tr 73, 26 mayo 2014, debe rechazarse proyecto de reformas del CC

Anuncio
DOCTRINA
EL CONGRESO DEBE RECHAZAR
EL PROYECTO DE REFORMAS
DEL CÓDIGO CIVIL
Por GUNTHER GONZALES BARRÓN
SUMARIO
I. Antecedentes. II. Exposición de motivos. III. Falta de debate. IV. Análisis de las modificaciones en el libro V.
4.1 Texto de 2013. 4.2 Texto de 2014, que pretendería votarse en pocos días. V. Análisis de las modificaciones
en el libro IX. 5.1 Texto de 2013. 5.2 Texto de 2014, que pretendería votarse en pocos días. VI. Conclusión.
I. ANTECEDENTES
La Comisión de Justicia y Derechos Humanos del
Congreso de la República, mediante sesión del
20 de marzo de 2012, aprobó el texto sustitutorio del Proyecto de Ley 582/2011-cr, que propone
modificar 59 artículos del Código Civil; y luego
de diversas vicisitudes en el trámite parlamentario, que incluye suspensión de debate y “cuarto
intermedio”, nuevamente se encuentra próximo
a ser puesto en agenda y debatido por el Pleno.
Luego, hace pocos días, nuevamente se ha presentado un texto sustitutorio del Proyecto de Ley
582/2011-cr, que introduce otras reformas aún
más peligrosas.
Por tanto, es imperativo promover un debate
académico respecto de un proyecto de tamaña
importancia para la vida de los ciudadanos, por
lo cual me voy a permitir expresar algunas ideas
sobre las propuestas normativas planteadas en el
ámbito de los derechos reales y el registro.
II. EXPOSICIÓN DE MOTIVOS
Llama la atención que el dictamen del texto
sustitutorio del año 2013 se haya aprobado prácticamente sin sustento alguno, pues en las cinco
modificaciones respecto del Libro v no se dedica
ni media página al tema, a pesar de que se reforman algunas disposiciones importantes sobre
la propiedad y la hipoteca. Las modificaciones
planteadas a los artículos 882 y 1106 reciben un
REVISTA JURÍDICA THOMSON REUTERS
fundamento brevísimo (de no más de cuatro líneas) y gaseoso, tales como “flexibilizar la contratación” o “ayudar al tráfico comercial”. Por su
parte, los artículos 988, 1101 y 1107 no merecen
comentario alguno. ¿Por qué se plantea su modificatoria? El dictamen nada dice.
Otro tanto ocurre con las diecisiete modificaciones propuestas para el Libro ix (incluye las derogaciones), que se tratan de “justifican” con solo
tres páginas del dictamen que solo copian el texto
anterior de las normas o el texto reformado del
Código; por lo cual el dictamen no dice palabra alguna que explique la modificación de los artículos
2009, 2014 (¡la fe pública registral se cambia sin
decir por qué!), 2024, 2025, 2030, 2033 y 2034. Por
tanto, se legisla mediante un acto de puro voluntarismo, casi sin exposición de motivos.
El texto sustitutorio de 2014, que introduce
algunas variaciones con respecto al del año anterior, carece de exposición de motivos, pero ha
introducido reformas en los artículos 2043, 2044
y 2045 del Código Civil, en forma casi subrepticia, lo que es gravísimo, no solo por razones de
forma, sino también de fondo, conforme se demostrará en el acápite 5.2.
El resultado es que el proyecto que podría votarse en pocos días modifica 19 artículos del Libro ix
(incluyendo los que deroga), lo cual significa que
sin sustento alguno, sin exposición de motivos, se
pretende modificar el 50% de las normas reguladoras del sistema de registros públicos, lo que es
26 DE MAYO DE 2014 • Año II • N.º 73 • 57
DOCTRINA
CONGRESO DEBE RECHAZAR PROYECTO DE REFORMA
inaudito tratándose de una materia de tanta importancia para el desarrollo económico del país.
