planur-e.es Territorio, Urbanismo, Paisaje, Sostenibilidad y Diseño Urbano Impacto y sostenibilidad de grandes eventos: el caso de la Exposición Universal de Sevilla de 1992. Giulia Annamaria Bonomini. Arquitecta y doctoranda de la ETSA de Sevilla. María Teresa Pérez Cano. Profesora Titular de Urbanística y Ordenación del Territorio de la ETSA de Sevilla. Eduardo Mosquera Adell. Catedrático de Historia, Teoría y Composición Arquitectónicas de la ETSA de Sevilla. Resumen: La Expo'92 es para Sevilla la culminación democrática española que se inicia con la Transición. Es el momento más importante en la construcción de la imagen contemporánea de Sevilla y su presentación ante una Unión Económica Europea recién ampliada, un nuevo modelo de fabricación de ciudad mediante acontecimientos estratégicos. El proyecto de la Expo se implementa con la celebración del Descubrimiento de América y tiene un gran impacto en la ciudad, convirtiéndose en un enorme evento que modifica la ciudad y una gran parte de la comunidad andaluza. En la actualidad se plantean posibles alteraciones que afectarían de forma permanente a su estructura y arquitecturas, que a día de hoy siguen vigentes. Observamos como el uso que se le dio a un espacio que centró la mirada internacional, en la actualidad no consigue regenerar una zona que estaba llamada a ser el motor económico y tecnológico de la región. El Parque Científico y Tecnológico trajo a Sevilla una remodelación en muchos ámbitos, pero sobre todo a nivel de innovación. Aunque se sigue sin tener en cuenta a la ciudadanía como elemento necesario para dar vitalidad a este sector urbano, tan próximo al conjunto histórico. Palabras clave: Grandes eventos, patrimonio contemporáneo, planificación estratégica, sostenibilidad. Camino a la Expo ’92. Grandes eventos y marketing urbano: la construcción de la imagen de la Sevilla contemporánea. La Exposición Universal de Sevilla de 1992 forma parte de la culminación del proceso de la Transición Española, marcado por el regreso de la democracia a la sociedad española tras la muerte de Franco en 19751. La Transición fue entendida como una compleja operación de ingeniería política llevada a cabo por los reformistas con la colaboración del Rey y apoyada por los principales países europeos y los Estados Unidos. En el contexto general de la pérdida de los poderes nacionales y de la difusión de la sociedad de la información y de la globalización, el renovado Estado español tenía como principal objetivo entrar en la Comunidad Económica Europea, hecho que se convirtió en el primer paso hacia la participación española en el mundo globalizado, y así, mostrar su emergencia como país democrático moderno, con la celebración de una exposición internacional que planur-e.es Territorio, Urbanismo, Paisaje, Sostenibilidad y Diseño Urbano mostraría el asentamiento de la tan ansiada democracia, que conviviría con otro evento mundial, la Olimpiada de 1992, celebrada en Barcelona. El germen de la Expo’92 tuvo su origen en el año 1976, con la primera visita oficial a América del Rey Juan Carlos I, que tuvo lugar en Santo Domingo el 31 de mayo de ese año. En ella expuso su deseo de que España albergara una futura exposición iberoamericana –como su propio abuelo Alfonso XIII había promovido en el primer tercio del siglo con al Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929, sumada a la Exposición Internacional de Barcelona, del mismo año. Una magnífica maniobra diplomática que representaba a la perfección el uso de las nuevas herramientas de los eventos estratégicos para potenciar el desarrollo del país. De hecho, la Exposición significó el punto más alto de la construcción de la nueva imagen de la ciudad de Sevilla, que se convirtió en objeto continuo de cambios, relacionada con el incesante despegue económico, social y político de España, impulsado por la entrada en los organismos internacionales. Todo este entramado relacionado con la Expo de Sevilla estaba insertado en un programa más amplio centrado en los grandes eventos que tendrían lugar en el mismo año en las tres ciudades principales del país: Madrid Capital Cultural Europea, Barcelona –ya citada- como sede de los Juegos Olímpicos y Sevilla para acoger la Exposición Universal. El gobierno presidido por el político socialista sevillano Felipe González diseñó claramente una estrategia, apoyándose en estas tres ciudades donde se desarrollarán los eventos2, sin tener en cuenta, quizás en la medida necesaria, el involucrar a las instituciones locales en el proceso fundacional de este proyecto, al menos en el caso de Sevilla. Figura 1. La Expo de 1992 marca a Sevilla en el contexto europeo. El gran evento y los tres niveles administrativos. La Expo se inicia en un primer momento gracias al empuje del gobierno central sin tener en cuenta desde su origen la participación local y, finalmente, se hizo realidad a través de un complicado entrelazado del proyecto