Diagnostico de la erosion en la zona costera del caribe

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Diagnóstico de la erosión en la zona costera del Caribe colombiano
Manejo de la erosión costera
Antes de emprender cualquier campaña de manejo de la erosión de costas, los administradores de
tales recursos deben asegurarse de entender bien la
problemática relacionada con el tema y disponer de
toda la información básica requerida para la toma de
decisiones. Los conceptos fundamentales de erosión
costera y la susceptibilidad de los distintos tipos de
costa a sufrir el rigor de los agentes hidrodinámicos
y geomórficos, fue discutida en capítulos anteriores.
Por lo tanto, el presente apartado introducirá el concepto de resiliencia, el cual debe ser tenido en cuenta
para tomar las decisiones de planificación de las zonas costeras dentro del marco del desarrollo sostenible y la conservación de los ecosistemas.
estratégicos de sedimentos y la asignación del espacio necesario para permitir los procesos de erosión
natural y transporte sedimentario (European Commision, 2004).
Restaurar el balance sedimentario equivale a
garantizar la disponibilidad de sedimentos que se requiere para mantener el equilibrio de las playas. Por
ello, es fundamental identificar la fuente o fuentes de
sedimentos y la redistribución o transporte de los mismos, así como las pérdidas debidas a eventos extremos
como tormentas, mares de leva, coletazos de huracanes e incluso las debidas a la urbanización (Tabla 7.1).
En una situación normal, el suministro de sedimentos, desde las cuencas de drenaje, puede resultar
disminuido como consecuencia de la construcción de
presas, la reforestación, el relleno de terrenos costeros (aterramiento) y la extracción de sedimentos para
obras civiles. En cambio, la deforestación y el uso
intensivo de la tierra, que causan erosión, pueden
incrementar el suministro de sedimentos que traen
las fuentes fluviales, al igual que lo hace el retroceso
de acantilados y, por supuesto, el viento.
Mirado desde el mar, el suministro de sedimentos a la zona litoral puede ser de carácter litoclástico
o biogénico, y se produce gracias al movimiento de
sedimentos causado por las corrientes litorales, las
mareas y las olas de tormenta que mueven sedimentos desde bancos de arena en la plataforma. Obras de
protección costera, como espolones y rompeolas, se
oponen a ese movimiento de sedimentos generando
déficit local y acelerando los procesos erosivos.
Factores de recuperación
natural de la zona costera
(resiliencia costera)
La resiliencia costera es la habilidad inherente del sistema costero para acomodarse, mientras
mantiene sus funciones a largo plazo, a cambios inducidos por el aumento del nivel del mar, eventos
extremos e impactos humanos ocasionales. Este concepto es particularmente importante a la luz de las
predicciones del cambio climático, y el consiguiente
aumento del nivel del mar, por lo cual se recomienda
que la resiliencia costera sea incrementada mediante la restauración del balance sedimentario a partir
de estrategias como la identificación de reservorios
Tabla 7.1. Entrada y salidas de sedimentos a la zona litoral (modificado de Rangel, 2005)
ENTRADAS
SALIDAS
Transporte fluvial
Transporte por deriva
Transporte por deriva
Transporte hacia la plataforma
Erosión de acantilados y playas
Transporte eólico
Depositación biogénica
Extracción de los sedimentos
Transporte eólico
Rellenos antrópicos en zonas bajas
cenagosas e incluso en la zona intermareal
Transporte por mareas
Obras de protección costera como espolones
y rompeolas
Transporte por olas de tormenta
Construcción de represas en ríos
Deforestación de las cuencas
Reforestación de cuencas
Uso intensivo del suelo en la cuenca
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Blanca Oliva Posada Posada y William Henao Pineda
El concepto de reservorios estratégicos de sedimentos, definido como reservas de sedimentos con
características apropiadas, disponibles para relleno
de zonas costeras, temporalmente o en el largo plazo, podría ser una alternativa de manejo conveniente
para responder a la necesidad de garantizar reservas
de sedimentos (European Commision, 2004).
Estos reservorios, se buscan e identifican
usualmente en la plataforma, lugar en donde su dragado garantiza un bajo impacto, tanto sobre los ecosistemas asociados como en las corrientes que se
dirigen al litoral. Términos de referencia para los estudios de los impactos que pueden causar los dragados en las zonas marinas se encuentran disponibles
en nuestro país en la Dirección de Licencias Ambientales del Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial.
Como estrategia alternativa podrían buscarse
en la zona costera sedimentos asociados a acantilados con erosión natural, a aluviones formados en
el tramo final de las cuencas de drenaje e, incluso,
a dunas antiguas presentes hacia el interior de la
zona costera. Cabe destacar, sin embargo, que ellos
deben corresponder a terrenos sin valor económico
para la agricultura o la ganadería y no presentar impactos ambientales en la costa o sus áreas aledañas.
Adicionalmente existen sectores costaneros donde se
producen procesos de sedimentación no deseables
puesto que afectan las actividades propias del lugar,
como por ejemplo las zonas portuarias, los canales de
navegación y específicamente el tramo final del río
Magdalena, donde el dragado resulta imprescindible
parar mantener la profundidad del puerto.
Aguas arriba de las cuencas de drenaje de las
zonas afectadas por la erosión, es posible también
buscar algunos reservorios de sedimentos para cuando los procesos exijan su disponibilidad. No obstante,
esta opción debe tomarse como un último recurso y
debe ser evaluada ampliamente a la luz de los estudios de impacto ambiental y las necesidades de los
proyectos.
En cuanto al objetivo de garantizar el espacio necesario para permitir la acción de los procesos costeros, el entendimiento de la procedencia de
los sedimentos disponibles en la zona costera, tanto
como el conocimiento de su movilidad, son indispensables, y es a partir de esta ilustración real que deberán proponerse las medidas de manejo del territorio necesarias para salvaguardar dicho espacio.
Las implicaciones del concepto de resiliencia
varían dependiendo del tipo de costa: para costas con
rocas cohesivas, la resiliencia puede no ser considerada crítica porque las rocas en sí son resistentes a
la erosión y su retroceso natural aportará un volumen
de sedimentos al sistema, que lo harán más fuerte al
ataque de los procesos erosivos (European Commision,
2004); en el caso de costas con rocas no cohesivas, se
deberá contemplar si la disponibilidad de sedimentos,
a partir de la erosión de aquellas, podrá mantener el
equilibrio dinámico entre erosión y acreción y lograr
un estatus de sedimentos favorable. Consideraciones
similares deberán hacerse para las costas bajas lodosas o arenosas, en donde la evaluación de la entrada
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de sedimentos al sistema es primordial para mantener
el equilibrio. En los deltas, por su parte, se espera
que haya un superávit de sedimentos que contribuya a
mantener o engrandecer el sistema deltaico, pero que
a su vez no se constituya en una trampa sedimentaria
para el transporte litoral y con ello contribuya a los
procesos erosivos aguas abajo del mismo.
