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DOCE PRUEBAS DE
LA INEXISTENCIA DE DIOS
SÈBASTIeN FAURE
prÛlogo de Alejandro Kaufman
ILUSTRACIONES DE lE”N FERRARI
Ediciones Godot | Colección Exhumaciones
Sébastien Faure
Doce pruebas de la inexistencia de Dios - 1a ed. Buenos Aires : Ediciones Godot Argentina, 2008.
128 p. : il. ; 20x13 cm.
ISBN 978-987-1489-03-9
1. Filosofía Crítica. I. Título CDD 142
Fecha de catalogación: 10/04/2008
Doce pruebas de la
inexistencia de Dios
Sébastien Faure
Prólogo
Alejandro Kaufman
Grabados e Ilustraciones
Autoría de León Ferrari
a él nuestro profundo
agradecimiento
Corrección
Hernán López Winne
Diseño de tapa e interiores
Víctor Malumián
Ediciones Godot
Colección Exhumaciones
www.edicionesgodot.323.com.ar
[email protected]
Buenos Aires, Argentina, 2008
Conclusiones del Congreso teológico-pastoral organizado
por el Consejo pontificio para la familia, 2001
De la serie “L’Osservattore Romano”
Collage; 43 x 30 cm.
Colección Alicia y León Ferrari
ÍNDICE
BREVE BIOGRAFÍA DE SÉBASTIEN FAURE . . . . . . . . . . 15
Por Víctor Malumián
PRÓLOGO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
Por Alejandro Kaufman
DOCE PRUEBAS DE LA INEXISTENCIA DE DIOS
Doce pruebas de la inexistencia de Dios . . . . . . . . . . . . . . . . 37
El problema planteado en términos precisos . . . . . . . . . . . . . 38
División de la cuestión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42
CONTRA EL DIOS CREADOR
I. La acción de crear es inadmisible . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51
II. El Espíritu puro no pudo determinar el Universo . . . . . . . 55
III. Lo perfecto no produce lo imperfecto . . . . . . . . . . . . . . . . 59
IV. El Ser eterno, activo y necesario,
no pudo estar inactivo o ser innecesario . . . . . . . . . . . . . . . . 63
V. El Ser inmutable no pudo haber creado . . . . . . . . . . . . . . . 67
VI. Dios no pudo haber creado sin motivo . . . . . . . . . . . . . . . 71
¿Imposibilidad de conocer a Dios? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74
No hay efecto sin causa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77
Doce pruebas de la inexistencia de Dios
09
CONTRA EL DIOS GOBERNADOR O PROVIDENCIA
VII. El gobernador niega al creador . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91
VIII. La multiplicidad de los dioses
atestigua que no existe ninguno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95
IX. Dios no es infinitamente bueno:
El infierno lo atestigua . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .101
X. El problema del mal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105
CONTRA EL DIOS JUSTICIERO
XI. Irresponsable, el hombre no puede
ser ni castigado ni recompensado. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117
XII. Dios viola las reglas fundamentales de la equidad . . . . 121
RECAPITULACIÓN. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 122
CONCLUSIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .123
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Doce pruebas de la inexistencia de Dios
Mensaje del Papa Juan Pablo II
para la Jornada mundial de la paz, 2001
De la serie “L’Osservattore Romano”
Collage; 43 x 30 cm.
Colección Alicia y León Ferrari
Breve BiografÌa de SÈbastien Faure por
VÌctor Malumi n
E
n 1858, fruto de un acomodado matrimonio burgués de Saint Etienne, nace
Sébastien Faure. Su padre supo alcanzar
la posición de alcalde en esa ciudad, más tarde
obtuvo el consulado de España y fue nombrado
Caballero de la Legión de Honor. Educado
bajo una rigurosa disciplina religiosa e instruido para el oficio sacerdotal, Sébastien Faure
abandona el seminario a causa de la muerte de
su progenitor. Al reintegrarse a la vida civil descubre las contradicciones que surgen de la tensa
relación entre los sectores sociales más ricos y
aquellos desposeídos, entre el poder y la sumisión. Hacia 1877, el devenir de la vida civil acelera su crisis intelectual y encuentra sosiego en
la lectura de los principales pensadores ácratas.