con las distintas prioridades gubernamentales en los tres niveles local, autonómico y nacional. La dimensión del evento así como su coste produjeron un continuo desacuerdo entre todas las administraciones involucradas. Se trataba en su caso de nuevas instituciones en un incesante proceso de estructuración. Además, en ese tiempo, las prioridades locales y autonómicas eran muy diferentes a las del gobierno central: ya que desde Madrid se buscaba la construcción de una España democrática y moderna planur-e.es Territorio, Urbanismo, Paisaje, Sostenibilidad y Diseño Urbano a través de la renovación de su imagen frente a la esfera internacional, mientras que para las locales los objetivos de vital importancia para su desarrollo más necesario eran otros. El gobierno autonómico deseaba unas mejoras de las conexiones entre todas las provincias para vertebrar un amplio territorio y desde la propia capital hispalense se luchaba por mejorar los servicios más esenciales de la discutida capitalidad autonómica. Por ende, con este enfrentamiento permanente entre administraciones se producían continuos retrasos en el desarrollo de infraestructuras vitales para la Andalucía de la época (Arias García, P. y Merchante Hernández, J., 1984). La operación más urgente fue la puesta al día de los instrumentos de planificación urbanística de la ciudad, que eran antiguos y nada efectivos puesto que no se habían modificado desde hacía décadas (estaba en vigor todavía el Plan General de Ordenación Urbana de Sevilla de 1963 basado en la Ley del Suelo de 1956). La segunda acción urgente a realizar sería la recuperación del centro histórico, puesto que la propia identidad de la ciudad se encontraba en decadencia por la falta de mantenimiento y las escasas medidas de conservación patrimonial (Ortega López, H., 1982). Figura 2. El centro histórico de Sevilla antes y después del “proceso Expo ‘92”. El problema del centro, similar al de otras ciudades españolas, fruto de un largo proceso que tiene su inicio en 1857 a partir de la demolición de la antigua muralla, se acrecentó con la incontrolada expansión urbana, que focaliza su atención en las nuevas zonas de expansión (Ortega López, H., 1983). Además, el gobierno regional se enfrentaba con la escasez de infraestructuras de calidad, ya que Andalucía era la región más pobre de España y contaba con la más baja articulación de carreteras, la peor calidad de sus pavimentos y la inversión más baja en infraestructuras de todo el país. No sorprende por lo tanto pensar que la celebración de una Exposición Universal en Sevilla se convirtiera en una inversión de alto riesgo y un reto casi inalcanzable para los andaluces en ese momento. La elección de Sevilla como sede y el tema principal de la Expo. En 1982 el Bureau International des Expositions anunció oficialmente las ciudades elegidas para la Exposición Universal de 1992: las dos sedes serían Sevilla y Chicago, una en el viejo continente y la otra en el nuevo mundo. La consecuente aprobación de los Reglamentos Generales de la Exposición de Sevilla-Chicago en 1983 refrendó la situación. Al principio, la Exposición de Sevilla debía tener como eslogan “El nacimiento de un Nuevo Mundo” y celebrar el V Centenario. Bajo esta nueva realidad se intentó configurar el “mundo” existente relacionándolo con las planur-e.es Territorio, Urbanismo, Paisaje, Sostenibilidad y Diseño Urbano nuevas expectativas que abrían la posibilidad de una consolidación del antiguo sueño de una comunidad Hispano-Americana. La Exposición de Chicago tenía como lema “La Era de los descubrimientos” y estaba centrada en el impacto universal producido por los descubrimientos del presente y del futuro, extendiendo así el significado a todas las actividades y comportamientos humanos en la visión del progreso a escala universal. Los Reglamentos de 1983 constituyeron un importante cambio con respecto a las ideas originarias: se unificó el tema hacia el de Chicago, se antepuso el lema del progreso al del descubrimiento de las Américas y se modificó de manera considerable la extensión del área dedicada a la muestra; si Chicago cambió solo de 240 hectáreas a 233, Sevilla, pasando de 40 a 215 quintuplicó la extensión previamente diseñada para la intervención urbana (León Vela, J., 1985). De esta manera, el impacto contenido del primer proyecto se transformó en la urbanización de un área extendida de la Isla de la Cartuja, ya declarada oficialmente sede de la Exposición, con los consecuentes problemas de una gran inversión y la responsabilidad de la gestión y desarrollo del legado permanente en el territorio (Cruz Villalón, J., 1985). Sin embargo, en 1987, con la renuncia de Chicago, Sevilla quedó como la única sede, respetando las características definidas por el Reglamento del ‘83. La ciudad barajó otros emplazamientos con el empleo de espacios a la espera, en suelos municipales como el Prado de San Sebastián o Los Bermejales, y la rehabilitación