UNIVERSIDAD DE SAN MARTÍN DE PORRES 0 FACULTAD DE DERECHO Luís E. Francia Sánchez / Los Derechos de las Personas Privadas de Libertad en el Sistema Penitenciario Peruano EN ÉSTE NÚMERO: Laura Zúñiga Rodríguez (España) Sídney Blanco (El Salvador) Jorge Vicente Paladines (Ecuador) Centro de Estudios de Derecho Penitenciario REVISTA ELECTRÓNICA Carolina Dzimidas Haber /Pedro Vieira Abramovay (Brasil) Luis A. Vergara Cisterna (Chile) José Ávila Herrera (Perú) Bruno Van der Matt (Perú) Luís Francia Sánchez (Perú) Percy C. Castillo Torres) (Perú) Wilfredo Pedraza Sierra (Perú) AÑO 1/ N° 1 Luís E. Francia Sánchez Los Derechos de las Personas Privadas de Libertad en el Sistema Penitenciario Peruano 2011 DIRECTOR Wilfredo Pedraza Sierra CONSEJO CONSULTIVO Laura Zúñiga Rodríguez José Ávila Herrera José Luís Pérez G. Miguel Huerta Barrón Centro de Estudios de Derecho Penitenciario/USMP 0 www.derecho.usmp.edu.pe/centro_derecho_penitenciario Luís E. Francia Sánchez / Los Derechos de las Personas Privadas de Libertad en el Sistema Penitenciario Peruano 1 LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS PRIVADAS DE LIBERTAD EN EL SISTEMA PENITENCIARIO PERUANO Luis E. Francia Sánchez [email protected] Al igual que todo lo ciudadano, la persona privada de libertad goza de un conjunto de derechos, en tanto no exista una incompatibilidad con la privación de la libertad, sea esta una medida coercitiva procesal o una pena establecida en una condena condenatoria. Efectivamente, los internos son titulares de los derechos fundamentales contenidos en la Constitución, y reiterados en el Pacto de Derechos Civiles y Políticos, en la Convención Americana de Derechos Humanos, en la Declaración de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la Protección de todas las Personas contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes. Asimismo se han desarrollado específicamente normas internacionales respecto a los derechos de las personas privadas de libertad: Centro de Estudios de Derecho Penitenciario/USMP 1 Luís E. Francia Sánchez / Los Derechos de las Personas Privadas de Libertad en el Sistema Penitenciario Peruano 2 Los siguientes instrumentos internacionales, pese a que en estricto no obligan al Estado peruano, contienen un conjunto de reglas y principios orientadores de su accionar; facilitan el respeto de normas internacionales de derechos humanos de carácter obligatorio a la vez que permiten determinar el grado de adecuación de las políticas nacionales penitenciarias a tales estándares. • Conjunto de Principios para la protección de todas las personas sometidas a cualquier forma de detención o prisión • Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos • Principios Básicos para el Tratamiento de los Reclusos • Principios de ética médica aplicables a la función del personal de salud, especialmente los médicos, en la protección de personas presas y detenidas contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes • Código de Conducta para Funcionarios Encargados de Hacer Cumplir la Ley. • Principios Básicos sobre el empleo de la fuerza y uso de armas de fuego por los Funcionarios Encargados de Hacer Cumplir la Ley • Reglas de Naciones Unidas para la protección de los menores privados de libertad • Reglas mínimas para la administración de la justicia de menores (Reglas de Beijing) • Principios y Buenas Prácticas sobre la Protección de las Personas Privadas de Libertad en las Cárceles. Dichos derechos son parte integrante del conjunto de derechos humanos, habiendo sido desarrollados en los instrumentos internacionales generales como específicos (como el caso de las Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos), como por la legislación nacional. En el caso peruano estos derechos se encuentran contenidos en la propia Constitución como en el Código de Ejecución Penal, su posterior Reglamento y otras normas conexas. Pero adicionalmente han sido desarrollados por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, experiencia similar a la de otros países, como el caso de la Corte Constitucional de Colombia. Centro de Estudios de Derecho Penitenciario/USMP 2 Luís E. Francia Sánchez / Los Derechos de las Personas Privadas de Libertad en el Sistema Penitenciario Peruano 3 1. LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS PRIVADAS DE LIBERTAD: ASPECTOS GENERALES1 1.1 La situación de especial vulnerabilidad de las personas privadas de la libertad. La relación de especial sujeción del recluso a la administración penitenciaria2 El ingreso de una persona a la cárcel origina entre ella y la administración penitenciaria una relación jurídica caracterizada por el hecho que el interno queda sometido, en cierto grado, a la administración penitenciaria, en tanto puede limitar el ejercicio de los derechos fundamentales del interno en base a un conjunto de condiciones y reglas de conducta destinadas a mantener el orden y la seguridad en los establecimientos penitenciarios, en tanto estas medidas se ajusten a los principios de proporcionalidad y razonabilidad3. Es necesario saber diferenciar que mientras algunos derechos fundamentales de los internos son suspendidos o restringidos, muchos otros derechos se conservan intactos y deben ser respetados íntegramente por las autoridades penitenciarias. Pero al mismo tiempo el Estado debe garantizar el pleno ejercicio de los derechos fundamentales no suspendidos, así como el disfrute de los que les han sido restringidos. Por ende debe abstenerse de realizar comportamientos que vulneren el ejercicio de un derecho fundamental, en tanto que frente a otros, se encuentre ante el deber de adoptar determinadas medidas concretas a favor de los reclusos. Así lo reconoce el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas4 y la Corte Constitucional de Colombia, que han deducido dicho criterio de la Las ideas contenidas en este apartado se encuentran desarrolladas por la jurisprudencia de la Corte Constitucional de Colombia. 2 Sentencia T-706/96 de la Corte Constitucional de Colombia. 3 Sentencia T-1030/03 de la Corte Constitucional de Colombia. Respecto al estado de sujeción especial de los reclusos frente al Estado ver, entre otras, las sentencias T-596 de 1992; C-318 de 1995; T-705 de 1996; T-706 de 1996; y T-714 de 1996. 4 Comité de Derechos Humanos, Observación General No. 21 – “Trato humano de las personas privadas de su libertad (artículo 10). 1 Centro de Estudios de Derecho Penitenciario/USMP 3 Luís E. Francia Sánchez / Los Derechos de las Personas Privadas de Libertad en el Sistema Penitenciario Peruano 4 condición de especial vulnerabilidad de una relación de especial sujeción entre el interno y el Estado, en virtud de la cual éste debe actuar positivamente para garantizar la satisfacción de los derechos fundamentales no sujetos a restricciones legítimas por la medida privativa de la libertad. Efectivamente, los internos se encuentran en una situación de especial vulnerabilidad que impone especiales deberes al Estado. Dicho deber surge de la Constitución, la ley, la jurisprudencia y el sistema de protección de derechos humanos. En el contexto de un Estado social de derecho le está permitido al Estado suspenderle a algunos ciudadanos, en condiciones muy especiales, su derecho a la libertad, lo que implica, como contrapartida, que el Estado debe garantizarle a los reclusos las condiciones para una vida digna5. El Estado tiene deberes especiales para con los reclusos, con miras a que éstos puedan ejercer plenamente los derechos fundamentales que no les han sido suspendidos, y parcialmente aquéllos que les han sido restringidos. Ello se deriva de la misma relación especial de sujeción de los internos frente al Estado, y del hecho de que las condiciones que se imponen a los reclusos les impide que puedan satisfacer por cuenta propia una serie de necesidades mínimas, cuya atención garantiza la posibilidad de llevar una vida digna.6 Al respeto resulta de sumo interés la afirmación planteada por la Corte Constitucional de Colombia: “la reclusión de una persona en un establecimiento carcelario o penitenciario, le impone al Estado una serie de deberes especiales directamente encaminados a hacer efectivos los derechos de que goza el sujeto recluido. De otra manera, tales derechos no pasarían de ser declaraciones retóricas sin ninguna eficacia. En este sentido, la jurisprudencia de la Corte ha indicado que ‘el Estado tiene deberes especiales para con los reclusos, con miras a que éstos puedan ejercer Así lo consideró la Corte Constitucional en la sentencia T-153 de 1998. En este caso se declaró el estado de cosas inconstitucional en los centros penitenciarios de Colombia. 