5 unidad - IES Bachiller Sabuco

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UNIDAD
5
El dominio europeo del mundo
a teoría de los ciclos económicos de Kondratieff intentó explicar que el sistema capitalista
seguía un comportamiento alternante en el que, a momentos de expansión, le sucedían
otros de crisis cuya recuperación acababa de nuevo en una etapa de superproducción
que conducía a una nueva crisis. La duración de cada ciclo completo sería, aproximadamente, de
50 años. Cada dos ciclos, la Revolución Industrial se vería en la necesidad de adecuarse a las
circunstancias y, como se vio en unidades anteriores, tendría que cambiar sus elementos: materias
primas, fuentes de energía, medios de transporte, tipos de industrias, capital, etc.
L
Como se recordará, estas oscilaciones
de la economía enmarcaron y explicaron
algunos de los hechos políticos estudiados
hasta el momento: la crisis del periodo
1814-1849 estuvo latente en las
revoluciones de 1820 y 1830, e influyó
claramente en el desastre de1848; y el
despegue económico del período
1849-1873 algo tuvo que ver con el auge
de la burguesía conservadora que dirigió
los procesos de unificación de Italia y
Alemania, y que apoyó al Imperio francés
de Napoleón III.
z Esquema de los ciclos Kondratieff.
Los acontecimientos de esta unidad tendremos que ponerlos en sincronía con la etapa crítica
de 1873-1896. La superproducción volvió a afectar a una Europa en gran medida industrializada,
la cual, –en contra de sus convicciones liberales– se vio obligada a poner barreras aduaneras
proteccionistas. El agotamiento de la Primera Revolución Industrial hizo necesario un recambio, ya
estudiado con el nombre de Segunda Revolución Industrial. Pero además, la necesaria búsqueda
de mercados exteriores y el deseo de prestigio internacional llevó a los países europeos a repartirse
el mundo en una etapa histórica que llamamos Colonialismo.
El desarrollo industrial consecuente, basado en gran medida en industrias armamentísticas, y
las discrepancias causadas por el reparto colonial nos conducirán, en la etapa de 1896-1920, al
primer enfrentamiento bélico de ámbito universal: la Primera Guerra Mundial.
98
ÍNDICE DE CONTENIDOS
Página
1.
2.
3.
4.
5.
LAS GRANDES POTENCIAS EUROPEAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .100
LA PRESENCIA EUROPEA: EXPLORACIONES, EMIGRACIONES Y COLONIALISMO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .104
FASES Y FORMAS DE LA ADMINISTRACIÓN COLONIAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .107
ETAPAS DE LA COLONIZACIÓN: EL REPARTO DE ÁFRICA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .109
DOS NUEVAS POTENCIAS EXTRAEUROPEAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .116
COLONIALISMO
ETAPAS
SISTEMA
ECONÓMICO
OBJETIVO
FORMAS
DE OCUPACIÓN
MÉTODOS
ÁMBITO
SIGLOS
XV-XVIII
MERCANTILISMO
ESCLAVOS
METALES PRECIOSOS
ESPECIAS
ENCLAVES
CONQUISTA
Y DERECHOS
HISTÓRICOS
ASIA
ÁFRICA
AMÉRICA
CAPITALISMO
INDUSTRIAL
Revolución Industrial
Iª fase
MATERIAS
PRIMAS
FUENTES
DE ENERGÍA
PENETRACIÓN
DESDE EL
ENCLAVE
OCUPACIÓN
EFECTIVA
ISLAS
S.XIX
PUNTOS
ESTRATÉGICOS
1873
CAPITALISMO
MONOPOLISTA
Revolución Industrial
IIª fase
MATERIAS PRIMAS
FUENTES DE ENERGIA
COLONIAS DE
EXPLOTACIÓN
INVERSIÓN DE
EXCEDENTES DE
CAPITAL
COLONIAS DE
POBLAMIENTO
ESTABLEC. DE
EXCEDENTES DE
POBLACIÓN
PROTECTORADOS
1885
Conferencia de
Berlín
ASIA
OCEANÍA
AMÉRICA
REPARTO
IMPERIO
CONTINUO
99
ÁFRICA
UNIDAD
5
EL DOMINIO EUROPEO DEL MUNDO
1. Las grandes potencias europeas
Desde los años setenta, se fueron consolidando en Europa el sistema democrático y los principios
liberales en manos de la burguesía. En realidad se trató de un desarrollo paralelo al auge de la segunda
Revolución Industrial en cuyos beneficios aquélla se apoyó. Por otro lado, el nacionalismo moderado
de comienzos de siglo se fue exasperando hasta llegar a una histeria nacionalista que provocó
desconfianza entre los Estados. La política realista y a veces cínica de los Estados hizo aumentar la
desconfianza entre ellos, y sólo la habilidad diplomática de Bismarck mantuvo a Europa en una auténtica
paz armada. Cuando el militarismo, surgido con intención defensiva y de prestigio y alimentado por
la generalización del servicio militar, se vio empujado por el nacionalismo agresivo y recibió el apoyo
del capitalismo moderno (con necesidades expansionistas), la solución bélica se impuso sobre el
equilibrio y sobre la paz, con consecuencias nefastas para todos –incluidos los vencedores–.
1.1. La Inglaterra victoriana
El reinado de la Reina Victoria (1837-1901) ocupó una larga época de estabilidad política y parlamentaria
gracias a la alternancia en el poder de los partidos conservador y liberal y a la progresiva ampliación
de la base social en el juego democrático que ambos partidos supieron impulsar, según estudiamos
en la unidad 3ª.
Pero también fue un momento de poderío económico. El liberalismo se identificó con lo inglés y
fue defendido por todos los partidos y proyectado a todo su Imperio. Su indudable predominio
económico, su prestigio internacional demostrado y la seguridad del país en su propio sistema le
aportaron un peculiar poder hegemónico de gran potencia mundial que se conoció como "espléndido
aislamiento".
La reina Victoria continuó con la tradicional política previsora de adquirir puntos estratégicos en
el mar (Gibraltar, Ascensión, Santa Elena, Islas Mauricio y Seichelles, Ceilán, Malta, Chipre, Freetown,
El Cabo, Las Malvinas, Adén, Singapur...) y amplió y completó sus posesiones en tres continentes
(Asia, América y Oceanía). Además, desde mediados del siglo XIX sus gobiernos fueron dando regímenes
parlamentarios autónomos a sus posesiones de mayoría blanca y convirtiéndolas en Dominios, como
fue el caso de Canadá, Nueva Zelanda, la República Sudafricana y Australia, y en 1879 quedó constituido
el Imperio de las Indias. La Guerra del Opio permitió a los ingleses que China les cediera en 1842 la
isla de Hong Kong y abriera cinco puertos a sus comerciantes.
Desde 1869 (apertura del Canal de Suez) los británicos centraron su interés en África. En 1873
Inglaterra compró el principal lote de acciones del Canal a Egipto y pasó a controlarlo, en condominio
con Francia. En 1882, aprovechando agitaciones y protestas en Egipto lo ocupó y lo puso bajo soberanía
inglesa. Iniciada a finales de siglo la colonización de la costa de Zanzíbar y de Nigeria tenía, junto a
Egipto y El Cabo los cuatro puntos cardinales necesarios para penetrar en el continente africano.
