K^evistadeCienciasMédicasdeBarcelona Año XXXIX Marzo 1913 Núm. 3 Artículos originales El tratamiento de Killian en la periamigdalitis flemonosa POK El, D R . RICARDO BOTET Killian (de Worms), que falleció, hermano del conocido Gustavo Killian, de Friburgo (hoy, desde hace poco, de Berlín), describió en 1897 (Archiw. für Laryngologie) un método admirable para tratar los abscesos peritonsilares, y que no comprendo cómo no se ha generalizado y descrito en todas las obras. Para Killian estos abscesos nacen en la fosita supratonsilar, en el recessus palatino, y las variedades descritas de abscesos peritonsilares no son más que localizaciones secundarias. Esta opinión es actualmente admitida por todo el mundo, gracias á los trabajos anatómicos de His, Tortual, Paterson y Arsimoles. Yo mismo, hace tiempo, basado en estas ideas, puse en práctica la extirpación del polo superior de la amígdala, leyendo una comunicación en el X I I I Congreso Médico internacional de París en 1900, que fue publicada en los Annales de Lermoyez y en mis Archivos (1). En ella indicaba que en los enfermos que padecen á menudo anginas flemonosas, éstas son engendradas por la inflamación séptica de las criptas superiores de la amígdala, que se propaga á la fosita supratonsilar, siempre desigual, repleta de magma caseoso y presentando una abertura obliterada por adherencias múltiples de la margo semilunaris con la tonsila. Así resulta que (1) «Importancia del polo superior de la amígdala y de la fosita supra-tonsilar como causa de las periamigdalitis flemonosas. Extirpación completa de la mitad superior de este órgano, como único tratamiento eficaz.» — Núm. de Marzo-Abril de 1901. (Archivos de Rinología, Laringología y Otología. 98 PBRIAGMIDALITIS FLEMONOSA rarísima vez la angina flemonoea os amígdalar; su sitio habitual está fuera de la glándula. Había comprobado, tirando con la pinza, que el extremo superior de la amígdala se alojaba en el interior del recessus supratonsilar, penetrando en él á menudo á la profundidad de más de un centímetro. Introduciendo un estilete en la fosita, había éste alcanzado alguna vez cerca de 2 centímetros. La abertura por la cual insinuaba el estilete se encontraba, además, bastantes veces muy estrechada, reducida á uno ó dos trayectos interrumpidos por bridas que facilitaban muy mucho la retención de los productos expelidos por las criptas del polo superior de la tonsila. Por otra parte, si destruía estas adherencias con el fin de liberar la fosita, hallaba con frecuencia nuevas adherencias de la glándula con las paredes de esta fosita. En el Tratado de Anatomía Topográfica de Testut y Jacob (págs. 309 y 310 del tomo I), cítanse estas disposiciones anatómicas, sin olvidar que fueron indicadas por mí. Así las cosas, cuando hay amigdalitis flemonosa el pus de las criptas superiores se vierte en la fosita supratonsilar, y no pudiendo evacuarse, Ja inflamación se propaga al velo palatino y á la porción anterior de la cavidad faringo-maxilar, formando proeminencia por delante y encima de la glándula. El proceder de Killian, fundado en las anteriores consideraciones, consiste en cateterizar y luego en dilatar la fosita supratonsilar, pasando por entre la margo scmilunaris y la amígdala. Mi distinguido amigo el Dr. Claoué, de Burdeos, vulgarizó en Francia el proceder de Kilüan en cuestión, del cual recientemente el Dr. Constantin , de Marsella, ha hecho objeto de una comunicación á la Sociedad Francesa de Otorino-Jaringología. La técnica es sencillísima. Puesto el enfermo en posición laringoscópica, el operador deprime, con la mano izquierda, Ja lengua y cocainiza la entrada de Ja fosita. Luego introduce verticalmente por ella los bocados cerrados de una pinza, á la profundidad de 15 á 20 milímetros, y los abre bruscamente. El pus entonces sale por entre las ramas de la pinza. Para esta operación se han utilizado las pinzas de Pean, de Kocher, de Lubet Barbón, la naso-faríngea, el dilatador traqueal, etc. Lo cierto es que en Ja práctica resultan todos estos instrumentos poco adaptados al objeto que se proponen, ya por su volumen, que no les permite insinuarse por la abertura de Ja fosita, á veces sumamente estrecha, ó ya por su rectitud total, que obliga al enfermo á echar la cabeza muy atrás para conseguir meter la pinza en buena dirección. PERIAGMIDAL1TIS FLBMONOSA 99 He mandado construir estos cuchilletes (fig. 1) ambifilax, acodados en ángulo obtuso sobre un largo tallo, y en cuya punta hay un botoncito que impide la perforación del velo palatino. La longitud de la porción acodada es de 15 á 20m / m . Para mayor abundamiento lie mandado doblar lateralmente en ángulo obtuso «1 pico de unas pinzas nasales. Así modificadas, sírvenme también á maravilla para vaciar el absceso supratonsilar. El cuchíllete se mete por la abertura supratonsilar que se halla libre, se insinúa arriba en la mayor profundidad posible sin violencia, y después de inclinar el corte hacia uno y otro pilar, quedan cortadas las bridas y se vacia el absceso. Si la FlOÜEA 1 Cuchilletes de Botey para el absceso supratonsilar abertura es de por sí suficiente, se comienza por insinuar, bien cerradas las ramas de esta pinza, las cuales se abren una vez en su sitio. Considero absolutamente superfluo el transcribir, aunque sea para muestra, algunas de las observaciones de esta índole, tanto más cuanto se parecen todas y se trata de unos ochenta y pico de casos tratados por mí de este modo en el espacio de varios años. Da ellos creo poder deducir las consecuencias siguientes: 1. a Solamente en unas dos terceras partes de los casos el absceso periamigdalar es susceptible de ser abierto por la fosita supratonsilar. 2. a Aun siendo así, para conseguir por esta vía la evacuación del pus es necesario que esté bien concretada en forma de absceso junto á esta fosita. Es decir, que esté maduro. 3. a En caso de que no dé resultado este proceder, el paciente halla siempre alivio y puede el afecto abortar si se ha ejecutado aquél prematuramente. 4. a El método de Killian, sin embargo, puede ser instituido desde el principio, cuando todavía no hay pus. La operación abre •camino, descongestiona y el pus sale más tarde, á medida que se 100 PHRIAGMIDALITIS PLBMONOSA produce, resolviéndose á veces el mal sin que, al parecer, haya pus, ya que el enfermo no se da cuenta de ello. 5.° Este método descubre á veces pequeños abscesos noabiertos por la incisión clásica, y la ejecución del mismo es menos dolorosa que aquélla, no alarmando al enfermo como la incisión del velo. 6. a El método de Killian es muy sencillo, no necesita en rigor instrumental apropiado; basta una pinza hemostática, quecualquiera posee. 7. a Este método es inofensivo y está al alcance del médicogeneral. 8. a El método de Killian sirve también para abrir y vaciar los abscesos peritonsilares superoposteriores, junto á la base dela úvula y tras el pilar posterior, cosa no conseguida con la incisión clásica de Le Máitre. 9. a El método de Killian, finalmente, es racional, sencillo,, seguro, inocente y práctico, abreviando considerablemente la duración de la periamigdalitis flemonosa. EXTRACTOS HIPOPISARIOfi 101 ALGO SOBRE EXTRACTOS HIPOFISARIOS Los extractos hipofisarios ó pituitarios son productos opoterápicos extraídos de la hipófisis ó glándula pituitaria, situada •en la silla turca. Esta glándula tiene dos lóbulos, el anterior y el posterior ó parte infundibular de la hipófisis; éste es más pequeño que aquél, de un color gris amarillento, y es el que se utiliza para preparar •dichos extractos. El origen embriológico de dichos lóbulos es distinto; el anterior deriva de una invaginación de la membrana faríngea, es ' decir, es una porción de faringe primitiva que en los primeros «stadios de la vida embrionaria, emigra á la cavidad craneal, juntándose á la cara anterior del lóbulo posterior: éste procede del «erebro, siendo una dependencia del ventrículo medio. Histológicamente, el lóbulo anterior encierra formaciones glandulares cuya estructura, según Ecker y Mihalkowicz, se parece á la de las cápsulas suprarrenales. El lóbulo posterior está formado por un estroma conjuntivo en cuyo seno se encuentran células redondeadas, que probablemente son las que contienen la substancia activa. Los químicos no están todavía de acuerdo acerca de la composición química de la hipófisis. Según Ewald y Spitzler contiene yodo y yodotirina. Paderi ha encontrado fósforo y bromo y Gautier halló indicios de arsénico. Malcolm, analizando una hipófisis fresca de buey de 2 gramos de peso, encontró las proporciones siguientes: 77 por 100 de agua, 12'8 por 100 nitrógeno, 0'80 por 100 de fósforo, y 0'123 de calcio. Los principios activos de la .glándula, no son destruidos por la ebullición, dializan, no son alterados por los agentes reductores, y en su mayor parte son insolubles en el alcohol y éter. De los experimentos hechos tiempo atrás sobre las funciones de la hipófisis, podemos deducir que la extirpación total de la glándula, acarrea siempre la muerte del animal de experimentación; la extirpación del lóbulo anterior ocasiona infantilismo de los genitales. Según Borchard, el hiperpituitarismo produce la acromegalia. Goetsch, Cushing y Jacobson, encontraron en casos •de hipopituitarismo, mayor tolerancia para los hidratos de carbono. La acromegalia es producida por la hipersecreción del lóbulo anterior; la hiposecreción ocasiona un retardo en el desarrollo de 102 EXTRACTOS HIPOFISARIOS los huesos, atricosis, adiposis, infantilismo. Las consecuencias que de estos experimentos pueden deducirse es todo cuanto se conoce acerca de la fisiología de la hipófisis. Siendo el origen embriológico y consecutivamente la histología del lóbulo anterior tan distintos de los del posterior, lógicamente se deduce que ha de ser también distinto el modo de obrar según que se emplee extracto de la totalidad de la glándula ó de cada uno de sus lóbulos. Parisot hizo algunas investigaciones inyectando á una coneja, extracto de la totalidad de la glándula, por vía intravenosa; y observó, á la vez que aumento de presión arterial, una vasoconstricción de los órganos principales, pero más acentuada al nivel del útero y del cuerpo tiroides. Falta é Ivcovic inyectaron á un perro extracto del lóbulo anterior, y vieron bajar bruscamente la presión sanguínea. Oliver y Schaefer inyectaron extracto del lóbulo posterior, y observaron aumento de la presión sanguínea; hecho que no sólo fue comprobado después por Howell, sino que además demostró que dicho lóbulo contenía una substancia que disminuía el número de pulsaciones. Bell comprobó que el extracto del lóbulo posterior, obraba directa ó indirectamente sobre todos los músculos de fibra lisa; que excitaba el peristaltismo intestinal; que estimulaba las contracciones del útero aumentando la excitabilidad nerviosa del mismo; y finalmente, que obraba sobre la vejiga urinaria obligándola á vaciarse, á causa de la excitación que ejerce sóbrelos nervios motores de la misma. Sobre el sistema circulatorio, obra aumentando de momento la presión sanguínea, por contracción de los músculos de los vasos periféricos; luego estimula el corazón, retardando su ritmo y aumentando la fuerza de sus latidos; hecho que comprobó con idénticos resultados en animales de sangre fría y de sangre caliente. En cambio los vasos renales, después de un corto período inicial de contracción, se relajan, aumentándose así la diuresis. El aumento de presión observado, ha sido siempre moderado y persiste durante algunas horas. Más adelante Klotz comprobó los experimentos de Bell, haciendo notar que la acción de los extractos hipofisarios varía considerablemente según se ensaye en el organismo sano ó enfermo. Asegura Klotz que el aumento de presión es solamente notable en los casos en que antes de administrar dichos extractos había hipotensión, al paso que con presión sanguínea normal, el canxbio es muy poco marcado. Este hecho tan interesante lo explica Klotz diciendo qne la baja presión aumenta la excitabilidad de las células que son influidas por el extracto hipofisario. Luego EXTRACTOS HIPOFISARIOS 103 examinó la acción de dicho extracto en un animal cuya presión sanguínea había sido disminuida á la mitad mediante una sangría, y después de inyectar dicho extracto por vía intramuscular, notó un aumento de 20 milímetros y que duró 50 minutos. En mujeres ha obtenido un aumento de presión que oscila entre 15 y 30 milímetros. A los tres minutos de inyectado el extracto hipofisario, el pulso es más lleno, á no ser que hubiese habido una pérdida sanguínea muy importante, en cuyo caso tarda más. Alien, Cleghorn y Nebdon comprobaron sus efectos sobre el corazón; y de Bonís y Pal, su acción sobre las fibras musculares de los vasos. ÍYankl-Hochwart observó los efectos distintos de los extractos pituitarios en úteros de coneja vacíos y en estado de gestación, y si bien en ambos casos los resultados fueron positivos, lo fueron más en el útero grávido. Pal, creyendo que la acción de estos extractos sobre el aparato urinario no estaba sólo reservada á los nervios motores de la vejiga, practicó el siguiente experimento: Durmió un gato con curare, le vació la vejiga, é inmediatamente le inyectó extracto hipofisario, produciéndose al instante abundante diuresis. Las dosis que se emplearon fueron muy variables: así Foges y Hofstatter han llegarlo á administrar 30 c. c. por vía gástrica sin efectos nocivos. Etienne y Parisot han podido inyectar repetidamente á los conejos extractos hipofisarios sin llegar á la esclerosis vascular, y notaron en cambio una hipertensión acompañada de hipertrofia del corazón. Parisot afirma que si bien el extracto hipofisario es tóxico, lo es menos que el suprarrenal; y para producir la muerte se requiere una cantidad equivalente á diez hipófisis de conejo, siendo más tóxico el extracto de lóbulo posterior que el de anterior; y aun cuando las dosis empleadas no fueron nunca superiores á veinte centigramos, no ha observado accidente alguno. Hofbauer administró un gramo setenta centigramos por día en dos veces, y Stern seis dosis de sesenta centigramos, sin haber observado fenómenos tóxicos. No así Biedl, que inyectando de diez á quince centímetros cúbicos de extracto hipofisario en el peritoneo, vio producirse un corto período de excitación primero, y después la muerte precedida de fuerte depresión y parálisis. Al conocerse los trabajos experimentales quo se llevaron á cabo con feliz resultado, fueron muchos los clínicos que se decidieron á ensayar tan importante medio terapéutico. Grolla lo ensayó en la enfermedad de Addisson y otras enfermedades, sin resultado alguno. Neu refiere un caso de osteomalacia en una mujer, tratado por medio de inyecciones intramusculares de extracto hipofisario, 104 KXTBACTOS HIPOFISARIOS empezando por una dosis de 1 o. c. y aumentando