6 Acerca de los deberes especiales del Estado para con los reclusos ver, entre otras, las sentencias T-522 de 1992, T-374 de 1993, T-388 de 1993, T-420 de 1994 y T-741 de 1996. 5 Centro de Estudios de Derecho Penitenciario/USMP 4 Luís E. Francia Sánchez / Los Derechos de las Personas Privadas de Libertad en el Sistema Penitenciario Peruano 5 plenamente los derechos fundamentales que no les han sido suspendidos, y parcialmente aquellos que les han sido restringidos. Y estos deberes no implican simplemente que el Estado no debe interferir en la esfera de desarrollo de estos derechos - como ocurriría en el caso de la libertad religiosa -, sino también - y de manera especial - que el Estado debe ponerse en acción para garantizarle a los internos el pleno goce de otros derechos, tales como la dignidad, la salud, la alimentación, el trabajo, etc. Esta conclusión se deriva de la misma relación especial de sujeción de los penados frente al Estado, y del hecho de que las condiciones que se imponen a los reclusos les impide que puedan satisfacer por cuenta propia una serie de necesidades mínimas, cuya atención garantiza la posibilidad de llevar una vida digna.’7. En suma, la reclusión de una persona apareja el surgimiento de una serie de deberes especiales a cargo del Estado - a los que corresponden derechos a favor de la persona recluida -, a fin de que el interno pueda realizar efectivamente los derechos que no le han sido formalmente suspendidos ni limitados, pero cuyo ejercicio resulta imposible sin la colaboración activa del Estado.”8 1.2 Los derechos fundamentales de las personas privadas de libertad: restricciones por la administración penitenciaria Algunos de los derechos fundamentales de las personas privadas de la libertad pueden ser objeto de limitaciones significativas, como consecuencia de su situación. No obstante, existe un conjunto de derechos que no puede ser objeto de restricción como la vida, la integridad personal, la libertad de conciencia o a la salud. Esta posición ha encontrado sustento en los sistemas de protección de derechos humanos universal e interamericano. “[e]l hecho de que ciertos derechos de los reclusos no están sujetos a limitaciones legítimas, tales como la vida, la integridad personal y la salud, también ha sido resaltado por los organismos internacionales de derechos humanos. Así, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha enfatizado que ‘es uno de los más importantes predicados de la responsabilidad internacional de los Estados en relacón a los derechos humanos el velar por la 7 8 Sentencia T-153 de 1998. Sentencia T-966 de 2000. Centro de Estudios de Derecho Penitenciario/USMP 5 Luís E. Francia Sánchez / Los Derechos de las Personas Privadas de Libertad en el Sistema Penitenciario Peruano 6 vida y la integridad física y mental de las personas bajo su custodia’ [ Comisión Interamericana de Derechos Humanos, caso Tames contra Brasil, 1999, párrafo 39.]; por su parte, el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas ha explicado que ‘la obligación de tratar a las personas con el respeto debido a la dignidad inherente al ser humano comprende, entre otras cosas, la prestación de cuidados médicos adecuados’ [ Comité de Derechos Humanos, caso Kelly (Paul) c. Jamaica, párrafo 5.7, 1991], y que “incumbe a los Estados garantizar el derecho a la vida de los detenidos y no a éstos solicitar protección. (...) Corresponde al Estado parte, mediante la organización de sus centros de detención, tener un conocimiento razonable del estado de salud de los detenidos. La falta de medios financieros no puede atenuar esa responsabilidad.” [Comité de Derechos Humanos, caso Lantsova c. la Federación de Rusia, párrafo 9.2, 2002]”9 Así, puede decirse que los derechos de los internos pueden dividirse de la siguiente manera: (i) Algunos, como la libertad personal o la libre locomoción, se encuentran absolutamente limitados desde la captura10. (ii) Otros, como el derecho a la intimidad personal y familiar, reunión, asociación y libre desarrollo de la personalidad y libertad de expresión, pese a que pueden llegar a ser limitados nunca podrán ser completamente suspendidos. (iii) Otros derechos no pueden ser objeto de restricción jurídica durante la reclusión, como el derecho a la vida, la integridad personal, la libertad de conciencia, la dignidad, la igualdad, la libertad religiosa, el derecho al reconocimiento de la personalidad jurídica, la salud y el debido proceso, y el derecho de petición.11 Sentencia T-851 de 2004 Sentencia T-966 de 2000. 11 Sobre el tema de los derechos de los reclusos ver, entre otras, las sentencias T-424 de 1992; T-522 de 1992; T-596 de 1992; T-219 de 1993; T-273 de 1993; T-388 de 1993; T- 437 de 1993; T-420 de 1994; T-705 de 1996. 9 10 Centro de Estudios de Derecho Penitenciario/USMP 6 Luís E. Francia Sánchez / Los Derechos de las Personas Privadas de Libertad en el Sistema Penitenciario Peruano 7 La limitación de estos derechos debe ser proporcional a la finalidad de la medida privativa de la libertad, por lo que para que la restricción sea legítima es necesario que tenga por finalidad coadyuvar a la resocialización del interno, la conservación del orden, la disciplina o la convivencia dentro del establecimiento penitenciario. La restricción debe ser necesaria, adecuada y estrictamente proporcionada a la finalidad que pretende cumplir. La discrecionalidad tiene el límite de la prohibición de la arbitrariedad, no pudiendo servir de pretexto para la comisión de actos arbitrarios, desproporcionados o irracionales que lesionen los derechos de los internos12. La preservación de los objetivos propios de la vida penitenciaria determina que, en cabeza de las autoridades administrativas, recaiga una serie de poderes que les permiten modular e, incluso, limitar los derechos fundamentales de los reclusos. Sólo son legítimas las restricciones a los derechos de los internos que cumplan con las siguientes condiciones: • • • • • Sea un derecho fundamental que, por su naturaleza, admita restricciones en razón de las necesidades propias de la vida carcelaria; La autoridad penitenciaria debe estar autorizada, por vía legal o reglamentaria, a llevar a cabo la restricción; El acto restrictivo este destinado al cumplimiento de los fines esenciales de privación de la libertad: la resocialización y la conservación del orden, la disciplina y la convivencia dentro de los establecimientos carcelarios; Conste en acto motivado y, en principio, público; y, Sea proporcionada a la finalidad que se busca alcanzar. Facultades discrecionales de las autoridades13 El vínculo entre la administración penitenciaria y los internos es una especie dentro del ámbito más genérico de las relaciones administrativas. Mediante ella el administrado (el interno) se inserta en la organización administrativa y queda 12 13 Sentencia T-966 de 2000. Texto extraído de la sentencia de la Sentencia T-705/96. Centro de Estudios de Derecho Penitenciario/USMP 7 Luís E. Francia Sánchez / Los Derechos de las Personas Privadas de Libertad en el Sistema Penitenciario Peruano 8 sometido a un régimen jurídico especial, caracterizado por la particular capacidad de la Administración Penitenciaria en regular y modular sus derechos y obligaciones. Pero dichas restricciones no pueden ser arbitrarias y deben atender siempre a la finalidad específica para la cual fue establecida por el ordenamiento legal esa relación de especial sujeción14. El poder sancionador del Estado se debe desarrollar en base a lo que establece la legislación, en tanto la cárcel no es un territorio sin ley, sino que por el contrario debe de ser la expresión mas clara de la legalidad estatal frente a una persona que violo la ley15. Las potestades de la autoridad administrativa para limitar o restringir los derechos fundamentales de las personas que se hallen vinculadas a la Administración, a través de una relación de especial sujeción, debe estar expresamente autorizada en la ley que regule su ejercicio. Lo anterior no obsta para que las autoridades administrativas tengan un margen razonable de apreciación para determinar la oportunidad y conveniencia en la adopción de ciertas medidas restrictivas de los derechos de aquellas personas sujetas a una relación de especial sujeción con la Administración. En todo caso, este tipo de medidas deben ser razonables y proporcionadas y deben perseguir, como fin único, el logro del objeto para el cual ha sido instituida por el ordenamiento esa relación de especial sujeción. 