Memorias de la I Bienal territorios en Movimiento en León, Guanajuato. 2012 IMPLEMENTACIÓN DE UNA RED DE MONITOREO COMUNITARIO DE LA CALIDAD DEL AGUA MEDIANTE LA CONSTRUCCIÓN DE CAPACIDADES LOCALES EN CUENCAS RURALES 1 Rosaura Páez Bistrain y Ana Burgos1 Resumen En diferentes conferencias internacionales se ha reconocido que las cuencas hidrográficas son la unidad territorial más conveniente y el marco de referencia primario para la gestión de los recursos hídrico; también se ha establecido la necesidad de que los ciudadanos participen en los procesos de decisión sobre su gestión y buen gobierno teniendo en cuenta que el conocimiento es la base de la comprensión y adopción de decisiones. Desde hace varios años, la necesidad de contar con datos para alimentar la toma de decisiones sobre la problemática ambiental y en particular del agua, ha conducido a que las actividades de monitoreo dejen de ser prácticas monopólicas de la academia o las agencias de gobierno, para ser extendidas a la comunidad; emergiendo así el llamado Monitoreo Comunitario o en inglés, Community-Based Monitoring. En este sentido, el monitoreo de agua es de sustancial importancia para entender la dinámica espacial y temporal de los recursos hídricos, así como los proceso hidrológicos que intervienen en la disponibilidad y calidad del agua en las tres partes funcionales de la cuenca (alta, media y baja) favoreciendo la vinculación social en la cuenca. En este marco, el objetivo del trabajo fue establecer una red de monitoreo de la calidad del agua en tres cuencas rurales del trópico seco habitadas por poblaciones de alta marginación y muy alto rezago educativo a través de un proceso participativo y como una medida tendiente a aumentar la seguridad hídrica. La investigación puso a prueba un modelo de intervención para desarrollar el interés, la participación y las capacidades locales utilizando como medio inicial para la capacitación en la obtención de datos de calidad de agua en campo, el laboratorio portátil desarrollado por la empresa LaMotte, Alabama Water Quality Monitoring, y como medio para hacer disponible la información obtenida se genero un SIG amigable que permite la captura de los datos por parte de los propios integrantes de los 1 Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental (CIGA). Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM - Campus Morelia) Teléfono: 443 – 322 2777 extensión 42588, [email protected] Memorias de la I Bienal territorios en Movimiento en León, Guanajuato. 2012 grupos de monitoreo. Como resultado, se registro la participación de 273 personas de 30 localidades pertenecientes a 16 ejidos ubicados en las tres cuencas de estudio. La participación comunitaria estuvo integrada por los comités de agua nombrados en asamblea y otros pobladores que de manera libre y voluntaria asistieron a las demostraciones y capacitación para la toma de muestras y uso del kit de campo. A manera de conclusión podemos decir que la población rural, aun sin suficiente escolaridad formal y con un marcado rezago socio-económico, desarrollo un fuerte interés en la actividad de monitoreo, así como las habilidades manuales para la obtención de datos confiables mediante determinaciones sencillas en campo. La práctica en la interpretación de los datos obtenidos creo conciencia sobre la importancia del seguimiento de la calidad del agua, principalmente por su impacto en la salud de la población y revelo el valor del monitoreo como una herramienta de diagnóstico y planeación, útil en la gestión local de los recursos hídricos. Palabras clave: red de monitoreo, participación comunitaria, comunidades rurales. Introducción Desde hace varios años, la necesidad de contar con datos para alimentar la toma de decisiones sobre la problemática ambiental ha conducido a que las actividades de monitoreo dejen de verse como monopólicas de la academia o las agencias de gobierno, para ser extendidas a la comunidad y ciudadanía. Así, el llamado Monitoreo Comunitario o en inglés, Community-Based Monitoring, emergió como una modalidad científica en la cual diferentes grupos sociales, incluidos los investigadores, establecen relaciones de colaboración para la obtención de datos ambientales que les permitan atender intereses comunes. De este modo, la ciudadanía es vista