Equipo Docente en ABP. Facultad de Psicología Las competencias desarrolladas mediante la metodología ABP 1. LA IMPORTANCIA DEL TEMA DE LAS COMPETENCIAS EN EL EEES La Universidad se define como un espacio para la creación y transmisión del saber, pero hoy en día no basta “saber” a secas: hay que “saber-cómo”, “saber-paraqué”, “saber-por-qué”, “saber-que-se-sabe”... La sociedad sostiene a la Universidad, y demanda de ella un conocimiento que sea capaz de dar respuesta a las necesidades y problemas sociales. “Como docente en un nivel de la enseñanza al que suele llamarse ‘superior’, el profesor universitario está llamado a completar la formación de los alumnos como profesionales de alto nivel, pero sin descuidar la vertiente de su formación como personas y como ciudadanos que muy probablemente serán los dirigentes de la sociedad en el futuro.” (Martínez Navarro, 2010, p. 253). ¿Estamos preparando a los estudiantes, no sólo en conocimientos, sino también en habilidades, capacidades, actitudes, valoraciones, que les hagan capaces de aplicar y ampliar ese conocimiento? En una palabra: ¿en competencias? 1 Equipo Docente en ABP. Facultad de Psicología 1.1. La demanda de profesionales competentes desde el mundo empresarial El cambio de perspectiva de la formación tradicional a la formación centrada en las competencias que adquieren los estudiantes tiene su razón última, como señala Rué (2008), no en el mundo académico, sino en las recientes transformaciones sociales y productivas del último cuarto del siglo pasado, que generan nuevas exigencias en el desarrollo personal y profesional de las personas. “El (nuevo) enfoque de competencias, en definitiva, no es sino el intento de ajustar los modelos de formación al compás de las exigencias del tiempo actual (..). Observemos, entre los muchos ejemplos al respecto, el modelo de competencias exigidas a los trabajadores de las empresas, en la “economía del conocimiento”, detallados en un informe europeo de las PYME (Isusi, 2003).” (Rué, 2008, p. 2). La evolución del papel del trabajador dentro de la organización ha modificado las características demandadas por parte de la empresa a sus futuros empleados. En un primer momento, a la hora de seleccionar al futuro trabajador, las compañías valoraban los conocimientos poseídos por éste, su grado de formación, o incluso su coeficiente intelectual, dejando en un segundo plano todas las actitudes personales del individuo. Sin embargo, McClelland avanza que los conocimientos y el expediente académico, así como el cociente intelectual, no son buenos prediciendo el éxito o fracaso en el desempeño del trabajo. Ante esta situación se buscan nuevas variables que expliquen el mejor rendimiento laboral por parte de los empleados, variables que han sido consideradas como “competencias”. Se produce por tanto una evolución en las políticas de selección de personal: de demandar un cierto currículo y grado de formación, se pasa a demandar unas determinadas competencias. Surge la pregunta de cuáles son estas competencias. El trabajo realizado por la Comisión Europea en 1999, resulta bastante interesante a este respecto. En él se establece una clasificación de las competencias en cuatro grandes bloques: Técnico-profesionales: asociadas con áreas funcionales y ocupacionales. Técnico-computacionales: manejo avanzado de técnicas informáticas y de computación, así como el manejo de nuevas tecnologías. 2 Equipo Docente en ABP. Facultad de Psicología Conceptuales: comprensión global de problemas o situaciones, definición de estrategias para la empresa y visión de futuro y habilidad negociadora. Humanas: liderazgo, toma de decisiones, autoaprendizaje, comunicación oral y escrita, responsabilidad y trabajo en equipo. De esta clasificación, las dos primeras son específicas del puesto de trabajo, y las dos últimas tienen un mayor carácter transversal. Tal como señala Sáez, las compañías valoran como más importantes las competencias conceptuales y humanas, dado que son las más difíciles de adquirir por parte de los candidatos. Mientras que en las competencias técnico-profesionales, la organización tiene un margen de actuación sobre el individuo para que éste las desarrolle dentro de la empresa, con las competencias conceptuales y humanas, es el sistema educativo el encargado de desarrollarlas en los candidatos. Las empresas son conscientes de ello, manifestando una clara necesidad de personal que haya desarrollado dicho tipo de competencias, y no sólo para puestos directivos. Desde un punto de vista universitario, la primera consecuencia práctica que surge es la necesidad de adecuar el currículo formativo a las claves de una educación basada en competencias. De hecho, en el Documento-Marco sobre la