Sociología: Una sociedad global

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Viernes por la tarde, Emilio llega a casa después de un día de trabajo intenso, en el que ha asistido a dos
reuniones, ha contactado con varios proveedores y ha seguido diseñando la nueva estrategia de la empresa.
Aún así, Emilio durante esta jornada laboral de viernes ha tenido tiempo de navegar por ese mundo llamado
internet, en el que cada página o recurso al que accede es más interesante que el anterior.
Ahora son las 18.00 h, y después de ponerse cómodo, enciende su ordenador personal, y sin haber dado
apenas un bocado, abre el navegador en busca de una de sus direcciones favoritas con la que obtiene
información económica y de la bolsa en tiempo real. En está página, además de las cotizaciones de las
distintas bolsas mundiales se hace eco de las ultimas noticias y rumores, a la vez que puede acceder a un chat
para comentar los movimientos y especulaciones de valores.
A las 22.00 h, aún a sabiendas de que comienza una interesante película en televisión, prefiere seguir
conectado a la red, tratando de bajar en esta ocasión programas gratuitos que le permitirán obtener mayor
rendimiento de su equipo.
A pesar de tener una buena conexión telefónica, el tiempo que tarda en bajar cada archivo se eterniza, y eso
siempre que no se corte dicha conexión antes de tener todo el programa en el ordenador. Menos mal que hace
unas semanas Emilio descubrió un programa que le permite obtener información más rápido y con menos
cortes que antaño.
Un escozor intenso en los ojos le recuerda que este aparato además de ser útil, también puede llegar a ser
nocivo, sobre todo después de haber pasado un total de 10 horas conectado a lo largo de día.
La noche acaba a las 02.00 h, esperando que la mañana siguiente llegue rápido para poder conocer las
novedades musicales de la semana y obtener una copia en formato mp3 de sus canciones favoritas.
Así es, nada más levantarse y después de haber desayunado Emilio vuelve de nuevo a su relación intima de
todos los días con la máquina, haciendo en este caso un estudio de mercado que tenia pendiente.
A media mañana los amigos de Emilio le llaman para jugar un partido de fútbol, aunque se encuentran con su
negativa ya que alega estar demasiado ocupado.
Esta respuesta ya no sorprende a sus compañeros, porque desde hace una temporada, ni el deporte rey es
capaz de hacer salir de casa a Emilio
Aún a sabiendas de que los hechos anteriormente descritos no son más que una narración ficticia, bien podrían
reflejar la vida cotidiana de muchas personas, que se relacionan con el resto del mundo a través de su
ordenador.
OBJETIVO
Este trabajo pretende ser una reflexión en voz alta de lo que se observa en esta sociedad, de lo que sin darnos
cuenta ya hemos asumido, y de la incógnita que representa para la humanidad este nuevo rumbo global.
Hace no demasiados años estaban muy bien definidas las líneas maestras de la vida de una persona. Se
relacionaba en un ámbito muy reducido, formaba grupos que estaban previamente definidos como
consecuencia de la clase social, ideología, creencias, etc.
Sin embargo, poco a poco, esta práctica ha variado, y con la ayuda en gran medida de la revolución de las
tecnologías de la comunicación, estos planteamientos han quedado como un recuerdo del pasado.
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En la actualidad nuestro círculo de amistades no tiene por qué coincidir con nuestros conocidos del colegio,
del trabajo o del barrio. Simplemente hemos roto esas barreras de relación física, en cuanto a presencia
material, y ahora interactuamos con personas de todo el mundo en un plano de conocimiento, de sentimiento,
de espiritualidad.
Y no debemos pensar que esta relación se realiza únicamente en el ámbito personal. Hoy día multitud de
empresas han elegido internet como medio para que se relacionen sus empleados, y sus directivos puedan
mantener reuniones virtuales para dotar de mayor flexibilidad a las decisiones estratégicas. Además, no nos
podemos olvidar del enorme ahorro que supone en gastos de desplazamientos, dietas, etc. para las cuentas de
resultados de estas empresas.
Por todo ello, estamos ante un fenómeno social que ya no es patrimonio exclusivo de unos individuos
aislados, sino que desde los grupos de interés hasta los gobiernos de todo el mundo luchan encarnizadamente
por hacerse un hueco en este nuevo canal de comunicación que es internet.
En el caso de España, por citar un ejemplo, se trata de lograr el mayor número posible de páginas en español,
y romper así la hegemonía que las lenguas anglosajonas tienen en la red.
Además, como proyecto del Gobierno en colaboración con la Unión Europea, el Estado español trata de
acercar y facilitar el acceso a las nuevas tecnologías a todos los ciudadanos fomentando programas
innovadores.
Uno de estos programas es el denominado Aldea Digital, y supone una gran revolución en nuestra sociedad.
Objetivos del Programa Aldea Digital
Introducción
Aldea Digital supone el reconocimiento del derecho de las zonas rurales a una educación de calidad,
compatible con las características de su hábitat y de sus modos de vida. Este programa es un salto cualitativo
hacia el futuro de la escuela rural invirtiendo su tendencia histórica para constituirse en un factor de progreso
de las zonas rurales. El programa se desarrolló en su fase piloto en Teruel con la participación de 3.700
alumnos y 400 profesores que conforman la red telemática virtual del proyecto. Se escogió esta provincia
para experimentar porque reúne las características adecuadas: estructura típicamente rural, dispersión de
población y aislamiento derivado de las condiciones geográficas.
A partir de su implantación y experimentación piloto en la provincia de Teruel, Aldea Digital se desarrolla,
durante el curso escolar 98−99 en otras diez provincias de la Comunidades Autónomas de Castilla La
Mancha (Cuenca), Castilla León (Ávila, Soria y Zamora), Asturias, Cantabria, Extremadura (Cáceres),
Murcia, La Rioja y Madrid. Participan en esta nueva fase aulas situadas en más de mil pequeñas localidades
correspondientes a los Colegios Rurales Agrupados y Colegios Públicos de menos de tres unidades de dichas
provincias. En ellas se encuentran escolarizados, en conjunto, más de 37.000 alumnos.
Aldea Digital supone para los centros participantes disponer de recursos informáticos y de comunicación que
posibilitan la conexión a la red mundial de ordenadores, es decir a Internet. Dentro de las líneas de actuación
de Aldea Digital hay un importante componente de formación del profesorado en la utilización de las nuevas
tecnologías con las que se dota a su escuela. Una formación, no sólo dirigida al manejo del medio informático
sino, lo que es más importante, a su utilización didáctica, para que así la enseñanza que ofrecen a los alumnos
se vea enriquecida con el uso de nuevos y motivadores medios.
Se puede concretar los objetivos generales del programa Aldea Digital en los siguientes:
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2. Objetivos generales del Programa
• Facilitar la consolidación de un modelo de crecimiento sostenible en las áreas rurales a través de la
formación de alumnos y profesores en la utilización de las herramientas que regirán la economía del
siglo XXI dentro de una sociedad basada en el conocimiento.
• Reforzar la identidad local en un mundo global.
• Situar los Centros Rurales Agrupados a la cabeza del proceso innovador en materia educativa
aplicando las Tecnologías de Información y Comunicación.
• Ayudar al profesorado en su tarea profesional, permitiéndole dedicar más tiempo a la atención
personal a cada alumno gracias al uso de la tecnología como medio didáctico.
3. Objetivos operativos
• La conexión y el acceso a Internet y a todos sus recursos: correo electrónico, acceso a páginas "web",
posibilidad de transferir ficheros y realizar comunicaciones en línea, etc.
• El establecimiento de videoconferencias allí dónde la Red Digital de Servicios Integrados está
implantada, permitiendo la comunicación en tiempo real mediante voz e imagen de los profesores y
alumnos de los distintos centros.
• La realización de actividades formativas a distancia para los profesores con tutoría por vía telemática.
• La búsqueda e intercambio de materiales de interés educativo en el mayor banco de datos existente,
la red de redes, Internet, y el intercambio de ideas y experiencias con los centros escolares de todos
los lugares del mundo que se encuentren presentes en la red.
• La realización de claustros virtuales entre el profesorado de un mismo Colegio Rural Agrupado.
• La oportunidad de que profesores y alumnos publiquen electrónicamente periódicos, artículos,
trabajos escolares, etc. En definitiva que generen sus propios contenidos en distintos formatos: texto,
imagen fija y en movimiento, con sonido; y los den a conocer al resto del mundo.
Presente y futuro de la escuela rural
Una aportación muy importante en los orígenes del Proyecto Aldea Digital fue la reflexión del, en ese
momento, Director General de Centros Educativos, D. Francisco López Rupérez sobre la escuela rural que,
por tratarse del documento de bases del Proyecto, que a continuación transcribo.
La identificación, desde un punto de vista sociológico, de las llamadas zonas rurales va de la mano de la
localización de poblaciones de, por lo general, un escaso número de habitantes, dedicadas mayoritariamente a
la agricultura, la ganadería o la silvicultura y poseedores de ciertas características culturales diferenciadoras y
de ciertas formas de vida que definen el modelo rural por contraposición al modelo urbano.
El término Escuela Rural, entendido en su sentido estricto, hace referencia a un conjunto de formas de
escolarización que son específicas de esas áreas geográficas denominadas zonas rurales y tienen, entre otras,
las siguientes características:
• Corresponden a centros donde la ratio alumno/profesor es baja o muy baja.
• La forma de agrupamiento de los alumnos no suele ser por cursos, sino por ciclos o incluso por
etapas, lo que dificulta la labor del profesorado que ha de atender a alumnos de diferentes edades y a
distintos contenidos de enseñanzas.
• En muchos casos es el último servicio público que se mantiene en la correspondiente localidad − con
cinco alumnos de infantil y de primaria se mantienen abiertas las escuelas rurales− por lo que su
traslado a otras poblaciones genera entre los vecinos sentimientos de abandono y es visto como el
anticipo de un ocaso definitivo del pueblo.