como parte de un proceso de investigación donde múltiples actores convergen para compartir el aprendizaje, la construcción de conocimiento y la toma de decisiones. El gran poder que tiene esta modalidad para atender problemáticas sentidas por la ciudadanía, ha redundado en la diseminación de experiencias para el monitoreo de riqueza biológica (Becker et al 2005), del manejo de bosques (Topp-Jorgensen et al. 2005), siendo sin embargo, las más difundidas las iniciativas de monitoreo comunitario de la calidad del agua (Conrad & Hilchey 2011). Hoy en día en países como Canadá, Estados Unidos, Australia, Perú, la India y recientemente en México las comunidades locales se han visto cada vez más involucradas y han desempeñando un papel importante en la implementación de programas de monitoreo; los cuales, en buena medida, incentivan a las comunidades a reflexionar acerca del estado Memorias de la I Bienal territorios en Movimiento en León, Guanajuato. 2012 de sus recursos y del impacto de sus actividades sobre ellos. Whitelaw et al. (2003), definen el monitoreo con participación comunitaria (MPC) como un proceso en el cual los ciudadanos interesados, las agencias gubernamentales, la industria, la academia, los grupos comunales y las instituciones locales colaboran para vigilar, rastrear y responder a objetivos de interés (ambiental) común, enfatizando el diseño del monitoreo como una iniciativa por parte de la comunidad más que por las organizaciones y el uso de los datos del monitoreo para tomar decisiones informadas a nivel local; proveyendo grandes beneficios y oportunidades, a todos los actores participantes (Whitelaw et al. 2003; Sharpe y Conrad, 2006). Las agencias estatales se benefician del monitoreo comunitario con la extensión de sus redes de monitoreo y ahorros presupuestarios y por las contribuciones a la planeación gubernamental con la participación pública (Cuthill, 2000). Para las comunidades y organizaciones no gubernamentales el beneficio se obtiene a través desarrollo del capital social, en la medida que comprometen a voluntarios, crean y consolida conexiones con instituciones; dando como resultado la construcción del territorio, espacializando de esta manera las relaciones sociales (Jessop, et al. 2008). Así los resultados del monitoreo tienen el potencial de ser traducida en influencia y en última instancia en “cambios en el sitio del poder” (Blis et al. 2001). Otro actor que ha desarrollado un papel importante y ha incrementado notablemente su participación en actividades de monitoreo junto a los ciudadanos son las universidades, de cuyos ejemplos destacados los encontramos en la Universidad de Rhode Island con el grupo Watershed Watch, la Universidad de Auburn con Alabama Water Watch, la Universidad de Ilinois con River Proyect, y la Universidad de Toronto con Citizen´s Environment Watch, entre muchos otros. Estas experiencias muestran que es posibles construir una colaboración bien establecida en programas de monitoreo universitario-comunitario, con actividades que pueden ir desde el desarrollo de protocolos de monitoreo, análisis de laboratorio, procedimientos para el control de la calidad, hasta el establecimiento de relaciones con otras entidades (Sava et al., 2003). En México, afortunadamente, las experiencias de implementación de programas de monitoreo comunitario del agua van en aumento, pudiendo ubicar los grupos de monitoreo en el estados Veracruz, Chiapas, Michoacán, Colima, Jalisco, Yucatán, entre otros (RamosEscobedo, 2012). Por otra parte, el monitoreo comunitario de agua es de sustancial importancia como una etapa fundamental en el manejo adaptativo de los recursos hídricos debido a que es la única vía para entender su dinámica, ubicar anomalías y amenazas, y establecer valores umbrales para detonar medidas preventivas y correctivas para asegurar la calidad y cantidad de agua. Memorias de la I Bienal territorios en Movimiento en León, Guanajuato. 