Integración del Sistema Universitario Español en el EEES se expone que “Los objetivos formativos de las enseñanzas oficiales de nivel de grado tendrán, con carácter general, una orientación profesional, es decir, deberán proporcionar una formación universitaria en la que se integren armónicamente las competencias genéricas básicas, las competencias transversales relacionadas con la formación integral de las personas y las competencias más específicas que posibiliten una orientación profesional que permitan a los titulados una integración en el mercado de trabajo” (Gil, Baños, Alías y Gil, 2007, p. 2-3). En definitiva, que las universidades comienzan a transformar una enseñanza que se apoyaba en la transmisión de contenidos a una enseñanza que busca generar aprendizajes que aseguren un desempeño competente a los nuevos profesionales y académicos que se forman en sus aulas; en definitiva, una enseñanza que armonice las necesidades de las personas, las empresas y la sociedad en general. 3 Equipo Docente en ABP. Facultad de Psicología 1.2. Profesionales competentes, ciudadanos competentes Aunque el debate sobre las competencias haya surgido en buena medida del contexto empresarial, y tengamos en mente que formamos profesionales que luego han de insertarse en un contexto laboral, nuestro horizonte de referencia debe ir un paso más allá. En primer lugar, al igual que la Universidad ha ido tomando conciencia de que debe rendir cuentas a la sociedad, así también en el mundo de la empresa se está acuñando el concepto de responsabilidad social: la conciencia de que la empresa está inserta en un entorno, y de que al perseguir sus propios fines legítimos no puede desentenderse de las implicaciones que su actividad tiene para el conjunto de la comunidad: respeto de las condiciones laborales, cuidado del medio ambiente, utilización de los recursos, satisfacción de necesidades de los consumidores, cooperación en la integración social. No basta “saber”, hay que “saber-para-qué” y “saber-para-quiénes”. Hay que evitar, pues, una perspectiva reduccionista de la competencia que la limite a las exigencias del mercado, y adoptar un enfoque humanista, en el que se contemple el desarrollo personal y comunitario. Lo ha expresado así Sen: “existe una diferencia de valoración crucial entre el enfoque del capital humano y el enfoque de la capacitación humana, una diferencia que se relaciona hasta cierto punto con la distinción entre medios y fines. … Ello es debido a que los seres humanos no son sólo medios de producción, son también el balance final del ejercicio” (Sen, 1995, p. 286; cit. en Rué, 2008, p. 10). En otros términos, hay que considerar en cuanto a las competencias cuál es su relevancia en el bienestar y la libertad individual y colectivo, y qué papel desempeñan en el desarrollo económico y en el cambio social. Todos estamos de acuerdo, sin duda, en que la Universidad tiene que ser un servicio público, pero ese carácter público viene del hecho de servir a la sociedad en su conjunto y no a intereses particulares, como ha señalado elocuentemente Martínez Navarro: 4 Equipo Docente en ABP. Facultad de Psicología Si la enseñanza se convierte en una actividad que renuncia por completo a formar ciudadanos activos, participativos, comprometidos con el bien común, entonces se corrompe, pierde su carácter propio para pasar a ser algo podrido, pervertido. Porque el resultado de semejante dejación de responsabilidad sería un mundo de individuos atomizados, despreocupados del espacio público, que darían lugar a una peligrosa deriva social hacia sistemas en los que reinaría el caos, la injusticia y la deshumanización. (Martínez, 2010, p. 106). En segundo lugar, vivimos en sociedades cada vez más complejas, con complejas estructuras políticas, económicas, culturales, y con desafíos cada vez mayores que afrontar. Sin buenas dosis de capacidad de búsqueda de información, de reflexión, de análisis crítico, de cooperación con otros, se hace muy difícil una participación ciudadana informada y eficaz. Pero esto es muy difícil si la formación de los futuros profesionales se limita a capacitarlos científica y técnicamente, sin formarlos en otros aspectos. Mientras que el modelo “liberal” de la universidad del siglo XIX tenía por objetivo formar personas cultas en un sentido amplio, la universidad actual peca de una excesiva fragmentación, una radical división de los saberes y una burocratización excesiva, lo que ha llevado a “una pérdida de la capacidad de adaptación de la universidad a los problemas reales de la sociedad. Recordemos el conocido dicho: ‘la sociedad tiene problemas, la universidad tiene departamentos’.” (Martínez, 2010, p. 249). El propio ejercicio de la ciudadanía, la participación activa y responsable en la sociedad en la que se vive, requiere reflexión, perspectiva crítica y asunción de valores socialmente compartidos. Si no se desarrollan las competencias que favorecen esa toma de posición, los individuos se convierten en meros espectadores de sucesos que no comprenden ni controlan. Como ya se ha mencionado anteriormente, de la Universidad no salen sólo los futuros profesionales, sino también los formadores (maestros, profesores), los profesionales liberales, los directivos y empresarios, los políticos y líderes de opinión, en suma, hombres y mujeres que tomarán roles muy importantes en la gestión social de las décadas posteriores. 