• La institución escolar tiene dificultades para el acceso a los bienes culturales lo que provoca un cierto
aislamiento en su alumnado.
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En España la atención educativa a las zonas rurales ha evolucionado en las últimas décadas, en el sentido de
renunciar progresivamente a formas de concentración o comarcalización escolares en beneficio de otros
modelos organizativos que ofrecieran el servicio educativo lo más próximo posible a los lugares de residencia
de sus beneficiarios.
El concepto de Colegio Rural Agrupado y su aplicación
Nace así, en los ochenta, el concepto de Colegio Rural Agrupado (CRA) cuya característica fundamental es
su deslocalización institucional. Se trata de centros escolares que agrupan bajo una misma organización, un
único claustro de profesores, un único equipo directivo y un único Consejo Escolar, un cierto número de
unidades situadas en diversas localidades que forman el ámbito del CRA. El funcionamiento del centro se
acomoda a lo establecido para el resto de los centros del mismo nivel educativo. A efectos de identificación,
el domicilio se sitúa en una de las localidades que actúa como cabecera del CRA.
Con el fin de asegurar la funcionalidad de las plantillas de profesores, se definen en los Colegios Rurales
Agrupados dos tipos de puestos: los ordinarios, que son ocupados por profesores estables en las
correspondientes localidades y desempeñan la función de tutores de los grupos de alumnos, y los itinerantes,
propios de profesores especialistas de Idioma extranjero, Educación Física y Música que imparten su
especialidad en varias localidades del CRA.
La evolución de esta modalidad de escolarización, específica de las zonas rurales, revela la considerable
aceptación de dicho modelo organizativo. Así, entre el curso 1990/91 y el 1997/98 el número de CRAs en el
territorio de gestión directa del Ministerio de Educación y Cultura se ha multiplicado por 9 y, en la
actualidad, 66.099 alumnos reciben sus enseñanzas principalmente las de infantil y primaria en Colegios
Rurales Agrupados, lo que representa el 7 % del total del alumnado correspondiente a dichos niveles
educativos. Todo ello a pesar del efecto de caída demográfica, que es particularmente intenso en este medio.
Por otra parte, 7.321 maestros están adscritos al sistema de CRAs, lo que supone el 10,7% del total del
profesorado de educación infantil y primaria.
Calidad educativa y calidad de vida
Al referirse a la problemática de la escolarización en el medio rural, la actual Titular de Educación y Cultura,
en los inicios de su mandato, acuñó una frase que constituiría toda una declaración de intenciones y la
formulación de una orientación específica para la definición de las correspondientes políticas educativas: "Es
preciso conciliar la calidad educativa con la calidad de vida". Esta afirmación supone, en primer lugar, el
reconocimiento del derecho de las zonas rurales a una educación de calidad, compatible con las
características de su hábitat y de sus modos de vida y, a un tiempo, el refuerzo de la importancia del servicio
educativo como elemento de ordenación del territorio en un momento en el que el riesgo de despoblamiento
total constituye un hecho cierto.
A la estructura provincial de CRAs se superpuso la de los Centros Rurales de Innovación Educativa (CRIE),
cuya regulación definitiva tuvo sus efectos en el curso 1996/97. Dichos centros complementan y refuerzan el
papel de los Colegios Rurales Agrupados de una misma provincia. Su plantilla docente está compuesta por
una dotación de entre 3 y 6 maestros y su finalidad es contribuir a la mejora de la socialización de los
alumnos de las zonas rurales y realizar actividades que desarrollen y complementen la acción educativa que
se lleva a cabo en los CRAs. Para ello, se establece un calendario de convivencias periódicas de alumnos, que
son transportados a los CRIEs desde sus localidades y durante las cuales comparten juegos y experiencias con
otros de su edad y refuerzan, particularmente, aquellas áreas cuyas características dificultan la impartición de
las correspondientes enseñanzas en los centros rurales.
Construyendo el futuro
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El 2 de junio de 1996, en una entrevista en el diario ABC realizada por Isabel San Sebastián, al analizar las
soluciones a largo plazo de la escolarización en el medio rural, la Ministra Esperanza Aguirre razonaba en los
siguientes términos:
"... yo creo que no deberíamos desechar una solución que hasta ahora no se ha estudiado suficientemente, y
que estamos explorando, que es la aplicación de las nuevas tecnologías a la enseñanza en las zonas rurales,
tecnologías que nos abren un camino lleno de posibilidades."
Con esta declaración se estaba dando el pistoletazo de salida a un proyecto tecnológico−educativo
movilizador de recursos, de servicios y de iniciativas dirigido específicamente a las zonas rurales.
El uso educativo de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación y el modelo organizativo
de escolarización del medio rural − formado, esencialmente, por el sistema CRAs/CRIEs − refuerzan
mutuamente sus efectos y se complementan hasta el punto de parecer hechos el uno para el otro.
Así, por ejemplo, los efectos negativos que se derivan de la deslocalización institucional, característica de los
CRAs, se ven en buena medida eliminados por el refuerzo de la comunicación y de la participación que, en
tiempo real, hacen posible el correo electrónico, la conexión "on line" y sus derivados, como las herramientas
"chats", especialmente idóneas para mantener conversaciones entre profesores, y que resultan aplicables a
grupos de trabajo, intercambio de experiencias y conocimientos, reuniones de coordinación de ciclo o incluso
"claustros virtuales".
Inversamente, la creación de entornos de comunicación entre alumnos de diferentes unidades de un mismo
CRA y su uso se ven estimulados por la posibilidad de reforzar esos contactos virtuales con formas
presenciales que están garantizadas por el sistema CRIE. Y, en general, los procesos de comunicación, tanto
de alumnos como de profesores, mediante la utilización de las nuevas tecnologías en un medio escolar
tradicionalmente retrasado, así como los esfuerzos de formación anejos, se ven estimulados de forma
espectacular porque se acoplan a un sistema organizativo e institucional preexistente y compatible que les
otorga todo el significado preciso para movilizar la motivación y las energías individuales requeridas por las
nuevas circunstancias.
El sistema de vídeo−conferencia permitirá, igualmente, salvar las distancias y organizar desde el CRIE aulas
virtuales y clases dirigidas a todos los alumnos de un mismo curso, diseminados por los CRAs, a cargo de un
profesor especial con recursos didácticos singulares. El mejor profesor y los mejores recursos se hacen, así,
ubicuos en tiempo real a través de ese nuevo espacio de comunicación.
La selección de materiales educativos multimedia por parte de los CRIEs, con la colaboración de diferentes
profesores de cada uno de los CRAs de una misma área, y su posterior uso facilitarán la atención a la
considerable heterogeneidad que caracteriza las aulas de la escuela rural, donde el maestro tiene que atender,
por lo general a la vez, a alumnos de diferentes cursos, ciclos o, incluso, etapas educativas. Esta finalidad
concreta y real estimulará la utilización de los productos multimedia en los entornos educativos rurales
acelerando, así, la introducción de un tipo de instrumento formativo de enormes posibilidades en los entornos
escolares.
El impacto de Aldea Digital en las zonas rurales
Todos estos elementos están presentes en el proyecto Aldea Digital y suponen un salto cualitativo hacia un
futuro de la escuela rural que, invirtiendo una tendencia histórica, puede convertirse, por esta vía, en una
importante locomotora de cara a la aplicación, en cada provincia, de las nuevas tecnologías de la información
y la comunicación al mundo escolar no rural.
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Pero es más, a través de este tipo de desarrollos, la escuela puede y debe constituirse en un factor de progreso
del medio rural, promoviendo su evolución hacia un modelo cultural y social distinto capaz de conciliar
pasado y futuro, conservación y mutación, naturaleza y modernidad.
Un proyecto de ésta envergadura nos transmite el potencial de ésta nueva revolución de la información, en el
que los planteamientos clásicos ya no tienen cabida y lo que antaño era impensable o imposible, hoy día se ha
convertido en una de las realidades más atrayentes de nuestra sociedad.
Hoy en día nos vemos influenciados por una gran cantidad de información que llama a la puerta de nuestra
mente y a la que el ser humano tiene que responder procesándola del mejor modo posible, pero ya no
debemos centrarnos sólo en los individuos, sino más bien en los grupos, colectivos, movimientos, es decir, ha
trascendido hasta convertirse en un hilo conductor de la sociedad global o mundial del siglo XXI.
En este escenario nos encontramos como sucede con casi todos los planteamientos o revoluciones, una lista
de pros y otra de contras que nos lleva a considerar a los defensores y también detractores de ésta nueva era
de la información y comunicación. Entre los primeros encontramos argumentos de peso, alegando por
ejemplo que las oportunidades que aportan la globalización del planeta ayudan sin duda a equiparar las
enormes desigualdades existentes en la actualidad entre los países y áreas geográficas desarrolladas versus
subdesarrolladas.
En cuanto al segundo colectivo esgrime como principal tesis justo lo contrario, es decir, ésta revolución no
sirve mas que para fomentar todavía más las diferencias existentes en la actualidad, para acabar teniendo
totalmente dividido el planeta en miembros de primera con todos los derechos y privilegios y en esclavos de
segunda con todos los deberes y obligaciones.
Quizá el factor que está resultando clave en todo este proceso, es la globalización de la economía a nivel
mundial porque ya no podemos hablar de compartimentos estancos, sino que todos los elementos están
estrechamente conectados con lo que la relación causa−efecto se convierte en una ley que no entiende de
fronteras, ideas o culturas y provoca una reacción en cadena en todos los rincones de éste planeta.
Debemos pensar también que esta nueva situación necesita de un conjunto de normas o regulación
internacional que sea capaz de resolver los problemas que plantea una sociedad globalizada. Actualmente el
derecho internacional y por extensión los Tribunales cuya competencia se centra en dirimir este tipo de
problemáticas se muestran incapaces de actuar con la eficacia y eficiencia que la situación requiere.