medio centímetro cúbico á cada inyección hasta alcanzar la dosis de 5'5 centímetros cúbicos. Los dolores que dicha enferma padecía antes de las inyecciones en la región sacra, esternón, extremidades inferiores y pelvis, desaparecieron ya desde la tercera inyección, y a la séptima desapareció también el dolor en los huesos provocado por la presión; á la décima inyección, pudo la paciente abandonar el hospital y emprender de nuevo su trabajo. Algunos de los síntomas reaparecieron más tarde al hacerse embarazada. Kratochvil empleó dichos extractos también en osteomaJácicos, y asegura que en algunos casos hay una mejoría subjetiva, pero sin llegar á la curación. Los resultados obtenidos por Klotz en sus trabajos experimentales, le indujeron á ensayarlo en el shock postoperatorio. Al efecto, practicó la laparotomía á un conejo y dejó los intestinos al exterior: la presión sanguínea disminuyó considerablemente; pero después de una inyección de extracto hipofisario, subió con rapidez. Consecutivamente varios módicos ingleses lo emplearon para combatir el shock postoperatorio. Wray refiere algunos de estos casos, y en el mismo sentido se expresan Bell y Mummery. Romberg y Passler lo emplearon en casos de hipotensión de • bida á toxinas microbianas. Heinecke llegó a idénticas conclusiones, y Klotz aconseja á los internistas que lo ensayen en la pneumonía, difteria y otras infecciones en las que la hipotensión se debe á toxinas. JTranz lo ha ensayado en casos de retención urinaria postoperatoria, confirmando que no sólo se presentó la micción espontánea, sino que además en algunos casos pudo comprobarse mayor diuresis. Jaschké lo empleó en 44 casos de paresia vesical, comprobando un estímulo de los nervios motores vesicales en 4/s de ' o s casos. En 21 casos el resultado fue admirable, pudiendo los enfermos orinar espontáneamente el mismo día de la intervención. En el mismo sentido se expresan la generalidad de prácticos que lo han empleado. Su acción sobre el intestino está fuera de duda: obra excitando su peristaltismo. Es interesante el empleo de los extractos hipofisarios en el tratamiento de la anemia aguda debida á hemorragia; así, mujeres que presentaban todos los síntomas clínicos de una anemia aguda posthemorrágica, que fueron tratadas únicamente con extractos hipofisarios, se restablecieron con prontitud sin llegar al colapso. EXTRACTOS HIPOFISABIOS 105 Muchas han sido las aplicaciones que se han hecho de los extractos hipofisarios en Ginecología: así Bab, los empleó en 30 casos de metrorragia; en 10 la pérdida sanguínea cesó á las cuatro horas de la primera inyección, y en 7 casos cesó del cuarto al octavo día; asimismo confirma dicho autor haber obtenido buenos resultados en metrorragias debidas á fibromas, quistes del ovario y anexcitis. Weymeersch cita el caso de una mujer de 40 años, nulípara, con abundantes menorragias que habían aumentado considerablemente en el espacio de 3 á 4 años, duraban de 8 á 10 días y habían obligado más de una vez á hacer el taponamiento. A consecuencia de dichas hemorragias la enferma llegó á un estado anémico alarmante. Se le administró al principio extracto de glándula mamaria y adrenalina; pero al no conseguir ningún resultado positivo se propuso la histerectomía como único recurso, cuando esperando el turno de operación quiso ensayar los extractos hipofisarios por vía hipodérmica. Desde la primera inyección se modificó el flujo sanguíneo, y repitiendo las inyecciones cada día, así como al siguiente período menstrual, consiguió que la hemorragia sólo durase de 4 á 5 días y que fuese de mediana intensidad. Scott y Ott presentaron últimamente á la Sociedad de Obstetricia de Filadelfia los trabajos llevados 4 cabo con los extractos hipofisarios, sacando en conclusión, que dichos extractos ejercen una verdadera influencia sobre las glándulas mamarias. En comprobación de sus aseveraciones, presentaron una serie de caso3 de mujeres incapaces de criar á sus hijos, por no existir secreción láctea, hecho sucedido no sólo al primer parto, sino repetidas veces. Estas mismas mujeres segregaron cantidades considerables de leche al poco tiempo de inyectarles extractos hipofisarios. En el mismo sentido se expresa Reynols. Hofbauer fue el primero que ensayó dichos extractos en obstetricia, estimulado por los experimentos de Dale y los trabajos de Frohlieh y JTrankl-Hochwart. Sus primeros ensayos se dirigieron á utilizarlos como ocitócico y para reforzar los dolores preexistentes. De sus primeros 12 casos clínicos sácalas siguientes conclusiones: los extractos hipofisarios producen contracciones uterinas que son regulares sin afectar carácter tetánico. Administrados en el período expulsivo, produce en algunos casos una tempestad de contracciones. Schmid los ha empleado en varios casos, no sólo después de cesáreas, sino también en atonías graves consecutivas á partos normales; en estos casos de atonía, practica la inyección con una jeringa de cánula larga, que la introduce dentro de la cavidad uterina, y hace la inyección en su pared. 106 EXTRACTOS HIPOFISARIOS Foges yHofstaetter los han empleado en 63 casos de atonía, 42 de hemorragia grave, 8 de hemorragia leve postpartum y 13 de hemorragias postabortivas. Las dosis que se emplearon, fueron de 1 á 2 c. c. de extracto hipofisarío en 20 c. c. de suero fisiológico y no observaron la más pequeña molestia. En todos estos casos, el útero relajado, atónico después del alumbramiento, sin contraerse por el masaje, permaneció todavía en este estado después de la inyección de extractos hipofisarios; pero podía verse como á los pocos minutos, al más ligero roce ó contacto, se endurecía el útero por largfc tiempo, y detenía la hemorragia. En algunos casos volvía á aparecer á las pocas horaa un comienzo de relajamiento, que desaparecía definitivamente cuando tocando el útero, éste se contraía al máximo. Varios han sido los autores que los han empleado para provocar el aborto, y los resultados fueron negativos; se comprende que así sea, porque, como dice Stern, para obrar los extractos hipofisarios requieren cierta excitabilidad del útero, como la que posee en estado latente al final del embarazo. No así en el parto prematuro provocado, que existe ya cierto grado de excitabilidad del útero, la cual va en aumento á medida que nos acercamos al final del embarazo, citándose resultados favorables; pero hay que tener en cuenta que cuanto más nos separemos del término del embarazo, mayor será el número de inyecciones que hemos de emplear, y debiendo seguirse el tratamiento, hasta que se vea claramente que el parto se inicia. Así Fríes, en dos casos de nefritis gravídica con comienzo de accesos eclámpticos, á pesar de hallarse el embarazo entre la 36 y 38 semana, después de repetidas inyecciones, no pudo lograr contracciones suficientemente intensas y hubo de intervenir. En cambio, en otros dos casos, en los que había seguridad absoluta de hallarse al final del embarazo y no existiendo todavía dolores de parto, pudo éste llevarse á cabo en pocas horas mediante los extractos hipofisarios. Stolper los ha empleado en casos de partos prolongados. Tratábase de dos mujeres en las que el embarazo acostumbraba á prolongarse y los fetos eran muy desarrollados, administrándoles el extracto 14 días antes del día probable de parto. Una de ellas era una secundípara, cuyo primer parto databa de 3 años y había tenido lugar 20 días después del que se había fijado; el parto duró 50 horas con aplicación de fórceps. El parto actual se esperaba en 10 de Junio, pues había tenido la última regla en 3 de Octubre. El 22 de Junio todavía no tenía indicios de parto; á las 6 de la tarde se le inyecta 1 c. c. de extracto hipofisario y á las 8 otro centímetro cúbico; á los 10 minutos fuertes dolores que duran hasta las 10, descansando hasta las 12, que se le inyectó otro EXTRACTOS HIPOFISARIOS 107 centímetro cúbico; á los pocos minutos fuertes dolores y rotura de la bolsa amniótica: á la 1'15 nacía un niño de 4,100 gramos. El segundo caso era una mujer de 30 años, embarazada por cuarta vez. Los dos primeros, extraídos por aplicación de fórceps; el tercero, placenta previa lateral. Actualmente tuvo la última regla en 16 de Junio; parto probable 23 de Marzo. Desde mediados de Marzo siente dolores día y noche, que duran de 1 á 2 horas. Teto muy desarrollado. El 6 de Abril, viendo que el cuello está acortado y que la cabeza todavía está alta y movible, teniendo en cuenta el desarrollo del feto, cree indispensable provocar el parto, por lo que á las 7 y media de la tarde inyecta 1 c. c. de extracto hipofisario: resultado negativo; á las 9 y media otro c. c ; á los 10 minutos fuertes dolores con rotura de la bolsa; á las 11 cesan los dolores: baño caliente sin efecto. A las 12, tercera inyección de I c e : fuertes dolores que duran una hora; orificio dilatado ; cabeza próxima á la salida de la pelvis; latidos cardíacos normales. Cuarta inyección de 1 c. c ; á la 1'45 fuertes dolores, y á las 3 nacimiento de un niño de 4,500 gramos. Duración del parto, 7 horas, tiempo corto en comparación de los demás partos que siempre duraban más de 24 horas. Hager cita un caso semejante; era una plurípara, cuyo primer parto fue 34 días más tarde del que se había fijado, teniendo un feto muerto de 5,500 gramos. El segundo fue un aborto de 3 meses. El tercero fue interrumpido 14 días antes de término por el extracto hipofisario. Poges y Hofstaetter lo emplearon en 6 casos de cesárea extraperitoneal. En cuatro de ellos fue empleado tan pronto como después del alumbramiento el útero se relajó, y pudo verse como á más tardar á los 5 minutos, al más ligero roce el útero se contraía violentamente. Este efecto duró mucho tiempo, de manera que apenas hubo hemorragia. En los dos casos restantes se inyectó al principio de la operación 2 c. c. en la región glútea: en ambos casos el útero se contrajo fuertemente en cuanto se hubo vaciado de su contenido, y permaneció en tal estado de contracción durante todo el tiempo que duró la intervención, perdiendo la enferma una cantidad mínima de sangre. Kroemer lo empleó en una cesárea suprapúbica, en la que la incisión uterina dio poca hemorragia. Hace poco lo empleó Linzenmeier en dos casos de hebosteotomía, en los que después de practicada la sección ósea el parto no adelantaba, y á fin de evitar una aplicación de fórceps, inyectó el extracto hipofisario, cuyo resultado favorable en ambos casos no se hizo esperar. Mis primeros ensayos con los extractos hipofisarios datan de tres años. Desde entonces los he administrado en unos 30 casos 108 EXTRACTOS ÍITPOFISAKIOS con resultados verdaderamente hermosos. De éstos hay aproximadamente 25 casos, que no voy á detallar porque la única causa de mi intervención en dichos casos era la inercia uterina absoluta ó relativa. En término medio los efectos se dejaron sentir de 3 á 15 minutos después de hecha la inyección. Los dolores conseguidos fueron enérgicos y regulares. En algunos casos la primera inyec- cíón se mostró insuficiente, administrándose una segunda; sólo en tres casos llegué á dar 3 inyecciones, y en un caso 5. Las dosis que he empleado han variado: en los casos que hay inercia absoluta doy una dosis inicial de 1 c. cM y según el efecto obtenido, las siguientes son de i/2 c. c. ó de uno; cuando existían ya dolores y quería reforzarlos, la dosis inicial era de */2 c. c , y las siguientes dependían del efecto de la primera. En ninguno de los casos he observado contracciones tetánicas, colapso ni desinserción prematura de placenta, como dicen algunos autores haber observado. El período de alumbramiento se verificó en todos ellos normalmente. A pesar de auscultar repetidamente el corazón fetal, antes y después de cada inyección, no pude comprobar el retardo alarmante de loa latidos que cita algún tocólogo. En ningún caso hubo necesidad de sondar á las mujeres, pues orinaban al poco rato del parto. Además hay los casos siguientes, que voy á citar con algún detalle por presentar alguna característica más que la sola inercia. D. F . de 30 años: secundípara, pelvis normal, última regla el 2 de Mayo. Parto probable el 9 de Febrero. Soy llamado por la comadrona por presentarse el feto transversalmente. Los dolores empiezan el 8 de Febrero á las siete de la mañana; son flojos, y las pausas muy largas. A las 9 la reconozco y compruebo la presentación; era una A. I. I. dorso anterior. Dilatación de unos 5 centímetros. Hago en el acto la versión por maniobras externas. Desgarro las membranas é inyecto 1 c. c. de extracto hipofisario. A los 10 minutos primer dolor, de mediana intensidad; á los 7, otro, y después pasan 8, 10, 17, 25 minutos, y cesan. A las 11 y media segunda inyección: fuertes dolores á los 8 minutos, y repiten cada 3; la cabeza está en la excavación, y sin necesitar otra inyección nace á la 1'15 una niña de 3,700 gramos. Alumbramiento á los 15 minutos. • A. F . de 27 años. Ha tenido tres embarazos con partos y puerperios normales. Actualmente está con vaginitis blenorrágica. Última regla el 28 de Marzo. Parto probable el 4 de Enero. A causa de una hemorragia y dolores soy llamado á las dos de la madrugada del 22 de Diciembre. Esta hemorragia la había tenido ya 10 días antes. Altura uterina 33 cm. Pelvis normal. Dorso á izquierda. Cabeza en el estrecho superior sin encajarse. Foco no EXTRACTOS HIPOFISARIOS 109 perceptible. Se trataba, pues, de una O. I. I. con feto muerto. Después confirma la mujer que hace algunos días que no siente moverse el feto. Los dolores habían cesado. Dilatación de unos 5 á 7 cm. Bolsa proeminente. En el segmento posterior del cuello encuentro un lóbulo placentario que sangra. Rompo la bolsa de las aguas y le administro 1 c. c. de extracto hipofisario. A los 5 minutos intenso dolor de larga duración, encajándose la cabeza y cesando la hemorragia. A los B minutos más la cabeza aparecía á la vulva. Había una circular de cordón alrededor del cuello. A los 10 minutos tuvo lugar el alumbramiento. El feto era una niña que pesaba 3,B00 gramos y ofrecía las señales características de muerte intrauterina de unos 12 días. V. C. de 29 años; bien constituida; secundípara. El primer embarazo fue normal y el parto tuvo lugar 23 días después del señalado. Ultima regla el 24 de Septiembre. Parto probable 1.