5 Equipo Docente en ABP. Facultad de Psicología 1.3. Nuevas metodologías para nuevos aprendizajes Anteriormente hemos afirmado que, desde un punto de vista universitario, la primera consecuencia práctica que surge es la necesidad de adecuar el currículo formativo a las claves de una educación basada en competencias. Pues bien, el factor clave para poder desarrollar dichas competencias consistirá en fomentar el uso de las metodologías docentes más adecuadas para cada una de ellas. En palabras de Gil, Baños, Alías y Gil (2007, p. 2), “para desarrollar la competencia de trabajo en equipo, tendremos que ponerlos a trabajar en equipo, para desarrollar la comunicación oral, tendremos que darle la oportunidad de que se puedan expresar públicamente, para desarrollar la responsabilidad tendremos que asignarles tareas en las que puedan demostrar su compromiso, etc.” En este trabajo queremos poner de manifiesto la importancia de metodologías activas como el ABP para alcanzar o mejorar muchas de las competencias genéricas y transversales (además de las específicas) requeridas en los graduados universitarios. 2. QUÉ ENTENDEMOS POR COMPETENCIAS El concepto de competencia ha pasado a ocupar un amplio espacio de reflexión dentro del modelo educativo universitario en los últimos años, así pues, existen diversas definiciones de este término, según la perspectiva que se pretenda resaltar (ver Tabla 1). Esta diversidad de definiciones hace que el término competencias sea un concepto polisémico y ambiguo, y nos muestran el carácter complejo de las competencias, que no pueden ser reducidas a un conjunto de habilidades o capacidades, sino que engloban también actitudes. 6 Equipo Docente en ABP. Facultad de Psicología Tabla 1. Definición de competencias Autor Definición Las competencias representan una combinación de atributos (conocimientos, aptitudes, destrezas y responsabilidades) Proyecto Tuning (González. y Wagenaar, 2003) que describen los resultados del aprendizaje de un programa educativo o lo que los alumnos son capaces de demostrar al final del proceso educativo. Saber hacer complejo resultado de la integración, movilización y adecuación de capacidades y habilidades y de conocimientos utilizados eficazmente en situaciones que Lasnier (2000) tengan un carácter común. Una competencia está formada por un conjunto de capacidades y éstas por un conjunto de habilidades que son las exigidas para una ejecución cada vez más compleja. Le Boterf (2002) Conjunto de conocimientos, actitudes y destrezas necesarias para desempeñar una función ( Capacidad de saber, saber hacer y saber estar, mediante un conjunto de comportamientos (cognitivos, psicomotrices y Delors (1996) afectivos) que le permiten ejercer eficazmente una actividad considerada generalmente como compleja A pesar de esta polisemia, algunas características en las que los expertos van encontrando un consenso (Eraut, 1994, 2006; Winterton et al., 1996; adaptadas por Rué, 2008) son: Incorporan actitudes, capacidades y habilidades. Son de naturaleza conductual y susceptibles de ser aprendidas. Se las concibe en términos dinámicos. Las competencias evolucionan con la actividad y el aprendizaje. 7 Equipo Docente en ABP. Facultad de Psicología Se aprenden y desarrollan a partir de contextos (de experiencia y de aprendizaje) Van más allá de las habilidades cognitivas y de las motrices. Implican un tipo de conducta duradera a lo largo del tiempo. Se relacionan con niveles superiores de actuación laboral u ocupacional y se consideran como generalizables entre diversas situaciones, siendo sólo las más básicas las que pueden ser más independientes de los contextos. Su evaluación no siempre es fácil, especialmente para niveles de actuación elevados, por lo que deben emplearse diversas modalidades y procedimientos para hacerlo. 3. LAS COMPETENCIAS TRANSVERSALES Y EL PAPEL DEL ABP EN SU DESARROLLO En síntesis: Ser un profesional excelente significa ser al mismo tiempo competente e íntegro, y para ello es preciso reunir tres requisitos básicos: estar bien informado en el ámbito de su profesión, tomar decisiones sensatas en el ejercicio de la misma, y mostrar los sentimientos morales congruentes con la actividad de que se trate. (Martínez, 2010, p. 62). 