por zulema marzorati

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La divulgación de la ciencia en el noticiero. El caso Richter
Zulema Marzorati*
A través de noticieros de la época se analiza la iconografía y los discursos construidos sobre los
orígenes del desarrollo de la energía atómica en Argentina. El objetivo en estas fuentes fílmicas
no era divulgar el conocimiento científico sino legitimar el Proyecto Huemul apoyado por el
gobierno de Perón.
Introducción
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial y en el marco de la Guerra Fría, la ciencia y la
tecnología nuclear se constituyeron en un factor clave y en una poderosa herramienta para el
desarrollo económico de los países industrializados. La utilización de esa nueva fuente
energética se convertía además, en un exponente representativo del poder político y económico y
de la capacidad científico-tecnológica de las potencias que ya la estaban desarrollando -como
los Estados Unidos y la URSS- o de las que se encontraban encaminadas a hacerlo, como
Inglaterra y Francia.
Pero la opción atómica no fue exclusiva de los países centrales. En Argentina, el gobierno
peronista (1946-1955) emprendió desde el Estado un proyecto de industrialización en el que el
desarrollo de la energía nuclear constituía el eslabón inicial de una cadena de emprendimientos
cuyo denominador común sería el logro de la independencia científico-tecnológica del país.
Al terminar la guerra, en el medio científico y en el gubernamental surgieron distintos
proyectos para crear una institución desde donde impulsar la política atómica. Pero esas
inquietudes quedaron postergadas ante el arribo al país del físico austríaco Ronald Richter1,
quien entusiasmó a las autoridades con la posibilidad de obtener reacciones termonucleares
controladas. Instalado por el Gobierno en la isla Huemul de San Carlos de Bariloche, sus trabajos
se desarrollaron entre 1949 y 1952, año en que se comprobó la falsedad de su “descubrimiento”.
Por ese entonces sólo se liberaba la energía del átomo mediante procesos explosivos –
bomba atómica-2 o, controlados en los reactores nucleares o pilas bajo el principio de la fisión
*
Profesora Adjunta Regular (UBA). Integra el proyecto UBACyT F202 “Comunidades científicas y arte en la
producción de conocimiento” dirigido por la Lic. Cecilia Hidalgo. Este trabajo, que forma parte del Doctorado en
Ciencias Sociales (UBA), sale publicado en setiembre de 2006 en Irene Marrone y M.Mercedes Moyano Walter
(comp.), Persiguiendo imágenes . El documental cinematográfico, la memoria y la historia. Argentina 1930-1960
Buenos Aires, Editores del Puerto.
1
La investigación más completa sobre Richter es la de M. Mariscotti El secreto atómico de Huemul. Crónica del
origen de la energía atómica en la Argentina. Sudamericana-Planeta, Buenos Aires. Ver además: H. Gambini, ¨
Un sabio atómico ¨ Historia del peronismo. La primera presidencia. Primera Plana, 240, 1/8/67; J. Westerkamp,
Evolución de las ciencias en la República argentina. Tomo II. Física, Buenos aires, Sociedad científica argentina,
1975; O. Bernaola, Enrique Gaviola y el Observatorio Astronómico de Córdoba. Su impacto en el desarrollo de la
ciencia argentina, Ediciones Saber y Tiempo, Bs. As., 2001 pp. 529-542.
2
Los EUA detonaron la primera bomba nuclear en 1945 y la URSS en 1949.
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2
nuclear. Se estaba en la búsqueda de una nueva forma de energía nuclear, la fusión atómica,
muchísimo más poderosa, y originada en elementos naturales abundantes, de la cual obtener la
producción de energía barata. Recién en 1952, se lograría liberarla, aunque en forma
incontrolada, con la detonación por los EUA de la bomba H o termonuclear.
Por este motivo cuando el 24 de marzo de 1951, en conferencia de prensa Perón difundió
la noticia del supuesto logro de Richter sobre el control de la fusión nuclear, sorprendió a la
comunidad científica internacional, porque de haber sido verdad, constituía un desarrollo
trascendental todavía no logrado por las potencias nucleares de la época. El comunicado oficial
leído por Perón3 y la conferencia de prensa ofrecida por Richter al día siguiente fueron
difundidos por los diarios nacionales El Líder, Clarín, la Razón, la Nación, Noticias Gráficas del
24 y 25 de marzo de 1951. Y debido a su importancia a nivel mundial, fueron también noticia en
los titulares de la mayoría de los diarios extranjeros, que transcribían las opiniones de científicos
internacionales y su escepticismo sobre la veracidad del acontecimiento.