Se inicia en política de la mano del Partido
Socialista francés, pero lo abandona en 1888.
En 1889 se reúne con los partidarios de la
Segunda Internacional, y frente a la “Gran
Doce pruebas de la inexistencia de Dios
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Guerra” se manifiesta como uno de los representantes de la ortodoxia antimilitarista y pacifista del anarquismo. En su obra Hacia la paz,
Faure desarrolla la idea de una paz basada en el
internacionalismo obrero y en la libertad de los
pueblos. En 1895, en colaboración con Louise
Michel, funda el periódico Le Libertaire que
luego será considerado como el principal medio
de expresión de la corriente anarquista francesa.
En 1904, cerca de Rambouillet, materializa su propia versión de la Escuela Moderna
conocida como La Ruche (La Colmena) donde
varias generaciones de niños se educan sobre la
base de los métodos pedagógicos racionalistas.
Al respecto Faure dice: “He tomado veinticuatro niños de ambos sexos, la mayoría huérfanos,
o aquellos cuyos parientes son demasiado pobres
para pagar. Son vestidos, alojados y educados a
mis expensas. Hasta los doce años recibirán una
elemental y perfecta educación. Entre la edad de
doce y quince -continuando todavía sus estudios- se les enseña algo de comercio, teniendo en
cuenta sus disposiciones y aptitudes individuales. Llega, por último, el día en que, libremente,
dejan La Ruche para iniciar la vida en el mundo
exterior con la seguridad que pueden, en cualquier momento, regresar a ella (…) Entonces, si
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Doce pruebas de la inexistencia de Dios
desean trabajar en nuestro establecimiento,
pueden hacerlo bajo estas condiciones: un tercio
para cubrir sus gastos o sustento, otro tercio que
se añade al capital general puesto aparte para
acomodar nuevos niños, y el último tercio destinado a ser entregado para el uso personal del
joven, como él o ella lo crean conveniente”
Activo defensor en el caso Alfred Dreyfus,
quien es enjuiciado por un delito de traición que
no cometió, Faure plasma su postura en el libro
Los 69 anarquistas y el ‘affaire’ Dreyfus. Hacia
1901 organiza en Lyon el diario Le Quotidien, el
cual no publica más de 500 números por falta de
apoyo económico. En 1916 edita el periódico
Ce qu’il faut dire. Dos años más tarde firma un
manifiesto de solidaridad con la revolución rusa
y es encarcelado por organizar un mitin político. El 14 de julio de 1942 en la ciudad de Royan
fallece dejando uno de los más valiosos aportes
para el pensamiento ateo.
Doce pruebas de la inexistencia de Dios
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El perdón y la reconciliación son imprescindibles
para una auténtica renovación personal y social, 2001
De la serie “L’Osservattore Romano”
Collage; 43 x 30 cm.
Colección Alicia y León Ferrari
PrÛlogo de
Alejandro kaufman
L
a impugnación de la existencia de Dios
disputa la soberanía expropiada a las
multitudes que se levantaron como sujetos y reclamaron sus derechos. La condición de
lo humano fue excluida de la soberanía durante
siglos. Las instituciones eclesiásticas mediaron
la experiencia espiritual congelándola en una
servidumbre a entidades opresoras cuya justificación residía en la obediencia al mandato divino. La tradición católica se constituyó sobre la
vicisitud de una edificación que representaba
inapelablemente a aquel con quien no se podía
tener otra relación que a través de sus vicarios.
