Pluton - Volver al inicio

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©PERE PUIGGROS ACON
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Printed in Spain
Impreso en España
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PLUTÓN
ÍNDICE
Introducción
9
PLUTÓN. El planeta. El mito. Las regencias
13
El descubrimiento
El nombre
El símbolo
Del mito de Plutón, Ceres y Proserpina
Las regencias de Plutón
13
13
15
16
21
PLUTÓN. Consideraciones generales
Límite de la conciencia
Plutón desnuda
La "oportunidad” de Plutón
Plutón manifiesta los extremos
Profundo-oculto-misterioso
La dualidad básica vida-muerte.
Nacer, renacer, regenerarse
Poder
Las fuerzas primitivas
Una experiencia de universalidad
La voluntad de liberarnos
Ordinario-extraordinario
Plutón separa para unir
La válvula de seguridad
Civilización versus barbarie
Lo denso y el vacío interior
Un instante en el filo de la navaja
25
25
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PLUTÓN en los signos
Plutón en Aries
Plutón en Tauro
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Plutón en Géminis
Plutón en Cáncer
Plutón en Leo
Plutón en Virgo
Plutón en Libra
Plutón en Escorpión
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PLUTÓN en las casas
Plutón en la casa uno
Plutón en la casa dos
Plutón en la casa tres
Plutón en la casa cuatro
Plutón en la casa cinco
Plutón en la casa seis
Plutón en la casa siete
Plutón en la casa ocho
Plutón en la casa nueve
Plutón en la casa diez
Plutón en la casa once
Plutón en la casa doce
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88
90
PLUTÓN. Los aspectos
Plutón-Sol
Plutón-Luna
Plutón-Mercurio
Plutón-Venus
Plutón-Marte
Plutón-Júpiter
Plutón-Saturno
Plutón-Urano
Plutón-Neptuno
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97
100
104
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115
116
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PLUTÓN. Los tránsitos
Plutón-Sol
Plutón-Luna
123
127
129
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Plutón-Mercurio
Plutón-Venus
Plutón-Marte
Plutón-Júpiter
Plutón-Saturno
Plutón-Urano
Plutón-Neptuno
Plutón-Plutón
Los tránsitos de Plutón en las casas
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146
Bibliografía
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Introducción
La idea de escribir un libro sobre Plutón vino a mi
mente de improviso, como un flash, en el transcurso
de una comida con amigos.
Comenté el hecho en voz alta y mi sorpresa en ese
momento no fue menor que la de ellos. La broma y el
comentario malicioso, dado el carácter erótico del planeta, nos acompañaron hasta el final de esa comida, y
aún mucho después, cada vez que nos encontrábamos
alguno de los comensales.
Cuando ocurre alguna cosa "fuera de lo común" suelo prestar mucha atención, despierto del habitual letargo de la cotidianeidad y durante unos días escudriño todas las aparentes "casualidades" que constantemente
acontecen en la vida.
Así fue fácil descubrir (la evidencia aparecía con
una frecuencia fuera de la norma) que otros compañeros del mismo campo de conocimientos y enfocados en
igual dirección también habían experimentado la presencia de Plutón en el ambiente. Cada uno a su manera, según su peculiar idiosincrasia, había tomado la decisión de cumplir el mandato plutoniano. De algún
modo para todos ellos se cerraba una etapa y empeza-
-9-
ba otra. Fueron unos días en que todas las señales indicaban la misma dirección.
Hacía muy poco que Plutón había entrado en el signo de Escorpión.
Hasta ese momento no había dedicado una especial
atención a Plutón, sabía los cuatro conceptos básicos
que todo astrólogo conoce, pero las "coincidencias" vinieron en mi ayuda y en muy poco tiempo me llegó
una cantidad extraordinaria de información: material
escrito, por lo general de difícil acceso, conversaciones con personas que de una manera directa o indirecta iban aportando los datos que necesitaba.
Realmente fue una experiencia plutoniana: de la oscuridad de los archivos o del usual secreto de ciertas
personas, a las que hacía años conocía y jamás me
habían comentado nada, salía a la luz la información
precisa para escribir este libro.
Todo lo que podía decir lo he dicho. Otros vendrán
en el momento oportuno que ampliarán y matizarán lo
expuesto en estas pocas páginas.
Agradezco pués a las coincidencias, señales, circunstancias y personas que de manera sutil pero efectiva han facilitado el contenido de este libro.
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PLUTÓN.
PLUT N. El planeta. El mito. Las regencias
El descubrimiento
Irregularidades en la órbita de Neptuno hicieron
pensar en la existencia de un nuevo planeta. Los astrónomos Percival Lowell y W.H. Pickering, cada uno por
separado, empezaron en 1905 a trabajar sobre este tema. En 1915 Lowell publicó el resultado de sus investigaciones señalando el lugar teórico donde el planeta
debía estar situado.
El observatorio de Lowell, en Flagstaff, Arizona,
lo estuvo buscando durante años por medio de sistemáticas investigaciones fotográficas hasta que el 21 de
enero de 1930 dos placas del mismo lugar mostraron
un punto de luz que se había desplazado. No podía,
pués, ser una estrella. Plutón se había descubierto, cerca del lugar previsto por Lowell, quien había muerto
entretanto.
Clyde Tombaugh, miembro del equipo del observatorio, anunció su descubrimiento el 12 de marzo de
1930.
Es el planeta más alejado del sistema solar, pero
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no siempre, ya que su órbita es tan excéntrica (0,248)
que cuando se acerca a su perihelio (la distancia más
cercana al sol) cruza la órbita de Neptuno y deja de
ser el límite del sistema. Esto ocurre cada vez que
transita por el signo de Escorpión.
Su afelio (distancia máxima del sol) es de 7.375 millones de Km., la distancia media es de 5.900 millones
de Km. y su perihelio, 4.425 millones de Km.
La inclinación de su órbita es de 17º 19', la mayor
respecto a los demás planetas. El período de revolución alrededor del sol es de 247,7 años. La rotación sobre sí mismo es de 6 días y 9 horas. El diámetro ecuatorial tiene 3.000 Km. y su velocidad orbital media es
de 4.7 Km./seg. Magnitud 14, se le conoce un satélite, Caronte, que tiene casi la mitad de su tamaño y
que realiza un giro completo sobre Plutón en el mismo
período que éste tarda en rotar sobre sí mismo.
Dadas sus dimensiones y el hecho de cruzar la órbita de Neptuno, algunos astrónomos han formulado la hipótesis de que en el pasado fuese un satélite de Neptuno. Debido a una serie de circunstancias alcanzó la velocidad de liberación, pasando a convertirse en planeta
solar.
Es un cuerpo sólido y frío (-228º C), con muy poca
gravedad en su superficie (0,03 en la relación Tierra =
1).
Plutón rompe el orden de proporción que, a excepción de Marte, La octava inferior de Plutó
Plutón, existía
previamente.
Los planetas, desde el Sol a Júpiter, incrementan
su tamaño proporcionalmente, y a partir de éste decrecen en la misma forma. Pero el tamaño de Plutón, por
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lo poco que se sabe, parece demasiado pequeño para
mantener esta regla. Lo mismo ocurre con las distancias, cuya progresión matemática era casi perfecta
hasta el descubrimiento del planeta. También difiere
en la oblicuidad de la órbita y en su elipse.
Plutón es algo distinto de lo conocido hasta ahora.
El nombre
Tal como se recoge en "Science", vol. 7, nº 1850,
de 1930, en el momento de su descubrimiento a Plutón
se le llamó simplemente planeta X.
Posteriormente a la publicación del descubrimiento, una niña inglesa, Venetia Burney, de once
años, de Oxford, sugirió el nombre de Plutón. Su padre
telegrafió este nombre al observatorio Lowell y como
ésta fue la primera propuesta en llegar a Flagstaff se
aceptó.
Así de simple.
El símbolo
Tan pronto se conoció la existencia de Plutón se
propusieron distintos símbolos, cada uno de ellos sustentado por las más variadas argumentaciones, la mayoría de ellas de verdadero interés. Sin embargo, el
tiempo ha ido depurando, no se sabe cómo, estas primeras tentativas hasta reducirlas a los dos símbolos
que todavía se usan. Quizás entre las rarezas de Plutón esté la de tener dos símbolos en lugar de uno,
co- 15 -
mo el resto de los planetas.
Este símbolo, de uso común, es la combinación
de las letras P y L, que son las dos primeras del nombre Plutón. Además coinciden con las iniciales de Percival Lowell, a quien se atribuye su descubrimiento.
Este, también de uso común, parece simbolizar
mejor las características de Plutón, además de incorporar los tres elementos, círculo, semicírculo y cruz, que
conforman los símbolos de los demás planetas.
La semilla o espíritu, el círculo, desciende dentro
del creciente, el semicírculo, de la conciencia (el alma
o el principio lunar) para bajar más tarde a la cruz de
la materia, la tierra o el cuerpo físico. Leído a la inversa, el espíritu se levanta por encima del cuerpo
y del alma. Ilustra claramente el principio de muerte y
renacimiento que se atribuye a Plutón.
Del mito de Plutón, Ceres y Proserpina
Por lo que se conoce, el significado original de los
planetas no difiere del carácter de los dioses de los
cuales toman el nombre. Así pues, la mitología puede
proporcionar claves útiles para la comprensión de la astrología, aunque sólo la práctica continuada del estudio afina la intuición para discernir la correcta interpretación del mito aplicable a cada situación.
A Plutón (Hades), hijo de Saturno (Cronos), dios del
tiempo, y de Ops (Rhea), diosa de la tierra, le tocó la
peor parte en el reparto que del mundo hizo con sus
hermanos cuando su padre fue destronado. Júpiter
(Zeus), el más poderoso, se quedó con el reino de los
cielos, Neptuno (Poseidón), con las aguas, y en espe- 16 -
cial el mar, y a él, como era el más joven de los tres,
le asignaron el reino de los infiernos.
Este vasto imperio está rodeado por dos ríos, el
Aqueronte y el Estigio, que las almas de los muertos
han de atravesar para llegar a la morada de Plutón.
El viejo Caronte, el barquero, rechaza a los muertos insepultos (es relativamente reciente el hábito de
enterrar a los cadáveres, ya que antes se dejaban sobre la tierra para alimento de los animales; de ahí deriva la regencia de Plutón/Escorpión sobre las sepulturas) y a todos aquellos que no pueden pagar el precio
del pasaje (de ahí la costumbre antigua de poner una
moneda en la boca del difunto). A los demás, los transporta en su barca al otro lado y los entrega a Mercurio (Hermes), el mensajero de los dioses, quien los conduce ante el tribunal, compuesto por tres jueces, Minos, Eaco y Radamanto, que en nombre de Plutón administran justicia. "Pagar un precio" antes de acceder
a la "justicia de Plutón" son dos conceptos que conocen bien todos los que estudian el planeta o han experimentado sus tránsitos.
Una vez juzgados, unos van a los Campos Elíseos,
el cielo, mientras otros son destinados al Tártaro, el
infierno, una ciudad fortificada guardada por un triple
muro de hierro y rodeada por un río de fuego llamado
Flegetón, custodiado por las tres furias infernales,
Alecto, Meguera y Tisífone, que no duermen ni de día
ni de noche.
Por si esto fuese poco, Plutón tiene como guardián
de su reino al can Cervero, un perro de tres cabezas
que no deja salir a nadie de los que allí entran.
A Plutón, por lo general se le representa con cejas
espesas, ojos rojizos y mirada amenazadora, con una
horquilla de dos puntas en su mano derecha y una lla- 17 -
ve que cierra pero no abre en la izquierda. Su corona
es de ébano simbolizando quizá la oscuridad de su reino, aunque otras veces se cubre con un casco que le
hace invisible, otra de sus características, sentado en
un trono de azufre, con el perro Cervero a sus pies y
las tres furias a su lado. También se le representa en
un carro de tres ruedas tirado por tres caballos negros
(cuatro según Ovidio), llamados Meteo, Abastro y Nuvio. A veces, a su lado está Proserpina (Perséfone),
sosteniendo un narciso. En otras, sobre un carro, similar al de Plutón, simbolizando en este caso a Hécate,
que preside la magia y los encantamientos.
Plutón, al que se llama el Júpiter de las regiones
inferiores o de las profundidades de la tierra, significa
rico y es el dios activo en el interior de la tierra. Se
entiende por esto la fuerza vital de la tierra, la fecundación o el elemento tierra en sí mismo. También se
le llama, en latín, Dis, rico o Dispater, padre rico. Orcus, otro de sus nombres, significa tragador o recibidor, que es una cualidad de la tierra. Se le ha llamado
Februo, que en griego significa purgar, purificar, que
también es cualidad de la tierra.
Debido a la dureza de su carácter, a su fealdad y
a la oscuridad de su reino, todas las diosas huían de
Plutón y le rehusaban como marido. Cansado de esta
situación, subió al carro de tres caballos y fue a visitar la isla de Sicilia, dirigiéndose al monte Erix. Venus
(Afrodita), la diosa del amor, se dio cuenta de ello y
pidió a Cupido (Eros) que con sus flechas hiriese el corazón de Plutón. Proserpina, hija de Ceres (Demeter) y
Júpiter, y que, según Ovidio, significa las simientes o
mieses, la luna y la reina de los infiernos, se hallaba
en el lago Pergusa, cerca del Etna, con orillas cubiertas de flores y primavera eterna. Se entretenía cogiendo flores, mezclando las lilas con las violetas. En cuanto Plutón la vio se enamoró de ella y la raptó, a pesar
de sus protestas y gritos pidiendo socorro a sus compa- 18 -
ñeras y a su madre. Lanzando a todo galope a sus caballos negros, a los que para animar llamaba por sus
nombres, atravesaron grandes lagos, entre ellos los Palicos, que despedían un intenso olor a azufre. Al llegar
a la fuente Aretusa, una de las más bellas ninfas, llamada Cianes, que vivía en una fuente, paró a Plutón
extendiendo sus brazos por todas partes. Al ver éste
que no podía pasar, se llenó de ira y dio un terrible
golpe con su cetro, abriéndose la tierra y entrando con
su carro hasta los infiernos. Cianes, despechada por el
desprecio de Plutón en sus aguas sagradas, tuvo tan
gran dolor que no cesó de derramar lágrimas hasta que
toda ella se convirtió en agua. Cuando Ceres se enteró
de esta desventura buscó incesantemente a su hija Proserpina por mar y por tierra. Recorrió montañas, cavernas y bosques y después de visitar toda la tierra sin
hallar rastro regresó a Sicilia. En su deambular encontró a la ninfa Cianes convertida en agua y aunque ésta
no podía hablar le mostró el velo de Proserpina flotando sobre las aguas de la fuente. Ceres comprendió que
el raptor de su hija había pasado por aquel lugar. Poco
después supo por la ninfa Aretusa, que corría por encima y por debajo de la tierra, que Proserpina estaba en
el infierno y era la mujer de Plutón. Al oírlo, Ceres se
sintió morir, se vistió de luto y se encerró por algún
tiempo en una cueva. Subió después a un carro tirado
por dos dragones y atravesando la inmensidad del espacio se presentó ante Júpiter con el rostro bañado en lágrimas y los cabellos revueltos y le pidió justicia. Éste
intentó calmarla diciéndole que Plutón tenía las mismas brillantes cualidades de los demás dioses y que no
era ninguna afrenta tenerlo por yerno. Ante la insistencia de Ceres, consintió que Proserpina fuera devuelta
a su madre, siempre que no hubiera comido nada desde
que entró en el infierno, "tal era el fallo del destino".
Pero Proserpina, un día que paseaba por los jardines
de palacio, había visto una hermosa granada, de la
cual comió siete granos. Su retorno a la tierra era im-
- 19 -
posible. Sin embargo, a fuerza de ruegos, Ceres consiguió que Júpiter ordenase que su hija morase seis meses con su marido y seis meses con su madre. Esta decisión devolvió la calma a Ceres.
Está clara la analogía del mito con el ritual agrícola de la siembra, el período en el que la semilla está
bajo tierra, "hasta que seis meses más tarde vuelve
con su madre". Estudiado el mito con detalle, se pueden deducir todas y cada una de las fases de este proceso de siembra y recolección. Pero no es el cielo el
que copia a la tierra, sino ésta a aquél.
Es decir, el mito es un esquema arquetípico de determinadas fuerzas que operan análogamente en los distintos niveles de realidad, y, por tanto, aplicables al
hombre.
Plutón es la fuerza de la vida, la savia que nutre.
Esta savia está sujeta a los ciclos de la luna (Proserpina) y en esta historia están involucrados Ceres, la tierra, y Júpiter, el cielo, y es, de alguna manera, una explicación de cómo funciona el proceso de generar vida,
de la alternancia vida-muerte y de la imposibilidad de
la una sin la otra.
Es significativo que en 1930, cuando se descubre
Plutón, éste se halla situado entre dos estrellas, Cástor y Pólux. La mitología dice que Cástor, que estaba
sujeto a la mortalidad, encontró la muerte en una batalla cerca del monte Taigeta. Pólux, que le amaba mucho, pidió a Júpiter que le devolviera la vida o le privara a él de su inmortalidad. Júpiter no pudo complacerle por completo, pero consintió que todo el tiempo
que Cástor viviese sobre la tierra pudiese Pólux habitar en las moradas de los muertos. Así vivían y morían
alternativamente.
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Las regencias de Plutón
A pesar de los años transcurridos desde su descubrimiento, los astrólogos no se han puesto de acuerdo sobre la regencia o domicilio de Plutón y aún menos en
lo que respecta a su exaltación, caída o detrimento.
Ciertamente es difícil, dadas las características del
planeta, ser radical en esta cuestión.
Como todos los planetas trans-saturninos representa una octava más elevada de otro astro, en este caso
Marte, y generalmente se acepta que sustituye a éste
en la regencia de un signo, según unos, Escorpión y, según otros, Aries. Los primeros se basan en el mito, en
la clara analogía de éste con el signo de Escorpión y
en el aspecto regenerador de Plutón. Los segundos
piensan que después de asignar Urano a Acuario y Neptuno a Piscis, le toca por orden lógico a Plutón ser el
regente de Aries, y enfatizan el lado destructivo del
planeta, como octava superior de Marte entendido como dios de la guerra. Por supuesto esta conexión no es
nada desdeñable.
Otros creen que los nuevos planetas -Urano, Neptuno y Plutón- trabajan a un nivel transpersonal y que
rigen los mismos signos que los planetas con los que se
relacionan. Así Urano regiría tanto Acuario como Capricornio, pero en un nivel superior a Saturno, Neptuno
a Piscis y Sagitario, en un plano distinto al de Júpiter,
y Plutón a Escorpión y Aries, pero de forma mucho
más impersonal que Marte.
De hecho, hay muchos astrólogos que siguen traba- 21 -
jando -en lo que concierne a los temas individualesúnicamente con los siete planetas tradicionales, reservando los nuevos para interpretaciones más generacionales y generales. La práctica en la lectura de temas
demuestra que una mayoría se sigue rigiendo por esquemas y ópticas centradas en sí misma, ve la vida a través del color de su particular cristal y le cuesta mucho tener una opinión impersonal.
Para todos estos seres, los planetas transpersonales
les afectan a través de los acontecimientos de su entorno, y sólo en muy poca medida, de forma directa e
individualizada. Esto corroboraría la tercera hipótesis.
Una cuarta teoría afirma que Plutón es regente de
Piscis y que trabaja conjuntamente con Neptuno en la
disolució
disolución y transformació
transformación de la materia. Asimismo
en astrología esotérica, según Alice Bailey, Plutón es
regente de Piscis. También se habla de una fuerte conexión entre Plutón y Mercurio, regente esotérico de
Aries y que según el mito conduce las almas de los
muertos a presencia de Plutón.
Todo esto tiene sentido y sería ingenuo despreciarlo para optar a una determinada regencia en orden a
facilitar el trabajo.
Personalmente, y teniendo presente todo lo anterior, me inclino a trabajar principalmente bajo el supuesto de que Plutón es el regente, o co-regente, de
Escorpión. Prefiero entender al planeta como una posibilidad de trascender la realidad actual en otra mejor,
si bien soy consciente que para ello, inevitablemente,
uno ha de enfrentarse a la destrucción (Aries) y a la
disolución (Piscis) de todos los lastres acumulados que
impiden la transformación (Escorpión).
Aunque en el libro supongo la regencia de Escorpión, creo necesario tener presentes las otras alternati- 22 -
vas, que en más de una ocasión justifican o complementan posibles experiencias plutonianas que de otro
modo carecerían de sentido.
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PLUTÓN.
PLUT N. Consideraciones generales
Límite de la conciencia
Cualquier percepción de la "realidad" o de la "última verdad" tiene muchas caras, así como muchas presentaciones, que indefectiblemente se van adecuando a
cada nueva situación, a cada nueva necesidad. La concepción que poseemos de la vastedad de nuestro sistema solar -y en consecuencia de la naturaleza del ser
humano- se amplía continuamente. Con Plutón se ha
expandido de forma considerable el conocimiento de
nuestro sistema planetario y su paralelismo está en la
expansión de conciencia que Plutón representa en la
carta natal de cada individuo.
Plutón, al ser el último planeta descubierto y oficialmente aceptado como tal, marca por el momento
el límite del sistema. De alguna manera podemos considerarlo como la última presentación de la amplitud
de nuestra concepción de la verdad. Es el límite dentro del cual cabe todo lo demás, es el más incluyente
y al mismo tiempo el más lejano, el que por su cualidad de límite del sistema conocido, es decir, ordenado,
está más cerca del caos, del cual ha emergido y con
el que nos conecta.
- 25 -
Es de suponer que, al ritmo acelerado en que hoy
en día se producen los descubrimientos de toda índole,
nuevos planetas aparecerán a la luz, ampliando tanto
el horizonte de nuestro particular sistema solar, como
la amplitud de nuestros conceptos. Esto no alterará
básicamente las verdades plutonianas, si bien éstas encontrarán su lugar adecuado, su situación, orden y categoría en una verdad más amplia.
De todas maneras no todo el mundo está igualmente capacitado. Hay mentes extraordinariamente brillantes que llevan años de adelanto en relación a la
mayoría. Para estos seres quizá Plutón ya no sea el límite pero para el resto, todavía y quizá aún por muchos años, Plutón representa ese límite impreciso y
misterioso más allá del cual nada se sabe.
El Sol, centro del sistema, representa en nosotros
el centro de conciencia, y Plutón, el planeta más alejado, la parte de nosotros de la que menos sabemos,
de la que menos conscientes somos. Estamos inexorablemente dentro de su órbita y sólo expandiendo
nuestra conciencia hasta los límites que esta órbita
marca podemos entendernos como seres completos.
Plutón es un viaje hasta nuestros límites actuales y
la posibilidad, una vez alcanzados éstos, de trascendernos en una realidad más amplia.
Plutón desnuda
Plutón representa el límite, "el círculo no se pasa"
de nuestra conciencia actual. Es el último círculo conocido, el río circular que las almas de los muertos
atraviesan antes de llegar al "otro mundo".
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Ante la muerte, esto es bien sabido, uno ha de presentarse desnudo, nadie se lleva nada al otro lado.
La posibilidad plutoniana de morir a una determinada situación, de acabar con un definido estado y pasar a otro nuevo, la opción de dar un paso adelante,
comportan el que previamente -y esto es la acción de
Plutón- uno se haya despojado de todas sus vestiduras,
sus criterios y escalas de valores. Para afrontar con
éxito una situación nueva, Plutón destruye, aniquila,
desintegra todo lo que no es útil.
Plutón desnuda, nos deja en el vacío más absoluto.
Para poder ir "más allá" de la cotidianeidad conocida
hemos de pagar un precio: el de nuestros puntos de referencia habituales, de aquello en que nos apoyamos y
que constituye la razón de ser con la que nos hemos
identificado. Ya sea su acción desde el exterior o provocada por nosotros desde instancias más internalizadas y desconocidas, Plutón nos hace destruir lo que
amamos, lo que ha sido punto de apoyo y causa de
nuestra conducta. Todo este proceso produce dolor,
mucho dolor, y aunque eufemísticamente hablamos
siempre de transformación, de hecho se trata de muerte y renacimiento. Morimos desnudos y nacemos desnudos y tan inevitable es lo uno como lo otro.
Que Plutón produce dolor al desintegrar una situación, estado o parte de la personalidad, cuando no toda, es inevitable. Lo que sí varía -y esto depende de
como esté Plutón en el tema y de aspectos colaterales- es la comprensión de que este dolor es parte imprescindible de un proceso de crecimiento, de un destino -y Plutón tiene mucho que ver con el destino- que
nosotros mismos, al menos en parte, nos forjamos cada
día con nuestras acciones. La comprensión (y aprender
cuesta) de la mecánica de la evolución, la aceptación
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de que las grandes leyes están por encima de las pequeñas, de que el proceso general evolutivo no debe detenerse ante los procesos individuales -y que a veces
la personalidad con la que nos hemos identificado es
una traba a nuestro real crecimiento- aminoran este
dolor y nos capacitan para sobrevivir a la tremenda
potencia con la que nos enfrenta la progresión o el
tránsito de Plutón sobre los puntos sensibles del tema.