Cuando a principios del siglo XX Inglaterra concedió una amplia autonomía política a las grandes
colonias de poblamiento, el Imperio británico se convirtió, como estudiarás en la Unidad 7, en una
confederación de naciones inglesas que se llamó Commonwealth.
100
1.2. El Imperio ruso
En el siglo XIX Rusia era un inmenso y complejo territorio en el que una minoría étnica, la rusa, había impuesto
su administración única, su lengua, su religión ortodoxa y su cultura al resto de sus habitantes. A todos les unía
la obediencia al Zar que, desde el siglo XVII, pertenecía a la familia de los Romanov, lo que no significa que no
hubiera disidencias ni descontento entre la población. El Imperio estaba social y económicamente atrasado en
relación a Europa. Predominaba una economía agrícola en grandes extensiones territoriales dominadas por
terratenientes o campesinos ricos (kulaks). Para conocer su situación social basta un dato: en 1861 fueron
emancipados los siervos (casi un 80% de la población).
Las necesidades de su desarrollo industrial que, desde 1880 se había focalizado en el Cáucaso, los Urales
y la región Moscú-San Petersburgo, obligaron a Rusia, como al resto de Europa, a buscar salidas para su
economía. Nicolás II utilizó las dos vías de expansión colonial más lógicas: la primera hacia los Balcanes y su
consiguiente salida al Mediterráneo, de la que pronto tuvo que desistir ante la negativa de las potencias europeas
a que accediera a los conflictivos estrechos del Bósforo y los Dardanelos. La otra vía fue la continental hacia
Asia, que desarrollaron los zares Alejandro II (1855-1881) y Alejandro III (1881-1894) y que les llevó a dominar
a finales de siglo todo el Turquestán. La posesión de esta zona creó intranquilidad en Inglaterra y, después
de algún incidente, ambos estados terminaron por reconocer a Afganistán como estado tapón entre sus
respectivos dominios, para impedir que Rusia pudiera aspirar a tener salida marítima al Océano Índico.
z Mapa de la expansión rusa.
101
UNIDAD
5
EL DOMINIO EUROPEO DEL MUNDO
Por el norte, también buscaron los zares la salida al mar y, a costa de China, obtuvieron el puerto
de Vladivostok y Port Arthur. De esa manera entraron en competencia con las aspiraciones coloniales
del Japón Meiji sobre Manchuria para llegar –como verás en la Unidad 6–, finalmente, a la guerra.
La construcción del ferrocarril Transiberiano (Moscú-Vladivostok), iniciada en 1891, incorporó e hizo
efectiva la colonización de Siberia y, a su vez, impulsó el propio desarrollo industrial. Este hecho
formaba parte del deseo ruso de colonizar Manchuria, que no conseguirá; pero sí obtendrá de China
en 1913 la autonomía de uno de sus territorios, Mongolia Exterior.
1.3. El II Imperio francés
Fue una época altamente contradictoria que se inició con la revolución de 1848 y que dio el poder
republicano a Luis Napoleón, para que éste, en un forcejeo con la burguesía, se proclamara emperador
el 2 de diciembre de 1852. Las contradicciones continuaron porque, frente al sistema político que
impuso, llamado por algunos autores "de despotismo democrático y arbitraje administrativo", su
política exterior se dirigió a apoyar el sentimiento nacionalista de los pueblos de Europa en contra de
los imperios tradicionales. Fue una política intervencionista, propia de un revolucionario de 1848
(como él se consideraba), buscada para conseguir prestigio internacional. Se enfrentó con Austria y
Rusia en defensa de los nacionalismos italiano, alemán y polaco, pero terminó chocando con las
dos nuevas potencias, Italia y Alemania. Su Imperio se hundió con la derrota definitiva en Sedán, en
1870, frente a la Prusia de Bismarck.
El apoyo al desarrollo económico fue entendido por Napoleón como un deber del Estado. Así se
formaron bancos y sociedades por acciones, se construyeron vías férreas y canales para la navegación
y el intercambio comercial, se impulsaron las obras públicas urbanas (el gran ensanche de Haussmann
en París) y la producción se incrementó en todos los sectores. Su intervencionismo fue otra contradicción
más con respecto a la política librecambista que, teóricamente, se desarrollaba en Europa.
La política colonial francesa, iniciada con la ocupación de Argel y Orán, en la época de Carlos X,
se completó con algunos establecimientos costeros en el Senegal y el golfo de Guinea. Napoleón III
amplió la conquista de Argel y consolidó el dominio del Senegal, punto fundamental para una futura
expansión hacia el oriente. Su apoyo a la construcción del canal de Suez, obra del ingeniero francés
Lesseps, se entendió como una preocupación por acortar las rutas de comercio y como deseo de
obtener prestigio internacional.
En Asia, Francia se benefició de la apertura de los puertos chinos al comercio, derivada de la Guerra
del Opio (1839-1842), e intervino en Indochina para asegurarse escalas en el comercio con China.
Así ocupó Saigón y obtuvo el protectorado sobre Cochinchina oriental, occidental y el Estado de
Camboya.
1.4. La III República
Con la derrota de Napoleón III en Sedán, el Imperio dio paso a un nuevo momento político que, salvo
los acontecimientos de la insurrección socialista revolucionaria de la Comuna de París, consolidó el
sistema republicano y alejó al país de veleidades monárquicas o socializantes. El orden social y
económico de la burguesía quedó impuesto, aunque persistió la lucha entre grupos de tendencia
derechista e izquierdista, lo que dio origen a escándalos políticos entre los que sobresalió el de
Dreyfus: un oficial judío que, acusado de vender secretos militares, fue desterrado a una isla del
102
Pacífico. Demostrada su inocencia, el Estado se resistió durante cinco años a rectificar la condena
para salvar el honor militar del tribunal que lo había juzgado. Además del enfrentamiento
izquierda-derecha, este hecho tuvo connotaciones nacionalistas y antisemitas que veremos desarrolladas
en acontecimientos posteriores.
Conviene destacar la época en la que el gabinete de Jules Ferry impulsó la industria y las
comunicaciones, la reforma de la administración y de la enseñanza laica y estatal e implantó el divorcio.
A finales de siglo, otro ministro, Clemenceau, tomó una serie de medidas radicales que le llevaron
a romper el Concordato con la Santa Sede y separar la Iglesia del Estado, en 1905.
La expansión colonial de la Tercera República fue muy importante y contó con el apoyo de un gran
sector de políticos que se desarrolló, a finales de siglo, en un ambiente imperialista generalizado (Si
Francia quiere seguir siendo un gran país, es preciso que lleve su lengua, sus costumbres, su bandera, sus
armas y su genio a todos los lugares donde sea posible. J.Ferry). En Asia se completó la Unión general
indochina, a la que se uniría el Alto Laos. En África se estableció el protectorado sobre Túnez, y
se inició la penetración en Marruecos. Desde el Senegal partió el avance hacia los oasis saharianos.