1.3 La dignidad humana Conforme lo señala el artículo 10.1 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos “toda persona privada de libertad será tratada humanamente y con el respeto debido a la dignidad inherente al ser humano” , mientras que el numeral 3 consagra que “[e]l régimen penitenciario consistirá en un tratamiento cuya finalidad esencial será la reforma y la readaptación social de los penados (…)”. De allí ha deducido el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas una serie de consecuencias, contenidas en la 14 15 Cfr. ST-596/92, ST-065/95 y SC-318/95. ST-596/92. Centro de Estudios de Derecho Penitenciario/USMP 8 Luís E. Francia Sánchez / Los Derechos de las Personas Privadas de Libertad en el Sistema Penitenciario Peruano 9 Observación General Nº 21 sobre personas el trato humano de las privadas de la libertad: (i) Todas las personas privadas de la libertad debe ser tratadas en forma humana y digna, independientemente del tipo de detención al cual estén sujetas, del tipo de institución en la cual estén recluidas16; (ii) Los Estados adquieren obligaciones positivas en virtud del artículo 10.1 del Pacto, en el sentido de propugnar por que no se someta a las personas privadas de la libertad a mayores penurias o limitaciones de sus derechos que las legítimamente derivadas de la medida de detención 17 correspondiente ; y (iii) por tratarse de una “norma fundamental de aplicación universal”, la obligación de tratar a los detenidos con humanidad y dignidad no puede estar sujeta, en su cumplimiento, a la disponibilidad de recursos materiales, ni a distinciones de ningún tipo18. Una disposición similar se encuentra en el artículo 5.2 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos: Nadie debe ser sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes … toda persona privada de libertad será tratada con el respeto debido a la dignidad inherente al ser humano”. Asimismo el inciso 6 determina que: Las penas privativas de la 16 “2. El párrafo 1 del artículo 10 el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos es aplicable a todas las personas privadas de libertad en virtud de las leyes y autoridad del Estado e internadas en prisiones, hospitales..., campos de detención, instituciones correccionales o en otras partes. Los Estados Partes deben asegurarse que el principio en él estipulado se observe en todas las instituciones y establecimientos bajo su jurisdicción en donde las personas están internadas.” 17 “3. El párrafo 1 del artículo 10 impone a los Estados Partes una obligación positiva en favor de las personas especialmente vulnerables por su condición de personas privadas de la libertad y complementa la prohibición de la tortura y otras penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes prevista en el artículo 7 del Pacto. En consecuencia, las personas privadas de libertad no sólo no pueden ser sometidas a un trato incompatible con el artículo 7, incluidos los experimentos médicos o científicos, sino tampoco a penurias o a restricciones que no sean los que resulten de la privación de la libertad; debe garantizarse el respeto de la dignidad de estas personas en las mismas condiciones aplicables a las personas libres. Las personas privadas de libertad gozan de todos los derechos enunciados en el Pacto, sin perjuicio de las restricciones inevitables en condiciones de reclusión.” 18 “4. Tratar a toda persona privada de libertad con humanidad y respeto de su dignidad es una norma fundamental de aplicación universal. Por ello, tal norma, como mínimo, no puede depender de los recursos materiales disponibles en el Estado Parte. Esta norma debe aplicarse sin distinción de ningún género...” Centro de Estudios de Derecho Penitenciario/USMP 9 Luís E. Francia Sánchez / Los Derechos de las Personas Privadas de Libertad en el Sistema Penitenciario Peruano 10 libertad tendrán como finalidad esencial la reforma y la readaptación social de los condenados. Según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en el caso Knights y otros contra Jamaica, esta disposición es una de las “normas mínimas” que “se aplican sin tener en cuenta la naturaleza del comportamiento por el cual la persona en cuestión ha sido encarcelada independientemente del nivel de desarrollo del Estado...”. El principio de la dignidad humana constituye un deber positivo, o un principio de acción, según el cual todas las autoridades del Estado deben realizar todas las conductas relacionadas con sus funciones constitucionales y legales con el propósito de lograr las condiciones, para el desarrollo efectivo de la protección de la dignidad humana identificados así: autonomía individual, condiciones materiales de existencia, e integridad física y moral19. Debemos recordar que nuestro texto constitucional recoge esta disposición al señalar que: Artículo 1°. La defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la sociedad y del Estado. En dicho contexto, el ejercicio legítimo del poder punitivo sólo es legítimo en tanto se respete la dignidad humana, siendo ello el pilar central de la relación entre el Estado y la persona privada de la libertad.20 El derecho a la dignidad Sentencia T-900/05 de la Corte Constitucional de Colombia. Sentencia T-851 de 2004, en la que se indicó: “Esta regla fundamental consta expresamente en el artículo 10-1 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, según el cual ‘toda persona privada de libertad será tratada humanamente y con el respeto debido a la dignidad inherente al ser humano’. De allí ha deducido el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas –intérprete autorizado del Pacto- una serie de consecuencias de gran importancia, contenidas en la Observación General No. 21 sobre personas el trato humano de las privadas de la libertad, a saber: (i) todas las personas privadas de la libertad deberán ser tratadas en forma humana y digna, independientemente del tipo de detención al cual estén sujetas, del tipo de institución en la cual estén recluidas; (ii) los Estados adquieren obligaciones positivas en virtud del artículo 101 del Pacto, en el sentido de propugnar por que no se someta a las personas privadas de la libertad a mayores penurias o limitaciones de sus derechos que las legítimamente derivadas de la medida de detención 19 20 Centro de Estudios de Derecho Penitenciario/USMP 10 Luís E. Francia Sánchez / Los Derechos de las Personas Privadas de Libertad en el Sistema Penitenciario Peruano 11 humana del interno, como en toda persona debe ser respetado no sometiéndoseles a condiciones de hacinamiento, o condiciones de reclusión que afecten otros derechos21, ni a tratos crueles inhumanos y degradantes. Los ámbitos de protección de la dignidad humana tienen tres campos diferentes que han sido desarrollados: (i) La entendida como autonomía o como posibilidad de diseñar un plan vital y de determinarse según sus características (vivir como quiera). (ii) La entendida como ciertas condiciones materiales concretas de existencia (vivir bien). (iii) La entendida como intangibilidad de los bienes no patrimoniales, integridad física e integridad moral (vivir sin humillaciones).”22 Las normas establecen que los reclusos tienen el derecho a ser tratados en una forma digna, de acuerdo con el valor que les confiere su calidad de personas, y que el objeto de la pena es la resocialización. 1.4 Contenido mínimo de las obligaciones estatales frente a las personas privadas de la libertad. Existe un contenido mínimo de las obligaciones estatales que son imperativas en su cumplimiento, independientemente de las particularidades del interno (antecedentes, peligrosidad, etc.) o del nivel de desarrollo socioeconómico del Estado23, el mínimo que debe satisfacer el Estado para garantizar la correspondiente; y (iii) por tratarse de una ‘norma fundamental de aplicación universal’, la obligación de tratar a los detenidos con humanidad y dignidad no puede estar sujeta, en su cumplimiento, a la disponibilidad de recursos materiales, ni a distinciones de ningún tipo.” 21 Sentencia T-153 de 1998. 22 Corte Constitucional, sentencia T-881 de 2002. En este caso, en el cual la Corte analiza el desarrollo jurisprudencial de la categoría constitucional ‘dignidad’, se consideró que la decisión de la entidad accionada de haber suspendido el fluido eléctrico generó unas condiciones existenciales tales [“(…) Imposibilidad de prestación del servicio médico y de correcto funcionamiento del Hospital del Arenal (falta de energía, equipos médicos dañados por deficiencias en el fluido eléctrico). Imposibilidad del funcionamiento del acueducto única fuente de agua potable del municipio (funciona con motobombas). Ausencia de iluminación en los establecimientos de la fuerza pública en las horas de la noche. (…)] que implicaron el ‘una incuestionable amenaza a sus derechos fundamentales a la dignidad humana, a la salud por conexidad con la vida y a la integridad física.’ 