La "oportunidad” de Plutón
Demasiadas veces juzgamos el efecto de Plutón de
una forma que me atrevo a calificar de trascendental,
y hay razones para ello. Plutón nos enfrenta a una
realidad que generalmente sobrepasa nuestra capacidad
de reacción, pero con ello cometemos el error de olvidar que casi todos nosotros nos movemos a un nivel de
elementariedad básico. Hablamos a quien nos consulta
un problema provocado por la acción de Plutón de la
"gran oportunidad que se le presenta" y pasamos por
alto la perentoriedad de su problema y que éste no necesariamente se manifiesta de forma trascendente,
más bien al contrario. A la mayoría, Plutón nos sitúa
en un callejón sin salida, es decir, a un determinado
nivel evolutivo, el de la mayoría de nosotros, la persona tiene poca opción de decidir por sí misma, todo
le viene dado y no le queda más remedio que aguantar
lo mejor que puede la situación.
A estas personas que no están orientadas hacia
realidades más trascendentes, que sobrepasan el marco
de lo personal y que en consecuencia pueden intentar
entender las jugadas del destino, la experiencia plutoniana se les aparece siempre como algo maligno y su
tendencia natural es escapar de la prueba, lo que evidentemente no está en sus manos.
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28
-
En estos casos de poco sirve hablar de "oportunidad", aunque filosóficamente sea cierto. Quizá sería
más útil avisar al consultante, aunque resulte duro, de
la tormenta que se le avecina.
Plutón manifiesta los extremos
La energía que Plutón representa rige los extremos, lo mejor y lo peor en nosotros, si es que se puede hacer esta distinción.
Cuando esta energía se canaliza hacia la parte del
espíritu, la fuerza plutoniana amplía la conciencia del
individuo de forma lenta e imperceptible, como la aurora de un nuevo día. No volverá a ser el mismo, y a
pesar del cambio, la transformación ha sido sutil, gradual, casi imperceptible.
Por el contrario, si la energía se dirige hacia lo
material, la manifestación de la fuerza es muy distinta. La semilla plutoniana trabaja bajo tierra, silenciosa, sin cesar, y de repente irrumpe a la superficie, como un terremoto o un volcán, que nos pillan desprevenidos y ante los cuales no sabemos cómo reaccionar.
Sin embargo, hay cantidad de personas que nunca
llegan, al menos por propia iniciativa, a trabajar con
las energías profundas de sí mismos. Para todos estos
que quedan enredados en la inmediatez de sus más básicas necesidades personales, Plutón está como dormido y trabaja en ellos no como individuos, sino como
partes integrantes de un todo generacional, experimentando la misma suerte que los demás miembros del
grupo, lo que implica una total o casi total ausencia
de control sobre los acontecimientos.
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Profundo-oculto-misterioso
La dimensión cósmica, y por correspondencia humana, que Plutón simboliza es tan compleja, profunda e
inaccesible en términos de pensamiento ordinario que
siempre que intentamos averiguar su significado en un
tema natal individual, éste se halla envuelto en un
espeso halo de misterio. A pesar de que a nivel generacional hay algo, no mucho, de información basada
en sucesos colectivos concretos, a nivel individual la
explicación no está demasiado clara, nunca nos parece
completa, siempre hay algo oculto, sutil y difícil de
conceptualizar en forma de lógica ordinaria. Plutón se
sitúa a si mismo fuera de lo comú
común y sus significados
adquieren una inmensidad e intensidad que fácilmente
aturden y sobrepasan a la mente mejor dotada.
La simple observación de sus características aparentes o superficiales poco nos puede ayudar a
comprender con precisión su profundo significado, tan
ligado al misterioso signo de Escorpión y a la no menos oculta y trascendente casa ocho, donde simbólicamente el alma se libera. Esto implica que para empezar a entender lo que Plutón significa no podemos valernos exclusivamente de experiencias ajenas, de personajes más o menos populares, de los cuales no conocemos sus más profundas motivaciones, sino que inevitablemente debemos empezar por nosotros mismos y
por los amigos o personajes más allegados a nosotros y
que más podemos conocer en profundidad.
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La dualidad básica vida-muerte.
Nacer, renacer, regenerarse
Nacer implica crisis, renacer también. La tendencia que todos llevamos en nuestra naturaleza a prolongarnos a nosotros, en nuestros hijos, en nuestras obras,
el deseo inconsciente de perpetuarnos, implican seguir
el proceso vital en su totalidad, o sea, el de regenerarse. Morir para vivir de nuevo, como en la fábula
del Ave Fénix que renace de sus cenizas.
Esta dualidad vida - muerte, expresada de muy distintas maneras, es consubstancial con la naturaleza de
Plutón. Si se entiende la dualidad como la primera manifestación de la división de la unidad, se le llame a
ésta Naturaleza, Vida o Principio Cósmico, o bien,
simplemente veamos su analogía en el proceso de reproducción de una célula, estaremos llegando ai nivel
de profundidad, originalidad o capacidad de gestar, en
la que se sitúa Plutón.
Esta secuencia dual acarrea en su desarrollo profundos trastornos, tanto personales como colectivos.
Plutó
Plutón trae a la superficie todo lo que debe ser eliminado durante el proceso de regeneración. Pone de relieve, saca a la luz, las facetas más ocultas de nosotros mismos. Nos enfrenta con nuestra más cruda y
desnuda realidad, nos hace ver que en nosotros también existe esta dualidad básica.
Si somos constructores, también podemos destruir,
somos buenos y malos a la vez, nuestros niveles se
compensan como el ying y el yang, mostrándonos de
esta manera -por el acercamiento a los principios más
instintivos, o sea más cerca del origen de la fuente de
energía- nuestra más pura y genuina naturaleza.
- 31 -
La crisis que esto supone puede inducirnos a pensar
en Plutón como un destructor, como una sombra o como nuestro lado oscuro, y ciertamente ésta es una de
sus características más evidentes. Sin embargo, el caudal de sabidurí
sabiduría oculta que Plutón hace surgir a la superficie capacita al hombre a tomar decisiones trascendentes para su vida futura, sabiendo que el conocimiento que ha obtenido a través de la experiencia plutoniana es correcto.
Los más profundos misterios de la vida, y quizá la
esencia misma de su energía, aparecen en estrecha relación con Plutón. La vida tiende siempre a manifestarse, a reproducirse, aun en las más difíciles circunstancias.
Este poder que tiene la vida de nacer, manifestarmanifestarse, morir, regenerarse y perpetuarse en otra manifestación nos muestra las claves a través de las cuales podemos intentar entender a Plutón, al mismo tiempo
que pone de manifiesto la evidente dificultad de
penetrar en el misterio de su esencia.
Poder
Cuando el individuo se decide a poner en funcionamiento las determinaciones a las que ha llegado obtiene control sobre sí mismo, y esto significa poder, y lo
significa a todos los niveles. Es el poder de transformarse y de producir cambios en la propia vida y en el
entorno. Esto es plutoniano, como también lo es el hecho innegable de que el hombre es mortal. Si admite
que hay capítulos y situaciones de la vida que deben
acabarse, o sea morir, y que éste es un acto definitivo, entonces el hombre está preparado para que la
potente energía de Plutón le abra el camino a nuevas
experiencias.
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La sabiduría que se puede obtener de este proceso
es el lado luminoso de Plutón.
Finales o comienzos de cualquier cosa son como las
dos caras de la moneda, ambas pueden ser positivas si
se las aplica en la situación y el momento oportuno.
La luz sólo es necesaria allí donde reina la oscuridad y
estos conceptos de luz-sombra son perfectamente reversibles. El saber oculto legado por la tradición dice:
"Lo que es luz para el hombre común es oscuridad para el iniciado y lo que es luz para el iniciado es oscuridad para el hombre común". Plutón rige tanto la luz
como la oscuridad, y por supuesto rige toda clase de
saber oculto.
De todo esto es posible deducir, y relativamente
fácil de comprobar, que una de las características de
Plutón es que su significado comporta cualidades
opuestas o aparentemente contradictorias.
Esta energía plutoniana se origina en una fuente
más allá de la forma a través de la cual se manifiesta. Para la mente ordinaria, acostumbrada a valorar
las cosas por sus efectos y no por las causas, esta
fuerza dual aparece en términos de opuestos .
Las fuerzas primitivas
Esta fuerza o energía, neutra en sí misma, es el
elemento bruto, el poder primitivo o la fuerza animal
dormida en nosotros, necesaria para la manifestación
en el mundo, es "el carbón que un día será diamante".
En la carta natal de un individuo, y consecuentemente en su vida, Plutón representa una energía que
le traerá sorprendentes
revelaciones acerca de las
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fuerzas primitivas e instintivas que todavía no ha integrado en sí mismo.
Cuando esto ocurre el individuo se siente sacudido
en su centro neurálgico y amenazado por el peligro de
desintegració
desintegración.
Esta energía que fluye de manera difusa, inaprensible, como una especie de inercia de la fatalidad,
fatalidad, enfrenta al individuo con una serie de situaciones difíciles. No importa lo implicado o distanciado que se halle
de un asunto, siempre se verá confrontado con su lado
más primitivo y animal. Plutón le lleva al pasado más
remoto o trae el pasado hasta él.
En esta batalla consigo mismo, la victoria y la
cualidad de ésta dependen enormemente de los otros
factores implicados en la carta natal. Si el ser permanece lúcido y atento a esta tremenda fuerza que experimenta en sus niveles psicológicos más profundos, y
consigue integrarla, se le abre un enorme campo de
conciencia -el de sus insospechados impulsos instintivos- que le autoriza a dar un nuevo paso en el sendero
de la evolución.
Una experiencia de universalidad
Hay por lo menos un momento en la vida, más
pronto o más tarde, en que cada uno de nosotros experimentamos la influencia de Plutón. Todos hemos hecho un viaje a las profundidades de nuestro ser, hemos
visto un esquema bá
básico, hemos tenido una experiencia
de universalidad.
Mientras dura esta prueba no hay donde esconderse, no hay ayudas, estamos solos en un cruce del desti- 34 -
no y nos damos cuenta de que ha llegado el momento
de tomar una decisión, y de que ésta depende exclusivamente de nosotros, puesto que nosotros somos el punto de partida.
Elegimos, o quizá nos vemos forzados a elegir, no
importa. Después de hacerlo sentimos inmediatamente
una sensación de paz y serenidad. Desaparece el miedo
al futuro y la fe en nosotros aumenta a medida que vamos abandonando los viejos hábitos, complejos o estereotipos de pensamiento. La felicidad llena el corazón
y la mente se abre a un nuevo comienzo. Ésta es la experiencia plutoniana y comporta el renacer de nosotros
mismos.
La voluntad de liberarnos
El trabajo de Plutón consiste en liberarnos, por las
buenas o por las malas, de las ataduras a la forma que
ya no sean útiles al espíritu. Puede aparecer como un
enemigo, porque nos pone en contacto con la muerte,
o con alguna clase de muerte, pero al igual que Urano
y Neptuno sus vibraciones intentan que el individuo se
dé cuenta de la irrealidad y temporalidad del mundo,
en contraste con la realidad y eternidad del espíritu.
Eliminación, renovación, regeneración, finales y comienzos son palabras clave de Plutón. Por todo ello,
Plutón es un planeta obsesivo, cuya cualidad compulsiva nos urge a transformarnos, a dirigirnos hacia una
meta más allá de las metas ordinarias, a trascender la
cualidad humana para conseguir un estado del ser, cuyo crecimiento y esplendor no tiene límites.
Urano posee la chispa capaz de despertarnos de
nuestro habitual letargo, Neptuno proporciona la más
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elevada inspiración, pero es Plutón el que nos da la indomable voluntad que hace falta para liberarnos de
todos nuestros impedimentos y seguir nuestro particular camino.
Ordinario-extraordinario
Plutón concentra, intensifica, va más allá de los límites. En sí mismo es neutral, pero tiene la habilidad
de llevar una situación, persona o evento más allá de
los límites ordinarios. Si la situación es de fuerza, con
Plutón es "mucha más fuerza", y si es de debilidad,
''mucha más debilidad". A Plutón le gustan los extremos. Su principio es salirse de la norma, de lo ordinario, para entrar en el campo de lo extraordinario, de
ahí su relación con todo lo "fantástico" o "milagroso".
Plutón está lleno de paradojas o aparentes contradicciones. Por un lado, con su poder convierte una situación ordinaria en extraordinaria, pero Plutón es un
planeta muy lento y muchas personas han nacido con
él en el mismo signo y situación, o sea que lo que es
individualmente
individualmente extraordinario es al mismo tiempo común a un gran segmento de la sociedad en un momento dado. Dicho de otra manera, muchos consiguen al
mismo tiempo un determinado nivel extraordinario en
algún aspecto definido. Esto equivale a decir que Plutón devuelve a la categoría de ordinario lo que anteriormente habia elevado a extraordinario.
Es común oír decir a algunos astrólogos que sólo
personas muy evolucionadas responden a las energías
de Plutón y quizá lo que ocurre es que ciertas habilidades extraordinarias pasan desapercibidas simplemente por el hecho de que éstas son temporalmente comunes a un numeroso grupo de personas.
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Las cualidades existentes en cada generación al fin
y al cabo se evidencian porque se manifiestan en cada
uno de los miembros del grupo.
Plutón separa para unir
Este ir más allá de los límites, que puede manifestarse de variadas maneras, ya sea la proeza física, la
clarividencia o la ilicitud, implica romper estos límites, estas barreras y alcanzar un nivel por encima de
la norma. Y de nuevo aparece la paradoja: cuando
unos hombres rompen límites y barreras desarrollan la
capacidad de reconocerse y unirse entre ellos en ese
nuevo nivel recién alcanzado. La consecuencia de esto
es una universalización de las actitudes personales.
De hecho, Plutón nos separa de la gente que todavía opera dentro de la norma, de los límites, y lo hace
de la siguiente manera: cuando uno ha tenido una
fuerte experiencia plutoniana y ha conseguido integrarla en su personalidad ha sufrido un cambio muy profundo, se ha dado cuenta de que existen unas leyes o
unos esquemas básicos que alcanzan la categoría de
universales. A partir de entonces, la persona se rige
por estas leyes, que ha sabido reconocer como parte
básica de sí misma. Conoce la ley y, en consecuencia,
sabe lo que debe hacer. Su acción se vuelve más impersonal y su conexión con el grupo es la de aquel que está más allá, pero que continua siendo miembro de é l,
se convierte en el "uno", sea esto reconocido o no por
los demás, sabe qué hacer y cómo integrar su acción
en la colectividad. Comparando, diría que la separación de Urano es al margen del grupo porque hace las
cosas "distintas", mientras que la de Plutón es una separación más allá
allá porque hace las cosas "mejor", pero
manteniendo siempre la conexión con el grupo.
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Si Plutón potencia el ir más allá es lógico pensar
que facilita la consecución de objetivos si uno dirige
su interés al área donde tenga Plutón en su tema natal.
Evidentemente, todo esto es así cuando la energía
de Plutón se usa de forma constructiva y esto solo
ocurre cuando la persona está orientada hacia la evolución creativa de sí misma y de los demás. En caso
contrario, se pone de manifiesto la cara oscura de
Plutón, su lado destructivo.
Los catastróficos resultados de un posible mal uso
de la energía nuclear (típicamente plutoniana) son tan
evidentes que pueden servir de ejemplo para que cualquier persona implicada en una experiencia plutoniana
se lo piense bien antes de abrir la puerta a las influencias destructivas del planeta.
La válvula de seguridad
Entre los astrólogos se ha especulado mucho acerca de que los planetas pesados -Urano, Neptuno y Plutón- no trabajan a nivel individual, a no ser que estén
en los ángulos o fuertemente aspectados. Sin embargo,
es lógico pensar que todos los planetas trabajan en una
carta natal, aunque lo hagan de manera distinta.
Los planetas pesados, por la tremenda potencia de
energía que representan, manifiestan su acción a tratravés del individuo, pero no desde el individuo, como
hacen los planetas personales.
Es decir, el hombre es un canal para su manifestación, su energía fluye a través nuestro, pero es demasiado poderosa para permanecer en nosotros.
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Cuando la influencia de Urano fluye libremente a
través del individuo, éste puede convertirse en un genio. Cuando no es así, cuando se la reprime en el interior, produce trastornos de tipo congestivo, conductas
espasmódicas o epilepsias de variados tipos. Si es Neptuno el que se manifiesta de forma libre, nos hallamos
ante el prototipo de artista, de hombre sensible, espiritualizado y con posibles conexiones con otras dimensiones de la realidad, pero si esta energía se acumula y
se reprime, se convierte en veneno, emponzoña la sensibilidad, el ser se vuelve enfermizo y pierde contacto
con la realidad básica.
El poder de la voluntad que Plutón simboliza, cuando fluye sin trabas, conduce al individuo a la consecución de las mayores proezas, nada le está vedado pero
si no canaliza esta fuerza y permite que ésta se estanque en él, será presa fácil de toda clase de obsesiones. Las compulsiones ancestrales de todo tipo controlarán su conducta y perderá la oportunidad de ser
él mismo quien proyecte y lleve a cabo su futuro. Es
decir, si anula la fuerza de la voluntad, se anula a sí
mismo, y esto es ciertamente una clase de muerte.
Se puede decir que Plutón representa la válvula de
seguridad del nivel psicológico más profundo. Si cuando existe mucha presión esta válvula no se abre, lo
normal es que uno estalle.
Civilización versus barbarie
Los griegos, los romanos y la mayoría de pueblos
que en su momento detentaban el monopolio de la civilización llamaron bárbaros a todos aquellos que no pertenecían a su ámbito cultural.
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Este hecho no era más que el reflejo de la tradicional y clásica dicotomía entre "hombre" y "naturaleza". O más específicamente, entre el "hombre civilizado" y las "fuerzas ciegas de la naturaleza".
Traducido esto a una concepción moderna, hablamos de conciencia y subconciencia. Pero no importa
como lo designemos, lo cierto es que esta lucha continúa.
Desde este punto de vista, para el civilizado hombre actual, como anteriormente para el griego, naturaleza y barbarie tienen mucho en común, si es que no
los considera sinónimos.
El ego tiende a hacer consciente todo lo inconsciente, intenta ordenar el caos, pero para ello indefectiblemente se ha de enfrentar a él.
La naturaleza -y nosotros también somos naturaleza- es la Diosa Madre, el oscuro origen de la vida, de
ella todo nace y en ella todo termina.
En su cualidad de generadora contiene en sí los dos
principios básicos, el masculino y el femenino, y a través de ellos se expresa de las más variadas maneras.
Plutón representa la expresión masculina, el principio
fálico, de la Gran Madre. Es el principio activo del
caos o barbarie. O por lo menos así es como aparece
en nuestra visión "civilizada".
Cuando Plutón actúa sobre nosotros, es decir, cuando la parte activa de la naturaleza se manifiesta en
nosotros, nos enfrentamos a nuestro lado bárbaro, no
civilizado, pero también al principio generador de nuestra naturaleza. Plutón es un raptor, lo sabemos por el
mito, que se apodera de parte de nosotros, de la parte
inocente o virgen y nos lleva al submundo (al incons- 40 -
ciente) donde después de violarnos -es decir, de perder
nuestra inocencia- nos obliga a comer la granada, el
fruto del árbol del conocimiento, antes de que nos devuelva al mundo exterior.
Es decir, a través de Plutón adquirimos conocimiento, pero para ello hemos de descender -como Dante en
su viaje a los infiernos- al inframundo (al interior de
la tierra) para "resucitar" tres dias después.
La civilización es fruto de la constante lucha del
hombre para entender y controlar la naturaleza, y por
analogía entenderse y controlarse a si mismo, y la aparente paradoja está en que para poder continuar "civilizándose" cada vez ha de profundizar más en el lado
"bárbaro" de sí mismo.
El descubrimiento de Plutón coincidió con el auge
del psicoanálisis y con el movimiento surrealista, que
intentaba sacar a la luz la parte inconsciente de la psique. Nada es casual, tampoco el que se descubriese en
el signo de Cáncer, "la madre del horóscopo", las
aguas donde se origina la vida, ni que en este momento Plutón estuviese situado entre Cástor y Pólux, que
en su regencia se distribuyen el cielo de arriba y el infierno de abajo.
Lo denso y el vacío interior
En la mitología greco-romana, a Plutón se le conoce como el Júpiter del inframundo, es decir, se le otorga la misma categoría.
En astrología, Júpiter es el gran benéfico, y en
consecuencia se supone que Plutón debe ser el mayor
maléfico de todos, pero ningún astro puede ser abso- 41 -
lutamente maléfico, puesto que esta cualidad de absoluto pertenece en exclusiva al creador.
Sin embargo, para el hombre situado simbólicamente en la superficie de la tierra, a medio camino entre
el cielo y el infierno (el punto de máxima densidad en
el centro de la tierra), y participando de ambos, Plutón representa la otra cara de Dios, el ángel de la
muerte, el ángel caído, con todo lo que esto pueda
simbolizar en nosotros mismos.
El reino de la oscuridad se opone al de la luz, lo
denso a lo sutil, la materia al espíritu, la muerte a la
vida. Se complementan pero no pueden estar juntos, si
reina lo uno no puede reinar lo contrario y cada elemento tiene regencia sobre lo que le es análogo.
Plutón rige sobre lo más denso de nosotros, desde
la materia menos refinada, los deseos no transmutados, hasta las ideas menos elevadas, rige todo lo que
nos empuja hacia abajo, todo lo que nos "ata" a la tierra. Para el hombre, el alma en encarnación, representa la materia que oculta, que enjaula el espíritu. Plutón no puede crear, esto es un atributo del Sol, el dador de vida, y su forma de "creación" consiste en destruir, pero sólo puede actuar sobre aquello que rige, lo
que le es análogo. Así, en su destrucción de lo denso
provoca la necesaria metamorfosis que separa el espíritu de la materia y conduce al desarrollo de los estados múltiples del ser.
Si fuésemos espíritus muy puros, el planeta no tendría efecto sobre nosotros, pero nadie lo es. El hecho
de encarnar, de tener un cuerpo físico, nos sitúa bajo
la influencia de Plutón. La diferencia estriba en que
para los hombres puros Plutón es una ayuda para liberarse de las ataduras a la forma. En cambio, para ios
poco evolucionados representa una cárcel donde el espí-
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ritu se consume y se embrutece.
Para quien lo sabe ver, Plutón pone en evidencia lo
denso, lo que debe ser transmutado, pero, ¿qué es esto
que debe ser revisado?
Decimos que Plutón muestra lo que está oculto, pero por el hecho de estar oculto no es necesariamente
malo, y por ende revisable. Lo que si está claro es que
lo oculto, lo que celosamente guardamos en secreto,
está influyendo totalmente en nuestra apariencia exterior. La fachada, la máscara, están perfectamente
adecuadas a lo que se quiere ocultar. Existe pues una
relación directa entre lo externo y lo interno, lo público y lo privado, y no se puede variar lo uno sin alterar
lo otro.
Lo que debe ser variado es lo que está en desacuerdo con el propósito interno real, más allá de las
circunstancias temporales y de entorno, y para eso es
imprescindible que este propósito esté claro en la
mente y, si se está atento, se puede descubrir en la
actuación "externa" todo eso que debe ser revisado. Se
puede ser consciente de las áreas donde el propósito
es débil o donde la actuación no se corresponde con el
fin. Siempre es mejor que la acción de Plutón nos encuentre enfocados en la dirección correcta, de esta
manera se convierte en una ayuda poderosa.
El ser humano, como entidad completa que es, debería conocer todas y cada una de las partes que lo
componen, y aunque esto sea difícil, no por ello deja
de ser imprescindible para saber su propósito. Entendiendo su realidad actual, el hombre puede deducir lo
que ha sido y los pasos o etapas a seguir, es decir,
puede contestar a la clásica cuestión: ¿Quién soy, de
dónde vengo y a donde voy? Cito esto porque si no se
averigua el ¿quién soy?, si se mantiene una zona "va-
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cía" en la compleja totalidad del ser, es muy difícil
que Plutón pueda mostrar la composición y cualidades
de estas zonas ignoradas.
Plutón es una ley, en su aspecto más abstracto y
en su pureza más genuina, y aunque se intente desconocer
sus
mandatos,
suprimiendo
de
la
mente
consciente las formas circunstanciales por las que esta
ley se manifiesta, no se pueden evadir en ningún caso
sus poderosos efectos.
Plutón pondrá de manifiesto este "vacío" interior y
al no disponer de cauces adecuados para llegar en forma y cantidad precisa a cada necesidad buscará por sí
mismo sus medios de expresión, arrollando a su paso
cualquier obstáculo que encuentre.
Esta fuerza tiene una cualidad regeneradora, pero
si se le cierran todos los canales se desviará por la linea de menor resistencia, por los hábitos, que no podrán resistir este inmenso caudal, e inevitablemente el
hombre se verá desbordado por la caricatura que ha
hecho de sí mismo, alejándose cada vez más de la inmensa y rica realidad que en potencia es.
