AÑOS DE PINTURA VALENCIANA “del costumbrismo a la contemporaneidad” 15 de Septiembre - 10 de Octubre 2005 Índice Introducción .............................................................. pág. 7 Prólogo ..................................................................... pág. 11 Biografías (orden cronológico) .................................... pág. 17 Artistas (orden alfabético) ........................................... pág. 38 Catálogo de la Exposición .......................................... pág. 39 Agradecimientos ........................................................ pág. 136 Créditos .................................................................... pág. 136 Introducción En este primer año en el que vamos a estar presentes desde el principio de temporada en nuestra Galería, en la que vamos a seguir desarrollando nuestra actividad como especialistas en pintura española del siglo XX, hemos querido presentar la PRIMERA EXPOSICIÓN de una serie de monográficas que iremos preparando con el fin de darnos a conocer en este maravilloso mundo del coleccionismo y de aproximarnos a los amantes del arte en toda España sin excepciones autonómicas. Para esta ocasión hemos creído interesante mostrar una importante selección de obras realizadas en los últimos 125 años por los principales pintores nacidos en la Comunidad Valenciana y lo hemos hecho por diversos motivos: Porque debido a nuestros gustos personales - y sin premeditaciónhabíamos ido acumulando un importante fondo de galería que nos lo ha permitido. También porque al ser nuestro Director-Gerente nacido en Castellón, creemos que es una buena manera de iniciar nuestra andadura. Y por último porque tenemos la fortuna de contar con un elevado número de amigos y colaboradores de aquella maravillosa tierra que nos han apoyado y ayudado a dar forma a la idea original. Es nuestro deseo y para un futuro próximo -si las circunstancias nos lo permiten- ir realizando muestras de otros lugares y de otros artistas hasta ir completando el variadísimo mosaico de nuestras diferentes y ricas culturas y los diversos modos pictóricos de entenderlas e interpretarlas poniendo especial énfasis en la modernidad más reciente. Esperamos que tanto esta selección de obras, como la filosofía general de nuestra galería, consistente en presentar "piezas muy especiales" sean de su agrado. ¡Qué disfruten! Rafael Lozano 7 Prólogo Francisco Javier Pérez Rojas “Artistas valencianos entre dos fines de siglo” José Navarro “Maternidad” J. Sorolla “Hipódromo” Ignacio Pinazo “La escollera” Los pintores valencianos de los siglos XIX y XX han sido protagonistas de una de las aportaciones más sólidas y sobresalientes al desarrollo del arte español contemporáneo. Si nos detenemos en lo realizado entre 1870 y el 2005 encontraremos una lista bastante extensa de nombres dignos de mención y estudio, una relación indudablemente más amplia de los cinco o diez que suelen barajarse en los manuales e historias al uso cuando se habla de la pintura o de los artistas valencianos. Puede que un amplio sector del público identifique la pintura de los valencianos con unos pocos protagonistas, o se acudan a definiciones ya tan tópicas como la del luminismo o se plantee la entrada en la modernidad como la superación del supuesto luminismo sorollesco, como si el ser moderno fuera una simple cuestión de mayor o menor intensidad en la luz o un problema sobre los centímetros de un tipo de pincelada. Por otro lado si nos detenemos en las obras realizadas por estos artistas entre 1870 y 1930, por acotar una primera fase, quizás sería más adecuado y justo ir hacia una valoración de calidad antes que buscar el grado de una mayor o menor modernidad; desde este punto de vista no cabe duda que nos encontramos ante muy buenos pintores, excelentes en la mayoría de los casos. Ya se ha repetido en más de una ocasión que una de las virtudes más notables de los artistas valencianos es su buen oficio, un arma de doble filo que se puede entender tanto como un virtuosismo extremo o como una peligrosa deriva hacia el academicismo al cual en realidad algunos se vieron abocados. Pero en cualquier caso, no hay que olvidar que los artistas valencianos de más prestigio impulsaron de alguna manera la renovación de la pintura de su tiempo, como lo hicieron Muñoz Degraín, Ignacio Pinazo, Emilio Sala o Joaquín Sorolla. Podemos, pues, afirmar que el proceso de renovación de la pintura española del XIX recibió un impulso transcendental por parte de estos artistas, especialmente con la obra de Pinazo, demasiado moderna en algunos ejemplos y casos como para que la asumiera en buena medida el conjunto de la crítica española de su tiempo. 11 G. Puig Roda “Pelando la pava” J. Sorolla 12 “Landó” J. B. Porcar “Pescadores” J. Benlliure “Zoco” 125 años de pintura valenciana / Prólogo Si por una serie de circunstancias la proyección de Pinazo quedó más limitada al estar el artista inmerso en una vía más experimentadora y solitaria, otros artistas como Sala, Pla y Sorolla si que tuvieron una decisiva influencia en su tiempo convirtiéndose éste último en uno de los guías más decisivos del momento. Pero es prácticamente imposible hablar del arte valenciano de los siglos XIX y XX como un capítulo o historia claramente cohesionados y unitarios. Los estímulos son muy diferentes y todo es susceptible de dar lugar a agrupaciones muy varias en las cuales caben artistas de otras procedencias con los que coinciden en sus inquietudes y mirada. Por otro lado, si tomamos dos artistas extremos de los que nos ofrece esta exposición, como pueden ser Bernardo Ferrándiz o Manolo Valdés, es obvio que no hay la más mínima relación aparente que venga dictada por la común procedencia; ambos forman parte de fases muy distintas de un periodo bastante amplio, que responde a estímulos e inquietudes plásticos diferentes. No obstante podrían buscarse otro tipo de diálogos y confrontaciones, si se desea, aunque esto podría hacerse sin tener por que ser todos los artistas de un mismo origen, pero como los reunidos en esta exposición son valencianos queda abierta la puerta para buscar juegos de diálogos o contrastes; miradas entrecruzadas que permitan relecturas y comparaciones algo perversas para apreciar como hay otras vías más allá de los trillados compartimentos generacionales o geográficos. Dejemos por un momento las ordenaciones más fáciles y detengámonos en otros aspectos como el color, el vitalismo, la ironía, el sarcasmo, la materialidad, la luz, la sutileza ambiental, las transpeaencias, los ambientes sociales, las gestualidades, las visiones multitudinarias, los mecanismos totalizadores... que emplean los artistas de distintas generaciones. De este modo la mirada del espectador tenderá a reconstruir o estructurar otro tipo de lecturas de la creación plástica al margen de los estilos y las cronologías estrictas. Cuando en un primer momento contemplé el material de esta exposición, a causa de mi mayor dedicación al estudio de la pintura valenciana de finales del XIX y primer tercio del XX, me parecían un tanto desconectados los dos bloques de pinturas, pero esta muestra no es desde luego una antológica académica de la pintura valenciana de siglo y medio, sino que nos muestra distintos destellos, y esos destellos son los que son. Pero una vez repasados los bloques me parecen ahora casi más interesantes por lo que suponen de desafío a la mirada crítica convencional al tenerlos que abordar desde un único apartado introductorio, y no siguiendo las divisiones generacionales cerradas que nos han brindado los catálogos de exposiciones de arte valenciano de las que disponemos. Hay piezas muy refinadas e individuales con luz propia, pero resulta en G. Puig Roda J. Benlliure “Verona” “Carnaval en Roma” J. B. Porcar José Navarro “La casa del artista” “Hipódromo de Deauville” extremo curioso como con cierta ironía, de la cual participan algunos de los artistas mostrados, se pueden establecer una serie de cotejos o contrastadas visiones de temas afines, pero radicalmente evolucionados en cuanto a sus mecanismos de expresión y pensamiento. Establecería como géneros o apartados fundamentales en esta selección de piezas de colección, el costumbrismo y la crónica -el camino que va del costumbrismo a la crónica social-, la caracterización de tipos, la ironía, la poesía del paisaje o los diálogos con los maestros del pasado. De este modo, artistas a todas luces irreconciliables para los criterios más ortodoxos, y artistas que puede que incluso hayan abominado de lo que suponen las creaciones del XIX como manifestación de un gusto anecdótico se ven ahora casualmente abocados a una compañía o un obligado diálogo que puede ser motivo de otro tipo de reflexiones, pero esa es la virtud también de la mirada o la perspectiva histórica, a fin de cuentas la mayoría de artistas que reunimos son del siglo XX o en el caso del primer grupo han vivido a caballo entre XIX y el XX. Se hace bien patente con las obras que tenemos ante nosotros, que la génesis de la nueva pintura valenciana del XIX gira en torno al costumbrismo, con su inventario de tipos y situaciones, como un primer acercamiento a la realidad (Ferrándiz); un costumbrismo que se impregna con frecuencia del preciosismo de Fortuny (Benlliure), para evolucionar hacia el naturalismo y desembocar en el decorativismo modernista de José Navarro o José Mongrell, aunque todo ello no son divisiones tan claras y delimitadas. Esa mirada costumbrista evoluciona considerablemente en la segunda mitad del XX de la mano de los nuevos modernos para hacer crónica de otras realidades y desplazando el ámbito rural por el urbano. La ideología que sustenta estas nuevas creaciones es muy otra y aunque ambas quieren hacer crónicas de un tiempo concreto, la nueva pintura se depura en todos los sentidos lanzando una mirada más crítica. Equipo Realidad y Equipo Crónica son dos grupos artísticos valencianos cuya visión crítica no supone menoscabo de un desenfado irónico. Si colocamos frente a frente el cuadro de Ferrándiz del esquilador con el del Equipo Realidad, nos encontramos con dos visiones y situaciones que ostentan dos tipos de comicidad o sarcasmo. Si Fortuny fue un modelo especialmente vivo para los más importantes artistas valencianos del XIX como Ferrándiz, Agrasot, Pinazo y Sorolla, la mirada hacia otros maestros de la gran tradición del pasado como Velázquez y Goya adquiere una especial significación. El mundo Goyesco es para Francisco Domingo un juego a veces de pintoresquismos expresivo, para Pinazo es algo más 13 J. Navarro J. Navarro “Idilio en la playa” J. Navarro “Pililas” J. Navarro 14 “Arco y Zoco” “Poblado árabe” 125 años de pintura valenciana / Prólogo profundo que invita a lecturas más psicológicas y audaces. De hecho la escena taurina que se nos presenta es uno de sus cuadros de más claro espíritu goyesco, tanto que casi lo confundiríamos con un Eugenio Lucas, con esta obra reafirmamos la importancia de la lectura moderna que Pinazo hace de Goya que vengo subrayando en mis últimos trabajos. Diferente es la recreación que Manolo Valdés hace de las figuras velazqueñas, una de sus obsesiones. La refinada escultura remite a un juego de volúmenes puros que terminan en ciertas evocaciones africanas. La forma en abanico del cabello es en realidad la única metáfora de asimilación a un universo velazqueño que se sitúa fuera de cualquier historicismo. De entre la serie de artistas presentes en la exposición y el texto llaman poderosamente nuestra atención las obras de José Navarro -que constituyen una auténtica mini exposición-, como ejemplo de evolución libre de una herencia fortunyana y sorollesca. El mundo de Navarro podría tener una paralelo temático con las obras de José Benlliure, pero nos resulta mucho más fresco y atractivo su universo plástico, menos relamido quizás. Sus pinturas de intensa luminosidad tienen una atmósfera reverberante y una extraordinaria riqueza cromática. Es por ello que nos atreveríamos ahora a saltar cronológicamente para ir desde aquél hacia la obra de Mompó, uno de los abstractos valencianos más sutiles y poéticos, que aquí está presente con una obra más armónicamente ordenada que sígnica. Desde luego que para nada se puede decir que influyera la obra de Navarro en Mompó, pero hay fragmentos e intuiciones en Navarro que indican como hay un componente de pintura pura que se sitúa por encima de la anécdota y que fragmentariamente puede ahora asociarse con Mompó dentro de los diálogos, un tanto arbitrarios si se quiere, que estamos estableciendo entre las obras que se nos presenta. Para las secuencias de estudios de rostros y gestos del dibujo de Carmen Calvo quizás el mejor extremo nos lo brinda Francisco Domingo con sus series de estudios de caras un tanto goyescas y gesticulantes. La expresión de las masas anónimas, como un cuerpo social que se ve enfrentado a diversas situaciones de opresión o tensión, ha tenido su más claro intérprete en Genovés. Frente a ellas se recorta la visión más individualizada o placentera de la multitud de Benlliure en los zocos o en el carnaval romano, los paisajes africanos de Navarro, los playistas de Cecilio Pla o la espera en los muelles de Alberto Pla y Rubio. Distintas visiones de las vivencias urbanas oscilantes entre lo placentero y la tensión. R. Fons J. Navarro Rafael Forns y Francisco Lozano nos brindan dos perspectivas del paisaje en panorámica, relativamente próximas en cuanto que Lozano pertenece a una generación intermedia, pero claramente evolucionadas. Pero quizás para terminar este breve recorrido de pintura valenciana aparentemente tan distinta y dispar, pero con unos nexos que imponen la misma trama de la vida humana, nada mejor que la obra del Equipo Crónica -que sobre el velador matissiano nos presenta la pantalla de la televisión-, para terminar este recorrido que había empezado con imágenes costumbristas. Nada encierra mejor la visión del costumbrismo contemporáneo que la televisión, la telebasura nos ha anegado con el costumbrismo de lo procaz y hortera, ante él quizás habría que revisar este otro que en realidad nos ofrece todo el conjunto de pinturas del primer bloque, que son narraciones y crónicas de otro tiempo que hablan de unos modos de vida, de unos ideales de evasión, de fascinación y análisis de lo cotidiano, de historias de otros tiempos que encierran una visión un tanto candorosa. “Sitges” “Marina” Francisco Javier Pérez Rojas Catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Valencia J. Mongrell J. Navarro “Niños pescadores” “En el parque” 15 Otras obras: J. Benlliure I. Pinazo “Calabazas” E. Cubells F. Domingo G. P. Roda G. P. Roda G. P. Roda 16 “Bazar” “Parque” “Fête de Neully” “La castellonera” J. Navarro “Camelleros” J. Navarro “En el Zoco” J. Navarro “Moritos” “Emparrats” “El abuelo” 125 años de pintura valenciana / Prólogo Biografías Orden cronológico Agustín Almar................................................................. Bernardo Ferrándiz....................................................... Joaquín Agrasot............................................................ Francisco Domingo...................................................... Ignacio Pinazo............................................................... José Benlliure................................................................ Juan Antonio Benlliure................................................. Cecilio Pla....................................................................... Joaquín Sorolla.............................................................. Gabriel Puig Roda......................................................... José Navarro.................................................................. Alberto Pla Rubio........................................................... José Mongrell............... ................................................. Julio Vilá Prades ........................................................... Enrique Martínez Cubells ........................................... José Pinazo.................................................................... Juan Bautista Porcar.................................................... Francisco Lozano......................................................... Manuel Mompó............................................................. Juan Genovés............................................................... Equipo Crónica............................................................. Equipo Realidad........................................................... Juan Ripollés................................................................. Manolo Valdés............................................................... Vicente Peris.................................................................. Carmen Calvo............................................................... Javier Mariscal.............................................................. Marcos Caparrós......................................................... pág. pág. pág. pág. pág. pág. pág. pág. pág. pág. pág. pág. pág. pág. pág. pág. pág. pág. pág. pág. pág. pág. pág. pág. pág. pág. pág. pág. 19 19 20 20 21 22 23 23 24 24 25 25 26 26 27 28 28 29 30 31 35 35 32 32 33 34 34 36 AGUSTÍN ALMAR BERNARDO FERRÁNDIZ (Valencia, 1835 - Málaga, 1885) Pintor valenciano que desarrolla su actividad a mediados del siglo XIX. Formado en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos, en Valencia. Paisajista y costumbrista de la Escuela Valenciana de la época, entre los que destacaban Abril, Cebrián Mezquita y el propio Almar, todos considerados grandes profesionales con un encomiable dominio de los recursos técnicos. El principal destinatario de sus obras era una burguesía local en expansión que demandaba cuadros de mediano formato adecuados a las dimensiones de las nuevas residencias, que sobre todo gustaba de la pintura de signo costumbrista. Por aquellos años Valencia tomó fama como uno de los lugares donde mejor se pintaba en España, y de ser considerada una escuela periférica se convirtió en uno de los centros principales de la pintura española, siendo Agustín Almar uno de sus representantes más destacados. Nació en el Grao de Valencia en 1835 y estudió en San Carlos, trasladándose después a Madrid para proseguir los estudios en San Fernando, bajo la dirección de Federico de Madrazo. Viajó mas tarde a París (1859) para estudiar en la Escuela Imperial, bajo la dirección de Duret. Allí conoce la corriente costumbrista, que rápidamente le sirvió como inspiración; en 1861 pintó su primera obra de costumbres, “Un alcalde de Valencia en 1800”. Entre 1861 y 1862 logra un gran reconocimiento en Valencia, prestigio que le animó a solicitar de la diputación valenciana una pensión para proseguir sus estudios en París. La petición de Ferrándiz provocó una decisión de la mayor importancia para la pintura valenciana; el 3 de febrero de 1863, en reunión extraordinaria, la diputación acuerda crear una pensión a favor de uno de los alumnos más sobresalientes de la joven escuela valenciana. El resultado más importante de esta primera pensión de la Diputación fue un lienzo emblemático para la escuela valenciana: “El Tribunal de las aguas de Valencia” (1800). Fue expuesto en el Salón parisino de 1864, siendo adquirido por Napoleón III por 6.000 francos y depositado en el Museo de Burdeos. Al año siguiente Ferrándiz realizó una réplica que envió a la diputación valenciana. La crítica de arte valenciana se entusiasmó con el lienzo. Tras el éxito de “El Tribunal…” -momento cumbre de su carrera- Ferrándiz continuó en París, realizando pinturas costumbristas. Pero pronto regresó a España y obtuvo por oposición la cátedra de colorido y composición de la Escuela de Málaga, donde se incorporó en 1868. Su activismo político le obligó a huir de Málaga y refugiarse en Valencia, donde prosiguió sus actividades subversivas, llegando a convertirse en portavoz de los cantonalistas. Cuando Martínez Campos tomó Valencia se refugió primero en Alcalá de Chivert y desde allí huyó a Italia, donde fue acogido por Fortuny. En 1875 regresó a Valencia, para reincorporarse después a su cátedra malagueña, donde se dedicó a dirigir la escuela, llamando a ella, entre otros, a Muñoz Degraín. Murió en Málaga en 1855 a los cincuenta años de edad. 19 JOAQUÍN AGRASOT (Orihuela, Alicante 1836 - Valencia, 1919) Hijo de Joaquín Agrasot y de Rita Juan, ambos confiteros de profesión; muy joven y con la idea del arte metida en la cabeza, se prepara para ingresar en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Carlos con la intención de convertirse en pintor. La ayuda recibida por la Diputación Provincial de Alicante le sirve para ingresar, alrededor de 1856, a los veinte años de edad, siendo discípulo predilecto de Francisco Martínez Yago. Orihuela, su ciudad natal, le marcará un tanto a través de los tiempos, influyendo en su producción artística por mediación de su huerta. A los cuatro años ya consigue Agrasot una medalla de cobre en Alicante, siendo en octubre de 1860 cuando se celebra una Exposición Agrícola, Industrial y Artística bajo el patrocinio y los auspicios de la Sociedad Económica de Amigos del País. El éxito del artista va escalando puestos por lo que en la sesión del 3 de noviembre de 1863 la Diputación de Alicante, con la que colabora la Diputación de Valencia, le conceden una pensión para trasladarse a Roma y ampliar conocimientos. Allí conecta con las corrientes artísticas e intelectuales vigentes en aquel momento así como con diversos organismos oficiales y que, por tanto, estaban en la Ciudad Eterna. Entre ellos encontramos a Mariano Fortuny, Rosales, Puebla, Casado del Alisal, Vallés, Aznar, Valdeperas, Bellevar, Palmaroli, Villegas y Lorenzo Casanova. La amistad que nace entre ellos se hace muy íntima. Roma es la ciudad en que Joaquín Agrasot recibe el espaldarazo definitivo, siendo en su trayectoria artística tan importante su amistad con Mariano Fortuny como el ambiente artístico que ambos respiraban, las excursiones y visitas a ciudades famosas de Italia y sus tertulias en el famoso Café Greco de la Plaza de España. Agrasot recibía clases en la Academia Chiggi de la Vía Margutta en la que tuvieron su estudio Ignacio Pinazo y José Benlliure. Desde Roma envía el cuadro “Lavanderas de la Scarpa” con el que obtiene una medalla de tercera clase en la Exposición Nacional de 1864 en Madrid. El año 1874 varía un tanto el rumbo de su vida tras la muerte del pintor de Reus, Mariano Fortuny, que en plena juventud 20 125 años de pintura valenciana / Biografías deja inacabada su obra artística. Los futuros proyectos de realización con su amigo por distintas capitales de España y en especial Granada, quedan marginados y Agrasot regresa definitivamente