discurso - U de Santiago al Día - Universidad de Santiago de Chile

DISCURSO SR. RECTOR “164 ° ANIVERSARIO
UNIVERSIDAD DE SANTIAGO DE CHILE
Muy buenos días señoras y señores:
Una Institución se engrandece y adquiere relevancia gracias al aporte y compromiso de
las personas que la conforman. Ellas son el motor, alma y espíritu, cuyo trabajo individual
luego se convierte en un todo. Trabajamos con, para y por las personas. Sólo eso le da
sentido al quehacer universitario.
En esta fecha tan significativa, en que celebramos un nuevo aniversario de nuestra Casa
de Estudios, vayan mis sinceras y afectuosas felicitaciones a los funcionarios y académicos que recibirán la Medalla al Mérito Presidente Manuel Bulnes por haber cumplido
10, 20, 30, 40 y 50 años de servicio. De esta manera testimoniamos el reconocimiento
institucional a todos quienes contribuyen a acrecentar el prestigio de la Universidad de
Santiago de Chile.
También congratularemos a estudiantes que han obtenido excelente rendimiento académico. Estoy seguro que a futuro sabrán poner muy en alto el nombre de nuestra Institución, mediante un brillante desempeño profesional.
Asimismo, como ya es tradición, entregaremos el diploma a un académico que adquiere
la calidad de titular, a quien felicito e insto a seguir contribuyendo en la formación de nuestros jóvenes mediante la docencia, la investigación y la vinculación con el medio. A él se
agrega el Reconocimiento a la Trayectoria, que la Afusach otorga a uno de sus asociados;
en este caso corresponde a una de sus asociadas.
Esta oportunidad, entonces, es para detenernos unos instantes, reconocer y testimoniar
el trabajo comprometido y generoso que cada uno de los integrantes de nuestra comunidad universitaria realiza a diario.
Cumplir 164 años en un país como el nuestro, que tiene 203 años de existencia, es un
registro que no ostenta cualquier institución de educación. Sólo nos anteceden el Instituto
Nacional y la Universidad de Chile, los cuales hemos realizado un aporte al desarrollo de
la Nación que nadie puede poner en duda.
Nos avalan generaciones de jóvenes formados, así como la ciudadanía, los profesiona-1-
les, el conocimiento producido, el aporte a la industria, a la investigación, a las ciencias, a
las humanidades, a las artes y, por sobre todo, por ser nuestra Institución el lugar donde
se inculcan los valores sociales y culturales y donde se construye ciudadanía.
La educación debe entregar a hombres y mujeres las herramientas de calidad y excelencia necesarias para vivir y contribuir como buenos ciudadanos a la sociedad, en un
sistema- país, orientado al bien común, inclusivo, equitativo, no discriminatorio, pluralista
y tolerante.
Soy un convencido que una persona formada bajo esta concepción contribuye al desarrollo social, cultural y económico del país, aportando a la construcción de una sociedad
más democrática y con mayor equidad.
Sin embargo, en estos tiempos se da la paradoja que algunos dicen con desparpajo -y
sin sonrojarse- que la educación es un bien de consumo, ¡e incluso que no tiene porqué
ser un derecho!
Desde los años 80’ enfrentamos una realidad que casi ha destruido la educación estatal
y pública. Vivimos una reforma donde el Estado, de ser proveedor de la educación, pasó
a ser un mero espectador, ajustándose en conjunto con chilenas y chilenos plácidamente
a la nueva política neoliberal.
Recordemos que dichas leyes neoliberales de mercado, surgidas e implementadas con
fuerza en el país por la dictadura, plantean que una empresa y los individuos no tiene
más responsabilidad que la de maximizar sus beneficios económicos respetando la ley y
las reglas del juego del mercado competitivo. En el fondo, hace el supuesto de que lo que
es bueno para los negocios de por sí, es bueno para la Sociedad, y al maximizar ganancias estas “chorrean” de manera espontánea al resto de sus miembros.
Comprenderán ustedes, estimados asistentes, que las universidades estatales formamos
capital humano avanzado, promovemos la innovación científica y tecnológica, la equidad
e inclusión educativa. Por lo tanto, rechazamos tajantemente estar supeditados a la lógica
del mercado, ya que no está dentro de nuestros principios maximizar utilidades.
