ISSN 1853-1172 BREVIS :: 05 :: ABRIL 2012 BREVIS :: 1 B :: Slogan 05 / 05 no, e u b o L si Brevis ces ve s o d BREVIS :: 2 La forma es el silencio / Lo que suena / su búsqueda celosa. Guillermo Saavedra Bienvenido a Brevis, lector. Brevis es una publicación de SEMA, la Sociedad de Estudios Morfológicos de la Argentina. Constituye un medio ágil, de sencilla lectura, pensado para exponer el ideario y los variados intereses de quienes estudiamos el campo de la forma. Brevis nace porque en SEMA deseábamos encontrar el modo de estar comunicados a través de un medio que contribuyera a construir espacios de genuino intercambio intelectual, con el convencimiento de que el marco de nuestros congresos y las varias jornadas que las asociaciones regionales de la institución habitualmente organizan —si bien fundamentales en nuestra estructura— no siempre dan cuenta de las muchas y ricas reflexiones ligadas al territorio de la Morfología y que suelen orientarse hacia muy diferentes zonas de reflexión. ­ Estamos promediando el segundo año de nuestra publicación: no es poco en los tiempos que corren. Sobre todo porque Brevis comienza a constituir un espacio en el que ya participan con regularidad nuevas voces emergentes del campo de estudio que nos convoca: podemos leer algunos sus trabajos en la sección Lecturas. En otra de nuestras secciones —Clásica— comenzamos el abordaje del tema de nuestro próximo congreso de Mar del Plata: publicamos un fragmento de La imaginación y el arte de la infancia de Lev Vigotsky. Engalana este número un hermoso relato de Italo Calvino y — como es habitual en Brevis— tienen su espacio tanto las reseñas como las novedades de SEMA. Por último, vaya un agradecimiento a nuestros lectores por los muchos y positivos comentarios acerca de nuestra publicación. ¡Hasta Brevis 06! BREVIS :: 3 BREVIS :: 05 ABRIL 2012 3 Presentación B :: LECTURAS ISSN 1853-1172 Brevis es una publicación regular de SEMA, Sociedad de Estudios Morfológicos de la Argentina. Cualquier artículo puede ser reproducido en tanto se mencione fuente y autor, solicitando autorización por escrito a la dirección de Brevis. Dirección: Horacio Wainhaus — Comité editorial: Roberto Doberti + Claudio Guerri + Homero Pellicer + César Pereyra ( x SEMA) + Giovanni Alleti (Venecia) + Lucrecia Escudero Chauvel (Paris) + William Huff (Pittsburgh) + Denes Nagy (Hungría) + Werner Schulze (Viena) + Alfredo Tenoch Cid Jurado (México). — Editor responsable: Patricia Muñoz Gorriti 4384 [1414] CABA — Diseño: Alterio Scifi — Contacto Institucional: www.sema.org.ar — Contacto editorial: [email protected]: etalle del escritorio utilizado por Wassily Kandinsky. 5 6 7 9 10 11 12 13 14 15 16 17 Diego Ceconato La forma dialéctica El cuerpo en la obra de Liliana Maresca Carla Antonini La forma sigue VARINNIA JOFRE Network Borges Project, de Jorge Castro HORACIO WAINHAUS Para una gramática T’ang [segunda parte] MARCO ARESTA Morfologías sustentables EDITH STRAHMAN Una domus a cuestas Miguel A. BarseghianVexierbilder, o pinturas con secreto HOMERO PELLICER Interrogación sobre la enseñanza GUADALUPE GRANERO Secuencias en el taller de Morfología VIVIANA JULIÁ A raíz del problema de lo preciso Guadalupe nevesLas formas del neobarroco según Omar Calabrese VERÓNICA ALLOCATI B :: CLÁSICA 18 LEV VIGOTSKY Forma y Realidad B :: PLUS 29 / 36 RELATOS + RESEÑAS + NOVEDADES + BREVIS HOY + IMAGO BREVIS LECT BREVIS :: 4 BREVIS LECTURAS BREVIS :: 5 La forma dialéctica Rectángulo: como la forma simple del poder. (…) Artificial: histórico, cultural, ideológico, incluso quizás: neurótico. (…) La subversión de una forma, de un arquetipo, no se hace forzosamente por medio de la forma contraria, sino de una manera más retorcida, conservando la forma pero inventándole un juego de superposiciones, anulaciones, desbordes.1 Diego Ceconato La forma, entendida desde una mirada territorial, política2 se configura entre dos momentos o fuerzas en coexistencia y antagónicas. La noción “dialéctica” de Th. Adorno como dialéctica negativa, o de W. Benjamin como dialéctica en suspenso ponen en evidencia el conflicto irreductible entre la parte y el todo. Para nuestro problema, la contradicción ente dos momentos de la forma, el objetivo y el subjetivo. Por un lado, el momento objetivo como grado cero de la organización2, las formas arquetípicas de la percepción: la ortogonalidad y el paralelismo de las formas espaciales (el cubo y el prisma) que instauran un hábito perceptivo, una estabilización de un habitar tópico, estable. Por otro lado, y en coexistencia con esta objetividad de la forma, el momento subjetivo en tanto operaciones de subjetivación, de desviación, de autonomía de estos principios primarios del orden. El modo dialéctico en un interrogar por la forma, implica mantener esta mónada de correspondencia entre las organizaciones formales y nuestros supuestos aprioris perceptivos, pero a la vez inventarle este “juego de superposiciones, anulaciones y desbordes”, como afirma R. Barthes, y quizás, enfrentarla a lo monstruoso, a lo deformante, a lo inútil, a lo irreductible de ser configurado, objetivado y codificado. La morfología existe porque hay algo que no puede configurarse3 La morfología en tanto acción política, sub-versiva, abre el campo del simbolismo, del onirismo, de todo proceso de subjetivación que, más allá de la apertura que conlleva a toda diferenciación cultural individual o colectiva, opera sobre lo ideológico, es decir, sobre el desarme de la mirada frente a las estructuras de poder hegemónicas, sobre el sentido de la realidad4 y sobre el hábito perceptivo que las formas espaciales estabilizan materialmente. La modernidad concibió el espacio como técnica, el espacio técnico burocratizado del capi- talismo (como acción de dominación y coacción). La esencia de la técnica (en sentido heideggeriano) en tanto proceso que determina una estructura o andamiaje de lugares precisos y estables en disposición, la Gestell5. Lo real es así develado en la técnica moderna como “fondo fijo acumulado” y no como objeto/ máquina. Lo que domina esta concepción sobre la técnica (por ende del espacio) es una manera de develar como transformación y organización de lo real, lo sin-objeto de una existencia en movimiento. La pregunta será entonces cómo interrogar “dialécticamente” al espacio en tanto acumulación y transformación de energía de trabajo, cómo dar lugar a lo no configurable en ese antagonismo social6, expresado en la arquitectura, que deforma a las personas en tanto fuerzas productivas insertándolas en determinadas relaciones de producción como energía de trabajo acumulada y <disponible>. Podrá pensarse quizás en una dialéctica entre lo útil y lo inútil entre lo objetivo y lo subjetivo de las prácticas humanas que pueda desestabilizar ese andamiaje de acumulación y transformación. <Habitar> es des-instalar el andamiaje del <disponer>, es precarizarlo, suspenderlo, situarlo en el juego dialéctico que constituye nuestra propia existencia. Referencias 1. Roland Barthes. Cómo vivir juntos. Bs. As.: Siglo XXI. 2003 2. Joaquim Español. Forma y consistencia. Madrid: Fundación Caja de arquitectos. 2007. 3. Roberto Doberti. Espacialidades. Bs As.: Infinito, 2008. 4. Raymond Williams, Marxismo y literatura. 5. Martin Heidegger. La pregunta por la técnica. Texto traducido por Oscar Terán. 6. Theodor Adorno. Crítica de la cultura y sociedad, I. Madrid: Akal, 2008. BREVIS :: 6 El cuerpo en la obra de Liliana Maresca [primera parte] Refugio Lugar solitario / Soy mi naufragio / Un simple y trágico naufrago / Sobreviviente de la muerte/ Ella va dentro mío / Tomándome / Trabajo de exorcista [LM] Verónica Allocati Liliana Maresca (Buenos Aires, 1951-1994) constituye una figura clave del arte argentino de los años ochenta pues inicia y desarrolla muchas de las líneas que caracterizarán el arte de la década siguiente. Para desarrollar este trabajo hemos elegido dos obras de la artista que permiten explicitar los contextos y posibilidades de lectura de su múltiple y diversa producción. Wotan-Vulcano (ver foto inferior) es la elegida para la primera parte y la fotoperformance Maresca se entrega-Todo destino para el próximo número de Brevis. En torno a estas obras es posible desplegar algunos ejes de análisis: —El papel que juega el cuerpo en el proceso de la obra. —La tensión vida-muerte (o bien Eros-Thanatos). —Las relaciones entre el ámbito de lo poético y de lo sagrado. —La deslimitación de los géneros en su obra. La catalana Anna María Guasch dedica varios capítulos de uno de sus libros (ver referencia) a la historia del arte del cuerpo como arte procesual y a éste como centro de las prácticas artísticas contemporáneas. Guasch ve antecedentes de esta tendencia tanto en el arte de Ives Klein como en el accionismo vienés, valorando artistas como Gilbert and George, Marina Abramovic y Orlan. En la década de los ochenta, dice Guasch, el artista parte del supuesto de que “no debe ser un fabricante de objetos, sino un sujeto activo en ceremoniales hacia el territorio de la conciencia”. El cuerpo aparece, así, en el centro de diversas poéticas: por su parte, Elena Oliveras plantea que —en el panorama de deslimitación que vive el arte contemporáneo— los cuerpos del espectador y del artista quedan implicados necesariamente en géneros como la instalación, la performance, la fotoperformance y la videoperformance. Las operaciones estéticas de Liliana Maresca, según Adriana Lauría, se sitúan como rituales o alquímicas: producen resultados similares a los catalizadores químicos. Lauría considera que, si bien la artista recoge el espíri—> Imagen superior: Recolecta (detalle), 1990. Carrito dorado, fundición de bronce con baño de oro 24 y granito gris. Imagen inferior: Wotan-Vulcano, 1991. Instalación. Ocho carcasas de zinc (restos de féretros), alfombra persa, pintura dorada, farol a querosene. 3 x 3 m. BREVIS :: 7 tu neodadá, éste se combina con el minimalismo y las operaciones conceptuales en un eclecticismo propio del fin de siglo. Su resistencia se localizaría al situarse fuera de convenciones y en la exploración de límites. Acerca del modo de producción de Maresca, es importante rescatar —afirma Gumier Maier—que hay en ella “una reflexión sobre el mundo, que está tejida con una reflexión sobre su propia vida y sobre la existencia del ser humano”. Según Fabián Lebenglik, “Maresca tiene el arte por única certeza y desde ese lugar cree brutalmente y a toda costa.” El tema de la transmutación alquímica es un concepto importante en la obra de Maresca: Se manifiesta al dorar un carrito de basura para convertirlo en algo sagrado o tomarlo como símbolo nacional. El proceso que inicia al recorrer el “Albergue Warnes”, solicitar el carrito a un cartonero, sacarlo de ese contexto y trasmutarlo para exponerlo en una muestra que titula Recolecta constituye un aspecto central de la propia obra. El mismo procedimiento lo realiza Maresca con los féretros en Wotan-Vulcano (ver imagen). Son esos procesos los que determinan que Maresca sea toda ella cuerpo, que se trate de una artista que parte de su cuerpoacción para realizar su obra. Según Eduardo Shaw, Wotan-Vulcano se trata de una obra, “que se instala en procesos de alquimia, que logra una estética profunda a partir de elementos que generan rechazo o incomodan”: los ataúdes. Como comentaba la artista, sus amigos odiaban que insistiese con un tema que todos prefieren ignorar: “mi misión en la vida es molestar”, afirmaba. Según Maresca esta obra —como la anterior Recolecta— “tienen que ver con la “muerte de la cultura. La cultura de la ideología.” Referencias Maresca, Liliana. El amor, lo sagrado, el arte, Buenos Aires: Leviatán, 2006. Guasch, Anna María. El arte último del siglo XX. Del posminimalismo a lo multicultural. Madrid: Alianza, 2001. Oliveras, Elena. La levedad del límite. Arte argentino en el fin del milenio. Buenos Aires: Fundación Pettoruti, 2000. Lauría, Adriana, “Discurso crítico y poético en la obra de Liliana Maresca”, en Nártex, año I Nro 2, 1997. Hasper, Graciela (comp.) Liliana Maresca, Documentos. Buenos Aires, Libros del Rojas, UBA, 2006.obra La forma sigue carla antonini Mediante la expresión “La forma sigue a la función”, el Bauhaus instaló una suerte de máxima en el campo de la proyectación. Sin desmerecer este principio del que se han alimentado y sostenido muchas propuestas, considero que, a casi un siglo de su apertura, podríamos convenir —siguiendo el espíritu inicial de una escuela donde se hablaba del hombre posicionado en un momento histórico— lo impropio que resulta cristalizar cualquier teoría si al mismo tiempo se producen cambios sustanciales en los campos de la ciencia y de la técnica. “Nuevos problemas exigían conocimientos más exactos”1 pregonaban y, reconociendo los cambios contextuales, nos explicaban el pedido de auxilio mediante la observación de fenómenos empíricos. “La multiplicación de los artefactos mecánicos y los nuevos métodos de investigación reclamaban una nueva orientación intelectual”2. Hoy estimo impostergable el llamado en el que se responda: ¿A quién, a qué, sigue la forma? Es complejo responder el interrogante hermenéuticamente cuando hay falta de contenido. La forma necesita un estatuto, si se quiere, cualquier tipo de precepto para justificar tratamientos que la distingan. Repensarla, traspasando la voluptuosa experiencia del diseña- — La forma es víctima y victimaria. Atestigua que no hubo ni hay tiempo para profundizar las direcciones que nos han signado en la historia. — Bob Gruen. Tina Turner Live-Honka Monka Club, NYC, 1970. —> BREVIS :: 8 Desnudo bajando por la escalera. Marcel Duchamp, 1912. dor, es una empresa compleja. Su implicancia con el sujeto — su percepción, sentidos e imaginación— está directamente filtrada por los cambios técnicos en materia de representación. La elección de las herramientas (en su mayoría virtuales) fueron determinando, de modo arbitrario y reiterado, gran parte de los resultados en las imágenes con las que convivimos hoy en día. La sensibilidad que poseen, así como su precisión, flexibilidad, y el “grado de realidad”, dependen del avance tecnológico y no de cómo se operan. Claro ejemplo: el uso de tabletas o lápiz óptico, sobre un software; donde el tratamiento visual y la información, se desarrolla en un entorno ya dispuesto, procesado. Trazando analogías: el fotógrafo que deja para horas de