13 Con las botas puestas en la tierra

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Con las botas puestas
en la tierra
E
l 5 de mayo de 2013 se
hizo pública una carta
de felicitación de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO),
al Comandante en Jefe Fidel
Castro Ruz, por el rol desempeñado en los éxitos de Cuba en
la lucha contra el hambre y la
desnutrición.
La misiva de José Graziano
da Silva, director general del organismo, refería la intervención
de Fidel en la Cumbre Mundial
sobre la Alimentación (Roma,
1996), donde dijera: “Las campanas que doblan hoy por los
que mueren de hambre cada día,
doblarán mañana por la humanidad entera si no quiso, no supo o
no pudo ser suficientemente sabia para salvarse a sí misma”.
Aquella ocasión en que el líder
cubano dirigió una mirada hacia
el futuro de los seres humanos,
no era un hecho aislado. Durante más de 50 años ha estado dedicado a perfilar sus conceptos
sobre el desarrollo económico y
científico de la agricultura, y a
ponerlos en práctica como políticas que incluso han abarcado
lo social y lo cultural.
Por CARIDAD CARROBELLO
fundios, muchos de los cuales
se mantenían improductivos.
A la vez, los trabajadores del
campo vivían en la más aguda
miseria y eran desalojados de
sus asentamientos.
En La historia me absolverá,
alegato de defensa tras el asalto al Moncada, el Comandante
en Jefe Fidel Castro argumentó la necesidad de la Reforma
Agraria, con el fin de entregar
la tierra a quienes la trabajaban sin poseerla, así como para
erradicar el analfabetismo, las
enfermedades y la pobreza en
los campos.
Ya en la Sierra Maestra, el
10 de octubre de 1958, Fidel
promulgó la Ley No. 3 del Ejército Rebelde sobre el Derecho
de los Campesinos a la Tierra,
conocida como Ley Agraria del
Ejército Rebelde, que concedía
la propiedad a quienes cultivaban terrenos del Estado, y a los
aparceros, arrendatarios, precaristas y colonos que producían en áreas privadas de hasta
cinco caballerías.
Poco después Fidel rubricó
la Ley de Reforma Agraria, en
La Plata, Sierra Maestra, el 17
de mayo de 1959. El documento establecía un máximo de
posesión de la tierra de 30 caballerías (402 hectáreas); este
límite aún era relativamente
amplio.
Se creó el Instituto Nacional
de la Reforma Agraria (INRA)
para aplicar las medidas revolucionarias, especialmente la Ley
de Reforma Agraria. El propio
Fidel fue nombrado Presidente
del INRA, desde su creación, y
se mantuvo como tal durante
una larga etapa. Entonces trazó personalmente la estrategia
de desarrollo integral mediante la diversificación agrícola y
ganadera, la especialización, y
la concentración estatal de la
producción.
En 1961, surgió la Administración General de Granjas del
Pueblo, concebidas como haciendas de propiedad del Estado, al confiscarse las tierras de
los latifundios. Se iniciaron asi-
UN POCO DE HISTORIA
Desde la etapa del colonialismo español, Cuba fue suministradora de productos como
azúcar, café, tabaco, maderas
y cueros. En lo fundamental
se vendían como materias primas baratas. Esta economía,
básicamente monoproductora
y monoexportadora, se acentuó
durante los gobiernos neocoloniales, que ayudaron a la penetración yanqui en la agricultura
de la Isla.
Bajo el dominio extranjero y
de la burguesía nacional, fueron
estableciéndose extensos lati-
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Fidel ayuda a la evacuación y socorro de la población desde los inicios del ciclón Flora. A partir de este momento se acomete la politíca
de voluntad hidraúlica, decisiva para el desarrollo del país.
Agosto de 2016
mismo las cooperativas arroceras y cañeras en los latifundios
expropiados.
SUEÑOS HECHOS
REALIDAD
Otras acciones socioeconómicas hicieron realidad las promesas de Fidel en el Programa del
Moncada: la creación del Departamento de Créditos del INRA,
que posteriormente pasó a ser
regido y administrado por el Banco Nacional de Cuba; así como la
fundación del Departamento de
Asociaciones y Cooperativas de
Consumo y Producciones Agrícolas, Comerciales e Industriales (adscrito también al INRA),
para establecer las primeras
Tiendas del Pueblo donde irían a
comprar los campesinos.
La Ley de Reforma Agraria contemplaba la creación de
Cooperativas de Consumo, para
terminar con la explotación en
los precios de víveres, ropa y
otros productos de primera necesidad en el campo y recibir
créditos para la producción.
Por otra parte, para mejorar las
condiciones de vida campestres
fueron edificados viviendas,
centros escolares y hospitales.