Sin embargo, mientras el país ha incrementado sus recursos, los gastos en Educación
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Superior por la vía de subsidios a la demanda, se constituyeron en incentivo para el crecimiento sin regulación del sector privado. Cuando la mayoría de los países dan gran
relevancia a la educación estatal y pública – Uruguay, México, Dinamarca, Australia y
Finlandia, Noruega, Dinamarca, Suecia, entre otros-, en Chile el Estado ha disminuido
su participación hasta llegar a menos del 20%. Paradójicamente, en estos momentos, su
aporte a algunas universidades privadas es y ha sido considerablemente mayor.
Frente al panorama enunciado académicos, autoridades universitarias y estudiantes han
alzado sus voces demandando el fortalecimiento de la educación pública, gratuidad progresiva en la educación superior, la prohibición del lucro, la educación como un derecho
social garantizado, la calidad probada antes de la asignación de los recursos y la equidad
sumados a un rol más vigoroso del Estado.
Hemos concordado plenamente con los planteamientos estudiantiles, y los hemos apoyado, así como lo hace mayoritariamente la ciudadanía. Las propias universidades estatales hemos denunciado desde hace mucho que el futuro de la educación pública está
amenazado, porque no se nos apoya; se nos ha abandonado a nuestra suerte y debemos
competir en desigualdad de condiciones con las instituciones privadas.
El año 2009 grafiqué la situación señalando que las universidades estatales competimos
con las manos amarradas, los ojos vendados y contra instituciones que no tienen ninguna
traba para obtener fondos. Dije que había inequidad y competencia desleal, aún cuando
la educación superior estatal es un recurso-país, y su labor afecta a miles de chilenos y
chilenas. Por ello existe la obligación de contar con una educación superior de calidad,
porque su deterioro es una pérdida para el país y sus ciudadanos.
Ante tal escenario, podríamos pensar que no es mucho lo que deberíamos celebrar en
esta oportunidad…¡Muy por el contrario!
Nadie ni nada nos hará claudicar y demostrar la mejor disposición para cambiar la situación, y estamos prestos a colaborar con todas nuestras capacidades para lograrlo.
Hemos ofrecido un diálogo abierto a las autoridades. Se nos ha respondido de manera
inflexible y hasta arrogante, pero tenemos la responsabilidad para con nuestras instituciones, con nuestros jóvenes, de fortalecer la educación estatal, porque a través de ella
es que aseguraremos que todo joven talentoso- más allá de cualquier otra consideraciónpueda acceder a la educación superior y a un futuro digno.
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En estos momentos los proyectos sobre materias educacionales que están en el Congreso -en general- son malos proyectos. En especial el de la Superintendencia, que valida
el lucro al permitir la transacción entre empresas relacionadas. La actual ministra nos ha
pedido nuestra opinión y se la hemos hecho llegar, exigiendo cambios profundos, diciéndole que no estamos disponibles para un proyecto de esas características.
Sin embargo, para avanzar y colaborar, recientemente se han dado a conocer las Propuestas para un Nuevo Sistema de Educación Superior, elaboradas por el Consorcio de
Universidades del Estado de Chile.
En ellas hacemos ver la necesidad de derogar las normas aún vigentes de la LOCE
en la Ley General de Educación (LGE) y reemplazarla por una Nueva Ley General de
Educación Superior, donde se regule principalmente sobre reconocimiento institucional,
licenciamiento, definición y clasificación de instituciones, y el lucro.
La ley debe primero definir los tipos de instituciones, para luego regular su funcionamiento y operación, estableciendo que sólo pueden ser universidades aquellas que realizan
investigación de manera general o en áreas específicas, desarrollando postgrados y extensión y que dispongan, a la vez, de una planta estable de capital humano avanzado.
Los requisitos para obtener el reconocimiento oficial deben elevarse, estableciendo un
nuevo proceso de licenciamiento, con requisitos diferenciados según las carreras que se
entregarán, con obligación de nuevo licenciamiento para apertura de nuevas carreras y
sedes.
Se debe establecer la obligación de acreditar la permanencia de los requisitos de licenciamiento cada cierto tiempo, abandonando la idea de un licenciamiento perpetuo y extensivo a áreas no examinadas, y considerar la revocación del reconocimiento oficial ante la
pérdida de los requisitos anteriores. Elementos como plantas docentes, infraestructuras
para laboratorios y bibliotecas deben ser considerados como condiciones previas a todo
licenciamiento o acreditación.