2012 Dado que el monitoreo permite establecer esquemas de alerta temprana, este es una parte fundamental para alcanzar la seguridad hídrica por lo que es necesario avanzar en experiencias concretas. El diseño e implementación de un Programa de Monitoreo de Agua con Participación Comunitaria, sin embargo, conlleva dificultades en dos sentidos. Por un lado, se deben atender todos los componentes técnicos de cualquier programa de monitoreo ambiental, tales como la definición de los propósitos, el diseño de muestreo, la selección de las variables e indicadoras, el diseño espacial y las técnicas de muestreo, la periodicidad, y la manipulación de datos (Vos et al. 2000). Por otra parte, deben atenderse componentes sociales, relacionados con los sujetos que participan en la actividad, tales como la sensibilización, el involucramiento y participación, la construcción de nuevas habilidades, la confiabilidad de los datos y todas las particularidades que surgen cuando seres humanos con valores, visiones, e intereses en juego son parte de una actividad (Checklnad, 1991) En estos casos el proceso mismo de participación, aprendizaje y toma de decisiones en torno a la información obtenida, las actitudes, percepciones, y las dinámicas de acción tras la información interpretada, constituyen un componente adicional de interés del programa, instalándose incluso como ejes sustantivos para el manejo ambiental. Este trabajo se enfoco en conducir un proceso participativo como componente social de un Programa de Monitoreo de la Calidad del Agua con Participación Comunitaria con el propósito de aumentar la seguridad hídrica en cuencas rurales del trópico seco, habitadas por poblaciones de alta marginación y muy alto rezago educativo. El objetivo del trabajo fue poner a prueba un modelo de intervención para el establecimiento de una Red de Monitoreo de la Calidad del Agua mediante la participación comunitaria y la construcción de capacidades locales en comunidades campesinas de cuencas rurales. Marco metodológico El proyecto fue realizado mediante la colaboración de un centro académico (CIGA UNAM Campus Morelia), una organización de la sociedad civil (Grupo Balsas AC) y núcleos agrarios de los Municipios de la Huacana y Churumuco en el Estado de Michoacán. Área de estudio El trabajo se desarrolló en tres cuencas medianas de entre 440 y 220 Km2 cada una, ubicadas en la Ribera Norte del Vaso de la Presa Infiernillo, en el Estado de Michoacán (Figura 1). El área es catalogada como de alta y muy alta marginación, con fuertes Memorias de la I Bienal territorios en Movimiento en León, Guanajuato. 2012 restricciones en la cantidad y calidad de agua; sin datos previos de como varían en el espacio y el tiempo los recursos hídricos locales. El proyecto involucro a 16 núcleos agrarios, cuyas características generales se presentan en el Cuadro I. En general todos los ejidos participantes, al igual que otros de la región, concentran un bajo número de pobladores dado que constituyen focos de expulsión de jóvenes y hombres productivos. Los ejidos presentan menos de 1500 habitantes cada uno, aunque algunos como Poturo y El Salitre, destacan a nivel municipal. De 2005 a 2010 se observó un bajo crecimiento poblacional y el porcentaje de hombres y mujeres oscila en alrededor del 50%. En el censo de 1995 en general la población estaba distribuida de manera homogénea entre los diferentes grupos de edad; sin embargo, en el 2010 la tendencia es que en las comunidades se presenten un mayor número de personas de edad avanzada y con menos jóvenes. Cuenca del Arroyo San Pedro Jorullo Cuenca del Arroyo Poturo‐ Presa El Cueramal Cuenca del Arroyo Grande Figura 1. Localización de las tres cunecas en las que se estableció la Red de Monitoreo Comunitario de la Calidad del Agua, en los municipios de La Huacana y Churumuco del estado de Michoacán. Memorias de la I Bienal territorios en Movimiento en León, Guanajuato. 2012 Cuadro I. Rasgos geográficos de los ejidos involucrados en la implementación de la red de monitoreo comunitario en el Bajo Balsas, ubicados por cuencas. Ejido Municipio Superficie ejidal (ha) Localidades en el ejido Actividades Económicas Población 2010 Agricultura, ganadería, minería, extracción de guano 439 Cuenca Arroyo San Pedro Jorullo Algodon de Oropeo La Huacana 4870 3= Oropeo,Reparo de Luna,Rincón de León El Capirito La Huacana 1193 1= Capire de Oropeo Agricultura, ganadería 175 Guadalupe Oropeo La Huacana 4614 3= Guadalupe Oropeo, Las Cruces, Hacienda Vieja Agricultura de temporal, ganadería, pesca. 