"Lógica y lenguaje en la historia de la filosofía. Los sentidos del verbo 'ser'". En Anales de la Academia de Ciencias de Buenos Aires, tomo XXXVI (1), año 2002, pp. 115-137. Lógica y lenguaje en la historia de la filosofía. Los sentidos del verbo "ser" (Hintikka vs. Frege) Ignacio Angelelli The University of Texas at Austin 0. Introducción Comenzaré con una cita de Zubiri: "la filosofía no es su historia; pero la historia de la filosofía es filosofía" (El saber, p. 127). En efecto, es peculiar de la filosofia, y de toda disciplina fundacional, el mirar a las raices de la teoría más que al crecimiento de la teoría, y asi, ineludiblemente, el incluir a su propia historia dentro de sus temas. Temas e historia pueden verse o combinarse de varias maneras. Es habitual en la profesión filosófica el dividir a la historia en períodos (antiguo, medieval, moderno, reciente), pero tambien es posible dividir a la historia en temas: historia de la metafísica, historia de la ética, historia de la lógica, historia de la estética, etc. Dada la creciente complejidad de la historiografía filosófica, es riesgoso, actualmente, y hasta puede "quedar mal" pretender ser especialista en una de estas "columnas" temáticas en que se divide el pensamiento filosófico desde la antigüedad. Pero el riesgo disminuye si se consideran cuestiones puntuales. En esta ponencia consideraré una cuestión sobradamente puntual, común a por lo menos tres de esas columnas: la historia de la lógica, la filosofía del lenguaje, y la metafísica u ontología. Se trata de las maneras en que se ha usado y se usa el verbo ser. 2 Me ocuparé en primer lugar de reseñar los cinco usos o sentidos de "ser" que aparecen distinguidos en la obra de Frege. En segundo lugar me ocuparé del rechazo de estas distinciones, surgido en décadas recientes y capitaneado, en especial, por J. Hintikka. Mi opinión personal está del lado de Frege más bien que del fenomenalismo lingüístico representado por Hintikka; asi, mis observaciones críticas afloran en la segunda parte de esta ponencia, dentro de mi presentación de las ideas de Hintikka, y se resumen brevemente al final1. 1. La pluralidad semántica de "ser" según Frege La frase de Zubiri citada al comienzo puede servir de buen punto de partida para ubicarnos, sin más, en la cuestión que pretendo abordar. Tenemos, en esa frase, dos figuraciones de "es": ¿significan lo mismo? Antes de contestar, atendamos a Frege, que es quizás quien más ha insistido en la variedad de usos o sentidos de la palabra "ser". En el contexto del examen crítico y normativo del lenguaje exigido por el programa filosófico del matemático Gottlob Frege, surgió naturalmente el tema de los sentidos del verbo ser. Hay numerosos textos en el corpus fregueano que tienen que ver con ésto. En una carta a Wittgenstein (3 de abril de 1920), Frege pregunta en qué sentido deben entenderse las dos figuraciones del "ist" ("es") en la primera proposición del Tractatus, que dice: Die Welt ist alles, was der Fall ist: "El mundo es todo lo que es el caso". Leamos el comentario fregeano: En lo que se refiere a su trabajo, ya en la primera tesis tropiezo con una dificultad. No porque la considere falsa, sino porque el sentido no me resulta claro. "Die Welt ist alles, was der Fall ist ". El "es" es empleado o bien como cópula, o bien como el signo de identidad en el sentido más pleno de "es lo mismo que" ["es idéntico a"]. Mientras que el "es" de la oración subordinada es obviamente una mera cópula, sólo puedo entender al 1 Esbozé por primera vez alguna de las ideas contenidas en este trabajo en En torno. 