Las costas urbanizadas, de otro lado, son las
menos resilientes porque han perdido la condición
del balance sedimentario y no han dejado el espacio
para que los procesos costeros operen. Este es, en
la mayoría de los casos, el origen del problema que
afecta cientos de kilómetros de nuestras costas y
sobre los cuales se debe incrementar, en lo posible,
el grado de resiliencia o las medidas de manejo de la
erosión que garanticen la estabilidad de la línea de
costa, pero mirando siempre hacia el escenario del
cambio en el nivel del mar que se está presentando.
Técnicas de manejo de la
erosión costera
La planificación del futuro desarrollo de la
zona costera, a una distancia segura detrás de la
playa, reducirá la necesidad de adoptar medidas de
defensa muy costosas en un futuro (Cambers, 1998) y
es precisamente ahora, cuando la ocupación de nuestra costa Caribe sólo llega al 5%, cuando ésta se
constituye en la mejor estrategia.
Son muchas las técnicas que se han empleado,
no sólo en Colombia sino en el mundo, para tratar
de proteger las costas de los problemas de erosión.
Sin embargo, ninguna técnica resulta adecuada si se
carece de estudios pertinentes que garanticen en
gran medida su eficiencia tanto como el equilibrio
de la zona costera, no sólo del área involucrada en el
proceso de recuperación sino también aguas arriba y
abajo de la misma.
A continuación se presentará una lista de las
técnicas utilizadas, descritas por varios autores según sus experiencias, las que usualmente se dividen
en: técnicas estructurales o duras (más agresivas en
general con el medio ambiente), técnicas no estructurales o blandas (caracterizadas por ser más amables con la naturaleza) y el retroceso o reubicación.
En cada una de ellas se destacarán el objetivo, sus
ventajas y limitaciones y se hará énfasis en que la
técnica empleada en un sitio no es necesariamente
buena en otro porque cada cual debe ser concebida y
ejecutada de acuerdo con las condiciones locales.
Técnicas estructurales o duras
La experiencia a nivel mundial ha demostrado
que este tipo de técnicas sólo ha tenido efectos positivos en el ámbito local y a corto plazo. En general,
las estructuras perpendiculares cortan el flujo de
sedimentos llevado por la corriente litoral, lo que induce erosión aguas abajo y, en el caso de espolones,
crea el efecto dominó; las estructuras longitudinales,
por su lado, contribuyen a aumentar la turbulencia y
la pérdida de sedimentos, llegando incluso a socavar
sus propios cimientos. Los muros de contención que
Diagnóstico de la erosión en la zona costera del Caribe colombiano
protegen zonas acantiladas no resultan totalmente
eficaces tanto cuando el agente erosivo es el impacto
de las olas como cuando hay infiltración de aguas de
escorrentía entre las fisuras de las rocas que conforman los acantilados (European Commision, 2004;
Ordóñez, 1991).
Rompeolas. Consisten en estructuras protectoras, de las costas o las zonas portuarias, que son
colocadas de forma paralela a cierta distancia de la
costa. Por lo general se las construye con bloques
Gaviones y bolsacretos. Los gaviones son jaulas metálica de aproximadamente un m2 que se llenan de rocas. Generalmente se apilan varios de ellos
hasta conformar un muro simple o escalonado que
pretende proteger el área afectada por socavación
o deslizamiento. Son estructuras diseñadas para una
vida útil corta puesto que las olas las deterioran con
facilidad y tienden a oxidarse rápidamente. No obstante tienen la ventaja de facilidad de empleo y son
relativamente baratas (European Commision, 2004).
En el Caribe, dichas estructuras no se usan en la
zona costera sino a lo largo de los ríos. En vez de
esta práctica se ha adoptado la utilización de bolsas geotextiles que se rellenan con arenas, o una
mezcla de arenas y cemento (bolsacreto), y se api-
sueltos, o estructuras prefabricadas como pentápodos, y ocasionalmente con filas dobles de tablestacados y concreto. Su objetivo es el de absorber la
energía del oleaje antes de que alcance la orilla,
reflejándola o difractándola. Los rompeolas unidos a
tierra (o espolones en forma de T) obstruyen el transporte litoral, mientras que los que permanecen aislados acumulan el material detrás de ellos, con lo cual
también puede haber erosión aguas abajo (Ordóñez,
1991) (Figura 7.1).
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d
lan, al igual que los gaviones, formando en ocasiones
grandes muros como en la vía al aeropuerto de Santa
Marta (Figura 7.2).
Geotextiles. Consisten en telas permeables
capaces de contener materiales mientras el agua fluye a través suyo. Como son relativamente resistentes y flexibles, proporcionan por lo general buenos
resultados para impedir el retroceso de la playa y
su configuración puede cambiarse para lograr una
mayor eficiencia. También se los emplea a manera de
grandes tubos geosintéticos rellenos de una mezcla
de arena y cemento que se prepara en el sitio (European Commision, 2004; Ordóñez, 1991). En Colombia
han sido utilizados con resultados exitosos para lograr la estabilización de taludes, pero su práctica
Figura 7.1 a y b) Rompeolas en
Cartagena construidos con
bloques y que han formado un
tómbolo (T) que los une a tierra
(Fotos INVEMAR-Marta Vides);
c) Rompeolas y espolones en
T, en el golfo de Morrosquillo,
donde se observa la ganancia
de playa en el rompeolas
central mientras los demás no
han recogido material (foto
CARSUCRE); d) Rompeolas en el
club campestre Acuarium, vía
Turbo-Necoclí, construido con
pentápodos (foto CC Acuarium).
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Blanca Oliva Posada Posada y William Henao Pineda
Figura 7.2 a) Bolsacretos
colocados como protección
en el arroyo Cascabel, zona
costera del Atlántico, para
frenar la erosión lateral del
cauce (foto Programa GEZINVEMAR); b) Gaviones para
estabilización de muros en
Tierrabomba; c) Bolsacretos
colocados para proteger las
laderas del volcán de lodo
de Arboletes; d) Bolsacretos
y bloques en la banca de la
vía al aeropuerto de Santa
Marta; e) Gaviones para
detener movimientos de masa
en los acantilados del Parque
Nacional Natural Tayrona (fotos
Programa GEO-INVEMAR).