Podríamos expresar ésta idea de tal modo que éstas normas son un conjunto de leyes que los hombres malos
no respetan y que los hombres buenos no necesitan.
En éste sentido podemos encontrar innumerables ejemplos que expresan esta cruda realidad entre los que
destacamos que nunca antes se había producido una expansión de la delincuencia a nivel internacional como
en ésta época. Los medios humanos y técnicos que manejan estos colectivos son cada vez más sofisticados y
siempre logran situarse un paso por delante de todo intento de ponerle coto. Podríamos por ejemplo obtener
un programa informático que en pocos segundos nos concederá una numeración vinculada a una tarjeta de
crédito perteneciente a una entidad con residencia en Islas Caimán y gracias a la cual tendremos acceso a
todo tipo de operaciones fraudulentas.
Si bien no es mi intención reflejar sólo aspectos negativos sino sobre todo dejar una puerta abierta a la
esperanza de conseguir una sociedad más justa y con toda la equidad y caridad que el ser humano necesita en
su búsqueda de la felicidad aunque sea a costa de la eliminación de las barreras que el propio hombre ha ido
construyendo con el paso del tiempo.
Este enfoque de futuro surge de un feedback hacia los orígenes de esta revolución de la comunicación para
conocer con mayor profundidad con que premisas y bajo qué condiciones actúa este nuevo fenómeno social.
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Durante miles de años, el hombre ha estado preocupado predominantemente por asegurar e intercambiar
bienes materiales. También se ha preocupado del desarrollo del conocimiento y de la acumulación y
transmisión del mismo. Pero nunca como hoy ha sido tan grande la cantidad de personas que se han dedicado
a esta tarea. Nunca ha estado al alcance de tantas personas tal cantidad de información. Ya es un lugar común
hablar del mundo como de una Aldea Global. Sin embargo, esta realidad implica un importante fenómeno de
cambio que afecta el futuro de la humanidad.
Quisiéramos aquí remontarnos a los orígenes del concepto de Aldea Global y señalar algunas características
de la nueva era que está naciendo para luego buscar una iluminación en los escritos de alguien que se revela
ser un precursor de la nueva concepción del mundo que muchos científicos empiezan a sugerir o declaran
buscar: Pierre Teilhard de Chardin, paleontólogo, místico y −discutido− filósofo.
Aldea global e hiperconciencia
En 1964, Marshall McLuhan llamó poderosamente la atención de los estudiosos de los fenómenos de
comunicación al publicar su obra "Understanding Media", la cual produjo un gran revuelo no sólo en los
círculos académicos sino que llegó al público común, poniendo en evidencia un fenómeno que todos
reconocen desde entonces como una característica de este fin de siglo: la reducción aparente de las distancias
y la integración mundial sobre la base de las telecomunicaciones.
Escribía McLuhan:
"Después de tres mil años de una explosión producida por tecnologías mecánicas y fragmentarias, el mundo
occidental sufre una «implosión». Durante la era mecánica, hemos extendido nuestro cuerpo en
el espacio. Hoy, después de un siglo de tecnología eléctrica, es nuestro sistema nervioso central mismo que
hemos echado como una red sobre el conjunto del globo, aboliendo así el espacio y el tiempo, al menos en lo
que concierne a nuestro planeta. Nos acercamos rápidamente a la fase final de las extensiones del hombre: la
simulación tecnológica de la conciencia. En esta fase, el proceso creador de la conciencia se extenderá
colectivamente al conjunto de la sociedad humana, tal como ya hemos, a través de los diversos medios,
extendido nuestros sentidos y nuestro sistema nervioso."
(Primeras líneas de "Understanding Media")
Muchas tesis de McLuhan fueron posteriormente rebatidas, pero no ésta de la transformación del mundo en
una aldea planetaria (parte del título de una obra posterior del mismo autor). Al contrario, ha sido quizás una
de las más estudiadas y profundizadas, dando origen a una importante trilogía de obras que investigan el
prodigioso cambio cultural que estamos viviendo: "El shock del futuro", "La tercera ola" y "El cambio del
poder", escritas por Alvin Toffler.
Aunque también se ha admitido que los medios de comunicación pueden ser entendidos como extensiones de
nuestros sentidos y, así, de nuestro sistema nervioso, pareciera que casi nadie prestó atención o entendió la
alusión de McLuhan a la extensión de la conciencia como "fase final de las extensiones del hombre". Estas
palabras pueden parecer crípticas, aunque no ocurre así si leemos lo que escribió 33 años antes Pierre
Teilhard de Chardin. Ni la idea de la "implosión" ni la de un nuevo tipo de conciencia le eran ajenas. Y quizá
haya sido quién sugirió alguna de estas ideas a McLuhan.
En efecto, en un escrito de 1931, podemos leer ya la idea de la "implosión" de nuestro planeta:
"La marea humana lo ha cubierto todo. La Tierra está definitivamente cercada por el espíritu. Y, bajo el
progreso constantemente acelerado de los medios de comunicación aéreos y etéreos, disminuye a ojos vistas,
hasta convertirse en un ámbito irrisoriamente pequeño. Paralelamente a esta reducción geográfica (la más
impresionante y rápida), el mundo sufre claramente otros géneros de agotamiento bajo nuestras continuas
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investigaciones." ('La energía humana', p.42)
Y la idea del desarrollo de una conciencia universal, más allá de la agregación de conciencias individuales, es
un concepto central en el pensamiento teilhardiano: "Las energías humanas elementales no actúan en
desorden, a capricho de las leyes estadísticas... Tienden a componer sus radiaciones individuales en una
pulsación única, es decir, a constituir un conjunto organizado.
No podemos alcanzar ningún progreso decisivo en nuestras concepciones del mundo animado mientras que,
permaneciendo en la escala «celular», no sepamos emerger por encima de los seres vivos para
ver la Vida, por encima de los hombres para descubrir la humanidad: ... la realidad física, poderosa, en la que
se bañan y se influencian todos los pensamientos individuales hasta formar, por su multiplicidad ligada, un
solo espíritu de la Tierra.
Flotando por encima de la biosfera, cuyas capas fluyen gradualmente por él, el mundo del pensamiento, la
noosfera, comienza a dejar irradiar su corona." (La energía humana, pp.128−129, Texto de 1937) .
¿Cómo se ha desarrollado la reflexión sobre esta "Era de la información" que estamos viviendo? Es lo
que consideraremos ahora, buscando también las intuiciones ya presentes, con anterioridad, en el
pensamiento teilhardiano.
Tercera ola
Los problemas que plantea el rápido avance tecnológico de hoy fueron el tema, en
1970, de la primera obra de Alvin Toffler: "El shock del futuro". El autor la inicia precisando las razones de
la actual velocidad del cambio:
"Pasan siglos y milenios y, de pronto, en nuestro tiempo, estallan en pedazos las fronteras y se produce un
súbito impulso hacia delante. La razón de esto es que la tecnología se alimenta de sí misma. La tecnología
hace posible una mayor cantidad de tecnología, como podemos ver si observamos un momento el proceso de
innovación. La innovación tecnológica se compone de tres fases, enlazadas en un círculo que se refuerza a sí
mismo. Ante todo está la idea creadora factible. En segundo lugar, su aplicación práctica. En tercer término,
su difusión en la sociedad. Y el proceso termina, se cierra el círculo, cuando la difusión de la tecnología que
encarna la nueva idea contribuye, a su vez, a engendrar nuevas ideas creadoras."
(Toffler, 1971, pp.39−40) .
Leyendo a Teilhard, encontraremos ideas parecidas de aceleración del desarrollo: "Demasiado hierro,
demasiado trigo, demasiado automóviles; y, además, demasiados libros, demasiadas observaciones; y
también demasiados diplomas, demasiados técnicos y demasiados peones, o, incluso, demasiados hijos. El
mundo no puede funcionar sin producir seres vivos, alimentos, ideas. Pero su producción sobrepasa, cada vez
más, su poder de consumo y asimilación." ('La energía humana', p.40).
Pero el siglo XX se caracteriza especialmente por un enorme avance del conocimiento y por el desarrollo de
medios de comunicación que agilizan el intercambio y la difusión del mismo. Ya desde 1955, en los Estados
Unidos, existían más trabajadores en el sector terciario (de los "servicios") que en los sectores primario y
secundario juntos. En los términos de Alvin Toffler, es justamente este factor el que determina el paso de la
"segunda ola" a la "tercera ola", o sea de la era de la industrialización a la era de la información. Pero,
además, podemos observar a partir de 1977 que, por primera vez en el mundo, ese país concentra ya más de
la mitad de su fuerza laboral en "el negocio" de la información y su PNB se relaciona en un 45% con esta
actividad. Así nace una nueva era con nuevos requerimientos:
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"Al tornarse la información más importante que nunca, la nueva civilización reestructurará la educación,
redefinirá la investigación científica y, sobre todo, reorganizará los medios de comunicación. Los medios de
comunicación actuales, tanto impresos como electrónicos, son totalmente inadecuados para enfrentarse a la
carga de comunicaciones y suministrar la variedad cultural necesaria para la supervivencia. En vez de estar
culturalmente dominada por unos cuantos medios de comunicación de masas, la civilización de la tercera ola
descansará sobre medios interactivos y desmasificados, introduciendo una imaginería sumamente diversa y a
menudo altamente despersonalizada dentro y fuera de la corriente central de la sociedad." (Toffler, 1980,
p.341).
Ya hemos visto que Teilhard percibía la importancia de los medios modernos de comunicación. También
percibió que obligarían a buscar nuevos modos de vinculación y nuevas exigencias educacionales:
"El acontecimiento principal y específico de nuestra era biológica no es, inicialmente, otra cosa que la
compresión, compenetración y aglutinación paroxismales de la masa humana sobre sí misma bajo el abrazo
planetario. (...) En ningún momento de la historia −decidámosnos por fin a reconocerlo− se ha encontrado el
hombre tan completamente vinculado (activa y pasivamente) como hoy, por el propio fondo de su ser, con el
valor y el perfeccionamiento de todos los demás que le rodean. Y todo indica que este régimen de
interdependencia no hará más que acentuarse en el curso de los siglos venideros." ('La activación...', p.199) .
