KARL MARX (1818-1883) 1. LA TEORIA MATERIALISTA DE LA

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KARL MARX (1818-1883)
1. LA TEORIA MATERIALISTA DE LA HISTORIA
Es manifiesta la oposición de Marx a toda forma de idealismo. Rechaza el idealismo de Hegel,
acusándole de abstracción e irrealismo por su indiferencia hacia la naturaleza y el hombre real. Frente a las
posturas idealistas, Marx explica la realidad a partir de lo concreto mismo, no a partir de ideas o
abstracciones. Y lo concreto son las necesidades materiales del hombre sensible, del hombre real. De ahí el
nombre de Materialismo. Por materialismo histórico se entiende la doctrina de Marx que afirma que es la
infraestructura económica de una sociedad la que determina la conciencia que esta sociedad tiene de sí
misma y no al revés (según la organización económica así será la sociedad), y de que esta infraestructura
evoluciona a partir de contradicciones internas, esto es, dialécticamente.
La sociedad, por otra parte, se explica a partir de las relaciones dialécticas entre el hombre y la
naturaleza y el hombre con los demás hombres a través del trabajo. Mediante el trabajo el hombre se crea a
sí mismo al producir los objetos capaces de satisfacer sus necesidades. El proceso de trabajo se define como
el conjunto de actividades que el hombre realiza para transformar los objetos naturales con el fin de
satisfacer sus necesidades.
La categoría de producción se convierte, pues, en la categoría fundamental para comprender no sólo
al hombre, sino también a las distintas sociedades y, en consecuencia, para comprender la historia de la
humanidad.
En toda época histórica existen, según Marx, unos medios: tierras, capital, instrumentos, máquinas,
materias primas a partir de los cuales se realiza la producción. Esos medios de producción, más las técnicas
y los obreros que los utilizan forman las fuerzas de producción o fuerzas productivas que, a lo largo del
proceso de producción dan lugar a las relaciones de producción (es decir, las formas de propiedad de los
medios de producción, las formas de reparto de la producción y la organización de las clases sociales). Las
relaciones de producción, por tanto, en cuanto relaciones existentes en un momento determinado entre los
propietarios de los medios de producción y los proletarios, son la expresión del reparto del poder social; en
este sentido, las relaciones de producción establecen un modelo de distribución de posibilidades socialmente
aceptadas de satisfacción de necesidades y, con él, predeterminan la estructura de intereses existente en una
sociedad.
Al conjunto de las fuerzas productivas y de las relaciones de producción originadas por las fuerzas
productivas, lo denomina Marx, MODO DE PRODUCCION O INFRAESTRUCTURA de toda sociedad.
Ésta es la base real sobre la cual se levanta una superestructura jurídica y política y a la que corresponden las
formas sociales de conciencia. El modo de producción de la vida material determina el proceso de la vida
social, política y espiritual en general. Y esto es la superestructura. Llama, por tanto,
SUPERESTRUCTURA al conjunto de ideas, creencias, religiones, normas,... que configuran la conciencia
social; así como el arte y las estructuras e instituciones jurídicas y políticas que irradia y de las que se sirve
la infraestructura. Por tanto, la superestructura es el conjunto de elementos destinados a justificar la situación
de dominio, y que se manifiestan en el campo jurídico, histórico, político, filosófico, religioso o cultural. El
mismo Estado y el derecho que emana de él, por ejemplo, es una superestructura que se elabora en defensa
de los intereses de la clase dominante. La superestructura, por tanto, es producto de la infraestructura.
A lo largo de la historia los distintos modos de producción han dado lugar a distintos tipos de
sociedades. Aunque Marx no da una única clasificación, podemos decir que, básicamente, son:
-primitiva: propiedad colectiva de los bienes. Los medios de trabajo y los productos obtenidos pertenecen a
todos.
-esclavista: el esclavo es un instrumento del amo déspota que tenía completo derecho sobre su vida.
-feudal: señor noble, dueño de la tierra y con relaciones de servidumbre o dependencia a nivel económico y
político por parte de sus siervos.
-capitalista: el capitalista es propietario de los medios de producción y de la fuerza de trabajo del trabajador
que convierte en una mercancía más, de modo que la dependencia de los trabajadores con respecto de los
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propietarios de los medios de producción se asegura jurídicamente a través de un contrato laboral y
económicamente por medio del mercado del trabajo.
-socialista: régimen de propiedad colectiva de los medios de producción. Todos serán dueños mediante la
propiedad colectiva. La etapa socialista o dictadura del proletariado cuyo lema es “a cada cual según su
trabajo”, pretende borrar las huellas de la sociedad capitalista para dar paso a la sociedad comunista.
El desarrollo de la historia viene siempre condicionado por la contradicción entre las fuerzas
productivas y las relaciones sociales de producción. Como las relaciones sociales dependen de las fuerzas de
producción, resulta inevitable en determinadas circunstancias la confrontación, cuando las relaciones
producción no favorecen las fuerzas productivas. Se llega entonces a la revolución social.