del conjunto histórico, intentando concebir una exposición tematizada a lo largo del río Guadalquivir. Un modelo tomado del modelo de la nonata Expo’89 de París, que pretendió celebrar el bicentenario de la Revolución Francesa. El propio ayuntamiento de Sevilla se sintió contrariado por la apuesta por un recinto único en suelos expropiados con motivo de la obra de la corta del río Guadalquivir por el Estado al final del franquismo, y que finalmente gestionaría el joven gobierno autonómico junto con la potente Sociedad Estatal creada por Felipe González, mantuvo su opción con un modelo diverso: una sede dispersa basada en la restauración y empleo de determinados monumentos sevillanos gestionados por dicho organismo (Real Alcázar) y otros de los que obtuvo la concesión de uso (Monasterio de San Clemente). La ideología rehabilitadora había tomado carta de naturaleza en la Administración autonómica con un libro de Guillermo Vázquez Consuegra en el que se estudiaban cien edificios de la ciudad de Sevilla susceptibles de su rehabilitación para uso institucional (Vázquez Consuegra, G., 1988). El gobierno local no pudo controlar el modelo metropolitano en el que se insertaba la ciudad, incluso dentro de su propio municipio, viendo cómo la denominada Isla de la Cartuja, se planificaba desde fuera y bajo la excepcionalidad. Y que la construcción del recinto expositivo supuso la pérdida de la histórica relación del conjunto histórico con su emplazamiento y su paisaje cultural, en su vecindad con el medio rural. En el recinto de la Expo. El impacto de la Expo ’92 en la Isla de la Cartuja. Los terrenos de la Cartuja, elegidos como sede de la Expo estaban formados por una extensa área rural muy próxima al centro histórico, sustraída a las inundaciones del Guadalquivir a través de una operación de infraestructura de gran alcance, en un área expropiada y convertida en propiedad pública para permitir las obras. La zona de la Cartuja se llamaba “Isla” porque estaba comprendida entre el cauce natural del río y un canal artificial o corta que facilitaba al sinuoso Guadalquivir una salida hacia el mar rectilínea y amurallada, a su paso por Sevilla. Esta extensión planur-e.es Territorio, Urbanismo, Paisaje, Sostenibilidad y Diseño Urbano representaba un terreno de propiedad pública suficientemente amplio y disponible que respondía a las nuevas exigencias. El proceso de conversión de los terrenos rurales de la Cartuja3 en propiedad pública empezó el 25 de noviembre de 1971, bajo la dictadura de Franco con un programa de expropiación. El principal objeto del ACTUR (Actuaciones Urbanísticas Urgentes) de 1971 fue el de actuar para asegurar las orillas del Guadalquivir en la parte que cruzaba la ciudad. Las inundaciones eran todavía frecuentes y provocaban continuos daños materiales y personales. En 1972 se aprobó un proyecto muy ambicioso consistente en la canalización de seis kilómetros del recorrido del río para desviar el cauce original y prevenir las inundaciones futuras en la ciudad, pero las circunstancias políticas y económicas no permitieron terminar las obras hasta 1982 y no se había producido la consiguiente urbanización y aumento del parque residencial previsto. Figura 3. El recinto de la Exposición Universal de Sevilla ocupa un área comparable a la del centro histórico de la ciudad. Durante todo el tramo temporal en el que se desarrollaron las obras de infraestructuras, se instaló una preocupación general con respecto al uso futuro de los terrenos ahora libres de las inundaciones y crecidas del Guadalquivir (Núñez Castain, J., 1985). Nacían así casi medio millar de hectáreas frente al centro histórico que representaban un evidente riesgo bajo la sombra de la especulación, aunque por razón de expropiación debían cumplir una finalidad de utilidad pública. Este fue el motivo por el cual las instituciones interesadas idearon un Plan de Desarrollo con vistas al futuro de la zona apropiada al río, en la que diseñaron una zona verde donde realizar un gran parque e instalaciones deportivas en la zona norte, de carácter metropolitano. También trazaron el mapa para instalar una zona central para la investigación y la Universidad integrada en una banda con eventos culturales y esparcimiento para el ocio, y un centro administrativo en la parte sur. Tal división sentó las bases para el Parque Científico y Tecnológico Cartuja’93, que aprovecharía las impresionantes instalaciones arquitectónicas instaladas en los pabellones, así como los sistemas informáticos innovadores que dichos planur-e.es Territorio, Urbanismo, Paisaje, Sostenibilidad y Diseño Urbano establecimientos habían albergado durante la muestra, redes de fibra óptica, etc., etc. Expo y post-Expo. La exposición en sí fue un verdadero éxito. Muchos sevillanos, españoles y extranjeros la visitaron registrando una participación entusiasta y una entrada regular y constante en el semestre en que abrió, jamás conocida