Debe exigirse a cada institución contar con una estructura curricular específica a su tipo y
a las carreras o programas que se impartirán. Otra condición previa es la propiedad sobre
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un porcentaje relevante de los inmuebles en que se prestan los servicios de la Universidad.
Deben establecerse estándares de calidad verificables en variables como retención y
titulación oportuna, y también un catálogo de derechos y deberes de los estudiantes, académicos y funcionarios, que contemple entre otros, el pluralismo y la libertad académica.
Asimismo, la prohibición del lucro en las Universidades no sólo debe mantenerse, sino
que debe extenderse a los institutos profesionales y centros de formación técnica, fortaleciendo y creando más mecanismos de certificación de ello ante la autoridad.
Por medio de la obligación de informar y auditar estados financieros y trasparentar destino de excedentes, se establece la imposibilidad de la venta o traspaso de universidades,
estableciendo obligaciones patrimoniales y personales para los miembros de directorios,
administradores y representantes, regulando a los órganos directivos. También debe prohibirse arrendar franquicias para instalación u operación de sedes o carreras.
Asimismo, postulamos que el Estado debe retomar su compromiso y responsabilidad con
la educación profesional y técnica de nivel superior, promoviendo un sistema liderado por
las universidades estatales, para incrementar sostenidamente el aumento de su matrícula.
Respecto del sistema de financiamiento, las universidades del Estado estimamos que es
necesaria una nueva estructura, donde la educación sea considerada un Derecho que
el Estado debe garantizar, mediante una oferta pública, de calidad y, progresivamente,
gratuita.
Este financiamiento tendiente a la gratuidad no consiste en aumento de becas o créditos;
en otras palabras, no estamos por seguir la política neoliberal implementada hasta ahora,
en base al subsidio a la demanda. La gratuidad tiene que venir de la mano de aportes a
la oferta, es decir, aportes basales a las universidades públicas, mediante contratos de
desempeño plurianuales, que en el caso de las universidades estatales deberá incluir
mandatos y compromisos institucionales
Las universidades públicas debemos aumentar sustancialmente la matrícula, pasando de
un 20% actual, a un 50 % en cinco años, para permitir una verdadera posibilidad de liber-5-
tad de elección a los buenos estudiantes, hoy coartada por la escasez de financiamiento
y por topes de crecimiento impuestos por el Estado. Debemos estar en todas las regiones
y colaborar activamente en el desarrollo de ellas.
Queremos advertir:
“No queremos más de lo mismo, hemos luchado años por cambios de fondo en la educación superior, por el fortalecimiento de la educación pública y aunque sea lento, las
orientaciones y acciones en este sentido no tienen que ser equívocas”
Estamos preocupados, porque todavía no vemos claridad en los programas presidenciales y parlamentarios, pero estaremos atentos y observando, para exigir que los cambios
anhelados y reclamados por nuestros jóvenes y las familias chilenas durante tantos años,
no se vean frustrados o traicionados.
Estimados asistentes:
Hoy celebramos 164 años de existencia de nuestra querida Universidad de Santiago
de Chile -heredera de la EAO y de la UTE- en medio de este difícil panorama para las
universidades del Estado.
Recordemos que la Escuela de Artes y oficios, EAO, ya en su creación presentó su rol
social al manifestar en su inauguración el fomento “del bienestar y el progreso de la clase
menos acomodada del país. Por ello la Escuela no sólo debía consagrar todas sus fuerzas para hacer de sus alumnos obreros hábiles instruidos, sino más que todo, ciudadanos
útiles al país”.
En el caso de su heredera, la Universidad Técnica del Estado, este compromiso se hizo
patente en el decreto de su fundación que señalaba: “Entre otras cosas, se considera
que, además de la falta de aprovechamiento de los recursos económicos, existe en el
país un potencial humano el cual podría orientarse hacia la vida del trabajo y la producción, dándole así la posibilidad de integrarse más positivamente a la Sociedad”.
Vemos con orgullo que la historia de nuestra Universidad es la de una universidad del
Estado, comprometida con el país, con sus necesidades y sus requerimientos. Siento
enorme satisfacción al poder demostrar que logramos inclusión y movilidad social al entregar educación a jóvenes sin importar su condición socioeconómica, ya que hemos
demostrado que los talentos están repartidos transversalmente.
