CONFERENCIA DE MINISTROS DE JUSTICIA DE LOS PAÍSES IBEROAMERICANOS (COMJIB) PLAN DE ACCIÓN 2011-2012 1 INTRODUCCION La Conferencia de Ministros de Justicia de los Países Iberoamericanos (COMJIB) se crea en 1970, durante la celebración de una reunión de Ministros de Justicia de la región. Tras un periodo en que la Conferencia fungió como una estructura informal de colaboración de alto nivel entre los Ministros de Justicia de Iberoamérica, finalmente recibió carta de naturaleza en 1992, mediante la adopción del llamado “Tratado de Madrid”, que la dotó de personalidad jurídica propia y la convirtió en una organización internacional. El Tratado fue firmado por todos los países de la Comunidad Iberoamericana de Naciones, que forman parte de esta organización, y ha sido ratificado por 11 de los 21 países que forman parte de ella, estando en trámite en estos momentos ratificación en Nicaragua y Honduras. A partir de este momento, la relevancia de la COMJIB sobre otros organismos internacionales reside en su efectiva incidencia política al tener como miembros a los Ministros de Justicia de los países de la región Iberoamericana lo que garantiza que las decisiones sobre el sector justicia que se toman en su seno tienen viabilidad, contando con el apoyo político necesario para su ejecución. Durante el periodo comprendido entre 1992 y 2006, la Conferencia funcionó a través de reuniones bianuales de los Ministros del ramo, en las que principalmente se trabajó en la adopción de recomendaciones, legislación modelo y tratados internacionales. Fue a partir del año 2002 cuando la Conferencia de Ministros de Justicia de los Países Iberoamericanos (COMJIB) inició una nueva etapa producto de su madurez institucional y su visión de futuro, al comprender que las especiales características que en ella concurrían la hacían potencial creadora de instrumentos distintos de los hasta entonces explorados, que contribuirían a la mejora de la Justicia en Iberoamérica, objetivo éste que siempre había guiado sus actuaciones. Esta nueva concepción o salto cualitativo en la actuación de la Conferencia, que evolucionó del análisis técnico jurídico de las normas vigentes en el área a enfocarse en la creación de verdaderas políticas públicas en el ámbito de la Justicia, cristalizó de forma decidida en el año 2006, en la XV Conferencia de Ministros, celebrada en Las Palmas de Gran Canaria (España), en la que se trazaron grandes áreas de trabajo en las que la COMJIB podía y debía profundizar, para alcanzar productos concretos que contribuyeran de forma definitiva a los objetivos últimos que la inspiraban lo que se tradujo en una importante participación de los países que integran la Conferencia en las actividades diseñadas, lo que se reconoció en el acta de la XVI Conferencia, celebrada en San José, Costa Rica. 2 MARCO DE REFERENCIA Una gran parte de los esfuerzos realizados por la Conferencia de Ministros de Justicia de los Países Iberoamericanos hasta ahora han ido orientados a la consolidación de la institución como foro político y de decisión de las principales autoridades de los ministerios de Justicia y otras instituciones homólogas en el ámbito iberoamericano. Su trabajo se orientó a crear un espacio de reflexión conjunta de los principales temas objeto de preocupación en materia de política de justicia, lo que se justificaba por la conveniencia de adquirir una visión compartida acerca de los cambios y avances experimentados por los sistemas de justicia iberoamericanos en los últimos años, en especial, para analizar las profundas reformas institucionales y procesales implementadas en los años 90 en casi todos los países de la región y que prosiguen en la actualidad. Se quiso profundizar en el rol desempeñado por los Ministerios de Justicia e instituciones homólogas, tanto desde el punto de vista de su función de impulsores de los procesos de cambio en los diferentes sistemas de justicia como desde la perspectiva del encaje institucional de los ministerios dentro de este sistema. Esta búsqueda de una visión compartida se concretó en la puesta en marcha de distintos equipos de trabajo sobre distintas áreas temáticas previamente seleccionadas, lo que posibilitó establecer pautas y visiones comunes acerca de lo realizado y lo pendiente de realizar, así como perfilar los roles a desempeñar por los ministerios de Justicia ante los nuevos desafíos. Otra consecuencia no menor de este proceso de reflexión conjunta fue que propició la generación de un clima de confianza entre las distintas autoridades y el rol predominante de la COMJIB, todo lo cual ha supuesto sin duda un gran avance. De forma paralela a la consolidación de este espacio de reflexión conjunta, la COMJIB impulsó también el diseño y la plasmación de acuerdos jurídicos interministeriales e instrumentos internacionales, con el fin de fijar marcos comunes de actuación para los distintos países signatarios. Ahora, sobre esta base, hemos de lanzarnos a nuevos retos en una doble dirección: Por un lado, existen factores externos al propio sistema de justicia que desafían frontalmente las reglas básicas de convivencia social, exigiendo a las instituciones concernidas de los distintos poderes del Estado respuestas más técnicas, mejor articuladas y con un alto componente multilateral. Estos factores están vinculados principalmente, pero no de forma exclusiva, con las actividades de la criminalidad organizada en sus diferentes formas y tipología de delitos (corrupción, lavado de dinero, trata de personas, etc.), que en muchos casos rebasan las fronteras nacionales para constituir auténticos entramados transnacionales para delinquir. Por otro lado, presiones adicionales sobre las instituciones del sistema judicial surgen por parte de las demandas de la ciudadanía para mejorar las condiciones de su seguridad física y 3 personal, de un acceso a los servicios de justicia sin restricciones y de una justicia pronta, oportuna y de calidad. Las características de estas demandas son variables dependiendo de los distintos grados de madurez de las sociedades, lo que en muchos casos dificulta aún más la fijación de prioridades de política y el diseño de las estrategias de respuesta. En este contexto de gran complejidad para la fijación de políticas y de estrategias en el sector justicia concurre además una dificultad añadida que es la calidad y confiabilidad de la información disponible para la gestión del ciclo de políticas, lo que conlleva una serie de problemas que pueden impactar en la formulación de políticas públicas en dicho sector. Todo ello ha de ser tenido en cuenta por esta Conferencia de Ministros de Justicia si, como proponemos, pensamos que es tiempo de dar un salto hacia adelante y contribuir de forma sustancial a mejorar el diseño, la formulación, la ejecución y la evaluación de las políticas de las instituciones que participan en este organismo, tal como se empezó a trabajar ya desde el año 2006. Las instituciones que forman parte de la COMJIB desempeñan un rol central en el fortalecimiento del Estado de Derecho. Esto significa ejercer un papel proactivo en el diseño y ejecución de las políticas públicas relacionadas con la defensa de los derechos humanos y el ejercicio del imperio de la ley. Estos aspectos son requisitos que consolidan las garantías jurídicas de protección de las libertades públicas de los ciudadanos y del desarrollo económico. Como tales políticas públicas, éstas pretenden dar respuesta a las necesidades y preocupaciones planteadas por los ciudadanos a través de distintas formas de expresión. Los mecanismos