VIII Consideraciones para la celebración de juntas de accionistas

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Área Derecho Empresarial
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Contenido
Consideraciones para la celebración de juntas de accionistas
GLOSARIO EMPRESARIAL
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Consideraciones para la celebración de
juntas de accionistas
Ficha Técnica
Autor :Dr. Cristhian Northcote Sandoval
Título : Consideraciones para la celebración de
juntas de accionistas
Fuente: Actualidad Empresarial Nº 280 - Primera
Quincena de Junio 2013
1.Introducción
Uno de los aspectos de mayor importancia en el manejo y funcionamiento de una
sociedad anónima es la celebración de las
juntas generales de accionistas.
En la medida que los acuerdos de la
junta general de accionistas constituyen
las decisiones de más alto nivel en una
sociedad anónima, es necesario cumplir
una serie de formalidades para llevar a
cabo las reuniones de la junta y para que
los acuerdos adoptados surtan plenos
efectos.
Así, muchas sociedades cometen errores
al realizar sus juntas, desde la forma en
que son convocadas, la forma en que se
realizan las votaciones de los acuerdos y
la forma en que dichos acuerdos deben
ser formalizados, es decir, si basta con que
consten en el libro de actas o si se deben
inscribir en los Registros Públicos.
Por estos motivos, en el presente informe desarrollaremos las principales
consideraciones y formalidades que se
deben tener en cuenta para llevar a cabo
una junta general de accionistas y que
sus acuerdos sean plenamente válidos
y eficaces.
2. Marco legal
La Ley N° 26887 - Ley General de Sociedades regula el funcionamiento de la
junta general de accionistas a partir de
su artículo 111º hasta el artículo 151º.
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3.Concepto y conformación de
la junta general de accionistas
La junta general de accionistas es definida
por el artículo 111º de la Ley General de
Sociedades de la siguiente manera:
“Artículo 111º.- Concepto
La junta general de accionistas es el órgano
supremo de la sociedad. Los accionistas
constituidos en junta general debidamente
convocada, y con el quórum correspondiente, deciden por la mayoría que establece esta ley los asuntos propios de su
competencia. Todos los accionistas, incluso
los disidentes y los que no hubieren participado en la reunión, están sometidos a los
acuerdos adoptados por la junta general”.
Tal como lo indica el artículo 111º, la junta general de accionistas es el órgano de
más alto nivel en la sociedad anónima y
está compuesto por todos los accionistas.
Ahora bien, en las sociedades anónimas
es posible que existan acciones con y
sin derecho a voto, en cuyo caso, en
las reuniones de la junta general de
accionista, no participan los titulares
de acciones sin derecho a voto, con la
excepción de los casos en los que la
Ley requiere de juntas especiales para
tomar determinados acuerdos, como
la modificación de los derechos de una
clase de acciones.
En todo caso, los acuerdos de la junta
general de accionistas se adoptan por
mayorías, considerando para el cómputo
el porcentaje de participación de cada
accionista en el capital social.
Los votos no se computan por personas
sino por capitales. Esta es una de las diferencias con otros tipos societarios como
la sociedad colectiva, en la que los votos
sí se computan por personas, es decir,
cada socio tiene un voto y todos los votos
tienen el mismo valor.
En las sociedades anónimas, el peso del
voto de cada socio depende de la cantidad
de acciones que posee y del porcentaje que
ellas representen en el capital social, y esta
regla se aplica debido al carácter capitalista
de las sociedades anónimas.
Informe Especial
Informe especial
Debe tomarse en cuenta que los acuerdos adoptados por la junta general de
accionistas son obligatorios para todos
los accionistas, incluso para aquellos que
hubieran votado en contra o para los
que no asistieron a la reunión en la cual
se adoptó.
4. Lugar de celebración
Para que la junta general de accionistas
pueda llevarse a cabo, es necesario establecer el lugar en el cual se realizará.
La regla general es que la junta se celebra
en el domicilio de la sociedad, sin embargo el estatuto puede señalar la posibilidad
de que la reunión se lleve a cabo en un
lugar distinto.
Cuando se fija esa posibilidad, aunque no
haya una obligación legal al respecto, es recomendable que el lugar designado brinde
las facilidades necesarias para permitir la
mayor participación de accionistas posible.
El artículo 112º de la Ley señala lo siguiente con respecto al lugar de celebración de la junta:
“Artículo 112º.- Lugar de celebración
de la Junta
La junta general se celebra en el lugar del
domicilio social, salvo que el estatuto prevea
la posibilidad de realizarla en lugar distinto”.
