Ciudadana: ARQ. JAMELIS RIOS. PRESIDENTA DEL INSTITUTO DE DESARROLLO SOCIAL. Su Despacho.- Honorable Presidenta: Luego de saludarla, la presente tiene por objeto dar respuesta a la comunicación No. PR-0517-2002, de fecha 19 de junio del 2002, donde se nos solicita criterio jurídico a seguir en los casos de rescisión unilateral de los contratos administrativos, cuando existan causales para ello o cuando sin mediar causas, así se resuelva, y el procedimiento para notificar a las empresas contratistas de tal decisión. DEL REGIMEN JURÍDICO APLICABLE El Instituto de Desarrollo Social (IDES) es una fundación del Estado, con personalidad jurídica propia que forma parte de la Administración Pública Descentralizada, tiene una naturaleza jurídica mixta de derecho público y de derecho privado; debido a esta circunstancia está sometido a las disposiciones administrativas que la Ley le imponga para su creación, funcionamiento, control y disolución. Es por ello, que las Fundaciones del Estado como entes de la Administración Pública Descentralizada, están sometidas en la materia contractual a la aplicación de la Ley de Licitaciones, a la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos (LOPA), Ley de Procedimientos Administrativos del Estado Zulia, al decreto 1.417 sobre las Condiciones Generales de Contratación de Obras (entre otras leyes especiales) y al Código Civil. Ahora bien, la posición privilegiada del IDES como parte de la Administración Pública, le otorga facultades para extinguir unilateralmente los contratos administrativos. El TÍTULO III De las obligaciones, Capítulo I De las fuentes de las obligaciones, Sección I De los contratos, artículo 1.133 del Código Civil venezolano, define lo que debe entenderse desde el punto de vista del Derecho Civil como Contrato. En este sentido, el citado artículo establece: “Artículo 1.133 C.C.: El contrato es una convención entre dos o más personas para constituir, reglar, transmitir, modificar o extinguir entre ellas un vínculo jurídico”. Desde el punto de vista del Derecho Administrativo, ha sido criterio adoptado por la doctrina nacional y extranjera, y la jurisprudencia venezolana, que los contratos administrativos deben entenderse por toda convención celebrada entre dos o más personas cuando una de ellas, es un ente público, tiene utilidad pública o prestación de un servicio público y entiende la presencia de prerrogativas de la administración consideradas como exorbitantes en dichos contratos. En tal sentido, Bielsa (s/f) citado por Rafael Badell Madrid (2001), señala como Contrato Administrativo a “el que celebra la Administración Pública con otra persona pública o privada, física o jurídica, y que tiene por objeto una prestación de utilidad pública”. Escola (s/f) citado por Rafael Badell Madrid (2001), considera que los contratos administrativos son aquellos “celebrados por la administración pública con una finalidad de interés público y en los cuales, por tanto, pueden existir cláusulas exorbitantes del derecho privado o que coloquen al cocontratante de la administración pública en una situación de subordinación respecto de ésta”. Para Berçaitz (s/f) citado por Rafael Badell Madrid (2001), los contratos administrativos son “aquellos celebrados por la administración pública con un fin público, circunstancia por la cual pueden conferir al cocontratante derechos y obligaciones frente a terceros, o que, en su ejecución, pueden afectar la satisfacción de una necesidad pública colectiva, razón por la cual están sujetos a reglas de derecho público, exorbitantes del derecho privado, que colocan al cocontratante de la Administración Pública en una situación de subordinación jurídica”. Marienhoff (s/f) citado por Rafael Badell Madrid (2001), el contrato administrativo es el “acuerdo de voluntades, generador de obligaciones celebrado entre un órgano del Estado en ejercicio de las funciones administrativas que le competen, y otro órgano administrativo o con un particular o administrado, para satisfacer finalidades públicas”. Así, según la Sala Político Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia Nº 00187 del 05 de Febrero de 2002, define y caracteriza los contratos administrativos de la siguiente manera: “... son verdaderos contratos administrativos, toda vez que los mismos poseen las tres características básicas de todo contrato administrativo, a saber: 1.- Una de las partes es un ente público, 2.el contrato tiene una finalidad de utilidad pública o la prestación de un servicio público, y 3.