3 "es" de la cláusula principal en el sentido de un signo de identidad. Hasta aqui, no creo que quepa duda alguna. Frege distingue aqui dos sentidos, o usos de la palabrita "es": predicación e identidad. El primero es el fundamental. Recordemos brevemente en qué consiste. Frege parte de la distinción ontológica entre objetos y conceptos, que es otra manera de relatar el descubrimiento socrático y platónico: individuos por un lado, universales por el otro. Por ejemplo, hay un objeto: Pedro, y un concepto: racional. Frege acostumbra a decir que los objetos caen bajo conceptos, o son subsumidos bajo conceptos. Todo esto es ontología. En paralelo hay lenguaje: el término singular Pedro, que denota a Pedro, y el predicado "racional", que denota al concepto en cuestión. Decimos, usando palabras: "Pedro es racional". La palabrita "es" expresa estrictamente el hecho de que el objeto Pedro cae bajo el concepto racional. La palabrita "es" significa simplemente predicación. Predicación y ser son dos direcciones diferentes de la misma relación: "racional" se predica del objeto Pedro, el objeto Pedro es racional. Ahora bien, si consideramos el siguiente ejemplo: "Pedro es el gerente de la empresa", podría pensarse que se trata de lo mismo, o sea de predicación, con la única diferencia de que el predicado "racional" ha sido reemplazado por la frase "el gerente de la empresa". Frege dice, o diría, ya que el ejemplo no es suyo, rotundamente que no. ¿Por qué? Porque la expresión "el gerente de la empresa" no es un predicado, es un término singular, que designa a un objeto, no a un concepto. No tiene sentido decir que subsumimos a un objeto, Pedro, bajo otro objeto, el gerente de la empresa. Sin duda hay una predicación, pero el predicado, si nos empeñamos en sacarlo a flote, no es el término singular "el gerente de la empresa" sino la expresión "idéntico al gerente de la empresa". 4 Un signo externo de la diferencia de usos está en la conmutatividad que se puede aplicar a la identidad, pero que no vale para la pura predicación. De a =b se sigue que b=a pero de a es b no se sigue en general que b es a. No se trata de que la palabrita "es" tiene dos significados a la manera de, por ejemplo, la palabra "primo", que significa a veces una propiedad aritmética y otras veces una relación de parentesco. El "es" de identidad incluye tambien, como hemos visto, un sentido predicativo. Por este motivo, mas bien que distinguir entre un uso predicativo y un uso de identidad, es más exacto distinguir entre un uso puramente predicativo y un uso de identidad. El lenguaje ordinario oculta (verhüllt2) la diferencia entre ambos sentidos o uso de "es". Se comprende muy bien que alguien, como Frege, interesado en controlar rigurosamente el lenguaje, crea conveniente distinguir ambos usos mediante símbolos especiales. Para el uso puramente predicativo se puede seguir usando la palabrita "es" o por ejemplo utilizar el epsilon (primera letra del "esti" griego), como ha hecho Peano. Para el uso de identidad es muy natural usar el habitual símbolo de identidad: "=". Asi, la primera tesis del Tractatus se reformulará como sigue: "Die Welt = alles, was der Fall ist", quedando el segundo "ist" como puramente predicativo; tambien el "es" de "Pedro es el gerente de la empresa" será reemplazado por "=", no asi el "es" de "Pedro es racional"; y volviendo a la frase de Zubiri vemos que el segundo "es" quedará intacto, como puramente predicativo (aparte de una posible lectura mereológica), mientras que el primero pasará a ser un signo de identidad (identidad que Zubiri niega). 2 Carta de Frege a Linke, Briefwechsel. 5 El resultado de semejantes manipulaciones simbólicas no es inútil. Ayuda a que quien usa el lenguaje tome conciencia de que lo que sigue a la palabrita "es" usada como identidad es un término singular, lo cual es muy importante, ya que el uso irresponsable de términos singulares es la mayor fuente de dificultades —baste recordar "la clase de todas las clases que no son miembros de si mismas". Los términos singulares son instrumentos que sirven para apuntar a aquéllo de que se habla. Si no se está en claro en cuanto al significado de un término singular, mal puede saberse de qué se está hablando. En el caso de la primera proposición del Tractatus, el término singular que sigue al signo de identidad es alles, was der Fall ist. Por cierto, no es éste un término singular sencillo y obvio; por lo pronto, empieza con un cuantificador, cuyo alcance o universo de discurso debería estar claro para quienquiera pretenda leer el Tractatus. Frege no es original en cuanto a la distinción entre identidad y predicación, la cual está clarísima en, por ejemplo Tomás de