5.Convocatoria
Si seguimos un orden secuencial en la
forma en que debe realizarse una reunión de la junta general de accionistas,
lo primero que debemos efectuar es la
convocatoria.
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Informe Especial
La convocatoria es la comunicación a
los socios sobre la programación de la
reunión, a fin de que estos tomen conocimiento de la fecha, hora, lugar y de los
asuntos a tratarse en la junta.
Es importante cumplir con las formalidades que la Ley establece para la convocatoria, pues si se comete una irregularidad,
se invalidaría la junta y los acuerdos
adoptados en ella.
La primera pregunta que debemos hacernos en torno a la convocatoria es ¿cuándo
se debe convocar a la junta general de
accionistas?
El artículo 113º de la Ley nos indica lo
siguiente:
“Artículo 113º.- Convocatoria a la Junta
El directorio o en su caso la administración
de la sociedad convoca a junta general
cuando lo ordena la ley, lo establece el
estatuto, lo acuerda el directorio por
considerarlo necesario al interés social o lo
solicite un número de accionistas que represente cuando menos el veinte por ciento de
las acciones suscritas con derecho a voto”.
Tenemos entonces que la junta general
de accionistas debe convocarse en las
oportunidades que lo establece la Ley.
A tal efecto, se debe tener en cuenta lo
dispuesto por el artículo 114º de la Ley
con respecto a la junta obligatoria anual:
“Artículo 114°.- Junta obligatoria
Anual
La junta general se reúne obligatoriamente
cuando menos una vez al año dentro de los
tres meses siguientes a la terminación del
ejercicio económico.
Tiene por objeto:
1.Pronunciarse sobre la gestión social y
los resultados económicos del ejercicio
anterior expresados en los estados financieros del ejercicio anterior.
2.Resolver sobre la aplicación de las utilidades, si las hubiere;
3.Elegir cuando corresponda a los miembros del directorio y fijar su retribución;
4.Designar o delegar en el directorio la
designación de los auditores externos,
cuando corresponda; y,
5.Resolver sobre los demás asuntos que
le sean propios conforme al estatuto y
sobre cualquier otro consignado en la
convocatoria”.
Además de los asuntos señalados por el
artículo 114º, la junta general de accionistas
también por competencia debe pronunciarse sobre los asuntos indicados en el
artículo 115°:
“Artículo 115°.- Otras Atribuciones
de la Junta
Compete, asimismo, a la junta general:
1.Remover a los miembros del directorio
y designar a sus reemplazantes;
2.Modificar el estatuto;
3.Aumentar o reducir el capital social;
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4.Emitir obligaciones;
5.Acordar la enajenación, en un solo acto,
de activos cuyo valor contable exceda
el cincuenta por ciento del capital de la
sociedad;
6.Disponer investigaciones y auditorías
especiales;
7.Acordar la transformación, fusión, escisión, reorganización y disolución de
la sociedad, así como resolver sobre su
liquidación; y,
8.Resolver en los casos en que la ley o el
estatuto dispongan su intervención y en
cualquier otro que requiera el interés
social”.
Además de la junta obligatoria anual dispuesta por la Ley, es obligatorio convocar
a la junta en las oportunidades que lo
señale el estatuto, cuando lo acuerde el
directorio y cuando lo soliciten accionistas
que representen por lo menos el veinte
por ciento del capital.
Ahora bien, ¿quién convoca a la junta? La
Ley dispone que dicha facultad le corresponde al directorio. Pero, como ya hemos
mencionado, cuando se trate de una
sociedad anónima cerrada sin directorio,
dicha facultad le corresponde al gerente.
La convocatoria se efectúa mediante
avisos publicados en los diarios. Si se
trata de una sociedad con domicilio en la
provincia de Lima o el Callao, las publicaciones deben realizarse en el diario oficial
El Peruano y en otro diario de circulación
en la respectiva provincia.
Si se trata de una sociedad con domicilio
fuera de las provincias de Lima o el Callao,
la convocatoria se publica en el diario
local encargado de los avisos judiciales.
Tratándose de una sociedad anónima
cerrada, la convocatoria no se realiza
mediante la publicación de avisos en los
diarios, sino mediante comunicaciones
cursadas por carta, fax o correo electrónico, según lo indicado en el estatuto.
La diferencia entre las dos formas de comunicación previstas para las sociedades
anónimas ordinarias y para las cerradas,
se sustenta en los límites en la cantidad
de accionistas que existe para cada forma
societaria.
