Avances en el control biológico de la fusariosis del maíz en Sinaloa Dr. Ignacio E. Maldonado Mendoza, Dr. Jesús Damián Cordero Ramírez, MC Glenda Lizárraga Sánchez, MC Karla Yeriana Leyva Madrigal, MC Alejandro Miguel Figueroa López, MC Juan Carlos Martínez Álvarez y Miguel Ángel Apodaca Sánchez1. Instituto Politécnico Nacional. CIIDIR-Sinaloa. Departamento de Biotecnología Agrícola. Laboratorio de Ecología Molecular de la Rizósfera. Boulevard Juan de Dios Bátiz Paredes No. 250. AP 280.Guasave, Sinaloa, México. Tel (687) 8729626 Ext. 87652. 1Universidad Autónoma de Sinaloa. Escuela Superior de Agricultura del Valle del Fuerte. Juan José Ríos, Guasave, Sinaloa, México. e-mail: [email protected]; [email protected]. INTRODUCCIÓN El monocultivo de maíz en el estado de Sinaloa ha propiciado las condiciones necesarias para la proliferación de enfermedades que representan un alto riesgo para el cultivo. En el año 2006 se observó un aumento en la incidencia de lotes que presentaban pudrición del tallo y raíz en el norte del estado, por lo que durante los ciclos otoño-invierno (OI) 2006-2007 y primavera-verano (PV) 2007, la Junta Local de Sanidad Vegetal del Valle del Fuerte (JLSVVF) realizó un monitoreo del cultivo en campo enfocado a determinar la incidencia, distribución e identificación del agente causal de dicha sintomatología. La identificación mediante claves taxonómicas basadas en morfología le atribuyó esta enfermedad al hongo Fusarium oxysporum el cual fue detectado en el 84 % de las parcelas de maíz enfermas en el ciclo OI y en el 70 % de las parcelas enfermas en el ciclo PV. Se observó que la severidad de la enfermedad fue mayor en el ciclo PV donde se detectó un 32 % de plantas con daños graves a diferencia del 13 % detectado en 1 el ciclo OI. Las plantas afectadas mostraban marchitez y muerte del follaje, pudrición de la base del tallo, amarillamiento de las hojas inferiores, achaparramiento, proliferación de raíces aéreas, entre otros. Además de la alta incidencia del patógeno, se encontró que éste se encuentra ampliamente distribuido en los municipios que comprenden las ocho zonas fitosanitarias de la Junta Local de Sanidad Vegetal del Valle del Fuerte (JLSVVF); en los municipios de Ahome, El Fuerte y Choix (Quintero-Benítez y Apodaca-Sánchez, 2008). En su momento, la JLSVVF hizo énfasis en la amplia distribución del patógeno y el inminente agravamiento de la enfermedad ocasionada por este hongo si no se tomaban las medidas de prevención necesarias. Como estrategias de control para este organismo se propuso la rotación de cultivos, uso de fungicidas sistémicos en casos necesarios, cultivo de híbridos resistentes, manejo adecuado del cultivo y el uso de microorganismos antagonistas como Trichoderma (Quintero-Benítez y Apodaca-Sánchez, 2008). En 2009, el grupo de trabajo del Laboratorio de Ecología Molecular de la Rizósfera en el Departamento de Biotecnología Agrícola del CIIDIR-Sinaloa encabezado por el Dr. Ignacio Maldonado Mendoza realizó la identificación molecular de este hongo utilizando la región ITS del ADN ribosomal y se determinó que la especie causante de la pudrición de tallo y raíz era F. verticillioides (Lizárraga-Sánchez, 2010; Figueroa-López, 2011). A partir del monitoreo en campo se han realizado esfuerzos para conocer al patógeno, entender la enfermedad y proponer estrategias de control para la misma. La JLSVVF detectó un bajo porcentaje de semilla infectada con F. verticillioides (Datos no publicados). García-Espinoza (2009) detectó de un 2% a 23% de incidencia de F. verticillioides en semillas de 11 híbridos de maíz de importancia en Sinaloa. Es importante señalar que la identificación de la especie se realizó mediante características morfológicas del hongo cultivado en distintos medios apropiados para el crecimiento de este hongo como papa dextrosa agar (PDA) y agar hojas de clavel (CLA). A pesar de que la infección de la semilla representa una fuente de inóculo, la utilización