s tu dio Es oc u m e nt La tarifa os Agustín Molina Morales Universidad de Almería y capítulo XV D El nuevo modelo de IRPF tras la reforma de la Ley 35/2006 Capítulo XV. La tarifa XV. La tarifa En 1979, y mediante la Ley 44/1978, de 8 de septiembre, se instauró en España el primer Impuesto sobre la renta de las personas físicas digno de tal nombre. Hasta entonces existía un simulacro de impuesto que se basaba en la agregación de los antiguos impuestos de producto, algunos de los cuales aún siguen vigentes en nuestro sistema impositivo. La tarifa inicial tenía 28 tramos y establecía el tipo marginal máximo en el 65,51 por ciento. Junto a la escala de gravamen se disponía que la cuota resultante por aplicación de la escala no podría exceder del 40 por ciento de la base imponible ni, conjuntamente con la cuota correspondiente al entonces Impuesto Extraordinario sobre el Patrimonio de las Personas Físicas, podría exceder del 55 por ciento de dicha base. El motivo de esta limitación es obvio: se trata de que se pueda pagar el Impuesto sobre el Patrimonio con la renta generada por el mismo sin necesidad de tener que disminuirlo para afrontar el pago. Para el año 1982 se elevó el número de tramos a 30 y el marginal máximo al 68,47 por ciento. En 1983, los tramos fueron 34 y el límite de la cuota íntegra, el 45 por ciento. En el impuesto correspondiente a 1984, el marginal máximo fue del 66 por ciento, estableciéndose una cuota íntegra máxima del 46 por ciento y una cuota máxima conjunta con el impuesto sobre el Patrimonio del 70 por ciento. En teoría, hasta este 70 por ciento de cuota sobre la base del IRPF se podía llegar. Estos tipos, que ahora nos parecen desorbitados, fueron aceptados por la sociedad en general, naturalmente no sin grandes quejas de los pocos que podrían verse afectados (Blum y Kalven, 1972). Pensar en nuestros En el “trade-off” eficiencia vs. equidad, en esa época predominaba claramente en la sociedad española la preferencia por la equidad. 289 Analistas Económicos de Andalucía días en unos tipos de gravamen tales se hace impensable. Y se hace impensable porque las sociedades cambian y porque, con el desarrollo económico, mayor cantidad de contribuyentes pasan a engrosar las filas de los que se ven crecientemente afectados por lo tipos marginales máximos, sobre todo en tiempos de elevada inflación donde la rémora fiscal genera grandes aumentos de la progresividad en frío. Las ideas predominantes en la sociedad, pues, han llevado a una situación actual caracterizada por la constante aproximación a la linealización de la escala y al establecimiento de un impuesto sobre la renta dual, con una tarifa reducida para los “productos del ahorro” (Owens, 2005), excluyendo el ahorro materializado en bienes inmuebles y manteniendo una tarifa progresiva para las rentas de trabajo y las procedentes de actividades económicas (recuérdese que éstas solo suponen el 10 por ciento de las rentas declaradas en España y son de pequeña cuantía). Es decir que, en la realidad, sólo los asalariados se ven sometidos a la parte progresiva de la tarifa. Es normal, pues, que sean crecientemente más numerosas las voces que preconizan la eliminación del impuesto progresivo para los trabajadores y su sustitución por un impuesto lineal. En cualquier caso, con la reforma del impuesto se ha reducido un tramo de la tarifa sobre los cinco vigentes el año anterior y establecido el marginal máximo en el 43 por ciento. En todo caso, esta tarifa no es comparable con la vigente en 2006 puesto que los tipos se aplican sobre la renta disponible (una vez deducidos los mínimos personales y familiares) en la regulación vigente en 2006, y sobre la renta bruta en la nueva redacción del impuesto, si bien se hace tributar a tipo cero el mínimo personal y familiar. 1. Opciones de tarifas Naturalmente, los análisis de los expertos y la conformación de las opiniones sociales sobre la fiscalidad no surgen en el vacío, sino que 290 El nuevo modelo de IRPF tras la reforma de la Ley 35/2006 Capítulo XV. La tarifa responden al contexto social en que se desarrollan. Los estudios de la OCDE marcan el camino por el que se orientan los diversos sistemas fiscales nacionales de los países desarrollados (OCDE, 2006). En lo que respecta a la imposición sobre la renta de las personas físicas que nos ocupa, nos encontramos con una tendencia, desde los años 80, de reformas fiscales en profundidad motivadas en buena medida por planteamientos ideológicos (mayor preocupación por la eficiencia que por la equidad) y por razones