Un instante en el filo de la navaja
Plutón representa la conexión de lo último conocido con los primeros niveles de lo cognoscible y antes
de pasar la "puerta" que conduce a otro reino hay que
enfrentarse al guardián, al Can Cervero, el perro de
tres cabezas, la parte animalizada del ser. Y esto es
así, la parte positiva del hombre no se manifiesta hasta que ha sabido sutilizar su parte negativa, pero si el
hombre se enfrenta sin estar preparado sucumbe al
animal que lleva dentro.
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Una vez que se presenta esta prueba, hay que aprovecharla, se pasa o no se pasa, pero no hay posibilidad
de repetición. O se salta a otro nivel o el perro devora al hombre.
Plutón conecta una realidad con otra distinta, es
una puerta que por lo menos una vez en la vida todos
tenemos oportunidad de pasar. Lo que hay más allá es
difícil de saber, y mucho más aún de concretizar o explicar con palabras, pero en la misma puerta, en el
momento de atravesar el dintel, ese filo de la navaja
entre dos mundos es pura conciencia, un fragmento de
segundo de plenitud, de totalidad, por el que vale la
pena enfrentarse al temible guardián.
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PLUTÓN
PLUT N en los signos
Saturno es un planeta límite. Señala la frontera entre lo puramente personal y un tipo de conciencia más
general, amplia e impersonal.
Todos los planetas más allá de Saturno están relacionados con una clase de experiencias, procesos y desarrollos generales, colectivos y generacionales, ante
los cuales todos emitimos una respuesta personalizada
a través de los planetas personales, de Sol a Saturno,
y de los aspectos de éstos a los transpersonales Urano,
Neptuno y Plutón.
Mientras tengamos un tipo de conciencia egoica
centrada en los límites de nosotros mismos, estos
planetas no nos afectan individualmente y sólo lo hacen a través de las respuestas que damos a los grandes
sucesos colectivos. Es decir, la posición por signo de
Plutón señala el tipo de experiencia general de toda la
humanidad que se está desarrollando en este tiempo,
pero no indica en absoluto la respuesta que nosotros
damos a esta influencia.
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Las distintas posiciones por signo de Plutón señalan
las diferentes experiencias de una generación a otra.
Y las diferentes respuestas entre los miembros de una
misma generación vienen dadas por su posición por
casa y por los aspectos a los planetas personales.
Hay que tener esto en cuenta en el intento de descifrar las influencias de Plutón en cada signo.
Plutón, el planeta más lejano del sistema solar, simboliza el poder de crear y destruir, el poder radical en
las raíces de la vida, donde creación y destrucción son
las dos caras del mismo proceso, la primera división
entre materia y energía, la primera semilla, la
primera nota, el primer tono. Su posición por signo señala la experiencia histórica, la fase de civilización y
las pruebas que le toca vivir a cada grupo con el planeta en el mismo signo.
Plutón señala el propósito para cada época, Neptuno y Urano desarrollan y dan color a esta semilla.
Estas influencias trabajan de forma oculta, afectan al
inconsciente colectivo de las generaciones y, en el
tiempo propicio, emergen desde el lado invisible de la
vida para la transformación y regeneración de todo un
segmento de la sociedad, cuando no de la totalidad de
ella.
Recapitular, seleccionar y sintetizar las influencias
y los efectos más o menos visibles de un planeta generacional durante un período promedio de veinte años y
en todo el mundo es por supuesto imposible.
Es muy difícil disponer de toda la información y
estar capacitado para ser un experto en todos los
temas a la vez. Analizar toda una generación lleva indefectiblemente a generalizar y la tendencia a que
todas las piezas encajen se hace irresistible. Se tiende
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a ver todo bajo un solo prisma y se interpretan los hechos y las ideas de la forma más conveniente a la tesis inicial, lo que inevitablemente conduce a la inexactitud y al error.
Cuanto más amplio, más profundo y más duradero
es el efecto de un planeta menos se puede hablar de
él, y en el caso de Plutón, el planeta ahora por ahora
más misterioso, esto está enfatizado al máximo.
El análisis de los planetas lentos en relación a los
signos es difícil. Hay que entenderlos como grandes
movimientos, etapas y direcciones que la humanidad
toma como un todo. En el momento en que se intenta
concretar, verlo desde una situación más restringida o
más local, hay que ir con sumo cuidado y no olvidar el
propósito general que subyace detrás de cualquier respuesta o manifestación pormenorizada de un determinado segmento de la sociedad en un preciso momento
de su devenir cronológico particular. No es lo mismo,
por ejemplo, la reacción al efecto de Plutón en Leo,
en los americanos de los cuarenta hasta mediados de
los cincuenta, y que produjo una serie de movimientos
de liberación personal, de rechazo al "american way of
life", en los años sesenta, cuando esta generación llegó
a la mayoría de edad, que la reacción a este mismo
efecto en otros lugares del planeta con una distinta genética, tradición, sistema social o incluso posibilidades
económicas que permitan llevar a término lo que el
tránsito de un planeta por un signo significa.
En España, sin ir más lejos, las secuelas de la guerra, la pobreza y un régimen poco permisivo frustraron
a la mayoría. Esta liberación quedó pendiente para
más tarde, cuando las circunstancias lo permitieron, y
para entonces Plutón ya no estaba en Leo. Se llegó tar
de y se hizo lo que se pudo, y algunos que lo intentaron en su momento tuvieron que pagar un precio
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exageradamente alto.
Para descifrar la posible manifestación de Plutón
en distintos lugares o países hace falta disponer del
tema astral de la nación en cuestión e interpretarlo a
la luz de su situación social actual, y de esto se ocupa
la llamada astrología mundial o política.
Cierto es que Plutón en cada signo marca una tendencia distinta, una fase específica en el total del ciclo de desarrollo y que en cada época nacen personas
que en su vida y en sus obras simbolizan a la perfección las propiedades del planeta en el signo.
Pero éstos son los menos y la mayoría se limita a
seguir a distancia en el tiempo y de forma devaluada
los principios que estos hombres ejemplarizaron. Es
por eso difícil concretar situaciones, ideas y personas,
y mucho más fácil, y quizá más correcto y menos expuesto al error, mantenerse dentro de un discurso más
abstracto, centrado en principios básicos, sin apartarse
demasiado del simbolismo más genuino de cada signo.
Queda pues al saber y habilidad del astrólogo la
tarea de dar forma concreta a cada situación personal
particular, dado que dispone de la información necesaria: el tema astral de la persona a analizar y su circunstancia personal y social.
Se dice que un planeta no afecta hasta que uno no
vibra a su misma frecuencia, hasta que no alcanza determinada evolución similar a la simbolizada por éste.
Cuando un nuevo planeta es descubierto significa que
una mayoría ha llegado a sintonizar con su frecuencia
vibratoria, es decir, ha alcanzado una determinada
cota en el proceso evolutivo.
Plutón no se descubre hasta 1930, en el signo de
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Cáncer. Hace, pues, poco más de cincuenta años,
tiempo insuficiente para descifrar con precisión la totalidad de las complejas influencias de un planeta cuyo
ciclo abarca casi 250 años. Habrá que esperar todo este tiempo para saber, por la experiencia, todo lo que
aporta en una revolución completa. De hecho, nuestra
experiencia sólo abarca cuatro signos, de Cáncer a Libra, y es del efecto de Plutón en ellos de donde parte
toda la clave interpretativa. Su situación en Aries,
Tauro y Géminis, antes de manifestarse objetivamente,
se incluye como génesis de los efectos posteriores y
porque todavía viven personas con el planeta en Tauro
y Géminis, a sabiendas de que esto es historia-ficción
y de que se puede "demostrar" cualquier cosa y también la contraria.
Hace poco que Plutón ha entrado en Escorpión, su
signo regente, y son de esperar grandes cambios que
afectarán a toda la humanidad.
Por eso es el último signo en aventurar una hipótesis. Más allá, sería astrología-ficción y se negaría la
tesis latente en este libro de que el hombre es libre
para decidir su futuro, sea cual sea la prueba que se
le presente. Por esta razón no se incluye una teórica
interpretación de Plutón en Sagitario, Capricornio,
Acuario y Piscis.
Plutón en Aries (1821-1852)
Aries inicia un nuevo ciclo y Plutón representa la
semilla de un proceso de regeneración que se extenderá a lo largo de 250 años. La humanidad entera está
ante una nueva etapa, un giro en su dirección, un
nuevo orden, y se dispone de la posibilidad y la responsabilidad de convertir esta potencialidad en realidad .
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Por supuesto esto implica lucha con el régimen anterior, lo cual no es obstáculo para esta generación que
se caracteriza por su espíritu revolucionario. Plutón en
signos de fuego tiene un efecto inspirador y transformador, dinámico, pone al descubierto lo que ya no sirve del ciclo anterior y propicia la búsqueda de nuevos
valores. El cambio deviene urgente y el problema estriba en adaptarse a las nuevas condiciones y propósitos.
Plutón en Aries se manifiesta en forma individualista y la necesidad de cambiar todo lo anterior se traduce en una urgencia por transformarse personalmente
hasta que uno se da cuenta de la ilusión que representa la independencia separado de los demás. Pioneros,
mártires y reformadores, líderes de cualquier causa,
obsesionados por el valor personal, están siempre dispuestos a romper cualquier obstáculo a su voluntad,
que no reconoce límites.
Energético e impulsivo, no conoce la fatiga, y se
proyecta más allá de los propios límites físicos, hasta
quedar exhausto.
Todo inicio se caracteriza por un fuerte deseo de
aprender y Plutón en este signo representa el bautismo
por el fuego, la reorientación hacia progresos de orden
espiritual. Iniciativa, impulso, integridad, determinación y voluntad, que en cierta manera incluyen agresividad y violencia.
Plutón en Tauro (1852-1883/84)
En esta fase, la semilla rompe su cáscara protectora, el impulso inicial se estabiliza y empieza a materializarse. Tauro es un signo de tierra, fijo, y Plutón
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rige el inframundo, simbólicamente las entrañas de la
tierra. Y si, además, tenemos en cuenta que Tauro
está opuesto a Escorpión, regencia de Plutón, es aquí
donde éste se manifiesta de forma más concreta, material y visible. Es, por así decirlo, el mediodía de Plutón.
Todo lo oculto "bajo tierra" tiende a salir al exterior, tanto lo que genera riqueza, agricultura, minas,
excavaciones, como lo que produce destrucción, terremotos y súbitas erupciones. Es el tiempo en que Proserpina regresa a la superficie.
Es un período de realización práctica, de utilitarismo y cientificismo materialista. El romanticismo de la
anterior fase ariana es substituido por el énfasis en el
espíritu de supervivencia y por la tendencia a asegurarse el bienestar, la perdurabilidad y seguridad, a
acumular y concentrar poder personal, que en la
mayoría de los casos se usa para perpetuar al propio
ego por medio de obras materiales concretas perdurables en el tiempo. El esfuerzo y la capacidad creativa
se invierten en el plano de lo tangible y el intelecto
se enfoca al descubrimiento de las leyes que rigen la
materia, en orden a aprovecharse de ella en forma
práctica.
En otro orden de cosas, Plutón en Tauro potencia
la parte sensual y artística del signo, otorga capacidad
para apreciar la belleza de la forma, enfatiza el deseo
de placer. Puede traslucir un refinado tono erótico,
como elemento inherente a su fuerte capacidad creadora. Cuando el lado destructivo de Plutón se manifiesta, éstas cualidades derivan en una sensualidad exagerada, narcisismo, deseos apremiantes, testarudez, autoindulgencia y, en general, ansias compulsivas e incontroladas de satisfacer los deseos más elementales.
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Plutón en Géminis (l883/84-1912/14)
La inventiva y la ingenuidad de Géminis trajeron el
cambio al mundo. Al entrar en un signo de aire -sabemos que éste se relaciona con la mente- la acción de
Plutón se vuelve aún más impersonal, más desapegada
y en consecuencia, más libre para eliminar los viejos
patrones y hábitos, en especial el prejuicio y la ignorancia. Plutón en Géminis enfatiza la comunicación en
su más amplio sentido: lectura, estudio, pensamiento,
viajes... amplian el horizonte mental del hombre y la
interacción de unos sobre otros.
Los medios de comunicación, periódicos, transporte, la aviación, las nuevas ideas y nuevos métodos se
expanden aceleradamente. Es como una "crisis de crecimiento" y algunos hombres, al ampliar su mente, se
dan cuenta de la necesidad de un cambio radical de la
mentalidad colectiva. Son los primeros en tener una
visión clara de una sociedad futura.
Por otro lado, este incremento de la comunicación
divulga rápidamente en todo el mundo los inventos y
descubrimientos que la mente del hombre concibe. Es
decir, esta época termina con el aislamiento de los
pueblos y de las distintas culturas.
Desgraciadamente, la humanidad siempre ha usado
la energía de un planeta de forma destructiva antes de
aprender a hacerlo de forma constructiva. Así, esta
universalización del conocimiento, con todos sus descubrimientos técnicos, se experimentó rápidamente en
la primera guerra mundial.
La oportunidad que brinda Plutón en Géminis es la
de regenerar la mente, convirtiéndola en un poderoso
instrumento capaz de la más penetrante y aguda visión, liberándola de la dispersión, vacuidad y esterilidad.
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Plutón en Cáncer (1912/14-1937/39)
Cáncer significa hogar, familia, clan, tradición, nación, y la generación con Plutón en Cáncer ha pasado
a través de la completa destrucción y transformación
de todo lo que estos conceptos significan. Ha sido
obligada por las circunstancias a entender estos términos de forma distinta y más profunda o a vivir con la
tristeza y añoranza de un pasado que ya no podía existir nuevamente.
Esta generación ha experimentado la seguridad del
círculo familiar, donde las reglas estaban claras: la
madre cumplía su papel de alimentar, proteger e indicar el comportamiento "adecuado" a cada situación,
persona o evento; era una relación de obediencia y respeto.
El padre tenía la función de dominio y control de
toda la familia; era la imagen del trabajo duro, de la
honestidad. Seguir las reglas era sinónimo de bienestar
y de bienhacer. Por el contrario, no seguirlas llevaba
al desastre. El mito de la familia era sagrado. Cáncer
y la casa cuatro representan nuestras raíces, de ahí
tomamos nuestra fuerza y substancia para formar y
moldear nuestro proyecto y, además, por la regencia
de la Luna, la capacidad de adaptación de este proyecto al medio.
La estancia de Plutón en Cáncer barrió literalmente todo este esquema tradicional y las personas de esta generación, entre la que con frecuencia se dan intensas ataduras y ciega obediencia a la familia y a la
nación, sufrieron una trágica desilusión cuando a lo
largo de su vida se vieron separadas tanto de la una
como de la otra, obligadas a romper el cordón umbilical con la concha protectora que esto representaba. Es-
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te hecho acarreo dolor pero aceleró la evolución. Por
regla general, donde hay sufrimiento hay crecimiento.
Plutón en Cáncer empezó con la primera guerra
mundial y permaneció hasta la segunda, coincidiendo
la conjunción con su modo norte con la gran depresión
de 1929. El propio planeta se descubrió en 1930, en el
segundo decanato de Cáncer, el correspondiente a Escorpión, cuando su descubridor Percival Lowell ya había muerto. Esta generación sabe mucho del lado destructivo del planeta. No es extraño, por todo ello, encontrar a muchas personas con Plutón en Cáncer con
una fuerte inclinación hacia el pasado, hacia la protectora imagen convencional de "hogar", más que a encarar las corrientes evolucionadoras.
El sentimiento, emoción y sensibilidad típicos de
Cáncer han pasado por una dura prueba.
Plutón en Leo (1937/39-1956/57)
En el signo de Leo, regido por el Sol, el ego, la
conciencia, la semilla de Plutón en Aries dan su fruto,
se expresan libremente, con facilidad (Leo trígono a
Aries). Es el momento de la siega.
La generación con Plutón en Leo se hace consciente de su individualidad, la expresión del yo, del ego, es
imperiosa y reclama los derechos al libre fluir de su
energía y de sus deseos como elemento indispensable
en el correcto desenvolvimiento de la personalidad.
El segmento de la sociedad con Plutón en Leo rompió todas las reglas y se erigió en líder de sí misma.
Los "teenager" como fenómeno social diferenciado y la
amplia gama de movimientos de los años sesenta y se-
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tenta –desde los rockers a los beatniks- dejarán una indeleble marca en la historia.
Esta necesidad de manifestar la propia individualidad, de proyectarse y de crear a partir de uno mismo,
y en consecuencia la reacción a cualquier clase de
norma, control y poder, estaban en clara oposición a
la situación general, manipulada por todo tipo de dictadores, tanto en la esfera económica como en la política.
Este período estaba marcado por el egoísmo, el orgullo y el deseo de poder de los dirigentes de las naciones, la megalomanía y la obsesión por las esferas
de influencia o aún por el gobierno mundial. Era el momento en el que Hitler (Tauro), Mussolini (Leo), Hirohito (Escorpión) y Roosevelt (Acuario), cada uno a su
manera y según su temperamento, llevaron el mundo a
la segunda guerra mundial. Cuatro signos fijos, cuadrados y opuestos entre sí, que de forma drástica limitaron y encauzaron la naciente potencia de Plutón
en Leo.
La generación de Plutón en Cáncer dio a sus hijos
todos los gustos y facilidades, no quisieron que pasaran
"las privaciones que ellos pasaron". Es decir, les sobreprotegieron, y entre todo lo que hicieron por ellos destaca sobre las demás cosas la educación. Los jóvenes
de Plutón en Leo son la generación que en su mayoría
tuvo acceso a una buena educación, son los primeros
que masivamente pueden ir a la universidad, y esto había de notarse años más tarde, en los sesenta, en la
rebeldía ante una forma de vida para ellos carente de
sentido. Es la generación del autostop, de la búsqueda
de horizontes donde afirmarse personalmente, la
"casa" está donde esté el saco de dormir, las mujeres
renuncian a su tradicional papel de "madres". Su "seguridad" son ellos mismos.
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Son líderes naturales y con el tiempo, con el tránsito de Plutón en Libra, haciendo sextil a su Plutón, se
atemperan y se integran en la sociedad, donde llegan a
ser algunos de los actuales dirigentes de fábricas,
empresas y países, aportando una visión más amplia,
más acuariana, que sus predecesores. Son más tolerantes con el punto de vista de los demás porque han
aprendido que deben trasmutar la noción de poder.
Han visto que si el hombre no se une por amor, se une
por la sangre derramada en los campos de batalla de
la tierra.
Pero quizá los cambios más espectaculares se han
realizado en el terreno del sexo, donde éste se ha entendido como un placer y no como un deber. La información sobre sexo ha sido exhaustiva en todos los órdenes, desde "Playboy" al más meticuloso análisis científico, a las clases de sexualidad en las escuelas, pasando por el erotismo que ha teñido la publicidad de
estos años. El uso masivo de las pildoras contraceptivas y la liberalización del aborto en la mayoría de
países permitió el libre ejercicio de la sexualidad y la
decisión de traer o no nuevos seres al mundo.
Plutón en Virgo (1956/57-1971/72)
Virgo rige la cotidianeidad, el mundo del trabajo,
el servicio y la salud, entre otras muchas cosas, y son
todos estos conceptos los que se verán afectados por
la estancia de Plutón en el signo. El sextil de Plutón a
Escorpión, su propio signo, permite que su influencia
se manifieste de forma relativamente plácida. O por
decirlo de manera más poética, el agua de Escorpión
fluye positivamente sobre la fecunda tierra de Virgo,
potenciando el crecimiento en todas las áreas gobernadas por el signo.
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La profundidad de Plutón combina bien con la capacidad de análisis de Virgo. Y Mercurio, su regente,
rompe el secreto escorpiano y se convierte en el portavoz del cambio.
Esta generación ha visto variar substancialmente
los conceptos sobre salud. Esta es algo más que la ausencia de enfermedad, es una idea mucho más global,
que incluye desde la nutrición adecuada a lo que ahora
llamamos "calidad de vida". La salud es un todo que
abarca muchas más facetas de las contempladas con
anterioridad. El papel del médico que se limita a recetar fármacos ha descendido, se le ha apeado del pedestal, al mismo tiempo que han aparecido múltiples medicinas alternativas, remedios simples para dolencias
ordinarias. Ha habido una vuelta a lo natural, a las
viejas recetas, y un fuerte rechazo a los productos
químicos. El hombre se ha preocupado por su cuerpo.
Desde el yoga ai jogging se han ensayado infinidad de
métodos para mantener la salud.
Al mismo tiempo, nos hemos enterado de la extensa
manipulación sobre los alimentos. Adulterantes, aditivos, conservantes, hormonas, insecticidas y toda clase
de productos artificiales son añadidos con la excusa,
cierta o no, de que son imprescindibles para la gran
producción que necesita la humanidad. Ante esto, han
proliferado las asociaciones en defensa del consumidor,
de la misma manera que en otro ámbito se han potenciado los sindicatos en defensa del trabajador.
Plutón en Virgo ha significado un regreso a ciertas
formas de lo natural, se ha vuelto al uso de las hierbas, muchos han practicado el vegetarianismo, y las
dietas de todo tipo, especialmente las adelgazantes, se
cuentan por miles, desde los "Weight Watchers" a los
suplementos vitamínicos para paliar la falta de éstas
en los alimentos "light".
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Otra faceta de este período es el "bricolage" o el
"hágaselo usted mismo", lo que también incluye el
"self-service" en los restaurantes.
Otra revolución, y ésta sí es tremendamente mercurial, ha sido la implantación de los ordenadores en
todos los ámbitos de nuestra actuación cotidiana, y
cuyos resultados tan sólo empezamos a ver ahora. Las
computadoras han cambiado nuestra vida, pero aún no
sabemos hasta qué nivel.
Estos años han visto la popularización de los
blue-jeans en todos los estamentos sociales y cómo se
recortaba cada vez más el bikini. Enseñar el cuerpo es
lo más natural del mundo (recuerden que Plutón desnuda). También han supuesto el inicio de la preocupación
ecologista, así como la masiva floración de gurús
orientales.
Virgo es un signo que analiza, y esto sirve para
aclarar conceptos, lo que indudablemente es un servicio a los demás.
Plutón en Libra (1971/72-1983/84)
Las balanzas, el símbolo de Libra, representan el
equilibrio y, por extensión, la justicia. Son la imagen
de la ley, pero ésta no está situada a ningún lado de
la balanza, sino en el centro, en el fiel. O dicho de
otra manera, en el filo de la navaja.
Significan integración de los opuestos, una integridad interna que se manifiesta como armonía y paz.
de
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Dado que Libra está opuesto a Aries, el signo donse inicia el ciclo, es el punto de máxima comple-
mentariedad, y donde se puede conseguir la síntesis,
pero también donde la humanidad puede decantarse hacia un lado u otro. Es una oportunidad, al mismo tiempo que una prueba, y en lo que hace referencia a Plutón, siendo Libra el sector doce de Escorpión, representa las grandes pruebas, si no es la prueba final. El
sector doce es un final de ciclo y Plutón es sin duda
un iniciador en los misterios, un hierofante, y si la humanidad, o parte de ella, ha superado estas pruebas lo
veremos durante el tránsito de Plutón en Escorpión.
Las personas nacidas con Plutón en Libra tienen
ahora muy pocos años, entre uno y trece, y no será
hasta cerca del año dos mil cuando puedan expresar
realmente su potencial. Hasta entonces no habrá experiencia de lo que esta posición significa.
Todo lo que entendemos ordinariamente por ley, ya
sea ésta civil, religiosa, moral o ética, está siendo
cuestionado en sus bases, desde sus raíces. Plutón hace
su trabajo regenerador, restableciendo la igualdad
inherente a toda la humanidad, de manera que todos
los extremos, por un lado o por el otro, quedan claramente evidenciados y condenados a su propio desequilibrio.
Equilibrio significa relación, complementación y
unión de los principios aparentemente opuestos, positivo-negativo, macho-hembra, luz-sombra, espíritu-materia, y está claramente ejemplificado en las relaciones
de la pareja.
Esto es lo más evidente, concreto y próximo a nosotros, y es en este sector donde los cambios se han
producido con mayor espectacularidad. Las bases y las
motivaciones tradicionales del aparejamiento han desaparecido prácticamente, y con ellas mucha hipocresía
y conveniencias sociales. La moralidad estrecha o los
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romanticismos sin sentido ya no generan relaciones. Y
éstas, además, se han liberado del pesado yugo de las
ataduras de por vida.
Los que no llegaron a tiempo de la unión libre, tienen ahora la opción del divorcio. Libra significa reequilibrar, corregir errores, y muchos están aprovechando esta ocasión.
Separar lo verdadero de lo falso -y ambos conceptos son muy ambiguos- es función de Libra, que pesa
el valor de cada cosa, pero también es función de Plutón, que saca a la luz todos los trapos sucios, todo lo
falso e inútil, todos ios demonios que llevamos dentro.