23 Sentencia T-851 de 2004. Centro de Estudios de Derecho Penitenciario/USMP 11 Luís E. Francia Sánchez / Los Derechos de las Personas Privadas de Libertad en el Sistema Penitenciario Peruano 12 efectividad de los derechos fundamentales de los reclusos. Los derechos fundamentales de los internos deben ser garantizados independientemente de su condición jurídica 24 El Comité de Derechos Humanos ha sintetizado así el núcleo más básico de los derechos de los reclusos: “todo recluso debe disponer de una superficie y un volumen de aire mínimos, de instalaciones sanitarias adecuadas, de prendas que no deberán ser en modo alguno degradantes ni humillantes, de una cama individual y de una alimentación cuyo valor nutritivo sea suficiente para el mantenimiento de su salud y de sus fuerzas. Debe hacerse notar que son estos requisitos mínimos, que en opinión del Comité, deben cumplirse siempre, aunque consideraciones económicas o presupuestarias puedan hacer difícil el cumplimiento de esas obligaciones”25. El Comité enumeró como los mínimos a satisfacer en todo tiempo por los Estados, aquellos contenidos en las reglas 10, 12, 17, 19 y 20 de las Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos, que establecen: (i) el derecho de los reclusos a ser ubicados en locales higiénicos y dignos26 (ii) el derecho de los reclusos a contar con instalaciones sanitarias adecuadas a sus necesidades y al decoro mínimo propio de su dignidad humana27, (iii) el derecho de los reclusos a recibir ropa digna para su vestido personal28, (iv) el derecho de los reclusos a tener una cama individual con su ropa de cama correspondiente en condiciones higiénicas29, y (v) el derecho de los reclusos a contar con alimentación y agua potable suficientes y adecuadas30. Texto extraído de la sentencia de la Sentencia T-358/01 de la Corte Constitucional de Colombia. 25 Comité de Derechos Humanos, caso de Mukong contra Camerún, 1994, parr. 9.3. 26 Reglas mínimas para el tratamiento de los Reclusos, No. 10. 27 Reglas mínimas para el tratamiento de los Reclusos, No. 12. 28 Reglas mínimas para el tratamiento de los Reclusos, No. 17. 29 Reglas mínimas para el tratamiento de los Reclusos, No. 19. 30 Reglas mínimas para el tratamiento de los Reclusos, No. 20. 24 Centro de Estudios de Derecho Penitenciario/USMP 12 Luís E. Francia Sánchez / Los Derechos de las Personas Privadas de Libertad en el Sistema Penitenciario Peruano 13 En la misma providencia, el Comité notó que estos mínimos deben ser observados, “cualquiera que sea el nivel de desarrollo del Estado parte de que se trate”. Por su parte, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha añadido el contenido en las reglas 11, 15, 21, 24, 25, 31, 40 y 41 de las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas31, que se refieren a: (vi) la adecuada iluminación y ventilación del sitio de reclusión32, (vii) la provisión de los implementos necesarios para el debido aseo personal de los presos33, (viii) el derecho de los reclusos a practicar, cuando ello sea posible, un ejercicio diariamente al aire libre34, (ix) el derecho de los reclusos a ser examinados por médicos a su ingreso al establecimiento y cuando así se requiera35, (x) el derecho de los reclusos a recibir atención médica constante y diligente36, (xi) la prohibición de las penas corporales y demás penas crueles, inhumanas o degradantes37, (xii) el derecho de los reclusos a acceder a material de lectura38, y (xiii) los derechos religiosos de los reclusos39.40 1.5 La finalidad resocializadora El artículo 10.3 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos establece que “el régimen penitenciario consistirá en un tratamiento cuya finalidad esencial será la reforma y la readaptación social de los penados”. El Comisión Interamericana de Derechos Humanos, casos de Thomas (J) contra Jamaica, párrafo 133, 2001; Baptiste contra Grenada, parrafo 136, 2000; Knights contra Grenada, párrafo 127, 2001; y Edwards contra Barbados, párrafo 195, 2001. 32 Reglas mínimas para el tratamiento de los Reclusos, No. 11. 33 Reglas mínimas para el tratamiento de los Reclusos, No. 15. 34 Reglas mínimas para el tratamiento de los Reclusos, No. 21. 35 Reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos, No. 24. 36 Reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos, No. 25. 37 Reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos, No. 31. 38 Reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos, No. 40. 31 39 40 Reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos, No. 41. Sentencia T-851 de 2004. Centro de Estudios de Derecho Penitenciario/USMP 13 Luís E. Francia Sánchez / Los Derechos de las Personas Privadas de Libertad en el Sistema Penitenciario Peruano 14 Comité de Derechos Humanos ha precisado el contenido de esta disposición en su Observación General No. 21, al explicar que “ningún sistema penitenciario debe estar orientado solamente al castigo; esencialmente, debe tratar de lograr la reforma y la readaptación social del preso”. La resocialización no consiste en imponer determinados valores a los reclusos, sino en brindarles los medios para que, haciendo uso de su autodeterminación, establezca cada interno el camino de su reinserción al conglomerado social41. La idea de resocialización se opone a penas y condiciones de cumplimiento que sean en esencia, por su duración o sus consecuencias, desocializadoras. El Estado debe brindar los medios y las condiciones para no acentuar la desocialización del penado y posibilitar sus opciones de socialización. La función de reeducación y reinserción social del condenado debe entenderse como obligación institucional de ofrecerle todos los medios razonables para el desarrollo de su personalidad, y como prohibición de entorpecer ese desarrollo42 Si bien actualmente se acepta que la penas no tienen un fin único, la función primordial de debe ser la resocialización, en tanto materializa en mejor forma la definición del Estado como social de derecho y el principio de la dignidad de la persona humana. En tal sentido el análisis del sistema penitenciario debe girar en torno de la pregunta sobre si éste cumple con la función resocializadora y este es un criterio para interpretar las normas penitenciarias. En el caso peruano, al analizar la constitucionalidad de la cadena perpetua, el Tribunal Constitucional afirma que el texto constitucional acoge la función de prevención especial positiva de la pena, el cual es un mandato a ser considerado por los poderes públicos comprometidos con la ejecución de la pena, sea al determinar el monto como al regular las condiciones de su 41 42 Sentencia C-261 de 1996 Sentencia C-261 de 1996 Centro de Estudios de Derecho Penitenciario/USMP 14 Luís E. Francia Sánchez / Los Derechos de las Personas Privadas de Libertad en el Sistema Penitenciario Peruano 15 ejecución (43). Ello implica que la pena debe buscar reincorporar a la vida comunitaria al condenado (44). Para el Tribunal la finalidad resocializadora se vincula con el principio de dignidad de la persona (artículo 1º de la Constitución), el cual es uno de los fundamentos del texto constitucional. De ello deriva el mandato de no poder considerar a la persona privada de libertad como un objeto: 186…. Dicho principio, en su versión negativa, impide que los seres humanos puedan ser tratados como cosas o instrumentos, sea cual fuere el fin que se persiga alcanzar con la imposición de determinadas medidas, pues cada uno, incluso los delincuentes, debe considerarse como un fin en sí mismo, por cuanto el hombre es una entidad espiritual moral dotada de autonomía. Ello es de suma importancia, por implicar el respeto que debe tenerse para con toda persona privada de libertad, debiéndose resguardarse su autonomía individual. El carácter rehabilitador de la pena tiene la función de formar al interno en el uso responsable de su libertad, “no la de imponerle una determinada cosmovisión del mundo ni un conjunto de valores que, a lo mejor, puede no compartir”45. El respeto a la identidad de la persona y su autonomía, es de suma importancia, especialmente respecto de los internos pertenecientes a las comunidades nativas o campesinas, considerándose que regularmente se cuestiona que el tratamiento penitenciario que se les brinda puede significar una forma de aculturación, es decir del abandono de sus prácticas culturales. Resulta lógico deducir del planteamiento del Tribunal que el hecho que una persona mantenga una cosmovisión y valores distintos a los del conjunto de la sociedad, no debe ser necesariamente un elemento determinante al evaluarse el grado de resocialización alcanzada. Dicha evaluación es un elemento central para la concesión de beneficios penitenciarios (46). Sentencia del expediente N.