401 Las Anonas La Huacana 1996 1= Las Anonas Agricultura, ganadería 96 Los Copales La Huacana 1747 1= Los Copales Agricultura, ganadería, 242 Cayaco La Huacana 3891 5 = San José Cayaco, Las Higueras, La Peña, Palmita de Cayaco, La Galera, Agricultura, ganadería, 552 David C. Manjarrez La Huacana 2=David C. Manjarrrez, La Coruca Agricultura, ganadería, 148 C.I. Sinahua La Huacana 1= Sinahua Agricultura, ganadería, 220 Cuenca Arroyo Poturo-Presa El Cueramal Poturo Churumuco 5042 6=Poturo, Los Guajes, Potrerillos, Tocusera, El Olvido, El Atascadero Santa Rosa Churumuco 5038 1= Santa Rosa Juntas de Poturo Churumuco 1= Juntas de Poturo Agricultura de temporal (con agroquímicos), ganadería Agricultura (con agroquímicos) Agricultura y ganadería 1290 115 147 Cuenca Arroyo Grande El Salitre Churumuco 5038 8= El Salitre, El Tarepe, Paso de Palmilla, El Barillo, San Antonio, La Cuitacera, El Salitrillo, Lavaderos del Salitre Llano de Ojo de Agua Churumuco 2749 Los ejidatarios viven en Churumuco El Baral Churumuco 2914 1= Ramírez del Varal El Platanar Churumuco 1= El Platanar 219 Churumuco 3 = Canipio, La Noria, El Pitiral 669 Cumuato 2914 Agricultura (con agroquímicos), ganadería Agricultura de temporal, ganadería, pesca Agricultura, ganadería 729 4725 169 Memorias de la I Bienal territorios en Movimiento en León, Guanajuato. 2012 Modelo de intervención El Programa de monitoreo comunitario utilizó como medio inicial para la capacitación y determinación en campo el Equipo portátil desarrollado por laboratorio La Motte Alabama Water Quality Monitoring y usado por la Red Global Water Watch, impulsada desde la Universidad de Alabama (EUA). El laboratorio portátil de La Motte fue desarrollado para la determinación rápida, sencilla y confiable de algunos parámetros como la temperatura (aire y agua), el pH, la dureza, la alcalinidad, el oxígeno disuelto y la turbidez; además se uso el kit de reactivos Easygel Coliscan para la determinación de bacterias coliformes totales y E coli. Con el propósito de dar certidumbre a los datos obtenidos en campo para las condiciones de las cuencas de estudio, los datos determinados fueron validados por comparación con métodos normalizados en el Laboratorio de Agua y Suelo del Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental (CIGA) de la UNAM. La conformación de los grupos de monitores en las comunidades se llevo a cabo mediante una estrategia en cuatro etapas, esto con el fin de producir un acercamiento progresivo a la noción de calidad de agua, facilitar el desarrollo de habilidades de muestreo y adoptar el uso de equipo portátil para el monitoreo de la calidad del agua (La Motte y Easygel) y desarrollar habilidades para la interpretación correcta de los datos generados en el monitoreo. La primera etapa de acercamiento fue de preparación, en la que técnicos comunitarios nombrados en cada ejido, asistieron a un taller de capacitación formal en el CIGA, en el cual se los orientó a comprender los conceptos y procedimientos básicos para el monitoreo de calidad de agua; tales como que es una cuenca y como se delimita; que es y como se mide la calidad del agua, principalmente. El impacto de esta actividad en el manejo de información fue medida con un instrumento ante-post. La segunda etapa consistió en prácticas de muestreo y determinaciones en campo, durante cuatro fechas a lo largo del año 2010-2011. Esta actividad estuvo dirigida a involucrar a los ejidatarios y pobladores locales, hombres y mujeres, de manera amplia, propiciando la manipulación del equipo de campo, por los propios campesinos. En estos muestreos se observó y documentó el perfil de los participantes, su grado de participación y nivel de entrenamiento de los involucrados, y se capturaros percepciones y datos por observación externa. La tercera etapa consistió en la entrega de reportes de datos a las autoridades de cada ejido, en asamblea y en la explicación de la interpretación de los datos al grupo participante en los muestreos. Una cuarta etapa, consistió en un taller de captura e interpretación de datos realizados en cada una de las tres cuencas de trabajo, con aquellas personas que mayor participación y entrenamiento tuvieron durante la etapa de muestreo. Memorias de la I Bienal territorios en Movimiento en León, Guanajuato. 