3.1. Cuáles son las principales competencias transversales Las competencias transversales o genéricas son necesarias para ejercer eficazmente cualquier profesión pero no es frecuente que se consideren de forma explícita en una asignatura determinada. De hecho, algunas de ellas se consideran como indispensables y tienen un espacio curricular asignado, aunque la competencia que recibe este tratamiento varía de una a otra licenciatura. Por la dificultad en realizar una lista exhaustiva de todas ellas, hemos optado por aceptar la lista propuesta por el 8 Equipo Docente en ABP. Facultad de Psicología proyecto Tuning9, posiblemente el que está teniendo más repercusión en el proceso de adaptación a la convergencia europea (Ver Tabla 2). Tabla 2. Competencias trasversales propuestas en el proyecto Tunning. Tipo Instrumentales Interpersonales Sistémicas Competencias Capacidad de análisis y síntesis Capacidad de organización y planificación Conocimientos generales básicos Conocimientos básicos de la profesión Comunicación oral y escrita Conocimiento de idiomas Habilidades en el manejo de un ordenador Habilidades de gestión de la información Resolución de problemas Toma de decisiones Capacidad crítica y autocrítica Trabajo en equipo Habilidades interpersonales Trabajo en equipo interdisciplinario Capacidad para comunicarse con expertos en otras áreas Reconocimiento de la diversidad y multiculturalidad Habilidad para trabajar en un contexto internacional Compromiso ético Capacidad de aplicar los conocimientos en la práctica Habilidades de investigación Aprendizaje Adaptación a nuevas situaciones Capacidad para generar nuevas ideas (creatividad) Liderazgo Conocimiento de culturas y costumbres de otros paises Habilidad praa trabajar de forma autónoma Diseño y gestión de proyectos Iniciativa y espíritu emprendedor´ Motivación por la calidad Motivación por la competición de objetivos 9 Equipo Docente en ABP. Facultad de Psicología Creemos que existe una cierta unanimidad al considerar que cualquier profesional sea del ámbito de la salud o de las ciencias sociales debe ser capaz de manifestar un desempeño suficiente en la mayoría de las competencias transversales consideradas. No hay duda que el periodo de formación universitaria sería el momento óptimo para plantearse la asunción explícita de muchas de ellas. A continuación justificamos la importancia de aquellas que consideramos más importantes. Capacidad de análisis crítico de la información: las publicaciones tradicionales y ahora internet permiten el acceso rápido y frecuentemente gratuito a una cantidad ingente de información que tiene una calidad científica muy variable. Es función del docente contribuir a que los futuros profesionales aprendan a separar el grano de la paja mediante la aportación de criterios que les ayuden en este sentido y eviten convertirles en profesionales crédulos ante cualquier noticia o novedad. Capacidad de análisis y síntesis. Es evidente que la capacidad analítica y sintética, su aplicación a la resolución de problemas y a la consecuente toma de decisiones forma parte de la actividad diaria. A ella debe añadirse la presencia de un razonamiento crítico que permita que los profesionales no se conviertan en una correa automática de transmisión de órdenes superiores sino en expertos que tomen decisiones basándose en la aplicación de principios racionales a situaciones concretas. Capacidad de organización y planificación. Este es un proceso racional de toma de decisiones, por el que la persona es capaz de seleccionar los cursos de acción más adecuados para la realización de la tarea y la consecución de los objetivos de la forma más eficiente. Competencias instrumentales de tipo lingüístico. Si bien es cierto que cualquier profesional puede ejercer su profesión de forma adecuada sin conocer idiomas extranjeros, no es menos cierto que la mayoría del conocimiento se genera en lenguas ajenas a las nuestras y, por ello, el acceso rápido a él sólo es posible con un grado mínimo de manejo del inglés. 