Volumen VI - Número 2/2008 A245762 Tratamiento rehabilitador de la artrosis Arthros DIRECTOR A. Rodríguez de la Serna Consultor de Reumatología. Servicio de Reumatología Hospital de la Santa Creu i Sant Pau Barcelona ComitÉ editorial Juan Majó Jefe de Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología Hospital de la Santa Creu i Sant Pau. Barcelona Enric Caceres Palou Jefe de Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología Hospital del Mar. Barcelona Luis Munuera Jefe de Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología Hospital La Paz. Madrid Gabriel Herrero-Beaumont Cuenca Jefe de Servicio de Reumatología Fundación Jiménez Díaz. Madrid Federico Navarro Sarabia Jefe de Servicio de Reumatología Hospital Universitario Virgen Macarena. Sevilla Pere Benito Ruiz Jefe de Servicio de Reumatología Hospital del Mar. Barcelona Francisco Blanco García Jefe Clínico de Reumatología Hospital Juan Canalejo. La Coruña Isidro Villanueva Investigador Clínico Universidad de Arizona. Tucson. USA © 2008 P. Permanyer Mallorca, 310 - 08037 Barcelona Tel.: 93 207 59 20 Fax: 93 457 66 42 E-mail: [email protected] Dep. Legal: B-8.735/2004 Ref.: 762AB066 Impreso en papel totalmente libre de cloro Impresión: Comgrafic Este papel cumple los requisitos de ANSI/NISO Z39.48-1992 (R 1997) (Papel Permanente) Reservados todos los derechos. Sin contar con el consentimiento previo por escrito del editor, no podrá reproducirse ninguna parte de esta publicación, ni almacenarse en un soporte recuperable ni transmitirse, de ninguna manera o procedimiento, sea de forma electrónica, mecánica, fotocopiando, grabando o cualquier otro modo. La información que se facilita y las opiniones manifestadas no han implicado que los editores llevasen a cabo ningún tipo de verificación de los resultados, conclusiones y opiniones. Soporte válido Comunicado al Departament de Salut de la Generalitat de Catalunya: n.º 0359E/1.664/2008 - 13/02/2008 Arthros Sumario Tratamiento rehabilitador de la artrosis Artículo de revisión Tratamiento rehabilitador de la artrosis 5 Bibliografia comentada Estimación de la probabilidad de la osteoartritis radiológica en población de edad avanzada con dolor de rodilla Arthritis Rheum. 17 Efectos de glucosamina y condroitín sulfato en cultivos de cartílago bovino Am J Vet Res. 18 Correlación entre los cambios en las lesiones óseas y la pérdida de volumen de cartílago articular en rodillas osteoartríticas evaluadas por RM en un período de 24 meses Ann Rheum Dis. 19 Influencia de la osteoartritis de rodilla en la capacidad física y la calidad de vida en adultos obesos Obesity (Silver Spring). 20 Osteoartritis: calidad de vida, comorbilidades, medicación y servicios de salud utilizados; parámetros evaluados en una gran muestra en pacientes de atención primaria J Orthop Surg. 21 Efecto de la comorbilidad sobre la asociación del índice de masa corporal y la limitación a la marcha entre hombres y mujeres mayores de 55 años Aging Clin Exp Res. 22 Marcha en varo-valgo y capacidad funcional en pacientes con osteoartritis de la rodilla Ann Rheum Dis. 23 La alineación estática de rodilla se asocia a un mayor riesgo de alteraciones unicompartimentales del cartílago de rodilla J Orthop Res. 24 Inexistencia de asociación de los polimorfismos genéticos de la IL1RN, IL1A, e IL1B con la osteoartritis de rodilla en pacientes de origen turco Clin Invest Med. 25 Regulación diferencial de las metaloproteinasas de matriz 2 y 9 por la proteína C activada: relevancia en la inflamación de la artritis reumatoide Arthritis Rheum. 26 Osteoartritis de rodilla avanzada: ensayo clínico controlado, aleatorizado con acupuntura, fisioterapia (ejercicio supervisado) y abordaje convencional para pacientes en lista de espera de recambio articular Rheumatology (Oxford). 27 Reproductibilidad y validez del Cuestionario de Actividad Física de Baecke en mujeres adultas con enfermedad de cadera BMC Musculoskelet Disord. 28 Artrodesis de la articulación interfalángica distal: descripción de una nueva técnica y seguimiento clínico a los dos años Arch Orthop Trauma Surg. 29 Artículo de revisión Tratamiento rehabilitador de la artrosis P. Fenollosa Vázquez y C. d’Ors Vilardebó Resumen La artrosis es la enfermedad reumática más frecuente, pues representa una de las primeras causas de discapacidad en este país. La rehabilitación del proceso artrósico constituye una parte fundamental del tratamiento. Los objetivos de la rehabilitación consisten en aliviar el dolor, actuar sobre las deformidades articulares mediante su prevención o su corrección y mejorar la capacidad funcional del paciente. Existen factores favorecedores y agravantes del proceso, como desviaciones del eje articular y sobrecargas agudas o crónicas repetidas, sobre las que debemos actuar siempre de la manera más precoz posible. Los procedimientos de la rehabilitación se pueden clasificar en: la terapia por el ejercicio, los tratamientos locales y el uso de férulas y ayudas para la marcha. El ejercicio constituye la modalidad más efectiva, flexible y económica para conseguir una evolución más favorable. El tratamiento incluye el entrenamiento muscular para aumentar la fuerza y la resistencia, ejercicios en el rango de movilidad y flexibilidad, así como instrucciones adicionales sobre la postura. Caminar es una forma de ejercicio cardiovascular seguro, eficaz y accesible para las personas con artrosis de rodilla, cadera o columna. En el ámbito local, podemos actuar mediante calor o frío, ultrasonidos, hidroterapia, electroterapia analgésica y masoterapia, entre otras modalidades. Las férulas, dispositivos de soporte u ortesis, mejoran la tolerancia al dolor durante el movimiento, proporcionan un soporte articular, reducen la tensión de la cápsula y contribuyen a reducir la inflamación en fases agudas. Palabras clave: Artrosis. Dolor articular. Rehabilitación. Fisioterapia. Ejercicio. Unidad Terapéutica del Dolor Hospital Universitario La Fe Valencia Arthros La artrosis es la enfermedad reumática más frecuente, y representa una de las primeras causas de discapacidad en este país. Su incidencia muestra un claro incremento dependiendo de la edad, pues afecta sintomáticamente al 10% de las personas mayores de 40 años y al 50% a partir de los 65 años; es también más frecuente en las mujeres. Existen factores favorecedores y agravantes del proceso, como desviaciones del eje articular y sobrecargas agudas o crónicas repetidas. Sobre ellas debemos actuar siempre de la manera más precoz posible1. Las personas con artrosis suelen consultar cuando tienen dolor o su función está comprometida. Los déficits provocados por la artrosis progresan a menudo de forma inadvertida hasta que la incapacidad se hace evidente. Está demostrado que el deterioro basal de los miembros inferiores por el proceso artrósico contribuye significativamente a una futura situación de incapacidad. La artrosis en una sola articulación es un problema que afectará a otras articulaciones, ya que generalmente existe déficit en la movilidad y la fuerza de las articulaciones adyacentes bilateralmente. Por ejemplo, el tobillo (que es una localización rara de artrosis) presenta una limitación de movilidad y fuerza en pacientes con gonartrosis. El trastorno de dolor y rigidez articular originará alteraciones en la marcha, entre las que se incluyen la disminución de la movilidad del tobillo, de la carga durante el apoyo del talón y de la fase de despegue. Estas alteraciones de la marcha causan una pérdida de entrenamiento de la musculatura de la pantorrilla. La movilidad, fuerza, resistencia y potencia adecuadas en el tobillo son cruciales para la marcha, el equilibrio, subir y bajar escaleras o levantarse de una silla. Con la aparición de dolor y rigidez en la cadera o la rodilla estos atributos se pierden progresivamente2. Los objetivos de la rehabilitación del proceso artrósico consisten en aliviar el dolor, actuar sobre las deformidades articulares mediante su prevención o su corrección y mejorar la capacidad funcional del paciente. Está demostrado que la artrosis ocasiona dolor como síntoma principal y también una serie de cambios articulares acompañantes que se pueden añadir3 (Tabla 1). Todos los factores citados, que se muestran en la figura 1, pueden ser combatidos mediante el tratamiento de rehabilitación, dentro de la cual podemos considerar tres grandes apartados: la terapia por el ejercicio, los tratamientos locales y el uso de férulas y ayudas para la marcha. Tabla 1. Cambios articulares generados por la artrosis – Alteración de la carga por trastornos del eje articular – Desequilibrio e inestabilidad articular – Debilidad y contractura muscular – Menor absorción de impactos – Derrame articular La terapia por el ejercicio o cinesiterapia Debemos considerar que la artrosis es un proceso crónico, por lo que el paciente debe ser educado en ese sentido. Es decir, el dolor (con mayor o menor intensidad) probablemente le acompañará siempre, podrá sufrir una limitación funcional también variable (desde discreta hasta muy invalidante) y tal vez progresiva y, por todo ello, puede que tenga dificultades para realizar algunas actividades habituales en la vida diaria. Si el paciente entiende y acepta su condición de cronicidad y progresividad, se mostrará más colaborador