III. FALTA DE DEBATE
El proyecto de ley se basa exclusivamente en el
informe de una comisión especial de tres o cuatro
juristas, todos ellos muy respetables. Sin embargo,
en el trámite parlamentario se debió escuchar la
voz de todos los sectores de la sociedad a los que la
reforma va dirigida, como los Colegios de Abogados, de Notarios, la propia Sunarp, las Asociaciones
de Consumidores, entre otras, pues luego se demostrará que muchas de las enmiendas terminan
beneficiando exclusivamente al sistema financiero.
Por tanto, existe un claro déficit de debate, lo que se
demuestra por el hecho que la Comisión de Justicia
y Derechos Humanos del Congreso aprobó el dictamen “por unanimidad”, es decir, hubo muy poco
que objetar o polemizar, lo cual implica probablemente que no se tenían elementos de juicio para
cuestionar. Aquí se nota el error de aceptar el anteproyecto de un grupo de juristas “a pie juntillas”, sin
llamar a todos los sectores de la sociedad.
No basta decir que el proyecto estuvo “colgado”
en la web, pues la labor de la comisión es requerir
la opinión en forma activa, con cartas u oficios
dirigidos a entidades representativas, y no esperar que los ciudadanos de motu propio ingresen a
una web, lo que —dicho sea de paso— no es una
obligación.
VI. ANÁLISIS DE LAS MODIFICACIONES EN EL
LIBRO V
4.1 Texto de 2013
Es menester realizar un análisis de algunas de las
normas propuestas, específicamente las que sean
más cuestionables. En tal sentido, el nuevo texto
proyectado del artículo 882 permite estipular contractualmente la prohibición de enajenar o gravar
hasta por el plazo de diez años lo que se justifica
con la idea de “flexibilizar la contratación”. La pregunta sería, ¿qué persona en su sano juicio establecería la cláusula siguiente “renuncio a vender
o gravar mi casa por diez años”? Obviamente, una
estipulación de ese tipo es una locura —y que no
se cite el caso de empresas y sociedades que cuentan con norma expresa en la ley de la materia—,
como lo demuestra un ejemplo “paradigmático”
58 • Año II • N.º 73 • 26 DE MAYO DE 2014
que se ha propuesto por allí: “un propietario renuncia a vender su predio porque el vecino quiere
asegurarse que la casa contigua no vaya a ser comprada por un ruidoso, y a él no le gusta el ruido”. Es
decir, los favorecedores de este tipo de cláusulas
no pueden proponer un mejor ejemplo que uno
irreal y francamente superfluo. ¿Para eso se va a
cambiar el Código Civil, para satisfacer caprichos
o motivaciones fútiles? En realidad, la cuestión
no es tan inocente como parece, pues utilizándose casos fantasiosos se esconde que estos pactos
son recurrentemente usados por las entidades
financieras en los contratos de hipoteca que contienen “cláusulas de restricción contractual”, por
las cuales se prohíbe al deudor vender, gravar y
arrendar sin autorización de la entidad. Es decir,
la modificatoria del Código tiene la velada intención de beneficiar exclusivamente a los bancos,
que son los únicos que estipulan tales pactos, con
lo que se pone en difícil situación al deudor que
no podrá obtener mejores condiciones de crédito
para reemplazar una hipoteca por otra, o que le
impide tomar un nuevo crédito hipotecario de segundo rango (prohibición de gravar). Asimismo,
se le obstaculiza retirarse del préstamo para que
lo asuma un tercero (prohibición de vender), o
se le ponen trabas para un más eficiente disfrute
del bien (prohibición de arrendar). Es cierto que
el banco puede levantar las prohibiciones, pero ¿a
qué costo?
Por su parte, el proyectado artículo 1101 señala
que la hipoteca se extiende a las partes integrantes
y accesorios del bien, tanto actuales como futuros.