La lucha de clases, uno de los paradigmas marxistas de interpretación de toda la historia y su propio
motor, se manifiesta cuando la clase explotada -el proletariado- se constituye en antítesis de la clase
dirigente, llegando a provocar la revolución social. Marx quiere ser un científico e interpretar la historia a
partir de la lucha de clases. Pero, a su vez, tiene otra finalidad: su supresión. Por eso, su crítica histórica es, a
la vez, análisis de la situación y proyecto transformador de la sociedad. Marx propone la superación de las
relaciones inhumanas y alienantes del capitalismo mediante la instauración de una sociedad sin clases, la
comunista, que según lo que se extrae de sus textos, está caracterizada por:
1. Cada persona trabajará de acuerdo con sus capacidades y recibirá de acuerdo con sus necesidades.
2. Desaparición de las clases sociales.
3. No habrá división entre el trabajo intelectual y el manual. Todos podrán practicar todos los trabajos.
4. Propiedad colectiva de todos los medios de producción.
5. Desaparición del Estado como fuerza coercitiva, quedando sólo como aparato técnico para el desarrollo
social.
6. Ideal de traer la felicidad a la Tierra para todos en condiciones de igualdad: abundancia de riqueza.
7. Fraternidad universal: “¡Proletarios del mundo, uníos!”.
2. EL CONCEPTO DE ALIENACION Y SUS FORMAS
El concepto de alienación es de origen jurídico y se refiere al proceso mediante el cual una persona o grupo
social es desposeído de algo que le pertenece y que pasa a depender de otra persona o grupo. En su acepción
psíquica se llama alienado al que no es dueño de sí mismo.
Los antecedentes inmediatos del concepto de alienación de Marx son los conceptos de alienación de Hegel y
de Feuerbach de los cuales Marx recibirá influencia.
Para Marx la verdadera causa de la alienación es la económica. El hombre no es dueño del fruto de su
trabajo, sino que es alienado del mismo por parte del capitalista.
Al estar alienado el trabajo del hombre, lo está el mismo hombre. La alienación de Marx se refiere a la
explotación del hombre sobre el hombre, indicando la pérdida de libertad y de autonomía de una clase social
como consecuencia de la explotación a la que la somete la clase social dirigente, que es la que posee los
medios de producción y que posibilita la existencia de la propiedad privada.
Según Marx, toda alienación tiene una base radicalmente económica y social. De la alineación económica
dependen todas las demás alienaciones. La alienación económica se observa claramente en el trabajo y se
refiere al hecho de que el trabajador padece la expoliación del producto de su trabajo (plusvalía), de su
trabajo mismo y de él mismo.
Esta alineación se articula de la siguiente manera:
Objetivación del trabajador en el producto de su trabajo: el hombre es lo que es por medio del trabajo y en
ese trabajo se expresa el propio hombre.
Pero en esta objetivación se produce una enajenación, o alineación: el producto de su trabajo se le hace
extraño al hombre, pues se lo apropia el capitalista.
Así se produce el dominio del objeto sobre el hombre: el hombre se convierte en siervo del objeto que él
mismo ha producido.
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De esta alienación económica surgen todas las otras formas de alienación:
La alienación social, que se da en la sociedad en forma de lucha de clases, fruto de la explotación que una,
empresaria-capitalista, ejerce sobre la otra, la proletaria.
La alienación política, que se manifiesta en la separación entre sociedad civil y Estado, donde se produce
una opresión de este para con aquella)
La alienación filosófica e ideológica, que consiste en una falsa visión de la realidad. Las diversas formas de
conciencia justificadoras de cada forma social. La alienación ideológica ofrece una visión de la realidad
falsa oculta a la visión real. Lo que se intenta es presentar una situación de hecho como fundada de derecho,
un privilegio tradicional como una superioridad natural.
La alienación religiosa, que es una justificación mística de la situación económica reinante. De esta manera
la religión es un consuelo ficticio del pueblo (Opio) y un medio de opresión real.
En definitiva, el sentido de alienación en Marx tiene significado básico económico que se verá
transplantado a otros órdenes de la estructura social que posteriormente veremos.
3. LA CRÍTICA A LAS IDEOLOGIAS
En Marx, ideología es falsa conciencia o conciencia deformada de la realidad. Es una elaboración
puramente intelectual de ideas ajena al contacto con la realidad (material). En la medida en que nuestras
ideas intentan reflejar la realidad (económica, política, etc.) pueden hacerlo de un modo adecuado o falso.
Cuando en vez de representar la realidad tal cual es, tratan de enmascararla, de falsearla, estamos ante la
ideología. Por ejemplo, pensar que el sistema de producción capitalista es un sistema justo y bueno para el
ser humano es una deformación ideológica, según Marx.
