CIF: Q3368213I San Roque s/n San Claudio OVIEDO 33191 Tfno./Fax: 985 78 11 12 E-mail: [email protected] http://static.scribd.com/docs/bka9jyc1i1w0k.swf?INITIAL_VIEW=page Nuestra escuela debe denunciar el error del pensamiento de Descartes, ya no ligado al solipsismo de su “yo pienso”, sino a su desarraigo. Hay que producir ahora la prueba de la imposibilidad lógica de dudar de la residencia desde donde se puede formular la certeza del “yo pienso”, es decir reencarnar y reubicar al sujeto moderno en el planeta tierra: No sólo si “yo pienso” entonces tú eres (conmigo en una comunidad de lenguaje), sino que si somos comunidad, compartimos y somos un mundo común, “con todas sus pertenencias”. Esto último, los idiomas occidentales no tienen, creo, nada que lo designe adecuadamente, pero en otros idiomas, como el idioma de los indios lakota lo designa como “Mitakuye oyasin”. Mitakuye oyasin, para los amerindios, significa algo así como “yo y todos los míos”, comprendiendo en el “todo” tanto a los familiares humanos como todos los demás familiares animales, plantas y elementos de la casa común de la vida y el universo. Puede también traducirse como afirmación: “Todos estamos relacionados” y es una frase frecuentemente pronunciada durante los rituales para recordar a la gente su parentesco con todo lo que existe. el Mitakuye oyasin nos ayuda a recordar cómo somos en relación con los demás y el universo, ayuda a tejer de nuevo (re-ligar) la trama compleja entre el yo y el universo. La ecología de la acción: un concepto fundamental para pensar la Responsabilidad Social Siguiendo con nuestro análisis de las tres generaciones de Etica (1: Etica personal centrada en la distinción Bien/Mal, 2: Etica social centrada en la distinción Justo/Injusto, 3: Etica global centrada en la distinción Sostenible/Insostenible) conviene examinar ahora los límites de la ética social (que llamamos de segunda generación), para justificar el enriquecimiento del enfoque de los Derechos Humanos por aquel de la Sostenibilidad global ¿Qué se le puede "reprochar" al enfoque de los CIF: Q3368213I San Roque s/n San Claudio OVIEDO 33191 Tfno./Fax: 985 78 11 12 E-mail: [email protected] Derechos Humanos en relación con la problemática de la Responsabilidad Social como para justificar el paso a otro nivel de Etica? Pensamos posible y necesario un camino que vaya de la Justicia a la Sostenibilidad, que nos permita transitar libremente entre la Democracia y los Derechos Humanos por una parte, y la Responsabilidad global por la trama compleja de la Tierra por otra parte (tengamos mucho cuidado de un "ecologismo" seducido por la antropofobia que podría derivar rápidamente en un totalitarismo higienista). Pero este camino pedirá la crítica y superación del sujeto moderno aislado, des-ubicado y orgullosamente dominante ("maître et possesseur de la nature" (amo y dueño de la naturaleza) decía Descartes). Pedirá la re-ligación del ser humano sujeto de derechos con la trama compleja global. Nuestra Etica global de tercera generación alcanza aquí su definición y desafío: ser una ética que no niegue los aportes de las otras anteriores (la ética del Bien y la de la Justicia), pero que sepa asumirlos dentro de condiciones de residencia mundanal más complejas, responsables y armoniosas, lejos de los delirios de Dios y del Progreso, una ética que sepa "morar en este mundo", y no tratar de domeñarlo o adular a otro. El paso a la ética social es justamente aquel de la reivindicación del poder humano sobre el Gran Todo, cuando ese "todo" es reconocido como la Historia (ya no la Creación) y la historia humana, que puede cambiar, que podemos cambiar, luego de la cual somos responsables, y culpables de no querer mejorar. Cada quien es responsable no sólo de sus acciones en su esfera sino también de su participación (o no) en la regeneración de la vida pública. Por eso, si la figura emblemática de la ética personal tradicional es el santo, la privada, de la ética social es el militante, el ciudadano activo que se preocupa por las injusticias de su comunidad. Así, la ética social nos conduce al reconocimiento de nuestra responsabilidad política frente a las estructuras mismas de la morada común (Ethos). Reconoce que somos responsables de nuestro modo personal de habitar el mundo y también de las condiciones sociales de habitabilidad del mundo. Por eso la ética social logra calificar al mundo mismo como "justo" o "injusto" y le asigna un valor peculiar a la humanidad dentro del mundo: aquel de los Derechos Humanos (la persona como fin en sí misma que tiene derechos). Este valor es una exigencia, un deber que exige volverse un hecho. Cuando la Declaración de los Derechos Humanos enuncia: "Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos", no dice que de hecho es así, pero proclama que debemos cambiar las condiciones de habitabilidad del mundo hasta que sea así, hasta que podamos garantizar que cada quien vive así, y es garantizado del reconocimiento de vivir así por parte de todos los demás. Luego se postula que PODEMOS cambiar el mundo, y que DEBEMOS cambiarlo. La ética social es una ética universalista por definición. Se afirma como una ética para todos, exigible para todos. Como bien lo dice Sartre: "porque no puedo ser libre si todos no lo son". Como saca la problemática ética del ámbito de la esfera personal para considerarla en el mundo, la ética social se construye y exige entre nosotros. Como tal, es de esencia jurídica y su encarnación es la ley humana (nomos) que todos los humanos se dan juntos (Contrato Social) para estar todos igualmente sometidos a ella. El caracter universalista de la ética social moderna explica su dinamismo crítico y dialéctico. Cada vez que se puede sospechar que los mismos Derechos Humanos no tienen el grado de universalidad suficiente, se denuncia el hecho, y se trata de redefinirlos de modo más abarcativo (de los derechos del burgués a los derechos de los proletarios, de los derechos del hombre a los de la mujer, de los derechos de la mayoría a los de la minoría, de los derechos de los occidentales a los derechos de los marginados del Desarrollo occidental, de los derechos de los meros individuos a los de las comunidades culturales, y finalmente la búsqueda de abarcar a todos los olvidados y vulnerables: minorías étnicas y sexuales, niños, generaciones futuras, animales, etc.) CIF: Q3368213I San Roque s/n San Claudio OVIEDO 33191 Tfno./Fax: 985 78 11 12 E-mail: [email protected] Ahora bien, LA gran pregunta es saber si esta ética social moderna basada en los Derechos Humanos (que hemos llamado "ética de segunda generación") basta para entender y aplicar la Responsabilidad Social de las Organizaciones (RSO) o si se necesita una ética de "tercera generación", más compleja, basada en la sostenibilidad, para comprender y operar la RSO. La ética social tiene puntos a su favor: sirve muy bien para encontrar nuestra responsabilidad por el conjunto, no sólo por nuestras acciones inmediatas. Sirve bien para hacer funcionar el mecanismo de los stakeholders (las partes interesadas y/o afectadas por el desempeño de la Organización) y la negociación para que todos puedan beneficiarse de la presencia de la organización. Incluso sirve para atribuirles derechos a los afectados no presentes (las generaciones futuras). Sin embargo este enfoque enfoque social, ciudadano, de derechos humanos, moderno, que llama ética de segunda generación, encuentra límites. No es suficientemente consistente y complejo para relevar las exigencias de la Gestión Socialmente Responsable. Sus limitaciones no son sólo históricas (ligadas a su nacimiento durante la época de la Ilustración, la ciencia newtoniana, la primera revolución industrial, la filosofía del siglo XVIII y la de Kant) sino consubstanciales. O, en todo caso, que este enfoque necesita ser complementado (complejizado) por nuevos aportes. Pero la cuestión queda en debate. La pregunta puede enunciarse así: ¿Si el mundo fuese totalmente "justo", sería también totalmente "sostenible"? ¿La justicia total, el reino de los Derechos de todos en una sociedad sin explotación, garantizaría la sostenibilidad temporal y ecológica de la morada común (la Tierra Patria)? o bien hay algo en la exigencia ética de sostenibilidad que la exigencia ética de justicia no abarca ni resuelve. Me fascina y asombra, en ese sentido, la problemática de la "huella ecológica", y cómo nos demuestra que las sociedades democráticas con bienestar social de los países del norte de Europa, que podemos considerar como las más "éticas" (en el sentido de la ética social), es decir las más justas, no son Sostenibles : si todo el mundo viviera como los europeos, se necesitaría varios planetas tierra para satisfacer todas las necesidades de consumo... Desde luego, su "justicia social" es en realidad una gran injusticia eco- lógica (es decir