° de Julio. Pelvis normal. Viene á mi visita á primeros de Junio, y el abdomen presenta un abultamiento que no corresponde á 36 semanas. Circunferencia abdominal 99 cm. Altura uterina 25+7. Feto desarrollado. Presentación de vértice, posición derecha. Líquido amniótico no en exceso. Aconsejo á la mujer provocar el parto, y estando conforme el marido, fijo el día 16 de Junio. El abdomen había aumentado, si bien la altura había disminuido de 1 cm, por haberse encajado la cabeza. Le administro 1 c. c. de extracto hipofisario, y empiezo la dilatación con el Bossi hasta alcanzar 5 cm. de diámetro, que lo retiro. La primera inyección no produjo ningún efecto. Al retirar el Bossi (aproximadamente media hora) doy la segunda inyección de 1 c. c. A los 20 minutos fuertes dolores que van en aumento y repiten cada B minutos, durando aproximadamente 3. La cabeza se encuentra en la excavación. Los dolores repiten regularmente sin cesar, y á las dos horas de la segunda inyección nace una niña de 3,850 gramos. Alumbramiento á los 5 minutos. M. V. de 24 años. Secundípara. El primer parto terminó por una penosa aplicación de fórceps. Ultima regla el 7 de Mayo. Parto probable el 14 de Febrero. Pelvis.tEspinas, 22. Crestas, 23. Trocánteres, 30. Conjugado externo, 19. Sacro muy excavado. Promontorio no accesible. Empiezan los dolores el 10 de Febrero á las tres de la madrugada. Rompe aguas á las nueve. Luego calman los dolores, y al menor movimiento que haga la mujer, pierde líquido amniótico. Veo la mujer al mediodía y la encuentro paseando por el cuarto para provocar dolores. Feto en presentación de vértice, posición derecha, cabeza movible en el estrecho superior; dilatación de unos B cm. A la 1'5 minutos de la tarde inyecto 1 c. c. de extracto hipofisario. A los 12 minutos primera contracción, débil, repiten cada 10 minutos, y alas 2 110 EXTRACTOS HIPOFISAKIOS cesan. A las 3'42 segunda inyección, las contracciones se presentan muy flojas, repiten de tarde en tarde y acaban por desaparecer, viendo lo cual y sospechando que los efectos negativos que obtenía fuesen debidos á la preparación de los inyectables, cambió y empleó otro. Latidos fetales en buen estado. A las 9'2 minutos tercera inyección de 1 c. c , á los 10 minutos contracción floja, 3 minutos después otra contracción, pero van espaciándose cada vez más y para evitar que desaparezcan, á las 10:45 cuarta inyección, que produce un resultado semejante. A las 2'47 de la madrugada del 11, quinta inyección de 1 c. c , y viendo que no producía ningún resultado á pesar del masaje, abandoné los extractos hipofisarios para hacer la versión. Latidos cardíacos en buen estado. Hecha la versión podálica por maniobras internas y extraído el feto, se vio que la dificultad del encajamiento era debida á una ligera desproporción entre la cabeza y la pelvis, que de haberse podido moldear la cabeza es seguro que se habría encajado fácilmente, pero la falta de maleabilidad se debía á la osificación pronunciada de las suturas y fontanelas. La importancia, pues, qiie tienen los extractos hipofisarios en obstetricia es enorme, y forzosamente deben emplearse cada día más y limitar el abuso que todavía hoy en día se hace de las intervenciones, pues si tocólogos que precisan mejor las indicaciones de una intervención aseguran que éstas han disminuido en un 40 por 100 desde el empleo de los extractos hipofisarios, puedo asegurar que en nuestro país la disminución del número de intervenciones sería mucho mayor. No quiere esto decir que los extractos hipofisarios hagan desaparecer el fórceps, como algunos tocólogos han temido; harán desaparecer, sí, las aplicaciones de fórceps llamadas de complacencia ó de lujo, que hasta ahora se practicaban para abreviar el trabajo de parto, sin verdadera indicación, sólo por impaciencia de la partera, del comadrón ó de la parturiente. También harán desaparecer, aunque lentamente, ya que para esto es necesario que el público se entere, las aplicaciones de fórceps comerciales, las que se hacen sin indicación para mostrar á las gentes alardes de técnica inmotivados, ó las más ignominiosas todavía, que se hacen con el fin de pretender justificar honorarios fabulosos. Esto explica sobradamente, por qué algunos tocólogos no quieren emplear dichos extractos. Pero las aplicaciones de fórceps en las que existe verdadera indicación, éstas no las harán desaparecer los extractos hipofisarios. En algunos casos de versión, pueden prestarnos inmensos beneficios, como en el caso clínico descrito primero. Harto conocidas son las frecuentes complicaciones de la placenta previa; presentaciones anómalas, hemorragias y el peligro KXTRACTOS HIPOFISARIOS 111 de infección, de las cuales nos podemos salir en bien en muchos casos mediante el uso de dichos extractos, ya que podemos corregir fácilmente las presentaciones anómalas por la versión externa, que es factible aunque la mujer lleve algunas horas de trabajo de parto, porque en los casos de placenta previa la bolsa amniótica se rompe tardíamente por ser más resistentes las membranas alrededor de la masa placentaria. Las hemorragias, peligros de desgarros y de infección desaparecen ó son mucho menores empleando los extractos, ya que no interviniendo, no son tan probables, pues sabemos que en la placenta previa, el segmento inferior, lugar de inserción placentaria, es sumamente friable, debido á la gran vascularización, y debemos hacernos cargo en estos casos del peligro inmenso que ofrecería un desgarro, pues es difícil ó imposible hacer ligaduras, y asimismo, por el número de boquillas que quedan abiertas en la vecindad de la vagina, las probabilidades de que sobrevenga una infección. Conocemos las complicaciones que la hebosteotomía ofrecía hasta la actualidad, y que han sido la causa de que ésta fuera en descrédito para dejar sitio á las intervenciones por vía abdominal. Estas complicaciones, en su mayor parte, eran lesiones debidas, no á la hebosteotomía en sí, ni á la técnica, sino que eran consecutivas á la aplicación de fórceps ó á la versión que, después de practicada la sección ósea, debían hacerse para suplir una inercia uterina. La prueba de ello es que dichas complicaciones no existían, cuando después de practicar la sección ósea, existiendo dolores, se aguardaba al parto espontáneo. Por lo que, gracias á los extractos hipofisarios, la hebosteotomía volverá á ocupar el lugar que le pertenece, ya que en el caso de practicarla, y no existir luego contracciones uterinas suficientemente intensas, podemos provocarlas con dichos extractos. Se ha acusado á los extractos hipofisarios de ser tóxicos para el feto: yo no he observado ningún caso á pesar de llegar á inyectar hasta 5 c. c. en menos de 24 horas (caso clínico 4.) No obstante Spaeth cita un caso en que con solo un centímetro cúbico el feto nació asfíctico y murió, á pesar de los cuidados que se le prestaron. Zuloaga, de Valladolid, cita otro caso en que, consecutivamente á la inyección de I c e , el feto nació cianótico. Rara coincidencia: lo mismo en el caso de Spaeth que en el de Zuloaga, los fetos nacieron con circulares de cordón alrededor del cuello; esto me induce á creer que en ambos casos los culpables de dichos accidentes fueron las circulares y no los extractos. Hahl nos refiere dos casos de muerte fetal, que los atribuye á los extractos hipofisarios. En el primero había inyectado 2 centímetros cúbicos, y en el segundo no alcanzó dicha dosis, termi- 112 EXTRACTOS HIPOFÍSARIOS nando ambos por fórceps: el primero estuvo 72 horas en trabajo de parto, y el segundo, 79. ¿Cuántos fetos pueden resistir después de tantas horas de violencia, una aplicación de fórceps? Grünbaum aporta un caso, en el que el feto nació profundamente asfíctico y vivió; el curso fue éste: hallándose la cabeza en la excavación, notó de momento un cambio en los latidos cardíacos, y para no perder tiempo preparando el fórceps, prefirió darle una inyección de extracto hipofisario. De modo que en este caso, á pesar de existir malos latidos é inyectar dicho preparado, el feto vivió. Ahora bien; ¿debemos recomendar el uso de los extractos hipofisarios á los médicos? Yo creo que siempre que el médico encargado de conducir un parto á término sepa apreciar la proporción ó desproporción entre la cabeza fetal y la pelvis materna, reconozca ésta como es debido, y ausculte atenta y repetidamente los latidos cardíacos fetales, antes y después de cada inyección, no hay duda que debemos recomendarles que empleen dichos extractos, aunque esto signifique para nosotros menor número de intervenciones. En la literatura se encuentra algún caso negativo, como el que cita Mackenrodt y los tres que refiere Ladewasser; pero no he leído ninguno que pueda compararse á mi caso 4.° Tal como lo he descrito, provocaba pequeñas contracciones; pero eran tan flojas, que la mujer no sentía el dolor, y algunas veces la misma contracción le pasó desapercibida. Si se hubiese limitado aquí, cabría suponer que en esta mujer la fibra uterina era de pésima calidad, ya que con nada se la hacía reaccionar; pero es más: los latidos fetales no afectaron ningún cambio, y por si todavía no fuera bastante, la acción de dichos extractos sobre la actividad motora de la vejiga y la propiedad de excitar el peristaltismo intestinal que yo mismo he observado en los demás casos, fueron en ésta negativas, y hubo necesidad de sondar repetidamente á la mujer y administrarle algún purgante. De modo que es éste un caso en que dichos extractos no han producido el más pequeño efecto. ¿A qué se debe? Podría provenir de estar muy disminuida la secreción interna de la hipófisis, pues como se desprende de los trabajos de Kehrer, éste asegura que si á una embarazada se le extrajera la hipófisis, el parto sería imposible. También podría provenir de existir en esta mujer hipersecreción de otra glándula de secreción interna, cuya acción fuese contraria y neutralizara á la de la hipófisis. Enfin,esto sólo son suposiciones que los experimentos y la clínica aclararán. . Los extractos hipofisarios que hasta la actualidad he empleado, son la Pituitrina del Dr. Pagés y Pituitrin Parke Davis, obrando las dos igualmente bien. En la observación 4. a , las dos EXTRACTOS HIPOFISAEIOS 113 primeras inyecciones fueron de la Pituitrina Pagés, y las tres restantes de Parke Davis. Además de éstos, también los preparan las casas Hoffinann La Roche con el nombre de Pituglandol, y Burroughs Welcome con el de Pituitary (infundibular) Extrakt, etc., etc. Ya compuesto este original, lie tenido ocasión de emplear dichos extractos en otros casos; uno de ellos es una secundípara que pide mis auxilios por llevar 12 horas de trabajo de parto y no adelantar. Feto en presentación de vértice O. I. I. A. Cabeza movible en la pelvis. Me es imposible percibir el latido cardíaco. Bolsa amniótica, rota. Dilatación, completa. Actualmente, tiene sólo pequeños dolores. Pelvis normal. Le inyecto 1 c. c. de Pituitrina; á los 5 minutos primera contracción enérgica y á los 10 minutos nacía un niño muerto, con dos circulares alrededor del cuello. Longitud del cordón 44 cm. Contando la longitud que se necesita para formar las dos circulares, se verá que el cordón era relativamente corto, y esto privaba el descenso de la cabeza. La muerte fetal era ya anterior á la inyección. Finalmente, debo aconsejar que siempre que un médico emplee los extractos hipofisarios, debe permanecer al lado de la parturiente el tiempo que dure la acción de aquéllos, pues no sabemos cómo reaccionará tal ó cual útero, y de marcharnos nos expondríamos á un accidente desagradable, como tuve ocasión de observar últimamente en un caso en que con sólo 1 c. c , se produjo una verdadera tempestad de contracciones, comenzando á formarse un anillo de contracción que nos habría conducido á la rotura uterina, si no hubiese echado mano del cloroformo. RAFAEL DEGOLLADA Y CASTAÑS Ex tocólogo de la Maternidad de Dresden. 1 14 LITERATURA EXTRANJERA Literatura extranjera EL CARDIOSPASMO roit HEXBI VIGNES. (De los hospitales de París) Con el nombre de cardiospasino se describe la contractura permanente del cardias. La permanencia de esta estenosis, benigna en su naturaleza, constituye el principal elemento que ha permitido á algunos autores denominarla espasmo grave del cardias. La denominación de espasmo idiopático, por la cual se la distingue de los espasmos secundarios, es menos exacta, pues parece que en la mayoría de casos el espasmo sea secundario á una afección latente ó apartada. Oruveilhier, en su atlas, ha figurado una retracción del cardias «sin alteración orgánica de las paredes», debida con toda seguridad á una «contracción espasmódica permanente». Ulteriormente se publicaron otros casos. Ziemssen y Zenker, en 1878, fundándose en comprobaciones necrópsicas, describieron la dilatación idiopática del esófago. El empleo de la palabra idiopático en lugar de cualquier otro calificativo provisional, ha contribuido á hacer de estas ectasias una entidad morbosa, para la cual se han propuesto numerosas patogenias, entre otras la del cardiospasmo. Mickulícz, en 1882, individualiza el cardiospasmo y le aplica una terapéutica que todavía se emplea en los casos rebeldes. En estos últimos años, los perfeccionamientos de la esofagoscopia han permitido completar el cuadro clínico y practicar el tratamiento mecánico. Entre otros, Gottstein en Alemania, Pluinmer en América, Guisez en Francia, han publicado hermosos trabajos sobre este síndrome. Los exámenes endoscópicos practicados sistemáticamente en toda disfagia grave, han comprobado la frecuencia. En 1908, Gottstein recopila 1B0 casos publicados después de la memoria de Mickulicz, y relata 33 casos personales. El segundo trabajo de Plummer contiene 40 observaciones. En 1911, Guisez, en una serie de 930 esofagoscopias encuentra 40 espasmos esofágicos, de los cuales 29 al nivel del cardias (650 cánceres, 60 estenosis cicatriciales, 54 cuerpos extraños, etc.). Toda lesión esofágica se puede complicar de espasmo, cualquiera que sea el nivel en que asiente. El espasmo primitivo, ó mejor criptogenético, no se observa más que en los orificios. Es- LITERATURA BXTRAN.TRR A 115 tos orificios tienen un funcionamiento y una inervación particular, y se contraen separadamente, respondiendo a ciertas excitaciones. El esófago está normalmente cerrado en su extremidad superior ó boca, por un esfínter, y en su extremidad inferior, por una disposición esfmteriana: en efecto, el cardias está fuertemente rodeado por las fibras musculares oblicuas del estómago, y es obturado por la válvula que forma su inserción oblicua sobre el estómago. Está inervado por ganglios autónomos y por el pneumogástrico, que contiene fibras cardio-inhibitrices al lado de fibras esofagomotrices (Openchowsky).Una excitación esofagiana lo dilata; una excitación gástrica exagera su contracción tónica. El cardiospasmo s ¡ observa en uno y otro sexo (18 hombres, 22 mujeres, Plummer), y casi siempre en la edad adulta (edad media, veintinueve años; mínima, diez y siete; máxima, cincuenta y nueve, Plummer). Los enfermos lo refieren á una causa ocasional: emoción ó serie de emociones; traumatismo de la región torácica; esfuerzo, y con más frecuencia á un accidente esofagiano: deglución de un hueso, de una espina, ó de un alimento demasiado caliente ó demasiado frío. Estas circunstancias juegan un papel en la