ILMO. SRA. DÑA. BELÉN ALDEA LLORENTE ILMA. DIRECTORA DEL ÁREA TERRITORIAL DE MADRID CAPITAL Consejería de Educación, Juventud y Deporte Comunidad de Madrid ASUNTO: DESIGNACIÓN DIRECTA DE LAS DIRECCIONES DE LOS CENTROS PÚBLICOS Dña. Mª Eugenia Alcántara Miralles, con DNI……………, como Secretaria de la Sección Sindical de Madrid-Capital, de la Federación de Enseñanza de Comisiones Obreras de Madrid, con domicilio a efectos de notificaciones en C/ Lope de Vega, nº 38, 4ª planta, 28014 Madrid, con relación a la cobertura de direcciones de los centros públicos de nuestra comunidad mediante la designación directa por parte de la Administración, EXPONGO: PRIMERO.- MARCO DE LA SITUACIÓN Desde 2004, el proceso de selección o renovación de las direcciones de los Colegios de Educación Infantil y Primaria (CEIP) e Institutos de Educación Secundaria (IES) de la Comunidad de Madrid ha sido controvertido y ha venido adoleciendo de falta de participación de la comunidad educativa y de una ausencia de transparencia palmaria, amparadas ambas por la regulación que del proceso dictó el Gobierno de la Comunidad de Madrid mediante el DECRETO 63/2004, de 15 de abril, del Consejo de Gobierno, por el que se aprueba el procedimiento para la selección, nombramiento y cese de directores de centros docentes públicos de la Comunidad de Madrid en los que se impartan enseñanzas escolares, y evidenciadas ambas por los siguientes hechos: A) Cadena de designaciones Entre los tres representantes de la Administración educativa en las Comisiones de Selección, la presidencia recae en un inspector o inspectora de educación, mediante designación; el segundo miembro es un director o directora, nombrado también mediante designación que, a su vez, puede ser de los designados por la vía directa por parte de la Administración; y, el tercero, un asesor a asesora, también por designación, que suele pertenecer al Servicio de Unidad de Programas Educativos (SUPE), unidad, a su vez, cuyos miembros lo son por designación, y normalmente sin ninguna experiencia en la dirección de los centros. 1 B) Falta de una concreción mínima de los criterios de valoración del Proyecto de Dirección, que deben ser públicos. Los criterios establecidos en el Decreto 63/2004 son los siguientes: Calidad y viabilidad del Proyecto de Dirección, hasta 5 puntos. Adecuación a las características del centro y su entorno educativo, hasta 3 puntos. Adecuación de la propuesta de organización interna del centro que figura en el Proyecto, hasta 2 puntos. Las Comisiones de Selección no realizan una mayor concreción y a la vista está que al amparo de tal ambigüedad se pueden -y, de hecho, se dan- valoraciones dispares. Hemos de resaltar que en estos procedimientos no se eliminan las calificaciones con discrepancias significativas, como pueden considerarse las que igualen o superen el 30 % de la calificación máxima, siendo el único procedimiento selectivo en el que no se aplica tal regla. C) Veto fáctico. Como consecuencia directa de lo anterior, las partes (de entre las cuales, recordemos, la mayoritaria está compuesta por personas designadas directamente por la Administración) tienen la facultad de calificar con "cero puntos" al proyecto presentado sin necesidad de motivación alguna, lo cual es, de facto, un derecho de veto en toda regla realmente dirigido contra la persona, puesto que difícilmente puede justificarse tal calificación en un proyecto que presenta un o una docente con más de 6 años de ejercicio (pues es requisito para ser candidato), máxime dado el gran número de afectados. D) Nombramiento directo por parte de la Administración. Prevé el mencionado Decreto, en aplicación del artículo 137 de la Ley Orgánica 2/20016, de 3 de mayo, de Educación (LOE), modificada por la Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la mejora de la calidad educativa (LOMCE), el nombramiento con carácter extraordinario por parte de la Administración educativa, reservado, literalmente, para los siguientes casos: En ausencia de candidatos, en el caso de centros de nueva creación o cuando la Comisión correspondiente no haya seleccionado a ningún aspirante. Se trata esta de una previsión razonable, que, sin embargo, deja de serlo cuando los motivos que la causan son propiciados, promovidos o buscados por la propia Administración. Un hecho irrefutable es que desde 2004 el número de centros afectados por este tipo de nombramiento ha ido en aumento. SEGUNDO.