injusticia frente a la casa común, la morada tierra). (Haz el test, entra a este link "Huella ecológica" y verás que, sin duda, tú tampoco eres sostenible, aunque seas muy bien intencionado y gran defensor de la justicia!) ¿Bastará reafirmar los derechos humanos de las generaciones futuras para arreglar el problema de la sostenibilidad de los modos de vida, dentro del mismo enfoque de la ética social moderna? Personalmente lo dudo. Creo que debemos entrar en otra lógica, y que justamente es esta lógica que nos pide practicar la filosofía de la Responsabilidad Social. Seguiremos reflexionando este punto interrogando los límites del enfoque de la ética social moderna. Avancemos un poco más. Si está claro que el contexto actual de la era tecnológica pone en peligro las condiciones de habitabilidad misma del planeta, y si esta situación nos pide complejizar la problemática ética, introduciendo más allá del enfoque de la Bondad (tener buenas intenciones, evitar el mal, hacer el bien, etc.) y de la Justicia (instituir sociedades equitativas, luchar contra las injusticias estructurales, promover los Derechos Humanos para todos, etc.), un enfoque de Sostenibilidad (gestionar los impactos de las acciones colectivas, controlar los peligros de la tecnociencia, promover un Desarrollo Humano Sostenible, etc.), entonces debemos revisar nuestra concepción común de la Responsabilidad. CIF: Q3368213I San Roque s/n San Claudio OVIEDO 33191 Tfno./Fax: 985 78 11 12 E-mail: [email protected] La voluntad determina el límite de la responsabilidad y lo involuntario el de la irresponsabilidad. Por eso, desde el enfoque tradicional, “ser ético” significa tener una Buena Voluntad y cumplir con actos bondadosos. Desgraciadamente, este enfoque no permite de ninguna manera entender de qué trata la Responsabilidad Social, ni en la Empresa, ni en la Universidad. Como es un enfoque ciego a la problemática de los impactos globales y los efectos colaterales no previstos de las acciones colectivas (por ser estos no voluntarios), quien se queda en el paradigma de la Etica personal tradicional no puede comprender lo que significa la “Gestión de Impactos” que propone la Responsabilidad Social. Así, entenderá la ética de las organizaciones sólo en términos de filantropía y bondad voluntaria de los dirigentes. El gasto en iniciativas de beneficencia será toda la estrategia empresarial requerida. También entenderá la formación universitaria socialmente responsable sólo en términos de promoción del espíritu de solidaridad de los estudiantes a través de actos filantrópicos. El enfoque académico y pedagógico se limitará al incentivo de la buena voluntad, el despertar de las emociones positivas. Multiplicar las actividades bondadosas voluntarias será su estrategia preferida, descuidando las competencias cognitivas del alumno. A duras penas podrá evitar el peligro del asistencialismo y el paternalismo en los proyectos emprendidos. La primera generación ética corresponde a la era religiosa en el marco de las sociedades tradicionales y las relaciones de próximidad (el encuentro cara a cara con mi prójimo). Aquí la problemática es de distinguir el Bien y el Mal. La segunda generación ética corresponde a la época moderna, el siglo de las Luces, el auge del Sujeto, la Ciudadanía y los Derechos Humanos. A la perspectiva del Bien y el Mal se agrega la de la Justicia y la Injusticia en el marco de las estructuras sociales del Estado Nación. La tercera generación ética corresponde a la época de la aldea global y la necesidad de tomar en cuenta los problemas globales y locales del Planeta Tierra con todos sus integrantes humanos y no humanos. A ambas perspectivas del Bien y la Justicia se le agrega aquella de la Sostenibilidad y la Insostenibilidad. CIF: Q3368213I San Roque s/n San Claudio OVIEDO 33191 Tfno./Fax: 985 78 11 12 E-mail: [email protected] Aquí va un pequeño regalito: El cuento africano "las lagartijas", en mi versión (extraída del espectáculo "Hace Tiempo que Nunca", 1999, con Rafo Ráez (guitarra), Mauricio Alvarez (batería) y Carlos Gonzalez (Teclado)). Nos permite entender dos cosas articuladas: (1) que es necesaria la voluntad de solidaridad, (2) que los problemas sociales afectan todo el campo social en sus efectos colaterales, razón por la cual es necesario concebir la Responsabilidad Social en términos de "gestión de impactos". Desde esta visión de gestión de impactos, la solidaridad (ética) se