Dado que el espacio simbólico de la Nueva Argentina de Perón se sustentaba en grandes
realizaciones que se pensaba, producirían un cambio total en el país, las noticias sobre los
avances en el desarrollo nuclear fueron divulgadas a través de la intensa campaña de propaganda
impulsada por el gobierno a través de la Subsecretaría de Informaciones y Prensa. Además de
los diarios y revistas la difusión oficial incluyó la de productoras privadas como Emelco, Sucesos
Argentinos, Noticiero Panamericano y Sucesos de América, a través de notas transmitidas en los
noticieros cinematográficos que se exhibían obligatoriamente en todas las salas del país.
Para Philippe Roqueplo4, la divulgación científica constituye el conjunto de actividades de
difusión de las ciencias que se dirigen a un vasto público, y se vincula con un reparto
generalizado del saber que permita a una mayoría de la población participar de las grandes
decisiones políticas basadas a menudo en problemas científicos. Pero pese a la importancia que
el tema atómico tendría para el futuro del país, no fue ése el criterio que primó en la divulgación
en los noticieros del proyecto llevado a cabo por Richter, sino que en realidad lo que se destacó
en ellos fue su función como medio de difusión pública y de legitimación de los logros del
gobierno.
3
El texto, publicado en los periódicos, era el siguiente “El 16 de febrero de 1951, en la planta piloto de energía
atómica en la isla Huemul, de San Carlos de Bariloche, se llevaron a cabo reacciones termonucleares bajo
condiciones de control en escala técnica”.
4
P. Roqueplo, El reparto del saber: ciencia, cultura, divulgación, Barcelona, Gedisa, 1983, p. 21-22.
2
3
Teniendo en cuenta que los medios audiovisuales constituyen “una forma legítima de hacer
historia al representar, interpretar, pensar y dar significado desde las huellas del pasado”5 este
trabajo se propone indagar la importancia asignada al Proyecto Huemul a través de la iconografía
y los discursos construidos por la propaganda gubernamental en los noticieros cinematográficos
de 1951 6. En este año, cuando todavía se creía que se había logrado la fusión nuclear en nuestro
país, se filmaron dos notas sobre el tema atómico: en marzo, la entrega de Perón a Richter del
título de Dr Honoris Causa de la Universidad de Buenos Aires y de la medalla peronista por su
desempeño, y en junio, la visita que periodistas nacionales realizaron a la isla Huemul para
conocer sus instalaciones y transmitir información sobre los trabajos realizados por físico
austríaco y su equipo.
Consideramos que el análisis de estas imágenes permite iluminar algunos aspectos de la
relación entre ciencia y Estado en esa primera etapa de investigación en energía nuclear definida
por Jorge Sábato como una etapa cero7del desarrollo atómico de nuestro país.
Los orígenes de la energía atómica en Argentina
En el proceso de industrialización autónomo basado en la producción de materiales
críticos
como el acero y el petróleo, el interés del gobierno argentino se centró también en el desarrollo
nuclear. Éste podría convertirse en el motor de ese proceso a través de la posibilidad de una
mayor disponibilidad de energía eléctrica y de su empleo en agricultura, biología y medicina.
El Estado - que se situaba en el centro de la política - expandió su radio de intervención en
el sector de la ciencia y la técnica creando a partir de 1945 organismos que articulaban la
investigación científico-tecnológica con los intereses de la defensa nacional8. En ese contexto, y
dentro de una lógica militar, fue creada la CNEA9 (decreto 10.936/50), una institución extrauniversitaria dependiente del Presidente de la Nación con las funciones específicas de coordinar,
5
R. Rosenstone, Revisioning History. Film and Construction of a New Past, Princeton University Press, New
Yersey, 1995, p.3.
6
Para el análisis de noticieros ver: B.Nichols, La representación de la realidad. Cuestiones y conceptos sobre el
documental. Barcelona, Paidós, 1997; P. Sorlin, The film in History. Restaging the Past, Barnes & Noble Books,
New Yersey, 1980; J. Aumont, Estética de cine, Bs. As. Paidós, 1983; F. Karsten, "Fields and Strategies of
Historical Films Movies Analysis”, in: F. Karsten and R. Short, Studies in History, Film and Society, Eventus,
Copenhagen, 1980,
7
Esa etapa cero se extenderìa hasta la defenestración de Richter en 1952, en: J.A.Sábato: “Para el prontuario del
Plan Nuclear Argentino”, en Ciencia Nueva, Buenos Aires, 1970, Año 1, vol.1, p.32.
8
J. Myers, “Antecedentes de la conformación del Complejo Científico y Tecnológico 1850-1958”. En: Enrique
Oteiza y otros, La política de investigación científica y tecnológica argentina. Historia y perspectivas. CEAL,
Buenos Aires, 1992, pp105-106.
9
Estaba integrada por Perón a cargo de su presidencia; Raúl Mendé, Ministro de AsuntosTécnicos; Enrique P.