posproducción lo que antes era estimable hacer en segundos. Si en la actualidad hacemos el ejercicio bauhausiano de comparar al hombre primitivo con el hombre moderno1, se evidenciará por antonomasia, una antítesis. Pero si lo realizamos con la forma, el aplanamiento morfológico que surge luego del periodo de vanguardias (realismo, cubismo, futurismo y otros “ismos”) se pone de relieve. Los recursos utilizados en aquel momento pueden resultar, según nuestra mirada, artesanales o innecesarios, puesto que hoy se presentan ciertas operativas clásicas ya digeridas: superposición, sustracción, intersección y el resto del menú se encuentran, sin misterio, en cada software dedicado al tratamiento de imagen. En ese sentido los problemas especialmente significativos —digamos espacio o color, por ejemplo— se resuelven habitualmente mediante la elección de un programa y una herramienta prediseñada, circunscribiendo al diseñador como si fuese el operario de temas poco comprendidos empíricamente: sólo conoce —y no comprende— lo que se ha hecho. La forma es víctima y victimario, atestiguando que no hubo, ni hay, tiempo para profundizar las direcciones nos han signado la historia. La huella, la impronta, la “mano”, estaba presente en épocas donde todo partía de ella. Era allí mismo donde la forma hallaba su identidad. Hoy “esa mano” ha quedado olvidada. Existe, sí, como copia, aparece clonada, resultado de un constante desarrollo técnico . ¿Cómo podríamos lograr más distinción en las formas si pretendemos hacerlo con he- rramientas universalizadas que posibilitan copias absolutamente idénticas? Bastaría con que trabajemos a conciencia y nos percatemos el momento de la desaparición delos referentes. Bastaría con depurar la majestuosidad de algunos resultados y analizar en qué porcentaje hemos participado de la construcción de lo realizado. Bastaría con purgar la imagen y secuestrar lo que nosotros hemos llevado hasta allí, adjudicarnos el control de la experiencia, de la singularidad en el trazo, aquello inimitable que casi ya no se recuerda. Aun así, quizás el movimiento inverso al realizado por la Bauhaus se acerque. El hombre logró dominar la tecnología y se olvidó de la forma. ¿Se aproximará acaso la fusión al unísono del pensamiento agudo y la operatividad? ¿Será esa la resurrección de la forma? Notas 1. La cita es de La nueva visión. Principios básicos del Bauhaus, de Lazló Moholy-Nagy (Buenos Aires: Infinito, 1997, pág, 48). 2. Ibidem. La idea del hombre “primitivo” en oposición al hombre “moderno” también proviene del trabajo de Moholy-Nagy. BREVIS :: 9 Gramática T’ang [segunda parte] HORACIO WAINHAUS La operatoria del puzzle occidental es invariable. Para quien diseñe un rompecabezas, como bien indica Georges Perec, el proceso consiste en establecer la relación entre el tamaño de las piezas y la imagen original (o sea: mayor o menor cantidad de piezas) y la elección de una imagen que posea más o menos elementos pregnantes visualmente (lo que supone mayor o menor grado de dificultad en el reconocimiento de la relación parte-todo).1 El tangram chino, en cambio, siendo también un puzzle, posee características diferentes a las de los occidentales, fundamentalmente porque el número de piezas es invariable. Se origina en la división de un cuadrado en siete formas base. La manera clásica de jugar al tangram consiste en la reconstrucción de figuras geométricas utilizando siempre la totalidad de esas siete formas base. Este dispositivo lúdico es conocido en China como “el juego de las siete astucias o “el cuadrado de la inteligencia”. De uno de los más grandes poetas de la China, Wang Wei, dijo Su-Tsong-Po: “Al leer sus poemas, descubro un cuadro y al contemplar sus cuadros, descubro un poema”. Inevitablemente, en el ideograma orien- tal queda abolida la distancia entre imagen y palabra. Así, la escritura de Oriente, como indica Barthes en El imperio de los signos, parte del gesto que la crea: cada término-imagen es único –como cada configuración del tangram es singular– pero multiplica su sentido. A modo de ejemplo, un ideogra- con la meditación despreocupada y la contemplación perezosa”.2 Pero Wan —ejemplo que creemos pertinente— desborda su campo semántico al incluir el juego de los niños, las bromas, las prácticas sexuales desenvueltas, el placer de apreciar el sabor de las comidas y el gusto por coleccionar obras de arte. mismo modo, en el estudio de una posible Gramática T’ang resultó para mí esclarecedora la lectura de un fundante texto del poeta Lu Chi acerca del arte de la escritura y de los modos de configuración en la poesía4: entendiendo que también, a su modo, las imágenes que pueden ser producidas a partir del tangram suelen constituir pequeños poemas visuales. Así —aun considerando la inevitable distancia entre imagen y palabra que establecemos en Occidente– esta fue una de las razones centrales que motivaron nuestra decisión de incluir un poema del mismo Lu Chi (La luna se renueva) en el libro que editamos a fines de 2011 sobre las prácticas derivadas de este apasionante juego. [La primera parte de este artículo fue publicada en Brevis 04/05)] Configuración desarrollada a partir del juego de Tangram ma —Wan, que es utilizado para aquellos juegos “que prohíben la prisa” y exigen reflexión– “designa en esencia toda clase de ocupaciones semimaquinales que dejan al espíritu distraído y vagabundo, ciertos juegos complejos que lo emparentan con el ludus y, al mismo tiempo, Según Caillois, Wan también evoca “la suavidad apacible y reposada del claro de luna, el placer de un paseo en barca por un lago límpido y la contemplación prolongada de una cascada”.3 El destino de Wan es, así, enlazar el destino de las culturas con el de los juegos y la poesía. Del Referencias 1. Perec, Georges. La vida instrucciones de uso. Barcelona: Anagrama, 2000, p. 13. 2. Caillois, Roger. Los juegos y los hombres: la máscara y el vértigo. México: Fondo de Cultura Económica, 1986. 3. Caillois, Roger. Op. cit. 4. Lu Chi (262-303). BREVIS :: 10 La expansión de lo real en la obra de Jorge Castro VARINNIA JOFRE Actualmente radicado en Córdoba, pero siempre realizando trabajos en el exterior, Jorge Castro es un pionero del arte digital. Desde La Cúpula Galería de Arte / Media Lab, espacio de exhibición y formación de arte tecnológico, junto al artista de hardware Roberto Monguillot produce eventos con artistas locales y de distintas procedencias del mundo. Hace más de once años, Jorge Castro realizaba Network Borges project (2000), una de las primeras obras artísticas de Internet realizadas por un argentino. Una de sus partes, Palindrome ++ 2.1 obtuvo el premio Video Award Contemporary Museum, Baltimore (EEUU) de ese año. Para el artista, Internet parece ser un producto de la inspiración de Jorge Luis Borges, tanto los dispositivos y mecanismos, su modo de funcionamiento, su estructura expansiva regida por el tiempo circular: “La web es un sin fin, un infinito, y en eso se podría comparar con lo que Borges buscaba. La web site es hoy un paradigma de Borges: ‘llego a mi centro, a mi álgebra... pronto sabré quién soy’, dice en uno de sus versos. Él estaba buscando en sí mismo. Internet busca hacia afuera, pero con la explosión de miles de ventanas, en realidad es como una sola ventana hacia adentro.” La poetización de la producción humana en la ciencia, el arte y la tecnología es una constante en Jorge Castro; encuentra en otro que el de hacer que exista, en el mundo de la web es ella misma la mayor creación. Jorge Castro se pregunta: “¿Cuál sería la opinión de Borges sobre ARPANET?” Internet parece ser una concreción de las intuiciones de Borges; por un lado por la noción de hiper- que subyace a la pregunta que se formula más adelante: “¿te puedes encontrar a ti mismo en Internet?” y se contesta que sí, que encontramos todo sobre lo que hemos hecho como especie: “Internet marca el momento en que nosotros, como seres humanos, podemos ver todo aquello que hemos realizado: cultura, hábitos, conocimiento, tecnología, poder. Esto significa la aceptación de todo lo que hemos engendrado; así, podemos ver realmente aquello que somos.” Lo cual nos remite a otro cuento de Borges: La biblioteca de Babel, un universo casi infinito de información en el que no hay un punto central. Referencias 1. Ver sitio lacupulagaleria.com.ar 2. Las citas de Jorge Castro son tomadas del artículo de Verónica Molas: el poema de Borges una correspondencia entre la naturaleza (el Cosmos, la Creación), y la website: detrás de lo visible, de lo aparente y de las infinitas ventanas hay un centro que está en la ley que lo rige, que le da sentido, su causa matemática, algorítmica. Este sentido, en el caso de la web site o del mundo virtual no parece ser texto que el recorrido en red del “jardín de los senderos que se bifurcan” propone: un recorrido no lineal, abierto a múltiples opciones; y por otro lado, con el Aleph, el lugar desde el cual puede abarcarse la visión del Todo. Esta totalidad nos puede incluir a nosotros mismos, como expresa a través de la hipótesis “Un bibliotecario en la web”, diario La voz del interior del 09/01/2001; de Flash Backup, de Federico Andrade y Gisela Di Marco (compiladores), Córdoba, 2010, editado por el Centro Cultural España-Córdoba; y de entrevistas personales hechas en 2005. 3. Primera red de computadoras, antecedente de Internet. 4. Cfr. Machado, Arlindo. El paisaje mediático. Libros del Rojas, 2.000. BREVIS :: 11 Interrogación sobre la enseñanza HOMERO PELLICER El sentido y justificación de los estudios de la forma en la arquitectura, es un constante estado de interrogación (por lo menos para mí) sobre cuales son los límites de este campo, sus incumbencias, de que trata y hasta de que cosas se incluyen en los cursos o espacios de enseñanza que invocan su nombre (Morfología). Esta situación se (me) plantea inexorablemente al comienzo de cada curso, de cada clase, de cada reunión. Esto incluye (re)pensar el sentido y la justificación de las palabras Forma y/o Morfología, sus implicancias y los conceptos e ideas que están en juego en estos términos, incluyen en esta acción de sinceridad intelectual la posibilidad de argumentar el sinsentido o la no necesidad de impartir o enseñar Morfología. una acción y de otra/s forma/s; siempre que un objeto diseñado sea capaz de generar y trasmitir conocimiento.Esta constante interrogación acerca de la generación de forma y sus modos de enseñanza en relación a quien la diseña-proyecta plantea dos estados que deben pensarse y actuar en simultaneo: por un lado, operar con lo dado, con lo cotidiano, asumiendo la naturalidad de los objetos que nos rodean y que generamos. Es decir reconocer cada uno de los obje- hasta aquellas argumentaciones que ponen en juego alguna dimensión o parámetro especifico: al diseñador, al contexto del objeto, al usuario de esa forma, al que la habita, la percibe, la transita, etc. En este marco proponemos validar el “acto morfológico” (su estudio, su implementación, su enseñanza) siempre que esté en juego un proyectista y su formación, siempre que cada objeto sea la expresión y el desencadenante de una idea, de — Plantear el doble camino: un conocimiento en acción y un conocimiento intersubjetivo. — Validar el “acto morfológico” ¿No todo merece la atención de la morfología? ¿Todo objeto es en sí una acción morfológica? ¿Qué determina la atención o la justificación de este campo de estudio? Podríamos encontrar variadas entradas a este tema, desde la argumentación mas generalizadora, “siempre que haya un objeto, se justifica su estudio”, Foto: Luis Picarelli tos como signos naturales de un lenguaje propio. Enmarcados en lo habitual entendiendo el grado de pertenencia de las formas a su lugar, a sitio, a su contexto y definiendo los diversos grados de identidad de los hechos en su tiempo y espacio. El otro estado propone la necesidad de suspender el juicio habitual sobre lo cotidiano, tratar de desplazar aquellas ideas y prejuicios naturales, y que nos permita de manera temporal mirar lo mismo, pero desde otro lado. Generar una “extrañeza” en lo cotidiano y naturalizado, y volver a mirarse en la acción desde otro lado, para reencontrarse y reconstruirse nuevamente en esa acción proyectual. Suspender lo habitual y cuestionar lo dado. Este planteo se sustenta en poner en primer plano la acción, esa acción es la propia producción y generación de formas por los alumnos. Esto pone de manifiesto un tipo de inteligencia, de intuición. Esa producción en un curso de enseñanza-aprendizaje de la forma se sustenta en la posibilidad de generación de conocimiento. Un conocimiento en acción y un conocimiento intersubjetivo. Es decir, un doble camino. El conocimiento del otro (alumno, otro docente) y el propio. BREVIS :: 12 Vexierbilder, o pinturas con secreto Miguel A. Barseghian [Anamorfosis, 2da. parte] Los Vexierbilder o cuadros con secreto, que estuvieron de moda en el siglo XVI, ofrecían una lectura para la mayoría y otra lectura distinta para una minoría que poseía la clave. Uno de los recursos más usados fue la anamorfosis, que, como sistema de representación gráfica sujeto a una mirada oblicua, implica principalmente dos capacidades: por un lado es apta para la creación de espacios ilusorios y por otro, al superponerlas a una perspectiva preparada para una mirada frontal, da lugar al desarrollo de las “pinturas con secreto”. Al respecto, dice Souriau (1998) que “…permiten al artista, desde el siglo XVI, mostrar enmascaradas escenas eróticas o escatológicas. (...) algunas anamorfosis responden a una finalidad alegórica. En un grabado de Erhard Schön, lo que en un primer momento aparece un paisaje, visto desde un ángulo determinado, representa a cuatro soberanos que constituyen y descomponen a la vez el paisaje (se sugiere aquí toda una filosofía política). Otras anamorfosis manifiestan una filosofía compleja, una reflexión sobre la ilusión, el engaño, la mentira, la duda: más que otras vanidades, la anamorfosis del cráneo tirado en el cuadro de Holbein recuerda la inconstancia de las cosas, la omnipresencia de la Muerte: investigación técnica y reflexión teórica son en el pintor un solo movimiento” Una vasta red de referencias hacen a la inteligencia y a la estética de la obra pero interesan particularmente en estos casos aquellas capacidades que convertirían al espectador en una suerte de cómplice de un saber