RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL Inactividad de la Administración La importancia de la suficiencia de la prueba para la declaración de responsabilidad patrimonial, en un supuesto de funcionamiento anormal de los servicios públicos por omisión del ejercicio de potestad administrativa de intervención en materia de policía, control y disciplina ambiental respecto a denuncias formuladas por contaminación acústica. Dictamen 27/2011 de la Comisión Jurídica Asesora de Cataluña, de 27 de enero de 2011. Dámaris Fernández Barceló. Abogada Antecedente normativo Cita: -Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común. 1. Planteamiento Se trae a estas líneas un caso de contaminación acústica, en el que la interesada presenta reclamación por los daños y perjuicios derivados de las molestias y los daños físicos y morales, ocasionados por los ruidos de la terraza de un bar situado cerca de su casa y que atribuye a la inactividad del Ayuntamiento de su municipio. De acuerdo con artículo 8.3 a) de la Ley 5/2005, de 2 de mayo, de la Comisión Jurídico Asesora, ésta debe emitir un dictamen sobre los expedientes de la Administración local referentes a reclamaciones de responsabilidad patrimonial cuya cuantía sea igual o superior a 50.000, como sucede en el supuesto que vamos a analizar, donde la parte actora solicita una indemnización de 120.000 euros. Así pues, el eje de la controversia se centra ante lo que parece un supuesto de funcionamiento anormal de los servicios públicos revestido de responsabilidad por omisión, por falta de actuación administrativa ante los mandatos legales, con el matiz de que, no es en sí la propia inactividad municipal la causante directa del daño, sino “la tolerancia en la producción de una serie de ruidos y molestias, es decir, contaminación acústica, el foco emisor de la cual es directamente una instalación [o empresa]” (Dictamen de la Comisión Jurídico Asesora 245/07), con el agravante, de que la terraza del bar de dónde procedían las inmisiones de ruidos que, como se verá, fueron denunciados en diversas ocasiones y por distintas vías, era una actividad que no había sido autorizada por la Administración demandada, es decir, no contaba con la preceptiva licencia correspondiente. 2. Argumentos de la Comisión Jurídica Asesora Para enmarcar el fondo del asunto, creemos oportuno traer a colación los elementos materiales necesarios para el ejercicio y admisibilidad de la acción de responsabilidad patrimonial, que han sido la base del fundamento del Dictamen de la Comisión Jurídico Asesora, a saber: -se tiene que haber producido un daño real y efectivo, evaluable económicamente, individualizado con una persona o grupo de personas, -el daño o lesión debe ser antijurídico, o lo que es lo mismo, que no se tenga el deber jurídico de soportarlo/a, -que el daño sea consecuencia del funcionamiento de los servicios públicos, que no haya intervenido fuerza mayor ni actitud o acción del perjudicado que permita romper dicho nexo causal (con excepción de los supuestos de concurso de causas). a) Daño real y efectivo En cuanto a la necesidad de que se haya creado un daño real, efectivo, evaluable económicamente e individualizable con una persona o grupo de personas, la reclamante alegaba que estaba padeciendo patologías psíquicas por imposibilidad de descanso óptimo para la salud, nerviosismo, ansiedad, estrés, intranquilidad, etc. lo que la llevó a tener que ser tratada con Sedotime, Prozac y Seroxat. También, ante lo insoportable de la situación, intentó vender su finca, lo cual, sostuvo, había sido imposible por el hecho de tener una terraza ilegal al lado de su inmueble, e inclusive, defendía que había conllevado una depreciación del valor de su casa aportando a tal fin una tasación realizada sobre la misma. No obstante, las mencionadas pruebas han sido calificadas por la Comisión Jurídico Asesora como insuficientes: Por un lado, en lo referente a los trastornos psicológicos se indica, con apoyo en la Sentencia de 9 de junio dictada por el Juzgado Contencioso núm. 2 de Tarragona, recaída en recurso ordinario promovido por la misma reclamante, que “ni las recetas acompañadas al escrito de demanda como documentos son suficientemente ilustrativas de que el motivo de la prescripción de medicamentos eran [por]padecimientos físicos o psíquicos directamente derivados de los ruidos de la terraza (habiendo bastado para ello con la aportación de un informe médico que, debidamente ratificado por su autor en sede probatoria y a presencia judicial, acreditara tal circunstancia)”. Sin embargo, apunta la Comisión Jurídico Asesora que más determinante resulta el mayor esfuerzo probatorio que hizo la interesada en vía administrativa, cuando aportó un informe clínico emitido por el Instituto Catalán de la Salud, en el cual ya se concretó que, los trastornos y tratamiento que seguía la paciente eran debido a “insomnio de larga evolución” y “por ruido ambiental”. En