González, que fue designado Secretario General hasta su renuncia en abril de 1952 y Ronald Richter, quien dejó de
pertenecer a la CNEA en noviembre de ese año, cuando la isla Huemul fue intervenida.
3
4
estimular y controlar todas las investigaciones nucleares realizadas en el país. Es de destacar el
nivel político que se le daba, ya que estaba ubicada en la esfera del Poder Ejecutivo y su
legitimidad le sería otorgada directamente por Perón.
Su creación se debió a la necesidad de oficializar el Proyecto Huemul que dentro de un
marco inicial de secreto estaba llevando a cabo el físico Ronald Richter en San Carlos de
Bariloche. Richter nació en Falkenau, Bohemia, en 1909. Austríaco de nacimiento y naturalizado
argentino, obtuvo el título de doctor en Ciencias Naturales de la Universidad de Praga. Según sus
propias declaraciones, cuando estalló la guerra, se encontraba en Berlín y allí permaneció en un
laboratorio construido por su padre, donde trabajó en el problema de catalizadores e inició las
primeras experiencias sobre energía atómica10.
Richter llegó a la Argentina en 1948 invitado por su amigo el ingeniero alemán Kurt Tank.
Al finalizar la guerra, Tank, diseñador de aviones, había sido contratado por el Instituto
Aeronáutico de Córdoba para la fabricación de un avión argentino – el Pulqui II – y propuso a
Richter participar en ese trabajo.
En una
entrevista con Perón, el físico austríaco le planteó la posibilidad de efectuar
reacciones termonucleares en cadena. La enorme importancia que ese logro tecnológico tendría
para el desarrollo industrial del país, entusiasmó a las autoridades argentinas. El físico obtuvo el
respaldo incondicional de Perón y un fuerte apoyo oficial para su proyecto que comenzó a
ejecutar a partir de 1949.
Generalmente cada político tiene un científico que lo asesora, pero éste no era el caso de
Perón11 . En lugar de realizar una evaluación objetiva sobre un tema relacionado a un desarrollo
de alta tecnología, tomó una iniciativa personal y, apelando a su intuición política, su decisión se
basó en la supuesta infalibilidad de líder carismático. Esto facilitó el accionar del físico austríaco
para que, trabajando en un lugar aislado junto con colaboradores de su confianza, en un proyecto
inicialmente secreto, sin necesidad de rendir cuentas ni informar a alguna entidad capacitada que
pudiera ejercer una supervisión científica, pudiera mantener el engaño durante tanto tiempo sin
ser descubierto.
Como se dijo anteriormente, en 1951 Richter anunció que había alcanzado el pleno éxito en
su labor. Y pese a que no había realizado frente a técnicos especializados ninguna demostración
de sus investigaciones, Perón convocó a una conferencia de prensa el 24 de marzo de ese año
10
En realidad, su experiencia en la física atómica se había limitado a la utilización del acelerador van de Graaff para
obtener curvas de excitación y secciones eficaces, en: La Razón, 28 de junio de 1951
11
El asesor científico de Perón era el sacerdote jesuita Juan Bussolini, director del Observatorio San Miguel, en
realidad más astrónomo que físico.
4
5
anunciando que en la isla Huemul se habían logrado reacciones termonucleares controladas. Este
sorprendente anuncio parecía colocar a la Argentina en posesión del gran descubrimiento
científico sobre cuyas investigaciones las principales potencias ejercían la política del secreto.
Pero, debido a la demora de Richter en ofrecer resultados tangibles y advertido de la dudosa
seriedad científica de esos resultados, el Gobierno envió a la isla una Comisión Técnica presidida
por el Dr. José Balseiro que denunció la impostura de Richter y determinó que el supuesto
descubrimiento constituía un fraude. El físico fue separado de su cargo y, en noviembre de
1952, las instalaciones de la isla fueron clausuradas12
Los noticieros y el “affaire” Richter
Los noticieros nacen con el cine en los Estados Unidos y Francia, adelantándose en varios
años a la radio y la televisión y constituyen noticias filmadas, que no tratan de cubrir desarrollos
de largos períodos, sino que se refieren a hechos particulares, en un momento determinado13. Sus
orígenes están unidos con los de la prensa gráfica de la que reproducen el modo fragmentario de
representar la actualidad: la relación entre el acontecimiento ocurrido y su exhibición es
inmediata. Pero, mientras que los diarios saben aproximadamente a que público se dirigen y al
cual adaptan su estilo, los noticieros no conocen a sus destinatarios, y el contrato con el
espectador se basa en una supuesta objetividad en la información y en el anonimato enunciativo,
convirtiéndose en un portavoz de todos.