para luchar activamente contra la evolución del proceso; es decir, su actitud va a ser parte importante del tratamiento. Existen unas guías de práctica clínica que recogen normas generales4,5. En la tabla 2 se señalan unas consideraciones que se deben tener en cuenta para el ejercicio en general, así como para la artrosis de cadera y rodilla y para la estenosis de canal lumbar. El ejercicio constituye la modalidad más efectiva, flexible y económica para conseguir una evolución más favorable en los pacientes con artrosis. El tratamiento incluye el entrenamiento muscular para aumentar la fuerza y resistencia, ejercicios en el rango de movilidad y flexibilidad, así como instrucciones adicionales sobre la postura, protección articular y utilización de ayudas externas como bastones u ortesis. El ejercicio impartido por un profesional sanitario podría incluir también la evaluación y la prescripción de ejercicio cardiovascular o de resistencia. La colaboración Cochrane ha realizado una revisión sistemática de las publicaciones de ensayos controlados sobre la efectividad del ejercicio en pacientes con artrosis de cadera y rodilla, y ha encontrado evidencia de un efecto beneficioso a corto plazo en pacientes con artrosis de leve a moderada de rodilla y, en menor medida, en artrosis de cadera6. Tratamiento rehabilitador de la artrosis Reposo Ejercicio Daño articular Ejercicio Termoterapia Hidroterapia TENS Dolor Derrame Inestabilidad Contractura ARTROSIS Carga articular alterada Férulas Bastones Debilidad, espasmo muscular Desequilibrio Menor absorción de impactos Ejercicio terapéutico Figura 1. Las flechas azules señalan los trastornos artrósicos. Los cuadros externos, cómo combatirlos. Como norma general, debemos tener presente que la cinesiterapia debe ser cuidadosa y no causar dolor ni crisis inflamatorias. En la gonartrosis es preferible realizar los ejercicios en descarga, con el paciente en decúbito o en sedestación; debe incluir las movilizaciones de rótula. Es fundamental luchar contra el flexo mediante tratamiento postural (Fig. 2), ejercicios activos asistidos, incluso tracciones elásticas si éste supera los 15º. Son necesarios los ejercicios de potenciación de cuádriceps, incluyendo el vasto interno para evitar la inestabilidad de la rodilla (Fig. 3). Se deben emplear isotónicos en fases iniciales de la artrosis e isométricos si la enfermedad está en fases más avanzadas. La potenciación debe ser selectiva en casos de deformidades como flexo, varo o valgo. En la coxartrosis se pueden aplicar movilizaciones activoasistidas en todos los planos de movimiento, previniendo y corrigiendo posiciones viciosas antiálgicas como el flexo de cadera, la aducción y la rotación externa. Se debe insistir en la reeducación de la marcha. Para luchar contra la inestabilidad articular, es necesario incluir potenciación de los músculos estabilizadores de cadera de la cintura pelviana7 (Fig. 4). Podemos clasificar los ejercicios según sus objetivos: Ejercicios para mejorar la fuerza muscular En presencia de una gonartrosis, la fuerza de extensión de la rodilla disminuye no sólo en la rodilla afectada, sino también en la contralateral. Uno de los hallazgos más interesantes en relación con la fuerza de la rodilla y la gonartrosis es que existe Tabla 2. Consejos sobre el ejercicio en enfermedades reumáticas Generales – Mantener un peso corporal adecuado – Mantener el rango de movilidad y la flexibilidad – Entrenar la musculatura del miembro inferior para fuerza, resistencia y coordinación – Evaluar si se precisa realizar el ejercicio en el agua, en bicicleta o en máquinas según el dolor – Alternar actividades con carga y sin ella durante el día – Elegir calzado y plantillas que atenúen el impacto – Utilizar ortesis si se precisa una corrección biomecánica Artrosis de cadera o rodilla – Utilizar bastón en miembro contralateral y marcha recíproca – No llevar pesos superiores al 10% del peso corporal y repartirlo entre ambos brazos – Minimizar el uso de escaleras, los asientos bajos y la bipedestación mantenida – Seleccionar un ritmo de marcha moderado, que no exacerbe el dolor – Realizar un período de calentamiento antes de iniciar la marcha Estenosis de canal lumbar – Evitar la extensión de la columna – Realizar flexiones de columna lumbar y ejercicios abdominales – Valorar los déficits de movilidad y fuerza en los miembros inferiores – Pautar un programa de paseos, comenzando en el agua si fuera necesario – Considerar que la bicicleta en flexión de columna es muy bien tolerada por estos pacientes déficit en la fuerza de la extensión de la rodilla en mujeres con gonartrosis radiológica todavía asinto- Arthros Figura 2. Postura para luchar contra el flexo de rodilla. mática. Se sugiere que dicha debilidad puede atribuirse a una disfunción muscular asociada con la artrosis y que constituye un factor de riesgo potencial para el inicio y desarrollo de una gonartrosis. Este fenómeno se conoce como inhibición muscular artrogénica. Se ha documentado que el entrenamiento de la fuerza es un componente eficaz de la rehabilitación para reducir el deterioro, mejorar la función y proteger la articulación del estrés producido por enfermedad y la carga. Los ejercicios para mejorar la fuerza se basan en el empleo de resistencias. El ejercicio no sólo produce adaptaciones de las partes blandas del aparato locomotor, sino también del sistema óseo. El ejercicio debe implicar a los músculos que deseamos fortalecer, comenzando con los grupos musculares más grandes. Para ganar fuerza se requieren cargas del 60-70% de 1RM (el mayor peso que se puede levantar una sola vez en todo el recorrido articular); se comienza con una serie de cada ejercicio y se progresa hasta 3-6 series; el número de repeticiones y el período de descanso dependerán de la intensidad de la carga. Los incrementos en la carga no deben ser superiores al 3-5% cada vez. Se pueden considerar las siguientes modalidades de ejercicio con resistencias: Figura 3. Potenciación isotónica de cuádriceps. – Ejercicio isométrico. Se realiza contracción muscular resistida pero sin movimiento articular. Es de gran utilidad en fases agudas, cuando se precisa reposo articular, para mantener el tono muscular y evitar la atrofia. Tiene la ventaja de que se puede realizar incluso con un miembro enyesado o con un corsé. Uno de los métodos más empleados es el de Troisier, que alterna contracción y reposo de seis segundos cada uno durante un total de 10 minutos, al 50% de la potencia máxima. – Ejercicio con resistencia constante, o isotónico. En este caso existe movimiento articular contra una carga o peso constante. Se realiza un número de repeticiones y de series muy variable según diferentes escuelas. – Ejercicio con resistencia variable. Utiliza bandas elásticas, poleas, palancas, etc., para modificar la resistencia a lo largo del recorrido (Fig. 5). También se pueden emplear diferentes combinaciones de series y repeticiones. – Ejercicio isocinético. Se utiliza sobre todo en medicina deportiva. Este sistema regula la velocidad del movimiento y su recorrido, controlando la fuerza máxima en todo momento. Esto se consigue mediante avanzados aparatos que actúan de manera similar a un freno centrífugo y regulan la resistencia según la velocidad del movimiento. La ventaja de este método reside en la posibilidad de fijar un estímulo óptimo de entrenamiento en todas las posiciones del ángulo articular. Figura 4. La bicicleta es útil para favorecer la movilidad de la cadera y la rodilla. – Entrenamiento excéntrico frente a concéntrico. En el primer caso, el trabajo de contracción muscular se produce mientras el músculo interesado va Tratamiento rehabilitador de la artrosis Figura 6. Movilización pasiva del hombro. Figura 5. Ejercicios con poleoterapia. aumentando su longitud (p. ej., resistir el bíceps braquial partiendo de la flexión máxima del antebrazo y mientras éste se va extendiendo; o la fuerza del cuádriceps mientras se bajan unas escaleras). El trabajo concéntrico se realiza mientras el músculo se acorta (como el cuádriceps al subir escaleras). El trabajo excéntrico es más eficaz para prevenir y tratar una inestabilidad articular o una lesión miotendinosa, pero origina mayor cansancio muscular y su realización es más compleja. Ocasiona menor hipertrofia muscular. El ejercicio concéntrico genera poca tensión sobre las estructuras pasivas del músculo y es más hipertrofiante. Precisa alto consumo de energía con desarrollo de poca fuerza relativa y desarrolla menos la propiocepción. Para mejorar la fuerza se deben combinar ambos tipos de trabajo8. Ejercicios para mejorar el rango articular La movilidad articular tiene funciones condroprotectoras. El cartílago necesita movimientos regulares con compresión y descompresión para obtener una nutrición adecuada y estimular su reestructuración y reparación. La inmovilización prolongada y la descarga del peso producen una atrofia del cartílago. El ejercicio diario con un rango de movilidad activa completa y períodos de carga y descarga del peso constituye una prescripción óptima para mantener la viabilidad del cartílago. La movilización articular pasiva persigue fundamentalmente mantener un recorrido articular en todo su arco fisiológico. Se aplica en fases agudas de artritis, períodos