o en partenaire de un desafío de las características que habrá de impregnar al aristocrático arte manierista del siglo XVI. El espectador avisado intenta develar el jeroglífico encerrado en una pintura ilusionista, debe desplazarse fuera de su sitio de observación natural, como dice Calabrese, a buscar “detrás de la máscara” (Calabrese, 1993:41). El secreto se convierte en la fórmula mágica que lo impregna todo, a la imagen construida para una mirada frontal se superpone un sistema gráfico funcional a una posición oblicua a la vez que camuflado, disimulando la abstrusa maraña de lí- bre una abstracción. La agudeza escondida es ejemplo extremo del manierismo construyendo su oposición sobre su pasado próximo, lo clásico. Por otro lado, con el manierismo las prótesis visuales se incorporan al mundo del arte, al mundo de la oscuridad, de lo intrincado, surgen imágenes sólo descifrables con el aditamento de espejos cónicos, cilíndricos o piramidales. Son las anamorfosis catóptricas que hacen al entretenimiento con acceso exclusivo de una élite intelectual y cortesana que ponen en discusión los alcances del humanismo así como hoy ciencia y virtualidad ponen en crisis al ser y su apariencia. Referencias Calabrese, Omar. Cómo se lee una obra de arte. Madrid. Cátedra SA, 1993, p 41. Hocke, Gustav René. El manierismo en el arte. Ed. Guadarrama, Madrid, 1961. Martínez, Luz. Manierismo y Neoba- Erhard Schön, 1538 rroco. Revista de la Fac. de Filosofía propuesto para el encuentro de mensajes ocultos. Lo “escondido por encima y por debajo de la realidad física y “natural” (Hocke, 1961) constituye una neas con agregados de pequeñas figuras de personas, árboles, casitas etc. Este ruido visual provoca extrañas imágenes semejantes a un paisaje montado so- y Humanidades de la Universidad de Chile Nº14., 2000- ISSN0717-2869 Sourieau, Etienne. Diccionario Akal de Estética. Ediciones Akal, Madrid 1998. BREVIS :: 13 Una domus a cuestas Edith Strahman En un texto de 1987 que envía al coloquio El sinsentido común”, Jean Francois Lyotard despliega algunas distinciones y conflictos de nuestra condición contemporánea o posmoderna al confrontar la domus (casa o espacio doméstico) con la megalópolis. Lyotard aracteriza a la domus como “un modo del espacio, el tiempo y el cuerpo bajo régimen de naturaleza. Un estado del espíritu, de la percepción, de la memoria limitada a sus confines, pero donde se representa el universo.” Así, el tiempo de la domus es el del ritmo o la rima: repetición, intervalo, regularidades, hábitos, monotonía y reiteración. En la casa cada uno encuentra su lugar y su nombre. Para él la obra en común es la domus misma, es decir, la comunidad: una domesticación repetida, ya que es la costumbre la que domestica el tiempo. El tiempo de la domus es el de los relatos que se inscriben en los gestos y en los modales de los cuerpos relacionados con lugares nombrados, con nombres propios. Llevamos siempre una domus a cuestas: “La ciudad tarda siglos en socavar como termita a la domus y a su comunidad”. — Aun seguimos buscando ese paraíso perdido entre la domus y la megalópolis Y como la megalópolis refiere a una magnitud que excede la escala doméstica, en ella ya no hay más domus, hay domicilio (una categoría policial). La tecno-ciencia contemporánea consuma el fin de la domus: no necesita de nuestros cuerpos terrestres, de las pasiones y de las escrituras, no hace mucho ocultas en la domus; sí necesita de nuestros cerebros. Pero ya no hay posibilidad de que el saber tenga albergue en una mente humana porque vivimos en tiempos de multiplicidades, de compartimentación, de especialización, de fragmentos (ya no puede haber un Leonardo Da Vinci). — El tiempo y el espacio ya no obedecen a los ritmos de la naturaleza porque hay un dominio de la racionalidad técnica que instaura al número como medida abstracta. En Cortázar: “el reloj matematiza el tiempo y cuando te regalan un reloj, eres tú el regalado .” Las ciudades contemporáneas exacerban el anonimato y la velocidad. En ellas se propicia la fluidez de movimientos e interconexiones de los flujos reales y virtuales. Y así como en la ciudad de Los Ángeles no hay veredas, en Las Vegas no hay ni día ni noche. Sin embargo aún proyectamos la imagen de nuestro cuerpo sobre los edificios que construimos: equilibrio, simetría, proporción. Pasamos de la ostentación de las fachadas a la ceguera, entre el mostrar y el ocultar (igual que con nuestra vestimenta). La modernidad transformó los productos del obrar humano en mercancías y en signos de intercambio: todo se estetiza y se vuelve comunicable y funcional. Pero aún seguimos buscando ese paraíso perdido entre la domus y la megalópolis, sin desprendernos de las concepciones racionalizantes que nos dominan. Por eso Lyotard sentencia: “No es que la domus sea la figura de comunidad que puede erigirse en alternativa de la megalópolis. La domesticidad está terminada, y sin duda jamás existió sino como sueño del antiguo niño que se despierta y la destruye al despertar.” Aún me pregunto: ¿cómo sostener en tiempos de globalización algo de aquella memoria ancestral, de los ritmos aletargados, de una casa que tal vez nunca existió? Referencia Lyotard, Jean Francois. Lo inhumano. Charlas sobre el tiempo. Buenos Aires: Manantial, 1998. BREVIS :: 14 Morfologías sustentables MARCO ARESTA Nuestro entorno es una fuente inagotable de modelos geométricos. No sólo el círculo o la esfera, también los poliedros regulares y arquimedianos, sinusoides, trayectorias curvas, espirales, catenarias, hiperboloides y especialmente las secciones cónicas están presentes en organismos diversos en la Naturaleza. Los organismos muestran preferencia por el ángulo de 120º, al envés del ángulo recto y muchas superficies se estructuran como redes planas de polígonos repetidos, como la pavimentación en hexágonos. En el espacio tridimensional las tramas o redes adoptan la forma de empaquetamiento de poliedros, como es el ejemplo de las siete redes cristalográficas. El asombro por las geometrías de la Naturaleza y su expresión plástica continúa cuando identificamos sistemas de proporción geométrica, aritmética o armónica en los organismos vivos, como el ejemplo del crecimiento gnomónico caracterizado por la espiral. El universo biológico muestra así tendencia para patrones o leyes de proporción, como son la secuencia de Fibonacci o la Proporción Áurea. Dado su carácter incuestionable y de presencia permanente — A las geometrías de la Naturaleza resignificadas por el diseño las llamamos sustentables. Se manifiestan en nuestro entorno, en nuestro cuerpo, y en símbolos de carácter universal — (aquello que es sagrado), procedemos al estudio y reconocimiento de las relaciones y estructuras geométricas que están subyacentes a todo organismo viviente y su re-significación en el diseño y concreción de Formas. Formas que están organizadas mediante patrones, proporciones, códigos y símbolos que estructuran la energía en sistemas más y menos densos, constituyendo la fuente y la base metafórica y concreta de la Creación. Geometrías que permiten el desarrollo y la evolución de organismos vivos de la forma más eficiente y de la Conciencia global del Cosmos. A es- tas geometrías de la Naturaleza resignificadas por el diseño las llamamossustentables. Estas geometrías transcienden el ámbito general y se materializan en morfologías sustentables del orden estético/formal con la identificación en estructuras de la Naturaleza, en nuestro entorno macro y micro y en nuestro cuerpo, así como en arquetipos de la Humanidad como símbolos de carácter universal, donde todas las partes y elementos implicados están interrelacionados en un diseño de cierta forma cosmológico; del orden espacial con la adaptación a usos y conductas directamente relacionados con la escala y proporciones de nuestro cuerpo y con la apropiación de nuestro cuerpo al espacio y su relación con la forma; del orden económico considerando, en etapa de concreción, a sistemas simples y materiales naturales, sanos y del ámbito local; del orden estructural con la eficiencia de esfuerzos en formas a la compresión o de elementos recíprocos; y del orden energético adecuando la geometría al medio y al clima y promoviendo el intercambio ecológico de recursos producidos. BREVIS :: 15 Secuencias en el taller de Morfología GUADALUPE GRANERO El taller es lo concreto de cada mañana de miércoles, sus sonidos a herramientas, los colores sucios de maquetas que mutan bajos tantas manos, la belleza de tanto gris grafito. Pero es también una idea, larga y densa, prefiguraciones que desde las bambalinas de la cátedra intentan dar un sentido amplio, complejo, al curso de Morfología. Reivindicando la idea de que los nuestros son talleres de producción, donde se hace —se piensa haciendo— exploramos las posibilidades de construir una cierta totalidad significativa a partir de momentos con lógica propia. Momentos que dispongan un espacio para desplegar lo vivencial, para operar intuitivamente, producir desde el cuerpo y la poesía, tanto como momentos donde el sentido está en pensar esas experiencias, en pasar por la conciencia e intentar aprehender lo hecho y sedimentar un proceso de aprendizaje. Estas dos instancias son absolutamente dialécticas; no son un círculo sino una espiral, en la cual volvemos a pasar por situaciones pero en un plano distinto, de creciente complejidad. En la instancia experimental, trabajar con materiales no convencionales potencia la necesidad de experimentar técnicas constructivas y habilita la emergencia de formas y cuestiones formales impensadas. Recupera el sentido de taller de producción, no sólo por lo obvio de “hacer” en ese lugar sino porque lo que se hace implica unas condiciones (tipo de materiales, herramientas, dimensiones) y un contexto (trabajo colectivo, relación con otros niveles de la materia) que solamente —o casi— se pueden dar en el marco de un taller FADU. El momento de reflexión implica abrir un espacio de debate teórico en paralelo al desarrollo de los talleres, con la particularidad de que esa construcción de teoría es producida y sostenida por los mismos alumnos. Implica hacernos cargo de eso que de tan dicho suena tan trillado como que “el conocimiento es una construcción colectiva”. Es la concreción del contexto para que los alumnos especulen sobre la forma y sus cuestiones, y los docentes movilicen la producción de un material crítico y experimental, a partir de un tema que podría bien dar pie a una investigación “institucionalizada”; es preciso correrlos y corrernos de ese lugar para construir un ámbito donde el conocimiento sea la consecuencia inevitable pero no la condición a priori, que puedan permitirse jugar a partir de la consigna más que forzarse a construir algo “serio y sustentado”. Desinstitucionalizar la relación docente-alumno y repensar los roles es necesario para que todos nos hagamos cargo de la masividad y sus ló- gicas de producción. Y romper el protocolo, dinamizar el ánimo del curso; las “teóricas” en el taller, el trabajo en el set de filmación, las actividades inter-niveles, son herramientas interesantes para azuzar la energía de producción. Hay que profundizar ahí y construir —cotidiana y colectivamente— el espíritu del taller. Foto: Luis Picarelli BREVIS :: 16 A raíz del problema de lo preciso Viviana Juliá Pensamos dibujando, dibujamos pensando. ¿Dibujando preciso, pensamos preciso? ¿Que modo de dibujar consideramos preciso? ¿Por qué se relaciona la mano alzada con lo aproximado? ¿Es preciso un dibujo técnico? Si entendemos lo preciso sólo como lo que está en el campo de lo cuantitativo, o si lo planteamos como pares opuestos entre lo metodológico y lo que no lo es, estaremos dejando afuera gran parte del significado de “lo preciso”. Se puede llegar a confundir la precisión del inexperto, cuando mide, cuando necesita medir para dibujar técnicamente, con un pensar proyectual. Sin embargo toda la atención está puesta en la complejidad resolutiva. Veamos un ejemplo. ¿Qué diferencia hay entre plantear resolver una cuenta de cierta complejidad (por ejemplo raíz cuadrada de 2553) con un método (como hacían los estudiantes antes de que aparecieran las calculadoras en las aulas) o mediante estrategias de aproximación? En el primer caso, con el método, llegaremos a algo que nos va a acercar mucho al número exacto, 50,527. Si además, resolvemos el problema a partir del uso de herramientas — Es necesario establecer el contexto de lo preciso: plantear el dibujo como estrategia para pensar — tecnológicas, podríamos no sólo acelerar los procesos de cálculo, sino llegar a un número más preciso (50,527220) con sólo conocer los signos que refieran al problema de la raíz cuadrada. Pero si llegar a un resultado único y determinado no fuera el fin, sino que consideramos que lo preciso es indagar en la posibilidad de acercarnos de a poco a la idea del resultado del problema que se nos plantea, podremos llegar fácilmente, después de algunos intentos, a 50. Algunos más persistentes podrán llegar incluso a 50,52 a partir de operaciones bási- cas que no requieren de por sí, de la tecnología. En este caso, acelerar los procesos de cálculo a través de una calculadora no cambiaría la estrategia ni el resultado, sólo el tiempo. ¿Cuál es la diferencia entonces? Básicamente es que aplicando el método no pensamos cómo llegar al resultado, no planteamos ninguna estrategia, simplemente obtenemos el número a través de cierto conocimiento de los signos y de manipulación técnica aprendidos, sin necesidad de entender el concepto de raíz cuadrada. Antes de comenzar establecemos a priori que hay un resultado, al que debemos arribar. En cambio, en el segundo caso, no es posible pensar una estrategia desconociendo el concepto, analizando el problema, para entonces, recién entonces, acercarnos al resultado. Por eso, el tema está en establecer el contexto de lo preciso, en plantear el dibujo como estrategia para pensar, como modo de aproximarnos al diseño de la forma en toda su complejidad, y alentar en los talleres a usar las herramientas digitales en ese sentido, ya que el resultado (aunque muchos) es único, en cambio la estrategia posibilita siempre múltiples respuestas. BREVIS :: 17 Las formas del neobarroco según Omar Calabrese Guadalupe neves El pasado 21 de marzo falleció en Siena, Italia el prestigioso semiólogo italiano Omar