a Valencia, cultivando los distintos géneros: retratos, cuadros de historia, paisajes y pinturas de costumbres, recorriendo casi todas las líneas pictóricas de la época pero tomando siempre como primordial los tipos, paisajes y costumbres valencianas interpretados por su dibujo y su color. Además de la pintura “de género”, Joaquín Agrasot se inclinó alguna vez hacia lo histórico, como el cuadro que en 1887 le valió una medalla de segunda clase: “Entrada de Carlos V en el Monasterio de Yuste”. Participa en la Exposición que el 11 de julio de 1894 se inaugura en el Teatro Principal, patrocinada por la Sociedad de Amigos del País, siendo nombrado Académico de número de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia el 6 de marzo de 1898, dos años después del nombramiento de Ignacio Pinazo. También fue nombrado académico de la Real academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. Valencia, la ciudad en la que transcurrió casi toda su vida, le hizo famoso, llegando a ser una institución dada su gran actividad y dedicación a las tareas artísticas. Fue allí donde fallece el 8 de enero de 1919. FRANCISCO DOMINGO (Valencia, 1842 - Madrid, 1920) Padre y maestro del también pintor Roberto Domingo Fallola. Su formación tiene lugar en la Escuela Superior de San Carlos, donde tiene como maestros a Plácido Francés, Pablo Gozalvo y Rafael Montesinos. En 1863 ingresa en la Academia de San Fernando en Madrid, donde acude con asiduidad y pasión al Museo del Prado estudiando con reverente admiración los lienzos de Francisco de Goya. Alcanzó Mención de Honor en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1864; en 1866 fue Segunda Medalla y en la Regional de Valencia de 1867 Medalla de Oro. En 1868 viaja a Roma becado por la Diputación Provincial de Valencia, coincidiendo allí con Eduardo Rosales. En 1871 regresa a España y obtiene Primera Medalla en la Nacional. Ese mismo año es nombrado profesor de Dibujo y Paisaje en La Escuela de San Carlos de Valencia, donde fue maestro, entre otros, de Emilio Sala e Ignacio Pinazo. Por aquel tiempo fija su residencia en Madrid donde lleva a cabo diversas decoraciones importantes. En 1874 contrae matrimonio con Elvira Falolla y tras un viaje por Andalucía, se instala en Paris en 1875, donde residirá hasta 1914, consiguiendo alcanzar una considerable reputación, logrando vender sus cuadros a elevadísimos precios. Tras el inicio de la Primera Guerra Mundial se traslada a Madrid y en 1915, apoyado por Sorolla presenta una selección de 32 cuadros, obtando a la Medalla de Honor en la Nacional de Bellas Artes. Fue nombrado Académico de la Real Escuela de San Fernando (1917) y de la de San Carlos de Valencia. Obtuvo también la Gran Cruz de Alfonso XII. Autor fecundo con una gran facilidad en el dibujo y un vivo y brillante colorido. Practicó diversos géneros, desde la pintura de historia a la religiosa, del cuadro de costumbres al retrato, pasando por la composición y la escena de género. A su muerte se le rindió un gran homenaje en Valencia, erigiéndole un monumento obra de Mariano Benlliure. Entre sus obras destacan: “El Beato Juan de Ribera en la expulsión de los moriscos”, “Un lance del siglo XVII”, “El Palleter”, “Santa Clara”, “El estudio de Muñoz Degraín”, “Retrato de mi madre”, “Retrato de Fortuny”, “El Zapatero”, etc. Su obra está representada en el Museo del Prado, Museo de Bellas Artes de Valencia, Museo de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, Hispanic Society de Nueva York, etc. IGNACIO PINAZO (Valencia, 1849 - Godella, 1916) Nació en Valencia el 11 de enero de 1849. Hijo de una familia modesta; a los quince años ingresa en la Academia de San Carlos, donde fue alumno de José Fernández Olmos. En el curso 1868-69 obtuvo primeros accésit en dibujo del natural y en colorido y composición. Hasta 1870 debió combinar sus estudios con el oficio de sombrerero y a finales de ese año tuvo su primer encargo conocido, una Santa Mónica; pero el párroco rechazó el lienzo, siendo adquirido tres años después por el Ayuntamiento de Barcelona tras haberlo presentado a la exposición regional de dicha ciudad en 1873. En 1871 asistió al taller de Francisco Domingo, cuya influencia fue importante en su formación. En 1872 participó en las oposiciones para obtener la pensión de Roma, con resultado adverso; en el 73 decidió marchar a Italia con sus propios medios, donde permaneció siete meses; además de Roma, visitó Nápoles y Venecia, relacionándose con Bernardo Ferrándiz y Mariano Fortuny, y conociendo a fondo la pintura de los macchiaoli. Finalmente, en 1876 regresaría a Italia habiendo obtenido ya la pensión de la Diputación valenciana (con el cuadro “El desembarco de Francisco I en la Playa de Valencia”) permaneciendo hasta 1881. Durante estos años envió a la diputación cuadros ya importantes en su producción; como “Últimos momentos del rey don Jaime el Conquistador en el instante de entregar la espada a su hijo don Pedro”, cuadro del que una réplica fue enviada a la Exposición Nacional de 1881, obteniendo medalla de segunda clase. A la vuelta de Valencia pintó retratos y paisajes, algún tema religioso y escenas cotidianas de la ciudad, además de muchos cuadros de caballete y algunas tablas. En 1884 fue nombrado profesor sustituto de colorido y composición en San Carlos, puesto que desempeñó durante aproximadamente tres años. Ese mismo año, la epidemia de cólera le obligó a refugiarse con su familia en la Villa María que el banquero Jaumandreu tenía en Bétera. En 1897 el “Retrato de José María Mellado Chapa” le procuró la primera medalla en la Exposición Nacional y en 1899 21 obtuvo otra primera medalla con “Lección de memoria”. En 1896 había sido nombrado académico de San Carlos, pronunciando un discurso de ingreso tan revulsivo que se impidió su publicación hasta diecinueve años después. En 1900 alquiló un piso en Madrid, pero su labor principal seguía centrada en el taller de Godella, dedicándose a retratar a los miembros de su familia, paisajes rurales, escenas de playa… fueron años de aislamiento de los circuitos mundanos hasta que, en 1909 y 1910, en las exposiciones regional y nacional respectivamente, ambas celebradas en Valencia, obtuvo en las dos, diploma de honor y medalla de oro. En 1912 obtuvo la medalla de honor. No obstante siguió viviendo en Godella, donde murió el 18 de octubre de 1916. JOSÉ BENLLIURE (Valencia, 1855 - 1937) familia, presentando a la Exposición Nacional de 1876 el cuadro “El descanso en la marcha”, por el que obtuvo una tercera medalla. En la nacional de 1878 consiguió otra con “Escena del Gólgota”, cuadro que fue adquirido por el estado en 3.000 pesetas. Con ese dinero viajó a Roma en 1879, alquilando allí un estudio junto al de Ignacio Pinazo. En Roma firmó un contrato con Martín Colnaghi, por el que el marchante se comprometía a comprarle cien cuadros por la suma total de 150.000 francos. Su fama no sólo se extendió por Italia, sino también por Francia e Inglaterra. Hizo un rápido viaje a Valencia en 1880 para casarse con María Ortiz, emprendiendo el regreso a Roma el mismo día de la boda. En Italia, por consejo de Domenico Morelli, pintó “La visión del Coliseo”, cuadro de grandes dimensiones que presentó a la Exposición nacional de 1887, obteniendo una primera medalla. Viajó a Argelia y a Marruecos, intensificando en su obra la temática exótico-orientalista. Los éxitos internacionales se sucedieron: medalla de plata en la Exposición Internacional de Londres (1884), medalla de plata en la Internacional de Viena (1887), diploma de Honor en la Internacional de Dresde (1887). En 1888 volvió a concursar a la pensión de la Diputación Valenciana, pero para rechazarla cuando le fue concedida. Nació en Canyamelar, hijo de un pintor decorador, Juan Antonio Benlliure Tomás. Estudió en San Carlos y asistió al taller de Francisco Domingo, manifestándose desde muy temprano con altas dotes para la pintura, lo que movió a dos diputados valencianos -cuando Benlliure contaba con tan sólo dieciséis años- a presentarlo al rey Amadeo de Saboya, quien le consintió retratar a sus hijos. A la vuelta de Valencia concursó en la oposición para la pensión de Roma de la Diputación con el cuadro “El Cardenal Adriano recibiendo a los jefes de las Germanías”, que no le fue concedida, pero sirvió al menos para que la institución le concediese una ayuda de 750 pesetas para continuar sus estudios. Volvió a presentar el cuadro a la Exposición de la Sociedad Económica de Amigos del País, que decidió adquirirlo. Con recursos propios y una carta de recomendación de Francisco Domingo para el marchante Goupil, partió hacia París a los diecisiete años. Goupil lo alojó en su casa y firmó con él un importante contrato, que contemplaba la producción de cuadros de género. Volvió a Valencia y en 1874 se trasladó a Madrid con toda su 22 125 años de pintura valenciana / Biografías En Roma se le nombró miembro de mérito de la Academia de de San Lucas y presidente de la Associazione Artística Internazionale. En 1903 sucedió a su hermano Mariano en la dirección de la Academia Española, rigiéndola durante diez años. De vuelta a Valencia, tuvo que soportar la muerte de su hijo Peppino en 1916 y de su esposa en 1918. A partir de entonces, los reconocimientos y cargos oficiales se sucedieron: en 1919 los pensionados en Roma le rindieron homenaje, promoviendo una exposición de 45 cuadros de Benlliure en Madrid. En Valencia fue nombrado presidente honorario del Círculo de Bellas Artes, director del Museo San Pío V y presidente de la Academia de San Carlos. El Ayuntamiento lo hizo hijo predilecto de la ciudad; recibió la Gran Cruz de la Corona de Italia y la legión de honor francesa. Murió en Valencia en medio de la guerra civil, en 1937, a los ochenta y dos años. JUAN ANTONIO BENLLIURE CECILIO PLA (Valencia, 1860 - Madrid 1930) ( Valencia, 1860 - Madrid, 1934) Hermano de José, Blas y Mariano Benlliure Gil, nace el 22 de octubre de 1860 en Valencia, donde desde muy joven vive en un ambiente artístico. Influido en su vocación por sus hermanos José y Mariano, estudia en la Academia de Bellas Artes de Valencia. En su niñez estudió música en la Escuela de Artesanos de Valencia, siguiendo los deseos de su padre que era director de banda y encargado del archivo de partituras de ópera del Teatro Principal, continuando más tarde sus estudios en el Instituto San Pablo y en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos. Pintor de excepcionales facultades cultivó primordialmente la acuarela y el retrato, aunque también realizó composiciones de gran formato como el lienzo titulado “La visión del Coliseo”, que consiguió el aplauso del público y la critica de la época. En 1880 se traslada a Roma. Desde allí envía a la Nacional de 1884 la obra titulada “Por la patria”, tema históricocostumbrista que le vale una medalla de segunda clase. Por entonces, acompaña a sus hermanos en sus viajes por Italia y se especializa en temas costumbristas italianos. Pasa largas temporadas en Asís y vende sus obras en el extranjero. En 1887 envía a la Nacional de Madrid “La muerte de Alfonso XII”, obra galardonada con consideración de segunda medalla. En 1982 recibe segunda medalla por “Una pecadora”. De vuelta a España, se especializa en retratos, aunque también dedicó gran parte de su obra al tema orientalista. En 1907 es nombrado profesor de pintura de la Escuela de San Fernando. Se presenta regularmente a las Nacionales, en las que recibe medallas en los años 1895, 1901 y 1920, así como Medalla de Oro en la Regional Valenciana de 1909 y de Plata en 1893. Muy apreciado por la familia real, decora un techo en el palacete de la Infanta Isabel y retrata a los infantes Beatriz, Jaime y Cristina de Borbón. Fallece en Madrid el 28 de Junio de 1930. Su obra está representada en el Museo de Valencia. Tras conseguir Medalla de Plata en la Exposición de Valencia de 1879, y un accésit en el Certamen de la Sociedad “Lo Rat Penat”, se trasladó a Madrid en 1880 junto a su amigo Carlos Mateu. Ingresó en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando y fue discípulo predilecto de Emilio Sala. Al poco tiempo le fue concedida una pensión por estudios que le permitió viajar por Italia, Francia y Portugal. En 1884 fue Tercera Medalla en la Nacional de Bellas Artes, galardón que volvería a obtener en 1887, antes de lograr Segunda Medalla en 1892 y 1895 y consideración de Primera Medalla, en 1901, distinción que adquiriría la plenitud de Primera Medalla en 1915. También fue laureado con Medalla de Oro en la Exposición de Valencia de 1899 y con Tercera Medalla en la Universal de París de 1900. En 1906, al morir Emilio Sala, le sucedió en la Cátedra. Fue maestro, entre otros, de Juan Gris, Gutiérrez Solana, Pancho Cossío, Joaquín Peinado, López Mezquita, Rodríguez Acosta y Gabriel Morcillo. Fue elegido Académico de Bellas Artes de San Fernando en 1924. Colaboró con sus dibujos en “El apunte artístico”, “La Ilustración Española y Americana” y “La Risa”, así como en “Blanco y Negro” desde su fundación. Se dedicó con notable éxito a la pintura decorativa, realizando obras importantes para el Casino de Madrid, el Círculo de Bellas Artes y el Palacio de Medinaceli. Participó en numerosas exposiciones colectivas a lo largo de su vida, siendo la última de ellas la celebrada en el Retiro de Madrid en 1923, dedicada a la pintura valenciana. Sus personajes femeninos, que enriquecieron las portadas de Blanco y Negro, sus excelentes retratos y la fresca y deliciosa espontaneidad de sus apuntes pictóricos, justifican sobradamente su prestigio. Está representado en el Museo del Prado, Casón del Buen 23 Retiro, Centro de Arte Reina Sofía, Museo de la Real Academia de San Fernando, Museos de Bellas Artes de Málaga y Valencia, Colección de Prensa Española, etc. América. Expuso en Nueva York en 1909 y su éxito superó a todos los conocidos hasta entonces. En 1911 firmó un contrato para decorar las salas de la Hispanic Society. Fue miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, también perteneció a las Academias de Francia y Lisboa, San Carlos de Valencia, Florencia, Bruselas, Berlín, etc. JOAQUÍN SOROLLA ( Valencia, 1863 - Cercedilla, Madrid, 1923 ) Hijo de inmigrantes aragoneses, cuando apenas tenía dos años fallecieron sus padres y su tía Concha Bastida y su marido José Piqueres, que no tenían hijos, recogieron a los hermanos. En 1874 empezó a estudiar en la Escuela Normal Superior, cuyo director, advirtiendo el entusiasmo del chico en el dibujo, logró que José Piqueres encauzara la afición de su sobrino, matriculándolo en las clases nocturnas de dibujo que daba el escultor Cayetano Capuz, el cual, en 1879, le premió con una caja de pinturas. Ese Mismo año ingresa en la Escuela de San Carlos. En 1880 concurrió a la exposición de la sociedad “El Iris”, donde consiguió Medalla de Plata. En 1881 concurrió a la Nacional de Bellas Artes con tres marinas, que pasaron inadvertidas frente a los grandes cuadros de temática histórica. Este fracaso le hizo comprender que su concepto pictórico no era el preferido por los críticos y el público, y a pesar de que no le interesaba ese tipo de pintura, se planteó el hacerla como un reto. En la Nacional de 1884 presentó un verdadero telón de historia trágica, “Dos de Mayo”, consiguiendo una Segunda Medalla. En 1885 obtuvo la pensión de Roma, donde estudió arte renacentista y clásico, conociendo a Emilio Sala y a Pedro Gil, con quien visitó Paris comprobando que el impresionismo empezaba a gozar de cierto prestigio en los salones oficiales. En 1888 se casó con Clotilde García de Castillo y se instalaron en Asís. En 1889 regresaron a Valencia y a principios de 1890 fijaron su residencia en Madrid, consiguiendo ese mismo año Segunda Medalla en la Nacional y al año siguiente Primera Medalla. El afianzamiento de su estilo se produjo en 1895 con la Segunda Medalla en el Salón de París y Primera Medalla en la Nacional de Bellas Artes. En 1901 fue galardonado con la Medalla de Honor en la Nacional. Poco a poco su obra empezó a ser conocida en Europa y 24 125 años de pintura valenciana / Biografías Su dedicación al paisaje no le impidió llevar a cabo numerosos retratos (Beruete, Juan Ramón Jiménez, etc.). Su pintura representó la culminación del luminismo aplicado a la composición, al paisaje y a la figura. Celebró numerosas exposiciones individuales entre las que figuran las de París (1906), Berlín (1907), Dusseldorf (1907), Londres (1908), Nueva York (1909), Boston y Chicago (1910), Madrid, Valencia, etc. En los últimos años, su pintura ha alcanzado una alta consideración, tanto en la estimación de la crítica como en los mercados internacionales, consolidándose como uno de los más importantes nombres de la Pintura Española. Su obra está representada en los más importantes Museos de todo el mundo. GABRIEL PUIG RODA ( Tirig, Castellón, 1865 - Vinaroz, Castellón, 1919 ) Pastor en su niñez, manifestó muy pronto excelentes cualidades artísticas por lo que sus padres, con un heroico esfuerzo, pagan la matrícula de acceso de la Escuela de San Carlos, en 1879. Poco después la Diputación de Castellón le concedió una beca(1880) que le mantuvo hasta la finalización de sus estudios, aumentándosela cuando posteriormente se trasladó a Madrid, para ampliar conocimientos en la Escuela de San Fernando, donde se adentro en la realización de lienzos costumbristas plenos de sensibilidad y talento. Con una pensión de la Diputación viajó a Roma en 1889, donde permaneció hasta 1900, alcanzando su plenitud pictórica, tanto en el óleo como en la acuarela. Al regresar de Roma fijó su residencia en Barcelona; En 1901 viajó a París y entró en contacto con los grandes impresionistas, cuya influencia queda patente en alguna de sus pequeñas tablas. Contrajo matrimonio con maría Josefa Alcácer, en 1903, trasladándose definitivamente a Vinaroz. En 1901 fue galardonado con el Premio dotado por la Infanta Isabel en el Certamen Provincial. Cultivó una pintura de ambiente popular, expresiva y vigorosa, en lienzos de equilibrada construcción y de jugoso cromatismo. En 1907 la revista barcelonesa “Álbum Salón” le dedicó un número monográfico y en 1909, ganó el Certámen del “Heraldo” de Castellón. Fue un artista bohemio, sencillo, afable y dadivoso. Contó con la amistad y la estimación artística de Sorolla y de Pinazo. La vida le regateó el éxito y la felicidad y murió en plena madurez artística, cuando podían esperarse de él sus mejores obras. Una crítica precipitada y rutinaria, le sitúa en la escuela de Sorolla como un pintor menor, cuando se trata de un artista de destacada personalidad al que el paso del tiempo ha situado en el puesto que por su maestría y su talento merece. Desde su llegada a Vinaroz, se consagró primordialmente a la acuarela, aunque sin abandonar la pintura al óleo. Fue, sin duda, el más importante de los pintores costumbristas castellonenses, y uno de los pintores españoles de la época con un mayor mercado internacional, ya que sus obras se expusieron y vendieron en Mónaco, Berlín, San Petersburgo, París, Buenos Aires, México, Caracas, La Habana, etc. Participó en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1895, obteniendo una mención de honor. Llevó a cabo numerosos lienzos de pequeño formato, en los que queda patente su extraordinaria capacidad pictórica y su innato sentido de la luz. Magnífico colorista, realizó también una importante serie de acuarelas. Sobre su lápida está escrito: “Aquí yace un acuarelista”· Está representado en el Museo de Bellas Artes de Castellón y en numerosos colecciones públicas y privadas. Está representado en el Museo d Bellas Artes de Valencia, Museo de Arte Moderno de Madrid, Colección del Banco Hispanoamericano, Colección Bancaja y otras importantes colecciones públicas y privadas de Inglaterra, Francia, Argentina, Brasil y México. JOSÉ NAVARRO ALBERTO PLA RUBIO (Godella, Valencia, 1867 - 1923) (Villanueva de Castellón, Castellón, 1867 - Barcelona, 1937) Estudió en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos, en la que inició su amistad con Joaquín Sorolla, cuatro años mayor que él. Aunque desde el principio cultivó principalmente el paisaje y el costumbrismo valenciano, también recreó tipos y paisajes árabes, pintados durante su estancia en Marruecos, en una época en que su estimación por Fortuny, le condujo hacia cierta temática orientalista. Tras opositar sin éxito la Cátedra de Paisaje, viajó a Argentina en 1908, encargado de decorar el casino de Buenos Aires, pero cuando el barco hizo escala en Brasil, abandonó el proyecto argentino, viviendo unos meses en Río y Bahía, llegando a exponer con tal éxito que se le ofreció un importante homenaje de admiración y afecto, antes de regresar a Godella, donde vivió aislado, teniendo como único compañero a un burrito que utilizaba de modelo para sus lienzos y como medio de transporte. Formado en Valencia, alcanza en 1895 la Primera Medalla de la Nacional de Bellas Artes y en 1898, la Medalla de Oro de la Exposición Internacional de Barcelona, así como una Segunda medalla en la Exposición Internacional de París de 1899. En 1901, logra la medalla de Oro de Munich y fija su residencia en Barcelona, donde ejerció como profesor de Término en la Escuela de Bellas artes. Tras una primera etapa de éxitos, su figura, debido quizás a la docencia y su desvinculación de la pintura catalana, va perdiendo protagonismo, y su obra, en los años posteriores a su muerte atraviesa una etapa de injusto olvido. Como señala Francesc Fontbona, en 1989, en el estudio que 25 acompaña a la Exposición “Pintores catalanes y valencianos de la colección del Banco Hispano americano”, fue un pintor: “realista, minucioso, anecdotista, en la época de sus más importantes galardones, evolucionó, sin duda a remolque de Sorolla, hacia un estilo mas impresionista”. Logró integrar en sus cuadros, dentro de un concepto impresionista, el ambiente popular y bullicioso de la ciudad y del campo, en un esquema costumbrista, decorativamente alegre. Su afán de penetración expresiva se manifestó en algunos retratos. Entre sus obras más conocidas destacan las tituladas “A la guerra” (1895), “Regreso de la guerra” (1897), “Pobres madres” (1901), “Naranjas de Valencia” (1929), “Niña en el campo” (1920), etc. Participó en varias ediciones de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, con temas preferentemente tomados del folclore valenciano, obteniendo en 1904 una Tercera Medalla y Mención de Honor en la sección de Arte Decorativo, en 1908. En la Nacional de Barcelona de 1911, obtuvo Medalla de Oro. En 1923 celebró una importante muestra en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Fue miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Está representado en la antigua colección del Museo de Arte Moderno de Madrid, Museo de Bellas Arte de Valencia, Museo de Arte Moderno de Barcelona, y Colección Banco Hispano-Americano. Está representado, entre otros, en el Museo Nacional de Cerámica González Martí de Valencia, en el San Pío V en la misma ciudad y en el Museo Nacional D´Art de Cataluña. JOSÉ MONGRELL (Valencia, 1870 - Barcelona, 1937 ) JULIO VILA Y PRADES (Valencia, 1873 - Barcelona, 1930) Se formó en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos de Valencia, siendo discípulo de Ignacio Pinazo. Tras una breve estancia en Madrid, donde trabajó con Joaquín Sorolla, regresó a su ciudad natal, instalando su taller en la Plaza de Mosén Sorell, hasta que decidió establecerse en Cullera, donde permaneció seis años. En 1913 ganó la Cátedra de Dibujo de la Escuela de Bellas Artes de Barcelona, ciudad en la que vivió hasta su muerte. Perteneció a la Sociedad Artística y Literaria de Barcelona y expuso en diversas ocasiones en la sala Parés desde 1908 a 1925. Entre sus más importantes trabajos destacan el gran mural de la pared principal del Salón de Recepciones de la Generalitat de Barcelona. Pintó asimismo magníficos retratos a distinguidas personalidades de su época, entre ellos, los de Don Alfonso XIII, el doctor Olivé, Conde de Caralt y otros. Realizó diversos carteles para la feria de Julio, siendo reeditado el de 1912 en 1971, con motivo del centenario de la Feria. También realizó el de IV centenario de la Universidad de Valencia, en 1902, con un marcado carácter modernista, bajo la influencia de los ilustradores catalanes. También son obra suya los mosaicos para el Mercado de Colón y la fachada de la Estación del Norte, en Valencia. 