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Es así como fuimos los pioneros en crear el Programa Propedéutico, que convoca al 10%
de los alumnos con las más altas calificaciones de notas, de ciertas escuelas clasificadas como “vulnerables” y que permite a quienes lo aprueben ingresar al Programa de
Bachillerato, independiente del puntaje obtenido en la PSU, y con becas por el arancel
completo de sus carreras.
Esta experiencia, al 2013 es replicada por 17 universidades del país, y esperamos que la
cifra siga aumentando.
Es destacable también que a partir de este año asumimos la administración de dos liceos
vulnerables en Temuco y Angol, a solicitud del Ministerio de Educación que reconoce los
avances académicos obtenidos en otros establecimientos a cargo nuestro, como son en
el Liceo Industrial Pedro Aguirre Cerda de Rancagua y el INFESUCO de Santiago. Hemos
liderado en aumento de pruebas Simce, lo que nos permite estar a la par de establecimientos científico humanistas, siendo industriales. También, hemos creado asignaturas
de gran importancia para la zona, como las del rubro de la minería.
Por otra parte, y al plantearse en el país el poco interés para estudiar pedagogías, creamos el año 2009 el Programa de Becas de Liderazgo y Vocación Pedagógica Temprana
(VPT), destinado a estudiantes que pasan a tercer año medio, que manifiestan interés por
las pedagogías y que pertenecen al 30% mejor de su promoción.
Ésta ha sido una iniciativa sin precedentes en el país, y se enmarca en el compromiso que
asumió la Universidad de Santiago de Chile en el tema de educación y responsabilidad
social.
Quienes aprueban satisfactoriamente el programa durante los dos años, tienen la opción
de ingresar a una carrera de pedagogía de la Usach, eximidos del pago de arancel y matrícula durante los años que dure el programa de estudio. En estos momentos se está en
proceso de selección de los interesados, que alcanzan más de 300 postulantes.
Por otra parte, a comienzo de los años 90 creamos y lideramos la idea de incluir el Ranking de Notas en el proceso de selección a las universidades chilenas, ponderando el
rendimiento del estudiante de enseñanza media, y calificándolo dentro de su medio y
realidad educativa, actuando como bonificación y no como castigo.
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El año 2012, al asumir la vicepresidencia de CRUCH, solicité la aprobación de la Inclusión
del Ranking en dicho proceso de admisión, tal como lo había hecho insistentemente desde hacía tres años. En su primera aplicación en el proceso de admisión se aplicó un 10%
y fuimos de las pocas universidades que le dieron una real importancia a este concepto, a
pesar de ello, benefició a más de 70 mil jóvenes de escuelas públicas y subvencionadas.
Observamos, además, con mucha satisfacción que otras universidades se han unido a
esta propuesta nacida y propugnada con fuerza desde esta Casa de Estudios.
Debo anunciar hoy al país, y a nombre de ustedes, que nuestra universidad, en el proceso
de selección 2013-2014, ponderará el ranking de notas en un 40%, las Notas de Enseñanza Media en un 10% y la PSU en un 50%
El 90% de los jóvenes que ingresaron a alguna de las 67 carreras que ofrece la Universidad de Santiago de Chile proviene de liceos subvencionados y municipalizados, y pertenece en un 66% a los quintiles 1, 2 y 3, es decir, los más pobres. Indudablemente que el
ingreso a la educación superior es sólo un paso en el largo camino del bienestar personal
y social. Entonces, tenemos que ayudarlos y acompañarlos durante la vida universitaria
para disminuir las tasas de deserción, que no son bajas.
Es así como en nuestra Universidad creamos el “Programa Acceso Inclusivo, Equidad y
Permanencia” (Paiep). Este es el punto de partida para una iniciativa destinada a articular
y coordinar todas las actividades de la Universidad, para mejorar las competencias académicas de los estudiantes socialmente menos favorecidos, que se traducen en mejorar
los niveles de retención y aumentar las tasas de titulación en el Plantel, mejorando especialmente la calidad de la enseñanza y los aprendizajes de estudiantes de los quintiles I
y II.
De esta forma se busca sistematizar y generar sinergias a partir del trabajo de programas
como el Propedéutico y otras iniciativas propias de las Facultades y de las vicerrectorías
Académica y de Apoyo al Estudiante, enfocadas al desarrollo integral de los estudiantes.