hasta la época en una Exposición Universal. Las arquitecturas futuristas, con el puente y viaducto del Alamillo en primer plano, llenaban las revistas de arquitectura. Los espectáculos y el programa cultural paralelo a la muestra atrajeron a una inmensidad de visitantes que ansiaban conocer y disfrutar de algo desconocido para muchos hasta la época. Como anteriormente mencionamos, el programa inicial de la muestra, centrado en el descubrimiento del continente americano por los españoles y sobre las tradiciones comunes de ambos mundos, había sido transformado en una celebración del progreso y de los descubrimientos tecnológicos. Muchos de los pabellones estaban dotados de instalaciones informáticas y tecnológicas innovadoras y eficientes que se convirtieron en referencia y en un ejemplo a seguir por muchos países que veían un alarde total jamás visto hasta el momento y puesto al servicio de la sociedad, lo que potenció la creación del Parque Científico y Tecnológico Cartuja’93 convirtiéndolo en un referente a la finalización de la muestra del 92. Inicialmente el proyecto Cartuja 93 consistía en la creación de un parque para la investigación y el desarrollo tecnológico, un proyecto redactado por un equipo de expertos locales e internacionales como Manuel Castells y Peter Hall, autores del libro Las tecnópolis del mundo, para dar a Sevilla la oportunidad de desarrollar el papel de líder en ese campo, teniendo en cuenta el contexto general de la globalización y la difusión del modelo de la sociedad de la información basada en el conocimiento, en la comunicación y en las nuevas tecnologías (Castells, M., 1994). Tal proyecto llamó la atención de muchos inversores, principalmente por el lugar simbólico, insertado en una red de comunicación sin precedentes en ese tiempo, situado en una ciudad atractiva que además era capital regional. Estas características hacían de esta iniciativa todo un valor a tener en cuenta en ese momento. Un grupo de empresas, algunas de ellas presentes en la Expo con su propio pabellón en la misma, intentaron crear un lobby para transformar el proyecto en un barrio de negocios de alto nivel. El gobierno central percibió la posibilidad de beneficios rápidos en un periodo de crisis económica; además, la alternancia política en el ayuntamiento lo hizo más sensible a la presión de las empresas privadas y facilitó el cambio de programa: se convirtió en un parque tecnológico-cultural con esparcimiento4, universidad y museos. La modificación se debió principalmente a la intención de crear un cierto número de puestos de trabajo, incluyendo los menos cualificados, como los del sector del catering del área dedicada al tiempo libre y a la cultura. La opinión pública pareció apoyar la nueva orientación. Hoy en día la parte de la Isla de la Cartuja que fue recinto de la Expo se ha convertido en un distrito mixto de negocios e investigación. El proyecto cultural y de tiempo libre no tuvo éxito por los altos costes de mantenimiento de los pabellones convertidos en museos y por la débil respuesta del público; el parque de atracciones Isla Mágica es lo que hoy queda de este planteamiento y sigue sin llegar a los objetivos deseados y siempre pendiente de los vaivenes de la economía. Los sevillanos no lo visitan ya, que no ha tenido la aceptación que se esperaba y es principalmente, un destino de turismo escolar, portugués y de las provincias limítrofes y cada año necesita ayudas económicas de las instituciones locales y regionales para continuar su actividad y mantener de esta forma un servicio y una plantilla acorde a las instalaciones. Recientemente el recinto se ha visto intervenido con el trazado de varios planur-e.es Territorio, Urbanismo, Paisaje, Sostenibilidad y Diseño Urbano kilómetros de carriles bici, la mejora de diversos jardines y la construcción de pantalanes fluviales que aproximan el cauce a los ciudadanos. De forma que la margen derecha está cobrando vida como espacio libre de asueto y práctica deportiva. Figura 4. Infraestructura deportiva con valla en la Isla de la Cartuja. El gran espectáculo ha concluido, en los bordes interiores del recinto se han ubicado importantes dependencias para la administración local y autonómica: Gerencia de Urbanismo, diversas consejerías del Gobierno autonómico, en lo que fue Pabellón Real el rectorado de la Universidad Internacional de Andalucía, en la zona monacal cartujana que alojó la gran exposición del mundo en el siglo XV, ahora se encuentra el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo y en el área fabril el centro de excelencia del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico. Hoy La Cartuja es también un distrito de negocios, con el centro de convenciones del Hotel Barceló Renacimiento, revitalizado sobre todo durante el día gracias a dos facultades y centros de investigación universitarios públicos, más otros privados, a un centro de Alto Rendimiento deportivo ligado a la