2012 Resultados y discusión Formación de técnicos comunitarios La primera actividad realizada de manera formal con los técnicos comunitarios, propició el acercamiento de 14 jóvenes, hombres y mujeres, de los ejidos participantes a los conceptos y metodologías básicas en el monitoreo de calidad de agua (Figura 2). Esto permitió por una parte, constituir un punto de apoyo en campo para avanzar con mayor soporte logístico en los muestreos; por otra parte, se propicio la interacción entre habitantes de diferentes cuencas y de diferentes posiciones dentro de la cuenca lo que permitió el inicio de la construcción de redes sociales, en las que además de intercambiar ideas se convirtieron en el canal de transferencia de conocimiento hacia sus comunidades. La actividad de capacitación resulto con un impacto medio en la adquisición de información, la cual se reforzó durante las actividades de muestreo. Figura 2. Técnicos Comunitarios durante las actividades del Taller de capacitación “Conceptos y procedimientos para el monitoreo comunitario”. Prácticas de muestreo y determinaciones en campo: perfil de los involucrados Durante esta fase se muestrearon 68 sitios en 30 localidades de los 16 ejidos incluidos en este proyecto. La participación comunitaria fue principalmente por parte de los comités de agua nombrados en asamblea y otros pobladores que, de manera libre y voluntaria, se acercaron a la actividad. En total, se registro una participación de 273 personas que asistieron a las demostraciones y capacitación para la toma de muestras y uso del kit de campo. A nivel de ejido la participación fue muy dispersa teniendo en promedio 17 asistentes por ejido; con un registro mínimo de 3 participantes en el ejido Cayaco y un máximo de 70 en el ejido El Salitre (Cuadro II). Cabe mencionar que El Salitre es uno de los ejidos más grandes de la cuenca del Arroyo Grande, del cual participan 6 localidades. En este ejercicio se observó que los participantes aprecian la oportunidad de aportar sus propias opiniones e Memorias de la I Bienal territorios en Movimiento en León, Guanajuato. 2012 ideas sobre un problema específico en un procedimiento estructurado (Hirsch et al., 2010). Los eventos de muestreo fueron concebidos como una herramienta que proporciona a los participantes una perspectiva más integrada sobre los problemas relacionados con el agua en su comunidad y en el contexto de la cuenca en que habitan. Cuadro II. Número de localidades y participantes en las actividades de monitoreo comunitario por ejido y cuenca en la región del Bajo Balsas. Cuenca Arroyo San Pedro Jorullo Arroyo PoturoEl Cueramal Arroyo Grande Ejido Los Copales David C. Manjarrez Cayaco Las Anonas El Capirito Algodón de Oropeo Guadalupe Oropeo CI. Sinahua Poturo Santa Rosa Juntas de Poturo El Salitre El Baral El Platanar Llano de Ojo de Agua Cumuato Número de localidades 1 2 3 1 1 2 3 1 2 1 1 6 1 1 1 2 Número de sitios de muestreo 4 2 5 4 4 5 6 1 7 2 4 10 3 4 4 3 Total de participantes 11 8 3 4 6 10 34 5 21 35 7 70 32 17 7 3 En cuanto al perfil de los participantes, el 61 % estuvo conformado por ejidatarios y/o descendientes o conyugues, quienes demostraron un gran interés en conocer la calidad del agua de la que disponen. El resto lo representan personas avecindadas sin propiedad ejidal; pero no por ello menos interesadas. La participación de los ejidatarios fue variable en cada ejido, y estuvo determinada por el número de localidades, con un máximo en el ejido Guadalupe Oropeo con un registro de 26 ejidatario; mientras que en Las Anonas se registró solo un ejidatario participante. Respecto al nivel de escolaridad de los participantes, solo se obtuvieron datos de 150 personas. De estas, el 28 % dijeron no haber recibido ningún tipo de educación escolarizada, el 40 % solo curso algún grado de la educación primaria, el 22 % asistió a la secundaria, el 7 % cuenta con nivel bachillerato y 3 % cuentan con una carrera universitaria (solo 3 personas) (Cuadro III). Lo anterior pone de manifiesto el enorme rezago en materia de educación que existe en esta región. Lo que por otra parte no represento un impedimento para que la mayoría de los participantes en las actividades de muestreo y mediciones de calidad de agua mostraran un buen manejo de los equipos y reactivos en el campo. Durante las actividades de muestreo también se documento la participación de personas con algún cargo de autoridad en el ejido, constituyendo estos, el 41 % del total de participantes en las diferentes actividades desarrolladas en las comunidades; es decir el 60 Memorias de la I Bienal territorios en Movimiento en León, Guanajuato. 