Calabrese. A modo de homenaje creo importante recordar sus relevantes aportes para la comprensión de nuestro presente a través de textos como Semiótica de la pintura (1981), El lenguaje del arte (1984), La máquina de la pintura (1985), La era neobarroca (1987), Caos y belleza (1991), Breve historia de la semiótica (2001) y Cómo se lee una obra de arte (2007). En La era neobarroca —quizás su obra más conocida— sostiene que es necesario rescatar el concepto de barroco desde el punto de vista morfológico y elabora una serie de categorías que definen este rasgo distintivo que llama “neobarroco”. Según Calabrese es posible encontrar el retorno periódico de rasgos que diferencian nuestra mentalidad de la de otras épocas. Si el término posmodernismo no puede dar cuenta de ellos por ser equívoco y genérico, sí los términos barroco y neobarroco. Así, neobarroco es “un aire de tiempo, una forma”, siendo forma definida por Calabrese como “un principio de organización que abstraído de los fenómenos preside su sistema interno de relaciones”. Calabrese declara seguir las intuiciones del cubano Severo Sarduy, quien unos años antes establecía en su libro Barroco relaciones entre aspectos de la ciencia y el arte del barroco histórico al encontrar similitudes entre el sistema de Kepler y las obras de Góngora, Borromini y Caravaggio. Según Sarduy, el modelo de Kepler constituyó un cambio radical en el que el sol, centro único en el modelo de Ptolomeo, fue reemplazado por un doble centro que opuso al foco visible uno igualmente real, pero obturado. En el planteo de Sarduy subyace la preeminencia del modelo científico, idea que Calabrese rechaza al sostener que también la ciencia responde al principio formal que regula una época. Así, distanciándose radicalmente del crítico e historiador del arte Heinrich Wölfflin, quien un siglo antes, en 1888, había planteado en su obra Renacimiento y barroco una historia de los estilos en “la vida íntima del arte” —donde lo barroco y lo clásico parecían sucederse casi por un mecanismo tácito de acción y reacción desligados de los procesos sociales y políticos— Omar Calabrese no limita la aplicación de las categorías morfológicas por él creadas al estudio de las obras Calavera de diamantes. Damien Hirst. — Lo barroco y lo clásico constituyen para Calabrese jerárquicamente con todos los demás”. Es importante pensar la forma que rige la cultura, puesto que no es posible conocer la totalidad del sistema pero sí ver cómo los objetos culturales, entendidos como fenómenos de comunicación (“con una forma y estructura subyacente”), pueden expresar aspectos ocultos de la totalidad. Siendo lo barroco y lo clásico conceptos morfológicos, conviven y son “interdefinidos”. Las épocas se definen por la prevalencia de uno sobre otro. En nuestra época, la Teoría de los fractales, la serie televisiva Dallas, El nombre de la rosa de Eco y la Calavera de diamantes de Damien Hirst son prototipos de lo neobarroco porque excitan y desestabilizan el orden y pervierten y suspenden el juicio de nuestros valores. conceptos interdefinidos — del arte. Por el contrario, analiza conductas y producciones de diversos ámbitos y discursos sociales a partir de la comprensión de la totalidad de la cultura como sistema, es decir, como un todo estructurado o, “conjunto orgánico en el que cada elemento tiene una relación ordenada Bibliografía Calabrese, Omar, La era neobarroca, Madrid: Cátedra, 1994. Sarduy, Severo. Barroco (Buenos Aires: Editorial Sudamericana, 1974). Wölfflin, Heinrich. Renacimiento y barroco. Barcelona: Paidós, 1991. —Conceptos fundamentales de la historia del arte. Madrid: Espasa Calpe, 2007. CLAS BREVIS :: 18 BREVIS CLÁSICA BREVIS :: 19 Relata Vigotsky: B :: CLÁSICA “El niño desea cabalgar un caballo pero no puede, así que toma una vara y se monta en ella. Pretende entonces que está cabalgando. La vara es un pivote. (...) La acción ajustada a reglas comienza siendo determinada por ideas, no por objetos (...) Es muy difícil para un niño recortar un pensamiento (el significado de una palabra) desde un objeto.” (...) “El juego es una etapa de transición en esta dirección. En el momento crítico en que una vara —esto es, un objeto— se convierte en pivote para extraer el significado del caballo desde un caballo real, se altera radicalmente una de las estructuras psicológicas básicas que determina la relación del niño con la realidad.” FORMA Y REALIDAD LEV VIGOTSKY Editada en 1930, La A medida que el niño crece, su dependencia en relación a sus juguetes-pivotes disminuye. Dice Vigotsky que el niño ha internalizado esos pivotes en tanto imaginación y conceptos abstractos a través de los cuales entiende el mundo. imaginación y el arte de la infancia, de Lev Vigotsky “El viejo adagio de que el juego del niño es imaginación en acción puede invertirse: podemos decir que la imaginación en adolescentes y en infantes es juego sin acción.” (Vigotsky, 1978). (1896-1934) examina el desarrollo de la imaginación creadora en el niño. Arte e imaginación e Imaginación y realidad son los dos capítulos que publicamos, precedidos de una pequeña introducción. ILUSTRAción De Le AVENTURE DE Pinocchio x Attilio Mussino complejo problema del En los tempranos años sesenta, la obra de Lev Semiónovich Vigotsky fue descubierta y divulgada a través de los medios académicos del mundo occidental. Su temprano fallecimiento y una obra profusa hicieron que Stephen Toulmin lo caracterizara como “el Mozart de la psicología” . Para Vigotsky el desarrollo consiste en la interiorización de instrumentos culturales —como el lenguaje— que, inicialmente, no nos pertenecen. Vigotsky plantea que el grupo humano en el que nacemos nos transmite —por medio de la interacción social— su producción cultural: el concepto de Otro, adquiere, entonces, vital importancia en su construcción. Vigotsky va a denominar internalización a un proceso que implica la transformación de fenómenos sociales en fenómenos psicológicos, a través del uso de herramientas y signos. Así, escribe que “(...) la internalización de las actividades socialmente originadas e histó- BREVIS :: 20 ricamente desarrolladas es el rasgo distintivo de la psicología humana. Constituye la base del salto de la psicología animal a la humana.” — Nuestro cerebro y nuestros nervios, poseedores de enorme plasticidad, transforman fácilmente su finísima estructura bajo la influencia de diversas presiones, manteniendo la huella Este salto puede sintetizarse, según Vigotsky, en tres tipos de operaciones de transformación psíquicas: —un proceso que inicialmente representa una actividad externa, pero que se construye y comienza a suceder interiormente; —un proceso interpersonal que queda transformado en otro de carácter intrapersonal. —un proceso interpersonal que deviene en un proceso intrapersonal. Por último, afirma que para comprender mejor el mecanismo psicológico de la imaginación y de la actividad creadora relacionada con ella, es conveniente empezar explicando la vinculación existente entre la fantasía y la realidad en la conducta humana. De allí que hayamos elegido este texto, fuertemente emparentado con el tema elegido para nuestro próximo congreso de SEMA (Mar del Plata 2013). HW ———————————————————————————————— de estas modificaciones 1. Arte e imaginación si las presiones son suficientemente fuertes o se repiten con suficiente frecuencia. — Llamamos tarea creadora a toda actividad humana generadora de algo nuevo, ya se trate de reflejos de algún objeto del mundo exterior, ya de determinadas construcciones del cerebro o del sentimiento que viven y se manifiestan únicamente en el ser humano. Si observamos la conducta del hombre, toda su actividad, percibiremos fácilmente que en ella cabe distinguir dos tipos fundamentales de impulsos. Uno de ellos podría llamarse reproductor o reproductivo; que suele estar estrechamente vinculado con nuestra memoria, y su esencia radica en que el hombre reproduce o repite normas de conducta creadas y elaboradas previamente o revive rastros de antiguas impresiones. Cuando rememoro la casa donde pasé mi infancia o países lejanos que visité hace tiempo estoy recreando huellas de impresiones vividas en la infancia o durante esos viajes. Con la misma exactitud, cuando dibujamos del natural, escribimos o realizamos algo con arreglo a una imagen dada, no hacemos más que reproducir algo que tenemos delante, que ha sido asimilado o creado con anterioridad. Todos estos casos tienen de común que nuestra actividad no crea nada nuevo, limitándose fundamentalmente a repetir con mayor o menor exactitud algo ya existente. Es sencillo comprender la gran importancia que tiene, para toda la vida del hombre, la conservación de su experiencia anterior, hasta que punto eso le ayuda a conocer el mundo que le rodea, creando y promoviendo hábitos permanentes que se repiten en circunstancias idénticas. Principio orgánico de esta actividad reproductora o memorizadora es la plasticidad de nuestra sustancia nerviosa, entendiendo por plasticidad la propiedad de una sustancia para adaptarse y conservar las huellas de sus cambios. Desde esta perspectiva, diremos que, la cera es más plástica que el agua o que el hierro, porque se adapta a los cambios mejor que el hierro y conserva mejor que el agua la huella de estos cambios. Sólo ambas propiedades, en su conjunto, crean la plasticidad de nuestra sustancia nerviosa. Nuestro cerebro y nuestros nervios, poseedores de enorme plasticidad, transforman fácilmente su finísima estructura bajo la influencia de diversas presiones, manteniendo la huella de estas modificaciones si las presiones son suficientemente fuertes o se repiten con suficiente frecuencia. Sucede en el cerebro algo parecido a lo que pasa en una hoja de papel si la doblamos por la mitad: en el lugar del doblez queda una raya como fruto del cambio realizado; raya que propicia la reiteración posterior de ese mismo cambio. Bastará con soplar el papel para que vuelva a doblarse por el mismo lugar en que quedó la huella. Lo mismo ocurre con la huella dejada por una rueda sobre la tierra blanda; se forma una vía que fija los cambios producidos por la rueda al pasar y que sirve para facilitar su paso en el futuro. De igual modo, las excitaciones fuertes o frecuentemente repetidas abren en nuestro cerebro senderos semejantes. Resulta ser que nuestro cerebro constituye el órgano que conserva experiencias vividas y facilita su reiteración. Pero si su actividad sólo se limitara a conservar experiencias anteriores, el hombre sería un ser capaz de ajustarse a las condiciones establecidas del BREVIS :: 21 — Desde la temprana infancia encontramos procesos creadores que se aprecian, sobre todo, en los juegos. Verdad es que, en sus juegos, los niños reproducen mucho de lo que ven, pero bien sabido es el inmenso papel de la imitación en los juegos infantiles. — medio que le rodea. Cualquier cambio nuevo, inesperado, en ese medio ambiente que no se hubiese producido con anterioridad en la experiencia vivida no podría despertar en el hombre la debida reacción adaptadora. Junto a esta función mantenedora de experiencias pasadas, el cerebro posee otra función no menos importante. Además de la actividad reproductora, es fácil advertir en la conducta del hombre otra actividad que combina y crea. Cuando imaginamos cuadros del futuro, por ejemplo, la vida humana en el socialismo, o cuando pensamos en episodios antiquísimos de la vida y la lucha del hombre prehistórico, no nos limitamos a reproducir impresiones vividas por nosotros mismos. No nos limitamos a vivificar huellas de pretéritas excitaciones llegadas a nuestro cerebro; en realidad nunca hemos visto nada de ese pasado ni de ese futuro, y sin embargo, podemos imaginarIo, podemos formarnos una idea, una imagen. Toda actividad humana que no se limite a reproducir hechos o impresiones vividas, sino que cree nuevas imágenes, nuevas acciones, pertenece a esta segunda función creadora o combinadora. El cerebro no sólo es un órgano capaz de conservar o reproducir nuestras pasadas experiencias, sino que también es un órgano combinador, creador; capaz de reelaborar y crear con elementos de experiencias pasadas nuevas normas y planteamientos. Si la actividad del hombre se limitara a reproducir el pasado, él sería un ser vuelto exclusivamente hacia el ayer e incapaz de adaptarse al mañana diferente. Es precisamente la actividad creadora del hombre la que hace de él un ser proyectado hacia el futuro, un ser que contribuye a crear y que modifica su presente. A esta actividad creadora del cerebro humano, basada en la combinación, la psicología la llama imaginación o fantasía, dando a estas palabras, imaginación y fantasía, un sentido distinto al que científicamente les corresponde. En su acepción vulgar, suele entenderse por imaginación o fantasía a lo irreal, a lo que no se ajusta a la realidad y que, por lo tanto, carece de un valor práctico serio. Pero, a fin de cuentas, la imaginación, como base de toda actividad creadora, se manifiesta por igual en todos los aspectos de la vida cultural haciendo posible la creación artística, científica y técnica. En este sentido, absolutamente todo lo que nos rodea y ha sido creado por la mano del hombre, todo el mundo de la cultura, a diferencia del mundo de la naturaleza, es producto de la imaginación y de la creación humana, basado en la imaginación. Toda invención —dice Ribot1— grande o pequeña, antes de realizarse en la práctica y consolidarse, estuvo unida en la imaginación como una estructura erigida en la mente mediante nuevas combinaciones o correlaciones (...) Se ignora quién hizo la gran mayoría de las invenciones; sólo se conocen unos pocos nombres de grandes inventores. La imaginación siempre queda, por supuesto, cualquiera que sea el modo como se presente: en personalidades aisladas o en la colectividad. Para que el arado, que no era al principio más que un simple trozo de madera con la punta endurecida al fuego, se convirtiese de tan simple instrumento manual en lo que es ahora después de una larga serie de cambios descritos en obras especiales ¿quién sabe cuánta imaginación se habrá volcado en ello? De modo análogo, la débil llama de la astilla de madera resinosa, burda antorcha primitiva, nos lleva a través de larga serie de inventos hasta la iluminación por gas y por electricidad. Todos los objetos de la vida diaria, sin excluir los más