Morfología de la piel

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Capítulo 636 Morfología de la piel & e636-1
La epidermis contiene además otros 3 tipos celulares. Los melanocitos son células que forman pigmento, por lo que son responsables del color de la piel y proporcionan protección frente a la
radiación ultravioleta. Los melanocitos epidérmicos derivan de la
cresta neural y emigran a la piel durante el período embrionario. Se
sitúan en la epidermis interfolicular y en los folículos pilosos y su
número en la epidermis puede aumentar por mitosis o migración de
otras células a la epidermis. Los melanocitos producen organelas
intracelulares (melanosomas) que contienen melanina. En la unidad
de melanina de la epidermis existe, aproximadamente, 1 melanocito
por cada 36 queratinocitos. A continuación los melanosomas son
transferidos a través de las dendritas de los melanocitos a los queratinocitos. Las células de Merkel son receptores mecanosensoriales
de adaptación lenta de tipo I, encargados de la sensación del tacto.
Las células de Langerhans son células dendríticas del sistema mononuclear fagocítico que se identifican mediante microscopia electrónica por una organela específica, los gránulos de Birbeck. Estas
células derivan de la médula ósea e intervienen en las reacciones
inmunitarias de la piel al actuar activamente en la presentación y el
procesamiento de los antígenos.
La unión de la epidermis y la dermis constituye la membrana
basal. Se trata de una estructura compleja en cuya formación intervienen células epidérmicas y mesenquimales. La unión dermoepidérmica se extiende desde la membrana plasmática de las células basales
hasta la zona más superior de la dermis. Ultraestructuralmente, la
membrana basal es una estructura trilaminar, formada por una lámina lúcida, adyacente a la membrana plasmática de las células basales, una lámina densa central y la lámina sub-basal en el lado
dérmico de la lámina densa. Hay numerosas estructuras en esta zona
que anclan la epidermis a la dermis. La membrana plasmática de las
células basales contiene unas placas electrodensas que se conocen
como hemidesmosomas; los tonofilamentos se distribuyen por el
interior de estas células hasta fijarse a estas estructuras. Los hemidesmosomas se componen de los antígenos del penfigoide bulloso de
180 y 230 kDa, las integrinas a6b4 y a3b1, y la plectina. Los filamentos de anclaje se originan en la membrana plasmática, cerca de
los hemidesmosomas, y se insertan en la lámina densa. Las fibrillas
de anclaje, compuestas sobre todo por colágeno tipo VII, se extienden desde la lámina densa a la zona más superficial de la dermis,
donde se insertan a las placas de anclaje.
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DERMIS
La dermis proporciona a la piel la mayor parte de sus propiedades
mecánicas. La dermis forma una estructura de soporte, fibrosa, firme
y flexible entre la epidermis y la grasa subcutánea. Consta de fibras de
colágeno, elastina y reticulina, incluidas en una sustancia fundamental amorfa, así como vasos sanguíneos, linfáticos, estructuras nerviosas, glándulas sudoríparas ecrinas y apocrinas, folículos pilosos,
glándulas sebáceas y músculo liso. Desde el punto de vista morfológico, la dermis se puede dividir en dos capas: la papilar superficial,
que se sitúa entre las crestas interpapilares de la epidermis, y la
reticular profunda, que se encuentra por debajo de la dermis papilar.
La capa papilar es menos densa y más celular, en tanto que la reticular
parece más compacta debido a la existencia de una red de fibras de
colágeno y elásticas entrelazadas.
El tipo de célula que predomina en la dermis es el fibroblasto, una
célula fusiforme que sintetiza colágeno, fibras elásticas y mucopolisacáridos. También se encuentran histiocitos, mastocitos y leucocitos
móviles. La sustancia fundamental gelatinosa sirve de soporte a los
componentes fibrilares y celulares y es un lugar de almacenamiento de
una parte importante del agua corporal. Los nutrientes alcanzan la
dermis y la epidermis a través de los vasos sanguíneos dérmicos.