26 125 años de pintura valenciana / Biografías Perteneciente a una familia de la alta burguesía, opuesta a su vocación pictórica, abandonó su casa y comenzó a trabajar en una fábrica de cerámica, para poder costear sus estudios. Ingresó en la Escuela de San Carlos de Valencia, fue discípulo de Joaquín Agrasot y de Juan Peyró, y recibió los consejos y el estímulo de Francisco Domingo Marqués. A partir de 1893 aprende en el estudio madrileño de Joaquín Sorolla al que acude hasta 1904, año en el que fue galardonado en las Exposiciones de Valencia y Granada, y obtuvo Segunda Medalla en la Nacional de Bellas Artes. También viajaría a París, donde acudiría a la Academia Sullien durante algunos meses, pero lo que realmente deseaba era viajar a América. Sorolla le puso en contacto con José Artal, aristócrata español residente en Buenos Aires, que le recibió en 1905 en la capital argentina. Allí permaneció hasta 1906 pintando escenas costumbristas de la Pampa. Viajó de nuevo a París y desde allí a la Bretaña, donde pintó innumerables lienzos. Volvió a Madrid y realizó para ABC y La Esfera los dibujos de la boda de los Reyes. En 1908 contrajo matrimonio con la hija de José Artal, su protector y amigo. El matrimonio visitó Madrid, Roma y París, donde residieron varios meses. Participó en el salón de París y en las regionales de Almería, Murcia y Granada en las que alcanzó tres Primeras Medallas. A principios de 1914 toda la familia reside en París, pero la proximidad de la guerra les hace desplazarse a San Sebastián. En 1917 expuso en New York y en Caracas, en el Salón del Palacio Federal; pasó las Navidades en España, y en 1918 llegó a Cuba presentando su obra con gran éxito. En 1921 regresa a España y realiza la decoración del techo del Nuevo Kursaal de San Sebastián, una composición de 60 metros cuadrados, con setenta figuras representando la ópera, la comedia, el drama, la música, la danza, etc., que quedó terminada en 1922 y que lamentablemente fue destruida. Años más tarde realizaría en Perú dos obras de grandes dimensiones, 120 metros cuadrados cada una, con motivo de la celebración del Centenario de la Batalla de Ayacucho. En 1924 viajó a Estados Unidos con el objeto de cumplir el compromiso adquirido de la decoración del Museo de la Legión de Honor de la Fundación Sprekels en Los Ángeles. Terminado su trabajo visitó Lima, Bogotá, Montevideo y Buenos Aires. En 1928 fue condecorado por el gobierno de Perú con la Orden del Sol, y continuó trabajando apasionadamente en su obra “La Batalla”, que no pudo terminar, debido a una grave enfermedad de la que murió en Barcelona rodeado de los suyos, siendo enterrado en San Sebastián, cerca de su casa y de su estudio. Artista de gran facilidad, con un innato sentido del color y del dibujo, llevó acabo una obra de variada temática, que abarca el retrato, el paisaje, las escenas costumbristas, los grandes cuadros de historia, la ilustración y el cartel. En 1974 se celebró una exposición antológica de su obra en las salas de la Dirección General del Patrimonio. Está representado en las colecciones del antiguo Museo de Arte Moderno de Madrid, en el de la Ciudad de Buenos Aires, en el Bolivariano de Lima, etc. ENRIQUE MARTÍNEZ CUBELLS (Madrid, 1874 - Málaga, 1947) Su formación tiene lugar en el taller de su padre, el pintor Salvador Martínez Cubells. Tras iniciar los estudios de Ingeniería, ingresó en la Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado de Madrid, ampliando sus conocimientos en Munich, con Zügel. Visitó numerosos países europeos, residiendo en alguno de ellos durante un tiempo. Catedrático de la Escuela de Artes y Oficios de Madrid, desde 1921 y profesor auxiliar de la de San Fernando, fue elegido miembro de la Real Academia de Bellas Artes en 1932. Celebró diversas exposiciones individuales y colectivas en España y en el extranjero, entre las que hay que reseñar las de Munich y Berlín en 1914; Buenos Aires, Rosario de Santa Fe y Montevideo en 1918; Río de Janeiro en 1921, etc. Obtuvo importantes premios: Tercera Medalla en la Nacional de Bellas Artes de 1897, Segunda Medalla en 1899 y 1901; Primera Medalla en 1904 y 1912; Medalla de Oro en la Internacional de Munich; Segunda Medalla en la Internacional de Buenos Aires en 1910; Primera Medalla en Ámsterdam en 1912; Gran Premio en la Exposición de Panamá de 1916, etc. Pintor de sólida formación, cultivó con especial predilección los temas marineros, sin olvidar por ello los cuadros costumbristas, el paisaje, la figura y el retrato, en los que patentiza su infrecuente calidad pictórica. Su obra está representada en los Museos de San Telmo de San Sebastián, de Bellas Artes de Valencia, de Málaga y de Álava, Municipal de Madrid, de la Rioja, Academia de Bellas Artes de Río de Janeiro, Casón del Buen Retiro, etc. 27 JOSÉ PINAZO (Roma, 1879 - Madrid 1933) José Pinazo, hijo de Ignacio Pinazo, nació en Roma en 1879, durante el tiempo de residencia que la pensión de la Diputación permitió a su padre. A los dos años ambos regresaron a Valencia, para desplazarse en breve a la casa de Godella. Estudió en San Carlos y atendió especialmente las enseñanzas de su padre, de lo que son buena muestra sus primeras obras (Coro de la Iglesia parroquial de Rocafort, 1890; Cocina valenciana, 1894; Interior de la Casa de Pinazo en Valencia, 1899). Desde muy joven presentó pinturas a los certámenes: en 1895, a los dieciséis años, obtuvo una mención honorífica en la Exposición Nacional (“Florista valenciana”), y una tercera medalla en la de 1897, que sería ya su segunda medalla en la Exposición Universal de París de 1900, apenas con veintiún años de edad. Su arranque, pues, marca ya una diferencia con la suerte del padre: el reconocimiento y el éxito no le serán ajenos. Segunda medalla en la Exposición Hispano-francesa de Zaragoza en 1908; tercera medalla en la Univer-sal de Bruselas de 1910; segunda medalla en la Internacional de Barcelona de 1911; medalla de segunda clase en la Na-cional de 1912; primera medalla en la de 1915; gran premio en la Exposición Internacional de Panamá en 1916. En 1929 ingresó como académico de San Carlos y durante 1931-32 impartió clases de desnudo y ropaje en la Escuela de San Fernando. Tampoco fue una excepción en otra de las constantes de los mejores pintores valencianos: en 1905 viajó a Roma, París y Londres, para establecerse en Madrid a su vuelta a España, dejando a Godella como el hogar paterno visitable de vez en cuando. En su pintura está la impronta indeleble de la enseñanza de su padre y del conocimiento de la obra de Sorolla. Esta huella no desapareció a pesar de la profunda evolución de José Pinazo, que se distanció notablemente de ambos maestros para emprender nuevos rumbos. En José Pinazo encontramos una peculiar deriva de la es- 28 125 años de pintura valenciana / Biografías cuela valenciana, emparejándose por ciertos aspectos con algunas corrientes alternativas de la España del segundo y tercer decenios del siglo, pero manteniendo elementos sustanciales que se hacen patentes en el color y el valor superficial. Por muchas razones, cuadros como “Floreal” o sobre todo “Nosotros” se nos aparecen hoy como un punto de inflexión, una llegada en el camino emprendido en la segunda mitad del s. XIX y que había alcanzado su cima con Joaquín Sorolla. José Pinazo Martínez murió en Madrid en 1933. En 1990 se celebró en Valencia la muestra retrospectiva “Los Pinazo. Cien años de expresión artística”, en la que se recogía la trayectoria de esta importante familia de artistas. Su obra figura en la Casa museo Pinazo, en Godella; Museo de Cerámica González Martí; Centro de Arte reina Sofía, etc. JUAN BAUTISTA PORCAR (Castellón, 1889 - 1974) En 1905, acudió al taller de Vicente Castell Doménech, y más tarde, en 1906, la Diputación Provincial castellonense le concedió una Beca, que le permitió cursar estudios en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos de Valencia, donde fue discípulo de Isidoro Garnelo, Cebrián Mezquita, Aixa y Trasoyeres, hasta que en 1910, se trasladó a la Llotja de Barcelona, siendo alumno de Vila Puig y Sanchís Yago.En 1914, regresó a Valencia donde concluyó sus estudios, antes de fundar en 1915, la Agrupación Ribalta, de pintores aficionados, más conocida popularmente por grup dels Nou que contribuyó eficazmente al fomento de las artes en la ciudad levantina, y a la que se unieron entre otros, Jesús Martí, Vicente Armengol y Francisco Badía. En 1916, volvió a Barcelona, donde permaneció durante varios años interesándose profundamente por el Modernismo catalán y abandonando definitivamente su idea de dedicarse a la escultura. En 1926, fijó su residencia en Castellón, aunque siguió en contacto con Barcelona, donde expuso en numerosas ocasiones en la galería La Pinacoteca, desde 1924. durante 1933 y 1934, su afición a la arqueología, le llevó a colaborar junto a Obermaier y Breuil, en el descubrimiento de las cuevas de los barrancos de La Gasulla y de La Valltorta, llevando a cabo las reproducciones de las pinturas rupestres. Tras la guerra civil reanudó su actividad pictórica, mostrando su obra en La Pinacoteca de Barcelona, en 1942, 1946 y 1947, celebrando su última exposición en la Sala Niké, de Valencia, en 1972. Vicente Aguilera Cerni ha escrito: “Lozano estaba predestinado para demostrar, en el arte valenciano y en el español de finales de s. XX, que el paisaje, como reducto de valores trascendentes, no ha muerto. Cosa lógica, pues la pasión por la tierra, la reinterpretación y hasta la reinvención de la naturaleza se conecta con zonas problemáticas que, a veces, se relacionan directamente con el oficio de pintar, con sus corrientes y evoluciones”. Consagrado fundamentalmente al paisaje, llevó a cabo una obra plena de fuerza y de belleza, ajena a las influencias de Sorolla o de Rusiñol, y más cercana a los postulados de Agustín Riancho. Su dedicación al paisaje, no le impidió realizar excelentes cuadros de figura y diversos autorretratos, en los que queda patente su diferenciada personalidad pictórica. Al comienzo de su carrera obtuvo importantes premios, como la Primera Medalla en la Bienal del Reino de Valencia (1951), Gran Premio Nacional José Antonio Primo de Rivera (1951), Primera Medalla de la Exposición Nacional de Bellas Artes (1952), Premio Uruguay de la Bienal Hispano-americana (1956), Premio Nacional de Salamanca (1957), etc. Está representado en el Museo de Bellas Artes de Valencia, Academia de Bellas Artes de San Carlos, Museo de Bellas Artes de Castellón, Museo de Arte Moderno de Barcelona, etc. FRANCISCO LOZANO (Valencia, 1912 - 2000) Cursa estudios en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Carlos de Valencia. En 1942, tras contraer matrimonio con Antonia Mompó Donat (1941), realiza su primera exposición en la Galería Mateu de Valencia (donde vuelve a exponer en 1947 y 1959), Venecia (1950, 1952, 1954, 1956), Bienal Hispanoamericana (1951, 1954, 1955), Bienal de Alejandría (1955), Salón de Arte Libre de París (1953), Exposición Universal de Bruselas (1958), Feria de Nueva York (1966), Fundación Gulbenkian de Lisboa (1971), ARCO 92, etc. Mediterráneo por antonomasia, sus propias palabras le definen: “He recorrido espaciosamente todas estas hermosas y a veces patéticas tierras que dibujan la ribera de nuestro mar, vivir en silencio y hasta ese cierto fatalismo ambiental es a la vez, una delicia y una hermosa sensación de estar pisando el peligro. Este paisaje tan poco espectacular, tan modesto, tan íntimo y tan dramáticamente palestino, hace que el hombre mediterráneo que lo cultiva viva y muera sin apartarse jamás de él”. Catedrático de Colorido en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos de Valencia y Académico de la Real de San Carlos desde 1955, fue elegido miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (1976). En 1983 es nombrado Hijo Adoptivo de la Ciudad de Játiva y al año siguiente se le concede la Medalla de Oro de la Facultad de Bellas Artes de Valencia. En 1985 es designado miembro del Consejo de Cultura de la Generalitat Valenciana, y en 1987 es galardonado con la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes de la Real Academia de San Carlos, y miembro de la Academia de Cultura Valenciana. En 1990 el Círculo de Bellas Artes de Valencia le concede la Medalla de Oro, y en 1993 el IVAM (Instituto Valenciano de Arte Moderno) celebra una importante muestra antológica de su obra. En 1994 es investido Doctor Honoris Causa por la Universidad Politécnica de Valencia, y en ese mismo año recibe la Medalla de Oro de Artesantander “A la creación artística de toda una vida”, y en 1995 ocupa con su obra la Sala de Honor de la Feria Cántabra. Fallece en el año 2000. Sus cuadros figuran en el Museo de Arte Contemporáneo de Villafamés, en el Museo Municipal de Valencia, en el Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, Museo Provincial de Bellas Artes de Valencia, Museo de Bellas Artes de Bilbao, Museo Diputación Floral de Álava, Museo Provincial de Vitoria, Museo Municipal de Salamanca, Museo de Alicante, Museo Camón Aznar de Zaragoza, Museo Municipal de Játiva, Museo de Bellas Artes de Montevideo, Museo Fundación Mendoza de Caracas, Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Instituto Valenciano de Arte Moderno, etc. 29 MANUEL H. MOMPÓ (Valencia, 1927 - 1992) Pintor, escultor y grabador, inició su formación junto a su padre, profesor de dibujo, y asistió a la Escuela de Artes y Oficios, antes de ingresar, en 1942, en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos de Valencia, donde concluyó sus estudios en 1949. En 1946 obtuvo la Medalla de Oro en la Exposición de Arte Universitario de Valencia y en 1948 celebró su primera muestra individual en el Centro Artístico de Granada, donde ampliaba sus conocimientos con una Beca de la Diputación de Valencia. Su amistad con el padre Alfons Roig le despertó su inquietud vanguardista, posteriormente afianzada al entrar en contacto con Manuel Rivera. El acontecimiento que marcaría su obra fue, no obstante, el encuentro con el luminismo, sucedáneo de un venecianismo trasnochado y de un impresionismo sui generis, que diferenciaba la escuela valenciana de aquellas que imponían el rigor dibujístico formal y que se caracterizaba por el empleo de un cromatismo fugaz. En 1951 viajó a París contactando con los círculos de pintores informalistas y allí conoció a Juana Francés, Palazuelo y Chillida, becados en el colegio de España, con los que expuso más tarde en la Galería La Boetié. Regresó a Valencia, exponiendo en el Instituto Francés y en la Galería Mateu. En 1954 viajó becado a Roma y residió en la Academia Española. En 1955 se trasladó a Holanda, donde entró en contacto con los artistas del grupo Cobra, que ejercieron un fuerte impacto en él. En esta primera etapa trabaja fundamentalmente y evoluciona desde una figuración de temática popular hacia una abstracción con sugerencias figurativas. En 1957 regresa a España, fija su residencia en Madrid y comienza a preocuparse por la composición espacial, el equilibrio cromático y la construcción de un mundo de signos propios, en el que adoptó la manera creativa del grupo Cobra, pero redujo dramatismo, prefiriendo mantenerse en un gestualismo casi infantil, dentro de esa vitalidad característica del área geográfica del “Mare Nostrum”. A través de las influencias de Miró consiguió escapar del automatismo 30 125 años de pintura valenciana / Biografías surrealista y encontrar un modo de elaboración que, sin tocar directamente las fuerzas secretas del inconsciente, evitaba, sin embargo, el juego tradicional de las analogías naturalistas. Ya entrados los años sesenta fue transformando el ingenuismo de su pintura analítica con cierto cultivo del expresionismo alemán. Desde 1963 hasta 1973 reside en Madrid y en Ibiza y en 1974 fija su residencia en Palma de Mallorca. Tras una estancia fructífera en California, incorpora a su lenguaje las actitudes más liberadoras del pictorialismo abstracto norteamericano, lo que le lleva a suprimir paulatinamente todo lo accesorio, sustituyéndolo por la pletórica sencillez de la luz y el color, en un intento de superar la angustia ambiental y entrar de lleno en una especie de simbolismo primitivista, en el que la delicadeza, la finura, y la elegancia eran las claves fundamentales. Su experimentación abstracta elaborada con elementos de su cultura mediterránea y realizada desde los supuestos renovadores de los grupos informalistas le permitió componer, a través del color, un alfabeto personal de impresiones, sentimientos, anotaciones y juegos que provenían de su entorno cotidiano. A mediados de los años setenta inicia una serie de pinturas sobre metacrilato y hacia 1981 lleva a cabo una serie de experiencias escultóricas con planchas metálicas que moldea y pinta de blanco y de gris. Entre sus numerosos galardones destacan la Beca March (1985), Gran Premio de Pintura en el II Certamen nacional de Artes Plásticas (1963), Primera Medalla de la Exposición de Bellas Artes de Madrid (1966), Premio de la UNESCO, en la XXXIV Bienal de Venecia (1968), Premio Alfonso Roig de la Diputación Provincial de Valencia (1970), Premio Nacional de Bellas Artes (1984) y el Premio de la Generalitat de (1990). Desde 1948 hasta 1990, que realiza su última exposición en la Sala Celine de Madrid, muestra su obra en numerosas ocasiones en las mas importantes galerías españolas, así como en diversas Salas de Roma, Rótterdam, parís, Lisboa, Londres, Dusseldorf, Bruselas, San francisco, Las vegas, Los Ángeles, Caracas, Helsinki, Florencia, etc. Fallece en Madrid en Enero de 1992,después de una larga y penosa enfermedad. Su obra aparece representada en los Museos más importantes de todo el mundo, destacando, entre otros, el Museo de Arte Contemporáneo de Sevilla, Museo de Arte moderno de Vitoria, Fundación Juan March de Madrid, Fundación Joan miró de Barcelona, Instituto Valenciano de Arte moderno, Centro Pompidou de París, The Brithish Museum de Londres, Museo Reina Sofía de Madrid, etc. JUAN GENOVÉS (Valencia, 1930) La guerra civil marcó profundamente su niñez. Simultaneó los estudios primarios con el trabajo en el taller de su tío Vicent. En 1944 se matriculó en Metalistería Artística de la Escuela de peritos industriales, donde aprendió la técnica de grabado. En 1946 ingresó en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos. A finales de 1949 participó en la Fundación del grupo Los Siete, de carácter abstracto, con el que expuso por primera vez en 1950, año en que fue galardonado con la Medalla de Oro de la Exposición de Arte Universitario de Valencia y el Premio Nacional de Arte Universitario del SEU, en Madrid. En 1951, becado por la Diputación Provincial de Valencia, asistió al curso de pintura de El Paular de Segovia. Al finalizar la beca, decidió quedarse en Madrid. En 1953 obtuvo el Premio de Pintura de la Exposición Nacional del Frente de Juventudes. En 1954 consiguió la Medalla de Plata en el III Concurso Nacional de Pintura de Alicante y participó en la II Bienal Hispanoamericana de La Habana. En 1955 viajó a París. Participó en la III Bienal Hispano-americana de Barcelona y obtuvo el Premio del XV Salón del Círculo de Bellas Artes de Madrid, el de la Casa de América de Valencia, y otra medalla de Plata en el IV Concurso de Pintura de Alicante. Su integración en el Grupo Parpalló se produjo en 1956. Al año siguiente celebró sus primeras individuales en la Galería Alfil de Madrid, Palacio de Bellas Artes de La Habana, y Galería Dintel de Santander, y viajó nuevamente a París. En 1958 expuso en San Juan de Puerto Rico, individualmente, y con el Grupo Parpalló en el Ateneo de Madrid. En 1959 participó entre otras importantes colectivas, en las exposiciones de “Pintura Contemporánea” que organizó en Córdoba el Equipo 57 y “Veinte Años de Pintura Española Contemporánea” celebrada en Lisboa, con el patrocinio del Ministerio de Información y Turismo. En 1960 se unió al Grupo Estampa Popular y expuso individualmente en el Ateneo. En 1961, con Fernando Mignoni, Gastón Orellana y José Jardiel, fundó el Grupo Hondo, que en pleno triunfo del informalismo proponía una nueva figuración. Sus integrantes desarrollaron una pintura de carácter expresionista y profundamente evocadora, con el propósito de testimoniar la “agonía de vivir”, ya que ésta era para ellos la misión del artista. Expuso en la Bienal de París y en la muestra “Peintres Modernes Espagnols”, organizada por la Maison de la Pensee Francaise de París. En 1962 expuso en la Galería Diario Noticias de Lisboa y en la Galería El Corsario de Ibiza; y fue invitado a participar en la XXXI Bienal de Venecia. En 1963 la disolución del Grupo Hondo le provocó una profunda crisis, que le llevó a abandonar la pintura durante un año, dedicándose para subsistir al diseño de joyas de plata. En 1964 participó en la Word Fair de nueva York, con la colección de joyas realizada el año anterior, y con pinturas de la última exposición del Grupo Hondo. En 1965 reanudó su actividad pictórica, pero su obra sufrió un cambio trascendental en su lenguaje, pasando a vincularse al