10 Equipo Docente en ABP. Facultad de Psicología Manejo del ordenador como herramienta. Las TICs aportan a la educación las posibilidades de compartir, transferir información y conocimientos básicos. Facilitan el acceder a nuevas fuentes del saber, posibilitando la mejora de nuestro saber y, nuestra capacidad de aprender. Aquellos que no dominen los programas de aplicación básicos y no se desenvuelvan mínimamente bien en internet pueden llegar a convertirse en los analfabetos funcionales del siglo XXI. Comunicación oral y escrita. A pesar de considerarse que la comunicación escrita es una habilidad ya adquirida cuando los estudiantes alcanzan la universidad, con frecuencia no es del todo correcto. Por ello, se hace necesario fomentar la comunicación escrita mediante la redacción de documentos donde los estudiantes aprendan a presentar de forma lógica y coherente sus puntos de vista sobre un determinado problema. De forma similar, la comunicación oral es deficitaria en una amplio número de universitarios, poco habituados a hablar en público y explicar sus puntos de vista con un lenguaje adaptado al registro lingüístico de la situación. La organización de actividades donde puedan aprender a hacerlo es esencial. Trabajo en equipos interdisciplinares. Las competencias transversales interpersonales están cobrando cada vez mayor importancia en la formación universitaria de la práctica totalidad de las titulaciones. De entre ellas, es de especial relevancia la capacidad de trabajar en equipo, puesto que la situación profesional actual conlleva la realización de proyectos asistenciales o de investigación en colaboración, lo que supone la necesidad de realizar actividades donde se aprenda la dinámica de un grupo de trabajo, la asignación de tareas y el respeto hacia las opiniones del resto de los miembros. Esta competencia se adquiere mediante el trabajo en equipo de tipo cooperativo, es decir, un trabajo en el que todos colaboran interdisciplinarmente y con una meta común. Capacidad crítica y autocrítica El pensamiento crítico implica indagar, cuestionar, discernir, verificar todo lo que llega a la persona, para ello se debe procesar, generar información y puntos de vista. 11 Equipo Docente en ABP. Facultad de Psicología Ética y aprecio por la diversidad multicultural. Es necesario que los estudiantes tomen conciencia de su compromiso con la sociedad en la que viven, siendo honestos y teniendo respeto al resto de las personas. Capacidad de aprender. La responsabilidad de aprender es siempre personal. El estudiante debe reflexionar sobre su propio conocimiento, tomando conciencia sobre qué debería aprender en una situación particular, y en qué medida ha aprendido de algo en un momento dado. Espíritu emprendedor. El espíritu emprendedor implica un proceso de creación, medición de oportunidades y búsqueda de la eficiencia de los recursos. Aquellos quienes tienen habilidades emprendedoras deben ser motivados y capacitados en su adquisición. 3.2. Papel del ABP en el desarrollo de las competencias trasversales Desde un punto de vista docente, existen una serie de actividades que creemos pueden favorecer el dominio de numerosas competencias transversales durante su formación universitaria: simposios, minicongresos y reuniones científicas dentro de la facultad o escuela donde los estudiantes presentan los resultados de un trabajo de revisión realizado en grupo durante un tiempo; los trabajos de investigación, que permiten desarrollar en los alumnos su interés por el método científico, la búsqueda de información, el trabajo en grupo o la gestión del tiempo; la visita a centros; y muy especialmente, las metodologías activas basadas en el aprendizaje cooperativo, especialmente la del ABP. ¿Cómo favorece la metodología ABP al desarrollo de un gran número de competencias trasversales? Reflexionemos sobre ello (Díaz, 2006; Hernández, Catalán y Lacuesta, 2006; Gil, Baños, Alías y Gil, 2007): Capacidad de análisis crítico de la información: a pesar de que en la metodología ABP se puede ofrecer una bibliografía básica al alumno, esta nunca será suficiente para resolver un problema ABP. Ello obliga a una búsqueda más exigente y exhaustiva de la información, seleccionando aquella que sea pertinente 12 Equipo Docente en ABP. Facultad de Psicología para el proceso de resolución del problema. La valoración que, además, luego se hace en grupo de la bibliografía utilizada ayuda a adquirir una capacidad de análisis crítico de la información. Capacidad de análisis y síntesis. En ABP el planteamiento de problemas complejos o reales exige a los estudiantes analizar las cuestiones esenciales, identificando los elementos que lo conforman. Éstos deben verificar su comprensión mediante la discusión dentro de su equipo de trabajo. A partir de ese análisis deben realizan una síntesis de las ideas aportadas por el grupo, y de hipótesis de cómo resolver el problema. Deben valorar qué se conoce acerca del problema y qué se desconoce y se debería conocer para resolver dicho problema. Capacidad de organización y planificación. En ABP, los estudiantes deben planificar las estrategias de investigación y fases de resolución del problema, así como el reparto de tareas, planificando éstas en tiempo y detectando secuencias de tareas