Regroupement Education Pour Toutes et Tous Manifiesto por una educación pública, gratuita y de calidad para todos y todas en Haití Puerto Príncipe, 24 de Mayo de 2012 Nosotros y nostras, participantes del SEMINARIO INTERNACIONAL Derecho Humano a la Educación en Haití: Retos y Horizontes, promovido por la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación y el Regrupment Education pour toutes et Tous, reunidos entre el 22-24 de mayo del 2012 en Puerto Príncipe, hacemos público este manifiesto. Teniendo en cuenta que: Que la educación pública, gratuita de calidad para todos y todas es un derecho humano fundamental y el Estado es su garante y está obligado a respetarlo, protegerlo y realizarlo sin discriminación. Que la Constitución de Haití de 1987 afirma la educación como derecho humano fundamental y el Estado como su garante. El derecho humano a la educación ha sido consagrado también en numerosos instrumentos internacionales de los que Haití es parte, tales como la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948), la Convención Internacional para la Eliminación de Toda Forma de Discriminación Racial (1965), la Convención para la eliminación de todas las Formas de discriminación contra las mujeres (CEDAW, 1979) y la Convención de los Derechos de los Niños (1989). El Parlamento haitiano ha aprobado recientemente otro tratado internacional que consagra el derecho humano a la educación, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1966). Que la educación de la populación es un acto de soberanía y que no debe ser dependiente de entidades extranjeras ni en su orientación, ni en su financiamiento, ni en su contenido, ni en su modalidad Que debido a su condición de derecho humano fundamental, la educación no puede ser reducida a una mercancía ni a un negocio, ni orientada por intereses de mercado y de lucro, ni reducida a caridad o beneficencia. Contemplar la educación como bien de consumo o como caridad atenta contra su carácter de bien público y colectivo. Que al ser la realización del derecho humano a la educación una obligación del Estado, el sistema educativo público debe proveer y financiar la educación, y el Estado regularlo adecuadamente, dando respuesta de manera directa a la demanda educativa de la ciudadanía. En este sentido, el Estado no debe transferir esas responsabilidades a privados, sean estos ONGs, empresas o comunidades, y tampoco debe transferir recursos públicos a iniciativas privadas, sobre todo en casos como el haitiano donde el sistema público todavía se encuentra en una situación de absoluta precariedad. Que las dramáticas pérdidas humanas y materiales ocasionadas por el terremoto del año 2010 se suman a un déficit histórico en la educación pública del país. En Haití, más de 500,000 niños en edad de escolarización obligatoria están excluidos del sistema educativo y la tasa de analfabetismo absoluto está por encima del 50%. Que Haití nunca ha contado con un sistema público que garantice la educación de calidad para todos los haitianos/as. A pesar de ser el primer país de la región en contar con una ley de instrucción pública – que, por cierto, nunca se implementóactualmente es el único país que no cuenta con una Ley General de Educación. Que el nivel de privatización educativa es de los más altos del planeta. El 92% de las escuelas del país son privadas. Dichas escuelas cobran una media de 70$ anuales. Se trata de un precio prohibitivo para la mayoría de familias haitianas, en un contexto en el que el 78% de la población vive con menos de 2$ al día. Que los equipamientos educativos del país se encuentran en condiciones indignas y muy a menudo insalubres. Los niveles de masificación en las aulas son elevadísimos, alcanzando una media de 225 alumnos por aula en zonas rurales. Asimismo, las condiciones de trabajo y de vida del personal docente son precarias e inaceptables, con salarios muy bajos, niveles de formación y materiales educativos insuficientes y ausencia de seguridad social. Además, la discriminación en la educación es muy grave, afectando especialmente a las mujeres, a la población rural, a la población con menores ingresos, a las personas con discapacidad y portadores del VIH y a las víctimas del desplazamiento derivado del seísmo. El hecho de que la educación no se imparta en creole discrimina a la mayor parte de la población, que tiene esa lengua como materna. La Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE) y la REPT hacen público sus demandas por: -El cumplimiento inmediato por parte del Estado Haitiano de su obligación de asegurar la educación pública en todos los niveles, empezando por la primaria obligatoria y garantizando progresivamente también el acceso a educación secundaria, terciaria y a la educación en la primera infancia así como la educación de personas jóvenes y adultas; -El fortalecimiento del sistema público y gratuito de educación, con la dotación de escuelas en todas las regiones del país, con personal docente y toda la infraestructura y materiales necesarios, incluyendo la construcción de nuevas escuelas donde sea necesario. Este sistema público debe tener una educación orientada al pleno desarrollo de la personalidad humana y del sentido de su dignidad, debe fortalecer el respeto por los derechos humanos y las libertades fundamentales, además de capacitar todas las personas a participar efectivamente y responsablemente en una sociedad libre, democrática y justa. La escuela debe cumplir un papel transformador, educar en derechos humanos y potenciar el ejercicio de la ciudadanía. Los principios y contenidos que informen el sistema educativo deben ser definidos a través de un debate nacional amplio y participativo que convoque e involucre la ciudadanía haitiana. -La implantación y desarrollo masivo de estructuras educativas estables, permanentes para que la población pueda educarse, formarse. -El rechazo de toda forma de discriminación en el acceso al sistema educativo y en el propio ámbito de la educación. En particular, el Estado debe velar por la erradicación de toda forma de discriminación de género, incluyendo la violencia y el