movimiento denominado “realismo político”, que consideraba al artista como militante y al arte como testimonio y vehículo de denuncia y crítica. Ese año celebró una exposición individual en las Salas de la Direccion General de Bellas Artes, en Madrid y otra muestra en la galería Relevo de Río de Janeiro. En 1966 obtuvo una Mención de Honor en la Bienal de Venecia; en 1967 la Medalla de Oro de la Bienal de San Marino y en 1968, el Premio Marzotto de Roma, no participando, desde entonces, en ningún otro certamen artístico. En 1977 entra en contacto con la Galería Marlborough de Madrid, de Londres, y de Nueva York, con la que realizará numerosas exposiciones en Tokio, Roma, Toronto, Zurich, Monreal, Londres, Nueva York, etc. Y es precisamente en la Galería Marlborough de Madrid, donde presenta sus más recientes exposiciones . En la década de los sesenta, comenzó a abordar la temática del hombre sólo, que resolvió con un collage en relieve con ropas reales, y una multitud, tratada con tintas planas y estructura de aspecto cinematográfico. Su lenguaje pictórico se concretó en un singular realismo de fuerte denuncia social. No intentaba saber en que país estaban localizados los males que denunciaba. Lo único que le preocupaba era la situación del hombre. De ahí la aparición de hombrecitos despersonalizados, insignificantes, minimizados, que no tenían nombres ni apellidos, porque eran ciudadanos del mundo. En las escenas de masas, los hombrecitos, por paradójicas motivaciones, huían hacia su propio fin, impulsados por un deseo de autoeliminación. En los años ochenta lleva a cabo la serie “Paisajes Urbanos”, que pretende plasmar la soledad de las grandes ciudades a través de sus edificios y avenidas desiertas. En este esce- 31 nario urbano el vacío y el silencio servían para expresar el miedo indefinible del ser humano. En sus obras de la década de los noventa, el interés se centra en amplios paisajes posindustriales y fantasmales recreados desde el aire, como con un teleobjetivo. Visiones de ciudades apocalípticas en las que surgen edificios semiderruidos, fábricas, avenidas y calles por las que deambula una multitud anónima de seres humanos reducidos a su mínima expresión plástica. Pintura violenta, simbólica y comprometida, que resume la dramática protesta de un artista que se niega a transigir con la injusticia. Su obra ha sido expuesta en la mayoría de las ciudades españolas y en las poblaciones más importantes de Europa y de América. En 1992 se celebró una Exposición retrospectiva de su obra en el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM). Está representado en el Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, Fundación Juan March, Centro Nacional de Arte Contemporáneo de París, Gallería Nazionale d'Arte Moderna de Roma, Museo de Arte Moderno de Nueva York, Museo Real de Bellas Artes de Bélgica, Museum für Moderne Kunst de Frankfurt, etc. EQUIPO CRÓNICA Estuvo formado por Rafael Solbes (Valencia, 1940-1981) y Manuel Valdés (Valencia, 1942), aunque inicialmente también estuvo integrado por Juan Antonio Toledo (Valencia, 1940). Los tres estudiaron en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos de Valencia. En agosto de 1964 los dos primeros participaron individualmente en la exposición itinerante por Italia “España Libre” y fue a raíz de este encuentro cuando comenzaron a cuestionarse su práctica artística (Solbes practicaba un neo-expresionismo y Valdés era un conocido informalista). Mantuvieron durante aquel verano, junto a otros artistas y críticos de arte una serie de discusiones teóricas de las que salieron, simultáneamente, la creación de “Estampa Popular de Valencia” y de “Equipo Crónica”. En diciembre de 1965, con el abandono de Juan Antonio Toledo, se configuró el definitivo “Equipo Crónica”. Esta experiencia singular de trabajo en equipo fue la de mayor duración de la plástica 32 125 años de pintura valenciana / Biografías española, siendo la ciudad de Valencia su centro de creación hasta la desaparición del equipo en 1981. Partiendo de postulados realistas, su obra acusó inicialmente la influencia del Pop Art, ya que incorporó el uso de iconos procedentes de los medios de comunicación de masas pero, a diferencia de la indeterminación de dicho movimiento, la pintura del Equipo Crónica los utilizó con una intención de crítica social y política referida a la coyuntura española del momento. Sus miembros intentaron, asimismo, hacer un uso del lenguaje pictórico de modo objetivo, en reacción al precedente Movimiento Informalista que acentuaba la componente subjetiva del acto creativo y de su recepción por el espectador. Su forma de trabajo más característica consistió en la agrupación de las piezas en series temáticas. Su inicial inclinación político-social fue dejando paso a una mayor preocupación por cuestiones del lenguaje pictórico. Para ello tomaron la historia del arte como fuente desde la que es posible hacer y crear pintura. En su trayectoria tuvo un gran peso la obra gráfica y los múltiples. A lo largo de su trayectoria artística, Equipo Crónica ha colaborado en múltiples exposiciones colectivas, entre las que destacan “Crónica de la Realidad”, Colegio de Arquitectos de Cataluña y Baleares en Barcelona (1965); “Bande Dessinée et Figuration Narrative”, Museo de Artes Decorativas de París (1967); “Spagna Avanguarda Artística e Realtà Sociale”, Bienal de Venecia, Venecia (1976). Entre las exposiciones individuales más importantes: “Equipo Crónica Werkproces 1964-1974”, Rotterdamse Kunststichting Lijbaancentrum, Rotterdam (1974); Centro de Arte 11-M, Sevilla (1975); Galería Maegh, Barcelona (1978); Salas de la Biblioteca Nacional de Madrid (1981); “Equipo Crónica: Obra gráfica y múltiples 1965-1982”, Museo de Bellas Artes de Bilbao (1988). Premios: Medalla de Oro III Salón Nacional de Pintura, Alicante (1965); Premio Lissone, Milán (1965); Premio Internazionale Biella per l'Incisione, Milán (1967); Mención de Honor Bienal Coltejer, Medellín, Colombia, (1970); Premio Bridgestone Museum of Art (1979). Su obra aparece representada en varios museos como el Centro Reina Sofía de Madrid, IVAM de Valencia, Museo de Arte Moderno de París, Centro Georges Pompidou de París, Kunst Museum de Berlín. EQUIPO REALIDAD JUAN RIPOLLÉS (Alzira, Valencia, 1932) Grupo artístico fundado en 1965 en Valencia por los pintores Jorge Ballester (1941) y Juan Cardells (1948). Ha desarrollado en Valencia una gran parte de su actividad aunque han realizado numerosas exposiciones individuales y colectivas en numerosas ciudades españolas y europeas. Entre los premios obtenidos figuran el Primer Premio V Bienal Internacional de Arte de Ibiza (1972), Premio III Bienal de Arte de Medellín, Colombia (1972); Premio Michetti di Pintura, Italia (1974) y Premio Cáceres (1979). Nacido al calor del Equipo Crónica, ha desarrollado una importante labor. En 1976 termina la asociación de Ballester, pero Cardells sostiene el nombre del equipo, agrupando junto a él fotógrafos o escultores y prolongando su existencia hasta 1978. Raúl Chavarri escribió de él: “Caracterizado por reproducir con una enorme minuciosidad y una gran habilidad pictórica a partir de una propuesta fotográfica, unos objetos, situaciones… o incluso unas obras de arte que, acuñadas por la repetición contumaz de los medios de comunicación, quedan reducidos a unos fantasmas petrificados que pierden todo significado”, y José María Moreno Galván, precisa: “Lo que ataca con más deliberación es la confortabilidad de nuestro mundo y la visión paradisíaca que podemos extraer de él desde nuestro cuarto de estar”. Expusieron por primera vez en la Galería Val i 30 de Valencia en 1967, a la que siguieron diversas muestras en Milán y San Sebastián (1970), Valencia y Sevilla (1972), Valencia, Sevilla, Pamplona y Madrid (1973), Barcelona, Valencia y Méjico (1974), Gerona, Basilea y Barcelona (1976), Barcelona, Madrid y Valencia (1977). Pintor, escultor y grabador, estudia en la Escuela de Artes y Oficios Francisco Ribalta de Castellón. En 1954 viaja a París donde reside hasta 1963, año en que regresa a España, realizando durante esos años pinta doce cuadros para la Iglesia Saint Paul de Trigan Commune de Chaulgnes. Expone en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona en 1962. En 1969 lo hace en Nueva York, donde viaja y expone en repetidas ocasiones. En 1972 regresa a Castellón instalando su estudio en una pequeña masía en el pueblo de Borriol. En 1977 se traslada a Holanda, donde realiza los grabados del libro homenaje a José Pla. Desde entonces ha expuesto su obra en las principales galerías de España y Europa Entre 1986 y 1987 se dedicó a la escultura, realizando, en cerámica y bronce, sesenta y dos piezas que se expusieron en ARCO'88. Tras una primera etapa de correcta figuración en la que recrea el paisaje de su tierra, su obra va inclinándose primero hacia un expresionismo dramático, después hacia una pintura simplificada en un intento de creación imaginativa de una realidad poética. Dentro de ese mundo onírico, irónico y de un cierto erotismo, se desarrolla una obra en cuyas raíces se esconden admiraciones picassianas y recuerdos de Chagall, diferenciada en el paso del tiempo y en la distinta técnica empleada en su realización. Recientemente (2005), le ha sido otorgado en Valencia el premio “Valencianos para el siglo XXI”, concedido por el diario valenciano Las Provincias. Sus obras figuran en el Museo de Arte Contemporáneo de Ibiza, Museo de Bellas Artes de Valencia, Museo de Arte Contemporáneo de Sevilla, Museo de Arte Contemporáneo de Villafamés, Museo de Arte Contemporáneo de Madrid, Museo Nacional de Arte Moderno de Montevideo (Uruguay), Museo de Boymans Van Beuningen de Rótterdam (Holanda) y Museo de la Fondazione Michetti (Italia). 33 MANOLO VALDÉS (Valencia, 1942) ` Pintor, grabador y escultor. Cursó estudios universitarios en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos (1959-62). Fue miembro fundador de Estampa Popular Valenciana (1964-1967), y mas tarde creó junto a Rafael Solbes y Juan Antonio Toledo, el Equipo Crónica, con el que desarrolló una importante labor durante diecisiete años, hasta el fallecimiento de Rafael Solbes en 1981. Siguió entonces su actividad como pintor, escultor, grabador y cartelista de manera individual. Obtuvo el premio Senyera de pintura del Ayuntamiento de Valencia (1964), Premio Lissone (Milán, 1965), premio Biella (Milán, 1965), Medalla de Plata en la II Bienal Internacional de grabado de Tokio (1979), Premio del Museo Bridgestone (Lisboa, 1979), Premio Nacional de Bellas Artes (1984), Premio Alfonso Roig, de la Diputación de Valencia (1984), Medalla de Oro en Bellas Artes (1985), Medalla de la BIF de Artes Plásticas de Bagdad (1986)… Tras la pérdida de Rafael Solbes, continúa su aventura artística con lógicas y abundantes concomitancias, al principio, con su trabajo anterior, pero su inquietud creadora le lleva a iniciar un nuevo camino, interpretando con una visión propia. los temas del mundo clásico, recurriendo a los collages, las esculturas en madera y la pintura. Su lenguaje plástico, se inspira en la tradición, pero nace con la frescura y el talante de la experimentación. Arpilleras, maderas, alquitrán, todo le sirve para crear una obra violentamente personal en la que la fuerza de la imagen alcanza el mismo protagonismo que la utilización de la materia. Artista de infrecuente talento, de sólida formación y de ejemplar trayectoria, es uno de los más firmes valores de la actual pintura española. Su obra figura en las Colecciones del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM( de Valencia, Museo de Arte Contemporáneo de Vitoria, Centro Georges Pompidou de París, Museo de Arte Moderno de París, Museo de Bellas Artes de Grenoble, Museo de Arte Moderno de Estocolmo, Metropolitan Museum of 34 125 años de pintura valenciana / Biografías Art de Nueva York, Museo Internacional Rufino Tamayo de México, Museo de Bellas Artes de Caracas, Museo de Arte Contemporáneo de Sevilla, Kunst Museum de Hannover, Hirson Museum de Washington, Solomon Guggenheim Museum de Nueva York, Museo popular de Arte Contemporáneo de Elche, Diputación Provincial de Valencia, Museo Reina Sofía de Madrid, Chasse Maniatan Bank de Nueva York, Fundación March y Museo Pío V de Valencia. Del mismo modo, su obra ha sido expuesta en las galerías más prestigiosas de todo el mundo, tanto a nivel internacional (París, Milán, Berlín, Zurich, Nueva York); como nacional (Madrid, Barcelona, Bilbao, Valencia, Sevilla, Zaragoza). VICENTE PERIS MARCO (Valencia, 1943) Fue alumno de Francisco Lozano en la Escuela Superior de Bellas Artes de Valencia, de la que fue profesor de Retrato, entre 1967 y 1969. Disfrutó de una Pensión de Paisaje de la Diputación provincial de Valencia y desde 1970 a 1983, residió y expuso en Estados Unidos, donde amplia estudios en la Facultad de Arte de California, Mónaco, donde establece su estudio, y Alemania. En 1975 es seleccionado por el Ministerio de Educación y Ciencia en la exposición "Nuevo Realismo Español" que recorrió diversas capitales españolas. Regresó a España, presentándose en la Galería Benlliure de Valencia. En 1992, volvió a exponer en Nueva York y en 1994 participó en la Feria de Arte de Miami. Su estilo pictórico se entronca dentro de la corriente realista y se caracteriza por su rigor técnico, la minuciosidad del trazo y la suavidad y el equilibrio cromático de sus composiciones. Lleva a cabo una obra de carácter figurativo, apoyada en un cuidado dibujo y un luminoso sentido del color. Hay en él una especial predilección por la figura, que combina, en numerosas ocasiones, con temas florales y jardines. Ha celebrado sus últimas exposiciones en la Galeria Benlliure de Valencia. Su obra forma parte de numerosas colecciones particulares e institucionales, tanto nacionales como extranjeras: Caja de Ahorros de Valencia, Diputación de Valencia, Banco de Sabadell, Bolsa de valencia, IVAM, Palau de la música de Valencia, etc. CARMEN CALVO (Valencia, 1950) Pintora y escultora, reside y trabaja en Valencia y París. Estudió en la Escuela Superior de Bellas Artes de Valencia. Becaria del Ministerio de Cultura, Alfons Roig de la Diputación de Valencia, Casa Velázquez y del Ministerio de Asuntos Exteriores. Premio Alfons Roig en 1989. Expuso por primera vez en 1976 en la Galería Temps de Valencia, habiendo participado en más de medio centenar de muestras colectivas y celebrado unas veinte exposiciones individuales, constituyendo la más importante de estas últimas la retrospectiva en el IVAM, Centre del Carme, en 1990. Precisamente en ella se podía seguir de manera diacrónica las series realizadas por Carmen Calvo: “Escrituras”, “Paisajes”, “Recopilaciones” y “Retratos”. Posteriormente una obra suya representó a España en 1997 en la bienal de Venecia, lo que la consolidó más si cabe en el panorama internacional JAVIER MARISCAL (Valencia, 1950) Dibujante, pintor y escultor. Estudió diseño gráfico en la Escuela Elisava de Valencia y arte gráfico en la Escuela Eina de Barcelona. Tras ilustrar con sus dibujos distintas publicaciones barcelonesas publica en 1977 “Abcdari Il.lustrat”, a la vez que continúa su colaboración en diversas revistas como “Vogue” o “El Víbora”. Ha realizado numerosos trabajos publicitarios. Hacia 1981 da a conocer sus “muebles amorales” y a partir de 1984 inicia, realmente, su obra pictórica que denota sus antecedentes de ilustrador. Como escultor realiza algunas obras de carácter figurativo en las que predomina el sentido humorístico. En 1988 su personaje “Cobi” es escogido como mascota de la Olimpiada de Barcelona 92. En 1987 participa en la Documenta de Kassel. Desde 1977 ha realizado numerosas exposiciones en Barcelona así como en Madrid, Valencia, Vitoria, Sevilla, etc. Ha participado en importantes muestras colectivas. En 1994 mostró su obra en la Galería Sen de Madrid, con ese motivo escribe José María Parreño en ABC: “Muchos de los recursos del Mariscal dibujante adquieren aquí nuevas virtudes: el juego de planos distintos, el cruce de focos, la visión panorámica y la limpieza de las líneas”. Su obra reciente se acerca más a la escultura y a la fotografía que a la pintura, buscando en casi todas sus obras la tridimensionalidad. Sus creaciones plásticas figuran en el Museo Español de arte Contemporáneo (Madrid), Diputación de Valencia, Museo Guggenheim (Nueva York), Centro de Arte Reina Sofía (Madrid), Fundación La Caixa (Barcelona), IVAM, Universidad de Valencia, etc… 35 MARCOS CAPARRÓS (Baza, Granada, 1965) Pintor, escultor y grabador. Con apenas doce años llega a Valencia, donde recibe toda su formación y desde muy pronto comienza a desarrollar su actividad pictórica. Con veintiún años, en 1986, ya es profesor de la Escuela de Artesanos de Valencia. En 1987 presenta por primera vez sus obras en la feria de arte contemporáneo INTERART en Valencia. En 1988 expone en la Galería Zaguan´s Gallery de Valencia y en 1990 en la Galería Fresno de Monforte. En 1994 exhibe su obra en el Museo Lladró de Nueva York y en 1995 participa en la colectiva “Pintores Valencianos Contemporáneos” de las Reales Atarazanas de Valencia. En 1996 su obra se incluye en la exposición “Diferentes puntos de vista del realismo español” en Valencia. En 1997 y 1998 expone en la Galería Thema de Valencia. En 1999 y 2001 en la Galería Comotuaquí en Liria, Valencia. En 2003 expone en el Museo de Arte Contemporáneo de Ibiza. Su obra está representada en importantes colecciones privadas de Estados Unidos, Japón, Australia, Nueva Zelanda, Francia, Italia y España, así como en la Colección de BBVA en Nueva York, en la Colección Lladró, en la colección FACSA, etc. Algunas de sus esculturas forman parte del paisaje urbano en distintas ciudades de la Comunidad Valenciana. Se trata, sin duda, de uno de los artistas con más futuro dentro del panorama artístico en la Comunidad Valenciana. Actualmente desarrolla su actividad entre Valencia y Nueva York. Según sus propias palabras podemos definir su pintura como “realismo mágico”. 36 125 años de pintura valenciana / Biografías Artistas Orden alfabético Autor Biografía Agrasot, Joaquín .................................................................. Almar, Agustín ...................................................................... Benlliure, José ..................................................................... Benlliure, Juan Antonio ........................................................ Calvo, Carmen ..................................................................... Caparrós, Marcos ................................................................ Domingo, Francisco ............................................................. Equipo Crónica .................................................................... Equipo Realidad .................................................................. Ferrándiz, Bernardo ............................................................ Genovés, Juan .................................................................... Lozano, Francisco ................................................................ Mariscal, Javier .................................................................... Martínez Cubells, Enrique .................................................... Mompó, Manuel H. .............................................................. Mongrell, José ..................................................................... Navarro, José ...................................................................... Peris, Vicente ....................................................................... Pinazo, Ignacio .................................................................... Pinazo, José ........................................................................ Pla, Cecilio .......................................................................... Pla Rubio, Alberto ................................................................ Bautista Porcar,Juan ............................................................ Puig Roda,Gabriel ............................................................... Ripollés, Juan ...................................................................... Sorolla, Joaquín ................................................................... Valdés, Manolo .................................................................... Vilá Prades, Julio ................................................................. pág. pág. pág. pág. pág. pág. pág. pág. pág. pág. pág. pág. pág. pág. pág. pág. pág. pág. pág. pág. pág. pág. pág. pág. pág. pág. pág. pág. 20 19 22 23 34 36 20 35 35 19 31 29 34 27 30 26 25 33 21 28 23 25 28 24 32 24 32 26 Catálogo ........................ ........................ ........................ ........................ ........................ ........................ ........................ ........................ ........................ ........................ ........................ ........................ ........................ ........................ ........................ ........................ ........................ ........................ ........................ ........................ ........................ ........................ ........................ ........................ ........................ ........................ ........................ ........................ págs. págs. págs. págs. págs. págs. págs. págs. págs. págs. págs. págs. págs. págs. págs. págs. págs. págs. págs. págs. págs. págs. págs. págs. págs. págs. págs. págs. 44 40 54, 56, 66 128, 130 134 46, 48, 118 120 42 116 110 132 100, 102 112, 114 94, 96 84, 86, 126 52 104 68, 70, 92 106, 108 80, 82 122 76, 78 124 98 58, 60, 62, 64 50 88, 90 72, 74 Catálogo Autor Obra Página Agustín Almar............................................................ “La hilandera”.................................................. pág. 40 Bernardo Ferrándiz................................................... “El trasquilón”.................................................. pág. 42 Joaquín Agrasot....................................................... “Cabeza de árabe”...........................................pág. 44 Francisco Domingo.................................................. “Escena de carnaval”....................................... pág. 46 Francisco Domingo.................................................. “La reala de caza”............................................ pág. 48 Francisco Domingo.................................................. “Chulaponas”...................................................pág. 50 Francisco Domingo.................................................. “Cuatro bellezas goyescas”..............................pág. 50 Francisco Domingo.................................................. “Pareja goyesca”..............................................pág. 50 Ignacio Pinazo.......................................................... “El patio de caballos”....................................... pág. 52 José Benlliure........................................................... “En la biblioteca de cardenal”...........................pág. 54 José Benlliure........................................................... “Moritos”..........................................................pág. 56 José Benlliure........................................................... “Valencianos”...................................................pág. 58 José Benlliure........................................................... “Valencianos II”................................................ pág. 60 José Benlliure........................................................... “Paisaje veneciano”..........................................pág. 62 José Benlliure........................................................... “Torero y maja”.................................................pág. 64 Juan Antonio Benlliure.............................................. “Odalisca”........................................................pág. 66 Cecilio Pla................................................................ “Niñas en la playa”........................................... pág. 68 Cecilio Pla................................................................ “Niños jugando en la playa”............................. pág. 70 Cecilio Pla................................................................ “A los toros”......................................................pág. 72 Cecilio Pla................................................................ “Mi hija Pepita”.................................................pág. 74 Joaquín Sorolla........................................................ “Café de París”.................................................pág. 76 Joaquín Sorolla........................................................ “Niños bañándose entre rocas”........................pág. 78 Gabriel Puig Roda.................................................... “Pelando la pava”.............................................pág. 80 Gabriel Puig Roda.................................................... “El Pou”............................................................pág. 82 José Navarro............................................................ “Gitanillos”.......................................................pág. 84 José Navarro............................................................ “Calle árbe”......................................................pág. 86 José Navarro............................................................ “La huerta y las barracas valencianas”............. pág. 88 José Navarro............................................................ “Barcas varadas”............................................. pág. 90 Alberto Pla Rubio...................................................... “El regreso de las barcas”................................ pág. 92 José Mongrell............... ........................................... “Copla valenciana”...........................................pág. 94 José Mongrell............... ........................................... “La vuelta de la pesca”.....................................pág. 96 Julio Vila Prades ....................................................... “Playa valenciana”........................................... pág. 98 Enrique Martínez Cubells ......................................... “Ya llega papá con la barca”.............................pág. 100 Enrique Martínez Cubells ......................................... “Bueyes sacando las barcas”...........................pág. 102 José Pinazo.............................................................. “ Joven muchacha”.......................................... pág. 104 Juan Bautista Porcar................................................. “El molí”........................................................... pág. 106 Juan Bautista Porcar................................................. “El prat”........................................................... pág. 108 Francisco Lozano..................................................... “Altozano pedregoso con casas violetas”......... pág. 110 Manuel H. Mompó.................................................... “Sin título” ....................................................... pág. 112 Manuel H. Mompó.................................................... “Sin título”........................................................ pág. 114 Juan Genovés........................................................... “Es terrible, no hay eco”................................... pág. 116 Equipo Crónica......................................................... “Sin título”........................................................ pág. 118 Equipo Realidad....................................................... “La familia americana”..................................... pág. 120 Juan Ripollés............................................................ “Los amantes”................................................. pág. 122 Manolo Valdés.......................................................... “La reina Mariana VII”....................................... pág. 124 Vicente Peris............................................................. “Arlequín”......................................................... pág. 126 Carmen Calvo........................................................... “Paisaje de París”.............................................pág. 128 Carmen Calvo........................................................... “Lo que se ha perdido”.....................................pág. 130 Javier Mariscal.......................................................... “Icono”.............................................................pág. 132 Marcos Caparrós...................................................... “Peces”............................................................pág. 134 Agustín Almar “La Hilandera” Óleo sobre lienzo 28 x 38 cm. Firmado en ángulo inferior derecho Cuadro "De costumbres", propio de la pintura del siglo XIX, que tenía como principal seña de identidad la representación de escenas populares . De fácil comprensión y ajenos a pretensiones intelectuales, estaban destinados a la clase media adinerada y a la burguesía que los adquiría con el único propósito de decorar sus casas. Con el término genérico de "tableautin" (tablita) y de tamaño generalmente pequeños eran los preferidos por los marchantes de finales del siglo XIX y su moda permitió subsistir y hasta hacerse ricos, a veces, a sus propagadores. En Francia, primero Meissonier y después el propio Fortuny fueron sus máximos exponentes. No importa que la obra sea un lienzo, como en el caso que nos ocupa, para gozar de las simpatías de los coleccionistas actuales. El cuadro representa a una hilandera, ejecutada con corrección y que recuerda tanto en su técnica como en su composición al mismísimo Goya que sin duda inspiró a D. Agustín. El rojo de su chal y el ribete casi negro de la falda marcan un contrapunto muy logrado dentro del tono general de ésta obra que nos ha trasladado hasta hoy la ya inusual escena, para conocimiento de procedimientos que fueron típicos y que han caído en desuso en su mayoría. 40 125 años de pintura valenciana / Catálogo 41 Bernardo Ferrándiz “El trasquilón” 1869 Óleo sobre tabla 33 x 52 cm. Firmado y fechado en ángulo inferior izquierdo Inscripción autógrafa en la trasera Obra reproducida fotográficamente en el libro "Ferrándiz ante la Modernidad" EL TRIBUNAL DE LAS AGUAS de Carmen Gracia (página 115), libro publicado por la Institución Alfonso el Magnánimo (Institución Valenciana de Estudio e Investigación). En la página 117 se cita: "En Junio de 1869 regresó a Valencia donde pintó algún cuadro de género valenciano como El Trasquilón encargado por la Condesa de Oñate y que fue presentado en Valencia en Julio de 1869. "Su pensamiento es original e ingenioso " se escribía en el Diario valenciano Las Provincias, el día 24 de Julio en el número 1191, página 2, “Las figuras son típicas y los trajes característicos de nuestro país. Como todo lo que hace el Sr. Ferrandiz el cuadro está concluido con amor y minuciosidad escrupulosa". En la página 159 se asegura "Los clientes, pues en su mayoría pertenecientes a la nobleza compraban las obras de Ferrandiz después de haberlas visto en exposiciones públicas" sin embargo la Sra. Condesa de Oñate, Dª María Pilar García Sancho y Zavala, lo encargó en 1869 para enviarlo posteriormente a su casa de París. En el reverso de la tabla, manuscrita por el autor, aparece la siguiente nota: "El Trasquilón pintado por encargo de la Sra. Condesa de Oñate en 1869 por Bernardo Ferrándiz, profesor de la Escuela de Bellas Artes de Málaga a donde se puede dirigir el que de tal necesite ha bien“ Valencia España calle de la Cofradía de los Sastres nº 6. Poco queda pues que añadir a tan elogiosos comentarios, como no sea el fino sentido del humor que destila la obra y el acierto con que resuelve el tema el pintor mediante una técnica preciosista y fiel a la realidad, al más puro estilo de Fortuny, del que se mostró siempre fervoroso y confeso admirador D. Bernardo ,quien decía ser un modesto aprendiz del insigne pintor de Reus. Obra excepcional tanto por su calidad intrínseca como por el estado de conservación en que se encuentra, y por su valor documental contrastado. 42 125 años de pintura valenciana / Catálogo 43 Joaquín Agrasot “Cabeza Árabe” c.1872 Óleo sobre lienzo 60 X 37 cm. Firmado en ángulo inferior derecho Nuestro pintor fue compañero inseparable de Mariano Fortuny durante la última década de la vida del infortunado pintor catalán, compartiendo en esos años amistad personal correrías nocturnas....que aprovechaban para tomar notas y aficiones comunes además de inquietudes profesionales. Sabida es la predilección que tenían ambos por los temas orientalistas y de Agrasot, conocemos dos épocas bien diferenciadas en el tiempo en que acometió esa temática. -La primera gira en torno a 1872/74 con obras como “Moro”, “Marroquí”, “Esperando a un cliente” y nuestra "CABEZA DE ÁRABE"(ver página 24 del libro Joaquín Agrasot editado por la Autoridad Portuaria de Valencia con motivo de la exposición celebrada en el Edificio del Reloj en Marzo-Abril de 2003 en donde se citan los títulos mencionados y aparece una fotografía del Maestro de Orihuela disfrazado de moro). -La segunda etapa fue alrededor de los años 1900 a 1904 en que volvió a inspirarse en los motivos norteafricanos con sus series de Odaliscas y Sultanas. En “CABEZA DE ÁRABE” la pincelada es totalmente fortunyana: decidida, suelta pero firme y sin contornos "de adentro hacia afuera" y sin dibujo previo. No dudamos que la relación cotidiana de ambos amigos influyó notablemente en D. Joaquín en este período ya que al fallecimiento de su colega Mariano, fue abandonando paulatinamente su estilo, totalmente alejado del que posteriormente utilizaría en sus temas de casacones y huertanos. Observemos la barba del personaje, las vibrantes borlitas que cuelgan de su turbante y las pinceladas de la camisa para ratificarnos en lo expuesto. Un cuadro de coleccionista. Citado en la página 24 del libro "Joaquín Agrasot" antes referido. Expuesto en Granada en la muestra "Fortuny en Granada", Junio de 1999. Publicado en el libro "Fortuny en Granada", con textos del Dr. D. Carlos González editado en 1999 por La Fundación Rodríguez Acosta ,en la página 139. 44 125 años de pintura valenciana / Catálogo 45 Francisco Domingo “Escena de Carnaval” Óleo sobre tabla 35 x 35 cm. Firmado en ángulo inferior izquierdo Con sello del autor en el reverso Original tabla circular que recoge en una misma obra, dos de los temas preferidos del autor: Los ambientes dieciochescos con personajes de la nobleza (género que algunos denominaron como "de Casacón" porque sus protagonistas llevaban la casaca como prenda distintiva) y los ambientes festivos al aire libre (en este caso un carnaval). El gran éxito de su pintura desenfadada, con los temas que la burguesía adinerada parisina prefería y se disputaba ,pagando elevadas sumas por ellos, hizo que ,debido al gran número de compromisos que tenía con sus clientes y marchantes ,desarrollase su técnica hacia un estilo propio , caracterizado por gran dominio en la pincelada suelta y muy matérica que le permitía resolver magistralmente composiciones comprometidas y que hubieran resultado excesivamente laboriosas para alguien menos dotado, lo que recuerda muchas veces al mismísimo Goya. Su obra sigue siendo muy apreciada internacionalmente y ha mantenido su frescura conceptual ,por lo que podemos afirmar sin temor a equivocarnos que de vivir hoy volvería a triunfar clamorosamente simplemente adaptando su temática. En este cuadro llaman poderosamente la atención los colores empleados alegres y brillantes, combinados armónicamente como en una joya de orfebrería, y su perfecta composición atendiendo los distintos planos, que le confieren una gran profundidad hasta llegar a las montañas del horizonte. En la foto del detalle de la pareja bajo el árbol, se pueden apreciar los matices a los que hemos hecho alusión sobre la pincelada y la similitud con el Maestro de Fuentetodos. Cuadro muy agradable y hecho por un pintor excepcional. 46 125 años de pintura valenciana / Catálogo 47 Francisco Domingo “La reala de caza” Óleo sobre tabla 21 X 32'5 cm. Firmado en el ángulo inferior izquierdo Con sello de lacre del autor en el reverso Francisco Domingo fue un privilegiado que triunfó en vida y alcanzó las más altas cotas de éxito profesional, acompañadas del reconocimiento también económico de sus obras lo que le permitió vivir en una Casa Palacio en París. Sus temas preferidos, los que lo hicieron famoso, fueron las escenas de carnaval, los asuntos de" mosqueteros"-como en el cuadro que nos ocupa- y las escenas de circo o fiestas callejeras. También fue un excepcional retratista. Como tenía una mano privilegiada, alcanzó tal soltura en sus realizaciones que es una delicia poder observar con detenimiento detalles de sus cuadros mediante una lupa....o con técnicas actuales como la macro-fotografía (igual que sucede con su discípulo José Benlliure). En el cuadro que presentamos, el detalle de la jauría.....es impresionante y digno del más grande de los maestros, !y que demostración de manejo de pincel! ¡Que fácil es para un superdotado pintar con dos trazos un perro! El caballo digno de Velázquez y los árboles frondosos, y !espléndidos! Como tenía muchos imitadores optó por poner su sello distintivo, de lacre en la parte trasera de sus tablas (esta nuestra lo tiene) para evitar falsificaciones. Tabla menor en tamaño pero grande en calidad y muy representativa del quehacer del maestro. 48 125 años de pintura valenciana / Catálogo 49 Francisco Domingo Marqués “Chulaponas” “Cuatro bellezas goyescas” “Pareja goyesca” Pastel sobre Cartón Lápiz Conté sobre papel Guache de papel 16'2 x 24'5 cm. '9'5 x 15 cm. 10 x 14'5 cm. Firmado en ángulo inferior izquierdo Firmado en parte inferior Pintor tremendamente dotado y con una gran habilidad, pintó una gran cantidad de obras como las que presentamos en esta muestra de tres realizaciones. Son siempre tremendamente efectistas y su éxito radica en la facilidad con que el aficionado capta la calidad de la realización desde el primer instante. Dirigidas a la "High Class Painting" y basadas en escenas goyescas de finales del siglo XVIII le dieron una tremenda fama y le permitieron -debido a la facilidad con que las realizaba y su portentoso dominio de la técnica- contentar a sus ávidos marchantes que le reclamaban incesantemente más y más. Coloristas y con temas desenfadados tienen todos los atributos para hacer feliz, en los momentos de su contemplación, a quien las posee. 50 125 años de pintura valenciana / Catálogo 51 Ignacio Pinazo “El patio de caballos” Óleo sobre lienzo 45'8 x 60'6 cms. Registrado en los archivos de la Casa Museo de Pinazo con el número A-002-M Certificado por Dª Esperanza Pinazo el 20-6-88 Ignacio Pinazo fue un pintor muy singular en cuanto a que no siguió (y lo hizo deliberadamente) ninguna corriente estética determinada ni se le puede catalogar dentro de ninguno de los "ismos" de su época. con tipismo y originalidad -sin restar verosimilitud a la escena- pues era y es frecuente que los aficionados exaltados por la valentía de sus ídolos arrojen animales vivos al albero hermanados en un rito pagano de sacrificio ,sangre y muerte. Su originalidad la mantuvo incluso cuando pintaba escenas típicamente valencianas (playas o personajes de la huerta) a los que se enfrentaba desde un pensamiento filosófico propio, respecto a lo que debería ser una realización pictórica (ver su discurso de ingreso en la Academia de Bellas Artes de San Fernando "DE LA IGNORANCIA EN EL ARTE" en el año 1896, página 303 del libro de Vicent García Editores publicado en 1982 en el que vierte sus ideas). Para finalizar una observación personal: Del referido discurso reproducimos un párrafo por la relación con nuestro “Patio de Caballos” que dice así ": Fortuny mirando a Goya, que era para él ayer, fue derecho a la luz, al mañana " mencionando a los dos genios a los que luego nos referiremos. Excepto en sus temas "de encargo" donde era meticuloso en la finalización de la obra, como por ejemplo en los retratos, gustaba de dejar aparentemente inacabada la realización, con lo cual sus temas se caracterizan por una frescura que en otros pintores solo se encuentran en los bocetos preparatorios. En el cuadro que presentamos -de indudable inspiración goyesca-sin embargo quiso el artista dejar la impresión de una obra felizmente acabada, lo que le confiere una gran originalidad dentro de su producción pictórica, quedando reflejada la evidencia de su portentoso dominio de la luz y del color tanto en los contrastes magníficos entre la penumbra del patio de caballos y la claridad procedente del coso taurino como en la combinación de tonalidades de los vestidos de todos los que componen la escena. Se trata de una visión trágica de La Corrida de Toros vista desde la perspectiva en este caso de los picadores. Personajes necesarios pero poco reconocidos del mundo del toreo quienes en la imagen aparecen captados con el desgarro propio de quienes sabedores de que están jugándose la vida, acuciados por la necesidad, tienen que cambiar de montura para volver a salir a la arena. Uno de ellos, herido tiene que ser ayudado para descabalgar.... mientras unas mujeres observan sobrecogidas por el dolor la secuencia. No falta la nota anecdótica del gallo majestuoso, fortuniano ...como pretexto para quitar dramatismo al instante y llenar un espacio 52 125 años de pintura valenciana / Catálogo Parece como si esta obra hubiera sido ejecutada -no sabemos si conscientemente- con la idea de homenajear al Genio de Fuentetodos y al Maestro de Reus pues en los picadores y sus caballos vemos al primero mientras que en los trajes de luces, chaquetillas y el mencionado gallo, al segundo. Un lujo para los amantes del Arte (con mayúsculas). 53 José Benlliure “En la Biblioteca del Cardenal” Óleo sobre tabla 37 x 53 cm. Firmado en ángulo inferior derecho Registrado en los archivos de la Casa Museo de Pinazo con El nº A-002-M Certificado por Dª Esperanza Pinazo el 20-6-88 Es un auténtico placer para la vista el poder disfrutar con detenimiento de un cuadro tan perfectamente elaborado y ejecutado con la precisión pictórica que caracteriza esta maravillosa obra. A veces (sucede a menudo con pintores de diversas épocas y estilos) un cuadro está pintado con todo lujo de detalles y sin embargo no transmite la sensación, cuando lo contemplamos, de que estamos ante una auténtica obra de arte y ello sucede porque si bien el autor ha plasmado el oficio, y lo puede haber hecho hasta brillantemente, no ha sido capaz de dotar a la obra, del alma que distingue a un artista del artesano. Este ejemplo me manifiesta claramente en algunas pinturas miniaturistas resueltas de modo técnicamente perfecto y que denotan años de trabajo y estudio de la técnica....pero que no nos hacen vibrar como la auténtica pintura "de verdad". José Benlliure es uno de los máximos exponentes de la Escuela de Roma caracterizada por la fidelidad a los modelos retratados y solo Fortuny le supera en esa faceta de preciosismo no miniaturista capaz de emocionarnos. Estamos ante una obra que podría resumir todo lo anteriormente citado, pues a la armonía del conjunto y la sabia distribución de los personajes y de los colores utilizados se suma el toque magistral del ARTISTA en el tratamiento matérico y en la desenvoltura de la pincelada empleada. Veamos los ropajes con detalle, utilicemos una lupa si es necesario o recurramos a la técnica para, mediante macro-fotografía poder ver las facciones de los retratados... increíble. ..Nada que ver con la pintura relamida y falta de expresión de otros coetáneos. Valencia, amante siempre de la buena pintura, supo premiar en vida el buen hacer de este magnífico pintor que alcanzó todo tipo de honores y condecoraciones internacionales y disfrutó de una privilegiada situación social ganada con sus pinceles, llegando hasta hoy su aprecio y elevada consideración en todo el mundo. Para finalizar, un comentario sobre el tema de la obra: Una biblioteca y unos personajes eclesiásticos situados en un entorno propicio para ser utilizados como motivo de lucimiento de una 54 125 años de pintura valenciana / Catálogo determinada forma de hacer pintura en el último cuarto del siglo XIX y que puso de moda el antes citado Mariano Fortuny, pudiéndose afirmar que en la historia de ese tipo de pintura debemos hablar de un antes y un después de su celebrada " Vicaría". -Publicado en el diccionario británico “Popular 19th Century”. -Publicado en el libro: “El esplendor de la pintura valenciana. 