A ello se agrega la creación del tercer semestre o semestre de verano, concretado este
2013, y que permite a los jóvenes reforzar materias reprobadas, o bien avanzar en sus
correspondientes mallas curriculares.
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Ante la necesidad de relacionarnos de mejor manera con las diversas entidades, instituciones y organismos externos, y dentro de la reestructuración organizacional del año
pasado, creamos la Vicerrectoría de Vinculación con el Medio, la cual trabaja para intensificar las relaciones de la Universidad con el exterior, priorizando los lazos bidireccionales,
para que nuestra Institución y la externa se enriquezcan de dicho contacto.
Ante las denuncias generalizadas de corrupción en diversos ámbitos, hemos sido la primera universidad latinoamericana en transparentar anualmente nuestro quehacer socioeconómico y medioambiental, a partir del 2008, a través del Reporte de Sostenibilidad.
Ejercicio público que luego podríamos exigir, por ejemplo, a las instancias con las cuales
interactuamos: empresas, proveedores, etc.
En el ámbito de la investigación, la Universidad de Santiago se posicionó en el 4º lugar
a nivel nacional, de acuerdo a los indicadores proporcionados por el Ranking SCImago
Iberoamericano 2013.
De acuerdo al Ranking QS Top Universities 2013 (Latin America University), medición internacional de reconocido prestigio, estamos en el tercer lugar nacional, y décimo tercero
a nivel latinoamericano, donde el cuadro de los mejores es dominado por universidades
de México, Brasil y Colombia. No es menor considerar que ocho de las diez primeras universidades en este ranking internacional, son estatales con fuerte apoyo gubernamental
a sus tareas de docencia e investigación.
Por otra parte, la Universidad de Santiago de Chile alcanzó el segundo lugar en la presentación de patentes en el INAPI, situación muy importante que grafica nuestro compromiso
con la innovación y el desarrollo nacional.
En cuanto a postgrados, nuestra Casa de Estudios ofrece 41 programas de Magíster, de
los cuales el 34% está acreditado, y 17 doctorados, que ostenta el 70% de acreditación.
La meta es acreditar el 100%.
Otro dato muy importante para nosotros ha sido el balance patrimonial del año pasado,
que arrojó un superávit de MM$ 12.800, y que por primera vez no tuvo reparos de parte
de los auditores.
Sin duda el logro de estos resultados obtenidos es consecuencia de una buena gestión
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de los recursos, lo cual nos permitió la utilización de éstos en beneficio de la comunidad
universitaria en general.
Es así como todos hemos podido apreciar la mantención y recuperación que se han hecho en esta histórica Escuela de Artes y Oficios, arreglos que contribuyen a preservar
el patrimonio cultural no sólo de nuestra Universidad, sino del país. Al mismo tiempo,
el aumento considerable de áreas verdes, la habilitación de nuevas salas de clases y el
equipamiento de los espacios para la docencia, han sido esfuerzos considerables que
fueron posibles debido a que hemos tenido una gestión visionaria y responsable. En este
mismo plano, me complace anunciar la pronta construcción de dos edificios, los cuales
serán fundamentalmente destinados a espacios estudiantiles y al desarrollo de la investigación. Estamos, en especial, preocupados de la infraestructura universitaria y por ello
sabemos que estos nuevos inmuebles mejorarán los servicios que nuestros estudiantes
merecen y necesitan.
En el plano de nuestro recurso humano, en el ámbito académico se instalará un mecanismo de incentivo que dé cuenta del aumento significativo en los indicadores institucionales, tomando como base los actuales indicadores. Para esto inyectaremos recursos
especiales a iniciativas de Facultades y Unidades Académicas.
La reciente creación del Departamento de Desarrollo de Personas tiene como objetivo
poner a nuestros funcionarios en un lugar de privilegio e insertos en las políticas de desarrollo universitario. En este contexto, estamos en pleno levantamiento de competencias
conductuales necesarias para apoyar de buena manera las labores misionales de la Universidad.
El levantamiento de competencias nos permitirá avanzar en una base sólida para la generación de planes institucionales de capacitación, y optimizar los procesos de gestión del
desempeño, desafíos siempre vigentes en nuestro quehacer.