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b
c
d
e
como solución para detener o retardar la erosión de
las playas no se ha implementado. Sólo se los ha empleado, según se explicó en el párrafo anterior, como
bolsas de contención de arenas y cemento que sirven
a los taludes de escudo contra la acción del oleaje.
Baterías de espolones. Son estructuras que se
extienden perpendicularmente a la línea de costa con
el objetivo específico de atrapar arena, de la corriente litoral, para formar playa, o retardar su erosión,
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y suelen estar hechos de pentápodos, bolsacretos o
bloques rocosos. Ellos interrumpen la corriente litoral y por ende el flujo de sedimentos, creando erosión
aguas abajo. Cuando una batería de espolones está
bien diseñada, llena la capacidad de arena entre ellos,
favoreciendo de este modo que el transporte costero
conserve aproximadamente la misma tasa que tenía
antes de que los espolones fueran construidos y la
playa se mantenga estable (Ordóñez, 1991).
Para ser realmente eficaz, el empleo de los
espolones debería limitarse a aquellos casos en los
cuales el transporte costero predomina en una dirección, y donde hay un suministro de sedimentos, natural o artificial, lo suficientemente grande como para
que su acción no cause erosión aguas abajo del sitio
y se disponga, además, del espacio justo para anclar
los espolones en la playa, es decir, para garantizar
un impacto mínimo aguas abajo (Ordóñez, 1991). En el
caso de la costa del Caribe colombiano su uso es masivo y en términos técnicos se los ha diseñado como
baterías o a modo de recurso individual por aquellos
propietarios de terrenos que sienten amenazados sus
predios por la erosión (Figura 7.3).
Revestimientos. Consisten en coberturas protectoras, colocadas sobre playas o taludes inclinados, cuyo objetivo es el de absorber la energía de
oleajes menores aunque pueden dejar pasar agua y
Diagnóstico de la erosión en la zona costera del Caribe colombiano
sedimentos. Se construyen con hormigón o bloques
de piedra dispuestos sobre una capa de material más
fino. La estructura conocida como riprap combina capas de roca muy dura superpuestas entre sí; las más
grandes se colocan en el tope, lo que le permite una
buena permeabilidad y un aspecto más natural. Sin
embargo, tienen el mismo efecto adverso que los muros de contención, aunque en menor intensidad (European Commision, 2004; Ordóñez, 1991) (Figura 7.4).
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Figura 7.3 a) Batería de espolones en Manaure, cerca a la entrada a la salina, en la cual es posible
observar el modelado en zig zag; b) Espolón hecho con grandes llantas de los camiones de El Cerrejón
rellenadas con bloques de roca en Sequionda, Dibulla; c) Espolón construido con bolsacretos al sur de
Santa Marta (hacia el fondo se observa el muelle carbonífero de Prodeco); d) Espolones en Cartagena
y protección con bloques en el escarpe de playa (fotos Programa GEO-INVEMAR); e) Baterías de
espolones en el golfo de Morrosquillo donde se aprecia la configuración en zigzag y cómo corriente
abajo los compartimientos están casi vacíos (fotos cortesía CARSUCRE); f) Espolón desarticulado
de la línea de costa en Arboletes por carencia de espacio suficiente para el anclaje y construido en
pentápodos que no reportaron resultados positivos en la recuperación de playa (foto EAFIT).
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Blanca Oliva Posada Posada y William Henao Pineda
Figura 7.4. a) Revestimiento
del talud inferior de la vía a
las salinas de Manaure donde
se observa socavación de
la base; b) Revestimiento y
espolón para proteger predios
de la acción del oleaje en
punta Manzanillo, Paso Nuevo;
c) Acumulación de cantos y
bloques para protección de
la vivienda en La Boquilla,
Cartagena; d) Revestimientos
en las obras de la Bocana
estabilizada en Cartagena
(fotos Programa GEO-INVEMAR).
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b
c
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Muros de contención. Se construyen generalmente para evitar el deslizamiento de tierras y bloques a lo largo de taludes ubicados frente al mar.
Aparte de su función adicional de proteger a éstos de
la acción de las olas, se los ha introducido también
en las áreas de costas bajas con el fin de salvaguardar del oleaje obras viales o viviendas. Cuando son
usados en zonas donde la acción de las olas es significativa, pueden sin embargo contribuir a acelerar la
erosión de playa ya que la mayor parte de la energía
de la rotura de las olas sobre la estructura se ejerce sobre el pie del talud. Debido a que usualmente
se incrementa la profundidad al frente de estas estructuras, su uso es estrictamente apropiado para
la pesca y la navegación si bien es frecuente que
terminen colapsando por socavación (Ordóñez, 1991)
(Figura 7.5).
Técnicas no estructurales o blandas
Son aquellas que tratan de aprovechar los recursos de la naturaleza, existentes en el área a intervenir, para lograr la recuperación o estabilización
del proceso de erosión. Puesto que han sido poco
utilizadas en el Caribe colombiano, su eficacia no
ha logrado comprobarse hasta ahora, aparte de que
existe un escepticismo de origen cultural respecto
a ellas que ha incidido en que se prefiera acometer
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obras duras. A continuación se hará referencia a algunas de las técnicas que ameritan aplicación.
Arrecifes artificiales. Estas estructuras absorben por principio la energía de las olas, proveyendo de este modo la defensa costera a la par que
proporcionando un hábitat natural para la diversidad
biológica marítima y oportunidades para actividades recreativas. Aunque en el Caribe colombiano se
cuenta con escasos ejemplos de este recurso, en la
práctica se ha podido comprobar que proporciona al
parecer buenos resultados para la pesca (golfo de
Morrosquillo) y aún queda por evaluar su servicio
en función de la defensa costera pues hasta ahora no se ha empleado con esta finalidad (European
Commision, 2004). En Paso Nuevo, Córdoba, existe sin
embargo una propuesta al respecto que aún no se ha
ejecutado.
Drenaje de playas. El drenaje de playa se usa
cuando el reflujo producido por el oleaje es significativo al punto de erosionarla. La pretensión de esta
técnica es la de disminuir el volumen de agua superficial que incide en la infiltración de este líquido en
la playa y así reducir el movimiento de sedimentos
hacia el mar. Como es relativamente nueva, de momento no se dispone de suficientes experiencias a nivel mundial que permitan evaluar su funcionamiento
(European Commision, 2004) y en Colombia no se tiene
conocimiento de que se la haya puesto en práctica.