En nuestro país, dado el control y centralización de la propaganda del gobierno peronista, los
noticieros eran supervisados por la Subsecretaría de Informaciones a cargo de del periodista Raúl
Alejandro Apold14. Se exhibían semanalmente a una gran audiencia en los cines comerciales de
todo el país15, y eran subsidiados por el Estado. Como voz oficial del régimen, conformaron un
importante espacio simbólico, transmitiendo valores y mensajes y difundiendo las iconografías y
discursos de los intereses dominantes de la época.
A pesar de la brevedad de las noticias, se destacaba su importancia en cuanto a su
capacidad de convencer y transmitir ideas. El hecho de que el film incluyera al mismo tiempo
imagen y sonido, hacía que ejercieran mayor impacto que los mensajes que sólo llegaban
12
Cuando dejó la isla Huemul, Richter se instaló con su familia en Monte Grande, provincia de Buenos Aires,
donde vivió hasta su muerte en 1992.
13
P. Sorlin, op. cit., p. 13.
14
Apold “percibió las posibilidades de desarrollo y crecimiento del organismo para transformarlo en imprescindible
instrumento polìtico”, en César Maranghello, “Cine y Estado”, en Cine Argentino, Industria y Clasicismo
1933/1956, Fondo Nacional de las Artes, Buenos Aires, 2000, Vol. II, p.83.
15
En ese momento funcionaban en el país en total unas 800 salas cinematográficas, en Irene Marrone y M. Moyano
Walter, “Actores y escenarios rurales en el Noticiero Bonaerense, 1948/1958”, IV Jornadas Interdisciplinarias de
estudios agrarios y agroindustriales, Facultad de C. Económicas de la UBA, 9,10,y 11 de noviembre de 2005.
5
6
individualmente al oído y a la vista como la radio y los periódicos. Para Bill Nichols el
comentario en off de los narradores ocupaba un lugar destacado
otorgando un halo de
autenticidad que invitaba a aceptar como verdadero lo que los sujetos narraban16.
Entre los historiadores ha habido una tendencia a considerar los noticieros de cualquier
época como la clase de documentos fílmicos que reflejan en forma más inmediata los hechos
reales, dada su cercanía a los mismos. Según Fledelius Karstein17, aunque son fuentes
importantes de los medios de comunicación de su época, no son confiables. Los noticieros
pueden tomarse como ejemplos de formas de manipulación, ya que debido al montaje, música y
subtitulado, están haciendo su propia construcción del acontecimiento e influyendo así sobre la
lectura que la audiencia hace de ellos.
El supuesto éxito obtenido al poner a prueba por primera vez un reactor nuclear en escala
técnica –noticia que tuvo gran repercusión a nivel nacional e internacional- recibió un fuerte
apoyo del periodismo oficialista18. Como se dijo anteriormente, los noticieros cinematográficos
se hicieron también eco del mismo proyectando dos notas: el acto de homenaje a Richter y la
visita de los periodistas a la isla Huemul. Dada su importancia, las mismas fueron incluidas en el
Resumen Cinematográfico de 1951 del Noticiero Panamericano19
junto con otros hechos
sobresalientes de ese año.
Un “sabio atómico”
El 28 de marzo de 1951, a pocos días de su anuncio sobre el control de la fusión nuclear,
Perón hizo entrega a Ronald Richter del título de Doctor Honoris Causa de la Universidad de
Buenos Aires y de la medalla peronista por sus valores morales.
La nota denominada Distinciones al sabio Ronald Richter fue transmitida por distintos
noticieros cinematográficos de la época20. En la toma inicial y mediante una panorámica, la
cámara enfoca la Casa de Gobierno para luego trasladarse hasta el Salón Blanco donde se
realizaría el acto. Como en la década del ´40 los noticieros argentinos eran transmitidos a otros
países del mundo, el lugar elegido estaba relacionado con el interés de Perón de mostrar que en
la Argentina se estaba llevando a cabo investigaciones sobre la energía atómica con fines
16
B. Nichols, La representación de la realidad. Cuestiones y conceptos sobre el documental. Barcelona, Paidós,
1997.
17
F. Karsten, op. cit, p 55..
18
Además de la cadena oficial de periódicos, el tema fue cubierto por Mundo Atómico. Revista de Divulgación
Científica, publicada por la Editorial Haynes, en sus Nos. 4, 5 y 7. Richter fue tapa del ejemplar No. 5.
19
Noticiero Panamericano Nº 606 (AGN). En total las notas eran 25.
20
Noticiero Panamericano Nº 567 , Sucesos de las Américas Nº 308, y Sucesos Argentinos Nº 644
(AGN)
6
7
pacíficos y en el marco de instituciones liberales democráticas. Esta sería una forma de tomar
distancia de su imagen de dictador construida por los aliados, quienes además consideraban que
su interés por la nuclear estaba vinculado con la intención de desarrollar en el país la bomba
atómica.