- como consecuencia de lo anterior, se entiende la presencia de ciertas prerrogativas de la Administración en dichos contratos, consideradas como exorbitantes, aun cuando no se encuentren expresamente plasmadas tales características en el texto del mismo”. En tal sentido, resulta importante destacar dos deberes fundamentales para las partes contratantes, los cuales si bien se encuentran contenidos en el Código Civil, ha sido criterio reiterado de la jurisprudencia venezolana la aceptada aplicación de los mismos en los contratos administrativos. “Artículo 1.159: Los contratos tienen fuerza de Ley entre las partes. No pueden revocarse sino por mutuo consentimiento o por las causas autorizadas por Ley”. “Artículo 1.160: Los contratos deben ejecutarse de buena fe y obligan no solamente a cumplir lo expresado en ellos, sino a todas las consecuencias que se derivan de los mismos contratos, según la equidad, el uso o la Ley”. De este modo, la doctrina representada por el administrativista Rafael Badell Madrid (2001), señala que “la máxima de que los contratos deben ejecutarse de buena fe no es exclusiva del derecho privado; tratase de un principio general y por tanto aplicable también en el derecho administrativo. De ahí deriva que las potestades excepcionales que posee la Administración para adecuar la ejecución de los contratos a los intereses públicos, no puede significar el desconocimiento de los derechos de quienes han contratado con ella”. Asimismo, la Sala Político Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia Nº 00060 de fecha 6 de febrero de 2001, con ponencia del Magistrado Levis Ignacio Zerpa, en juicio Corporación Digitel, C.A., estableció: “Ahora bien, cabe precisar que, en materia de contratos administrativos, resulta aplicable el principio general contenido en el artículo 1.159 del Código Civil, conforme al cual “los contratos tienen fuerza de ley entre las partes”. De allí que, si ellos no contienen menciones contrarias a las leyes, al orden público, ni a las buenas costumbres, tienen carácter obligatorio, no pudiendo aquellas desligarse de sus compromisos contractuales, salvo la especial situación que en ellos tiene la administración contratante”. Por otra parte, se hace necesario resaltar la inaplicabilidad de la excepción non adimpleti contractus a favor del cocontratante en materia de contratos administrativos, por lo cual según el citado autor Rafael Badell Madrid (2001), la doctrina y jurisprudencia señalan que en materia de contratos administrativos, el co-contratante no puede amparase en el incumplimiento de las obligaciones asumidas por la Administración, para dejar de cumplir las suyas. El fundamento de la inaplicabilidad de tal excepción, se encuentra – a juicio de la doctrina y también de la decisión citada- no solo “en el carácter de subordinación de la actividad del Contratista, al supremo interés del servicio (...) sino también partiendo de un nuevo concepto de la causa de los contratos bilaterales cuando se trata de contratos administrativos. Así, la sala Político Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia de fecha 11 de abril de 2000, caso República de Venezuela contra Pedarca, C.A., decidió: “Adicionalmente, la Sala observa que la defensa esgrimida por la demandada P... se encuadra dentro de las previsiones de la excepción del contrato no cumplido o exceptio non adimpleti contractus. En efecto, nótese que la demandada ha argumentado que su incumplimiento obedece, precisamente, a los supuestos incumplimientos del Ministerio ... Sobre este particular, es bueno advertir que cuando la Administración reclama del co-contratante el cumplimiento de alguna previsión contenida en un contrato administrativo, éste queda imposibilitado para oponer la excepción antes dicha, bastando citar para ello la decisión de la Corte Federal y de casación del 5 de diciembre de 1945 (caso Astilleros La Guaira) y las subsecuentes decisiones emanadas de esta Sala que ratificaron este criterio. Por ello, mal podría la demandada oponer a la demandante su incumplimiento, ya que ello, en materias como la sometida a consideración de la Sala, resultaría improcedente. Así se decide... Exp. Nº 175 (68-73). Sent. Nº 00789. Ponente: Dr. Carlos Escarrá Malavé. En cuanto a la presencia de ciertas prerrogativas de la administración en los mencionados contratos, consideradas como exorbitantes se ubica el poder de rescisión unilateral de los mismos por parte del Estado. Por ello, además de los supuestos de terminación normal (vencimiento del plazo o cumplimiento del objeto del contrato administrativo) puede terminarse anticipadamente cuando la administración contratante hace uso de esa potestad. La extinción unilateral del contrato administrativo puede estar fundamentada según el Administrativista Rafael Badell Madrid (2001), en diversas causas, a saber: 1. Razones de mérito, oportunidad y conveniencia, también denominado por la doctrina el rescate tiene lugar cuando la administración por las citadas razones da por terminado el contrato administrativo, ya sea para asumir la prestación del servicio en forma directa, o para poner fin al servicio por estimar que de éste no se desprende beneficio alguno para la colectividad. Como quiera que la extinción del contrato por está vía constituye una facultad discrecional, desvinculada de la conducta del contratista o de vicios en la contratación, su ejercicio supone la integra indemnización del lucro dejado de percibir por el cocontratante, dado que el interés general que tiene la administración al rescate no implica potestad para disponer de la propiedad de los particulares. 