relaciona con el interés (es mi ventaja y tu ventaja ser solidario), puesto que somos todos intersolidarios de hecho (lo que hace uno afecta al otro siempre). Luego, podemos olvidarnos de la "abnegación" y la "acción desinteresada", que son perspectivas importantes desde una ética de primera generación, pero que se vuelven características perfectamente inútiles e irrelevantes para pensar el acto moral, desde un enfoque complejo de tercera generación. http://blog.pucp.edu.pe/item/9921 El reto de la mujer frente a la globalización Distinguimos entre la definición estricta de globalización (apertura de fronteras, libertad de mercados, información al instante por Internet…) y la globalización efectiva gestionada por el neoliberalismo. Muchos estaréis de acuerdo conmigo en que dicha globalización está ahondando CIF: Q3368213I San Roque s/n San Claudio OVIEDO 33191 Tfno./Fax: 985 78 11 12 E-mail: [email protected] más en las desigualdades, y no solo las sociales y económicas, sino también las provocadas por razones de sexos. A medida que el capital global es absorbido cada vez más por el control transnacional, los estados nacionales pierden poder y los trabajadores son cada vez más marginados y excluidos, la situación de la mujer llega a un punto en que no pueden controlar sus medios de producción ni su fertilidad. Veamos en cifras de que hablo… - El 98% de las riquezas de la tierra están en manos de hombres, tan sólo el 2 % pertenece a mujeres. - De las 225 personas más ricas, que son hombres, acumulan el mismo capital que los 2.500 millones más pobres. De esos 2.500 millones más pobres, el 80% son mujeres. - El gasto en armamento es de 780.000 millones de dólares, mientras que en cuestiones graves de salud que afectan a las mujeres se gastan 12.000 millones. - En cuanto a prostitución infantil, el 90% son niñas y los beneficiarios en un 100% son hombres. - 91 mujeres mueren en 2006 víctimas de la violencia de género, suponiendo esta cifra un incremento del 19,2 respecto del año anterior. CIF: Q3368213I San Roque s/n San Claudio OVIEDO 33191 Tfno./Fax: 985 78 11 12 E-mail: [email protected] En Arabia Saudita, todavía hoy pueden ser golpeadas por la policía aquellas mujeres que, independientemente de su estatus social, dejen ver apenas el color de sus medias. Sin embargo, no hace falta fijarnos en países de cultura y sociedad diferentes, sin ir más lejos, España. La discriminación laboral de la mujer es algo muy palpable en nuestro país. Deben afrontar mayores barreras a la hora de acceder al mercado de trabajo y a esto se añade las condiciones en que lo hacen: mayor temporalidad, menor salario, escasa protección de la Seguridad Social, así como poca representación en puestos de dirección. Las responsabilidades familiares hacen a las mujeres más vulnerables a la precarización de los empleos, ya que muchas veces se aceptan trabajos de peor calidad a cambio de flexibilidad laboral para compatibilizar el trabajo doméstico y el trabajo remunerado. Esto permite transformar esta vulnerabilidad de las mujeres en parte de la estrategia desreguladora del trabajo. Por otra parte, no podemos olvidarnos de una consecuencia directa de la globalización de la tecnología y los medios de comunicación que establecen patrones de consumo y propugnan la cosificación de los cuerpos de las mujeres y la sexualidad femenina. A pesar de todo ello, la globalización también nos ha traído también beneficios que en parte ya estamos utilizando, como la informática y la facilidad para comunicarnos, la democratización de la información y la posibilidad de formar redes a través de Internet (una herramienta indispensable que deberíamos potenciar aún más). Y es que ya son muchas las oportunidades que se nos presentan a través de la red, reabriendo debates y mostrando realidades que muchos medios ocultan o simplemente ignoran. Se trataría, por tanto, de una reformulación de la globalización, el reto consistiría en liberalizar aquellos sectores en los que la globalización no parece estar presente: la democracia, los derechos humanos, el medio ambiente y las oportunidades para las mujeres. Una última cosa, quien esté más interesado en el tema pude pinchar en la imagen superior que vincula una página en la que se encuentran un análisis muy detallado de documentos y herramientas sobre el tema CIF: Q3368213I San Roque s/n San Claudio OVIEDO 33191 Tfno./Fax: 985 78 11 12 E-mail: [email protected]