económicas. En efecto, la movilidad de las rentas y las ganancias de capital hace que nos encontremos en una desaforada competencia a la baja de su gravamen hasta llegar a su posible desfiscalización total (téngase en cuenta el pernicioso ejemplo de los paraísos fiscales tan consentidos como tolerados). Como las rentas del trabajo están bastante constreñidas en cuanto a su movilidad, es consecuente que sean gravadas por un impuesto progresivo, al igual que ocurre con las rentas derivadas de los bienes inmuebles. Ante la falta de equidad que esto origina no es sorprendente que cada vez sean más las voces que preconizan un impuesto lineal (Díaz de Sarralde et al., 2006), impuesto ya implantado en algunos países del este europeo y que es más equitativo que el dual. En cualquier caso, por lo que respecta a la tarifa progresiva del IRPF, los países de la OCDE han tratado de seguir algunas pautas comunes (Oficina Económica del Presidente del Gobierno, 2007): una importante reducción de los tipos marginales máximos, tendencia a la linealidad reduciendo el número de tramos y ampliación de las bases imponibles (cuadro 1). Evolución de la tarifa en los países de la OCDE Cuadro 1 1980 1985 1990 1995 2000 2005 Tipo marginal máximo 62 57 49 48 46 44 Nº de tramos 14 11 6 5 5 4 Fuente: OCDE. 291 Analistas Económicos de Andalucía Con el impuesto dual se trata de establecer un sistema de IRPF que tiene diferentes tarifas para las rentas de trabajo, las de capital y las mixtas. Los sistemas existentes en los países del norte de Europa aplican un sistema de reparto para las rentas mixtas de capital y trabajo. El sistema español aplica la tarifa general a las rentas mixtas y a las procedentes del capital inmobiliario, como ya se ha señalado. Un impuesto dual mejora la eficiencia por el mejor tratamiento a las rentas y ganancias de capital, mejora la sencillez y empeora la equidad. Éste es un concepto siempre sometido a general discusión, pues se pueden encontrar al respecto justificaciones de todo tipo. A título de ejemplo, el impuesto dual se puede justificar por las diferentes elasticidades de las ofertas de capital y las de trabajo. Así, se ha afirmado: “establecer un tipo reducido sobre las rentas de capital no es necesariamente regresivo por dos razones, la primera que rendimientos y plusvalías tributan en términos nominales, elevándose su fiscalidad real sobre todo en épocas de inflación. Además tributa en los impuestos de capital existentes: Patrimonio y Sucesiones y Donaciones” (León Cabetas, 2007:124). Personalmente, considero cínica más que otra cosa una explicación que olvida la progresividad en frío de las tarifas progresivas y el pobre presente –y aun más oscuro futuro– de la imposición sobre la riqueza en España. La propuesta de un sistema de tipo único o impuesto lineal tiene ya larga vida, dado que fue propuesto con el nombre de “flat tax” por Hall y Rabuskha (1983). Se basa en tres principios: 1. Todas las rentas deben gravarse una sola vez. 2. Toda renta debe gravarse al mismo tipo impositivo. 3. El impuesto personal debe ser progresivo, articulando para ello un conjunto de mínimos exentos según circunstancias personales. Nótese que se trata de países poco sospechosos de perseguir la inequidad fiscal. 292 El nuevo modelo de IRPF tras la reforma de la Ley 35/2006 Capítulo XV. La tarifa Se trata, pues, de un impuesto que busca sencillez, neutralidad y cierta equidad. Un impuesto dual se puede llegar a considerar como una aproximación de impuesto lineal sobre la renta con un recargo progresivo sobre las rentas del trabajo, si la tarifa progresiva que grava las rentas del trabajo se estructura de manera que la gran mayoría de contribuyentes tribute solamente al tipo marginal inferior, mientras que los tipos marginales más altos se reservan para rentas elevadas del trabajo (Costa y otros, 2005). Jeffrey Owens (2005) resume en un sencillo gráfico los diferentes sistemas de tipo único (gráfico 1). A partir de la situación en la que no hay impuesto sobre la renta y, por tanto, la renta bruta sería igual a la renta disponible, se puede seguir por la situación de tipo único sin mínimo exento, donde la tributación es estrictamente proporcional; de ahí se avanza a la imposición de tipo único con mínimo exento, donde ya existe progresividad, y al tipo único con crédito de impuesto, que se configura como renta básica y con el que el grado de progresividad se hace mayor. Un impuesto lineal mejora la eficiencia por la minoración de los tipos marginales, mejora la equidad horizontal, pues