que pueden ser utilizados para explicitar estas necesidades en algunos casos están radicados directamente en los procesos propios de la expresión democrática de la ciudadanía (elecciones, consultas públicas, etc.) y en otros mediante la medición de la opinión pública. En cualquiera de las circunstancias, existen evidencias de que la ciudadanía manifiesta una gran preocupación acerca de determinados aspectos que forman parte de las áreas de competencia de las distintas instituciones que conforman el sector justicia y que están afectando directamente a su calidad de vida y al ejercicio de de sus derechos. Para evaluar dichas preocupaciones, a continuación se mostrarán algunos indicadores que pueden ser relevantes a estos efectos: El primer indicador hace mención a cuál se considera que es el problema más grave de su país. Se trata por tanto de un indicador de percepción de la ciudadanía. Dentro de todos los temas presentados a consulta, el 26 por ciento de la población de Iberoamérica considera que la seguridad ciudadana es el problema más grave que tienen que soportar.1 En segundo lugar, tras la seguridad se sitúan ex aequo la corrupción y el desempleo, con el 18 por ciento. 1 Datos del año 2009 y corresponden a todos los países de la comunidad iberoamericana, excepto Cuba, más los latinos que habitan en Estados Unidos de América (CIMA, 2009). 4 Tal vez uno de los aspectos más destacables de este resultado es que en el año 2000, cuando se comenzaron a realizar las mediciones a la opinión pública, el problema que ocupaba el primer lugar, con el 40 por ciento de adhesión, era el desempleo.2 Por su parte, la seguridad ciudadana como problema tan solo suscitaba el 11 por ciento de adhesiones en aquel año, mientras que la corrupción alcanzaba un nivel del 22 por ciento, cuatro puntos porcentuales por encima del dato del año 20093. Otros indicadores de percepción muestran igualmente resultados que ilustran con nitidez la opinión de la ciudadanía acerca de su confianza en la protección de sus derechos. A la pregunta acerca de si los derechos básicos están bien protegidos, el 43 por ciento de la población manifiesta que existe una protección insuficiente de sus derechos.45 Por el contrario, aquéllos que muestran una satisfacción con el grado de protección de sus derechos alcanza el 34,4 por ciento. Casi el 23 por ciento se sitúa en una posición central, es decir, ni insatisfecha ni satisfecha6. Esta opinión es compartida cuando se toman en consideración las percepciones de los agentes económicos acerca de las garantías jurídicas. Para ello se han seleccionado dos indicadores de gobernanza, la solidez del Estado de Derecho y la lucha contra la corrupción.7 En el primer caso, de una escala de 0 a 100, se considera que en materia de observancia de la ley por parte de todos, la región latinoamericana alcanzo una puntuación de 33,1, es decir, una calificación bastante negativa. En el caso del indicador de lucha contra la corrupción, la puntuación se sitúa en 44, 1, mejor que el resultado anteriormente mencionado pero que no sobrepasa el valor de 50 (aprobado) Es particularmente interesante analizar la evolución de estos dos indicadores durante un largo periodo. En efecto, durante el periodo 1996-2008, la puntuación acerca de la observancia del imperio de la ley ha caído casi 10 puntos, pasando de ser 42,9 a 33,1. Por su parte, el indicador asociado al control de la corrupción mejora ligeramente, siendo de 41,1 en el año 1996 y 44,1 en el año 20088. 2 La operación de percepción más largo en el tiempo es Latinobarómetro. 4 Elaboración propia a partir de datos de CIMA (2009). nd = no disponible 5 Datos de 2008 para Latinoamérica (LAPOP, 2008). El grado de insatisfacción es el rresultado de acumular las respuestas nada, muy poco y bastante poco. El grado de satisfacción viene dado por la suma de las respuestas a algo, bastante o mucho. 6 Fuente: Barómetro de las Américas. 2008. 7 Los datos provienen de Kaufmann, Kraay y Mastruzzi (2009). La escala de puntuación oscila entre 0 (absolutamente insatisfactoria) a 100 (excelente o sobresaliente). Resultados por debajo de 50 se consideran suspendidos o reprobados. 8 Fuente: Kaufmann, Kraay y Mastruzzi (2009) 5 Una primera conclusión al analizar la evolución de estos indicadores permite subrayar la importancia creciente que asumen los asuntos relacionados directa o indirectamente con las instituciones del sistema de justicia. El desplazamiento tan intenso del peso relativo de los problemas percibidos, desde el área económica (desempleo) al área de seguridad y calidad democrática (corrupción) en tan pocos años, merecería un atento análisis con el fin de mejorar el diseño y la ejecución de las políticas públicas, y, en particular, de las políticas del sector justicia. La situación actual de los sistemas de justicia en la región iberoamericana es el resultado de un largo proceso de transformaciones operadas en los últimos 20 años que han incidido de forma profunda en el funcionamiento de las instituciones y en la percepción de la ciudadanía acerca de la justicia. Con las necesarias cautelas que implica todo tipo de clasificación, pueden señalarse tres periodos que caracterizarían los esfuerzos realizados de acuerdo con las prioridades establecidas:9 a) Periodo 1990 hasta 2000. El objetivo principal fue la consolidación del Estado de Derecho, en especial en aquellos países que recobraron sus sistemas democráticos y/o finalizaron con contiendas civiles internas. Para ello se promovieron diversas iniciativas, en especial las reformas del proceso penal, la institucionalización civil de las fuerzas de seguridad (policías), la instalación de nuevos mecanismos de gobierno en los poderes judiciales, la creación de nuevas instituciones de gobierno y de gestión de las carreras profesionales (fiscal y judicial), y la ratificación de las convenciones internacionales y regionales contra la corrupción y la delincuencia organizada. b) Periodo 2000 hasta 2005. Los dos objetivos principales de este periodo fueron el incremento de la seguridad jurídica y el incremento de la eficacia y eficiencia del sistema de justicia. Para ello se establecieron como prioridades la finalización de la implementación de las reformas al proceso penal, la mejora de la eficiencia de la oferta de servicios de justicia existentes (mejora de la gestión de los despachos judiciales, nuevas tecnologías, simplificación de procedimientos, incentivos para incrementar la eficacia de los servicios), iniciativas de mejora del acceso universal a la justicia, incluyendo la potenciación de los mecanismos de resolución alternativa de conflictos, y nuevos instrumentos de cooperación internacional más articulados, como fue la creación de la Red Iberoamericana de Cooperación Jurídica Internacional (IberRed) en el año 2004. 9 Se sigue básicamente Hammergren (2004). Cuando se refiere a las prioridades establecidas, no hay que interpretarlo en el sentido de que existía una agenda que fijaba estas prioridades, sino que en un análisis retrospectivo puede dibujarse un conjunto de estrategias que fueron coincidentes. Ello no quita para que determinados organismos (Banco Interamericano de Desarrollo, Banco Mundial, cooperación de la Unión Europea, USAID, AECI) no tuvieran sus propias agendas. 