Este bloque noroccidental fue el núcleo sobre el que se organizaría la posterior conquista del continente.
En oriente mantuvieron Madagascar y una pequeña parte de Somalia. La expansión colonial desde
el Atlántico hacia el este acabaría, evidentemente, chocando con la que los ingleses planeaban en el
eje El Cairo-El Cabo y dará paso a graves conflictos a finales de siglo.
Recuerda
La Europa de la segunda mitad del siglo XIX cerró la puerta a las revoluciones liberales progresistas y a las primeras amenazas del
socialismo. La burguesía conservadora dirigió con tranquilidad política una economía en fase expansiva que incorporaba tecnología
nueva y transformaba sus bases anteriores. El resultado de estos cambios, la Segunda Revolución Industrial, exigirá salir del Viejo
Mundo en busca de un mercado más amplio. Los Estados olvidaron el liberalismo económico y protegieron su economía; y, si fuera
necesario, intervendrían en la búsqueda y defensa de nuevos territorios. En ello les iba el poder y el prestigio. Pero todo habría que
hacerlo según el orden europeo, y en ese aspecto Bismarck era una garantía de equilibrio.
Actividades
1. ¿Cuál era la situación política europea en los años 70-90 y qué estadista consiguió reconducirla?
2. ¿Podrías explicar el calificativo, que se utiliza para la política inglesa, de espléndido aislamiento?
3. Repasa sobre la ilustración titulada Mapa colonial del mundo, del apartado 4, los puntos estratégicos
británicos y di qué mares controlarían apoyándose en ellos.
4. ¿Qué salidas coloniales tenía el imperio ruso y con quién tendría que disputarlas?
5. ¿Hacia dónde dirigió Francia su expansión colonial?
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UNIDAD
5
EL DOMINIO EUROPEO DEL MUNDO
2. La presencia europea: exploraciones,
emigraciones y colonialismo
Las causas por las que Europa colonizó, desde 1880, gran parte de África, Asia y Oceanía fueron
múltiples y la prioridad de unas sobre otras sigue siendo controvertida. Aún así resulta interesante
observar cómo, en la colonización, se proyectaron las propias orientaciones políticas que dominaban
las relaciones internacionales en Europa. El reparto de tierras, previo concierto entre las naciones, los
mecanismos de compensación previstos y la posibilidad de atajar con antelación los conflictos mediante
la creación de Estados tapón, formaban parte del equilibrio europeo que Bismarck se afanaba en
mantener y que, desde Europa, debía trasladarse al resto de los continentes. De esa manera el
colonialismo reafirmaría la armonía entre las naciones y frenaría su rivalidad. Las colonias servirían
de escape a los problemas de prestigio nacionales y a las necesidades económicas de la Segunda
Revolución Industrial, pero no alterarían el equilibrio europeo. Al menos así se creía en aquellos
momentos. Otra cosa sería la realidad de los hechos.
La superioridad que sentían los países industrializados europeos sobre aquellas zonas del planeta no industrializadas era incontestable y, por otra parte, explicable. Leopoldo II de Bélgica recibió en 1878 a geógrafos y exploradores de distintos países en los siguientes
términos: El asunto que nos reúne aquí es el que corresponde a un jefe de Estado, tomar a su cargo a la humanidad. Abrir a la civilización aquellas partes del mundo que no
la conocen, traspasar las tinieblas que envuelven a pueblos
enteros. Esto es, me atrevo a decirlo, la cruzada más digna
de este siglo de progreso. De este, y otros comportamientos
semejantes, nacería la idea de misión civilizadora, como una de las causas que explicarían el colonialismo.
Otro problema sería que la misma idea disfrazara,
posteriormente, ambiciones imperialistas menos nobles,
que quedarían reflejadas en la pintura indígena.
z Colonia belga 1885-1959. Tshibumba Kunda-Matulu.
Las declaraciones de Lord Rosebery introducen otros matices más peligrosos en la pretendida
misión civilizadora: ¿Qué es el Imperio sino el predominio de la raza? Somos responsables de que el mundo,
en la medida en que aún está por moldear, reciba un carácter anglosajón y no otro.
La responsabilidad del hombre blanco, expresada también por Ruyard Kipling se excedió en algunas
ocasiones.
Dentro del contexto científico e investigador de la IIª Revolución Industrial se entiende que geógrafos,
biólogos, exploradores o simples aventureros, con el apoyo de sociedades geográficas, exploraran el
continente africano:
Kitchener remontó el Nilo y Henry Stanley descendió por el Congo hasta sus fuentes. David
Livingstone llegó por el río Zambeze hasta las cataratas del lago Victoria. Robert Peary y Roald
Amundsen lo hicieron, respectivamente, al polo Norte y al polo Sur a principios del siglo XX. Los
misioneros católicos y protestantes se unieron a la misión civilizadora europea y llevaron su obra
social, aunque también ideológica, a las colonias.
104
z Diferentes exploraciones en África.
En el proceso colonizador subyace, evidentemente, una causa económica: desde el periodo crítico
de 1873 (ciclos Kondratieff), el mercado interior de los países se había contraído a causa de los bajos salarios,
por lo que era necesario vender los stocks en mercados exteriores. Además se estaba iniciando la IIª
Revolución Industrial y las transformaciones a las que dio origen iban a afectar negativamente al conjunto
del Continente. Por eso, Europa, que ya había empezado a introducir el proteccionismo en sus economías,
consideró que las colonias podrían ser espacios protegidos donde cada Estado pudiera dar salida a la nueva
producción industrial y al excedente de capitales que generaba el Capitalismo monopolista.
z Capitales exportados desde Europa y EE.UU.
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UNIDAD
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EL DOMINIO EUROPEO DEL MUNDO
De la misma manera, conseguiría en estos territorios aquellas nuevas materias primas y fuentes de energía
que la IIª Revolución Industrial demandaba, más baratas y en mejores condiciones por encontrarse sometida
su venta al pacto colonial.
También se podría hablar de una causa política, que impulsó a que los países quisieran aumentar su
prestigio internacional consiguiendo tierras en otros continentes y dominando puntos estratégicos en los
mares, que eran básicos para aumentar su peso militar y político y asegurar sus intercambios económicos.
Así lo expuso el ministro inglés Salisbury en un discurso en 1879: (...). Cuando el interés de Europa se centraba
en los conflictos de España, Inglaterra ocupó Gibraltar; cuando el interés de Europa se centraba en los conflictos
de Italia, Inglaterra ocupó Malta. Ahora que el interés de Europa se centra en Asia Menor y en Egipto, Inglaterra
ha ocupado Chipre (...).
El prestigio político lo buscaron Alemania e Italia por ser naciones de nueva creación que no poseían
colonias. También la IIIª República francesa intentó de esta manera superar el recuerdo de su derrota frente
a Alemania en Sedán. Inglaterra completó su dominio estratégico sobre los mares, lo que la confirmaba
como gran potencia. Los carteles de la época expresaban esa sensación de prestigio.