postoperatorios, secuelas neurológicas, etc., y siempre que se indique reposo articular del paciente reumático. Se deben respetar los ejes fisiológicos de movimiento, adoptar la posición de máxima relajación de las articulaciones y no causar dolor (Fig. 6). También se pueden aplicar sistemas de tracción que favorecen la movilización pasiva al facilitar los desplazamientos entre las superficies articulares. Las tracciones inciden también sobre los tejidos periarticulares y pueden favorecer la nutrición del cartílago por imbibición. En el raquis cervical pueden contribuir a la distracción intervertebral, favoreciendo la liberación de una raíz, al mismo tiempo que puede relajar la musculatura (Fig. 7). Para mejorar el balance articular, así como para iniciar una actividad deportiva o cinesiterápica, se recomienda realizar estiramientos musculares. El estiramiento se debe aplicar lenta y progresivamente, manteniéndolo durante 10-20 segundos. En caso de dolor miofascial, son una parte esencial del tratamiento, y se recomienda su realización de manera autopasiva (Fig. 8). En contraposición al ejercicio, nos encontramos con el reposo articular como pauta (ocasional) de tratamiento. Debemos tener presente que el reposo genera, en el aparato locomotor, disminución de la fuerza y resistencia muscular, osteoporosis, rigideces articulares, mala nutrición de los cartílagos, así como trastornos de la coordinación y la propiocepción, especialmente en ancianos, entre otras alteraciones. El reposo sólo se debe emplear en los casos en que resulta imprescindible, durante el menor tiempo posible e intercalando períodos de actividad. Solamente tiene indicación en Arthros 10 Figura 8. Autoestiramientos de trapecio y angular derechos. Figura 7. Tracción cervical. las fases agudas. Es importante movilizar de forma libre las articulaciones no afectas y de forma pasiva o autoasistida y suave los segmentos corporales afectados por la inflamación y el dolor9. Caminar como forma de ejercicio para la artrosis Caminar es una forma de ejercicio cardiovascular seguro, eficaz y accesible para las personas con artrosis de rodilla, cadera o columna. Los estudios de las presiones sobre la cadera han demostrado que la marcha a velocidad libre produce presiones mucho menores que las generadas por ejercicios isométricos o dinámicos en bipedestación. Los ejercicios en pacientes con derrame de rodilla han mostrado que el flujo sanguíneo sinovial aumenta con ejercicios dinámicos, como la marcha y el ciclismo. El uso de materiales viscoelásticos en las suelas y plantillas de los zapatos puede atenuar fuerzas de impacto durante la marcha y disminuir la carga articular. Las molestias de la rodilla y la cadera asociadas con la marcha pueden disminuir en algunas personas con el simple control de la pronación y la absorción del impacto que proporcionan las plantillas y zapatillas deportivas adecuadas. Debe tenerse en cuenta que caminar a gran velocidad o correr aumenta el estrés biomecánico en las rodillas, lo que no supone una carga peligrosa en rodillas normales. Sin embargo, en presencia de alteraciones de la alineación, inestabilidad articular o trastornos de la propiocepción, la marcha rápida puede ocasionar fuerzas articulares indeseables. En rodillas artrósicas es necesario prescribir calzado adecuado y considerar la necesidad de ortesis, plantillas, el uso de un bastón en la mano contralateral y la potenciación de los músculos que controlan la rodilla10. Tratamientos locales Existen diferentes terapias de tipo local que se pueden utilizar para aliviar el dolor y el espasmo muscular asociado a la artrosis. Aunque no existe una evidencia científica clara que apoye la utilidad de este tipo de terapias, se emplean y se repiten desde hace muchísimos años, por la positiva experiencia de ellas que se tiene en muchos pacientes. Se emplean especialmente. Termoterapia El calor y el frío tienen propiedades analgésicas y miorrelajantes. El calor disminuye el espasmo muscular y la rigidez, al aumentar la elasticidad del colágeno y generar una vasodilatación, con lo que se alivia el dolor y se facilita la movilización articular. Existen dos modalidades de termoterapia: superficial y profunda, en función de su capacidad de penetración en los tejidos. A nivel superficial se puede aplicar mediante bolsas de agua caliente o de gel de sílice (hydrocollator), almohadilla eléctrica, así como la parafina (especialmente en artrosis de manos) o los infrarrojos. Se suelen utilizar como medio analgésico o como preparación para la cinesiterapia. Se recomienda aplicarlos durante 15-20 minutos dos o tres veces al día, especialmente por la mañana si existe rigidez y antes de los ejercicios. Tratamiento rehabilitador de la artrosis 11 Figura 9. Rociado con cloretilo. La aplicación de frío, o crioterapia, puede mejorar el dolor, la inflamación y la contractura al reducir la excitabilidad del huso muscular al estiramiento y elevar el umbral doloroso por bloqueo de la conducción nerviosa. Se utiliza como coadyuvante a otros tratamientos, durante fases agudas de inflamación, o al terminar los ejercicios. Se pueden aplicar rociados con cloretilo para facilitar un estiramiento pasivo (Fig. 9). La termoterapia también se puede aplicar a tejidos más profundos como los músculos, los tendones y los ligamentos mediante aparatos que convierten la energía eléctrica en calor. Cada tejido tiene un coeficiente de absorción que es más alto en los tejidos ricos en agua, como el músculo, siendo el principal efecto el térmico. Podríamos destacar la onda corta, que llega a calentar hasta unos 5 cm de profundidad, las microondas (también llamadas ondas centimétricas o radar (Fig. 10) que calientan a profundidades de 3-4 cm, sobre todo a nivel muscular y los ultrasonidos. Las dos primeras no se deben aplicar sobre implantes metálicos (prótesis, artrodesis), ya que pueden ocasionar un excesivo calentamiento de los tejidos adyacentes, con necrosis por quemadura. Los ultrasonidos penetran hasta la interfase huesotejido blando. Tienen un doble efecto térmico y vibratorio y se aplican localmente mediante un gel conductor (Fig 11). Son útiles para enfermedades de partes blandas y articular. Los efectos de los ultrasonidos son la relajación muscular, el estímulo circulatorio, la sedación del nervio periférico con analgesia secundaria, la permeabilización de la membrana celular y la capacidad regenerativa celular. Estos efectos se deben a un factor mecánico (compresión-descompresión rítmica a distintos niveles) y a otro térmico (determinado por la absorción, reflexión e interferencia). En los procesos agudos se busca el factor mecánico (modo pulsante) por sus efectos antiinflamatorio y miorrelajante, y en los crónicos el térmico (modo continuo), útil en Figura 10. Radar sobre trapecio. dolor. Si se busca un efecto superficial, la frecuencia que se debe aplicar es de 3 Mhz, y para tejidos profundos, de 1 Mhz. En general, el tiempo máximo de tratamiento es de 15 minutos, y más breve cuanto más agudo sea el proceso. El hueso se calienta poco por ser gran conductor térmico. Los tendones y ligamentos se calientan fácilmente por la reflexión, sobre todo en las zonas insercionales (entesis). Con la presencia de prótesis metálicas se pueden calentar tejidos adyacentes por la gran reflexión, aunque el calor se disipa por la conducción, siendo aconsejable entonces el modo pulsante. Los materiales como cemento, silicona y componentes plásticos se calientan mucho dado que absorben mucho y con- Figura 11. Aplicación de ultrasonidos. Arthros 12 ducen mal, por lo que es preferible utilizar en estos casos el modo pulsante. Las principales indicaciones en cuanto a enfermedad degenerativa son mejorar la movilidad del hombro y la cadera en estadios artrósicos incipientes. Otras indicaciones más habituales son las retracciones musculotendinosas, capsulitis, así como lesiones ligamentosas y tendinosas. La aplicación de calor está contraindicada, en general, en presencia de inflamación aguda11-13. Las precauciones generales y contraindicaciones de la termoterapia se exponen en las tablas 3 y 414. Tabla 3. Precauciones generales de la termoterapia – Riesgo de quemaduras (también por frío) y lesiones oculares – Evitar aplicación directa de frío sobre la piel – Vigilar posibles cambios circulatorios locales y generales – Evitar en zonas de injerto cutáneo o radiadas – El frío disminuye la elasticidad tisular. Movilizar con cautela Hidroterapia Electroterapia Aparte del manejo de la corriente eléctrica de alta frecuencia para producir calor profundo, la electricidad, en forma de baja y mediana frecuencia, tiene propiedades analgésicas directas. La analgesia puede explicarse por un doble mecanismo: segmentario o descendente. El mecanismo segmentario (puerta de entrada o gate control) explica el efecto analgésico de muchas formas de electroterapia y de otros métodos como el masaje, la compresión o la vibración. Dado que las fibras A-δ tienen menor umbral de excitación que las fibras C, es posible estimularlas de diferentes formas como las descritas. De esta manera bloquean la entrada de la información nociceptiva procedente de las fibras C, en el asta posterior medular. El mecanismo descendente se basa en la activación de las fibras descendentes moduladoras