2012 % participarón por interés personal y no por obligación de un cargo. En lo que se refiere a la participación por género, solo el 25% del total de participantes fueron mujeres; es de resaltar que en cuatro de los 16 ejidos solo participan hombres, mientras que en el resto de los ejidos la participación de las mujeres vario entre el 9 % en el ejido de Guadalupe Oropeo hasta un 49 % en el ejido de Santa Rosa. Cuadro III. Principales rasgos de la conformación de grupos participantes en el monitoreo comunitario en cada uno de los 16 ejidos incluidos en el proyecto. Ejido Total de participantes Hombres Mujeres Rango de edad Escolaridad Nivel de entrenamiento 0 1 2 3 4 1 2 3 Los Copales David C. Manjarrez Cayaco 11 8 3 19-71 2 5 2 0 2 7 1 2 4 1 5 0 8 8 0 31-59 1 2 1 1 1 6 1 1 0 0 3 2 1 30-40 0 2 1 0 0 1 2 0 0 0 Las Anonas 4 3 1 15-40 1 2 1 0 0 3 0 1 0 0 El Capirito Algodón de Oropeo Guadalupe Oropeo CI. Sinahua 6 6 0 33-63 0 4 1 0 1 0 2 3 0 1 10 9 1 27-72 4 - - 2 - 5 4 0 1 0 34 31 3 27-72 3 8 - 1 - 27 5 2 0 0 5 4 1 30-60 - 2 - 1 - 2 3 0 0 0 0 Poturo 21 19 2 28-70 3 3 5 - - 12 3 3 3 Santa Rosa 35 18 17 17-80 14 11 7 - - 28 4 1 2 0 Juntas de Poturo 7 6 1 34-84 2 3 2 0 0 4 2 1 0 0 El Salitre 70 46 24 14-66 4 7 5 1 - 59 5 4 2 0 El Baral 32 22 10 21-75 8 9 1 - 19 8 3 1 1 El Platanar 17 12 5 17-57 - 5 2 2 - 14 2 1 0 0 Cumuato Llano de Ojo de Agua 3 3 0 Sin datos - - 1 - - 2 1 0 0 0 7 7 0 20-67 1 1 3 1 - 3 2 0 1 1 La composición por edades, mostró un amplio rango, desde jóvenes entre 14 y 34 años hasta adultos mayores de 80 y 84 años de edad. En cuatro ejidos se observó la participación de jóvenes menores de 18 años (Cuadro III); mientras que en el 50 % de los ejidos la edad menor de los participantes estuvo entre los 19 y 30 años. En cuanto a la edad mayor registrada, en el casi 70 % de los ejidos correspondió a personas de 60 años y más. Johnson et al. (2012) señalan la importancia de asegurar que el grupo de participantes sea diverso; ya que el adecuado equilibrio y diversidad social es un componente básico y fundacional de la resiliencia para mejorar la acción colectiva. Grupos con muy poca diversidad convergen rápidamente sin intercambiar ideas contrarias y desarrollarán por tanto menos opciones de acción. Sin embargo, demasiada diversidad puede coartar y abrumar a un grupo en un proceso con muchos valores en conflicto y perspectivas. Memorias de la I Bienal territorios en Movimiento en León, Guanajuato. 2012 Evaluación de la dificultad en el monitoreo comunitario del agua. Los mecanismos para identificar las mayores trabas en el establecimiento de una red de monitoreo comunitario en una zona de alta y muy alta marginalidad, consistieron en primera instancia de las observaciones realizadas por los académicos participantes en las diferentes fechas de muestreo y como complemento se aplico una encuesta entre los asistentes al taller de capacitación para la interpretación y captura de datos, impartido en septiembre de 2011, después de haber asistido a 4 sesiones de muestreo y mediciones de calidad de agua (2 por año). El cuestionario tiene como principio la pregunta: ¿Qué grado de dificultad encuentra en las diferentes tareas que debe realizar para monitorear la calidad del agua en su comunidad?, esta pregunta aplicada a 17 tareas básicas del monitoreo y teniendo como respuesta cuatro grados de dificultad para cada tarea (nivel 1:bajo; nivel 2: medio; nivel 3:alto; nivel 4:muy alto). Las primeras 8 tareas tienen que ver con la toma de muestras, el uso del kit de campo y el análisis bacteriológico. Las siguientes 6 tareas tienen que ver con el registro de datos en la libreta de campo y el ingreso y visualización de datos en el sistema MOTROSM. Las últimas tres tareas están relacionadas con la interpretación y comunicación de resultados a terceras personas. Como resultado de esta encuesta se tuvo que entre el 80 y el 93% de los encuestados le asignaron nivel 1 y 2 de dificultad a las primeras 8 tareas; mientras que a las pregustas 9 a la 14, entre el 54 y el 75% de los encuestados asigno niveles de dificultad 1 y 2; para las últimas tres tareas