18681930”. -Expuesto en La Coruña (Abril-Mayo de 2001) con el Título “El Cardenal en su estudio”. -Expuesto en el Museo de Bellas Artes de Valencia San Pio V, en el mismo año. 55 José Benlliure “Moritos” 1925 Óleo sobre tabla 8'5 X 13'7 cm. Firmado y fechado en ángulo inferior izquierdo Ejecutada en 1925, notamos en esta obra la mano de un pintor tremendamente experimentado que ha optado definitivamente por la técnica de factura suelta y desenfadada en vez de la preciosista de su primera época romana, queriendo así incorporarse a la manera de pintar de sus coetáneos en esas fechas. Pintó D. José Benlliure temas orientalistas a lo largo de toda su vida y lo hizo siempre con acierto, siendo esta temática muy apreciada tanto en su época como actualmente. Es destacable en los momentos que vivimos, la incorporación de un nuevo coleccionismo procedente de los países árabes que deseosos de adquirir temas relacionados con sus costumbres y dotados de un elevado poder adquisitivo están haciendo revalorizarse rapidísimamente estos cuadros , lo que les dota de un valor añadido. El color ocre es característico de la paleta del pintor valenciano en ésta época y en ésta tablita se ve potenciado con sabias pinceladas amarillas y blancas que añaden luminosidad a la escena. Los cuatro personajes son poco más que manchas de color y solamente en los dos asnos quiso el artista detenerse brevemente. El arco y la puerta del fondo con un magnífico juego de luces y sombras nos sitúan en un primer plano como espectadores y proporcionan a toda la escena una gran profundidad. 56 125 años de pintura valenciana / Catálogo 57 José Benlliure “Valencianos” Óleo sobre lienzo 70'8 X 112'1 cm. Firmado en ángulo inferior derecho Firmado y fechado en el reverso José Benlliure es sin duda uno de los pintores mas apreciado por los amantes de la pintura valenciana ,tanto por su maestría a la hora de plasmar escenas con la técnica preciosista que caracterizó su época de Roma, como cuando entrado en siglo XX fue paulatinamente abandonando dicha característica sin perder ni un ápice de su arte. En esta joya de pintura costumbrista fechada en 1904 el autor se recrea en el estudio pormenorizado no solo de los protagonistas y de sus vestiduras, sino que lo hace también con el ambiente que les rodea, plasmándolo de tal modo y con tanta fidelidad que bien podría servir para realizar, hoy en día, un estudio sobre trajes y costumbres de los valencianos de principios de siglo. Empleando una pincelada suelta y sin "arrepentimientos" el pintor despliega todo un artificio de conocimientos adquiridos en sus 49 años de existencia y de resonantes éxitos. Obra de plena madurez capta las expresiones de los cuatro protagonistas de la escena de tal modo que podemos adivinar hasta el estado de ánimo de cada uno de los "tíos" como cariñosamente denominaba a sus modelos habituales, sin duda adoptando los alias con que se les conocía en su vida real :Tío Maties,Tío Pep, Tío Figueres, Tío José ,etc, (El personaje que está de pie es "El Tío Maties de Liria"), ver página 29 del libro "Los Benlliure "presentado en la exposición celebrada en el Edificio del Reloj de Valencia en 1988 con los fondos del Museo S. Pío V. Los cuatro con pañuelos en la cabeza, con "espardenyes" (alpargatas), camisa , chaleco.....blusón huertano para el que está de pié.... alrededor de una mesa rústica, sentados en sillas de enea, fumándose un puro y echándole algún tiento al "barralet" (porrón) de tanto en tanto. La charla es desde luego distendida pero no divertida y sólo el que tiene el porrón y su tertuliano más próximo esbozan una socarrona media sonrisa, quizás llevados por los efluvios del tintorro o tal vez por algún comentario jocoso. Completan la escena una imagen de culto y multitud de jarras cerámicas colgadas en la pared y una en el suelo de la que no se aleja en demasía su custodio que piensa sin duda seguir surtiendo los gaznates de sus amigos para ayudarles en el feliz trance de acompañar a los “altramussos” (altramuces) que están en el centro de la mesa. 58 125 años de pintura valenciana / Catálogo Obra maestra sin duda (disponemos de un estudio preparatorio de ésta obra, de menor tamaño y con sólo dos personajes). -Expuesta en la Gallería Benlliure de Valencia en 1994, Exposición José Benlliure. -Obra expuesta en Buenos Aires en 1934 en la Sala Witcomb del 1 al 11 de Junio. -Perteneció a la colección Bou. -Publicado en el libro José Benlliure editado por Galería Benlliure de Valencia en 1994. 59 José Benlliure “Valencianos II” Óleo sobre lienzo 23 x 23 cm. Firmado y dedicado en el ángulo superior izquierdo Obra preparatoria del cuadro" Valencianos", comentado y reproducido en el catálogo. Es interesante observar la fidelidad con que el pintor trasladó la figura del modelo que tiene el porrón en la mano, incluso en los pormenores, al lienzo del cuadro mayor, lo que indica que le gustó mucho el trabajo inicial. José Benlliure gustaba de retratar tipos populares que solía conocer en sus paseos por la ciudad de Valencia y a los que en ocasiones invitaba a su casa para que posaran como modelos. Si el resultado de sus sesiones de trabajo agradaba al pintor, o bien repetía las invitaciones o simplemente volvía a emplear los estudios en cuadros posteriores. De su amistad con Vicente Blasco Ibáñez había nacido una absoluta compenetración profesional e ideológica que dio sus frutos en la magnífica edición de la novela "La Barraca" con ilustraciones de Benlliure (ver página 105 del libro de Victoria E. Bonet "José Benlliure "con un cuadro realmente muy parecido al que nos ocupa y con comentarios interesantísimos al respecto) A la vista de dichas ilustraciones (en especial las de las páginas 169 y 174 de la novela, editada por Vicent García en 1981) podemos asegurar que la temática general de la obra obligó al maestro a realizar bocetos y apuntes de los que éste podría haber formado parte, siendo el cuadro grande bastante posterior. En cualquier caso, a partir de ese momento el pintor se compromete en la dignificación de las costumbres del campesino valenciano, abandonando el detallismo, con lo que su obra gana en sabiduría y si bien pierde brillantez mejora en el estudio de las figuras y en la expresión de los rostros. Sus personajes dejan de ser anónimos y pasan a ser figuras conocidas con nombre o apodo como el "Tío Clin,"Tío Andreu", “Tío Maties", etc. Abandonando el aspecto folklórico para pasar a una pintura más de tipo social acorde con los tiempos que corrían y que estudiaba el entorno de la clase campesina y sus comportamientos. 60 125 años de pintura valenciana / Catálogo 61 José Benlliure “Paisaje Veneciano”. 1889 Óleo sobre lienzo 60 X 100 cm. Firmado en ángulo inferior derecho En este maravilloso lienzo, José Benlliure puso de manifiesto todo su arte y su técnica mas exquisita para lograr finalmente una obra maestra en donde además retrató a su esposa y a sus cuatro hijos, junto a dos personajes no identificados. En el centro su esposa María Ortiz Fullana (ver página 133 del libro" Los Benlliure retrato de familia" Exposición celebrada en el Edificio del Reloj de Valencia en 1998. La niña con falda roja es María, nacida en 1881(ver página 118). La niña rubia sentada a la derecha es su hija Angelita nacida en 1883 (ver página 95 del libro referenciado). El niño es Peppino (Pepito) llamado cariñosamente así en aquella época por haber nacido en Italia en 1884 y que sería un gran pintor( ver página 97). Y por último, el bebé debe ser Carmen, nacida en 1888. Ninguno de los cuatro hermanos pintores fue paisajista y esta obra es excepcional también en ese aspecto. El maestro se recreó de tal modo en el entorno que la contemplación de los detalles y del fondo son una delicia. Toda la composición es merecedora del máximo elogio y el preciosismo de la Escuela de Roma alcanza una de sus mas elevadas cotas con estas floristas venecianas: Las flores muy matéricas..., el pozo, las macetas, las cestas, las barcas, las casas, el cielo, las palomas, el agua, los retratados, sus vestiduras la magnífica profundidad de conjunto... Existe un boceto preparatorio de este cuadro de 47 x 62 en la Casa Museo Benlliure de Valencia con éste mismo título, motivo y un solo personaje (su hija María) en idéntica postura... realizado en acuarela. (Sabida es la costumbre existente en aquella época de realizar estudios rápidos con acuarela "sobre el terreno" para finalizar luego la obra tranquilamente y con todo el tiempo necesario en el taller). -Reproducido en el libro-catálogo de la Casa Museo Benlliure página 11 editado en Valencia. -Publicado en el libro "José Benlliure" editado por la Galería Benlliure de Valencia con motivo de una monográfica sobre el pintor en 1994. -Publicado en el libro "Museo Benlliure" de Vicent García Editores en páginas 45, 47 y 49. 62 125 años de pintura valenciana / Catálogo -Reproducido en el libro "José Benlliure" de Victoria E. Bonet en la página 166. Editado por el Ajuntament de Valencia en 1998. -Debido a su gran Belleza y popularidad , se editan anualmente calendarios y postales reproduciendo este paisaje en toda la Comunidad Valenciana. 63 José Benlliure “Torero y maja” Óleo sobre tabla 32 x 21'5 cm. Firmado en ángulo inferior izquierdo Cuando José Benlliure decidía pintar una pequeña joya preciosista destinada a sus admiradores lo hacía ciertamente a conciencia. Profesionalmente muy capacitado, era un maestro en la minuciosidad mas exquisita y sus obras son verdaderas lecciones magistrales de como se puede halagar a un público deseoso de temas amables y desenfadados sin renunciar ni un ápice a sus convicciones pictóricas. En la tablita que nos ocupa, es tan grande el alarde técnico que despliega que nos deja anonadados cuando observamos de lo que es capaz el maestro con su pequeño pincel cargado de materia. Nos atrevemos a compararlo sin ningún desdoro a Fortuny con sus primeros planos magníficos. El traje de luces, las patillas del matador, su expresión, las manos de los dos, la guitarra, el porte y donaire de las figuras, la cara de la muchacha, ...las jaulas de los pájaros, e l abanico y !el perro! Una verdadera carga de profundidad dirigida a nuestra sensibilidad que explota y nos llena de gozo. Una obra irrepetible. -Publicado en el libro: “José Benlliure” editado por la Galería Benlliure de Valencia en 1994. -Expuesto en la referida Galería en el año señalado. -Reproducido en el libro "La Tauromaquia en la pintura española "del Dr. D. Carlos González. -Expuesto en Salamanca (Noviembre-Diciembre de 1999) en la exposición con el título "De Fortuny a nuestros días. La Tauromaquia Española". -Reproducido en el libro "Francisco Domingo", publicado por Bancaja, página 106, con motivo de la exposición ce-lebrada en Valencia en 1998. 64 125 años de pintura valenciana / Catálogo 65 Juan Antonio Benlliure “Odalisca” Acuarela sobre papel 65 X 100 cm. Firmado en ángulo inferior derecho Maravillosa acuarela del tercer pintor de los hermanos Benlliure (hubo cuatro: Blas, José, Juan Antonio y Mariano) que sorprende gratamente por el tratamiento perfecto de las carnaciones. Basta con ver del modo en que están pintados los brazos y la tez de la cara para percatarnos de que estamos ante una obra magistral de la acuarela española y que justificaría por si sola el triunfo que alcanzó el pintor entre la alta sociedad española y en particular de la madrileña que lo encumbró a la fama. Todo el resto del cuadro es un prodigio de la mejor escuela y en la línea de los magníficos acuarelistas decimonónicos españoles que contaron con virtuosos de talla mundial como Tapiró y Fortuny o el mismo Puig Roda (los tres pintaron temas orientalistas). Alarde de color, preciosismo, precisión, técnica y buen gusto en este tema reproducido en "La Ilustración Española y Americana" en portada (Catalogan al cuadro como magnífico y que fue muy elogiado por la prensa madrileña) el 8 / 3 /1883. Reproducido en el periódico valenciano "Levante" (ver recorte adherido en la parte posterior). Publicado en el catálogo "Maestros de la Acuarela del siglo XIX". Publicado en el "Almanaque de la Ilustración " de Madrid año 1884 con el título “ Odalisca " (página 2). Publicado en el libro "Fortuny en Granada", junio de 1999 (página 141). Expuesto en Granada con el mismo título anterior y en la fecha indicada. 66 125 años de pintura valenciana / Catálogo 67 Cecilio Pla “Niñas en la playa” Óleo sobre lienzo 14 X 19.5 cm. Firmado y fechado en el ángulo inferior izquierdo La afición que tuvo toda la vida Cecilio Pla por el ritmo y la armonía (de niño quiso ser músico) se ponen de manifiesto en esta delicada escena de playa donde todo es equilibrio y contrapunto, a la vez que pintura auténtica ejecutada por una mano firme, digna de la mejor escuela valenciana. La luz inunda todo el cuadro y el blanco se convierte en protagonista aplicado con abundancia matérica, los vestidos de las niñas y las olas con su espuma destacan sobre un mar azul-verdoso, mientras que un horizonte estudiadamente alto hace que nada distraiga la atención del primer plano, en el cual las niñas juegan bajo un sol que cae en perpendicular sobre ellas, inundándolo todo. La sombra de la pamela sobre el vestido de una de ellas armoniza en tonalidad con el fondo marino, creando la antes citada sensación de armonía. Al fondo unos niños en pleno movimiento son como una segunda firma del maestro en e l lienzo, por su inimitable peculiaridad y gracia. -Obra expuesta en la Fundación Cultural Mapfre de Madrid de Noviembre de 1998 a Enero de 1999, con motivo de la exposición comisariada por Don Javier Pérez Rojas. -Publicado en el libro "Cecilio Pla" editado con motivo de la referida exposición, lámina en página sin numerar. -Expuesto en Valencia en el Museo de Bellas Artes San Pío V, de Enero a Marzo de 1999 con en la Exposición " Cecilio Pla". 68 125 años de pintura valenciana / Catálogo 69 Cecilio Pla “Niños jugando en la playa” Óleo sobre cartón 14'8 X 24 cm. Firmado y fechado en la parte inferior central Dedicado: “Al Gran R. Forns”, pintor castellonense, alumno del maestro De las muchas virtudes pictóricas y habilidades del gran maestro que fue D. Cecilio, hay una que ha llegado hasta nuestros días y por la que es tremendamente apreciado y valorado por los estudiosos de la pintura de principios del siglo XX, por los amantes de la pintura en general y por los coleccionistas: su facilidad para captar en pequeños apuntes o notas de color las escenas de playa con bañistas (preferentemente niños) en movimiento. Este cuadrito que presentamos en esta exposición y que hemos adquirido recientemente, es un claro ejemplo de lo antes expuesto. Los niños, el mar, los trajes de baño, los gorros, sombreros .... todo es un pretexto para expresar de un modo personal una impresión, un instante en una playa cualquiera del Mediterráneo en un día veraniego. Un divertimento del pintor destinado en primera instancia a proporcionarle un rato de sano esparcimiento y goce personal, alejado de su quehacer diario y un "modus vivendi" en segunda instancia ya que el pintor sabía de la buena acogida que este tipo de estudios tenía entre sus adeptos. A nosotros nos causa sana alegría disfrutar de éste modo de entender la pintura: primero placer, después.... ¡Dios dirá!. Esperamos que el lector mas avisado sepa ver la oportunidad de compartir esta filosofía propia de la cultura mediterránea, con el pintor y con nosotros, luz, color, movimiento, armonía...buen gusto en suma . 70 125 años de pintura valenciana / Catálogo 71 Cecilio Pla “A los toros” Óleo sobre lienzo 42'3 x 29 cm. Firmado en ángulo inferior drecho Cecilio Pla fue un asiduo colaborador de las revistas de su época,las cuales, en su mayoría, incluían temas artísticos en sus páginas o simplemente utilizaban las ilustraciones de los pintores para apoyar sus artículos. De este modo vemos como nuestro pintor trabajó para La Ilustración Española y Americana, La Ilustración Artística , Blanco y negro, La Esfera ....etc. pero de todas ellas hay una que tuvo especial relevancia en la historia de la Artes Gráficas Españolas por ser la primera que incluyó FOTOGRAFÍAS EN COLOR. Y ésta fué ÁLBUM SALÓN. Y es ahí, en el año 1903 donde aparece reproducido nuestro cuadro por primera vez, a toda página plena (número 99). La obra llama la atención precisamente por su colorido y la elección tuvo seguramente mucho que ver con ello. Resuelta con mano ágil , plasma una escena de calle "a plein air” en donde dos castizas, a la puerta de la Plaza, ataviadas con sus ricos mantones y con fragantes claveles, se disponen a disfrutar de una tarde de ilusión ....y de calor, a juzgar por los abiertos abanicos. ¿Quién sabe que mensaje enviarán en el código cifrado de esos abanicos y a quién? ¿Quién puede adivinar a que manos irán los reventones?.¿Acabarán en las manos de un torero triunfador... o de l rendido admirador de la fila del tendido próximo? Mientras los picadores al fondo, en sus monturas, están a punto de entrar en la plaza también con sus esperanzas y con sus temores, y a buen seguro se darán una vuelta por la capilla para pedir protección... ¡Qué Dios reparta suerte ! -Reproducido en la revista Álbum Salón de 1903, en la página 99. -Reproducido en el libro "La Tauromaquia en la Pintura Española". De Fortuny a Nuestros Días. -Expuesto en la Exposición del mismo título celebrada en Caja Duero de Salamanca (Noviembre-Diciembre de 1999). -Reproducido en el libro "Cecilio Pla" en las páginas 100 y 101, publicado por Caja Segovia. -Expuesto en El Torreón de Lozoya de Segovia en la exposición del año 2000 " Cecilio Pla" (Del 5 de Mayo al 2 Julio de 2000). -Expuesto en El Castillo de Maya, Centro cultural de Pamplona. -Publicado (páginas 76 y 77) en el libro " Cecilio Pla" editado con motivo de la exposición anterior. 72 125 años de pintura valenciana / Catálogo 73 Cecilio Pla “Mi hija Pepita” Óleo sobre lienzo 39 X 37’5 cm. Certificado en el reverso del lienzo por la hija del artista Todos los pintores tienen una sensibilidad especial cuando pintan a un ser querido y muchas veces consiguen plasmar este sentimiento en su obra. También en sus cuadros de encargo o en aquellos realizados exclusivamente con fines comerciales se aprecia una diferencia -a veces notable- con respecto a las ejecutados como divertimento o con la total libertad mental característica de la ausencia de presión. Cecilio Pla en este retrato de su hija puso evidentemente todo su amor y trasladó el cariño que sentía por su pequeña hija al lienzo y lo hizo con una técnica de factura suelta y abocetada, en donde se aprecia la genialidad del pintor valenciano. Es difícil decir más -pictóricamente- con menos pinceladas... pocas pero densas, matéricas, expresivas, coloristas, equilibradas y graciosas... y además nos trasladó un halo de ternura que captamos claramente en Pepita. Sabemos del éxito que obtuvo Pla con sus cuadros de niñosmagistrales- y no nos debe extrañar en absoluto que con esos fundamentos lograse en esta ocasión aunar su calidad intrínseca con su pasión. -Expuesto en la Galería Garbí de Valencia en monográfica sobre el pintor con obras pertenecientes a la familia Pla. -Publicado en el libro" Cecilio Pla" editado por Bancaja en Valencia en 1994 (página 122, lámina 11). -Expuesto en Valencia con motivo de la pubicación del libro antes referido. -Expuesto en el Museo de Bellas Artes de Bilbao en 1994 con motivo de la Exposición "Cecilio Pla", en colaboración con Bancaja. -Expuesto en el Torreón de Lozoya año 2000 Segovia. -Reproducido en la página 41 del libro "Cecilio Pla" publicado por Caja Segovia en el año 2000. -Expuesto en el Castillo de Maya de Pamplona año 2000. -Reproducido en la página 37 del libro "Cecilio Pla" publicado por Caja Pamplona en el año 2000. 74 125 años de pintura valenciana / Catálogo 75 Joaquín Sorolla “Café de París” Óleo sobre lienzo 26 x 41 cm. Firmado y dedicado "Recuerdo de París Al Dr. Ramoneda su agradecido amigo J. Sorolla París 1897" Esta maravillosa tabla perteneció al Museo de Zumaya, donde llegó procedente de la colección del pintor Ignacio Zuloaga, aunque no hemos podido averiguar a través de sus herederos cómo llegó a su poder. Es una joya prodigiosa de la mano del genio valenciano y en ella se aprecian todas la dotes que lo hicieron famoso: Pincelada vigorosa, resuelta y matérica; colorido propio de un maestro excepcional, equilibrio en la composición y elección del tema y la luz adecuada. . El mantel es una demostración, una vez más, de que los blancos de Sorolla son inigualables y constituyen por si mismos un motivo de gozo y de diferenciación. La figura femenina tocada con el sombrero es sencillamente deliciosa, las flores sobre la mesa proporcionan la nota de color adecuado en el sitio necesario y el “canotier” sobre la silla acaba de proporcionar el ambiente propicio, correspondiente a la "belle èpoque" parisina de finales del siglo XIX. Al fondo y a través de una jardinera se ve a un grupo de damas, sentadas unas y otras de pie, con un tratamiento deliberadamente impresionista con uso del negro utilizado como contrapunto entre la amalgama de luz y color. Completa la escena una deliciosa "mademoiselle" sentada en otra prodigiosa mesa que destaca sobre un fondo de horizonte increíble y que mientras se acicala el pelo con una mano, observa lo que sucede en la mesa principal sin duda interesada en adivinar de qué hablan un señor maduro y de indudable clase, y la solícita señorita. En resumen un cuadro para recordar, ya que la temática no es ni mucho menos frecuente en la obra del insigne pintor y el tratamiento general es sencillamente magistral. 76 125 años de pintura valenciana / Catálogo 77 Joaquín Sorolla “Niños bañándose entre rocas” Óleo sobre lienzo 33 x 63 cm. Nota: 1905. UN VERANO “FAUVE” Firmado y fechado en ángulo inferior izquierdo Mientras Sorolla pintaba en Jávea en el verano de 1905, Derain y Matisse hacían lo propio en Colliure, iniciando una época histórica en la pintura: el nacimiento del Fauvismo. Certificado por Dª. Blanca Pons Sorolla el 29/ 4/ 99 Es curioso que este verano sea el de la paleta más rica y audaz del pintor valenciano con toques ciertamente vanguardistas. Este cuadro pintado en Javea en el verano de 1905 representa a los hijos del pintor, María, Elena y Joaquín, bañándose (ver fotografías de los niños en el libro " Sorolla en Jávea ", página 42. Ver también el libro "Joaquín Sorolla" de Edmund Peel, página 31 y por último el libro "Joaquín Sorolla" de Trinidad Simó en las páginas 25 y 44. En todos ellos se constatan los rasgos, peinados de los tres y hasta los lazos de las niñas en aquella época. (1904 en la última referencia efectuada). Es en ésta época cuando la paleta de Sorolla se vuelve más rica en colores y los verdes y azules se mezclan en clara armonía cromática... recordando ésta obra claramente en su temática al cuadro "El baño en Jávea " del Museo Metropolitano de Nueva York (ver el libro "A la playa", página 38, citado a continuación donde se alude a esta circunstancia). -Reproducido y comentado en las páginas 180 y 181 del referido libro editado por la Fundación Mapfre con motivo de la exposición celebrada en Madrid de Noviembre del 2000 a Enero de 2001. -Expuesto en dicha ocasión. -Reproducido en la página 41 de la revista mensual ANTIQUARIA (número 189 de Diciembre de 2000). -Reproducido en la página 53 y comentado en la página 179 del libro "El Esplendor de la Pintura Valenciana" 1868-1930, de Francisco Javier Pérez Rojas. -Reproducido en El Mundo (Metrópoli) el 17/12/2000, página 42. -Publicado en "Tiempo" el 4/12/00, página 96. -Reproducido en portada en "El Punto de las Artes", número 589 con fecha 10/11/00. -Reproducido en la página 102 del libro "Preciosismo y Simbolismo "publicado por la Xunta de Galicia en el año 2001. -Comentarios en las páginas 177 y 178 del libro antes citado. -Expuesto en La Coruña (Museo de Bellas Artes en Marzo/Abril de 2001). -Expuesto en "La Casa del Reloj" del Grao de Valencia en Febrero de 2001 con motivode la Exposición "El Esplendor de la Pintura Valen- 78 125 años de pintura valenciana / Catálogo ciana". -Reproducido en el libro "Joaquín Sorolla, Vida y Obra” en la página 229 , escrito por Blanca Pons Sorolla y publicado en 2001 -Citado en la página 233 del libro antes mencionado. -Expuesto en "Espacio para el Arte" Barcelona del 12/11/02 al 2/1/03 en la exposición "La LLum del Mediterrani". -Reproducido en el libro "La luz del Mediterráneo", página 115, editado por Caja Madrid en cuyo prólogo se cita. "Son los paisajes y marinas que mostramos, probablemente los más hermosos de la creación artística española". 