Los representantes instituidos de la
divina presencia no instauraron una entidad
homogénea ni tampoco inmutable, pero las
consecuencias de aquellos discursos -hegemónicos- produjeron algunos de los momentos
más sombríos de la historia humana. Esos
momentos nunca fueron decisivamente rectifiDoce pruebas de la inexistencia de Dios
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cados ni reparados por la propia jerarquía
eclesiástica, aunque las instituciones proveyeron a la historia con infinidad de disidencias,
cuestionamientos y desvíos. Sin embargo, sus
núcleos duros consiguieron conservar la consistencia cristalina de su dominio hasta la
actualidad. Consiguieron también hacerse
odiar con intensidades y cualidades difíciles de
emular. Múltiples sensibilidades heridas por la
dureza y la crueldad gélidas que emanaron de
los púlpitos durante tanto tiempo han alimentado la tradición del ateísmo, principalmente
originada en algunas de sus modalidades en
tiempos de la Ilustración, que organizó sus
premisas sobre una confrontación simétrica,
muchas veces especular, con aquello que se
rechazaba. Esa forma reactiva del ateísmo convivió en forma transversal con el ateísmo concernido en la religión. Ése que le hace decir a
la anarquista (fue también muchas otras cosas)
Simone Weil: “Creer en un Dios que se parece
en todo al verdadero, con la excepción de que
no existe, pues no se encuentra en el punto en
el que Dios existe”, o: “De entre los hombres
que no tienen despierta la parte sobrenatural
de sí mismos, los ateos tienen razón y los creyentes se equivocan”.
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Doce pruebas de la inexistencia de Dios
Uno de los mayores impugnadores del
manto desalmado con que se ocultó la ternura
del Evangelio fue Nietzsche, quien también
puso en evidencia la inanidad del odio reactivo
hacia aquello que fue padecido, y frente a lo
cual sólo podría justificarse un camino divergente. Sin embargo, Nietszche hizo un gran
esfuerzo espiritual e intelectual por deslindar
negatividades indignas de enfrentarse con una
de las sagas culturales más formidables de la
historia. Probablemente su agonística tampoco
fue ajena a la declinación de la negatividad, algo
que no puede dejar de ser comprensible frente a
la magnitud del adversario, con quien también
mostró afinidades electivas.
El uso de la razón para denegar toda
subordinación a una entidad suprahumana
pone en juego la acción de lo que justifica
modificar el orden de las jerarquías. La razón
asienta su residencia en la condición humana,
ya no la trasciende, ni tiene más derecho a exigirle tributo. La Ilustración impele a un atrevimiento, el de saber, preguntar, dar crédito a
aquello que la propia soberanía es capaz de
develar, sin gratitud ni imploración hacia los
dioses: interlocutores de los humanos durante
la mayor parte de su historia como tales.
Doce pruebas de la inexistencia de Dios
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Pero la aventura emancipatoria muestra
sus límites muy pronto. A poco de salir del
puerto se advierte que el barco no podrá arribar
a las lejanas playas a las que se destinaba. Ya no
era posible regresar, porque las cadenas se habían roto lo suficiente como para que la restauración fuera una quimera. Una quimera que no se
privó de cobrarse su cuota de sangre y sufrimiento. Pero el viaje siguió un trayecto conflictivo, en el que el horizonte de la feliz libertad e
igualdad se mantuvo esquivo y, muy rápidamente, enseguida, mostró que el precio por la
maltrecha autonomía que a duras penas había
que defender a cada paso no podría impedir la
reiteración y la superación de todos los horrores conocidos. El sufrimiento y la crueldad no
debían su existencia a las causas a las que se
habían atribuido, entre las cuales estaba la creencia en Dios. Aunque la concatenación entre
las palabras y las cosas, entre Dios y el mundo,
entre la fe y la libertad, entre los argumentos y
las prácticas, entre las ideas y sus consecuencias
inferenciales se discutieron siempre y en cada
tiempo en que a la vez se cometían crímenes
atribuidos o autorizados por las palabras, los
argumentos, las ideas. Entonces, luchar contra
las palabras, los argumentos y las ideas fue tam24
Doce pruebas de la inexistencia de Dios
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