entre el 66 y el 73% asigno valores de dificultad 1 y 2 (Cuadro IV). Esto es que la gran mayoría de los participantes no encuentran mayor dificultad en la toma de muestras y las determinaciones de campo de calidad de agua (Figura 3); sin embargo la dificultad aumenta cuando se trata de manejar un equipo de computo e ingresar a internet los datos obtenidos en el monitoreo, sobre todo cuando se trata de personas mayores. Esto coincide con las observaciones realizadas en campo en donde se pudo apreciar el gran interés y la facilidad de apropiación de las personas por el uso del kit de campo; sin embargo cuando se trataba de anotar los resultados en la libreta de campo o de usar una computadora, la dificultad aumento considerablemente. Según Deutsch, et al. (2009) el tipo y la conformación propia de los grupos de monitoreo son determinantes en la adopción de la metodología del monitoreo comunitario y en la longevidad de dichos grupos; de ahí la importancia de documentar, caracterizar e identificar los obstáculos en la conformación de una red de monitoreo con participación comunitaria en zonas rurales. Por otra parte, Johnson et al. (2012) sugiere que la interacción frecuente y continua de los integrantes de programas de monitoreo participativo, permiten a los participantes conocer y comprender las perspectivas de otras personas para construir la Memorias de la I Bienal territorios en Movimiento en León, Guanajuato. 2012 confianza y el proceso participativo en si. Una evaluación exhaustiva de los resultados del aprendizaje social también requeriría un compromiso a largo plazo y la aplicación de métodos de investigación adicional como información sobre cambios en las políticas ambientales y las prácticas y el surgimiento de nuevas organizaciones como evidencia de aprendizaje social; así como el empoderamiento de las comunidades y los cambios en la toma de decisiones. Cuadro IV. Registro del nivel de dificultad ante las tareas propias del monitoreo de la calidad de agua. La encuesta se aplico a un total de 54 personas. Pregunta Nivel de dificultad 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 1 22 29 18 16 17 16 14 21 26 12 12 15 18 14 14 10 14 2 30 16 30 32 32 32 31 24 16 22 22 19 15 16 23 30 27 3 2 6 3 3 2 3 5 6 6 6 7 6 8 9 6 5 8 4 0 3 3 3 3 3 4 3 6 14 13 14 13 15 11 9 5 Figura 3. Diferentes grupos de monitores realizando actividades para el monitoreo de la calidad del agua en cuencas rurales del Bajo Balsas. Entrega de reportes de datos La entrega de los datos derivados de los muestreos a las autoridades y grupos de monitores, abrió una fuerte inquietud en los involucrados para interpretar y comprender las implicaciones de los valores obtenidos en cada variable, en la calidad del agua y su aptitud para diferentes usos (domestico, agrícola, ganadero). Esto demandó al equipo de investigación la generación de materiales de fácil apropiación ubicando valores de referencia y su interpretación en el contexto de las características de las cuencas. Memorias de la I Bienal territorios en Movimiento en León, Guanajuato. 2012 La participación de los interesados en nuestra investigación planteo así expectativas sobre, por ejemplo, el impacto del monitoreo en la toma de decisiones o en herramientas e instrumentos para mejorar la gestión de los recursos hídricos. Implicaciones del monitoreo comunitario en la formación de territorios locales Entendiendo el territorio, según la definición propuesta por Raffestin (2012) como “el resultado del ensamble de relaciones que las sociedades, y consecuentemente los humanos que pertenecen a ellas, mantienen, con la asistencia de mediadores, con el ambiente físico y social para la satisfacción de sus necesidades con el fin de alcanzar la mayor autonomía posible permitida por los recursos del sistema”; tenemos entonces que el monitoreo participativo es también una herramienta que permite la construcción del territorio en la medida que genera conocimiento y por lo tanto el control de un espacio concreto. Una determinada organización de los contenidos de un territorio corresponde a campos de poder en un estado de equilibrio dinámico, sin embargo, cambiar ese punto de equilibrio dinámico implica ordenar estas relaciones, en donde aparecen actores sociales que reclaman la participación en las estructuras