79 Gabriel Puig Roda “La Experiencia” Acuarela sobre papel 50 x 70 cm. Firmado en ángulo inferior derecho Fue nuestro pintor, un superdotado en el tratamiento de las acuarelas -de los mejores especialistas de su época-, habiendo llegado hasta nosotros obras de una gran belleza y mérito artístico como la aquí presentada. Aunque naturalmente pintó otros temas, fue en la realización de personajes típicos donde basó fundamentalmente sus esfuerzos, alcanzando niveles elevadísimos de veracidad y calidad pictórica. Obsérvese que en todo el cuadro no existe ni un solo fallo, ni una corrección, ni un "arrepentimiento"(es sabido que en las acuarelas quedan todos al descubierto al no existir la posibilidad de tapar el defecto ocultándolo bajo una capa matérica) y ello denota como hemos dicho una maestría que solo pueden alcanzar los privilegiados. Pintó al óleo y lo hizo también francamente bien con obras memorables como "El Pou" ,aunque fué tanto su amor a la técnica de la acuarela que dejó dispuesto que a su fallecimiento ,en el epitafio de su lápida, pusieran la siguiente inscripción: "AQUI YACE UN ACUARELISTA", hecho que fue respetado. En la obra que presentamos -característica de su mejor producción-se hace un estudio pormenorizado de la vestimenta -de pies a cabeza- de los personajes valencianos a finales del siglo XIX y principios del XX, con el pretexto de mostrarnos una escena que representa a un anciano artesano transmitiendo su experiencia a una joven valenciana. La tipicidad de las prendas le permitió desplegar una muy amplia gama de colores que constituyen un magnífico alarde cromático. Es reseñable en esta acuarela, la frescura con que las tintas han llegado hasta nosotros. 80 125 años de pintura valenciana / Catálogo 81 Gabriel Puig Roda “El Pou” (El Pozo) 1903 Óleo sobre lienzo 68 x 126 cm. Firmado y fechado en ángulo inferior izquierdo Esta es posiblemente la mejor obra del artista castellonense y resume en su técnica y temática lo mas notable de su pintura. Representa la escena a un nutrido número de personajes (trece) ataviados con sus prendas de labor, en una característica y rutinaria actividad alrededor del "pou" (pozo) comunitario. Hasta allí se han desplazado algunas mujeres para trabajar en el lavadero y regresar posteriormente a casa con la ropa familiar bien limpia (!que no se diga lo contrario o a buen seguro habrán algo más que palabras para quien lo ponga en duda !..... ). También lo han hecho otras, para rellenar sus cántaros con agua limpia y fresca que una vez transportados a la alquería hogareña, proporcionarán fundamentos para buenos guisos y sustanciosas paellas....y calmarán la sed del esfuerzo. Niños y hombres colaboran en el ajetreo, mientras unos mulos que previamente han abrevado en los pilones dispuestos al efecto, esperan pacientemente para ser portadores del líquido elemento. ¡Puig Roda y sus personajes! Con esta temática se hizo famoso; pues a su fidelidad a los usos y costumbres de su época supo unir un tratamiento exquisito en el estudio de los ropajes, siendo un maestro en la elección de las composiciones. Dada la gran demanda que creó su pintura entre los marchantes europeos y sudamericanos y con el fin de poder satisfacer las exigencias de éstos, perfeccionó la técnica de la acuarela hasta convertirse en un virtuoso, lo que le permitió (dada la rapidez con que realizaba esos cuadros) vivir desahogadamente. El que tenemos delante, posee no obstante todos los atributos que debía poseer un buen óleo en torno a 1900 temática agradable,... composición estudiada,...color muy bueno...fidelidad a los modelos,.. credibilidad...estudio de la luz excepcional (sabemos casi la hora en que se desarrolla la escena y la temperatura ambiente)... Matérico...con concesiones ornamentales como el espléndido rosal que culmina la construcción... y tratamiento paisajístico con un elaborado fondo y fácilmente identificable, y todo ello bajo un celaje entre luces, maravilloso. 82 125 años de pintura valenciana / Catálogo -Publicado y citado varias veces en el libro : " G.PUIG RODA su vida su obra", 1985 de Antonio J. Gascó Sidro , reproducido en la página 101. Destacar que la fecha de 1895 que aparece en ese libro, al pie de foto es inexacta ya que está fechado en 1903. El error sin duda está motivado por un comentario escrito por el propio pintor en su diario del 7 de Noviembre de 1895 y que dice : "vendí el cuadrito "el pozo" que hice este verano en mi pueblo...", página 100. Obviamente nuestro" Pou" mide 126 centímetros y no es el referido (la pequeña tablita a que se refiere, está en la colección de un buen amigo nuestro en Castellón y la hemos visto y disfrutado). 83 José Navarro “Gitanillos al sol” c. 1910 Óleo sobre lienzo 14 X 23 cm. Firmado en ángulo inferior derecho Sol cegador, luz, color a borbotones, pincelada resuelta, técnica inconfundible.... Navarro, Navarro, Navarro. Pretexto para una explosión de arte. No podemos dejar de manifestar nuestra pasión por este extraordinario artista al que admiramos por su espontaneidad y su buen hacer. Siempre próximo a la genialidad a la que muchas veces alcanza, como en este cuadro en el que solo falta que los niños digan: ¡Qué calor! ...o que las cabras echen a andar. Expresionismo precoz en este cuadro que datamos en torno a 1910. 84 125 años de pintura valenciana / Catálogo 85 José Navarro “Calle árabe” Óleo sobre tabla 18 x 8 cm. Firmado en ángulo superior derecho Navarro viajó a Marruecos en busca de inspiración y a lo largo de su vida fue pintando tipos y costumbres norteafricanos que agradaban a los marchantes europeos fundamentalmente por su temática orientalista y su alegre y cálido colorido. Ya hemos hablado de su costumbre de mezclar los colores en la misma tablita (parte inferior derecha) pero no lo hemos hecho de su burrito, con el que convivía y que le acompañaba muchas veces en sus paseos por las cercanías de su casa en búsqueda de temas para sus cuadros. Naturalmente aparece en muchas de sus realizaciones y aunque en ésta no está bien definido (todo induce a pensar que su amor por el animal no llegaría a llevárselo con él a Marruecos.....) se adivina bajo las alforjas bien pertrechadas de mercaderías. El blanco de los edificios contrasta con el límpido cielo africano y los toques de rojo en las chilabas confieren al conjunto la nota exótica deseada mientras los arcos disipan cualquier duda sobre el lugar en que se desarrolla la escena. 86 125 años de pintura valenciana / Catálogo 87 José Navarro “La huerta y las barracas valencianas” Óleo sobre lienzo 47 x 60 Firmado en ángulo inferior derecho En este cuadro espléndido de luz y color, el artista se recrea en los elementos más característicos del costumbrismo de la época: la niña con peineta y vestido típico despliega su falda en un afán protector de conducir a los patos hacia la acequia.....y el pintor aprovecha la ocasión para mostrar al espectador la riqueza del ropaje huertano. Navarro pintó bastantes escenas de este tipo (junto con las marinas fueron sus preferidas) pero pocas tan completas en cuanto a los elementos mostrados en la obra. No falta detalle; al fondo y delante de las enjalbegadas barracas, dos mujeres se dirigen hacia otro grupo de patos con unas intenciones poco tranquilizadoras... a juzgar por el cesto que portan y que parece dispuesto a ser féretro transitorio hasta la cocina, de uno de ellos (obsérvese la maestría en la pincelada con que resuelve el color y plumaje de estos bellos animales, que formaban parte importante de la gastronomía lugareña). Mientras, en primer plano, los niños se afanan por salvar a sus preferidos. La riqueza de la paleta es asombrosa y no falta ningún color en ella: naranja, amarillo, blanco, marrón...verdes increíbles mezclados con azul y ligeros toques de rojo conforman un goce para los amantes del colorido. Es característico del maestro, el uso del propio lienzo para mezclar los colores a modo de paleta improvisada, siendo tan usual esta práctica que sirve tanto como su firma para identificar sus obras y lo diferencian de tal modo, que constituyen a veces lo mejor de sus cuadros, con combinaciones maestras de tonalidades que se superponen y explotan como una "mascletá". En éste, ocupa la parte baja del lienzo y es claramente "fauvista". A destacar en la composición el burrillo con sus pintorescas alforjas que contempla la escena en terreno neutral... Obra para degustadores de la maestría y de la buena pintura, representadas aquí en este conjunto de elementos típicos de la pintura valenciana decimonónica y del pintor de Godella en particular. 88 125 años de pintura valenciana / Catálogo 89 José Navarro “Barcas varadas” Óleo sobre lienzo 26 x 47 cm. Firmado en ángulo inferior derecho Sol de atardecer, ambiente de trabajo entre los pesqueros recién llegados de faenar y todavía con el velamen henchido por el viento de Levante. En primer plano a la izquierda una pescadora ya ha llenado sus cestas y se dirige presurosa a la lonja con su hijita que camina junto a ella con el botín arrancado al mar para llegar la primera y sacar provecho a su diligencia. ¿Qué llevará en esas rebosantes canastas tan amorosamente dispuestas? Quizás marisco, pescado tal vez...o ambas cosas; pero sin duda va a aliviar su precaria economía. ¡Ha sido una buena jornada y alguien sabrá valorar sus suculentos manjares! A la derecha unas compañeras aguardan mirando al horizonte la arribada de otras barcas con la intranquilidad de no saber todavía la suerte que ha deparado la jornada. Como fondo de la composición las velas majestuosas que llenan el ambiente con el canto trémulo de su flamear.....y sirven al pintor para demostrar su maestría. ¡Qué perspectiva! ¡Qué plano tan bien estudiado para mostrarnos la alineación de las barcas hasta el horizonte... y la profundidad de la composición! Navarro gustó de pintar escenas de playa y de pesca y son estas obras las mas cotizadas y buscadas por los coleccionistas y amantes de su obra. Guiados por la mano de Sorolla que iluminó con el Sol de Valencia a todo el mundo, otros pintores buscaron la inspiración en los mismos temas, pero en el caso de nuestro pintor ,lo hizo con una originalidad tan grande que llegó en el caso de los pequeños formatos a superar al mismísimo D. Joaquín, que en ocasiones y aprovechando sus estancias en la costa, se acercaba a saludar a su amigo al que apreciaba y valoraba en gran medida. Para finalizar, no dejemos de observar en esta pequeña obra maestra, la luz casi cegadora y la armonía característica del pintor en la elección de los colores de las barcas: azul, rojo, verde, toques de negro....y todo ello resuelto mediante una sola franja central , finalizada con el mar y enmarcada bajo un cielo azul casi blanco, y sobre una arena, de tonos neutros que no restan importancia a lo sustancial. 90 125 años de pintura valenciana / Catálogo 91 Alberto Pla Rubio “El regreso de las barcas” Óleo sobre lienzo 39 x 73 cm. Firmado en ángulo inferior derecho Composición muy original de este pintor valenciano afincado en Cataluña. Posiblemente esa lejanía de su Tierra Natal le hiciera plantearse, dentro del tema que popularizaron todos los grandes maestros levantinos, un escenario bien diferente a las playas que pintaron Sorolla, Pinazo, Mongrell, Navarro y Martínez Cubells. Situado en la misma hora vespertina en que los pescadores vuelven, aquí el pintor ha captado la prolongada sombra de las casas, que dividen el cuadro a modo de diagonal. A la izquierda sombra, a la derecha luz cegadora..... ¡no importa! ¡Con que maestría resuelve el problema pictórico el maestro! Los familiares de los pescadores salen apresurados en una magnífica escena de movimiento y color a la puerta de sus casas. Algunos, la mayoría , no han podido aguardar más tiempo sentados, presas del nerviosismo y la angustia de todo un día sin ver al padre, al hermano, al marido, ¡da igual! Hermanados en la necesidad escrutan el horizonte para distinguir al ser amado......alguno incluso vocifera ansiosa por conocer por adelantando el resultado de la jornada.... otras quizás ya no esperan a nadie y hacen ganchillo o bolillos para ganarse unas pesetas. A la derecha EL MAR, La Mar con notas pequeñas de color que reverberan como el agua del Mediterráneo.¡Qué cuadro tan bonito ! ¡Cómo resume el espíritu del costumbrismo trasladándonos una escena que todavía se repite cada jornada en nuestras costas! Esta magnífica obra fue reproducida en La Ilustración Artística del año 1909 en la página 112 (en esa antigua publicación se recogían obras que llamaban la atención por su calidad). Posteriormente, también aparece en el libro: “Cien años de Pintura en España y Portugal de 1830 a 1930”, en el Tomo 8 a doble página ( 184-185). 92 125 años de pintura valenciana / Catálogo 93 José Mongrell “Copla valenciana” Óleo sobre lienzo 70'5 x 111 cm. Firmado en la parte central Según se cuenta en la revista de arte "Museum" del año 1915, este cuadro formó parte de la selección que hizo el propio pintor para destacar sus obras mas representativas (el catedrático de Arte Francisco Javier Pérez Rojas recoge también este hecho en el prólogo del libro "José Mongrell"). Observando la obra no nos extraña en absoluto la elección del maestro, ya que es una obra espléndida de luz y color y fue pintada en Cullera, su mejor etapa artística y la más apreciada de su carrera, antes de trasladarse a Barcelona a ejercer su magisterio en la cátedra de Dibujo de la Escuela de Artes y Oficios. En este período (1906-1913) el pintor trataba con firmeza sus composiciones y las dotaba de toda la fuerza del joven que sueña con triunfar con su pintura y con su forma de entenderla y las dotaba de un color vigoroso y valiente.....distinto al que luego fue adoptando, bastante más atemperado al utilizar un cromatismo mucho menos contrastado acorde con su academicismo profesional. Su dominio de la técnica y del dibujo le permitieron realizar escenas tan armónicas como la de esta "copla" que muestra a la pareja de enamorados (la expresión de la joven y la ternura de su mirada así lo manifiestan) arrullándose en el frondoso jardín, con las montañas de Cullera dibujando el horizonte. Vestidos con trajes típicos que sirven de excusa para jugar hábilmente con el contraste de colores antes mencionado y tocados, ella con peineta y el galán con pañuelo , muestran en el centro del cuadro unas manos dignas de una clase de anatomía. Las de ella menudas y gráciles apenan tocan tímidamente al joven que tañe la guitarra, mientras que las del improvisado músico son grandes y rudas como la misma fisonomía del huertano curtido por el sol y el viento levantino, acostumbrado a andar con sus alpargatas por los huertos ...quizás en busca de otras bellezas a las que cantar. -Este cuadro aparece reproducido en la página 293 del libro "Mis Vivencias" de D. Juan Reus, publicado en 1986. -Publicado en la revista de Arte "Museum" en su número 12 del volumen IV y en la página 430. -Reproducido en el libro "José Mongrell "(1870-1937) de Javier Pérez Rojas publicado en Diciembre de 2001, editado por el Consorcio de 94 125 años de pintura valenciana / Catálogo Museos de La Generalitat página 141 íntegra. -Comentado en la página 115 del referido libro. -Expuesto en el Museo S. Pío V de Valencia con motivo de la monográfica sobre José Mongrell desde Diciembre de 2001 a Marzo de 2002. 95 José Mongrell “La vuelta de la pesca” c. 1910 Óleo sobre lienzo 90 X 78 cm. Firmado en ángulo inferior izquierdo e inscrito "Valencia" Como comentamos en la página 94, Mongrell hizo en 1915 y con motivo de una exposición, una relación de lo que consideraba sus mejores obras, proporcionando él mismo las fotografías de aquellas que no se pudieron localizar; pues bien, en esa selección estaba nuestra " VUELTA DE LA PESCA" (Ver la revista Museum , volumen IV, número 11 del año 1915). Poco podremos pues añadir a la valoración clasificatoria del cuadro dentro de la obra del pintor, en opinión de su propio autor , pero lo que sí haremos será comentar sus peculiaridades: Si bien se trata de un primer plano, con estudio pormenorizado de la pareja de pescadores y de sus curtidas expresiones faciales, es sorprendente e l coprotagonismo que nuestro pintor supo darle al mar. Estamos sin duda en las orillas del Mediterráneo, el sol lo inunda todo y cae perpendicular arrancando a la camisa del muchacho un blanco níveo con el que compiten las olas rompientes. El azul del mar no se funde en el horizonte con el del cielo, sino que una clara línea divisoria los separa formándose tres franjas horizontales y paralelas en los que Mongrell quiso descomponer la obra: cielo, mar y tierra ,dejando la mayor anchura y el centro para el mar aunque parcialmente oculto por los dos jóvenes Los cuarenta años que tenía Mongrell en ese momento (feliz edad de madurez para la gran mayoría de autores) se dejan ver en la estupenda textura matérica de sus firmes trazos y en la tremenda calidad que transmite toda la composición. -Publicado en Museum 1915, PÁGINA ENTERA con el título "LA VUELTA DE LA PESCA". -Subastado en Durán 22-10-1991 ocupando la PORTADA DEL CATÁLOGO . -Expuesto en Valencia, "Exposición José Mongrell "1870-1924, celebrada en el Museo de Bellas Artes de San Pío V desde Diciembre de 2001 a Marzo de 2002. -Publicado en la página 237 del libro de D. Javier Pérez Rojas, "José Mongrell" -Comentado en la página 108 por el referido autor. -Perteneció a una famosa colección en Argentina. 96 125 años de pintura valenciana / Catálogo 97 Julio Vila y Prades “Playa valenciana” Óleo sobre lienzo 44 x 70 cm. Firmado en ángulo inferior derecho, con la inscripción “Valencia” En esta marina se ven reflejados todos los aspectos que han hecho de la pintura valenciana en general y de sus escenas de playa los preferidos de los amantes de la pintura de principios del siglo XX. Un estudio de la luz ambiental muy cuidada, un colorido adecuado en sus diversas tonalidades en el momento horario del día que el pintor ha querido plasmar fielmente, y por último una sensibilidad muy mediterránea para captar los reflejos del agua y su movimiento. Vila y Prades, discípulo de Francisco Domingo y de Sorolla (¡vaya dos maestros!) aprendió de ellos fundamentalmente el tratamiento matérico del óleo y la firmeza en la pincelada , características que se observan claramente en nuestro cuadro. Obra delicada, efectuada con muy buen gusto, técnica excelente, decorativa y bella. 98 125 años de pintura valenciana / Catálogo 99 Enrique Martínez Cubells “Ya llega papá con la barca” Óleo sobre lienzo 42 X 33 cm. Firmado en ángulo inferior izquierdo A Enrique Martínez Cubells le gustaba pintar sobre lienzos con trama gruesa para conseguir de éste modo una descomposición de la pincelada en pequeños puntos de color a la vez que potenciaba los efectos de claroscuro por deposición del pigmento en la parte baja de los hilos de la urdimbre. En esta obra cuadro se observa claramente como todo el cuadro se nos muestra como si se viera a través de un filtro tramado consiguiendo un bellísimo efecto. Al ser un especialista en temas marinos en donde la luz y el agua eran principales protagonistas, el efecto del movimiento de las olas , la granulometría de la arena de la playa y la reverberación de la luz en las diversas texturas de los elementos representados rayan en la perfección mediante su estudiado soporte textil. En contraposición matérica, el maestro hace que las olas tengan una capa de pintura importante, aplicada mediante gruesas pinceladas que consiguen el efecto de la espuma y de las olas rompiendo en la playa. Con la figura de la madre con su hijo en brazos ocupando el centro del lienzo el pintor capta toda la atención del espectador en la tierna imagen, dejando como si de un efecto fotográfico se tratase, el fondo con la barca y las figuras lejanas "desenfocados" mediante pinceladas muy sueltas. Para completar el efecto de profundidad en su cuidada composición añade unas velas en el lejano horizonte. ¡Qué buen pintor era y qué cuadro tan logrado!. 100 125 años de pintura valenciana / Catálogo 101 Enrique Martínez Cubells “Bueyes sacando las barcas” c. 1925 Óleo sobre lienzo 50 x 50 cm. Firmado en ángulo inferior izquierdo Aunque nuestro pintor nació en Madrid, era nieto del pintor Francisco Martínez Yago e hijo de Salvador Martínez Cubells, ambos valencianos y Académicos de San Carlos, lo que unido a su temática "mediterránea" hacen que lo incluyamos en esta muestra (si bien cultivó diversos y variados estilos), ya que son estos temas los que más se cotizan y agradan actualmente. Composición típica que reproduce la hora vespertina en que volvían las barcas después de faenar y que requerían de la presencia de bueyes para poder sacarlas del agua y dejarlas varadas en la arena. Podríamos afirmar que no hay paisajista valenciano que no haya afrontado esta temática en algún momento de su vida siendo los más famosos sin duda por el acierto con que lo hicieron Sorolla, Navarro y Mongrell. Este cuadro es una obra muy representativa de este maestro y de las que todo coleccionista ambiciona poseer, ya que capta el momento descrito con una gran plasticidad y virtuosismo al poner en juego todos los recursos que el pintor poseía en ese momentos de su vida (Obsérvese la textura gruesa del lienzo empleado y su influencia en el conjunto de la obra , ya comentado en el libro ) que se ponen aquí de manifiesto: técnica depurada con soluciones como las gotas blancas de agua y espuma que salpican, suspendidas en el aire, la parte baja de la derecha, resueltas con ágiles pinceladas que confieren carácter de instantánea a la escena. Luz casi cegadora, rutilante en la cresta de las olas en contraste con sombras sabiamente dispuestas. Color magistral con una gama de azules increíbles y una diferenciadora nota, característica de este pintor: ocre sobre blanco para captar el reflejo del sol en el agua. Profundidad, movimiento, espontaneidad, costumbrismo apacible....belleza en suma para la mente y para el espíritu. -Publicado en el año 1950 en el libro "PINTORES DEL MAR": Una Escuela de Marineros (Autor D. Felipe Mª Garín Ortiz de Taranco y editado por Imprenta Editorial de Valencia). 