Este último punto es el único cambio respecto a
la normativa vigente, pero no es intrascendente,
pues se refiere a las partes o accesorios futuros
al momento de la constitución, que son actuales
durante la ejecución. Sin embargo, la redacción es
equívoca y se prestará a dudas. Así, pues, las partes integrantes no pueden ser objeto de derechos
singulares (artículo 889 de cc), por tanto, siempre
conforman el todo, por lo que carecen de individualidad; y en tal contexto, no hay “partes futuras”, pues lo único que hay es el “todo” que existía antes y existe ahora; mientras que las partes,
reales o ideales, no existen como tal, en cuanto se
subsumen en el todo. La consecuencia es que el
concepto “parte futura” es un imposible lógico.
El nuevo artículo 1107 agrega que “el importe
cubierto por la hipoteca puede exceder el monto
REVISTA JURÍDICA THOMSON REUTERS
Por GUNTHER GONZALES BARRÓN
del gravamen”, que es el máximo de responsabilidad por el que un inmueble está sujeto a la acción
del acreedor. Por ejemplo, si se pacta que el monto del gravamen es de 100 000 soles, y la ejecución permite obtener 150 000, entonces el acreedor solo recibe 100 000, aunque la obligación sea
mayor. Con la norma propuesta, en cambio, el
monto del gravamen se convierte en un concepto superfluo, pues el acreedor, siguiendo con el
ejemplo, recibirá 150 000, es decir, el íntegro de la
suma obtenida, con lo cual el deudor nuevamente
será colocado en situación penosa, pues no podrá
acceder a ninguna otra fuente de financiamiento; en tanto una hipoteca de segundo rango sería
un juego de azar que nadie querrá asumir, donde
el primer acreedor podrá cobrar por encima del
monto del gravamen, por lo que el segundo no
tiene certeza alguna de que habrá un sobrante
luego del remate del bien. En todo caso, el nuevo
artículo 1107 plantea también un grave problema
de sistemática, pues el artículo 1099 no ha sido
modificado, por lo cual señala que uno de los
requisitos de validez de la hipoteca es el “monto
del gravamen” (inc. 3). Pero ahora resulta que ese
monto no sirve para nada, pues la cobertura de
la hipoteca puede superarlo. ¿Cómo entender, entonces, que una norma diga que el citado “monto”
es obligatorio (requisito de validez) y otra norma
diga exactamente lo contrario?
En cualquier caso, queda claro que las modificaciones planteadas en el Libro v, de derechos
reales, tienen como finalidad el favorecimiento
de las entidades bancarias. Eso no necesariamente es negativo, pero tiene que decirse con
todas sus letras en el debate, y no ocultarlo en la
exposición de motivos.
4.2 Texto de 2014, que pretendería votarse en pocos
días
Afortunadamente, las críticas contra el texto
del año 2013 fueron escuchadas, por lo que se eliminó la reforma del artículo 882; y en cuanto a la
del artículo 1107, si bien se mantiene la propuesta
de modificación, ya se dejó sin efecto el cambio
proyectado sobre el monto del gravamen, todo lo
cual es correcto.
Sin embargo, se mantiene la propuesta de variación del artículo 1101, cuya crítica se encuentra
expuesta en el acápite anterior.
REVISTA JURÍDICA THOMSON REUTERS
V. ANÁLISIS DE LAS MODIFICACIONES EN EL
LIBRO IX
5.1 Texto de 2013
El propuesto artículo 2008 modifica la clasificación de los registros, que ahora se dividirán en:
registro de bienes, personas jurídicas y personas
naturales, lo cual parece correcto. No obstante, se
agrega que el registro de bienes “comprende los
de inmuebles, muebles y derechos” (inc. 1), lo que
constituye un gravísimo error de sistemática, pues
el mismo Código reconoce la clasificación dual de
bienes muebles e inmuebles (arts. 885 y 886 de cc),
y no trilateral con los “derechos”; por tanto, no existe el “registro de derechos” porque los derechos no
son una tercera clase de bienes, en cuanto aquellos
se reconducen solo a los muebles o inmuebles.