Lo señalado por Toffler es especialmente válido para el campo de la electrónica, principal sustrato de los
progresos de los medios de comunicación. Todos los avances de que hemos hablado están íntimamente
relacionados con la industria electrónica. Aunque llegada bastante recientemente a la escena del mundo, se ha
convertido en la cuarta industria más grande el mundo (después del acero, el automóvil y los productos
químicos). Como tal dispone de enormes recursos para la investigación y, más que en cualquier otro caso, sus
propios productos más avanzados (los computadores) sirven de instrumentos para acelarar aún más su
desarrollo. Esta velocidad implica permanentes cambios, especialmente perceptibles en el área de la
informática y las comunicaciones.
"Los mismos cables coaxiales, fibras ópticas, radioenlaces y satélites de comunicaciones que transmiten
millares de telefonemas se usan también para transmitir señales de telégrafo, datos y televisión.
Paulatinamente, toda clase de señales de comunicación −datos, voces e imágenes−, incluídas las imágenes de
la Tierra vistas desde el espacio y las de planetas lejanos vistos desde naves espaciales, se convierten en la
forma digital de impulsos intermitentes para la transmisión, conmutación, registro y recuperación. La
diversidad de modos de comunicación se ha convertido en algo sometido a uso y regulación humanos, un
simple aspecto de la utilización de una tecnología digital común para la transmisión, procesado, conmutación,
almacenaje y recuperación." (Inose, p.27) .
Todos los hilos se han unido, todas las señales discurren por los mismos circuitos, todos los mensajes
terminan siendo alcanzables en una misma máquina: el omnipresente computador. Así, todos los procesos de
comunicación se concentran y se interrelacionan; una sola "malla" envuelve nuestra planeta como una nueva
esfera: la "infosfera".
Personalización
Pero, en esta nueva esfera, el modo de ser de las personas se ve afectado más directa e íntegramente que
nunca. Después de la uniformización a qué llevaba la era industrial, la nueva infosfera entrega al hombre una
visión más compleja de sí mismo y lo lleva a una mayor diferenciación:
"No podemos transformar todos nuestros medios de comunicación y esperar continuar inalterados como
personas. Una revolución en los medios de comunicación debe significar una revolución en la psiquis.
Durante el período de la segunda ola, la gente se bañaba en un mar de imaginería producida en serie. Unos
relativamente pocos y centralmente producidos periódicos, revistas, programas de radio y televisión y
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películas alimentaban lo que los críticos denominaban una «conciencia monolítica». Se incitaba
continuamente a los individuos a compararse con un número relativamente pequeño de modelos y a valorar
sus estilos de vida en relación a unas pocas posibilidades. En consecuencia, la gama de estilos de
personalidad socialmente aprobados era relativamente reducida. La desmasificación actual de los medios de
comunicación presenta una deslumbrante diversidad de modelos y estilos de vida con los que compararse.
Además, estos nuevos medios de comunicación no nos suministran trozos plenamente formados, sino
quebrados fragmentos y destellos de imágenes. En vez de dársenos una selección de identidades coherentes
entre las que elegir, se nos exige que ensamblemos nosotros una: un «yo» configurador o
modular. Esto es mucho más difícil y explica por qué tantos millones de personas están buscando
desesperadamente una identidad. Empeñados en ese esfuerzo, desarrollamos una sublimada conciencia de
nuestra propia individualidad, de los rasgos que nos hacen únicos. Cambia, así, la imagen que de nosotros
tenemos. Exigimos ser vistos y tratados como individuos." (Toffler, 1980, p.375).
Aquí, ciertamente, el pensamiento de Teilhard −aunque coincide en la implicancia de efectos psíquicos−
supera ampliamente la dicotomía que plantea Toffler entre uniformización (en la segunda ola) e
individualización (en la tercera).
"Nos encontramos, por el juego de nuestro crecimiento, en la doble necesidad de profundizarnos nosotros
mismos y simultáneamente de pasar, de alguna manera, a lo que nos rodea. Sucede, pues, sin duda, que estos
dos gestos no son tan opuestos como parecen, sino que se encuentran ligados en la armonía de un solo
movimiento profundo. El hombre evita comunicarse con otro hombre porque teme disminuir su personalidad
al compartirse. Intenta crecer, aislándose. Pues bien: si el universo es orgánicamente posible, lo contrario es
lo verdadero. El don que hacemos de nuestro ser, lejos de amenazar nuestro yo, debe tener por efecto
perfeccionarlo." ('La energía humana', pp.69−70)
La personalización a través de la unión (comunicación y don de sí mismo) es otro tema recurrente en el
pensamiento teilhardiano y apunta en la dirección misma −espiritual− de la evolución del universo:
"Así reaparece, no solamente en el fondo, sino por encima de nosotros mismos, la ley de convergencia
fundamental. La unión nos ha hecho hombres organizando, bajo el control de un espíritu pensante, los
poderes confusos de la materia. Va a hacernos, además, «superhombres», haciéndonos
elementos sometidos a un alma superior. La unión en el interior nos ha personalizado hasta aquí. Ahora es la
unión en el exterior la que va a «supra−personalizarnos»." ('La energía humana', p.70) Así, la
aparición de las redes de comunicación y la importancia creciente de la información en la cultura y la
economía no son meros fenómenos casuales sino −a juicio de Teilhard− el producto de una ley evolutiva:
tarde o temprano, la humanidad había de llegar a una nueva era caracterizada por fuerzas tendientes a superar
el proceso evolutivo de la individuación:
"Hacia fines del siglo XIX, se ha podido plantear seriamente la cuestión de si la hominización no se
aproximaba, por vía de pulverización y de desmigajamiento, a su fase final. En esta época (...) el aislamiento
mutuo de las partículas humanas, exaltadas en sus tendencias egoístas por el primer establecimiento de una
cultura prácticamente universal, se ha hallado como de justicia impelido a un máximo." (El grupo..., p.103).
"Ahora bien, precisamente en ese momento empezaron a aparecer en el horizonte, como nubes cargadas a la
vez de tempestades y de promesas, las grandes fuerzas, todavía insospechadas, de la totalización." (Ibídem,
p.104) . La humanidad se ha comprimido sobre sí misma por efecto del crecimiento demográfico,
aumentándose del mismo modo su "temperatura psíquica". Esto le ha llevado a buscar mecanismos que
permitieran al mismo tiempo la armonizaciónentre sus integrantes y una mayor libertad interior de los
mismos. Se produce convergencia y se amplía el poder de la reflexión. El conocimiento crece y se
intercambia cada vez más rápida y multitudinariamente: la esfera de la información o −en la perspectiva de
Teilhard− la esfera del conocimiento rodea cada vez más perceptiblemente el planeta.
10
Noosfera
Esta situación fue descubierta por Teilhard de Chardin hace 50 años. Propuso así el concepto de "noosfera"
(esfera del conocimiento, por semejanza con la biosfera y la estratosfera que envuelven la Tierra):
"Las energías humanas elementales no actúan en desorden, a capricho de las leyes estadísticas (...) Tienden a
componer sus radiaciones individuales en una pulsación única, es decir, a constituir un conjunto organizado.
No podemos alcanzar ningún progreso decisivo en nuestras concepciones del mundo animado mientras que,
permaneciendo en la escala «celular», no sepamos emerger por encima de los seres vivos para
ver la vida, por encima de los hombres para descubrir la humanidad: (...) la realidad física, poderosa, en la
que se bañan y se influencian todos los pensamientos individuales hasta formar, por su multiplicidad ligada,
un solo espíritu de la Tierra. Flotando por encima de la biosfera, cuyas capas fluyen gradualmente por él, el
mundo del pensamiento, la noosfera, comienza a dejar irradiar su corona." ('La energía humana', p.128−129) .
"La noosfera es una película casi imperceptible si se la compara con las magnitudes astrales. En realidad, esta
delgada superficie es nada menos que la forma más progresiva bajo la que nos es dado comprender y
contemplar la energía universal. En esta envoltura tenue pasa la esencia de las inmensidades que bordea: la
nota superior alcanzada por la vibración de los mundos." ('La energía humana', p.131) .
Cambios en la "psicosfera" − Cerebralización
Toda la historia del hombre es historia de cambios. Sin embargo, el siglo XX se caracteriza por una
aceleración enorme de los mismos, especialmente en el campo del conocimiento.
"El hombre no ha cesado de profundizar el conocimiento que tiene de sí mismo y del universo, y esto en un
ritmo que, desde hace diez mil años, sigue una espiral ascendente. Hubo un gran salto adelante con el invento
de la escritura, pero la evolución siguió sin embargo desesperadamente lenta durante siglos. (...) Antes de
1500, Europa no publicaba más de mil obras por año, según las estimaciones más generosas. (...) En 1950, la
cadencia se había acelerado tan brutalmente que la producción europea había llegado a la cifra de 120.000
obras por año." (Toffler, 1971, p.42).
La situación en 1950, sin embargo, es apenas comparable con la de hoy. Al avance en las comunicaciones y
la investigación científica hubo que sumar el papel preponderante de la tecnología informática.
"El computador hizo una entrada triunfal en el mundo hacia 1950. Su poder de análisis sin precedente y su
capacidad para difundir un abanico de datos extremadamente variados en cantidades fabulosas y a una
velocidad que desafía la imaginación han hecho de él la fuerza principal que preside a la última aceleración
en el desarrollo de la ciencia. Gracias a él y a otros instrumentos cada vez más eficaces para explorar el
universo invisible que nos rodea, nuestros conocimientos se multiplican a una velocidad que corta el aliento."