Evidentemente, el orgullo nacionalista estuvo unido a la expansión colonial, pero los roces entre naciones
provocaron que apareciera la parte más oscura de ese noble ideal revolucionario y solidario de principios de siglo,
y se manifestara algunas veces agresivo, racista y xenófobo. Así lo expresaban las palabras de un senador
estadounidense: ¿Dios nos ha venido preparando durante más de mil años a los pueblos teutónicos y de habla inglesa
para una vana actitud de autocontemplación y
autodeterminación? ¡No!. Nos ha convertido en
organizadores magistrales del mundo para imponer el sistema
allí donde reina el caos. Y en toda nuestra raza, Él señaló al
pueblo norteamericano como la nación elegida para que
dirija la regeneración del mundo.
El excedente de población que, según hemos
estudiado, se produjo a finales de siglo, se podrá
considerar también como una de las causas del
colonialismo porque la presión que ejerció la explosión
blanca sobre Europa obligó a buscarle una salida en
otros continentes. Además fue un factor imprescindible,
porque sin ese contingente humano hubiera sido
imposible poblar los nuevos territorios.
z Los emigrantes. Tommasi.
De la misma manera, el desarrollo tecnológico, que aportó unos medios de transporte cada vez mejores
–tanto por tierra como por mar–, así como una superioridad armamentística decisiva para someter vastas extensiones
territoriales; y las nuevas condiciones financieras, resultado de la concentración de capitales y de empresas,
podríamos considerarlas, a la vez, causas y factores necesarios para la colonización.
Recuerda
La expansión europea por los continentes asiático y africano obedeció a una necesidad económica incuestionable (necesidad de invertir
capital, obtener materias primas, fuentes de energía y mano de obra baratos, nuevos mercados, etc.); pero su justificación puso en
marcha todos los resortes ideológicos, culturales y humanitarios con que contaba la Europa del momento. Todo fue movido por nobles
ideales mientras no hubo choque de intereses: filantropía del hombre blanco hacia sociedades "dejadas de la mano de Dios". Pero
la realidad se impuso y hubo que echar mano de la realpolitik bismarckiana –de la que se hablará en la Introducción de la Unidad
6ª–. Aún así, es conveniente analizar con generosidad todos aquellos aspectos que la civilización europea volcó sobre el mundo colonial,
sin desconocer los desequilibrios que consciente o inconscientemente provocó.
106
Actividades
6. ¿Por qué decimos que la colonización de África siguió las orientaciones políticas predominantes en Europa?
7. ¿Podrías valorar la idea de misión civilizadora del hombre blanco, en las palabras de Lord Rosebery?
8. ¿Qué papel tuvo el nacionalismo europeo en la colonización? Analiza las expresivas palabras del senador
estadounidense.
9. Observa la ilustración titulada Gráfico de la transición demográfica de Europa de la Unidad 4 y recuerda
por qué se produjo la explosión blanca que aportó el elemento humano a la colonización.
3. Fases y formas de la administración
colonial
z Mapa de los enclaves, anteriores al siglo XIX.
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UNIDAD
5
EL DOMINIO EUROPEO DEL MUNDO
La colonización se produjo en tres fases sucesivas:
La primera fue la de conquista, desde enclaves costeros hacia el interior, en la que la
desigualdad técnica y militar favoreció el avance rápido de los colonizadores.
La segunda correspondió a la de la Administración, por la que se encargó de organizar los
territorios conquistados. En unos casos quedó en manos privadas, al ser cedidos a Compañías
que los explotarían en régimen de monopolio, como lo hacía tradicionalmente el Mercantilismo desde
el siglo XVI. En otros, pasó a la administración estatal bajo sus tres fórmulas más usuales:
1. Colonias de poblamiento, que eran ocupadas por una mayoría de colonos metropolitanos
que las explotaban y las dirigían con una cierta autonomía, a través de su propio Parlamento.
Un Gobernador General representaba a la metrópoli y dirigía sus relaciones internacionales y
comerciales. Este tipo de colonias, que existieron en las zonas climáticas templadas, semejantes
a las de procedencia de los colonos donde estos pudieron adaptarse con mayor facilidad, el
Imperio inglés terminó por convertirlas en dominios, y tuvieron gobierno y Parlamento propios.
Ejemplos fueron Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Unión Sudafricana.
2. Las colonias de explotación, por el contrario, no fueron masivamente ocupadas por la
población blanca, porque sus condiciones climáticas extremadas lo dificultaban. La explotación,
en manos de indígenas, la dirigían funcionarios civiles, al mando de un gobernador.
3. En tercer lugar, los protectorados fueron actuaciones especiales de las metrópolis sobre
territorios que poseían un sistema de gobierno autóctono bien estructurado. A estos se les
respetó la integridad del territorio indígena, pero se les puso un gobierno metropolitano paralelo
al indígena para que los vigilara o los tutelara. Los protectorados acabarían convirtiéndose en
colonias.
Las fórmulas reales de dominio sobre las colonias, al final, fueron muy semejantes entre todos los
países europeos, aunque Francia, a veces, intentó asimilar ciertas colonias con los departamentos
franceses.
La última fase de la colonización correspondía a la explotación. La colonia quedaba libre
de aranceles en sus relaciones con la metrópoli, al amparo del proteccionismo con respecto a
otros países. El término peyorativo de explotación se entiende porque obedece al llamado pacto
colonial en el que, en una clara relación de inferioridad, la colonia proveía de materias primas y
fuentes de energía a la metrópoli, y estaba obligada a comprar sus manufacturas y a recibir capitales
para su inversión. La metrópoli les negaba expresamente sus posibilidades de desarrollo industrial
autónomo.
Recuerda
El antiguo sistema colonial quedó obsoleto ante la nueva realidad y hubo que reformarlo. La nueva economía industrial, sobre todo
en su segunda fase, necesitaba territorios amplios y no meros enclaves. Los nuevos Estados tendieron a olvidar el liberalismo y quisieron
intervenir y controlar. La administración estatal, más o menos presente, actuó. Su modelo político (Parlamento, gobernadores, virreyes,
etc.) quedó impuesto en mayor o menor escala.
En el aspecto económico, el pacto colonial no dejaba dudas sobre la desigualdad que planteaba la relación entre la metrópoli y la colonia.
108
Actividades
10. ¿Encuentras alguna explicación de que el control sobre las colonias pasara de manos de las Compañías a
la administración estatal?
11. Observa en el Mapa colonial del mundo, del final de apartado 4, la latitud en la que se establecieron
las colonias de poblamiento e intenta deducir una de las causas por las que fueron habitadas por una
población metropolitana.
12. ¿A qué llamamos pacto colonial?
4. Etapas de la colonización: el reparto
de África
Se podría considerar como primera etapa al periodo anterior al siglo XIX, caracterizado por las necesidades
del Mercantilismo: enclaves costeros donde se intercambiaban los productos indígenas por las manufacturas
que aportaban las naciones europeas.
La segunda etapa correspondería al siglo XIX, hasta 1885, fecha del Congreso de Berlín. En ella se
intensificó la colonización y hubo penetración territorial, dominación política y militar y exploraciones científicas.