de ésta no necesariamente desencadena la enfermedad, puesto que ésta se encuentra muy influenciada por 2 los factores ambientales y el manejo del cultivo. En el estado se corre el riesgo de experimentar problemas graves puesto que el manejo del cultivo en ocasiones no es el adecuado y a esto se le suma el establecimiento del patógeno en los lotes ocasionado por el monocultivo (Quintero-Benítez y Apodaca-Sánchez, 2008). Para comprobar la transmisión de la enfermedad vía semilla, GarcíaEspinoza (2009) determinó la patogenicidad1 (1patogenicidad: capacidad de un patógeno de causar daño en una planta, esto se mide en ocasiones como porcentaje que le causa a una planta) de los aislados en plántulas de maíz. Para ello se basó en los caracteres morfológicos de la especie formando tres grandes grupos y determinó la patogenicidad de 15 aislados (5 por cada grupo). Sus resultados demuestran que distintos aislados de F. verticillioides tienen porcentajes de patogenicidad diferentes que van desde 25 hasta 48% de severidad de daño en tallo y raíz a los 12 días después de la inoculación. Este trabajo de tesis a nivel licenciatura representó el primer reporte conocido de caracterización detallada de aislados de F. verticillioides en Sinaloa. Con toda esta problemática en aumento, se están realizando los primeros esfuerzos para contrarrestar los efectos de la fusariosis en el estado y el control biológico es la estrategia elegida para este fin. En el año 2009, surgió el proyecto “Obtención y evaluación de un banco de germoplasma de microorganismos nativos de Sinaloa asociados a maíz para desarrollar bioprotectores para el control de Fusarium” que tiene como objetivo final la obtención de un producto biológico a base de bacterias antagonistas a Fusarium. Dicho producto deberá incluir las dosis necesarias y modo de aplicación para obtener el efecto deseado en los campos sinaloenses. De lo anterior han surgido proyectos encaminados a cumplir con el objetivo final. Cordero-Ramírez (2013), creó un banco de germoplasma de microorganismos de la rizosfera de maíz denominado CIIDIR-003 el cual cuenta con 11,520 microorganismos pertenecientes a los phyla2 (2nivel de organización de algunos grupos de bacterias, el cual es importante conocer porque en algunos de estos se localizan los grupos bacterianos importantes para el control biológico. P. ej: los Firmicutes incluyen a los Bacillus y las 3 Proteobacterias a las Pseudomonas) Firmicutes, Proteobacteria, Actinobacteria y Bacteroidetes. Adicionalmente, en colaboración con los Dres. Rubén Félix Gastélum y Miguel Ángel Apodaca Sánchez, se creó un banco de 117 aislados presuntivos de F. verticillioides obtenidos de diferentes semillas de híbridos de maíz (García-Espinoza, 2009) y de los sitios de muestreo donde se obtuvieron las muestras de rizósfera3 (3zona pegada a las raíces donde existe una gran actividad microbiana, normalmente ocupa 1-2 mm alrededor de las raíces) para la creación del banco CIIDIR-003 (Cordero-Ramírez, 2013). Figueroa-López (2011 y 2013), realizó un monitoreo masivo del banco CIIDIR-003 para obtener antagonistas a F. verticillioides. Las pruebas de antagonismo se realizaron tanto en medio líquido, como sólido, obteniendo 622 y 42 antagonistas respectivamente. La mayoría de los aislados pertenecen al género Bacillus y sólo algunos pudieron identificarse hasta nivel de especie tales como B. cereus, B. thuringiensis, B. subtilis, B. megaterium y Paenibacillus polymyxa con la secuenciación del gen 16S del ADN ribosomal (Cordero-Ramírez, 2013). Otros grupos de trabajo en Sinaloa han realizado estudios de biocontrol e incidencia de F. verticillioides en maíz en Sinaloa. El trabajo realizado por GarcíaPérez et al., (2011) reporta una incidencia4 (4incidencia se refiere al número de plantas expresado en porcentaje del total de plantas analizadas que presentan síntomas de enfermedad) de más del 40% en 54 lotes muestreados, así como la distribución de Fusarium en la zona