6 c) Periodo 2005 hasta hoy. Este periodo supone ciertos cambios de énfasis con respecto a los periodos anteriores en cuanto a los objetivos, aunque siguen manteniéndose muchas de las iniciativas emprendidas. Se insiste en la importancia de incrementar la credibilidad de las instituciones del sistema judicial, y en facilitar el acceso a la justicia a la población en condiciones de vulnerabilidad social, para lo cual se ponen en marcha un nuevo conjunto de acciones prioritarias. Cabe destacar el nuevo impulso a las reformas de los procesos civiles y mercantiles, el diseño de nuevas políticas para facilitar el acceso a la justicia a la población socialmente excluida, la consolidación de la independencia de los jueces y de la autonomía de los fiscales, y nuevos mecanismos para la mejora de la transparencia de las instituciones, incluyendo la dación de cuentas. Es importante hacer notar que, en la gran mayoría de los casos, todas estas nuevas políticas implementadas en el sector de justicia formaban parte de un más amplio paquete de iniciativas conducentes a modernizar las estructuras del Estado, lo que, en ocasiones, dio lugar a cierta confusión entre las prioridades de agenda, dificultando una asignación sostenible de recursos económicos para impulsar los cambios. EL PAPEL DE LA COMJIB Estamos convencidos de que la COMJIB puede contribuir de forma sustancial en este período actual a mejorar el diseño, la formulación, la ejecución y la evaluación de las políticas del sector en temas tan importantes como la Delincuencia Organizada, la Cooperación Jurídica Internacional (gestionando un instrumento tan importante como es la IberRed), Seguridad, Sistemas Penitenciarios, Resolución alternativa de conflictos, Corrupción, Iniciativa legislativa, Coordinación entre actores del sector Justicia o Presupuestos del Sector Justicia. Por ello la Conferencia cambió de estrategia desde el año 2006 buscando impulsar políticas que mejorasen la justicia en la región, promoviendo alianzas regionales y subregionales como herramienta para la construcción de un espacio jurídico más cohesionado. Y todo ello en el marco de la reflexión suscitada desde una perspectiva de gobernabilidad para el desarrollo. A la configuración de la COMJIB como organización de referencia para la promoción de políticas públicas en materia de justicia contribuyeron una serie de factores, entre los que habría que destacar: a) El respaldo otorgado por los países miembros de la COMJIB y, específicamente, los Ministerios de Justicia de Iberoamérica, a través de sus contribuciones financieras, especialmente España con el aporte del Fondo Fiduciario AECID-COMJIB. b) La adopción de un acuerdo de sede con España y la firma de un MOU y un acuerdo marco de colaboración con la SEGIB, que sirve de eje a los organismos iberoamericanos. La reunión plenaria de Ministros de Justicia funge como una de las reuniones ministeriales que elevan sus conclusiones a la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno. 7 c) La creación de una oficina técnica de gestión, de apoyo al Secretario General, que ha hecho posible la puesta en marcha de líneas de trabajo, sobre la base de las prioridades establecidas en cada reunión plenaria de Ministros. d) La creación de una sede regional, sita en la ciudad de Buenos Aires, que facilita el acercamiento de la Secretaría General encargada de coordinar los proyectos con los Ministerios de Justicia de la región, y posibilitando el desarrollo de los programas subregionales y el impulso de políticas nacionales con visión regional que lleva a cabo la Secretaría. Además, desde 2004, la COMJIB fue designada Secretaría General de la Red Iberoamericana de Cooperación Jurídica Internacional (IberRed). Red que nació como suma de las iniciativas en materia de cooperación jurídica internacional llevadas a cabo por los tres grandes actores que la integran: los Poderes Judiciales, los Ministerios Públicos y los Ministerios de Justicia. Mediante este compromiso, todos ellos renunciaban a las acciones unilaterales que estaban liderando e impulsarían desde ese momento una acción concertada en materia de cooperación jurídica internacional. IberRed cumple hoy una doble función, la operativa, relativa a la promoción de la cooperación jurídica internacional entre los países de la región, y la extraprocesal, por la que coadyuva a la mejora del sistema jurídico iberoamericano. Al ser el Secretario General de la COMJIB también Secretario General de la IberRed se dota a la Conferencia de un triple brazo en el Sector Justicia en al ámbito iberoamericano. Por tanto, la COMJIB posee tres características que le otorgan un especial valor añadido en relación a otras organizaciones con objetivos similares en lo que se refiere a promover políticas de justicia. • Por una parte, siendo su objetivo final el de la promoción de la cooperación jurídica entre los estados y la adopción de políticas de justicia armonizadas, la implementación de planes de acción y modelos de políticas resultan instrumentos esenciales para la obtención de exitosos resultados, más allá de los diseños adecuadas de tales políticas. El hecho de que la COMJIB sea una organización internacional de la que forman parte los Ministros de Justicia e instituciones homólogas de los países de la Comunidad Iberoamericana supone un valor añadido ya que garantiza el principio de apropiación y viabilidad de las acciones, pues son los Ministerios los que deciden sus propios avances y desarrollos. Desde esta perspectiva, la COMJIB cuenta de antemano con esa voluntad política de llevar a la práctica las conclusiones técnicas a las que se lleguen en el desarrollo de las líneas que los decidores públicos han marcado como prioritarias. • En segundo lugar, al estar integrada por el conjunto de los Ministerios de Justicia e instituciones homólogas de los países de la región favorece la adopción de respuestas conjuntas a fenómenos que trascienden indudablemente las fronteras nacionales en una sociedad cada vez más globalizada, lo que obliga a una interrelación entre países. Por tanto, ante problemas globales (violencia, corrupción, conflictos entre ciudadanos de diferentes países), la cooperación jurídica y 8 la adopción de políticas y planes armonizados se convierte no sólo en una oportunidad, sino también en una necesidad. La cooperación sur-sur como instrumento de trabajo esencial constituye una seña de identidad de la COMJIB, a través del intercambio de experiencia y del enriquecimiento mutuo a través de la transferencia de conocimiento y tecnología, así como el modelo de cooperación triangular con proyectos piloto donde un país beneficiario de la cooperación se llega a convertir en país transferente de otro. • Presenta la fortaleza de contar con una red de jueces, fiscales y Autoridades Centrales de relevantes instrumentos de Derecho Internacional que no sólo implica un apoyo fundamental en el aporte de información y visión práctica a la labor normativa y a la hora de conformar las líneas estratégicas de la COMJIB, sino que permite también extender la aplicación de sus objetivos y resultados entre todos los operadores jurídicos para una cooperación jurídica más ágil, además de posibilitar un puente entre ámbitos de justicia de América y Europa. Partiendo de este marco, estos objetivos y esta nueva visión estratégica se proponen las siguientes líneas de actuación para 2011-2012. LINEAS DE TRABAJO 2011-2012 Criterios para la priorización de líneas de trabajo: Con el fin de aprobar lo que será el Plan de Trabajo para 2011-2012, consideramos necesario tomar en cuenta una serie de circunstancias que aconsejan un planteamiento algo diferente al llevado a cabo hasta ahora y que implica la concentración de líneas estratégicas y la coordinación con otros actores. 