de poder del Estado, y surgen actores económicos que lo fuerzan a renunciar a parte de sus responsabilidades con la sociedad lo que contrarrestan el poder del Estado dando lugar a la gobernanza, que se puede entender como un sistema de manejo y control de la sociedad en el que aparecen y se reconocen múltiples fuerzas que buscan equilibrarse a través de la negociación continua . En este sentido, es fundamental el papel de las comunidades y de cada uno de los individuos (Buitrago, 2010). La máxima implicación de las procesos participativos la encontramos en lo expuesto por Kythreotis y Jonas (2012), quienes demostraron como la gobernanza para la sustentabilidad a escala regional y nacional es negociada y generada de ‘abajo hacia arriba’ por grupos de voluntarios alrededor de la agenda social y ambiental en el Reino Unido. Conclusiones El modelo de intervención muestra al monitoreo participativo como una herramienta de diagnóstico y planeación útil para la gestión integrada de cuencas; contribuyendo a la generación de conocimiento local por los mismo habitantes del lugar; dando soporte a la toma de decisiones sobre el manejo de los recurso hídricos e incrementando el capital social con el establecimiento de redes dentro de una misma cuenca y con otras cuencas contribuyendo a la construcción de territorios locales. En general, la aplicación del monitoreo participativo adaptado a la región contribuyó a establecer un sistema mejorado de Memorias de la I Bienal territorios en Movimiento en León, Guanajuato. 2012 entendimiento y aprendizaje entre los habitantes de las cuencas y los académicos participantes en esta investigación, lo que forma el núcleo del proceso de gestión adaptativa. Sin embargo un proyecto de investigación de 2 años sólo puede establecer las bases de trabajo organizado para la participación en la evaluación integral de los recursos hídricos. Por esta razón, el aspecto de las actividades de fomento y construcción de las capacidades locales parece ser crucial. La dinámica participativa en los diferentes ejidos estuvo dominada por la presencia masculina y por personas con un bajo nivel educativo lo que representa un reto fuerte para la adopción de metodologías que de entrada requieren una preparación mínima de saber leer, sumar y multiplicar (tercer grado de primaria). Sin embargo, es importante resaltar que la concientización de las habitantes de las diferentes zonas funcionales de la cuenca, sobre el impacto de las actividades desarrolladas en las partes altas de la cuenca sobre la calidad del agua en las zonas bajas, se incremento de manera considerable. Además de la asimilación de lo que significa vivir en una cuenca y sus implicaciones, la interpretación de datos abre todo un mundo de posibilidades para empoderar a los grupos de monitores en el marco de las acciones concretas en sus espacios territoriales y en las relaciones entre ejidos de una misma cuenca. Hoy en día se habla de la necesidad de formar sociedades conocedoras de sus recursos y necesidades y libres para tomar responsablemente sus decisiones; situación que demanda un proceso de desterritorialización y reterritorialización según cambie la forma en que los seres humanos se relacionan con su ambiente físico y social. Por lo que queda de manifiesto la importancia del aprendizaje social en la construcción del territorio. Agradecimientos Este trabajo es una contribución del proyecto “Manejo Comunitario del Agua en Cuencas rurales del Trópico Seco michoacano”, desarrollado por el Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental (CIGA-UNAM Morelia) y el Grupo Balsas AC, con financiamiento de la Fundación Gonzalo Rio Arronte (Proyecto A-85) y de los Fondos Mixtos CONACYT-Edo. Michoacán (Proyecto 115454). Memorias de la I Bienal territorios en Movimiento en León, Guanajuato. 2012 Referencias Becker, C.D., Agreda, A., Astudillo, E., Costantino, M., Torres, P. (2005). Community-based monitoring of fog capture and biodiversity at Loma Alta, Ecuador enhance social capital and institutional cooperation. Biodiversity and Conservation 14, 2695-2707. Bliss, J., Aplet, G., Hartzell, C., Harwood, P., Jahnige, P., Kittredge, D., Lewandowski, S. and Soscia, M. L. (2001). Community-based ecosystem monitoring. 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