del dolor (vías serotonérgicas y endorfinérgicas), lo cual origina una inactivación presináptica de las vías nociceptivas, al bloquear la sustancia P15,16. El sistema de electroterapia analgésica más conocido es el TENS, siglas de Transcutaneous Electrical Nerve Stimulation, que tiene la gran ventaja de ser ambulatorio, automanejable y permitir la modificación de ciertos parámetros como la intensidad, la frecuencia y la anchura del impulso (Fig. 12). Se utiliza mediante la aplicación de electrodos cutáneos sobre la zona dolorosa, que van conectados al aparato generador, que funciona con pilas y el paciente puede regular los parámetros descritos, percibiendo sensaciones parestésicas en la zona. Consiste en la aplicación terapéutica del agua aprovechando sus efectos mecánicos y térmicos. De sus efectos mecánicos destaca la facilitación que produce para la movilidad activa; por ejemplo, de cadera y rodilla. Los efectos térmicos producen una vasodilatación periférica y un alivio del espasmo muscular, que favorece la movilidad articular. Se utilizan con frecuencia los llamados baños de contraste, los maniluvios y pediluvios, así como los chorros (Fig. 13). Los baños alternantes o de contraste favorecen la circulación de retorno. Un estudio reciente ha demostrado claramente la eficacia y eficiencia de los ejercicios hidroterápicos en piscina, en grupos de pacientes con artrosis de cadera y rodilla, para la reducción del dolor y la mejoría funcional17. Masoterapia Aparte del beneficio psicológico, mejora la circulación regional al aumentar el drenaje venoso y linfático, mejora la flexibilidad y proporciona relajación muscular, especialmente en casos de cervicalgia y lumbalgia degenerativas. Férulas y ayudas para la marcha Las férulas, dispositivos de soporte u ortesis, mejoran la tolerancia al dolor durante el movi- Tabla 4. Contraindicaciones de la termoterapia Parafina, infrarrojos Hot Packs Baños de contraste Crioterapia Microonda, onda corta Ultrasonido Insuficiencia circulatoria, lesión dérmica aguda Infección o inflamación local, dermatitis, hemorragia Arteriopatía obstructiva Isquemia local de cualquier origen, rigidez articular Embarazo, marcapasos, infecciones, insuficiencia circulatoria, alteraciones sensitivas, dermatitis Presencia de implantes metálicos Tratamiento rehabilitador de la artrosis 13 Figura 12. TENS de cuatro electrodos. Figura 13. Pediluvios. miento, proporcionan un soporte articular, reducen la tensión de la cápsula y contribuyen a reducir la inflamación. Por el momento no está bien documentada su posible utilidad para prevenir o revertir una deformidad instaurada. Según la función que desempeñen, las ortesis pueden ser estabilizadoras o de soporte, que sirven para estabilizar una articulación (Fig. 14); funcionales, que adoptan un elemento elástico móvil para facilitar una función (Fig. 15); correctoras, que incorporan fuerzas externas para intentar alinear o corregir una deformidad, entre otras. Existen diferentes ortesis para la mano reumática. Son muy útiles las férulas para mantener la mano en posición funcional en casos de inflamación, otras inmovilizan la muñeca, mejorando la fuerza de prensión, también se puede prevenir la desviación cubital de los dedos con férulas. Se puede favorecer el reposo de la trapecio-metacarpiana en rizartrosis (Fig. 16). Figura 14. Rodillera con rótula abierta y estabilizadores laterales. Figura 15. Ortesis articulada para estabilización del codo. Para la enfermedad del pie también se dispone de diferentes plantillas, férulas, taloneras, que se pueden utilizar para una mejor distribución de cargas y evitar la sobrecarga de articulaciones infla- Arthros 14 Figura 16. Férula para rizartrosis. Figura 17. Lumbostato. madas o artrósicas, como la descarga de los metatarsianos en caso de metatarsalgia. Está comprobada la utilidad de la cuña lateral (pronadora) en casos de artrosis moderada del compartimento medial de la rodilla18. – Bastón (canadiense o inglés). Permite una deambulación más segura y fácil, con una descarga del 30-50% del peso corporal. Se deben llevar en la mano contraria para su apoyo en el suelo al mismo tiempo que la pierna contralateral afecta y así aprovecharse del reparto del peso. La abrazadera del antebrazo debe quedar a 3-5 cm del olécranon, el ángulo de flexión del codo a 20-30º y la empuñadura a la altura del trocánter mayor. Para pacientes con poliartritis de la mano, existen bastones con apoyos en el antebrazo. Por otra parte, es indiscutible que un gran número de pacientes con dolor de espalda siente alivio al colocarse una ortesis, aunque se desconoce exactamente su principal mecanismo de acción. Existen diferentes teorías, como el aumento de la presión abdominal, que ejercería un efecto distractor sobre el raquis lumbar; la limitación de la movilidad, que facilitaría la relajación de los músculos erectores; el aumento de temperatura. También se ha considerado un efecto propioceptivo, basado en el hallazgo experimental de que en las lumbalgias existe una anomalía de la propiocepción corporal de la espalda, que mejora con el corsé. Pero estos sistemas de soporte no están exentos de efectos negativos, como atrofia muscular (aspecto éste controvertido y minimizado últimamente), lesiones y alergias dérmicas, dependencia o trastorno psicológico (Fig. 17). – Bastón simple. Permite el apoyo manual simple en vez del apoyo manual y antebraquial del bastón inglés, por lo que es menos aparatoso y más ligero. El máximo apoyo manual confortable es del 25% del peso corporal. Está indicado cuando existen trastornos leves del equilibrio y para obtener pequeñas descargas Para la extremidad inferior también existe una amplia disponibilidad de ortesis, como férulas para el control del pie y el tobillo que se utilizan para estabilizar éste después de la cirugía o en inestabilidades crónicas (Fig. 18). Los mismos principios se pueden aplicar en la enfermedad inestable y dolorosa de la rodilla19. En este mismo apartado de dispositivos de soporte, se pueden considerar las ayudas para la marcha. Su función principal consiste en disminuir la carga soportada por los miembros inferiores (uno o ambos). También mejoran el equilibrio al aumentar la información sensorial que recibe el paciente por los puntos de contacto con el suelo. Los más utilizados son los bastones y los andadores. Figura 18. Férula estabilizadora del tobillo. Tratamiento rehabilitador de la artrosis 15 utilidad de esta forma de terapia en sus diferentes variedades está ampliamente documentada. Las recomendaciones actuales difundidas por diferentes asociaciones internacionales especializadas abogan por realizar 30 minutos de actividad física moderada la mayoría de los días de la semana, lo que está al alcance de la mayoría de las personas con artrosis. El ejercicio desempeña un papel primario (ejercicio aeróbico para mantener un peso adecuado y la fuerza del cuádriceps), secundario (ejercicios de potenciación en el rango de movilidad) y también terciario, mediante la disminución del riesgo de enfermedades asociadas a la inactividad. Bibliografía Figura 19. Marcha con bastón inglés. de peso. La empuñadura más recomendable es en forma de T asimétrica de unos 3 cm de diámetro. La contera debe ser plana o cóncava, antideslizante y con una anchura mínima de 3 cm. En un estudio sobre la utilización de bastones en ancianos, se comprobó que dos de cada tres bastones eran de longitud inadecuada. La altura ideal es la que mantiene el codo en flexión de 15-20º y la empuñadura a la altura del trocánter mayor. El bastón se debe apoyar unos 10 cm por delante y fuera de la base del quinto dedo del pie20 (Fig. 19). – Andadores. La principal ventaja de estos sistemas es que mejoran la seguridad al aumentar la estabilidad. Pueden ser fijos, plegables, con o sin ruedas, con o sin asiento. El paciente puede descargar hasta el 50% del peso corporal o no descargar. Mejoran la autonomía en pacientes con dificultades para la marcha, aunque sólo pueden ser utilizados en superficies lisas y espacios amplios. Los que no disponen de ruedas, requieren de cierta fuerza y mayor equilibrio para su desplazamiento; los de ruedas pueden llevar dos o cuatro; normalmente se utilizan los de dos ruedas delanteras y apoyos traseros que resbalan por el suelo. Conclusiones El tratamiento rehabilitador del proceso artrósico está basado especialmente en el ejercicio. La 1. Fuster A. Rehabilitación de las artropatías degenerativas. En: Miranda Mayordomo JL, ed. Rehabilitación Médica. Madrid: Grupo Aula Médica SL, 2004. p. 139-50. 2. Jesevar DS, Riley PO, Hodge WA, et al. Knee kinematics and kinetics during locomotor activities of daily living in subjects with knee arthroplasty and in healthy controls. 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Bibliografía comentada Por el Dr. Vicente Torrente Segarra Hospital de la Santa Creu i Sant Pau Barcelona Estimating the probability of radiographic osteoarthritis in the older patient with knee pain Estimación de la probabilidad de la osteoartritis radiológica en población de edad avanzada con dolor de rodilla Peat G, Thomas E, Duncan R, et al. Arthritis Rheum. 