génesis del espasmo, ó por lo menos lo revelan exagerándolo. Los enfermos son casi siempre taquífagos y glotones: tragan bolos mal masticados ó demasiado voluminosos. El embarazo ha sido indicado por varios autores; en un caso de dilatación publicado por M. Lion, el cuadro clínico se ha desarrollado en tres etapas, correspondientes á tres embarazos. En una enferma de Meltzer, comenzaron los fenómenos en el momento de un período menstrual; en una enferma de Erdmann, al contrario, disminuía la disfagia en cada período. En un gran número de casos se ha incriminado una neuropatía. Estos enfermos son con frecuencia emocionantes; á veces se les encuentran estigmas de histerismo. Conviene acoger con reserva esta etiología, y en todo caso no ver en ella más que un elemento del complejo causal. Al lado de estas causas ocasionales y del temperamento espasmófilo, es preciso conceder al elemento reflejo mayor importancia de la que hasta hoy le han concedido los autores. Hagamos constar de momento, que en un pequeño número de casos es debido el cardiospasmo á lesiones esofágicas. Guizez ha descrito un cardiospasmo secundario á una estenosis por paperas. Con frecuencia, las lesiones invocadas, esofagitis y fisuras, son secundarias á la estasis. Mucho más interesantes, y sin duda mucho más frecuentes, son los reflejos cuyo punto de partida está hacia abajo del cardias. Sabemos que el cardias se cierra respondiendo á excitaciones gástricas; Bechterew nota que la contracción tónica de este ori- 116 LITERATURA EXTRANJERA fioio aumenta cuando el estómago está lleno dealimentos. Un enfermo de Plummer tenía un estómago en reloj de arena, de origensifilítico; otros tres tenían un cáncer del estómago. Un enfermode Jüngerich se hacía, desde el comienzo de la enfermedad, diarios lavajes de estómago. Molliére habla de cánceres de la pequeña curvadura, que determinaron alternativamente cardiospasmo y pilorospasmo, para acabar por una estenosis pilórica. Nosotros conocemos un caso inédito de cardiospasmo, debidoá litiasis biliar. Schlesinger ha descrito recientemente el gastrospasmo total en el curso de una colelitiasis. Los trastornos de ladispepsia biliar, que Ootte y Bressot han recientemente estudiado, reconocen á veces como causa una perturbación de la circulación porta, ó (en un caso de Abrand) coexistía el cardiospasmo con varices esofagianas cirróticas. Cotte, en un caso de esofagismo superior, ha incriminado las ulceraciones intestinales tuberculosas; Andral, y después Guéneau de Mussy, han descrito el espasmo del cardias consecutivo á ulceraciones intestinales de la fiebre tifoidea. Diversos autores acusan la helmintiasis. Erdmann refiere un caso secundario á una intervención por hemorroides. Por otra parte, sabemos que el espasmo de la boca esofagiana con frecuencia es causado por lesiones faríngeas ó nasales: rinitis, amigdalitis, amigdalectomía (Joal), ocena (Ilurre). Si juntamos las excitaciones susceptibles de determinar espasmo esofágico (excitaciones faríngeas, esofágicas, gástricas^ intestino inflamado, útero grávido, cólicos hepáticos), vemos que son exactamente las mismas que en otras condiciones provocan el vómito. En suma: el canal esofágico, defendiéndose contra toda irritación hacia arriba ó hacia abajo, se comporta de una manera completamente distinta del reservorio estomacal. Este aprisiona, por el pilorospasmo, el mal que contiene; por el pilorospasmo también protege al duodeno ulcerado contra la llegada de quimo (de la misma macera que el cierre del píloro está regulado por la neutralización del quimo); en fin, protege al duodeno, tolerando el reflujo de contenido intestinal, ya que las substancias susceptibles de producir un exceso de secreción son las má& expuestas á refluir (Cathcart), de suerte que el estómago es el sacrificado en sus relaciones con el esófago y el intestino. El espasmo reflejo así producido, desde luego transitorio, se hace definitivo, siguiendo leyes que nosotros no conocemos. Desde este momento se complica de dilatación, que rápidamente se hace considerable: las comprobaciones esofagoscópicas atestiguan esta rapidez. Esta ectasia, para algunos autores es primitiva. Poirier hizo observar á Souligoux, que interpretó de esta manera su caso, que la belladona hacía desaparecer el espasmo, LITEliATURA EXTRANJERA 117 y que la dilatación era secundaria á las formidables presiones realizadas durante años para forzar el paso. La modificación de la motilidad suprime la acción del peristaltismo sobre el bolo alimenticio. Entonces la gravedad y el aumento de la presión esofagiana permiten á los alimentos ganar •el estómago. Las lesiones observadas dan pocos indicios. El cardias contracturado, forma un anillo saliente. La musculosa está hipertrofiada, especialmente las fibras circulares. La mucosa es engrosada, indurada, equimótica, edematosa, papilomatosa, erosionada, ulcerada y con abscesos. La dilatación progresa á partir de la extremidad superior, y cesa bruscamente en la estrechez, en forma tal, que es clásico compararla á una botella. Casi siempre tiene el cardiospasmo un comienzo brusco en relación con una emoción ó un incidente de deglución. En general se dan cuenta exacta de los espasmos pasajeros que han precedido á la contractura permanente. El enfermo de Souligoux había tenido á los diez y nueve años una sofocación al tragar una miga de pan demasiado voluminosa. Una enferma de Eidmann, desde hacía tres años percibía un ruido á cada deglución. Un •cliente de Abrand sintió durante diez años, en las emociones ó fatigas, una sensación de bola de pan que no quería descender. Cuando la contractura se ha hecho permanente, obsérvanse principalmente cuatro síntomas subjetivos: disfagia, dolores, regurgitaciones y sialorrea. La disfagia consiste en una sensación de paro en la extremidad superior del esófago, ó con más frecuencia localizada exactamente en el cardias. Es desde luego intermitente, y sólo persiste durante un tiempo más ó menos largo. Gruisez nota que al principio es más acentuada para los líquidos que para los sólidos, y que hecha permanente, es más marcada para los sólidos, como •en las estenosis orgánicas. La disfagia no va acompañada ni de mal sabor ni de inapetencia. Es más acentuada para ciertos alimentos, frutos crudos y sobre todo manzanas (Gottstein), y menos acentuada para los alimentos bien cocidos y sin partes resistentes. Los enfermos buscan franquear ei obstáculo aumentando la presión; la aerofagia es el más pequeño de sus medios; viene después la absorción enérgica, abundante y rápida de agua; el enfermo de Souligoux, con el cuerpo combado y la cabeza inclinada, enviaba el agua á su esófago con una bomba. Un cliente de Plummer (Obs. XXXVIII de la memoria de 1908), tragaba los sólidos hasta el momento en que estaba amenazado de regurgitación; entonces, al final de una inspiración, tragaba una gran cantidad de agua de una vez. El paso así franqueado, se anuncia algunas veces por una sensación de sacudida en el epigastrio — 118 LITERATURA EXTRANJERA de trampa que se abre (Starck). — La molestia puede, por otra parte, prolongarse por el hecho de una verdadera indigestión de agua. El trastorno de la deglución toma en seguida el carácter de doloroso; Jüngerich insiste sobre los vivos dolores retroesternales; Erdmann sobre los dolores inframamarios; Grottstein describe violentos dolores epigástricos que simulan (?) la úlcera ó la litiasis biliar. Muchos de los enfermos de Guisez se quejaban únicamente de dolores en la base del cuello, ocasionados por el espasmo de la boca esofágica que acompaña siempre al espasmo del cardias. Las regurgitaciones tornan los alimentos sin modificaciones y con muchas mucosidades. Son en general indoloras, sin esfuerzos y sin náuseas—rara vez disneicas.—Los alimentos no tienen el gusto y olor desagradable del contenido gástrico y con frecuencia el enfermo los mastica y deglute de nuevo, verificando una verdadera rumiación. Tienen lugar durante las comidas y aun después, con frecuencia cuando ya está en la cama, ó se despierta con la nariz llena de alimentos (10 enfermos de 40, Plummer); otras veces hay regurgitaciones matinales de moco y saliva. Estas diversas modalidades están en relación con el grado del espasmo; Plummer distingue el espasmo sin regurgitación, el espasmo con regurgitaciones inmediatas y el espasmo con regurgitaciones irregulares; estamos entonces en el período de dilatación, y lo más frecuente es que no haya más disfagia ni dolor. Al mismo tiempo que estos tres signos de impermeabilidad, se observa abundante salivación refleja. Los signos físicos son de tres clases: se comprueba la estenosis, la retención y la dilatación. El aspecto esofagoscópico del cardias, el cateterismo, el estudio de la presión necesaria para abrir el orificio, la auscultación de este orificio y el modo de penetrar en el estómago, darán indicios sobre el primer punto. La retención será el signo principal, ya que es el signo de la cronicidad, precede á la dilatación y al dolor, de la misma manera que en la hipertrofia de la próstata precede la retención á la distensión y á la cistitis. En fin, la dilatación se dará á conocer por la retención, la auscultación, la endoscopia y los resultados del examen radiológico. Vamos, pues, á pasar revista á la inspección, la auscultación, el cateterismo, la radioscopia y la esofagoscopia. Si se examina al enfermo después de haberle hecho ingerir una cierta cantidad de líquido, puede ser que después de un tiempo variable se comprueben una serie de sacudidas en el epigastrio ó un salto brusco y que se perciba á distancia un ruido especial. LITERATURA EXTRANJERA 119 La auscultación del cardias normalmente permeable, practicada en la unión del reborde costal izquierdo con el esternón, permite percibir un ruido en el momento mismo de la deglución, y otro, siete ó diez segundos después. Si el cardias está retraído, se retarda el segundo ruido ó tiene lugar en varios tiempos; no se percibe en absoluto si hay dilatación. En este último caso, auscultando al enfermo en ayunas so percibe ademáa un ruido especial en las alternativas de presión torácica. El simple cateterismo evacuador descubrirá la existencia de un residuo alimenticio que tiene todos los caracteres del líquido regurgitado. En ciertos enfermos y en ciertas circunstancias, Gottstein y Plummer han podido practicar la evacuación del estómago y comparar los dos líquidos. Algunas veces la sonda blanda se acoda y se oree equivocadamente estar en el estómago. La ausencia de ácido clorhídrico y de productos de descomposición de los albuminoides, la presencia de azúcar debido á la acción prolongada de la saliva, harán hacer el diagnóstico. Las sondas duras pasan mejor que las blandas; nos serviremos de bolas de 15 milímetros. Si se introduce el catéter y se mantiene con paciencia al nivel de la resistencia, puede llegarse á pasar, por lo menos en los casos benignos como los de Jüngerich, sintiéndose como poco á poco cede el espasmo. Las sondas gruesas pasan mejor que las delgadas. Cuando hay dilatación es fácil extraviarse y no dar con el orificio. La exploración es peligrosa cuando hay esofagitis. Plummer dice que bien aplicado el explorador sobre el orificio determina siempre y en todos los gradoa la abertura, y que ésta es brusca; la sensación de relajación progresiva es debida al deslizamiento de la oliva sobre un obstáculo precardial creado por la dilatación. La sonda de Mickulicz enseña que la presión inicial necesaria para abrir el orificio es menos fuerte que la necesaria para mantenerlo abierto, á la inversa de lo que ocurre normalmente. El examen radiológico se practicará después de la ingestión de una leche de bismuto, ó de un puré de patatas bismutado (Makkas), ó después de la introducción de un balón que se llena de solución bismutada (Plummer). Podrá ser ventajoso colocar al paciente en decúbito semilateral (Erdmann). Así se verá la forma déla dilatación: fusiforme con desviación en S, cilindrica, y en botella; podrá medirse el grado: en una enferma de Makkas rebasaba tres traveses de dedo una altura de la tercera dorsal á la duodécima, y en otra cinco centímetros hacia arriba y ocho hacia abajo. Gottstein hace tragar agua y dos pildoras de bismuto de densidad distinta: la una tocando al cardias y la otra sobrenadando. G-uisez ha visto después de la radioscopia acumularse el bismuto al nivel del orificio, que se cierra así completamente; da 120 L.IT8RATURA EXTRANJERA el consejo de lavar la bolsa después del examen. Este medio de diagnóstico encierra ciertas causas de error, pues no indica más que la dilatación; en un caso que era ya antiguo, se desechó el diagnóstico clínico de cardiospasmo porque la radiografía no lo confirmaba, practicándose al enfermo una operación grave é inútil en el estómago. La esofagoscopia, en un sujeto normal, muestra, siguiendo el embudo faríngeo, la boca esofágica cerrada en una anchura de dos centímetros por la unión del cricoides á la pared posterior, después la porción torácica abierta y rosa, por último el cardias cerrado en embudo con los labios doblados, poco movible con los movimientos respiratorios y dejando refluir de vez en cuando mucosidades estomacales. Se abre gradualmente bajo una ligera presión ejercida en buena dirección. Se practicará el examen después de la radioscopia, estando la bolsa vaciada y lavada. El enfermo se inclinará un poco hacia atrás. Se empleará un tubo de 11 milímetros (Starck), 13 (Guisez). Desde luego se comprobará que la boca esofágica está siempre más ó menos contracturada en caso de cardiospasmo. Generalmente el cateterismo no ha permitido reconocer esta primera estenosis, pues la resistencia que ofrece se confunde con los movimientos de defensa del enfermo. Casi siempre se pasa con facilidad, sobre todo después de cocainización. Se llega después á la cavidad, muy ancha y en general regular. Se perciben las lesiones de esofagitis: rubicundez, vegetaciones papilomatosas, dilataciones venosas, pequeñas escaras grisáceas. Después se ve el cardias, que presenta sus dos aspectos descritos por Guisez: eu un primer grado conserva la forma en embudo, pero la unión es extrema, los pliegues se han multiplicado, el cardias no es móvil con los movimientos respiratorios, no hay reflujo de mucosidades; el obstáculo es difícilmente franqueable. En el segundo grado se ve la contractura: el anillo esfinteriano hace resalte sobre la mucosa; á pesar de la cocainización es imposible pasar. Algunas veces la dilatación es extrema, irregular, multidiverticular. Resulta muy difícil encontrar el orificio. El cardiospaamo tiene una evolución bastante irregular. Con frecuencia no se constituye la enfermedad hasta después de varios espasmos agudos y pasajeros, durante dos, tres ó cinco días: es la fase de espasmo puro, de Guisez, ó de esofagismo. Después