La voz en off anuncia que en una ceremonia de extraordinario (término remarcado por el
locutor) relieve es condecorado el sabio argentino Dr. Ronald Richter por sus trabajos
científicos relativos a la liberación controlada de la energía atómica. A través de varias tomas
rápidas la cámara enfoca, además de Perón y Evita, al Vicepresidente Dr. Quijano; a Héctor
Cámpora, Presidente de la Cámara de diputados; al coronel Enrique González, Secretario general
de la CNEA, y a su hijo el capitán González que oficiaba de traductor; al Ministro del Interior
Ángel Borlenghi, al Subsecretario administrativo de la Presidencia, Carlos Aloé21, a Raúl
Alejandro Apold; a Richter y su esposa. La convocatoria de ministros, algunos gobernadores,
miembros del Poder Ejecutivo, Legislativo y de las Fuerzas Armadas, constituye una
representación de la real importancia del evento cuyo objetivo no era la divulgación del hecho
científico, sino la difusión pública de los logros del gobierno.
La
referencia al sabio argentino22 connota la importancia que cobraba un país
sudamericano, alejado de los centros del poder, al mostrar al mundo que un físico proveniente
de un país central, pero naturalizado argentino, era el descubridor del secreto que revolucionaba
al campo de la física nuclear, y que había sido la Argentina de Perón la que le había facilitado los
medios y recursos para lograrlo.
En el imaginario de la época, ser un científico confería prestigio. Eric Hobsbawm sostiene
que desde la década del ´20, con los nuevos y profundos adelantos alcanzados especialmente en
la física, ser un científico era ser alguien envidiado23. Esta representación del rol del investigador
se había acrecentado a partir de la Segunda Guerra Mundial, cuando los físicos tuvieron un papel
privilegiado en la sociedad, disfrutando el poder que acompañó la percepción de que sus
esfuerzos habían hecho mucho para ganar la guerra. Para Sharon Traweek se convirtieron en
héroes prometeicos en busca de la verdad. Las memorias y biografías presentaban a este cuerpo
de élite como único; la imagen de Albert Einstein era y es aún usada como emblema de
inteligencia y creatividad24. Todas estas consideraciones sobre la trascendencia de la labor de los
científicos en el progreso de la humanidad llegarían al público receptor del noticiero, en el
21
El Mayor Aloé estaba a cargo del complejo Alea, monopolio estatal de la prensa oficialista.
Debido al interés de Perón en que Richter fuera considerado un científico argentino, se le otorgó la carta de
ciudadanía en marzo de 1950.
23
E. Hobsbawm, Historia del Siglo XX., Crítica, Barcelona, 1995, p. 536
24
S. Traweek, Beamtimes and life´times. The world of high energy physicists, Harvard University Press, London,
1988, pp. 1-3.
22
7
8
momento que, utilizando planos medios, la cámara se centraba en las figuras del ministro de
Educación Méndez San Martín haciéndole entrega a Richter del título honorífico y en el abrazo
entre Perón y el físico después de la condecoración y de la entrega de la medalla peronista.
Dada la importancia que tenía el sonido como apoyatura de la imagen, el fondo musical tiene
un ritmo vivaz, alegre, exitista, con preeminencia de instrumentos de viento, que anuncia con
pompa triunfalista una noticia importante: el logro de la liberación controlada de la energía
atómica,
y muestra como definitivos resultados de investigaciones que eran provisionales
porque no habían sido contrastados por la comunidad científica.
El discurso retórico se presenta como dotado de una irrefutable verdad, ya que las imágenes
que proyecta la ciencia son percibidas por el espectador como una referencia objetiva del mundo
real y son aceptadas acríticamente. Pero en realidad, desde el punto de vista científico, Richter
ignoraba los parámetros físicos dentro de los que teóricamente, podría producirse la reacción
termonuclear en cadena. En la explicación se aferró a una particular interpretación suya sobre las
líneas del registro del espectógrafo del laboratorio -que funcionaba defectuosamente – y se negó
a repetir esa experiencia25, dando por probado un hecho insuficientemente experimentado.
La voz en off continúa: el apoyo prestado por el gobierno … es elocuente demostración de la
preocupación permanente (vocablo remarcado) por nuestro país por alcanzar los más
resonantes triunfos para bien de la humanidad. En un lenguaje altisonante el locutor hacía
referencia al gobierno de la Nueva Argentina, que impulsando el desarrollo científico en un área
de vanguardia a nivel mundial como lo era la nuclear, ubicaba a nuestro país entre las principales
potencias que desarrollaban esa energía con fines pacíficos. Con estas imágenes, la iconografía
fílmica peronista construía un país democrático, potente y pujante, inaugurando una Argentina
que se acercaba en el campo de la ciencia nuclear a las fronteras del conocimiento de la época.