2007;57(5):794-802 Objetivo: Determinar cómo la información clínica puede prácticamente dictaminar o no la presencia de osteoartritis radiográfica en adultos ancianos con gonalgia. Métodos: Se realizó un estudio transversal que incluyó a 695 adultos mayores de 50 años que referían dolor en la rodilla en el último año, entre los pacientes atendidos en la consulta. Los potenciales indicadores de osteoartritis radiográfica fueron recogidos por cuestionarios autoaplicables, entrevista clínica y examen físico. A los participantes se les realizó una radiografía anteroposterior, axial y lateral. La osteoartritis radiológica se definió como la presencia de osteofitos definidos en al menos un compartimento articular. Resultados: Los predictores independientes de osteoartritis radiográfica fueron la edad, el sexo, el índice de masa corporal, la ausencia de dolor en la pierna, el derrame palpable, el inicio traumático, la dificultad en bajar escaleras, la de- formidad en flexión, el rango de flexión restringido y los crepitantes. Usando este modelo, 245 participantes presentaron una probabilidad de predicción mayor o igual al 80%, de los cuales 231 (94%) tienen actualmente una osteoartritis radiológica (especificidad 93%). En total, 21 participantes tuvieron una probabilidad de predicción inferior al 20%, de los que 2 (10%) tenían osteoartritis radiológica (sensibilidad 99,6%). La probabilidad de predicción de la osteoartritis radiológica para los 429 participantes restantes permaneció en una categoría intermedia (20-79%). Conclusiones: La información clínica puede ser utilizada para estimar la probabilidad de presentar osteoartritis radiológica en pacientes individuales. De todas formas, para la mayoría de la comunidad de ancianos con dolor de rodilla, este método permite determinar la presencia de osteoartritis radiológica. Deberá realizarse una validación de estos resultados mediante estudios prospectivos. Comentario: Para simplificar el uso de los métodos para el diagnóstico de la osteoartritis de rodilla, este estudio demuestra que mediante pruebas sencillas autoaplicables o de exploración física, es posible predecir qué pacientes con gonalgia son susceptibles de presentar una osteoartritis de rodilla. Esto puede ser útil en comunidades con difícil acceso al reumatólogo y, por ende, con pacientes que precisen menos tiempo para ser diagnosticados, a fin de recibir tratamiento específico (condroprotectores) y sintomático (AINE, analgésicos) con mayor precocidad. Arthros 18 Effects of glucosamine and chondroitin sulfate on bovine cartilage explants under long-term culture conditions Efectos de glucosamina y condroitín sulfato en cultivos de cartílago bovino Chan PS, Caron JP, Orth MW Am J Vet Res. 2007;68(7):709-15 Objetivo: Hay que determinar los efectos de glucosamina (GLC) y condroitín sulfato (CS) en la expresión de genes que codifican posibles mediadores de la osteaortritis en cultivo de cartílago bovino durante dos semanas. Métodos: Los cultivos procedían de articulaciones del carpo de reses Holstein sacrificadas. Los discos de cultivo de cartílago fueron tratados con: plasma bovino fetal sólo (tratamiento control), interleucina recombinante humana IL-1β (50 ng/ml; tratamiento IL-1), GLC (5 µg/ml) añadiendo CS (20 µg/ml; tratamiento GLC-CS). El medio fue analizado con óxido nítrico y prostaglandina E2 (PGE2). Se sometió a los cultivos a análisis cuantitativos de PCR en tiempo real; se evaluó la expresión de mRNA para sintasa del óxido nítrico, metaloproteasa 3 (MMP3) y 13 (MMP13), agrecanasa 1 y 2, inhibidor tisular de la metaloproteasa 3 (TIMP3), colágeno tipo II, agrecanos. Resultados: La producción de nitritos disminuyó en los grupos IL1-GLC-CS y GLC-CS, comparados con el grupo de tratamiento con IL1; el tratamiento con IL1-GLC-CS disminuyó la producción de PGE2 inducida por IL1. La expresión de la sintasa de óxido nítrico, ciclooxigenasa 2, y sintasa 1 microsomal de la PG-E fue anulada por los tratamientos con GLC-CS e IL1-GLC-CS. La expresión de mRNA inducido por IL1 de los enzimas proteolíticos fue disminuido por los tratamientos con IL1-GLC-CS. Comparado con el grupo control, el grupo GLCCS disminuyó la expresión de mRNA de MMP3 y agrecanasa 2. La transcripción de TIMP3 aumentó con el tratamiento con IL1-GLC-CS, comparado con el grupo tratado con IL1. Los genes codificadores del colágeno tipo II y de agrecanos se regularon al alza en el día 14.o mediante los tratamientos con GLC-CS e IL1-GLC-CS, comparados con el grupo control. Conclusiones: La relevancia clínica del tratamiento con GLC y CS demuestra que puede regular a la baja la expresión de mRNA de los mediadores de la inflamación y de los enzimas degradantes de las proteínas de la matriz del cartílago, mientras que aumenta la transcripción de TIMP3. Comentario: Mediante este trabajo ambicioso, observamos la rapidez de acción de glucosamina y condroitín sulfato en el proceso degenerativo-inflamatorio de la osteoartritis. En cultivos bovinos, que limitan probablemente la extrapolación de resultados en humanos, se demuestra que el uso de estas moléculas puede inhibir la expresión genética que inicia la producción de proteínas degradadoras del cartílago articular, y además aumenta la expresión de moléculas que inhiben determinadas enzimas proteolíticas, como la TIMP3. Así pues, este trabajo aporta más datos sobre los condroprotectores, apoyando las tesis que sugieren un efecto antiinflamatorio de los mismos y actuando en etapas iniciales del proceso degenerativo. Bibliografía comentada 19 Correlation between bone lesion changes and cartilage volume loss in knee osteoarthritis patients as assessed by quantitative MRI over a 24 month period Correlación entre los cambios en las lesiones óseas y la pérdida de volumen de cartílago articular en rodillas osteoartríticas evaluadas por RM en un período de 24 meses Raynauld JP, Martel-Pelletier J, Berthiaume MJ, et al. Ann Rheum Dis. 2007 Aug 29 Objetivo: Evaluar en rodillas de pacientes con osteaortritis el tamaño de los cambios en el edema óseo y los quistes subcondrales tras 24 meses, y contrastarlo con los cambios en cuanto a la pérdida del volumen del cartílago usando métodos cuantitativos por resonancia magnética nuclear (RM). Métodos: 107 rodillas de pacientes con osteoartritis, seleccionadas de un ensayo clínico que evaluaba el efecto de un bifosfonato, fueron estudiadas por medio de RM en el momento basal y a los 24 meses. Se realizaron mediciones del edema óseo y quistes subcondrales, y del volumen del cartílago. Resultados: En el momento basal, 86 pacientes mostraron la presencia de al menos un tipo de lesión ósea: 71 presentaban edemas, 61 tenían quistes y 51, ambas lesiones. A los 24 meses, aunque no de forma significativa, el tamaño del edema óseo total aumentó a 2,09 ± 15,03 mm y los quistes a 1,09 ± 8,13 mm; la media de cambio para el edema fue de + 0,38 ± 2,18 mm y –0,10 ± 4,36 mm para los quistes. Cuando se analizó de acuerdo con subzonas, se encontró un incremento para el tamaño del quiste en la tróclea (+0,67 ± 2,74 mm, p = 0,02) y en la meseta tibial lateral (+0,15 ± 0,83 mm, p = 0,09), y para el edema en la meseta tibial medial (+1,73 ± 8,11 mm, p = 0,05). A los 24 meses, hubo correlaciones significativas entre la pérdida del volumen del cartílago y el tamaño del edema en el cóndilo medial (–0,40, p = 0,0001) y en la meseta tibial medial (–0,23, p = 0,03), y en los cambios en el tamaño de los quistes en el cóndilo medial (–0,29, p = 0,01). Un análisis multivariante mostró que los cambios en el tamaño del edema se asociaron de forma intensa e independiente a la pérdida del volumen del cartílago medial (–0,31, p = 0,0004). Conclusiones: Estos datos demuestran que las lesiones óseas son prevalentes en la osteoartritis de rodilla. La correlación del edema y el tamaño de los quistes aumenta en el compartimento medial con el tiempo, con una mayor pérdida del volumen del cartílago en esta área, lo cual subraya la importancia de las lesiones del hueso subcondral en la patofisiología de la osteoartritis. Comentario: Es importante conocer los mecanismos fisiopatológicos de la osteoartritis, y en este estudio se determina que existe más pérdida de cartílago articular en las zonas en las que aparecen mayor número y tamaño de quistes subcondrales y áreas de edema óseo. Esto probablemente no sea más que la traducción radiológica de diferentes mecanismos mucho más complejos a nivel molecular, pero es útil con vistas a focalizar las zonas donde existe un primer cambio detectable que pueda acarrear un proceso degenerativo. En otras palabras, posiblemente la diana que se debe estudiar esté en el hueso subcondral y sea ahí donde empiece realmente el proceso de la osteoartritis. Arthros 20 Influence of knee osteoarthritis on exercise capacity and quality of life in obese adults Influencia de la osteoartritis de rodilla en la capacidad física y la calidad de vida en adultos obesos Sutbeyaz ST, Sezer N, Koseoglu BF, Ibrahimoglu F, Tekin D Obesity (Silver Spring). 