Aquino, quien distingue entre praedicatio per modum identitatis y la praedicatio en que se predica un universal de un singular (sicut universale de singulari), considerando muy correctamente a la segunda como magis propria praedicatio3. Claro que, en general, la tradición pre-fregeana ha tendido a mezclar identidad y predicación. Además de la distinción entre ser de identidad y ser de predicación, hay otros tres sentidos de "ser" en Frege: existencia, aseveración, y subordinación. En cuanto al sentido de existencia, cuyo ejemplo clásico es Deus est, Frege lo reconoce pero no muestra entusiasmo alguno hacia él, considerándolo un endiosamiento (Vergötterung4) de la cópula. Este sentido de existencia había sido reconocido por autores anteriores, como Tomas de Aquino: "considerandum est quod hoc verbum est quandoque in 3 4 Summa Theologiae I, 39, 5, ad 4 En Dialog mit Pünjer über Existenz, en Nachgelassene Schriften, p.71. 6 enunciatione praedicatur secundum se; ut cum dicitur, Socrates est: per quod nihil aliud intendimus significare, quam quod Socrates sit in rerum natura. " (In Perih., 212). Frege tiene su mente en otro sentido del existir, que Gilson llamaría el sentido aviceniano: lo que les pasa a los conceptos cuando están ejemplificados. Existe un número primo y par: el concepto primo y par está ejemplificado —en el número 2. Este sentido, podríamos decir segundo intencional, no se expresa en alemán o en castellano con el verbo ser; se usa "existir" o "hay" o "es gibt"; de ahi que Frege lo denomine "Esgibtsein"5: el ser del hay. En inglés el verbo ser aparece: "there is" ("there is a number that is prime and even"). Un rasgo bonito del inglés es que el otro ser, no el de los conceptos ejemplificados sino el que se dice de los individuos (como en el pasaje citado de Sto. Tomás), se expresa con las mismas palabras pero en orden inverso: "is there" (en alemán "ist da", "Dasein", pero no se dice "da ist" para el otro sentido). El sentido de aseveración que tiene el verbo "ser" es sistematicamente reconocido en varios textos por Frege, quien se esmera en introducir un signo especial para indicarlo. El "es" puede ser usado con o sin fuerza aseverativa. Supongo que estamos todos de acuerdo en afirmar los dos enunciados que siguen: 1) "4 es divisor de 20", 2) "si 4 es divisor de 7, entonces 4 es divisor de 14". Vemos aqui tres "es", puramente predicativos, pero el del primer enunciado además expresa nuestra afirmación, que no expresan los dos del segundo enunciado. Más que de un sentido del "es" Frege habla de una fuerza afirmante (behauptende Kraft6). Notemos que ésto es algo muy subjetivo. Es un yo individual que acepta un contenido proposicional. Es un Urteil o juicio en el sentido correcto que estos términos tenían antes de la filosofía moderna. Por ésto, si se toma Urteil en este sentido estrictamente subjetivo, no sorprende demasiado la versión idealista que Kant ofrece, en la Crítica de la razón pura, §19, de la palabrita (Verhältnisswörtchen) 5 6 En carta a Liebmann, Kleine Schriften, p. 405. Über Schönflies, Nachgelassene Schriften, p. 192. 7 "es", diciendo que expresa la unidad de la apercepción. Historicamente, igual que hemos observado en relación a los sentidos de predicación, identidad, y existencia, Frege no es novedoso en absoluto cuando distingue el sentido de aseveración. A lo sumo puede decirse que rescata distinciones escolásticas olvidadas por la filosofía moderna. En cuanto al sentido de subordinación, conviene empezar considerando los Analíticos Primeros de Aristóteles, I, 27. Allí se divide a las cosas en universales y singulares. Lo singular, por ejemplo Kallías, no se predica de otra cosa, si bien otras cosas se predican de ellos. Los universales se predican de otras cosas y, salvo el caso extremo de los géneros supremos, que no nos interesa aqui, otras cosas, es decir, otros universales se predican de ellos. Animal (ser viviente) es un universal que se predica de hombre, el cual es un universal que se predica de Kallías. Claro que de Kallías también se predica animal: Kallías es hombre y Kallías es animal. Todo ésto parece normal, pero la teoría aristotélica