1. Como consecuencia de la crisis económica, que está afectando especialmente a los países europeos, la COMJIB no está recibiendo el respaldo financiero de la cooperación española en las mismas magnitudes que se recibieron en el pasado. Esta circunstancia obliga a una necesaria concentración y priorización. 2. Esta concentración y priorización se ve también favorecida por la necesidad de coordinar con otros actores que trabajan a favor de una mejor justicia en la región, de forma que se identifiquen adecuadamente cuáles son los nichos específicos de la COMJIB, qué líneas estratégicas tiene que llevar a cabo de forma prioritaria porque constituyen su ámbito exclusivo de acción. 3. El desarrollo de las líneas estratégicas desarrolladas hasta ahora marcan también la ruta a seguir en términos de la sostenibilidad y viabilidad de las acciones. No todos los avances son viables en la misma proporción. 9 Por tanto, los criterios de concentración y priorización de los que se parte son: 1. Los resultados obtenidos hasta el momento, derivados de circunstancias muy diversas, constituye un criterio básico para definir líneas de acción. Son las líneas en las que ya se han conseguido logros significativos, por lo que su continuación permitirá consolidar y potenciar futuros resultados. 2. Identificación del ámbito genuino de acción de los ministerios. La relación entre operadores jurídicos en la región no es sencilla, y demasiadas veces el papel de los Ministerios de Justicia como responsables de las políticas de justicia ha quedado diluido a favor de otros operadores, como las Cortes Supremas de Justicia. No siempre ha funcionado la coordinación interinstitucional en el sector justicia, por lo que este objetivo debe retomarse sin que implique una quiebra a la independencia de los poderes, sino más bien la suma de esfuerzos en aras de una política pública coherente en la que el poder ejecutivo asuma su responsabilidad. Identificar los ámbitos genuinos, sobre la base de competencias no discutidas, representa al menos una opción que evita el conflicto con otras instituciones. 3. Oportunidad y pertinencia de los objetivos a conseguir: en la región, hay problemas cuya solución son prioritarios en la agenda política. Son los Ministerios quienes marcan estas prioridades, y es la Secretaria la que tiene la responsabilidad de agregar y articular estas prioridades. La región se encuentra en un momento crítico en relación a algunos aspectos, que requieren una atención específica. En todo caso, esta priorización dependerá de la capacidad de movilizar recursos de la COMJIB, de forma que se están abordando, como ya fue explicado, diferentes estrategias de búsqueda de socios que eventualmente podría implicar el abordaje de líneas con un nivel de priorización menor en estos momentos. Como complemento de estos criterios se propone: o o o La simplificación de los productos que se esperan en cada línea de trabajo, que en todo caso serán finalmente concretados según vaya avanzando el trabajo en el grupo. La identificación de otros proyectos subregionales que puedan llevarse a cabo dependiendo de la capacidad de obtención de un presupuesto adicional y específico para su implementación. La posibilidad de que cada país pueda identificar proyectos nacionales de interés en los que la COMJIB pueda ser un socio de ejecución y asesoría técnica, dependiendo de la posibilidad de obtener recursos específicos por el país para ese proyecto, sean recursos propios o recursos obtenidos de donantes internacionales. 10 Líneas de acción 1. Acceso a la Justicia • Justificación: El acceso a la justicia sigue siendo un objetivo esencial, en el que los Ministerios tienen un papel esencial como instituciones rectoras y coordinadoras de todo el proceso. Tal vez la definición más comúnmente aceptada del acceso a la justicia es que se trata de un derecho fundamental, bajo la garantía de la igualdad de trato ante la ley y la no discriminación, que posibilita a todas las personas, incluyendo aquéllas pertenecientes a los sectores más vulnerables, el acceso al conocimiento, ejercicio y defensa de sus derechos y obligaciones, mediante servicios cercanos. Es importante resaltar que, como tal derecho, el acceso a la justicia no debe limitarse al acceso a la jurisdicción de la justicia formal, sino que comprende también el derecho a ejercer la restitución de los derechos y a solicitar una resolución justa de las controversias o de los litigios, aunque no se efectúe dentro del ámbito estricto de los sistemas judiciales formales. En consecuencia, para el ejercicio de este derecho es especialmente importante que todos los poderes del Estado habiliten los mecanismos que faciliten a la población resolver sus litigios de forma no discriminatoria. De ahí la importancia de una adecuada y eficaz coordinación interinstitucional. Sin embargo, son los grupos de los sectores más afectados por la exclusión los que mayores dificultades tienen para acceder a los servicios de justicia, tanto formales como informales, para dirimir eventuales controversias sobre sus derechos y obligaciones. La capacidad de proteger los derechos y resolver conflictos es, por tanto, un factor clave para cualquier estrategia de lucha contra la exclusión. En cierto modo, la política de acceso a la tutela judicial forma parte del otro gran conjunto de políticas públicas tendentes a luchar contra la exclusión social. Esta realidad impuso a los poderes de los Estados la necesidad de establecer políticas que permitieran revertir la asimetría de usuarios de los servicios del sector justicia. Estas políticas se referían, en grandes rasgos, a los siguientes aspectos: 1. Ampliación de la oferta de los servicios judiciales. La ampliación de la oferta de los servicios judiciales ha venido siendo promovido de forma preferente por las instituciones dependientes de los Poderes Judiciales de los respectivos países, en muchos casos de común acuerdo con el Legislativo y el Ejecutivo con el fin de 11 posibilitar los necesarios cambios legales y la provisión de los recursos presupuestarios. También viene siendo uno de los ejes principales de apoyo de la cooperación internacional. Se consideraba que la falta de capacidad en diversos aspectos (infraestructura, personal, tecnología, servicios de apoyo, defensa pública, etc.) constituía uno de los problemas más importantes que los servicios judiciales debían superar para atender una demanda creciente no suficientemente atendida por: la imposibilidad de acceder físicamente a los oficinas judiciales a requerir la solución al conflicto planteado; la no disposición de recursos económicos para pagar los servicios jurídicos de apoyo (abogados, especialmente) necesarios de acuerdo con los códigos procesales y los usos habituales en la litigación; y la falta de credibilidad social acerca de la igualdad de todo ciudadano ante la ley, lo que desincentivaba la búsqueda de una solución judicial. Específicamente, se considera necesario impulsar la creación de las defensas públicas y/o los servicios de defensa gratuita, como factor de garantía de igualdad de protección ante la ley del debido proceso. Una primera valoración de los servicios existentes permite afirmar que esta institución se encuentra en funcionamiento en la gran mayoría de los países de la región con resultados desiguales, estando relacionados gran parte de los problemas que afronta con su debido encaje institucional, la escasez de recursos presupuestarios y, por tanto, con las dificultades de prestar un servicio adecuado de calidad. 