Libra es un signo de aire y Plutón ha de limpiar la polución mental.
Plutón aporta la capacidad de reorganizarse; Libra
ofrece la oportunidad de escoger, su función es la de
unir, y debemos entender que el amor, tan típico de
Libra y casa siete, es un principio más que una emoción, que permite fundir dos en uno. Es una identificación mutua, una absorción mutua, que va más allá
de la síntesis, que sería un resultado. Es la unidad antes de la división.
Plutón en Escorpión (1983/84-1995)
En la estancia de Plutón en Escorpión se dan una
serie de circunstancias significativas. Durante este período permanece dentro de la órbita teórica de Neptuno, alcanza su perihelio (su máxima cercanía al sol) y
su mayor velocidad, a 175 de Escorpión, en trígono al
signo y grado de su descubrimiento, aparte de ser el
signo donde está menos tiempo. Plutón representa poder y durante este tránsito, por todo lo mencionado
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anteriormente, está potenciado al máximo, al mismo
tiempo que, por el trígono a su primera manifestación,
fluye con facilidad.
Escorpión es el signo del secreto, y poder y secreto siempre han ido unidos. Es el poder de generar, regenerar y degenerar, la puerta entre la vida y la
muerte, tanto en una dirección como en otra. Es, por
decirlo así, donde los "velos" entre los planos son más
delgados. Es fácil deducir que, ahora más que nunca,
podemos traspasar esta puerta, en dirección a la
muerte o hacia la vida. Es un momento decisivo para
la humanidad, muchos pueden ampliar su conciencia a
otros niveles, desarrollar poderes extrasensoriales y eliminar los obstáculos que impedían su desarrollo espiritual. Escorpión rige todo lo oculto, las aguas profundas
y cualquier lugar donde nunca llega la luz del Sol, y
entre éstos se hallan las cuevas-templo de las iniciaciones y las moradas de los grandes seres.
Escorpión es un signo de agua, profundo e inescrutable, y el agua representa las emociones y los sentimientos. Plutón en Escorpión va a poner de relieve el
inmenso poder de la emoción.
Escorpión es un signo magnético, atrae y se siente
atraído hacia los demás, en especial el sexo opuesto.
Esta atracción es un impulso animal debido a la acción
de Marte y en la mayor parte de las ocasiones se presenta como actividad sexual. Esto, sin dejar de ser
cierto en muchos casos, representa un error interpretativo comunmente aceptado, puesto que lo que Escorpión busca en realidad es conocer la reacción de
ios demás a la emoción, a la amistad y al amor. Por
ello busca su complemento, el espejo donde pueda verse reflejado, donde pueda conocerse, sabe que sólo el
calor del afecto de los demás puede fundir su hielo. Es
decir, quiere desvelar su secreto, y tan secreto es pa- 63 -
ra él como para los demás. Su ansia es calmar la tormenta emocional interna, vivir en paz consigo mismo
y con los demás, y para eso sabe o intuye que le hace
falta una total integración con la categoría de valores
representada por la otra persona. Es un proceso que
sólo puede desarrollarse en la intimidad de lo personal
y de lo privado.
En definitiva, busca conocerse como individuo, y
esto es importante, pues la estancia de Plutón en Escorpión brinda la gran oportunidad de la integración de
todas las personas, países y razas, en base al respeto a
la individualidad de cada uno.
Plutón en escorpión ha de desvelar el secreto, rasras gar los velos de la separitividad, cuando individualmente nos demos cuenta de que lo único que nos separa de los demás es un yo social, una imagen construida
con conceptos aceptados sin cuestionarlos previamente, y que a un nivel más profundo todos somos iguales,
células de un mismo planeta, trabajando para un mismo fin, estaremos en disposición de sentar las bases
de la utopía acuariana.
Plutón ofrece en este período la oportunidad de
conseguir la comunión, la gran comunidad, con todos
los demás seres humanos, o incluso superhumanos, y el
precio es la muerte de nuestros pequeños yoes. Romper la imagen implica el encararse con la realidad, y
la humanidad puede llevarse más de una sorpresa.
Plutón puede sacar a la luz el inconsciente colectivo en cada uno de nosotros y mostrar la unidad de toda vida. Nuestra reacción a este hecho determinará el
futuro.
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PLUTÓN en las casas
Todo es según el color del cristal con que se mira,
y la manera subjetiva de cómo percibimos el exterior
está coloreada por los planetas y signos en las casas.
Es así como cada persona ve la realidad de distinta
forma.
Las casas se pueden interpretar de muy distintas
maneras, tienen sentido en distintos niveles, pero en
definitiva son como un escenario, unos decorados, un
paisaje interior, que proyectamos, imponemos y por lo
tanto coloreamos sobre todas y cada una de nuestras
actividades y también sobre el exterior. Es decir, las
casas nos hacen percibir de determinada manera el
drama, la historia que nos ha tocado vivir. Plutón nos
liga al destino de nuestra generación, pero percibimos
su influencia a través de una de las casas del horóscopo y de sus aspectos a planetas más personales, así
la ley de la naturaleza, lo que es común para nuestra
generación se nos aparece a través de específicas circunstancias personales y de esta manera lo interpretamos como nuestro destino individual.
De esta manera, la casa donde está situado Plutón
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muestra dónde y cómo cada persona encuentra su conexión, relación y aporte individual a la conciencia del
grupo.
Plutón es poder y allí donde se halle es un área en
la que podemos llegar a lo más alto o descender a lo
más bajo, es un sendero en dos direcciones.
Debido a la manifestación dual y a la ambivalencia
de este planeta, así como a su invisibilidad y trabajo
subterráneo, su comprensión es extremadamente difícil
y sólo cuando se puede tender un puente entre sus contradicciones, más aparentes que reales, se está capacitado para dejarlo fluir de manera constructiva y, apoyándonos en su fuerza, sacar a la luz lo mejor de nosotros mismos.
El trabajo de Plutón es sutil, y muestra un punto
débil en la casa y signo donde esté, desconocido todavía por el yo consciente. Conecta con nuestra estructura más íntima y hemos de permitir que ésta aflore al
exterior, pero debemos estar muy atentos a nuestros
impulsos internos y no esperar a que los efectos del
trabajo
oculto
de
Plutón
se
evidencien,
porque
entonces es demasiado tarde. Los mandatos plutonianos son difíciles de aceptar, pero de obligado cumplimiento.
S. Arroyo en su libro "Astrology Karma and Transformation" dice: "La posición por casas de Plutón revela el viejo ego o el viejo caparazón de la personalidad que aún se mantiene activa y que conserva una
considerable concentración de energía psíquica: Mientras esta energía permanezca inconsciente, e inextricablemente conectada con viejos patrones de vida, actúa
como complejos psicológicos que provocan convulsiones
y obsesivos patrones de pensamiento y de conducta en
nuestra vida consciente".
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Hay que dejar fluir esta energía, liberarla y usarla
consciente y convenientemente para que con el poder
de voluntad que representa nos ayude a recorrer el necesario camino para nuestro desarrollo, para manifestar la esencia de nuestra individualidad solar.
Donde está Plutón en el tema expresamos un antiguo esquema o patrón de conducta, nuestra antigua
personalidad, los deseos pasados, y es el área donde
podemos conectar con lo ancestral en nosotros, con
nuestro pasado menos evidente y más desconocido, y
ante el cual estamos más desprotegidos. Nos hallamos
a merced de unos impulsos a los que generalmente no
podemos dar una explicación racional, y es precisamente por todo esto que el lugar donde está Plutón en el
tema muestra la esfera de nuestra vida, el campo de
experiencias, donde podemos encontrar nuestro yo más
atávico, más "bárbaro" y de alguna manera más original, ver lo que hay en nosotros que precisa ser renovado, desechado o reconvertido y llevar a la práctica el
viejo y difícil axioma de "conócete a ti mismo y conocerás el mundo".
Donde está Plutón es donde podemos conocernos,
el lugar donde entramos en contacto con la fuente de
energía en nosotros mismos. Podemos usar este caudal
en la conquista de la propia evolución, podemos convertir esta energía en voluntad,
voluntad y adecuar nuestra
conducta a nuestro propósito evolutivo, simbolizado
por el Sol en nuestro horóscopo.
La casa donde tenemos a Plutón señala el área donde tendemos a imponer la voluntad sobre los demás, a
satisfacer nuestros deseos por encima de cualquier
otra consideración. No olvidemos que allí se encuentra
nuestro depósito de poder, es nuestro territorio privado, y una disminución de poder en esta área se percibe
como un ataque a nuestra identidad. Es por eso uno de
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nuestros puntos más débiles y donde las reacciones son
más compulsivas.
La energía de Plutón no se puede retener, hay que
soltarla enseguida, de lo contrario provoca una presión
interna insoportable y termina inexorablemente por estallar.
El signo de la cúspide de la casa donde se halla
Plutón muestra la forma como esta energía se manifiesta. Si el signo es masculino, ésta se extrovierte, es
dominante, se tiende a usar a los demás. Si el signo es
femenino, nos convertimos en sujetos pasivos y receptivos de esta energía.
Algo similar ocurre cuando Plutón está directo. O,
por el contrario, cuando está en su fase retrógrada.
Plutón en la casa uno
Cualquier planeta en la casa de la "personalidad"
es importante y hay que observarlo con profunda atención, ya que siempre colorea a la totalidad del individuo con sus propias características.
Con Plutón en este sector se manifiesta la tendencia escorpiana al secreto. Esta persona quizá parezca
quieta y distante, introvertida o tímida, pero esto es
sólo una apariencia. En su interior se está librando la
más ardua batalla para encontrar el sentido de la propia individualidad. En realidad posee una fuerte determinación, es intrépido, indócil, invencible y, con frecuencia, dictatorial.
La identidad se revisa continuamente y la opinión
y sentimiento de sí mismo se transforma constantemente, es una urgencia que no permite el descanso,
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hay que avanzar. Para bien o para mal, nunca esta satisfecho consigo mismo, hay una necesidad de "regenerarse".
La inseguridad que esto representa le priva de expresarse libremente y aunque generalmente posee una
comprensión profunda, necesita confrontar la opinión
de los demás para generar una nueva y, continuadamente en progreso, imagen de sí mismo.
Esta dependencia hace que siempre esté a la defensiva y que a veces se inhiba de su relación con los
demás. Desarrolla la tendencia a retirarse dentro de si
mismo y a no compartir sus sentimientos con los
otros. Su problema es "él mismo" y lo trata a un nivel
tal de profundidad que la comunicación personal se
hace difícil, hasta llegar en algunos casos a convertirse en un auténtico ser solitario e incluso en alienado de sus amigos y de la sociedad en general.
Tiene auténtica necesidad de encontrar un progresivo y permanente sentido a la vida y este apremio produce una constante inestabilidad que, en el mejor de
ios casos, le llevará a alguna de las modalidades de
autodescubrimiento.
Puede ser gentil y sensitivo, pero generalmente es
poco cordial. Raramente es débil, aunque parezca -o
sea- tímido e inseguro.
Pero si por la causa que sea se descontrola, todo
el poder que Plutón representa erupciona como un volcán, llevando a la superficie tal cantidad de cólera
que todo el mundo queda sorprendido.
Este individuo está siempre en contacto con el poder, es un canal a través del cual este poder fluye. El
peligro está en pensar que uno mismo es el poder o en
el deseo de usarlo para propio provecho, por encima
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de cualquier discriminación.
Esto puede hacer pensar al individuo plutoniano
que él es en sí mismo el poder, él es la ley y puede
en consecuencia ser un "sin ley". Tanto si opera dentro
de los ámbitos de la sociedad como si no, siempre es
diferente, siempre es el mismo, y lo consigue gracias
a una especie de distanciamiento, de separación de las
formas usuales y ortodoxas de actuación. De alguna
forma es incambiable, por mucho que las circunstancias que lo rodean cambien.
Posee un fuerte magnetismo y puede influir fácilmente, si se lo propone, sobre el entorno. De ahí la
tendencia a imponer su voluntad, sus puntos de vista
sobre los demás, y no precisamente por vía de la sugestión, sino por otras tácticas más explosivas y temperamentales.
Su poderosa personalidad apabulla con frecuencia a
los demás. Es inaccesible, inescrutable, lleno de secretos, difícil de mantener una amistad estable con él. Y
si está muy afligido, es el tipo de persona que uno
tiende a evitar.
A esta persona le es muy necesaria la moderación
y desarrollar la maestría de conducirse a sí mismo. Su
extremismo y la dualidad de su naturaleza y propósito
le convierten en un ser que alternativamente va de
una cosa a la otra. Lo que hoy le estimula, lo rechaza
mañana. Deseo por lo nuevo y dificultad en abandonar
lo viejo.
De hecho, Plutón en la casa uno, al igual que en la
casa ocho, le encara a uno con la muerte. La sensación de morir diariamente, de que cada día es distinto,
hace al individuo más fuerte, potencia el autocontrol y
provee de coraje para afrontar cualquier situación. Es- 70 -
to se traduce en un fuerte sentimiento del "ahora", lo
que explica su dificultad en proyectarse hacia el futuro o de aceptar patrones del pasado.
En otro orden de cosas, y en relación con el cuerpo físico, se puede manifestar un vigor poco común,
tener una señal o marca en el cuerpo, especialmente
en la cara, o quizá fue necesaria la cesárea en su nacimiento.
Si está muy afligido puede indicar alguna deformación física o alguna manifestación de hiper-desarrollo.
También indica amputaciones. En algunos casos esto
sugiere el haber nacido en forma ilegítima, y si Plutón
está retrógrado y la cúspide está en signo femenino
esto produce una profunda marca psicológica.
Si la energía de Plutón se usa de forma constructiva y creativamente, el individuo muestra un alto poder
de concentración y una envidiable capacidad de profundizar en los más ocultos significados de la vida. Si
otros factores de la carta lo confirman, posee un fuerte psiquismo. Si a esto unimos el magnetismo que lo
hace atractivo, su poder mental y su resistencia, nos
hallamos ante un tipo especial de sanador, que no se
preocupa demasiado de la técnica, a pesar de tener
una mente científica, sino de ser un canal lo más puro
posible, a través del cual fluyen las fuerzas curativas
de la luz. Su personalidad se disuelve en esta luz y el
poder ya no le causa más problemas.
Cuando no sublima este poder, se manifiesta en él
una potente y apremiante sexualidad, que se encuentra
latente detrás de todas y cada una de sus actuaciones.
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Plutón en la casa dos
La persona con Plutón bien aspectado en este sector tiene una habilidad poco común para que sus esfuerzos en conseguir alguna clase de seguridad material sean coronados por el éxito.
Posee un interés y un sentido innato para comprender el valor y el funcionamiento del dinero, sabe la
clase de energía que éste representa. Fuerte instinto
de autopreservación y facilidad para conseguir los recursos que le proporcionan la seguridad que necesita.
Deseo de control sobre estos recursos.
Si bien este sector se relaciona con toda clase de
valores, materiales, psicológicos o espirituales, generalmente Plutón en la casa dos tiende a que la persona
sea fuertemente materialista, aunque una excesiva
orientación en el control y posesión de bienes es causa
de tormentas internas.
Se siente cómodo en los asuntos del mundo y puede
conseguir grandes ganancias, especialmente con todo
lo que está debajo de la superficie de la tierra: petróleo, metales, minas, etc. Posible habilidad para hacerse millonario y si los buenos aspectos son con Júpiter
o Venus sus ganancias lo serán de forma legítima. También puede ser que los buenos aspectos le hagan sentir
el deseo de compartir sus bienes con los que más lo
necesitan.
Con Plutón en esta casa, los "valores" se convierten en un patrón importante y las propias habilidades
se venden al mejor precio posible. Como Plutón va
siempre más allá de lo ordinario, esta persona puede
prescindir de los diversos modelos monetarios habituales, entiende los recursos como si se tratase de una
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ley de la naturaleza, sus métodos son generalmente
"secretos" y puede alcanzar la cima sin hacer el recorrido habitual.
En este sector uno confronta sus valores, deseos y
apetitos y aprende a controlarlos. Con Plutón, la actitud personal se debe transformar en orden a conseguir
una regeneración de los valores.
Plutón dicta su propia ley y así hallamos al tipo
que "toma lo que quiere" sin tener en cuenta a los demás: al extorsionador, al manipulador, al ladrón. Si está afligido, el deseo de posesiones le lleva hasta la
avaricia, los métodos de ganar dinero pueden no ser
honestos. Plutón conecta con el mundo del hampa.
El dinero se puede perder de forma súbita, inesperadamente. Puede ser víctima de un ladrón o verse
privado de sus bienes por un desastre natural, aunque
si está bien aspectado y directo es muy posible que el
seguro cubra los gastos.
En mal aspecto, no hay que descartar muertes o
suicidios relacionados con crisis bancarias y pérdidas
repentinas. Destruye el sentimiento de seguridad material, fuerte compulsión a gastar, niega lo que más deseamos.
Plutón produce cambios extremos de la actitud,
desde la mayor indulgencia con nuestros deseos a la
más severa austeridad. Plutón en la casa dos debe evitar el considerar a las personas con las que estamos ligados como nuestras "posesiones".
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Plutón en la casa tres
El trabajo sutil y oculto de Plutón afecta en este
sector a la mente y al sistema nervioso y, en general,
a todo lo que entendemos por comunicación. La ambivalencia del planeta, unida a la clásica dualidad de este sector, provoca cambios drásticos en las actitudes
mentales del individuo.
Plutón fuerza a la persona a penetrar en los más
oscuros rincones de la mente, a profundizar mucho
más allá de lo ordinario, lo que le confiere una manera de pensar singular, a veces genial, casi siempre obsesiva. Intensos torbellinos mentales, tendencia a la
depresión y a pensamientos negativos.
En este sector es muy potente la tendencia plutoniana de llevar a la zona consciente todo lo que es inconsciente. Esta compulsión a hurgar en lo oculto de sí
mismo y de los demás, y de sacar a la luz lo que ha
hallado, condena por lo general al individuo a experimentar una constante insatisfacción mental, debido a
la dificultad que supone intentar comunicar a los demás estas profundas impresiones y percepciones y,
además, hacerlo al mismo nivel de profundidad en el
que el opera.
Para su equilibrio nervioso ha de comunicarse con
los demás y, si no puede hacerlo de forma ordinaria,
debe intentarlo a través de la escritura o de cualquier
otro medio. Necesita expresar sus sentimientos para
poder eliminarlos de su memoria.
De mente clara y afilada, puede, por reacción, pasarse al lado contrario y convertirse en un charlatán
muy hábil en el arte de engañar a los demás. Estafador y tramposo.
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Puede dar el tipo versátil que hace un buen vendedor, locutor o profesor con una buena habilidad oratoria.
Si otros factores de la carta lo apoyan, puede ir
"más allá" y tener algún tipo de percepción extrasensorial.
Mal aspectado, existe la posibilidad de algún "desarreglo" mental.
Quizá se exprese de forma autoritaria e irritante
al hablar o puede ser fanático en sus ideas, así como
también mostrar una tendencia a hablar sobre la muerte, lo trágico, lo elevado y sobre cualquier cosa oculta.
A otro nivel puede no tener hermanos, y si está
muy afligido quizás indique que estos son ilegítimos.
Separaciones del ambiente. Posibles accidentes de
circulación. En caso de amputación de un miembro,
puede ser el dedo meñique, el de Mercurio.
Autores de literatura sensacionalista (destapar lo
oculto). Autores ocultos (con seudónimo) y sobre lo
oculto, y especialmenete crí
críticos con una buena dosis
de sátira, sarcasmo y cinismo.
Es frecuente esta posición en curadores por "imposición de manos".
Plutón en la casa cuatro
La cruz cardinal es la más dinámica del zodiaco y
la casa cuatro es la base de esta cruz, así como la
ba- 75 -
se de todo el tema y, por supuesto, la base, los cimientos, del individuo representado por el horóscopo.
Es lo atávico, las raíces del ser, lo que le conecta
con su pasado, es el código genético heredado de sus
padres, su árbol genealógico. Es la medianoche de la
carta, el oscuro origen de todo lo que uno es y, por
decirlo de alguna manera, es el alma del individuo.
Este sector entendido como base nos indica la estabilidad, o no, del individuo. Los fundamentos internos
de su carácter y las energías ocultas que en él operan.
No deja de ser interesante que esta casa, cuyo simbolismo es análogo al de Cáncer, las aguas donde se
origina la vida, señale tradicionalmente "la última parte de la vida", como se puede leer en la mayoría de
manuales de astrología. Quizá la explicación resida en
la dificultad de hacer salir a la superficie los mitos
que conforman la herencia del individuo y que psicológicamente lo atan a su pasado. Asi, sólo cuando la persona ha tomado plena conciencia de su realidad individualizada, su realidad solar, puede hacer objetivo lo
que en él es subjetivo, o sea su realidad lunar. La Luna es regente natural de Cáncer y de la casa cuatro, y
para cuando esto sucede la persona suele ser ya mayor.
Plutón tiene también, entre sus características, la
de hacer aflorar a la luz lo que está oculto y, situado
en este sector, potencia al máximo la búsqueda del conocimiento interno.
El énfasis se pone sobre la vida interna y la intensidad del planeta actúa sobre la sensibilidad, propia de
Cáncer y de este sector, elevándola a cotas de hipersensibilidad muy acusadas, lo que en muchas ocasiones
se traduce en el desarrollo, controlado o no, de habili- 76 -
dades mediúmnicas, clarividencia, adivinación y otras
propias de las personas sensitivas.
Esta habilidad para penetrar en la mente inconsciente produce, por otro lado, intensas crisis emocionales y una fuerte inestabilidad, que se traduce generalmente en una búsqueda, a veces compulsiva, de paz
emocional.
Deseo de tener un hogar lleno de amor y seguridad, donde descansar, regenerarse y donde uno ejerza
control sobre lo que le rodea.
Plutón en esta casa indica que la sensibilidad,
sentimientos y ataduras sobre lo ancestral, lo heredado, el concepto de "dónde venimos", es lo que se ha de
reorientar. Plutón facilita esta tarea regeneradora y
en caso contrario nos niega, allí donde esté situado,
aquello que más deseamos.
Plutón hace variar el concepto tradicional de hogar, los límites de la familia pronto se vuelven pequeños y el "hogar" se puede encontrar en cualquier sitio
y la "familia" con cualquier persona o ambiente.
El concepto de nutrición y el de madre son inherentes al significado de Cáncer y de la casa cuatro y Plutón aquí puede señalar una fuerte dependencia hacia
los padres, especialmente hacia la madre. Liz Greene
a este respecto dice: "Frecuentemente parece que el
lazo sea con su madre, pero detrás de ésta se esconde
la Gran Madre". Greene se refiere al mundo, a la tierra, y lo llama el cuerpo de la madre. Otra vez aparece el lazo de unión con lo ancestral, con el origen,
con el pasado en nosotros. Y Plutón en la cuatro obliga a establecer ese contacto.
En otro orden de cosas, Plutón en la cuatro puede
indicar importantes tensiones en el ámbito familiar.
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temprana separación de la familia, tanto real como
simbólicamente, que ésta se disgregue. Cambios de residencia. Destrucción del hogar por causas naturales.
Plutón en la casa cinco
Esta posición es similar en algunos aspectos a la
conjunción Plutón - Sol, y en otros, a Plutón - Leo.
El individuo experimenta crisis en su identidad, se
balancea de un extremo al otro, desde la más profunda
vaciedad, el absoluto sentimiento de ser nada, hasta la
más ciega arrogancia y sobre-estimación.
El conocido monólogo "ser o no ser" de Shakespeare es un ejemplo ajustado de la elevada especulación
filosófica de Plutón en este sector. La voluntad de manifestación, de prolongación de uno mismo, propia del
sector, adquiere con Plutón un contrastado claroscuro.
Todo o nada es la fórmula y ésta se aplica a todos los
campos, desde la especulación financiera al romance
amoroso. Esta capacidad asumida de apostar el todo
por el todo le confiere cierta actitud dramática y en
ocasiones burlesca y cínica, un magnetismo algo demoníaco, que atrae irresistiblemente a los demás. De alguna manera se pone de manifiesto que es capaz de
"crear",
"crear" ya que está dispuesto a "morir".
Esta voluntad enfocada a la propia prolongación
proporciona un intenso caudal creativo que puede expresarse a través de cualquier método: cine, teatro,
danza, bellas artes, etc.
Su dualidad le permite enfocarse hacia cualquier
cosa, disfrutar de todo, desde lo más sórdido o ridículo
a lo más sublime o sofisticado. Generalmente participa
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a la vez de varias de estas cualidades o de alguna
más, poco común.
Plutón es el regente de Escorpión y de la casa
ocho y simboliza la energía sexual, la serpiente Kundalini dormida en la base de la columna vertebral. Situada esta energía, que permite procrear, en el sector cinco, puede usarse de forma constructiva en las propias
obras, los hijos de la mente, controlándola y dirigiéndola hasta un elevado punto de síntesis.