Diagnóstico de la erosión en la zona costera del Caribe colombiano
Drenaje de acantilados. Es un método que permite la reducción de presión de poros por el agua
infiltrada en la roca y acumulada en el contacto entre
una capa permeable y otra impermeable. Los drenajes
se colocan tanto en la corona del talud, para controlar la escorrentía, como en su frente, a fin de evacuar
el agua infiltrada; con esto se busca frenar los movimientos de masa y disminuir su retroceso (European
Commision, 2004).
Este procedimiento se ha aplicado en Colombia para estabilizar taludes, haciendo una canaleta
de recolección de aguas en la corona del talud y un
canal de disipación de las aguas hacia el mar; un
ejemplo claro se tiene en la población de Puerto Escondido.
Relleno de playas. Esta técnica consiste en
provocar en la playa un aumento artificial del volumen de arena a través de un suministro externo de
arena en el segmento de la misma que se pretende
proteger. Puede colocarse la arena en un solo tramo
aguas arriba de la playa o renovarse en varios puntos
a lo largo de ella. También puede colocarse bajo las
aguas, cerca de la línea de costa, para que sea el
mismo mar el que se encargue de distribuirla.
Este procedimiento exige un mantenimiento
periódico, ya que la inexistencia de playa demuestra
la agresividad normal del oleaje, el cual es capaz de
remover las arenas que llegan a ese sitio. Algunas
a
b
c
d
veces será necesario proteger incluso el relleno con
espolones que contribuyan a reducir la pérdida de la
arena dispuesta artificialmente. En términos comparativos resulta un procedimiento económico si hay
disponibilidad de arenas cerca; de lo contrario, puede ser muy costoso. Cabe alertar en este punto que
los esquemas de alimentación de playas pueden cambiar la biota, tanto en el sector a recuperar como en
el área de donde se extrajo la arena (Ordóñez, 1991).
En Colombia se está realizando actualmente un relleno en las playas de Riohacha, al frente del malecón, y
existen los estudios necesarios para emprender también rellenos en Cartagena.
Perfilamiento de taludes. Esta técnica pretende encontrar, para aumentar la estabilidad del talud,
el ángulo adecuado, el cual es una función del tipo de
roca, la estructura geológica, el contenido de agua y
la altura del talud.
El perfilamiento no es sin embargo aplicable a
todos los tipos de rocas y requiere que haya espacio
suficiente para que el talud pueda extenderse; además,
debe ir acompañado de obras complementarias de drenaje y regeneración de la cobertura vegetal (European
Commision, 2004). Un ejemplo de este tipo de obra se
tiene en el municipio de Los Córdobas (Córdoba), donde
se recuperó algo de playa, pero debido a que no se
realizaron las obras complementarias se produjo un
deterioro por efecto de la escorrentía (Figura 7.6).
Figura 7.5. a) Pequeño muro
de protección en Coveñas,
para salvaguardar la vía de la
acción de las olas; se observa
un arreglo de troncos de
madera, a manera de barrera,
que refuerza la protección del
muro; b) Muro de contención
en Puerto Escondido,
levantado al frente del muro
de contención de la vía y que
presenta deterioro en la base y
lateralmente muros más bajos
semidestruidos; c) Muros de
contención en El Rodadero y
revestimientos en el escarpe
de playa; d) Enrocados para
proteger obras viales de la
acción del oleaje en Santa
Marta (fotos Programa GEOINVEMAR).
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Blanca Oliva Posada Posada y William Henao Pineda
a
Figura 7.6. a) Perfilamiento de
un talud al sur del área urbana
del municipio de Los Córdobas
donde se observa la diferencia
entre el talud sin estabilizar, al
frente, y el perfilado, al fondo;
b) En el talud estabilizado de
la foto anterior es posible
observar la playa que se formó
enfrente suyo (foto Programa
GEO-INVEMAR).
Figura 7.7. a y b) Siembra de
manglares en la zona costera
de Barranquilla donde se
obseva el crecimiento de las
plántulas y la fauna que se ha
adherido a los tubos (fotos
Programa GEZ-INVEMAR).
Protección de la base de los acantilados. En
este caso se utilizan por lo general enrocados a los
cuales llegará la energía del oleaje; de esta forma
protege al talud de la socavación y el posterior derrumbamiento. Aunque esta técnica es fácil de implementar, no por ello garantiza que la erosión se
detenga del todo (European Commision, 2004).
Regeneración de dunas. Esta técnica pretende
reducir la velocidad del viento y con ello propiciar
la acumulación de arenas en la zona supramareal
mediante la ubicación de cercas, hechas de madera,
geotextiles y plantas, en sitios estratégicos donde
el viento sopla con regularidad y cierta intensidad.
Aparte de proteger de la erosión y la inundación
de los ecosistemas costeros localizados detrás de
las dunas, provee material suficiente para alimentar continuamente las playas (European Commision,
2004).
Conservación y siembra de manglares. La estructura de los manglares, en virtud de sus raíces
aéreas, ayuda a contrarrestar exitosamente los efectos de la energía del oleaje y propicia paralelamente
la sedimentación de partículas que mantienen el ambiente del pantano de manglar y la estabilidad de la
línea de costa. Esta práctica, que se ha implementado a una escala muy reducida en algunas poblaciones del Caribe, no ha tenido la fuerza suficiente
como para lograr que se convierta en una actividad
de recuperación común (Figura 7.7).
a
86
b
b
Anclaje de rocas. Este sistema previene la
caída de bloques que se han detectado inestables
en un acantilado y cuya precipitación acarrearía
consecuencias negativas para el sector. Aunque no
protege del ataque de las olas en la base de de los
taludes, ni es aplicable a todos los tipos de rocas,
sirve de control al retroceso de acantilados. Esta
práctica no es muy común y en algunas ocasiones se
ha optado más bien por retirar de manera controlada
los bloques que están en peligro de colapsar.
By-pass de arena. Consiste en tomar arena de
una zona de acumulación aguas arriba de una estructura para depositarla, en forma artificial, aguas abajo de la misma. Se utilizan plantas fijas de dragado en
tierra, dragas flotantes o vehículos móviles en tierra.
Hasta ahora esta práctica no se ha implementado
en el Caribe, pero podría ser de utilidad en algunos
sectores donde la formación de barras arenosas en
la desembocadura de los ríos actúa como barreras al
transporte litoral de los sedimentos.
Plantación o estabilización de vegetación.
Consiste en la colonización de suelos costeros por
vegetación cuyas raíces atan el sedimento, haciéndolo más resistente a la erosión por el viento. La vegetación frena también el flujo de viento, realzando
así el tamaño de las dunas. Al igual que en el caso
de los manglares, se han llevado a cabo siembras de
vegetación en algunos sectores aledaños a la playa,
pero esta práctica es todavía poco común.