práctica del remo en el río que es un referente internacional, al teatro Central y los night clubs o bares de copas situados a la entrada de la Cartuja, junto al río. Con la excepción de esos lugares, por la noche y durante el fin de semana nos encontramos con un auténtico desierto y un vacío en las áreas restringidas, que no cumple con los tan ansiados sueños originarios de revitalizar la zona en su conjunto y convertirla en un referente al término de la Expo. Además, esta parte de la ciudad se encuentra con un problema añadido, los actos vandálicos y robos. Por ese motivo, la mayoría de las empresas y centros de investigación o educativos han vallado sus terrenos o edificios. No es difícil comprender la razón del progresivo decrecimiento en el mantenimiento del área de la Expo; la razón tiene que ver sin duda, con los costes de mantenimiento de los edificios y del espacio público a su alrededor, así como con la falta de colaboración y coordinación de los distintos niveles de las administraciones. Una vez terminada la celebración, las administraciones dejaron de lado el esfuerzo puesto en la preparación y celebración de la Expo, para volver a sus divisiones institucionales y a sus disputas, a menudo encarnizadas. Algunos consideran que todo ello se solucionaría mágicamente con la introducción de uso residencial. En posiciones intermedias existen opiniones que favorecen usos para alojamiento no permanente de investigadores ligados a los centros de investigación e innovación. planur-e.es Territorio, Urbanismo, Paisaje, Sostenibilidad y Diseño Urbano Expo’92 y sostenibilidad. Gestión pública y ecología en la Exposición Universal del ’92. Se ha expuesto y hablado mucho de las áreas en decadencia en la Isla de la Cartuja, así como del empeoramiento de sus infraestructuras en cuanto espacio público, a causa del deterioro de materiales, de la imposibilidad de disfrutar del espacio por los actuales vallados, en comparación con lo que fueron tiempo atrás. Las medidas de seguridad y demás elementos de interferencia hacen del recinto una especie de laberinto imposible de usar para el ciudadano de a pie. Habría que reflexionar sobre los motivos que han llevado a esta situación y, ante todo, las posibles soluciones. Lo que pretendemos con este artículo es dar una interpretación crítica de lo sucedido, que pueda sugerir una visión renovada del problema y con eso contribuir al debate. Para empezar por el origen de la cuestión y saber el motivo, solo hay que exponer la falta de colaboración de todas las instituciones públicas intervinientes en la creación de la Expo ‘92. Ya sean locales, autonómicas y nacionales, todas han dejado que se llegue a esta situación y esta idea parece encajar con algunas líneas de investigación de los más recientes estudios sobre los sistemas organizacionales. Reinhard Friedmann y Gabriel Fernández Gasalla (2008) estudiaron el proceso de deconstrucción del moderno marco de gestión y organización pública. Bajo estos trabajos, nos encontramos con el paradigma racionalista y funcionalista, que negaba la posibilidad de lo aleatorio y se fundamentaba en la idea de causalidad y orden, y que hoy día se tiene que enfrentar con los conceptos más fértiles del pensamiento posmoderno basado en las ideas de lenguaje, complejidad y lógica diferencial. La organización y la gestión de eventos estratégicos se deberían de insertar en el contexto de la tarea racional-funcionalista, porque reflejan la idea de lograr ciertos resultados a través de la aplicación del conocimiento y de técnicas orientadas a la performance (performance oriented techniques). Los estudios organizacionales han llegado a la observación del hecho de que las organizaciones públicas y privadas no están determinadas por la racionalidad, sino que por su ambigüedad, acoplamiento débil e influencias contextuales, nos indican que no hay un criterio puro y universal para poder describir las multicausalidades existentes entre todos los participantes, soluciones, problemas y situaciones decisionales (Cohen, M.D., March, J.G., Olsen, J.P., 1972) (March, J.G., 1989). Todo esto tiene una correspondencia en la lógica de la complejidad y se encuentra respaldado por la perspectiva ecológica de una sostenibilidad integral. Es aquí, donde en vez de depender exclusivamente de las instituciones y organizaciones públicas, como únicos garantes y exclusivos agentes capaces de promover el desarrollo, se debería de empezar a tener en cuenta mucho más el modelo de funcionamiento de la comunidad. Para ello, la sociedad entera debería de considerarse como un grupo de actores con el mismo nivel de eficacia e importancia en cuanto a capacidad de influencia sobre el “ecosistema comunidad”, cuya característica principal es la interdependencia de sus partes. La atención debería de pasar de las partes hacia el todo y del objeto hacia la relación según Fritjof Capra. Los ecosistemas están caracterizados también por una