(ibídem, p. 43). Tal aceleración no puede sino perturbar al Hhmbre y afectarlo psicológicamente.
"En nuestra sociedad «saber es cambiar» −y la adquisición más y más rápida del saber, al
alimentar el motor de la tecnología, conlleva la aceleración del cambio. (...) La cadencia cada vez más rápida
del cambio es al mismo tiempo una fuerza psicológica. Aunque la psicología, hasta hoy, la haya casi
totalmente ignorado, destruye nuestro equilibrio interior y modifica nuestra actitud ante la vida. La
aceleración exterior se traduce por una aceleración interior." (ibídem, p.44) .
"Para sobrevivir, para escapar de lo que hemos llamado el shock del futuro, el individuo debe hacerse
infinitamente más dúctil y más competente que nunca antes." (ibídem, p.46).
Las comunicaciones y el vertiginoso desarrollo del conocimiento llevan a un mundo diferente del que hoy
conocemos.
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"Se está formando una nueva civilización. Pero, ¿dónde encajamos nosotros en ella? Los cambios
tecnológicos y las agitaciones sociales actuales, ¿no significan el fin de la amistad, el amor, el
compromiso, la comunidad y la solicitud hacia los demás? Las maravillas electrónicas del mañana,
¿no harán las relaciones humanas más vacías y distantes de lo que son hoy?" (Toffler, 1980, p.353) .
Estas son las preguntas con las cuales Toffler introduce sus reflexiones acerca de "La nueva psicosfera". La
era industrial tuvo su propia infosfera y, ligada a ella, su "psicosfera". Pero, prueba que los cambios afectan a
la psiquis, desde los años setenta se han creado y difundido miles de "terapias" para reintegrar la
personalidad. El recuento que hace Toffler de esta tendencia está refrendado por la experiencia y los estudios
de psicólogos y psiquiatras, algunos de los cuales −como Lola Hoffman, en Chile− tienen plena conciencia de
que estos fenómenos están ligados a una nueva etapa evolutiva de la humanidad:
"Teilhard de Chardin no alcanzó a ver con sus ojos la explosión de conciencia que se produce en estos
momentos, acelerada vertiginosamente debido al progreso de la técnica en el terreno de las comunicaciones.
Sin proponérselo, los científicos y técnicos lograron el milagro de la simultaneidad en el planeta. Una aldea
global cuyos habitantes conocen, en el momento de producirse, lo que ocurre en todas partes. La conciencia
se expande así a una velocidad impredecible. (...) Desde hace unos veinte a treinta años, dice (Lola
Hoffmann), el número de personas que quieren ser personas, es decir, tener una vida significativa y llena de
sentido positivo, aumenta en progresión geométrica. Esto se manifiesta en una vida mejor, en todos los
planos." (Sierra, p. 191−192).
Teilhard, sin embargo, había percibido el auge de la investigación científica y preveía una aceleración en este
campo, ligada −para él− a una nueva etapa de la evolución humana:
"La investigación, que ayer era una actividad de lujo, está en proceso de convertirse en una importante, de
hecho en la principal, función de la humanidad. Como en el caso de todos los organismos que la precedieron,
pero en una escala inmensa, la humanidad está en proceso de "cerebralizarse." ('El futuro del hombre').
"Cerebralizarse" es descrito por Teilhard como un proceso de desarrollo de la conciencia, de las facultades
superiores. Es prepararse para dar un nuevo "gran salto" hacia delante en la evolución, donde el espíritu podrá
vencer a la materia, formándose una comunidad espiritual de alcance universal.
"En un grado muy general puede decirse (y aun debe decirse) que la investigación −definida como un
esfuerzo impreciso para descubrir incesantemente mejores disposiciones biológicas− representa una de las
propiedades fundamentales de la materia viviente. Tomada ahora más estrictamente en su sentido habitual de
tanteo reflexivo, la investigación es, una vez más, necesariamente, tan vieja como el despertar del
pensamiento sobre la Tierra. Y, sin embargo, considerada en la plenitud generalizada y consciente de sus
operaciones, la investigación (es esencial darse cuenta de ello) corresponde a un desarrollo completamente
reciente y extremadamente significativo de la hominización." ('El grupo...', p.116) .
La dedicación al crecimiento del conocimiento es, en realidad, la vocación más profundo del hombre, al
punto de que la supervivencia de la especie y su paso hacia una nuevo estado dependen de ello.
"La investigación es, en verdad, la forma nativa natural que reviste la energía humana en el instante crítico de
la liberación. Así se explica que en torno a la Tierra humana, a medida que progresa su unificación, se forme
una atmósfera, cada vez más densa y más activa, de preocupaciones inventivas y creadoras: vapor primero
inconsistente, se hubiera dicho, y como flotante a todo viento de capricho y de fantasía, pero medio
temiblemente irresistible, en realidad, a partir del momento en que, captado y preso en el torbellino de una
aspiración poderosa, empieza (como podemos comprobar de visu) a replegarse sobre sí, para atacar lo real
como un solo dardo, siguiendo una sola dirección concreta, no sólo para gozar o saber más, sino para ser
más." ('El grupo...', p.117).
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Si bien McLuhan quizá captó algo de ello al hablar de una fase final de "extensión de la conciencia", no
parece ocurrir lo mismo con Toffler.
Saber, poder y ser
Según Teilhard, saber más es el camino para ser más y en ello se juega el futuro: "El porvenir del mundo está
vinculado a cierta unificación social humana, que depende a su vez, en último extremo, del pleno juego, en
nuestros corazones, de ciertas atracciones hacia el ser−más, atracciones sin las cuales toda ciencia, toda
técnica, se deshacen sobre sí mismas." ('La activación de la energía', p.169).
Los expertos ya advierten acerca de la superabundancia de informaciones sin desarrollo del conocimiento, a
punto de que podría causar un retroceso del mismo, por falta de una adecuada organización de los procesos
de comunicación en intercambio. Éste es un nuevo desafío para el espíritu humano y la indicación de que
estamos en una verdadera crisis de crecimiento. Crisis en que solamente la fe
en el hombre y la fe en la energía vital que nos anima, el amor que es alfa y omega, puede conducirnos
adecuadamente para crear una nueva era, caracterizada por una mayor unión de las conciencias.
"Saber para ser", ésta es la razón última de la investigación y de las comunicaciones. Pero no todos tienen
conciencia de ello. Y en esto se diferencia, esencialmente, el pensamiento teilhardiano del pensamiento de
Toffler y de otros estudiosos de los actuales cambios culturales, para quienes "Saber es poder":
"A pesar de excepciones y desigualdades, contradicciones y confusiones, estamos presenciando uno de los
cambios más importantes en la historia del poder. Porque ahora resulta indiscutible que el conocimiento, la
fuente del poder de más alta calidad entre todos ellos, está cobrando inusitada importancia con cada
nanosegundo que pasa. Por lo tanto, el más importante de todos los cambios de poder no se produce de una
persona, un partido, una institución o una nación a otra. Es el cambio oculto en las relaciones entre violencia,
riqueza y conocimiento, a medida que las sociedades ganan aceleración camino de su colisión con el
mañana." (Toffler, 1990, p.539).
Aunque la era de la información, la "tercera ola", ha de producir grandes cambios sociales en la medida en
que el "poder" se estará trasladando hacia nuevos centros, la última palabra no puede ser reservada a algunos
nuevos "dueños" de este poder sino que ha de distribuirse pacíficamente por toda la noosfera:
"Viene el tiempo (y llegará) en que la masa se dará cuenta de que los verdaderos éxitos humanos son los que
triunfan de los misterios de la materia y de la vida. Se aproxima el momento en que el hombre de la calle
comprenderá que hay más poesía en un instrumento destinado a desintegrar los átomos que en un cañón.
Sonará, entonces, para el hombre, una hora decisiva: aquella en que el espíritu del descubrimiento absorberá
toda la fuerza viva contenida en el espíritu de la guerra. Fase capital de la historia en la que, al sumarse el
poder transformado de las armadas y los ejércitos con este otro poder que la máquina habrá liberado, una
marea irresistible de energías libres avanzará hacia los círculos más progresivos de la noosfera." ('La energía
humana', p.147) .
"El mundo (...) está en vías de reunir en sí los elementos de un cuerpo superior y nuevo. Toda la cuestión (...)
reside en que emerja pronto el alma que, con su aparición, vendrá a organizar, a aligerar, a vitalizar este
cúmulo de materia estancada y confusa. Pero esta alma, si existe, no puede ser más la "conspiración" de los
individuos, asociándose para elevar un nuevo piso al edificio de la vida. Los recursos de que disponemos hoy,
los poderes que hemos desencadenado, no podrán ser absorbidos por el sistema estrecho de los cuadros
individuales o nacionales de que se han servido, hasta ahora, los arquitectos de la Tierra humana.
(...) Hemos sido conducidos a (...) reunir piezas demasiado grandes para el uso que queríamos darles (...) La
edad de las naciones ha pasado. Se trata ahora para nosotros, si no queremos perecer, de sacudir los antiguos
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prejuicios y de construir la Tierra." ('La energía humana', p.40).
Está claro que la propuesta de Teilhard no es de tipo político, aunque apunta vagamente a algún tipo de
organización transnacional que eliminaría la necesidad de los recursos de fuerza (ejércitos). Su planteamiento
es esencialmente ético. Ha de implantarse lo que llama una "moral de movimiento", para la cual el supremo
criterio de bondad reside en la contribución al desarrollo del espíritu en la Tierra, a diferencia de la antigua
"moral de equilibrio", que apunta a un equilibrio estático entre derechos y deberes, lo cual limita la energía
humana en vez de dinamizarla (Cf. 'La energía humana', pp. 115−117).
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"Intentarlo todo y empujar todo hasta el final en la dirección de la mayor conciencia, ésta es, en un Universo
reconocido en estado de transformación espiritual, la ley general y suprema de la moralidad: limitar la fuerza
(a menos que no sea para obtener más fuerza todavía), ése es el pecado." ('La energía humana', p. 117)
El nuevo poder social habrá de estar, así, al servicio de ley suprema, favoreciendo la unión personalizadora y
propugnando la espiritualización.