Si, por el contrario, se pone el énfasis sobre el sexo, la energía plutoniana puede arrasar tanto mental
como emocional y físicamente. La energía sexual hay
que usarla con sabiduría, de lo contrario se vuelve peligrosamente destructiva.
Amores apasionados que repentinamente se enfrían;
o a la inversa, turbulentos, donde las relaciones de
poder tienen un papel importante. Lazos afectivos
peligrosos. La idea de riesgo, de desafío, se vuelve
muy atractiva y se asocia a la sensualidad y al placer.
Mal
aspectado,
las
relaciones
pueden
tomar
un
carácter degradante; aberraciones de todo tipo.
Siempre extremo, este tipo se casa con el primer
amor o tiene un asunto detrás de otro, cuando no
varios a la vez.
Puede tener muchos hijos o puede no tener ninguno
(en esto hay que ver los temas de ambos padres), aunque lo último es más frecuente. Si los hay, las relaciones con éstos son complicadas o por lo menos singulares. En gran parte de casos de aborto, Plutón esta involucrado.
Plutón trae riquezas al área donde se encuentra,
que puede perder si está mal aspectado.
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Plutón en la casa seis
Con esta posición de Plutón el individuo tiene la
necesidad de sentirse útil. Quiere servir a los demás y
a veces esto se convierte en un deseo obsesivo. Esta
compulsión de servicio tiene algo de "reformador" y no
todo el mundo está dispuesto a aceptar o apreciar este
tipo de ayuda. Por lo general, estas personas aciertan
más cuando dirigen estas fuerzas reformadoras a su
transformación personal.
Las relaciones con los superiores y con los subordinados son a veces complicadas, tortuosas, cuando no
destructivas.
Aquí, la energía de Plutón se manifiesta en el área
de lo cotidiano y puede provocar grandes desproporciones entre la trascendencia vital del planeta y
lo rutinario y en muchas ocasiones frívolo de la vida
ordinaria. Percepción clara, de manera intuitiva o infusa, de la realidad cotidiana, tendencia a tomar ventaja
de ello, es decir, a explotar esta capacidad. En casos
muy afligidos, sadismo en las relaciones con lo cotidiano, especialmente con los débiles, subordinados y con
los que en general nos prestan alguna clase de servicio. Fuerte tendencia y capacidad de destrucción en este campo.
Puede ser que todo lo anterior se manifieste en el
ámbito laboral, que esté permanentemente de baja o
que, por el contrario, si está bien aspectado, sea un árduo trabajador o un líder obrero dedicado a mejorar
las condiciones de trabajo de los demás. Plutón representa grandes grupos, corporaciones y, situado en este
sector, la persona puede experimentar que se halla sumergida en un ambiente materialista, con una relación
impersonal.
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-
Los asuntos relacionados con la salud o con la enfermedad pueden ser el instrumento adecuado para
producir grandes transformaciones, la purificación y regeneración de los propios valores. Crisis de salud y
excelente capacidad de recuperación. Excesos, extravagancias y obsesiones en este campo. Mal aspectado,
enfermo crónico.
De curador a hipocondriaco, no le placen los términos medios. Posee la habilidad de ser un canal de curación. Medicina, psicología y consejos ajustados, pueden
ser excelentes campos de trabajo. Además, si uno consigue olvidarse de si mismo en el servicio a los demás,
no tiene tiempo de estar enfermo y generalmente no
lo está.
En mal aspecto, problemas intestinales y de eliminación, y también nerviosos, así como dificultad en el
diagnóstico.
Irritabilidad, crítica feroz, juicios fijos.
Inestabilidad e inseguridad, que uno no demuestra,
pero que los demás notan.
Plutón en la casa siete
El individuo se proyecta en el complementario, se
descubre a si mismo a través del "no yo". El punto de
conciencia que Plutón representa se manifiesta a través del "otro", generalmente la pareja. Se puede decir
que uno encuentra el destino a través del compañero,
de ese "otro".
Es una situación delicada, que precisa del adecuado
sentido del equilibrio entre el yo y todo lo demás,
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bolizado en la pareja. Éste es el campo donde proyecta sus sentimientos más ocultos, sus fantasmas más
desconocidos, y por eso es el área de la vida donde
puede conocerlos, liberarse de ellos y regenerarse. En
las relaciones es donde uno halla algo, la energía plutoniana, que es más fuerte, poderosa e inevitable que la
propia voluntad de decisión.
En este encuentro con el poder, a uno le parece
que no puede hacer nada salvo confiar en el destino y
esta impotencia se experimenta a través y en relación
al "otro".
Las circunstancias y la manera como esto se presenta pueden variar mucho. Puede ser que el compañero, por carácter o circunstancias, imponga un enfoque,
un destino, sobre el cual el individuo nada pueda hacer, o que él mismo, por su estructura psicológica, aunque quiera y lo intente, sea incapaz de alterar sus necesidades acerca de esta relación.
Las variaciones que ofrece Plutón en la casa siete
son enormes. Divorcio, triángulos amorosos, experiencias de dominio o sumisión, batallas por el poder, problemas sexuales, locura o muerte del compañero, sacrificio,
problemas
y
desarreglos
emocionales
profundos. Fracasos.
En este sector, donde los lazos personales son tan
fuertes, todos los encuentros tienen algo de turbulentos, y cuanto más profundos son estos encuentros,
menos están bajo nuestro control. A causa de ello, personas con Plutón en la casa siete tienden a evitar el
involucrarse en relaciones profundas, pero antes o después han de encontrarse a si mismos, reflejados en el
otro, y enfrentarse a su destino.
Al
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proyectar
nuestro particular inframundo, el sub -
consciente, sobre el otro ya no importa como éste sea.
Lo vestimos con nuestras primordiales emociones; el
otro no es así, pero a través del disfraz percibimos
cómo somos nosotros. Así, este ser adornado con nuestras experiencias patológicas se cuela en nuestra vida
disfrazado de amante, amigo o compañero. Tiene un
encanto irresistible, no somos libres, tenemos la necesidad de encontrarnos con ese arquetipo como ingrediente necesario de nuestra experiencia.
Plutón en este sector enseña el desapego a la "personalidad", la habilidad de ver ambos lados de la cuestión y una profunda comprensión de lo que significa el
Amor como principio.
Puede significar una unión de la que uno no puede
escapar o, por el contrario, múltiples uniones, ordinariamente de carácter compulsivo. Tendencia a ceder la
iniciativa, dependencia de los demás, y también lo
opuesto. La pareja es el lugar donde nos imponemos a
los demás. Pasión. Afligido, tendencias destructivas,
sadomasoquismo. Tragedias.
Deseo compulsivo e inconsciente de buscar el compañero "ideal". Uniones no convencionales o ilegales y
grandes períodos de soledad, dentro de la relación, debido a falta de comprensión con el compañero.
Plutón puede destruir todo lo que se considera estable, incluso la tradicional frase de la boda "hasta que
la muerte nos separe". Y es que Plutón rige toda clase
de muertes.
Plutón en la casa ocho
Excelente capacidad
para conseguir cualquier tipo
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de progreso, moral, mental o espiritual. Recuperación,
resurrección. Búsqueda de lo negativo de uno mismo
para destruirlo y reconstruir el ego a un nivel más elevado. En general, cambios drásticos en los valores
emocionales a los que uno está ligado.
En mal aspecto, es fácil que el individuo escoja el
camino de la degeneración y puede ser que para él éste sea el camino en que más puede aprender.
Nadie, sino él mismo, puede ayudar a una persona
con Plutón en la ocho a regenerar sus deseos. Este individuo tiene que matar el viejo ego y renacer durante
esta vida.
Esta casa, que tradicionalmente rige sobre lo oculto, es la entrada a la siguiente dimensión y tiene mucho que ver con las experiencias fuera del cuerpo. Si
hay otros aspectos que lo corroboran, posee una natural habilidad para todo lo paranormal, magia, mediumnidad, videncias, estados alterados de conciencia,
psiquismo y ocultismo en general.
El poder y la voluntad característicos de Plutón,
asociados a la misteriosa casa ocho, sede natural del
perseverante y maquiavélico Escorpión, y teniendo en
cuenta que aquí Plutón está en su domicilio, conducen
al individuo a conseguir cualquier meta que se proponga.
Quizás use métodos poco ordinarios, pero no por
ello menos científicos, y no necesariamente legales.
Tendencia a manipular y a usar a los demás, y a su dinero, de acuerdo a ios propios valores, mediante el uso
de alguna clase de poder, financiero, psicológico, sexual, oculto. Nada le puede detener pues, por decirlo
de alguna manera, tiene la muerte por consejera. Se
deduce
que
los
errores
en
este
campo
de
experiencias
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suelen tener fatales consecuencias.
Ganancias por herencias y en general habilidad
muy afinada para aprovecharse del dinero y recursos
de los demás.
Fascinación por la muerte y la vida más allá de ésta.
Si la energía de Plutón no se desperdicia es indicio
de larga vida. Si por el contrario ésta se consume sin
medida, implica degeneración física rápida.
En general, indica un final de vida poco claro, dramático, quizá violento, y en cierta manera fuera de lo
normal.
La fuente de energía que Plutón representa se expresa en este sector a través de la sexualidad. Así
pues, es en esta área donde uno tiende a imponerse a
ios demás. En mal aspecto, necesidad compulsiva de estar constantemente demostrando a los demás esta potencia sexual. Crisis y experiencias difíciles en este
campo. Por reacción, celibato.
Plutón en la casa nueve
Tradicionalmente este sector es el de la filosofía y
la religión o, como se ha dado en llamar, el de la
mente abstracta, por oposición al sector tres o de la
mente concreta.
Plutón proyecta una poderosa energía en esta dirección y enfoca la mente a realidades no ordinarias,
a filosofías profundas, más allá de las concepciones reglamentadas o aceptadas. Siempre necesita llegar a lo
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más hondo, al origen del concepto. Si está bien aspectado, y el individuo consigue control sobre tan tremenda fuerza, puede llegar a ser un gran pensador, un
místico profundo o un magnífico profesor que nos haga
ver lo que hay más allá de la letra. Necesidad de conocer y comprender el propósito de la vida. Expansión espiritual. Deseo de explorar los más lejanos horizontes,
ya sea en la tierra o más allá de ella. Pionerismo y
cierta cualidad aventurera en los campos de la filosofía, religión y misticismo. Si el individuo hace uso provechoso de esta fuerza, puede aspirar a conseguir sus
más elevados ideales de iluminación y sabiduría, si
bien generalmente ha de romper con ciertas creencias
y opiniones fijas antes de empezar a sentirse satisfecho consigo mismo.
Mal aspectado, esto se convierte en servidumbre a
determinadas creencias, religiones, ideologías oscuras,
quizá crueles, prácticas esotéricas en general y rituales y magia negra en particular. Dogmatismo, fanatismo y una tendencia, casi una urgencia, a enseñar a los
demás lo que uno piensa que es la verdad. Éste es el
sector donde quiere imponer su verdad, sin importarle
demasiado los métodos. Se tiende a forzar a los otros
a "creer", por supuesto para "su propio bien", para su
regeneración. Se dice en ciertos libros sobre el tema
que es una posición característica de los inquisidores
de la Edad Media.
Alejamiento del lugar de origen, uno se puede encontrar con su destino en el extranjero. Uno se puede
sentir "perdido" en las vastedades de lo lejano.
Plutón en la casa diez
Un planeta en un ángulo siempre es poderoso, espe-
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cialmente en este sector del Medio Cielo, el punto
más elevado del horóscopo, lo más alto donde podemos
llegar. Plutón, especialmente si está en conjunción con
el MC, provee toda una potencia para conseguir lo indicado por esta casa. Prestigio, reconocimiento, éxito
social y profesional están al alcance del sujeto.
La fuerza de Plutón le empuja hacia arriba y le
provee de una natural habilidad para escalar hasta la
cima. Se encuentra esta posición en políticos, comerciantes, hombres de negocios, líderes y en general en
todos los que manejan los hilos de la sociedad, los que
están arriba. Plutón no entiende de leyes morales, es
simplemente poder que se manifiesta, y esta posición
se halla también en los dictadores y especuladores de
altura. Es una batalla de poder y por el poder y la persona aspira a que éste sea total. En esta posición se
suma la búsqueda consciente de poder de Saturno, el
regente natural de la casa diez, con la compulsión inconsciente de Plutón en esta misma dirección. Sin embargo, ambas energías no trabajan de la misma manera; Saturno tiende a mantener, a cristalizar, las posiciones alcanzadas, mientras Plutón destruye constantemente para ir más allá. Este conflicto desequilibra y
distorsiona de tal manera que al individuo se le hace
muy difícil conservar sus propios valores, ya que constantemente los está transformando.
Es una posición de autoridad que, en el mejor de
los casos, desarrolla el sentido de responsabilidad. Proporciona capacidad de liderazgo y atracción magnética
hacia el público, pero indefectiblemente entra en colisión con otras personas que también están convencidas
de su capacidad y autoridad. Este individuo es amado
u odiado, pero difícilmente pasa desapercibido.
ble
Si usa estas capacidades de forma negativa, es posique destruya a mucha gente en su camino por
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alcanzar la cima. Ambición, vocación imperiosa y sin
medida de encumbrarse y dirigir. Extremismo, fanatismo social o profesional. Dictador. Pérdidas súbitas
de la posición alcanzada. Falta de escrúpulos para conseguir el poder. Luchas dramáticas. Maquiavelismo.
También gran poder de regeneración y capacidad
de eliminar la autosuficiencia que generalmente acompaña a la conquista del poder.
Probablemente uno de los padres fue muy dominante y permanece un sentimiento de independencia respecto a todos los que ostentan una situación de autoridad.
Según Manley P. Hall, todos los salvadores del mundo han nacido en Capricornio, regente natural de la
casa diez. Hickey se refiere a esta situación como la
necesidad de entender el sentido de "busca primero el
reino de los cielos y lo demás se te dará por añadidura". Y en este caso, esta "añadidura" incluye paz mental, abundancia material y una correcta posición en la
vida.
Plutón en la casa once
Con Plutón en este sector, tradicionalmente llamado de los amigos, existe un lazo misterioso, secreto y
a veces morboso con las amistades. El extremismo del
planeta rompe las barreras que pudiera haber de
posición social, racial, edad o sexo y la amistad se desarrolla libremente sobre bases más profundas, al margen de cualquier conveniencia coyuntural o inercia ambiental. Atracción, repulsión, apasionamiento, afecto y
odio, todo cabe en estas relaciones, que por un lado rozan lo genial y por otro lo peligroso.
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Sin embargo, el aspecto separativo de Plutón, su
cualidad de inevitabilidad, le da a la amistad un cariz
de impersonalidad y se repite la típica paradoja plutoniana de significados aparentemente contradictorios,
lazos de amistad muy profundos y al mismo tiempo
una conceptualización del hecho de la amistad como algo universal, al margen de uno mismo.
Esta dualidad de estar profundamente involucrado
y al mismo tiempo absolutamente distanciado es óptima para todos aquellos que trabajan en ciencias sociales, psicólogos, sociólogos, ya que unen el interés por
los demás con una separatividad científica que les capacita para emitir juicios justos.
Si Plutón está muy afligido y poco controlado, el
sujeto se vuelve demasiado independiente e incluso claramente antisocial.
Por oposición a la casa quinta, la creatividad del
individuo -y derivada de ésta sus proyectos- se puede
encontrar en situaciones de todo o nada o de extrema
dificultad dado el nivel de profundidad que pretende alcanzar. Pero, si obtiene control sobre el proceso, logrará cotas de innovación, originalidad e inventiva poco
corrientes.
Para este individuo los amigos son muy importantes, le influyen mucho y pueden ayudarle a conocerse.
O, por el contrario, si los ha escogido mal, puede encontrarse con relaciones y situaciones poco ortodoxas
y con inevitables rupturas.
Tiene una necesidad compulsiva de ser aceptado y
amado por los demás. Si hace un adecuado uso de esta
energía, puede convertirse en un soporte y una alegría
para sus amigos y para la humanidad. Miembro activo
en grupos de acción altruista. Mal aspectado, y por
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reacción, es el típico "lobo solitario".
El interés está puesto en el futuro, en operaciones
ideales y a medio o largo plazo, y muchas veces
desatiende el presente.
Crisis en sus esperanzas y anhelos e ideales por
causas que escapan a su control.
Plutón en este sector "despierta" a la verdad de la
naturaleza humana.
Plutón en la casa doce
Plutón, el planeta de lo oculto, sutil y misterioso,
en el sector doce, el de la soledad, las grandes pruebas, lo inconsciente y lo místico, en cierta manera supone una redundancia.
Es una posición difícil, donde la poderosa fuerza
del planeta se manifiesta a través de situaciones de
las que poco sabemos y en las que poco podemos hacer.
Indica una extrema sensibilidad, profundidad y una
vida llena de experiencias internas. Puede producir un
desarrollado psiquísmo y una hipersensibilidad descontrolada.
Grandes períodos de auténtica soledad, queridos o
no, donde uno puede penetrar hasta las raíces de su
propio misterio siendo, en el mejor de los casos, paso
previo y obligado a la propia resurrección.
Este individuo posee recursos, fuerza o poder ocultos, es una gran reserva de energía que tiene la posibi-
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lidad de actualizar o no.
Plutón en este sector indica grandes pruebas, experiencias poco usuales o incluso fantásticas, de acuerdo
a su gran potencial.
Provee al individuo, si está bien aspectado, de gran
capacidad de comprensión y compasión hacia los demás, lo que sin duda puede serle imprescindible para
entender y aceptar las pruebas a que será sometido.
Siendo la doce la casa
de los enemigos ocultos y de
las enfermedades crónicas, cabe esperar, especialmente si Plutón está afligido, enemigos potentes y retorcidos y posiblemente un tormento interno, difícil de
diagnosticar y de erradicar.
Es frecuente esta posición en artistas y poetas y
en personas que de una manera u otra viven separadas
de la sociedad.
El lado más elevado de Plutón se manifiesta en esta casa como voluntad de ser un canal a través
del
cual fluye la ayuda a los limitados y afligidos.
La voluntad de no ser, de autosacrificlo, en orden
a servir a la humanidad, trae aparejada la sabiduría
del aspecto positivo de Plutón en este sector.
Esta energía mal usada tiende a la autopiedad, autorecriminacion y una tendencia a ver en todas las circunstancias conjuras en contra de uno.
El enemigo secreto reside en el propio subconsciente, el almacén donde se acumulan todos los residuos
psicológicos, y deben encararse los propios fallos y tentaciones en orden a evitar el sentimiento de culpa.
Plutón en la doce fuerza al servicio y
enseña que
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"servicio no es sacrificio", ya que el concepto de sacrificio elimina el valor del servicio.
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PLUTÓN.
PLUT N. Los aspectos
Los aspectos de Plutón son uno de los factores del
tema astrológico menos predictible, debido a la dificultad de saber a qué nivel de profundidad está actuando y qué manifestación puede tener. No todo lo
importante se muestra en el plano físico, hay cambios
profundos y trascendentes que ocurren a niveles muy
internos. Plutón en esto se manifiesta como un especialista.
Otra cosa que ocurre con todos los planetas lentos
-Plutón es el más lento de ellos- es que la clásica diferenciación entre aspectos buenos y malos, armónicos
e inarmónicos, positivos o negativos, o como se les
quiera llamar, se diluye hasta casi desaparecer. Por su
lentitud son planetas generacionales y los aspectos entre ellos son comunes a muchas personas. Por ello se
puede suponer que aportan las pautas energéticas adecuadas a la evolución colectiva de todo este sector generacional, es decir, estos aspectos son los adecuados.
Por lo tanto, en sí mismos no son ni buenos ni malos,
sino simplemente los necesarios en este tramo evoluti -
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Lo que sí varía es el acercamiento que cada individuo hace a esta energía. Y esto depende tanto de la
situación y de los aspectos de sus planetas personales,
los rápidos, como de la filosofía con que éste encara
la vida
Si aceptamos que los aspectos son pautas energéticas, o sea, patrones de comportamiento, y que no están situados de esta manera por pura casualidad -la
astrología no admite la casualidad-, es fácil deducir
que están así para algo, que tienen una causa y un propósito. Y también se puede pensar, parece lógico, que
esta pauta planetaria con la que nacemos se corresponde con lo que somos. Hasta aquí es donde hemos llegado. Desde este punto de vista los aspectos nos ayudarían a descubrir estos hábitos de conducta, tanto los
que nos gustan como los que no y, en consecuencia,
nos facilitarían la comprensión de cuáles hemos de modificar y cuáles potenciar, para adecuarnos al propósito implícito en la carta astral. Entendido así, ningún
aspecto es malo, simplemente muestra lo que somos,
pero depende de nosotros el que nos conozcamos y, a
partir de ese momento, podamos dirigir nuestra vida
en la dirección adecuada a nuestro propósito.
El cambio consiste en pasar de considerar los aspectos planetarios como condicionantes poco menos que
insuperables a entenderlos como guía y oportunidad. Es
en cambios de esta naturaleza donde radica la mayor
o menor libertad del individuo.
Plutón es el planeta de la regeneración y sus aspectos, especialmente el Sol y la Luna, nos muestran
la manera como fluye y como podemos usar esta energía. Puede parecer fácil o difícil, depende de si los aspectos son armónicos o no, pero si uno los acepta y
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comprende como parte integrante de su experiencia
puede hacer los cambios y acomodos pertinentes y necesarios para su más rápido desenvolvimiento y, por ende, acelerar el proceso de acercamiento al estado donde uno se puede considerar que está "por encima de
las estrellas".
Plutón aumenta el grado de conciencia y sus aspectos, en especial a los planetas personales, señalan la
parte de uno mismo, simbolizada por el planeta aspectado, donde este fenómeno se realiza, donde debe
producirse este renacimiento, la casa donde éste se
sitúa muestra el área de la vida donde se produce la
acción. La dificultad estriba en que la presión de
Plutón mueve resortes internos y la persona generalmente no se da cuenta de esta influencia. Se siente
impulsada a introducir cambios en su vida o entorno, a
veces sin saber el por qué, y esto le produce
trastornos más o menos compulsivos. La persona
debiera intentar identificar estos impulsos mediante un
honesto examen de sí mismo.
Un trígono o un sextil no indican que la energía
fluya de forma armónica, sólo indican que fluye con facilidad y si antes uno no ha tomado la precaución de
sutilizar, refinar o purificar esta energía, lo que
ocurre es que se manifiesta fácilmente lo peor de ella.
Un "buen aspecto" no siempre es bueno. Ocurre
también que los aspectos de Plutón nos conectan con
el inframundo, con el subconsciente y, por su categoría de generacional, con el inconsciente colectivo. Como consecuencia, nos enfrentamos a una serie de fantasmas, de "tabúes", que sólo en parte son nuestros, y
si no estamos atentos, si no hemos ejercitado un cierto control sobre nuestras emociones y motivaciones,
podemos pagar el precio de sentirnos culpables de algo
que no nos corresponde. Incluso, en casos exagerados,
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se puede desarrollar la tendencia a sentirse culpable
del "pecado" que nuestros primeros padres cometieron
hace ya bastante tiempo. El miedo y el sentido de culpa nos acercan peligrosamente a la paranoia.
Nada peor en estos casos que la tendencia a reprireprimir todo esto, que por supuesto no nos gusta, sino todo lo contrario. La misión de Plutón es sacar a la luz
lo que está oculto, para poder verlo con claridad y
efectuar los cambios procedentes.
Transformación es la palabra clave y lo que se
transforma es lo que ya tenemos, ni más ni menos.
Dos planetas en aspecto están "trabajando" juntos
y cuando se tiene a Plutón por compañero uno se ve
confrontado con algo irrevocable, ineludible, que debe
ser conocido y, de la forma que sea, solucionado.
Esta característica de inevitabilidad nos conecta
en cierta medida con el destino. Esto es más evidente
en aspectos potentes como la conjunción y la oposición
y, en menor grado, la cuadratura, tanto más cuanto
más
cerrado
sea el
orbe
del
aspecto,
y
es
especialmente notorio si están cerca de los ángulos.
Algo es eliminado para que en su lugar pueda crecer una nueva y más actualizada posibilidad. Este es
el lado positivo del aspecto destructivo de Plutón. Un
individuo con este planeta muy potente en su carta natal puede asumir la carga de redimir alguna cosa para
la sociedad. De esta manera, la fatalidad colectiva se
introduce en la vida de esta persona y le exige sacrificio y esfuerzo. Plutón le conecta personalmente con la
miriada de interacciones de los demás, le hace partícipe del ordenamiento cósmico y, a cambio, le pide ver
el mundo con ojos diferentes, hacer con satisfacción lo
que debe hacer.
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Los aspectos de Plutón a los demás planetas reseñados a continuación no pretenden ni mucho menos
agotar las -por definición- inagotables interpretaciones
que de ellos se pueden hacer, sólo señalar una relación
de los efectos más obvios y conocidos de un planeta
tan inescrutable como éste.