2. Revocación por razones de ilegalidad: este supuesto ocurre cuando la administración reconoce la ilegalidad del contrato administrativo. La Administración puede extinguir unilateralmente el contrato, cuando los actos administrativos que contienen la voluntad de contratar se encuentran afectados de nulidad, se produce la extinción del contrato mismo, pues deja de existir uno de los elementos necesarios para su validez (manifestación legítima de la voluntad). Siendo que en esta materia se aplican las mismas reglas que regulan la revisión oficiosa de los actos administrativos, en consecuencia solo puede declararse en sede administrativa cuando el contrato este afectado de nulidad absoluta. En este sentido, se ha pronunciado la Sala Político Administrativa de la extinta Corte Suprema de Justicia, del 26 de julio de 1984, estableció: “... la facultad de la autoridad administrativa para actuar en tal sentido está contenida en el principio de la auto tutela de la Administración Pública, que da a ésta poderes de revocar y modificar los actos administrativos que, a su juicio, afecten el mérito o legalidad de los casos por ellos contemplados” . De la sentencia antes transcrita, se desprende que la Administración en efecto, puede revocar en su ejercicio de potestad de autotutela, aquellos actos que, aun hayan creado derechos subjetivos a los particulares, adolecen de nulidad absoluta. De allí, que constituye más bien, una obligación de la Administración, rectificar su actuación cuando la misma éste viciada. Igual criterio tiene la doctrina que considera que la única posibilidad que tiene una autoridad administrativa para revocar un acto administrativo creador o declarativo de derechos a favor de particulares, una vez firme, es que el mismo sea un acto administrativo nulo, de nulidad absoluta, pues de lo contrario si se tratase de un acto anulable, viciado de nulidad relativa sería irrevocable, si crea o declara derechos a favor de particulares. En tal sentido, la doctrina y jurisprudencia contenciosa administrativa, han establecido (en atención a la trascendencia de las infracciones) los caracteres de la nulidad absoluta, en este sentido sostienen lo siguiente: a) Carencia total y absoluta de los tramites procedimentales legalmente establecidos. b) Aplicación de un procedimiento distinto al previsto por la Ley correspondiente, es decir, cuando por una errónea calificación previa del procedimiento a seguir se desvíe la actuación administrativa, o ; c) Presidencia de principio o reglas esenciales para la formación de la voluntad administrativa. d) Trasgresión de fases del procedimiento que constituyan garantías esenciales del administrado. 3. La Caducidad de rescisión unilateral, (incumplimiento del co- contratista) puede definirse como la voluntad con efectos ejecutorios adoptada por la administración de terminar anticipadamente el contrato administrativo, y que se produce como consecuencia grave del incumplimiento de las obligaciones asumidas por el cocontratante. Esto es debido a que se debe tomar en consideración que la Ley presume que los contratos son suscritos de buena fe, por lo que las partes se obligan a respetar y asumir las consecuencias jurídicas de el derivadas, en este sentido los artículos 1.159 y 1.160 del Código Civil establecen: En este orden de ideas, la rescisión unilateral o caducidad tiene un carácter sancionatorio, pues supone una inobservancia grave y sistemática de las obligaciones del co-contratante. En ese sentido, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, (caso Aerolink International, S.A) de fecha 20 de Junio de 2000, dispuso: “antes de declarar la rescisión o caducidad del contrato administrativo, es necesario iniciar y tramitar un procedimiento administrativo, aun cuando este procedimiento sea expedito como el procedimiento sumario,” en el que se recojan los elementos del juicio que van a servir de fundamento a la decisión, se califique la gravedad de la falta del concesionario y, finalmente, en caso de estimarse que se trata de un incumplimiento que amerite la rescisión del contrato, se imponga la