consecuencia, se ha apreciado la existencia de daños vinculados a los ruidos provocados por el funcionamiento de la terraza del bar. Por otro lado, en relación a los daños inmobiliarios derivados de las dificultades de vender la finca, así como la disminución de su valor, no han sido tomados en cuenta por la Comisión Jurídico Asesora por considerar que “una mera tasación solo acredita una valoración hecha, con unos determinados criterios en un momento concreto”. (Dictamen de la Comisión Jurídico Asesora 245/07). b) El nexo causal: la inhibición jurídica de la Administración municipal La terraza del bar estuvo funcionando sin ningún tipo de autorización, desde el 22 de septiembre de 2004 hasta el 22 de septiembre del año 2010, momento en que la Junta de Gobierno Local otorgó permiso municipal ambiental al titular del negocio. Durante el transcurso de todo ese tiempo, la actuación de la Administración puede sintetizarse en la siguiente: el 1 de julio de 2004 se indicaba que no podía utilizarse la terraza dado que no figuraba en el proyecto técnico de legalización; el 11 de agosto de 2004 se realizaba un desalojo por parte de la policía; el 22 de septiembre de 2004 se acordaba por la Junta del Gobierno Local la denegación del permiso de apertura de la terraza “por tratarse de una actividad al aire libre con imposibilidad de instalar sistemas de insonorización que minimicen las molestias producidas”; el 4 de junio de 2008 se ordenó nuevamente por la Junta de Gobierno Local el cese de cualquier tipo de actividad en la terraza; y el 27 de noviembre de 2008 por Decreto de Alcaldía se decidió clausurar la terraza. Lo trascendente aquí es que, entre el 2004 y el 2010 la Corporación municipal no hizo cumplir ninguno de los acuerdos adoptados a los que hemos hecho alusión. Pero hemos de añadir que, además de las continuas denuncias por parte de los vecinos, entre ellos, la parte actora de la responsabilidad patrimonial objeto de este artículo, el Ayuntamiento hizo caso omiso, también, a la Recomendación efectuada por el Defensor del Pueblo de fecha 22 de marzo de 2006 (ante el cual había acudido la reclamante ante la inactividad de la Administración municipal) la cual fue requerida, por el mismo, hasta en tres ocasiones. Por lo tanto, la Comisión Jurídica Asesora ante tales antecedentes constata que con motivo de la inactividad de la Administración respecto de la actividad del bar en la terraza, el negocio ha podido seguir explotándose, lo que ha comportado el mantenimiento del foco de inmisión de los ruidos que han ido creando las molestias, y consecuentemente, daños a los vecinos. Y no sólo eso, sino que, la Administración no ha hecho nada para evitarlo: no se trata únicamente de una actividad que se haya realizado sin licencia, sino que, aun habiendo sido denegada expresamente por el Ayuntamiento, no consta que haya sido recurrida por el titular del negocio; y la Corporación municipal ha seguido consintiendo que su Acuerdo no se ejecutara, sin iniciar ningún expediente sancionador. Por todo ello, queda establecida la relación causal. c) El daño o lesión debe ser antijurídico Tras la aceptación de la existencia de diversas molestias soportadas por los vecinos, la Comisión Jurídico Asesora vuelve a insistir en la insuficiencia de la prueba aportada por la parte actora: sin mediciones objetivas (por ejemplo, un estudio sonométrico) difícilmente podrá ponderarse si las mismas son de aquellas que deben ser jurídicamente soportables, o más bien, todo lo contrario. Pese a ello, debido a que la actividad de la terraza se ha llevado a cabo sin la preceptiva licencia, la Comisión Jurídico Asesora aboga por que las molestias y los daños que se derivan en tales circunstancias se pueden calificar de antijurídicos, ya que, no solamente se realizaba sin licencia sino que la Administración la había denegado expresamente. 3. Conclusiones de la Comisión Jurídica Asesora Como se ha reiterado a lo largo de estas líneas, la insuficiencia de la prueba ha sido resaltada por la Comisión Jurídico Asesora durante todo el dictamen. Este aspecto ha sido determinante hasta tal punto, que ha condicionado sus conclusiones: pese a cumplirse los requisitos objetivos que exige la institución de la responsabilidad patrimonial conforme al artículo 139 LRJPAC, la reclamación de la actora se ha estimado parcialmente, en tanto en cuanto, ésta solicitaba una indemnización de 120.000 euros, y finalmente, se le ha fijado un quantum indemnizatorio de 6.000 euros, todo ello, por el hecho de haber valorado los daños mediante cantidades globales sin ningún tipo de especificación ni argumentación. Así las cosas, creemos interesante subrayar y recordar la importancia que reviste la preparación de las pruebas en cualquiera de las vías jurídicas previstas en un supuesto como el planteado (la civil, la penal y la administrativa), dado que, en atención a las mismas, pueden verse muy truncadas las pretensiones de nuestros defendidos.