Detrás de los participantes, la estatua de la República -símbolo de la unidad nacional- se
constituye en mudo testigo del acontecimiento que convertiría a la Nueva Argentina en una
sociedad moderna e industrializada. Según A. Rouquié, Perón, que soñaba con hacer de nuestro
país una potencia mundial, “tenía debilidad por las iniciativas espectaculares con algo de
megalomanía, a expensas de las realizaciones duraderas, pero poco llamativas”26.
Por otra parte, como las omisiones transmiten más de lo que se muestra, no se observan
científicos en el homenaje. Ningún físico estuvo presente en el acto ni tampoco la prensa local
25
26
M. Mariscotti, op.cit.,pp.285-286.
Alan Rouquié, Poder militar y sociedad política en la Argentina, Buenos Aires, Hyspamérica 1986, Tomo 2, p.81
8
9
acudió a ellos para
pedirles
su opinión27. La comunidad científica argentina no tuvo
participación alguna en el Proyecto Huemul que Richter estaba llevando a cabo con sus
colaboradores, todos extranjeros. Los científicos argentinos lo consideraron un hecho negativo,
desarrollado en base a la superficialidad del conocimiento y de la metodología científica, sin que
constituyera en absoluto ningún aporte en el avance del conocimiento28.
Tampoco se hizo referencia a los méritos académicos que le hicieran acreedor al título
recibido. En realidad, sus antecedentes científicos eran casi inexistentes, ya que no había
publicado ningún trabajo teórico original en materia de física nuclear ni sobre ninguna otra rama
de las ciencias físicas que lo avalara y no estaba reconocido en ningún ámbito científico
académico 29.
El Proyecto Huemul o la incorporación simbólica de la Patagonia
Huemul es una pequeña isla situada a 7 km de Bariloche, frente a Playa Bonita. A partir de
1949 Richter se instalaría en ella, acompañado por sus colaboradores, contando con un fuerte
apoyo de las autoridades nacionales para su proyecto.
En 1951, cuando todavía el Proyecto Huemul era considerado un éxito, se promulgó el
decreto 9697 por medio del cual se mantenía la estructura de la CNEA como organismo de
planificación, pero se creaban tres nuevos organismos de tipo ejecutivo en el ámbito oficial: la
Planta Nacional de Energía Atómica y el Laboratorio Nacional de Energía Atómica, ambos en
Bariloche, a cargo de Richter y bajo la dependencia directa del Presidente de la Nación y, la
Dirección Nacional de la Energía Atómica (DNEA)30 que dependía del Ministerio de Asuntos
Técnicos, con sede en Buenos Aires. Esta compleja estructura administrativa se debía al vínculo
establecido entre Richter y Perón y a la importancia que el Presidente asignaba al Proyecto
Huemul, evitando la superposición de otros funcionarios. Además, Perón designó a Richter su
único representante en la isla, donde éste ejercería por delegación su misma autoridad
presidencial.
En junio de ese año, la CNEA invitó a los representantes de la prensa nacional para que
conocieran las instalaciones en la isla provistas con los más modernos instrumentos y equipos
27
M. Mariscotti, op. cit., p. 164
Enrique Gaviola, Esto Es, Nº 96, semana del 18 a 24 de octubre de 1955
29
Los índices de trabajos científicos a nivel mundial no registraban ninguno de Richter y su tesis doctoral no había
sido publicada, en M. Mariscotti, op. cit., p.186
30
A partir de 1952 se desarrolló en la DNEA un período de excepcional crecimiento y expansión de las actividades
científicas, organizándose los primeros grupos de investigación en el área nuclear. En 1956 la DNEA fue
reestructurada absorbiendo a la originaria CNEA y tomando el nombre de Comisión Nacional de Energía Atómica,
que se mantiene hasta la actualidad.
28
9
10
para realizar investigaciones en el campo nuclear31. En opinión del físico Enrique Gaviola, quien
presidía la Asociación Física Argentina, en realidad fue la presión de los círculos científicos
sobre la Casa Rosada exigiendo resultados concretos la que determinó la visita de los periodistas
a Huemul, después de las declaraciones de Perón y Richter en marzo de 195132.
.
Huemul. Bariloche. La Planta de energía atómica33es el título de la segunda y última nota
sobre el tema que aparece en los noticieros cinematográficos de 1951. La toma con que se inicia
la filmación es la de la bandera nacional flameando en la lancha que conduce a Richter y a los
periodistas hacia la isla. Con estas imágenes que mostraban el sur del país, la iconografía fílmica
de la Nueva Argentina incorporaba simbólicamente a la Patagonia a los beneficios de la
modernidad. La elección de Huemul para desarrollar los experimentos en energía nuclear, era
también coherente con los planes del gobierno peronista de poblar la Patagonia, territorio
visualizado en ese momento como área estratégica para el crecimiento del país34.