la contracción se hace permanente y determina rápidamente la dilatación. La estasis produce la esofagitis, cuya señal-síntoma es el dolor; esta esofagitis detormina una retracción cicatricial constituida de tejido blanco, dnro y liso. La mayoría de retracciones llamadas espontáneas reconocen esta patogenia; se les observa en general, en el sitio de elección de los espasmos. I.1TKKATURA KXTRANJBRA 321 Cualquiera que sea el grado de la estenosis, permite durante mucho tiempo la alimentación. La mayoría de enfermos restringen su alimentación, como una enferma de Erdmann que así pasó de 180 libras á 125. Ciertos enfermos llegan así rápida ó progresivamente á la caquexia. Una complicación intercurrente de mediastinitis ó de septicemia les puede acarrear la muerte. Puede observarse la transformación cancerosa. Guisez ha publicado cuatro casos, uno de ellos, un enfermo de 68 años que desde la edad de 18 años tenía síntomas que no podían atribuirse más que á un espasmo. Los síntomas y signos de estenosis esofágicas— los síntomas propios del espasmo — que tienen una evolución caracterizada por el comienzo brusco, por el marcado tormento á los sólidos, la rapidez de la dilatación, la larga duración por la relativa conservación de un buen estado general y el aspecto endoscópico, permiten un diagnóstico fácil. Algunas veces la prueba de la belladona (Lacassagne citado por Souligoux) podrá estar indicada; es sabido que Eppinger j Sshwartz la preconizan en el gastrospasmo. A decir verdad, existirá en este hecho una posible causa de error que no se puede atribuir á los retornos alimenticios al esófago y á la estenosis del tubo digestivo; — en efecto, se ha confundido el cardiospasmo con el gastrospasmo, la linitis plástica, el estómago bilocular y aun con el pilorospasmo — y recíprocamente. El enfermo de la tercera observación de Erdmann fue operado tres veces por una lesión gástrica que no existía. Todas estas graves afecciones necesitan un examen físico que evitará el error. Se eliminarán fácilmente las compresiones esofágicas por la existencia de síntomas mediastínicos, por la radioscopia y por la esofagoscopia, que hará ver una estenosis no regular. Las otras estenosis orgánicas son á veces más difíciles de diferenciar. Son raros los divertículos y asientan más altos que el cardias; la sonda de Leube permite percibir sus caracteres. Las estenosis cicatriciales tienen un aspecto especial. La tuberculosis estenosante es excepcional, lo mismo que el absceso crónico. La sífilis terciaria, aunque rara en este nivel, ha sido causa de muchos errores. Uno de los enfermos de Guisez tratado con mercurio había sufrido por el hecho de la salivación una recrudescencia de las regurgitaciones; en otros se practicó una gastrotomía. Con más frecuencia se ha tomado el cardiospasmo por un cáncer, á causa de la desnutrición progresiva. La larga duración, el sostenimiento del estado general á pesar de la disfagia, las remisiones, la falta de sangre en las regurgitaciones, y después, por una parte las exploraciones, por otra los ganglios, la sombra radioscópica 122 LITERATURA HXTKAN.TBKA del tumor, el aspecto endoseópico granujiento, el retorno de mucosidades, harán hacer el diagnóstico seguro en los casos en que el cáncer se implante en el espasmo. Podrá también pensarse en una hipertrofia muscular esencial. Es posible que los casos descritos con este nombre, después de las comprobaciones necrópsicas, resultaran cardiospasmos. Asientan al mismo nivel que los espasmos esofágicos (los dos casos de Audry, el caso de Fontan), y la analogía que estableció Audry entre esta lesión y el mioma uterino es criticable por el hecho de la regularidad de éste. Más delicado será el diagnóstico de los trastornos de la motricidad esofágica. La tonicidad esofágica se caracteriza por la difícil progresión de la ingesta de consistencia blanda y volumen mediano, por la tos en el momento de la deglución, por la persistencia de un rastro de bismuto, y por la facilidad del cateterismo. En cuanto á la dilatación idiopática, parece que entre la disfagia atónica y la disfagia espasmódica no hay sitio para ella. En fin, el espasmo sintomático de una lesión del pneumogástrico merece la pena de fijar la atención, pues si el reflejo inhibidor ó la inhibición paralítica producen los mismos efectos, no es menos importante el encontrar una lesión complementaria para establecer las indicaciones operatorias. Hemos insistido bastante sobre la evolución para no entretenernos en el pronóstico. El cardiospasmo es en general benigno quoad vitam mientras no hay complicaciones; pero éstas vienen con facilidad. Por otra parte no hay que contar con la curación espontánea. Es preciso, pues, hacer ceder la contractura lo más pronto posible; en la mayoría de casos será suficiente la dilatación por la vía natural. No nos entretendremos, aunque se trate de casos recientes, en buscar la curación espontánea por medios paliativos (comidas numerosas, poco abundantes y bien masticadas, empleo de bebidas efervescentes — ni por los bromuros ó la belladona — ni por las corrientes de alta frecuencia. Ei tratamiento de elección es la dilatación por la vía natural ó, en caso de fracasar, por vía retrógrada, con objeto de que la dilatación forzada del esfínter provoque la parálisis. Han de preceder á ella cateterismos evacuadores y lavajes alcalinos. En caso de espasmo reciente, sin ectasia, hay que recurrir á las bujías de calibre cada vez mayor, hasta el núm. 60, que da una dilatación de dos centímetros. Este proceder se continuará durante semanas. Se podrá recurrir igualmente á él en caso de ectasias; pero entonces se operará bajo la inspección de la esofagoscopia. Abrand ha inventado un instrumento que consiste en láminas LITERATURA EXTRANJERA 1'23 metálicas elásticas alrededor de un eje, fijadas por un extremo en un capuchón en que termina el eje, y por el otro extremo, á un tubo movible sobre el eje. Aproximando sus dos extremos, las láminas se arquean y toman una forma oval. En tres sesiones, practicadas en quince días se puede obtener la necesaria dilatación de tres centímetros. El mejor instrumento es el balón de Gottstein. Está constituido por una envoltura de caoutchouc, una envoltura de seda reforzada y una envoltura de caoutchouc. Cuando se le hincha, después de introducido en el estómago, pronto se hace inextensible. Esta incompresibilidad le obliga á obrar mecánicamente sobre el cardias. De ciento veinte á doscientos centímetros cúbicos de agua dan una dilatación de 4 á 5 centímetros. Hay que guiarse por el dolor para suspender la dilatación; el límite entre la presión necesaria para paralizar el esfínter y la que produciría su ruptura, es muy grande. Esta dilatación se practicará cada cuatro ó cinco días. A las tres sesiones la curación es, por regla general, completa. Algunas veces es más larga la duración del tratamiento. El criterio de curación objetiva, es la ausencia de residuo alimenticio durante diez días — hay también curaciones subjetivas con persistencia de estasis.—Plummer ha obtenido por este procedimiento 29 curaciones definitivas en 40 casos. Las recidivas son posibles; pero después de dos años son raras. Los enfermos aumentan rápidamente de peso, aun los que parecen estar bien nutridos. Fracasa este procedimiento en los casos sin dilatación; la porción superior no puede tener toda su expansión, y la porción intragástrica se comporta entonces como un rincón que arrastra el todo hacia abajo. Si el enfermo llega á un estado de desnutrición grave, se ensayará, para remontarle, la alimentación con la sonda y los lavados alimenticios; si no, se practicará la gastrotomía. Sa podrá entonces, como hace Mickulicz, introducir una sonda por vía gástrica y dilatar el orificio hasta 6 centímetros. Al lado de esta indicación de urgencia, tiene la gastrotomía una indicación de oportunidad en los casos rebeldes; este proceder es algo peligroso para emplearlo desde el primer momento. Digamos que Willy Meyer, en dos casos en que fracasó la dilatación por vía natural y por vía retrógrada, ha practicado, después de toracotomía, una esofagoplicación. En casos de cicatrices, la estenosis puede tratarse por los diversos modos de dilatación que han estudiado Sargnon y Alamartine en la Revue de Chinirgie y Moure y Guisez en el último Congreso de cirugía, tales como la dilatación por bujías, cateterismo sin fin después de gastrotomía, y en ciertos casos raros, esofagotomía interna. 124 LITERATURA EXTRANJERA SÍNTESIS DEL BACILO DE KOCH MORFOLOGÍA DEL BACILO DE LA TUBERCULOSIS La apariencia del bacilo varía con el método de coloración; tratado por el azul acetona, parece un bastoncillo delgado de aspecto vamolar, mientras que por el método de Gram, solamente las granulaciones se coloran en violeta, no dejando subsistir nada de la forma de bastón que generalmente se le atribuye. El examen atento, con ampliaciones de 1,400 á 2,000 diámetros, nos habían convencido desde hace más de un año, que el aspecto del llamado bacilo era debido á su naturaleza colonial. En otros términos, el bacilo de Koch no parece ser una unidad, sino una agrupación lineal de un número variable de elementos sensiblemente esféricos. Otra particularidad nos había llamado la atención. Las masas de bacilos de los cultivos reproducen, hasta confundirse con ellos, el aspecto de los precipitados de sílice coloide ó de sales insolubles formadas por doble descomposición. Anteriormente, Alfonso L. Herrera había señalado la aparición de corpúsculos seudo bacilares en la cristalización incompleta de los carbonatos alcalinos en la sílice coloidal de Graham, y el patólogo inglés H. Charlton Bastían describió y fotografió los cuerpos bacteriformes obtenidos en los caldos minerales y especialmente silíceos, por medio de reacciones en las cuales debía ejercerse el proceso de precipitación. Por otra parte, las investigaciones micrográfícas practicadas en el agua de los estanques arcillosos de la Italiana, en San Pablo, nos han hecho descubrir miríadas de corpúsculos bacteriformes no descritos por los bacteriólogos y parecidos á los de Bastian, cuyo origen hemos buscado en un fenómeno químico, y la experiencia nos ha dado la razón. Hemos sometido á cinco minutos de ebullición en 100 c. c. de agua destilada 16 gramos de arcilla roja recogida en la orilla de los estanques citados; el líquido, rico en silicatos y en sílice, ha sido filtrado cinco veces. y después, á porciones de 10 c. c. cada una, se han añadido cuatro gotas de diversos ácidos: nítrico, clorhídrico, sulfúrico, etc. Después de esterilizarlo, hemos visto al microscopio que el ligero sedimento depositado en cada frasco se resolvía en miríadas de cuerpos bacterioides, debidos á la precipitación de la sílice coloi- LITBRATIIKA KXTRANJRRA 125 dal, colorables en caliente por las tinturas de colores de anilina. En los estanques arcillosos, el ácido carbónico desempeña el papel de precipitante. El bacilo de Kocb. no es el agente patógeno de la tuberculosis. De las observaciones y experimentos del Dr. H. W. Hidendorp, de Groningue, se desprende que: 1.°, no existe ningún bacilo en los tubérculos crudos y sus aglomerados, mientras que se encuentran millones de ellos en los tubérculos reblandecidos y en las cavernas abiertas; 2.°, que la inyección del protoplasma de las células tuberculosas frescas y de la substancia tuberculosa necrosante (sin bacilos) practicada en perros y conejos, determina en los pulmones, y más rara vez en el hígado y ríñones, una erupción de tubérculos miliares, todos sin bacilos, y 3.°, que la misma inyección mata á los perros en un plazo de veintiún á cien días, á consecuencia de una erupción miliar densa, totalmente desprovista de bacilos, en los pulmones y riñones. Roberto Kocb. declaraba en 1884 que él descubrió por primera vez las bacterias en la masa tuberculosa tomada de cavernas abiertas, y que pronto consiguió verlas también en los cortes de tubérculos grises procedentes del pulmón de animales muertos tres ó cuatro semanas después de la inyección. Pero se trataba de casos de tuberculosis experimental, en los cuales la inyección contenía miles de bacilos, ya que sus elementos estaban tomados de esputos y del contenido de cavernas abiertas. Con el Dr. J . Vindevogel podemos admitir que el verdadero contagio es el virus necrosante. El primer papel, en la etiología de la tuberculosis, vuelve á corresponder á las toxinas tuberculosas, y especialmente, á los ácidos grasos que contienen en una proporción de 20'8 á 50'3 por 100. Y el bacilo es un epifenómeno que acompaña á la disolución de los finias tuberculosos, en el cual el Dr. Vindevogel persistía en ver microzimas desviados de sus funciones, es decir, corpúsculos bióticos que ofrecían numerosas relaciones con los tagmas precipitados. Más atrevido aún el eminente Dr. Keukeuh, de Petersbourg, dice en su interesante obra «El universo ser viviente» : «No solamente los restos microscópicos de la célula animal y vegetal parasitan bajo la forma de bacilos, bacterias, espirilos, espirochetes y micrococos, sobre y en los tejidos animales, sino que también los granos coloidales ultramicroscópicos de los jugos animales (suero), los complexas moleculares y las moléculas de las substancias orgánicas y aun de las substancias minerales pueden vegetar en los tejidos animales». 126 LITERATURA EXTRANJICRA SÍNTESIS DEL BACILO DE LA TUBERCULOSIS Se obtienen instantáneamente estas llamadas bacterias, depositando algunas gotas de tuberculina en glicerofosfato sódico. Una gota de preparación sintética introducida en glicerofosfato sódico virgen, es punto de partida y da origen á un verdadero cultivo, ya que la gota inoculada contiene una cierta cantidad de toxina, cuya difusión provoca una precipitación más extensa. La temperatura óptima no tiene más efecto que intensificar el fenómeno plasmogénico de que se trata. La exuberancia de los cultivos ordinarios debe atribuirse á un grado de menor dilución de las toxinas. Los corpúsculos artificiales, así obtenidos, ofrecen las mismas dificultades de coloración y la misma ácido resistencia que los bacilos de Koch, los cuales son engendrados, sin ninguna duda, por un proceso análogo que se realiza en el seno de los organismos infectados. CONCLUSIONES a 1. El bacilo de Kocli es una agrupación monoliforme de tagmas ó micelas. 2. a Estas micelas son debidas á vin fenómeno secundario de precipitación química. 3. a La génesis artificial de los bacilos de la tuberculosis se realiza in vitro mezclando tuberculina y glicerofosfato sódico. 4. a Esta naturaleza insospechada del llamado bacilo de Koch en lo que le concierne, descarta la cuestión de especificidad. 