 17 - DICIEMBRE DE 2013 RIMANDO NOSTALGIAS De patas y picos, de picos y patas. De juegos de niños, de campos y plazas. De saltar la cuerda, de al pasar la barca. De jugar a besos, sin besos ni nada. De picos y patas, de patas y picos. De ataques piratas en mares de libros. De puntillas y alas, de rancios corpiños. De florido mayo, de juegos sencillos. Todo está en mis ojos de salitre y brillo. Quimeras parecen... realidad de niño. Todo como ensueños llega en un sonido. De picos y patas, de patas y picos. Al pasar la barca gritaba el barquero: “Las niñas bonitas no pagan dinero”. Y se puso grana mientras sonreía de vergüenza, un poco, y de fantasías. Al pasar la barca contaba en susurro: “Sentí algo muy raro, muy cálido y turbio”. Con miedo y con ansia observé al barquero. Y noté al demonio tensando mi cuerpo. Al pasar la barca de remos de luna me miré en las aguas quietas y aceitunas, y noté que era... canas y manías, un sinfín de arrugas..., pero me querías. Apreté los ojos, salmodié otro rato y sentí aquel mundo más bello y lejano. De patas y picos, de picos y patas. De emociones nuevas al pasar la barca. Santiago García Villa CC PRÍMULA 45 POESÍA MIENTRAS TÚ NO ESTABAS Mientras tú no estabas, estiré mis alas por la pared, quise alcanzar el cielo, y me di contra el techo. Escribí unas canciones muertas. Jugué al ajedrez con mi obstáculo. Empujé melodías al centro del corazón. Dibujé una lágrima en el aire. Desempeñé un viejo sueño que nunca fue realidad. Emborraché el reloj de la pared y este empezó a escupir de manera escandalosa. UNA VOZ DE VALENTÍA (A ELLAS) Cuatro paredes blancas teñidas de tristeza un día donde las miradas huyen, donde la violencia anida. Cuatro paredes blancas ya sin bocas complacidas, noches de negra grava lacran el rosa del alba. Aquellas cuatro paredes cripta son de desesperanza, donde se esconden sollozos donde la luz es amarga. Mientras tú no estabas, te recobré al lado del pecho, te imaginé preguntadora. Recorrí la ciudad con mis calzados pies. Pesadillas que hacen llaga, huellas de filos tortuosos, voces torpes en su ira entre cristales rotos. Rompí botellas vacías que me habían hecho daño. Contuve la respiración para respirar hondo. Se borraron las señales de aquel cuenco de llanto de aquel gemir de garganta cuando una voz de valentía dijo ¡Basta! Y tú no estabas. La lluvia lloró en mi espalda y deseé que no volvieras. Jorge González 46 CC PRÍMULA María del Carmen García CUADERNO CULTURAL PRÍMULA EL RETRATO MARINERO JUAN Entre las hojas de un libro un viejo retrato en sepia. No lleva un nombre escrito en el reverso, ni siquiera una fecha. Como fondo una ventana de nubes bajas desleídas en niebla. Condenados a la prisión de un papel amarillento, una familia, remota y solemne con aire de rancia melancolía, me observa con un gesto de impostura, sosteniéndome la mirada, hablándome con los ojos porque han perdido el hábito de la palabra. Por un momento creo ver en sus rostros un fogonazo de reconocimiento y el asombro de miles de emociones, vividas o imaginadas. Agarrado a los faldones de su madre, un niño, de piel lívida y extremidades leves, ojos silenciosos oscuro reflejo de los lugares a donde se fueron para no volver. ¡Recuérdanos!, me gritan sus fantasmas, que no se acostumbran a estar solos, ausentes ya de sus propias vidas y vestidos de encaje de un ayer quizás ya cortado a su medida. Era oscura la madrugada. El mar latía con ritmo de adagio en el pavimento del puerto, y entre la bruma, desvelada, apenas los remos dóciles, gemían. TE FUISTE Te fuiste en un día ceniciento desabrido de lluvias y sin mirar atrás te llevaste tu vida dejándome apenas algo tuyo Al filo de la luz abandonaste la bocana en tu barca aún somnolienta, con aquel nombre de mujer grabado por tu mano descarnada. Deambulabas por los valles del mar, los suspiros guardados en los puños. Saludaste a una estrella, ya olvidada, y entre las sábanas de niebla, buscabas al sol, para cantar juntos poemas temblorosos sobre horizontes piratas. Nadie te dijo adiós desde la playa. Solo quedaron sobremesas cargadas de tabaco, maldiciones, y miradas canallas colgando de una recia lámpara. Rogaste al viento que tañera los chelos y las violas. El universo crujió inquietante. Tu barca tembló bajo las olas cóncavas. El mar cerró la puerta. Hallaste a tu sirena entre algas. Y fuiste preso en su estela de mallas. Preso de sus besos de sal. Luego el mar victorioso, abandonó en la arena tu deshecha camisa, que aún olía a corales y a baladas. Y dos lágrimas me abatieron. Sentada en esa vieja barca, también se fue, llorando, mi infancia. el hueco de tu cabeza en mi almohada. Marisa García NÚMERO 17 - DICIEMBRE