2007 Aug;15(8):2071-6 Objetivo: El objetivo fue determiner de qué manera la osteoartritis de rodilla reduce la capacidad ambulatoria de realizar ejercicio físico y afecta a la calidad de vida en individuos obesos. Métodos: La muestra del estudio fueron 56 sujetos, con y sin osteoartritis, que eran obesos. Se evaluaron los distintos individuos mediante medidas antropométricas, composición corporal, prueba cardiopulmonar de máximo ejercicio, test de seis minutos de marcha (6MWT), prueba de esfuerzo, discapacidad subjetiva (Western Ontario and McMaster Universities Osteoarthritis Index-WOMAC), y el cuestionario de salud SF-36. Resultados: El VO2 máximo fue significativamente mayor en los controles cuando se comparó con los pacientes (media 1.584 ± 0,23 l/kg por minuto vs 0,986 ± 0,20 l/kg por minuto; p < 0,001). Los sujetos obesos sin osteoartritis caminaron una distancia significativamente más larga en el 6MWT que los obesos con ella (p < 0,001). También observamos una correlación negativa significativa entre la VO2max y la prueba de esfuerzo, dolor en WOMAC, limitación física dolor corporal y estado general de salud en los dominios respectivos del SF36. Conclusiones: La osteoartritis de rodilla reduce la capacidad ambulatoria de ejercicio físico, y afecta a la calidad en individuos obesos. El test de esfuerzo, el dolor medido por WOMAC, y el SF36 pueden aportar información sobre la capacidad física en sujetos adultos obesos con osteoartritis. Nuestro estudio confirma que la capacidad física y la calidad de vida pueden ser mejoradas mediante tratamiento enérgico e intensivo del dolor resultante de la osteoartritis de rodilla. Comentario: La osteoartritis de rodilla es una enfermedad que limita la capacidad física de las personas afectas. La obesidad, por otro lado, afecta la movilidad. Las personas obesas y con osteoartritis de rodilla ven muy afectada su capacidad física por limitación física propiamente, pero también por el dolor causado por la propia enfermedad, lo que sugiere que, además de ver limitada su capacidad física, su calidad de vida empeora. Si tratamos correctamente el dolor, puede que mejore esta capacidad física, tal vez exista una reducción de peso y, por consiguiente, una mejora tanto de la movilidad como de la calidad de vida, además de evitar o mejorar así un factor agravante de la osteoartritis. Bibliografía comentada 21 Osteoarthritis: quality of life, comorbidities, medication and health service utilization assessed in a large sample of primary care patients Osteoartritis: calidad de vida, comorbilidades, medicación y servicios de salud utilizados; parámetros evaluados en una gran muestra en pacientes de atención primaria Rosemann T, Laux G, Szecsenyi J J Orthop Surg. 2007;2(1):12 Objetivo: Evaluar el impacto de la osteoartritis en función del sexo en la calidad de vida y en la utilización de los servicios de salud de atención primaria en Alemania. Métodos: Estudio transversal con 1.250 pacientes con osteoartritis atendidos en 75 servicios de atención primaria, entre marzo y mayo de 2005. La calidad de vida fue evaluada usando el cuestionario German-AIMS2-SF. Los datos de comorbilidades, prescripciones, utilización de servicios de salud y actividad física fueron obtenidos por medio de preguntas a los pacientes o en los archivos médicos de aquéllos. La depresión fue evaluada mediante el Patient Health Questionnaire (PHQ-9). Resultados: Un total de 1.021 (81,7%) cuestionarios fueron completados y devueltos, 347 pacientes (34%) eran varones. El impacto de la osteoartritis en la calidad de vida fue diferente en función del sexo: las mujeres alcanzaron puntuaciones más altas en los dominios del AIMS 2-SF de: hemicuerpo inferior (p < 0,01), síntomas (p < 0,01), afectividad (p < 0,01) y trabajo (p < 0,05). Los principales predictores de dolor y discapacidad fueron una mayor puntuación en la escala de hemicuerpo superior del AIMS2-SF (β = 0,280; p < 0,001), una mayor puntuación en el PHQ-9 (β = 0,214; p < 0,001), duración de la osteoartritis (β = 0,097; p = 0,004), edad (β = 0,090; p = 0,023), y el índice de masa corporal (β = 0,069; p = 0,034). Los predictores de dolor y discapacidad no difirieron entre sexos. El 18,8% de los varones y el 19,7% de las mujeres presentaban de forma concomitante depresión, sin diferencias por sexo. Las mujeres se visitaron en su médico de cabecera más a menudo que los varones (5,61 vs 4,08 en seis meses, respectivamente; p < 0,01); las visitas con los ortopedas no difirieron entre sexos. Conclusiones: La afectación de la osteoartritis en hombres y mujeres difiere en el abordaje en atención primaria. Esto debe ser reflejado en las diferencias de uso de fármacos. Comentario: Es evidente que una enfermedad puede afectar de forma diferente en función de variables como el sexo (mujer/hombre), pero en este estudio definen en qué influyen estas diferencias. La osteoartritis es una de las enfermedades más prevalentes en nuestro medio, y todos los datos relacionados a escala poblacional adquieren una mayor relevancia debido a la alta incidencia, y producen un mayor impacto en la salud pública. Así pues, se deduce un mayor uso de los servicios médicos generales debido a la osteoartritis, o sus complicaciones, en las mujeres. En ellas, en las que esta enfermedad es también más frecuente, es en el grupo de población en el que deberían enfocarse la mayoría de recursos dirigidos para este tipo de pacientes. Arthros 22 Effect of co-morbidity on the association of high body mass index with walking limitation among men and women aged 55 years and older Efecto de la comorbilidad sobre la asociación del índice de masa corporal y la limitación a la marcha entre hombres y mujeres mayores de 55 años Stenholm S, Sainio P, Rantanen T, Alanen E, Koskinen S Aging Clin Exp Res. 2007 Aug;19(4):277-83 Objetivo: La obesidad entre las personas ancianas aumenta de forma rápida; además, afecta a su movilidad de forma negativa. El propósito de este estudio fue examinar la asociación de un alto índice de masa corporal (IMC) con la limitación a la deambulación, y el efecto de las enfermedades relacionadas con la obesidad en esta asociación. Métodos: En una muestra representativa de la población finlandesa mayor de 55 años (2.055 mujeres y 1.337 hombres), se evaluaron la velocidad máxima a la deambulación, enfermedades crónicas y el IMC. Una limitación a la deambulación fue definida como una velocidad a la marcha menor a 1,2 m/s o dificultad para caminar 500 metros. Para analizar los efectos de las condiciones crónicas, tabaquismo, estado civil, y educación en los distintos estratos de IMC en cuanto a la limitación a la marcha, las covariables se secuenciaron ajustadas a un modelo de regresión logística. Resultados: En las mujeres, se observó un incremento en el riesgo ajustado por edad de la limitación a la marcha a mayor IMC: sobrepeso (OR: 1,47; IC 95%: 1,10-1,96), obesidad (OR: 2,77; IC 95%: 2,01-3,82), obesidad mórbida (OR: 5,80, IC 95%: 3,52-9,54). En los hombres, el riesgo fue significativamente mayor entre los obesos (OR: 1;63, IC 95%: 1,04-2,55), y obesos mórbidos (OR: 4,33, IC 95%: 2,20-8,53). Tras ajustar estadísticamente, la asociación permanecía siendo significativa en las mujeres obesas (OR: 1,99, IC 95%: 1,38-2,86) y obesas mórbidas (OR: 3,64, IC 95%: 2,12-6,26), así como en los hombres obesos mórbidos (OR: 2,78, IC 95%: 1,30-5,95). La osteoartritis de rodilla en mujeres y la diabetes en hombres fueron los factores que más contribuyeron al exceso de riesgo sobre la limitación a la marcha entre personas obesas, 18 y 32%, respectivamente. Conclusiones: La obesidad incrementa el riesgo de presentar limitación a la marcha, independientemente de las enfermedades relacionadas con la obesidad, el tabaquismo, el estado civil y la educación, especialmente en mujeres ancianas. Los resultados de este estudio enfatizan la importancia del mantenimiento del peso corporal, con vistas a prevenir problemas de salud relacionados con la obesidad y pérdidas de funcionalidad en personas de edad avanzada. Comentario: Es importante conocer las características basales de la población en la que la osteoartritis es más prevalente. Gracias a este estudio observamos la importancia del IMC en la funcionalidad y movilidad de los pacientes en los que habrá también una mayor incidencia de osteoartritis. Independientemente de la presencia de esta última, el grado de discapacidad debido a un elevado IMC es importante y, en el caso de añadirse una osteoartritis en sus condiciones de salud, debemos ser implacables con el hecho de disminuir este IMC y ayudar así a una mejor funcionalidad articular. Con todo ello mejoraremos su capacidad funcional, y también evitaremos agravar la degeneración articular. Bibliografía comentada 23 Varus-valgus motion and functional ability in patients with osteoarthritis of the knee Marcha en varo-valgo y capacidad funcional en pacientes con osteoartritis de la rodilla Van der Esch M, Steultjens M, Harlaar J, Wolterbeek N, Knol D, Dekker J Ann Rheum Dis. 2007 Objetivo: Evaluar la relación entre la marcha en varo-valgo y la capacidad funcional, y evaluar el impacto de la marcha en varo-valgo en la relación entre fuerza muscular y capacidad funcional en pacientes con osteoartritis de rodilla. Métodos: Fueron incluidos 63 pacientes con osteoartritis de rodilla. La marcha en varovalgo fue medida por análisis de marcha en 3D y grabación optoelectrónica. La capacidad funcional fue evaluada por observación, usando un test de deambulación de 100 metros, un test de Get up and Go (GUG), y por el cuestionario de Western Ontario and McMaster Universities Osteoarthritis Index (WOMAC). La fuerza muscular fue medida por un dinamómetro isocinético