2. Apoyo a la inclusión de grupos vulnerables y protección a las víctimas: jóvenes, indígenas y mujeres víctimas de violencia de género Por otra parte, en materia de asesoramiento y protección de las víctimas se observa una gran riqueza de iniciativas emprendidas por la sociedad civil --en algunos casos concebidas bajo modelos de ayuda mutua--, y, en menor grado, por parte de las propias instituciones del sector justicia (ministerio público, poderes judiciales, etc.). Estas iniciativas pretenden proporcionar apoyo legal a aquella parte de la población que por determinadas razones (económicas, culturales, de género, etc.) no acuden a los tribunales para presentar sus denuncias, lo que se produce con mayor frecuencia entre las mujeres víctimas de violencia de género, así como de discriminaciones o explotaciones de todo tipo, en especial en el terreno laboral y sexual (abusos, acoso sexual, trata, etc.). Los menores de edad, también forman parte del grupo de población de alta vulnerabilidad a la que estas instituciones prestan especial atención. En muchos casos, las barreras que dificultan la presentación de las denuncias se encuentran en las mismas comisarías o en las oficinas fiscales, en especial en aquellos países donde la población muestra un elevado grado de desconfianza hacia las instituciones públicas. Por ello, una gran parte de estas iniciativas emprendidas de asesoramiento legal fueron, y son, patrocinadas por diversas organizaciones no gubernamentales preocupadas por el desamparo legal de un sector muy importante de la sociedad. 12 En este sentido, el reconocimiento oficial de la justicia indígena o comunitaria, como forma válida para solucionar determinados conflictos, que tuvo a lo largo de los años 90 un rápido desarrollo en muchos países (Guatemala, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Bolivia, varios Estados de México, entre otros), puede servir para dar cobertura legal a una situación de hecho. 3. Mecanismos de resolución alternativa de conflictos: mediación, arbitraje y conciliación. En el marco de las políticas de mejora del acceso a la justicia, una de las grandes apuestas realizadas por los diversos Estados en las dos últimas décadas ha sido sin duda el impulso de instituciones que promovieran la conciliación y la mediación como formas extrajudiciales de resolución de conflictos. Estas iniciativas han venido tanto de los gobiernos como de los poderes judiciales. Para ello se partía de una triple presunción: a) b) c) La organización judicial formal era incapaz de proporcionar soluciones a pequeños litigios a costos razonables, incluso bajo el supuesto fuerte de una alta eficiencia; El sistema judicial formal presenta grandes dificultades para absorber los incrementos de demanda por sobrejudicialización de la vida pública; y El sistema judicial no llega a todos los lugares, en especial en aquellos entornos urbanos periféricos de crecimiento demográfico rápido donde residen sectores sociales vulnerables. Para responder a estas inquietudes se arbitraron diferentes soluciones según los países, existiendo incluso en el mismo país opciones distintas para proveer las mismas funciones de conciliación y mediación. En algunos la conciliación previa se introdujo incluso en los mismos códigos procesales, pretendiendo con ello evitar que los casos recorrieran todo el íter procesal. En otros, la prestación de los servicios de conciliación y la mediación se constituyeron como instituciones autónomas, unas veces dependientes de los Poderes Judiciales y otras del Ejecutivo o incluso como instituciones auspiciadas por instituciones privadas pero con reconocimiento público mediante convenios ad hoc. En algunos países se impulsó los denominados facilitadores judiciales, con el objetivo de propiciar el enlace de los ciudadanos con los servicios judiciales, ordenar la demanda canalizándola hacia el mecanismo de solución más adecuado al litigio en cuestión y, asimismo, resolver si procede mediante la mediación los conflictos que se les presentan. En otros países las labores de mediación se dejaron en manos de la justicia de paz (no letrada), y, en la gran mayoría, se constituyeron centros de mediación articulados en una institución única, dependiente en algunos casos de los Poderes Judiciales y en otros del Ejecutivo. Pero independientemente de la denominación que adoptan en cada país, en general las instituciones mediadoras desempeñan un papel crucial para resolver pequeños conflictos, orientar la demanda de forma adecuada y paliar, hasta cierto punto, las dificultades que tienen importantes sectores vulnerables de la población. 13 Teniendo en cuenta todos estos aspectos, desde la COMJIB se propone realizar las acciones referidas a continuación para mejorar el acceso a la justicia. • Acciones: Puesta en marcha del Programa Iberoamericano de Acceso a la Justicia: En la formulación del Programa se tomará en cuenta los avances ya realizados en lo referente a inclusión de grupos sociales en situación de vulnerabilidad (jóvenes, indígenas) y de mujeres, especialmente las que son víctimas de violencia de género, así como la incorporación del eje de derechos humanos. Por tanto, podrían integrarse, aunque dependerá de la propia formulación del Programa, proyectos ya en marcha, como Mediación Juvenil, o Atención a víctimas de violencia de género. El Programa tendrá que definir los grupos prioritarios, las acciones y la fase del acceso que se prioriza. En caso de que no pudiera aprobarse el Programa Iberoamericano de Acceso a la Justicia, propone seguir trabajando en esta línea. En este caso, se definirían las acciones a llevar a cabo, que podrían girar en torno a: - Apoyo a los países en la aprobación y puesta en marcha de Planes Estratégicos de Acceso a la Justicia o aplicación de Plan Modelo de Acceso a la Justicia. - Difusión de Derechos - Educación jurídica - Resolución alternativa de conflictos 1.1. Sublínea: Derechos humanos en el Proceso El reconocimiento, la garantía y la protección de los derechos humanos constituyen un ámbito de trabajo prioritario para la promoción de una justicia de calidad, que contribuya a hacer factibles los compromisos asumidos internacionalmente por los países de la región. En base a las Recomendaciones aprobadas, se promoverá la implementación de los estándares mínimos de protección de los ciudadanos en el proceso judicial. 2. Lucha contra la delincuencia organizada El combate a la delincuencia organizada transnacional requiere, como ningún otro fenómeno, la cooperación jurídica internacional. Desde la COMJIB se ha subrayado la conveniencia de trabajar con especial atención la armonización de figuras penales y la incorporación de nuevas formulas de cooperación internacional. En este sentido se han enlazado esfuerzos dentro de la Conferencia, cuya Secretaría General es a su vez la Secretaría General de la Red Iberoamericana de Cooperación Jurídica Internacional (IberRed). 