Asimismo, el proyecto modifica el artículo
2014 para eliminar el requisito de “onerosidad”
del tercero de buena fe, por lo que ahora merecerá protección un adquirente gratuito. Esta
solución es absolutamente errada, máxime en
nuestro contexto social. En efecto, hoy por hoy
uno de los problemas sociales más graves contra
la propiedad legítimamente adquirida es el de
las falsificaciones en agravio de personas vivas, y
hasta de fallecidas. Es conocido el caso de notarios de ciertos lugares que encabezan esta triste
estadística. Pues bien, hasta el momento el sistema jurídico protege al tercero que compra un
inmueble a título oneroso, en cuanto solo podría
merecer tutela la persona honesta que invirtió en
la adquisición, por lo que su confianza no podría
ser defraudada (otro tema es si la fe registral se
aplica a los terceros sucesivos a las falsificaciones). No obstante, la norma propuesta facilita la
vida a las bandas de falsificadores, pues ahora no
tendrán que recurrir a un hipotético “comprador” para acceder a la tutela registral —lo que
siempre es una piedra en el zapato para estos
delincuentes, pues la venta puede anularse por
simulación—, en cuanto ahora bastará regalar la
casa mediante una donación, sin necesidad de
simular precio o aparentar solvencia. Los falsificadores la tendrán más fácil.
Por lo demás, si la Constitución establece en
forma contundente que “la propiedad es inviolable” (artículo 70), entonces no se entiende cómo
una falsificación pueda desmoronar esa supues26 DE MAYO DE 2014 • Año II • N.º 73 • 59
DOCTRINA
CONGRESO DEBE RECHAZAR PROYECTO DE REFORMA
ta garantía de invulnerabilidad. En ningún país
del mundo un fraude de ese tipo puede originar
derechos, salvo para algunos extremistas registrales. El Tribunal Constitucional ha señalado
en reiteradas sentencias que la propiedad es inmune frente a los ataques fundados en causas
ilegítimas o en el solo querer de terceros (Exp.
00043-2007-aa/tc, Exp. 5614-2007-aa/tc, Exp.
022-2007-aa/tc), y precisamente la falsificación
representa el solo querer de un delincuente que
pretende apropiarse de lo ajeno, por lo que constituye el grado máximo de ilegitimidad.
En suma, mientras el Tribunal defiende la
Constitución y el mandato de inviolabilidad de
la propiedad, el Congreso pretende aprobar una
ley que va a contracorriente pues no solo omite
legislar sobre el problema de las falsificaciones,
sino que además lo facilita mediante la protección registral a adquirentes gratuitos.
Por otro lado, el proyectado artículo 2032, sobre el registro personal, no guarda coherencia
con el estado actual del ordenamiento jurídico,
pues olvida que la unión de hecho es acto inscribible y que el divorcio no siempre se inscribe con
“resolución”, sino por acto notarial. Nada de eso
se expresa en la norma. Además, la reforma hace
mutis sobre el hecho de que la Ley 26497 estableció que el registro personal debía pasar a Reniec,
y que solo en forma temporal se mantendría bajo
la órbita de la Sunarp, según la Ley 26589, cuya
provisionalidad no ha impedido que se extienda
por cerca de dos décadas. En todo caso, y luego
de ese tiempo transcurrido, el legislador se encuentra en la obligación de dirimir la situación,
y eventualmente derogar el pase a Reniec, que
finalmente nunca se concretó.