º 010-2002-AI/TC, fundamentos 179 y 180. Sentencia del expediente N.º 010-2002-AI/TC, fundamentos 182 y 183. 45 Sentencia del expediente N.º 010-2002-AI/TC, fundamentos 188. 46 El Código de Ejecución Penal señala que tanto en el caso de la semilibertad (artículo 49º inciso 5) y liberación condicional (artículo 49º inciso 5), se requiere de un Informe sobre el grado de readaptación del interno, de acuerdo a la evaluación del Consejo Técnico Penitenciario. 43 44 Centro de Estudios de Derecho Penitenciario/USMP 15 Luís E. Francia Sánchez / Los Derechos de las Personas Privadas de Libertad en el Sistema Penitenciario Peruano 16 2. LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS PRIVADAS DE LIBERTAD EN LA LEGISLACION PERUANA 2.1 La Constitución y el Código de Ejecución Penal Respecto a las personas privadas de libertad la Constitución de nuestro país únicamente contiene dos menciones en su artículo 139°, referido a los principios y derechos de la función jurisdiccional: 21. El derecho de los reclusos y sentenciados de ocupar establecimientos adecuados. 22. El principio de que el régimen penitenciario tiene por objeto la reeducación, rehabilitación y reincorporación del penado a la sociedad. Como se observa el primero el primero se refiere a las condiciones de detención, especialmente en relación a la infraestructura, pero se puede interpretar que también incluye los servicios que ha de cumplir la administración penitenciaria para con el interno. Por su parte el segundo se refiere a la finalidad que ha de cumplir la privación de libertad. Al no realizar mayores precisiones debe recordarse que la Constitución reconoce a los instrumentos internacionales de derechos humanos una aplicabilidad como normas que obligan al Estado peruano o como principios que orientan su accionar en determinadas materias. En efecto, el Artículo 3° señala que: La enumeración de los derechos establecidos en este capítulo no excluye los demás que la Constitución garantiza, ni otros de naturaleza análoga o que se Centro de Estudios de Derecho Penitenciario/USMP 16 Luís E. Francia Sánchez / Los Derechos de las Personas Privadas de Libertad en el Sistema Penitenciario Peruano 17 fundan en la dignidad del hombre, o en los principios de soberanía del pueblo, del Estado democrático de derecho y de la forma republicana de gobierno. Como se observa, la Constitución permite el desarrollo de derechos, en el cumplimiento del deber que tiene el estado de garantizar la plena vigencia de los derechos humanos (artículo 44°) y el hecho que los tratados celebrados por el Estado y en vigor forman parte del derecho nacional (artículo 55°). Siendo que las instrumentos internacionales específicos sobre derechos humanos no tienen el rango de tratado (que si es de cumplimiento obligatorio por el Estado) sino sólo de declaración (que implica sólo una norma orientadora y que sirve de criterio de interpretación), no por ello pueden ser desatendidos. Al respecto debe recordarse que de la revisión de la jurisprudencia constitucional o la de cortes internacionales (como la de la Corte Interamericana de Derechos Humanos) utilizan estas declaraciones (como las Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos) como criterio para evaluar si el Estado respeta el derecho de los internos. Debemos recordar que la Cuarta Disposición Final y Transitoria señala: Cuarta. Las normas relativas a los derechos y a las libertades que la Constitución reconoce se interpretan de conformidad con la Declaración Universal de Derechos Humanos y con los tratados y acuerdos internacionales sobre las mismas materias ratificados por el Perú. 2.2 El Reglamento del Código de Ejecución Penal (Decreto Supremo Nº 015-2003-JUS) Una de las particularidades de esta norma es que no sólo desarrolla las disposiciones del Código de Ejecución Penal, sino que busca desarrollar las disposiciones establecidas en las normas internacionales sobre derechos de las personas privadas de libertad. En tal sentido contiene algunas disposiciones específicas. Centro de Estudios de Derecho Penitenciario/USMP 17 Luís E. Francia Sánchez / Los Derechos de las Personas Privadas de Libertad en el Sistema Penitenciario Peruano 18 El Artículo 10º del Reglamento establece que las actividades penitenciarias se ejercen respetando la dignidad y derechos del interno, en tanto no hayan sido restringidos por la Ley o la sentencia. Este debe ser considerado como criterio de interpretación de la norma por las autoridades penitenciarias al momento de interpretar y aplicar la legislación penitenciaria. El artículo 11º del Reglamento señala un conjunto de derechos, que no deben ser entendidos como un listado cerrado, sino sólo como aquellos que sirven para subrayar los de especial importancia para toda persona privada de libertad. Por lo tanto la autoridad penitenciaria debe considerar también aquellos derechos reconocidos por la Constitución Política del Estado, nuestro ordenamiento jurídico nacional y los tratados o convenios internacionales. Adicionalmente, el Reglamento realiza precisiones respecto a ciertos derechos: a. Respeto de la información y datos personales de los internos (artículos 13º y 14º) Garantía de confidencialidad de la información que se encuentra en las fichas de identificación penologíca y expedientes personales, estando las autoridades penitenciarias obligadas a a guardar secreto profesional sobre ella, aún cuando culmine su relación laboral con la administración penitenciaria. Casos en los que se puede brindar dicha información.- a) cuando la misma permita elaborar estadísticas o estudios criminológicos, pero sin que con ello se pueda identificar al interno; b) en caso de existir mandato judicial; c) cuando la solicite el interno para su uso personal; y d) cuando el interno autorice, expresamente y por escrito, su entrega a una tercera persona. Si la información de los archivos o ficheros penitenciarios tienen alguna imprecisión, el interno tiene derecho a solicitar al Poder Judicial o a la Centro de Estudios de Derecho Penitenciario/USMP 18 Luís E. Francia Sánchez / Los Derechos de las Personas Privadas de Libertad en el Sistema Penitenciario Peruano 19 autoridad administrativa que corresponda la rectificación correspondiente, debiendo ser notificado del resultado en un plazo de 20 días (artículo 10º). b. Internos extranjeros El Reglamento ha introducido disposiciones relacionadas con las personas privadas de libertad de nacionalidad extranjera, dando cumplimiento al artículo 36º de la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares. El artículo 11º, establece que el interno extranjero tiene derecho a informar a sus autoridades diplomáticas o consulares, sobre su ingreso o traslado a un establecimiento penitenciario. Para ello la autoridad penitenciaria deberá brindarle las facilidades que correspondan para el ejercicio de su derecho. Es decir, acceso al teléfono o remisión de correspondencia. La misma norma, establece como obligación del director del establecimiento penitenciario, poner en conocimiento del consulado o representación diplomática correspondiente, el ingreso de un interno extranjero a su establecimiento. Además, con el propósito de brindar mayor orientación al interno extranjero, se establece la obligación de informarle sobre la posibilidad de solicitar el cumplimiento de su pena en su país de origen o de residencia habitual, conforme a los tratados de la materia y a lo establecido en el artículo VII del Título Preliminar del Código. Consideramos, que esta obligación, en principio, debe recaer en el director del penal y, accesoriamente, en el abogado integrante del Órgano Técnico de Tratamiento (artículo 12º). c. Mujeres privadas de libertad El Reglamento introduce un importante enfoque de género en toda su extensión. Se refleja en la utilización de los términos de interno e interna para hacer referencia al sexo de las personas privadas de libertad y en la regulación de algunos aspectos propios de una mujer privada de libertad. Centro de Estudios de Derecho Penitenciario/USMP 19 Luís E. Francia Sánchez / Los Derechos de las Personas Privadas de Libertad en el Sistema Penitenciario Peruano 20 Por ejemplo, el artículo 8º establece el derecho a permanecer en el establecimiento penitenciario con sus hijos, hasta que cumplan los tres años de edad. Luego podrán ser entregados a un familiar o a una institución, según corresponda. Como se observará más adelante, en los establecimientos penitenciarios de mujeres o en el pabellón habilitado para ese fin, debe acondicionarse un ambiente destinado como guardería para sus hijos; asimismo, se dispone un tratamiento especial en la alimentación en el caso de las mujeres gestantes y sus hijos y se prohíbe para ellas la aplicación de la medida disciplinaria de aislamiento. 