Posición de la CES sobre las empresas unipersonales privadas con

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Posición de la CES sobre
las empresas unipersonales privadas
con responsabilidad limitada
Adoptada por el Comité ejecutivo el 11-12 de junio 2014
Síntesis:
• La propuesta de Directiva SUP (Sociedades unipersonales) plantea serias
preocupaciones respecto a la evasión fiscal, los derechos laborales y la gobernanza
empresarial sostenible. Si se aprueba, esta directiva dejará la puerta abierta a
empresas de cualquier tamaño para minimizar sus responsabilidades en virtud del
derecho nacional.
• Por lo general, las PYME reales, sobre todo si son sociedades unipersonales, llevan
a cabo sus actividades en el plano local. Por consiguiente, el valor añadido de una
intervención de la UE para este tipo de empresas es muy cuestionable. Además, la
CES no puede aceptar que las normas simplificadas contenidas en la SUP puedan ser
sorteadas por las grandes empresas para eludir formas de legislación comunitaria más
elaboradas como las de la Sociedad Europea (SE).
• La CES rechaza la Directiva SUP e insta a las instituciones de la UE a trabajar con
los interlocutores sociales para buscar soluciones apropiadas para un enfoque
sostenible del Derecho europeo de sociedades.
o
o
o
Antes de cualquier nueva iniciativa sobre derecho de sociedades, el legislador
europeo debe definir las reglas apropiadas para garantizar que la ubicación de
la sede central esté conectada al lugar principal de las actividades.
Los procedimientos de registro deben ofrecer las garantías necesarias en
cuanto al control de la identidad y la reputación del fundador de la sociedad.
Se deben tomar igualmente medidas suficientes para garantizar la buena
gestión financiera de la sociedad, incluidos suficientes fondos propios. Esto es
necesario para cubrir la responsabilidad hacia los clientes, los acreedores y los
empleados.
• La CES no puede aceptar que se diluyan o se soslayen los derechos de los
trabajadores a la información, a la consulta y a una representación en el consejo de
administración.
Posición:
El 9 de abril de 2014, la Comisión Europea publicó una propuesta de Directiva relativa
a las sociedades unipersonales con responsabilidad limitada (las SUP)1. Esta iniciativa
es la continuación a la controvertida propuesta sobre los estatutos de la Sociedad
Privada Europea (la SPE) publicada en 2008, que finalmente tuvo que ser retirada por
la Comisión.
Como para la SPE, el objetivo declarado de la SUP es estimular el entorno económico
de las PYME para las que una actividad transfronteriza es demasiado cara, sobre todo
teniendo en cuenta la diversidad de las legislaciones nacionales. La directiva
introduciría normas uniformes para la formación de una SUP: un procedimiento de
registro, incluyendo modalidades de registro en línea, un capital social mínimo de 1 € y
modelos de estatutos.
Ya en la época de la SPE, la CES había señalado que el hecho de reforzar la
flexibilidad de las PYME no podía hacerse a costa de los derechos de los trabajadores.
A la CES le preocupó mucho que los Estatutos de la SPE tal como se proponían se
vieran como un estímulo para crear sociedades buzón. Varias mejoras claves eran,
por tanto, esenciales para que la CES pudiera prestar su apoyo a una iniciativa de
este tipo2.
Lejos de tener en cuenta las carencias observadas entonces, la propuesta SUP
suscita aún más preocupaciones sobre la evasión fiscal o la elusión de los derechos
laborales y la gobernanza empresarial sostenible en general. En caso de aprobarse, la
presente Directiva dejaría la puerta abierta para que las empresas de todos los
tamaños minimizasen sus responsabilidades en virtud de la legislación nacional.
La CES rechaza la Directiva SUP e insta a las instituciones de la UE a trabajar con los
interlocutores sociales para encontrar soluciones apropiadas para un enfoque
sostenible del Derecho europeo de sociedades.