contiene otro elemento importante y sorprendente: animal no sólo se predica de Kallías sino que también se predica de hombre. Esto suena rarísimo, porque el universal hombre no es un animal, y en todo caso no lo es en el mismo sentido en que Kallías es un animal. Sin embargo, ésto que suena rarísimo ha sido adoptado como la cosa más natural del mundo por toda la lógica y la filosofía occidental— hasta Frege, quien se atrevió a decir, en 18847, que la relación entre hombre y animal no es predicación sino otra cosa, a la que llamó subordinación (Unterordnung). Esta temeraria proeza lógica no es presentada por Frege con la terminología de "ser" sino con la de "predicar" pero, por supuesto el impacto revolucionario sobre el término "ser" no es menor. Dados dos enunciados como "homo est animal" o (prefijando el artículo determinado en los idiomas modernos8) "el hombre es animal", y "Pedro es animal", Frege diría que el segundo "es" es puramente predicativo (expresa que el individuo Pedro 7 8 Grundlagen, §53 Salvo, curiosamente, en inglés, donde man se usa, en este caso, sin el artículo prefijado. 8 cae bajo el concepto animal), mientras que el primer "es" expresa que el concepto hombre está subordinado al concepto animal (para todo x, si x es hombre, entonces x es animal). Historicamente, el haber separado a la subordinación de la predicación es una extraordinaria novedad. Finalmente, hay que subrayar que, aun en los casos en que las distinciones fregueanas han sido anticipadas, en Frege hay dos novedades: las distinciones son presentadas de manera muy sistemática, y Frege pretende expresarlas mediante símbolos especiales. Asi como el "es" de identidad es expresado con el signo "=", el "es" existencial se expresa mediante alguna aplicación del cuantificador existencial, el "es" de subordinación mediante una fórmula algo más compleja (por ejemplo, "el hombre es racional" mediante: "Λx (x es hombre → x es racional), el "es" aseverativo con una barra vertical prefijada al enunciado en cuestión, y el "es" predicativo mediante la inserción de un término singular en el lugar vacío de un predicado. 2. Hintikka teoricamente e historiograficamente contra Frege Un rasgo común a las variadas formas lógicas del pasado es la intención de normatitividad con respecto al lenguaje ordinario. Pero en las últimas décadas del siglo 20— sobre todo en la tradición montogoviana— el paradigma ha cambiado. La lógica ha pasado de ser jueza del lenguaje a ser juzgada por el lenguaje. Está prohibido manosear al lenguaje ordinario, imponiéndole distinciones artificiales (variables de cuantificación, signos de identidad...). Con el lenguaje hay que proceder como un paciente botánico, que si descubre una planta algo anormal no la destruye sino que al contrario la rescata y preserva. El lenguaje natural es como un reducto ecológico sagrado. Hay que aceptar el fenómeno del lenguaje ordinario tal como se nos da, sin pretender modificarlo, porque se trata de un fenómeno natural. Ahora bien, este fenomenalismo o naturalismo lingüístico 9 es erróneo. Hay que recordar que el lenguaje no es naturaleza, sino cultura. Con el lenguaje no hay que proceder como un botánico respetuoso de las mínimas anormalidades, sino como alguien que inspecciona sus lápices, y que si advierte que un lápiz es defectuoso y no puede repararse, lo arroja al cesto. La distinción entre cultura y naturaleza no ha sido demasiado atendida en el marco de la nueva lógica y concomitante filosofía analítica de la primera mitad del siglo 20, dentro del cual ha surgido el susodicho naturalismo lingüístico; es algo más bien de origen "continental". Entre quienes se han rebelado contra el normativismo de la lógica frente al lenguaje ordinario descuella Jaakko Hintikka, que se ha dedicado sistematicamente, a lo largo de numerosas publicaciones, a combatir el normativismo en cuanto encarnado en uno de sus representates eximios: Frege. Como Hintikka ha subrayado, se trata de una verdadera rebelión— revolt against Frege (Semantics). En el calor de la rebelión, Hintikka ha llegado a utilizar términos sorprendentemente fuertes, diciendo por ejemplo que Frege ha "infectado" nuestra concepción del lenguaje, infección que se manifestaría en las distinciones que hace Frege entre los sentidos de "ser". Hintikka designa al tema de las distinciones del ser the logic of being. Para desinfectar a la lógica del ser Hintikka ha esbozado un plan bélico con dos frentes (cf. Self-Profile): un frente teórico (estudio de las relaciones entre las distinciones fregueanas del "ser" y el lenguaje ordinario) y un frente historiográfico (estudio de la legitimidad de la aplicación de las distinciones fregueanas a los textos clásicos de la historia de la filosofía). 