En la sociedad anónima ordinaria el máximo número de socios es de setecientos
cincuenta. En cambio, en la sociedad
anónima cerrada la cantidad máxima de
socios es de veinte.
Debido a la gran cantidad de socios que
permite incorporar, la sociedad anónima
ordinaria requiere de una forma de comunicación masiva para poner en conocimiento la convocatoria a sus socios. Es
cierto que en la práctica son muy pocas
las sociedades anónimas que poseen una
cantidad de socios que justifique el uso
de publicaciones en los diarios, pero esa
es la formalidad prevista en la Ley y es la
que debe utilizarse.
Es importante además del medio por el
cual se difunde la convocatoria, establecer
cuándo se debe comunicar. A tal efecto, la
Ley dispone que cuando se trate de la convocatoria a la junta obligatoria anual y las
juntas señaladas en el estatuto, la convocatoria debe realizarse con una anticipación no
menor de diez días a la fecha de celebración.
Si se trata de otras juntas distintas, la convocatoria debe realizarse con no menos de
tres días de anticipación, aunque el estatuto
puede señalar plazos mayores.
En el mismo aviso de la primera convocatoria puede indicarse también la segunda
convocatoria.
El aviso de convocatoria debe contener el
lugar, día y hora de celebración, así como
el listado de temas o agenda a tratar. La
importancia de la agenda indicada en
la convocatoria radica en que los socios
tienen derecho a conocer con antelación
los asuntos que serán sometidos a su votación, pues deben informarse para tomar
un acuerdo en el sentido que consideren
conveniente. La agenda es de tal importancia que la Ley dispone la imposibilidad
de que la junta se pronuncie sobre asuntos
no contenidos en la agenda. Veamos lo
que señala el artículo 116º:
“Artículo 116º.- Requisitos de la convocatoria
El aviso de convocatoria de la junta general
obligatoria anual y de las demás juntas previstas en el estatuto debe ser publicado con
una anticipación no menor de diez días al
de la fecha fijada para su celebración. En los
demás casos, salvo aquellos en que la ley o el
estatuto fijen plazos mayores, la anticipación
de la publicación será no menor de tres días.
El aviso de convocatoria especifica el lugar,
día y hora de celebración de la junta general,
así como los asuntos a tratar. Puede constar
asimismo en el aviso el lugar, día y hora en
que, si así procediera, se reunirá la junta general en segunda convocatoria. Dicha segunda
reunión debe celebrarse no menos de tres
ni más de diez días después de la primera.
La junta general no puede tratar asuntos
distintos a los señalados en el aviso de
convocatoria, salvo en los casos permitidos
por la Ley”.
El artículo 117º de la Ley establece el
derecho de los accionistas a solicitar la
convocatoria a junta, siendo obligación
del directorio o de la gerencia, según
corresponda, atender a esta solicitud
dentro de los plazos que fija el referido
artículo. Veamos lo que dispone la Ley:
“Artículo 117º.- Convocatoria a solicitud de accionistas
Cuando uno o más accionistas que representen no menos del veinte por ciento
(20 %) de las acciones suscritas con
derecho a voto soliciten notarialmente la
celebración de la junta general, el directorio
debe indicar los asuntos que los solicitantes
propongan tratar.
La junta general debe ser convocada para
celebrarse dentro de un plazo de quince
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(15) días de la fecha de publicación de la
convocatoria.
Si la solicitud a que se refiere el acápite anterior fuese denegada o transcurriesen más de
quince (15) días de presentada sin efectuarse
la convocatoria, el o los accionistas, acreditando que reúnen el porcentaje exigido de
acciones, pueden solicitar al notario y/o al
juez de domicilio de la sociedad que ordene
la convocatoria, que señale lugar, día y hora
de la reunión, su objeto, quién la preside, con
citación del órgano encargado, y, en caso
de hacerse por vía judicial, el juez señala al
notario que da fe de los acuerdos”.
De la mano con el artículo 117º, el artículo 119º regula la acción judicial para
solicitar la convocatoria a junta:
“Artículo 119º.- Convocatoria judicial
Si la junta obligatoria anual o cualquier
otra ordenada por el estatuto no se convoca dentro del plazo y para sus fines,
o en ellas no se tratan los asuntos que
corresponden, es convocada a pedido
del titular de una sola acción suscrita con
derecho a voto, ante el notario o el juez
del domicilio social, mediante trámite o
proceso no contencioso.