Diagnóstico de la erosión en la zona costera del Caribe colombiano
Retroceso o reubicación
controlada de bienes
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62
158
119
Consiste en abandonar las zonas bajo amenaza por la erosión costera y reubicar los bienes tierra
adentro. Este procedimiento permite que los procesos
naturales de erosión sigan su curso hasta alcanzar
un equilibrio, que puede lograrse más fácilmente por
cuanto el material erosionado está alimentando el litoral. Debe hacerse un análisis costos–beneficio, que en
la mayoría de los casos ha demostrado ser una solución más razonable desde el punto de vista económico
y ambiental. La experiencia ha demostrado así mismo
que el tiempo y la cantidad indemnizada son la clave
para una acogida favorable del retroceso controlado
en ciertas zonas (Comisión Europea, 2005).
En el Caribe ha habido reubicación de viviendas
en sectores donde el mar ha destruido las existentes.
Sin embargo, no se conoce un estudio formal al respecto que permita a los administradores municipales
estudiar esta posibilidad para atender a la población
que está en riesgo por la erosión marina. Los casos
documentados tratan de varias poblaciones pequeñas
en La Guajira, Sucre, Córdoba y Antioquia. Puerto López, en la Alta Guajira, constituye un caso especial por
cuanto tuvo que desplazarse por procesos de sedimentación, es decir, porque las dunas fueron cubriendo progresivamente las viviendas y toda la infraestructura urbana.
Obras de protección
en el Caribe colombiano
El inventario de las obras de defensa costera
que se han hecho en el Caribe colombiano muestra un
panorama poco alentador si se comparan entre sí la
longitud de costa con problemas de erosión, la costa
intervenida con obras y la costa estabilizada (Tabla
6.4; Figura 7.8). Y si bien los reportes de obras blandas
son muy escasos, la revisión de los trabajos elaborados por las distintas instituciones en la costa Caribe,
unida a la juiciosa revisión de las imágenes de Google
Earth de años recientes, permitió esta compilación, la
cual sirve de punto de inicio para que las personas e
instituciones encargadas de tomar decisiones relativas a la construcción de obras de protección costera
dispongan de una herramienta de apoyo útil y veraz.
La mayoría de estas obras consisten en espolones –contados individualmente, no como baterías– que
fueron construidos con diferentes tipos de material,
pero en un elevado porcentaje con rocas (calizas y calcáreas) procedentes de canteras cercanas a los sitios
de construcción, y en menor proporción con estructuras prediseñadas tipo pentápodos (Figura 7.9).
El examen cuidadoso de la orientación de los
espolones muestra que se han construido perpendiculares a la línea de costa, y sólo en un porcentaje ínfimo
guardan algún ángulo con respecto a ésta, según lo
aconsejado por los estudios o las observaciones de las
corrientes. Su terminación hacia el mar puede tener
o no forma de T, o una curva como L invertida. En el
litoral, el anclaje observado es deficiente puesto que
se hace sobre la playa misma, lo cual redunda en que
48
76
Atlántico
Bolívar
Córdoba
Guajira
Magdalena
Sucre
Urabá
77
el oleaje y las corrientes erosionen rápidamente sus
cimientos, desarticulándolo así de la costa.
Otras estructuras costeras son los rompeolas
y espolones en T, comunes en el área de Cartagena
y en menor cantidad en el golfo de Morrosquillo. Los
materiales utilizados son los mismos que para los espolones y pueden tener o no una estructura de amarre
a la playa (T). De ellas se espera que contribuyan naturalmente a la formación de una acumulación de arena
que a manera de tómbolo permita el crecimiento de la
playa, mientras que la erosión se acentúa en el espacio entre dos espolones y muchas veces aguas abajo.
Los muelles son estructuras que han sido construidas no con el ánimo de proteger la costa sino para
disponer de un acceso fácil a embarcaciones, y el diseño de su mayoría no ha logrado más que perturbar
la deriva litoral y originar erosión.
Los muros de contención son una práctica para
proteger viviendas y obras de infraestructura, como
carreteras y puertos, y es poco común debido a los altos costos que implica construir adicionalmente obras
complementarias, laterales y de drenaje, destinadas a
evitar la socavación de la estructura. Los enrocados,
por su parte, son más comunes, y aquellos que han
sido correctamente diseñados han protegido los taludes para los que fueron hechos e incluso permitido
el desarrollo de pequeñas playas. En la mayoría de los
casos, sin embargo, han terminado con la dispersión
de las rocas en el fondo marino al frente del sitio intervenido. Se incluyen en esta clasificación, aunque
no es estricto, los muros o protecciones formados con
bolsacretos, por ejemplo en el volcán de Arboletes y el
aeropuerto de Santa Marta. Los tajamares del río Magdalena, en Bocas de Ceniza, son los más conocidos por
su impacto positivo para la navegación y por su efecto
negativo en cuanto a pérdida de sedimentos y erosión
en la margen occidental se refiere.
El análisis de las clases de obras de protección
costera, en relación con la tipología de las costas, ha
7%
4%
1% 2%
Figura 7.8. Obras duras de
defensa costera, en el Caribe
colombiano.
Figura 7.9. Tipos de obras de
defensa costera en el Caribe
colombiano.
3%
Canalización
Enrocado
Espolón
Muelle
muro
Rompeolas
Tajamar
12%
71%
87
Blanca Oliva Posada Posada y William Henao Pineda
demostrado que, independientemente de que la costa
sea un acantilado formado por rocas blandas, una playa o una costa cenagosa, la estructura preferida es el
espolón. Casos patéticos de espolones al pie de acantilados se encuentran en las costas cordobesas y de
Antioquia. Muros de contención se observan también
en costas bajas para delimitar propiedades y protegerse del embate de las olas.
Técnicas de monitoreo
comúnmente usadas
en el mundo
La deriva litoral transporta cada año cientos de
toneladas de sedimentos que sirven para alimentar las
playas en los casos de pérdidas de origen natural. No
obstante, los cálculos obtenidos en algunos sitios (por
ejemplo California En: Etnoyer et al., 2002) han demostrado que actividades humanas, como las reseñadas
en el capítulo anterior, han cambiado dramáticamente
esta situación y como consecuencia se han erosionado
las playas.