estructura de red y por la diversidad, la flexibilidad y la auto-organización (Capra, F., s. f. a). Además, están basados en el patrón de la red, los flujos cíclicos de energía y materia, reciclaje, cooperación y colaboración entre todos los aspectos del mismo fenómeno que buscan un objetivo común (Capra, F., s.f. b). Así es como los ecosistemas se organizan a sí mismos de una manera sostenible y esto es lo que podemos aprender de ellos para afrontar con garantías nuevos proyectos. planur-e.es Territorio, Urbanismo, Paisaje, Sostenibilidad y Diseño Urbano Los grandes eventos y la sociedad del espectáculo. En relación al caso específico de la Exposición Universal de Sevilla y sus resultados, ya es posible cuantificarlos, al haber pasado más de veinte años desde su celebración5 y es evidente que en el área del ex recinto no hay vida urbana, con la excepción de la presencia temporal de los trabajadores, de los estudiantes y de la ciudadanía en general; por otro lado, los actos vandálicos y la pérdida de calidad del espacio están aumentando y con ella, el recelo a ir a una zona con muchas posibilidades que, de no remediarse, tenderá a convertirse en un desierto de edificios. El poder del espectáculo ha terminado y con él, las luces de una zona de la ciudad que se las prometía para ser como la esmeralda del Guadalquivir. Sevilla vivió un periodo maravilloso de celebraciones, encuentros, descubrimientos y ocio cuando la gran máquina del mega-evento estaba funcionando. Debe de haber sido una experiencia asombrosa para muchos. Y para los mismos, se ha convertido en una decepción inmensa poder comprobar con sus propios ojos, como lo que fue en un momento un referente mundial en el ‘92, ha pasado a ser la Cartuja actual como otros tantos recintos post expos (Hannover, Shanghai…). Preguntémonos si la razón de todo esto no está en la ineficacia estructural de las instituciones o en el individualismo y en la pasividad de la presente sociedad del espectáculo. Guy Debord en 1988 afirmó que una vez alcanzado el nivel de lo espectacular integrado, lo que se auto-define como sociedad democrática parece ser generalmente aceptada como la realización de una frágil perfección. […] Es una sociedad frágil porque tiene una gran dificultad en el gestionar su peligrosa expansión tecnológica (Debord, G., 1988). En la sociedad del espectáculo el sujeto se convierte en un consumidor pasivo de imágenes, mientras que todos los aspectos de la vida están monetizados. El objetivo de la ciudad espectacular es el aislamiento, la atomización del sujeto y la ruptura de las identidades colectivas (Catz, F., 2013). Para Debord, el contexto urbano era el escenario de la alienación pero al mismo tiempo también se convertía en el material fundamental para recuperar una condición de vida o vitalidad. Para evitar esto, nos encontramos con que hay una posible manera de impedir el proceso de lo espectacular: poner en valía la práctica y la vivencia de la ciudad de una forma opuesta a la actitud pasiva del espectador. El legado de la Exposición Universal de Sevilla en las manos de los ciudadanos. El concepto de Patrimonio Cultural, incluido el Patrimonio Contemporáneo y, por supuesto, su Patrimonio urbanístico, está apoyado en la idea de legado. Y si lo llevamos a términos de sostenibilidad, es el capital cultural en manos de una generación que lo tutela y acrecienta con su creatividad, ya que su legítimo poseedor no somos nosotros sino que lo son las generaciones futuras. La Cartuja, como llaman los sevillanos a lo que fue la Expo’92, es el referente urbanístico principal de la segunda mitad del siglo XX para Sevilla6, buena parte de la región, y permanece como un protagonista de un proceso que cohesionó y mostró las capacidades de la entonces joven España democrática. Dentro de las características del legado urbanístico, como hecho urbano está su propio uso, desligado y ajeno al uso residencial desde su origen y que explica y da sentido al porqué se desarrolló esa área como una parte nada convencional. Esta reflexión sugiere que los territorios marginales y los vacíos urbanos sigan teniendo una potencialidad positiva, ya que las áreas abandonadas o infrautilizadas de la Isla de la Cartuja siguen teniendo una peculiar fascinación para el público que aprecia la calidad de las infraestructuras. El Parque Científico y Tecnológico de la Cartuja está situado en un área llena de testimonios de la aventura posmoderna de planur-e.es Territorio, Urbanismo, Paisaje, Sostenibilidad y Diseño Urbano la Exposición Universal de Sevilla, un gran espectáculo que constituyó también un gran cambio en la política española y un asombroso cambio de la ciudad misma y de la sociedad sevillana en general, lo que representa un segmento del patrimonio contemporáneo especialmente relevante y, que hasta la fecha, solo ha posibilitado la protección patrimonial de algún edificio, entendido como monumento manifestación de la modernidad