Fue la consecuencia lógica, como hemos visto, de los cambios económicos de la Revolución Industrial y de
las rivalidades políticas y económicas de los estados nacionales. Se superó la etapa mercantilista y se
entró en una nueva de colonialismo industrial, más adecuado a la realidad económica del momento y, en
concreto, a las necesidades que requería la industria.
Las Compañías comerciales, que habían controlado en el pasado los beneficios mercantiles, fueron
sustituidas por la administración estatal y directa de la metrópoli. Los detalles de la administración colonial,
ya estudiados, fueron semejantes en los territorios de Asia y de África.
ASIA
Los países con intereses en este continente fueron ampliando sus imperios: Inglaterra, en la India y zonas
limítrofes, Holanda en Indonesia, Francia en Indochina, y algunos otros que forzaron la apertura al comercio
de puertos en China y Japón, a través de los llamados tratados desiguales. Además España seguía con
sus posesiones en las islas Filipinas.
La India era la gran colonia británica desde
principios del siglo XVIII y, a mediados del siglo XIX,
el control sobre la zona se encontraba bajo la dirección
de la East India Company con el doble sistema de
colonias y protectorados, además de alianzas con
príncipes indios para asegurarse el monopolio
comercial. La rebelión de los cipayos (1857-59)
(soldados indígenas que servían en el ejército inglés)
obligó a la Corona británica a hacerse con la
administración directa, que encomendó a un Virrey,
dependiente de la reina, que fue nombrada emperatriz
en 1877.
z Shanghai en 1880. Uno de los puertos abiertos al comercio europeo.
109
UNIDAD
5
EL DOMINIO EUROPEO DEL MUNDO
China, a principios del siglo XIX, intentó oponerse al colonialismo europeo, lo que provocó las guerras
del opio (1839-42), por las que Inglaterra, y posteriormente Francia y EE.UU. obtuvieron puertos libres al
tránsito de mercancías, derechos de circulación por el interior del país y representación diplomática. El poder
económico europeo se fue imponiendo hasta el extremo de producir reacciones sociales violentas en su
contra.
Desde la India los ingleses pretendieron ocupar Indochina por el noroeste al considerarlo territorio
natural de su expansión. Lo cual generó conflictos con los franceses que hicieron lo mismo desde Cochinchina
(delta del río Mekong) que ellos administraban desde 1787. En 1885, Francia habría conseguido, en guerra
con China, el protectorado de Camboya, Annam y Tonkin. En la etapa posterior sería necesario un acuerdo
entre ambos imperialismos expansivos.
ÁFRICA
La colonización del continente africano anterior al siglo XIX se caracterizó por el establecimiento en
pequeños enclaves costeros, muy discontinuos entre sí, donde se obtenían los productos que iban a ser
vendidos. El comercio de esclavos era una de las actividades más frecuentes y lucrativas. La lucha por la
abolición de la esclavitud acabó planteándose en el Congreso de Viena (1815) y, desde ese momento, el
comercio de esclavos se redujo. Este hecho, unido a las nuevas necesidades económicas del momento, influyó
en que las formas de colonización y el tipo de ocupación territorial cambiaran radicalmente en África desde
principios del siglo XIX.
Las situaciones coloniales fueron distintas en cada uno de los puntos cardinales.
África del norte, mediterránea, fue una zona de interés primordial para franceses e ingleses, disputada
por ambos desde las guerras napoleónicas. Salvo Marruecos, todo el norte estaba bajo dominio del Imperio
Turco, por lo que la colonización tuvo que partir de la guerra y ocupación, el protectorado o las concesiones
económicas.
La primera guerra se desarrolló en Argelia, donde se establecieron los franceses al derrotar al bey,
autoridad dependiente del Imperio Turco. El método de ocupación lo utilizó también Francia en Túnez con
su bey, que quedó bajo la protección francesa. El tercero, el protectorado y las concesiones, fue propio de
Egipto, donde franceses e ingleses rivalizaron por conseguir concesiones económicas entre las que destacarían
la hecha a los ingleses para construir el ferrocarril Alejandría-El Cairo-Suez, y la construcción y explotación
francesa del Canal de Suez, que se organizó como una Compañía por acciones.
Inglaterra prefirió, en un primer momento, el método de las concesiones en vez de la guerra y la ocupación,
porque era partidaria de mantener en pie al debilitado Imperio turco ya que servía de freno al expansionismo
ruso en los Balcanes. Las crisis económicas y políticas del pachá de Egipto provocaron que tuviera que
vender sus acciones del Canal a Inglaterra, con lo que quedó en manos de Francia e Inglaterra. Finalmente
los británicos, que necesitaban controlar el canal de Suez porque era el acceso directo a la India, acordaron
su dominio con Francia en 1882.
África occidental. Fue la zona en la que se establecieron los imperios tradicionales (portugués y español)
desde el siglo XV y de donde partió fundamentalmente el mercado de esclavos hacia Europa y América.
De norte a sur se encontraba en manos de franceses, ingleses, españoles, portugueses y alemanes.
En el arranque del Golfo de Guinea el presidente estadounidense Monroe patrocinó la fundación del
estado independiente de Liberia para que fuera repoblado por los esclavos liberados de Norteamérica. Su
capital se llamó Monrovia.
El impulso colonizador más grande del área lo protagonizó Francia desde el Senegal hasta el Sudán.
Otra de las vías fue desde Gabón hasta el norte del Congo. Inglaterra mantuvo una presencia difuminada
en pequeñas colonias mercantiles. Alemania, con Togo, Camerún y África del suroeste, intentó abrirse
paso en una carrera colonial a la que llegaba tarde, pues la inició en 1870, después de su unificación.
110
África oriental. Estaba ocupada al norte por la penetración inglesa desde Egipto y Zanzíbar hasta
el Sudán. Francia obtuvo parte de Somalia, y Madagascar en régimen de protectorado. Alemania e Italia
(ambos estados recién constituidos) intentaron formar también sus propios imperios africanos con enclaves
en esta costa este.
África del sur. Además de las posesiones portuguesas de Angola y Mozambique, en África del sur
se mantenía la rivalidad entre holandeses e ingleses. Los holandeses habían sido los primeros en establecerse
en El Cabo a mediados del siglo XVII, aunque en 1806 la colonia fue transferida a Gran Bretaña a quien le
interesaba por su posición estratégica en el Cabo de Buena Esperanza, en el camino a la India. La población
holandesa integrada en la nueva colonia de poblamiento, los boers (agricultores y ganaderos que utilizaban
mano de obra esclava), huyó hacia el norte cuando se abolió la esclavitud; se estableció en Natal, Orange
y Transvaal y consiguió el reconocimiento de estas dos últimas regiones como Estados libres. Pero la riqueza
minera de oro y diamantes de los dos nuevos estados, hizo que Inglaterra codiciara también aquella zona.
En 1867 estalló la primera guerra con los boers quienes terminarían por quedar incorporados al dominio
británico a principios del siglo XX.