Las actividades de monitoreo de costas permiten presentar, a los administradores locales, datos
reales de los cambios que se han producido a lo largo
del tiempo y en el espacio, así como del impacto que
se ha observado como resultado. En Colombia, hasta
ahora, no existen programas de monitoreo que proporcionen los datos multitemporales de la dinámica
de la zona costera, es decir, que permitan interpretar
la evolución y planear, con base en ella, los estudios
necesarios para emprender proyectos de recuperación
o mitigación.
Son varias las técnicas de monitoreo usadas para tal fin, las que pueden combinarse entre sí
o aplicarse individualmente según el punto de vista
económico y la facilidad de adquisición y monitoreo
probables. La Tabla 7.2 presenta estos métodos y los
costos aproximados con referencia a Europa y en algunos casos a Colombia.
Requerimientos de
información para proyectos de
mitigación de erosión costera
Un proyecto típico de investigación para adelantar obras de mitigación de la erosión costera debe
contemplar los siguientes requerimientos de información y actividades, que es probable que varíen ligeramente en función de las necesidades particulares de
la zona en cuestión.
• Planteamiento claro del problema de erosión y de las
necesidades de control existentes, indicando la población, infraestructura y/o ecosistemas afectados.
• Exposición de los antecedentes del problema erosivo.
• Caracterización geográfica general de la zona de
influencia, directa e indirecta, de la actividad.
• Caracterización de aspectos geológicos y estructurales y descripción detallada de las unidades
de roca y de las estructuras que las afectan. Debe
contemplar los aspectos regionales y locales y, si
el caso lo demanda, se harán perforaciones y se
extraerán núcleos para su examen minucioso.
• Presentación de las características geomorfológicas representadas en la cartografía de unidades
y rasgos geomorfológicos e identificación de las
causas de los procesos erosivos (cartografía y
descripción precisa de los mismos).
• Identificación de amenazas naturales diferentes al
proceso erosivo que incluya tanto el análisis de
todos los riegos que se ciernen sobre la zona afectada como su dimensión, ya que son indispensables
a la hora de elegir una solución.
• Caracterización de la red hidrográfica de la zona,
en cuanto a caudal y carga sedimentaria, con el fin
de hacer un análisis del aporte de sedimentos a la
zona costera.
OBSERVACIONES
DIRECTAS
Tabla 7.2. Técnicas de monitoreo costero (modificado de European Commision, 2004).
TÉCNICAS DE
MONITOREO
ZONA DE USO
OBJETIVO
EQUIPOS UTILIZADOS
COSTOS
Levantamiento de
perfiles de playa
Playas emergidas y
sumergidas
Proporciona datos de cambio de playa
relevantes en un periodo de tiempo
definido
Equipos de topografía y geoposicionamiento
precisos.
100-200 € km2 ; $ 7 M km2
Con nivel de mano, brújula y cinta
Costos muy bajos
Trazadores
En el mar o los ríos
Proporciona medidas de transporte de
sedimentos
Proporciona datos de cambios ya
cartografiados, videos o fotografías
históricas
OBSERVACIONES REMOTAS
Fijas
88
Móviles
Aerotransportadas
Proporciona imágenes multitemporales
y multiespaciales de la configuración
del terreno
Pinturas de color o fluorescentes,
trazadores radioactivos, trazadores
naturales y arenas magnéticas
ARGUS
20-30 € km2
Fotografías convencionales
Mapas históricos y cartas de navegación
$ 7-15 mil plancha
Fotografías aéreas
$ 15 mil/foto
Fotogrametría digital y ortofotos
300-400 € km2
Imágenes de satélite
5-13 € km2
LIDAR
500-700 € km2
WRELADS
SAR
Transportadas en
barcos
Proporciona información sobre
batimetría e imagen del fondo marino
y sísmica del subsuelo marino
Ecosondas y sonares de barrido lateral
Perfilador del subsuelo
150-250 € km2. $US 40 mil
todos los equipos juntos un
kmc Post-proceso $US30 mil
Diagnóstico de la erosión en la zona costera del Caribe colombiano
• Caracterización del cambio en la cobertura y uso
del suelo, no sólo a nivel local, sino en lo posible de
la cuenca de drenaje, de manera que permita hacer
un análisis de cambio en los aportes y distribución
de los sedimentos.
• Análisis histórico de las variaciones de la línea de
costa a partir de fotografías aéreas georreferenciadas y ortorrectificadas, preferiblemente en una
escala detallada a semidetallada. (Las imágenes de
satélite podrían usarse siempre y cuando la escala
así lo permita)
• Levantamiento general, topográfico y de perfiles de
playa, durante la etapa de diagnóstico y con detalle
en la etapa de diseño de obras. Es indispensable
para determinar la posición actual de la línea de
costa al momento de hacer los modelos matemáticos y diseños.
• Levantamiento de perfiles batimétricos, como una
continuación de los perfiles de playa, que alcancen una profundidad mínima de 10 m (plataforma
somera) en la etapa de diagnóstico. Al igual que en
el caso anterior, el detalle se amplifica durante la
etapa de diseño.
litativas de los beneficios de implementar medidas
de manejo de la erosión costera sin considerar los
costos efectivos de las obras y sus beneficios a largo
plazo. Por este motivo, no es extraño encontrar casos
en los que se han invertido recursos que fácilmente
doblan el valor de las propiedades o infraestructura
a proteger (European Comission, 2004).
Una evaluación cualitativa de los beneficios
de las obras de recuperación costera incluyen, entre
otros, los siguientes criterios:
• Seguridad de las personas y sus bienes, principalmente la vivienda.
• Reducción de los niveles de inundación o de retroceso costero.
• Mejoramiento del acceso a las facilidades portuarias por medio de dragados, en los canales de navegación, de materiales (arenas) que pueden ser
aptos para el relleno de playas.
• Protección de fuentes de agua dulce contra la intrusión salina en tierras fértiles.
• Reevaluación del valor de las propiedades por la
reducción del riesgo.
• Muestreo de sedimentos, a lo largo de los perfiles
de playa y batimétricos, que permita la caracterización detallada de la distribución de los mismos, así
como los debidos análisis de su textura y composición. Este es un parámetro que indica intensidad de
procesos y procedencia de los mismos.
• Incremento en el turismo de playas gracias a una
mayor extensión de las mismas o a la modificación
de las características del rompiente de las olas.
• Mediciones multitemporales de la corriente de deriva litoral y de las corrientes marinas del área de
influencia.
• Provisión de embarcaderos para botes de pescadores.
• Cálculo del transporte sedimentario a lo largo de
la zona litoral y caracterización de la dinámica del
oleaje, tanto en mar abierto como en la plataforma
somera y la rompiente. Análisis del sistema de corrientes litorales y de rotura.
• Realización de cálculos de la marea astronómica y
de registros del nivel del mar.