arquitectónica. Y sería además importante continuar y contar su historia y reflexionar sobre este hecho. La Cartuja es un lugar donde pasó algo que sorprendió al mundo entero y que podría hospedar muchos más acontecimientos en el futuro, si se hace con perspectiva y sentido de la proyección en conjunto con las instituciones y la sociedad en general. Por ello, es importante mirarla con unos ojos diferentes, desde una nueva perspectiva. Muchos lo han intentado desde los organismos, pero quien realmente ha conseguido volver a llamar la atención hacia el antiguo recinto Expo lo ha hecho a través de pequeños experimentos de reactivación de vida urbana. Actualmente lo han logrado personas que en su mayoría no pertenecen ni a corporaciones públicas ni participaron del espectáculo, y que nada tienen que ver con el germen de la Expo ‘92, sino unos sujetos en su mayoría jóvenes e incluso extranjeros que ven muchas posibilidades en el espacio, en el que años atrás hubo una de las mayores muestras jamás organizada en nuestro país e incluso fuera de él. Por ello, en diciembre de 2010 nació la Asociación Legado Expo de Sevilla con el objetivo de revitalizar la Isla de la Cartuja como sede de la Expo y convertirla en un referente histórico y ponerla en el valor que se merece como tal lugar. Una de las primeras acciones de esta organización fue la creación de una web, que sigue siendo la única fuente satisfactoria de información sobre el evento del ´92, además de desarrollar ya toda una serie de acontecimientos que han ido acercando y mostrando de nuevo a los ciudadanos esa parte de la ciudad que años atrás albergó uno de los mayores hitos de nuestro país y la culminación de los actos fue la celebración de los Veinte Años de la Exposición Universal. Una efeméride digna de estar enmarcada en la Historia más reciente de España. Figura 5. Exponentes de la Asociación Legado Expo de Sevilla. planur-e.es Territorio, Urbanismo, Paisaje, Sostenibilidad y Diseño Urbano Figura 6. La celebración de los Veinte Años de la Expo de Sevilla. La actividad de este grupo termina constituyendo el agente principal de esta nueva etapa del post-Expo. Esta etapa pertenece a un proceso en que las instituciones utilizaron la Isla de La Cartuja como sustrato vital para la construcción estratégica de la nueva imagen de Sevilla marcada por el hecho de que fue un evento efímero. Lo que queremos decir con estas líneas es que en estos veinte años hemos pasado por múltiples tentativas de reutilización productiva de la zona, dirigidas al desarrollo del conocimiento como tecnópolis, un tanto utópicas en algunos casos, y al final nos ha quedado una mezcla de actividades financiadas por el sector privado y una gran mayoría aportada por los Gobiernos locales, autonómicos y nacional que, aunque siendo rentables según los resultados comunicados por vía oficial (Instituto Andaluz de Tecnología, 2009), siguen requiriendo unas ayudas y un apoyo vital por parte de las mismas instituciones que crearon este contexto para mantener un espacio que por sí es imposible de mantenerse sin la unidad de todos los agentes intervinientes en este proceso. En 2012, al fin se consiguió que trabajaran más personas en el Parque Científico y Tecnológico que lo hicieron en el mismo espacio durante la celebración de la Expo’92, pero la respuesta en lo urbano crecía en sus deficiencias. Sin que el legado se convirtiera en el activo que todo su potencial posibilita. Andado el tiempo, el valor de uso de este área, respecto de los desarrollos urbanos de Sevilla y de su área metropolitana, ha adquirido una nueva perspectiva, y es su alcance patrimonial, pues mantiene la singularidad de un modelo de crecimiento, con unos usos que lo diferencian de las dinámicas convencionales de los modos de producción urbana que han desembocado en la crisis inmobiliaria y económica que arrastra todo el entorno. planur-e.es Territorio, Urbanismo, Paisaje, Sostenibilidad y Diseño Urbano planur-e.es Territorio, Urbanismo, Paisaje, Sostenibilidad y Diseño Urbano Figuras 7, 8 y 9. El borde fluvial de La Cartuja en la actualidad, tras la incorporación de las nuevas pasarelas y pantalanes Reflexiones finales. Al recorrer ese espacio es imposible no darse cuenta de que hay una especie de continuo despliegue de “tratamientos extremos”, inversión hacia la inversión para mantenerla en vida, sin darle una solución real de futuro. Cuando el lugar en sí, ya constituye un recurso estratégico que la ciudad -por falta de visión, de tejido social y de emprendimiento- no ha sabido reincorporar a sus propias dinámicas y darle la intensidad y calidad de uso y el valor que se merece tal espacio para el futuro de la ciudad de Sevilla e incluso del país. Aquí intervienen la ecología y la concepción patrimonial. Porque aunque todo el proceso haya sido dirigido desde las más altas esferas, desde las instituciones y los estamentos relacionados con la economía más influyente, con sus