Una iniciativa antidemocrática
La Comisión ha llevado a cabo dos grandes consultas en línea seguidas por
encuentros con representantes de las empresas. La iniciativa SUP está claramente
construida alrededor de un proceso a favor del mundo de los negocios. Una consulta
que pone al mismo nivel a los fundadores de empresas individuales y a una
organización que representa a millones de trabajadores no puede considerarse
verdaderamente representativa.
Dado el impacto de la SUP en los grupos de interés en general y los derechos de los
trabajadores en particular, no hay duda de que esta cuestión se encuentra en el
corazón del campo de aplicación de la política social, consagrado en el artículo 153 del
TFUE. Los interlocutores sociales europeos deberían haber sido consultados de
manera diferente, teniendo en cuenta el peso de su representatividad, y antes del
público en general, para permitirles influir en futura orientación de esta iniciativa.
1
2
http://ec.europa.eu/transparency/regdoc/rep/1/2014/ES/1-2014-212-ES-F1-1.Pdf
http://www.etuc.org/sites/www.etuc.org/files/11-_EN-ETUC_Position_on_a_EPCS_Resolution_En_1_2.pdf
Además, la elección de la base jurídica plantea serias cuestiones de cumplimiento por
parte de la Comisión de los principios democráticos fundamentales. La regulación
propuesta anteriormente para la SPE se basaba en el artículo 352 del TFUE, que
establece que el Consejo decidirá por unanimidad mientras que la nueva propuesta se
basa en el artículo 50 del TFUE que prevé una votación por mayoría cualificada. La
CES no está de acuerdo con este enfoque. La SUP es un resultado directo de la SPE.
Sin embargo, en lugar de abordar los problemas reales, la Comisión intenta eludir las
objeciones cambiando la base jurídica.
La Comisión sostiene que, al ser una Directiva que debe transponerse a la legislación
nacional, la SUP no es una forma jurídica supranacional (que habría impuesto el
artículo 352 del TFUE como fundamento jurídico). Este análisis no es correcto. En
teoría, las leyes existentes sobre sociedades de responsabilidad limitada a un único
asociado y las nuevas normas sobre la SUP podrían coexistir. Sin embargo, cualquiera
disposición más restrictiva en la legislación nacional podría eludirse fácilmente en
beneficio de la SUP por los fundadores de la sociedad. En otras palabras, la SUP
definirá el nivel máximo de reglamento, en particular sobre la protección de los
acreedores.
Además, aunque la iniciativa propuesta se presenta en forma de directiva, se
introducirían normas uniformes sobre una serie de elementos clave de la legislación
mercantil (creación de una SUP, proceso de registro incluidos los procedimientos para
registro en línea, fondos propios mínimos y modelos de estatutos). Lo preocupante es
que algunas de estas normas uniformes serían competencia de la comitología al
margen de cualquier control democrático por parte del legislador europeo. Por
ejemplo, las reglas relativas a cuestiones tan importantes como la reducción de capital
o la contabilidad serán adoptadas unilateralmente por la Comisión. La CES está
profundamente preocupada por este método antidemocrático e insta al Parlamento
Europeo, la única institución elegida directamente, a defender sus prerrogativas como
colegislador.
¿Una necesidad real?
La CES tiene serias dudas acerca de la necesidad de crear una forma supranacional
para las SUP. Las verdaderas PYME, sobre todo si son empresas unipersonales, por
lo general llevan a cabo sus actividades en el plano local. El valor añadido de una
iniciativa de la UE para este tipo de empresas es muy cuestionable y la CES está
preocupada con el principio de subsidiariedad. Para que el modelo de la SUP tenga un
impacto real, debe ser utilizado por empresas más grandes en detrimento de otras
formas de Derecho europeo de sociedades como la Sociedad Europea (SE). En otras
palabras, la Directiva SUP debilitaría el compromiso histórico que representa la
legislación sobre la SE, especialmente en relación con las disposiciones sobre los
derechos de los trabajadores.