simples y habituales, viene a ser algo así como la imaginación cristalizada. De ahí se desprende fácilmente que nuestra habitual representación de la creación no encuadra plenamente con el sentido científico de la palabra. Para el vulgo la creación es privativa de unos cuantos seres selectos, genios, talentos, autores de grandes obras de arte, de magnos descubrimientos científicos o de importantes perfeccionamientos tecnológicos. Reconocemos y distiguimos con facilidad la creación en la obra de Tolstoi, Edison o Darwin, pero nos inclinamos a admitir que esa creación no existe en la vida del hombre del pueblo. Pero, como ya hemos dicho, semejante concepto es totalmente injusto. Un gran sabio ruso decía que: así como la electricidad se manifiesta y actúa no sólo en la magnificencia de la tempestad y en la cegadora chispa del rayo sino también en la lamparilla de una linterna de bolsillo; del mismo modo, existe creación no sólo BREVIS :: 22 — El juego del animal es también, con frecuencia, producto de la imaginación dinámica. Sin embargo, estos embriones de imaginación creadora en los animales no pueden lograr, dadas las condiciones de su existencia, un desarrollo firme y estable; sólo el hombre ha podido elevar esta forma de actividad hasta su actual y verdadera dimensión. — allí donde se originan los acontecimientos históricos, sino también donde el ser humano imagina, combina, modifica y crea algo nuevo, por insignificante que esta novedad parezca al compararse con las realizaciones de los grandes genios. Si agregamos a esto la existencia de la creación colectiva, que agrupa todas esas aportaciones insignificantes de por sí, de la creación individual, comprenderemos cuán inmensa es la parte que de todo lo creado por el género humano corresponde precisamente a la creación anónima colectiva de inventores anónimos. Desconocemos el nombre de los autores de la gran mayoría de los descubrimientos, como justamente advierte Ribot, y la comprensión científica de esta cuestión nos hace ver en la función creadora más bien una regla que una excepción. Es cierto que las cotas más elevadas de la creación son, hoy por hoy, sólo accesibles para un pequeño grupo de grandes genios de la humanidad, pero en la vida que nos rodea, cada día existen todas las premisas necesarias para crear; y, todo lo que excede del marco de la rutina encerrando siquiera una mínima partícula de novedad tiene su origen en el proceso creador del ser humano. Entendiendo de este modo la creación, vemos fácilmente que los procesos creadores se advierten ya con toda su intensidad desde la más temprana infancia. Entre las cuestiones más importantes de la psicología infantil y la pedagogía figura la de la capacidad creadora en los niños, la del fomento de esta capacidad y su importancia para el desarrollo general y de la madurez del niño. Desde la temprana infancia encontramos procesos creadores que se aprecian, sobre todo, en sus juegos. El niño que cabalga sobre un palo y se imagina que monta a caballo, la niña que juega con su muñeca creyéndose madre, niños que juegan a los ladrones, a los soldados, a los marineros. Todos ellos muestran en sus juegos ejemplos de la más auténtica y verdadera creación. Verdad es que, en sus juegos, reproducen mucho de lo que ven, pero bien sabido es el inmenso papel de la imitación en los juegos infantiles. Son éstos, frecuentemente, un mero reflejo de lo que ven y escuchan de los mayores, pero dichos elementos de experiencia ajena no son nunca llevados por los niños a sus juegos como eran en la realidad. No se limitan en sus juegos a recordar experiencias vividas, sino que las reelaboran creadoramente, combi- nándolas entre sí y edificando con ellas nuevas realidades acordes con las aficiones y necesidades del propio niño. El afán que sienten de fantasear las cosas es reflejo de su actividad imaginativa, como en los juegos. Cuenta Ribot que cuando un niño de tres años y medio vio a un hombre cojeando en la calle, dijo a su mamá: —¡Mira mamá, qué pierna tiene ese pobre hombre! Luego empieza a novelar: cabalgaba sobre un caballo de gran alzada, se cayó sobre un peñasco rompiéndose una pierna; hay que encontrar unos polvos para curarle. En este caso se ve claramente la actividad combinada de la imaginación. Tenemos ante nosotros, una situación creada por el niño, todos los elementos de su fabulación, son conocidos por los niños de su experiencia anterior: de otro modo no los habría podido inventar; pero, la combinación de estos elementos constituye algo nuevo, creador, que pertenece al niño, sin que sea simplemente la repetición de cosas vistas u oídas. Esta habilidad de componer un edificio con esos elementos, de combinar lo antiguo con lo nuevo, sienta las bases de la creación. Con toda razón muchos autores afirman que las raíces de esta combinación creadora pueden verse hasta en los juegos de los animales. El juego del animal es también, con frecuencia, producto de la imaginación dinámica. Sin embargo, estos embriones de imaginación creadora en los animales no pueden lograr, dadas las condiciones de su existencia, un desarrollo firme y estable; sólo el hombre ha podido elevar esta forma de actividad hasta su actual y verdadera dimensión. Nota 1. Se trata de Théodule Ribot, connotado psicólogo francés (Guingamp, 1839-París, 1916). Autor de: Les maladies de la mémoire (1881), Les maladies de la volonté (1883), Les maladies de la personnalité (1885), L’évolution des idées générales (1897), Essai sur l’imagination créatrice (1900), La logique des sentiments (1905), Essai sur les passions (1907), Problèmes de psychologie affective (1909), La vie inconsciente et les mouvements (1914), entre otras obras. BREVIS :: 23 2. IMAGINACIÓN Y REALIDAD — Cabañas sobre patas de gallina no existen más que en los cuentos, pero elementos integrantes de esta imagen legendaria están tomados de la experiencia humana. Sólo en su combinación interviene la fantasía, es decir que su construcción no corresponde a la realidad. — Cabe, sin embargo, interrogar: ¿Cómo se produce esta actividad creadora basada en la combinación? ¿De dónde surge, a qué está condicionada y a qué leyes se subordina en su desarrollo? El análisis psicológico de esta actividad pone de relieve su desmedida complejidad. No aparece repentinamente, sino lenta y paulatinamente, progresando desde formas elementales y simples a otras más complicadas. En cada nivel de su crecimiento adquiere su propia expresión, a cada periodo infantil corresponde su propia forma de creación. Posteriormente no se compartimenta en la conducta del hombre, sino que se mantiene en dependencia inmediata de otras formas de nuestra actividad y, especialmente, de las experiencias acumuladas. Para comprender mejor el mecanismo psicológico de la imaginación y de la actividad creadora con ella relacionada, es conveniente empezar explicando la vinculación existente entre la fantasía y la realidad en la conducta humana. Advertimos ya lo incorrecto del criterio vulgar que traza una frontera impenetrable entre fantasía y realidad. Ahora trataremos de mostrar las cuatro formas básicas que ligan la actividad imaginadora con la realidad, ya que su comprensión nos permitirá ver en la imaginación no un divertimiento caprichoso del cerebro, algo prendido del aire, sino como una función vital y necesaria. La primera forma de relación de fantasía y realidad consiste en que toda elucubración se compone siempre de elementos tomados de la realidad extraídos de la experiencia anterior del hombre. Sería un milagro que la imaginación pudiese crear algo de la nada, o dispusiera de otras fuentes de conocimiento distinta de la experiencia pasada. Sólo las ideas religiosas o mitológicas acerca de la naturaleza humana podrían implicar a los frutos de la fantasía un origen sobrenatural, distinto de la experiencia anterior. De acuerdo con tales conceptos, los dioses o los espíritus imbuyen sueños a los hombres, prestan a los poetas el contenido para sus obras, dictan a los legisladores los diez mandamientos. El análisis científico de las elucubraciones más fantásticas y alejadas de la realidad, como por ejemplo, los mitos, los cuentos, las leyendas, los sueños, etc., nos confirman que, las mayores fantasías no son más que nuevas combinaciones de los mismos elementos tomados, a fin de cuentas, de la realidad, sometidos simplemente a modificaciones o reelaboraciones en nuestra imaginación. Cabañas sobre patas de gallina no existen más que en los cuentos, pero elementos integrantes de esta imagen legendaria están tomados de la experiencia humana. Sólo en su combinación interviene la fantasía, es decir, que su construcción no corresponde a la realidad. Veamos, por ejemplo, esta imagen escrita por Pushkin del mundo irreal: En el calvero del bosque verdea el roble ceñido de dorada cadena que ronda el gato sabio de noche y de día: tira a derecha, canta una canción, tira a izquierda, cuenta un cuento. Es prodigioso: allí juguetean los elfos mientras las sirenas reposan en las ramas; allí en ocultos senderos hay huellas de fieras desconocidas; allí se alza, sin puertas ni ventanas, la cabaña sobre patas de gallina. Podríamos seguir todo este relato palabra por palabra y comprobar que lo fantástico en él es sólo la combinación de los elementos, pero que éstos han sido tomados de la realidad: el roble, la cadena dorada, el gato, la canción; todo existe en la realidad, y sólo la imagen del gato sabio rondando la cadena dorada y contando cuentos, sólo la combinación de estos elementos es fantasía. Por lo que se refiere a las imágenes irreales que siguen más adelante: los elfos, las sirenas, la cabaña sobre patas de gallina, representan simplemente una compleja combinación de ciertos elementos que brinda la realidad. Por ejemplo, en la imagen de la sirena se mezclan la imagen de la mujer con la del ave que posa en las ramas de los árboles; en la mágica cabaña se entremezclan la imagen de las patas de gallina con la de una choza, etc., etc. De esta forma, la fantasía se construye siempre con materiales tomados del mundo real. Ciertamente, como puede apreciarse en el fragmento citado, la imaginación puede crear nuevos grados de combinación, mezclando primeramente elementos reales (el gato, la cadena, el roble), combinando después imágenes de fantasía (la sirena, los elfos, etc.) y así sucesivamente. Pero los últimos elementos que integran las imágenes más alejadas de la realidad (aún estos últimos elementos), constituyen siempre impresiones de la realidad. Aquí encontramos la primera y principal ley a la cual se subordina la función imaginativa, que podría formularse así: la ac- BREVIS :: 24 — La función combinadora de nuestro cerebro no constituye algo absolutamente nuevo en comparación con su función conservadora: no es otra cosa que su ulterior complejidad. La fantasía no está contrapuesta a la memoria, sino que se apoya en ella y dispone sus datos en nuevas combinaciones. — tividad creadora de la imaginación se encuentra en relación directa con la riqueza y la diversidad de la experiencia acumulada por el hombre, porque esta experiencia ofrece el material con el que erije sus edificios la fantasía. Cuanto más rica sea la experiencia humana, tanto mayor será el material del que dispone esa imaginación. Por eso, la imaginación del niño es más pobre que la del adulto, por ser menor su experiencia. Si examinamos la historia de las grandes invenciones, de los mayores descubrimientos, podremos comprobar que casi siempre surgieron en base a enormes experiencias previamente acumuladas. Precisamente toda fantasía parte de esta experiencia acumulada; mientras más rica sea esta experiencia, a igualdad de las restantes circunstancias, más abundante deberá ser la fantasía. Después del momento de acumulación de experiencia, empieza —dice Ribot— el período de maduración o decantación (incubación). En el caso de Newton duró 17 años y, en el momento en que estableció definitivamente sus cálculos y descubrimientos, estaba invadido de una emoción tan fuerte que hubo de dejar a otro el cuidado de concluir sus cálculos. El matemático Hamilton expresó que su método de los cuaterniones surgió totalmente listo en su mente cuando se encontraba en el puente de Dublín: En aquel instante obtuve el fruto de 15 años de esfuerzos. Darwin recopiló datos a lo largo de sus viajes, observó largamente animales y plantas y más tarde, la lectura de un libro de Malthus caído casualmente en sus manos le impactó ajustando definitivamente su doctrina. Ejemplos semejantes pueden encontrarse también en creaciones literarias y artísticas. De aquí la conclusión pedagógica sobre la necesidad de ampliar la experiencia del niño si queremos proporcionarle bases suficientemente sólidas para su actividad creadora. Cuanto más vea, oiga y experimente, cuanto más aprenda y asimile, cuantos más elementos reales disponga en su experiencia el niño, tanto más considerable y productiva será, a igualdad de las restantes circunstancias, la actividad de su imaginación. De esta primera forma de relación de fantasía y realidad se deduce fácilmente cuán incorrecto es contraponerlas entre sí. La función combinadora de nuestro cerebro resulta que no constituye algo absolutamente nuevo en comparación con su función con- servadora, sino que no es otra cosa que su ulterior complejidad. La fantasía no está contrapuesta a la memoria, sino que se apoya en ella y dispone sus datos en nuevas combinaciones. La actividad combinadora del cerebro se basa, en resumen, en que el cerebro conserva huellas de las excitaciones precedentes y toda la novedad de esta función se reduce sencillamente a que, disponiendo de las huellas de dichas excitaciones, el cerebro las combina en formas distintas a las que se encontraban en la realidad. La segunda forma en que se vincula fantasía y realidad es ya más compleja y distinta, esta vez no se realiza entre elementos de construcción fantástica y la realidad, sino entre productos preparados de la fantasía y algunos fenómenos complejos de la realidad. Cuando yo, basándome en los estudios y relatos de los historiadores o de los viajeros, me imagino el cuadro de la gran Revolución francesa o del desierto del Sáhara, en ambos casos el panorama es fruto de la función creadora de la imaginación. No se limita ésta a reproducir lo que asimilé de pasadas experiencias, sino que partiendo de ellas, crea nuevas