2.1 Frente teórico Hintikka no niega la pluralidad semántica de "ser", pero distingue entre uso (use) y significado (meaning), y acepta pluralidad de uso en el caso de "ser" pero no de significado. Según Hintikka, Frege sostiene la pluralidad de significados, lo cual equivale 10 a decir que Frege sostiene la ambigüedad del término "ser". La mera pluralidad de usos no constituye, según Hintikka, ambigüedad. El contexto proporciona el criterio para determinar si se trata de pluralidad de usos o de significado; la pluralidad semántica de usos se resuelve (o sea, uno se da cuenta de cuál es el uso en vigencia) por mera consideración del contexto; no asi en el caso de ambigüedad. Por ejemplo, Hintikka distingue entre el "is" de "Jack is a boy" como clearly predicative y el "is" de "Jack is John Jr." como clearly one of identity (Self Profile, p. 36), pero sostiene que no hay en tal caso ambigüedad, ya que el contexto esclarece de qué "uso" se trata. Asegura que ésto vale no sólo para el reducido perímetro de su game theoretical semantics sino incluso en el lenguaje ordinario en su totalidad: First and foremost, there does not seem to be a single English sentence which in fact has several readings because of the alleged ambiguity of "is"[...] Hence on any theory, however many senses of "is" it may postulate, the differences between different uses of "is" can always be explained by reference to the context. After all, it is the context that always suffices (if my claim is right) to resolve the alleged ambiguity. ("Is", 16) La pluralidad semántica de "es" puede manifestarse simultaneamente: In general, it is not possible to understand the questions Aristotle is asking in such works as Met Z 6 without appreciating the simultaneous presence of several Frege meanings in esti in his discussion (The varieties, fin de 1, el énfasis es mío). Y finalmente lo más serio: dentro de la pluralidad semántica de usos de "ser" existe algo llamado the basic meaning o the focal meaning: Even though in the basic meaning of esti we cannot tell the allegedly different Fregean senses apart, contextual factors may on occasion have the effect of almost separating from each other the different Frege-Russell forces and nearly eliminating all but one of them The varieties, 3, p. 98, el énfasis es mío) 11 Tales son los rasgos esenciales de la "lógica del ser" propugnada por Hintikka. Las objeciones y dudas se plantean rapidamente. Por ejemplo, basar la diferencia entre pluralidad semántica que no es ambigüedad y pluralidad semántica que es ambigüedad en que la pluralidad es resuelta por el contexto en el primer caso pero no en el segundo, es harto extraño, ya que parecería que la más honda ambigüedad puede siempre resolverse mediante apropiados añadidos contextuales. Otra cuestión seria es que no se sabe en qué consiste the basic meaning, y aunque se supiera, no parece ser una noción compatible con la tesis hintikkiana de la unicidad del significado de "ser". Si hay un significado básico, hay al menos uno no-básico, o sea existen en todo caso al menos dos significados, lo cual equivale a decir que "ser" es ambiguo. El lector amante de la filosofía clásica puede pensar que lo del basic meaning es ni más ni menos que una versión moderna de la antigua analogia entis y del aristotélico "el ser se dice de muchas maneras". Hintikka, en efecto, dice que "ser" tiene un focal meaning (The varieties, p. 108), que es un analogous term (Introduction, p. xiii), y ofrece expresiones como la siguiente: analogical focal meaning theory of 