tiene una base amplia y no genera problemas de rendimientos e incrementos de patrimonio irregulares en el tiempo, y empeora la equidad vertical. Por otra parte, es más sencillo de aplicar. El gráfico 2 muestra la evolución de los tipos reales en un impuesto lineal con mínimo exento: la progresividad crece mucho al inicio de la escala de renta y después, conforme se va elevando la renta, crece muy lentamente. Por su parte, la tarifa del impuesto que podemos llamar tradicional –la vigente en los países desarrollados hasta muy recientemente– parte A fines de 2004, el entonces director de la Oficina Económica del Presidente del Gobierno, Miguel Sebastián, presentó una propuesta de impuesto lineal sobre la renta en España bajo la perspectiva del mantenimiento de la recaudación vigente del IRPF. La propuesta contemplaba un tipo único del 30%, la supresión de muchas deducciones y un mínimo exento de 12.000 E. Según sus cálculos, se mantendría la progresividad y ganarían la mayoría de los contribuyentes, incluidos los doce millones de los mismos que perciben rentas más bajas. Los perjudicados estarían, obviamente, en las rentas medias y altas. 293 Analistas Económicos de Andalucía del principio de aplicarse a un impuesto sintético: todas las rentas que afluyen a un sujeto pasivo se suman algebraicamente, constituyendo una base imponible extensa y se someten a una única tarifa. Normalmente se produce en la base imponible una deducción como mínimo exento en concepto de mínimo vital o se aplica a un primer tramo de la tarifa un tipo cero, siendo ambas situaciones equivalentes en la práctica. La progresividad del impuesto depende de tres factores (Albi, González-Páramo y Zubiri, 2004): a) La magnitud de la renta que no se grava, como renta no discrecional o como mínimo exento y, en su caso, de la existencia de impuestos negativos. b) La introducción de deducciones específicas en la base y de deducciones en la cuota. En la base van al tipo marginal y en la cuota son independientes de la renta. c) La estructura de la tarifa o escala de los tipos impositivos. Aquí lo relevante es: n La cuantía de la renta incluida en el primer tramo con tipo impositivo positivo. n El número de tramos. n La progresión de los tipos impositivos intermedios y n El tipo marginal máximo, junto con el nivel de renta a que empieza a aplicarse. El tratamiento desigual a los desiguales exigido por la equidad vertical es el argumento que subyace en el establecimiento de escalas progresivas, esto es, a tarifas que aumentan el tipo impositivo aplicable a medida que aumenta el nivel de renta de su base. Son tarifas con tipos marginales crecientes hasta un punto y en las que los tipos medios se elevan aproximándose asintóticamente al tipo marginal máximo (Sevilla, 2004). 294 El nuevo modelo de IRPF tras la reforma de la Ley 35/2006 Gráfico 1 Capítulo XV. La tarifa Sistemas de tipo único Renta disponible (Y D ) Sin impuestos (Y=YD) tipo único, no mínimo exento básico tipo único, con mínimo exento básico tipo único, con crédito de impuesto (renta básica) Renta básica Mínimo exento básico Renta bruta (Y) Fuente: Owens (2005). Al construir una tarifa, la primera decisión es la de determinar el mínimo exento; la segunda es cuál debe ser el tipo marginal máximo que se quiere aplicar y para qué nivel de renta y, la tercera, es cómo se quiere que evolucione la progresividad hasta el nivel máximo. Al tipo marginal máximo se puede llegar por diversos caminos: los tipos marginales pueden elevarse a un ritmo constante, pueden elevarse suavemente al principio y más rápidamente para niveles más altos de renta o hacerlo al revés, de forma que la limitación del tipo marginal se alcance de forma suave. 295 Analistas Económicos de Andalucía Gráfico 2 progresividad de un impuesto lineal el impuesto lineal sobre la renta grava a un único tipo impositivo (t) todas las rentas (Y) que sobrepasen un mínimo exento fijo (e) Impuesto tipo único, con mínimo exento básico t Marginal (tMg =t) Medio ( tMe=Y/t) t = t(Y-e), si Y>e t = 0, si Y e e Renta (Y) Fuente: Taguas (2005). 