Por último, la propuesta del artículo 2034, que
crea el registro de sucesiones, en reemplazo de la
bipartición entre registro de sucesiones intestadas y testamentos, adolece de varios errores: Primero, confunde el carácter personal del registro
de sucesiones, como lo reconoce el artículo 2030,
pues contradictoriamente permite inscribir activos, pasivos, inclusión y exclusión de elementos
patrimoniales (incisos f, g). Segundo, se reconocen actos inscribibles, de naturaleza derivada,
que no merecen consideración propia (inciso i:
ineficacia de la renuncia de herencia o de legado), pues con ese criterio entonces todas las nuli60 • Año II • N.º 73 • 26 DE MAYO DE 2014
dades e ineficacias de testamento, sucesión legal
u otras merecerían un trato aparte; cuando para
ello bastaría un inciso general: “también se inscriben todas las modificaciones, ampliaciones y
extinciones de los actos inscribibles”. Tercero, y
lo que es más grave, se dice que las inscripciones
en el registro de sucesiones “no son oponibles a
los adquirentes de buena fe de derechos singulares de la masa, observándose lo dispuesto en el
artículo 2014”, lo que es una incongruencia, pues
se dice que la inscripción no opone, entonces,
¿para qué se inscribe?, y luego se agrega que a
pesar de no oponerse, sin embargo, se aplica la fe
registral. Por último, esta propuesta no calza con
los artículos 665 y 666 del Código Civil —que
se mantienen inalterados—, referidos a la protección del tercero que contrata con el heredero
aparente, sea en el caso de muebles o inmuebles.
5.2 Texto de 2014, que pretendería votarse en pocos
días
Nuevamente, las críticas contra el texto del año
2013 motivaron que en el actual texto sustitutorio se elimine la propuesta de modificación del
artículo 2014, lo que es altamente positivo, pero
lamentablemente se ha introducido variaciones
en los artículos 2043, 2044 y 2045, que originan
serias incoherencias e inexactitudes que producirán más conflictos en la práctica.
En primer lugar, el proyectado artículo 2043.2
señala: “A los bienes muebles registrados se les
aplica el régimen de enajenación y publicidad registral de los inmuebles”, lo que exige definir qué
cosa es un “mueble registrado”, pues en la propuesta de modificación del artículo 2 de la Ley
26366 (en el mismo proyecto) se define que la
sección de muebles registrados está conformado
por el “registro mobiliario de contratos”, y en este
se inscriben todos los muebles (artículo 2 de la
Ley 28677), lo que abarca desde un buque hasta
un par de zapatillas y un celular. Pues bien, al no
definirse de manera previa qué es un mueble registrado, y utilizar la clasificación general antes
indicada, la conclusión es que todos los muebles son registrados, por tanto, el proyecto llega
al absurdo de proponer que a un celular o a una
laptop “se les aplica el régimen de enajenación y
publicidad registral de los inmuebles”. En buena
cuenta, con una definición tan amplia de “mueble registrado”, entonces se comprende todos los
REVISTA JURÍDICA THOMSON REUTERS
Por GUNTHER GONZALES BARRÓN
muebles; por lo que el artículo 2043.2 termina
modificando el régimen íntegro de estos bienes,
igualándolo con los inmuebles, lo que definitivamente no es aceptable. Por tanto, una norma de
este tipo exige definir primero, y con motivos justificados, qué muebles pasarán a regularse por el
mismo régimen de transferencia que los bienes
inmuebles, lo que no se hace.
En segundo lugar, el artículo 2044 es un canto a
la incoherencia, pues mientras el inciso 1 señala que
la ley de creación del registro establecerá la “forma
de identificación del mueble registrado”, empero el
inciso 2 indica que puede hacerlo la Sunarp. Por lo
demás, debe resaltarse que, en este caso, una institución meramente administrativa determinaría
qué bien pasa a la condición de “mueble registrado”
con el consiguiente sometimiento al régimen de los
inmuebles, lo cual implica que la Sunarp tendría la
desproporcionada atribución de cambiar el Código
Civil; pues cada vez que a la tecnoburocracia de esa
entidad se le ocurra trasladar un mueble a la condición de “mueble registrado”, entonces las normas
sustantivas de transferencia quedarían modificadas respecto de ese bien. Un Código Civil, con todo
lo que significa para la vida personal y patrimonial
de los ciudadanos, no puede quedar sujeto al vaivén de una entidad que decida en qué casos se aplica tal o cuál norma.
En tercer lugar, el artículo 2045.2 copia para los
muebles registrados la misma norma prevista para
los inmuebles en el artículo 2022, pero con la grave
omisión de que no se reproduce el segundo párrafo.