independientes que permitan avanzar en paralelo hacia la resolución final. Toma de decisiones y resolución de problemas. Tomar decisiones exige analizar la información disponible y hacer uso de la experiencia acumulada, antes de seleccionar una alternativa. La metodología ABP exige que los estudiantes busquen y manejen información [40], sabiendo que ésta puede no ser completa o tener cierto grado de incertidumbre. Por ello deben localizar, organizar, analizar e interpretar la información de diversas fuentes, responsabilizándose de las decisiones tomadas basándose en dicho análisis. Manejo de ordenador como herramienta. Para el trabajo en un entorno cooperativo es útil disponer de herramientas informáticas específicas. En el caso concreto de la metodología ABP se considera pertinente que cada estudiante disponga de un ordenador personal y una conexión a Internet, para buscar información, debatir asuntos en diferido (foro), en directo (chat), intercambiar preguntas y respuestas (correo), documentos (ftp…), buscar información (buscadores), procesar datos, elaborar informes, presentaciones y difundir información. De esta forma, mejoran su proceso de aprendizaje. 13 Equipo Docente en ABP. Facultad de Psicología Comunicación oral y escrita. Una de las tareas que suelen realizar los estudiantes en ABP es elaborar informes o resúmenes bien escritos sintáctica y semánticamente de las tareas bajo su responsabilidad, para entregar al resto del equipo y al profesor. Igualmente tienen que exponer de forma argumentada sus ideas o soluciones para la resolución del problema; para ello deben aprender a elaborar un discurso estructurado y claro, así como saber responder razonadamente a las cuestiones planteadas por los miembros del equipo. Al estar en contacto con diferentes puntos de vista los estudiantes pueden sentirse más estimulados a plantear nuevos interrogantes. Trabajo en equipos interdisciplinares. Una competencia clave en la metodología ABP es el trabajo cooperativo, esto es, un equipo de trabajo que colabore y co-participe para la resolución del problema o proyecto. Los estudiantes deben escuchar, negociar, y respetar las aportaciones del resto de sus compañeros. Deben también reconocer las diferentes habilidades, aprovechándolas para lograr un mejor resultado. La realización de un trabajo en equipo estimula al estudiante a responsabilizarse de su trabajo individual, ya que afecta al fin común. Capacidad crítica y autocrítica El método ABP permite que los estudiantes deban distinguir los pros y los contras de cada decisión, ya que no hacerlo puede provocar problemas en el proceso de encontrar la solución: errónea distribución de tareas en el equipo, mala planificación, etc. Se exige mantener una revisión permanente del quehacer propio y ajeno. El pensamiento crítico y la reflexión conducen a una compresión más profunda de los contenidos de las materias. Las presentaciones públicas así como las reuniones de seguimiento donde el resto de grupos y/o el profesor aportan su visión o interrogantes acerca del progreso hacia la solución. Y, durante ese proceso, los estudiantes deben escuchar, negociar, y respetar las aportaciones del resto de sus compañeros. Tanto cada miembro del grupo como el grupo en sí mismo deben plantearse ¿qué vamos a hacer?, ¿cómo lo estamos haciendo?, ¿funcionó la solución propuesta? 14 Equipo Docente en ABP. Facultad de Psicología Ética y aprecio por la diversidad multicultural. En la metodología ABP, los estudiantes deben razonar y justificar sus decisiones, actuando con ética profesional, y teniendo en cuenta a las personas. Capacidad de aprender. La metodología ABP desarrolla la capacidad de formular preguntas, reconocer la ignorancia y buscar el conocimiento de forma autónoma, predisponiendo al estudiante a aprender, iniciando un esfuerzo mental y sosteniéndose en él. Si nuestros estudiantes no se encuentran frente a algo que desconocen, difícilmente se lanzarán a buscar respuestas, a plantearse interrogantes, a investigar, a descubrir, es decir, a aprender. Deben buscar la información necesaria aunque lo desconozcan totalmente. Tienen que seleccionar las fuentes de información y evaluar la confiabilidad de dichas fuentes así como analizarla con espíritu crítico, y postular hipótesis que tendrán que ser verificadas. Liderazgo. El liderazgo es una relación entre líderes y colaboradores basada en la influencia mutua y un propósito común. El líder es influido por los colaboradores y viceversa. El líder debe empujar, motivar, organizar a la gente bajo su cargo. Durante el trabajo cooperativo se pueden desarrollar esta capacidad, en algunos estudiantes saldrá a la luz de manera natural y en otros habrá que impulsarla. En la organización del