2. La tarifa del IRPF español Como ya se ha señalado, la reforma actual se inscribe en la tendencia observada en los países de la OCDE. Tal como ha quedado establecido en la Ley 35/2006, de 28 de noviembre, del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, se configura como un impuesto dual. La cuota íntegra es la suma de aplicar los tipos correspondientes a las bases liquidables. La Ley distingue entre base liquidable general (BLG) y base liquidable del ahorro (BLA). La BLA es el saldo positivo de los rendimientos de capital mobiliario y el de las ganancias y pérdidas de patrimonio, con independencia de su plazo de generación. Tributa al 296 El nuevo modelo de IRPF tras la reforma de la Ley 35/2006 Capítulo XV. La tarifa tipo fijo del 18 por ciento (11,10 por ciento estatal y 6,90 por ciento autonómico. Se le aplicará el mínimo personal y familiar en su posible exceso sobre la BLG o totalmente si no hay BLG. La BLG corresponde al resto de los rendimientos incluyendo, como se ha señalado, los procedentes del capital inmobiliario. La tarifa aplicable a esta BLG, tiene cuatro tramos, eleva los umbrales de aplicación de cada tramo y disminuye el tipo marginal máximo del 45 al 43 por ciento. Esta modificación está totalmente ligada a la articulación de los mínimos, dado el gravamen a tipo cero del mínimo personal y familiar (Díaz de Sarralde y otros, 2006). Además, dada la extensión del primer tramo hasta 17.360 € de BLG, prácticamente el 70 por ciento de los contribuyentes tributarán en la práctica a un tipo único, de modo que ven simplificada su tributación [(Renta-Mínimo) x 0,24]. El cálculo para la deducción del tramo a tipo cero, se realiza aplicando la opción llamada “exemption from the bottom up” que consiste en: 1. Calcular por separado la BLG y el mínimo personal y familiar. 2. Aplicar la tarifa por separado a la BLG y al mínimo vital. La cuota íntegra será la diferencia entre ambos números. Si la base es inferior al mínimo, la cuota íntegra general (CIG) será cero y se podrá trasladar el excedente del mínimo a la BLA. En el cuadro 2 se presenta la tarifa del impuesto. La unificación de los productos del ahorro tiene la “ventaja” de incumplir la ya histórica “ley” de plomo de la tributación, según la cual los productos financieros menos sofisticados y más masivos son los que soportan mayor tributación. 297 Analistas Económicos de Andalucía Tarifa del irpf. Parte estatal, autonómica y agregada Base liquidable Hasta euros Cuadro 2 Cuota íntegra Euros Resto base liquidable Hasta euros Tipo aplicable Porcentaje 0 0 17.360 15,66 17.360 2718,68 15.000 18,27 32.360 5.459,08 20.000 24,14 52.360 10.287,08 En adelante 27,13 0 0 17.360 8,34 17.360 1.447,82 15.000 9,73 32.360 2.907,32 20.000 12,86 52.360 2.479,32 En adelante 15,87 0 0 17.360 24,00 17.360 4.166,40 15.000 28,00 32.360 8.366,40 20.000 37,00 52.360 15.766,40 En adelante 43,00 Escala estatal Escala autonómica Escala conjunta Fuente: Legislación. 298 El nuevo modelo de IRPF tras la reforma de la Ley 35/2006 Capítulo XV. La tarifa Al configurarse los mínimos como tramo a tipo cero, los ahorros son mayores al aumentar las cargas familiares, con independencia de la renta, por lo que tiene una mayor importancia para las rentas bajas y medias. A la vez, la elevación de los mínimos hará que más de siete millones de ciudadanos se sitúen por debajo del umbral de gravamen y no tengan que tributar (Díaz de Sarralde, 2007). 299 tu dio s Capítulo XV. La tarifa Es os oc u m e nt El nuevo modelo de IRPF tras la reforma de la Ley 35/2006 Referencias bibliográficas y 301 D El nuevo modelo de IRPF tras la reforma de la Ley 35/2006 Capítulo XV. La tarifa Referencias bibliográficas Albi, E; González- Páramo, J.M. y Zubiri, I. (2004): Blum, W.J. y Kalven, H. (1972): El impuesto progresivo: un tema difícil. Instituto de Estudios Fiscales. Madrid. Costa, M.; Durán, J.M.; Espasa, M.; Esteller, A. y Mora, A. (2005): Teoría básica de los impuestos: un enfoque económico. Civitas. Madrid. Díaz de Sarralde, S. y otros (2006): La reforma del IRPF de 2007: una evaluación de sus efectos. Instituto de Estudios Fiscales. Papeles de trabajo 26/2006. Díaz de Sarralde, S. (2007): La reforma del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. Información comercial española, 835. Economía Pública II. Ariel. Hall, R. y Rabuskha, A. (1983): The flat Tax. Hoover Institution. León Cabetas, C. (2007): El gravamen en el IRPF de las ganancias patrimoniales en España. Instituto de Estudios Fiscales. Madrid. OCDE (2006): Fundamental Reform of Personal Income Tax. Tax Policy Studies. 13/06 Oficina Económica del Presidente del Gobierno (2007): Informe Económico del Presidente del Gobierno, 2007. Ministerio de la Presidencia, Madrid. Owens, J. (2005): Reforma fiscal: una perspectiva. Instituto de Estudios Fiscales. Madrid. Sevilla, J.V. (2004): Política y técnica tributarias. Instituto de Estudios Fiscales. Madrid. Taguas, D. (2005): La reforma fiscal y la financiación de las CC.AA. UIMP. Santander. 303