Energía humana y teosfera
Entendiendo las telecomunicaciones como extensiones de nuestros sentidos como lo propuso McLuhan− y
viendo como su red cubre nuestro globo terráqueo, es casi imposible no compararlas con nuestro sistema
nervioso Pero se trata ahora de un super−sistema nervioso, que conecta el gran cuerpo de la Humanidad. No
sólo observamos una confirmación de la idea de McLuhan, sino de la hipótesis más antigua y más profunda
de Teilhard que, analizando el papel del Espíritu en el desarrollo de la humanidad, señaló la existencia de una
Energía unificadora, presente en la naturaleza desde la creación (Alfa) y conducente −irresistiblemente−
hacia una nueva realidad espiritual:
"Es, evidentemente, muy difícil (y un poco vano) intentar adivinar lo que será la Tierra después de la
duración de un período geológico. Pero un punto, al menos, parece estar fuera de duda por el análisis del
hecho presente: es que, a menos que nos resolvamos a admitir que el Cosmos es algo intrínsecamente
absurdo, el crecimiento del Espíritu debe ser tenido por irreversible. «El Espíritu, en su conjunto, no
retrocederá jamás.» Dicho de otra manera: «En un Universo de naturaleza evolutiva, la
existencia del Espíritu excluye, por estructura, la posibilidad de una Muerte en la que desaparecieran
totalmente (es decir, más exactamente, en la que no serían conservadas en lo más escogido) las conquistas del
Espíritu.» Tal es la garantía..." ('La energía humana', p.43)
Esta energía cósmica se transforma en el hombre y se manifiesta en él de una triple manera:
"a) La energía incorporada es aquella que la lenta evolución biológica de la Tierra ha acumulado y
armonizado gradualmente en nuestro organismo de carne y nervios: la sorprendente "máquina natural" del
cuerpo humano.
b) La energía controlada es aquella a la que, a partir de sus miembros, el Hombre llega a dominar
ingeniosamente a su alrededor con un poder físico, por medio de «máquinas artificiales».
c) La energía espiritualizada, en fin, es aquella que, localizada en las zonas inmanentes de nuestra actividad
libre, forma la materia de nuestras intelecciones, afecciones, voliciones...
Todo sucede, en suma, como si cada individuo humano representara un núcleo cósmico de naturaleza
especial, irradiando alrededor de sí ondas de organización y de alertamiento en el seno de la materia. Un
núcleo semejante, tomado con su aureola de animación, es la unidad de la Energía Humana." (La Energía
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Humana, pp.125−126)
Aquí está, por lo tanto, la respuesta −optimista− a las preguntas de Toffler:
"Los cambios tecnológicos y las agitaciones sociales actuales, ¿no significan el fin de la amistad, el
amor, el compromiso, la comunidad y la solicitud hacia los demás?" (1980, p.354)
No, no es el fin, aunque puede ser un período de crisis y, por lo tanto, de búsqueda y de vacilaciones. La
fuerza de unión propia de la energía cósmica, llegada al nivel consciente, no es otra que el amor, valor central
del cristianismo, que hace de esta religión la guía más indicada para que la Humanidad penetre en la nueva
era y pueda pasar, finalmente de la noosfera a la teosfera, Punto Omega de la evolución.
"En la riqueza creciente de su formulación, el amor no solamente totaliza las disposiciones psicológicas del
Mundo en un momento dado, sino que aclara y resume en él todos los esfuerzos del Pasado: las dos
condiciones esperadas por las que podríamos reconocer que representa realmente la forma buscada por la
Energía Humana... De donde, finalmente, la sugestión siguiente: Por dos puntos críticos, la Energía Humana
ha tomado ya la forma que le conocíamos en este momento: aparición, primero, de la Vida, de donde ha
salido la Biosfera; aparición, después, del Pensamiento, terminando en la Noosfera. ¿No estaría en
curso, desde el nacimiento cristiano del amor, una metamórfosis ulterior, la última: la toma de conciencia de
un "Omega" en el corazón de la Noosfera, el paso de los círculos a su centro común: la aparición de la
«Teosfera»?..." (La Energía Humana, p. 173)
Amor
Llama nuestra atención −como una posible característica de este fin de siglo− el hecho que científicos
dedicados a la física y a la biología hayan llega do −sin ninguna pretensión filosófica− a concluir, igual que
Teilhard, en la existencia de una energía de unión de carácter inmaterial. Biólogos y antropólogos han llegado
a la conclusión que, en el caso del hombre, el comportamiento que consiste en compartir no es de tipo
cultural sino que está biológicamente inscrito en la especie humana. A decir de Humberto Maturana, no solo
tenemos una tendencia innata a recolectar todo lo que podamos, sino también una tendencia innata a
compartir. Y la "mirada del otro" es determinante para "convencernos" a actuar de este modo (Maturana,
1990, p.80). Este autor coincide plenamente con Teilhard cuando escribe que la historia de los homínidos es
por esencia una historia basada en el compartir. Y agrega que
"El espacio social surge bajo la emoción de aceptación del otro, bajo el amor y cada vez que eso se acaba, se
acaba la dinámica social" (Maturana, 1990, p.95).
Pero la visión de Teilhard se extiende más allá de la biología, según el principio de que no existe nada que no
haya sido preparado en etapas evolutivas anteriores. Así, las cosas no tienen solamente una realidad "externa"
sino también una realidad "interna" −inmaterial−, que corresponde al aspecto síquico o espiritual de la
evolución que solo se hace patente, con claridad, en el Hombre.
"En su forma más general, y desde el punto de vista de la Física, el amor es la cara interior, sentida, de la
afinidad que une y atrae entre sí a los elementos del Mundo, centro a centro. (...) El amor es potencia de
enlace inter−céntrico. Por consiguiente, está presente (al menos en estado rudimentario) en todos los centros
naturales, vivos o pre−vivos, de que está formado el Mundo; representa también, entre esos centros, la forma
más profunda, más directa, más creadora de interacción que pueda concebirse." (La Activación de la Energía,
pp.73−74)
Extrañamente, estas líneas también recuerdan reflexiones semejantes de un gran investigador de la física
cuántica: David Ohm.
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"Ésa es mi propuesta: que la materia inanimada es una abstracción que obtenemos cuando abandonamos el
potencial de la vida. Pero tal vez haya algo más que un potencial. Tal vez exista una especia de energía viva
en toda la materia que se manifiesta en nosotros de ciertas maneras que no hace en la piedra. Si así fuese, si
existiese una especie de inteligencia generalizada a través de la naturaleza, resulta entonces que la
proposición especulativa de que la materia inerte puede responder a nuestro pensamiento no es tan ilógica.
Éste sería el dominio de lo paranormal.
Cuando llegamos a la llamada experiencia mística podría decirse también que esta unicidad se lleva al grado
n." (Citado por R. Weber en K. Wilber & col., p.241)
Así, varios científicos de hoy, que han reflexionado sobre la naturaleza de la materia o de la vida, no dudarían
en confesar con Teilhard que "El amor es la más universal, la más formidable y la más misteriosa de las
energías cósmicas." (La Energía humana, p.35)
Conclusión
El desarrollo del conocimiento y su difusión universal, a través de las nuevas redes y los nuevos medios de
comunicación están transformando claramente nuestro mundo. Surgen numerosas preguntas como también
enfoques pesimistas, que se derivan de ciertos comportamientos aberrantes explicables en época de crisis.
Pero también es importante reconocer la confluencia de la reflexión de científicos y de místicos que, desde
diversas disciplinas y, algunas veces sin contactos entre ellos, apuntan en el sentido de un crecimiento
espiritual de la humanidad.
El mismo Teilhard reconoce ser tributario de filósofos e investigadores de principios de este siglo como
Bergson y el doctor Carrel (cf. La Energía Humana, p.136). Pero la convergencia y las coincidencias se han
vuelto a producir después de la muerte de Teilhard, tal como lo muestran los autores que hemos citado. El
físico Fritjof Capra en un texto que resultó muy polémico en el campo de su especialidad ("El Tao de la
Física") emitió el planteamiento de la confluencia de la física y de la mística. Según él, si bien física y mística
dedican su atención a elementos diferentes y usan herramientas y técnicas diferentes, no tendría nada de
extraordinario que los mejores en ambos campos lleguen a conclusiones parecidas en torno a los principios
que sustentan la realidad que observan:
"La física cuántica es un modo no corriente de percepción mediante instrumentos muy sofisticados. Así que,
por un lado, tenemos científicos que experimentan en la materia con ayuda de instrumentos muy sofisticados,
y por otro místicos que experimentan en la conciencia con técnicas muy sofisticadas de meditación. Ambos
alcanzan niveles no ordinarios de percepción y en estos niveles no ordinarios parece que son muy semejantes
los modelos y principios de organización que observan." (Capra, citado por R. Weber en K. Wilber & Col., p.
268).