14 En esta doble función, por un lado la COMJIB realiza trabajos específicos en trata de personas, lavado de activos, tráfico de drogas y asociación ilícita, y se avanza en formulas regionales de equipos conjuntos de investigación y de extradición simplificada. Por otro lado, como IberRed, aborda un trabajo exhaustivo con las Autoridades Centrales Iberoamericanas de la Convención de las Naciones Unidas Contra la Delincuencia Organizada Transnacional (Convención de Palermo) para mejorar la cooperación jurídica internacional en la materia y a su vez se estudiarán formulas de solución para algunos de los problemas de aplicación de este instrumento internacional, con una clara preocupación en mejorar la cooperación en la recuperación de activos producto de ilícitos de corrupción. Específicamente, el ámbito relativo a la trata y tráfico de seres humanos será trabajado en un proyecto piloto que ya ha sido presentado y respaldado por varios países de la región y que se integra en esta línea de trabajo. La importancia de esta línea de trabajo, tanto en COMJIB como en IberRed, es que la delincuencia en todo el mundo, pero lamentablemente en Iberoamérica con especial énfasis, pone en peligro la seguridad, la calidad de vida de los ciudadanos y las instituciones democráticas del área (en algunos casos frágiles y jóvenes democracias), por lo que se requiere un abordaje inmediato, multidisciplinario y regional para un efectivo combate. • Acciones: En la medida en que la lucha contra la delincuencia organizada constituye una lacra que requiere, más que ningún otro, la cooperación entre países para reducir los niveles de impunidad, se podría continuar trabajando en: o o o o o Seguimiento de la Implementación de las Recomendaciones dictadas. Armonización de la regulación penal de los delitos de cibercrimen y corrupción de funcionarios y agentes extranjeros. Aprobación de un Convenio Marco Iberoamericano de Equipos Conjuntos de Investigación, en coordinación con la Comisión Técnica de Justicia de MERCOSUR, a la que se ha apoyado en la redacción del convenio regional que nos servirá de punto de partida. Fortalecimiento de los mecanismos y redes internacionales de lucha contra el crimen organizado. Intercambio de experiencias entre los operadores jurídicos en el marco de IberRed y los impulsores de políticas públicas. Como complemento a lo anterior, en la medida en que sea factible, se comenzará la reflexión sobre la simplificación de las extradiciones y la incorporación al ámbito iberoamericano de la figura del magistrado de enlace. 15 3. Modernización de la justicia y nuevas tecnologías aplicadas a la administración de justicia. Partiendo de la existencia de realidades diferentes en los países de la Conferencia, y con la finalidad última de la creación de una Justicia más eficiente, eficaz y justa, mediante la reducción de los plazos procesales y las facilidades para el acceso a la Justicia de los más desfavorecidos, se considera que la incorporación de las nuevas tecnologías debe realizarse en todo tipo de proceso, en todas sus fases, incluidas las medidas cautelares y la fase de ejecución de las penas. A su vez, esta incorporación no se circunscribe de forma estricta al proceso propiamente dicho, sino que ha de referirse igualmente a la propia gestión de la Justicia, mediante la creación de novedosas oficinas judiciales, que respondan a las nuevas formas de gerencia procesal. La innovación en la gestión del servicio público de la justicia requiere un impulso que la COMJIB está en disposición de llevar a cabo con la experiencia acumulada. • Acciones: o Implementación del Convenio Iberoamericano sobre el Uso de la Videoconferencia en la cooperación jurídica entre sistemas de justicia que sea aprobado en esta XVII Conferencia, superando los obstáculos técnicos en todos aquellos países que lo demanden. o Desarrollo del Portal Iberoamericano de Justicia electrónica. o Desarrollo de un espacio web que sirva de plataforma de intercambio de experiencias en materia de innovación tecnológica entre países o Transferencia de Tecnología entre países: desarrollo de nuevos Proyectos Piloto de Tribunales Cero Papel y la línea de las pulseras electrónicas. o Apoyo a los países para la aprobación de Planes Estratégicos de innovación tecnológica en la administración de justicia, de acuerdo a estándares comunes. 4. Reforma de los sistemas penitenciarios. Como se recoge en la Declaración de San José, de 9 de marzo de 2010, se constata que la población de los países iberoamericanos penalmente privada de libertad se ha duplicado en los últimos 10 años, generando condiciones que reducen significativamente al sistema penitenciario la posibilidad de brindar a dicha población el pleno acceso a derechos, manifestando los firmantes su voluntad de fortalecer la cooperación internacional y regional en beneficio y mejora de sus 16 respectivos sistemas penitenciarios, la promoción de los derechos humanos de las personas penalmente privadas de libertad y el intercambio de buenas prácticas. En la citada Declaración se recomienda, entre otras muchas cosas, “Impulsar espacios de reflexión y debate nacional y regional en materia criminal, de gestión penitenciaría y de ejecución de penas, orientados a la implementación de políticas públicas sustentables y en el marco de los tratados internacionales, brindando especial atención a la situación de la mujer en conflicto con la ley”. Y dentro de los compromisos alcanzados en lo referente al “Acceso a los Derechos específicos de las mujeres penalmente privadas de libertad” podemos resaltar: o El respeto a los derechos y necesidades de las mujeres penalmente privadas de libertad debe ser motivo de especial atención debido a que forman una minoría de la población reclusa en un universo penitenciario concebido para los hombres así como, en el caso de las mujeres madres, por las consecuencias especiales que su privación de libertad tiene sobre otros miembros de su familia. o Deben fomentarse prácticas destinadas a mejorar las condiciones de las mujeres penalmente privadas de libertad, mediante programas con visión de género y transversalidad. • Acciones: o Seguimiento a la implementación de la Declaración de San José., contando con la colaboración de ILANUD, quién ha apoyado su redacción. o Generación de un programa iberoamericano de género en prisión, sobre la base del programa de género argentino. o Elaboración de una guía para la implementación de un programa de pulseras electrónicas, a partir de la experiencia portuguesa. o Apoyo a los proyectos de transferencia de buenas prácticas en curso: sólo está en curso la transferencia de género a Guatemala (transferencia del programa de pulseras electrónicas a los países que lo soliciten, dependiendo de la capacidad económica para ello. Tenemos ya la solicitud de Costa Rica y Perú desde diciembre de 2009, a los que le daríamos prioridad dentro de la disponibilidad económica. Hay una previsión de crear un programa tipo de curso en materia de derechos humanos orientado al personal penitenciario, contando con la experiencia de República Dominicana, Costa Rica y Portugal, que podría impartirse de forma on line en colaboración con el CEDDET. 17 Además de estas líneas prioritarias, se propone seguir apoyando e impulsando la IberRed. 