No los separo en aspectos buenos y malos, ni tampoco especifico, salvo casos particulares, la clase de
aspecto, conjunción, trígono, etc., pero sí intento mostrar las dos caras de esta energía.
El uso constructivo o destructivo de ésta no depende tanto del aspecto en sí, sino del acercamiento que
cada persona haga a la totalidad de la experiencia plutoniana. Y para esto hay que hacer un análisis de la
compleja totalidad del tema astral del individuo.
Plutón-Sol
En todos los aspectos entre estos dos planetas se
halla implicado el principio de poder, que se experimenta en lo personal y que se manifiesta de las más
variadas maneras. Todos los símbolos de autoridad, y
en especial el del padre, entran en esta relación.
El uso controlado de este poder desarrolla la confianza en uno mismo, lo que le confiere valor y fuerza
interior, tiene capacidad de liderazgo y generalmente
asume esta responsabilidad. Seguro de sus metas, este
individuo sabe lo que quiere y va tras ello con convicción, quizá de forma indirecta y poco manifiesta, pero
con una sutil agresividad.
Las opiniones de los demás, los sucesos o circuns-
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-
tancias externas le afectan poco, o nada, en su más
íntima realidad.
Sereno, imperturbable, su calma interna prevalece
en cualquier circunstancia.
No cambia fácilmente y si padece una fuerte presión lo más fácil es que simplemente se inmovilice.
Instinto de luchador, su fuerte deseo de progreso
se conjuga con una apreciable habilidad para eliminar
viejos patrones de conducta que sean motivo de retraso en un avance.
Desea el poder y la autoridad, pero también el reconocimiento de sus contemporáneos.
Dotado de magnetismo personal, intuición y habilidad creativa, pero también de ambición, determinación, espíritu aventurero y pasión por el peligro. Este
individuo tiene una urgencia por remodelarse, regenerarse. Está en un constante proceso de transformación
personal. Se dirige, por lo general de forma inconsciente, hacia un objetivo que no tiene nada claro, pero
que fatalmente le atrae de forma obsesiva.
Poderosa voluntad, sentimientos intensos y un halo
de secreto acerca de sus motivaciones y deseos, que si
no ha hecho un profundo examen de sí mismo no sabe
definir.
Lo misterioso le atrae y experimenta curiosas conexiones y "coincidencias" con personas y circunstancias
que no muestran una aparente explicación racional, pero que él capta y en cierta manera comprende, porque
se adecúan perfectamente a su patrón de comportamiento.
Periódicamente experimenta fuertes crisis de
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98 -
iden-
tidad, que se expresan en cambios radicales de como
uno se ve a sí mismo y en cómo se manifiesta. Esta
persona se ve obligada a estos cambios, intuye que esto es lo que debe hacer o, por lo menos, siente la necesidad imperiosa de hacerlo, pero las personas que le
rodean se hallan incapacitadas para ni siquiera sospechar alguna de las ocultas razones de estos cambios,
lo que provoca situaciones de alta tensión, cuando no
de absoluta ruptura.
Con el aspecto Plutón-Sol, esta persona se encuentra básicamente enfocada a la transformación de sí
misma, a expresar con propiedad el principio de poder,
está aprendiendo que el poder real siempre procede
del interior y que las tácticas autoritarias y de dominio no son, por lo general, las más adecuadas.
Debe comprender que la autoridad que él intenta
conseguir depende de dominarse a sí mismo y no de dominar a los demás.
Esta energía mal expresada hace al individuo arrogante, rudo, sin ninguna clase de consideración para
con los demás. El exceso de autoconfianza le conduce
al egocentrismo, al egoísmo, tendencia al histrionismo,
al exhibicionismo y al perfeccionismo. Temperamento
violento, arrogancia, irritabilidad y sobreestimación de
sus fuerzas.
Sin embargo, todo esto puede que sólo sea una fachada que oculta un profundo complejo de inferioridad.
En otro orden de cosas, si el aspecto es conflictivo, especialmente la cuadratura, esta persona experimenta grandes dificultades y problemas con la figura
del padre, y que en el caso de temas femeninos se extiende también a los demás hombres.
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Padre autoritario, rudo. Falta de comunicación y
de amor, sentimiento de verse privado de esta figura
de autoridad, resentimiento y separación psicológica,
cuando no la pérdida física del padre. Esto produce
hondas cicatrices psicológicas, que dificultan mucho el
establecimiento de una clara identidad personal.
En el caso de la oposición hay una tendencia a proyectar este problema en las relaciones con el compañero y/o a manifestarse de forma tiránica y déspota,
posesiva y dominante. O por el contrario, es él quien
sufre todo esto por parte del compañero. En cualquier
caso, este aspecto es absorbente y uno de los dos -o
ambos- se consume en favor del otro. Desilusiones y
congestiones emocionales. Posesividad, celos y demandas excesivas y poco racionales, con frecuencia inconscientes, a las personas con las que está íntimamente ligado.
El antídoto a esta situación parece ser el de progresar y practicar la objetividad y la generosidad.
Plutón-Luna
Gran sensibilidad y extremismo emocional son características típicas de estos aspectos, especialmente
en signos de agua. Loa altibajos emocionales son una
constante.
La Luna simboliza lo que uno siente acerca de sí
mismo y, en combinación con Plutón, puede expresar
una fuerte insatisfacción y la necesidad de remodelarse continuamente para mejorar la imagen de sí mismo.
La faceta destructiva de Plutón fuerza a eliminar
hábitos y patrones de conducta, las rutinas se vuelven
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insoportables y la inercia de lo conocido estéril y defraudante.
Tormentas sentimentales y períodos donde la inclinación a aniquilar la propia imagen es tan fuerte que
incluso, en casos muy afligidos, propicia la tendencia
al suicidio. Las personas con este aspecto han "pensado", por lo menos, en esta posibilidad.
Estas tormentas internas, de gran intensidad, exceden en mucho las cotas de lo ordinario.
Sin embargo, y aunque pueden dejar profundas marcas, estos sucesos lunares acostumbran a ser de poca
duración. Esto, unido a la tendencia plutoniana a descubrir lo que hay más allá de los hechos, a investigar
los misterios ocultos detrás de cualquier actitud, desarrolla la capacidad de controlar estas situaciones, si
exceptuamos los momentos cumbres de la crisis. Muchas veces esta persona adopta una apariencia de frialdad, tiende a la estabilidad, control y compostura, aunque sólo sea una estrategia de supervivencia, y de esto
sabe mucho pues Plutón le capacita para resurgir de
las más tremendas crisis emocionales. Patrones heredados de sus padres y del entorno de su primera infancia
le condicionan con fuerza, pero al mismo tiempo tiene
el profundo deseo y posee la capacidad de romper con
estos esquemas familiares y tradicionales.
Capacidad de esfuerzo y autodisciplina. Cuando se
fija un objetivo se da totalmente a sí mismo, su dedicación y voluntad son inquebrantables. Aunque a veces
es intermitente y fluctúa según esté la Luna, tieneclaro lo que quiere y absolutamente nada exterior a él
puede cambiar sus sentimientos o su propósito.
El secreto sobre su intimidad y un elevado sentido
de lo privado le convierten en un ser difícil de enten - 101
-
der.
En ocasiones, Plutón representa a la madre (por su
relación con las entrañas de la tierra) y, en aspecto
con la Luna, el símbolo materno por excelencia, esta
cualidad se enfatiza, se manifiesta como una especie
de complejo de madre, una cierta tendencia a nutrir,
desarrollando el rol de madre de familia, en organizaciones, grupos de personas, escuelas o de Madre Superiora en un convento.
En temas femeninos este aspecto puede impulsar a
tener muchos hijos como muestra evidente del "poder"
de gestar. En cualquier caso, la figura de la Madre, ya
sea ésta real o simbólica, tiene una gran importancia.
La relación Plutón-Luna simboliza a la perfección el
arquetipo de madre terrible que se encuentra en varias
tradiciones, como por ejemplo la diosa hindú Kali. El
poder de nutrir a sus hijos por un lado, mientras por el
otro los devora, es una imagen muy poderosa. Es el
poder de dar y quitar la vida.
El impulso a "proteger" a los demás puede convertirle en un ser dominante. Posee habilidad tanto para
ayudar como para aprovecharse en las situaciones problemáticas de las otras personas.
Puede desarrollar una extrema sensibilidad y despertar sus facultades psíquicas. Expuesto a estas influencias, tendencia a la mediumnidad, sueños proféticos, premoniciones. Mucha curiosidad, imaginación e
interés por todo lo que representa poder de cambio y
regeneración. En general, no duda en aplicar todas estas habilidades a los asuntos diarios y a estimular sus
relaciones personales.
Con frecuencia este individuo rompe los lazos que
le atan al hogar y a la familia, y especialmente a la
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madre, con el fin de encontrar su propia identidad.
Capacidad para aceptar los cambios que la vida le
ofrece y para usarlos en su propio beneficio.
Suele estar atento, acumula saber y lo guarda. La
capacidad de intuir y la facilidad de separar el trigo
de la cizaña, unido a una fuerte subjetividad, le hacen
tender al oportunismo y al control y dominio de las situaciones, ya sea por seducción, fascinación personal o
por una persistente persuasión. Genialidad para adaptarse a los cambios de humor o emocionales de una situación dada, rápido e intuitivo estratega. Esta relación Luna-Plutón es definitivamente donjuanesca y tiene a su alcance la posibilidad de una profunda y dilatada vida social. Pero si trabaja con lo más elevado de
sí mismo, y esto acostumbra a suceder en una segunda
etapa de la vida, se vuelve desprendido e impersonal,
aspira a ser un servidor, un canal por donde fluyan
fuerzas útiles para todos.
El mal uso de estos aspectos puede llevar a situaciones de fuerte irracionalidad y falta de control.
Ha de aprender importantes lecciones en lo que hace referencia a las relaciones humanas, por lo que esta persona generalmente se encuentra en situaciones o
trabajos en los que ha de tratar con el público. Por
reacción, este aspecto define también al tipo de persona que se aísla, que se autoimpone una soledad que limita sus oportunidades.
El excesivo uso de sus emociones, en lugar de su intelecto, le conducen a constantes altibajos.
Muy afligido, estos dos planetas se reprimen mutuamente frenando tanto la emotividad como la sensualidad y la capacidad de crear. Se vuelven estériles a va-
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-
rios niveles, o por el contrario se descontrolan en una
actitud y actividad impulsiva, sin freno ni medida, que
también conduce a la esterilidad por la vía de disipar
inútilmente las fuerzas.
En el caso de la oposición, uno tiende a absorber
al otro o a ser absorbido por él. En cualquier caso, se
destruye el sentido de identidad separada.
En el aspecto físico, pueden tener problemas en los
órganos generativos. En algunos casos de tipo hereditario.
Plutón-Mercurio
En la esencia de Plutón está el ansia de saber, de
desvelar lo oculto, y Mercurio es el instrumento que
permite la relación, la conexión de lo interior con lo
exterior, permite la comunicación. Cuando estas dos
fuerzas trabajan juntas algo del conocimiento que estaba oculto aflora a la superficie y puede ser comunicado, compartido.
Este aspecto puede proporcionar una mentalidad
ágil, lógica, racional y argumentativa, sensible e intensa, pero al mismo tiempo secreta y poco confidente.
Poder de concentración, observación, y profundización,
nada escapa a la mirada plutoniana.
Capta con facilidad cualquier situación y es mentalmente muy rápido para cambiar su punto de vista si
un hecho nuevo o imprevisto lo requiere. Plutón le capacita para obtener de forma directa el resultado final, sin tener que recorrer todo el "proceso" del pensamiento.
Puede gustarle, o no, hablar, y aunque siempre tie-
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ne algo que decir de cualquier sujeto, pretiere hacerlo
sobre temas profundos y de interés universal, o bien
opta por permanecer en silencio.
La habilidad para exponer sus ideas y su poder de
sugestión parecen tan lógicos que los demás aceptan
sus opiniones -que por supuesto tienen substancia y peso- de forma subconsciente, sin averiguar si estas son
o no tal como él las expone. Lo que realmente causa
esta aceptación es el poder que subyace detrás de las
palabras. Expresa la idea con tanta fuerza y convicción que se tiende a pensar que forzosamente ha de
ser válida y significante por ella misma.
Este individuo puede producir una cierta sugestión
hipnótica, no necesariamente de forma consciente, por
medio de los gestos de sus manos y las muecas de su
cara. Mentalmente agresivo, puede utilizar estas habilidades para dominar la mente de los demás, por medio
de una sutil manipulación.
Cuando el aspecto es conflictivo, el individuo experimenta una fuerte tensión mental. La continua necesidad de trascender los resultados ya obtenidos y alcanzar cotas más elevadas le crea una sutil y constante
insatisfacción. Esta tensión puede llegar a ser tan dominante que su mente se dispersa en múltiples direcciones, pierde rigor y no acepta ningún tipo de autocensura. Cambios constantes de proyectos, falta de
adaptabilidad, impaciente con los perceptivamente lentos, no considera las ideas de los demás.
Dogmático y terco, la obsesión con sus ideas le
conduce fácilmente al fanatismo. Puede manifestar espíritu de contradicción, curiosidades morbosas, crítica
y sátira, malicia, insolencia, impudicia, tendencia a la
ofensa y sadismo mental.
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Muy afligido, puede indicar perturbaciones mentales más o menos graves e incluso una inhibición de la
expresión verbal.
Plutón-Venus
La persona con este aspecto siente la ineludible
necesidad de mantener relaciones de carácter íntimo,
de experimentar alguna clase de satisfacción emocional.
Su acercamiento e implicación en todas las manifestaciones de lo emocional son intensos y el deseo de
llegar a lo más profundo de la relación afectiva deviene urgente y a veces compulsivo. Necesidad de desentrañar los misterios del sexo, del amor, de romper las
convenciones en este terreno y de ejercer, imponer, todo su poder emocional y sexual. Posee magnetismo, carisma y atracción.
Si estos dos planetas intercambian sus energías de
forma armoniosa, el amor fluye libremente, desde la
ternura a la pasión. Inspirado, profundo, pleno y rico,
el éxtasis amoroso puede ser la clave de la transformación del individuo.
En su expresión más elevada este aspecto simboliza el amor universal, el principio que trasciende todas
las barreras, étnicas, raciales, culturales o sociales.
La gracia y gentileza de Venus, su capacidad afectiva, se contraponen a la fuerza creadora, la habilidad
para la adaptación a los propósitos secretos de Plutón.
La capacidad de amar se conjuga con la sexualidad.
No hay duda que este aspecto puede mostrar el lado
más bello del amor, pero también es cierto que nunca
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es simple, siempre persiste un sentimiento de fatalidad, ante el cual no caben posturas de ingenuidad.
Gran fascinación personal, intenso erotismo, sensibilidad, hedonismo y deseo de manifestarse a través de la
armonía, el afecto y el consumo de placer.
Puede proporcionar buenas dotes creativas en las
diferentes manifestaciones del arte. Amor por lo bello
y por todo lo que hace la vida agradable. Venus otorga
una cierta protección en las circunstancias difíciles
que provoca Plutón.
La relaciones construidas sobre el buen uso de este
aspecto se basan en la igualdad y la aceptación de los
valores de cada uno y son lo suficientemente fuertes
como para durar toda una vida. Cuando ama, adora al
ser amado, es fiel y leal y no se complica la vida con
trivialidades y amores pasajeros.
Si otros aspectos no lo impiden, posee una personalidad armoniosa, sociable y se relaciona de forma estable con todos sin distinción. Busca la bondad y la belleza en los demás y se identifica con sus problemas, a
los que trata de hallar solución. Venus rige tanto las
relaciones como el bienestar material, tanto la casa
siete como la casa dos y se dice que existe un fuerte
lazo entre el amor y el dinero: "cuanto más ama uno,
más abundancia tiene a todos los niveles".
La relación entre estos dos planetas tiene muchas
caras y no todas son armoniosas, algunas son francamente desagradables y hasta trágicas. Entre otras cosas, tiene merecida fama de romper matrimonios.
Orgulloso, apasionado, poco leal, la intensidad de
su pasión acarrea paralelamente fuertes dosis de rencor, venganza, traición y la revelación del potencial
que uno mismo posee para destruir aquello que más
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ama.
Propenso a triángulos amorosos, éstos aportan una
considerable dosis de sufrimiento a sus participantes.
Fuerte poder para procrear, posesivo y celoso, su
pasión es obsesiva. La autoindulgencia y el amor al
placer le puede llevar fácilmente al sendero de la depravación. Este aspecto se manifiesta con frecuencia
como problemas sexuales, físicos o psíquicos. Generalmente hay un mal entendimiento en las relaciones,
también es común la inclinación a la homosexualidad y
a la bisexualidad. Incluso personas cuya conducta es
enteramente heterosexual experimentan una sensación
de atracción-repulsión hacia uno de los dos sexos, una
dualidad muy típica de Plutón. Es propenso a la lujuria, codicia, ansiedad, avaricia y voracidad en la conducta y, en otro orden de cosas, propicia el comercio
sexual. Desengaños en la vida emocional y, de no cambiar la cualidad del aspecto, serios problemas en las
relaciones amorosas, rupturas que, con Plutón, son
para siempre.
Otra de las características de Plutón, la muerte, a
veces se concreta en la del ser amado, cuando más se
le necesita.
Plutón nos priva de lo que más deseamos o
necesitamos, amputa algo personal, elimina nuestras
muletas y nos obliga a andar.
Plutón representa una parte tan vital del individuo
que éste no puede evadirse, no puede escapar, ni tampoco reprimir, sólo queda la alternativa de enfrentarse
a la experiencia plutoniana desde su propio nivel, entenderla como una fase necesaria del proceso de desarrollo de uno mismo.
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Es emocionalmente insaciable, múltiples aventuras
eróticas, ninfomanía. Es el aspecto de los sex-símbolos.
La relación Venus-Plutón simboliza las pruebas y la
oportunidad para reorientar y refinar la naturaleza
amorosa y de relación. Y la vida le proporciona las situaciones donde poder practicar este arte. Este individuo está aprendiendo a ser gentil, no para conseguir
metas personales, sino porque esto hace la vida más
agradable a todos.
Está transformando sus valores en esta área y sutilizando el sentido que para él tienen los conceptos
"placer", "felicidad" y "amor". Hasta que estos valores
no han sido regenerados, tiene una vida emocional insatisfactoria, una gran dificultad en experimentar la sensación de amar y ser amado.
En el caso específico de la oposición son los demás, sus compañeros, los que presentan este problema
y él quien lo sufre.
Plutón-Marte
Este aspecto, como el de Venus, está ligado a la sexualidad, pero a diferencia de éste, cuyo erotismo es
placentero y amoroso porque involucra la expresión de
ambos, el marciano ejerce la expresión de poder del
uno sobre el otro, lo que en cierta medida es parecido
a un rapto. Involucra el concepto de supervivencia, el
sentido que el hombre tiene de su capacidad de autodeterminación. La confianza, o no, en uno mismo, en
la propia fuerza.
La energía que Marte representa se manifiesta en
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la extroversión, intenta satisfacer sus deseos e impulsos en su entorno material más próximo. Marte es la
energía que usamos en el mundo y Plutón simboliza la
que utilizamos para trabajar en el inframundo, es decir, en nuestra estructura psíquica más profunda. Ambos están, por decirlo así, más involucrados con la tierra y el infierno que con el cielo.
Se comprende así fácilmente que exista un profundo miedo a las urgencias primitivas simbolizadas por
Jos aspectos entre estos dos planetas. Sin embargo, estas fuerzas primitivas poseen en si mismas una gran
cantidad de sabiduría acerca de la fertilidad y la supervivencia, tanto biológica como psíquica.
La violencia y la pasión de Marte-Plutón asustan al
hombre civilizado, hay un nexo de unión entre lo erótico y lo sangriento, la excitación sexual y la brutalidad, y no es fácil ni cómodo enfrentarse a ello. Este
individuo intelectualizado experimenta una repulsión
hacia sus raíces, hacia sus deseos más corpóreos y tiende a enterrar estas pulsiones en lo más hondo de sí
mismo, es decir, las reprime.
Este repudio de su parte más primitiva deriva con
frecuencia hacia una sensación de impotencia, castración y falta de poder. Este aspecto representa la más
dinámica e intensa combinación de energía que se puede hallar en el tema natal y tiende a expresarse de la
manera más extrema posible.
A la persona que posee este tremendo caudal de
energía le gusta llegar al fondo de las cosas. Poderosa
voluntad, coraje y sentido de la autodeterminación, le
permiten superar todos los obstáculos que encuentra
en su camino. Capacidad para tomar decisiones y rapidez de respuesta en casos de emergencia.
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La voluntad de dominio y el amor al poder frecuentemente van acompañados de una cierta crueldad. Se
tiende a entender la fuerza en términos de conseguir
lo que uno quiere, la parte más animalizada de uno es
muy fuerte. Por todo esto, la propia escala de valores
es muy importante, ya que guía y controla la expresión de este poder.
Por lo general, este individuo no está conforme
con las reglas de la sociedad, no importa que use esta
energía de forma positiva o negativa, que sea un destructor o un reformador. Ambos comparten el descontento con el "status quo".
Pero si está integrado en la sociedad
en participar activamente en su desarrollo,
tado para canalizar estas energías y tomar
nes oportunas y las acciones pertinentes
personas desean pero que pocas pueden.
e interesado
está capacilas decisioque muchas
Su gran capacidad de autodisciplina, le permite dedicar toda su fuerza de voluntad a la transformación
de sí mismo y de los demás. En este caso, el aspecto
regenerativo de Plutón actúa sobre la naturaleza de
deseos de Marte.
Por el contrario, si esta potencia no se maneja con
exquisito cuidado, el individuo se siente prepotente, experimenta un compulsivo deseo de "ganar" a toda costa, que le obliga a justificar ante sí mismo todas sus
actitudes y conductas. Se rige por la ley del más fuerte y desatiende cualquier código moral o ético. Quiere
imponer siempre su voluntad, su fuerza, hacer lo que
le viene en gana; sin embargo, como está conducido
por fuerzas compulsivas, por incontrolados impulsos racionales, raramente sabe lo que en verdad quiere.
En el mejor de los casos, tiene una gran compren-111-
sión de lo que significa la lucha y la violencia. Plutón
aporta la conciencia a la fuerza bruta de Marte y, en
caso de lucha y agresión, ésta es inteligente y encubierta.
Autoconfianza, ambición, capacidad de trabajo,
constancia y una energía casi inextinguible le permiten
conseguir lo que desea. Este personaje nunca se rinde.
Persistencia. Con otros factores favorables, longevidad.
Se exige demasiado a sí mismo. Cuando consigue
una meta, se pone otra más lejana, ha de superar constantemente sus propias marcas, lo que le crea una
gran tensión interna y un alto nivel de frustración si
no lo consigue tan rápidamente como pensaba. Este individuo crea continuamente sus propias frustraciones.
Tendencia a usar la fuerza y tácticas de guerrilla
para conseguir sus metas. Obsesión de vencer. Desgaste inútil de energías. Actitud antisocial. Afligido por
Saturno, tendencias sádicas. Impaciencia, cólera. En algunos casos indica escasa vitalidad física. También es
símbolo de muerte violenta.
Plutón-Júpiter
Buena disposición, optimismo, oportunidades y facilidades para obtener todo lo que hace la vida placentera.
Alegría de vivir, entusiasmo, emociones exuberantes, exageraciones y una intensa voluntad de libertad.
Este aspecto se puede manifestar como alguna cla- 112 -
se de "protección" desde el exterior o bien indica que
el individuo sabe protegerse.
La abundancia jupiteriana puede ir más allá de lo
ordinario, hasta extremos increíbles, o por el contrario
ser trascendida por el contacto de Plutón.
Sentido del honor, dignidad, orgullo, ambición, humor (a veces punzante), muchos y variados intereses y,
entre éstos, algún tipo de deporte o ejercicio físico.
Tendencia a lo ceremonial.
Percepción precisa y un buen juicio casi instantáneo. Sabiduría.
Es un aspecto revitalizador, rejuvenecedor y regenerador.
Capacidad para superar los obstáculos, tanto propios como ajenos. Esto, unido a su vitalidad y carisma,
promueve el que con frecuencia sea elegido como conductor del grupo al que pertenece.
Puede mostrar cualidades de una elevada evolución
espiritual. Su tendencia a buscar las causas detrás de
las apariencias le proyecta más allá de las creencias
aceptadas por la religión organizada.
Insaciable deseo de comprender, buscador de la verdad allí donde ésta se encuentre, interesado por la filosofía, la metafísica y por todo lo que se oculta detrás
de los hechos de la vida.
Probablemente ha tenido acceso a una esmerada
educación, oportunidad de leer muchos libros y de viajar a donde haya sido necesario para ampliar su aprendizaje.
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Puede ser que se sienta atraído por los distintos yogas y sistemas de meditación como vehículos que le
ayuden a conseguir la automaestría a través de su propia regeneración.