3.1. La deformación de las ideologías.
La ideología, que como se ha dicho es una forma de conciencia deformada, al interpretar la realidad,
la deforma. Aunque hay diferentes tipos de ideologías, todas ellas coinciden en que falsean la realidad.
Veámoslo:
3.1.1. Ideología política.
El falseamiento de la ideología política se manifiesta de diferentes formas. Veamos algunas:
1) Según la Constitución de algunos Estados “el pueblo es soberano” y “todos los ciudadanos son
libres e iguales”, sin embargo, el falseamiento es manifiesto: la soberanía del pueblo, la libertad y la
igualdad son puramente formales, porque no alcanzan al hombre real y concreto. Lo que se hace creer a los
ciudadanos, por tanto, no es más que un falseamiento de la realidad ya que ésta se caracteriza por: sufragios
censitario, desigualdad de clases, no reconocimiento de la mayoría de derechos a mujeres, jóvenes, no
propietarios, etc.
2) El Estado, teóricamente, es el árbitro de las diferencias entre los ciudadanos, está por encima de
los intereses particulares de los individuos. En realidad, el Estado no es un árbitro imparcial, sino un
instrumento de opresión en manos de la clase dominante.
3) Sólo los burgueses pueden ser políticos –la igualdad, ya se ha dicho, es ficticia-, ya que son los
únicos que tienen tiempo, formación y capital necesarios para dedicarse a la política, bienes de los que el
proletariado carece por completo. Como cabe esperar, al ser burgueses los diputados, votarán a favor de las
medidas que favorezcan los intereses de su clase.
3.1.2. Ideología religiosa.
Aunque la religión no es la preocupación fundamental de la filosofía de Marx, considera que va
mucho más allá de la ideología política, ya que ésta, al menos, se encuentra cerca de la realidad. En el caso
de la religión, en cambio, entramos en el mundo de lo imaginario, de lo irreal, de lo que solamente el
ideólogo afirma que es real.
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La ideología religiosa crea sus propios objetos (Dios, ángeles, Santísima Trinidad, paraíso,…), que
carecen de consistencia real. Sólo son productos imaginarios para que el proletariado se conforme con su
situación injusta en este mundo, garantizándole la justicia en el otro mundo. Al condenar la violencia, por
otra parte, la religión inhabilita al proletariado para llevar a cabo la revolución necesaria para la consecución
de una sociedad más justa en este mundo.
Aunque la religión perpetúa el orden injusto establecido con el conformismo que promueve, sin
embargo, el propio Marx considera que tiene como aspecto positivo el anhelo de realización del ser humano
que promueve (todos iguales -ante Dios-, crítica a los ricos,…), aunque debería transformarse en estimulante
para protestar ante las injusticias existentes y no inventar un más allá en el que se obtendrá el premio por
haber sufrido la injusticia en este mundo.
3.1.3. Ideología filosófica.
También la filosofía, en la medida en que se ocupa de problemas abstractos y se olvida de los
conflictos reales del presente, es una ideología, aunque menos primitiva y tosca que la religiosa, que
corresponde a un mayor grado de ignorancia dentro de la historia de la humanidad.
La filosofía sólo dejará de ser ideología si deja de interpretar falsamente la realidad y denuncia la
alienación y se convierte en praxis, en actividad transformadora, en actividad revolucionaria.
3.2. La función de las ideologías.
Las ideologías de una sociedad no tienen historia propia, independiente de la infraestructura de su
sociedad, sino que se corresponden con el sistema de producción y de distribución de bienes, esto es, con la
infraestructura de una sociedad.
¿Qué papel desempeñan las ideologías? ¿qué función tienen? La ideología que predomina en una
sociedad es la ideología de la clase dominante, la que posee los medios de producción. Ésta refleja
espontáneamente su situación social y genera un conjunto de doctrinas que proporcionan una “imagen” del
hombre, la sociedad y el mundo. Es una imagen deformada de la realidad, “una mentira legitimadora”, ya
que lo que se pretende con tales doctrinas ideológicas es justificar los intereses de la clase dominante.
Intenta presentar como “natural” el orden social vigente, aunque no lo sea (Recuérdese, como ejemplo, la
obsesión del liberalismo por consagrar la propiedad privada entre los derechos naturales fundamentales del
ser humano).
Cuando la lucha de clases se agudiza, la clase dominada toma conciencia de sí misma elaborando
una teoría –Marx considera, en su caso, que científica- para justificar la lucha de los explotados y justificar
un nuevo modelo de sociedad libre de explotación.
3.3. Desaparición de las ideologías.
Tanto en El Capital como en el Manifiesto del Partido Comunista, Marx afirma que las ideologías
desaparecerán cuando termine la subordinación de los hombres a las fuerzas sociales, cuando puedan
autodeterminarse con plena libertad. Las ideologías, por tanto, desaparecerán, cuando se instaure la sociedad
sin clases comunista. Entonces ya no será necesario legitimar, falseando la realidad, el dominio de una clase
social sobre otra.
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