¿Qué es el Arte? Diversas teorías Habrá poca gente que en un momento casual de su vida no haya sentido una determinada experiencia o emoción gozosa que no tiene que ver con el estómago (comida) o el bajo vientre (apetito sexual). Nos referimos al sentimiento de lo bello y sus posibles manifestaciones; eso que llamamos arte. A lo largo de la historia el arte ha significado cosas distintas dependiendo de la época y de la cultura: Al principio podría reflejar temores, esperanzas, ilusiones o deseos insatisfechos; otras veces ha pretendido entretener y reflejar los valores que sustentan al grupo o cultura de la que se trate, y en la muchas ocasiones ha surgido como necesidad religiosa o de escenificar o ritualizar la vida cotidiana. En la época clásica y hasta el siglo XIX parece que se tenía relativamente claro lo que era arte y lo que no. Con la aparición en el siglo XX de manifestaciones culturales nuevas, tales como el cine, la fotografía, el comic y el hecho de que haya cambiado la forma de presentar en las galerías de arte los productos artísticos (por ejemplo, hace no mucho pudimos ver en Laboral Centro de Arte, un montón de cascotes y ladrillos desgajándose de un muro en pedazos en medio de la sala, colocado de tal forma que pudiera observarse la desfragmentación del muro congelada) que nos sugieren que cualquier cosa puede ser considera arte, ¿o no? Esto nos lleva a la pregunta con la que empezábamos, ¿en qué consiste la dimensión artística de un objeto, un texto, un sonido o un movimiento? De la respuesta a esa pregunta se ocupa la Estética, disciplina filosófica que pretende explicar cómo se produce la síntesis entre la materia de la que está hecha una obra y la forma que le da sentido y originalidad, como para que la consideremos única, es decir, una obra de arte. Estructura de la obra de arte Para poder clasificar algo como obra de arte algunos filósofos de tendencia fenomenológica afirman que hay que prestar atención a los distintos niveles o planos desde los que puede ser analizada. Así, Michel Dufrenne distingue estos cuatro: -Material: De lo que está hecho el objeto o fenómeno artístico. Siempre hay algo “físico” que manipular, de lo que partir (mármol, lienzo, cartón, material desechable, cuerpo en movimiento, instante que fotografiar…). -Sensible: Al elegir el material, de alguna forma el artista está también eligiendo cómo y a donde pretende llegar. No es una elección casual que se use madera, hierro, barro o granito, por ejemplo; el uno da calor, los otros dan fuerza, fragilidad o durabilidad. No todos los materiales dan la misma sensación ni acogen del mismo modo la idea, intuición o forma deseada e imaginada por el artista. -Representativo: La elaboración o manipulación del material hace posible que el elemento físico deje de ser materia muerta para adquirir vida o dinamismo. La obra de arte da vida a la materia: ya no es sólo mármol o figura, es algo autónomo (¿único?). -Expresivo: Este plano nos permite encontrar pluralidad de significaciones en una obra. A cada espectador puede provocarle emociones distintas. Las obras se convierten en símbolos que pueden expresar significados muy variados, desde los que el artista quiere trasmitir, hasta los 1 significados que encuentra el público al margen de la intención del artista, incluso “mejorando” o yendo más allá del propio autor. En definitiva, podemos señalar una serie de categorías de la creación artística que nos permiten describir, valorar y juzgar los distintos procesos de creación artística. Así, una categoría estética es aquello que nos permite comprender una obra de arte y comunicarnos con ella o con el artista. Sucintamente citamos las siguientes: la armonía, la simetría, la repetición, la unidad, el contraste, lo sublime y lo trágico. ¿SE PUEDE DEFINIR EL ARTE? -Teoría del “aire de familia”: Con todo ello, si nos fijamos en las numerosas manifestaciones artísticas (p.e., pintura, escultura, arquitectura, teatro, ópera, cine, comic, fotografía, poesía, novela, música, danza…) no encontramos mucho en común; difieren en la materia, en la expresión, en la representación. Y la posibilidad de que a cada persona le parezca algo distinto y lo interprete a su modo, poco ayuda a la pretensión de buscar un denominador común, con el fin de encontrar una definición de arte que pueda aplicarse a todas las artes. Algunos filósofos (inspirados en David Hume) afirman por ello que la tarea de definir el arte buscando un denominador común es una tarea absurda, o cuanto menos, imposible. Ludwig Wittgenstein, utiliza como ejemplo para definir el arte ese cierto “aire de familia” o parecido entre los distintos miembros de un grupo familiar. Los parecidos entre los miembros de una familia se solapan, y no existe ningún rasgo observable o denominador común a todos ellos; puede que yo tenga algún rasgo de mi padre, pero ser mucho más parecido a mi abuelo materno. El parecido entre las distintas manifestaciones artísticas podría ser de ese tipo, teniendo en cuenta que, pese a las semejanzas evidentes, no existen aspectos observables o denominadores comunes a todas ellas. Carece de sentido, pues, buscar una definición única, genérica, del arte; solo podemos definir sus manifestaciones de forma independiente: una cosa es la música sinfónica, otra el cine, etc. Para demostrar la falsedad de esta teoría vale con encontrar una definición satisfactoria del arte en general, lo mismo que podemos decir que el “aire de familia” viene dado por la genética, y no por una circunstancia cambiante. Veamos tres intentos de definir qué es eso que llamamos arte: la teoría de la forma significativa (formalismo), el idealismo y la teoría institucional. -Teoría de la forma significativa: Esta teoría fue muy apreciada en la primera mitad del siglo XX y defiende la idea de que una auténtica obra de arte produce en quien la contempla, lee, siente, oye, o toca una emoción estética que se distingue de las emociones de la vida cotidiana por no tener ningún sentido o interés práctico. Clive Bell(+1964), afirmaba que lo que provoca en nosotros esa reacción es porque las obras de arte poseen una cualidad que él denomina “forma significativa”, una determinada relación entre las partes de un todo, un cierto equilibrio o armonía. Se refiere más a su estructura que al contenido de la obra. Nos sugiere la idea de canon o la relación entre belleza y matemáticas, por ejemplo. Sin embargo, la forma significativa es una propiedad indefinible, que solo los críticos sensibles reconocen intuitivamente. El concepto de arte es valorativo: decir que algo es arte es decir que algo vale. Las obras de arte tienen su valor intrínseco. No importa la época o el lugar si es arte genuino. 