abuso sexual en el ámbito educativo. En el mismo sentido, el Estado debe adoptar medidas positivas para garantizar el acceso igualitario al sistema educativo de grupos sociales desfavorecidos, como las personas con discapacidad, las personas en situación de pobreza extrema y las personas desplazadas a raíz del seísmo, y velar por la erradicación de las disparidades geográficas en materia educativa. - Un sistema educativo haitiano que desarrolle la cultura haitiana, identifique y promueva el desarrollo y preservación de los potenciales humanos y ambientales del país. -El sistema educativo haitiano debe reconocer la realidad lingüística del país, en el que la toda la población tiene el creole como lengua materna. La educación debe impartirse en creole, más allá de asegurarse la enseñanza del francés o de otras lenguas extranjeras. La enseñanza prioritaria en una lengua que la mayoría de la población no habla como lengua materna genera jerarquías discriminatorias, diferencias sociales injustificables, estigmatización y marginación contra aquellas personas que sólo hablan la lengua autóctona y perjudica el desarrollo y la transmisión del creole como patrimonio cultural de la comunidad. -La adopción de un marco legal e institucional a través del cual el Estado promueva el fortalecimiento y consolidación de un sistema público de educación, y asuma además un papel regulador y de supervisión efectiva de todo el sistema educativo, incluyendo la educación privada. -La convocatoria a un debate público que asegure una amplia participación ciudadana en la formulación y aprobación de una ley general de educación, que garantice el derecho humano a la educación de acuerdo a los principios enunciados anteriormente. Asimismo, se demanda la inmediata entrada en vigor de la Ley de Costos Educativos ya aprobada por el parlamento y todavía no promulgada por el Poder Ejecutivo. -El cumplimiento incondicional del principio de gratuidad de la educación pública primaria, y su introducción gradual en la educación pública secundaria y superior, bien como de la primera infancia. La gratuidad incluye la exención tanto de costos directos como indirectos. La obligación de gratuidad no se satisface con la subvención de escuelas privadas, como se sugieren en proyectos de organismos financieros internacionales, la cual viene a fortalecer el sistema privado de educación en el lugar del sistema público. -El rechazo a la creciente privatización de la educación y a los proyectos de organismos financieros internacionales que los impulsan. La privatización no ha demostrado ser un medio efectivo para garantizar la realización del derecho humano a la educación, ya que genera estratificación en el sistema educativo, aleja la ciudadanía de la definición de su sentido y contenido y, lejos de lograr mayor igualdad y erradicar la discriminación, genera desigualdad e inequidad. Haití no debe asumir modelos educativos que ya han fracasado en otros países. -La exigencia de financiamiento estatal que garantice la realización del derecho a la educación para todos y todas, incluyendo la disponibilidad, accesibilidad, aceptabilidad y adaptabilidad de la educación, y la necesaria vigilancia por parte de la sociedad civil para asegurar el oportuno y eficiente uso del presupuesto. El financiamiento público debe ser suficiente para garantizar el derecho humano a la educación en todas sus etapas y modalidades, incluyendo el financiamiento de la educación superior. -El cumplimiento de las obligaciones estatales en materia de condiciones laborales y un nivel de vida adecuados para el personal docente, incluyendo la definición de salario de una base que valorice esa actividad indispensable para la satisfacción del derecho a la educación, y el derecho a la formación y capacitación profesional. -La adecuación de la cooperación y asistencia internacional a los Principios de la Declaración de París sobre la Eficacia de la Ayuda al Desarrollo. La cooperación y asistencia internacionales debe estar dirigida a potenciar y no a socavar la capacidad del Estado de cumplir con sus obligaciones en materia de derechos humanos bien como respetar la soberanía de los Estados y su ciudadanía. La Cooperación internacional viene favoreciendo al sector privado en un escenario en donde la situación de emergencia del país se volvió un mercado lucrativo. -El rechazo enfático a la criminalización de los activistas y movimientos sociales que ejercen su legítimo derecho de libertad de expresión, de manifestación, de asociación, de reunión, de crítica al gobierno y de petición. El Estado tiene la obligación incondicional de proteger el ejercicio de esos derechos, y por ende no existe justificación alguna para el uso de la fuerza pública y del poder penal del Estado para reprimir las manifestaciones de protesta o descontento social y las críticas al gobierno, incluyendo las reivindicaciones relativas a la educación. Hacia futuro, la CLADE y la REPT se comprometen a: Sensibilizar la sociedad haitiana, bien como la de otros países de América Latina y del mundo, sobre la problemática que vive el pueblo de Haití, sobre la urgencia de desarrollar un sistema público de educación y sobre la fuerza de resistencia su pueblo en la lucha por la realización de sus derechos humanos. Ampliar nuestra articulación con otros actores y movimientos sociales del campo de los derechos humanos, con el movimiento sindical y estudiantil, bien como con el campo académico tanto de Haití como de otros países, una lucha colectiva en favor de las demandas descriptas arriba, centradas en el desarrollo de la educación pública, gratuita y de calidad para todos y todas. Seguir organizándonos, movilizándonos y promoviendo procesos de incidencia política destinados a asegurar por parte del Estado Haitiano la realización del derecho humano a la educación desde el desarrollo de un sistema público de educación, lo que incluye incidir sobre los actores de la cooperación internacional y de las instituciones financieras multilaterales. Autentifican este documento la coordinación general de CLADE (Camilla Croso) y REPT (William Thelusmond)