funcionamiento de los equipos el profesor debe establecer ciertos roles que lo permitan, supervisando las posibles dificultades que surjan. Los estudiantes tienen la energía, la imaginación y la inteligencia necesarias para mejorar la situación en sus comunidades y en el día a día; será fundamental aportar la confianza y los valores necesarios a dichos estudiantes para que demuestren que lo pueden hacer. Todo estudiante debe asumir los roles establecidos, mediante turnos rotatorios. El profesor debe definir las cualidades a desarrollar para ocupar dicho rol y ayudar al estudiante a obtener la confianza que necesita para superar esta meta. Trabajo autónomo. El trabajo cooperativo se basa en el trabajo personal que todos los miembros aportan al equipo. En el caso concreto de la metodología ABP, se asignan tareas individuales que cada miembro debe llevar a cabo de acuerdo con la planificación acordada por el equipo. 15 Equipo Docente en ABP. Facultad de Psicología Espíritu emprendedor. La metodología ABP permite que los estudiantes tomen la iniciativa; se enfrenten a los obstáculos; observen, analicen y prevean necesidades; sean creativos en la búsqueda de soluciones. 4. ALGUNAS CONSIDERACIONES DESDE LA EXPERIENCIA El ABP, más que una metodología concreta, podría definirse como un enfoque o filosofía sobre el aprendizaje, que puede plasmarse en diferentes técnicas de instrucción, dependiendo de la disciplina, de las condiciones concretas (número de alumnos, tiempo disponible, etc.), de las competencias específicas que se quieren entrenar, etc. Este apartado presenta algunas formas en que el ABP se ha concretado para servir a propósitos específicos, pero no es un “recetario” que pueda aplicarse ignorando el contexto. Pretendemos ofrecer sugerencias, que despierten en los lectores ideas sobre cómo llevarlo a cabo en su contexto propio. Algunos ejemplos tomados de la enseñanza de la psicología pueden ilustrar la variedad de implementaciones del ABP. Por ejemplo, la experiencia de David S. Kreiner, en la University of Central Missouri (Kreiner, 2009) quien utiliza el ABP como metodología complementaria, entre otras, para un curso básico de “Sensación y Percepción”. Parte del tiempo de clase se emplea para trabajar en grupo, durante un número reducido de horas, sobre un problema bastante específico, que suele versar sobre una aplicación práctica de los contenidos de la asignatura, o la elaboración de una demostración didáctica de algún punto del programa. En este caso, se trata de propiciar sobre todo la reflexión sobre los conocimientos y su aplicación a situaciones cotidianas. A lo largo del curso, los estudiantes abordan más de una decena de problemas breves. Un estilo completamente diferente es la experiencia de ABP de Patricia A. Connor-Greene (Clemson University), en la que se marca a cada grupo un proyecto de trabajo que abarcará todo el tiempo de impartición de la 16 Equipo Docente en ABP. Facultad de Psicología asignatura, “Abnormal Psychology”. El grupo, centrándose en un trastorno específico (la esquizofrenia, o el autismo, etc.) ha de elaborar una guía informativa sobre él, en la que explique sus síntomas y causas, los tratamientos contrastados, y los recursos terapéuticos, centros, servicios, etc. existentes en la zona (Connor-Greene, 2002). El producto de su trabajo, la guía, una vez supervisada, es difundida para su uso público. En este caso, las competencias de búsqueda de información, organización interna y roles en el equipo, programación de tareas y planificación de tiempos, exposición escrita, etc. toman un rol preponderante. Nuestra experiencia ABP está en un punto medio entre ambos extremos: los estudiantes trabajan varios problemas, no hacen un proyecto para todo el cuatrimestre, pero las tareas no son tan breves y acotadas como en el primer caso, sino que requieren una cierta planificación para su ejecución. A continuación presentamos una tabla (Ver Tabla 3) donde hacemos una descripción de las competencias, así como el procedimiento seguido para conseguir que se trabajen en la asignatura Análisis de problemas y casos en Psicología que nosotros impartimos en la Licenciatura y Grado de Psicología, y que desarrollamos ampliamente en el Bloque II. 17 Equipo Docente en ABP. Facultad de Psicología Tabla 3. Competencias específicas de la asignatura Competencias Cómo integrarlas en la asignatura Competencias específicas del psicólogo: ▪ Conocer, seleccionar y administrar técnicas de evaluación y diagnóstico. ▪ Detectar problemas y necesidades y definir objetivos de intervención. ▪ Elaborar y realizar un plan de intervención, eligiendo las técnicas apropiadas. Plantear la temática de los problemas para que ponga en juego estas competencias. ▪ Analizar