informatizado. Se realizaron análisis de regresión para evaluar la relación entre ellos. Resultados: En pacientes con alto rango de marcha en varo-valgo, la debilidad muscular fue asociada a una mayor reducción de la capacidad funcional (p. ej., un mayor tiempo en deambular y un mayor tiempo en el GUG) que en pacientes con un menor rango de marcha en varo-valgo. Una posición marcada en varo y una diferencia en la posición en varo-valgo de la rodilla entre ellas, se relacionaron con una disminución de la capacidad funcional. Conclusiones: En osteoartritis de rodilla con alto rango de marcha en varo-valgo, la debilidad muscular tiene un mayor impacto en la capacidad funcional que en los pacientes con un menor rango. Los que presentan una deformidad en varo de las rodillas durante la deambulación muestran una mayor reducción en la capacidad funcional que los pacientes con menor pronunciación del varo o con rodillas en valgo. Comentario: La osteoartritis de rodilla es una enfermedad degenerativa con componente inflamatorio local, que produce importantes deformidades y discapacidades. Estas deformidades, ya sean en valgo o en varo, se asocian a mayor presencia de dolor e incapacidades y, en general, repercuten en la vida diaria al no permitir una correcta función articular. Este grupo de trabajo mide estas deformidades y aplica herramientas en las que consigue demostrar que la deformidad en varo repercute más intensamente en la deambulación, pero también la presencia de valgo y, sobre todo, cuanto mayor sea esta deformidad. Arthros 24 Static knee alignment is associated with the risk of unicompartmental knee cartilage defects La alineación estática de rodilla se asocia a un mayor riesgo de alteraciones unicompartimentales del cartílago de rodilla Janakiramanan N, Teichtahl AJ, Wluka AE, et al. J Orthop Res. 2007 Aug 30 Objetivo: Aunque una mala alineación de la rodilla es un factor de riesgo para la progresión de una osteoartritis (OA) unicompartimental de rodilla, no está claro cómo se desarrolla esta asociación. Los defectos del cartílago preceden a la pérdida del mismo y el inicio de la osteoartritis de rodilla, y puede que esta mala alineación incremente el riesgo de defectos unicompartimentales del cartílago articular de rodilla. Métodos: Se realizaron radiografías de rodilla y resonancia magnética nuclear (RM) a 202 sujetos –el 36,6% de los cuales tenía osteoartritis radiológica de rodilla– para determinar la relación entre la alineación estática de la rodilla y los defectos del cartílago de rodilla. El análisis se llevó a cabo para toda la cohorte, así como para el subgrupo de sujetos sanos y el de pacientes con osteoartritis. Resultados: Por cada grado de incremento en la dirección de valgo, hubo una reducción del riesgo de la presencia de alteraciones del cartílago en el compartimento medial de los sujetos con osteoartritis de rodilla (p = 0,02), sujetos sanos (p = 0,002), y en el grupo combinado (p < 0,001). Además, por cada grado incrementado en la dirección de valgo, hubo un aumento en el riesgo de presentar alteraciones del cartílago a nivel lateral en el grupo con osteoartritis (p = 0,006), aunque la relación entre el cambio hacia genu valgum y alteraciones del cartílago del compartimento lateral no persistían en el grupo de sujetos sanos (p = 0,16). Conclusiones: Este estudio transversal demostró que la alineación de la rodilla se asocia a un riesgo de presentar defectos cartilaginosos tanto en sujetos sanos como en personas con osteoartritis. Dado que la historia natural de la reducción del volumen del cartílago aparece precedida de la presencia de defectos cartilaginosos, cabría examinar en futuros estudios si el alineamiento de la rodilla afecta a la progresión de los defectos del cartílago hacia la pérdida de éste. Comentario: Encontrar los factores de riesgo de una enfermedad es lo más importante para prevenir su aparición o frenar su evolución. Por lo demostrado en este estudio, parece que una correcta alineación de un genu valgum podría prevenir la aparición de defectos histológicos a nivel del cartílago articular, y evitar así una mayor pérdida de cartílago en pacientes con osteoartritis, así como evitar también un inicio de la misma en personas sanas. Bibliografía comentada 25 Lack of association polymorphisms of the IL1RN, IL1A, and IL1B genes with knee osteoarthritis in Turkish patients Inexistencia de asociación de los polimorfismos genéticos de la IL1RN, IL1A, e IL1B con la osteoartritis de rodilla en pacientes de origen turco Sezgin M, Erdal ME, Altintas ZM, et al. Clin Invest Med. 2007;30(2):E86-92 Objetivo: Examinar si los polimorfismos del gen del antagonista del receptor de la interleucina 1 (IL1RN), interleucina 1 α(IL1A) y la interleucina 1 β(IL1B) son marcadores de una susceptibilidad genética de desarrollar osteoartritis de rodilla en pacientes turcos. polimorfismos genéticos IL1RN VNTR, IL1A + 4845, IL1B + 3.953 entre pacientes y controles. Además, no detectamos ninguna asociación genotípica de los polimorfismos en cuanto a clínica, radiología y perfil biológico de los pacientes. Métodos: Fueron evaluados 107 pacientes con osteoartritis de rodilla y 67 controles. Se tipificaron tres polimorfismos genéticos de ILA, IL1B, e IL1RN del DNA genómico. Se compararon las frecuencias alélicas entre pacientes y controles. Conclusiones: El presente estudio sugiere que los polimorfismos genéticos IL1RN VNTR, IL1A + 4845, IL1B + 3.953 no son marcadores genéticos de susceptibilidad para desarrollar osteoartritis de rodilla en pacientes turcos, y no están relacionados con la clínica, la radiología y la biología plasmática de los pacientes con osteoartritis de rodilla. Resultados: No se encontraron diferencias en el genotipo ni en la frecuencia alélica de los Comentario: Es de sobra conocido el papel de la interleucina 1 en la patogenia de la osteoartritis de rodilla. Este estudio nos demuestra que algunos polimorfismos genéticos descritos, tanto del receptor como de la propia IL1, no están asociados a la presencia ni las características de la osteoartritis de rodilla. Si bien los hallazgos son negativos en cuanto a asociación, podemos descartar estos genes como dianas terapéuticas y seguir investigando para encontrar genes asociados directamente con la patogenia de esta enfermedad, y poder así intentar incidir en la enfermedad con terapia génica. 26 Arthros Differential regulation of matrix metalloproteinase 2 and matrix metalloproteinase 9 by activated protein C: Relevance to inflammation in rheumatoid arthritis Regulación diferencial de las metaloproteinasas de matriz 2 y 9 por la proteína C activada: relevancia en la inflamación de la artritis reumatoide Xue M, March L, Sambrook PN, Jackon CJ Arthritis Rheum. 2007 Aug 30;56(9):2864-74 Objetivo: Investigar el efecto in vitro de la proteína C activada (APC), un anticoagulante natural y novedoso agente antiinflamatorio, en la regulación de las gelatinazas de matriz: metaloproteinasa 2 (MMP2) y 9 (MMP9). Métodos: Se aislaron monocitos de sangre periférica y fibroblastos de la sinovial de pacientes con artritis reumatoide (AR) u osteoartritis y se usaron células Mono Mac6 en este estudio. Tras el tratamiento, las células y los cultivos supranadantes se recogieron por zimografía, técnica ELISA, técnica PCR y Western-blot. Resultados: Los fibroblastos y monocitos de pacientes con AR produjeron sustancialmente más MMP9 que los pacientes con OA; de todas formas, no hubo diferencia en la producción de MMP2. La adición de APC recombinante redujo de forma drástica los niveles de MMP9 a nivel genético y de expresión de proteína. En contraste, la APC reguló al alza y activó la MMP2. Usando un anticuerpo encargado de bloquear el receptor endotelial de la APC (EPCR), mostró que la inhibición de MMP9 por la APC fue EPCR dependiente. Además, la APC suprimió directamente la producción de factor de necrosis tumoral (TNF) y la activación de NF-K-B y la MAP kinasa p38, y los inhibidores de NF-K-B o p38 redujeron la producción de MMP9, sugiriendo así que APC inhibe a MMP9 por medio del bloqueo del TNF, NF-K-B, y p38. Además, APC actúa sobre MMP9 uniéndose al EPCR en la superficie celular y, consiguientemente, inhibiendo la activación intracelular de la señalización proinflamatoria inhibiendo las moléculas NF-K-B y p38. Conclusiones: La APC parece ser el primer agente fisiológico que inhibe la producción de moléculas proinflamatorias MMP9, e incrementa también la actividad antiinflamatoria de MMP2. Nuestros resultados proporcionan una evidencia inicial acerca del efecto beneficioso de APC sobre la prevención de la inflamación y la destrucción en la AR. Comentario: En este estudio, encaminado a elucidar mecanismos fisiopatogénicos de la AR, vemos que una de las metaloproteasas de matriz cartilaginosa asociadas al proceso de la OA, como es la MMP9, podría no tener tanta importancia en el efecto deletéreo de la OA, y sí en la AR. Asimismo, potenciar el efecto de la APC podría ser beneficioso en la OA, y también en la AR, lo que hace plantear un futuro prometedor como diana terapéutica de esta molécula. Bibliografía comentada 27 Severe knee osteoarthritis: a randomized controlled trial of acupuncture, physiotherapy (supervised exercise) and standard management for patients awaiting knee replacement Osteoartritis de rodilla avanzada: ensayo clínico controlado, aleatorizado con acupuntura, fisioterapia (ejercicio supervisado) y abordaje convencional para pacientes en lista de espera de recambio articular Williamson L, Wyatt MR, Yein K, Melton JT Rheumatology (Oxford). 