102 125 años de pintura valenciana / Catálogo 103 José Pinazo “Joven muchacha” Pastel sobre papel 35 x 25 cm. Firmado en ángulo inferior derecho En esta, a priori, pequeña obra de José Pinazo podemos observar con claridad las mejores virtudes del maestro valenciano. Un estilo muy simple, basado en el abocetamiento del dibujo, la utilización de un figurativismo auténticamente moderno, muy en la línea del noucentismo catalán, la gracia lineal tomada del arabesco modernista, así como el desenfoque prestado del impresionismo. Queda patente, en tan poco espacio, su excelente habilidad para componer con fugaces y rápidas pinceladas, colores y masas con significaciones apasionadas. En José Pinazo encontramos una peculiar deriva de la escuela valenciana, emparejándose por ciertos aspectos con algunas corrientes alternativas de la España del segundo y tercer decenios del siglo, pero manteniendo elementos sustanciales que se hacen patentes en el color y el valor superficial. 104 125 años de pintura valenciana / Catálogo 105 Juan Bautista Porcar “El molí” (El molino) Óleo sobre lienzo 73 X 92 cm. Firmado en ángulo inferior derecho El Molino de La Fuente (Molí de la Font) es un paraje singular situado en medio de la zona huertana de la Plana y famoso por múltiples circunstancias: Al ser un lugar muy pintoresco ha sido frecuentemente pintado por los artistas locales o foráneos que visitaban la capital de Castellón. Allí confluyen varios manantiales dando lugar a una "poza" natural que a modo de piscina ha servido durante decenios para refrescar a los labriegos que acudían bien a buscar agua para ellos y sus bestias, o a remojarse en verano. Desde allí y después de pasar por el Molino (hoy inactivo), se regula el caudal mediante diversas acequias que proporcionan agua a toda la franja que va hasta la Playa. También ha sido lugar de reunión de bañistas (sobre todo niños y jóvenes) que la utilizaban a modo de piscina natural con sus límpidas y frías aguas. Por último debido a que allí se criaban "llisas" y anguilas (a las que estaba prohibido pescar) se han producido a lo largo del tiempo todo tipo de situaciones y anécdotas divertidas entre los vigilantes de la zona y los eventuales infractores -alguno de los cuales se sumergían y utilizaban fusiles de pesca submarina para burlarles. Pués bien, ese es el lugar captado maravillosamente en este cuadro pintado por Juan Bautista Porcar en torno a los años 1924-1927. El color ya es el que posteriormente le haría famoso (el verde de su paleta es inconfundible y sus mezclas con amarillos una delicia) aunque en ésta obra todavía mantiene una fuerte influencia de la Escuela Catalana en general y de Joaquín Mir en particular . Al margen de las anécdotas comentadas es un cuadro muy relajante que transmite sensaciones de paz y sosiego y los reflejos del agua están francamente muy bien resueltos. El Sol, muy bajo, produce preciosos reflejos rojizos en las paredes de las alquerías y en la lejanía, mientras al fondo se divisan las montañas próximas al ermitorio de La Madalena. Este cuadro se exhibió en La Calle de Enmedio de Castellón en un local en el que Porcar expuso varias veces en aquella época (disponemos de la foto donde se distingue en la pared nuestro paisaje). La fotografía nos ha sido proporcionada de un modo altruista por D. Manuel Gozalbo Tolentino discípulo en vida del pintor y máximo experto en su cotizada obra. 106 125 años de pintura valenciana / Catálogo 107 Juan Bautista Porcar “El prat” (El prado) O/L 60 X 90 cm. Firmado en ángulo inferior izquierdo Firmado, fechado y titulado en el reverso A su regreso de Barcelona Porcar gustaba de pintar cosas que le fueran próximas, y lo hacía desde una doble óptica: después de su ausencia quería reencontrarse con "sus" paisajes y había llegado al convencimiento de que convenía a sus intereses profesionales. Así pues nos encontramos en estas fechas, próximas a la Guerra Civil, lo mejor de su producción, ya que esa conjunción de intereses trajo como consecuencia una época fecunda y exitosa en sus realizaciones y significó su consagración artística al más alto nivel. Este cuadro es uno de los más exitosos y logrados del autor. La pincelada es muy matérica y alcanza una gran plasticidad, los pinos están tratados magistralmente y...hace calor. La calima veraniega se "siente" en El Pinar del Grao de Castellón, el azul del cielo se torna blanquecino sobre el mar que se adivina al fondo y los rayos del Sol que caen a plomo, traspasan las copas de los árboles formando un manto de claro-oscuros digno del mejor pintor impresionista. Bajo un árbol, alguien ha dispuesto un mantel en el suelo que tiene unas refrescantes viandas preparadas y un sombrero de paja que advierte al viandante que en su ausencia "aquello" tiene dueño. Por último, la cabaña típica, magníficamente captada, ofrece refugio con su sombra refrescante y con su porche protector, donde un grupo de personas descansan. Nos encontramos ante una obra muy famosa del pintor castellonense que capta para la posteridad el instante de un día de verano. -Certificado por Manuel Gozalbo Tolentino colaborador y discípulo del pintor -Expuesto en la Galería La Pinacoteca de Barcelona en 1936 con el número 1 del catálogo. -Reproducido en el libro "Porcar"1889-1974 en la página 106 y número de catálogo 131. -Citado en las páginas 31 y 218 del libro referido anteriormente. -Reproducido en el libro "Pintores de Castellón" editado por Levante de Castellón en 1996 y escrito por A. J. Gascó. 108 125 años de pintura valenciana / Catálogo -Expuesto en Caja Rural de Castellón Mayo 1999. -Publicado en el libro "El Pinar del Grau" páginas 20 y 43, publicado por la Caixa Rural. -Expuesto en la Sala Bancaja de Castellón Abril 2003 con el número 23 del catálogo. -Publicado en el libro "El Puerto y El Grao en el Paisaje de Porcar", en la página 92. 109 Francisco Lozano “Altozano pedregoso con casas violetas” 1955 Óleo sobre tabla 26'2 X 61'6 cm. Firmado en ángulo inferior derecho Firmado y fechado en el reverso Magnífico cuadro pintado en la época en que su pintura viene definida por él mismo como "Pintura expresionista fauvista y mediterránea". Situada la fecha en la segunda parte de la década de los años 50... "estábamos entonces sumergidos en un momento decisivo del arte moderno en que el abstracto es el símbolo emblemático...se plantea la alternativa entre la figuración y la abstracción y España oferta al mundo el informalismo de grupos como El Paso y artistas como Chillida, Antonio Tapies, Saura, Millares, Canogar..."(ver página 73 del libro "Francisco Lozano" editado por Vicent García Editores y escrito por Luís Rosales y Mara Estellés ). La obra manifiesta el sentir de la primera parte del párrafo anterior y el planteamiento del artista ante el paisaje, y veamos como: - Una concesión a la figuración en el dibujo de las casas en el altozano. -Un tratamiento fauvista en su exaltado color violeta... y de todo el resto de la paleta empleada. - Un expresionismo sin concesiones en los elementos de la ladera (piedras, plantas y flores ). Lozano, pinta en este paisaje de un modo muy personal...pero no podemos evitar "ver" a Benjamín Palencia o incluso a Zabaleta en el tratamiento de la ladera pedregosa , abstracción pura ,colorista y matérica propia de los tres grandes pintores de la Escuela de Madrid. Para concluir reseñar que en este período, el artista valenciano tuvo especial predilección por los formatos muy apaisados y por la descomposición visual de sus paisajes en "franjas de color paralelas". 110 125 años de pintura valenciana / Catálogo 111 Manuel H. Mompó “Sin título” 1960 Óleo sobre lienzo 45 x 60 cm. Firmado y fechado en ángulo inferior derecho Mompó, más que un expresionista, es un impresionista de nuestro tiempo. No, como es lógico, por los medios empleados, que nada tienen que ver con los de Monet y sus compañeros, sino por una cierta actitud ante las cosas, y ante la pintura, una cierta voluntad de detener el flujo de lo real, de quedarse en unos pocos aspectos de ese flujo, con unos reflejos, con unos signos, con una luces... Cuanto más pasa el tiempo, más nos damos cuenta de que si no existiesen en la escena española la obra, la luz, la música, el mar, el milagroso rincón de la alegría de Mompó, habría que inventarlos. Es en este periodo, a principios de los sesenta cuando Mompó adopta un estilo más decididamente abstracto, sin dejar nunca de estar presentes, en su obra, las sombras de lo real. Aquí nos encontramos con un precioso óleo sobre lienzo de 1960, con un fondo gris luminoso, como de plata vieja, sobre el que el color alcanza un elevado punto de delicadeza y de luminosidad. En un principio tenderemos a interpretarlo en clave no figurativa, más luego creeremos, sin duda, intuir alguna forma reconocible... 112 125 años de pintura valenciana / Catálogo 113 Manuel H. Mompó “Sin título” 1960 Técnica mixta sobre papel 50 x 66 cm. Firmado y fechado en ángulo superior derecho “Hago siempre, explica Mompó con una sencillez que es sabiduría, muchos dibujos, con lápiz y tinta negra, en principio interpreto a los personajes basándome en un modelo formal; más tarde, poco a poco, sólo quedara la sugerencia de esos personajes, hasta convertirse en signos.” ...Nada que añadi r a sus palabras. 114 125 años de pintura valenciana / Catálogo 115 Juan Genovés “Es terrible, aquí no hay eco”. 2005. Acrílico sobre lienzo. 48 x 120 cm. Firmado en ángulo inferior derecho. Juan Genovés continúa reivindicando a la pintura como una máquina para pensar en contraposición con una sociedad que va demasiado rápido y que se limita a lanzar al arte una mirada superficial. La obra presentada pertenece a su trabajo más reciente, en el que la figura humana vuelve a ser la protagonista pero esta vez reinterpretada con colores básicos como el amarillo, el rojo y el negro, con una mayor dinámica en el tratamiento de la misma e introduciendo el volumen como principal novedad técnica. A pesar de lo dicho, Juan Genovés mantiene como una constante en su carrera la convicción de que la pintura consiste en un cuadro y en una silla para poder mirarlo lentamente. En esta ocasión, el artista nos transmite de nuevo la tensión subterránea de lo invisible detrás de lo visible, mostrando unos personajes anónimos, desolados en su silencio, discurriendo lineal e uniformemente en un mundo quizá equivocado. 116 125 años de pintura valenciana / Catálogo 117 Equipo Crónica “Sin título” 1974 Acrílico y collage sobre cartón 50 x 37 cm. Firmado en ángulo inferior derecho Certificado por Miguel Agrait (Galería Punto de Valencia). Aunque los derroteros políticos centraron una buena parte de las inquietudes del Equipo Crónica, lo que convirtió su obra en una propuesta innovadora fue su preocupación por la codificación social de la imagen, su manipulación y potencial canalización por los medios de comunicación de masas y los diferentes estratos del poder. Desgranar, mediante el análisis riguroso de las imágenes transmitidas desde la historia del arte o difundidas por la prensa, la televisión o el cine, cuáles eran las claves de esta codificación, fue la premisa para iniciar un trabajo artístico en equipo cuyo fin fue, precisamente, desenmascarar los signos del imaginario colectivo para desmitificarlos y subvertirlos. En la obra que presentamos, esta codificación tiene a su vez un doble sentido, por una parte la clara alusión a los medios de comunicación, en este caso a la televisión, y por otra el hecho de que la pieza fue un regalo de Solbes y Valdés a un famoso personaje televisivo de la época. Esta obra aparece reproducida en el catálogo razonado del Equipo Crónica de Michèle Dalmace, editado en Valencia en 2001, en la página 270. 118 125 años de pintura valenciana / Catálogo 119 Equipo Realidad “La familia americana” 1969 - 1970 Acrílico sobre tabla 75 x 90 cm. Firmado en ángulo superior izquierdo “Desde el momento en que un período histórico es determinado por factores de tipo económico, cultural, político y social; desde que el dato económico, cultural, político y social se encuentra tan mezclado que todos sus factores son a su vez determinantes y determinados; desde el momento en que la obra de arte es un producto cultural, que como tal, debe responder a su momento histórico. Nosotros pensamos que la obra de arte debe estar comprometida con el sentido de la perspectiva, del progreso moral del hombre, y luego ayudar al desarrollo del grupo social al cual ese hombre pertenece. Para alcanzar este empeño parece necesario un “realismo” contemporáneo estrechamente unido a los factores de transformación de nuestra sociedad. Tales son las razones que nos impulsan a una necesaria contestación en el arte.” Este texto apareció publicado por primera vez en el catálogo de Le Monde en Question, exposición colectiva organizada por el Museo de Arte Moderno en Paris en 1967. En la muestra participaban y firmaban el manifiesto, entre otros, Millares, Arroyo, Equipo Crónica y Equipo realidad. La obra realizada a finales de su periodo pop-crítico de los años sesenta, representa a una familia americana feliz, la del presidente Johnson, en plena guerra del Vietnam. Esta obra aparece en la página 37 del Catálogo del IVAM publicado con motivo de la exposición “Equipo Realidad” celebrada en Valencia, en el Centro Julio González en 1993. Exhibida en la exposición referida entre Septiembre y Noviembre del mismo año. 120 125 años de pintura valenciana / Catálogo 121 Juan Ripollés “Los amantes” 1973 Óleo sobre lienzo 54 x 81 cm. Firmado y fechado en ángulo superior izquierdo Juan Ripollés nos presenta en este lienzo de 1973 dos amantes en una escena tratada de un modo fabulista, con un lenguaje directo de un colorido desbordante de entre los cuales, a modo de explosión emerge una paloma (la cual ha acompañado, como símbolo, buena parte de la obra del artista castellonense), creando una atmósfera llena de erotismo, no exenta de morbosidad en la que se refleja una gran nostalgia, en postura sugestiva que llega directamente a los sentidos. Los personajes están cargados de expresividad gracias al juego que realiza entre el gran colorido y el contraste del claro-oscuro. De su trazo volante y cursivo nacen asociaciones con un desorden estudiado donde el papel de la construcción es primordial. Dentro de ese mundo onírico, se desarrolla una obra en cuyas raíces se esconden claros recuerdos de Chagall. 122 125 años de pintura valenciana / Catálogo 123 Manolo Valdés “La Reina Mariana VII” (escultura) 1982 Pino de Flandes 172 x 53 x 32 cm. Esta es la única escultura de nuestra exposición, pero obedece a un motivo: la serie de esculturas de la Reina Mariana, son las esculturas de un pintor, cuyas referencias a la pintura, además, son directas y evidentes. El tema del retrato de la reina Mariana de Austria, de Velázquez (1652, Museo del Prado) fue uno de los más recurrentes de Manuel Valdés. En todas las versiones realizadas, tanto en pinturas como esculturas, existen rasgos básicos que sintetizan la figura y condensan el retrato: la cabeza y la amplia falda abultada por el "guardainfante". La Reina Mariana VII muestra resonancias del surrealismo mironiano. La síntesis del modelo ha reducido éste a una estructura lineal con acentos de volumen que describen la cabeza, el busto y la falda. La cabeza se convierte en un medio arco con un adorno de media luna, y la falda se resume en la pieza troncocónica de madera que le sirve de base. En el proceso de traslación del cuadro a la escultura, Valdés ha proyectado el busto hacia delante, exagerando la ligera torsión del cuadro original y aislando el cono invertido del corpiño. Esta escultura, en su estilización giacomettiana, mantiene el sentido de protocolaria rigidez requerido de los retratos oficiales, si bien combina las formas con una ironía que resta solemnidad a la figura. 124 125 años de pintura valenciana / Catálogo 125 Vicente Perís “Arlequín”. Óleo sobre lienzo 185 x 120 cm. Firmado en ángulo inferior izquierdo e inscrito “Venezia” Obra perteneciente a la colección “Venecia”, serie de pinturas inspiradas en la bella ciudad italiana realizadas por el artista en los años 1996 y 1997. Venecia se convierte, en esta ocasión, en la excusa para el via je al interior de la pintura de Peris. Lienzos los de esta serie, en su mayoría de gran formato, en los que el autor plasma los disfraces de carnaval con una nota racial de humor levantino, dejando constancia para la eternidad de la existencia cambiante de un mundo en busca de su identidad, alcanzando el punto exacto de la caricatura, en la que se mezclan, intuición, ternura y crueldad. 126 125 años de pintura valenciana / Catálogo 127 Carmen Calvo “Lo que se ha perdido”. 2005. Técnica mixta , collage y dibujo 56 X 70 cm. Firmado en ángulo inferior derecho Nos encontramos ante uno de los collages que Carmen Calvo comienza a desarrollar desde la segunda parte de la década de los noventa hasta la actualidad (éste está fechado en 2005). El soporte sobre el que estructura estos collages son papeles de diferentes formatos provenientes de una desaparecida sastrería valenciana. Los papeles de este “naufragio” propiciaron una de las etapas más significativas en el trabajo de Carmen. Facturas, correspondencia, reclamos o pedidos de la sastrería permiten a la artista elaborar dibujos aislados que se rompen donde termina un papel y continúan donde empieza otro. Se añaden a estos pequeños objetos de distinto origen: clavos, pequeñas herramientas, un guante, la pierna de una muñeca, un antifaz... Se advierten en el dibujo de estas composiciones leves insinuaciones de carácter erótico y referencias sexuales explícitas que abren un nuevo territorio de análisis y conjeturas en torno a su obra. 128 125 años de pintura valenciana / Catálogo 129 Carmen Calvo “Paisaje París” 1986 Técnica mixta , barro cocido, tierras y cuerda 134 X 107 cm. La obra de la artista valenciana constituye un claro exponente de la renovación cultural española de las últimas décadas. Una sólida formación clásica aflora incluso en sus composiciones más arriesgadas y vanguardistas. Sus cuadros, poblados de imágenes, desprenden una carga melancólica que refleja las inquietudes individuales y colectivas de nuestro tiempo. La utilización de los más diversos materiales, del barro cocido a la fotografía ayudan a construir un mundo expresivo capaz de evocar desde la memoria hasta el deseo. Más allá de las urgencias del mercado, las imágenes de Carmen Calvo incitan a una permanente reflexión sobre la función de la mirada en medio de la aceleración de la vida contemporánea. Arte y concepto se funden así en una creación que supera barreras de géneros y estilos para asumir los retos más actuales. 130 125 años de pintura valenciana / Catálogo 131 Javier Mariscal “Icono”. Óleo sobre papel. 70 x 49 cm. Firmado en ángulo inferior izquierdo. Si por algo se caracteriza este polifacético artista, pintor, escultor, diseñador gráfico e industrial y además dibujante, es por su mirada fresca en su creación rozando los límites del infantilismo sin dejar de captar los aspectos más divertidos de la vida. Sus obras son fruto de las propias raíces mediterráneas como de las influencias de la cultura pop, lo que se transforma en creaciones llenas de vitalidad y de luz... Unas palabras del propio artista, referidas a su faceta de pintor: " Yo pienso que siempre he trabajado como pintor. Pero cuando era más joven pensaba que el hacer cuadros como obra única no era interesante, prefería los mass-media, las imágenes impresas. Por otro lado, resultaba mucho más barato; bastaba un papel, tinta china y una plumilla… (…). El cómic te obliga a realizar un gran trabajo de síntesis, ya que a la vez debe ser complejo y simple. Ello te lleva a elegir de toda la información que quieres dar la más evidente. De esta forma podía contar historias muy personales, que gracias a la difusión, llegaban a un público capaz de conectar con ese mundo poético tan personal, creándose un feed-back colectivo que no se da en la pintura. (…) Nosotros, y yo el más descarado de todos, hemos partido de una estética muy propia, haciendo siempre lo que nos ha dado la gana, sin pensar que eramos profesionales, que estábamos dentro de un género comercial. Más bien realizábamos un cómic de autor, expresando la propia manera de ver el mundo, la propia estética en nosotros mismos, en el tipo de lenguaje, en el ritmo y en el tipo de grafismo. Mi profesión equivale a estar matriculado en escuela, pero cobrando, y procuro que los trabajos que me encargan sean nuevos y me permitan investigar; se acerca bastante al método de un pintor. No creo en un solo estilo, es quedarse estancado en un punto cómodo". 132 125 años de pintura valenciana / Catálogo 133 Marcos Caparrós Durán “Peces” 1995 Óleo sobre lienzo 51 x 92 cm. Firmado en ángulo inferior derecha Nos introducimos en el “realismo mágico” de Marcos Caparrós Durán con una obra perteneciente a su serie “Estanques” realizada en la última parte de la década de los noventa. El artista plasma, con evidente habilidad, el fondo de un estanque, en su parte menos profunda, apenas sin agua, por el que se mueven en todas direcciones los habitantes del mismo: los peces, todo ello envuelto de una atmósfera un tanto onírica, con una luz muy particular, como mágica. El efecto de transparencia conseguido en el agua es, sin duda, fruto de un encomiable dominio técnico. Caparrós si bien no nació en Valencia, se considera y es reconocido como pintor valenciano tanto por su propio deseo como por su vida y trayectoria profesional que han discurrido en la bella ciudad del Turia. Por este motivo hemos querido incluirlo en nuestra exposición ya que -en nuestra opinión- se trata de uno de los artistas con mayor proyección en e l panorama actual del realismo español. 134 125 años de pintura valenciana / Catálogo 135 Agradecimientos Sucesores de Manuel Martín (Valencia) Manuel Llopis (Castellón) Gabriel Martínez (Valencia) Enrique Zárate (Fine Art. Madrid) Galería Alfonso XIII (Madrid) Galería Benlliure (Valencia) Galería Punto (Valencia) Galería Subastas (Valencia) Créditos Introducción Rafael Lozano Prólogo F.J. Pérez Rojas Textos Rafael Lozano Fotografía Rafael Lozano Diseño y maquetación ESOS2 creativos Producción Ángel Loza Impresión Gráficas Fanny