- SITUACIÓN ACTUAL El ya lamentablemente habitual veto antedicho se ha exacerbado estos días con un incremento llamativo de los nombramientos con carácter extraordinario, que a fuer de frecuentes, a día de hoy, podemos calificar de "ordinarios", al estar la circunstancia "excepcional" provocada por la propia Administración o, dicho de otro modo, la Administración está, de hecho aplicando el procedimiento para la cobertura de puestos que más se acomoda a su interés. 2 Así, la Administración se ha procurado tal aplicación mediante la falta de oferta de puestos. Nos encontramos con que ni siquiera, en muchos casos, hemos llegado al punto de que se realice la convocatoria. Muestra de lo anterior es que la mayor parte de los casos en los que se ha producido en estos días una designación directa por parte de la Administración se derivan de jubilaciones. Este hecho, la jubilación, es uno de los más fáciles de prever, por lo que la Consejería no puede argumentar que ignoraba que fuera a producirse. La persona que decide su jubilación y ostenta un cargo directivo lo comunica a la Dirección de Área y, desde luego, al inspector o inspectora del centro generalmente desde el inicio del curso a cuyo término se va a jubilar; pero, además, ha de cursar la solicitud oficial con, al menos tres meses de antelación, tiempo más que suficiente para que su vacante sea incluida en el proceso de selección que se convoca en mismo curso. Se trata de 63 casos en este curso, conforme a datos documentados. TERCERO.- VULNERACIÓN DE LA LEY Y DE LOS PRINCIPIOS Si lo anterior no fuera bastante, se han dado casos en los que, estando solicitada la jubilación para ser efectiva en el mes de septiembre, ha sido enviada por la Dirección de Área Territorial (DAT) una persona el día 1 de julio para ocupar la dirección del centro, portando dicha persona el propio cese del director o directora que todavía no está jubilado, lo que supone, taxativamente, una vulneración de la norma, tanto del Decreto 63/2004 como de la propia LOE-LOMCE, que recoge las causas tasadas para que se produzca el cese del director o directora en su artículo 138, que son: a) Finalización del periodo para el que fue nombrado y, en su caso, de la prórroga del mismo. b) Renuncia motivada aceptada por la Administración educativa. c) Incapacidad física o psíquica sobrevenida. d) Revocación motivada, por la Administración educativa competente, a iniciativa propia o a propuesta motivada del Consejo Escolar, por incumplimiento grave de las funciones inherentes al cargo de director. En todo caso, la resolución de revocación se emitirá tras la instrucción de un expediente contradictorio, previa audiencia al interesado y oído el Consejo Escolar. Además de esta vulneración objetiva del derecho positivo concreto, con este modo de aplicar el nombramiento con carácter extraordinario, la Consejería contradice principios fundamentales amparados constitucionalmente y hasta su propio parecer: 1.- VULNERACIÓN DEL PRINCIPIO DE PARTICIPACIÓN El artículo 133.1 de la LOE-LOMCE establece que La selección del director se realizará mediante un proceso en el que participen la comunidad educativa y la Administración educativa. Es evidente que evitando la actuación de la Comisión de Selección, aun con todos los males de los que adolece, se está impidiendo siquiera la posibilidad de que la comunidad educativa participe. Pero aun cuando sí está justificada la designación directa, debe la Administración contar con la comunidad educativa y con el Servicio de Inspección, como se verá a continuación. 3 2.