centro-sur del Estado de Sinaloa. En este trabajo el grupo de García-Pérez, creó un banco de cultivos monospóricos que le ha permitido identificar la presencia de F. oxysporum en muestras de tallo de maíz infectado y F. verticillioides en mazorca empleando una técnica de monitoreo denominada PCR (Reacción en cadena de la Polimerasa) que consiste en reconocer específicamente una región de ADN de una especie en particular. Lizárraga-Sánchez (2010) evaluó el efecto de los hongos Beauveria bassiana, Trichoderma harzianum, la bacteria Bacillus subtilis y el hongo micorrízico arbuscular Glomus fasciculatum5 (5un microorganismo que se asocia de manera simbiótica, esto es benéfica, a las raíces de las plantas) en la 4 incidencia y severidad de la pudrición de mazorca y tallo, inoculando la semilla antes de la siembra y/o asperjando la suspensión del microorganismo en el follaje. La incidencia de pudrición de tallo fue del 100 % en todos los tratamientos y no se registraron diferencias significativas en la severidad de la pudrición. Sin embargo, la incidencia de pudrición de mazorca se vio disminuida en el tratamiento con G. fasciculatum (6 %) en semilla y en el tratamiento B. bassiana (4.74 %) en semillafollaje con respecto al control (58.64 %). Además, identificó molecularmente seis aislados de hongos asociados a granos de maíz recién cosechados y su incidencia. Lizárraga-Sánchez (2010) reporta la presencia de Fusarium verticillioides, Penicillium pinophilum y Aspergillus sp con incidencias en semilla de 89.2 %, 94.2 % y 16.8 % respectivamente. Los tratamientos con G. fasciculatum en semilla y B. bassiana en semilla-follaje disminuyeron significativamente la incidencia de F. verticillioides en grano registrando 33.3 % y 28.3 % respectivamente con relación a un 89.2 % en el tratamiento testigo. La pudrición ocasionada por F. verticillioides en maíz difícilmente puede ser controlada con productos químicos debido a múltiples factores como por ejemplo, la característica endofítica de la infección (Bacon et al., 2001). El control químico de éste patógeno se realiza a nivel de semilla antes de la siembra, sin embargo existen reportes de la inefectividad de los fungicidas empleados, así como incrementos significativos en las concentraciones de fumonisinas en plantas procedentes de semillas tratadas con agroquímicos así como en cultivos fúngicos adicionados con fungicidas (Pereira et al., 2007; Falcão et al., 2011). Por otra parte, algunos trabajos encaminados a evaluar algunos híbridos de maíz blanco como tolerantes a Fusarium en el estado se han realizado ubicando algunos híbridos como tolerantes de manera preliminar (García-Pérez et al., 2011), y éstos deben ser corroborados. La problemática en el estado es que cada año se siembran nuevos híbridos, cuya efectividad en resistir el ataque de este patógeno es difícil de predecir ya que ni siquiera se tiene bien determinado la distribución del agente (o agentes) causales de la sintomatología que acompaña la fusariosis del maíz. Por esto, un manejo empleando aquellas variedades con mayor tolerancia al Fusarium resulta difícil de implementar. 5 Por todo lo anterior, la tendencia actual es la búsqueda de agentes bioprotectores capaces de combatir las infecciones ocasionadas por F. verticillioides. El biocontrol, como se le denomina a esta práctica, es el uso de organismos y sus productos para combatir plagas y patógenos. Estos organismos incluyen parásitos, parasitoides, predadores, antagonistas, competidores y patógenos que reciben el nombre de “agentes de biocontrol” (BCAs por sus siglas en inglés) y son capaces de combatir problemas agrícolas ocasionados por malezas, hongos, bacterias, insectos, etcétera (Waage et al., 1988). Entre los BCAs se encuentran las BPCV (Bacterias Promotoras del Crecimiento Vegetal), las cuales son bacterias de vida libre que colonizan la rizósfera y benefician el crecimiento de las raíces. Se han identificado bacterias de diferentes géneros