EL TRIBUNAL ADMINISTRATIVO DEL DEPORTE Autor: Javier

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EL TRIBUNAL ADMINISTRATIVO DEL DEPORTE Autor: Javier Ferrero ([email protected]) Durante esta segunda semana del mes de marzo aún resuenan ecos de las críticas recibidas por el Presidente del Consejo Superior de Deportes, con relación a una carta publicada en el diario “El País” en la que salía en defensa del Barcelona por el denominado “caso Neymar” bajo el titular “Orgullosos del Barca”. Hay que reconocer dos cosas, por un lado que en este país nos apasiona la crítica y sembrar dudas sobre nuestro deporte, de hecho creo que precisamente la línea del artículo del Presidente del Consejo Superior de Deportes no era otra más que llamar la atención sobre el respecto y la prudencia que hay que mostrar en determinadas situaciones, sin perjuicio que sus palabras hayan podido ser interpretadas en un sentido o en otro, y, por otro lado, que nadie puede dudar que el Secretario de Estado se está volcando, no solo en que los clubes cumplan con sus obligaciones con Hacienda, con la Seguridad Social, con los jugadores, etc…, más en la situación económica que actualmente padecemos, sino en dotar al deporte de los medios suficientes para que exista una mayor transparencia, un sistema más profesional, mayor seguridad jurídica y, en definitiva, que no nos vuelvan a sacar los colores en una defensa publica de una candidatura olímpica ante un comité examinador. Si hace unos meses hablábamos de la acertada resolución, de fecha 28 de noviembre de 2013, por la que se convocaban ayudas a las Federaciones Deportivas Españolas para el año 2014, esta vez nos toca hablar del reciente Tribunal Administrativo del Deporte, que se estrenó, como todos sabemos, hace unas semanas analizando, entre otros, el castigo impuesto por el Comité de Competición de la Real Federación Española de Fútbol de 3 partidos de suspensión al jugador portugués del Real Madrid, Cristiano Ronaldo. En este sentido, la Disposición Adicional 3º.6 de la Ley Orgánica 3/2013, aprobó el Real Decreto 53/2014 por el que se desarrolla la composición, organización y funcionamiento del Tribunal Administrativo del Deporte (TAD). Desde mi punto de vista, la creación del TAD da respuesta, entre otras, a dos necesidades acuciantes: La primera, se enmarca dentro de la necesaria simplificación y reducción del gasto público, dado que el TAD asume las funciones de dos de los órganos adscritos al Consejo Superior de Deportes, concretamente el Comité Español de Disciplina Deportiva y la Junta de Garantías Electorales, siendo además la creación de un nuevo órgano compatible con la reducción del gasto público, dado que el funcionamiento del TAD no supondrá ningún coste adicional, cosa poco común en tiempos pasados, dado que los gastos necesarios se atenderán con cargo al presupuesto del Consejo Superior de Deportes. La segunda necesidad a la que se le debía dar satisfacción y que reclamábamos todos los que nos dedicamos al denominado “derecho deportivo” es dotar de una mayor claridad en las funciones que se le encomiendan y la unificación y solemnidad de sus decisiones. El hecho de unificar en un solo órgano colegiado las competencias de revisión y control de la actividad 1
federativa en materias como la lucha contra el dopaje, la disciplina deportiva y la garantía de la legalidad de los procesos electorales federativos era algo demandado y, como decíamos al principio, necesario. Con la creación del TAD se están centralizando las decisiones en materia deportiva en manos de un único órgano administrativo. Las decisiones serán públicas, con el debido respeto al derecho al honor y la intimidad de las personas, lo que nos permitirá conocer la doctrina seguida por el Tribunal, servir de base jurisprudencial para futuros procesos y, en definitiva, una mayor claridad y seguridad para todos. De este modo, las resoluciones del TAD se insertarán en la sede electrónica del CSD y de la Agencia Española de Protección de la Salud del Deportista, recordemos que hasta ahora existía la posibilidad de que dichas decisiones/resoluciones de los órganos anteriores fueran públicas pero no la obligación. Vemos con lo anterior, que lo que se pretende es constituir un Tribunal Administrativo, independiente e imparcial, dedicado a la revisión de la actividad en materia deportiva, dotándole del poder suficiente para ello, mediante la centralización de competencias y funciones, lo cual provocara, es el deseo de todos, una agilización de los trámites de la justicia administrativa deportiva. Entrando en más detalle en su configuración y funciones, hemos de decir que el TAD se configura como un órgano colegiado de ámbito estatal, estando adscrito orgánicamente al Consejo Superior de Deportes, si bien con independencia del mismo y asumiendo las siguientes funciones principales: 1º.-­‐ Ser la última instancia administrativa en materias disciplinarias incluidas dentro de su competencia, como son la lucha contra el dopaje y protección de la salud del deportista (por lo tanto, aquellas definidas en la LO 3/2013), así como conocer del recurso administrativo especial en materia de dopaje en el deporte previsto en el artículo 40 de la LO 3/2013. 2º.-­‐ Tramitar y resolver expedientes disciplinarios a instancia del Consejo Superior de Deportes, en caso de infracción de las reglas del juego, normas deportivas o normas derivadas de las federaciones deportivas españolas y ligas profesionales. 3º.-­‐ Ser la última instancia administrativa competente para vigilar y controlar la legalidad de los procesos electorales federativos. Las resoluciones que sean adoptadas por el TAD, en el ejercicio de las funciones indicadas, agotaran la vía administrativa, siendo desde ese momento ejecutivas, no pudiendo ser objeto de recurso de reposición, pudiendo, en caso de disconformidad con las mismas, recurrir ante el Orden Jurisdiccional Contencioso-­‐Administrativo. En cuanto a la ejecución de las decisiones, serán, bien la Federación Deportiva que corresponda, o la Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte (AEPSAD), cuando se trata de sanciones impuestas en materia de dopaje. Para terminar, diremos que la composición del TAD ha recaído en 8 miembros, que han sido designados por la Comisión Ejecutiva del CSD, contando todos ellos con un alto reconocimiento en el sector jurídico del deporte, existiendo la figura del Presidente del TAD, 2
cargo que recae en uno de los 8 miembros designados y asistidos por un Secretario que asistirá a las reuniones con voz pero sin voto. Como hemos dicho al principio de esta reseña, con la creación del TAD se da un paso más de los ya recorridos con el objetivo de mejorar el sistema, de adecuarlo a las necesidades jurídicas y económicas actuales y, en definitiva, de dotar al mismo de unas mayores garantías y transparencia, con lo que una vez más se demuestra, a pesar de las críticas, el buen trabajo que esta línea se está realizando desde el Consejo Superior de Deportes. 3
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