- VULNERACIÓN DE LA AUTONOMÍA DE LOS CENTROS Aun en los casos en los que esté justificado el tipo de nombramiento directo, la Administración tiene la obligación de velar por que se observe la participación, y esto por múltiples razones: Para asegurar la aplicación de principios éticos y constitucionales. Por el hecho de que enviando a dirigir un centro a una persona que en la mayoría de los casos no lo conoce, no van a tener continuidad el proyecto de dirección y el proyecto educativo del centro (una de las cuestiones que la propia Consejería ha defendido a través de la normativa reguladora de la autonomía de los proyectos propios de centro). La dificultad y hasta imposibilidad de llevar a cabo una adecuada gestión del final del curso y del principio del siguiente, en cuanto a recursos humanos (cupo), oferta educativa, admisión, etc. A ello hay que añadir la dificultad de dirigir un centro a cuyo claustro se le ha impuesto una dirección externa, y sobre todo si existe un equipo directivo al que se le podría haber dado continuidad. Estas situaciones se llegan a dar, precisamente, por no observar el aludido principio de participación al no contar con la comunidad educativa. Por otra parte, tampoco se observa la propuesta motivada del inspector o inspectora del centro. Es de señalar que, pese a contar la Administración con el recurso de los Servicios de Inspección compuestos por inspectores e inspectoras que han superado un procedimiento selectivo conforme a los principios de igualdad, mérito y capacidad y entre cuyas funciones están, precisamente, la de evaluar la práctica docente y la función directiva, no se los tenga en consideración. 3.- CONTRADICCIÓN CON LOS PROPIOS PRINCIPIOS DE LA CONSEJERÍA Además de la evidente contradicción con lo legislado sobre autonomía de los centros expuesto en el apartado anterior, debemos poner de manifiesto otras dos ideas propias que la misma Consejería contraviene: la valoración de que existan candidatos y la implicación de los centros. a) La valoración de la existencia de candidatos. En el último Informe del Consejo Escolar de la Comunidad de Madrid sobre la educación madrileña (2014), se recoge que existe Un incremento del interés de los docentes por asumir tareas directivas. Ello se deduce de una disminución del porcentaje de las plazas convocadas que no tuvieron candidatos. Como consecuencia de los resultados anteriores, en el curso 2012-2013 se produce un aumento del número de vacantes cubiertas en los procesos de selección a la dirección escolar en los colegios de Educación Infantil y Primaria y de Educación Secundaria y otros centros; este aumento es superior en el caso de las direcciones de colegios de Educación Infantil y Primaria. Por lo que parece que la Consejería bien se contradice o bien da por buenos unos principios y luego actúa de manera opuesta, pues valora positivamente el que existan candidatos y no que se produzca una designación extraordinaria. 4 b) La implicación de los centros. Pese al creciente recorte que ha existido en el peso que la comunidad escolar (Claustro y Consejo Escolar) tiene en la selección de directores y directoras, la propia LOE-LOMCE estima que debe valorarse de forma especial (...) la labor docente desarrollada en el centro cuya dirección se solicita (artículo 135.3). Por otra parte, el último Informe del Consejo Escolar de la Comunidad de Madrid sobre la educación madrileña (2014), señala en su Página 314 que Sin la implicación de los centros no puede haber políticas educativas eficaces y los directores resultan fundamentales para impulsar desde los centros las políticas educativas y la mejora de la escuela. Por lo tanto, los procesos de selección y de formación inicial de los directores tienen un peso estratégico en la mejora de los resultados educativos. Por tanto, es pacífico que sin la implicación es de los centros, no de directores venidos de fuera, designados y sin conocer el contexto ni tener el respaldo y valoración de la comunidad educativa (Claustro y Consejo Escolar), no puede llegarse a buen puerto, y que dicha implicación pasa por que la selección se produzca con la participación efectiva de la comunidad educativa y que la persona seleccionada pertenezca al claustro del centro. 4.