La convocatoria judicial o notarial debe reunir los requisitos previstos en el artículo 116”.
Como ya habíamos indicado, es posible
que la junta no se realice en la primera
convocatoria, básicamente, por la falta
de quórum, que debe cumplir con los
límites que veremos más adelante. Pero
en todo caso, cuando sea necesario
realizar una segunda convocatoria y
no se hubiera previsto en el aviso de la
primera, es necesario cumplir con las
formalidades señaladas por el artículo
118 de la Ley:
“Artículo 118º.- Segunda convocatoria
Si la junta general debidamente convocada
no se celebra en primera convocatoria y no se
hubiese previsto en el aviso la fecha para una
segunda convocatoria, esta debe ser anunciada con los mismos requisitos de publicidad
que la primera, y con la indicación que se
trata de segunda convocatoria, dentro de los
diez días siguientes a la fecha de la junta no
celebrada y, por lo menos, con tres días de
antelación a la fecha de la segunda reunión”.
No en todos los casos es necesario realizar
una convocatoria. Existe una excepción
prevista por la Ley en su artículo 120º,
que es la denominada junta universal.
Se dice que la junta es universal porque
están presentes en ella los accionistas
que representan el cien por ciento de las
acciones con derecho a voto. Si se cumple
dicha condición, los socios deben estar de
acuerdo en llevar a cabo la junta sin convocatoria previa y con los asuntos a tratarse
en ella. Así lo señala el artículo 120º:
“Artículo 120º.- Junta universal
Sin perjuicio de lo prescrito por los artículos
precedentes, la junta general se entiende
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convocada y válidamente constituida para
tratar sobre cualquier asunto y tomar los
acuerdos correspondientes, siempre que
se encuentren presentes accionistas que
representen la totalidad de las acciones
suscritas con derecho a voto y acepten por
unanimidad la celebración de la junta y los
asuntos que en ella se proponga tratar”.
6. Asistencia a la junta
Habiéndose convocado a la junta, es
preciso determinar quiénes pueden asistir
a la reunión.
Claro está, asisten los accionistas de la sociedad. Pero ¿cómo se determina quiénes
son los socios? El artículo 121º de la Ley
dispone que pueden asistir a la junta los
accionistas que figuren como tales en la
matrícula de acciones con una anticipación no menor de dos días a la fecha de
celebración de la junta.
Pueden asistir también a la junta los
directores y el gerente, pero no pueden
votar. Si no se trata de socios, directores o
el gerente, nadie más tiene derecho a participar en la junta, salvo que el estatuto, la
junta o el directorio decidan la necesidad
de que otros funcionarios, profesionales
o técnicos estén presentes.
El artículo 121º regula todas estas situaciones:
“Artículo 121º.- Derecho de concurrencia a la junta general
Pueden asistir a la junta general y ejercer
sus derechos los titulares de acciones con
derecho a voto que figuren inscritas a su
nombre en la matrícula de acciones, con
una anticipación no menor de dos días al
de la celebración de la junta general.
Los directores y el gerente general que no
sean accionistas pueden asistir a la junta
general con voz pero sin voto.
El estatuto, la propia junta general o el directorio pueden disponer la asistencia, con voz
pero sin voto, de funcionarios, profesionales
y técnicos al servicio de la sociedad o de otras
personas que tengan interés en la buena
marcha de los asuntos sociales”.
Cuando un socio no puede asistir a la
junta, por cualquier circunstancia, es
posible que asista mediante un representante. El poder para asistir a la junta debe
ser conferido por documento escrito
simple si es que solo se otorga para una
junta en particular. Pero si es un poder
general de representación para varias
juntas, se debe otorgar por escritura
pública ante notario.
Como regla general, el poder puede
otorgarse a cualquier persona, pero el
estatuto puede restringir esta posibilidad
para que solo se pueda designar a otro
socio, un director o al gerente. En el caso
de la sociedad anónima cerrada, la representación está limitada por el artículo
243º de la Ley:
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“Artículo 243º.- Representación en la
junta general
El accionista solo podrá hacerse representar
en las reuniones de junta general por medio
de otro accionista, su cónyuge o ascendiente o descendiente en primer grado. El
estatuto puede extender la representación
a otras personas”.
Para ejercer la representación es necesario
que el poder se haya registrado ante la
sociedad con una anticipación no menor a
veinticuatro horas a la fecha de celebración
de la junta, conforme al artículo 122º:
“Artículo 122°.- Representación en la
junta general
Todo accionista con derecho a participar
en las juntas generales puede hacerse
representar por otra persona. El estatuto
puede limitar esta facultad, reservando la
representación a favor de otro accionista,
o de un director o gerente.