5. IberRed La relación COMJIB-IberRed ha ido evolucionando hasta el momento actual, en que es necesario que la Conferencia no lleve a cabo acción alguna que pudiera referirse a la cooperación jurídica internacional al margen de IberRed. Con ello se da cumplimiento a la recomendación de la XV Conferencia de Ministros de Justicia de que la Secretaría General de la COMJIB “promoviera y difundiera IberRed” IberRed cumple hoy una doble función, la operativa, relativa a la promoción de la cooperación jurídica internacional entre los países de la región, y la extraprocesal, por la que coadyuva a la mejora del sistema jurídico iberoamericano. En este segundo aspecto, los estudios y las actividades de análisis jurídico y de propuesta tienen el aval de ser realizados por relevantes actores de la cooperación, por lo que pueden servir de sustrato a propuestas normativas regionales que se articularían a través de la Conferencia de Ministros de Justicia como miembro que es de IberRed. IberRed representa una herramienta esencial en la cooperación jurídica (competencia fundamental de los Ministerios de Justicia) y constituye un instrumento útil y necesario para el desarrollo de cada una de las líneas prioritarias de la Conferencia, por lo que debería tener todo el impulso de la COMJIB en el desarrollo de sus funciones y en el crecimiento como herramienta de cooperación. Es conveniente también resaltar el papel de IberRed como nexo entre dos modelos de cooperación: el Iberoamericano y el Europeo, que encuentran una clara justificación por el hecho de contar ambos con tres países comunes: Andorra, España y Portugal, dando respuesta con ello a una necesidad puesta de manifiesto por los casos prácticos de cooperación trasatlántica que muestran la conveniencia de armar un modelo de relación estable que facilite la conexión entre ambos continentes. Con esta vocación internacional prevista en su Reglamento, y con el objetivo de cooperar en la investigación penal de las formas graves de delincuencia, se han firmado ya dos Memorándums de Entendimiento: uno con Eurojust, en mayo de 2009, y otro con la Red Judicial Europea en materia penal en junio de 2010, estando en conversaciones actualmente para avanzar hacia un entendimiento con la Red Judicial Europea en materia Civil y Mercantil. Con ello se da cumplimiento a las Recomendaciones de la XVI Conferencia de Ministros de Justicia en relación con IberRed. 18 6. Otras posibles líneas de trabajo: Reforma de la Justicia: Reforma del proceso penal y reforma del proceso civil Resulta de especial interés de los Ministros de Justicia, sin renunciar al estudio y apoyo a otros procesos de reforma emprendidos, en materia civil o constitucional, la situación de los procesos de reforma del proceso penal. En el marco de las reformas de los sistemas penales, resultan de destacado interés: la incorporación de la oralidad a la fase previa a la audiencia, la revisión de la regulación de las medidas cautelares, la consideración de los mecanismos alternativos de solución de conflictos, las formas de finalización de procesos mediante acuerdos; y la incorporación de las nuevas tecnologías a todas las etapas del proceso con salvaguarda de las garantías procesales. En el ámbito del derecho civil, se está en un momento en el que se requiere situar la temática de su reforma en el centro de la agenda política Clima de negocio, fortalecimiento institucional y seguridad jurídica La COMJIB está promoviendo una iniciativa con el fin de contribuir a la mejora del clima de negocios en la región, basándose en propiciar un mayor contacto público-privado en dichos ámbitos geográficos y en un área que le afecta de manera directa como es la jurídico-administrativa. La mejora de las relaciones y los niveles de interlocución entre instituciones y empresas va a ser uno de los ejes de los trabajos que se propone para llevar a cabo en estos dos años. Para ello, desde la Secretaría General se promoverá la participación de las empresas en el proyecto. El objetivo del proyecto Clima de Negocio y Seguridad Jurídica es desarrollar un modelo regional de información jurídica relevante para la inversión en los países. Este modelo ha de plasmarse en recomendaciones a los Estados miembros y en la aplicación de sistemas de información que puedan ser utilizados por las empresas inversoras. A este respecto, se dará prioridad a aquellas informaciones de utilidad que dependan de los Ministerios de Justicia. 7. Ejes transversales Se mantienen como ejes transversales: el fortalecimiento institucional, el enfoque de derechos humanos y el enfoque de género. Además, la COMJIB definió tres áreas temáticas, de manera horizontal, que resultan de interés para todas o algunas de las estrategias definidas. Los enfoques transversales encontrarán acomodo en las líneas de actuación que las conformen y se reflejarán en acciones concretas. 19 1) Promoción de los Derechos Humanos: La garantía y protección de los derechos humanos deben ser considerados parte del eje rector de las políticas públicas del sector justicia. 2) Fortalecimiento institucional: El diseño de las políticas de justicia y la dotación de los medios adecuados para su ejecución, tiene como base el fortalecimiento de las instituciones llamadas a ejecutarlas. 3) Enfoque de Género: Concebido más allá del referido a la violencia de género, se refiere especialmente a la eficaz inserción del enfoque de género en las políticas públicas del sector Justicia. Metodología de trabajo Se seguirá la metodología definida en el Reglamento de Funcionamiento de COMJIB aprobado en la XVI Conferencia de Ministros de Justicia: o o Para cada línea de trabajo, se designa un país coordinador. Además, los componentes de las líneas podrán ser igualmente coordinados por algún país. Como método de socialización se hará una sola reunión de coordinadores Para facilitar la comunicación entre los miembros del grupo de trabajo se ha creado la nueva funcionalidad de la página web de COMJIB, que redundará en la mejor gestión de documentos y permitirá el trabajo on line, con la consiguiente reducción de las reuniones presenciales y de los intercambios masivos de correos electrónicos. Durante este periodo, en el marco del marco del plan de austeridad en el que nos encontramos, la Secretaría General ya está reduciendo gastos corrientes y prevé continuar reduciendo el número de expertos contratados, promoviendo la mayor participación de los países en el desarrollo de los proyectos. Seguimiento Como forma de atender el necesario seguimiento de las actuaciones implementadas por cada país a fin de asegurar el impacto de las actuaciones, se acordó en la reunión de la Comisión Delegada10 “(…)la creación de un Observatorio Iberoamericano de la Justicia, de carácter virtual, que permita dar seguimiento a las políticas públicas de Justicia actualmente en vigor y a las que la Conferencia ponga en funcionamiento (…)” En este Observatorio se daría seguimiento a las políticas públicas del sector Justicia, se generarían estándares, se acompañaría a los países en sus proyectos 10 La reunión tuvo lugar el 6 de febrero de 2009 en Quito y en ella se reunió la Comisión Delegada, compuesta por Argentina, Cuba, Ecuador, Honduras y Portugal, encargada de tomar decisiones en el periodo interasambleas, y estuvieron presentes además los Ministros de Costa Rica, Perú y República Dominicana, los Viceministros de Brasil, Chile y Paraguay, y altos representantes de Colombia, España y Nicaragua. 20 nacionales de implementación de normativa interna y se realizarían diagnósticos del sector Justicia que permitan a su vez identificar nuevas prioridades o carencias, así como generar mecanismos de seguimiento de las acciones y verificación de buenas prácticas y lecciones aprendidas que puedan exportarse mediante mecanismos de cooperación triangulara otros países. Por ello se concibe como un complemento de todas las líneas estratégicas de trabajo. Impacto y sostenibilidad de las acciones de la COMJIB La verificación de la eficacia de los proyectos constituye un pilar fundamental en la realización de acciones de cooperación, en la medida en que permite evidenciar los logros de un proyecto y evaluar el grado de adecuación de los resultados a los objetivos. La implantación de proyectos concretos conlleva la necesidad de definir indicadores de éxito y fuentes de verificación de resultados ad hoc para cada uno de ellos, porque en gran medida estarán condicionados por los objetivos específicos y resultados esperados por los beneficiarios directos del proyecto. El compromiso de la COMJIB se centra en exigir que cualquiera de los proyectos desarrollados por