'is' (Introduction, p. xiv). Contra esta sugestiva comparación, hay que señalar que ni existe parecido entre las distinciones aristotélicas y las fregueanas (salvo quizás en cuanto al ser - verdad- falsedad, comparable al "ser" aseverativo) ni se entiende en qué reside la analogía entre los varios usos fregueanos. En suma, la distinción hintikkiana entre uso y significado no resiste un análisis crítico, y puede ser dejada de lado, junto con las engañosas referencias al significado básico, analógico, o focal de "ser". En vez de perderse en estas consideraciones críticas, conviene atender al único punto esencial, a la única diferencia entre Hintikka y Frege, pese a todas las apariencias de la retórica de the logic of being. Hintikka reconoce la misma distinción que reconoce Frege entre ser predicativo y ser de identidad; ambos autores coinciden plenamente, por ejemplo, en que "Jack is a boy" y "Jack is John jr" exhiben un "is" predicativo y un "is" 12 de identidad respectivamente. La diferencia de opinión entre Hintikka y Frege reside solamente en que Hintikka no admite que se escriba un signo "artificial", que no es parte del "lenguaje ordinario", por ejemplo "=", en lugar del segundo "is". Surge, naturalmente, la pregunta de por qué Hintikka prohibe tal cambio de notación. La respuesta es sencilla: Hintikka está dominado por el fenomenalismo o naturalismo lingüístico. El inglés es un fenómeno natural intocable; alterarlo con variables, cuantificadores, signos de identidad y cosas semejantes equivale a profanar la naturaleza más virgen. No es casual que una de las más recientes presentaciones, por parte de Hintikka (Game-theoretical), de su logic of being se encuentre engarzada en el Handbook of logic and language, inmensa enciclopedia con valiosísima información, pero sin la menor alusión a esa normatividad que Frege pretendía para la lógica. Ya he manifestado mi desacuerdo con esta filosofía del lenguaje. La frase misma "lenguaje natural" (natural language) es contradictoria, como si dijéramos "portaviones natural". El idioma es cultura, producto humano, como un martillo. No es naturaleza. El "is" del inglés o el "es" del castellano son productos culturales, como un lápiz. Asi como es lícito sacar punta a un lápiz, o tirarlo al cesto cuando ya no sirve, es lícito afinar el simbolismo y reemplazar al "es" por signos especiales. De manera general, la creación de un Begriffsschrift, o lenguaje mejor que el ordinario es una empresa legítima. Lo que los idólatras del lenguaje ordinario, que ellos llaman "natural", parecen no advertir es que ese lenguaje es una compleja y profunda acumulación, como de capas geológicas, en que han intervenido decisiones y convenciones humanas, todas ellas tan artificiales como el Begriffsschrift de Frege, acertadas o no, a lo largo de muchos siglos. 2.2 Frente historiográfico Desde el punto de vista de la nueva lógica matemática en general se hizo habitual, en el siglo XX, reprochar a los autores clásicos por confundir la pura predicación con la 13 subordinación, sobre todo en perspectiva extensional como confusión entre pertenencia e inclusión de clases. Hintikka sale en defensa de los autores clásicos, diciendo que no solo no hay que reprocharlos por carecer de cualquiera de las distinciones fregueanas sino que, por el contrario, hay que felicitarlos, ya que no reconocer esas distinciones señala una mejor comprensión del lenguaje natural. Este ataque historiográfico a la semántica fregueana del "es" se ha concretado en un interesante volumen — titulado The Logic of Being— que reune ensayos de varios especialistas en los diversos períodos de la historia de la filosofía occidental. Como se puede leer en la propaganda del volumen, el objetivo ha sido montar "a frontal attack at the hegemony of the Frege-Russell thesis on the historical level" (cf tambien Self-profile, vii). El ataque historiográfico hintikkiano empieza por tener el defecto de no distinguir entre los cuatro sentidos fregueanos del "ser" ya reconocidos por los autores clásicos y el sentido no reconocido previamente (la subordinación). Lo más que podría hacer Hintikka en el primer