como promotoras de crecimiento vegetal pero principalmente predominan las de los géneros Bacillus y Pseudomonas. Las BPCV ejercen un efecto directo sobre el crecimiento de las plantas mediante la producción de fitohormonas (Vessey, 2003), solubilizando fosfatos inorgánicos (Gyaneshwar et al., 2002), o bien incrementando la toma de hierro mediante sideróforos (Buyer et al., 1993). Algunas BPCV tienen un efecto directo sobre el patógeno, esto es que actúan suprimiendo el desarrollo de microorganismos dañinos que afectan el crecimiento o el desarrollo de las raíces, y actúan sobre ellos mediante mecanismos como antibiosis, parasitismo, competencia por nutrientes o espacio dentro de la cercanía de las raíces o a través de la activación de los mecanismos de defensa de las plantas. En la actualidad, se busca implementar técnicas de control biológico de enfermedades, o de organismos-plaga, para diferentes cultivos a nivel regional. En estudios previos realizados en el Laboratorio de Ecología Molecular de la Rizósfera del CIIDIR-Sinaloa, se seleccionaron microorganismos aislados de la rizósfera de maíz como potenciales antagonistas a F. verticillioides, evaluados en dos variedades de maíz con resultados favorables. Por lo que a partir de estas pruebas se seleccionaron tres aislados con potencial antagónico, los aislados A) Bacillus megaterium, B) Bacillus cereus y C) Bacillus sp. Estos aislados fueron elegidos para realizar una prueba de validación en campo (Lizárraga-Sánchez, 6 2013, Tesis de doctorado en proceso). Basado en los resultados obtenidos en las pruebas de campo, se propone caracterizar detalladamente los mecanismos de antagonismo y promoción del crecimiento vegetal del aislado B identificado como Bacillus cereus, ya que además de los resultados que se obtengan en campo, el entender los mecanismos de acción que son responsables de inhibir a este hongo, aportará información que se puede utilizar a futuro como uno de los criterios a considerar para la formulación de los productos agrobiológicos derivados de este proyecto para combatir este patógeno en maíz. Adicionalmente, este conocimiento puede llevarnos a la realización de formulaciones que puedan emplearse para el control de éste u otros hongos fitopatógenos en otros cultivos además de maíz. Figura 1. A) Lote infestado con el hongo causal de la fusariosis del maíz: Fusarium verticillioides y tratado con Bacillus cereus en campo experimental El Realito, FPS. B) Lote control infestado con Fusarium verticillioides pero no tratado con bacteria. Fotografías tomadas en mayo del 2012. Nótese la diferencia de altura y vigor de las plantas en A comparado a B. En B se puede observar síntomas de senescencia en la base de las plantas, lo cual no se observa en el lote tratado con B. cereus. 7 Pruebas de validación en campo de las tres mejores bacterias antagonistas al hongo fitopatógeno F. verticillioides Se realizó una primera prueba de validación en el campo experimental de FPS, El Realito, ubicado en el municipio del Fuerte, con los tres mejores antagonistas a F. verticillioides. El trabajo se realizó en el ciclo agrícola otoño-invierno de 2012. La preparación del terreno se hizo de acuerdo a la tecnología utilizada por los productores de maíz en la región (INIFAP, 2003) y se utilizaron semillas del híbrido de maíz blanco de Asgrow, Garañón. La incidencia de la pudrición de tallo fue evaluada en la etapa final del cultivo (159 dds), disminuyendo hasta en 40% la incidencia de pudrición de tallo con respecto al control con F. verticillioides. El nivel de severidad se evaluó al mismo tiempo y se encontró que los tratamientos con los aislados A, B y las combinaciones A+C y B+C, presentaron diferencias significativas disminuyendo la severidad en grano con respecto al control absoluto y al control con F. verticillioides. Un análisis detallado sugiere que B. cereus “B” es el antagonista con un mejor comportamiento en campo (Figura 1). Estos resultados se corroboraron en el ciclo 2012-2013 en una segunda prueba de validación en campo con B. cereus en dos lotes experimentales, una repetición del experimento en invernadero y en el Campo Experimental El Realito y otra con un productor cooperante, ambas pruebas corroboraron los resultados y permitieron descubrir que la bacteria no solo es capaz de disminuir la severidad e incidencia de la fusariosis del maíz en mazorca, sino que promueve un aumento en la producción del grano incrementando la producción de 1.4 a 2 Ton/Ha (Figura 2) dependiendo del híbrido de maíz blanco del que se trate. 