y evaluar la eficacia de la propia actuación. ▪ Relacionarse con otras disciplinas y trabajar en equipos multiprofesionales. Competencias relativas a valores: ▪ Promover la calidad de vida y el bienestar de individuos y grupos. Incorporar estos aspectos en la temática de los problemas ▪ Valorar las aportaciones de la investigación científica a la práctica profesional. ▪ Ajustarse al código deontológico que regula la práctica profesional. Competencias de formación y comunicación: ▪ Utilizar las permanentemente. fuentes documentales y actualizarse ▪ Comprender, analizar e interpretar los datos procedentes de investigaciones, informes y publicaciones psicológicos No se da información previa sobre aquellos contenidos que aparecen en el problema y que el alumno desconoce. El propio estudiante quien ha de localizar inicialmente dicha información Tras cada problema, se realiza ▪ Capacidad de análisis crítico y síntesis Un informe grupal ▪ Elaborar informes orales y escritos. Una exposición oral grupal Cada miembro del grupo recoge su trabajo en un portafolios individual Otras competencias profesionales: ▪ Desarrollo de habilidades sociales para el trabajo en grupo: escucha, respeto, observancia de turnos, etc. ▪ Capacidad de trabajo en equipo: responsabilidad, compromiso, aportación de ideas, etc. Formación / información al alumno sobre el trabajo en equipo Trabajo en grupo de los problemas ▪ Iniciativa, autonomía Se establecen las figuras de coordinador y secretario, rotando los roles para cada problema ▪ Planificación y gestión del tiempo Presencia de un profesor tutor ▪ Liderazgo, capacidad de organización y de tomar decisiones ▪ Interés por la calidad y por mejorar 18 Equipo Docente en ABP. Facultad de Psicología 5. RESUMEN Y CONCLUSIONES Poner a los estudiantes a trabajar cooperativamente no implica, como ya hemos señalado, que sepan hacerlo. Las competencias no emergen automáticamente, requieren modelado y supervisión. El trabajo en grupo implica esfuerzo, autocontrol de las emociones, disciplina para asumir los compromisos, limitaciones de tiempo para reunirse, etc. Es frecuente que los estudiantes valoren positivamente las experiencias ABP por lo que aprenden y maduran, pero también que señalen el estrés y las fricciones interpersonales como aspectos negativos. Como señalan Prichard, Bizo y Stratford (2006), a veces los profesores damos por supuesto que los requisitos para trabajar en grupo son habilidades ya adquiridas, y que no requieren entrenamiento adicional, abandonando a los estudiantes a su suerte. Si la experiencia de éstos resulta frustrante, será contraproducente para futuras oportunidades de trabajo en equipo. Por eso, estos autores presentan y analizan una experiencia de entrenar en habilidades de grupo para realizar aprendizaje colaborativo. ¿Cómo entrenar estas habilidades? Hay varios recursos. Se pueden dar pautas previas de lo que se espera de ellos, explicitando buenas y malas prácticas, y la importancia que tendrán en la evaluación del proceso; se puede añadir un sistema de “evaluación por pares” para que cada alumno reciba retroalimentación de la opinión que sus compañeros tienen de su papel; se puede establecer la rotación de roles (moderar, tomar nota, etc.) para desarrollar esas habilidades; se puede (¡y se debe!) tutorizar siempre o en parte las reuniones de grupo, para observar y devolver a los miembros lo que se observa de ellos, modelando actitudes. Si asumimos que los alumnos deben aprender en la Universidad algo más que conocimientos, es decir, también competencias, entonces tendremos que concluir que los profesores y la institución debe plantearse explícitamente cómo desarrollarlas y fomentarlas. Aunque la carga de trabajo de los profesores puede verse aumentada con esta responsabilidad, también, como todo reto, se puede leer como una oportunidad: 19 Equipo Docente en ABP. Facultad de Psicología desarrollar en nosotros mismos las actitudes de cooperación, trabajo en equipo, compromiso, respeto y diálogo que queremos fomentar en ellos. Referencias bibliográficas Baños, J. E. y Pérez, J. (2005). Cómo fomentar las competencias transversales en los estudios de Ciencias de la Salud: una propuesta de actividades. Educación Médica, 4 (8), 216-225. En: http://scielo.isciii.es/pdf/edu/v8n4/05.pdf Blanco, A. (Coord.) (2009). Desarrollo y evaluación de competencias. Madrid: Narcea. Connor-Greene, P.A. (2002). Problem-Based Service Learning: The evolution of a Team Project. Teaching of Psychology, 29 (3), 193-197. Delors, J. (1996). La educación encierra un tesoro. Informe a la UNESCO de la comisión internacional sobre la Educación para el siglo XXI. París: UNESCO. Díaz, A. (2006). 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