El planteamiento de Teilhard sobre "el Interior de las cosas" explica con toda claridad esta convergencia y
complementación de las diversas formas del conocimiento. No queda más, en consecuencia, que aceptar el
"desafío del cambio" y consagrarse, en lo posible, a la más noble tarea propuesta a la Humanidad: la
investigación. Pero ello exige, necesariamente, una conversión:
"Para sostener y prolongar el inmenso, incoercible y legítimo ímpetu de investigación en el que se encuentran
comprometidos en manera incomparable en nuestra época la mayor y la más viva parte de la actividad
humana, es necesaria una fe, una mística. Tanto si se trata de guardar para el hombre el gusto sagrado de su
esfuerzo, como si se trata de darle el desinterés requerido para una siempre
indispensable colaboración con sus semejantes, una religión es el alma biológicamente necesaria al porvenir
de la ciencia. Ya no hay humanidad concebible sin ciencia. Pero no hay ciencia posible sin una religión que
la anime. De esta religión en la ciencia, el cristianismo es una fórmula ejemplar. ¿Habrá que añadir
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que está en ella la fórmula necesaria, como si la Tierra no pudiera ir hasta el final en los desarrollos
auténticos de sus actividades más que convirtiéndose? Nos inclinaríamos a creerlo así, a juzgar por la náusea
y la desesperación ante el esfuerzo, tan francamente confesadas a nuestros días por no creyentes
particularmente lúcidos. No me atrevería a decidir. Queda (es lo menos que se puede decir) que el sabio
cristiano se presente ante todos como el mejor situado y el mejor armado para desarrollar en sí mismo, y para
propagar alrededor de sí, el tipo humano nuevo que hoy parece esperarse para hacer avanzar más lejos la
Tierra: el investigador que se consagre, finalmente, por amor, a las tareas de la investigación. No el adorador
del mundo, sino que el adorador de algo mayor que el mundo, a través, y más allá, del mundo en progreso.
No el Titán orgulloso y frío, sino Jacob luchando apasionadamente con Dios." (La Energía Humana,
p.195−196)
Esta aportación del Lic. Raymond Colle, resulta bastante esclarecedora acerca del panorama global y del
tema que nos ocupa, cuyo trabajo fue publicado en la Revista Latina de Comunicación Social. La Laguna
(Tenerife) − mayo de 1998 − número 5
Dicen que ha comenzado una nueva era: la era de la información y la comunicación. Muchos ven en ella la
solución a los límites del crecimiento a los que ha llegado la sociedad industrial. Creen que las autopistas de la
información incrementarán la competitividad de las empresas, permitirán una nueva forma de trabajo que dará
lugar a un nuevo crecimiento y mejorarán la calidad de vida de los particulares. La información, el
conocimiento y el ocio serán los recursos más decisivos para levantar las maltrechas estructuras laborales
actuales.
Pero la nueva era, pese a las fantasías de unos cuantos visionarios −cuya visión del negocio es lo único real−
no puede solucionar los problemas del agotamiento de los recursos y de la energía, los problemas relacionados
con el medio ambiente (desertización, escasez de agua, contaminación, gestión de residuos...), la
desestructuración del mundo laboral, las desigualdades sociales y otros muchos problemas que asolan el
Planeta en las postrimerías de esta era industrial. Al contrario, la era de la información nos conduce aún más
al consumo desmedido, al despilfarro energético y a la imposición de un modelo social y económico que
ahonda aún más las diferencias entre países pobres y países ricos, y dentro de estos últimos, dando privilegios
sólo a unos pocos.
La aldea global es una aldea desigual. Los mass media, controlados por los sectores económicos hegemónicos
de los países del Centro, reproducen y potencian el actual modelo económico, político y social basado en la
adoración al libre mercado. Hoy la información sigue estando manipulada, controlada, mercantilizada y más
homogeneizada que nunca por el pensamiento único de los grandes intereses políticos y económicos
hegemónicos. Las fusiones y las concentraciones se suceden a un ritmo vertiginoso. Las empresas de servicios
telefónicos se asocian a los grandes grupos de televisión, los mercaderes de la cultura y las grandes empresas
de informática con el fin de crear las superautopistas de la información. Sólo unos cuantos controlan todo el
mercado de la informática, la cultura, el ocio y las telecomunicaciones.
La era de la información no viene a sustituir a la era del capital, sino que por el contrario, la refuerza. La
comunicación llega hoy a cualquier punto del planeta y a millones de personas, pero no hemos de olvidar que
a las puertas del siglo XXI, la mitad de la humanidad no ha tenido, ni tendrá, acceso a un teléfono. Para
circular por las autopistas de la información hace falta pagar peaje.
La nueva era es una ilusión vana, una fórmula virtual que nos desvía de los problemas reales y nos convierte
en súbditos de un nuevo mercado que está estimado, rondará los 3 billones y medio de dólares en el umbral
del siglo XXI.
Del grafito al silicio lo único que han cambiado son las tecnologías y esas tecnologías forman parte de un
sistema económico y social determinado. Las tecnologías por sí mismas no pueden configurar una visión
social de la realidad, ni mucho menos llevar a su transformación. El desarrollo tecnológico no va parejo del
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desarrollo social.
Sirvámonos de los nuevos medios para hacer un mundo más justo y no para ahondar en la desigualdad.
Internet debe ser un nuevo medio de participación social en la lucha por una aldea global igualitaria que
respete la diversidad.
Como afirma Ignacio Ramonet, "instantaneidad, espectacularización, fragmentación, simplificación,
mundialización, mercantilización se han convertido en las características más destacadas de una información
estructuralmente incapaz de distinguir los verdadero de lo falso" (Medios de comunicación condicionados,
Cuatro Semanas, Abril 1994, p. 48). Ante este panorama tan desolador en el que la información se nos
presenta homogéneamente manipulada, desigual, desequilibrada, banalizada o mercantilizada, y al servicio de
los intereses políticos y económicos hegemónicos; y en la que el poder cuasi omnímodo de las grandes
transnacionales de la comunicación parece no dejar resquicios a la participación popular ¿qué hacer? ¿Apagar
nuestros aparatos de radio y televisión y hacer oídos sordos a la información mediatizada?
La verdadera lucha contra el poder desmedido de los medios de comunicación masivos no consiste solamente
en hacer oídos sordos a sus dictados o en criticar los excesos de la mediocracia y desenmascar sus métodos,
sino en crear los cauces para hacer posible una verdadera participación, utilizando los medios ya existentes o
creando nuevas vías de expresión.
El flujo informativo debe seguir unas corrientes de información pluridireccionales procedentes de diversas
fuentes: hacia arriba, hacia abajo y horizontalmente. Para que no se oigan sólo las voces de los grandes
imperios de la comunicación de masas, hoy más que nunca es necesaria la participación popular, de abajo
hacia arriba, para controlar los abusos del poder. La resistencia debe ser activa, los medios de comunicación
de masas no son una realidad que nos mediatiza y condiciona, sino que deben ser un espacio a transformar, un
medio para ganar y ejercer el espacio de poder que le corresponde realmente a la sociedad. Los colectivos
sociales deben ser capaces de generar sus propios mensajes y, en tanto que sujetos colectivos, tienen derecho a
que estos mensajes circulen por el espacio social a través de las redes masivas de comunicación.
Al actual debate entre medios de comunicación públicos y/o medios de comunicación privados, debe
añadírsele un tercer factor: las alternativas o iniciativas sociales.
Hay dos formas de participar activamente en el proceso comunicativo. Una es utilizar los cauces y medios
oficiales e institucionales con el objetivo de resistir a la comunicación oficial y dar una contrainformación a la
información dominante, y otra es crear y desarrollar medios de sustitución o alternativos a los medios oficiales
o privados. Crear nuevas vías de expresión basadas en la autogestión, esto es, crear nuestras propias redes de
comunicación.
Estas dos posturas son diferentes, pero ambas se oponen a las formas sociales, culturales y políticamente
hegemónicas que dominan los medios. Y ambas son necesarias.
Es imprescindible la creación y extensión de redes horizontales entre las comunidades culturales y étnicas,
entre los grupos sociales con comunes intereses sociales, profesionales, culturales, deportivos o artísticos y
entre los individuos de un mismo barrio o un mismo entorno laboral, para hacer posible la democratización de
la comunicación; que el individuo pase a ser un elemento activo, y no un simple objeto de comunicación; que
aumente la variedad de los mensajes intercambiados; que aumente el grado y la calidad de la representación
social en la comunicación; y que exista una participación directa.
Durante el franquismo la intervención del Estado impuso una información homogénea e incontestable en la
que todos los medios se pusieron al servicio del poder, pero incluso en esas condiciones fue posible la
existencia de medios clandestinos discordantes que hacían oír su voz.
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En el postfranquismo, la explosión de las libertades hizo que proliferasen las radios libres, los diarios
autogestionados, los comics alternativos, los vídeos y publicaciones contraculturales, etc. Había que cambiarlo
todo y contribuir al pluralismo y la pluralidad comunicativa. Pero la cultura participativa parece hoy haber
muerto con la derrota de la utopía y se habla de la descomposición del tejido asociativo y de la
desmembración de los movimientos sociales.
Pero el tejido social se va construyendo también, a través de la participación popular en actividades festivas,
culturales y reivindicativas, y el trabajar en los medios de comunicación alternativos es una buena oportunidad
para participar en una tarea creativa, de disfrute y de reivindicación. Definir nuestro modelo de comunicación
y llevarlo a la práctica, equivale a expresar en qué sociedad queremos vivir, qué tipo de cultura queremos
construir y qué relaciones humanas consideramos más justas. Los medios de comunicación deben ser un
espacio para la transformación hacia esa sociedad más justa, libre e igualitaria.
Desde siempre las comunidades y los individuos han tomado también iniciativas para crear sus propios
medios paralelos a los medios de comunicación de masas, aunque se trate de una alternativa minoritaria:
carteles, murales, octavillas, revistas y periódicos, exposiciones, charlas, festivales, emisoras de radio, etc. Y
hoy es posible la utilización de otros medios como Internet.
Las organizaciones sociales deben participar activamente en la expresión de su propia existencia y de sus
necesidades específicas y para ello deben crear unos medios de comunicación propios o facilitar su acción en
los medios de comunicación ya existentes. Es un modo de participación activa y democrática en las decisiones
y las actividades.
La mayoría de los medios alternativos hacen más hincapié en el contenido que en la forma (pues los profanos
compiten con unas condiciones profesionales y económicas que no pueden igualar) y en la información social
más que en el esparcimiento (reivindican la vuelta a la función social de los medios).