combinaciones. En este sentido, se subordina plenamente a la primera de las leyes anteriormente descrita. Estos frutos de la imaginación se integran de elementos elaborados y modificados de la realidad, siendo necesario disponer de enormes reservas de experiencia acumulada para poder construir con estos elementos tales imágenes. Si no poseyera imágenes de la sequía, de los arenales, de espacios enormes y de animales que habitan los desiertos; no se podría, en forma alguna, crear la imagen de estos desiertos. Si no tuviese múltiples imágenes históricas del mismo no se podría tampoco imaginar el cuadro de la Revolución francesa. En esto se manifiesta con extrema claridad la dependencia de la imaginación respecto a las experiencias anteriores. Pero junto a ello, en estas creaciones de la fantasía hay algo nuevo que las distingue muy sustancialmente del párrafo de Pushkin analizado antes. Tanto el cuadro del calvero del bosque con el gato sabio, como el cuadro del desierto africano, donde nunca estuve, la esencia de la construción idéntica de la imagen reside en la combinación por la fantasía de elementos de la realidad. Pero, el producto de la imaginación, la propia combinación de estos elementos, en uno de los casos es irreal (cuento), mientras que en el otro caso la propia vinculación de los elementos, BREVIS :: 25 — Hay una dependencia doble y recíproca entre realidad y experiencia. Si en el primer caso la imaginación se apoya en la experiencia, en el segundo caso es la propia experiencia la que se apoya en la fantasía. — el producto mismo de la fantasía, y no solamente estos elementos, corresponde con algún fenómeno real. Es precisamente esta vinculación del producto terminal de la imaginación con unos o con otros fenómenos reales lo que constituye esta segunda forma, más elevada, de enlace de la fantasía con la realidad. Esta forma de enlace únicamente es posible gracias a la experiencia ajena o social. Si nadie hubiera visto ni descrito el desierto africano ni la Revolución francesa, sería completamente imposible hacerse una idea clara de las dos. Sólo porque mi imaginación trabaja en ambos casos sin libertad, sino conducida por experiencias ajenas, como dirigida por otros, solo gracias a ello puede lograrse el resultado obtenido en el caso presente, en que el producto de la fantasía sea congruente con la realidad. En tal sentido, la imaginación adquiere una función de mucha importancia en la conducta y en el desarrollo humano, convirtiéndose en medio de ampliar la experiencia del hombre que, al ser capaz de imaginar lo que no ha visto, al poder concebir basándose en relatos y descripciones ajenas lo que no experimentó personal y directamente, no está encerrado en el estrecho círculo de su propia experiencia, sino que puede alejarse mucho de sus límites asimilando, con ayuda de la imaginación, experiencias históricas o sociales ajenas. En esta forma, la imaginación constituye una condición absolutamente necesaria para casi toda función del cerebro humano. Cuando leemos los periódicos y nos enteramos de miles de acontecimientos que no hemos presenciado personalmente; cuando de niños estudiamos geografía o historia; cuando sencillamente conocemos por carta lo que sucede a otra persona, en todos estos casos nuestra fantasía ayuda a nuestra experiencia. Resulta así una dependencia doble y recíproca entre realidad y experiencia. Si en el primer caso la imaginación se apoya en la experiencia, en el segundo caso es la propia experiencia la que se apoya en la fantasía. La tercera forma de vinculación entre la función imaginativa y la realidad es el enlace emocional, que se manifiesta de dos maneras: por una parte, todo sentimiento, toda emoción tiende a exhibirse en determinadas imágenes concordantes con ella, como si la emoción pudiese elegir impresiones, ideas, imágenes congruentes con el estado de ánimo que nos sometiera en aquel instante. Bien sabido es que, cuando estamos alegres vemos con ojos totalmente distintos de cuando estamos melancólicos. Los psicólogos han observado hace mucho tiempo el hecho de que todo sentimiento posee además de la manifestación externa, corpórea, una expresión interna manifestada en la selección de ideas, imágenes e impresiones. Los psicólogos han designado a este fenómeno con el nombre de ley de la doble expresión de los sentimientos. Así, por ejemplo, el miedo no se manifiesta sólo en la palidez, en el temblor, en la resequedad de garganta, en la respiración entrecortada y los latidos del corazón, sino también además en que todas las impresiones que entonces recibe el hombre, todos los pensamientos que vienen a su cerebro suelen estar teñidos del sentimiento que lo domina. Cuando dice el refrán: el cuervo asustado se espanta de las ramas, se tiene en cuenta precisamente este influjo de nuestro sentimiento al matizar la percepción de los objetos externos. De la misma forma como los humanos aprendieron hace mucho tiempo a manifestar mediante expresiones externas su estado anímico interno, también las imágenes de la fantasía sirven de expresión interna para nuestros sentimientos. El hombre simboliza con el color negro al dolor y al luto; con el blanco a la alegría; con el azul la tranquilidad; la insurrección con el rojo. Las imágenes de la fantasía brindan también lenguaje interior a nuestros sentimientos seleccionando determinados elementos de la realidad y combinándolos de tal manera que responda a nuestro estado interior del ánimo y no a la lógica exterior de estas propias imágenes. Esta influencia del factor emocional en las combinaciones de la fantasía, es conocida por los psicólogos con el nombre de ley del signo emocional general, es decir, que todo lo que nos provoca un efecto emocional coincidente tiende a unirse entre sí pese a que no se vea entre ellos semejanza alguna ni exterior ni interior. Resulta una combinación de imágenes basada en sentimientos comunes o en un mismo signo emocional aglutinante de los elementos heterogéneos que se vinculan. Las representaciones —afirma Ribot— acompañadas de una misma reacción afectiva se asocian posteriormente entre sí, la semejanza afectiva une y acopla entre sí representaciones divergentes; esto se diferencia de las asociaciones por similitud, que consisten en reiterar la experiencia, y de las asociaciones por BREVIS :: 26 — Existe una vinculación recíproca entre imaginación y emoción. Si en el primero de los casos descritos los sentimientos influyen en la imaginación, en otro caso, por el contrario, es la imaginación la que interviene en los sentimientos — coincidencia en sentido intelectual. Las imágenes se combinan recíprocamente no porque hayan sido dadas juntas con anterioridad, ni porque percibamos entre ellas relaciones de semejanza, sino porque poseen un tono afectivo común. Alegría, pesar, amor, odio, admiración, aburrimiento, orgullo, cansancio, etc., pueden hacerse centros de atracción agrupante de representaciones o acontecimientos carentes de vínculos racionales entre sí, pero que responden a un mismo signo emocional, a una misma señal: por ejemplo; jubiloso, triste, erótico, etc. Esta forma de asociación se encuentra con frecuencia en los sueños, en las ilusiones, o sea, en estados del espíritu en que la imaginación vuela con plena libertad y trabaja sin regla ni concierto. Se entiende fácilmente que esta influencia implícita o explícita del factor emocional debe propiciar el surgimiento de agrupaciones totalmente inesperadas y brinda un campo casi ilimitado para nuevas combinaciones, ya que el número de imágenes que poseen un sello emocional idéntico, es muy grande. Como ejemplos, muy simples, de esta combinación de imágenes poseedoras de un signo emocional común, se pueden citar casos corrientes de acercamiento de dos impresiones cualesquiera que no tienen entre sí absolutamente nada común, excepto que despiertan en nosotros estados de ánimo coincidentes. Cuando decimos que el color azul es frío y caliente el rojo, estamos acercando los conceptos de rojo y azul en la sola base de que despiertan en nosotros estados de ánimo coincidentes. Es fácil comprender que la fantasía, movida por factor emocional tal como la lógica interna de los sentimientos aparecerá como el aspecto más interno, más subjetivo, de la imaginación. Existe además una vinculación recíproca entre imaginación y emoción. Si en el primero de los casos antes descritos los sentimientos influyen en la imaginación, en el otro caso, por el contrario, es la imaginación la que interviene en los sentimientos. Podría designarse este fenómeno con el nombre de ley de la representación emocional de la realidad, cuya esencia formula Ribot de la manera siguiente: Todas las formas de la representación creadora encierran en sí elementos efectivos. Esto significa que todo lo que construya la fantasía influye re- cíprocamente en nuestros sentimientos, y aunque esa estructura no concuerde con la realidad, todos los sentimientos que provoque son reales, auténticamente vividos por el hombre que los experimenta. Imaginémonos un simple caso de ilusión: al entrar a oscuras en su habitación el niño se imagina que un trajecito que cuelga es un hombre extraño o un bandido que penetró sigilosamente en la casa. La imagen del bandido, fruto de la fantasía del niño, es irreal, pero el miedo que siente, su espanto, son completamente efectivos y reales para el niño que los experimenta. Algo semejante sucede también con cualquier representación por fantástica que sea y, esta ley psicológica debe explicarnos claramente por qué causan en nosotros impresión tan honda las obras de arte creadas por la fantasía de sus autores. Los sufrimientos y anhelos de personajes imaginarios, sus penas y alegrías nos emocionan contagiosamente pese a que sabemos bien que no son sucesos reales, sino elucubraciones de la fantasía. Y esto se debe a que las emociones que se nos contagian de las páginas de un libro o de la escena teatral a través de imágenes artísticas hijas de la fantasía, esas emociones son por completo reales y las sufrimos en verdad, seria y hondamente. Frecuentemente, una simple mezcla de impresiones externas como, por ejemplo, una obra musical, despierta en el que la escucha todo un complejo universo de sentimientos y emociones. La base psicológica del arte musical radica precisamente en extender y ahondar los sentimientos, en reelaborarlos de modo creador. Cuarta y última forma de relación entre la fantasía y la realidad. Esta forma está vinculada estrechamente por un lado a la que acabamos de describir, pero por el otro se diferencia sustancialmente de la misma. Consiste su esencia en que el edificio erigido por la fantasía puede representar algo completamente nuevo, no existente en la experiencia del hombre ni semejante a ningún otro objeto real; pero al recibir forma nueva, al tomar nueva encarnación material, esta imagen cristalizada, convertida en objeto, empieza a existir realmente en el mundo y a influir sobre los demás objetos. Dichas imágenes cobran realidad. Pueden servir de ejemplo de esta cristalización o materialización de las imágenes cualquier aditamento técnico, cualquier máquina o instrumento. Fruto de la imaginación combinadora del hombre, no se ajustan a ningún mo- BREVIS :: 27 — ¿Para qué se necesita la obra de arte? ¿No influye acaso en nuestro mundo interior, en nuestras ideas y en nuestros sentimientos del mismo modo que el instrumento técnico en el mundo exterior, en el mundo de la naturaleza? — delo existente en la naturaleza, pero emanan la más convincente realidad, el vínculo práctico con la realidad porque, al materializarse cobran tanta realidad como los demás objetos y ejercen su influencia en el universo real que nos rodea. Estos productos de la imaginación han atravesado una larga historia que convendría acaso resumir en un breve esquema: cabe decir que han descrito un círculo en su desarrollo. Los elementos que entran en su composición son tomados de la realidad por el hombre, dentro del cual, en su pensamiento, sufrieron una compleja reelaboración convirtiéndose en fruto de su imaginación. Por último, materializándose, volvieron a la realidad, pero trayendo consigo una fuerza activa, nueva, capaz de modificar esa misma realidad, cerrándose de este modo el círculo de la actividad generadora de la imaginación humana. Suponer que sólo en la esfera de la técnica, en el campo de la influencia práctica en la naturaleza, puede la imaginación describir ese círculo completo, no sería acertado. También, en la representación emocional (en la representación subjetiva), es posible describir círculo tan completo, como es fácil observar. Sucede que precisamente cuando nos encontramos ante un círculo completo trazado por la imaginación, ambos factores, el intelectual y el emocional, resultan por igual necesarios para el acto creador. Sentimiento y pensamiento mueven la creación humana. Toda idea dominante —decía Ribot— se apoya en alguna necesidad, anhelo o deseo, es decir, algún elemento afectivo, porque sería absurdo creer en la permanencia de cualquier idea que se encontrase supuestamente en estado meramente intelectual en toda su sequedad y frialdad. Todo sentimiento o emoción dominante debe concentrarse en idea o imagen que le preste sustancia, sistema sin el cual quedaría en estado nebuloso... Vemos así que, ambos términos: pensamiento dominante y emoción dominante, son casi equivalentes entre sí, encerrando el uno y el otro dos elementos inseparables, e indican sólo el predominio del uno o del otro. Es muy sencillo convencerse de esto en el ejemplo de la imaginación artística. En realidad ¿para qué se necesita la obra de arte? ¿No influye acaso en nuestro mundo interior, en nuestras ideas y en nuestros sentimientos del mismo modo que el instrumento técnico en el mundo exterior, en el mundo de la naturaleza? Veamos un sencillo ejemplo que nos permita comprender claramente en la forma más elemental el influjo de la fantasía artística. Este ejemplo está tomado de la novela de Pushkin La hija del capitán, en la que se relata el encuentro de Pugachov con el protagonista de la novela, Griniev, un oficial que hecho prisionero por Pugachov trata de convencerlo de que deje a sus compañeros y solicite la clemencia de la zarina. Él no puede comprender qué es lo que anima a Pugachov. Pugachov sonríe amargamente: —No —responde—, es tarde para que me arrepienta. No habría perdón para