propios límites de eficacia, debidos a su propia estructura y a los individuos que la conforman, han logrado al final frenar el desarrollo vital que quizás este espacio hubiera tenido sin tantas ayudas que ha conseguido y sin tener en cuenta la opinión, las reales necesidades y las dinámicas de la comunidad que demandaban en ese momento y a lo largo de estos años. La prueba es que la ciudad de Sevilla, la ciudad misma y sus gentes, reaccionan ante esta situación de abandono o muerte anunciada retomando poco a poco y por su propia iniciativa la posesión de ese espacio público que de hecho es su propiedad y su propio recurso estratégico. La introducción de uso residencial como panacea para la revitalización de un tejido que nunca fue residencial, eliminaría la autenticidad preconizada en el ámbito internacional por la Carta de Nara (UNESCO, 1994) y llevaría a una pérdida de su identidad como ciudad moderna y de su valor de uso. Las 215 hectáreas que ocupó el recinto Expo, si recordamos por ejemplo las 315 hectáreas acotadas en 1857 para Central Park en una situación estratégica, no debieran suponer un problema de gestión urbanística. El post-Expo en Sevilla ha sido ocultado hasta ahora, o disfrazado de unos resultados y unos números que no reflejaban la compleja realidad de ese lugar. Pero planur-e.es Territorio, Urbanismo, Paisaje, Sostenibilidad y Diseño Urbano ha llegado el momento de averiguar y destapar lo que ha pasado desde la perspectiva que el tiempo -como las experiencias trascurridas- ha aportado. Y ante todo por la posibilidad de aprender de ellas, ya que nos encontramos a menos de un año de un evento bien cercano, la próxima Exposición Universal en Milán. Quizás con esta nueva postura se reafirme que la vitalidad de la comunidad se traduzca en la fuerza e inteligencia de la ciudad misma, por lo que cada intervención o evento que se desarrolle en ella ha de ser pensado y gestionado desde una perspectiva holística, multidisciplinar e incluyente, entre todos los agentes involucrados. Bibliografía: Arias García, P. y Merchante Hernández, J. 1992”, en Aparejadores, 13, 26-27. 1984. “Puntualizaciones sobre la Exposición Universal de Capra, F. (s.f. a), Ecology and community consultado el 31 de Enero de 2013 en la web http://www.ecoliteracy.org/essays/ecology-and-community. Capra, F. (s.f. b). Systems thinking consultado el 31 de Enero de 2013 en la web http://www.ecoliteracy.org/nature-our-teacher/systems-thinking. Castells, M. Las tecnópolis del mundo. 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Arquitectura y ciudad. 1975-1992”, con código HAR2008-06439-C03-C02, del actual Ministerio de Economía y Competitividad. 2 La apuesta de la Corona española por celebrar el Quinto Centenario del Descubrimiento de América con una Exposición Universal en Sevilla, como es sabido, se gesta durante el gobierno previo de la Unión de Centro Democrático, y la consiguiente petición al Bureau International des Expositions (BIE) sito en París. 3 Los terrenos incluían a la antigua Cartuja de Santa María de las Cuevas, luego fábrica de loza Pickman, y diversos cortijos y arquitecturas rurales: Hacienda de San Luis, Cortijo de Gambogaz, del Alamillo Nuevo y Alamillo Viejo, de Los Muñoces, etc. con amplias extensiones de naranjales, olivar y tierra calma y algunos hornos y tejares propios de la Vega trianera. 4 Los sevillanos deseaban la continuidad de acudir a la Isla de la Cartuja como espacio de ocio seguro, lo que animó a constituir, usando incluso parte del lago al que se asomaron los pabellones autonómicos, el proyecto del parque temático de Isla Mágica, recientemente completado con un acuaparque. 5 Como espacio de reflexión sobre los megaeventos, los autores de este trabajo promovieron la celebración a finales de 2012 de un Seminario Internacional denominado Eventos Mundiales y Cambio Urbano (EMCU 2012), al cumplirse veinte años de la celebración de la Expo de Sevilla. Expertos internacionales, con el apoyo del MINECO (acción complementaria HAR2011-15111-E), el Parque Científico y Tecnológico Cartuja y diversos organismos de la Junta de Andalucía y la Universidad de Sevilla. Los participantes analizaron el fenómeno en su escala internacional en torno a exposiciones, olimpiadas y otros eventos, tanto históricos como en curso de gestación. La actividad tuvo lugar en centro del mismísimo legado de la Expo’92, el Parque Científico y Tecnológico Cartuja, de Sevilla. Publicadas sus actas provisionales, se encuentran en prensa las actas definitivas. 6 Un indicador de la capacidad de atracción que aún conserva la antigua Expo’92 es que los autobuses turísticos, del tipo de los City Sightseeing, incluyen en sus circuitos por la ciudad de Sevilla -y desde hace tiempo- el recorrido por la Cartuja, dentro del branding de la ciudad, no solo como vieja ciudad histórica sino como ciudad sede de dos importantes exposiciones, Sevilla’29 regionalista y Sevilla’92 posmoderna.