ALGUNOS ANTECEDENTES SOB E LA 1 CI 1 Rendimiento, superficie sembrada y potencial , uso intensivo del suelo y mano de obra Roberto A/varado A. 1 Cosecha de parcelas experimentales del Programa Arroz. (Foto M. Vildósola). INTRODUCCION 11ng. 28 Agrónomo, M.S. Programa Arroz. En nuestro país el cultivo del arroz se realiza en forma comercial por algo más de 50 años. En el censo del año 1935, aún no aparece entre los cereales cultiva~ dos en el país; las primeras estadísticas que se conow cen corresponden a la temporada 1937 /38. Durante todos estos años el cultivo ha evolucionado en diversos aspectos. En el presente artículo se analiza la situación en relación a rendimiento, área de siembra anual, superficie potencial, efecto del uso intensivo del suelo y efecto en la mano de obra, en base a antecedentes de INE, ODEPA, Ministerio de Agricultura e INIA. IPA QUILAMAPU NO 45, 1990 40 - - - - -1 - - - - - - .• 10 - o _7¡39 ' O/lili 15/49 50/54 55759 60/64 65/69 70/74 75/79 80/84 85/89 Período Figura 1. Rendimiento de arroz en Chile en períodos quinquenales a partir de 1937. ' Rendimiento Al analizar el rendimiento de arroz por períodos quinquenales (Figura 1) se observa que entre los años 1937 a 1944 el rendin:iento fue del orden de 38 qq/ha; posteriormente se produce una disminución de los rendimientos, llegando a su menor valor en el período 1955-59 en que se r~portan 26_qq/ha. Se inicia una recuperac1on a partir de los años setenta, alcanzando en el último quinquenio de los ochenta un promedio de 41 qq/ha, lo que representa un incremento de rendimiento de alrededor de un 60% en los últimos 20 años. Estos resultados han sido posible debido a la mejor tecnología utilizada por 1os agricultores, representada principalmente por variedades, control de malezas y fertilización. Superficie sembrada El arroz ha sido sembrado, en sus 35 años de cultivo, desde la provincia de Concepción por el sur, a la provincia de Valparaíso por el norte, donde se cultivaron sólo 12 hectáreas en el año 1939/40. Posteriormente el área productora de arroz se extendió desde la Región Metropolitana por el norte hasta la provincia de Ñuble. En la última década el cultivo del arroz se ha ~encentrado sólo en las VI, VII y VIII regiones (Cuadro 1). La VII Región mant!ene su predominancia como principal area productora de arroz en el país. La VI Región ha disminuido su importancia relativa, en tanto que la VIII Región la ha venido aumentando. Por el momento no es factible un mayor aumento de superficie en esta última región. Si bien es cierto que la VII Región ha mantenido su importancia como región arrocera, a través del tiempo se ha producido un desplazamiento del cultivo hacia la provincia de Linares, la cual sembró el 50% de la superficie cultivada con arroz en la temporada 1988/1989. Por otra parte la provincia de Talca ha ido disminuyendo la superficie de suelos dedicada al cultivo de este cereal (Cuadro 2). Esto puede explicarse 29 Cuadro 1. Distribución porcentual por regiones de la superficie sembrada con arroz. Región 1939/40 Metropolitana 1943/44 1961/62 1964/65 1975/76 1980/81 1988/89 o.o 3t2 3,1 1,8 1,4 0,2 VI 41,6 27,9 21,3 19,9 35,4 26,4 16,0 VII 52,6 61,3 70,0 68,1 51,4 56.2 63,8 VIII 2,5 7,7 6,9 10,6 13,0 17,3 20,2 Cuadro 2. Distribución porcentual de la superficie sembrada con arroz en las provincias de la VII Región. Provincias 1939/40 1943/44 1961/62 1980/81 1988/89 5,2 3,6 4,3 0,01 0,01 42,8 34,0 32,5 21,00 12,40 4,5 23,8 33,2 35,00 50,00 Curicó Tal ca Linares por la diversificación de cultivos en el área al norte del río Maule; así es como la superficie de arroz en la provincia de Curicó es baja, y puede considerarse no significativa dentro del contexto nacional. Superficie potencial Estudios realizados en la Estación Experimental Quilamapu, en base al Proyecto Aerofotogramétrico, y considerando la textura, drenaje, subsuelo impermeable y posibilidades de riego, indicaban que había 250.000 ha, entre la VI y VIII regiones en el año 1980 (Cuadro 3) potencialmente aptas para el cultivo del arroz. Actualmente la producción de arroz está concentrada en un 80% en las provincia de Linares y Ñuble. Las provincias consideradas en este estudio, O'Higgins, ahora