Su sensibilidad y habilidad investigativa, así como
su ambición espiritual y el deseo de enseñar y estar al
frente del grupo, le convierten casi matemáticamente
en un líder espiritual y de hecho este aspecto se encuentra en la mayoría de ellos.
Casi siempre alegre, optimista y generoso, suele tener certera visión de los negocios y generalmente le
acompaña el éxito financiero, especialmente con buenos aspectos de Venus.
Las malas relaciones entre estos dos planetas pueden implicar exageración, prodigalidad, sensualidad,
arrogancia, fanatismo, extravagancia y glotonería.
Tendencia a confundir su propia ley con "La ley", a
impresionar a los demás con la "importancia" de sus
ideas filosóficas y de sus conceptos religiosos y a erigirse en líder, profesor o gurú. Grandes ideas que la
mayoría de veces no lleva a término. La opinión de sí
mismo salta del exceso de confianza a la duda más angustiosa, del más elevado ideal al más primitivo de sus
instintos animales.
Mentira, corrupción, autoritarismo, verborrea, megalomanía, duplicidad. Este aspecto se halla con frecuencia entre los especuladores, apostadores, psicólogos, astrólogos, ocultistas, médiums, abogados y jueces.
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114 -
Plutón-Saturno
El individuo con este aspecto se cuestiona todo en
profundidad y le envuelve un aura de seriedad.
Sentido del deber, capaz de llevar las más grandes
responsabilidades, trabajador perseverante, autodisciplinado y paciente, concibe, planifica y consigue lo que
quiere, aunque tarde años.
Tenaz, metódico, persistente, busca la perfección,
presta gran atención al detalle y le disgusta lo superficial.
Integridad, honestidad y sentido común, métodos
claros y acciones justas son cualidades de este aspecto, que se halla con frecuencia en quienes cuidan y manejan los recursos de los demás, banqueros en especial.
Estas personas casi siempre llegan a posiciones de autoridad, a través del trabajo lento y la disciplina. Se
puede confiar en ellos.
Pasan períodos de su vida marcados por una extrema autodisciplina y, en ocasiones, autonegación. A veces exclusión, voluntaria o no, de todas las modernas
comodidades y retorno a una manera más natural de vivir. Capacidad de abnegación y resignación, que le llevan fácilmente a un estado de ascetismo. Estoico y taciturno acumula poder por medio del silencio. Es el filósofo, el que piensa con sobriedad, el investigador
científico, el que tiene un profundo conocimiento del
ser.
Dotado de una increíble calma y paciencia, sabe
instintivamente que cualquier cosa duradera de valor
se construye despacio y cuidadosamente.
Los aspectos inarmónicos entre estas dos energías
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indican una situación de obligatoriedad, de deber.
deber La
presión y la necesidad de Saturno, aliadas a la intensidad y poder de regeneración de Plutón, impelen al individuo a enfrentarse a sus problemas y a librarse de
ellos. Está aprendiendo responsabilidad y paciencia a
través de un trabajo duro.
Este aspecto, este tipo de pruebas, nunca se encuentra en horóscopos de personas débiles.
Ambición personal, deseo de poder y autoridad, moral rígida y poco liberal son manifestaciones de esta
relación planetaria. El mal uso de esta fuerza puede
expresarse como egoísmo, sadismo, impaciencia, contradicción, brutalidad, traición, falsedad, fraude, violencia, extorsión, celos, lujuria, exagerada sexualidad,
tendencias criminales, magia negra y vampirismo.
Inclinación al suicidio.
Plutón-Urano
Urano separa y Plutón destruye. Parecería que estas dos cualidades juntas no pudiesen ofrecer nada
bueno, pero no es así. La separación uraniana es para
diferenciar, para ver con claridad una situación, para
tomar conciencia de la propia opinión. Es decir, Urano
separa para individualizar, Plutón conecta lo viejo con
lo nuevo, destruye lo caduco para que algo nuevo
pueda surgir. Y, visto en profundidad, lo que está haciendo es unir a un nuevo nivel, para lo cual previamente ha tenido que destruir. Ambos planetas, a su
manera, son unos constructores. Urano individualiza y
Plutón aporta conciencia, incluso conciencia social.
Este aspecto incrementa la autoconciencia. Volun- 116 -
tarioso, determinado, resistente, la palabra clave para
este individuo es cambio. La chispa intuitiva uraniana
le capacita para ver nuevas y mejores soluciones a
cualquier tipo de problema, así como la manera de
conseguirlo; talento técnico e inventivo, una vez
conseguido lo que desea su interés se dirige de
inmediato a otro objetivo y nuevamente persiste hasta
conseguirlo. La orientación individualista de su vida y
la radicalidad en los cambios de estructuras le confieren una visión y a veces una acción revolucionarias.
Un inquebrantable deseo de independencia y libertad conduce a este individuo a ser distinto a los demás, a desarrollar su propio camino y a no seguir a la
masa. Inconformista, creativo, inquieto, impulsivo, tiene nuevas y progresivas ideas, soluciones originales a
los problemas, es un reformador de la sociedad. Comprende y respeta el principio de hermandad y entiende
el amor como un concepto universal que une a los hombres en causas comunes.
Este aspecto favorece los estudios científicos, el
interés en la metafísica y ciertas capacidades de clarividencia.
Hacer y dejar hacer, este individuo tiene una vida
muy variada y excitante, se mantiene al margen de la
corriente general, necesita estar libre porque está
aprendiendo a manejar la libertad. No se ajusta a la
norma y, si participa, lo hace en actividades marginales.
Los aspectos conflictivos indican problemas de identidad, de relación, de inserción en su propio grupo.
Muy impulsivo, tiende a las explosiones de carácter,
actitudes de rabia, odios, fanatismo, excentricidad, un
sentido exagerado de lo personal y manifestaciones antisociales.
Puede
mostrarse
precipitado,
violento,
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rebelde, licencioso, pervertido, critico y guerrero.
Problemas en el sistema nervioso, parálisis, accidentes súbitos, tendencia al suicidio y muerte repentina.
Plutón-Neptuno
Existe una relación muy profunda entre estos dos
planetas. En ellos se producen circunstancias y situaciones muy significativas y que no hallamos entre los
demás. Un primer indicio que nos advierte de la importancia de esta relación es la rareza que representa en
nuestro sistema solar el hecho de que la órbita de Plutón corta en una determinada fase de su recorrido la
órbita de Neptuno, conectando de esta manera dos
"mundos" muy diferenciados entre sí.
Esta situación única en las revoluciones planetarias
se produce cada vez que Plutón se acerca al signo de
Escorpión, y si tenemos en cuenta que Venus, el planeta de la relación, el que todo lo une, está exaltado en
Piscis, regido por Neptuno y en exilio en Escorpión, podemos empezar a intuir algo de la trascendencia de este contacto, de esta unión, que se produce cada 250
años aproximadamente, cuando las órbitas se encuentran.
Piscis, el último signo del zodíaco, nos conecta, en
una nueva vuelta de la espiral, con Aries, el primer
signo, la primera energía aún por cualificar. Escorpión
también es un signo de cambio, de muerte y resurrección, y conecta un nivel con otro. Vida y muerte, principio y final están siempre estrechamente unidos.
Neptuno representa los más
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elevados
ideales,
la
más sutil inspiración o un estado de gracia al que se
puede aspirar, mientras que Plutón significa el poder,
toda la fuerza acumulada a través de conos de tiempo
y de alguna manera concentrada como semilla en lo
más profundo del inconsciente.
Para saltar "lejos" hace falta mucho "impulso", para alcanzar los ideales de Neptuno hace falta la fuerza de Plutón. Mientras Plutón cruza un signo, Neptuno
recorre dos, uno positivo y otro negativo. Esto también puede hacernos pensar en una distribución de la
energía, en la manifestación dual, en las dos caras de
la moneda, de esta energía capaz de llevarnos de la pura potencialidad al más elevado estado de realización.
También hemos de observar que estos planetas son
muy lentos y que los aspectos que producen entre ellos
en el desarrollo de sus ciclos afectan a toda la
humanidad, sacando a la luz el inconsciente colectivo
y repolarizando los ideales de esta humanidad de
acuerdo a nuevas directrices, conmoviendo factores
hondamente anclados en la naturaleza humana.
Neptuno simboliza la disolución y Plutón la posibilidad de trascender y, en este proceso, Venus, la capacidad de amar, tiene mucho que ver. Neptuno -la octava superior de Venus- y Plutón -la octava superior
de Marte- reproducen a un nivel más elevado las relaciones que estos dos planetas ejercen en el plano personal.
En la carta astral de cada individuo los aspectos
entre Neptuno y Plutón representan, por su lento movimiento, una influencia de larga duración, de manifestación y resultados poco menos que permanentes y también señalan situaciones y sucesos decisivos, puntos de
fatalidad, de crisis continuada o el comienzo de un
nuevo capítulo de la vida.
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119 -
Neptuno es la capacidad de imaginar, de soñar, de
producir mundos ideales, prefiere flotar que pisar tierra firme, la aventura a lo desconocido antes que la seguridad de lo ordinario y en naturalezas evolucionadas
se manifiesta en elevada comprensión y espiritualidad.
La expresión creativa de la relación entre estos
dos astros propicia el fervor a unos ideales, así como
la capacidad para inspirar y guiar a otras personas. Excelente en todo lo relacionado con lo intangible: religión, psiquismo, arte, etc. Clara percepción y bien desarrollada intuición, supersensitivo, lleva cualquier cualidad a nivel de arte y posee una natural habilidad para sentir, experimentar y manejar lo abstracto. Es el
soñador capaz de trasladar su sueño a la realidad, el
visionario que también actúa.
Amante de la justicia, liberador que lucha en contra de todo Jo que deshumaniza, degrada u oprime al
hombre, ideal de justicia que manifiesta en todos los
terrenos donde actúa.
Romántico y soñador, puede, en el mejor de los casos, convertir la fantasía en arte y la sensibilidad en
compasión.
En sentido inverso, su sensibilidad y fantasía se
vuelven intoxicantes y es capaz de fanatizarse con
cualquier cosa, confunde sus sueños con la realidad, vive en el continuo espejismo, irresponsable, cambiable,
muestra una fuerte tendencia a sumergirse dentro de
sí mismo, a desaparecer del "mundo", a eliminar su
parte más "real", para vivir en una especie de doble vida, dentro de un sueño.
Pasión por la pompa y el ceremonial, capaz de
grandes sacrificios, tendencia al martirio, a la purificación interior, al autocastigo, autodisciplina y también
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120 -
a la autopiedad.
Si expresa lo peor de si mismo puede ser marrullero, decepcionante, falso, malicioso, de absurdas ideas
utópicas, de escasa moral, exagerado, fácilmente sucumbe o comercia con drogas, narcóticos y venenos y
puede mostrar tendencias criminales e inclinación al
suicidio.
En general, muestra interés y aptitudes para lo sobrenatural y puede llegar a ser mago, clarividente y
médium, que lucha por la libertad del hombre. O por
el contrario convertirse en mago negro. En cualquier
caso, nunca comprendido por los demás, puede verse o
sentirse solo o abandonado.
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PLUTÓN.
PLUT N. Los tránsitos
tr nsitos
Cada astro tiene múltiples facetas y las combinaciones entre planetas, ya sea por aspecto, progresión o
tránsito, son innumerables. Si a esto añadimos su posición por signo y por casa, las variables son infinitas.
Esta multiplicidad de posibilidades permite que cada
individuo tenga un tema singularizado, al tiempo que
imposibilita las fórmulas o recetas demasiado generales y concretas que, aunque en sí mismas pueden ser
ciertas, no son aplicables indiscriminadamente a todos
los casos. Son el arte y la ciencia del astrólogo los
que, a través de una lectura de la totalidad de la carta astral, pueden discernir las influencias en juego y
sus posibles manifestaciones.
A todos nos gustan las referencias concretas, las
verdades matemáticas, pero seríamos muy ingenuos si
pensáramos que trabajar con elementos tan sutiles como las fuerzas planetarias es fácil. Ser un buen astrólogo o un buen mago cuesta mucho y uno debiera ser
muy prudente antes de atreverse a sugerir, no ya a
predecir, algo a los demás. Sirva lo anterior como in- 123 -
troducción a este capitulo, que no pretende ser un recetario de los efectos de los tránsitos, aunque sí un
pequeño muestreo de los tópicos más comunes y obvios
de la relación entre dos fuerzas determinadas. La forma de manifestación dependerá tanto del signo, de la
casa, como de otros aspectos colaterales que pueden
estar trabajando al mismo tiempo, además de la voluntad del individuo para manipularlo de una manera u
otra.
Como en el caso de los aspectos, aquí no especifico qué clase de tránsito es, si conjunción, trígono, cuadratura, oposición o cualquier otro. Me limito a señalar las características más evidentes del aspecto tanto
si se expresa de una manera como de otra.
Nada está más claro y a la vez es más difícil de interpretar que los tránsitos de Plutón. Como todos los
planetas transaturnianos, los lentos, su acción o efecto
perdura mucho tiempo, se empieza a sentir antes del
aspecto exacto y su manifestación se prolonga mucho
tiempo después, aunque generalmente en el momento
preciso acostumbra a pasar alguna cosa que pone en
evidencia la clase de experiencia que está sucediendo
y esto es especialmente cierto en el caso de Plutón,
cuyo aspecto, en la mayoría de casos y a causa de sus
largos períodos de retrogradación, acontece en tres
ocasiones consecutivas, reproduciendo simbólicamente
el efecto de los tres grandes planetas. Urano despierta, bajo su influencia el hombre se da cuenta de su
verdadero yo, representa la natividad, el nacimiento
de la conciencia; Neptuno trabaja en la disolución del
ego y simboliza la crucifixió
rucifixión; y Plutón libera al espíritu a través de un proceso de transformación y renacimiento, de muerte y resurrecció
resurrección, terminando el trabajo iniciado por Urano y Neptuno.
Los tránsitos de Plutón tienen el poder de ponernos
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-
en contacto con la semilla en el interior de nosotros
mismos, con nuestra naturaleza mas esencial y con
nuestros potenciales en su estado más puro, a través
de las experiencias vitales más intensas. Nos ayuda a
volver a experimentar el impulso vital espontáneo de
cuando éramos muy jóvenes, antes de estar condicionados por el tremendo peso de las convenciones culturales. El tránsito de Plutón nos devuelve nuestra expresión natural, nos remite a nuestra esencia, tanto tiempo olvidada.
La energía, por definición, siempre es pura, neutra,
es el uso que el hombre hace de ella lo que convierte
la experiencia en positiva o negativa. Hay que tener
en cuenta, sin embargo, que cuando una nueva energía
emerge en el horóscopo, y Plutón es la más nueva de
todas, el hombre en su inexperiencia tiende a usarla
negativamente hasta que aprende a utilizarla de forma
constructiva.
El tránsito de Plutón casi siempre nos coge desprevenidos. Estamos apegados a nuestros hábitos y generalmente nos resistimos a abandonar nuestros viejos
patrones de conducta que tanta aparente seguridad nos
proporcionan, pero lo que Plutón demanda es que pasemos a travé
trav é s del proceso de regeneración. No es suficiente ir alrededor de él.
Por lo general, los tránsitos de Plutón están relacionados con alguna clase de muerte y destrucción de
lo viejo, de lo inútil, para que pueda florecer lo nuevo,
y si uno tiene miedo a la muerte, es seguro que tendrá
miedo a los tránsitos de Plutón.
Nos aferramos a lo viejo, nuestra educación y nuestros prejuicios culturales nos hacen sentir verdadero
terror ante el "caos", ante situaciones o sentimientos
para los que no tenemos una respuesta preparada, ante
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cualquier cosa distinta de lo que ya conocemos y más
o menos controlamos, pero también es cierto que el
hombre está más abierto, más dispuesto para lo nuevo,
cuando está desorientado, confuso y no alcanza a comprender, por lo menos en su totalidad, lo que está ocurriendo. Siempre nace algo del caos, de nuestra naturaleza "bárbara", ordinariamente contrapuesta a nuestra
imagen civilizada y reprimida por ésta. Esto es lo que
hace un tránsito de Plutón: despojarnos de nuestra vestidura civilizada para que desde lo más profundo de
nuestra esencia surja a la superficie la realidad que somos, sea ésta la que sea. Sacar a la luz, o sea tomar
conciencia de lo que somos, es el paso previo para reorientarse, regenerarse y renacer. Ésta es la oportunidad que brinda Plutón. Depende enteramente de nosotros el aprovecharla o no. En este tránsito es donde podemos alcanzar la libertad, incluso respecto de nosotros mismos, es decir una libertad total.
Hay que estar permanentemente atento, la acción
de Plutón en su mayor parte está velada, no es por casualidad que el mito nos lo presenta llevando un casco
que le hace invisible. Las implicaciones de este tránsito con la totalidad de nuestro ser y las prolongaciones
en el tiempo -recuerden la lentitud y la perdurabilidad
del efecto de este planeta-, así como la profundidad y
sutilidad de su acción, hacen muy difícil establecer el
correcto significado de su influencia. Sólo la perspectiva que da el tiempo nos ayudará a encontrar sentido a
los cambios que, de seguro, produce en nuestras vidas
un tránsito de Plutón. Éste opera siempre a niveles
profundos, en nuestras zonas oscuras, su significado
nunca es obvio y es difícil de juzgar por los fenómenos
aparentes. Es más, su acción tiene por finalidad separar, liberar, lo perdurable de lo transitorio, ya sea el
alma del cuerpo, por el proceso de la muerte, o el yo
real, individual, de todas las estructuras de comportamiento que conforman la personalidad social. Es siem-
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-
pre un proceso de toma de conciencia, sea cual sea el
nivel en el que esto ocurre. Pero el tránsito de Plutón
siempre es dual, opera con ambos, la sombra y la luz,
lo viejo y lo nuevo, la muerte y la vida, y es absolutamente drástico, blanco o negro, y como representa el
final de un proceso, uno se libera o no, y el resultado
es totalmente irreversible.
La muerte y la destrucción, física o psicológica,
son el resultado de la falta de adaptación a nuevas circunstancias y exigencias, pero desde un punto de vista
elevado, la muerte es el confinamiento de la energía
en la forma, del espíritu en la materia, es la semilla
bajo tierra, que en su momento rompe la cáscara, lo
que ya no sirve, y engendra una nueva vida. Plutón, la
semilla, desciende hasta la oscuridad de nosotros mismos para, en su momento, después de destruir nuestros
apoyos y defensas, nuestras cáscaras, florecer y hallar
la luz.
Sin embargo, estas crisis plutonianas no son trascendentes, a menos que Urano y Neptuno hayan preparado previamente el camino. Es muy importante que
uno reconozca la inevitabilidad del cambio plutoniano,
enraizado en la propia estructura de las cosas y ante
el cual no hay escapatoria, y entender que éste es necesario en el actual estadio evolutivo personal.
Plutón-Sol
La conjunción Plutón - Sol es uno de los mas importantes tránsitos, si no es el más importante, que puede
suceder en la vida de un individuo. Da un vigor inusitado que capacita para barrer literalmente todos los obstáculos, generalmente viejos hábitos, que se oponen al
libre fluir de esta energía convertida en decidido propro-
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pósito y voluntad
voluntad. En consecuencia, es un tiempo de
grandes cambios, se abre un nuevo camino, un nuevo
orden, y se produce una completa reorientación de la
vida, que puede llevar a la iluminación a través de un
proceso de regeneración. Las decisiones que se toman
en este momento pueden ser decisivas para el resto de
la vida. Uno mismo se convierte en el artífice de su
futuro, pero no conviene olvidar que Plutón es un planeta trascendente y que sus energías no son fácilmente utilizables para propósitos egoístas o banales. Uno
es el canal de esta fuerza, no su propietario. La clave
está en usar esta energía para el propio progreso y no
para dominar a otros. Con este tránsito uno puede
creer que ha descubierto la verdad, pero en el mejor
de los casos sólo es "su verdad" y no debe caer en la
tentación de querer imponerla a los demás, aunque
piense que es "para su bien". Por otro lado, es conveniente que sea uno mismo el que conscientemente provoque los cambios y no dejar que éstos se produzcan
por ellos mismos, ya que entonces pueden ser demasiado drásticos.
Debe encarar partes de sí mismo que quizá no le
gusten pero que están ahí, y esto forma parte del proceso de conocerse, de verificar la esencial unidad que
uno es y hacer un uso adecuado de este conocimiento.
Esto produce poder y puede que tenga que asumirse alguna clase de autoridad sobre los demás, una responsabilidad que debe manejarse con sutileza.
Para la persona orientada espiritualmente éste es
el momento clave en que puede eliminar las trabas
que han impedido su progreso.
Por otro lado, y en sentido contrario, la cuadratura
y las casas y signos que involucra señalan el tipo de
"lección" que debemos aprender, lo que debemos cambiar y el área donde estos cambios se producen. En la
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oposición esto lo experimentamos a través de los demás. En estos casos, el tránsito de Plutón es realmente condicionante. Es una prueba, un test, de la fortaleza, energía y conocimiento de uno mismo. Esto se manifiesta de diferentes formas y acarrea toda clase de
crisis, estimula la ambición personal y saca a la superficie lo peor de cada uno. Autodestructivo y destructor de quienes le rodean, el yo se manifiesta con mucha fuerza y rechaza cualquier tipo de disciplina, aún
la propia, y por supuesto rechaza toda clase de autoridad. Este tránsito es peligroso porque a uno le parece
que todo está en contra y al mismo tiempo se siente
con fuerzas para destruir cualquier clase de obstáculo
u oposición. Lo único rentable en este momento es intentar saber lo que uno es y lo que uno necesita para
reconocerse como individuo.
Es inútil intentar rehuir las energías de Plutón, de
todas maneras éstas han de manifestarse.
Debiera evitar entrar en conflicto con los demás,
es un período difícil para las relaciones, tanto las íntimas como las más cotidianas, ya que es muy fácil verse envuelto en luchas por el poder, especialmente con
personas que detentan alguna clase de autoridad.
Puede causar graves problemas de salud y, en casos muy afligidos, la muerte física.
Plutón-Luna
La Luna sólo alumbra por la noche, y simbólicamente ésta representa el inconsciente del hombre, la parte
oscura de cada uno de nosotros que por lo general desconocemos pero que indiscutiblemente afecta nuestra
estabilidad y condiciona nuestra manifestación cons-
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ciente, el propósito y la voluntad símbolo de nuestra
parte solar.
También representa el pasado, la infancia, lo atávico y por consiguiente los patrones de conducta asimilados y heredados en estos períodos. La luminaria de
nuestra noche particular, la oportunidad de conocer
nuestra parte oculta, está representada por la Luna.
Se entiende entonces que el tránsito de Plutón, el dador de conciencia, sea la gran ocasión para conocer,
reorientar y reconstruir la base, los cimientos de nuestro edificio personal.
Este tránsito es tremendamente poderoso, activa diferentes áreas, facetas y complejos de nuestra personalidad que permanecían dormidos desde nuestra infancia. Nuestra racionalidad nunca se ha enfrentado a
ellos, ya sea por desconocimiento o por haberlos reprimido, y ahora aparecen con toda su fuerza. Nos hallamos ante situaciones y sentimientos crudos, urgentes e
intensos que evocan en nosotros respuestas infantiles
compulsivas, en lugar de actos propios de un adulto racional.
Es un tiempo de grandes cambios emocionales en
la vida del individuo que afectan a su entorno más inmediato, más personal, la casa, la familia y en especial, la madre. Potencia el deseo de hallar las raíces
de uno mismo, se manifiesta el lado receptivo, femenino, de la persona, así como la necesidad de experimentar dilatados momentos de intimidad. Uno puede aprender sobre aspectos de su personalidad que normalmente están ocultos y así comprender los motivos reales
de muchos de sus actos y estados de ánimo. Es un excelente tránsito para hallar el propio potencial y filosofía de crecimiento y progreso. Puede ser conflictivo
por la intensidad de sentimientos que provoca, pero se
trata de la necesaria preparación para una nueva
etapa de desarrollo.
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Lo superficial ya no produce satisfacción, la comprensión mental no es suficiente, el individuo necesita
sentir en profundidad y experimentar que su intuición
corre pareja a su razonamiento lógico.
Este tránsito ayuda al hombre, quizás a través del
conocimiento de una mujer, a darse cuenta de su lado
receptivo y a cambiar su concepto de lo femenino. En
una mujer, potencia su femineidad, al tiempo que le
hace replantear la idea que tiene de su papel femenino
en la vida.
En sentido inverso, cuando uno no puede o no quiere introducir los cambios necesarios, este tránsito produce una gran inestabilidad en las emociones, los estados de ánimo varían constantemente, se siente una necesidad compulsiva de cambio, de movimiento, aunque
no haya una dirección definida ni un propósito concreto.