sanción correspondiente. El administrativista Rafael Badell Madrid (2001), señala al respecto lo siguiente: “no cabe duda que la imposición de sanciones a los contratistas públicos, requiere un procedimiento previo que recoja los elementos de juicio necesarios para adoptar una decisión y, en este sentido, el procedimiento administrativo que se inicie, a tal efecto, tiene sentido en tanto permita la participación activa del principal interesado (co-contratante) y se garantice el ejercicio de su derecho a la defensa. Ello tiene por objeto, precisamente, asegurar que el contratista pueda ejercer las defensas y oponer las excepciones que tenga a bien plantear en resguardo de su posición jurídica. Específicamente en materia de contratos administrativos, y en relación con la necesidad de que se tramite un procedimiento previo en el cual el contratante pueda ejercer eficazmente su derecho a la defensa, la Sala Político Administrativa de la Corte Suprema de Justicia ha expresado que “no basta que se produzca el incumplimiento del contratista para que la Administración declare, ipso facto, caducidad o rescisión del contrato. El acto extintivo debe estar en estos casos, precedido de un procedimiento administrativo, en el curso del cual resulte comprobado el incumplimiento y su imputabilidad al cocontratante. Todo ello como único medio capaz de garantizar el derecho a la defensa del particular cocontratante. En idéntico sentido se ha pronunciado la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia al señalar que la rescisión unilateral del contrato sin la previa apertura del procedimiento administrativo correspondiente resulta violatoria del derecho constitucional a la defensa (subrayado nuestro)”. Así, en decisión de fecha 20 de Junio de 2000 (caso: Aerolink International, S.A.) la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, dispuso: “(...) la Administración frente a ese incumplimiento contractual como por ejemplo falta de pago, falta de constitución de las fianzas exigidas, falta de rendición de cuentas, etc., tiene la potestad de rescindir unilateralmente el contrato pero respetando los derechos subjetivos o intereses legítimos de los concesionarios, toda vez que el acto por el cual se rescinde la concesión es un acto por el cual se rescinde la concesión es un acto administrativo que debe estar precedido de un procedimiento que garantice el derecho a la defensa y al debido proceso (...)” (Subrayado nuestro). Por otra parte, la Sala Político Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, en Sentencia Nº 01219 de fecha 26 de Junio de 2001, decidió: “Reitera la Sala que la Administración tiene la facultad de resolver unilateralmente los contratos administrativos en los que sea parte, por distintas razones: de legalidad, cuando no se han satisfecho los requisitos exigidos para su validez o eficacia; de interés general o colectivo; y a título de sanción, en caso de falta grave o incumplimiento del co-contratante. Ciertamente, en este último supuesto, no puede la Administración prescindir, en principio, de un procedimiento contradictorio, en el cual se asegure al particular sus elementales garantías de intervención y defensa. En consecuencia, frente a la potestad de decisión unilateral del contrato, se erige la garantía del derecho a la defensa del interesado será afectado por la decisión que haya de adoptarse”. LAS NOTIFICACIONES En cuanto a las notificaciones del acto administrativo mediante el cual el Estado Zulia decide rescindir unilateralmente un contrato administrativo, es necesario resaltar que el mismo debe hacerse en cuerpo separado y cumplir con el artículo 73 de la Ley de Procedimientos Administrativos del Estado Zulia, según la cual: Artículo 73. Se notificará a los interesados todo acto administrativo de carácter particular que afecte sus derechos subjetivos o sus intereses legítimos, personales y directos, debiendo contener la notificación el texto íntegro del acto, e indicar si fuere el caso, los recursos que proceden con expresión de los términos para ejercerlos y de los órganos o los tribunales ante los cuales deban interponerse” Toda vez que es importante acotar que dentro de las garantías constitucionales del derecho a la defensa y al debido proceso, se encuentra el derecho del administrado que se vea afectado por un administrativo instaurado en su contra, conlleva a que sea procedimiento de conocer ese procedimiento lo cual válidamente llamado a participar en él, es decir que sea notificado, y conocer la causa del mismo. Por lo que es obligación de la Fundación (IDES) notificar a los interesados de toda rescisión o acto administrativo de carácter particular que afecte sus derechos subjetivos o sus intereses legítimos, personales y