La representación debe constar por escrito
y con carácter especial para cada junta
general, salvo que se trate de poderes
otorgados por escritura pública.
Los poderes deben ser registrados ante la
sociedad con una anticipación no menor
de veinticuatro horas a la hora fijada para
la celebración de la junta general.
La representación ante la junta general
es revocable. La asistencia personal del
representado a la junta general producirá la
revocación del poder conferido tratándose
del poder especial y dejará en suspenso,
para esa ocasión, el otorgado por escritura
pública. Lo dispuesto en este párrafo no
será de aplicación en los casos de poderes
irrevocables, pactos expresos u otros casos
permitidos por la ley”.
7.Quórum
Es común que las sociedades cometan
confusiones cuando deben computar el
quórum para instalar la junta y cuando
deben computar los porcentajes para
establecer las mayorías necesarias para
la adopción de un acuerdo.
Por ello, es preciso señalar en este punto
que el quórum y los porcentajes de votación para determinar las mayorías en la
adopción de un acuerdo son dos figuras
completamente distintas.
El quórum es la cantidad o límite mínimo
de presencia que se requiere para instalar
la junta y declararla válida para la toma de
acuerdos. Los porcentajes de mayoría para la
adopción de un acuerdo se computan luego
de que la junta ha sido instalada y se determinan para cada acuerdo, pudiendo ocurrir
que algunos socios se retiren de la sesión,
sin que ello invalide la toma de acuerdos,
en la medida que se cuente con la mayoría
requerida, según el tipo de acuerdo.
Volviendo entonces a la figura del quórum, es necesario indicar que este se
computa al inicio de la sesión. Se debe
formular una lista de los asistentes,
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VIII
Informe Especial
considerando su porcentaje de acciones,
para así establecer cuántas acciones están
presentes en la junta.
¿Por qué es importante el quórum?
Porque se requieren determinadas cantidades de acciones presentes en la junta
para darle legitimidad, en función del
tipo de acuerdo. Veamos cómo regula
el quórum los artículos 124º, 125º y
126º de la Ley:
“Artículo 124º.- Normas generales
sobre el quórum
El quórum se computa y establece al inicio
de la junta. Comprobado el quórum el
presidente la declara instalada.
En las juntas generales convocadas para tratar asuntos que, conforme a ley o al estatuto,
requieren concurrencias distintas, cuando
un accionista así lo señale expresamente y
deje constancia al momento de formularse
la lista de asistentes, sus acciones no serán
computadas para establecer el quórum
requerido para tratar alguno o algunos de
los asuntos a que se refiere el artículo 126º.
Las acciones de los accionistas que ingresan a la junta después de instalada, no
se computan para establecer el quórum
pero respecto de ellas se puede ejercer el
derecho de voto.
Artículo 125º.- Quórum simple
Salvo lo previsto en el artículo siguiente,
la junta general queda válidamente constituida en primera convocatoria cuando se
encuentre representado, cuando menos,
el cincuenta por ciento de las acciones
suscritas con derecho a voto.
En segunda convocatoria, será suficiente
la concurrencia de cualquier número de
acciones suscritas con derecho a voto.
En todo caso podrá llevarse a cabo la Junta,
aun cuando las acciones representadas en
ella pertenezcan a un solo titular.
Artículo 126º.- Quórum calificado
Para que la junta general adopte válidamente acuerdos relacionados con los
asuntos mencionados en los incisos 2, 3,
4, 5 y 7 del artículo 115º, es necesaria en
primera convocatoria, cuando menos, la
concurrencia de dos tercios de las acciones
suscritas con derecho a voto.
En segunda convocatoria basta la concurrencia de al menos tres quintas partes de
las acciones suscritas con derecho a voto”.
Asumiendo que se ha cumplido con el
quórum requerido para la instalación de
la junta, según el tipo de acuerdo previsto
en la agenda, la reunión se desarrolla con
las exposiciones y deliberaciones que sean
necesarias sobre cada uno de los asuntos
que contiene la agenda.
En cada caso, se somete a votación para
determinar si la voluntad de los socios,
en mayoría, es por la aprobación o desaprobación del asunto en deliberación.
De la misma manera que con el quórum,
existe una mayoría simple y una mayoría
calificada, en función del tipo de acuerdo.