Un incentivo para utilizar las empresas buzón
La propuesta de Directiva SUP autoriza expresamente a la SUP a establecer su sede
social en un Estado miembro distinto al de su sede de explotación. De hecho, el
fundador de la sociedad es libre de establecer su sede social en el Estado miembro de
su elección. Esta situación no es nueva, pero se complica más por una iniciativa
europea que transforma los procesos de registro en una mera formalidad. Para la
SUP, las normas relativas al registro en gran medida se han simplificado, sobre todo
en el caso de registro en línea. El proceso de registro es completamente sin papel y no
ofrece ninguna garantía en cuanto al control de la identidad y la buena reputación del
fundador de la sociedad.
La elección del lugar de registro es un paso importante en la vida de una empresa, ya
que determina el principal régimen nacional que le es aplicable. Esto se refiere en
particular a la fiscalidad. La libertad total en la elección del lugar de registro del
domicilio social favorece la evasión de impuestos. En cuanto a la coordinación de la
seguridad social, también existe un riesgo de elusión de las contribuciones obligatorias
por parte del empleador.
Por último, la propuesta SUP no contiene ninguna disposición para impedir que las
empresas más grandes abusen de esta forma de sociedad. Estas empresas serían así
alentadas a alterar artificialmente su estructura social con el fin de reducir al mínimo
sus obligaciones en virtud de la legislación nacional aplicable. Una compañía que
emplee un gran número de trabajadores en un Estado miembro con una legislación
elaborada sobre la información, la consulta y la representación de los trabajadores en
el Consejo de administración podría transferir fácilmente la responsabilidad de algunas
de sus actividades a una filial constituida en SUP en un Estado miembro más
conciliador, eludiendo así las obligaciones aplicables en el Estado miembro en el que
estas actividades se llevan a cabo en realidad.
El camino a seguir - los elementos clave de un modelo sostenible de derecho de
sociedades
Antes de cualquier otra iniciativa en materia de derecho de sociedades, la UE necesita
resolver urgentemente el problema de las sociedades buzón fundadas con el propósito
de una optimización fiscal y de eludir los derechos de los trabajadores. La CES
considera que el principio de la sede real debe convertirse en un principio básico del
Derecho europeo de sociedades. Por ello, la CES insta al Parlamento Europeo a que
defina las reglas apropiadas para garantizar que la ubicación de registro de la sede
social esté conectada a la sede principal de actividades.
Además, los procedimientos de registro deberían proporcionar las garantías
necesarias para el control de la identidad y la buena reputación del fundador de la
sociedad.
Se deben prever igualmente garantías satisfactorias para asegurar la adecuada
gestión financiera de la sociedad. En particular unos fondos propios significativos,
pueden ofrecer el nivel de protección básica para los trabajadores y otras partes
interesadas cuando las empresas se enfrentan a dificultades financieras. La CES
rechaza la exigencia de capital mínimo de 1€ prevista en la propuesta SUP. En
combinación con un procedimiento simplista de registro en línea, este capital mínimo
de un euro es una puerta abierta al dumping fiscal y social. Asimismo, hay que señalar
que la propuesta SUP no contiene prácticamente ninguna garantía en caso de quiebra
para los clientes, empleados y acreedores.
Por último y lo más importante, la CES no puede aceptar que los derechos de los
trabajadores a la información, la consulta y la representación en el consejo de
administración se diluyan o se anulen como sería el caso con la SUP. Cualquier nueva
iniciativa sobre Derecho europeo de sociedades debe incluir disposiciones relativas a
la implicación de los trabajadores en un nivel por lo menos equivalente al previsto por
la Directiva SE. A más largo plazo, lo que facilitaría en gran medida el debate sobre el
Derecho europeo de sociedades sería un marco jurídico relativo a la información, la
consulta y la participación en el consejo de administración de los trabajadores que se
aplique a todas las propuestas en este ámbito
Traducido por Internacional CEC UGT
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