La tercera etapa abarca desde mediados de los años ochenta hasta la IIª Guerra Mundial. La IIª Revolución
Industrial europea, necesitada de nuevos mercados y de hallar ocupación para el excedente de población,
fruto de la etapa de transición demográfica ya estudiada, impulsó la expansión territorial para asegurarse el
futuro de la industria en pleno desarrollo. Fue el gran momento expansivo del capitalismo monopolista y del
dominio político europeo que condujeron al imperialismo. La expansión territorial aumentó y se consolidó el
dominio económico y político de los imperios coloniales. Con la expansión vino el choque de intereses que
sólo se solucionaría con guerras o acuerdos de reparto.
A las potencias tradicionales se unirá el interés, y por tanto la rivalidad, de Rusia, Japón y EEUU.
Los principales efectos sobre los continentes colonizados, en esta etapa, fueron:
ASIA: La India pasó a ser gobernada por un virrey que residía en Calcuta (un antiguo pequeño puerto
pesquero) y dependía de la Secretaría de la India en Londres. Además ocuparon las fronteras de
Birmania, al este, y de Afganistán, al oeste, para prevenir posibles incursiones de franceses y rusos. La
India fue considerada la perla de la corona y, desde ese momento, fue prioritaria la defensa de las rutas
marítimas que conducían a ella. Las reformas políticas de principios del siglo XX, por las que, como veremos
en la Unidad 7ª, se convertiría en dominio, pondrían las bases de su independencia.
Tras el establecimiento del protectorado francés sobre Camboya y la posterior guerra de Francia contra
China, que cede a los franceses Annam y Tonkín, Francia consolidó su poder político
creando la Unión Indochina, integrada por estos dos últimos protectorados, Cochinchina
y Camboya. Inglaterra extendió su dominio sobre Birmania, los Estados Malayos y
Singapur. Entre ambos imperios se dejó el Estado-tapón de Siam como factor de
equilibrio, tal y como se haría en otros lugares y según demandaba la política de equilibrio
reinante en la Europa del momento.
Después de la apertura sucesiva de puertos al comercio europeo, se inició en China
una auténtica política de despojo (a la que hace clara alusión el cartel de la época) en la
que participaron Francia, Inglaterra, Rusia, Japón y Alemania, que se repartieron las
regiones chinas en zonas de influencia.
La injerencia económica de los países colonialistas se intensificó en las concesiones
mineras y en la inversión de capitales. Los países europeos también recibieron pequeñas
bases en arrendamiento por un periodo de 99 años (Hong-Kong no ha sido devuelto por
Inglaterra hasta 1997). El rechazo a la dependencia colonial se manifestó en revoluciones
fracasadas, como las de los Bóxers (los puños armoniosos) que promovió la propia emperatriz
Cixi y, finalmente, la revolución nacionalista de 1911, la caída del Imperio y la proclamación
de la República –como se verá en la Unidad 7–.
111
z El reparto de China: la Reina Isabel de
Inglaterra, el Kaisser Guillermo,
personificación de la IIIª República Francesa,
Japón y Rusia.
UNIDAD
5
EL DOMINIO EUROPEO DEL MUNDO
z China y las zonas de influencia. El Imperio japonés.
ÁFRICA. Los constantes movimientos colonizadores, estudiados en la etapa anterior, que desde las costas
africanas se dirigían al interior, unidos a la fiebre descubridora de exploradores que remontaban los ríos Níger, Nilo,
Congo y Zambeze en busca de sus fuentes, alimentaron el deseo de ocupación de los respectivos gobiernos y
anunciaron, obviamente, un choque de todos contra todos en el centro del continente africano.
Las rivalidades se centraron en varias situaciones coloniales. Dos imperios, Inglaterra
y Francia, con gran capacidad económica y prestigio político, se abrían paso con firmeza;
dos imperios antiguos, España y Portugal, sin un proceso de industrialización consolidado,
se mantenían discretamente en sus posesiones; tres estados nacidos en ese siglo, Bélgica,
Italia y Alemania, pretendían ganar prestigio internacional y buscar salidas a su potente
economía (como era el caso de Alemania).
Leopoldo II, rey de Bélgica decidió, como iniciativa particular, explotar y asegurarse
el control sobre una región, al sur del río Congo, lo que produjo quejas de algunos
países, y del propio Bismarck, contra su monopolio sobre la zona. Ante el riesgo que
suponía la situación, Alemania convocó en Berlín una conferencia internacional que
dirimiera los problemas derivados de la colonización.
z Otto V.Bismarck.
El canciller O. V. Bismarck sería el árbitro idóneo para llevar estos asuntos puesto
que, con sus acuerdos bilaterales, estaba consiguiendo mantener en equilibrio las
pretensiones expansionistas de los Estados en Europa. Su papel consistiría en trasladar
ese equilibrio a África, mantener aislada y controlada a Francia y llegar a acuerdos para
evitar la guerra con ella.
112
Un caso especial: el reparto de África. De la Conferencia de Berlín, de 1884-85, salieron una serie de
normas básicas y procedimientos de adquisición de los nuevos territorios para evitar enfrentamientos. Ante las
discrepancias en los derechos de conquista entre los imperios antiguos, de tradición mercantilista, y los nuevos,
industriales y monopolistas, así como en los modos de ocupación, fue necesario llegar a unas conclusiones que
vincularan a todas las partes:
z
La soberanía sobre un territorio se obtendría, no por derechos históricos, sino por ocupación efectiva del país
colonizador, que tendría que comunicarla y pactarla con el resto de los países.
z
Sería conveniente establecer imperios continuos –de costa a costa– y la penetración se haría por los valles
de los ríos.
z
El Congo quedaría como estado libre, bajo la soberanía de Bélgica y actuaría como territorio
amortiguador para evitar enfrentamientos.
z
Existiría libertad de navegación y de comercio en las cuencas de los ríos Congo y Níger, y en toda
África central.
z
Liberia y Abisinia (Etiopía) quedarían como Estados independientes.
z Consecuencias del reparto de África.
113
UNIDAD
5
EL DOMINIO EUROPEO DEL MUNDO
El resultado territorial de aplicar estas normas fue el siguiente:
z
África occidental. Francia consiguió un imperio continuo desde Senegal hasta Túnez, en el
Mediterráneo; hasta Gabón, en el golfo de Guinea, y al lago Chad, en pleno desierto del Sáhara. El
resto de los países –Inglaterra, Alemania, Portugal y España– establecieron o retuvieron algunos
enclaves, más o menos importantes en dicha zona. Los ríos Senegal, Níger y Congo fueron utilizados
como vías de penetración, respectivamente, por franceses e ingleses.
z
África oriental. Inglaterra impuso su poder en esta zona ante la necesidad de controlar el paso
del canal de Suez. Remontó el Nilo hasta el lago Victoria, obstaculizó las conquistas de Italia en Eritrea
y la formación del imperio continuo francés entre el Atlántico y el mar Rojo, y se repartió con Alemania
parte de la costa oriental para tener un enlace costero con la India. Italia saltó de Libia a Eritrea y
Somalia e intentó infructuosamente la toma de Etiopía. Francia se hizo con Madagascar.
z
África del sur. Desde El Cabo hacia el norte, el dominio británico fue absoluto. La idea del imperio
continuo la quiso materializar Cecil Rhodes a quien se había concedido la concesión de la construcción
del ferrocarril El Cabo-El Cairo. La expansión territorial inglesa hasta el territorio de El Congo
impidió la materialización de otros dos intentos de imperios continuos: el portugués, de Angola a
Mozambique, y el Alemán, del África oriental al África occidental.