Cachapoal, y Curicó, no debieran considerarse en este momento como áreas potenciales de siembras de arroz, ya que la primera no está apareciendo en las es- 30 tadísticas como área arrocera, y en la segunda la superficie anual sembrada no es significativa en el contexto nacional. Por otra parte, la provincia de Talca ha disminuido la superficie sembrada, por lo que se puede afirmar que actualmente la superfi~ cíe potencial de cultivo de arroz no supera las 100.000 ha, pudiendo alcanzar un máximo de 177.000 ha (Cuadro 3). Una encuesta realizada en las provincias de Linares por Klee y Sepulveda (1989) indica que las rotaciones dominantes en todos los estratos de superficie son: arrozpradera~arroz y arroz~pradera-pradera­ arroz, lo que indica un uso altamente intensivo de este tipo de suelo en el cultivo del arroz, encontrándose siembras de arroz sobre arroz en el 25% de los predios pequeños. Un 100% de los predios pequeños e intermedios hasta 12 HRB (hectáreas efe riego básico), tienen rotaciones de arroz altamente intensivas, en tanto que el 80% de los predios con más de 12 HRB presenta este tipo de rotación. IPA QUILAMAPU Nª 45, 1990 Cuadro 3. Superficie potencial de suelos arroceros según capacidad de uso (ha). Superficie suelos según capacidad de uso Regiones Potencial Sólo IVw VI 86.116 31.7161 14.1853 VII 155.125 134.1522 64.0923 11.237 11.237 11.237 252.478 177.105 89.514 VIII Total 1 Sin lllw y IVw considerar a Cachapoal. Curicó ni suelos 2 Sín considerar a 3 Sólo suelos IVw. mw de Talca. w: Problemas de drenaje. Estos datos indican que el arroz esta principalmente concentrado en alrededor de 100.000 ha y probablemente en mayor parte en suelos de capacidad de uso de tipo IVw. El caso de la provincia de Ñuble es indicativo de esta situación, pues teniendo una superficie potencial que alcanza a las 11.237 ha, llegó a sembrar sobre 8.000 ha en la temporada 1988/1989. Consecuencias del uso intensivo del suelo A pesar del uso más intensivo de los suelos, los rendimientos han aumentado (Figura 1) debido a la mejor tecnología utilizada por los agricultores arroceros . Pero esto ha traído una serie de consecuencias, como mayores costos de producciónl mayor infestación de malezas y disminución de la fertilidad natural de los suelos, encontrándose actualmente respuestas no tan sólo a las aplicaciones de nitrógeno, sino que de fósforo y probablemente potasio en algunos suelos, aparición de enfermedades como pudrición del tallo. Además en las últimas temporadas se ha detectado arroz rojo, que podría llegar a ser una limitante en la producción, por las restricciones impuestas en la comercialización. IPA QUILAMAPU N2 45, 1990 31 Efecto de la mano de obra COMENTARIO FINAL Los costos de mano de obra para el cultivo de arroz han subido fuertemente, debido a la demanda que ejerce la hortofruticultura en expansión en la zona. Este costo ha alcanzado sobre el 45% de los costos directos, cuando anteriormente no superaba el25%. El cultivo del arroz en Chile ha experimentado una evolución, que se traduce en mayores rendimientos, producto de mejores técnicas de producción. Sin embargo, la superficie utilizada en rotación ha disminuido, por la presencia de otras alternativas de producción, lo que está llevando a un uso más intensivo del suelo, con aparición de limitantes productivas que no se habían detectado en el pasado y un encarecimiento de la mano de obra, que obliga a pensar seriamente en la mecanización del cultivo y en la nivelación de suelos. Por lo anterior el cultivo deberá mecanizarse, principalmente en las faenas de cosecha, lo que implica la necesidad cada vez más imperiosa de ir hacia una nivelación de suelos, que permitirá entre otras cosas, mecanizar todas las labores y reali· zar un manejo más eficiente del agua, lo que a su vez mejorará el establecimiento del cultivo, el control de malezas, y el secado de suelo para cosecha con automotrices. 32 La agricultura moderna exige mayor tecnología, y en la medida que ésta se produzca y que los productores de arroz la apliquen, podrán producir en forma rentable, abasteciendo de esta forma el mercado nacional y eventualmente se podría pensar en la exportación. IPA QUILAMAPU N~ 45, 1990