Gran sensibilidad y tendencia a la depresión, que inclina al individuo a ofenderse a la más mínima insinuación. Enfatiza la naturaleza sensual y la tendencia,
por encima de cualquier consideración, a satisfacer los
propios deseos. En el nivel psicológico, reaparecen patrones de conducta que ya no son adecuados al presente, memorias del pasado que deben ser cambiadas o
reorientadas. No sirve de nada ignorarlas, hay que comprenderlas e integrarlas en el actual programa de
"adulto" para que su presión cese y no distorsione la
correcta percepción de los hechos. Es muy fácil durante este tránsito sucumbir a cualquier clase de obsesión. No hay que buscar fuera, las raíces del problema
están dentro de uno mismo. La oposición marca un periodo de extremas confrontaciones emocionales con los
demás, especialmente con la pareja. Luchas destructivas, tácticas subversivas, manipulaciones de todo tipo,
celos o complejos de culpabilidad. Relaciones posesivas
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que tienden a explosiones con grandes consecuencias
anímicas. Respecto a la salud física, pueden presentarse congestiones en el plexo solar y problemas digestivos.
Plutón-Mercurio
La función de Mercurio en el tema natal está bastante definida. Es, como se le suele llamar, el mensajero de los Dioses, el que relaciona una cosa con otra
y todas con todas, y en su significado más profundo es
conciencia. I.M. Hickey lo describe como "el pensador
más allá del mecanismo del cerebro" y sobre el tránsito de Plutón dice que "otorga el poder de conectar
con la Mente Universal".
Lo que sí está claro es que el tránsito de Plutón sobre Mercurio impulsa al individuo a llegar al fondo de
cualquier cosa que a uno le interese, a descubrir la
verdad más allá de la apariencia y enfoca la mente a
desentrañar el sentido último de la vida. Durante este
período la percepción está muy afinada y uno puede entender las cosas con mucha mayor claridad, aprender y
sacar provecho de este conocimiento. Es un buen tránsito para cualquier tipo de investigación y muchas veces aparece un desconocido interés por la metafísica y
el estudio de las leyes cósmicas que, por lo general,
provoca profundos cambios en las ideas y las opiniones
del individuo.
Una nueva comprensión de la vida, así como el poder de influir a los demás a través del propio punto de
vista, potencian una cierta necesidad de expresarse, de
comunicar a los otros lo que uno ha descubierto. Esta
persona no admite respuestas superficiales y lentamente va profundizando en las propias ideas. Es un tiempo
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para aprender y también para enseñar, si uno es lo suficientemente flexible como para evitar ideas fantásticas u obsesivas.
En sentido contrario, el mal uso de la energía plutoniana potencia el lado deshonesto de Mercurio. Superficialidad forzada debido a que el individuo no quiere
o no se atreve a encarar en profundidad su propia reorientación. Tendencia al engaño, a la crítica sarcástica
y maliciosa, a embrollar la situación y a aprovecharse
de las circunstancias. El individuo puede mostrarse fanáticamente convencido de su verdad e intenta imponerla a los demás. Puede haberse dado cuenta de que
el conocimiento es poder, pero si no lo maneja con exquisito cuidado puede producir trágicas consecuencias.
Crisis nerviosas y agotamiento mental suelen acompañar este tránsito si uno sobrepasa su propia capacidad
de trabajo. Obsesionarse por una idea, aunque ésta sea
perfectamente válida, no trae la paz, por lo menos hasta que se ha llegado al fondo de ella.
Plutón-Venus
Venus representa el amor, la capacidad de cohesión, la unión de dos o más elementos. Se produce, por
así decirlo, una especie de afinidad química. Este tránsito puede hacernos conocer lo que realmente es el
amor, liberándonos del sentimiento de posesividad con
el que generalmente lo confundimos. Durante este período uno entiende el amor no como una parte de la
existencia diaria sino como una experiencia trascendente que puede cambiar su vida por completo.
Este tránsito produce un gran efecto sobre las relaciones y la vida sexual del individuo. Éste experimenta
una gran fascinación por otra persona y se involucra
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totalmente en esta relación, no necesariamente satisfactoria, ya que este tránsito pone de manifiesto esquemas de conducta desconocidos hasta el momento
que juegan un importante papel en la atracción que
uno experimenta. Y esto muchas veces deriva en situaciones compulsivas y no muy racionales, puesto que lo
que se desea básicamente es una relación intensa, que
puede o no ser armónica, pero que en cualquier caso
es profundamente significante e importante en la experiencia vital del individuo.
Si durante este tránsito se empieza una relación
amorosa, cosa bastante frecuente, ésta se asienta sobre unas bases tan profundas que casi seguro hay algún
aspecto Kármico, algún tipo de compensación o retribución que hay que satisfacer y que muchas veces no resulta nada fácil.
Las relaciones ya existentes también se intensifican durante este tránsito, se vuelven menos rutinarias,
la necesidad de gratificación, trascendencia y profundidad psicológica es mayor y más urgente que de costumbre. Las bases de esta relación pueden experimentar
cambios considerables, hallar nuevas facetas creativas
que tienen el poder de transformar la relación y la vida de esta persona. O por el contrario, este tránsito
puede acabar con una unión que ya no es satisfactoria
o que no cumple los requisitos mínimos para afrontar
la nueva perspectiva que Plutón ofrece.
Este tránsito se caracteriza por otorgar una gran
sensibilidad hacia los demás, al mismo tiempo que una
actitud impersonal hacia uno mismo. En general reorienta, por las buenas o por las malas, las relaciones
emocionales entre las personas. Esta energía se puede
sublimar y aparecer durante este tiempo una desconocida habilidad creativa, una actividad artística capaz de
satisfacer la sensibilidad y el sentido del goce poten-
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ciados por este tránsito. O por el contrario, degenerar
en un exagerado sensualismo hasta el punto de que uno
sólo está interesado en satisfacer las sensaciones físicas, al margen de cualquier incremento de conciencia
y crecimiento como ser humano. Como Venus rige Tauro, el polo opuesto a Escorpión, hay que escoger entre
autoindulgencia y autodominio.
El uso incontrolado o incorrecto de la energía de
este tránsito potencia a la vez la parte sexual de Plutón y la sensual de Venus. Y si en el tema natal estos
planetas están muy afligidos puede producir toda clase
de exageraciones, excentricidades y aberraciones, así
como el comercio de estos actos. Es un aspecto que se
halla en temas de prostitución, de la clase que sea.
Introduce en la vida de la persona tanto la necesidad como la oportunidad de transformar completamente las relaciones. Y por esto suele producir rupturas,
generalmente rápidas y bruscas. Pero si uno aprende la
lección de no confundir el amor con la emoción, puede
evitarlo, o bien separarse sin resentimiento ni cólera.
En ambos casos, ha aprendido y ya no volverá a pasar
por esta experiencia. Sabe que el amor es más un principio que una emoción.
En otro orden de cosas, si Venus está afligida en el
tema, será mejor evitar las especulaciones financieras.
A nivel de salud se puede detectar poca resistencia a
las infecciones siendo las zonas más propensas la garganta, riñones y órganos generativos. En lo posible, no
abusar de dulces y pasteles o de cualquier otra indulgencia culinaria.
Algunos astrólogos esotéricos afirman que este
tránsito puede significar para el discípulo en el sendero de regreso "la noche oscura del alma" y que una
vez superado proporciona una extraordinaria percep-
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ción y desarrolla un gran poder de creación.
Plutón-Marte
La fuerza expresada en acción. Este tránsito involucra una tremenda energía física. En este período uno
se siente capaz de obtener todo lo que desea, es el
tiempo de superar todos los obstáculos y triunfar en
cualquier área de la vida en que uno tiene puesto su interés. Existe una fuerte necesidad de usar esta gran
cantidad de energía y es difícil, y generalmente nocivo, acumularla.
Con este tránsito se pueden hacer grandes cosas,
todo lo que requiere esfuerzo es ahora más fácil debido a que el particular estado de ánimo lo hace parecer
así. A este individuo le sobra estímulo, fuerza y capacidad para trabajar duro y esto es precisamente lo mejor que puede hacer con esta energía. Lo que no conviene, bajo ningún concepto, es almacenarla. Sea como
sea hay que liberarla.
Plutón es el planeta de la transformación y Marte
aporta la necesaria energía para ello.
Marte también representa la capacidad de supervivencia del ego, de la personalidad, y Plutón cumple esta misma función respecto al espíritu. Este tránsito enfatiza la identidad individual, el yo separado de los demás. El peligro estriba en que en el proceso de expansión del yo, uno trate de dominar a los demás, a lo
que por supuesto éstos se resisten. Entonces el individuo experimenta esta energía como obstáculo que se
opone a su desarrollo. Esto se puede evitar estimulando a los demás y haciendo frente común en la consecución de los ideales, ya sean éstos de orden físico, emo-
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cional o mental.
El uso adecuado de esta energía vitaliza y regenera la salud. O por el contrario, el uso incorrecto agota
las fuerzas en el transcurso de la larga lucha. Dicho
de otra manera, hay que usar la energía, pero no abusar de ella.
Este tránsito impone la iniciativa sobre la reflexión y esto marca un período difícil. Si se actúa sin un
mínimo de control la parte negativa de Plutón se suma
a la negativa de Marte y el resultado es explosivo.
Nuestra parte más animal tiende a desbordarse. La acción bruta, sin matizar, los juicios apresurados y la
presión de esta energía a punto de estallar, hacen muy
fácil que la cólera y la violencia sean el medio usado
para dar salida a esta fuerza.
Como antídoto se debería usar, más que nunca, el
buen juicio de Júpiter, el hermano celeste de Plutón, y
la benevolencia de Venus, el polo complementario a
Marte.
Mientras dura el efecto del tránsito se potencia la
tendencia antisocial, las actividades subversivas de todo tipo y, en casos muy extremos, de gran conflictividad en el tema natal, la posibilidad de rapto, violación
sexual y muerte. Es un aspecto corriente entre asesinos y asesinados.
La mezcla de energías que involucran los aspectos
entre estos dos planetas es demasiado poderosa para
retenerla, por lo que es preferible darle salida antes
de que nos haga daño a nosotros mismos. Hay que expresar esta fuerza y se puede hacer de forma constructiva o destructiva. Bien usada es una oportunidad que
vale la pena aprovechar.
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Plutón-Júpiter
El paso de Plutón en aspecto con Júpiter, el gran
benéfico, difícilmente puede ser muy malo y sí en cambio extraordinariamente útil y afortunado. La persona
experimenta una sensación de optimismo, vitalidad, positivismo y esperanza y este estado de ánimo propicia
el éxito en cualquier empresa que uno se proponga.
Es una excelente ocasión para incrementar las facultades personales más elevadas, se pueden alcanzar
niveles de superconsciencia, una ampliación del juicio
y, si uno se mueve en el sendero espiritual, ayuda de
fuentes extraordinariamente elevadas y, por lo común,
poco accesibles.
Júpiter tiene relación con la fe y el espíritu y durante este tránsito los ideales son más elevados que de
ordinario. Uno se siente atraído por los grandes sistemas de pensamiento que intentan explicar la sociedad
o el universo como un todo. Uno tiende a compartir
las ideas que le han sido útiles, que han ampliado su visión, y es fácil en este período que se erija en profesor, en maestro. Cuanto más divulga los conocimientos
e intuiciones a los que ha llegado, más y más profundos éstos se vuelven. Júpiter rige tanto la enseñanza
como el estudio y éste se convierte en un placer y en
una pasión, especialmente el estudio de las distintas filosofías relacionadas con lo universal. Plutón, el planeta de la regeneración, induce también al estudio de
cualquier forma de curación, especialmente las poco
"ortodoxas", desde la curación por la fe, hasta el más
alambicado sistema de fórmulas alquímicas, sin olvidar
la faceta drástica de Plutón, que prefiere la preventiva amputación, si la estima necesaria.
Generosidad, integridad personal y honorabilidad,
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que durante este tránsito pueden ser reconocidas por
los demás en forma de premios, títulos y honores. Una
parcela de gloria que se puede conseguir, pero que no
debiera ser el principal motivo de actuación, de lo contrario se manifiesta el lado negativo de Plutón y éste
se vuelve en contra de uno mismo. La clásica expansividad de Júpiter, acrecentada por la presión interna de
Plutón tiende a excederse a sí misma. Desmesura y falta de control, deseo de ser importante, social y económicamente, de amasar poder, de organizar y controlar
todo y, en algunos casos, de explotar a los demás bajo
una fachada de honorabilidad. Delirios de grandeza, de
omnipotencia, arrogancia y autosuficiencia. Inclinaciones mesiánicas, crisis, pérdida de reputación, gastos excesivos y, en general, excesos de todas clases.
El exceso de autoconfianza puede traducirse en la
actitud del que cree que posee la verdad, en el sentimiento de que las propias ideas o lo que uno hace son
más importantes que los actos de los demás. O a verse
envuelto en alguna secta o grupo de los que no aceptan alternativas a su dogma. Esta actitud puede acarrear problemas con la legalidad. El secreto está en
mantener el sentido de la proporción. Elucidar la justa
medida comporta durante este tránsito comprensión y
sabiduría.
Plutón-Saturno
Saturno es el constructor por excelencia, rige los
huesos, la estructura de nuestro cuerpo, pero también
rige la piel, nuestro límite. A medida que vamos creciendo y a través de las experiencias saturninas, edificamos la estructura de nuestra personalidad. Ésta pronto se convierte en el punto de apoyo, en el bastón que
da seguridad, pero al mismo tiempo hemos construido
- 139 -
nuestro corsé, nuestra cárcel particular.
Plutón es el planeta de la transformación, de la
inevitable regeneración, y cuando transita en aspecto
con Saturno -la resistencia al cambio, el símbolo de lo
sólido, de lo cristalizado- marca un periodo de fuerte
tensión, de cambios que sólo se producen a través de
un esfuerzo continuado. Este tránsito aumenta la persistencia, tenacidad, paciencia y sobre todo la responsabilidad del individuo y para ello crea las circunstancias ambientales y las condiciones psicológicas, el campo de cultivo, donde estas características puedan florecer.
Plutón elimina, para regenerar, todas las partes de
nuestra estructura básica que ya no son útiles para
nuestro progreso, puede suprimir todo lo que nos ata
al pasado, relaciones, ideas, posesiones, dinero, estilo
de vida y dejarnos en lo mínimo vital. Intenta enseñarnos que todo eso no somos nosotros, hemos de aprender a estar solos con nosotros mismos y esto al principio puede producir estados de desorientación, melancolía, depresión y desesperanza.
Los cambios pueden ser bruscos, pero el proceso es
lento, gradual y profundo y uno aprende a manejarse
solamente con lo esencial reemplazando la vieja estructura por otra menos aparente pero más sólida, a la
vez que sutil, y por supuesto más duradera y adecuada
a las presentes necesidades evolutivas.
Plutón pone de manifiesto los fallos de nuestra estructura, muestra cualquier tipo de debilidad oculta en
el subconsciente, toca el punto débil. Por así decirlo
mete el dedo en la llaga. Precisamente en los momentos en que nuestra resistencia es más baja, cuando nos
sentimos más fatigados, pone a prueba la habilidad, poco común, de aceptar la responsabilidad que implica
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encarar nuestras debilidades menos conocidas. Esta situación es necesaria y en este tránsito la fuerza de
Plutón incrementa nuestra responsabilidad, paciencia y
persistencia en el esfuerzo que, de una forma lenta pero poderosa, puede conducirnos a la recompensa de la
integración de uno mismo, de nuestras dos caras. Una
vez conseguida esta totalidad, existe la posibilidad de
integrarla en otra realidad aún mayor. No olvidemos
que Plutón es un planeta transpersonal y que está íntimamente ligado al inconsciente colectivo.
Una cierta dosis de humor y el no tomarse a sí mismo demasiado en serio pueden ser un buen antídoto
frente a la tendencia depresiva y autodestructiva propia de la dificultad de este tránsito.
Plutón-Urano
Aunque uno experimenta los efectos de las energías de estos dos planetas en la esfera de lo personal,
las causas no tienen su origen en lo particular sino en
lo general. Todos los planetas más allá de Saturno se
relacionan con lo colectivo, con el destino de la humanidad como un todo y no de cada individuo aislado,
aunque nuestra participación en el proceso pueda ser
singular y nos afecte profundamente en lo individual.
Urano y Plutón representan dos fuerzas muy profundas
dentro del universo y una muy buena forma de usarlos
es aprendiendo como funciona éste. Nadie puede predecir con exactitud lo que hará Urano, pero pase lo que
pase, sucede de forma imprevisible, de repente, y cambia totalmente la situación.
La energía de Plutón es invisible, trabaja en las
profundidades purificando y redimiendo la conciencia y
sus efectos son para siempre. La combinación de estas
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-
dos fuerzas puede simbolizarse como revolución creativa. Plutón aporta profundidad a la capacidad de cambio de Urano. Todo esto se manifiesta en forma de
cambio, generalmente cambio en la colectividad. Por
la lentitud de estos planetas sus aspectos son generacionales, en los que uno puede ser parte activa si tiene Urano fuerte en el tema o simplemente reaccionando a esta presión ambiental. Estas dos energías se experimentan en lo personal como un fuerte deseo de libertad y los que están atentos captan rápidamente que
la libertad sólo viene cuando uno no se preocupa de si
es libre o no, renuncia a su propia voluntad y permite
que sea la voluntad del universo, la ley o el orden del
cosmos, como se le quiera llamar, el que opere a través suyo. Los flashes de intuición rompen con cualquier dogma u ortodoxia, la inspiración revela la verdad a los que están preparados y esto produce un proceso de profunda transformación. Originalidad y genialidad, aumento de poder en los niveles internos de conciencia, desarrollo de la visión espiritual y de la intuición. Incremento de la vitalidad física.
Estos cambios, cuyos orígenes hay que buscarlos
años atrás en la mayoría de ocasiones, separan claramente este período de todo lo anterior, es un desplegarse del pasado y un enfoque hacia el futuro, se experimenta una excitación por lo nuevo, por lo oculto y
por lo científico.
Propicia el estudio de todo lo que en aquel momento aparece como revolucionario, desde los ordenadores
a la ciencia espacial pasando por la astrología.
Durante este tiempo uno va más allá de las meras
apariencias, profundiza en dimensiones insospechadas,
su vida se enriquece con estos conocimientos y tiene
la oportunidad de conseguir
algo extraordinario, lejos
de las ordinarias perspectivas. Uno puede sentirse nue- 142 -
vo y libre.
Por el contrario, también puede ocurrir que el individuo experimente pocos cambios en su vida personal.
Sin embargo, todo lo que está a su alrededor sí sufre
grandes transformaciones. Para esta persona, la prueba
consiste en adaptarse a estos cambios. La resistencia
y rigidez sólo empeoran la situación, si uno mantiene
la misma actitud que antes, si se empeña, en permanecer inalterable, puede sufrir bastante. Cuanto más flexible, mejor irá todo el proceso. Luchar contra corriente le convierte a uno en víctima de ella y estando Urano involucrado es imposible prevenirse.
Otro peligro consiste en cambiar, por el mero gusto de cambiar, sin discriminación alguna, todo lo viejo,
todas las antiguas condiciones, sin tener en cuenta que
muchas de ellas todavía son útiles y perfectamente válidas. Esto hace al individuo errático, sin base sólida y
caprichoso, determinado a hacer sólo lo que le gusta
sin tener nada más en cuenta. Si el tema está afligido
se puede erigir en ley y usar la violencia para conseguir lo que quiere. Plutón representa persuasión en su
octava elevada pero también coacción en su faceta negativa.
Es conveniente recordar que uno obtiene más resultados con miel que con vinagre.
Plutón-Neptuno
Plutón es una fuerza motriz, es una potencia que
todo lo mueve, Neptuno simboliza la capacidad de fabular, de imaginar. En un nivel muy elevado Neptuno
da forma al impulso inicial de Plutón. En la alternancia uno-dos, activo-pasivo, representan el primer par,
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la primera relación ying-yang, el principio del primer
ciclo.
El tránsito de Plutón a Neptuno marca una fase de
este primer ciclo y opera a niveles muy profundos del
inconsciente colectivo. Se manifiesta en cada uno de
los individuos que componen las generaciones con el
mismo aspecto de una manera muy sutil, casi imperceptible, transformando sin que uno mismo se dé cuenta los valores, ideales, propósitos y visión que cada
uno tiene del mundo. Puede ser que uno constate durante estos tránsitos que lo que constituía todo o parte de su andamiaje para andar por la vida ya no le interesa más, se da cuenta de que hasta ahora ha vivido
en una ilusión y puede que esto le desoriente, pero lo
mismo que le ocurre a él está sucediendo a toda su generación, no está solo y esto es importante tenerlo en
cuenta porque la solución a su problema es mucho más
fácil que venga del contacto con las personas de su
misma edad que individualmente. A un problema global
le corresponde una solución global. A pesar de que esto es cierto, si uno quiere contrastar su perspectiva de
la vida con otras visiones distintas debe buscar personas mayores, o más jóvenes. Los de su misma edad le
comprenderán, pero desde su mismo punto de vista.
Es un buen momento para hacer realidad un ideal
de años precedentes y si se usa este tránsito de manera elevada produce una inextinguible energía espiritual. Es el tiempo de encontrar compañeros en el sendero espiritual y de avanzar en compañía de los espiritualmente despiertos. Por la práctica de la meditación
durante este tiempo se sensibiliza a los mundos internos y se puede poner en actividad la glándula pineal.
Aunque uno tenga una visión materialista del mundo, durante este período se siente inclinado a buscar
una explicación más profunda de los fenómenos de la
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vida, a trascender en cierta manera la superficialidad
en que ordinariamente nos movemos, de explorar dimensiones más allá de lo aparente.
En un sentido totalmente opuesto, este tránsito
puede llevar a la persona a la más profunda degradación. Aquí uno se enfrenta a la propia idealización, no
a la realidad, que tiene del mundo, se ve forzado a conocer los propios fantasmas -nada hay tan neptuniano
como un fantasma- y en muchos casos esto se traduce
en una forma u otra de escapismo, desde el incremento de la actividad onírica al consumo de alcoholes y
drogas. Uno puede perderse, otro concepto típicamente
neptuniano, en variadas abstracciones. El carácter se
vuelve inestable, fluctúa entre la hipersensibilidad y la
bobería, el sentido de los valores se distorsiona. Delirios, locuras y complejos de persecución son habituales.
Discriminar entre lo que es y lo que aparenta ser
es imprescindible.
Plutón-Plutón
Los aspectos por tránsito de Plutón sobre el Plutón
radical son etapas dentro de un mismo proceso creativo de evolución y su manifestación depende mucho de
los aspectos y situación del Plutón natal. Es como si,
de cuando en cuando, a uno le recordasen su programa. Son momentos para profundizar en el propio propósito y si uno está en la línea que le corresponde pueden ser períodos de gran estabilidad y reafirmación
dentro del proceso.
En el caso específico de la cuadratura también es
así, pero con la particularidad de que todos los elemen- 145 -
tos acumulados durante el ciclo, y que deben ser revisados porque ya no sirven, se ponen en evidencia. Y
aunque uno no quiera, se ve forzado a eliminarlos, ya
sean éstos hábitos, situaciones creadas o relaciones. Es
una ocasión para tomar conciencia del destino particular dentro del destino general.
Plutón es tan lento que en el
tual de la humanidad sólo llega a
portante, la cuadratura, a partir
Y en el caso de vidas dilatadas,
ochenta y los noventa.
promedio de vida achacer un tránsito imde los sesenta años.
el trígono, entre los
Los tránsitos de Plutón en las casas
Plutón es muy lento y sus tránsitos por una casa se
manifiestan durante mucho tiempo y de las más variadas maneras, dependiendo de los aspectos con otros
planetas, los cuales le sirven a la vez de reductores de
su tremendo potencial y de cauces de expresión.
No tendría sentido dedicar varias páginas a lo que
representan estos tránsitos, en primer lugar porque sería una repetición de lo expuesto en Plutó
Plutón en las cacasas y, en segundo lugar, porque al manifestarse a través de los aspectos con otros planetas hay que combinar las características de ambos, así como la significación de las dos casas donde se manifiesta este tránsito.
Si se tiene esto en cuenta no es difícil deducir los
posibles efectos de Plutón.
Lo que sí ocurre con frecuencia, y vale la pena recordarlo, es que las casas señalan las circunstancias y
situaciones en que el individuo se ve envuelto. Y por
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regla general Plutón en tránsito actúa más sobre estas
circunstancias que directamente sobre el individuo,
aunque indefectiblemente éste experimenta las consecuencias de los cambios de su entorno.
Por supuesto ios tránsitos más potentes son los que
involucran casas cardinales (una-cuatro-siete y diez),
pero aún en estos casos el individuo puede pasar mucho tiempo sin experimentar en lo personal cambio alguno, sin darse cuenta de lo que ocurre o sin saber
que se debe al tránsito de Plutón, pues como ya se ha
dicho éste no actúa directamente más que en casos
muy especiales y en personas altamente evolucionadas,
que puedan captar el elevado voltaje del planeta sin
ser automáticamente destruidos.
En todas las demás, los tránsitos de Plutón hay que
interpretarlos a través de los aspectos con los planetas
más personales.
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