TEJIDO CELULAR SUBCUTÁNEO
El panículo, o tejido celular subcutáneo, consta de células adiposas y
tabiques fibrosos que lo dividen en lóbulos y lo anclan a la fascia y el
periostio subyacentes. En esta capa también hay vasos sanguíneos y
nervios; además, actúa como un almacén de lípidos, un aislante para
mantener el calor corporal y un amortiguador de los traumatismos.
ANEJOS CUTÁNEOS
Los anejos cutáneos derivan de agregados de células epidérmicas que
se especializan durante las etapas precoces del desarrollo embrionario. Durante el tercer mes de vida fetal surgen pequeños esbozos
(yemas epiteliales primarias) que forman los folículos pilosos, las
glándulas sebáceas y apocrinas y los lugares de fijación del músculo
erector del pelo. Las glándulas sudoríparas ecrinas derivan de componentes epidérmicos aislados que surgen en el segundo mes de vida
fetal y que se acaban de formar en el quinto mes. La formación de las
uñas se inicia en el tercer mes de vida intrauterina.
FOLÍCULOS PILOSOS
El folículo piloso es la estructura más prominente del complejo piloso,
que incluye la glándula sebácea, el músculo erector del pelo y, en regiones como las axilas, la glándula apocrina. Los folículos pilosos se
distribuyen por toda la piel, exceptuando las palmas, las plantas, los
labios y el glande del pene; cuando se destruyen no se pueden regenerar. Cada folículo se extiende desde la superficie de la epidermis a la
dermis profunda. El folículo piloso se divide en cuatro segmentos: el
infundíbulo, que se extiende desde la superficie cutánea hasta la
desembocadura del conducto sebáceo; el istmo, que se extiende desde
la apertura del conducto sebáceo hasta la protuberancia; el folículo
inferior entre la protuberancia y el bulbo piloso; y el bulbo piloso. La
protuberancia se encuentra en la inserción del músculo erector del
pelo y en ella se localizan las células cutáneas progenitoras. La diferenciación de estas células progenitoras está controlada en parte por
c-myc. El bulbo es la parte del pelo donde las células de la matriz y la
papila dérmica se encargan de la formación y el mantenimiento del
pelo. Las activinas y sus receptores y ligandos proteicos son importantes reguladores de la proliferación celular, la diferenciación y la
apoptosis en el desarrollo del folículo piloso y en el ciclo piloso. El
pelo en crecimiento se compone del cuerpo del pelo y de sus cubiertas
de sostén.
El crecimiento del pelo humano es cíclico, con períodos alternantes de crecimiento (fase anágena) y reposo (fase telógena). La duración de la fase anágena oscila entre meses y años. Al nacer, todos los
pelos se encuentran en esta fase. La actividad posterior no es sincrónica, de manera que existe un patrón aleatorio global de crecimiento y caída. En cualquier momento el 85% de los pelos se encuentra en fase anágena. El pelo del cuero cabelludo suele crecer en torno
a 1 cm/mes.
Existen diferentes tipos de pelo: lanugo fetal, pelo terminal y vello.
El lanugo es un pelo fino y corto, que se cae antes de llegar a término y
se sustituye por vello en la semana 36-40 de gestación. El vello es
corto, suave, a menudo no pigmentado, y se distribuye por el resto del
cuerpo. El pelo terminal es largo y grueso, y se encuentra en el cuero
cabelludo, la barba, las cejas, las pestañas, las axilas y la zona púbica.
Durante la pubertad, el estímulo de las hormonas andrógenas hace
que el vello de la región púbica, axilar y de la barba sea sustituido por
pelo terminal.
GLÁNDULAS SEBÁCEAS
Las glándulas sebáceas están presentes en todas las regiones, excepto
en las palmas y las plantas y el dorso de los pies; son más numerosas
en la cara, la zona superior del tórax y la espalda. Sus conductos se
abren a los folículos pilosos, salvo en los labios, el prepucio y los
labios menores, donde se abren directamente a la superficie mucosa.