ella cuente con una identificación previa, que a su vez deberá responder a un triple criterio: a) tratarse de indicadores o fuentes de verificación empleados por los operadores de la cooperación al desarrollo y, por tanto, validados como verdadero reflejo de la eficacia del proyecto a que se refieren b) ponerse en relación con los denominados “indicadores del sector Justicia” objeto de un estudio editado por la COMJIB con cargo al fondo fiduciario precedente, y cuyo seguimiento será parte de la labor realizada por el Observatorio de la Justicia en Iberoamérica, garantizando con ello la coherencia de la integridad de proyecto. c) con la misma premisa de la coherencia como fundamento, establecer genéricas fuentes de verificación de resultados que sean homogéneas para todas las líneas de trabajo, en la medida en que o bien respondan a una estructura tipo (proyecto piloto, transferencia de conocimiento…) o bien cuenten con una materia trasversal como nexo común (un mismo grupo de beneficiarios, por ejemplo), y ello sin perjuicio de que cada acción pueda en concreto contar con uno o varios indicadores específicos que no comparta con otras líneas estratégicas. Los proyectos de la COMJIB se realizarán con vocación de sostenibilidad en el tiempo, para lo que previa a su puesta en funcionamiento se contará con la voluntad política de los responsables locales del proyecto, que garanticen que finalizada la ayuda ésta seguirá manteniéndose. Su relación estable con el Observatorio, que se prolongará una vez finalizado el periodo de vida de la acción, actuará como garante. 21 Socios estratégicos a nivel internacional La COMJIB cuenta con diversos socios estratégicos a nivel internacional para el desarrollo de sus líneas de actuación: la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), entroncando con los criterios de Gobernabilidad Democrática; la Organización de Estados Americanos (OEA) y diversas Instituciones Europeas (como la Comisión Europea, Eurojust o la Red Judicial Europea Penal) y del Sistema de Naciones Unidas (Ilanud, Unifem, Unodc, PNUD). Del mismo modo, aquellos operadores que ya han sido identificados como socios de acciones concretas, contarán con el respaldo de la COMJIB en la puesta en marcha de los planes acordados. En esta categoría hemos de destacar la alianza estratégica fundamental con la Cumbre Judicial Iberoamericana y la Asociación Iberoamericana de Ministerios Públicos (AIAMP). Igualmente, se trabaja con diferentes agencias del sistema de Naciones Unidas: se ha firmado ya un MOU con el Instituto Latinoamericano de las Naciones Unidas para la prevención del delito y el tratamiento del delincuente (ILANUD) como socio prioritario en las materias de interés común, y especialmente en el área de reforma de los sistemas penitenciarios. También con UNIFEM se ha firmado un MOU para dar mayor coherencia a nuestro enfoque transversal de género. Con PNUD se está avanzando en definir acuerdos concretos en el ámbito del acceso a la justicia, el fortalecimiento de las instituciones garantes de los derechos humanos y del fortalecimiento del estado de derecho. Igualmente, se está ofreciendo colaboración a la CEPAL en lo referente a los indicadores de violencia de género del Observatorio de la Mujer a cargo de este organismo. Y finalmente, con UNODC se está colaborando de forma estrecha en el fortalecimiento de las redes de cooperación jurídica internacional. Es importante tomar en cuenta también las alianzas desplegadas con los organismos de integración regional. En primer lugar, SEGIB, socio estratégico por cuanto sirve de institución que sirve de eje al conjunto de las organizaciones de ámbito iberoamericano. Teniendo en cuenta que además la SEGIB no está desarrollando la línea de justicia, este ámbito se articula estrechamente entre la SEGIB y la COMJIB. MERCOSUR y el SICA constituyen, así mismo, instituciones con las que se está en proceso de colaboración. Con países del MERCOSUR y por medio de los Ministerios de Justicia se está trabajando en un acuerdo tipo de investigaciones conjuntas y una orden de extradición simplificada con el ideal de llegar en algún momento a una suerte de Iberoorden, ambos trabajo dentro de la línea de delincuencia organizada. 22 Líneas generales de la COMJIB: Línea Estratégica 1 Acceso a la justicia Justificación y acciones El acceso a la justicia sigue siendo un objetivo esencial, en el que los Ministerios tienen un papel esencial como instituciones rectoras y coordinadoras de todo el proceso. Puesta en marcha del Programa Iberoamericano de Acceso a la justicia. En la formulación del Programa se tomará en cuenta los avances ya realizados en tanto inclusión de grupos sociales en situación de vulnerabilidad (jóvenes, mujeres) y la incorporación del eje de derechos humanos. Por tanto, podrían integrarse, aunque dependerá de la propia formulación del Programa, proyectos ya en marcha, como Mediación Juvenil, Derechos Humanos en el Proceso o Atención a víctimas de violencia de género. El Programa tendrá que definir los grupos prioritarios, las acciones y la fase del acceso que se prioriza. En la medida en que la lucha contra la delincuencia organizada constituye una lacra que requiere, más que ningún otro, la cooperación entre países, se podría continuar trabajando en: o 2 Lucha contra la delincuencia organizada o o 3 Modernización de la justicia y nuevas tecnologías aplicadas a la administración de justicia 4 Reforma de los sistemas penitenciarios Seguimiento de la implementación de las Recomendaciones aprobadas en la XVII Conferencia de Ministros. Armonización de la regulación penal de los delitos de cibercrimen y corrupción de funcionarios y agentes extranjeros. Aprobación de un Convenio Marco Iberoamericano de Equipos Conjuntos de Investigación Como complemento a lo anterior, en la medida en que sea factible, se comenzará la reflexión sobre la simplificación de las extradiciones y la incorporación al ámbito iberoamericano de la figura del magistrado de enlace. La innovación en la gestión del servicio público d la justicia requiere un impulso que la COMJIB está en disposición de llevar a cabo con la experiencia acumulada. Desarrollo y puesta en marcha del Convenio iberoamericano sobre el uso de la videoconferencia (pendiente de aprobación en la próxima reunión plenaria de octubre). Desarrollo de nuevos Proyectos Pilotos de Tribunales Cero Papel Desarrollo del Portal Iberoamericano de Justicia Electrónica Los sistemas penitenciarios constituyen un grave problema en muchos países de la región, que requiere ser apoyado. o Seguimiento a la implementación de la Declaración de San 23 o o o José. Generación de un programa iberoamericano de género en prisión Elaboración de una guía para la implementación de un programa de pulseras electrónicas Apoyo a los proyectos de transferencia de buenas prácticas en curso Dependiendo de la capacidad económica concreta, implementar proyectos de transferencia del programa de pulseras electrónicas a los países que lo han solicitado. Derechos humanos en el proceso Reforma de la justicia Aplicación de las Recomendaciones adoptadas en materia de reconocimiento de derechos de las víctimas en el proceso. Aplicación de las Recomendaciones adoptadas en materia de reconocimiento de derechos de los menores infractores. Reforma del proceso penal Modelos de justicia rápida como respuesta a la delincuencia menor Garantías para la adopción de medidas cautelares especialmente personales Reforma del proceso civil Métodos alternativos de solución de conflictos Fomento de la oralidad en el proceso 24