mí. Seguiré como empecé. ¿Quién sabe? ¡A lo mejor resulta! ¿No llegó a reinar en Moscú Grishka Otrepiev? —Escucha —dijo Pugachov con énfasis salvaje—. Te contaré un cuento que, en mi infancia, me contaba una vieja kalmika (1). Una vez el águila preguntó al cuervo: Dime, pájaro cuervo, ¿cómo es que tú vives trescientos años y yo tan sólo treinta y tres? Eso es amiguito —respondió el cuervo— porque tú bebes sangre viva y yo me alimento de cadáveres. El águila quedó pensativa: probaré a comer así también. Está bien. Emprendieron el vuelo el águila y el cuervo, divisaron un caballejo muerto. Descendieron sobre él, el cuervo empezó a picar y tragar. El águila dió un picotazo, otro, agitó las alas y dijo al cuervo: No, hermano cuervo, mejor que trescientos años comiendo basura es hartarse una vez de sangre caliente y luego ¡Dios dirá!. ¿Cuál es la moraleja del cuento de la kalmika? El cuento de Pugachov es fruto de la imaginación, diríase, de la imaginación totalmente desvinculado de la realidad. Sólo en la mente de la anciana kalmika podían conversar el águila y el cuervo. Pero no es difícil advertir que en otro sentido esta fantástica construcción parte inmediatamente de la realidad e influye directamente sobre ella, pero no desde fuera, sino desde dentro, en el mundo de los pensamientos, los conceptos y los sentimientos del hombre. De tales obras suele decirse que son sólidas no por su fuerza exterior sino por la verdad interna. Es fácil advertir que en las imágenes del águila y del cuervo mostraba Pushkin dos posturas diversas frente al mundo y, lo que no podría comprenderse del frío y escueto diálogo, la desigualdad entre el punto de vista del indiferente y el criterio del rebelde, diferencia ésta que con toda claridad BREVIS :: 28 — Las obras de arte siguen la lógica interna de las imágenes que desarrollan, y esta lógica interna viene condicionada por el vínculo que establece la obra entre su propio mundo y el mundo exterior. — y con fuerza enorme de sentimientos grabó a través del cuento en la mente del narrador. El cuento explica complejas relaciones prácticas; sus imágenes iluminan el problema vital y, lo que no pudo hacer la fría prosa hízolo el cuento con su lenguaje figurado y emocional. Por eso tenía razón Pushkin cuando decía que el verso puede batir el corazón con una fuerza increíble y en otra poesía vuelve a hablar de la realidad del sufrimiento emocional causado por una figuración: Sobre la figuración derramo mis lágrimas. Basta evocar el influjo que sobre la conciencia social causan las obras de arte para cerciorarse de que en ello la imaginación describe un círculo tan cerrado como cuando se materializa en un instrumento de trabajo. Gogol escribió El Inspector. Los actores lo representaron en el teatro, autor y actores crearon una obra de la fantasía, pero la obra, al representarse en escena puso al descubierto con tal claridad los horrores de la Rusia de entonces, ridiculizó tan vigorosamente las columnas sobre las que se erigía aquella vida y que parecían inconmovibles, que todos los presentes, hasta el mismo zar que asistió al estreno de la obra, comprendieron y él más que nadie, que la comedia encerraba una enorme amenaza para todo el régimen que representaba. A todos nos alcanzó hoy, y a mí más que a nadie —exclamó el Zar Nicolás el día del estreno. Las obras de arte pueden influir enormemente en la conciencia social gracias a su lógica interna. Cualquier autor de obra de arte, al igual que Pugachov, no combina en vano, sin sentido, las imágenes de la fantasía, aglutinándolas arbitrariamente unas sobre otras, de modo casual como en los sueños o en los delirios insensatos. Al contrario, siguen su lógica interna de las imágenes que desarrollan, y esta lógica interna viene condicionada por el vínculo que establece la obra entre su propio mundo y el mundo exterior. En el cuento del águila y el cuervo las imágenes están dispuestas y combinadas con arreglo a las leyes de la lógica de aquellas dos fuerzas encarnadas en las personas de Griniev y Pugachov. Ejemplo altamente curioso del círculo completo que cierran las obras de arte, ofrece en sus confesiones León Tolstoi al relatar cómo surgió la imagen de Natasha en su novela La guerra y la paz. Yo tomé a Tania —decía—, la mezclé con Sonia, y salió Natasha. Tania y Sonia, su nuera y su esposa, eran dos mujeres reales, de esa combinación surgió la imagen artística. Estos elementos tomados de la realidad se van combinando luego, no a libre capricho del autor, sino según la lógica interna de la imagen artística. En cierta ocasión una lectora dijo a Tolstoi que había procedido muy cruelmente con Ana Karenina, la protagonista de la novela homónima, al hacerla que se arrojase bajo las ruedas del tren. Tolstoi contestó: Esto me recuerda lo sucedido con Pushkin, cuando en cierta ocasión dijo a uno de sus amigos: —Imagínate la broma que me ha gastado Tatiana al casarse. Yo nunca lo hubiera esperado de ella. Lo mismo puedo decir yo de Ana Karenina. En general, los héroes y las heroínas hacen a veces cosas que yo no hubiera querido. Ellos hacen lo que deberían hacer en la vida real y como ocurre en la vida real y no como a mí se me antoje. Confesiones análogas podemos encontrar en toda una serie de artistas que destacan esa misma lógica interna que rije la edificación de la imagen artística. En magnífico ejemplo expresó Vundt esta lógica de la fantasía al decir que, la idea del matrimonio puede traer a colación la idea de la muerte (unión y separación del novio y de la novia), pero en ningún modo la idea del dolor de muelas. Del mismo modo, en las obras artísticas podemos encontrar frecuentemente unidos rasgos distantes sin vinculación exterior, pero nunca ajenos entre sí como la idea del dolor de muelas y la del matrimonio, sino unidos por su lógica interna. PLUS + BREVIS :: 29 BREVIS PLUS BREVIS :: 30 B :: RELATOS Italo Calvino (1923, 1985) encontró en la escritura la posibilidad de dar testimonio sobre la situación del hombre en un mundo cada vez más complejo y difícil de descifrar. érase un país donde todos eran ladrones [Italo Calvino] Escritor sutilísimo, el autor de Las ciudades invisibles y Seis propuestas para el próximo milenio ha sido el gran maestro en la utilización de elementos sumamente sencillos cuyas combinatoria le permite construir acontecimientos al mismo tiempo racionales y de fantástica fuerza expresiva. Por la noche, cada uno de los habitantes salía con una ganzúa y una linterna para ir a saquear la casa de un vecino. Al regresar, al alba, cargado, encontraba su casa desvalijada. Y todos vivían en concordia y sin daño, porque uno robaba al otro y éste a otro y así sucesivamente, hasta llegar al último que robaba al primero. En aquel país el comercio sólo se practicaba en forma de embrollo, tanto por parte del que vendía como del que compraba. El gobierno era una asociación creada para delinquir en perjuicio de los súbditos, y por su lado los súbditos sólo pensaban en defraudar al gobierno. La vida transcurría sin tropiezos, y no había ni ricos ni pobres. Pero he aquí que, no se sabe cómo, apareció en el país un hombre honrado. Por la noche, en lugar de salir con la bolsa y la linterna, se quedaba en casa fumando y leyendo novelas. Llegaban los ladrones, veían la luz encendida y no subían. Esto duró un tiempo; después hubo que darle a entender que si él quería vivir sin hacer nada, no era una buena razón para no dejar hacer a los demás. Cada noche que pasaba en casa, era una familia que no comía al día siguiente. Frente a esas razones el hombre honrado no podía oponerse. También él empezó a salir por la noche para regresar al alba, pero no iba a robar. Era honrado, no había nada que hacer. Iba hasta el puente y se quedaba mirando pasar el agua. Volvía a casa y la encontraba saqueada. En menos de una semana el hombre honrado se encontró sin un céntimo, sin tener qué comer, con la casa vacía. Pero hasta ahí no había nada que decir, porque la culpa era suya; lo malo era que de ese modo suyo de proceder nacía un gran desorden. Porque él se dejaba robar todo y entre tanto no robaba a nadie; de modo que había siempre alguien que al regresar al alba encontraba su casa intacta; la casa que él hubiera debido desvalijar. El hecho es que al cabo de un tiempo los que no eran robados llegaron a ser más ricos que los otros y no quisieron seguir robando. Y por otro lado, los que iban a robar a la casa del hombre honrado la encontraban siempre vacía; de modo que se volvían pobres. Entre tanto los que se habían vuelto ricos se acostumbraron a ir también al puente por la noche, a ver correr el agua. Esto aumentó la confusión, porque hubo muchos que se hicieron ricos y muchos otros que se volvieron pobres. Pero los ricos vieron que yendo de noche al puente, al cabo de un tiempo se volverían pobres. Y pensaron: “Paguemos a los pobres para que vayan a robar por nuestra cuenta”. Se firmaron contratos, se establecieron los salarios, los porcentajes: naturalmente siempre eran ladrones y trataban de engañarse unos a otros. Pero como suele suceder, los ricos se hacían cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres. Había ricos tan ricos que ya no tenían necesidad de robar o de hacer robar para seguir siendo ricos. Pero si dejaban de robar se volvían pobres porque los pobres les robaban. Entonces pagaron a los más pobres de los pobres para defender de los otros pobres sus propias casas, y así fue como instituyeron la policía y construyeron las cárceles. De esa manera, pocos años después del advenimiento del hombre honrado, ya no se hablaba de robar o de ser robados sino sólo de ricos o de pobres; y sin embargo, todos seguían siendo ladrones. Honrado sólo había habido aquel fulano, y no tardó en morirse de hambre. BREVIS :: 31 B :: RESEÑAS / LIBROS ESTÉTICA DE LABORATORIO. ESTRATEGIAS DE LAS ARTES DEL PRESENTE REINALDO LADDAGA ADRIANA HIDALGO EDITORA BUENOS AIRES, 2010 ---------------------------------------En este ensayo Laddaga (Filósofo argentino, escritor y analista de arte) se ocupa de reflexionar y exponer vínculos y puentes entre las manifestaciones artísticas de las letras, las artes plásticas y la música. Desde su ambicioso proyecto —que tuviera un antecedente en un ensayo anterior, Estética de la emergencia, apoyado en los estudios de Frederic Jameson— nos lleva por consideraciones generales y particulares de las obras de arte del mundo contemporáneo al que caracteriza como “universo post-social”; y en el cual —según sus especulaciones— se comparten modos de expresarse, temas, vivencias y experiencias. Así, se suscitan acciones donde el develarse del autor en la obra es hoy parte constitutiva de la misma. Ahonda su análisis tomando los casos de La novela luminosa de Mario Levrero, Authomatic Writing de Robert Ashley, Dark Room de Roberto Jacoby y Museo precario de Thomas Hirschhorn, a los que relaciona con los de otros artistas en orden a validar sus postulados. Laddaga nos dice que la caracterización de un ser desencantado, con conciencia de finitud, de Dark Room x Roberto Jacoby desterritorialización, los medios de comunicación “que dan lugar a trayectorias a través del espacio y el tiempo”, el notable e influyente avance científico, la incertidumbre sobre el porvenir, la sensación de la transición permanente, entre otros factores, condicionan y modifican las prácticas del arte y las reflexiones que los artistas realizan a través de sus obras. Agrega que las relaciones entre interfaces diferentes, la velocidad y la condición efímera de comunica- ciones y acontecimientos políticos y económicos que hoy afectan áreas como la salud, la ecología, la seguridad alimentaria, propician espacios de reflexión y estudio que dan lugar a la formación de colectivos de investigación y producción artística de autoría compleja. De ahí la razón del título: espacios de exploración controlados dentro de estructuras de organización: el laboratorio. Escribe Laddaga que “…la expansión de esta forma de investigación es un fenómeno original, e in- cluso un punto de inflexión, cuando se lo considera en el contexto del modo dominante de desarrollo de la ciencia desde el siglo XVI. Esta es la tesis de mi libro” (página 144) expone el autor. Aun más, sugiere que la producción de los artistas del presente contradice las operatorias que Jameson les atribuyera. Para quienes se interesen por el arte y sus formas, este es, a mi entender, un texto ineludible, seguramente polémico, pero cautivante. [X NORA Pereyra] BREVIS :: 32 B :: RESEÑAS / Música RIO KEITH JARRET ECM, 2012 -------------------------------------Tres conciertos de Keith Jarrett en una semana de 2011: dos en Brasil (uno, el 6 de abril, en San Pablo; el segundo, el 9, en Río de Janeiro) y otro en Buenos Aires, en el Teatro Colón, el 12. Nada sabemos del de San Pablo, pero la edición en CD de Rio , el registro del concierto en la segunda de las ciudades, permite confrontar esa evidencia con el recuerdo de su actuación en el Colón. La sucesión de fechas no debería pasarse por alto. Si Jarrett vino a Sudamérica en busca de un disco (y eso es algo que no podemos saber), ya lo tenía (esto sí debe de haberlo sabido él) después del concierto en Río. Es más: sabía también que la música que tocó esa noche se había remontado a la altura de los conciertos en Colonia (1975) y en Viena (1991), dos extremos en las realizaciones jarrettianas del piano solo. ¿Pero cómo se explica, en el lapso de tan pocas horas, el abismo entre el brillo imaginativo de Rio y la opacidad de lo que el pianista tocó en el Colón, hasta tal punto que un disco de este concierto resultaría inconcebible? En el librito Scattered Words (editado por ECM, el mismo sello en el que publica sus discos desde 1971), Jarrett explicó, casi como un programa, la poética que está detrás de sus conciertos solitarios: “La primera respuesta a la pregunta ?cómo creo que son' es ?no sé' [...]