DE 2013 Paloma Muro de Zaro CC PRÍMULA 47 POESÍA EL CERILLERO, SEÑORAS... ALMAS Llegó el cerillero. Los hombres comienzan a fabricarse lentamente almas. G. H. Sabine, Historia de la teoría política (1996) ¡Traigo cerillas, traigo mechero!, ¡traigo la mecha con su chisquero! Bajen, señoras, bajen corriendo, llévense piñas para el brasero, preparen lumbre, verán qué pronto cuece el puchero. Traigo cebollas y el rico ajito para que todas hagan sofrito. ¡¡Qué buena sopa!! ¡¡Qué buen cordero!! ¡¡Qué ricas migas hace el cabrero!! Traigo laurel, traigo romero y hasta tomillo para el conejo. Cuando los hombres llegan de tarde con una liebre para la cena, yo les regalo rico tomillo y una ramita de hierbabuena. . Ya ven, señoras, lo que yo traigo dentro del saco, llevo mecheros, llevo cerillas, llevo de todo menos tabaco. Dice la Pepa: ¡¡Écheme piñas para el mandil!! Ya no me quedan, buena señora, tenga, un ramito de perejil y si mañana quiere las piñas baje deprisa con su mandil. ¡¡Lleven cerillas, señoras, que se marcha el cerillero!! Son de las mejorcitas, unas de palo otras de cera. Y si las raspan apretaditas, encienden todas a la primera. Primitiva Iglesias Zarabozo 48 CC PRÍMULA No nos bastan los cuerpos. Son torpes y pesados de llevar. Siempre a cuestas con el dolor. Siempre cansados. Hay que ponerlos a dormir a cada rato. Ocho horas, nos dicen, el mínimo descanso. A veces nos estorban los brazos (son muy largos) y sentimos cómo se hormiguean las manos. La columna nos cruje si caminamos mucho, si recorremos calles o transitamos años. Las piernas, dos columnas que parecen de mármol y en vez de sostenernos, a veces, nos pesan demasiado. Por eso es que los hombres, inquietos, asustados, nos fabricamos almas. Los cuerpos envejecen, se agotan, con los años funcionan a destiempo, nos siguen con retraso. De modo que a medida que avanza nuestro paso a través de las calles, los años y el cansancio, lentamente, los hombres nos fabricamos almas, le ponemos grillete a los candados. Isabel Álvarez CUADERNO CULTURAL PRÍMULA PASTEL DE ORICIOS SALCHICHÓN DULCE Sidrería El Globo, San Bernardo, 13, Gijón Berta Montes Álvarez Ingredientes Ingredientes 375 gramos de nata 8 huevos 580 gramos de tomate frito 250 gramos de huevas de oricio 1 golpe de coñac 1 pellizco de pimienta y sal 350 gramos de dátiles 350 gramos de nueces 1 vaso de azúcar 1 vaso de agua 2 cucharadas de coñac 150 gramos de almendra molida azúcar glass Preparación Preparación En agua sin sal, se hierven los oricios entre tres y cinco minutos. Se prepara un almíbar a punto de hebra con el agua y el azúcar. Batir todo junto, poner en un molde untado en aceite. Los dátiles troceados se echan en el almíbar y se remueven, hasta formar una especie de mermelada, y después se añaden las nueces también troceadas y el coñac, removiendo hasta formar una bola. Meter al horno al baño María. 1.45 horas a 200 grados. UN POSTRE PARA LA NAVIDAD Se deja enfriar un poco sobre la mesa y después se amasa con la almendra molida, dándole forma de salchichón. A continuación se espolvorea con azúcar glass. Finalmente se deja en el frigorífico unas 10 horas, para que la masa compacte. NÚMERO 17 - DICIEMBRE DE 2013 CC PRÍMULA 49 Para la comunidad sanitaria del Área V (primaria y especializada) ¿Cómo presentar tu trabajo? 1.Dos copias originales de tu trabajo impresas en papel. 2.En una hoja aparte escribe tus datos personales e introdúcela en un sobre. 3.Los trabajos deben presentarse en formato Word versión 97-2003 o posterior. 4.Graba tu trabajo en un CD (incluyendo además las fotos en formato JPG, GIF o TIF de alta resolución, 300ppp). Aunque el documento de Word contenga las imágenes, fotografías, ilustraciones, etc, es importante que éstas también se presenten por separado del documento de Word, en formato JPG, GIF o TIF para facilitar el trabajo de diseño y maquetación y garantizar la calidad de la revista una vez impresa. 5.Guárdalo todo en un sobre grande y envíalo a la siguiente dirección: Biblioteca de Pacientes del hospital de Cabueñes C/ Los Prados, 395. 33203 Gijón. Asturias. 6. También puedes enviar tu trabajo por correo electrónico a [email protected] El plazo de admisión para el Nº 18 queda abierto hasta el 1 de marzo de 2014 www.primula.es Síguenos en Facebook: Cuaderno Cultural Prímula 25 años trabajando por un único objetivo el bienestar social líder en el sector de la tecnología médico quirúrgica Soluciones en Ortopedia Reconstructiva . Raquis . Trauma / Fijación . Osteobiológicos . Medicina Deportiva . Sistemas de Apoyo . Anestesia . Cirugía Plástica . Cirugía General Sede central: Avda. 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