8 Figura 2. A) Campo de maíz en Santa Rosa (Ahome) afectado con fusariosis presentando acamado severo del cultivo en el período de secado. B) Campo de maíz sano en Guasave, Sinaloa tratado con la bacteria B. cereus de la misma edad que el cultivo en A. Ambos lotes fueron fotografiados en mayo del 2013. C) Mazorcas obtenidas en el cultivo afectado por fusariosis (a la izquierda) y mazorcas obtenidas en el cultivo sano (a la derecha). Mecanismos que emplea la bacteria Bacillus cereus para el control de crecimiento sobre el hongo F. verticillioides en maíz 9 El aislado Bacillus cereus ha demostrado en trabajos anteriores ser un candidato como agente de biocontrol al reducir la severidad de F. verticillioides en plantas de maíz en pruebas en macetas en un 47% (Figueroa-López, 2011). Este aislado se ha caracterizado en el laboratorio y muestra una amplia variedad de mecanismos de defensa al tener capacidad de producir enzimas6 (6las enzimas son moléculas de origen proteico que tienen la capacidad de utilizar algúna molecula blanco de muy distinta naturaleza, por ejemplo pueden degradar azúcares, grasas u otras proteínas) que degradan diferentes componentes del hongo como quitinasas, proteasas y enzimas celulolíticas así como mecanismos que disminuyen el aporte de nutrientes al hongo como los sideróforos7 (7los sideróforos son moléculas que son capaces de permitir dos cosas: que la planta tome de manera más efectiva el hierro y disminuye la cantidad de hierro para el hongo patógeno). Otro mecanismo que se estudia en nuestro grupo, es la capacidad de esta bacteria para producir algunas moléculas con capacidad antibiótica8 (8un antibiótico es una sustancia capaz de matar a algún otro microorganismo, por ejemplo: el B. cereus es capaz de liberar sustancias antibióticas que afectan el desarrollo o crecimiento del F. verticillioides) (lipopéptidos antifúngicos) tales como la zwitermicina (Silo-Suh et al., 1994) y kanosamina (Milner et al., 1996) como mecanismo de defensa contra patógenos. En bacterias, las enzimas quitinasas tienen actividad degradadora de hongos. La quitina y los β-1,3-glucanos son componentes estructurales de la pared celular de hongos. Las quitinasas y las β-1,3-glucanasas secretadas por los antagonistas se han sugerido como las enzimas claves en el proceso lítico de la pared celular fúngica (Lorito et al., 1994). La pared celular al ser atacada por estas enzimas causa efectos profundos en el crecimiento y la morfología de la célula fúngica, pudiendo causar hasta la muerte celular del mismo por lisis. Dada su localización en el exterior de la célula, la pared es el primer lugar de interacción con el hospedero, jugando un papel muy importante en el desarrollo de la acción patogénica del hongo sobre la planta (Nimritcher et al., 2005). Mediante la producción de enzimas hidrolíticas como quitinasas, este aislado puede inhibir a 10 los hongos fitopatógenos. Dado el papel vital que la pared celular juega en la fisiología del hongo, puede considerarse a ésta como el talón de Aquiles de los hongos y por tanto, una parte muy importante para la acción de los organismos de control de este tipo de patógenos (Heitman, 2005). Al encontrarse en la rizósfera, la bacteria puede inhibir al patógeno por diferentes mecanismos, uno más que está reportado para Bacillus cereus y coincide con resultados obtenidos previamente en trabajos del grupo, es la