2.3 Manual de Derechos Humanos en la Función Penitenciaria En mayo del 2008 el INPE aprobó el Manual de Derechos Humanos de la Función Penitenciaria, documento elaborado por una Comisión integrada funcionarios de diversas instituciones, que fue creada mediante la Resolución Presidencial 486-2007-INPE y la Resolución Presidencial 023-2008-INPE/P formada por representantes del INPE, el Comisedh y con el asesoramiento de la Defensoría del Pueblo. El Manual tiene por finalidad de ser una herramienta útil para el personal que labora en penales de régimen cerrado, y se divide este documento en cuatro partes: • La primera presenta el marco teórico y normativo de los derechos humanos, tanto de las personas privadas de libertad como de los servidores del INPE. • La segunda se concentra en el rol de la seguridad en el sistema penitenciario: la relación entre la seguridad y el uso de la fuerza. • La tercera describe las responsabilidades de todas las áreas de tratamiento involucradas en el proceso de resocialización de las Centro de Estudios de Derecho Penitenciario/USMP 20 Luís E. Francia Sánchez / Los Derechos de las Personas Privadas de Libertad en el Sistema Penitenciario Peruano 21 personas privadas de libertad. • La última describe el régimen disciplinario. Este Manual constituye un elemento de suma importancia para concretar en la actividad cotidiana del personal penitenciario la vigencia de los derechos de las personas privadas de libertad. 3. LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL Y LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS PRIVADAS DE LIBERTAD Ante la inexistencia de una judicatura especializada en materia penitenciaria47, la defensa de los derechos de las personas privadas de libertad se realiza judicialmente mediante un proceso constitucional de Hábeas Corpus, conforme lo establece el Código Procesal Constitucional48 La figura del Juez de Ejecución Penal se implanto en el Perú con la entrada en vigencia del Código de Ejecución Penal (Decreto Legislativo 330), considerado como un magistrado de Primera Instancia, integrante del Poder Judicial, dedicado en forma exclusiva a las funciones que le asigne el Código (artículos 147° y 148º). La figura fue derogada por el Código de Ejecución Penal del año 1991. 48 Incluso antes de la vigencia del Código Procesal Constitucional, el Tribunal había considerado el Habeas Corpus como el mecanismo para proteger los derechos fundamentales de las personas privadas de libertad vulnerados por las inadecuadas condiciones de reclusión. Si bien la Ley Nº 23506 (Ley de Hábeas Corpus y Amparo) señalaba que dicha acción procedía cuando se amenazara la libertad individual y el artículo 12° establecía los casos en los que procedía, no incluyendo el supuesto de las personas privadas de libertad, el Tribunal consideró que la norma no contenía una relación taxativa, pudiendo utilizarse para proteger otros derechos reconocidos en la Constitución distintos a la libertad personal, como la vida o la salud de las personas privadas de libertad. Al respecto ver HUERTA GUERRERO: 2003 y FRANCIA SANCHEZ: 2004. Ambos textos sirven para el desarrollo de los derechos de los internos reconocidos por la jurisprudencia constitucional. 47 La evolución y consolidación de este criterio puede observarse en las sentencias del expediente N° 0318-96-HC/TC y Nº 590-2001-HC/TC. En la sentencia del expediente Nº 726-2002-HC/TC el Tribunal consideró que mediante el hábeas corpus se puede Centro de Estudios de Derecho Penitenciario/USMP 21 Luís E. Francia Sánchez / Los Derechos de las Personas Privadas de Libertad en el Sistema Penitenciario Peruano 22 . En diversas sentencias el Tribunal ha desarrollado un conjunto de derechos de las personas privadas de libertad. 2.1 Derecho a la integridad personal El Tribunal ha evaluado los regímenes penitenciarios, estableciendo que ciertas restricciones de derechos constituyen una medida irrazonable y desproporcionada, por lo que son una forma de trato cruel e inhumano (49). Con ello establece límites a la restricción de derechos a los internos en virtud a la clasificación en uno u otro régimen penitenciario, ya que no importando cual sea éste, lo cierto es que en ningún caso puede significar la afectación del derecho a la integridad personal. garantizar derechos que puedan ser vulnerados con ocasión de una privación de libertad judicialmente ordenada. En este sentido, el hábeas corpus procede: • Cuando se amenace o lesione el derecho a la vida, integridad física y psicológica o la salud de las personas privadas de libertad (Sentencia del expediente N° 590-2001HC/TC, fundamento 3.). • Cuando se den acciones u omisiones que vulneren o amenacen el derecho al trato digno y a no ser objeto de penas o tratos inhumanos o degradantes (Sentencia del expediente N° 1429-2002-HC/TC, fundamento 1). Asimismo se afirma que el hábeas corpus busca garantizar que las condiciones de detención respeten los principios y valores constitucionales, especialmente la dignidad de la persona, razonabilidad y proporcionalidad (Sentencia del expediente N° 622-2002HC/TC, fundamento 2, y en el mismo sentido la sentencia del expediente N° 726-2002HC/TC, fundamento 3). Procede este tipo de hábeas corpus en todo caso de personas privadas de libertad, ya sea que esto ocurra en un establecimiento penitenciario común o en uno penal militar, o el internamiento se efectúe en un establecimiento público o privado (Resolución del expediente N° 590-2001-HC/TC, fundamento 3). La privación de libertad puede deberse al cumplimiento de una sentencia o una medida preventiva, o la existencia de una especial relación de sujeción tuitiva, como el caso de las personas sometidas a tratamiento en centros de rehabilitación o de estudiantes internados en dependencias públicas o privadas (Sentencia del expediente N° 1429-2002-HC/TC, fundamento 2. También la sentencia del expediente N° 590-2001-HC/TC, fundamento 3). 49 Sentencia del expediente Nº 010-2002-AI/TC, fundamentos 222 y 223. Centro de Estudios de Derecho Penitenciario/USMP 22 Luís E. Francia Sánchez / Los Derechos de las Personas Privadas de Libertad en el Sistema Penitenciario Peruano 23 2.2 Derecho a la salud Para el Tribunal, el derecho a la salud es la facultad inherente a todo ser humano de conservar un estado de normalidad orgánica funcional, física y psíquica, o restituirlo ante una situación de perturbación, constituyendo uno de los derechos constitucionales de mayor importancia, al vincularse a otros como el derecho a la vida, integridad física y el principio de dignidad (50). Especialmente importante la consideración del derecho a la salud como un derecho fundamental, a pesar de no estar incluido en la relación que establece como tal la Constitución, en virtud a su conexión con el derecho a la vida e integridad, y el principio de dignidad de la persona. Esta consideración es una innovación a la concepción que se ha tenido regularmente sobre este derecho, especialmente en lo que concierne a las personas privadas de libertad, conforme puede observarse en la siguiente cita: “14. Si bien el derecho a la salud no está contenido en el capítulo de derechos fundamentales, su inescindible conexión con el derecho a la vida (art. 2°), a la integridad (art. 2°) y el principio de dignidad (art. 1° y 3°), lo configuran como un derecho fundamental indiscutible, pues, constituye "condición indispensable del desarrollo humano y medio fundamental para alcanzar el bienestar individual y colectivo" (art. I, Título Preliminar de la Ley N.