Por tanto, si bien se pretende igualar el régimen de
transferencia y publicidad de los muebles registrados y los inmuebles, empero, el segundo párrafo
del artículo 2022 se mantiene para los inmuebles,
pero no para los muebles registrados, lo que obviamente genera una diferencia de trato que debió explicarse en la exposición de motivos, no obstante,
el texto sustitutorio guarda silencio.
En cuarto lugar, el proyectado artículo 2045.2,
propio de los inmuebles, y ahora trasladado a los
muebles registrados, no toma en cuenta que una
norma tan general es impracticable frente a la
variedad de muebles existentes. Por ejemplo, las
marcas, patentes y derechos de autor son muebles
registrados (véase el artículo 2009.2 del mismo
proyecto respecto a los demás registros jurídicos
regulados por otras leyes, pero que se regulan por
REVISTA JURÍDICA THOMSON REUTERS
el Código Civil), por lo que se someterían al principio contenido en el nuevo 2045.2: “Para oponer
derechos sobre inmuebles registrados a quienes
también tienen derechos sobre los mismos es preciso que el derecho que se opone esté inscrito con
anterioridad al de aquel a quien se opone”; pero
ello choca frontalmente con la legislación interna y los tratados internacionales sobre derechos
de propiedad industrial y derechos de autor, en
los que se reconoce que estos bienes incorporales
pueden existir perfectamente sin registro, que en
algunos casos es prácticamente informativo, como
en el caso de las obras literarias o musicales, o en
el de las marcas notorias, o de las invenciones. Por
tanto, la norma proyectada haría que una marca
famosa universalmente fuese desplazada si no se
inscribe en el Perú porque “es preciso que el derecho que se opone esté inscrito con anterioridad
al de aquel a quien se opone”. Por tanto, el Perú
corre el riesgo de ser denunciado por incumplimiento de la protección de marcas notorias en el
Tratado de Libre Comercio Perú-Estados Unidos
o en otros de la misma naturaleza, cuyo contenido
siempre se refiere a la protección de la propiedad
intelectual e industrial.
El mismo problema se encuentra con los vehículos, pues, ¿qué pasaría si se trata de automóviles o camionetas robadas en otros países y matriculados en el Perú?, entonces podríamos decir
alegremente “es preciso que el derecho que se
opone esté inscrito con anterioridad al de aquel
a quien se opone”, por lo que la víctima del asalto
no podría recuperar el mueble registrado.
Algo similar podría ocurrir respecto a los buques, que en nuestro país son muebles registrados, cuya hipoteca, registro, privilegios crediticios
y embargo se rigen por convenios internacionales,
que evidentemente son contrarios al extremismo
registral que se pretende consagrar en el artículo 2045.2. Para demostrarlo, basta mencionar el
Convenio de Ginebra de 1993, sobre privilegios
marítimos e hipoteca, del que el Perú es parte, y
en donde se establece que los privilegios crediticios de los acreedores marítimos no requieren
del registro, lo que entra en colisión directa con
el extremismo registral de la regla: “es preciso que
el derecho que se opone esté inscrito con anterioridad al de aquel a quien se opone”. Igual ocurre
con la Decisión 487 del Acuerdo de Cartagena,
que regula las mismas materias.
26 DE MAYO DE 2014 • Año II • N.º 73 • 61
DOCTRINA
CONGRESO DEBE RECHAZAR PROYECTO DE REFORMA
El problema se origina por igualar en el mismo
régimen a bienes muebles muy diferentes entre sí,
como los derechos de la propiedad intelectual e
industrial, los buques y los automóviles. Una regla
tan general no es aceptable, pues vulnera convenios internacionales y tratados de libre comercio.
En quinto lugar, la identificación con el régimen
de los inmuebles haría que los muebles registrados sean transferidos con el solo y puro consentimiento (artículo 949), derogándose para ellos la
importante regla de la tradición (artículo 947), sin
ningún debate, y al parecer sin pronunciamiento
de la Comisión Especial de Reforma del Código
Civil, o por lo menos ello no consta. En este punto,
es menester recordar que hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos se ha pronunciado
en el sentido de rescatar la importancia de la posesión en el ámbito de los muebles, incluso registrados como los vehículos, lo que al parecer no se
conoce en la Comisión de Justicia del Congreso.