producción de sideróforos, limitando nutrientes como el hierro, necesario para la proliferación de hongos patógenos (Wilson et al., 2006). Los sideróforos producidos por las bacterias promotoras del crecimiento vegetal son capaces de inhibir a patógenos de raíces, esto se logra creando condiciones limitantes de hierro en la rizósfera (Kurek et al., 2003). Las especies del género Bacillus son activas productoras de proteasas extracelulares (Sierecka, 1998), característica que posee nuestro aislado, ejerciendo un efecto inhibitorio sobre F. verticillioides ya que estas enzimas son capaces de degradas las proteínas de pared y membrana del hongo. Esta especie se ha reportado que es capaz de ejercer a través de este mecanismo el control sobre otros patógenos de plantas como Fusarium oxysporum, F. solani y Pythium ultimum (Chang et al., 2009). Identificación de especies de Fusarium presentes en la Zona Norte del Estado de Sinaloa. Establecer la identidad del organismo causante de la enfermedad es el primer paso hacia un control efectivo. La taxonomía de F. verticillioides es compleja. F. verticillioides pertenece a un grupo de hongos denominado complejo Gibberella fujikuroi (CGF). Este complejo está formado por organismos muy similares y/o idénticos entre sí morfológicamente y consta de varias especies biológicas (Leslie y Summerell, 2006). Esta situación dificulta la identificación de nuevos aislados puesto que además de realizar observaciones morfológicas del organismo es necesario analizar diferencias a nivel molecular y determinar su tipo sexual para asignar el nombre de la especie con seguridad. 11 Actualmente las metodologías moleculares empleadas para separar e identificar especies dentro del complejo Gibberella fujikuroi han permitido la identificación y consecuente aparición de nuevas especies filogenéticas dentro del complejo Gibberella fujikuroi que antes se consideraban como F. verticillioides. Además de auxiliar en la identificación de nuevos aislados, las metodologías moleculares permiten detectar variabilidad genética dentro y entre poblaciones. Los organismos patogénicos poseen una alta variabilidad genética a comparación de los no patogénicos, siendo los fitopatógenos los menos estudiados en este aspecto. Llorens et al., (2006) agruparon hasta 75 especies de Fusarium pertenecientes al complejo Gibberella fujikuroi. El presente proyecto estudia la variabilidad genética de las poblaciones de F. verticillioides presentes en el norte de Sinaloa empleando la técnica de secuenciación de diferentes regiones del ADN9 (9Ácido Desoxiribonucleico, molécula que aloja toda la información genética de un organismo, información que puede ser leída a través de la metodología de secuenciación, la cual consiste en conocer la secuencia, o palabras que conforman un pequeño pedazo de esta información) de una colección de aislados monoconidiales10 (10monoconidiales se refiere a un aislado que proviene de una sola espora, o conidio. Esto permite garantizar que se trata de un organismo puro con el cual se está trabajando) de Fusarium spp. Para identificar inequívocamente las especies presentes en nuestros campos. Se han caracterizado 136 aislados monospóricos de nuestra colección de aislados de la Zona Norte de Sinaloa secuenciando tres regiones: el DNA ribosomal (ITS rDNA), el gen de la calmodulina y el gen del factor de elongación 1-alpha11 (11estos tres genes son regiones del ADN comúnmente empleadas para la identificación inequívoca a nivel de especie de los hongos pertenecientes a este complejo o grupo). De estos, 115 aislados de raíces y grano mostraron porcentajes de identidad entre 97% y 100% con Gibberella moniliformis (anamorfo12 (12anamorfo se refiere a la forma asexual del hongo, este hongo normalmente se encuentra como organismo de tipo asexual, su etapa sexual se conoce como Giberella moniliformes, por lo que se dice que este organismo tiene dos formas, la sexual y la asexual, ésta 12 última se refiere a