° 26842, General de Salud). Por ello, deviene en condición necesaria del propio ejercicio del derecho a la vida y, en particular, a la vida digna. De otra parte, siempre que el derecho a la integridad resulte lesionado o amenazado, lo estará también el derecho a la salud, en alguna medida. Sin embargo, son también posibles supuestos en que se afecte de manera directa y grave el mínimo vital necesario para el desempeño físico y social en condiciones normales. La salud resulta un estado variable, susceptible de afectaciones múltiples, que incide en mayor o menor medida en la vida del individuo, dependiendo de sus condiciones de adaptación. Teniendo como base esta apreciación gradual de la salud, la protección del derecho a la salud importa la 50 Sentencia del expediente N° 1429-2002-HC/TC, fundamentos 12 y 15. Centro de Estudios de Derecho Penitenciario/USMP 23 Luís E. Francia Sánchez / Los Derechos de las Personas Privadas de Libertad en el Sistema Penitenciario Peruano 24 tutela de un mínimo vital, fuera del cual el deterioro orgánico impide una vida normal o un grave deterioro de ésta” (51). Idéntica importancia puede asignarse a la consideración de que el derecho a la salud se relaciona no sólo con el derecho de toda persona a la vida, sino con el derecho a una vida digna. “Debe tenerse presente que la vida no es un concepto circunscrito a la idea restrictiva de peligro de muerte, sino que se consolida como un concepto más amplio que la simple y limitada posibilidad de existir o no, extendiéndose al objetivo de garantizar también una existencia en condiciones dignas. Por esta razón, es indispensable la consideración de la vida en dignidad que, en este caso, se manifiesta como vida saludable” (52). En cuanto al derecho a la salud de las personas privadas de libertad, el Tribunal ha sido muy claro en indicar que: • No se encuentra suspendido o restringido por la privación de la libertad. • La salud de las personas privadas de libertad es una facultad vinculante al Estado. • Los internos tienen un derecho constitucional a la salud similar a cualquier persona, pero a diferencia de las personas en libertad, es el Estado quien asume la responsabilidad por su salud, existiendo un deber de no exponerlos a situaciones que pudieran comprometer o afectar su salud (53). 51 52 53 Sentencia del expediente N° 1429-2002-HC/TC, fundamento 14. Sentencia del expediente N° 1429-2002-HC/TC, fundamento 14. Sentencia del expediente N° 1429-2002-HC/TC, fundamento 15. Centro de Estudios de Derecho Penitenciario/USMP 24 Luís E. Francia Sánchez / Los Derechos de las Personas Privadas de Libertad en el Sistema Penitenciario Peruano 25 2.3 Derecho de defensa Según el Tribunal, este derecho garantiza que los ciudadanos no se encuentren en indefensión, incidiendo al respecto en la situación de la persona procesada (54). En dicho sentido se ha pronunciado en casos en donde se argumentaba que las condiciones de internamiento afectaban dicho derechos. 2.4 Derecho a la visita familiar El Tribunal ha conocido casos en los cuales se cuestionaba la decisión de las autoridades de establecimientos penitenciarios de restringir a los reclusos la visita de sus familiares, entendiendo que ello puede impactar negativamente en la finalidad resocializadora y reeducadora de la pena (55). Según el Tribunal la ubicación de un interno en un establecimiento tan alejado afectaba la visita familiar (56), siendo un factor de desocialización que lo aleja de su entorno familiar y social. 2.5 Traslados El Tribunal ha conocido de hábeas corpus en los que se cuestionaba la decisión de las autoridades penitenciarias de trasladar a un interno de un penal a otro, estableciendo criterios de interpretación. • Legitimidad del traslado.- El traslado no es en sí un acto inconstitucional (57), pero debe cumplir requisitos, pudiendo declararse Sentencia del expediente N° 726-2002-HC/TC, fundamento 21. Sentencia del expediente N° 1429-2002-HC/TC, fundamento 11. 56 Sentencia del expediente N° 1429-2002-HC/TC, fundamento 11 y parte resolutiva. 57 Sentencia del expediente N° 622-2002-HC/TC, fundamento 3, criterio seguido en la sentencia del expediente N° 726-2002-HC/TC, fundamento 16. 54 55 Centro de Estudios de Derecho Penitenciario/USMP 25 Luís E. Francia Sánchez / Los Derechos de las Personas Privadas de Libertad en el Sistema Penitenciario Peruano 26 ilegitimo si se realiza sin existir una base objetiva y motivos razonables (58). • Protección de la integridad del interno.- Un motivo justificado para el traslado, es la necesidad de proteger derechos fundamentales, siendo obligación de las autoridades penitenciarias garantizar que no se afecte o lesione la vida, integridad física y otros derechos constitucionales de la persona privada de libertad. La autoridad puede trasladar a un interno para proteger sus derechos, cada vez que existan elementos razonables que muestren un peligro (59). • Regresión en el tratamiento.- En este caso el Tribunal ha declarado infundada la demanda (60). • Reordenamiento del penal.- Es válido el traslado cuando la capacidad de albergue del penal sea excedida por el número de internos y ello ponga en riesgo el régimen y disciplina penitenciaria (61). • Seguridad penitenciaria.- El traslado por medida de seguridad es adecuado (62), así como la regresión en el tratamiento que pone en riesgo la seguridad del penal y de otros (63). • Consentimiento del interno.- La ausencia de consentimiento para el traslado no es un motivo para invalidarlo, en tanto no constituye un requisito para el mismo (64). Sentencia del expediente N° 622-2002-HC/TC, fundamento 4. Sentencia del expediente N° 622-2002-HC/TC, fundamento 4, criterio seguido en la sentencia del expediente N° 726-2002-HC/TC, fundamento 16. 58 59 60 Sentencia del expediente N° 682-97-HC/TC, criterio seguido en la sentencia del expediente N° 58-99-HC/TC y en la sentencia del expediente N° 591-97-HC/TC. 62 Sentencia del expediente N° 1429-2002-HC/TC. Sentencia del expediente N° 343-97-HC/TC. 63 Sentencia del expediente N° 591-97-HC/TC. 61 Centro de Estudios de Derecho Penitenciario/USMP 26 Luís E. Francia Sánchez / Los Derechos de las Personas Privadas de Libertad en el Sistema Penitenciario Peruano 27 • Reubicación al interior del mismo penal.- La ubicación de un interno en uno u otro ambiente del penal es una atribución de la autoridad penitenciaria (65), por lo que se desestima la demanda que argumenta que ello pone en peligro su integridad personal, en tanto no se demuestre ello (66) y cuando el traslado fue solicitado por otros internos del mismo penal (67). 2.6 Derecho a la intimidad En un hábeas corpus presentado por un grupo de internos, argumentando que se filmaba sus actividades cotidianas, el Tribunal lo desestimó al considerar que la filmación era adecuada para controlar la seguridad del penal y de los internos, y que no incluía los lugares de alojamiento de los internos (68). 2.7 La visita íntima El Tribunal Constitucional en una reciente sentencia ha señalado algunos aspectos de especial importancia en relación a este beneficio penitenciario69: 64 • Es una forma de protección de la familia.- Según el Tribunal, la visita íntima coadyuva en la consolidación de la familia en el proceso de resocialización del interno, ya que las condiciones de hacinamiento Sentencia del expediente N° 622-2002-HC/TC, fundamento 4. Criterio reiterado en la sentencia del expediente N° 726-2002-HC/TC, fundamento 20 65 Sentencia del expediente N° 156-96-HC/TC, sentencia del expediente N° 156-96HC/TC y sentencia del expediente Nº 988-2001-HC/TC. 66 Es el caso de un efectivo policial que demandó que el traslado a una celda cercana de internos terroristas ponía en peligro su integridad personal (sentencia del expediente N° 15696-HC/TC). Asimismo, fue el caso de un efectivo militar que indicó que el nuevo ambiente de reclusión lo exponía a posibles agresiones de otros internos (sentencia del expediente N° 149-96-HC/TC). 67 Sentencia del expediente Nº 988-2001-HC/TC, fundamentos 2, 3 y 4. 68 Sentencia del expediente N° 935-2002-HC/TC, fundamento 4. 69 Sentencia del expediente Nº 01575-2007-PHC/TC Centro de Estudios de Derecho Penitenciario/USMP 27 Luís E. Francia Sánchez / Los Derechos de las Personas Privadas de Libertad en el Sistema Penitenciario Peruano 28 e higiene de los establecimientos penitenciarios generan en éste un deterioro de su integridad (física, psíquica y moral) que frecuentemente sólo pueden ser compensados con el amor que brinda la familia. De otro lado, si bien hay varios mecanismos para proteger la familia, la visita íntima fortalece los vínculos de la pareja, lo que repercute en una relación armónica con los hijos. Por ende, enfatiza el Tribunal Constitucional, que “las limitaciones desproporcionadas de las visitas íntimas entre los internos y sus parejas (cónyuge, concubina o concubino) vulnera el deber especial de la familia reconocido en el artículo 4° de la Constitución”. • Es una manifestación del derecho al libre desarrollo de la personalidad.