directos. La boleta de notificación deberá contener: a) El texto integro del acto y los recursos que proceden con expresión de los términos para ejercerlos y los órganos o tribunales ante los cuales deban interponerse, y. b) Anexar certificada del acto que rescinde el contrato administrativo, debiéndose asentar al reverso del mismo en señal de certificación (firmada por el funcionario y con el sello húmedo del organismo que emite el acto administrativo) la siguiente leyenda: Quien suscribe, _____________, venezolano, mayor de edad, ________, titular de la Cédula de Identidad Nº _______, domiciliado en la ciudad y Municipio Maracaibo del Estado Zulia, actuando en este acto en mi condición de ____________ del Instituto de Desarrollo Social, Certifico: Que la presente constante de _______ (__) folios útiles, es copia fiel y exacta de su original, la cual reposa en los archivos de este Despacho. En Maracaibo a los________ (___) días del mes de _____________ del dos mil dos (2002). Años 192º de la Independencia y 142º de la Federación. L.S. (FDO). (NOMBRE DEL FUNCIONARIO) (SECRETARIO-DIRECTOS O PRESIDENTE) DEL INSTITUTO DE DESARROLLO SOCIAL (IDES) En caso que sea impracticable la notificación en el domicilio o residencia del interesado o apoderado, se procederá a realizar la publicación del acto en un diario de mayor circulación de la entidad territorial donde la autoridad que conoce del asunto tenga su sede y, en este caso, se entenderá notificado el interesado quince (15) días después de la publicación, circunstancia que se advertirá en forma expresa, de conformidad con lo establecido en el artículo 76 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos. La notificación cartelaria podrá ser redactada de la siguiente manera: NOTIFICACIÓN CARTELARIA Por cuanto no sido posible la notificación, prevista en el artículo 75 de la Ley de Procedimientos Administrativos del Estado Zulia, se procede a la publicación del mismo en los siguientes términos: (trascripción integral del acto administrativo) LA PRESENTE NOTIFICACIÓN SURTIRA EFECTOS, LUEGO TRANSCURRIDOS QUINCE (15) DIAS DE LA PRESENTE PUBLICACIÓN JAMELIS RIOS PRESIDENTA DEL INSTITUTO DE DESARROLLO SOCIAL DE OPINIÓN DEL CONSULTOR Es opinión de esta Oficina Consultora, que las Fundaciones del Estado, estas están regidas en cuanto a la rescisión de los contratos administrativos celebrados por ella, por la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, Ley Orgánica de Administración Pública, Ley de Licitaciones, Decreto 1417 y demás leyes administrativas, así como la doctrina y jurisprudencia. Ahora bien, en caso que la Fundación quiera rescindir contratos de derecho privado o que decida no realizar el procedimiento conforme a la Ley de Procedimientos Administrativos del Estado Zulia , debe (so pena de nulidad de todas sus actuaciones por prescindencia total o absoluta del procedimiento legalmente establecido, según lo previsto en el artículo 20 de la Ley de Procedimientos Administrativos del Estado Zulia), acudir a los órganos de poder jurisdiccional (juzgados civiles) para que sean éstos quienes mediante sentencia declare mediante sentencia la resolución de los contratos. RECOMENDACIONES Por las razones antes expuestas este Despacho Consultor realiza las siguientes recomendaciones: 1. Cuando sea necesario terminar la relación contractual antes del tiempo previsto en el contrato, procurar que esta sea por mutuo convenimiento lo cual debe constar en documento escrito y ser firmada y sellada por las partes contratantes en señal de conformidad. 2. Cuando se rescindan contratos de los denominados “Administrativos” por incumplimiento del cocontratista, se debe realizar un procedimiento administrativo donde se compruebe tal circunstancia. Al efecto, se notificará al cocontratista y se abrirá un expediente conforme a la procedimiento sumario establecido en la Ley de Procedimientos Administrativos del Estado Zulia, en su artículo 67 y siguientes. Este procedimiento sumario concede un termino de treinta (30) días para que la Administración decida este procedimiento. Esta decisión es un acto administrativo y como tal debe ser motivado donde se expliquen las razones de hecho y derecho que dieron motivo a la rescisión unilateral donde se hayan valorado todas las pruebas y alegatos suministradas por el administrado. Igualmente se debe notificar esta decisión conforme a lo establecido en la Ley de Procedimientos Administrativos del Estado Zulia, en sus artículos 73 y siguientes. Sin otro particular al cual hacer referencia, se suscribe de usted, Atentamente, ESP. ANA MARIA VILORIA ABZUETA CONSULTOR JURÍDICO (E) Providencia Administrativa de la Consultoría Jurídica de la Gobernación del Estado Zulia, No1, de fecha 16/08/2002. AV/ES