Así, la mayoría simple corresponde al
cincuenta por ciento más una acción del
total de acciones presentes en la junta. Sin
embargo, cuando se debaten los asuntos
comprendidos en el artículo 126º de
la Ley, es decir, aquellos que requerían
quórum calificado, se deben aprobar por
mayoría calificada, que corresponde al
cincuenta por ciento más una acción del
total de acciones de la sociedad, no solo
de las presentes en la junta.
Es posible que el estatuto fije porcentajes
de votación mayores a los señalados por
la Ley, pero no porcentajes menores. Así
lo señala el artículo 127º:
“Artículo 127º.- Adopción de acuerdos
Los acuerdos se adoptan con el voto favorable de la mayoría absoluta de las acciones
suscritas con derecho a voto representadas
en la Junta. Cuando se trata de los asuntos
mencionados en el artículo precedente,
se requiere que el acuerdo se adopte por
un número de acciones que represente,
cuando menos, la mayoría absoluta de
las acciones suscritas con derecho a voto.
El estatuto puede establecer quórum y
mayorías superiores a los señalados en este
artículo y en los artículos 125º y 126º, pero
nunca inferiores”.
Como excepción, la Ley dispone en su
artículo 128º que los acuerdos que requieran ser adoptados en cumplimiento
de una disposición legal de carácter imperativo, no requieren del quórum ni del
porcentaje de votación calificado.
8. Adopción de acuerdos
9. Presidencia y secretaría de la
junta
Como hemos señalado, el cómputo del
quórum y el cómputo de los votos necesarios para la adopción de un acuerdo
son dos aspectos distintos.
Para llevar a cabo la sesión, es necesario
que una persona ejerza la presidencia de
la junta y otra persona ejerza la secretaría.
La Ley dispone que por regla general, la
presidencia la ejerce el presidente del
directorio, en tanto que la secretaría la
debe ejercer el gerente.
Cuando se trata de una sociedad sin directorio, la presidencia la ejerce el gerente
y la secretaría alguno de los accionistas
designado para tal efecto por la junta. En
cualquier otra circunstancia, la junta debe
designar a las personas que ejercerán la
presidencia y la secretaría.
10.Aprobación del acta
Los asuntos sometidos a deliberación y los
acuerdos adoptados deben constar en un
acta. Las actas de las juntas generales de
accionistas deben constar en un libro de
actas, legalizado ante notario.
Las actas deben señalar el lugar, fecha y
hora en que se realizó la junta, si se celebró en primera o segunda convocatoria,
el nombre de los accionistas presentes,
el número y clase de acciones, quiénes
actuaron como presidente y secretario,
la indicación de cómo se hizo la convocatoria o si se trata de junta universal, la
forma y resultado de las votaciones y los
acuerdos adoptados.
El acta debe ser firmada por el presidente,
el secretario y un accionista designado al
efecto, si es que se redacta en la propia
sesión. Si se aprueba posteriormente, se
designará a no menos de dos accionistas
para que, conjuntamente con el presidente y el secretario, firmen el acta.
Excepcionalmente, cuando se trata de una
junta universal, el acta debe ser firmada por
todos los accionistas presentes en la sesión.
La presencia de un notario en las juntas solo procede cuando lo decide el
directorio o los solicitan accionistas que
representen cuando menos el veinte por
ciento de las acciones.
11.Conclusiones
Estas son las consideraciones principales
que se deben observar para llevar a cabo
una junta general de accionistas. Como
hemos podido apreciar, la Ley establece
varias formalidades para que las juntas
se lleven a cabo y que los acuerdos
adoptados sean válidos y eficaces. Las
formalidades que impone la Ley buscan
proteger los derechos de la sociedad, de
los socios y de terceros, con respecto a
la seguridad, legitimidad y veracidad de
los acuerdos.
Glosario Empresarial
1. ¿Los contratos de colaboración empresarial, como el consorcio y la
asociación en participación, pueden ser celebrados por personas
naturales?
Sí, la Ley General de Sociedades no restringe la celebración de los contratos
de colaboración empresarial solo para las sociedades o para las personas
jurídicas, sino que las personas naturales también pueden celebrarlos.
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2. ¿Pueden las personas naturales emitir pagarés por las operaciones
de mutuo que realizan?
Sí, no existe ningún impedimento para que las personas naturales
emitan o sean tenedoras de pagarés. Contrariamente a lo que se
asume, los pagarés no son emitidos solo por entidades bancarias o
financieras.
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