. Las mejores improvisaciones que conozco son siempre el resultado de la falta de ideas? Nunca tengo ni una semilla cuando empiezo un concierto en piano solo”. Ese grado cero de la invención alcanza, supersticiosamente, para explicar las diferencias entre uno y otro. De las quince partes de Rio , la primera empieza de manera polifónica. La segunda es claramente cantábile, mientras que la quinta constituye un estricto ejercicio rítmico. La séptima, en cambio, es una especie de balada jazzística; la décima, por su lado, una vertiginosa improvisación atonal. El conjunto no tiene el tendido continuo del concierto de Viena y, en ese sentido, está más cerca del modelo de Colonia. Pero esta condición fragmentaria esconde ilusoriamente una fluidez de otro orden. Hay una clara continuidad temática entre la parte 3 y la 6, y la 13 (cercana, por lo demás, al Köln Concert) conecta incluso, de manera más dramática, con la 7. Desde hace tiempo, el pianista optó por las microformas que, en su brevedad, parecen contrariar en primera instancia los paisajes amplios. Pero el eje del Vienna Concert, por ejemplo, no es la música sino la forma (Gestalt , dice Jarrett) que esa música adopta mientras transcurre; o, en otros términos, el dise- ño general. Sin embargo, la propia forma breve, el fragmento, es asimismo, por oposición, parte de la forma continua contra la que simula engañosamente conspirar. Aun sin haber escuchado el concierto de San Pablo, puede inferirse, por el simple contraste entre los de Río y Buenos Aires, que había un plan general. En el Colón, Jarrett apeló asimismo al fragmento que, en este caso, giró no obstante en el vacio, sin relación de continuidad ni de oposición. También en Buenos Aires hubo un blues , aunque esta vez pareció una mala copia del de Paris Concert (1988); en cambio, el blues de Rio parece una versión, achatada aunque no gris, del blues del disco Carnegie Hall (2005). Jarrett parece tener en la cabeza toda la música que tocó (eso sería el "estilo") y, a causa de esa virtud, poseer la capacidad de no repetirse jamás punto por punto. Como saben quienes estuvie- ron en el Colón, Jarrett, en cierto momento, tocó unos acordes en el registro grave, paró en seco, se quejó, injustamente, del piano, y resolvió empezar de nuevo. Ese gesto resultó más sintomático que sus desplantes y berrinches por las cámaras de fotos, las toses o el instrumento. Jarrett pareció desentenderse del hecho de que toda improvisación se construye también con lo indeseado y con la voluntad de corregirlo o desviarlo. Nada de eso parece haber ocurrido en Rio, donde cada nota cae con la contundencia de lo inevitable; una contundencia que nos convence de que la improvisación, aun cuando sepamos que su derecho a la existencia es instantáneo, no podría ser de otra manera que como es. Hay afirmaciones que están condenadas a que su confirmación o refutación permanezcan aplazadas. “El tiempo dirá?” Pero el tiempo nunca dice nada; no se pronuncia. Es la pátina de juicios aquello que legaliza la ubicación histórica de cualquier obra de arte y, aquí, de un disco. Por eso mismo, podría arriesgarse: es probable que Rio haya creado su propio modelo entre los conciertos solo piano de Jarrett. En ese caso, se acerca a Köln y a Vienna no tanto porque imite a uno u otro sino porque, como éstos, alcanza una condición ejemplar. [X PABLO GIANERA / Crítica originalmente publicada en la revista adn en marzo de 2012.] BREVIS :: 33 B :: RESEÑAS / ACTIVIDADES CONGRESO NACIONAL DE SEMA UNL, SANTA fé OCTUBRE 2011 -------------------------------------Empecemos por un tema importante: la Universidad Nacional del Litoral, anfitrión impecable. SEMA volvió a Santa Fe luego de diez años, en un contexto muy cambiado, donde a la desesperanza de aquel 2001 se le opone el envión de nuevas visiones, nuevas camadas de gente comprometida con la creación de conocimiento y con el país. Nada es un lecho de rosas, convengamos, pero permítasenos compartir la alegría de haber reencontrado en este Congreso a queridos socios que, por una u otra razón, se habían ausentado en aquellos años. Para muchos de nosotros volver a Santa Fe ha sido como volver a casa, del mismo modo que, intuyo, va a ser volver a Mar del Plata el 2013, dado que tal pareciera que en esta “segunda vuelta” por nuestras sedes congresales nos sentimos más seguros de la pertinencia de este tan peculiar proyecto colectivo que nos viene convocando. En estos años se han afianzado equipos de todo el país —que hoy plantean sus ideas con la seguridad que da el trabajo sostenido en talleres y gabinetes— lo que nos llena de orgullo. Esta firmeza de pulso nos habilita para un mejor debate, nos permite abrirnos mutuamente a la fraterna crítica, que, en momentos anteriores era incómoda, inadecuada o directamente impensable. De este modo, la meditación sobre la Forma, razón de ser de esta sociedad, se profundiza: el reencuentro periódico es un logro en sí mismo, al cual se le agrega que la oportunidad de apreciar el camino recorrido por gente afín en el interés por la Forma acaso nos devuelve también una más nítida imagen de nosotros mismos, de nuestros logros y de nuestros desafíos pendientes. Este crecimiento fue visible también en nuestra Asamblea, en otros momentos un ámbito candente. Esta vez fue comentada la sinergia entre las distintas delegaciones, ya distanciadas de ciertas instancias en las que irrumpía algo que muchos vivíamos como desconfianza, y que no era más que un fruto no deseado de aquel desconocimiento de nuestros primeros años. ¡Gracias Santa Fe, y larga vida a SEMA! [X César Pereyra] JORNADA ANIVERSARIO SEMA ARS CórdobA DICIEMBRE 2011 -------------------------------------La Ars Córdoba presentó tres panelistas invitados —Guillermo Olguin (diseño industrial), Laura Colombo —cine), y Miguel Barseghian (artes plásticas)— convocados para abordar el tema del próximo Congreso de SEMA 2013, Forma(i)realidad. Desde el diseño y la arquitectura surgió un primer concepto de relación con la realidad que podríamos considerar una suerte de realismo en cuanto a búsqueda de adecuación a un fin, a la función y al usuario. En este contexto el arquitecto Guillermo Olguin se refirió al sentido práctico que rige las prácticas morfológicas en diseño industrial, a la consideración de la pertinencia y la transferencia , a la adquisición de herramientas para que las formas imaginadas sean transferibles a procesos productivos . Desde el campo de las artes se mostraron obras artísticas situadas en el borde de lo real, que alteran la realidad física, en que la experiencia estética es una vivencia en que el espectador está inmerso en un ambiente ilusorio. La artista digital Laura Colombo exhibió sus obras de realidad aumentada, una realidad mixta creada con elementos virtuales que intervienen un entorno físico en tiempo real. En su exposición se refirió a su búsqueda artística de poner en cuestionamiento las nociones de realidad. El artista plástico Miguel Barseghian exhibió una anamorfosis en la que parte del público posó, apareciendo en la pantalla, y se sacó fotos. Se refirió al trampantojo o trompe l’oeil y a los espacios ilusorios como efectos para producir ilusión de realidad . Por último, Varinnia Jofré y Adriana Mayorga se sumaron al panel para abrir el debate con el público. La arquitecta Adriana Mayorga habló acerca de Realidad/Irrealidad/Realidad virtual, para enumerar diversas aproximaciones a lo real en la Filosofía y el Psicoanálisis: Nietsche, Edgar Morin, Freud. También se refirió a la realidad virtual en el campo de la Arquitectura. La artista visual Varinnia Jofré se refirió al realismo como forma, a la búsqueda de hacer parecer reales a contenidos que no lo son, con referencias al surrealismo, y principalmente las experiencias de “arte total” desde Brunelleschi y Bernini hasta Wagner y su colaborador Adolphe Appia. Finalmente el público debatió acerca de diversos conceptos acerca de la realidad: surgieron, entonces, algunas preguntas centrales: ¿qué es la realidad? si ¿es cognoscible? y ¿la realidad que creemos vivir —engañosa y manipulada— es construida por el poder? [x Varinnia Jofré] BREVIS :: 34 B :: NOVEDADES Institucionales Cuota 2012: Les recordamos que el monto de la cuota anual 2012, de acuerdo a lo determinado en la Asamblea General en Santa fe es para socios titulares es de $80.- y para socios adherentes de $50.- y puede pagarse según lo indicado en nuestra página web. Para acceder a beneficios y descuentos en libros los socios deberán tener la cuota al día. — Reiteramos el pedido de actualización de datos: con el objetivo de construir una base de datos digital fiable, les solicitamos a todos los socios que completen y envíen la ficha personal que se encuentra en www.sema.org.ar. — Lineamientos para Congresos de SEMA: Se está discutiendo, en las distintas Asociaciones Regionales de SEMA los lineamientos para nuestros Congresos para facilitar la organización y establecer pautas comunes de trabajo. Asimismo, se está debatiendo sobre distintas alternativas para el otorgamiento de certificados. Encuentros y Congresos Encuentro anual de SEMA. En el mes de octubre realizaremos nuestro encuentro anual en Buenos Aires. Próximamente definiremos la fecha precisa. ­ — ISIS Mini Festival/Symmetry: Art and Science. Arquitectura folklórica. Arquitectura vernácula. Tradiciones y desarrollo rural. Se realizará en Budapest, Hungría, del 8 al 10 de Junio junto con una mesa redonda sobre Forma, la nueva publicación de la Internacional de Semiótica Visual. 4 al 8 de septiembre de 2012, Buenos Aires, Argentina. En este congreso internacional que auspicia SEMA y que tendrá lugar en la UBA (Facultad de Derecho), se han presentado más de 500 ponencias. Más información en http://www. aisv2012.org/ ­ — Argencolor 2012. 10° Congreso Argentino del Color, 29 de agosto al 1 de septiembre Facultad de Arquitectura, TU, de Budapest. Más información en http://symmetry-us.com/ blog/2012/01/16/isis-minifestival-symmetry-art-andscience/ ­ — Dilemas contemporáneos de lo visual. Congreso de la Asociación de 2012, en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional del Nordeste, Resistencia, Chaco, Argentina. Más información en http://www.argencolor2012. blogspot.com.ar/ — Sigradi 2012. El congreso de la Sociedad Iberoamericana de Gráfica Digital (Formain-formación), tendrá lugar del 14 al 16 de Noviembre de 2012 en Fortaleza, Brasil. Más información en http://www. sigradi2012.com.br/index. php/2012/fortaleza — Tres encuentros in-formales, organizados por la ARS Buenos Aires de SEMA. El lunes 16 de abril se realizó el primer encuentro, en el que expusieron Moira Sanjurjo, Gustavo Barbosa y Juan López Coronel. A partir del desarrollo de las relaciones entre forma y objeto, se plantearon miradas diferentes sobre el dibujo en el diseño. El debate posterior fue especialmente interesante y permitió profundizar el tema. — El 21 de mayo a las 19 hs se realizará el segundo encuentro, en el que expondrán Enzo Maqueira, Osvaldo Beker y Gustavo Nielsen, sobre el tema “Argumento y forma”. Está previsto que el tercer encuentro sea el 18 de junio, con la exposición de Marina Porrúa sobre el tema “Identidad y forma”. Estas reuniones se realizan en “La Prometida”, Delgado y Arredondo, Buenos Aires. Invitamos a enviar información para la sección Novedades. BREVIS :: 35 B :: BREVIS HOY BREVIS 05 | Autores SEMA | Sociedad Argentina de Estudios Morfológicos Verónica Allocati, Buenos Aires | [email protected] Presidentes honorarios Gastón Breyer (UBA) † Roberto Doberti (UBA) Claudio Guerri (UBA) Carla Antonini, Buenos Aires | [email protected] Marco Aresta, Lisboa | [email protected] Comisión Directiva 2011-2013 Diego Ceconato, Córdoba |[email protected]> Guadalupe Granero, Buenos Aires | [email protected] Varinnia Jofre, Córdoba | [email protected] Viviana Juliá, Buenos Aires | [email protected] Guadalupe Neves, Buenos Aires | [email protected] Presidente Patricia Muñoz (UBA) Vicepresidente 1° César Pereyra (UBA) Vicepresidente 2° Carlos Prause (UNL) Vicepresidente 3° Clara Graciela Ben Altabef (UNT) Homero Pellicer, Buenos Aires | [email protected] César Pereyra, Buenos Aires | [email protected] Edith Strahman, Córdoba | [email protected] Horacio Wainhaus, Buenos Aires | [email protected] BREVIS | Colaboraciones Brevis invita a investigadores, docentes y estudiosos del campo de la Morfología a participar enviando trabajos propios y también seleccionando textos relevantes para nuestro campo de estudio. Dado que Brevis constituye una publicación de ágil lectura, se solicita que los trabajos sean sintéticos, se envíen en archivo A4, word (extensión .doc) y tengan hasta 2500 caracteres (en tipografía times cuerpo 12) y un máximo de dos imágenes (enviarlas por separado en resolución 240 dpi a tamaño real). Para las reseñas de publicaciones se aceptan trabajos de hasta 1200 caracteres y para los trabajos de recopilación (sección “Clásicos”) hasta 8000 caracteres. Dos integrantes del comité editorial —por sistema de referato— evaluarán la pertinenecia de las propuestas y comunicará a los autores la aceptación o no de los trabajos. Los mismos deberán enviarse a [email protected]. Secretario Juan Enrique Amoroso (UM) Prosecretario Alejandro Abaca (UBA) Tesorera Marta B. de Ibarborde (UBA) Protesorero Nina Enrich (UNLP) Vocales titulares Lucía Castellano (UNC) Homero Pellicer (UBA) Sergio Fernández (UNNE) Horacio Wainhaus (UBA) Vocales suplentes Silvia Ricco (UMDP) Ricardo Conde (UBA) Juan López Coronel (UBA) Ariel Misuraca (UBA) Comisión revisora Nora Pereyra (UBA) Jorge Pokropek (UM) BREVIS :: 36 B :: IMAGO BREVIS Las palabras ya significan algo por sí mismas: sus asociaciones naturales y sus tradiciones resisten a lo arbitrario y limitan nuestra libertad de interpretación. El lenguaje mismo del hermético que habla con palabras veladas posee ya un sentido literal. ¿Y qué decir de la música? Directamente, en ella misma, no significa nada, sino por asociación o convención. La música no significa nada, por tanto, lo significa todo. Podemos hacer que las notas digan lo que queramos, prestarles todo tipo de poderes anagógicos: ¡no protestarán! El hombre siente la tentación de atribuir un sentido metafisico al discurso musical por el hecho de que la música, al no expresar ningún significado comunicable, se presta con una docilidad complaciente a las interpretaciones más complejas y dialécticas, y tiende tanto más a conferirle una dimensión de profundidad en cuanto es, quizás, una apariencia más superficial. ¡La música todo lo resiste! Aquí son plausibles las ideologías más fantásticas, las hermenéuticas más insondables. ¿Quién podrá desmentirnos? [Foto: Manos de la gran pianista polaca Wanda Landowska (18791959). El texto de Vladimir Jankélevich fue publicado en La música y lo inefable. Barcelona: Alpha Decay, 2005, pág, 32.] BREVIS :: 37 05 :: BREVIS :: 06