El establecimiento del Estado libre de El Congo no evitó que las rivalidades francesas e inglesas entraran
en conflicto. El imperio continuo francés (este-oeste) tenía que chocar, obligatoriamente, con el inglés
(norte-sur), y lo hizo en 1898 en Fashoda (Sudán). Allí el capitán Marchand, que venía del Congo
francés, ocupó la zona para Francia, pero una expedición inglesa al mando de Kitchener le conminó
a que se retirara. El grave conflicto se solucionó cediendo Francia ante el incuestionable poder inglés.
Desde ese momento, la hegemonía británica en el valle del Nilo fue total.
z Mapa colonial del mundo.
114
Hasta 1890 las relaciones internacionales en Europa y en las colonias se mantendrán equilibradas gracias
al arbitraje de Bismarck, pero desde su destitución por el nuevo monarca Guillermo II, la competencia
económica y política precipitó la creación de bloques y, al final, la Iª Guerra Mundial, que tendrá nuevas
repercusiones coloniales tanto sobre los antiguos territorios del Imperio Turco en el Próximo Oriente,
como en el Pacífico. Lo verás en las Unidades 6 y 7.
Además, el sentimiento de frustración de algunos países por las pérdidas o los fracasos coloniales, como
fue el caso de Francia, en Fashoda en 1898, de España con la pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas, en
la misma fecha, y de otras situaciones semejantes en Italia, Portugal y Japón, creó un espíritu noventayochista
que añadiría tensión a la etapa prebélica de principios del siglo XX.
Recuerda
La conquista de territorios por parte de las naciones industrializadas avanzó al ritmo de las necesidades económicas. El prestigio de
los países actuó como acicate en algunos de los momentos. En Asia, la presión sobre China fue grande, lo que aprovecharon los países
europeos para obtener de ella beneficios económicos y territoriales. En África todos los contendientes eran europeos. Por tanto, los
problemas que surgieran allí tendrían que solucionarse mediante una guerra, o un pacto entre ellos. La política bismarckiana, en
todo su apogeo, impuso el pacto: la Conferencia de Berlín, en 1885, estableció las normas para que el reparto fuera pacífico y obedeciera
a unas actuaciones consensuadas.
En 1890 la crisis económica estaba a punto de tocar fondo. Las rivalidades en el prestigio internacional crecían impulsadas por un
nacionalismo agresivo resurgente. El Estado del Congo no podía taponar todos los conflictos y los choques entre imperios continuos,
lógicamente, empezaron a producirse. Guillermo II, el nuevo Kaiser, decidió destituir de su cargo a Bismarck, árbitro todopoderoso
de esta compleja e inestable situación.
Las crisis del año 1898 nos anuncian la ruptura del equilibrio internacional.
Actividades
13. ¿Por qué fue suficiente tener enclaves, en la colonización anterior al siglo XIX?
14. ¿Por qué predominaron los protectorados y las concesiones económicas, sobre el método normal de
colonización, en el norte de África y en China?
15. Observa en el mapa la situación de Egipto. ¿Podrías explicar por qué Inglaterra rectificó su primitiva idea
de mantener la concesión económica y se decidió por la ocupación?
16. ¿Por qué Alemania e Italia llegaban tarde al reparto colonial? ¿Crees que quedarían satisfechas con la
parte que les tocó?
17. ¿A qué llamamos territorio tapón y cuál fue el papel que se le atribuyó? Observa el mapa de la ilustración
Mapa colonial del mundo, busca un ejemplo y explica la necesidad de su creación.
18. En el mapa de la ilustración China y las zonas de influencia, intenta comprender por qué se habló del
cerco de China. Coméntalo.
19. ¿Crees, a la vista de la ilustración El reparto de China, que todo el mundo veía el reparto colonial con los
ojos de la misión civilizadora del hombre blanco?
20. ¿La idea de imperio continuo garantizaba la paz en el reparto?
115
UNIDAD
5
EL DOMINIO EUROPEO DEL MUNDO
5. Dos nuevas potencias extraeuropeas
5.1. Expansión territorial de EE.UU.: la
conquista del Oeste
En 1846 se estableció la frontera entre Canadá y EE.UU. en el paralelo 49º lat. norte, a través del Tratado
de Oregón. Dos años después, y tras una guerra con México, el Tratado de Guadalupe-Hidalgo cede a
los Estados Unidos los territorios de Texas, Nuevo México y California. La conquista de este último
territorio y la obtención, en 1854, de puertos japoneses libres, planteará a los Estados Unidos la posibilidad
de extender su comercio a Asia, para lo que le sería útil comunicar su costa este con la costa oeste. La
construcción del canal de Panamá, que estudiarás en la Unidad 10ª, cumplirá estas expectativas.
La segunda mitad del siglo XIX estuvo dominada, casi exclusivamente, por presidentes republicanos
que convirtieron el país en una potencia industrial. Fue una etapa de corrupción política y de costo social
en la que la iniciativa individual consiguió altos logros económicos de los que, paradójicamente, se
sentiría orgulloso el pueblo norteamericano y que lo harían salir de su aislacionismo tradicional.
Después de la Guerra Civil (o de Secesión, 1861-1865), el sur del país entró en una profunda crisis
económica cuando tuvo que reorganizar su agricultura sin mano de obra esclava. La recuperación no le
llegó hasta finales de siglo. El norte se erigió en centro de actividad industrial: 1º) por los recursos
naturales que poseía; 2º) por la llegada masiva de emigrantes europeos –y posteriormente asiáticos y
americanos del sur–, en edad laboral, con cierta cualificación profesional y poco exigentes en cuestiones
salariales; y 3º) por el auge investigador de su población, y el deseo de aplicar los avances tecnológicos
en beneficio de su economía.
La presión demográfica, y las necesidades de expansión económica, llevaron al pueblo americano
a saltar el meridiano 98º long. oeste y a dirigirse hacia el Pacífico. Pero también influyó el conjunto de
creencias, que conocidas bajo la expresión destino manifiesto, defendían que la Providencia había
determinado que los Estados Unidos controlaran todo el continente americano. Esta argumentación fue
sorprendentemente similar a la que utilizarían las grandes potencias europeas para justificar su imperialismo
a finales del siglo XIX.
En apenas veinte años,1870-1890, se completó la conquista del oeste. Los populares indios (sioux,
cheyennes, apaches, comanches y otras tribus más), habitantes originarios del centro y oeste americano,
no fueron considerados nunca como ciudadanos, tal y como lo exigía la enmienda 14ª de su Constitución
(...) toda persona nacida o naturalizada en los EEUU (...) por lo que se realizó con ellos una política de
destrucción humana y cultural.
