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Los bonos verdes, una excelente oportunidad para los inversores
institucionales
Autores: Philippe Zaouati, responsable de Mirova y Sophie del Campo, directora general
de Natixis Global Asset Management en Iberia y Latinoamérica
Los bonos verdes (Green Bonds) van camino de convertirse en uno de los activos
revelación de 2014 y en este sentido presentan interesantes oportunidades de inversión.
En esta presentación se encuentra un resumen con las conclusiones de la ponencia sobre
las oportunidades de inversión en el mercado de bonos verdes que Philippe Zaouati,
responsable de Mirova, la división especializada en Inversiones Socialmente Responsable
de Natixis Global Asset Management realizó recientemente en Madrid,
El cambio climático es una realidad. Va a requerir en los próximos años una serie de
inversiones inevitables para evitar el calentamiento del planeta: Por una parte fomentar las
energías bajas en carbono representará una inversión aproximada de unos €147.000
millones cada año en energías renovables. Además, mejorar la eficiencia de la energía en
el transporte, la construcción y la industria representará a su vez una inversión anual de
unos €336.000 millones hasta el 2035. Para financiar estos proyectos, se necesita capital
privado y los bonos verdes ofrecen una alternativa innovadora para combinar retorno y
retos medioambientales.
Según Mirova, los bonos verdes se tratan de una gran herramienta para financiar
proyectos medioambientales, como la lucha contra el cambio climático o el calentamiento
global, a través de inversores privados. De esta forma los bonos verdes se presentan
como un vehículo muy innovador que puede ofrecer rentabilidad a los inversores al mismo
tiempo que ofrecen respuesta a los grandes retos medioambientales a los que se enfrenta
el mundo.
Los bonos verdes o Green bonds se definen como emisiones realizadas con el
compromiso de destinar el dinero recaudado a proyectos medioambientales responsables.
Pueden ser emitidos o bien por agencias de gobiernos, organismos internacionales o bien
por empresas, bancos o gobiernos. Los bonos verdes empezaron en el 2006. En 2013 se
dispararon las emisiones de estos bonos (cerca de €18 millones) y en el 2014, los bonos
emitidos por empresas han pasado a ser la mayoría de las emisiones (los dos tercios).
Una gran mayoría de las emisiones sigue concentrándose en Europa (61%) y la mitad del
total emitido se hace en Euros. Cada emisión de Green bonds requiere no sólo un
proyecto alineado con el vencimiento del bono, sino también un comité anual de revisión y
de verificación de cumplimiento de las normas asegurando al inversor que el proyecto es
consecuente con la lucha contra el cambio climático. A raíz de este comité anual, cada
emisor de Green bonds tiene que comunicar a sus inversores cuáles han sido las
inversiones hechas, cuales son las planificadas y con qué fin. De esta forma se logra
mantener de manera clara y dinámica el enfoque y el papel de los Green bonds.
Mirova es una de las gestoras que está liderando el desarrollo del mercado de bonos
verdes, En este sentido cuenta con un amplio equipo de investigación formado por 11
profesionales exclusivamente dedicados a analizar este mercado. Además son miembros
de diferentes instituciones relacionadas con los mercados de bonos verdes. La gestora
basa su análisis en el análisis financiero y al mismo tiempo en el análisis de criterios ESG
(Proyectos Verdes Elegibles que cumplan criterios medioambientales, sociales y de
gobierno corporativo) lo que les permite evitar riesgos extra financieros. Además, trata de
identificar los emisores que se podrán beneficiar de futuros temas relacionados con los
criterios ESG para maximizar el retorno de una cartera.
Por tanto, los bonos verdes pueden ofrecer a los inversores retornos como un bono
convencional. La lista de emisores "verdes" crece sin parar y en este sentido Mirova
considera que los bonos verdes pueden ser una excelente oportunidad para inversores
institucionales, incluidos los planes de pensiones.
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