Sabemos lo importante de la promoción y el ajuste entre funciones y rentas, y es por ello
que durante este año se han generado 68 mejoramientos de grados, y al mismo tiempo
se han realizado 58 procesos de selección los cuales, en su gran mayoría, han sido movimientos internos de personas que luego de postular, han ganado cupos que mejoran su
desarrollo laboral y condiciones de renta. En este sentido, también es importante señalar
que he ordenado se realice en el corto plazo, el corrimiento de grados de las plantas de
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auxiliares y administrativos correspondientes desde el año 2010 a la fecha, lo cual mejorará (antes que termine este año), las condiciones salariales de un importante número de
funcionarios de esta Casa de Estudios.
Con satisfacción podemos decir que, en nuestra Universidad, sobrepasamos con creces
lo que la Ley señala como salario mínimo, pues según cifras concretas en esta Institución, ningún administrativo de jornada completa recibe una remuneración menor a 372 mil
pesos mensuales. En cuanto a bonos entregados a nuestros funcionarios, en los últimos
doce meses se han entregado los bonos de desempeño, además del bono especial de
reajuste. Esto, sumado al 5% de incremento de las remuneraciones de este año, nos da
señales claras que para nuestra Universidad, sus funcionarios son importantes. Además,
trabajaremos en una propuesta de bono adicional por desempeño funcionario, que tenga
como objetivo incentivar el mejoramiento en la atención y servicios de nuestras unidades.
En el mismo contexto, este año hemos logrado, en un proceso colaborativo entre este
gobierno universitario y el aporte de la Asociación de Funcionarios, la consolidación de la
beca de arancel del 75% para carreras de pregrado a nuestros funcionarios y funcionarias.
Apuntando siempre a la excelencia en la gestión, quiero aprovechar la instancia de agradecer a quienes han puesto sus mejores esfuerzos en la puesta en marcha del módulo
de finanzas del ERP People Soft, lo cual nos permite tener una mirada integral de los
procesos presupuestarios, de adquisiciones, financieros y de remuneraciones. Sabemos
que tenemos mucho por avanzar, pero la puesta en marcha a partir del 2 de enero, del
mencionado módulo, nos pone sin lugar a dudas a la vanguardia no solo nacional, sino
internacional en lo que respecta a la gestión universitaria.
Junto con agradecerles, les invito a seguir trabajando en esta línea, pues nos quedan
importantes desafíos que enfrentar, como son la implementación de People Soft Campus,
para integrar la mirada curricular y la vida académica de nuestros estudiantes, además
de la actualización del módulo de recursos humanos.
Estos resultados han sido obtenidos gracias al trabajo de todos y todas, y están en la línea de lo que orgullosamente nos señala nuestra historia a través de la Escuela de Artes
y Oficios, y la Universidad Técnica del Estado.
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Quiero referirme, ahora, al paro y la toma que durante nueve semanas interrumpió el quehacer de nuestra Universidad.
Es mí deber hacer un llamado, en este momento, para que reflexionemos acerca del equilibrio que debe existir entre la formación académica y el ejercicio democrático ciudadano.
Ambos son los pilares indispensables en que se sustenta el futuro profesional de quienes
han confiado en esta Institución y son necesarios, también, para que esta Universidad
mantenga su tradición de compromiso con la calidad y con un Chile más equitativo.
Es necesario tomar conciencia del daño ocasionado al interior de nuestra Institución, y
del costo en imagen que sufrimos frente a la Sociedad que observó cómo fuimos víctimas
de un paro y toma sin sentido, sin propuestas, con decisiones tomadas por minorías, incluso por debajo de los quórums establecidos y con una gran masa de estudiantes que
no compartía la situación, pero que tampoco vino a la Universidad a ejercer su legítimo
derecho que revertiera ese estado de cosas.
Es por ello que con la misma fuerza con que he defendido la educación pública, y el fortalecimiento de la misma, rechazo tajantemente la violencia, los paros y tomas porque
son actos de violencia y, por lo demás, demostraron ser completamente desmovilizadores
de esta Universidad; de la misma forma rechazamos la destrucción y robo de bienes de
la Institución, que a todos nos sirven. Se ha perdido el semestre de verano, que el año
anterior permitió a 800 estudiantes resolver su problema de repitencia y reinsertarse en
marzo sin atraso académico.
Apelo a cada uno de nuestros estudiantes a evitar que situaciones como las señaladas
vuelvan a ocurrir; para ello los invito a hacer verdadera vida universitaria participando en
todas las instancias que les competen, expresando sus opiniones y ejerciendo su legítimo
derecho a determinar lo verdaderamente justo en sus reivindicaciones.