2 A esta teoría se le pueden poner dos objeciones: que es un argumento circular, porque sus dos conceptos fundamentales se definen uno por el otro: la emoción estética depende de la forma significativa y está se intuye emocionalmente; y que es irrefutable, porque depende del buen “entender” de los expertos, de su buena intuición. Quien no siente nada ante una supuesta obra de arte carece sencillamente de sensibilidad. Solo algunos pueden valorarlo, los que tienen buen gusto. -Teoría idealista: Según esta teoría el arte autentico no es algo físico sino una idea o emoción. Carece de finalidad, por lo tanto se distingue bien de aquellos objetos agradables que sirven para algo, como la artesanía. La obra de arte depende del artista, del genio, por eso puede valorarse a unos más que a otros. Cabría hablar de inspiración, el arte como sorpresa, en todos los sentidos: lo que no sorprende no es arte; el arte que no sorprende no merece la pena porque está al alcance de todos o al revés, lo que cualquiera puede hacer no es arte sino habilidad artesana, copia, o mera fabricación. Hay que distinguir entre arte genuino y arte de entretenimiento. Lo imprescindible de la obra de arte es que no constituya un medio para lograr un fin. Luego el arte que entretiene, o más propiamente, el concebido para entretener, es artesanía, un producto inferior. Esto puede aplicarse también al arte religioso. Esta teoría parece demasiado limitada ya que según ella muchas obras de arte estarían en la categoría de artesanía. Carece de sentido decir que las obras están en la cabeza del artista, ya que a veces el autor físicamente no responde al ideal de hombre que se desprende de su obra. -Teoría institucional del arte: Surge para explicar por qué atribuimos categoría artística a obras tan distintas como El Quijote de Cervantes, El arte de la fuga de Bach, Las señoritas de Avignon de Picasso, o Bienvenido míster Marshall, de Berlanga. Según esta teoría todas estas obras comparten dos cosas. Primero, que todas son artificios, o, en alguna medida, han sido elaboradas por un ser humano (o varios). Un madero arrojado por el mar pero colocado de una determinada manera en una galería de arte se convierte en artificio, algo elaborado. Pero la definición de artificio apenas añade nada a la idea de arte, por lo extenso de su aplicación. En segundo lugar, si todas las obras citadas son artísticas es porque ha habido alguien del mundo artístico ---artistas, directores, galeristas, editores, críticos--- que lo han decidido así, sin ninguna ceremonia, basta con un pronunciamiento en una revista de crítica, o en otro lugar. Determinados pintores son seleccionados para exponer en una galería o museo y otros no; unos grupos musicales triunfan, sin saberse muy bien por qué otros permanecen en el anonimato. Basta una buena campaña publicitaria: esto es lo que hay que leer, escuchar, ver, ir a contemplar, comprar, etc. Como esos libros que se titulan: “Los cien o mil lugares que usted debe visitar alguna vez en su vida”. Por lo tanto una obra de arte es aquellos que un grupo influyente decide que lo sea. Los autores o artista a veces se convierten en parte de esa élite, y se convierten como Dalí o Picasso, en una especie de Rey Midas, que convierten en euros todo lo que tocan. Es un sentido mercantilista del arte. Pero si el objeto artístico ha surgido por la autoridad de alguien que así lo ha decidido se está diciendo que no es precisamente por su calidad, sino por cualquier otra causa, como el esnobismo, por ejemplo, o la filiación ideológica, o la conveniencia del momento y de la persona. Para poder otorgar la categoría de obra de arte a determinada obra se necesitan razones que justifiquen la inclusión de unas obras y la exclusión de otras. La teoría institucional 3 nos recuerda que una obra de arte se considera así por motivos culturales, no por la aplicación de cánones intemporales al margen de las Instituciones. Las definiciones más recientes del arte hacen hincapié en aspectos históricos más que estéticos. En resumen, a modo de síntesis de todo lo expuesto ¿qué es una obra de arte? Aquella que cumpla al menos estas cinco condiciones: 1.-que produzca emociones intensas, que favorezca el uso de la fantasía, que no significa necesariamente irrealidad o falsedad. Dar más importancia a la creación imaginativa(arte abstracto o formal) que a la creación imitativa (arte figurativo). 2.- que existan de normas o cánones de belleza. Pero las reglas son de origen y naturaleza cambiantes. Cada época decide qué reglas convienen mejor a la idea. 3.-que haya reconocimiento social: Debe haber aceptación social y producir cierto beneficio ya sea material o intelectual. 4.- que sea Original y pieza única: La multiplicación del objeto pierde valor. El artista transforma la materia obteniendo un resultado nuevo. 5.-que se de Comunicación con el público o espectador: Provocar juicios, emociones, respuestas, a quien contempla. L a indiferencia resta sentido al hecho artístico. Puede que el tiempo influya en la percepción del hecho artístico. 4