5. a Únicamente la acción inmediata de las toxinas tuberculosas (sin bacilos) preside la etiología de la tuberculosis. De un notabilísimo trabajo de Albert y Alexandre Mary, publicado por J. Rousset en París, entresacamos los anteriores párrafos que vienen á revolucionar el concepto actual de la etiología de la tuberculosis. LITJSKATUKA EXTRANJERA 127 NUEVO PROCEDIMIENTO PARA EXPLORAR LA MOTILIDAD GÁSTRICA POR EL D«. MARIANO Ii. CASl'EX Desde el descubrimiento de van der Velden en la clínica de Kussmaul, de que el HO1 del jugo gástrico experimentaba oscilaciones grandes de la normal en las enfermedades diversas, fue ganando en importancia el estudio de la secreción gástrica, hasta llegar ciertas escuelas á exagerar su valor de un modo tal, que terminaron con la creación de infinidad de gastropatías, sujetas, no á cuadros clínicos determinados, sino á esquemas químicos fijos y bien precisos. La secreción gástrica fue el único juez en la gastropatología durante varios lustros, hasta que los innumerables errores de diagnóstico, atribuibles á las esquematizaciones, vinieron poco á poco á entibiar el entusiasmo original, hasta haber llegado en los últimos años a un menosprecio injustificado. El vacío dejado por el quimismo, desalojado del primer puesto que ocupaba en la patología gástrica, fue paulatinamente ocupado por la motilidad gástrica, que ganaba en importancia de día en día. Es así como se explica la existencia de un número tan elevado de procedimientos para explorar la motilidad, métodos todos que tienen sus ventajas é inconvenientes, sobre todo cuando siendo absolutista se da un valor capital al resultado que suministran, en lugar de atribuirle, con el eclectismo clínico indispensable en casos de esta naturaleza, el valor muy relativo que en realidad tienen. Los procedimientos hoy día empleados en clínica, comprenden tres grupos: 1.°, aquellos que sin emplear la sonda gástrica administran substancias diversas, que después de un cierto tiempo pueden ser reveladas en la orina, en las heces ó en la saliva (salol, yodo, yoduro potásico, azul de metileno, rojo neutro, etc.); 2.°, aquellos que por medio de la sonda establecen el lapso de tiempo en el cual un almuerzo ó comida de prueba abandona el estómago; 3.°, los diversos procedimientos rontgenológicos. Para los clínicos y fisiólogos que emplean los procedimientos del primer y tercer grupo, la motilidad gástrica sólo se reduce á la eliminación del quimo faera del estómago, ó sea su propulsión hacia el duodeno. Todos ellos admiten que el estómago, considerado desde el punto de vista fisiológico, no constituye una entidad única, sino que el fundus y la región pilórica manifiestan conductas funcionales bien distintas. Esta diferencia funcional no se limitaría á la secreción (para la cual hallamos un fundamento anatómico en la diferencia estructural de la mucosa), sino 128 L.ITBRATURA EXTRANJERA que sería extensiva á la ruotilidad. El fundus tiene á su cargo la mezcla de los alimentos con el jugo gástrico y su transformación en quimo; sus movimientos de amplitud muy pequeña, concéntricos, peristólicos (1), son, más que otra cosa, «variaciones de la tonicidad muscular» de la pared, según las exigencias del contenido, cuando más, pequeños movimientos pendulares, según Sick y Tedesco (2), ó sea una función muy diferente de aquella mezcolanza activa de los alimentos, admitida durante tantos años. Efectuaría una verdadera molienda sobre la capa externa de los alimentos, realizada la cual, pasarían ellos al duodeno por un mecanismo sujeto á reflejos reguladores de asiento gástrico ó duodenal, cuyas vías nerviosas no han sido aún definitivamente establecidas por los fisiólogos modernos, pero que son influenciados indudablemente por la psique y el sistema sensible periférico (3). La región pilórica constituye el verdadero «motor gástrico», como la llama Moritz; tiene á su cargo la propulsión hacia el duodeno de los alimentos acumulados en el fundas, tarea que realiza por medio de u n activo peristaltismo. Si existe entre el antro y el fundus un esfínter funcional — ya que anatómico no lo h a y — q u e d a aún por resolverse. Bieder y Rosenthal han contribuido al estudio de esta cuestión con el empleo de la rontgencinematografía gástrica. El valor motriz del fundus se considera actualmente como despreciable, no obstante haber demostrado Sick y Tedesco, después de hacer investigaciones sobre la tensión ó presión reinante allí, que tiene un papel mecánico indiscutible. En todos los métodos clínicos de exploración de la motilidad gástrica, sólo se tiene en cuenta la motilidad de eliminación y se prescinde en absoluto del trabajo que debe realizar el fundus. Habiendo dosado por kjeldahlización la albúmina disuelta en el jugo gástrico filtrado, obtenido por almuerzo y comida de prueba en sujetos normales, hemos hallado valores b a s t a n t e constantes, con un mayor ó menor paralelismo de la secreción. E r a n ellos, término medio, de 140 miligramos de ázoe por ciento para el almuerzo de prueba, y de 240 miligramos de ázoe por ciento para la comida de prueba. L a s cifras oscilaban poco: de 120 á 150 miligramos para el almuerzo, y de 200 á 250 miligramos para la comida, en la decena de sujetos normales examinados. T r a n s p o r t a n d o estas cifras de ázoe á albúmina, tendríamos un porcentaje de 80 centigramos á un gramo para el filtrado de jugo gástrico obtenido por el almuerzo de prueba, y de 1'25 á (1) Zeils. f. Biol., i á»ina 565. 1901. (2) JDeut. Arch. f. Klin. Med., tomo 92, página 416. (8) Deut. Arch. f. Klin. Med., tomo 101, página 421. 1911. LITERATURA EXTRANJRItA 129 l'6O grs. para el filtrado de jugo gástrico proveniente de la comida de prueba. Empleamos en nuestras investigaciones el clásico almuerzo de prueba de Ewald (50 gramos de pan blanco y 200 centímetros cúbicos de té solo, sin leche ni azúcar), y la comida de prueba, constituida por 200 gramos de beefsteak, 200 gramos de puré de papas y 250 gramos de sopa de sémola. El almuerzo era extraído á los 45 minutos, y la comida á las tres horas de la ingestión. El filtrado del almuerzo de prueba, contenía cuatro miligramos de ázoe por ciento, proveniente de la albúmina disuelta, ó sea O'O25 gramos de albúmina por ciento. Con el objeto de averiguar si la cifra de albúmina disuelta en el jugo gástrico era una cifra constante para cada individuo, administramos almuerzos de prueba más ricos en proteínas á una serie de sujetos normales ó atacados de diversas enfermedades, pero con buena motilidad gástrica, juzgada por los procedimientos corrientes en clínica. En un ensayo hicimos ingerir á un sujeto 100 gramos de clara de huevo, cocida y picada finamente, y en otro, 50 gramos de pan blanco, habiendo hallado en el filtrado del jugo gástrico respectivamente, 150 y 120 miligramos de ázoe por ciento, lo que equivale á l'O3 y 0'75 grs. de albúmina por cada 100 centímetros cúbicos de jugo gástrico filtrado. En un tercer ensayo ingerimos una sopa preparada con caldo de verduras, papas y 100 gramos de clara de huevo picada. El porcentaje de ázoe y de albúmina en el filtrado del jugo gástrico, fue respectivamente de 146 y 912 miligramos. En un cuarto ensayo con esta misma sopa, pero habiendo suprimido las papas en su fabricación, obtuvimos en el mismo sujeto valores de 124 y 775 miligramos para el ázoe y la albúmina por ciento. En estos ensayos tropezamos con el inconveniente de que el líquido de la sopa abandonaba el estómago rápidamente, quizás fuera debido ello en parte á formación de la canaleta cardiopilórica á expensas de la pequeña curvadura estudiada por Oohnheim (1) y Kaufmann (2); esto causaba una sedimentación de los alimentos, especialmente de la clara de huevo, y su extracción era muy difícil y á veces imposible. Lo que nos llamó mucho la atención en todos nuestros ensayos fue la constancia y uniformidad en los resultados: aunque variáramos la composición química del almuerzo de prueba sencillo que ingeríamos, el filtrado del jugo gástrico arrojaba con (1) Mñnch. Med. Woch., página 2531. 1907. (2) Zeits. f. Heilkunden, tomo 28, página 203. 1907. 130 LITERATURA EXTRANJERA gran constancia el mismo porcentaje de proteínas disueltas: oscilaba él entre 120 y 150 miligramos de ázoe, ó sea 0'75 y 1 gramo de albúmina. No lo afirmamos en absoluto, pero nos parece que la introducción en el estómago de una mayor cantidad de proteínas no aumenta el porcentaje de la albúmina disuelta en el jugo gástrico de sujetos normales, ó por lo menos con buena motilidad gástrica. Esto es refiriéndose á los almuerzos de prueba sencillos que se extraen á los 45 minutos ó á la hora de su ingestión. Tratándose de comidas de prueba de composición más compleja, como la empleada por nosotros, que se extraen á las tres horas de su ingestión, las cosas cambian y el porcentaje de ázoe en el filtrado del jugo gástrico oscila entre 200 y 250 miligramos, lo que corresponde á 1'25 1'56 grs. de albúmina. Ignoramos si la introducción en el estómago al mismo tiempo de gran cantidad de substancias alimenticias, provoca un ataque explosivo ó global por el jugo gástrico. Nuestras investigaciones harían creer que sucede lo contrario y que el estómago se encarga cada vez sólo de una cierta cantidad para digerir, de modo tal de mantener un quimo de composición más ó menos constante. De ser exacta nuestra suposición, hallaríamos con ella una explicación á la permanencia más prolongada de las substancias en el estómago, cuando se come abundantemente. También puede pensarse en una eliminación más rápida con una secreción más abundante, de modo de tener en el estómago siempre una composición química constante. Las investigaciones de Schiitz (1) y Grützner (2) parecen demostrar una verdadera estratificación de los alimentos en el estómago de animales diversos, siendo tan sólo las capas externas las atacadas por el jugo gástrico, continuándose en el centro de la masa la amilolisis ptiálica, hasta tanto que la acidez la interrumpa. Nuestros resultados estarían poco de acuerdo con la estratificación admitida por Grützner y tratando de establecer si existía realmente ésta en el estómago humano, recogimos con la sonda jugo gástrico de tres regiones diferentes, á las tres horas de ingerir una comida de prueba. Los resultados obtenidos en dos ensayos, en miligramos de ázoe por ciento, fueron los siguientes: Primer ensayo Segundo ensayo 26'0 20'5 25'6 20'5 25'9 20'3 ó sean, cifras rigurosamente idénticas las unas á las otras. (1) Arch. f. exper. Path., tomo 20, página 28tl. (2) Pflilgers Archiv, tomo 106, página 403. LITERATURA EXTRANJERA 131 Estos resultados hablan poco á favor de la estratificación del quimo gástrico y hacen admitir la homogeneidad del filtrado al ser analizado in vitro luego de su extracción. En otro ensayo buscamos si la albúmina soluble ó ya disuelta -(digerida) quedaba adherida ó aprisionada entre las mallas de la parte sólida del quimo al filtrarlo, para lo cual, filtrado totalmente •el jugo gástrico, lavamos con agua destilada la parte sólida retenida sobre el filtro; kjeldahlizada esta agua de lavaje nos dio un ínfimo porcentaje de ázoe, con lo cual se desvanecía la segunda •causa de error con que se nos pudiera haber objetado. La sedimentación de los alimentos en el fundus, tiene gran importancia, pues nos hace sospechar que la tal hipermotilidad gástrica descripta por los tratadistas en la aquilia gástrica (en cuyo fenómeno se vería una reacción compensatriz del estómago queriendo desembarazarse rápidamente de su contenido, para descargar la tarea digestiva sobre el intestino), no es sino producto de una mala observación y que el fenómeno en realidad no existe; es éste nuestro modo de pensar, después de haber constatado el hecho en dos casos de aquilia gástrica observados en estas •condiciones, existiendo para nosotros junto con la pésima secreción una malísima motilidad. Creemos que el factor secreción desempeñe un papel secundario comparado á la motilidad en lo referente al porcentaje de albúmina disuelta en el jugo gástrico y cuya tarea estaría exclusivamente á cargo del fundus. Strauss (1) creó un método de exploración de la motilidad gástrica, que consiste en fijar un cuociente de sedimentación ó sea la relación entre la cantidad de líquido y la parte sólida en un jugo gástrico. Para ello se pone el jugo gástrico en una probeta graduada, y después de dos horas de reposo, se ve la altura del sedimento y la del líquido. En condiciones normales, el cuociente -es más ó menos de 50 por 100; si es mayor, ello revela una insufioiencia motriz; si es menor, indica una secreción deficiente. Este método tiene, entre otros defectos, el común á la mayoría -de los procedimientos corrientes, y es el de prescindir del aspecto del quimo, si es bien, mediocre ó mal digerido, hecho que para nosotros tiene una importancia capital, pues nos revela el funcionamiento del fundus — una buena ó mala motilidad del trabajo, — y con un poco de práctica, puede llegarse á calcular con un error pequeño el porcentaje de albúmina disuelto en un jugo gástrico con sólo analizar minuciosamente el estado de la digestión •de loa alimentos de prueba. Aquí les presento tres jugos gástricos. El uno, casi totalmente (1) B,rl. Klin. Woch., número 27. 1904. 