Ahora bien, en mi condición de Rector de esta Casa de Estudios y responsable de velar
por el quehacer académico institucional, deseo expresar mi satisfacción por la reanudación de las actividades académicas, así como el inicio de una nueva etapa de diálogo y
entendimiento al interior de la Universidad. Éste es el camino que debemos seguir, tal
como lo he propiciado siempre.
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Con espíritu de unión y colaboración he invitado a nuestros estudiantes a demostrar particular dedicación y responsabilidad académica en esta nueva etapa, ya que la historia y el
prestigio de esta Institución así lo ameritan. Junto con ello, los he convocado a enriquecer
la comunicación y a favorecer los acuerdos de las mesas de trabajo que actualmente se
realizan. Nuestro compromiso es mejorar la calidad de nuestros servicios, reducir los costos para los estudiantes y sus familias, en la medida que el Estado nos entregue mayores
aportes de libre disposición. Adicionalmente, daremos gratuidad a varios trámites internos
para todos los estudiantes.
Ante el sentido y legítimo anhelo de calidad académica, esta Universidad no claudicará y
ya hemos dispuesto una serie de mecanismos para apoyar a los estudiantes, en especial
a quienes cursan primer año. Tutorías, cursos de reforzamiento y orientación psicosocial,
son algunas de las acciones que permitirán un acompañamiento personalizado para todos aquellos que lo necesiten.
Asimismo, convocaré a una comisión que estudiará y propondrá al Consejo Académico y
Junta Directiva, el reglamento que sentará las bases para la implementación del claustro
contenido en el estatuto orgánico plebiscitado el año 2008.
Ahora bien, también deseo dedicar algunas palabras al proceso de autoevaluación que
estamos viviendo, con miras a la Acreditación a la que nos corresponde someternos el
próximo año.
Sin ninguna duda, yo personalmente aspiro a los siete años de acreditación, porque estoy
seguro de lograrlo. Esa seguridad está basada en que he comprobado el nivel del trabajo
que cada uno de nosotros, juntos, realizamos a diario. Me consta el esfuerzo, la dedicación y el empuje que puso cada uno en este objetivo que permitió aumentar el prestigio
que merecidamente construimos a diario.
En esta ocasión aprovecho muy sinceramente de reconocer su entrega que engrandece
a nuestra Institución y, por ende, a todos quienes la conformamos. Es por ello que en esta
importante y solemne ocasión, una vez más, pido su entrega, su trabajo y disposición
para con el proceso.
El quehacer universitario no puede tener otro sentido que el servicio a la gente, al
progreso de la ciudadanía social y universitaria, como de igual forma al país. Es nuestro
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deber aportar con producción de conocimiento, innovación, crítica y profesionalización,
socialmente responsable.
Lo hemos hecho, y lo seguiremos haciendo, porque así lo demandan los miles de jóvenes
que formamos y la Sociedad entera a la que pertenecemos.
Ese es el verdadero espíritu de la Universidad de Santiago de Chile, estatal y pública,
desde siempre y por siempre.
Espíritu que nos mueve pero, reitero, no exento de escollos e inflexibilidad. Sin embargo,
no claudicaremos en demandar de las autoridades responsables el volver a sitiarnos en
el lugar que nos corresponde. Tenemos la máxima disposición para alcanzar puntos de
encuentro, pero con la misma fuerza exigimos un diálogo abierto, sin más horizonte que
el bien común.
Los años pasan, los gobiernos también. Por lo mismo, no podemos romper las ilusiones
de jóvenes que aspiran a un futuro digno a través de la educación, como tampoco mermar
nuestra responsabilidad con el desarrollo de la Sociedad entera.
Al finalizar estas palabras reitero mis felicitaciones para los académicos, funcionarios y
estudiantes que hoy serán reconocidos.
En especial, deseo agradecer a los apreciados y estimados rectores que hoy me acompañan en esta solemne ceremonia, como también a todos los asistentes y familiares de
los premiados.
Muchas gracias. Y sintámonos orgullosos de lo logrado.
Dr. Juan Manuel Zolezzi Cid
Rector
Universidad de santiago de Chile
14 AGOSTO, 2013. AULA MAGNA. HORA: 11.30
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