Estas glándulas holocrinas son estructuras saculares que suelen estar
ramificadas y lobuladas y constituidas por una capa basal proliferativa de pequeñas células planas periféricas a una masa central de
células lipídicas. Estas últimas se desintegran según avanzan por el
conducto y forman la secreción lipídica que se conoce como sebo. El
sebo consta de restos celulares, triglicéridos, fosfolípidos y ésteres de
colesterol. Las glándulas sebáceas dependen de la estimulación hormonal y se activan por los andrógenos durante la pubertad. Los
andrógenos maternos estimulan las glándulas sebáceas fetales, y su
secreción lipídica, junto con las células descamadas del estrato córneo,
conforman la vérmix caseosa.
e636-2 & Parte XXXI La piel
GLÁNDULAS APOCRINAS
Las glándulas apocrinas se localizan en las axilas, la aréola, las zonas
perianal y genital y la región periumbilical. Son estructuras tubulares
largas y espirales que secretan continuamente un líquido lechoso
inodoro en respuesta a estímulos adrenérgicos, normalmente como
consecuencia del estrés emocional. La descomposición bacteriana del
sudor apocrino explica el desagradable olor que se asocia a la sudoración. Las glándulas apocrinas permanecen inactivas hasta la pubertad; en esa etapa aumentan de tamaño y comienzan su secreción en
respuesta a la actividad andrógena. El extremo secretor de la glándula
está formado por una capa simple de células, rodeadas por una capa de
células mioepiteliales contráctiles. El conducto se encuentra revestido
por una doble capa de células cúbicas y se abre al complejo pilosebáceo. Las glándulas apocrinas no participan en la termorregulación, pero sí se afectan en algunas enfermedades.
GLÁNDULAS SUDORÍPARAS ECRINAS
Las glándulas sudoríparas ecrinas están distribuidas por toda la superficie corporal, incluidas las palmas y las plantas, donde son más abundantes. En la piel con pelo responden a estímulos térmicos y actúan
regulando la temperatura corporal al secretar agua a la superficie
corporal para su evaporación; por otro lado, las glándulas sudoríparas de las palmas y las plantas responden fundamentalmente a
estímulos psicofisiológicos.
Cada glándula ecrina consta de un extremo secretor localizado en
la dermis reticular o el tejido celular subcutáneo y un conducto secretor que se abre a la superficie cutánea. Los poros sudoríparos se pueden identificar en los pliegues epidérmicos de las palmas y los dedos de
las manos con una lupa, mientras que no son visibles en otras localizaciones. En la capa simple de células que forman el extremo secretor
hay dos tipos celulares: células oscuras pequeñas y células claras
grandes. Estas células se apoyan en una capa de células mioepiteliales
contráctiles y una membrana basal. Las glándulas están inervadas por
fibras nerviosas simpáticas, aunque el mediador farmacológico del
sudor es la acetilcolina en lugar de la adrenalina. El sudor de estas
glándulas contiene agua, sodio, potasio, calcio, cloruro, fósforo, lactato y pequeñas cantidades de hierro, glucosa y proteínas. La composición varía con el grado de sudoración, pero siempre es hipotónica en
los niños normales.
UÑAS
Las uñas son unas estructuras epidérmicas, especializadas en la
protección, que forman unas láminas convexas, traslúcidas, bien
ajustadas y adheridas firmemente a la superficie dorsal distal de los
dedos de las manos y de los pies. La lámina ungueal se forma a partir
de una matriz metabólicamente activa de células que se multiplican y
se sitúan por debajo del pliegue ungueal posterior; el ritmo de crecimiento es de alrededor de 1 cm cada 3 meses. La lámina ungueal está
limitada por los pliegues ungueales lateral y posterior; un eponiquio
delgado (la cutícula) se proyecta desde el pliegue posterior sobre una
zona blanquecina en forma de semicírculo que se denomina lúnula. El
color rosado refleja el lecho vascular subyacente.
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