132 LITEKATUKA EXTRANJERA sin digerir, proviene de un aquílico, revela una pésima inutilidad de trabajo del fundus, da 5'15 miligramos de ázoe por ciento(casi igual á la que tiene el mismo almuerzo de prueba), y tiene, bien conservado, la motilidad de eliminación. El segundo jugoproviene de un carcinoso gástrico, de la gran curvadura y cara, anterior; la motilidad eliminatoria está bastante bien conservada^ en cambio la motilidad de trabajo, la del fundus, está alterada^ el quimismo es malo; el aspecto macroscópico revela una digestión mala de los alimentos; la cifra de ázoe por ciento es de 60 á 70 miligramos. El tercer jugo proviene de un sujeto normal; es un jugo ideal en cuanto á su aspecto y valores ácidos; el aspecto es el tipo de la motilidad normal del fundus; el alimento digerido está perfectamente liomogeneizado y pulverizado; éste es el jugoque nos da los 12 á 15 centigramos de ázoe por ciento. En 125 casos de gastrópatas, en los cuales dosamos la albúmina disuelta en el filtrado del jugo gástrico, hemos hallado valores por debajo de diez centigramos de ázoe por ciento en todosIos casos con insuficiente motilidad de trabajo: neurópatas, atónicos, carcinomas, gastrectasias, etc., etc. En los casos de estenosis pilóricas, sean ellas benignas (por ulcus) ó malignas (por carcinomas), en los cuales existe una pésima motilidad eliminatoria, puede existir una buena motilidad de trabajo y obtenerse un jugo gástrico ideal en cuanto á la pulverización de los alimentos ingeridos y al porcentaje de albúmina disuelta. Podrá creerse que en estos casos en los que existe un impedimento á la salida de los alimentos, con una buena motilidad de trabajo, llegaría á desaparecer la constante media del porcentaje de albúmina disuelta, pero resulta que nos encontramos en casos de esta naturaleza con idéntica concentración de ázoe por ciento como en los estómagos normales, sin estenosis. Se debe esto á que el mismo impedimento existente para el quimo alimenticio, existe también para la secreción, la cual segregada continuamente cumple su cometido, acumulándose dentro del estómago, conservando de este modo el jugo gástrico su porcentaje habitual de albúmina disuelta. En los casos con mala motilidad de trabajo y eliminatoria encontramos valores bajos para la albúmina disuelta. En síntesis: todo jugo gástrico filtrado que arroje un porcentaje de albúmina disuelta que oscile entre 0'75 y 1'25 grs. después de un almuerzo de prueba, revela una buena motilidad de trabajo, un buen funcionamiento del fundus, pudiendo ser buena, ó mala la motilidad eliminatoria, vale decir la función del antropilórico. (Boletín de la Sociedad Médica Argentina.) CONGRESOS Y ACADEMIAS Congresos y Academias JUNTA ORGANIZADORA DE LA PRIMERA REUNIÓN DE MÉDICOS DE CATALUÑA' Y PUEBLOS DE LENGUA CATALANA La ponencia de la «Primera Reunión de los módicos de lengua •catalana, sobre valor semeiológico de los exámenes de la sangre» ha quedado constituida de la siguiente manera: Examen citológico y hemoglobínico. — Dres. Celis y Grallart (de Barcelona), Mas y Magro (de Valencia), Maux (de Perpinyá), Pons y Pascual, Pujol y Brull, Reventós (J.) y Tarruella (de Barcelona). Viscosimetría. — Dres. Vila y Barbera (de Valencia). Coagulación. —Dres. Freixas y Clotet (de Barcelona). Examen químico. —-Dres. Clotet, Dalmau, Grenové, Oliver y Rodés, Serrallach (de Barcelona) y Peset Alexandre (de Valencia). Examen legal. — Dres. Peset Cervera (de Valencia), Safor«ada y Verderau (de Barcelona). Bacterioscopia. — Dres. Alomar? Grífols, Lleó y Morera (de Barcelona), Mas y Magro (de Valencia) y Moragas (de Barcelona). Serología.— Dres. Alomar, Gallart, Grífols, Lleó, Moragas y Pagés (de Barcelona). Inmunidad y anafilaxia. — Dres. Turró y Arruga (de Baroelona), Comas (de Palma de Mallorca) y Pagés (de Barcelona). Artículo adicional al Reglamento de la Primera Reunión de los médicos de países de lengua catalana: La Junta Organizadora, además de recomendar eficazmente los tres temas anotados en el reglamento, admitirá toda clase de «omunicaciones sobre cualquier punto de Biología, siempre que se presenten por lo menos 15 días antes de empezar la Reunión y que su objeto sea adecuado á la finalidad de la misma. 134 CONGRESOS Y ACADEMIAS PRIMER CONGRESO INTERNACIONAL DE MEDICINA EN IDIOMA ESPAÑOL Se celebrará en París durante la segunda quincena del mes de Abril de 1914. Podrán ser congresistas todos los Profesores deCiencias médicas que lo deseen, cualquiera que sea su nacionalidad; pero las comunicaciones han de estar redactadas en español r y este mismo idioma será el único admitido para todas las discusiones y conferencias del Congreso. El Comité de organización en España ha quedado constituidopor los señores siguientes: Presidente: D. Ángel Fernández Caro. — Vicepresidente: DonLuis Ortega Morejón. — Vocales: D. Julián Calleja, D. FranciscoCortejarena, D. Ángel Pulido, D. Santiago Ramón y Cajal, don Carlos Cortezo, D. Marcial Taboada, D. Amalio Gimeno, D. Eugenio Gutiérrez, D. Simón Hergueta, D. Antonio Espina, D. JoséRodríguez Carracido, D. Eloy Bejarano, D. Antonio Simonena, D. Baldomero González Alvarez, D. Manuel Martín Salazar, don, Enrique Isla, D. Luis Guedea y D. Joaquín Berrueco. — Secretario: D. Emilio Pérez Noguera. En la primera reunión de este Comité, celebrada hace pocos días en el Colegio de Médicos, el Dr. Ortega Morejón, después depresentar al Dr. Gaullieur l'Hardy, Secretario general de la Unión Médica Franco-Ibero-Americana, expuso el objeto del Congreso; hizo notar que sería uno de los resultados más brillantes de lareferida Unión, por la que todo buen español debe trabajar con entusiasmo, y terminó declarando que no existe ni puede existir ninguna idea de lucro, ni ningún fin industrial en la celebración de un Certamen puramente científico, cuyo carácter ha de ser exactamente igual al de los demás Congresos internacionales de Medicina, y cuya principal aspiración consiste en facilitar el cambio de ideas entre los Profesores de Ciencias médicas españoles y americanos, y los de otros países que posean nuestroidioma. El Dr. Gaullieur l'Hardy confirmó las manifestaciones hechas por Dr. Morejón, dio cuenta de los trabajos ya realizados por el Comité francés y expuso los proyectos que el mismo tiene para dar al Congreso una gran importancia científica y para que si\ celebración se lleve á cabo con la mayor solemnidad posible. REVISTA DE REVISTAS 135 Revista de Revistas Terapéutica: SUPRARRENINA SINTÉTICA. — El Dr. Lublinski (Berliner klinische Wochenschrift, 1907, núm. 43) sometió la suprarrenina sintética á un ensayo comparativo con el preparado obtenido de las cápsulas suprarrenales, en cuanto á su acción sobre las mucosas de la nariz. La acción fue completamente análoga, pareciendo, más bien, que la isquemia se presentaba antes con la suprarrenina sintética. «Para el ensayo», dice el autor, «puse en contacto partes homologas de cada una de las fosas nasales, durante el mismo tiempo, con algunas gotas de uno y otro preparado, y me pareció que la acción del sintético era más rápida y enérgica. Además, algunos individuos dotados de gran sensibilidad, dijeron que la solución de suprarrenina sintética no producía una sensación de escozor tan fuerte como el preparado obtenido de los órganos. Esto se explica por el hecho de que el preparado sintético es un compuesto químico puro, mientras que en el de los órganos hay siempre materias extrañas, aunque sea en pequeña proporción. La ebullición de las soluciones no les hace perder eficacia». «Nunca, con las pequeñas cantidades necesarias para producir la isquemia, ha podido observarse acción secundaria alguna sobre el organismo. Generalmente empleé el preparado sintético asociado á la novocaína que, en solución á B ó 10 por 100 substituye por completo á la cocaína sin provocar, ni aun á las más altas dosis, fenómenos de intoxicación.» TRATAMIENTO DE LA FIEBRE TIFOIDEA POR LA TINTURA DE YODO (Journal de Medicine de Bordeaux). MM. Arnozan y J. Caries. — Basándose en el hecho de que la fiebre tifoidea es una enfermedad de hipoleucocitosis, se proponen, aumentando la cifra de los leucocitos, mejorar el estado general. Trataron por el yodo 44 casos de fiebre tifoidea: de estos 44 casos, fallecieron 4, uno por intolerancia estomacal absoluta; el segundo, por una alimentación intempestiva; el tercero, por obstrucción intestinal por paresia, y el cuarto, por perforación intestinal. En ninguno de ellos puede pues acusarse al tratamiento yodado. Gran número de enfermos ingresados en el hospital con síntomas alarmantes (diarrea profusa, timpanismo, náuseas), han mejorado con la administración de tintura de yodo. En general, los casos así tratados han curado rápidamente; pero no quedaron al 136 REVISTA DE REVISTAS abrigo de recidivas, si bien éstas fueron poco importantes y sin complicaciones. Los autores hacen absorber á los enfermos bien agua yodada, bien de 15 á 25 gotas de tintura de yodo por día, en vino de quina ó de Málaga ó mezcladas con leche. Parece que por este método las curaciones son más rápidas y más numerosas. TRATAMIENTO DE LA ESCLEROSIS EN PLACAS POR MEDIO DE LA FIBROLISINA (Neurolog. Centralblatt). Fraenkel. — Experimentando el tratamiento recomendado por Nonne en 54 enfermos del Hospital de Eppen, y en 21 de su clientela particular, notó que 19 de los primeros, y 14 de los segundos, no experimentaron ningún beneficio. En 15 se obtuvo una remisión de ciertos síntomas y una mejoría del estado general. En otros 27 se consiguió una mejoría considerable, que en algunos puede considerarse como curación. Diversos fenómenos morbosos, algunos puramente objetivos, desaparecieron completamente. Pero la más importante mejoría consistió en la disminución de las convulsiones que antes del tratamiento eran muy intensas. La fibrolisina parece producir grandes resultados en los casos recidivantes con intervalos. El tratamiento es sencillo é inofensivo y puede continuarse durante el tiempo que se quiera, lo cual ejerce una influencia favorable sobre el ánimo del enfermo, sobre todo si el médico practica las inyecciones por sí mismo. El autor inyecta cada 3 ó 4 días una ampolla de fibrolisina en los músculos de la región glútea. Parece preferible tratar á estos enfermos en el hospital. .Patología m é d i c a : MEDIO SENCILLO QUE PERMITE AL PRÁCTICO DESPROVISTO DE ESTUFA Y DE MICROSCOPIO, HACER EL SERO-DIAGNÓSTICO DE LA FIEBRE TIFOIDF.A (Semana Médica).—Este medio, accesible á todos los prácticos, está muy extendido en Alemania; es muy sencillo, rápido, exacto y poco costoso. Se procura una cultura de bacilos tíficos muertos en emulsión estable, que se encuentran en el comercio en ampollas de 10 c. c. y se conservan indefinidamente. Este líquido de cultura es uniformemente obscuro; agitándolo, se le hacen desaparecer los pequeños flecos que se depositan á lo largo de las paredes de la ampolla. Se toman de esta ampolla, con una pipeta ó un cuentagotas L ó C, gotas de la cultura, las cuales se colocan en pequeños tubos de vidrio y se añade en cada tubo una gota de suero de la REVISTA DB RHVISTAS 137 sangre que se quiere examinar, de manera que se obtenga una dilución á 1/50 Y á V100. Si la sero-reacción es positiva, se forman y se depositan sobre las paredes y en el fondo del tubo pequeños flecos blanquecinos, mientras la parte superior se clarifica. La reacción resulta limpia al cabo de una hora, y muy apreciable si se hace con la cultura empleada un tubo testigo que permita comparar la reacción. Si la sero-reacción no se produce, el tubo de experimento y el tubo testigo quedan obscuros y no se produce precipitado alguno. Este medio merece ser vulgarizado, pues por su naturaleza tiene que prestar grandes servicios en el campo ó en las expediciones aisladas y lejanas donde no se disponga de material de laboratorio. DIAGNÓSTICO MÉTODO DOKSAL PREOPERATORIO DE LA APENDICITIS POR EL (The British Med. Journal). Dr. W. Ewart.—El autor se propone dotar á la clínica de un nuevo método ya utilizado para ciertos diagnósticos abdominales y que es susceptible de prestar grandes servicios en los casos sospechosos de apendicitis. Busca las lesiones latentes retrocecales principalmente, y en general, las lesiones profundas que no puede descubrir la palpación ni aun ayudada del tacto rectal. Este método está basado en la percusión dorsal con el plexímetro de Sansom ó de cualquier otro aparato por el estilo. La investigación debe hacerse en la región sonora sacro-ilíaca inmediatamente á nivel de aquella parte de la cresta ilíaca que se engruesa para formar la tuberosidad posterior. Se encuentra allí, á cada lado, una zona cuadrilátera un poco extensa, de submatidez, que las investigaciones por el método de transfixión le han demostrado estar en relación con los grandes vasos sanguíneos ilíacos. Toda matidez adventicia, y se observan sobre todo en el lado derecho, atestigua un foco profundo. Asimismo, después de una operación por apendicitis, la persistencia de esta zona mate demuestra un foco que ha escapado al operador y que no se ha vaciado. Las autopsias le han dado de esto pruebas irrefutables. Por el contrario, cuando ha sido operada una apendicitis retrocecal, la zona submate preoperatoria es substituida por una zona timpánica. Los esquemas presentados por el autor indican que la parte mate que se sobreañade á la zona submate normal, se proyecta casi siempre hacia fuera, sobre la cara ilíaca, y muy rara vez solamente, sobre la cara sacra. No hay ninguna razón para no aprovechar este nuevo medio de asegurar un diagnóstico dudoso. Pero hay que convenir que sólo un oído extraordinariamente ejercitado notará diferencias en estas regiones normalmente poco sonoras. 138 REVISTA DE REVISTAS J?ediatria: PATOGENIA DE LA COQUELUCHE (Deutsche Med. Presse). Dr. G. Armbruster. — Cree el autor que en determinadas ocasio nes, los gérmenes que se encuentran habitualmente en la laringe ó en la tráquea, pueden transformarse en gérmenes de la coqueluche. De cierto modo, podemos pues, considerar á la influenza como origen de la coqueluche; en todo caso, es positivo que puede seguir á la influenza, aun sin existir ningún caso de coqueluche en contacto inmediato ó distante del enfermo. Así pues, además de las bacterias específicas, hay otros factores que desempeñan un importante papel en la patogenia de la coqueluche; la inflamación catarral, la irritación espasmódica de la faringe y la formación de cristales de Oharcot-Leyden. La escarlatina predispone solamente á la coqueluche. Podemos decir que la quinina es el remedio de la coqueluche. Recientemente se recomienda contra ella el quineonal, que da excelentes resultados en muchas anginas así como en los escalofríos con insomnio consecutivos á enfriamientos. El quineonal permite curar la coqueluche desde el principio; pero su empleo está indicado especialmente en los ataques nocturnos graves. DR. DURAN BACH. Cirugía: PASTA DE BISMUTO (Neto York State Journal of Medicine. Agosto, 1912). —Beck da las siguientes reglas para su empleo, sin las cuales muchas veces no se obtienen los resultados que son de desear. 1. Antes de operar una fístula debe inyectarse de bis muto y procurarse una radiografía; esto excluye los casos inoperables y previene operaciones inútiles. 2. No debe emplearse la pasta en casos muy agudos. 3. Para el diagnóstico empléense las radiografías estereoscópicas en lugar de las placas sencillas. 4. En casos en que hay un secuestro, ó un cuerpo extraño en el fondo, no debe emplearse la pasta hasta que se ha quitado aquél. 5. El error más común está en inyectar con demasiada frecuencia. Por lo menos debe mediar una semana entre cada inyección. Si la secreción purulenta ha cambiado en serosa, no debe repetirse la inyección; si continúa purulenta debe repetirse. 6. Es esencial que todas las partes de la fístula reciban la inyección, de lo contrario ésta resulta inútil. 7. Si existe más de un orificio, sólo debe darse la inyección por uno, dejando que salga por los demás. Apenas comienza á escapar deben taparse con los dedos REVISTA DB REVISTAS 139 con objeto de que la pasta, entrando con fuerza, llene todos los recodos de la fístula. 8. Siempre deben emplearse instrumentos apropiados con objeto de que la técnica sea perfecta. 