caso es felicitar al autor clásico (por ejemplo a Tomás de Aquino, que tan nítidamente distingue ser predicativo y ser de identidad) por no exigir que la distinción sea expresada en un simbolismo especial. Sin embargo, el intento de felicitar a Sto. Tomás debe quedar frustrado, ya que no sabemos si el filósofo medieval aceptaría o rechazaría las felicitaciones hintikkianas: no podemos descartar la posibilidad de que Tomás de Aquino, amante de la normatividad, se pusiera del lado de Frege. El caso de la subordinación es el único interesante desde el punto de vista de la campaña historiográfica de Hintikka. En este respecto, sin embargo, el libro The logic of being no logra lo que debería ser su objetivo, a saber establecer de manera convincente las dos tesis siguientes. 1) El hecho de que los autores clásicos no introduzcan distinción alguna (ni siquiera, como le agrada decir a Hintikka, de uso) entre el "es" puramente predicativo y el de 14 subordinación no les ha creado inconveniente alguno: han estado todos ellos perfectamente satisfechos con la ausencia de esa distinción. 2) Los textos clásicos en que se manifiesta paradigmaticamente la falta de distinción entre ambos "est"— por ejemplo, Analíticos Primeros I, 27—son parte del llamado "lenguaje natural", y no son, más bien, el resultado de una larga acumulación de convenciones y cultura, tan artificial como el Begriffsschrift de Frege. No solo el volumen The logic of being no logra convencer al lector de ninguno de estos dos puntos, sino que ni siquiera se ocupa de estas cuestiones. La verdad es que, en cuanto al primer punto, no los lógicos "infectados" por Frege sino ya los comentaristas griegos y luego los escolásticos, han dado signos claros de insatisfacción por carecer de la distinción entre ser predicativo y subordinación, al acumular estrategias y distinciones que equivalen a hacer esa distinción. Asi, por ejemplo, Cayetano se ve forzado a decir que la predicación es a veces transitiva (subordinación) y a veces intransitiva (pura predicación). En "Socrates est homo, homo est animal" hay transtividad, y se puede concluir "Socrates est animal", pero en "Socrates est homo, homo est species" no hay transtividad, y no se puede concluir "Socrates est species". De este curioso fenómeno, ya detectable entre los comentaristas griegos, parece no ocuparse el equipo de autores que colabora en The Logic of Being, aunque su líder, Hintikka, se comporta de manera muy parecida al cardenal de la segunda escolástica, resistiéndose por un lado a distinguir sentidos de "est", pero distinguiendo por otro lado entre predicaciones transitivas de intransitivas (Varieties, p 83). Cayetano y Hintikka proceden como alguien que se resistiera a distinguir entre aves y peces, pero que, cuando la falta de distinción generase dificultades, se apresurara a distinguir entre animales que vuelan y animales que nadan. Frege, mejor, empieza por distinguir entre aves y peces. 15 El segundo punto está predestinado al fracaso, ya que es obvio que no hay un lenguaje "natural" del cual el texto Aristotélico sería parte, junto con el inglés que se habla actualmente, o junto con el latín de la escolástica. El texto aristotélico, o el latin de los escolásticos, es tan poco "natural" como el Begriffsschrift de Frege. 3. Resumen y conclusión 1) Las distinciones fregeanas menos una no son novedad de Frege sino que se encuentran en la historia de la filosofía. Hay una que no es anticipada por nadie: es la distinción entre predicación y subordinación. 2) En cuanto a la crítica teórica hecha por Hintikka contra las distinciones fregueanas, observamos que se reduce a no permitir que sean expresadas mediante notaciones "artificiales", lo cual sólo puede explicarse como reflejo de un fenomenalismo o naturalismo lingüístico extremo. 3) Las críticas historiográficas fracasan por no atender a la diferencia entre usos de "ser" ya distinguidos por autores pre-fregueanos (predicación, existencia, identidad, aseveración) y el único caso no anticipado (subordinación), y por no tratar a cada caso de la manera correspondiente. 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