El identificar a las nuevas tecnologías con el poder nos conduce a rechazar su utilización, pero la técnica no es
ni buena ni mala en sí misma. Sus bondades o maldades dependen de su uso y su existencia sí nos puede ser
útil para hacer circular también nuestras informaciones.
Las tecnologías están en manos de gigantescas empresas multinacionales que son las únicas que pueden hacer
frente a las astronómicas cifras que suponen los medios de comunicación masivos actuales, incluso los
Estados se ven hoy incapaces de soportar tales gastos, y por eso se establece una relación simplista que ve una
lucha entre la tecnología dominadora de las masas y el Estado protector de las mismas. En ese duelo, el papel
de la gente es el de simples observadores, no participantes activos. Pero de lo que se trata es de que la
sociedad recupere ese poder y, si bien es cierto que las nuevas tecnologías acentúan las divisiones de la
sociedad en clases, también pueden ser un instrumento valioso para acabar con esas divisiones.
La multiplicación geométrica de las capacidades de los canales de transmisión: conexión entre ondas
hertzianas, cables, satélites y redes integradas de servicios de información hacen que en esta sociedad
multimediática también sea posible la descentralización.
La izquierda no debe limitarse a una labor de denuncia de las nuevas tecnologías, sino que debe hacer un uso
alternativo de ellas, atendiendo y favoreciendo los intereses de la comunidad.
Las radios libres, la televisión por cable, el ordenador, el videotex, el videodisco o Internet, pueden ser
instrumentos básicos para la enseñanza, la comunicación interpersonal o la comunicación dentro de la
comunidad o fuera de ella.
Debido a la modernización de las tecnologías de la comunicación, el control popular resulta a la vez más vital
y más difícil. Los progresos técnicos pueden llegar a ser obstáculos o amenazas para la democratización de la
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comunicación, pero al mismo tiempo, esos nuevos servicios pueden desembocar también en unas estructuras
descentralizadas y más democráticas. A la contrainformación se puede acceder a través de redes telemáticas y
de las autopistas de la información, como en el caso de Internet.
Muchos reportajes que han sido censurados por la prensa o las televisiones oficiales, pueden darse a conocer
gracias a Internet y a un proyecto de la Universidad californiana de Sonoma, que lleva funcionando desde
finales de los años 70. Se trata de "Proyecto censurado", una investigación anual sobre el comportamiento de
los medios de comunicación occidentales y su repercusión en la opinión pública. Un jurado compuesto por 20
personas (entre los que se encuentran por ejemplo, Noam Chomsky, del Massachusetts Institute of
Technology, y Herbert I. Shiller, profesor de comunicación de la Universidad de California) se encarga cada
año de evaluar una media de 700 reportajes que los periodistas hacen llegar a "Proyecto Censurado". Casi
todos los reportajes tienen que ver con la actividad de la prensa, la radio o la televisión norteamericanas, pero
también reciben aquellos reportajes de singular relevancia social que hayan sido censurados en cualquier otra
parte del mundo.
Ejemplos de estos reportajes, que son dados a conocer mediante Internet, son una cinta grabada en las alturas
de una batalla aérea en la Guerra del Golfo, que demostraba las mentiras de la Administración Bush al
asegurar que los bombardeos sobre Iraq eran selectivos y que no produjeron casi daños a la población civil; o
un reportaje de 1.994 que demostraba la existencia de un plan secreto del Pentágono para apoyar
económicamente, con dinero de los contribuyentes, a empresas fabricantes de armas.
También los habitantes de Sarajevo, sitiados durante más de 3 años por la guerra, pudieron romper la
incomunicación y el silencio al que les condenaba la guerra, gracias al proyecto "Sarajevo vivo, Sarajevo en
línea", que pretendía conectar a sus habitantes con el resto del mundo gracias a la red informática Internet.
Para superar los graves problemas de infraestructura existentes, ya que en Sarajevo no funcionaban las líneas
telefónicas exteriores, cuatro periodistas equipados con sistemas de transmisión por satélite fueron enviados a
la capital Bosnia. Dos medios locales, el diario Oslobodenje y la emisora de radio Studio 99, recorrieron las
principales calles, mercados, cafés y hospitales de Sarajevo, para recabar las respuestas de los ciudadanos a
las preguntas planteadas desde cualquier parte del mundo. La conversación informática duró 10 días, pero el
proyecto continuó durante todo el tiempo que duró la guerra bajo el lema: Modems para Sarajevo.
En España, NODO50, Altercom, Pangea, Iepala y Euskalnet son entidades, entre otras muchas, que se
encargan de transmitir la contrainformación por cable. La red telemática NODO50 nació en 1.994 dentro de la
campaña 50 Años Bastan, para dar contestación al 50 aniversario de las instituciones de Bretton Woods:
Banco Mundial y Fondo Monetario Internacional, que celebraron ese año en Madrid su Asamblea Conjunta
Anual. Su temática gira alrededor del movimiento alternativo, ecologista, de solidaridad, de autogestión y de
la economía alternativa.
También existen productoras audiovisuales como la productora Fendetestas, de carácter libertario; o el Equipo
de Comunicación Educativa (ECOE), que ha realizado varios vídeos sobre las poblaciones indígenas de
Chiapas.
Las radios libres han sido uno de los medios alternativos más utilizados y con mayor raigambre. En Madrid
destacan Radio Carcoma, la Emisora Libre de Orcasitas (ELO) y Onda Latina.
En España existen más de 500 televisiones locales. En Madrid superan la veintena, de las cuales sólo una es
municipal (Canal Norte TV de San Sebastián de los Reyes), las demás han surgido de la iniciativa privada,
aunque muchas reciben subvenciones de la administración. Emiten entre 2 y 24 horas diarias, aunque la media
se sitúa en las 8 horas. La mitad corresponden a programas de producción propia, sobre todo informativos,
debates, retransmisiones locales deportivas, de grupos de teatro de la zona, etc. Y subsisten gracias a las
aportaciones de los socios y a los ingresos por publicidad.
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Tele K, la televisión de Vallekas, un barrio madrileño con gran tradición en la cultura popular alternativa, se
sintoniza en el Canal 30 de UHF. En la programación de esta televisión local, participativa y realmente
interactiva, los programas culturales y sociales priman sobre la política. Se presentan libros, estrenos teatrales,
actos de solidaridad, festivales contra el racismo, la intolerancia o la xenofobia, manifestaciones y
convocatorias de carácter alternativo.
El objetivo de Tele K no es ni mucho menos el afán lucrativo, pero acepta pequeños anuncios publicitarios
que casi siempre se circunscriben al ámbito comercial del barrio y que les ayudan a autofinanciarse.
Como diche Moncho Alpuente, "la mejor fórmula para luchar contra los males de la telebasura no es
desconectar el aparato, sino crear una, cien, mil pequeñas televisiones libres de cadenas y de trabas". "La
televisión vecinal se ha convertido en una alternativa real y liberadora para los habitantes de Vallecas, un
oasis familiar en la desértica e impersonal parrilla de la programación habitual, una ventana abierta a un
mundo que empieza en el patio de casa".
En Estados Unidos las cadenas indepedientes alternativas más famosas son la Tiger Papel Television y la
Deep Dish Tv, que tienen como objetivo dar un discurso diferente al ofrecido por los medios de comunicación
de masas. La Tiger Paper en su programa "Traed las tropas casa", concebido como un proyecto televisivo
contra la Guerra del Golfo, puso en contacto vía satélite a localidades de todo el país para que los vecinos
dieran su opinión sobre la guerra. Por su parte, la Deep Dish en "La Nación entra en erupción" trató los
incidentes producidos en Los Angeles, en un programa elaborado por un colectivo de artistas africanos,
latinos y americanos.
También existen otros medios alternativos que no necesitan mucho presupuesto, ni canales de transmisión o
tecnologías sofisticadas. En Madrid, la agencia UPA elabora boletines diarios con información sobre
convocatorias y actividades que tienen que ver con movimientos sociales libertarios, de okupación,
insumisión o colectivos de gays y lesbianas.
Las publicaciones periódicas son otro medio indispensable para que las organizaciones sociales, sindicales, de
consumidores y usuarios, vecinales, etc. den a conocer sus actividades o faciliten información sobre los temas
de interés que no son tratados por los medios masivos. La edición de boletines, revistas, periódicos o comics
es una labor colectiva necesaria que no supone disponer de excesivos fondos.
Los grupos sociales tampoco deben renunciar a utilizar los medios masivos para divulgar sus informaciones,
ya que no pueden olvidar que los mass media son los que llegan a mayor número de personas. Un claro
ejemplo de esta utilización lo podemos encontrar en las espectaculares acciones de Greenpeace que,
difundidas por todos los medios de comunicación, causan un gran impacto en la sociedad.
Las organizaciones no gubernamentales a veces han abusado de una utilización y de una publicidad
descarnada o sensiblera al darse cuenta de que la solidaridad se despierta con las crueles imágenes del hambre,
la muerte, las masacres y la violencia mostradas en vivo y en directo a través de la televisión. Los medios de
comunicación de masas saben cómo apelar a los sentimientos y a las conciencias de los televidentes. El
problema es que muchas ONG's nacen al amparo de los medios de comunicación masivos cuando éstos se
hacen eco de algún conflicto de los países "en desarrollo", pero estas mismas organizaciones desaparecen
cuando los medios de comunicación se desentienden y olvidan por completo tales conflictos. Su único
objetivo es la publicidad. Las imágenes de Bosnia, Ruanda o Somalia han engrosado las cuentas corrientes de
muchas organizaciones de carácter supuestamente "humanitario", que a veces enmascaran a organizaciones
fantasmas o son organizaciones montadas desde el poder y que disfrazan su carácter gubernamental o
partidista bajo las siglas de ONG. Hasta la solidaridad se vende hoy a través de las pantallas de televisión.
Sirvámonos de los antiguos y de los nuevos medios para hacer oír nuestras voces y para construir un mundo
más igualitario y más justo, que respete la diversidad.
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Una Sociedad Global
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