La colonización del oeste obedeció a tres oleadas de pobladores con orientaciones económicas
específicas. La primera, de mineros en busca de oro, plata y cobre, se dirigió a California, Nevada, Arizona
y Montana. La segunda, fue de ganaderos que practicaba la cría extensiva de ganado en régimen de
trashumancia. La tercera, fue de agricultores, cuyo establecimiento en fincas cercadas fijó a la población
en nuevos núcleos, e incluso a la ganadería, y dio paso a la creación de nuevos Estados. La población
colonizadora se nutría de la constante inmigración. El interés investigador se volcó también sobre la
agricultura: la agricultura científica y la mecanización de las tareas agrícolas hicieron de EE.UU. una
primera potencia agrícola mundial.
Además de estas tres primeras oleadas tradicionales, no hay que olvidar el papel que tuvo el desarrollo
industrial en la colonización del oeste. La búsqueda de minerales (hierro y acero) fue causa y efecto de
la creación del ferrocarril transcontinental. Las grandes líneas (Unión Pacific, Central Pacific etc.)
116
llevaron a la población hacia el oeste y crearon un gran mercado unificado, para una economía variada
con grandes posibilidades de desarrollo. Toda esta magna empresa fue posible gracias a la concentración
empresarial de esta época. Recordemos que el trust Standart Oil de Rockefeller refinaba más del 90%
del petróleo del país, y el trust del acero de Carnegie acabó acaparando las minas de hierro y carbón, así
como las construcciones de puentes, barcos y ferrocarriles. La excesiva concentración industrial, que
eliminaba la competencia e imponía los precios al mercado obligó al gobierno a promulgar la Ley Sherman
anti-trust, en 1890.
En política exterior, la proyección de los EEUU se encontraba sujeta a la doctrina Monroe: América
para los americanos, por la que se creían ajenos a los acontecimientos europeos y circunscribían su
área de interés al continente americano. Pero, a finales de siglo, fue el propio presidente Theodore
Roosevelt, el que en 1899 anunció un cambio de actitud que preludiaba el imperialismo americano:
(...) Si queremos ser realmente un gran pueblo, tenemos que esforzarnos para realizar un gran papel en el
mundo. En el año 1898 no pudimos evitar encontrarnos cara a cara con el problema de la guerra de España.
De la misma forma, hoy no podemos eludir las responsabilidades que nos incumben en Hawai, Cuba, Puerto
Rico y las Filipinas. No podemos mantenernos encerrados en el interior de nuestras fronteras (...) Si queremos
tener un lugar en la lucha por la supremacía naval y comercial, tenemos que erigir nuestro poder fuera de
nuestras fronteras. (...) Discurso de T. Roosevelt en 1899.
z La conquista del oeste americano.
117
UNIDAD
5
EL DOMINIO EUROPEO DEL MUNDO
5.2. El Japón de la era Meiji
Japón se encontraba todavía sumido en un régimen feudal cuando, en 1854 permitió el paso a los
comerciantes europeos. Era la llamada época Tokugawa, nominada así por una familia de nobles
que, desde principios del siglo XII, dominaba el país y que en 1639 había expulsado de Japón a todos
los extranjeros, incluidos los misioneros, para preservar la identidad nacional.
Ante la presión occidental se vieron obligados a firmar tratados con Francia, Inglaterra, EE.UU.,
Holanda y Rusia, mediante los que les permitieron comerciar en ciertos puertos y con ventajas
comerciales. Las rivalidades internas hicieron caer al clan Tokugawa. En 1868, el Emperador asumió
personalmente el poder efectivo dando paso a la era Meiji (o de las Luces) que modernizó y
occidentalizó en cierta medida al Japón; lo que le permitió un desarrollo autónomo hasta conseguir
el nivel de gran potencia.
A pesar del mantenimiento de la autoridad imperial, se llegó a una separación de poderes, supresión
de estructuras feudales y organización del gobierno y del funcionariado. En economía ya hemos visto
que se impulsó el desarrollo industrial dentro de un sistema capitalista perfectamente estructurado
según modelos occidentales. En los años ochenta coincidieron el auge económico, la promulgación
de una Constitución –1889– de carácter autoritario y la consolidación en el poder de una poderosa
oligarquía económica. Estas circunstancias provocaron una política expansiva que consiguió incorporar
al Imperio y las islas Riu-Riu (1874), las Kuriles (1875), Formosa (después de una guerra con China
en 1894-95) y Sajalín, sur de Manchuria y Corea (en la guerra de 1905 contra Rusia). El poderío
japonés se consolidaba a marchas forzadas.
z Japón antes de la revolución Meiji.
118
Recuerda
La mundialización de la economía a la que condujo el capitalismo monopolista y la búsqueda de territorios en los cuatro puntos
cardinales empezaron a convertir la Historia, por vez primera, en universal. A partir de ahora ningún estado ni ningún continente
podrán quedar ajenos a lo que está pasando en el Mundo. Además, dos nuevos países se incorporarían al curso de los
acontecimientos, Japón y EEUU.
Japón se basaba en una civilización muy antigua, era territorialmente pequeño e insular y sin demasiados recursos naturales
para la industria. A cambio tenía una población étnica y culturalmente homogénea. Sus vecinos eran China y los poderosos
Imperios europeos. Había salido de la edad oscura medieval en 1868 y se incorporó a la modernidad occidental de la mano
de un emperador con poder casi ilimitado. Pero la paradoja funcionó, con el apoyo del Estado, una población que crecía
rápidamente y aportaba su mano de obra, y unos industriales que acaparaban información sobre modelos de agrupación
industrial, técnicas nuevas e innovaciones en cualquier campo, y las desarrollaban en el país. Japón tendrá que pensar en saltar
al continente cuando sus mercados se queden pequeños, por lo que empezarán sus conflictos con Rusia y China.
EE.UU. era un estado de reciente creación, territorialmente inmenso y con un potencial económico extraordinario por explotar.
Su heterogénea población crecía con la inmigración que aumentó con el transcurso del siglo y que compuso un auténtico
mosaico cultural. Ningún gran Estado le amenaza directamente. Aprovechó el impulso colonizador y casi mesiánico del siglo
y llevó sus conquistas hacia el oeste, formando un imperio continuo de costa a costa. Organizó su economía industrial de
segunda generación y tomó la delantera a Europa en el capitalismo monopolista financiero, en el que más tarde sería un
auténtico especialista. De su etapa de aislamiento pasó a interesarse por otros territorios americanos y, finalmente, como
veremos, participará en la Primera Guerra Mundial.
Actividades
21. ¿De qué recursos humanos disponían los EE.UU. para colonizar el oeste?
22. ¿Qué papel tuvo su industria en la expansión hacia el Pacífico?
23. ¿Evolucionó EE.UU. a finales de siglo, como lo hiciera Europa, hacia un capitalismo monopolista? ¿Tuvo
su economía, del mismo modo, apoyos del Estado?
24. ¿Qué relaciones económicas tuvo el mundo, con el Japón de la época Tokugawa?
25. ¿Qué contradicciones internas vivió la época Meiji, a la caída de la nobleza tokugawa?
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