• Determinación de los perfiles de equilibrio del litoral.
• Caracterización de las obras de defensa costera
existentes.
• Modelación matemática de las condiciones hidrodinámicas y de dinámica litoral de la zona de acuerdo
con las diferentes alternativas de obras.
• Presentación y análisis de las obras propuestas,
que incluya estudio de fuentes de materiales, Análisis costo–beneficio y estudio de impacto ambiental de obras.
Análisis costo-beneficio
en proyectos de mitigación
de la erosión costera
Usualmente, el análisis costo–beneficio de todos los intereses involucrados en una zona a intervenir no suele incluirse. La costumbre predominante ha
sido, por el contrario, la de hacer evaluaciones cua-
• Rehabilitación de áreas naturales y biodiversidad
asociada.
• Caracterización de la infraestructura a proteger o
intervenir.
• Análisis del uso y cambios en el uso de la tierra.
• Caracterización demográfica y constatación del
número de habitantes involucrados.
• Evaluación de áreas con alto valor ecológico.
• Sopesamiento de las herencias culturales afectadas.
• Estimación del valor en el mercado de tierras.
• Caracterización de las actividades económicas registradas en el sector, de las concesiones para
pesca y acuicultura y para extracciones minerales.
Una observación rápida de todos estos factores permite agruparlos en tres grandes niveles, así:
aspectos netamente monetarios, aspectos ambientales y aspectos intangibles. Todos ellos, sin excepción,
deberán ser sometidos a un análisis de prioridades
que aporte los suficientes criterios de juicio como
para tomar la decisión más pertinente respecto del
problema que quiera solucionarse. Los resultados de
la valoración deberán ser presentados ante las personas o instituciones encargadas de la toma de decisiones, quienes a su vez se encargarán de realizar
un balance de las opciones de manejo presentadas,
apenas hayan sido sometidas a un proceso de evaluación en igualdad de condiciones (European Commission, 2004).
89
Blanca Oliva Posada Posada y William Henao Pineda
Glosario
Acreción: Es el crecimiento de la playa o barras arenosas, producto de los procesos de sedimentación.
Afloramiento: lugar donde se expone o está a la vista
una formación rocosa o suelo.
Arenas biolitoclásticas: son aquellas conformadas
por sedimentos de organismos tanto terrígenos como marinos.
Arenas lodosas: sedimentos en los que predomina la
fracción arenas sobre la de lodos, esto es, los
sedimentos de tamaño entre 0,063 y 2 mm.
Arrecifes coralinos: colonias de organismos vivos que
se agrupan y crecen sobre un sustrato duro,
bajo condiciones muy específicas de temperatura, luz solar, profundidad, salinidad y latitud
(áreas tropicales). A ellos están asociados no
sólo los corales en sí sino otro tipo de organismos como algas y peces.
Avulsión: cambio en el curso de un río.
Barras litorales: Son acumulaciones arenosas en la
línea de costa y que separan un cuerpo lagunar del mar, por ejemplo, la barra de Salamanca que separa del mar a la Ciénaga Grande de
Santa Marta o la barra de Mallorquín que separa la ciénaga de Mallorquín del mar abierto.
Batolito: gran masa de roca ígnea intrusiva, cuya dimensión supera los 100 km2 .
Berma: rasgo de la playa donde se presenta un cambio marcado en la fisiografía y que separa el
frente de playa de la playa trasera.
Biogénicos: son los sedimentos producidos por la erosión o desagregación de rocas marinas, como
arrecifes, o que resultan de la descomposición
de organismos marinos.
Bloque piramidal alóctono: cuerpo de forma triangular que fue desplazado por fuerzas tectónicas
desde otro sitio al que ocupa actualmente.
Borde costero: franja aledaña al mar que corresponde
aquí a la definición de zona costera.
Cinturones plegados: cadenas montañosas formadas
por presiones y esfuerzos sobre rocas sedi-
90
mentarias preexistentes que fueron deformadas durante el proceso.
Colinas terciarias: elevaciones del terreno formadas
durante el periodo Terciario, entre 65 y 1,8 millones de años antes de nuestra era.
Costas altas: son las que se elevan vertical o subverticalmente a orillas del mar, debido a la
presencia de colinas, terrazas o plataformas
levantadas.
Cretácico: periodo de la evolución de la Tierra que se
extiende desde 144 a 65 M.a.
Cuencas sedimentarias: depresiones o terrenos bajos
donde se acumulan o acumularon los sedimentos por acción de las corrientes o la gravedad.
Cuerpos arrecifales: parches de corales y otras especies de un arrecife que pueden estar vivos,
formando barreras que protegen la costa del
oleaje, o ser fósiles y hacer parte del borde
costero.
Delta de geometría digitada: es el mismo delta denominado “pata de pájaro” (birdfoot) porque su
forma se asemeja a ésta.
Depósitos cuaternarios: acumulaciones de material
provenientes de partes topográficas más altas y llevadas al sitio donde se encuentran por
acción de la gravedad, los ríos o los procesos marinos durante los últimos 1,8 millones
de años.
Diaclasas: discontinuidades o fisuras en la roca producidas por esfuerzos, tensión, compresión o
descompresión.
Diapirismo arcilloso o lodoso: proceso por el cual lodos y gases atraviesan la columna de sedimentos, en el mar o en tierra, y forman lo que se
conoce como domos o volcanes de lodo.
Efectos diapíricos: deformaciones ocurridas en la
columna de sedimentos de la plataforma o en
tierra, como consecuencia del ascenso a través de ella de una columna de lodo y gases que
forma en superficie un domo o volcán de lodo.
Diagnóstico de la erosión en la zona costera del Caribe colombiano
Escarpes de playa: cortes en la playa, verticales a
subverticales, producidos por el oleaje, principalmente el asociado a tormentas. Puede haber
varios de ellos, en forma escalonada, indicando antiguas líneas de costa.
Escorrentía: proceso de escurrimiento del agua lluvia por el suelo que remueve partículas y que
en el caso de pendientes fuertes puede formar
acanaladuras.
Espigas: barras arenosas en forma de espiga, formadas por procesos de sedimentación y caracterizadas por estar unidas a tierra sólo en uno
de sus extremos.
Esquistos: rocas metamórficas constituidas en capas
u hojas paralelas.
Evolución tectono-estratigráfica: conjunto de movimientos de la Tierra y de acomodación de las
capas de sedimentos y rocas, que conducen a
la formación o moldeamiento del paisaje costanero.
Facies sedimentarias de la plataforma: acumulaciones o cuerpos de sedimentos en el fondo de la
plataforma.