Así, pues, en el caso Tibi vs. Ecuador, se discutió
la afectación que sufrió un ciudadano en cuanto
a la propiedad de un vehículo, incautado en forma arbitraria, y en el cual se señaló la importante
doctrina que el registro no es constitutivo de propiedad, y en que la posesión hace presumir la propiedad, no obstante la información contradictoria
del registro. La Corte idh señaló lo siguiente:
218. Es generalizada la admisión de que la posesión establece por sí sola una presunción de
propiedad a favor del poseedor y, tratándose de
bienes muebles, vale por título. Esta Corte considera que el artículo 21 de la Convención protege el derecho a la propiedad en un sentido que
comprende, entre otras cosas, la posesión de los
bienes. 219. Por lo que toca al automóvil que conducía el señor Tibi cuando fue detenido, si bien se
trata de un bien mueble registrable, este registro
es necesario para el solo efecto de la oponibilidad
ante el reclamo de un tercero que pretende tener
algún derecho sobre el bien. En el presente caso
no consta que persona alguna haya reclamado la
propiedad del automóvil que se encontraba en
poder del señor Tibi, por lo cual no debería presumirse que no le pertenecía dicho bien. En consecuencia, era procedente respetar la posesión que
ejercía […] 220. En suma, los bienes incautados al
señor Tibi, al momento de la detención, se encontraban bajo su uso y goce. Al no serle devueltos, se
le privó de su derecho de propiedad. El señor Tibi
62 • Año II • N.º 73 • 26 DE MAYO DE 2014
no estaba obligado a demostrar la preexistencia ni
la propiedad de los bienes incautados para que estos le fueran devueltos.
No es posible cambiar la regla de la tradición
sin decir algo sobre este importante precedente
de la Corte Interamericana.
VI. CONCLUSIÓN
El proyecto de reforma del Código Civil, que
tiene tanta importancia para la vida ciudadana,
cuenta con un dictamen jurídicamente pobre,
pues existen numerosas innovaciones que no han
merecido una sola línea de justificación, y además
no se abrió el debate con instituciones representativas. Por otro lado, las propuestas normativas son
cuestionables, pues, en un caso, benefician exclusivamente a las entidades financieras en detrimento
del necesario equilibrio con el deudor (artículo 1101
en el texto sustitutorio del año 2014, aunque apuntaban en esa línea los proyectos de modificación de
los artículos 882 y 1107, en el texto del año 2013), o
en otros casos se detecta ausencia de sistemática,
al crear “registro de derechos” cuando esa categoría
no existe en la clasificación de muebles/inmuebles,
o por olvidarse de actos inscribibles ya reconocidos
(unión de hecho, en el artículo 2032), o por confundir el registro de sucesiones con uno de bienes (arts.
2008, 2032, 2033); por último, se iguala el régimen
de los muebles registrados con el de los inmuebles,
sin primero definir qué cosa es un “mueble registrado”, lo que es grave luego de la distorsión creada
por la Ley de Garantía Mobiliaria, por la cual todos
los muebles se inscriben. Además, se ignora que
la diversidad de muebles hace impracticable una
norma general de igualación con inmuebles, como
sucede con los derechos de propiedad industrial,
intelectual, buques, entre otros, que en muchos
casos se encuentran sometidos a convenios internacionales que son incompatibles con el proyecto,
por lo que el Perú corre el riesgo de ser denunciado
por incumplimiento en los tratados de libre comercio; sin perjuicio de la incoherencia de aplicar una
parte del artículo 2022 a los inmuebles (segundo
párrafo), pero no a los muebles registrados; y de
haber asumido que estos se transmitan con el solo
consenso, olvidándose de la tradición (artículos
2043, 2044 y 2045).
En consecuencia, un proyecto con tan graves
defectos debe rechazarse. 
REVISTA JURÍDICA THOMSON REUTERS
Descargar