2007;46(9):1445-9 Objetivo: Evaluar los efectos de la acupuntura y la fisioterapia en el dolor y la capacidad funcional en pacientes con dolor secundario a osteoartritis de rodilla que esperan artroplastia de rodilla. Métodos: Ensayo clínico diseñado con tres brazos de actuación, evaluador ciego, aleatorizado. Participaron 181 pacientes que esperaban cirugía de recambio de rodilla. Las intervenciones en los distintos grupos fueron: acupuntura durante seis semanas, fisioterapia durante seis semanas y tratamiento convencional. Las principales medidas fueron: el cuestionario de Oxford Knee Score questionnaire (OKS), primario; el tiempo para andar 50 m, y el tiempo de convalecencia en el hospital tras la cirugía. Resultados: No hubo diferencias a nivel basal entre grupos. A las siete semanas, hubo el 10% de reducción en el OKS en el grupo que recibió acupuntura, con una diferencia significativa respecto al grupo control: media 36,8 (grupo de acupuntura, SD 7,20); 39,2 (grupo de fisioterapia, SD 8,22), 40,3 (grupo de control, 8,48) (p = 0,0497). Estos hallazgos no perduraron más allá de las 12 semanas. Hubo una tendencia (p = 0,0984) a una estancia más corta (un día) en el grupo de fisioterapia (6,50 días), comparado con el grupo de acupuntura (7,77). Conclusiones: Demostramos que los pacientes con osteoartritis avanzada de rodilla pueden conseguir reducciones a corto plazo del OKS cuando son tratados con acupuntura. De todas formas, no conseguimos demostrar otros efectos clínicamente significativos entre estos grupos. Ambas intervenciones pueden ser efectivas en pacientes ambulatorios de un distrito hospitalario. Se precisan más trabajos para determinar estos hallazgos. Comentario: Los reumatólogos asumimos una gran parte de los pacientes con osteoartritis que permanecen en listas de espera para cirugía. Tenemos un abanico de tratamientos ciertamente limitado, ya que muchos fármacos utilizados no consiguen controlar completamente el dolor o producen efectos adversos que limitan su uso. En este estudio se demuestra la capacidad de algunas técnicas como la acupuntura, que pueden contribuir a mejorar la calidad de vida de estos pacientes, y, de forma similar, también la fisioterapia. Arthros 28 Reliability and validity of the Baecke Physical Activity Questionnaire in adult women with hip disorders Reproductibilidad y validez del Cuestionario de Actividad Física de Baecke en mujeres adultas con enfermedad de cadera Ono R, Hirata S, Yamada M, Nishiyama T, Kurosaka M, Tamura Y BMC Musculoskelet Disord. 2007;8(1):61 Objetivo: Aunque el mantenimiento del ejercicio físico es importante en el abordaje de la osteoartritis, no está claro qué personas con esta dolencia son más o menos inactivas. Una posible razón es que no existe una herramienta para monitorizar la actividad física a escala clínica. El propósito de este estudio fue determinar la reproductibilidad y la validez del Baecke Physical Activity Questionnaire (BQ) en mujeres adultas con enfermedad de cadera. Métodos: Se reclutó a 64 pacientes con enfermedad de cadera unilateral o bilateral que se hallaban en la consulta ambulatoria de un hospital universitario en Japón. El cuestionario BQ incluye un total de 16 preguntas clasificadas en tres dominios: trabajo, deporte y afición no deportiva. Para evaluar la reproductibilidad, un BQ se realizó en persona, y un segundo cuestionario fue enviado a los participantes dos semanas más tarde. Se evaluó la reproductibilidad mediante método de Bland y Altman de correlación intraclase (ICC). Para determinar la validez, se realizó la correlación entre el BQ y la cuenta de pasos mediante podometría usando correlación de Spearman. Resultados: Se analizó a 61 pacientes (53,3 ± 11,3 años de edad) que se sometieron al podómetro por cinco días o más de forma continuada. De ellos, 28 tenían osteoartritis unilateral de cadera; 17, artroplastia unilateral de cadera, y 16, osteoartritis de cadera y artroplastia. La media de pasos contados fue de 6.309 ± 2.392 pasos/día. En el análisis de reproductibilidad, el valor de ICC fue de 0,84 para trabajo, 0,83 para deporte y 0,78 para afición no deportiva, así como 0,87 para el total. En análisis de validez, hubo una correlación leve-moderada pero significativa entre la cuenta de pasos y las tres subescalas del BQ, y una alta correlacion entre la cuenta de pasos y la puntuación total del BQ. Conclusiones: El BQ es una herramienta útil para la evaluación de múltiples dominios de la actividad física, con una aceptable reproductibilidad y validez en mujeres adultas con patología de cadera. Comentario: En las patologías articulares, y más en las de extremidades inferiores, es importante medir cómo y cuánto afecta a la vida diaria de estos pacientes su problema de salud: calidad de vida, deambulación, desplazamientos, conducción, etc. Para ello no disponemos de herramientas útiles que permitan medir el grado de afectación, ni tampoco la evolución tras un tratamiento o intervención. Este cuestionario puede ser útil con vistas a medir la evolución de nuestros pacientes, y puede añadirse a los datos recopilados en la anamnesis y en la exploración física para evaluar mucho mejor al paciente. Bibliografía comentada 29 Arthrodesis of the distal interphalangeal joint: description of a new technique and clinical follow-up at 2 years Artrodesis de la articulación interfalángica distal: descripción de una nueva técnica y seguimiento clínico a los dos años Olivier LC, Gensigk F, Board TN, Kendoff D, Krehmeier U, Wolfhard U Arch Orthop Trauma Surg. 2007 Oct 11 Objetivo: Existe un amplio abanico de técnicas recomendadas, incluyendo los cerclajes, tornillos, alfiler reabsorbible y tornillo en dos tiempos. La fijación en una segunda intervención permanece como uno de los métodos más aceptados de fijación. Nosotros describimos una nueva técnica de artrodesis de la IFD que evita estos problemas. Resultados: Se realizaron 18 intervenciones de 18 articulaciones interfalángicas distales, con un seguimiento posterior de 24 meses de media (6-44). No hubo casos de desunión; sólo cuatro complicaciones, entre ellas falta de consolidación; dos infecciones precisaron una exéresis del material de forma precoz. Métodos: Se describe la técnica realizada en 17 pacientes, y se realizó un seguimiento de 24 meses. Conclusiones: Los resultados de la técnica fueron del todo satisfactorios, además de tratarse de una técnica simple y fiable. Comentario: La artrodesis de la articulación interfalángica distal (IFD) es un procedimiento quirúrgico aceptado como tratamiento de la osteoartritis, inestabilidad y deformidad articular. Pueden ocurrir problemas con el hundimiento de la cabeza del tornillo, que desencadena una pérdida de compresión, y una prominencia de la cabeza del tornillo en la punta del dedo, que necesita una extirpación. La técnica propuesta por este grupo parece ser, por lo menos, tan segura como otras técnicas y con un índice elevado de seguridad postoperatoria. Fisiopatología de la artrosis: del condrocito a la comunicación intercelular El presente estudio busca caracterizar y comparar la capacidad funcional y la incapacidad en los pacientes con artrosis de las manos, sintomáticos, y con afectación diferente entre IF y TPM, ya que habitualmente son valorados de forma diferente en los ensayos clínicos. Es el primer estudio que realiza esta comparación entre estos 2 grupos, ya que existe la impresión clínica de que la artrosis TPM es más incapacitante que la que afecta a las IF. Usando los mismos parámetros que en el estudio actual, los autores habían observado previamente que los pacientes con artritis reumatoide poseen el mismo grado de incapacidad en las manos que los pacientes con artrosis, aunque sí presentaban los primeros un grado mayor de dolor (J Rheumatol 1996;26:1167; Osteoarthritis Cart 2001;9:570). Los resultados presentados y las conclusiones del estudio permiten establecer que no existen diferencias entre ambos grupos de pacientes con artrosis, y, por lo tanto, es un error establecer 33 comparaciones separadas entre los mismos en los ensayos clínicos. Asimismo, permite reafirmar la necesidad de realizar estudios comparativos para todas las variables observadas en la clínica, y, como en la mayoría de las ocasiones, las “impresiones” clínicas no se corresponden con la realidad, como es el caso actual de la percepción de que la afectación de la TPM es más incapacitante y sintomática que la de las IF. Finalmente, y aunque no se deriva directamente de este estudio, sino de otros previos de los mismos autores y utilizando las mismas herramientas de valoración, es importante señalar la importancia clínica y social de la artrosis cuando afecta a las manos –ya que la mayoría de las veces es tomada sólo como un problema estético, no solamente por médicos generalistas sino también por los especialistas del aparato locomotor, incluyendo reumatólogos, traumatólogos y rehabilitadores–, y cómo el grado de incapacidad que produce es similar al de la artritis reumatoide.