que el hongo no puede llevar a cabo reproducción sexual con otros hongos y obtener diversidad genética a través de este mecanismo de reproducción, sino las formas asexuales son consideradas muy estables genéticamente): F. verticillioides). El resto de las secuencias (21) mostraron altos porcentajes de identidad con otras especies del clado Gibberella fujikuroi tales como F. nygamai, F. thapsinum, y F. andiyazi, sin embargo el análisis filogenético del gen de la calmodulina y el factor de elongación-1-alpha confirmó la presencia de cuatro especies del clado en el estado; F. verticillioides, F. nygamai y F. thapsinum. (Leyva-Madrigal, Tesis de doctorado en proceso). Obtención de un formulado bacteriano con larga vida de anaquel para el control biológico de Fusarium en maíz. La utilización de agentes de biocontrol contra Fusarium en maíz es una actividad muy prometedora que incluye el tratamiento de la semilla, planta y suelo con organismos antagonistas. Ya existen diversos estudios con bacterias, incluyendo algunas del género Bacillus, que han mostrado efectos antagónicos hacia este hongo fitopatógeno (Bacon, 2001; Gerber, 2010). Aunque existe mucho trabajo de investigación cuyos resultados han conducido a la identificación de numerosas cepas de bacterias y otros microorganismos que pueden actuar como potenciales agentes de biocontrol, algunos de los factores que ha limitado su éxito comercial son una adecuada producción a gran escala de biomasa y una apropiada tecnología de formulación (Boyetchko et al., 1998). La composición del medio de cultivo, así como las condiciones de fermentación y el tiempo de cultivo tienen un efecto determinante sobre la eficacia, estabilidad y tolerancia a la desecación de muchos agentes de biocontrol. Sin la optimización de dichas condiciones para la producción de biomasa con la calidad necesaria para la formulación, se limita el éxito en la preservación de la viabilidad del organismo durante los procesos de estabilización, secado y rehidratación realizados en la producción de un formulado (Schisler, 2004). En nuestro grupo de trabajo se analiza la posibilidad de producir un formulado en polvo a base de esporas de las bacterias seleccionadas para el control biológico de F. verticillioides 13 en maíz. Esto es deseable ya que un formulado en polvo facilita la distribución, transporte, almacenaje y alarga la vida de anaquel del microorganismo. Actualmente se evalúa, empleando diferentes diseños estadísticos, el efecto de diferentes fuentes de carbono y nitrógeno sobre la producción de esporas de un aislado de Bacillus cereus con efecto antagonista a Fusarium verticillioides, para optimizar la composición del medio de cultivo que permita la adecuada producción de esporas. A la fecha, se ha obtenido una metodología que permite la producción de 5.88 x 109 UFC/ml de medio de cultivo y se trabaja para incrementar la producción de esporas (Martínez-Álvarez, Tesis de doctorado en proceso). Una vez alcanzando la optimización de este proceso a nivel matraz de 0.5 L se estandarizará la producción en fermentador de 3 L. Esta metodología deberá ser transferida a alguna compañía de producción de agrobiológicos para lograr la producción del formulado biológico a una mayor escala. Bibliografía: Bacon C.W., Yates I.E., Hinton D.M., Meredith F. 2001. Biological control of Fusarium moniliforme in maize. Environmental Health Perspectives 109: 325-332. Boyetchko S.M., Pedersen E., Punja Z., Reddy M. 1998. Formulations of biopesticides. Pages 487-508 in: Methods in Biotechnology, Vol. 5: Biopesticides: Use and Delivery. F. R. Hall and J. J. Menn, eds. Humana Press, Totowa, NJ. Buyer J.S., Kratzke M.G., Sikora L.J. 1993. A method for detection of pseudobactin, the siderophore produced by a plant-growth-promoting Pseudomonas strain, in the barley rhizosphere. Applied and Environmental Microbiology 59: 677-681. Chang W.T., Chen M.L., Wang S.L. 2009. 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