Facies: características litológicas y biológicas de un
depósito sedimentario, definidas por el ambiente de depósito.
Frentes deltaicos: geoformas que crecen en la sección final de un río como consecuencia de la
reducción de la velocidad de la corriente fluvial al llegar al mar, lo cual posibilita el depósito de sedimentos y determina el avance de
aquél.
Gabros: rocas ígneas intrusivas de textura granulada
y colores oscuros.
Geoformas depositacionales arenosas: unidades de
paisaje formadas por la acumulación de arenas. Se presentan como barras alargadas paralelas a la línea de costa.
Higrofítica: vegetación cuyo crecimiento es óptimo
en ambientes húmedos.
Jurásico: periodo de tiempo de evolución de la Tierra
que se extiende desde 206 a 144 M.a.
Lagunas costeras: depresiones del terreno ocupadas
por agua dulce a salina y en general separadas
del mar por una barra arenosa o pantanos de
manglar. La mayoría de ellas posee una comunicación con el mar, bien sea temporal o permanente. Se denomina así a todos los cuerpos
de agua cercanos al mar, conocidos comúnmente como lagunas o ciénagas.
Litoclástico: fragmentos de roca de origen terrígeno,
derivados de las rocas ígneas, metamórficas o
las sedimentarias de origen terrestre.
Lodos arenosos terrígenos: sedimentos en los que
predomina la fracción lodo terrígeno sobre la
de arenas, esto es, los sedimentos de tamaño
menor a 0, 063 mm.
Llanuras costeras: Son las planicies que se desarrollan en la zona costera, formadas por la acumulación de sedimentos fluviales y marinos y
moldeados en el ambiente litoral a marino.
Manglares: formaciones vegetales caracterizadas
por crecer y desarrollarse en condiciones salobres, junto al mar, en áreas cenagosas con
lodos, arenas y abundante materia orgánica.
Neis: roca metamórfica de grano grueso, cuya estructura presenta capas alternas de minerales claros y oscuros.
Paleógeno-Neógeno: divisiones del periodo Terciario
que se refieren a los eventos ocurridos entre
23.8-33.7 M.a. para el Paleógeno y 33.7-65 M.a.
para el Neógeno.
Pentápodos: Estructuras prefabricadas en concreto
que tienen 5 puntas
Peridotitas: rocas ígneas intrusivas antiguas, muy
oscuras y densas.
Plataformas de abrasión: superficies planas, labradas
por el mar, levantadas sobre su nivel y ligeramente inclinadas hacia él.
Playas de anidación: son aquellas donde llegan las
tortugas marinas a desovar.
Playas de bolsillo: son las que se encuentran encajadas entre dos puntas o salientes rocosos. Generalmente tienen un área pequeña y pueden
aparecer y desaparecer según la marea esté
baja o alta, respectivamente.
Playas endurecidas (beach rock): superficies endurecidas levantadas pocos centímetros sobre el
nivel del mar y suavemente inclinadas hacia él,
formadas por materiales que se encuentran en
la playa y que son cementados por carbonato
de calcio.
Playones: antiguas playas ahora más adentro en el
continente, que conservan algunos de los rasgos de las playas, como los cordones litorales.
Procesos hidrodinámicos: son los que se producen
en la zona costera por efecto de las corrientes
marinas, el oleaje y las mareas, entre otros fenómenos naturales, e igualmente contribuyen
a modelar el paisaje.
Procesos morfodinámicos: se denomina así a los que
se producen en la costa por efecto de las lluvias, la acción del viento, la descarga de los
ríos y la gravedad, entre otros fenómenos naturales, y que modelan el paisaje.
Provincias sedimentarias: dominios o áreas donde
predomina un tipo determinado de sedimento.
Reflujo: Es el movimiento hacia el mar, de las aguas
que han llegado a la playa por el oleaje.
Rocas ígneas: son las formadas a partir de una lava
o magma, que al enfriarse produce la solidificación de los minerales en orden inverso a su
punto de fusión dando así origen a diferentes
91
Blanca Oliva Posada Posada y William Henao Pineda
tipos de roca, los que pueden formarse al interior de la Tierra (rocas intrusivas) o por la
actividad volcánica.
Rocas metamórficas: se forman a partir de rocas preexistentes que sufren los efectos de grandes
presiones y temperaturas que inciden en la
transformación de su estructura y sus minerales.
Rocas sedimentarias: son las que se forman por la
compactación y litificación, en una cuenca sedimenaria, de sedimentos procedentes de la
meteorización y erosión de rocas preexistentes.
Semideciduos: bosques en los cuales entre el 25 y
e 75% de las especies de plantas pierden su
follaje en la época seca.
Serpentinitas: rocas metamórficas de color verde con
valor ornamental.
Surgencia: ascenso de las aguas de niveles profundos
hacia la superficie mientras las aguas super-
ficiales se desplazan hacia el mar abierto; es
inducida por la acción de los vientos que soplan paralelos a la costa, en combinación con
la rotación de la Tierra y conlleva disminución
de la temperatura superficial del mar.
Tablestacados: Son muros de contención para impedir
el avance del agua sobre un terreno o para recuperar un terreno inundado. Pueden ser metálicos, de concreto o de madera.
Terciario: periodo de la evolución de la Tierra que se
extiende desde 65 a 1,8 M.a.
Terrazas: superficies planas levantadas sobre el nivel
del mar y formadas por acumulación de sedimentos marinos y/o fluviales.
Tómbolos: Son acumulaciones o barras de arena que
se forman entre la playa y un pilar o estructura en el mar.
Xerofítica: vegetación adaptada a condiciones de aridez, donde el agua es factor limitante; suelen
presentarse en hábitat secos.
Tabla de tiempo geológico
Edad (millones de años)
Era
0.01-0
Periodo
Época
Holoceno
Cuaternario
1.8-0.01
Pleistoceno
5.3-1.8
23.8-5.3
Plioceno
Cenozoico
33.7-23.8
Neógeno
Terciario
54.8-33.7
144-65
206-144
Cretácico
Mesozoico
Jurásico
248-206
Triásico
290-248
Pérmico
354-290
Carbonífero (Misisipiano y Pensilvaniano)
417-354
443-417
92
Oligoceno
Paleógeno
65-54.8
Paleozoico
Devónico
Silúrico
490-443
Ordoviciano
570-490
Cámbrico
2500-540
Proterozoico
>2500
Arqueozoico
Mioceno
Eoceno
Paleoceno
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Diagnóstico de la erosión en la zona costera del Caribe colombiano
Anexo cartográfico
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