- Este derecho se ve plasmado en la sexualidad del ser humano, siendo que la relación sexual es una de las principales manifestaciones de la sexualidad: “De ahí que, pueda considerarse que uno de los aspectos que conforman el desarrollo de una vida en condiciones dignas sea la posibilidad de tener relaciones sexuales.” En el mismo sentido, el Tribunal Constitucional afirma: “24… el derecho a la visita íntima constituye un desarrollo del derecho al libre desarrollo de la personalidad, pues si bien la privación de la libertad conlleva una limitación razonable del ejercicio del derecho al libre desarrollo de la personalidad, es obvio que no lo anula. Y es que la visita íntima es aquel espacio que, como su nombre lo indica, brinda a la pareja un momento de cercanía, privacidad personal y exclusividad que no puede ser reemplazado por ningún otro. “25. La relación sexual entre el interno y su pareja es uno de los ámbitos del libre desarrollo de la personalidad que continúa protegido aún en prisión, a pesar de las restricciones legítimas conexas a la privación de la libertad. Y es que, tratándose de personas privadas de la libertad, se hace esencial para los internos y su pareja el poder relacionarse en el ámbito sexual ya que este tipo de encuentros, además de tener como sustrato un Centro de Estudios de Derecho Penitenciario/USMP 28 Luís E. Francia Sánchez / Los Derechos de las Personas Privadas de Libertad en el Sistema Penitenciario Peruano 29 aspecto físico, trasciende al psicológico y al ser positivo repercute en el estado de bienestar de la pareja”. La protección de este derecho origina que incluso cuando una sanción disciplinaria implique la suspensión temporal de la visita íntima, la misma sólo será proporcional y razonable si es que se sustenta en la necesidad de garantizar el orden y la seguridad del penal. • La visita intima de parejas homosexuales.- Manteniendo el principio del derecho al libre desarrollo de la personalidad, el Tribunal afirmar que no puede restringirse la visita íntima, en razón de la opción sexual del privado de libertad. Así: 28. En sentido similar este Tribunal estima que la permisión de la visita íntima no debe sujetarse a ningún tipo de discriminación, ni siquiera aquellas que se fundamenten en la orientación sexual de las personas privadas de su libertad. En estos casos la autoridad penitenciaria, al momento de evaluar la solicitud de otorgamiento, deberá exigir los mismos requisitos que prevé el Código de Ejecución penal y su Reglamento para las parejas heterosexuales. 2.8 Prohibición de beneficios penitenciarios Adicionalmente a las ya conocidas sentencias del Tribunal respecto a la norma aplicable para el trámite de beneficios penitenciarios (que no es parte del presente artículo), se han dado otras sentencias que se relaciona con el cumplimiento del mandato resocializador de la pena privativa de libertad. Al respecto debe recordarse que La legislación ha introducido progresivamente prohibiciones de beneficios penitenciarios para determinados delitos, basados fundamentalmente en su gravedad e impacto social. Esta medida ha sido cuestionada en su constitucionalidad, por lo que el Tribunal Constitucional ha tenido que pronunciarse, señalando que Centro de Estudios de Derecho Penitenciario/USMP 29 Luís E. Francia Sánchez / Los Derechos de las Personas Privadas de Libertad en el Sistema Penitenciario Peruano 30 constituye una facultad del Estado, prohibir total o parcialmente los beneficios penitenciarios en consideración a la gravedad de los delitos70. Dos aspectos deben ser considerados al respecto: • La finalidad resocializadora.- Los demandantes argumentan que la prohibición de los beneficios afecta la finalidad resocializadora que ha de tener, según la Constitución, la pena privativa de libertad. En la sentencia N.º 00033-2007-PI/TC el Tribunal señala que si bien los beneficios son considerados garantías que coadyuvan a la reinserción del interno en la sociedad, no son un derecho que pueda ser exigido por el solo motivo de reunirse los requisitos formales, ya que el Juez debe ejercer una potestad discrecional al conceder un beneficio, que debe estar debidamente motivada. Por ello además del cumplimiento de los requisitos establecidos en la Ley, se debe tener en cuenta la personalidad del agente y los bienes que se busca proteger. Según el Tribunal, la restricción de los beneficios penitenciarios no vacían de contenido el fin resocializador, en tanto dichos beneficios solo buscan acortar la pena privativa de la libertad y no obedecen a arbitrariedades del legislador, siendo medidas razonables que obeceden a la obligación del Estado de resguardar a la población y de su propia conservación. • Principio de igualdad.- Se ha cuestionado que la limitación de beneficios afecta este derecho, no obstante el Tribunal señala que en tanto esta medida es idónea para cumplir el fin constitucional: obligación que tiene el Estado de garantizar la protección de la población de las amenazas contra su seguridad. La resocialización no se logra solo por medio de los beneficios, por lo que su prohibición no afecta este principio constitucional 2.9 Balance de la jurisprudencia constitucional La jurisprudencia del Tribunal ha logrado plasmar y desarrollar importantes principios y derechos constitucionales que afectan a las personas privadas de libertad, siendo el Hábeas Corpus, ante la inexistencia de un juez de ejecución 70 Sentencia del expediente N° 2700-2006-PHC Centro de Estudios de Derecho Penitenciario/USMP 30 Luís E. Francia Sánchez / Los Derechos de las Personas Privadas de Libertad en el Sistema Penitenciario Peruano 31 penal, un mecanismo valioso para la defensa de los derechos de los internos. No obstante se pueden plantear algunas observaciones críticas. • La mayoría de casos, después de pasar por las instancias judiciales previas (71), evidencian un entendible lapso entre el supuesto hecho vulneratorio y la resolución del Tribunal. Considerando la gravedad de las denuncias, resultaría más eficaz que fueran los jueces penales quienes pudieran haber realizado los análisis señalados por el Tribunal. • Si bien no es necesaria la asistencia jurídica para interponer un hábeas corpus, en la práctica su ausencia afecta la posibilidad de una adecuada defensa de sus intereses. • Las consideraciones de tiempo y recursos necesarios hacen que en la práctica no todos los internos puedan considerar este mecanismo de defensa de sus derechos como una opción real y efectiva. Por ello resulta atendible la propuesta de volver a instalar en nuestro sistema judicial la figura del Juez de Ejecución Penal, conforme lo señala la Defensoría del Pueblo en un reciente documento de trabajo72. El Tribunal sólo analiza los casos que no han sido amparados previamente por las instancias judiciales. 72 DEFENSORIA DEL PUEBLO: 2009. 71 Centro de Estudios de Derecho Penitenciario/USMP 31 Luís E. Francia Sánchez / Los Derechos de las Personas Privadas de Libertad en el Sistema Penitenciario Peruano 32 BIBLIOGRAFIA CENTRO DE ESTUDIOS CONSTITUCIONAL CONSTITUCIONALES DEL TRIBUNAL 2006 Jurisprudencia y doctrina penal constitucional. Segundo Seminario. Coordinador: César Landa. Tribunal Constitucional – Palestra Editores S.A.C., Lima, 2006. COMISION INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS 2006 Informe especial sobre la situación de los Derechos Humanos en la cárcel de Challapalca, Departamento de Tacna, República del Perú. Organización de los Estados Américanos, Washington D.C. DEFENSORIA DEL PUEBLO 2009 El Juez de Ejecución Penal y Vigilancia Penitenciaria en el Sistema Penal Peruano. Razones para su implementación desde un enfoque de derechos. Documento de Trabajo Nº 003-2009-DP/ADHPD FRANCIA SANCHEZ, Luis Enrique 2004 “El Tribunal Constitucional y el sistema penitenciario: La jurisprudencia constitucional en relación a los derechos de las personas privadas de libertad”. En; La ejecución de la pena privativa de libertad. Análisis y perspectivas para una reforma penitenciaria. Defensoría del Pueblo, Lima, 2004. Páginas 109 a 144. Centro de Estudios de Derecho Penitenciario/USMP 32 Luís E. Francia Sánchez / Los Derechos de las Personas Privadas de Libertad en el Sistema Penitenciario Peruano 33 HUERTA GUERRERO, Luis 2003 Hábeas corpus y condiciones de detención. Una síntesis de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional peruano. Lima, Comisión Andina de Juristas. PIZARRO GUERRERO, Miguel 2003 Jurisprudencia Constitucional de hábeas corpus. Sentencia del Tribunal Constitucional. Anotadas, humilladas y comentadas. Lima, Editorial Jurídica Grijley. Centro de Estudios de Derecho Penitenciario/USMP 33