La cámara enfoca un cartel en que se lee: “Presidencia de la Nación. CNEA. Proyecto
Planta Piloto de la Energía Atómica Huemul. Plan de gobierno 1946-1951”, indicando que el
logro no parte de esa región, sino de entidades que integran Estado Nacional, verdadero
impulsor del proyecto científico.
Varios planos generales muestran la llegada de los periodistas a la isla y su recorrido por la
misma. Las imágenes son acompañadas por la voz en off, que utilizando el pronombre nosotros,
crea un colectivo de identificación, un puente que une al gobierno y a los espectadores :
Invitados por el profesor Ronald Richter llegamos a Huemul…. Allí entramos en contacto con el
mundo científico que funciona en la pequeña isla…
Como a partir de Hiroshima y Nagasaki existía en la sociedad la inquietud por conocer más
sobre el tema nuclear y sus aplicaciones, podemos imaginar la repercusión de esta noticia que
estaba desarrollándose en Argentina. Ese espacio lejano, situado en la zona meridional del país,
donde se llevaban a cabo los experimentos nucleares del Proyecto Huemul, podía hacer
rememorar en el público al exitoso Proyecto Manhattan que Norteamérica había desarrollado
31
Un artículo y fotos sobre la visita fue publicado en Mundo Atómico, Revista de divulgación científica, Nº 5, Año
1951, pp. 1-10
32
Enrique Gaviola, Esto Es, Nº 96, semana del 18 a 24 de octubre de 1955.
33
Sucesos de las Américas Nº 321, Noticiero Panamericano Nº 580 (AGN).
34
El Censo Nacional de 1947 en Argentina mostraba un total de de 15.893.811 habitantes, de los cuales 361.551
vivían en la Patagonia, es decir el 2,3% de la población. En: www. indec.gov.ar
10
11
entre 1944 y 1945 en Nueva Méjico, sur de los Estados Unidos, y en el que destacados
científicos provenientes de diversos países construyeron la bomba atómica35.
Las imágenes muestran a los reactores primero y segundo –lugar éste último donde se
habían realizado los experimentos atómicos y que en ese momento estaba en construccióncustodiados por militares. En un lenguaje altisonante y enfático, la voz en off toma distancia de
una posible aplicación bélica : …únicamente perseguimos propósitos de paz y progreso…
Desde el comienzo de las investigaciones en el área nuclear, Argentina se había declarado a
favor de una política orientada hacia su utilización pacifica que figuraba en los considerandos del
decreto 10936 de creación de la CNEA. Para Enrique Oteiza, pese a las declaraciones públicas
en apoyo del uso de la energía atómica con fines pacíficos, países como Argentina, China,
Canadá, India y Brasil crearon instituciones especializadas obteniendo resultados que les
permitió avanzar en el uso militar –la bomba –y luego en sus aplicaciones en el ámbito civil .Así
en Argentina,“ la fase inicial está marcada por una apuesta fuerte en la posibilidad de lograr
reacciones controladas de fusión atómica... Se apostó asimismo, a la competencia de un
científico austríaco, dentro de un marco inicial de secreto, al punto que los físicos y en general la
ciencia universitaria argentina fueron marginados de esta fase”36.
En nuestra opinión, existía realmente en Perón el interés de poner esa formidable fuerza
energética al servicio del proceso de industrialización acelerado que estaba llevando a cabo. Pero
además, el desarrollo nuclear le habría otorgado hacia el interior del país un importante rédito
político en momentos en que se realizaba su reelección y que la etapa distributiva había llegado a
un límite, surgiendo la oposición dentro de las Fuerzas Armadas, y también hacia el exterior al
mostrar el avance científico-técnico alcanzado por Argentina, ubicándola en otras relaciones de
poder en aquel mundo enfrentado por la Guerra Fría37.
La voz en off continúa: Llegamos ahora a Playa Bonita para conocer el mundo íntimo en
que vive el sabio argentino… Mediante varios planos medios la cámara enfoca a Richter y a su
esposa en la casa en que viven mientras ella está mostrando en un álbum fotográfico familiar
diversos acontecimientos de la vida del sabio.
Esta idea de acercar al público a la vida del físico es novedosa ya que la ciencia y sus
productos en general resultan inaccesibles para la
gran mayoría de los ciudadanos. La
aproximación a la ciencia puede causar en el público una sensación de incapacidad para
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Entre los físicos más destacados participaron Edward Teller, John Neumann y los premios Nobel: Niels Bohr
James Chadwick y Enrico Fermi
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E. Oteiza Introducción en E. Oteiza y otros, La política de investigación científica y tecnológica argentina.
Historia y perspectivas , Buenos Aires, CEAL,1992, pp. 39-40
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En esos momentos se estaba desarrollando la guerra de Corea, que podría haber sido el inicio de una Tercera
Guerra Mundial.