En 1960 comenzó el Servicio
Médico Social Rural, y al año siguiente, el programa de Educación Obrero-Campesina (EOC)
para que los adultos prosiguieran sus estudios hasta el sexto
grado de escolaridad.
El plan de educación Ana
Betancourt para 50 mil campesinas, escuelas de inseminación y de mecánicos de máquinas agrícolas, y mil becas en
la URSS para que los jóvenes
campesinos estudiaran temas
relacionados con la agricultura, posibilitaron elevar los conocimientos de quienes antes
fueron discriminados.
En 1963 se promulgó la Segunda Ley de Reforma Agraria, que liquidó casi totalmente
el régimen de explotación de la
burguesía agraria. Al dejar la
propiedad solo hasta 67 hectáreas. Así el fondo de tierras propiedad de todo el pueblo se elevó
al 70 por ciento de la superficie
agrícola del país. El resto de la
Edición extraordinaria
tierra quedó en manos de pequeños y medianos agricultores.
MIRADA AL FUTURO
Desde temprano Fidel supo
que para hacer avanzar la Revolución había que contar con
los campesinos. En 1961, la antigua Asociación de Colonos pasó
a ser la Asociación Nacional de
Agricultores Pequeños (ANAP).
Tras la segunda ley de reforma de la tenencia de la tierra,
comenzó el proceso de estructuración de las agrupaciones y
empresas agropecuarias.
Fidel, como Presidente del
INRA, y con la colaboración de
Antonio Núñez Jiménez, Carlos
Rafael Rodríguez, el Che y demás dirigentes y funcionarios
del organismo, dirigió y aplicó
los Programas de Desarrollo
técnico y social. Entre estos se
destacan los de la producción de
arroz, tabaco, cítricos, viandas,
ganadería vacuna, porcina y avícola, así como la mecanización
agropecuaria, aviación agrícola,
riego, servicio veterinario, forestal, viales, embalses, electrificación, viviendas y comunidades,
capacitación, formación de cuadros, entre otros.
Cabe destacar la creación de
institutos de investigación agropecuaria y otros centros científicos y de desarrollo, como la
Empresa Cubana de Productos
Veterinarios (Cubavet), el Grupo Empresarial Labiofam, y
el Centro Nacional de Sanidad
Agropecuaria (Censa).
Durante el quinquenio 19661970 se ejecutó un plan de desarrollo de la industria azucarera,
para elevar la capacidad instalada, sustituir los equipos fabriles
obsoletos, introducir adelantos
técnicos en la siembra, mecanización, cultivo y cosecha de la
caña.
En esta etapa fue importante el aprovechamiento de
los subproductos y derivados
agroazucareros para la alimentación animal, como la miel final (melaza); levadura torula;
miel proteica; bagacillo y urea
para alimento de cerdos, y la
caña triturada para el ganado.
La Ley 1323 de 30 de noviem-
bre de 1976 extinguió oficialmente el INRA, y se institucionalizó
en su lugar el Ministerio de la
Agricultura. A partir de 1988 se
desarrolló el Programa Alimentario con vistas a garantizar la
producción de huevos, carne de
ave y porcina, leche, viandas y
hortalizas, plátano de altos rendimientos, arroz y frijol.
Muy notoria fue la introducción de la biotecnología para la
reproducción acelerada de posturas de distintos cultivos. Y
para contrarrestar los efectos
de plagas y enfermedades se
decidió ampliar la capacidad de
los Centros de Reproducción
de Entomófagos y Entomopatógenos (CREE).
El período especial fue una
dura etapa que frenó muchas
de las estrategias trazadas por
la Revolución y su principal impulsor, Fidel.
A partir de 1989, el brusco
descenso de las importaciones
y la carencia de los recursos
energéticos llevaron a nuevas
acciones que garantizaran la
alimentación del pueblo, como la
creación de las Unidades Básicas de Producción Cooperativa
(UBPC) a partir de las tierras
de algunas empresas agrícolas,
el surgimiento de la agricultura
urbana y suburbana, la entrega
en usufructo de pequeñas parcelas para el autoabastecimiento, el uso de la tracción animal y
el empleo de fuentes renovables
de energía (biogás, molinos de
viento), entre otras. Más adelante se autorizó entregar las
áreas estatales ociosas, en concepto de usufructo, a personas
naturales o jurídicas.
El máximo líder de la Revolución, aún después de hacer
dejación de sus responsabilidades como presidente del
país, en 2008, no ha cesado en
insistir en la conveniencia de
impulsar la producción de alimentos saludables para el pueblo, y en salvar a la humanidad
del flagelo del hambre y la desnutrición.
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