- PRINCIPIO DE INTERDICCIÓN DE LA ARBITRARIEDAD En el Estado de Derecho rige el imperio de la ley, a la que están sujetos todos los poderes. La arbitrariedad, la actuación sin fundamento jurídico, es propia de la tiranía. La Constitución Española (art. 9.3) garantiza la interdicción de la arbitrariedad de los poderes públicos, que están, al igual que la ciudadanía, sujetos a la Constitución y al resto del ordenamiento jurídico (art. 9.1). El principio de interdicción de la arbitrariedad supone la prohibición de la arbitrariedad, esto es, de toda diferencia carente de una razón suficiente y justa. La actuación arbitraria es la contraria a la justicia, a la razón o las leyes, que obedece al mero capricho o voluntad del agente público. La prohibición de la arbitrariedad condena la falta de sustento o fundamento jurídico objetivo de una conducta administrativa y, por consiguiente, la infracción del orden material de los principios y valores propios del Estado de Derecho. Este principio de rango constitucional exige el requerimiento de motivación de los actos administrativos, lo que implica imponer una limitación al poder público, ya que se le obliga a apegarse al principio de legalidad, reconocido en el artículo 9.1 de la Constitución, y a la necesidad de invocar un criterio razonable en la toma de sus decisiones. Así, y conforme tiene reiterado el Tribunal Constitucional en numerosas sentencias: la motivación es la fundamentación que deben dar las autoridades públicas del contenido del acto que emiten, tomando en cuenta los motivos de hecho y de derecho, y el fin que se pretende con la decisión. Encontramos que con las actuaciones descritas, tanto por parte de los miembros de las Comisiones de Selección designados por la Administración como por parte de la 5 Administración mediante los nombramientos de carácter extraordinario, la Consejería exhibe una palmaria falta de fundamentación. Además, y como colofón, incumple la Consejería, al no considerar a la comunidad educativa ni a los Servicios de Inspección para dictar dichos nombramientos extraordinarios, el artículo 9.2 de nuestra Constitución, que establece que Corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social. Este tipo de situaciones ha sido detectada en los siguientes centros de la DAT Madrid Capital: -CEE Princesa Sofía -CEIP Calvo Sotelo -CEIP Cardenal Cisneros -CEIP Cervantes -CEIP Costa Rica -CEIP Dámaso Alonso -CEIP Hortalez -CEIP J. Bergamín -CEIP Mesonero Romanos -CEIP Pi y Margall -CEIP San Carlos -CEIP San Juan Bautista -CEIP Tomás Bretón -CEIP Vasco Núñez de Balboa -IES Ensanche de Vallecas -IES Pérez Galdós -IES Ramón y Cajal -IES Salvador Dalí -IES Vallecas I -IES Antonio Domínguez Ortiz -IES Numancia Por lo expuesto, SOLICITO: Se retrotraigan las actuaciones correspondientes a todos los nombramientos realizados desde el 1 de julio de 2016 al amparo del artículo 137 de la LOELOMCE, es decir, los de carácter extraordinario, y se inicie un proceso, para cada caso, contando con la comunidad educativa y con el inspector o inspectora del centro. En el marco de lo anterior, se favorezca la continuidad, en dichos nombramientos, de los miembros del Equipo directivo cesante. Se anulen todos los ceses que no se hayan motivado conforme a los motivos dispuestos en el artículo 138 de la LOE-LOMCE. 6 Se asegure la inclusión en el próximo y siguientes procedimientos de selección de directores y directoras de todas las vacantes reales existentes en las direcciones de los centros, así como las que se prevean antes de la finalización del curso correspondiente, contando para ello con los Servicios de Inspección. Se motiven todos los nombramientos realizados en este curso y en adelante al amparo del artículo 137 de la LOE-LOMCE. Se emprendan las actuaciones oportunas en orden a: ‐ Elegir por sorteo a los miembros de las Comisiones de Selección cuyo nombramiento corresponde a la Administración de entre directores y directoras con el suficiente número de años en el ejercicio de su cargo con valoración positiva, así como que la presidencia de las mismas la ejerza el inspector o inspectora del centro, por ser conocedor del mismo. ‐ Hacer públicos, en adelante, los criterios concretos de valoración y calificación que las Comisiones de Selección sobre los Proyectos de dirección aplican, que deberán ser los mismos en todas ellas. ‐ Anular las calificaciones con una divergencia igual o superior a tres puntos otorgadas por los miembros de las Comisiones de Selección en los futuros procedimientos selectivos. ‐ Obligar a la elaboración de la oportuna motivación de las calificaciones inferiores a cinco puntos sobre diez de los Proyectos de dirección que, en su caso, otorgue cada uno de los miembros de las Comisiones de Selección. En Madrid, a 13 de julio de 2016. 7