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entenderla, lo que es definido como el “efecto vitrina”38 por Philippe Roqueplo. También sus
actores sociales -los científicos- son percibidos como lejanos y encerrados en una torre de marfil.
Así, en lugar de estar aislado de la sociedad, se ve a Richter en una escena familiar y doméstica,
teniendo en brazos a su gato Epsilon …al que no dejaron entrar en EUA, y por cuya causa el
Dr. Richter declinó la invitación de visitar ese país….
Al finalizar la guerra, los aliados buscaron obtener la colaboración de científicos alemanes.
Richter estaba interesado en ir a los EUA, pero de acuerdo con su propio relato39, como no se le
permitiera ingresar con su gato en ese país, decidió venir a la Argentina. Más allá de la veracidad
de su versión, el noticiero transmite la imagen de un científico prestigioso, por el que estaba
interesada la primera potencia mundial, que optó y tomó la decisión de investigar en nuestro
país.
Se escucha la voz en off: …Mientras agencias noticiosas extranjeras desparraman por el
mundo la noticia de su detención, el Dr. Richter recibía a periodistas en la isla Huemul…. Las
imágenes de Richter dialogando con los hombres de prensa tenían como destinatarios a todos
aquellos que dentro de Argentina o fuera de ella dudaban del logro científico alcanzado, y en
especial, a la prensa internacional que había difundido en mayo de 1951 la errónea noticia de su
detención.
….La Argentina, dijo el ilustre sabio, domina ya la técnica de la desintegración atómica
controlada y hasta produciría también isótopos medicinales para luchar contra el cáncer… La
voz en off presenta como definitivos resultados de investigaciones que eran provisionales porque
no habían sido contrastados por la comunidad científica40.
Para Mario Mariscotti, con esta visita a la isla se cerraba un capítulo del proyecto Huemul;
el más espectacular41. A partir de allí comenzarían las dificultades en torno a ofrecer resultados
concretos para el futuro próximo, relacionado con la producción de energía o de radioisótopos
para uso medicinal, profundizándose
en el círculo gubernamental las dudas respecto a la
veracidad de sus afirmaciones
Conclusión
38
P. Roqueplo, op. cit., p. 127.
Noticias Gráficas, 28 de junio de 1951
40
Con respecto a los radioisótopos, los científicos y técnicos argentinos realizaban las investigaciones en los
laboratorios de la DNEA, sin ninguna vinculación con el Proyecto Huemul. El equipo de radioquímica dirigido por
el Profesor Seelmann-Eggebert descubrió una docena de radioisótopos nuevos que fueron publicados en revistas
científicas internacionales, haciendo visibles a nuestros profesionales a nivel mundial.
41
M. Mariscotti, op. cit, p. 196.
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En la segunda posguerra, y en relación con el proceso de industrialización acelerado que se
estaba llevando a cabo, el gobierno peronista intentó dotar a la Argentina de una industria
nuclear en tiempo récord, asignando al físico Ronald Richter cuantiosos recursos para construir
un centro atómico piloto en la isla Huemul.
Considerando al cine como un importante medio de difusión de las políticas de Estado, la
propaganda oficial trató de legitimar este proyecto a través de los noticieros cinematográficos de
la época con notas sobre Richter y el Proyecto Huemul.
La retórica discursiva del gobierno incluyó en la propaganda a la ciencia y la tecnología
nuclear con carácter fundacional, pero en realidad el énfasis de la información no estuvo puesto
en el valor intrínseco del hecho científico, sino en su instrumentación política. Aunque el saber
científico se constituía en una de las fuerzas que orientaban el avance de la sociedad, las
imágenes de los noticieros no se convirtieron en un puente entre ese saber y el público, ya que
no hubo en ellas interés alguno por divulgar la objetividad del hecho científico, ni por la validez
de los resultados obtenidos en la isla Huemul. La ciencia -empresa simbólica vinculada al
avance de la humanidad- era transmitida no como conocimiento, sino como principio de poder.
La retórica utilizada era homogénea ya que la política nuclear dependía directamente de
Perón; en la explicación en off de las imágenes estaban las marcas de los discursos impuestos
por el poder político. El campo fílmico iconográfico “construía” una Argentina democrática,
industrializada y moderna -acentuando los lazos entre ciencia y política- y al incluir el espacio
despoblado de la Patagonia, extendía el imaginario del progreso a todo el territorio nacional.
El objetivo gubernamental era formar opinión y obtener consenso, y el dominio de la
energía liberada por el átomo podía afianzar al régimen en el plano interior, en el que se
perfilaba el surgimiento de sectores opositores y, en el plano exterior, ante la posibilidad de
transformarse en una potencia y ocupar un lugar junto a los países desarrollados de la época.
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