9. Debe siempre pensarse en la posibilidad de una intoxicación por el bismuto. Si se tiene esto presente no ocurrirá nunca. Si alguna vez se presenta debe hacerse lo siguiente: inyectar en las sinuosidades ó cavidades aceite de olivas caliente, retenerlo durante veinticuatro horas, y sacarlo por succión. Lavar la fístula ó cavidad con aceite de olivas, diariamente, hasta que los síntomas hayan desaparecido. El raspado de las paredes de la cavidad agrava la situación. Para prevenir la intoxicación no deben emplearse grandes cantidades en casos de cavidades extensas. La coloración azul del goma no significa por sí sola, intoxicación por el bismuto, pero indica que se han traspasado los límites de tolerancia y que deben suspenderse las inyecciones hasta su completa desaparición. ESTUDIOS EXPERIMENTALES EN CIRUGÍA DE LOS VASOS Y T R A S PLANTACIÓN DE TEJIDOS Y ÓRGANOS. — Alexis Carell describe ex- perimentos de sutura de venas y arterias en perros, y la extirpación de una porción de la aorta de un perro, reemplazada poruña porción de vena yugular de otro perro. El perro vivió algunos años después de esta operación, siendo eventualmente muerto por un automóvil. En otro perro colocó un tubo de aluminio dentro la aorta torácica; no hubo coagulación de la sangre y la circulación continuó normal. En otra ocasión extirpó ambos riñones á, un perro y después de veinticinco minutos volvió á colocarlos al mismo animal; éste vivió dos años más. SARCOMA DE LA PRÓSTATA (Journal d'Urologie. Julio, 1912).— Pauchet dice que el 15 por 100 de casos aparecen antes de los diez años; el 25 por 100 de los diez á los treinta; el 5 por 100 entre los treinta y cincuenta años; y el 20 por 100 después de los cincuenta años. La lesión puede ser primaria ó secundaria. Cuando es secundaria, el foco primario suele estar en las vesículas seminales, cuerpos cavernosos, testículos, vejiga ó recto. En la primera edad los síntomas son: dificultad en la micción, polaquiuria, retención completa ó incompleta, trastornos en la defecación y dolor. En la edad madura es raro el sarcoma y con frecuencia se confunde con el carcinoma prostático. Cuando un niño ó adolescente sufre retención completa ó incompleta, tumor en la región hipogástrica y por el tacto rectal se encuentra una próstata hipertrofiada, debemos sospechar un sarcoma prostático. El tratamiento en niños es no quirúrgico; la muerte sigue pronto á la aparición de los síntomas. En los adultos puede dar resultados la prostatectomía. 140 REVISTA DK REVISTAS HERIDAS DEL ABDOMEN POE ARMA DE FUEGO EN LA GUERRA Y EN TIEMPO DE PAZ (Boussky Vratch. Agosto, 1912).—Jaukovsky hace notar el curso diferente de las heridas del abdomen en la guerra y en tiempo de paz. Mientras las primeras siguen muchas veces un curso favorable y requieren pocas veces intervención quirúrgica, las otras son casi siempre sépticas y con frecuencia fatales. Esta diferencia la explica el autor por el hecho de que durante la guerra la herida es producida por un disparo lejano _y la bala penetra unos intestinos casi siempre libres de alimentos. En cambio, en la vida civil, estas heridas son casi siempre producidas por disparo de revólver á corta distancia y el tramo intestinal lleno de productos de digestión. También hace notar el hecho de que durante la batalla el herido ó muere en el campo, ó cuando es llevado al Hospital pocos días después se encuentra ya libre de shock y con peritonitis localizada, lo cual resulta favorable para la curación. El autor recomienda limitar la cantidad de líquidos durante la batalla y abstenerse de beber agua durante algún tiempo después de herido el abdomen. TRATAMIENTO QUIRÚRGICO DE LA ESTASIS GASTROINTESTINAL (Surgery, Gynecology, and Obstetrics. Octubre, 1912). — Coffey hace, entre otras, las siguientes deducciones: 1. Hay una relación directa entre la estasis gastro-intestinal y la ptosis visceral. 2. En el 20 por 100 de individuos el colon ascendente y descendente no está completamente fusionado con el peritoneo parietal y sus expansiones, á pesar de lo cual están suspendidos de los riñones. 3. Un ciego péndulo ó movible, suspendido del riñon derecho, tira inútilmente de éate, y la estasis es aliviada por una viceroptosis general; ó la estasis es aliviada por desplazamiento del riñon, y entonces tiene el enfermo un riñon movible; ó puede tener lugar á través de la pared intestinal una invasión microbiana y formarse una membrana pericólica. 4. La membrana pericólica, que se forma en los primeros períodos de la edad adulta, por regla general sobre el colon ascendente, es de origen bacteriano, sólo se la encuentra en casos de falta de unión, y si bien la extirpación de esta membrana alivia el dolor, se favorece por ello la ptosis general. 5. Nunca hay ptosis localizada en el lado izquierdo, por esta razón el riñon flotante unilateral izquierdo no se conoce en la práctica. 6. La ptosis media es independiente de cualquier forma de ptosis, y resulta de una sobrecarga ó dilatación crónica del colon ó del estómago. Respecto al tratamiento, lo sumariza el autor como sigue: 1. Nunca debe emplearse un tratamiento quirúrgico de la ptosis per sé. 2. En la estasis gástrica ó intestinal no aliviada con medicamentos ó dietas apropiadas puede intentarse el tratamiento REVISTA DB REVISTAS 141 quirúrgico. 3. Una operación destinada á fijar solamente un riñon flotante sin fijar al mismo tiempo el colon, no es un buen proceder quirúrgico. 4. Un ciego movible debe fijarse al peritoneo parietal. 5. En la ptosis media pueden acortarse los ligamentos del hígado y estómago y suturar el omento á la pared abdominal. 6. En la viceroptosis general, cuyo síntoma patognomónico es el riñon flotante izquierdo, no debe intervenirse quirúrgicamente. 7. El tratamiento postoperatorio consiste en sostener la posición de Trendelenburg durante seis semanas. DIVERTÍCULOS INTESTINALES (Surgery, Gynecology, and Obs- tetrics. Octubre, 1912). — McGrath, del estudio de setenta y siete casos de divertículos intestinales, saca las siguientes conclusiones: 1. Un divertículo en el intestino grueso puede presentarse en cualquier período de la vida, pero es más frecuente en los períodos medio y último. 2. Se presentan en cualquier porción del intestino grueso, pero se les halla con más frecuencia en la porción descendente, sobre todo en la porción sigmoidea. 3. Son generalmente múltiples, de tipo falso y muchas veces relacionados con el epiploón, pero también se les halla en el borde mesentérico, ó entre las hojas del mesenterio. 4. En el 70 por 100 de casos con divertículos hay estados patológicos que dan lugar á síntomas. 5. La infección á través de las bolsas puede producir peritonitis, con ó sin perforación, ó fenómenos inflamatorios. 6. Lo más frecuentemente hallado en los procesos resultantes de infección á través de estos divertículos, es una inflamación crónica extramucosa ó circundiverticulitis. 7. En estos procesos inflamatorios puede desarrollarse un carcinoma, sobre todo en la porción sigmoidea. 8. Debe hacerse un pronóstico de conservación de los tumores del intestino grueso, ya que sólo el 25 por 100 de los casos del autor resultaron malignos. 9. En el presente estado indefinido de sintomatología, el conocimiento de la frecuencia de estos divertículos, los períodos de la vida en que más comúnmente ocurren y los cambios resultantes de la infección á través de ellos, es el punto preliminar para el diagnóstico. Ginecología y obstetricia: TRATAMIENTO OPERATORIO DE LAS HEMORRAGIAS POST-PAR- TUM (Zentralb. für gyncek. 1912, núm. 23), Alfr. Labhardt. —Hay casos de hemorragias post-partum en los cuales todos los medios usuales, incluso la compresión temporaria de la aorta con la ayuda de la venda de Mombourg, no realizan la hemostasia y las paridas mueren rápidamente de anemia supra-aguda. 142 REVISTA DE REVISTAS Es contra estos casos que el autor propone la amputación supra-vaginal rápida del útero. La dificultad estriba en poseer indicaciones precisas; uno se expone á extirpar úteros que habrían acabado por contraerse, ó á intervenir tardíamente. Es preciso decidirse en el instante en que los medios enérgicos no han logrado la cesación ó disminución notable de la hemorragia. Por otra parte, no hay que sentir el sacrificio de tales úteros que darán lugar á los mismos accidentes en caso de embarazo posterior. El todo está en intervenir á tiempo. La técnica recomendada es sencilla y puede ejecutarse sin anestesia y aun sin ayudantes. Como instrumentos hay bastantes, en rigor, con un bisturí ó un par de tijeras, una pinza, dos agujas de hacer calceta y una cuerda resistente; todo se esteriliza por ebullición. Desinfección con tintura de yodo; incisión rápida de unos 8 centímetros. Se ve el útero atraído hacia la herida sin que en general haya que preocuparse del intestino ni del epiploon; se liga en masa el órgano al ras de la vejiga. La hemorragia se cohibe en este momento. Esta maniobra ha durado en conjunto dos minutos; el útero se mantiene fuera del vientre por transfixión mediante las dos agujas; así puede amputarse el órgano inmediatamente y tratar este «pedículo externo» de ¿a manera habitual (termocauterio, xeroformo). El autor ha practicado cuatro veces esta operación; en tres casos se practicó demasiado tarde, y las enfermas murieron casi inmediatamente. La cuarta se curó, siendo un caso desesperado. En una de las tres primeras se había aplicado la venda Mombourg durante diez minutos, y la hemorragia se reprodujo. Kehrer ha propuesto para la misma operación una técnica algo diferente. En lugar de hacer una ligadura en masa, amarra cada lado de la matriz al peritoneo y á la fascia preperitoneal y lo abarca todo con un hilo á la vez hemostático y fijador. Pero atravesando así la cavidad uterina hay peligro de infectar el peritoneo. TEES CASOS NOTABLES DE PIEMIA PUERPERAL (Arch. für Gyncckologie, tomo XOVII, fase. I). — Warnekros refiere tres casos de tromboflebitis pelvianas postpuerperales tratadas por ligadura de las venas afectas. Dos signos permiten reconocer con facilidad las tromboflebitis: la curva térmica y el análisis frecuente de la sangre. Cuando en una mujer afecta de endometritis, después de un período de fiebre moderada, sobreviene un violento escalofrío con ascensión REVISTA DE REVISTAS 143 brusca de temperatura, cuando estos escalofríos y estas elevaciones térmicas se repiten con períodos de remisión, puede pensarse, con razón, en una flebitis. Si las culturas de sangre son positivas en el momento de las ascensiones térmicas y negativas durante los períodos de remisión, puede afirmarse la plebitis. Estos signos demuestran claramente la descarga intermitente de microbios en la circulación, con reacción general. En la septicemia, hay una curva de temperatura en meseta y un cultivo de sangre positivo cualquiera que sea el momento en que se haga. En la endometritis sin septicemia ni flebitis pelviana, el cultivo de la sangre es negativo y la fiebre menos elevada. En apoyo de estas afirmaciones, publica Warnekros las tres observaciones siguientes que nosotros resumimos: Observación i. a — En una mujer de 40 años que había parido un feto muerto y macerado, subió inmediatamente la temperatura, al décimo día aparecieron síntomas de flebitis pelviana. Dada su persistencia se operó al decimosexto día; se hizo laparotomía y ligadura de la vena ilíaca primitiva izquierda. En seguida desaparecieron los escalofríos, descendió la temperatura y los cultivos de sangre fueron estériles. Desgraciadamente, dos días después moría la enferma de embolia pulmonar. Observación 2. a — En una mujer de 19 años afecta de infección puerperal, en presencia de síntomas de flebitis, se procedió á la intervención á los 28 días después del parto. Bajó la temperatura rápidamente y desaparecieron los escalofríos. Las culturas de sangre fueron mucho más débiles. Al sexto día apareció una extensa úlcera por decúbito, y al décimo día hubo síntomas de peritonitis á los que sucumbió la enferma. En la autopsia se encontró el vientre lleno de pus; la vena cava completamente obliterada por un trombo supurado originado en la vena ilíaca primitiva izquierda que se había ligado y que se remontaba á la vena ilíaca derecha. Observación 3. a — Una mujer de 36 años a la que se provocó el parto por placenta previa, presenta síntomas de flebitis pelviana grave. A los 31 días después del parto se hizo la ligadura de la vena cava inferior en su origen. Algunos días después murió la enferma bruscamente a causa de una embolia. No obstante, en la autopsia se comprobó que la ligadura había sobrepasado el sitio de la trombosis ilíaca. Hay que confesar que los resultados publicados por Warnekros no animan mucho á seguir esta práctica. E L ABDOMEN EN FORMA DE CÚPULA EN EL DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DEL EMBARAZO EXTRAUTERINO (Archives of Diagnosis. Octubre, 1912). —Shulman cree este signo patognomónico, aun- 144 REVISTA DE REVISTAS que todavía 110 lo mencionen los libros. Es debido al acumulo de sangre en las cavidades pélvica y abdominal, en cantidad suficiente para forzar las paredes hacia arriba y hacia fuera en dirección de la menor resistencia. Sí hay historia de metrorragias atípicas, desmayos, dolores en un lado, y rápida debilidad del pulso, volviendo quizás después á la normal, desaparecen todas las dudas diagnósticas. En los quistes de ovario hay una aspereza y asimetría del contorno abdominal que se distingue de la manera de portarse el abdomen en el embarazo extrauterino; en grandes tumores fibro-quísticos hay fluctuación limitada á ciertas áreas; la adiposis puede excluirse poniendo las manos á ambos lados del abdomen, aproximándolas, junto con la piel, y levantándolas de manera que formándose una bolsa se separe del contenido abdominal; las rupturas de quistes ováricos y grandes quistes de otras visceras se diagnosticarán estudiando con cuidado el caso. ESTREPTOCOCOS EH LA SECEECIÓN VAGINAL DE LAS PARTURIENTAS (Zentb. fiir Gynük. Noviembre, 1912). — Jótten investi- gando los loquios de veinte mujeres sin fiebre, halló en catorce estreptococos hemolíticos típicos. Saca la conclusión de que tales estreptococos no tienen significación patológica ni en el parto ni después. ECLAMPSIA (The Lancet. Diciembre, 1912).—Wallace pasa revista á los diferentes métodos empleados anteriormente para suprimir las convulsiones. Después refiere dos casos en los cuales empleó el sulfato de magnesia en inyección intradural. En los dos se reprimieron bien las convulsiones, por lo menos durante muchas horas. La inyección se dio en el espacio subdural de la región lumbar; se inyectó 1 c. c. de solución filtrada y estéril de sulfato de magnesia al 25 por 100 por cada diez kilos de peso de la paciente. En el primer caso había habido siete accesos en las siete horas y media que precedieron á la inyección y ninguno en laa siete horas siguientes á aquélla. En el otro caso había habido seis accesos antes de la inyección, tres muy graves, mientras que no ocurrió ninguno durante las cuatro horas siguientes á la inyección. D E . SOLEE JULIA. Imprenta de Henrich y O en comandita. Calle de Córcega. — Barcelona